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DE
TRAUMATOLOGÍA
Y
ORTOPEDIA
2007
INDICE
Introducción......
Conceptos Básicos.....
Semiología.....
Exploración neurológica.....
Laboratorio y Gabinete.....
Patología Traumática.....
Estudio General.....
Fracturas de Clavícula.....
Fracturas de Húmero.....
Fracturas de Antebrazo.....
Trauma Torácico....
Fracturas de la Cadera.....
Fracturas de la Rótula.....
2
Fracturas de los platillos tibiales.....
Fracturas de la Pelvis.....
Fracturas Expuestas.....
Luxaciones.....
Vendajes enyesados.....
Heridas…
ORTOPEDIA
Lumbalgia….
Lumbociática…..
Escoliosis…..
Tuberculosis vertebral…..
Enfermedad de Scheuermann…
3
INFECCIONES EN ORTOPEDIA
Artritis séptica….
Osteomielitis…..
PATOLOGÍA DE LA CADERA
Enfermedad de Legg-Calvé-Perthes….
PATOLOGIA DE LA RODILLA
Síndromes patelofemorales…..
Alteraciones angulares…..
Biomecánica…..
Pie plano…..
Talalgia……
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Pie diabético…..
Acondroplasia
Osteogénesis imperfecta
Raquitismo
Escorbuto
NEUROLOGÍA ORTOPÉDICA
Parálisis Obstétrica
NEOPLASIAS
Encondroma
Osteosarcoma
Condrosarcoma
Sarcoma de Swing
Carcinoma Matastásico
ANTIBIÒTICOS
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INTRODUCCION
6
Figura 1
Arbol de
Andry, símbolo
de la
Ortopedia y
Traumatología.
7
A fines del Siglo XIX Wilhelm Conrad Roentgen (1895) realizó el sensacional
descubrimiento de los rayos X, que significó un gran avance en el diagnóstico de
las lesiones del aparato locomotor.
Es así como en la segunda mitad de este siglo, han alcanzado un gran desarrollo
la cirugía de los reemplazos articulares, la cirugía de la columna, la cirugía
artroscópica, el manejo quirúrgico de las fracturas a través de las distintas técnicas
de osteosíntesis, etc., que prometen en el futuro una gran actividad médico
quirúrgica en la mejoría de los pacientes afectados por una patología del aparato
locomotor.
CONCEPTOS BÁSICOS.
B.-Órgano fisiológico:
1-Contiene tejido hematopoyético,
2-Reserva de minerales.
Histología :
Osteoblastos: secretan colágeno y proteoglicanos en la matriz, luego esta se
impregna de calcio y se convierte en hueso inmaduro. El proceso de remplazo del
cartílago se llama osificación endocondral. Son centros de osificación primarios.
Osificación intramembranosa: formación de hueso sin pasar por la osificación
endocondral.
8
En el momento del nacimiento en los extremos del hueso (epífisis), aparecen los
centros de osificación secundarios, algunos posteriormente.
Dichos centros están separados de la metáfisis por la fisis o cartílago de
crecimiento.
Irrigación:
1. -Sistema aferente: arterias nutricias y metafisarias irrigan los 2/3 internos de la
cortical y el 1/3 externo es irrigado por las arterias periósticas.
2. -Sistema eferente: venas.
3. -Sistema intermedio de capilares en el interior de la cortical.
Estructura Histológica:
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2. -Hueso maduro (Hueso laminar):
A.-Cortical (hueso denso, compacto, se encuentra en las diáfisis.
B.-Esponjoso (hueso trabecular, esponjoso) se encuentra en las metáfisis y las
epífisis. Posee sistemas haversianos u osteomas.
Es menos rico en células, tiene más sustancia intercelular (cemento) y tiene más
minerales.
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Acciones del calcio: nivel normal 9 a 11 mg x 100 ml
1. -Regulación interna de la función de todas las células.
2. -Permeabilidad de la membrana.
3. -Excitabilidad nerviosa.
4. -Contracción muscular.
5. -Secreciones glandulares.
6. -Regula la función secretora de la paratiroides y de las células C tiroideas
(calcitonina)
7. -Adhesividad entre las células.
8. -Dureza y rigidez de los huesos y los dientes.
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La membrana sinovial reviste toda la cavidad articular excepto las superficies del
cartílago articular y de los meniscos y posee la capacidad de secretar y absorber.
Las almohadillas de grasa recubiertas de sinovial impiden que se forme un vacío
en la cavidad y evitan el roce de los tendones. La cápsula fibrosa externa se
engrosa en algunas zonas para formar fuertes ligamentos que dan estabilidad
articular.
Por consiguiente los dos factores en la nutrición óptima del cartílago articular son
una membrana sinovial sana para producir líquido sinovial y una difusión o
circulación adecuada de este líquido a través de la matriz. La nutrición del
cartílago está favorecida por el movimiento articular, que exprime el líquido
sinovial hacia adentro y afuera de la matriz en forma de esponja. Si la articulación
se inmoviliza durante un tiempo prolongado, origina estasis de líquido sinovial y
atrofia del cartílago por desuso.
Membrana sinovial: Está compuesta por dos capas: una interna y otra externa. La
interna que no constituye una verdadera membrana, posee un rico aporte de
vasos sanguíneos, linfáticos y vasos sanguíneos.
Las células de la capa interna son los sinoviocitos tipo A, predominantes que
poseen muchas de las características de los macrófagos y sirven para eliminar de
la articulación los materiales de desecho y los sinoviocitos tipo B, que sintetizan
hialuronato, que proporciona al líquido sinovial su viscosidad y sus cualidades
lubricantes.
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Líquido sinovial: claro, amarillo pálido y viscoso, que semeja una clara de huevo,
es un dializado del plasma. Ejerce la función de nutrir el cartílago y lubricar las
superficies articulares. Su contenido es escaso (menos de 5 ml en la rodilla).
Se encuentra también en las vainas tendinosas y en las bolsas sinoviales.
La célula del asta anterior, su axon, las uniones mioneurales, y las fibras
musculares individuales, constituyen una unidad motriz individual.
El tejido conjuntivo que rodea al músculo se denomina epimisio, el que circunda
las fibras musculares perimisio y el que rodea a cada fibra individual, endomisio.
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El músculo obedece a la Ley del todo o nada, la diferencia entre una contracción
poderosa y otra débil estriba en el número de fibras individuales que en un
momento dado se contraen. La máxima fuerza contráctil se desarrolla cuando el
músculo se encuentra en posición de longitud de reposo. Cuando el músculo se
acorta disminuye su potencia.
SEMIOLOGIA.
SÍNTOMAS.
Investigar: tiempo de comienzo, tipo de comienzo (repentino o gradual), gravedad,
constancia (constante o permanente), progresión, actividad que lo agrava o lo
alivia, relación con otra lesión o incidente, síntomas asociados.
MAS FRECUENTES:
1. -Dolor: en reposo o en movimiento, irradiado, referido. Alteraciones de la
sensibilidad: hipoestesia, parestesia, disestesia, hiperestesia.
2. -Disminución de la función.
3. -Deformidad.
4. -Alteración de la marcha e inestabilidad
5. -Rigidez articular.
6. -Aumento de la temperatura local o general
EXPLORACIÓN ORTOPEDICA:
1. -Inspección general.
2. -Palpación.
3. -Arcos de movilidad activos y pasivos.
4. -Auscultación.
5. -Pruebas físicas especiales
6. -Exploración neurológica por metámeras: sensibilidad, reflejos miotáticos,
potencia muscular
7.- Exploración neurológica periférica
8.-Exploración de la marcha
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EXPLORACIÓN NEUROLÓGICA
PLEXO BRAQUIAL
Motor: Deltoides C5
Bíceps C5, C6
Extensores de muñeca C6
Flexores de muñeca C7
Extensores de dedos C7
Flexores de dedos C8
Interóseos D1
Reflejos: Bíceps C5
Supinador largo C6
Tríceps C7
Sensibilidad: C4 superficie lateral del hombro
C5 cara lateral del brazo
C6 cara lateral del antebrazo 1º y 2º dedos
C7 cara palmar del dedo medio
C8 cara medial del antebrazo y la mano, 4º y 5º dedos
D1 cara medial del brazo
D2 axila.
PLEXO TORACICO:
Solo se explora sensibilidad:
T4 pezones
T7 apéndice xifoides
T10 ombligo
T12 ingle
PLEXO LUMBOSACRO
Motor: Tibial anterior L4
Extensor común de los dedos L5
Peroneo lateral largo S1
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EXPLORACIÓN NEUROLÓGICA PERIFÉRICA DE LA EXTREMIDAD INFERIOR
Nervio Acción Sensibilidad
Femoral extensión de rodilla cara anterior de la rodilla
Obturador aducción de la cadera cara medial del muslo
Tibial flexión de dedos planta del pie
Peroneo superficial eversión del tobillo cara dorsolateral del pie
Peroneo profundo dorsiflexión del tobillo dorso del 1º y 2º dedos
Glúteo superior abducción de la cadera -
Glúteo inferior extensión de la cadera -
EXTREMIDAD SUPERIOR
Mediano distal oponencia del pulgar quinto dedo
Mediano interóseo flexión de la IFD del índice -
Cubital aducción del pulgar tercer dedo
Radial extensión del pulgar dorso del antebrazo
Músculocutáneo flexión de codo cara lateral del antebrazo
Axilar abducción del hombro cara lateral del hombro
LABORATORIO.
1. -BH, QS, pruebas de coagulación, pruebas de actividad reumática, EGO.
2. –Especiales
GABINETE:
1. -Radiografías simples: ap, lateral y oblicuas. Dinámicas.
2. -TAC, Resonancia magnética nuclear.
3. -Ultrasonido
4. -Gammagrafía
5. -Estudios con medio de contraste.
6. -Densitometría ósea.
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PROTOCOLO DE ANÁLISIS DE LA RADIOGRAFÍA SIMPLE:
1. -Densidad general del hueso: aumento o disminución.
2. -Densidad local del hueso: aumento o disminución.
3. -Relación entre los huesos: luxación.
4. -Alteración de la continuidad ósea: fractura.
5. -Contorno general del hueso: deformidad.
6. -Contorno local de un hueso: irregularidad interna o externa.
7. -Grosor del cartílago articular: espacio cartilaginoso.
8. -Modificaciones de los tejidos blandos: tumefacción, atrofia, calcificaciones.
LESIONES TRAUMATICAS
Esta fuerza mecánica, desde punto de vista físico, es un vector y como tal tiene
dos características fundamentales: magnitud y dirección; por lo tanto, cada vez
que consideremos una fuerza actuando sobre nuestro organismo, deberemos
cuantificar la cantidad que se aplicó y el mecanismo que se ejerció para producir
una supuesta lesión.
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Así, por ejemplo, las lesiones sufridas serán mayores en caso de un accidente
producido por un camión a alta velocidad, o se producirán lesiones más graves en
una persona que cae de cierta altura, a aquéllas producidas por fuerzas menores
aplicadas sobre personas en una posición estática.
