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Así son las terapias que prometen “curar la

homosexualidad” en Chile rechazadas por el


Colegio de Psicólogos y la OMS.
1.- ¿Qué función cumple –o debería- cumplir la Psicología en este tema? (asocie su
respuesta con el texto de I. Parker y C. Pérez).

La visión que se ha tenido a través del tiempo respecto a la homosexualidad ha ido


cambiando. Actualmente existe una mayor aceptación respecto a cómo era la
situación hace algunas décadas atrás, pues no yendo muy lejos, no es sino hasta
los 90’s cuando deja de considerarse la homosexualidad como una enfermedad y se
acepta como una orientación sexual, según la 2ª versión de este manual (​DSM​-II),
publicada en 1973​, esto acompañado también con nuevas legislaciones que amparan
el concepto social imperante, avalando el cambio existente respecto al tema, por lo
que actualmente existe mayor amparo para quienes pueden con mayor libertad vivir
acorde a su orientación sexual.
Sin embargo, no podemos afirmar que el cambio ha sido definitivo, porque a pesar
de que haya dejado de patologizarse, aún existen organizaciones y diferentes
personas que dicen que esta condición puede revertirse, heteronormando la
realidad, y concluyendo que la homosexualidad es un problema de salud y
psicológico que puede ser solucionado.
Ejemplo de ello son, por nombrar algunas, la “Fundación Restauración”, la “ONG
Isfem” y “Es Posible la Esperanza”, quienes de manera clandestina ofrecen
tratamientos de conversión, actuando con absoluta discreción y haciendo de difícil
acceso la posibilidad de contactarlos. Además, existen profesionales de la
psicología quienes aseguran que no existe una predisposición genética que pueda
condicionar la homosexualidad, sino que es de carácter netamente psicológica, por
ende, se puede “reparar” mediante terapia.
No queriendo centrar el tema en si la patologización tiene un carácter fisiológico y/o
psicológico, con evidencia tanto a favor como en contra, la importancia radica en
cómo a la homosexualidad se le trata y concibe, en conjunto con otro tipo de
“dolencias”, como una enfermedad, y cómo la psicología ha sido un aporte en ello
en favor de un sistema capitalista, como lo escribe Parker (2010), donde las
personas están inmersas en una lógica de competencia, y su éxito depende de
variables genéticas dejando de lado a grupos considerados inferiores, y
argumentando de esta manera que, en este caso, la homosexualidad no es una
cuestión de carácter social, sino más bien, un problema individual, lo que trae como
consecuencia una alienación del problema entendido como enfermedad, haciendo
que la persona cuya orientación sexual dista de la norma heterosexual, deba
enfrentarse a la frustración al ser considerada por el medio (contexto social, político,
económico, cultural) como una persona “diferente”, ya que el capitalismo promueve
un núcleo familiar donde la mujer debe estar a disposición de la familia, y el hombre
en la fábrica y segrega a cualquiera otro que salga de su norma, de su discurso
hegemónico como sujeto enunciador intentar liberarse de estas limitaciones se
convierte en un panorama tortuoso y desesperanzador.
Aquí la psicología se posiciona como una herramienta que ha institucionalizado la
salud mental, evitando el sufrimiento y generando los marcos regulatorios de lo que
es considerado sano, y la homosexualidad dentro de este contexto no cabe en este
paradigma positivo, forzando a la sociedad a un bienestar imaginario normando y
negando las libertades de elección de cada persona, en este caso de orientación
sexual.
Desafortunadamente, no ha sido fácil erradicar el discurso científico de ser el
poseedor único de la verdad y la certeza, sobretodo cuando para poder evitar los
problemas que nacen a nivel social se ha puesto a la psicología a disminuir esta
problemática. Al ser humano desde los postulados filosóficos a lo que se considera
en la actualidad se forja desde un nuevo principio, un nuevo pensamiento con
tendencia analítica y atomista que identifica patrones conductuales, cuyas bases
son la estadística y la fisiología como comprobación empírica.
Así, la psicología se posiciona como la única manera de conocer, la que dicta la
visión científica, como unívoca, con su forma de estudiar y entender al hombre, y
bajo qué condiciones esa idea se ha transformado en una tradición académica y un
ejercicio profesional definidos. También cómo la racionalidad científica ha generado
conocimiento a través del método científico, pero otra es la impresión o discurso que
darían los grupos de profesionales psicólogos que tienen de la ciencia y el estado
epistemológico que tienen de la disciplina. Pérez (2009) habla de la ciencia pero que
tiene que ponerse en cuestionamiento, poniendo en duda la forma en cómo
aceptamos estos saberes impuestos por el uso del método científico, pero Parker
señala lo que ha hecho históricamente la psicología, haciendo el papel de
manipulada y manipuladora a la vez, y así generar conciencia de nuestro rol como
actores sociales activos que hacen algo frente a este tipo de situaciones que nos
transgreden, alienan e individualizan, por tanto, comprender que somos partes de
una sociedad y un contexto, independiente de lo que diga la ciencia.
Dado lo anterior la psicología debería tomar parte en estas problemáticas pero en
pos de contribuir en un verdadero rol de generar bienestar, tanto social como
individual, si como se señaló en párrafos anteriores la ciencia no resuelve
directamente lo que los grupos de personas necesitan, sino que al contrario provoca
una sensación de aislamiento y desadaptación social, las metodologías y
epistemologías en las prácticas psicológicas deben posicionarse de modo que los
sujetos integrantes de la sociedad sean capaces de sentirse integrados y no
“anormales” por ser diferentes, no marcar segregaciones ni grupos denominados
como minorías (p.e. Homosexuales) sólo porque la ciencia quiera determinar lo que
es o no considerado normal, a nivel histórico se observa cómo se transforman estas
preconcepciones y categorías de los individuos, como los cambios en el manual de
clasificación de los trastornos mentales, es por tanto imperante que la psicología no
se quede atrás y vaya en ​pro ​reactualizar y adaptar sus conocimientos a la par con
los avances sociales, políticos, económicos y culturales.

