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AVISO RESPONSABILIDAD

Este documento es el resultado del Trabajo Fin de Grado de un alumno, siendo su autor
responsable de su contenido. Se trata por tanto de un trabajo académico que puede contener
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presente edición. Debido a dicha orientación académica no debe hacerse un uso profesional de
su contenido. Este tipo de trabajos, junto con su defensa, pueden haber obtenido una nota que
oscila entre 5 y 10 puntos, por lo que la calidad y el número de errores que puedan contener
difieren en gran medida entre unos trabajos y otros, La Universidad de Cantabria, el Centro, los
miembros del Tribunal de Trabajos Fin de Grado, así como el profesor tutor/director no son
responsables del contenido último de este Trabajo.”

RESUMEN
El Alzheimer es una enfermedad neurodegenerativa y es la primera causa de demencia en el
mundo. En los últimos años los casos de Alzheimer se han visto incrementados como consecuencia
del envejecimiento poblacional, convirtiéndose en uno de los mayores problemas globales. Su
etiología es mayormente desconocida, aunque se cree que se debe a una combinación de factores
genéticos y ambientales. Es una enfermedad irreversible en la que la pérdida de memoria se
convierte en el síntoma de alerta. En la actualidad no existe un tratamiento que cure la
enfermedad, por ello, el objetivo principal de los tratamientos y de las intervenciones, es el
mantenimiento de las capacidades cognitivas y funcionales actuales del paciente. Así, una de las
principales líneas de investigación, va destinada a lograr tratamientos que consigan mejorar la
calidad de vida y paliar el proceso de la enfermedad. Por otro lado la disminución de las
capacidades a medida que progresa la enfermedad, tiene como resultado, un aumento del grado
de dependencia haciendo que sea necesario la figura de un cuidador principal. Esta persona, va a
experimentar un conjunto de cambios en su vida y/o entorno y un aumento de responsabilidades
que van terminan sobrecargando al cuidador y produciéndose el Síndrome de Burnout. En todo el
proceso de la enfermedad, el profesional de enfermería va a tener un papel principal en el cuidado
y desarrollo de una serie de estrategias dirigidas tanto al enfermo como al cuidador.

El Alzheimer, es una de las enfermedades con mayor incidencia entre las personas mayores,
siendo esta, el principal tipo de demencia. A esto hay que sumarle, que nos encontramos con una
población envejecida, lo que hace que el número de casos de personas con Alzheimer, se
incremente en los próximos años.
El Alzheimer se define como una enfermedad neurodegenerativa caracterizada por la afección de
la memoria y de las funciones cognitivas. Su etiología es desconocida y su aparición se produce de
forma espontánea, siendo una de las enfermedades más temidas y respetadas por nuestra
población, debido a la irreversibilidad de su proceso y a que no existe cura, lo que la convierte en
uno de los principales problemas de salud, a nivel mundial. Por este motivo el papel de la
enfermería, es una de las herramientas imprescindibles a la hora de tratar tanto al paciente con
Alzheimer como al cuidador principal, sirviéndoles de apoyo y brindarles ayuda en cualquier
requerimiento que se desarrolle.
En la actualidad, la información sobre el Alzheimer es escasa y se presenta de forma fragmentada.
Por ese motivo el objetivo de este trabajo es unificar la información y aquellos aspectos
importantes relacionados esta enfermedad. Además, este trabajo también evaluará, el papel de la
enfermería, realizando una valoración integral del paciente con Alzheimer.
PALABRAS CLAVE: Enfermedad Alzheimer, Valoración integral, cuidador principal, conocimientos
de enfermería, planes de cuidados