Por otra parte, debemos considerar dónde se aplica esta energía para considerar
sus efectos.
Estas fuerzas aplicadas en nuestro organismo producen daños que se traducen en
el aparato locomotor en las siguientes lesiones:
1-Contusión
2-Hematoma
3-Heridas
4-Esguinces
5-Luxaciones
6-Fracturas y fracturas-luxaciones
Definición y Concepto
Cuando ello sucede, todos los otros elementos del aparato locomotor resultan o
pueden resultar igualmente dañados; se lesionan en mayor o menor grado
articulaciones, músculos, vasos, nervios, etc., sea en forma directa por acción del
traumatismo o indirecta como consecuencia de las acciones terapéuticas.
Las fracturas del calcáneo, de los cuerpos vertebrales, de la base del cráneo, etc.,
son otros tantos ejemplos.
Esta concepción más amplia de lo que es una fractura, en su realidad anatómica y
fisiopatológica, no debe ser olvidada, porque cada uno de estos distintos aspectos
involucrados en la fractura deben ser cuidadosamente considerados y evaluados
en toda fractura, por simple que ella parezca.
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Una definición conceptual de fractura sería: "un violento traumatismo de todos los
elementos del aparato locomotor y órganos vecinos, donde uno de ellos, el hueso,
resulta interrumpido en su continuidad".
Todo fracturado, cualquiera que sea el hueso comprometido, debe ser objeto de
un estudio muy complejo, que comprende los siguientes aspectos:
I. Etiología:
1. Causas predisponentes
2. Causas determinantes
II. Edad
V. Estudio radiográfico
VI. Pronóstico
VII. Tratamiento:
1. De suma urgencia
2. De simple urgencia
3. Definitivo
VIII. Complicaciones
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ETIOLOGIA
1. Causas predisponentes
a. Osteoporosis senil.
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2. Causas determinantes
En general se reconocen:
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Mecanismos de
fractura.
(a) Fractura por
golpe directo: trazo
horizontal.
(b) Fractura por
torsión: trazo de
fractura helicoidal.
(c) Fractura por
aplastamiento:
segmentos de
fractura encajados
uno dentro del otro.
(d) Fractura por
arrancamiento:
segmentos de
fractura desplazados
por tracción
muscular.
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Imagen característica
de una fractura "en
tallo verde" de la
diáfisis de los huesos
del antebrazo.
EDAD
Es un factor que modifica todo el cuadro clínico de una fractura: síntomas, signos,
pronóstico y tratamiento, son enteramente distintos según el enfermo sea un niño,
adolescente, adulto o anciano.
Así, cualquier fractura ocurrida en el mismo hueso, con idénticos caracteres, se
constituye en una patología distinta en cada una de las etapas señaladas.
1. En el niño: La fractura posee características que le son muy propias:
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El retardo de consolidación, la pseudoartrosis, consolidaciones viciosas,
etc., son excepcionales, y todo ello hace que, en general, el pronóstico de
las fracturas a esta edad sea bueno.
En los niños las fracturas pueden verse complicadas por el compromiso de
los cartílagos de crecimiento, provocando su cierre asimétrico y generando
posteriormente una desviación viciosa del segmento, al continuar el
crecimiento (por ejemplo, codo-varo como secuela de la fractura
supracondílea de codo en el niño).
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CLASIFICACION DE LAS FRACTURAS
Las fracturas deben ser clasificadas desde diferentes puntos de vista; cada uno de
estos distintos aspectos determina diferencias importantes en el juicio diagnóstico,
pronóstico y terapéutico.
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Figura 6
Fractura
multifragmentaria de
1/3 inferior del fémur,
producido por
proyectil de alta
velocidad.
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2. Según la dirección del trazo (Figura 3)
Figura 3
Trazos de fractura.
(a) Transversal.
(b) Oblicuo.
(c) Espiroidéo.
(d) En ala de mariposa.
(e) Conminuta.
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(Figuras 4 y 5). Suelen ser difíciles de reducir, inestables y cuando el hueso
comprometido es la tibia (hecho muy frecuente), pueden evolucionar con
retardo de consolidación. En general se constituyen en fracturas de
tratamiento difícil.
Figura 4
Fractura de la diáfisis
femoral, helicoidal, de
extenso trazo.
Descenso del
fragmento distal. Es
una fractura de difícil
reducción y
mantención, dada la
acción de las masas
musculares de los
aductores.
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Figura 5
Mecanismos de
fractura.
(a) Fractura por
golpe directo: trazo
horizontal.
(b) Fractura por
torsión: trazo de
fractura helicoidal.
(c) Fractura por
aplastamiento:
segmentos de
fractura encajados
uno dentro del otro.
(d) Fractura por
arrancamiento:
segmentos de
fractura desplazados
por tracción
muscular.
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Resulta importante considerar la potente acción de las fuerzas musculares en la
desviación de los distintos segmentos óseos, cuando deben realizarse maniobras
ortopédicas destinadas a reducir y contener los fragmentos óseos desplazados. A
menudo, la acción muscular se constituye en un obstáculo formidable y difícil de
vencer; dificulta o impide la reducción y contención de los extremos óseos y de
ese hecho nace con frecuencia la indicación quirúrgica.
La distinta estructura del hueso largo, sea en su epífisis, metáfisis o diáfisis, hace que
las fracturas ocurridas en estos niveles tengan características fisiopatológicas también
muy diferentes, lo que determina que la sintomatología, evolución clínica y tratamiento
de cada una de ellas sea también diferente.
Por ello, estas fracturas poseen ciertos aspectos que les son propios y deben ser
cuidadosamente considerados en el examen del fracturado, así como en su
tratamiento:
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o Los fragmentos óseos sufren a menudo amplios desplazamientos,
traccionados por las fuerzas distractoras de las masas musculares (por ejemplo, las
fracturas de la metáfisis superior del húmero).
o Son de difícil reducción e inestables. Con frecuencia es necesario el
tratamiento quirúrgico.
o Se constituyen en una amenaza de lesión directa (compresión, contusión
o desgarro) de los grandes vasos adyacentes (por ejemplo, la fractura de la metáfisis
inferior del fémur que lesiona la arteria femoral o poplítea; la fractura de la metáfisis
superior de la tibia, que lesiona el tronco de la arteria tibial posterior).
SINTOMATOLOGIA
1. Dolor.
2. Impotencia funcional.
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4. Pérdida de los ejes del miembro.
5. Equímosis.
6. Crépitación ósea.
1. Dolor
Sin embargo, debe tenerse presente que fracturas de trazos muy finos, de huesos
esponjosos (escafoides carpiano), fisuras o fracturas incompletas, o "por
sobrecarga o fatiga", suelen expresarse por dolor tan tenue y poco relevante que
con facilidad inducen a engaño.
2. Impotencia funcional
Constituye un signo importante para el diagnóstico; sin embargo, no son pocas las
fracturas en las cuales la impotencia funcional es mínima, compatible con una
actividad casi normal.
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Presentan impotencia funcional relativa, fracturas de huesos esponjosos, con
escasas exigencias mecánicas (escafoides carpiano), algunas fracturas
epifisiarias enclavadas (cuello del húmero, maleolo peroneo o tibial), diáfisis del
peroné, fractura de cuerpos vertebrales, especialmente torácicas, etc.
Producida por las desviaciones de los fragmentos óseos, sea por contractura de
las masas musculares insertas en ellos o por la fuerza misma del impacto.
Son muy notorias en fracturas de huesos que prestan inserción a fuertes masas
musculares, determinando desplazamientos tan característicos que llegan a ser
patognomónicos; por ejemplo: fractura del cuello del fémur, de clavícula, extremo
superior del húmero, metáfisis inferior del fémur.
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5. Equímosis
Son diferentes los caracteres de las equímosis producidas por golpes directos
(hemorragias por ruptura de vasos subcutáneos): son inmediatas y aparecen en el
sitio contundido.
6. Crépitación ósea
Producido por el roce entre las superficies de fractura; se traduce por una
sensación táctil profunda percibida por el enfermo, o simplemente audible,
captada por el enfermo o el médico.
Son dos las condiciones que permiten que haya crépitación ósea:
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contención. Tampoco debe ser olvidada la posibilidad de daño vascular,
neurológico o de piel producida por el desplazamiento provocado.
7. Movilidad anormal
En resumen
Son siete signos y síntomas que con frecuencia acompañan a todo fracturado.
De ellos solamente dos son patognomónicos: crépitación ósea y movilidad
anormal del segmento comprometido.
Hay ciertas desviaciones que por lo típicas y constantes llegan a ser
patognomónicas. Ejemplo, la deformidad en "dorso de tenedor" de la muñeca en la
fractura de Colles.
Hay ciertas equímosis que por su ubicación tan característica, también llegan a ser
consideradas como patognomónicas: peri-oculares, retro-auriculares o faríngeas
en las fracturas de la base del cráneo.
Un accidentado que presente, aunque sea uno de los síntomas o signos
señalados, obliga a pensar en una posible fractura y ello a su vez obliga a un
correcto examen radiográfico; el ahorro de placas radiográficas suele llevar a
errores de diagnóstico muy graves, que el enfermo paga con su salud y el médico
con su prestigio.
EXAMEN RADIOGRAFICO
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3. En lesiones en que el diagnóstico es evidente (luxación del hombro o cadera, por
ejemplo), la radiografía puede demostrar otras lesiones no detectadas: fractura del
troquíter o del reborde cotiloídeo.
4. Hay un aspecto médico-legal involucrado. Puede resultar muy difícil para el
médico justificar la omisión de un estudio radiográfico cuando se ignoró la
existencia de una fractura, que llevó a un diagnóstico y a un tratamiento equívoco.
Conclusión
Es una buena práctica clínica que, ante la más leve sospecha de una fractura, se
exijan buenas radiografías; el no hacerlo implica un grave error de procedimiento.
1. Las radiografías deben ser de excelente calidad técnica. Deben ser desechadas
placas manchadas, mal reveladas, de poca o excesiva penetración. Lesiones
graves de columna o pelvis pueden pasar inadvertidas cuando, por mala
preparación del enfermo, hay exceso de gases intestinales.
2. El foco de fractura debe encontrarse en el centro de la placa; deben exigirse
radiografías bien centradas.
3. El segmento óseo debe radiografiarse por lo menos en dos planos,
perpendiculares entre sí; algunas fracturas exigen para una interpretación correcta
y segura, tres o más planos de incidencia (fracturas de escafoides, calcáneo,
pelvis, etc.) (Figuras 7 y 8).
Es preferible prescindir de todo estudio radiográfico, si se cuenta con una sola
proyección. El riesgo y la gravedad del error son inmensos.
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Figura 7
37
Figura 8
38
3. La hiperemia propia del foco de fractura, determina un cierto grado
de reabsorción ósea en torno a la fisura, y ahora el rasgo, de existir,
será evidente (por ejemplo: fractura de escafoides carpiano).