Así, la psicología se posiciona como la única manera de conocer, la que dicta


Perez: los avances en la industria, el uso de máquinas, electricas, obedecían a esos avances, y
hacían ver que la ciencia es la forma única de conocimiento yq ue solo en ella se podía encontrar la
verdad y la certeza. Impacto del modernismo, de la revolución científica y tecnológica, se puso en
duda la tradición filosófica. La psicología nace como respuesta a los problemas que se estaban
dando a nivel social. Y además nace bajo la pretensión de poner fin a la especulación filosófica y dar
inicio a la ciencia. Al ser humano concebido no desde la filosofía, porque desde la ciencia se puede
comprobar empíricamente, la psicología rechaza todo pensamiento anterior y viene con la idea de ser
un nuevo principio, la tendencia analitica y atomista se llevó al extremo de identificar patrones
conductuales, desde lo último y mínimo, componentes que pretenden reconstrucciones humanas
universales. Hasta hoy la psicología profesional oscila entre dos fuentes: la estadística y la fisiología.
La psicología, o lo relacionado a las teorías se empiezan a valorar y a ser juzgadas por sus aciertos
experimentales o incluso en el campo de la terapia. La ciencia es la única manera de conocer.
R: Parker dice que el sujeto lo individualiza, propiedad privada que tiene que ver como la psicología
se instala en el sistema capitalista la que señala que todas las personas tienen algo que les permite
posicionarse en el capitalismo para poder generar competencias con el resto de las personas, porque
si no tienes nada con qué competir te quedas abajo, dentro de este sistema se pone una lógica de
competencia, y para eso tenemos que ser los mejores, pero dentro de esto y con el apoyo de la
psicologìa de la época hay variables intrínsecas señalando que las personas que son exitosas es
porque genéticamente son así, en grupos genéticamente inferiores estarían las mujeres, entonces, al
decir que esto es genético y de la persona de manera individual ya no es un problema social, tu eres
así, porque naciste así, es tu problema, la sociedad no lo modela, por ende no hay una lucha ni un
manejo de una problemática eso genera individualización y aliena, pero Parker insta a que seamos
seres político-sociales, empoderarnos de las causas sociales, estamos en un contexto que modela
nuestras oportunidades, no todo va en cómo uno nació. El capitalismo separa el núcleo familiar y la
fábrica, la mujer nace para estar en la familia y el hombre en la fábrica, segregando, una lógica de
división y competencia del individualismo impuesta por el capitalismo, el capitalismo se posiciona
como hegemonía, de los productores del discurso con sujetos enunciadores, quienes pertenecen a la
iglesia y se rigen por sus dogmas y reglas, en base al capitalismo, los sujetos son los burgueses,
pero el estado utiliza la psicología, o a la salud, porque es necesario institucionalizarlo porque es
necesario tener sanos a los trabajadores para que sigan trabajando estableciendo lo que se
considera sano, en el fondo señala que el sufrimiento y la pena se tratan como enfermedad, como si
las personas tuvieran que estar siempre felices, entonces