HISTORIA DEL ALZHEIMER


El termino Alzheimer, remonta al año 1906, año en el que fue descubierta por Alois Alzheimer.
Alois Alzheimer, neurólogo y psiquiatra, nació el 14 de junio en Würzburger Strasse (Marktbreit-
am- Main, Alemania). Comenzó la carrera de medicina en octubre del 1883 en la Universidad Real
Friedrich-Wilhem de Berlín. Un año después, en marzo de 1884, se trasladó a la Universidad Julius-
Maximilian de Würzburg, donde conoció a uno de sus primeros mentores, R. von Kölliker.
Finalmente, volvió a la Universidad de Würzburg en la que tras defender su tesis sobre las
glándulas ceruminosas del oído, obtuvo su licenciatura 1.
En diciembre de 1888 se incorporó como médico asistente en un Hospital de Frankfurt
(Städtischen Heilanstalt für Irre und Epileptische). En el 1903 Comenzó a trabajar en el Centro
Psiquiátrico en Heidelberg el cual estaba dirigido por Kraepelin. Al obtener Kraepelin la cátedra de
Psiquiatría en la Universidad Ludwing- Maximilians de Munich, ambos se trasladaron,
incorporándose Alzheimer como neuropatologo y jefe de laboratorio de Neuroanatomía.
En 1912,
Alzheimer volvió a trasladarse a Breslau, donde recibió la Cátedra de Psiquiatría y Neurología.
Alzheimer se vio obligado a partir de este momento y hasta los últimos años de su vida, a ir
reduciendo su actividad profesional, debido a una insuficiencia cardiaca producida inicialmente
por una amigdalitis, complicándose en una bacticemia y terminando en endocarditis, muriendo en
el 1915 como consecuencia de su insuficiencia cardiaca y renalEn cuanto a su aportación en el
descubrimiento del Alzheimer, se desarrolló en 1901 cuando ingresó en el Hospital de Frankfurt,
una mujer de 51 años que presentaba un cuadro clínico peculiar llamada Auguste D. El cuadro
clínico se caracterizaba por una pérdida de memoria que avanzaba rápidamente, acompañada de
alucinaciones y paranoias, desorientación en tiempo y espacio, insomnio y trastornos
conductuales y de habla. Fue el mismo marido el que se encargó de llevarla al Hospital, alegando
que ya no podía hacerse cargo de ella. La mujer se encontraba inquieta y confundida, con ideas
paranoides y ataques de celos hacia su marido. Dichas alucinaciones llegaron hasta el punto en el
que Auguste, aseguraba que en su casa iba un hombre que quería hacerle algo.
Auguste murió en abril de 1906. Aloy, al recibir la noticia del éxitus, pidió que le enviaran el
cerebro junto con su expediente, para su posterior estudio. Los resultados de la autopsia fueron
los siguientes: Corteza cerebral atrofiada, lesiones en el tejido nervioso con ovillos neurofibrilares
y depósitos proteicos. Tras su estudio, el Dr. Alzheimer dio una conferencia en Tübinger, contando
la historia de esta mujer. El resumen del caso de Auguste, fue publicado en 1907 como “una
enfermedad seria y característica de la corteza cerebral” 2 y3.
Además de su trabajo en la enfermedad del Alzheimer, Alois Alzheimer dio multitud de
conferencias más, y siguió investigando sobre temas de salud muy diversos que más tarde se
mostraran

ALZHEIMER Y DEMENCIAS
Cuando nuestro familiar comienza a tener problemas de memoria o se ven mermadas sus
capacidades para realizar por si solo actividades que antes no eran un problema, varias ideas
empiezan a agolparse en nuestra cabeza, ¿qué le estará pasando?, ¿tendrá demencia senil o
Alzheimer?, ¿debería consultar al médico?

Seguramente muchos de nosotros no sabemos realmente qué es cada cosa, en qué se diferencian y
cómo evolucionan. Por ello en este artículo vamos a intentar explicar cuáles son las diferencias
entre ambas, sus síntomas de alarma y como debemos afrontarlas como familiares al cuidado de la
persona mayor.
¿Qué es la demencia senil?
La demencia senil realmente no es una enfermedad concreta. Según la Alzhéimer Association es
un conjunto de síntomas entre los que se incluye el deterioro de la memoria y otras capacidades de
razonamiento, lo bastante graves para interferir en la vida diaria.

Este conjunto de síntomas o síndrome puede ser provocado por el Parkinson, la demencia por
cuerpos de Lewy, la enfermedad vascular, la enfermedad de Alzheimer… Según la Organización
Mundial de la Salud entre el 60 y el 70% de los casos de demencia son causadas por el Alzheimer.

Anteriormente ya os hablamos sobre este tema en el post Demencia Senil: ¿Cómo afecta a los
ancianos?

Por tanto tal vez nos interesa saber, ¿qué es la enfermedad de Alzheimer?

La enfermedad o mal de Alzheimer es una enfermedad cerebral neurodegenerativa que produce


problemas en la memoria, la forma de pensar y el carácter o la manera de comportarse.