4. Se debe exigir un adecuado grado de penetración de los rayos; una
radiografía correctamente tomada, muestra con claridad la trama
ósea del hueso esponjoso de la epífisis, y las partes blandas
aparecen tenuemente marcadas; una radiografía con gran
penetración de los rayos (dura), hace desaparecer la sombra de las
partes blandas, y la zona extra-esquelética aparece densamente
obscura; una radiografía de poca penetración, en cambio, muestra
muy marcadas las partes blandas, y la silueta ósea aparece como
densamente calcificada. Con tales errores técnicos se pueden hacer
aparecer, tanto como borrar, callos óseos en evolución.
5. Por último, no son raros los casos en que son útiles estudios
radiográficos en los cuales las articulaciones aparecen en
determinadas posiciones funcionales. Tales son por ejemplo:
radiografías de rodilla, con posición forzada en valgo o varo
exagerado (ruptura de ligamentos laterales); o de columna cervical,
en flexión o extensión (sub-luxaciones); o de tobillo, con la
articulación en eversión o inversión forzada (ruptura de los
ligamentos tibio peroneos anterior y posterior y laterales del tobillo).
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Como procedimiento diagnóstico debe ser formalmente proscrito. Es casi
irresistible la tentación de controlar reducciones o estabilidad de fragmentos
de fracturas en tratamiento, pero los riesgos son temibles. El procedimiento
es poco racional si consideramos que el control correcto con una
radiografía es rápido, fiel y permanece como documento de control.
Resonancia magnética
PRONÓSTICO
Toda fractura, cualquiera sea el hueso lesionado, debe ser considerada como de
mal pronóstico basal; olvidar este concepto elemental lleva con frecuencia a
restarle la debida importancia a una fractura considerada con ligereza como sin
gravedad. Ello puede inducir a descuido en el manejo del enfermo y, como regla,
los resultados son malos. No pocas rigideces articulares, retardos de
consolidación o pseudoartrosis obedecen a esta causa.
Son varias las circunstancias que justifican esta inquietud:
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Además de estos hechos que determinan una gravedad basal, hay circunstancias
que agregan un mal pronóstico a cualquier fractura; deben ser cuidadosamente
considerados, ya que pueden determinar conductas terapéuticas muy diferentes a
casos similares en que estas circunstancias agravantes no existen.
Circunstancias que señalan un especial mal pronóstico:
1. Edad avanzada.
2. Fracturas expuestas.
3. Fracturas que deben ser intervenidas quirúrgicamente.
4. Fracturas con compromiso vascular o neurológico.
5. Con compromiso articular (intra-articulares): calcáneo, platillos
tibiales, por ejemplo.
6. Con compromiso de masas musculares importantes.
7. Hay determinados huesos cuyas fracturas son especialmente
graves, en general por compromiso de su irrigación: fracturas
del cuello del astrágalo, escafoides carpiano, del 1/3 inferior
de la tibia, 1/3 distal del cúbito, cuello del fémur.
8. Fracturas en hueso patológico.
Es una buena norma el procedimiento, frente a fracturas de este tipo, que desde el
comienzo amenazan con generar complicaciones, advertir de este hecho al
enfermo o familiares responsables. Puede resultar muy difícil explicar el porqué de
estas complicaciones, cuando ellas ya se han producido y no hubo una
advertencia previa.
TRATAMIENTO
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2. Tratamiento de simple urgencia: se realiza generalmente en un hospital,
no necesariamente especializado, pero que permite un correcto examen
clínico, cambio del sistema de inmovilización si ello fuera necesario,
practicar determinados tratamientos indispensables: hidratación,
transfusión, etc., o algún examen ya más especializado: biometría
hemática, radiografía, etc. Todo ello dependerá del nivel técnico-profesional
del hospital en el cual el enfermo fuera recibido.
En esta segunda etapa en el tratamiento de un fracturado, se considera que
el médico puede cumplir con los siguientes objetivos:
a. Evaluar los signos vitales.
b. Correcta evaluación diagnóstica de la lesión y de sus posibles
complicaciones: vasculares, neurológicas, viscerales, cutáneas, etc.
c. Determinación de la conducta a seguir: hospitalización, traslado
urgente, etc., según sea la situación del enfermo.
d. Realización de ciertas medidas terapéuticas que se requieren con
urgencia, de acuerdo a la valoración del estado del paciente.
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Tratamiento de suma urgencia
Calmar el dolor.
Inmovilizar en forma correcta el segmento lesionado.
Traslado urgente.
Procedimientos a seguir
a. Analgésicos inyectables.
b. Inmovilización inmediata:
1. Velpeau para todas aquellas lesiones (fracturas o contusiones) que
se extienden desde la clavícula hasta el 1/3 superior del antebrazo.
2. Férula antebraquipalmar: para todas aquellas lesiones que
comprometan 1/3 medio del antebrazo, muñeca, mano y dedos.
3. Material usado: férula de cartón, periódico plegado varias veces y
dándole una forma de canaleta (le confiere rigidez), tablillas de
madera, cartón corrugado (de envases industriales) o de yeso, que
todo equipo de primeros auxilios debiera llevar consigo.
4. Férula rígida para lesiones del miembro inferior: tabla de madera
liviana, esquí, remo, tallo delgado de un árbol pequeño y, por último,
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en el caso de no contar con ningún elemento útil, fíjese el miembro
lesionado al miembro sano con vendas, correas (inmovilización tipo
sirena) etc.
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Estudio de los signos vitales: presión, pulso, respiración, temperatura,
estado de conciencia, etc., buscando descartar un estado de shock
incipiente o ya producido.
Se retiran las inmovilizaciones provisorias, generalmente inadecuadas
(cartones, tablillas de madera, etc.) y se sustituyen por inmovilizaciones
adecuadas: yeso, férulas, tracción continua, etc.
Si la fractura es expuesta, se procede a su tratamiento quirúrgico (ver el
tema sobre "fracturas expuestas").
Anotar los hallazgos y procedimientos en el expediente clínico.
Corrección de las alteraciones vitales si fuese necesario: hidratación,
transfusiones, oxigenoterapia, instalar vías venosas adecuadas, sonda
gástrica, vesical, etc., si el caso lo requiere (politraumatizado).
Ordenar traslado a hospital base o servicio especializado, según el caso lo
requiera. La urgencia del traslado será determinada por el jefe del equipo,
según sea la gravedad de las lesiones.
Si se ha colocado inmovilizaciones de yeso, debe proveerse las medidas
tendientes a evitar edemas compresivos durante el traslado.
a. Férula de yeso.
b. Yeso almohadillado.
c. Yeso cerrado.
Tratamiento definitivo
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El médico que asume la responsabilidad de la atención de un enfermo de este
tipo, debe considerar cuidadosamente estos factores y juzgarlos con un estricto
sentido de ética profesional; el no hacerlo así, puede llevarlo a asumir una
responsabilidad que está por sobre sus naturales posibilidades, haciendo caer a
su enfermo en el riesgo de recibir una atención médica deficiente, ya sea por
incapacidad técnica, falta de recursos médicos, por inadecuada infraestructura del
servicio, etc.
Frente a estas consideraciones, resulta mucho más honesto y ético reconocer las
limitaciones existentes y tomar la determinación de trasladar al enfermo a un
centro mejor equipado.
La dignidad del profesional que así actúe, lejos de quedar deteriorada, será objeto
de dignificación por todos sus colegas y el enfermo lo recordará con
reconocimiento y gratitud. Empeñarse en pretender acciones que sobrepasen los
límites propios y del ambiente, sólo lleva a desastres.
Ingresado el enfermo al servicio de la especialidad, deben ser cumplidos los
siguientes objetivos:
Son cuatro los objetivos que deben ser cumplidos en el curso de todo el
tratamiento:
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Todos poseen igual importancia y trascendencia en el manejo del
fracturado. El resultado final dependerá del cumplimiento de cada uno de
ellos.
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TRATAMIENTO ORTOPEDICO
1. Anestesia.
2. Reducción.
5. Colocar el yeso.
Anestesia
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Anestesia elegida
1. General.
2. Troncular (Kulemkamf).
3. Epidural, espinal.
4. Local.
Anestesia local
Indicaciones:
Técnica
Reducción
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desaparecen con rapidez. Ello es todavía más aconsejable en fracturas
cuyos fragmentos se fijan con rapidez, y en los cuales pasados algunos
días solamente, las maniobras ortopédicas resultan poco exitosas o
sencillamente fracasan. La fractura de Colles, de los platillos tibiales, son
buenos ejemplos de estos casos.
Férula de yeso.
Yeso abierto.
Tracción continúa.
50
En el adulto: no deben tolerarse:
TRATAMIENTO QUIRURGICO
51
Que está generando una patología nueva, que el enfermo no tenía, y que
es de elevado riesgo.
Debe poseer un perfecto conocimiento de los principios fisiopatológicos
generales que rigen en el tratamiento de las fracturas.
Debe poseer un perfecto dominio de las técnicas quirúrgicas.
Debe actuar en un ambiente hospitalario selecto en cuanto a
infraestructura, instrumental completo, de asepsia absolutamente
garantizada, equipo de colaboradores de alta competencia.
Debe saber muy bien que toda intervención quirúrgica sobre el foco de
fractura, se constituye en un factor adverso al proceso de osteogénesis
reparadora.
Que el objetivo de toda intervención sobre un foco de fractura
(osteosíntesis), no es otro que obtener un estado mecánico de buena
reducción y estabilidad; pero que en la cicatrización del daño óseo, el actor
principal y único seguirá siendo el osteoblasto.
52
c. Si se va a salvar la extremidad.
53
propiamente tal, será resuelto según corresponda al criterio
terapéutico propio de una fractura cerrada.
Fracturas complicadas de lesiones neurológicas,
viscerales o vasculares: la acción quirúrgica va dirigida
esencialmente a la solución de la complicación, actuando, por lo
general, de inmediato en la solución del problema óseo
(osteosíntesis).
La fractura de la metáfisis inferior del fémur con lesión de la arteria
femoral, o de la metáfisis superior de la tibia con compromiso de la
arteria tibial posterior, o de columna, con daño medular, son
ejemplos de este tipo de problemas.
Fracturas con grave compromiso articular: requieren
corrección quirúrgica, considerando que el daño óseo, de las
superficies articulares, etc., obliga a una reducción perfecta y estable
para conservar una buena función articular. Ejemplo: fractura con
hundimiento de platillos tibiales.
El daño producido por la fractura en determinadas articulaciones
puede llegar a ser de tal magnitud, que debe ser planteada la
artrodesis de inmediato. La fractura con estallido del calcáneo puede
ser un ejemplo.
Fracturas en hueso patológico: aquí la indicación quirúrgica
tiene dos motivos:
. Resolver el problema del foco óseo patológico: curetaje en
quistes óseos, osteosíntesis, resección del foco de fractura,
artroplastías protésicas, sustitución ósea, etc.
a. Obtener material de la lesión ósea para estudio histopatológico, que
permita un diagnóstico correcto.
Pseudoartrosis: la pseudoartrosis debe ser considerada
como un fenómeno fisiopatológico terminal, no modificable, que
determina una grave alteración funcional. El tratamiento consiste en
actuar quirúrgicamente sobre el foco pseudoartrósico y modificar la
situación fisiopatológica, de modo de permitir que se generen nuevas
condiciones, que garanticen la formación de un callo óseo normal.