2.- ¿Qué debe hacer un psicólogo ante una situación como la expuesta en la
noticia?
Es decir, ¿qué debe hacer un psicólogo si llega una persona a la
consulta/consejería
por motivo de orientación sexual? Fundamente su respuesta. Puede responder o
desarrollar su argumento usando información disponible sobre el tema en páginas
web de organizaciones como la APA (American Psychological Association, Colegio
de Psicólogos de Chile).
En el caso de que se presentara una persona a una consulta/consejería por motivo
de orientación sexual, el psicólogo debería en primera instancia, como señala el
código de ética profesional del Colegio de Psicólogos de Chile (1999), actuar con
objetividad hacia los “clientes” (personas), es decir, atender con igual dedicación a
todas aquellas personas que requieran de sus servicios (consulta/consejería), no
permitiendo que prejuicios o intereses externos afecten a sus decisiones
profesionales (...) ni tampoco abusar de su posición de poder y autoridad frente a la
persona. Dicho lo anterior, independiente de si el psicólogo está a favor o en contra
de los valores y creencias de la persona, debe tratarla de la misma forma a como si
se tratara de una persona con quien si los compartiera.
Tomando en cuenta lo anterior, lo siguiente que debe hacer el psicólogo es tratar de
comprender y generar una visión amplia acerca de lo que la propia persona
entiende y considera respecto a su propia orientación sexual, saber la opinión y el
alcance de su significación que tiene tanto a nivel intra como interpersonal,
diferenciando el cómo los demás ven este mismo fenómeno y cómo incide en la
propia visión de la persona que acude a consulta/consejería.
Una vez comprendida, tanto la opinión personal como la social que tiene, el
psicólogo daría una explicación coherente a lo ya dicho, que se cohesione y
complemente con la visión y comprensión de la persona respecto a su consulta, de
modo que, se pueda dar a entender que en realidad no existe necesariamente una
“enfermedad” en la sensación o inclinación que experimenta la persona, que es libre
elegir y vivir su orientación sexual como desee, que como psicólogos que
adscribimos y aspiramos a un saber científico, también tenemos el deber de
actualizar en forma permanente el conocimiento y uso de instrumentos y/o
procedimientos de diagnóstico y tratamiento (). Por lo que preconcepciones que se
queden en el pasado que nos hagan sentir como anormales en una sociedad que
apela a la tolerancia y apertura simplemente no debe, ni puede imponerse sobre lo
que una persona decida hacer respecto a su sexualidad. En resumen, debe ser
aceptada como tal y no buscar el poder “corregir” lo que se es.

http://www.scielo.cl/scielo.php?pid=S1726-569X2006000200009&script=sci_arttext

3.- ¿Que opinión les merece la existencia de organizaciones como las mencionadas
en el artículo (organizaciones tipo Isfem o Centro de Investigación, Formación y
Estudio sobre la Mujer)?, ¿Qué posición debería asumir un psicólogo ante una
organización de estas características? ¿Por que?. (7 Puntaje de 7 puntos por la
respuesta).