Aunque nos gustaría saber a ciencia cierta porqué aparece y se desarrolla la enfermedad, todavía
no se ha llegado a una conclusión unifactorial. Se considera por tanto que tanto factores genéticos
como ambientales pueden estar provocando su aparición.

El Alzheimer es una enfermedad degenerativa ya que va empeorando a medida que avanza en el


tiempo. En este proceso podremos distinguir siete fases diferentes por las que va a pasar nuestro
familiar, aunque la duración de cada una de ellas no es igual en todos los enfermos y su progresión
es variable.

Todavía no se ha encontrado un tratamiento efectivo que cure esta enfermedad, si bien existen
determinados fármacos que, con un diagnóstico y tratamiento precoz, pueden enlentecer su
deterioro, manteniendo durante el mayor tiempo posible las capacidades de la persona. Por ello es
importante que conozcamos sus fases, para poder identificar los síntomas de alarma y acudir al
médico lo antes posible.

Etapas del Alzheimer

En la Etapa 1
No observaremos síntomas aunque la enfermedad se haya instaurado. Por eso en esta fase es casi
imposible el diagnóstico.

La Etapa 2
Se caracteriza por una disminución cognitiva muy leve. La persona empieza a emitir quejas por no
recordar bien, puede olvidar los nombres de sus hijos o nietos… No obstante en esta fase todavía no
se ven afectadas sus habilidades sociales ni su rendimiento laboral, si todavía se encuentra en
activo. Es difícil diferenciar estos síntomas de la pérdida de memoria benigna o asociada a la edad.

La Etapa 3
Va acompañada de un leve deterioro cognitivo. Podremos detectar que la persona mayor comienza
a tener problemas para encontrar palabras y nombres, no entiende bien ni recuerda lo que lee,
pierde objetos personales y tiene dificultad para concentrarse. Es la fase en que los primeros
síntomas comienzan a ser evidentes para nosotros. Si observamos estos síntomas en nuestro
familiar, ya deberíamos llevar a nuestro familiar al médico para que lo valore.

La etapa 4
Se caracteriza por un deterioro cognitivo moderado y en ella los síntomas se evidencian con
claridad. Podremos advertir que se produce una pérdida de memoria de su historia personal y que
disminuye su capacidad para gestionar las tareas complejas como por ejemplo, el control de las
finanzas. No obstante, seguramente la persona enferma negará cualquier problema relacionado
con la memoria e intentará evitar situaciones en las que se requiera concentración y/o retención.

La Etapa 5
Se acompaña de un deterioro cognitivo moderado grave. En esta etapa tenemos que aceptar que
nuestro familiar ya no puede vivir de manera independiente y pueden olvidar personas o lugares
familiares para él. Todavía es capaz de comer o ir al baño solo pero seguramente necesitará nuestra
ayuda para vestirse.

En la etapa 6
Ya se evidencia un deterioro cognitivo grave. En esta etapa la persona enferma puede no
reconocernos, aunque nuestro parentesco sea muy cercano (cónyuge o hijos) y puede no ser
consciente de acontecimientos de su vida. Necesitará nuestra ayuda para todas las actividades de la
vida diaria y seguramente sufrirá alteraciones en los patrones del sueño lo que le impedirá
descansar adecuadamente a lo largo de la noche. Perderá también la capacidad de controlar sus
esfínteres.

La Etapa 7
Es la última etapa de la enfermedad y cursa con un deterioro muy grave. En ella se evidencia una
disminución cognitiva muy severa y es muy dura para los familiares más cercanos ya que el enfermo
pierden todas sus habilidades verbales y comunicativas y necesita ayuda para realizar
absolutamente todas las actividades de la vida diaria (ir al baño, comer, vestirse…). Al final de esta
fase la persona pierde incluso la capacidad de deglución.

En las últimas fases de la enfermedad muchos familiares deciden buscar ayuda profesional dada la
especialización de los cuidados que requiere el enfermo. La asistencia a un centro de día o el
ingreso en una residencia de mayores puede asegurarnos que nuestro familiar reciba el nivel de
cuidado que exige su delicada situación.
Esté en el domicilio o reciba los cuidados en residencias especializadas en
Alzheimer, debemos tener en cuenta que el enfermo de Alzheimer no pierde en
ningún momento la memoria emocional. Aunque no sea capaz de identificarnos ni de
recordar nuestro nombre ni parentesco, siempre será capaz de apreciar una sonrisa,
una caricia, o un abrazo. Por tanto, el cariño y el respeto debe ser la base de la
comunicación y de los cuidados que otorguemos a la persona aquejada de esta
enfermedad, durante todas sus etapas.