54
La resolución quirúrgica de toda fractura, requiere de una cantidad de
instrumental impresionante:
55
TRACCION CONTINUA TRANSESQUELETICA
Objetivo
Indicaciones
Shock.
Diabetes grave descompensada.
Infarto del miocardio.
Insuficiencia cardíaca descompensada.
Infecciones pulmonares agudas.
Heridas infectadas, flictenas.
Fractura expuesta.
Extensa pérdida de piel.
Quemaduras.
Grandes edemas.
Infraestructura deficiente.
Inseguridad de la asepsia.
Ausencia de especialistas.
Situaciones especiales de catástrofes.
Oportunidad inadecuada: previo a fines de semana,
festividades, etc.
56
3. De parte del médico:
Inexperiencia.
Falta de conocimientos de la especialidad.
Ausencia de colaboración: ayudantes, anestesiólogo, etc.
Sitio de la tracción
57
Figura 9
58
Figura 10
Tracción cutánea
59
Indicación: fracturas del 1/3 superior o diáfisis femoral.
Inconvenientes:
Ventajas:
Fácil de realizar.
Sin riesgo de la lesión de elementos vaasculares o
nerviosos.
c.Transcalcánea
60
Indicación: fracturas de la tibia.
61
b. Debe controlar todos los días:
Con justa razón deben ser rotulados como "extraordinarios", porque sus
indicaciones son excepcionales y su uso debe estar reservado exclusivamente al
especialista.
No son métodos nuevos; por el contrario, su uso data de varios decenios y el
entusiasmo por ellos había decaído, y nuevamente reviven, en parte porque
nuevas concepciones fisiopatológicas parecieran apoyarlos y porque nuevos
procesos técnicos lo hacen ahora más factible.
Fijación externa
Indicaciones
62
Tratamiento funcional de las fracturas (según Sarmiento)
FRACTURAS DE CLAVICULA
63
Figura 13
Fractura de
clavícula
desplazada por
tracción del
esternocleido
mastoideo.
El vértice pleural se encuentra en un plano más posterior, pero también debe ser
recordado en fracturas con acentuado desplazamiento de los fragmentos.
CLINICA
Mecanismos de producción
La clavícula es comprimida a lo largo de su eje entre el peso del cuerpo que cae y
el suelo. Las incurvaciones claviculares se exageran y, vencida su capacidad de
flexión, se produce la fractura.
Más raro es el mecanismo por un golpe directo sobre el cuerpo del hueso.
64
Bastante más raras son las fracturas que comprometen el 1/3 distal, generalmente
provocadas por un golpe directamente aplicado en dicho sitio; también son raras
las fracturas que comprometen el 1/3 proximal, producidas por una caída directa
sobre el hombro.
Sintomatología
Inspección
Palpación
Diagnóstico
65
c. Ubicación de los fragmentos, grado de cabalgamiento o separación.
66
Pronóstico
67
Los fragmentos de fractura pueden haber quedado tan separados uno del
otro, que sea imposible su reducción y así el riesgo de una pseudoartrosis debe
ser considerado.
Una inmovilización largamente mantenida, sobre todo en pacientes de más
de 45 años, lleva implícito el riesgo de una rigidez de hombro.
Una falta de inmovilización, puede llevar a una pseudoartrosis.
Un callo exuberante, hecho frecuente en fracturas que evolucionaron sin
inmovilización adecuada, puede constituirse en un agente traumático sobre vasos
subclavios o troncos nerviosos del plexo braquial.
Tratamiento
68
Se coloca un Velpeau con un grueso cojinete de apósitos en el hueco de la
axila. Mientras se coloca, las vendas que cruzan el hombro del lado afectado
deben traccionar hacia arriba y atrás.
69
Los índices de buena consolidación son clínicos y están dados por estabilidad de
los segmentos óseos y ausencia de dolor. Los signos radiográficos de
consolidación son mucho más tardíos.
Tratamiento quirúrgico
Fracturas expuestas.
Fractura con varios fragmentos dispersos y amplia separación de los
extremos óseos.
Fracaso en obtener una reducción aceptable en casos de fractura con gran
separación de los fragmentos.
Compromiso de los vasos subclavios: compresión o ruptura.
Compresión de los troncos nerviosos del plexo braquial.
Fractura del extremo distal con grave lesión de los ligamentos coraco-
claviculares y acromio-claviculares y ascenso acentuado del extremo de la
clavícula fracturada. Probablemente esta sea la indicación de cirugía más
frecuente en la clavícula fracturada.
Fractura en hueso patológico, no tanto para resolver el problema de la
fractura como para obtener una biopsia.
70
Al enfermo se le debe explicar las razones de esta contraindicación y lograr la
renuncia a su pretensión.
La cabeza humeral
Del troquíter
Del cuello del húmero
71
Figura 14
72
Por ello son extraordinariamente raras cuando ya terminó el período de
crecimiento, en que la epífisis quedó soldada al resto del hueso; son más
frecuentes en el niño, donde la fuerza del traumatismo es capaz de producir la
separación epifiso-metafisiaria a nivel del cartílago aún persistente.
Radiología
Basta una simple inmovilización con un vendaje tipo Velpeau por espacio de 2 a 3
semanas.
Si hay una desviación en los ejes céfalo-diafisiarios (en valgo o varo) ésta no
excede los 15° a 20°; en estas circunstancias no procede ningún procedimiento de
reducción. Sin embargo, si la deformación excede los 25° a 30°, se puede intentar
una reducción manual seguida de una inmovilización tipo Velpeau.
73
Con relación a lo que ocurre en el niño, hay dos situaciones diferentes:
74
Fractura con desplazamiento del fragmento.
Fractura del vértice del troquíter sin desplazamiento: Es una típica fractura por
arrancamiento. La tracción arranca la base de la zona de inserción del músculo.
Con frecuencia el fragmento desprendido no se desplaza; el pronóstico es bueno y
el tratamiento sólo requiere de inmovilizar el brazo en un inmovilizador de hombro
o un cabestrillo por 2 a 3 semanas, cuidando de mantener la movilidad del hombro
en actividad. Las medidas de rehabilitación deben ser muy controladas en
enfermos de más de 45 años.
75
Si el fragmento del troquíter queda definitivamente desprendido de la cabeza
humeral, la acción del supraespinoso queda abolida y el movimiento de abducción
del brazo queda fuertemente limitado.
Sintomatología
Los ejercicios de rehabilitación deben ser iniciados tan pronto haya una unión
sólida del segmento óseo fracturado.
Inadecuada rehabilitación
Pasados los 45 a 50 años de edad la rehabilitación es progresivamente más difícil.
Musculatura con desarrollo deficiente.
Obesos.
Arrancamiento óseo con desplazamiento del fragmento.
Diagnóstico tardío.
Generalidades
76
superior extendido y apoyado contra el suelo. El brazo se constituye en un largo
brazo de palanca con apoyo fijo en la articulación del hombro.
Síntomas
Son muy claros e inequívocos. Sin embargo suelen no serlo tanto para los
enfermos. Por ello no es infrecuente la consulta tardía.
Radiografías
77
78
79
Figura 15
En ellas hay una fractura de trazoo transversal, que cruza el cuello del húmero, en
general sin gran desplazamiento de los fragmentos ni deformación de los ejes; con
frecuencia las superficies de fractura se encuentran firmemente impacatadas.
80
La contusión directa contra el extremo superior del húmero, suele determinar
además una fractura, a veces con uno o varios trazos en el troquíter.
81
La angulación de los ejes céfalo-diafisiarios, no determinan una incapacidad
importante en el movimiento de abducción del brazo, considerando que la
desviación no sobrepasa en general más allá de los 20 a 30 grados. Más
trascendente que esto, es el haber respetado la impactación de los fragmentos de
fractura, que permitieron una consolidación rápida y una rehabilitación precoz.
Sin embargo, debieran ser consideradas dos situaciones en que esta tolerancia
tiene límites:
Esta situación no debe ser tolerada en el paciente joven, en quién la limitación del
movimiento de abducción se constituye en una grave incapacidad.
Los fragmentos deben ser reducidos; las superficies de fractura deben ser
desimpactadas y el húmero se lleva en un movimiento de abducción. Recuperado
el eje del hueso, se inmoviliza en un yeso tipo Velpeau, según sea el grado de
estabilidad de la fractura.
Generalidades
82
Golpes directos, caídas de lado en que el brazo se estrella contra un borde duro
sobre el cual se hace palanca, accidentes automovilísticos, impacto de bala contra
el hueso, son mecanismos muy frecuentes.
Variedades anatómicas
Son múltiples las formas de fracturas y ello está determinado por el mecanismo de
producción.
Un golpe directo sobre el brazo provoca una fractura de trazo único y horizontal;
será oblícuo o espiroídeo, en un movimiento de rotación brusco e intenso; habrá
varios fragmentos en un aplastamiento del brazo contra un plano duro (suelo) o
por acción de un proyectil.
Síntomas
Como en toda fractura diafisiaria, es posible encontrar casi todos los síntomas y
signos: dolor, impotencia funcional, movilidad anormal, crepitación, deformación
del brazo, alteración de los ejes, etc.
Radiología
83
Osteoporosis
84
Quiste óseo
85
Tratamiento
Hay ciertas circunstancias que rodean a estas fracturas, que hacen necesario
tener presente algunas medidas de tratamiento urgente
86
Tratamiento definitivo
La diáfisis del húmero se encuentra envuelta por masas musculares muy bien
vascularizadas, que le aportan al hueso una abundante irrigación.
87
Figura 16
Yeso
colgante
Los signos clínicos de firmeza del foco de fractura, ausencia de dolor, mayor
libertad para realizar movimientos simples, tienen una significación mayor que la
imagen radiográfica.
88
El procedimiento terapéutico descrito es suficiente para tratar en forma correcta la
gran mayoría de las fracturas de la diáfisis humeral.
En otro sentido, la lesión del radial por fracturas del húmero por armas de fuego o
por graves fracturas expuestas, adquiere una especial gravedad, y con frecuencia
la lesión es candidata a una exploración y reparación quirúrgica.
Exceptuando estas dos circunstancias, en todas las demás, la lesión del nervio
corresponde a una neuropraxia, de carácter benigno, de recuperación espontánea.
Mano caída.
El movimiento de supinación está perdido.
También lo está el movimiento de extensión de los dedos en las articulaciones
metacarpo falángicas y del pulgar.
Disminución de la sensibilidad del dorso de la mano, lado radial.
89
tratamiento. Resulta aconsejable informar de inmediato de la existencia de la
complicación y sus consecuencias a sus familiares directos.
Teniendo presente que en no menos del 85% de los casos la lesión neurológica se
recupera en forma espontánea en un plazo variable de 4 a 12 semanas, no está
indicada la exploración quirúrgica precoz.