El hecho de que estas organizaciones funcionen al margen de la ley y de manera


clandestina logran confirmar que actúan de una manera que la sociedad en general
no acepta, por lo que nuestra opinión es que este tipo de organizaciones funcionan
en contra de la construcción que la sociedad tiene respecto a temas como el de la
Orientación Sexual. De manera implícita se pudiese llegar comprender
Lamentablemente no todos los psicólogos intentan actuar de la misma
manera, tratando de posicionarse desde la persona, y es lamentable ya que como
se mencionó anteriormente, algunas organizaciones, centros o instituciones que
funcionan de manera clandestina o fuera del marco de la ley, transgreden e
imponen sus creencias para tratar y hacer creer a las personas que tienen una
enfermedad cuando ni siquiera, si se quisiera considerar al menos una prueba
clínica, no ha sido comprobado. En lugares como el Isfem o Centro de Investigación,
Formación y Estudio sobre la Mujer, su presidenta, Ismini Anastassiou, expresa
discursos tales como: “Lucharé y rezaré incansablemente por la restauración moral
de esta patria que Dios nos ha dado” y “Hermano homosexual: pídele a la Virgencita
al inicio de este mes de María que cure tu tendencia pecaminosa. La gracia te
restaurará”.
Como señala Montoya (2006):
La homosexualidad o la bisexualidad ​per se no representan una condición
que éticamente atente contra el respeto a los seres humanos. El psiquiatra puede
evaluar lo moralmente sancionable de las conductas sexuales basado, en principio,
en lo maleficente o injusto de las mismas en tanto afectan la integridad del otro y no
necesariamente por la orientación sexual de quien las realiza.
La idea de estas instituciones de querer “curar” la homosexualidad
basándose en ideologías de tipo religiosas, éticos y morales personales, siendo que
en la actualidad a nivel clínico ya no se considera enfermedad mental, es
simplemente absurdo. Otro lugar que opera bajo estas lógicas, la última de las
detectadas por el Colegio de psicólogos es una institución llamada “Fundación Es
Posible la Esperanza​”​, con presencia en toda Iberoamérica. Ellos crean y
denominan a personas homosexuales como los AMS, que quiere decir ​Atracción
hacia el Mismo Sexo,​ con lo que pretenden generar un camino compartido para
madurar un amor verdadero y liberarse de la AMS.
Al crear nuevos conceptos o categorizar una orientación sexual como “algo
de lo que hay que liberarse, curarse o tratarse” volvemos a las dinámicas de
patologización, aislación social y discriminación. Un psicólogo ante este tipo de
organizaciones no debería empatizar con organizaciones que estén a favor de este
tipo de tratamientos, no sólo porque sean ilegales en el país, sino porque además
se ha reportado que son una grave amenaza para la salud y el bienestar, inclusive
la vida, de las personas afectadas. Por consiguiente estas terapias se pueden
considerar como actos de tortura, que atentan contra los derechos humanos y la
dignidad de las personas, no sólo situadas en un contexto que restringe formas de
pensamiento e ideologías, también que delimita lo sexualmente permitido, sino que
transgrede a las personas ya pertenecientes a la diversidad sexual.
Es una realidad, somos una sociedad sexualmente diversa, es innegable el hecho
de que no todas las parejas son heterosexuales y no todas las personas quieren ser
monógamas, por tanto como psicólogos debemos situar nuestra perspectiva y rol
como orientadores y guías que busquen el bienestar y ayuda, si es necesaria,
pertinente para cada persona dentro de su contexto e historia particular, sin
encasillar ni prejuiciar su comprensión de realidad. En conclusión, los psicólogos no
deben permitir que este tipo de organizaciones sigan funcionando, denunciar si
conocen lugares clandestinos que ejerzan este tipo de tratamientos “reparativos” y
generar prácticas integradoras que sean atingentes al contexto social, político,
económico y cultural, no que vayan en ​pro ​de ideologías y planes con fines
personales, para no seguir replicando modelos enfocados en evidencia puramente
científica, sino que busquen su valoración en función de la misma eficacia reportada
por la persona.

Referencias Bibliográficas:
Colegio de Psicólogos de Chile A.G. (1999) Código de Ética Profesional. Segunda
Edición. Recuperado de ​http://ponce.inter.edu/cai/bv/codigo_de_etica.pdf
Montoya Montoya, Gabriel Jaime. (2006). APROXIMACIÓN BIOÉTICA A LAS
TERAPIAS REPARATIVAS: TRATAMIENTO PARA EL CAMBIO DE LA
ORIENTACIÓN HOMOSEXUAL. ​Acta bioethica,​ ​12(​ 2), 199-210.
https://dx.doi.org/10.4067/S1726-569X2006000200009

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