Dependencia, ¿Qué es?


Es el estado en el que se encuentran las personas que sufren una falta de capacidad
física, psíquica o intelectual y se ven en la necesidad de tener una asistencia que les
ayude a realizar a las actividades de su vida diaria.
Las actividades en las que necesitarán ayuda, son actividades tan rutinarias, como
vestirse, asearse, comer o beber y cuidarse a sí mismos, pero también necesitan
ayudas, para tareas tan comunes como las tareas del hogar, usar el teléfono o
acordarse de tomar su medicación.

Una persona se considera que es dependiente cuando tiene el tipo de limitaciones


descritas anteriormente.

Tenemos 3 grados de dependencia:


 Grado I, dependencia leve: en este tipo de dependencia, necesitaría ayuda en
tareas como coger el teléfono, hacer la comida y todas las actividades
relacionadas con las tareas domésticas.
 Grado II, dependencia moderada: necesita ayuda en las tareas mencionadas
en el grado I, así como en algunas de las actividades básicas como comer,
asearse o vestirse.
 Grado III, Dependencia grave: necesitan ayuda en la mayoría de actividades
rutinarias descritas anteriormente.
Dependencia y el Alzheimer
Una de las principales enfermedades que llevan a la incapacidad y por lo tanto a tener
algún grado de dependencia es el Alzheimer. Tiene como síntoma más importante de
la enfermedad los olvidos frecuentes, haciendo de esta forma que se vean afectadas
las tareas cotidianas, por ejemplo, si van a cocinar olvidarse de apagar el fuego, si
friegan dejarse el grifo abierto, olvidar tomar su medicación…
Al principio se confunde la enfermedad con olvidos normales, pero iremos viendo que
la situación se va incrementando cuando observemos que descuidan su higiene,
surgen más problemas para comer o realizar sus actividades diarias y los olvidos se
tornan más frecuentes.

El Alzheimer es un tipo de demencia enfermedad lenta, que se va desarrollando a lo


largo de los años, debemos de estar muy atentos a las siguientes señales para saber
si el anciano y/o dependiente, puede sufrir la enfermedad, para que así el equipo
médico lo pueda tratar lo antes posible.
 Tienen problemas de memoria, es el síntoma más habitual
 Problemas de orientación: muchas veces pueden salir de casa por una zona
habitual y de repente perderse o desorientarse. También se puede dar el
caso que se desorienten en el tiempo.
 Padecer cambios de humor bruscos, de pasar a estar bien a un enfado sin
ningún motivo aparente o más cabizbajo.
 Problemas en el lenguaje, no se expresaran con la fluidez habitual.
 Dificultad en utilizar el teléfono y tareas cotidianas como llevar las cuentas y
la economía del hogar.
 Cometer errores en su medicación, empeorando de esta forma su salud.
Existen además técnicas de diagnóstico precoz del Alzheimer, como la implantada
recientemente por el Hospital La Fe de Valencia. Se trata de una nueva técnica de
imagen (técnica PET de Amiloide), que ha comenzado a utilizar el Servicio de Medicina
Nuclear para la detección precoz de esta enfermedad. Lo que hará esta herramienta
será detectar la densidad de placas neuríticas de beta amiloide en el cerebro de
pacientes adultos que presenten un deterioro cognitivo.
Es un avance muy importante ya que esta enfermedad se puede ir desarrollando hasta
20 años antes de presentar los primeros síntomas, por lo que detectando la
enfermedad lo antes posible será la clave para el tratamiento posterior.
Esta novedosa prueba mejorará la precisión en el diagnóstico de la enfermedad, así
como en la investigación de nuevas terapias.
La técnica PET de Amiloide completa las otras técnicas disponibles para el diagnóstico
precoz de la enfermedad, como pueden ser los exámenes neuropsicológicos, la
determinación de proteínas amiloide y tau en líquido cefalorraquídeo, además de las
resonancias magnéticas y el PET cerebral de glucosa.
Como veis el Alzheimer es una enfermedad que desgraciadamente es muy común,
pero controlando estos puntos la podremos detectar fácilmente junto con nuestros
médicos y así proceder al tratamiento más adecuado para cada paciente.

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