Así mismo, debe cuidarse de la posición de la mano y dedos, evitando, con una
férula antebraquipalmar dinámica, la posición viciosa de la mano. No debe
descuidarse el apoyo psíquico del enfermo, que puede caer en estados de
angustia y depresión frente a una recuperación más lenta de lo que esperaba.
90
Pseudoartrosis
91
LESIONES TRAUMATICAS DEL CODO
GENERALIDADES
Son varias las consideraciones que obligan al médico, aún no especialista, a tener
un muy buen conocimiento de la patología traumática del codo:
Los factores negativos expresados son aún peores, en la medida que concurran
otras circunstancias agravantes como:
92
CONTUSION SIMPLE DEL CODO
Basta con inmovilizar con un yeso cerrado o en una férula durante diez días; se
reinician los movimientos activos con suma prudencia, esperando una
recuperación muy lenta. De ello debe ser advertido el paciente o sus padres.
EPICONDILITIS TRAUMATICA
También conocida como "codo del tenista". Es una lesión muy frecuente, dolorosa,
rebelde e invalidante. Con frecuencia se constituye en un problema para el médico
tratante, dada la rebeldía de la lesión, que suele mantenerse dolorosa pese a
todos los tratamientos.
El enfermo debe ser advertido desde el primer momento sobre los siguientes
puntos:
93
Puede presentarse en forma insidiosa, lentamente progresiva, hasta llegar a una
intensidad tal que llega a inhabilitar el movimiento del codo. Ocurre así en
pacientes en los que por su trabajo (mecánicos, obreros, dueñas de casa, etc.) o
por práctica intensa de deportes (tenis), realizan movimientos de prono-supinación
generalmente con el codo extendido.
Tratamiento
94
FRACTURAS DE CODO
Son aquellas que comprometen algunos o todos los extremos epifisiarios que
constituyen la articulación. Así comprenden:
1. Fracturas supra-condíleas
Magnitud del traumatismo, tipo de caída, posición del codo al caer sobre un plano
duro, etc., son factores que determinan una gran variedad en la orientación,
número y extensión de los rasgos de fractura y que en la práctica hacen muy difícil
un intento de clasificación completa y exacta.
95
Fracturas supra-condíleas
96
Figura 17
Fracturas supra-
condíleas del
húmero.
(a) y (b) Fracturas
por extensión.
(c) y (d) Fracturas
por flexión.
Sin duda, las fracturas por extensión son las de mayor frecuencia (90%).
En ellas, el trazo de fractura es oblícuo; se dirige desde la cara anterior del hueso
hacia atrás y arriba; el fragmento distal, epifisiario, es traccionado hacia arriba y
atrás por acción del tríceps.
97
Ello obliga a un estudio inmediato que descarte el compromiso vascular o
nervioso; si se comprueba lesión de estos elementos, la reducción de los
fragmentos no admite espera y debe ser realizada de inmediato.
Son mucho más raras; en ellas el trazo de fractura es oblícuo y se dirige desde la
cara anterior del hueso hacia abajo y atrás; el fragmento proximal se desplaza
hacia atrás y abajo, mientras el fragmento distal lo hace hacia arriba y adelante.
Radiología
98
Tratamiento
1. Anestesia general.
2. Tracción longitudinal del miembro.
3. Presión manual de atrás hacia adelante o sobre el fragmento distal (epifisisario), y
de adelante hacia atrás en el fragmento proximal.
4. Manteniendo con firmeza la tracción longitudinal para impedir el cabalgamiento, se
lleva el codo a una posición de flexión de 90° aproximadamente.
5. Se corrige el desplazamiento lateral, si lo hay, con compresión manual,
manteniendo firmemente la flexión del codo.
6. Fijación del foco de fractura con dos alambres de Kirschner a percutáneos.
7. Control radiográfico.
99
8. Conseguida la reducción y comprobada la indemnidad del sistema vascular y
nervioso, la fractura se fija con una férula posterior braqui palmar con flexion de 80
grados que envuelva los 4/5 del perímetro del miembro.
9. Comprobación permanente del estado de la circulación e inervación del antebrazo,
mano y dedos.
10. Control radiográfico.
11. El niño debe quedar hospitalizado, para un control permanente, durante por lo
menos 24 hs.
12. Inmovilización por 3-4 semanas
Los ejercicios de los dedos y hombro deben empezarse desde el día siguiente.
Complicaciones
1. Complicaciones inmediatas
100
La gravedad de la lesión vascular o nerviosa que se está generando, la velocidad
de su progresión y la irreversibilidad del daño producido, explican lo obligatorio del
control permanente del proceso de evolución y la urgencia del tratamiento
corrector de la complicación.
2. Complicaciones tardías
Consolidaciones viciosas, con desviaciones del eje, sea en varo o valgo (cúbito
varo o valgo).
Pronóstico
En general los resultados finales son excelentes, siempre que cumplan las
condiciones de un buen manejo del paciente:
101
Casos especiales
Fracturas irreductibles.
Fracturas inestables.
Fracturas con compromiso vascular o nervioso irreversible por maniobras de
reducción
Fracturas expuestas.
102
Son propias del adulto y se producen por caída violenta contra el suelo. La epífisis
superior del cúbito, con su superficie articular en forma de cuña, golpea
directamente contra la polea humeral, entre los dos cóndilos; la línea de fractura
que ahí se produce los separa en más o menos grado y genera el trazo en forma
de Y o en T, según sea el grado de oblicuidad del trazoo que compromete la zona
metafiso-diafisiaria.
Radiología
103
104
Tratamiento
1. Tratamiento ortopédico
Se discute cuál debe ser el ángulo en que debe inmovilizarse el codo. Hay autores
que prefieren una inmovilización con el codo en extensión de 110°
aproximadamente. La inmovilización funcional del codo es a 90°.
105
Se repiten controles radiográficos después de la primera semana. No se debe
confiar en la estabilidad aparente de los fragmentos óseos; puede haber
desplazamientos entre ellos pasadas varias semanas.
2. Tratamiento quirúrgico
Resulta trascendente para el éxito del tratamiento, cualquiera haya sido el método
empleado, un tratamiento de rehabilitación cuidadosamente planificado, realizado
en forma perfecta y muy bien controlado por el médico tratante.
106
A veces la radiografía no muestra en su verdadera magnitud el segmento
fracturado, ya que éste, en gran parte, está todavía constituido por cartílago.
Tratamiento
107
El procedimiento quirúrgico es exitoso, aun transcurridos varios meses, como es el
caso de fracturas no diagnosticadas o desplazadas después de un tratamiento
deficiente.
Es otra de las fracturas frecuente del codo y que afecta especialmente a los
adultos.
Debe abandonarse la idea, muy frecuente, sobre todo en los no especialistas, que
esta fractura es intrascendente y transcurre sin consecuencia. Ello es un error.
Debe considerarse con extremo cuidado toda fractura de la cabeza del radio,
aunque no sea sino una pequeña fisura o arrancamiento marginal. El descuido o
mal manejo de lesiones aún tan pequeñas, que puedan pasar fácilmente
inadvertidas a un examen radiográfico poco acucioso, les ha costado a muchos
pacientes la pérdida de los movimientos del codo.
Hay que considerar que la lesión ósea, en general, no sólo afecta a la cabeza del
radio; es frecuente que el impacto comprometa la indemnidad del cóndilo externo
del húmero; no es infrecuente encontrarse con fracturas del cartílago o
hundimientos de la superficie ósea a ese nivel, inadvertidas en el examen
radiográfico.
Dado que la magnitud del daño óseo es a veces muy pequeño, con facilidad
induce a error.
108
Clínicamente el diagnóstico es fácil. Unido al antecedente de la caída, hay dolor,
especialmente con los movimientos de pronación y supinación, y dolor preciso a la
presión de la cabeza del radio.
Si se considera la magnitud del daño óseo, pueden ser clasificadas en tres tipos
clínicos diferentes:
1. Fractura por fisura de la cabeza radial, pero sin desplazamiento del segmento
fracturado. La fisura es a veces tan fina que puede pasar inadvertida.
2. Fractura marginal con desplazamiento del fragmento.
3. Fractura conminuta; toda la cabeza radial se encuentra comprometida, a veces
con los caracteres de un verdadero estallido.
Tratamiento
En ambas técnicas, debe haber un frecuente control del médico: por lo menos 1 a
2 veces a la semana.
109
Quedan formalmente prohibidos movimientos pasivos, extensiones y flexiones
forzadas; así como masajes o carga de pesos.
Fractura conminuta
110
La recuperación completa logra obtenerse en 2 a 3 meses.
FRACTURAS DE OLECRANON
Son dos los mecanismos que generan esta fractura y, con mucha frecuencia,
actúan en forma conjunta:
1. Contusión directa por caída con apoyo violento del codo contra el suelo.
Es importante considerar que entre los objetivos que deben ser conseguidos
están:
Ello sólo se consigue si hay una sólida fijeza en la unión de la fractura. Por ello es
que uniones fibrosas en pseudoartrosis, permiten el movimiento de flexión, pero el
de extensión queda limitado a veces en grado extremo.
Radiología
111
Fractura luxación de Montegia y Fractura de olécranon
Tratamiento ortopédico
112
Por estos motivos, el tratamiento puramente ortopédico es de indicación
excepcional con una férula o aparato de yeso circular braquipalmar por 3-4
semanas.
Tratamiento quirúrgico
Las fracturas del antebrazo son aquéllas que comprometen la diáfisis del radio y
del cúbito.
El antebrazo prolonga la extremidad superior hacia la mano y permite
específicamente el movimiento de pronosupinación; el radio y el cúbito se
encuentran unidos por la membrana interósea de tal modo, que para permitir una
función completa de este segmento se necesita una integridad anatómica perfecta
113
de ambos componentes óseos (radio y cúbito) y de las articulaciones radiocubital
proximal y distal.
Debemos considerar que, cada vez que ocurre la fractura de un hueso del
antebrazo, puede existir la fractura del otro o una luxación de las articulaciones
radiocubital, ya sea proximal o distal. Las fracturas aisladas de cúbito o radio son
más bien infrecuentes.
CLINICA
114
a. Fractura de Monteggia: consiste en la fractura de la diáfisis cubital
asociada a una luxación de la cabeza del radio.
b. Fractura de Galeazzi: consiste en la fractura de la diáfisis radial con
luxación del cúbito a nivel de la articulación radiocubital inferior.
Radiología
115
Fractura en rama verde
116
Fracturas diafisiarias
117
Monteggia
Monteggia
118
TRATAMIENTO
En las fracturas en tallo o rama verde del tercio distal del antebrazo,
que habitualmente sólo se desplazan hacia dorsal, basta con la
corrección de esta angulación con ruptura de la cortical íntegra
seguida de yeso braquipalmar.
La fractura expuesta.
Síndrome compartamental.
Retardo de consolidación y pseudoartrosis.
Callos viciosos y sinostosis radiocubital postraumática que
limitan gravemente la pronosupinación.
119
FRACTURAS DEL EXTREMO DISTAL DEL RADIO
GENERALIDADES
El extremo inferior del radio puede sufrir, por una caída con violento apoyo en la
palma de la mano contra el suelo, una variada gama de fracturas, desde la más
simple, como una fisura de la apófisis estiloides, hasta el estallido de la epífisis
distal con destrucción de todo el complejo articular radio-carpiano y radio-cubital.
ANATOMIA
El extremo distal del radio está formado por hueso esponjoso, cubierto por una
delgada cortical, de muy poca resistencia, sobre todo a nivel de la zona metáfiso
epifisiaria.
FRACTURA DE COLLES
120
Definición
Es una fractura de trazo transversal de la epífisis inferior del radio y que presenta
notoriamente tres desviaciones que son típicas:
Sexo y edad
Etiopatogenia
La caída sobre el talón de la mano genera una fuerza axial que se transmite desde
los huesos del carpo contra la epífisis radial; el peso del cuerpo genera además un
movimiento de flexión dorsal violento a nivel de la región carpiana, cuando ésta
choca contra el suelo.
121
Sintomatología
122
d. Equímosis palmar.
e. Aumento de volumen de la muñeca y mano.
f. Impotencia funcional por dolor.
Radiografía
Figura 20
Radiografía de muñeca. Muestra las típicas desviaciones de epífisis distal del radio,
propias de una fractura de Colles. La epífisis está impactada en la metáfisis,
desviada hacia dorsal (dorso de tenedor) y radializada (deformación "en bayoneta").
123
124
Tratamiento
125
se trata de enfermos jóvenes donde la alteración funcional llegará a ser limitante
en el futuro, y el aspecto antiestético difícilmente llegará a ser aceptado.
Cuales sean las circunstancias, edad y sexo, es deseable conseguir, junto a una
buena función, una correcta reducción.
Procedimiento ortopédico
Indicaciones:
Contra-indicaciones:
Contra-indicaciones:
Ancianos.
Hipertensos.
Enfermos pusilánimes, desconfiados o aterrorizados.
126
c. Anestesia general: Incuestionablemente es la anestesia de elección, sin
embargo debe tenerse en cuenta que lleva implícito el riesgo propio de una
anestesia general, en enfermos de edad avanzada, de pasado patológico
(cardíaco, pulmonar) desconocido, que no se encuentran en ayunas ni
psicológicamente preparados.
Por estas mismas circunstancias debe considerarse cuidadosamente la idoneidad
de quien asume la responsabilidad del acto anestésico.
Precauciones:
Enfermo hospitalizado.
Reducción en quirófano.
Máquina de anestesia.
Enfermo en ayunas.
Examen cardíaco.
Anestesiólogo.
Debe tenerse presente las tres principales desviaciones de los fragmentos, porque
las maniobras a realizar para la reducción, deben ir corrigiendo sucesivamente
una tras otra, cada una de ellas y en el siguiente orden:
Técnica de la reducción
127
6. Hiperflexión sostenida y fuerte compresión aplicada en el dorso de la epífisis
(no en el carpo) hacia palmar. Desaparece el dorso de tenedor. Por fuerte que sea
aplicada la presión flexora, no hay peligro de hiper-reducir el fragmento
(desviación palmar).
7. Compresión hacia cubital, fuerte y sostenida de la epífisis radial.
En este momento es fácil comprobar cómo las desviaciones características han
ido desapareciendo una tras otra, y mientras más precoz haya sido el
procedimiento, más fácil y perfecta será la reducción.
8. Comprobación radiográfica de la reducción. Si ella es insuficiente se repite la
maniobra.
9. Yeso almohadillado braqui palmar, muy bien modelado, con mano
ligeramente con desviación y en flexión palmar.
10. Yeso cerrado o abierto. Si se decide dejar yeso cerrado deberá controlarse
antes de 12 horas, investigando signos de compresión.
Ante cualquier duda de que este control pueda no realizarse, es preferible abrir el
yeso, colocar un vendaje suave y mano elevada.
De todos modos, insista en la necesidad de control al día siguiente.
11. Exprese con claridad a un familiar responsable y ojalá por escrito, la
recomendación de control inmediato, a cualquier hora del día o de la noche a una
posta u hospital, si aparecen signos de compresión, que usted debe enseñar a
reconocer al paciente o a sus familiares.
12. A los tres días, nuevo control clínico y radiológico. Si la desviación se
reproduce, repetir todo el procedimiento de nuevo.
13. Prosiga el control cada 5 a 7 días.
14. Cambiar yeso a las 3 a 4 semanas, ahora con mano en posición funcional, y
pudiendo ahora quedar bajo el codo (yeso antebraquio palmar).
15. Plazo de yeso: 6 a 8 semanas.
Quizás sea la parte más trascendente del tratamiento. No es raro ver muñecas
deformadas por la fractura de Colles, que nunca fueron tratadas, pero con función
perfecta; también se ven resultados estéticos perfectos con reducciones exactas,
pero con muñeca y dedos rígidos y sin capacidad funcional.
128
6. Vigile a su enfermo, al principio ojalá todos los días, o por lo menos 1 a 2
veces por semana. Así tendrá ocasión de corregir técnicas defectuosas y
estimular psicológicamente al enfermo, que suele caer en la depresión o
derrotismo.
7. Una vez retirado el yeso, advierta que el tratamiento no ha terminado; más
bien, recién empieza la rehabilitación propiamente tal. Exija mayor cooperación
aún.
8. Adelántese al deseo del enfermo y tome una radiografía de control.
9. No olvide: es cierto que más vale una mano deformada pero funcional que
una mano muy bien reducida pero rígida e inservible, pero aún mejor, es
conseguir una reducción perfecta con movilidad normal.
Osteosíntesis percutánea
129
Probablemente sea razonable su empleo en enfermos jóvenes, con elevadas
exigencias funcionales y estéticas, manejadas en servicios altamente
especializados que garanticen una cuota mínima de riesgos.
Han revivido las indicaciones, al contarse con instrumental muy fino (tornillos o
placas de pequeños fragmentos).
Complicaciones
130
FRACTURAS DEL ESCAFOIDES CARPIANO
GENERALIDADES
ANATOMÍA
El escafoides carpiano forma parte de la primera fila del carpo; se articula con el
radio, semilunar, trapecio y trapezoide, constituyéndose así en clave en las
articulaciones radio-carpiana, carpo-metacarpiana para el pulgar e intrínsecas del
carpo. En los movimientos de abducción, rotación y oposición del pulgar, el primer
metacarpiano transmite su movimiento al trapecio que se desliza sobre el
escafoides.
Como casi todos los huesos del carpo, presenta una irrigación deficiente; casi las
4/5 partes de la superficie del escafoides está cubierta por cartílago articular, de
modo que la vascularización penetra en el hueso a través de dos pequeñas áreas
libres, una dorsal y otra palmar; en los 2/3 de los casos los vasos arteriales
discurren por dentro del hueso, de un extremo al otro, dejando al polo proximal
con irrigación vascular precaria, constituyéndose en vasos terminales.
Este sistema vascular del escafoides ayuda a explicar su conducta biológica frente
a la fractura: consolidación lenta, gran tendencia a la pseudoartrosis y a la
necrosis avascular, sobre todo del polo proximal.
MECANISMOS DE PRODUCCION
Caída contra el suelo, apoyando la mano en flexión dorsal forzada; a veces suele
bastar un movimiento violento que lleva la mano en dorsi-flexión violenta para
provocar la fractura, sin necesidad de caída contra el suelo. No es raro observar
que el antecedente traumático tenga una magnitud muy discreta; ello es la causa
que hace que el enfermo y aun el médico ni siquiera sospechen la existencia de la
fractura, clasificando el cuadro como un simple esguince de la muñeca.
CUADRO CLINICO
Casi siempre se trata de un adulto joven, que relata una caída apoyando la mano
contra el plano del suelo; prácticamente es el mismo mecanismo que en el
anciano lleva a la fractura de Colles.
131
No es raro que la mano apoye en flexión palmar forzada o haya sido violentada
en un fuerte movimiento de dorsi-flexión sin antecedente de una caída.
Todos los signos descritos pueden ser engañosamente discretos, poco relevantes
y pueden pasar fácilmente inadvertidos, tanto para el enfermo como para el
médico.
Conclusión
ESTUDIO RADIOGRAFICO
132
Figura 21
Radiografía AP del
carpo. Muestra un
evidente trazo de
fractura del cuerpo
del escafoides. Con
frecuencia este
trazo es
extraordinariamente
fino; suele no
observarse en esta
proyección y son
necesarias nuevas
proyecciones.
133
Interpretación radiográfica
TRAZOS DE FRACTURA
134
Fractura desplazada: ya sea con separación, angulación o rotación de los
fragmentos.
El tratamiento correcto obliga a obtener una reducción perfecta, sea por método
ortopédico o quirúrgico. Es en este grupo donde se observa con mayor frecuencia
el retardo de consolidación, la pseudoartrosis y la necrosis avascular.
Fractura asociada con luxaciones de los otros huesos del carpo: donde el
tratamiento de la fractura del escafoides se constituye en una etapa dentro del
complejo manejo de la lesión carpiana.
PRONOSTICO
En el mejor de los casos, la fractura del escafoides debe ser considerada como de
grave pronóstico, aun cuando en el 90% de los casos llega a consolidar en forma
completa.
135
TRATAMIENTO
Se reinstala un nuevo yeso por 1 a 2 meses más. Los controles clínicos deben ser
mantenidos.
Se retira el yeso definitivamente a los 3 ó 4 meses.
136
Si la sintomatología clínica es tranquilizadora, los movimientos son normales, la
oposición del pulgar es indolora, se deja sin yeso y se continúa el control clínico;
nueva radiografía dentro de los próximos 30 días.
Constituyen un porcentaje bajo del total de las fracturas del escafoides (5% a 8%).
137
Consideración de dos circunstancias especiales
De todos modos, cada caso debe ser examinado con mucha detención, y la
decisión debe ser tomada sólo después de haber agotado los procedimientos
ortopédicos, traspasando todos los plazos de espera razonables y con una
confirmación radiográfica incuestionable.
138
El objetivo del tratamiento quirúrgico habitual es: eliminar el tejido fibroso
interpuesto entre los fragmentos óseos, y colocar un injerto óseo libre o
pediculado a un fascículo muscular, que mantenga la reducción y la contensión de
ambos fragmentos. Se mantiene una rigurosa inmovilización con yeso antebraquio
palmar con pulgar incluido, hasta que haya manifestaciones clínicas y radiológicas
indiscutibles de consolidación; este plazo es largo, y puede extenderse a 3, 4, 5 ó
más meses.
139
Clínica
Tratamiento
140
Fractura del 5° metacarpiano
Luxofractura de Bennett
141
Figura 22
Luxofractura de Bennett.
Son muy frecuentes y especialmente en deportes que usan las manos (volleybol,
basketbol, etc).
142
frecuentemente acompañarse de pequeños arrancamientos óseos en las
inserciones laterales de los ligamentos o en la cara palmar de la articulación, por
lo cual el estudio radiológico es imperioso.
Tratamiento
Los dedos deben ser inmovilizados en semiflexión con una férula digital; ésta
puede fijarse al resto de la mano con un yeso antebraquial. El período de
inmovilización es de aproximadamente 2 a 3 semanas; una vez pasado el dolor
debe iniciarse una movilización activa, ya que el riesgo de rigidez es esperable. La
articulación puede permanecer con aumento de volumen por 2 a 3 meses, por lo
que puede ser necesario complementar el tratamiento con fisioterapia (calor local,
en cualquiera de sus formas).
La luxación metacarpofalángica del pulgar puede ocurrir al sufrir una fuerza que
desplaza el pulgar hacia dorsal (por ejemplo, pelotazo). Su reducción se realiza
con la maniobra ya enunciada para las luxaciones interfalángicas y debe ser
inmovilizada con yeso antebraquial, con pulgar incluido, por 3 semanas.
143
El Mallet finger o dedo de beisbolista consiste en la avulsión del tendón extensor
de su inserción en el dorso de la base de la falange distal; se produce por una
fuerza que flexiona bruscamente la falange distal quedando el dedo en flexión a
ese nivel e imposibilidad de extenderla. Puede ocurrir con arrancamiento óseo o
con ruptura sólo del tendón. El tratamiento puede ser ortopédico o quirúrgico; el
tratamiento ortopédico consiste en mantener la falange distal en hiperextensión
para acercar los extremos avulsionados, manteniendo la interfalángica proximal en
flexión, mediante una férula digital o yeso digital fenestrado por 3 a 4 semanas;
debe controlarse semanalmente para asegurar la correcta posición de
inmovilización.
La onicectomía es improcedente.
144
TRAUMA TORÁCICO
A. INCIDENCIA.
Las lesiones torácicas causan 1 de cada 4 muertes en USA, muchos de los
pacientes mueren llegando al hospital. Algunas de esas muertes pueden
prevenirse con un diagnóstico y un tratamiento adecuado y temprano. Menos
del 10 % de las lesiones cerradas y 15 a 30 % de las lesiones penetrantes
requieren toracotomía.
B. FISIOPATOLOGÍA.
La hipoxia, la hipercarbia y la acidosis son frecuentemente resultado de
lesiones torácicas. La hipoxia tisular resulta de un inadecuado transporte de
oxigeno a los tejidos por hipovolemia, inadecuada ventilación pulmonar /
perfusión (contusión, hematoma, colapso alveolar), y cambios en la presión
intratorácica (neumotórax a tensión, neumotórax abierto).
La hipercapnia implica hipoventilación. Agudamente la hipoxia es más
importante.
La acidosis respiratoria es causada por una ventilación inadecuada, cambios
en las relaciones de la presione intratorácica y depresión de la conciencia. La
acidosis metabólica es causada por hipoperfusión a los tejidos (Choque)
145
II. EVALUACIÓN PRIMARIA
A. VIA AEREA: Evaluar la vía aérea, escuchando la salida de aire por la boca
y la nariz, investigar si hay retracciones intercostales o supraclaviculares,
buscar cuerpos extraños en orofaringe.
OBSTRUCCIÓN DE LA VÍA AÉREA: La obstrucción de la vía aérea a nivel
alveolar es potencialmente una lesión que amenaza la vida y se evalúa y
maneja durante la evaluación secundaria y las fases de atención definitiva.
146
El neumotórax abierto se trata cubriendo rápidamente la herida con un apósito
estéril y oclusivo, de tamaño suficiente para cubrir los bordes de la herida,
fijando tres de ellos con tela adhesiva. Ello hace que el apósito funcione como
una válvula de escape unidireccional. Cuando el paciente inspira, el apósito se
adhiere oclusivamente sobre la herida, evitando la entrada de aire. Cuando el
paciente espira, el borde no fijo permite el escape de aire. En lugar del apósito
se puede usar una envoltura plástica, un guante de látex o plástico, gasa
vaselinada. Se coloca un tubo al tórax en un área distante de la herida.
Generalmente se necesita el cierre quirúrgico definitivo de la herida.
147
Algunos pacientes pueden ser manejados sin el uso de ventilador. Sin
embargo, la prevención de la hipoxia es de suma importancia y un corto
período de intubación y ventilación puede ser necesario hasta que se haya
logrado el diagnóstico completo y definitivo de las lesiones. La valoración
cuidadosa de la frecuencia respiratoria, de la tensión parcial de oxígeno
arterial y el estimativo del trabajo ventilatorio indicarán el momento adecuado
para la intubación y ventilación. No todos los pacientes con tórax inestable
requieren intubación endotraqueal inmediata.
C. CIRCULACIÓN
Evalúe el pulso buscando frecuencia, regularidad e intensidad. Evalúe la TA,
observe el color y palpe la temperatura, busque distensión en las venas del
cuello (tamponade)
Conecte a un monitor cardiaco, la presencia de contracciones ventriculares
prematuras es una arritmia común, y pueden requerir tratamiento inmediato
con un bolo de lidocaina (1mg/kg) seguido por un goteo de lidocaina (2 a 4
mg/min).
La actividad eléctrica sin pulso (AEP), anteriormente conocida como
disociación electromecánica puede estar presente en el tamponade cardiaco, en
el neumotórax a tensión, en la hipovolemia severa o en una ruptura cardiaca.
148
Algunos pacientes requieren toracotomía temprana. Si el tubo de tórax drena
inicialmente más de 1500 ml de sangre o si la cantidad de sangrado es de 200
ml/hora por 2 a 4 horas, el paciente requiere una toracotomía.
Las heridas torácicas anteriores mediales en relación a la línea del pezón y las
heridas posteriores mediales al omóplato, deben alertar al médico hacia la
probable necesidad de una toracotomía, debido a una posible lesión a los
grandes vasos, estructuras hiliares y al corazón, con el riesgo potencial
asociado de taponamiento cardiaco.
2-TAMPONADE CARDIACO:
El taponamiento cardiaco ocurre comúnmente como resultado de heridas
penetrantes. El traumatismo cerrado, también puede provocar hemopericardio
por lesiones del corazón, grandes vasos o vasos pericárdicos. El pericardio es
un saco fibroso y solamente se necesita una pequeña cantidad de sangre o
líquido para interferir la actividad cardiaca, afectar el retorno sanguíneo y el
llenado del corazón.
149
El ultrasonido transtorácico de urgencia (ecocardiograma) ayuda al
diagnóstico pero tiene 5 a 10 % de resultado falso negativo.
El FAST (evaluación sonográfica dirigida a trauma) en manos de un operador
experimentado puede tener una sensibilidad de 90 % para la presencia de
líquido en el pericardio.
En el paciente que no responde a las medidas de resucitación, un alto índice de
sospecha es todo lo que necesita para practicar la pericardiocentésis por la vía
subxifoidea
III.TORACOTOMIA:
El masaje cardiaco cerrado en condiciones de paro cardiaco o disociación
electromecánica no es efectivo en el paciente hipovolémico. Los pacientes con
heridas penetrantes precordiales, exsanguinantes, que llegan a urgencias sin
pulso palpable pero con actividad eléctrica cardiaca, pueden ser candidatos
para una toracotomía de resucitación en el departamento de Urgencias.
Asumiendo que un cirujano está presente, se debe practicar una toracotomía
anterolateral izquierda, con oclusión de la aorta descendente con un clamp
vascular, pericardiotomía y masaje cardiaco abierto, unido a una restauración
agresiva del volumen vascular. La toracotomía de resucitación en el
departamento de Urgencias en pacientes con trauma torácico cerrado, en
quienes no se demuestra actividad eléctrica cardiaca, casi nunca es efectiva.
150
LESIONES POTENCIALMENTE LETALES IDENTIFICADAS EN LA
EVALUACIÓN SECUNDARIA
En contraste con las lesiones que amenazan la vida de forma inmediata, estas
lesiones no son obvias en el examen físico inicial. Su diagnóstico requiere un
alto índice de sospecha. Casi todas frecuentemente pasan desapercibidas
durante el período postraumático inicial. Sin embargo, si se pasan por alto, la
mortalidad aumenta.
A. Neumotórax simple
Resulta de la entrada de aire al espacio virtual entre las capas de la pleura.
Puede ser producido por trauma penetrante o cerrado. En caso de trauma
cerrado la causa más común es una laceración pulmonar con salida de aire.
El tratamiento es la colocación de un sello de agua, el cuál debe de colocarse
antes de someter al paciente a cualquier cirugía , ya que se puede convertir en
un neumotórax a tensión al aplicarle presión positiva durante la anestesia.
B. Hemotórax.
La causa primaria es una laceración pulmonar, laceración de un vaso
intercostal o de la arteria mamaria interna debido a trauma cerrado o
penetrante. En la gran mayoría de los casos esta hemorragia es autolimitada y
no requiere cirugía.
151
El hemotórax que aparecen en la radiografía de tórax ( más de 200 ml), se
trata con la inserción de un tubo al tórax y se conecta a un sello de agua. Esto
permite la evacuación de la sangre, evaluar la cantidad de sangrado y permite
la expansión pulmonar.
C. Contusión Pulmonar
Es la lesión torácica traumática potencialmente letal más común. La falla
respiratoria no se presenta de una manera instantánea y por el contrario, puede
ocurrir de una manera sutil, desarrollarse lenta y progresiva. El plan para su
tratamiento definitivo puede cambiar con el tiempo, lo que amerita un
monitoreo cuidadoso y la reevaluación continua del paciente.
152
3. BRONQUIOS. La lesión de un bronquio mayor es rara y generalmente
fatal, con frecuencia pasa desapercibida. La mayoría son causadas por trauma
cerrado y se localizan en un área de 2 a 3 cm de la carina. Frecuentemente
mueren en el accidente y aquellos que llegan vivos al hospital tienen una
mortalidad de 30 %, por lesiones asociadas.
El paciente con una lesión bronquial presenta hemoptisis, enfisema
subcutáneo o neumotórax a tensión.
153
F. RUPTURA AÓRTICA TRAUMÁTICA
En una causa común de muerte súbita, luego de un accidente automovilístico o
de una caída de gran altura.
Los pacientes con ruptura aórtica que son potencialmente salvables tienen una
laceración incompleta cerca del ligamento arterioso de la aorta y la
continuidad se mantiene por una capa adventicia intacta o un hematoma
contenido en el mediastino, que evita la muerte inmediata.
154
G. Lesiones Traumáticas del Diafragma
La ruptura traumática del diafragma se diagnostica más comúnmente en el
lado izquierdo, debido a que el hígado oblitera la herida en el lado derecho,
mientras que la presencia de intestino, estómago o la sonda nasogástrica son
más fácilmente detectables en el hemitórax izquierdo.
El traumatismo cerrado puede producir desgarros radiales grandes que
conducen a la herniación.
155
V. OTRAS MANIFESTACIONES DE LESIONES TORÁCICAS
156
El cuadro clínico es idéntico a la ruptura esofágica postemética. La lesión
esofágica debe ser considerada en cualquier paciente que presenta:
1-Neumo o hemotórax en el lado izquierdo sin fractura costal;
2-En aquellos que ha recibido un golpe severo al esternón en su porción
inferior o al epigastrio y presentan dolor o choque fuera de proporción a la
lesión aparente
3-Si luego de la inserción de un tubo al tórax, el drenaje presenta partículas
sólidas.
La presencia de aire en el mediastino también sugiere el diagnóstico, el cual
puede ser confirmado mediante radiología contrastada o esofagoscopía.
157
III. ESPACIO PLEURAL Y PARÉNQUIMA PULMONAR
A.- Espacio pleural: Busque colecciones anormales de líquido que representan
un hemotórax. Busque colecciones anormales de aire que representan un
neumotórax, habitualmente vistas como un área apical radiolúcida con
ausencia de trama broncovascular
B.- Parénquima pulmonar: revise los campos pulmonares buscando infiltrados
que sugieren contusión pulmonar, hematomas o broncoaspiración. La
contusión pulmonar se observa como consolidación de los espacios aéreos,
pudiendo ser irregular y en parches u homogénea, difusa o extensa.
Revise el parénquima pulmonar buscando laceraciones. Las laceraciones se
observan como hematomas, variando de acuerdo a la magnitud de la lesión y
aparece como áreas de consolidación.
IV. MEDIASTINO
A.- Busque aire o sangre que pueden desplazar las estructuras mediastinales,
borrar los límites entre los planos de los tejidos o delinearlos con radiolucidez.
B.- Busque signos radiológicos asociados con lesión cardiaca o de grandes
vasos.
1. -El aire o la sangre en el pericardio aumenta su tamaño (corazón globoso
o en garrafa). Aumentos progresivos de la silueta sugieren un
neumopericardio o un hemopericardio expandente.
158
V. DIAFRAGMA
El diagnóstico de las rupturas diafragmáticas requiere un alto índice de
sospecha, basándose en el mecanismo de lesión, los signos y síntomas del
paciente y los hallazgos radiográficos. En la radiografía inicial del tórax en
ocasiones no puede identificarse claramente la lesión diafragmática, por que
se requieren estudios secuenciales.
A.-Cuidadosamente revise el diafragma buscando:
1. -Elevación (normalmente puede subir hasta el cuarto espacio intercostal
en la expiración.
2. -Ruptura (presencia del estómago o gas intestinal arriba del diafragma)
3. -Mala identificación (irregular u obscura) debida a la sobreposición de
liquido o tejidos blandos.
159
VI. TORAX ÓSEO
A.-Clavícula: Descarte fractura, lesiones asociadas como lesión de grandes
vasos.
B.- Escápula: Descarte fractura, lesiones asociadas como lesión de la vía
aérea, de grandes vasos y contusión pulmonar.
C.- Costillas: 1 a 3, descarte fracturas, lesiones asociadas como neumotórax,
lesión de la vía aérea y de grandes vasos.
Costillas 4 a 9, descarte fracturas en dos más, en dos partes ( tórax
inestable), lesiones asociadas como neumotórax, hemotórax, contusión
pulmonar,
Costillas 9 a 12, descarte fracturas en dos o más y en dos partes, lesiones
asociadas como neumotórax, contusión pulmonar, lesiones de bazo, hígado y
riñón.
D.- Esternón: Revise la unión del manubrio y del cuerpo buscando fracturas.
Las fracturas del esternón pueden confundirse en la radiografía anteroposterior
con el hematoma mediastinal. Descarte lesiones asociadas como contusión
miocárdica, lesión de grandes vasos que ocasiona ensanchamiento del
mediastino.
160
RADIOGRAFIA DE TORAX
Fx costal Neumotórax
161
Ruptura diafragmática Lesión visceral abdominal
FRACTURAS DE LA CADERA
Son aquellas que ocurren entre la epífisis proximal del fémur y un plano
ubicado por debajo del trocánter menor. De acuerdo con el nivel de la
fractura, se clasifican en:
Varias son las circunstancias que obligan a que esta fractura deba ser conocida en
todos sus aspectos, por todo médico que tenga la responsabilidad de la salud de
una comunidad:
Con elevada frecuencia, del proceder del médico en estos primeros días después
del accidente, depende el futuro y aun la vida del enfermo.
162
Clasificación
Han sido varios los puntos de vista que han determinado tantas clasificaciones.
163
Figura 23
Figura 24
Fractura
subcapital de
cuello del fémur.
El fragmento
distal se
encuentra
ascendido y
fuertemente
rotado al exterior
(Tipo IV de
Garden). Con
frecuencia en
este tipo de
fractura, la
epífisis femoral
evoluciona hacia
una necrosis
aséptica.
164
En el primer caso, el trazo de fractura tiende a ser horizontal; en el segundo caso,
tiende a ser vertical. Las fracturas por abducción son raras; no así las por
adducción. La terminología "por abducción o adducción" no tiene relación con el
mecanismo de producción de la fractura, como lo creyó erróneamente Pauwels, y
se mantiene por razones históricas.
5. Clasificación de Garden
a. Fracturas por stress o por fatiga: son extraordinariamente raras. Pueden ocurrir
a cualquier edad y se manifiestan como expresión de un agotamiento de la
resistencia de la laminilla ósea a movimientos repetitivos, generalmente de flexo-
extensión. Si ocurren en gente joven, corresponden a deportistas mal entrenados,
sometidos a exigencias físicas desproporcionadas a su verdadera capacidad
física; si ocurre en personas de edad avanzada, generalmente son en personas
con fenómenos de osteoporosis senil.
165
El trazo de fractura es incompleto, con los caracteres de una fisura a veces
inadvertida, que puede iniciarse en la cortical superior del cuello femoral (forma
trasversa o por tensión) o en la cortical inferior (por compresión). Ambas formas
pueden derivar hacia formas completas, aun con desplazamiento de los
fragmentos si, al pasar inadvertidas, el enfermo sigue deambulando.
b. Fractura impactada: son aquellas en las que el trazo es sensiblemente
horizontal, y los fragmentos se encuentran encajados. Se identifican con la
fractura por abducción y subcapital (Garden I).
c. Fractura completa sin desplazamiento: hay una fractura completa, no encajada,
sin desplazamiento de los fragmentos. Corresponde en general a las fracturas
transcervicales por abducción (Garden II).
d. Fractura completa con desplazamiento parcial de los fragmentos:
corresponden a fractura de trazo vertical u oblícuo, generalmente transcervicales,
con rotación y ascenso parcial del segmento distal del cuello. Se identifican con
las fracturas transcervicales por adducción (Garden III).
e. Fracturas completas con desplazamiento total: en ellas el trazo es vertical,
inestables, desplazadas, con ascenso y rotación externa del segmento cervical
distal (Garden IV). Se corresponden con las fracturas por adducción
transcervicales (Figura 25).
Figura 25
166
En resumen, todas las clasificaciones se basan en tres hechos verdaderamente
importantes:
a. Nivel del trazo de fractura.
b. Oblicuidad del trazo.
c. Mayor o menor grado de impactación de los fragmentos.
El primer aspecto tiene importancia en cuanto al compromiso vascular del cuello y
cabeza femoral.
El segundo aspecto, lo tiene en cuanto al grado mayor o menor de estabilidad de
un segmento sobre el otro.
El tercer aspecto dice relación con la mayor o menor posibilidad de reducción
estable y correcta de los fragmentos de fractura.
De la combinación de estos hechos se deduce el criterio terapéutico, sea
ortopédico o quirúrgico: osteosíntesis del cuello o sustitución protésica.
Sintomatología
Los hechos clínicos que rodean a esta lesión son muy característicos, casi
patonogmónicos.
Los hechos que configuran el cuadro clínico son siempre los mismos:
167
15. Imposibilidad para elevar el talón de la cama. Es un signo siempre presente, y de
gran valor diagnóstico frente a un cuadro clínico en que los otros signos sean poco
relevantes.
Merece destacarse el hecho que, a pesar de ser ésta una fractura en un segmento
óseo importante, no hay:
Ello se explica porque la fractura del cuello del fémur casi en todos los casos es
intra-articular, generando una hemorragia en la cavidad articular que aísla el
hematoma del medio circundante.
Ello permite diferenciarla de inmediato de la fractura transtrocantérea, extra-
articular, que presenta gran equímosis en las partes declives de la raíz del muslo,
y aumento de volumen por la acción inflamatoria de la hemoglobina libre en las
partes blandas.
Diagnóstico
168
Estudio radiográfico
21. Radiografía de pelvis con rotación interna de la cadera sana, lo que permite
valorar la longitud real del cuello femoral.
22. Radiografía de la cadera fracturada, en lo posible con rotación interna.
23. Radiografía de cadera fracturada en proyección axial, que nos informa del grado
de rotación de los fragmentos. La proyección axial no siempre es posible por dolor,
y con frecuencia no se solicita.
169
Garden 1
170
Subcapital Garden IV
171
Basicervical
Pronóstico
La fractura del cuello del fémur debe ser considerada como de extrema gravedad,
cualquiera sean sus características anatomopatológicas, condición del paciente,
etc. Las razones son obvias:
172
0. Complicaciones intraoperatorias:
a. Shock hipovolémico.
b. Accidente anestésico.
c. Paro cardíaco.
1. Complicaciones post-operatorias (en orden cronológico):
0. Asfixia post-operatoria (minutos).
1. Shock hipovolémico (horas).
2. Neumonía (1° - 2° día).
3. Infección de la herida (3° - 5° día).
4. Infección urinaria (4° - 7° día).
5. Escaras (6° - 10° día)
6. Enfermedad tromboembólica (7° - 15° día).
7. Demencia arterioesclerótica (10° - 30° día).
2. Secuelas:
0. a. Pseudoartrosis.
1. b. Necrosis aséptica de la cabeza femoral.
2. c. Acortamiento del miembro.
3. d. Artrosis degenerativa de cadera.
173
174
Artrosis de cadera
175
Tratamiento
Quirúrgico.
Ortopédico.
Hasta hace 30 años atrás, el traumatólogo no tenía otro procedimiento técnico que
el enclavijamiento del cuello femoral, previa reducción de la fractura.
Se consigue así la inmovilización y contensión de los fragmentos; pero el objetivo
ideal no estaba cumplido, toda vez que obligaba al paciente a una larga estadía en
cama, hasta que la osteogénesis reparadora formara el callo óseo; plazo largo,
que se extiende a 2 ó 3 meses durante los cuales el enfermo debe permanecer
semi postrado en su cama.
El panorama terapéutico cambió con el advenimiento de la sustitución protésica
que permite, casi en forma ideal, cumplir los objetivos perseguidos: rehabilitar y
sobre todo levantar y hacer deambular muy precozmente al enfermo recién
operado.
Procedimientos quirúrgicos
176
Sin embargo, siguen persistiendo indicaciones muy precisas de osteosíntesis de la
fractura, considerando que es preferible preservar el cuello y cabeza femoral si
ello es posible, antes que sustituirla por la mejor de las prótesis.
Indicaciones
177
Contraindicaciones de la osteosíntesis
Prótesis de sustitución
Indicaciones:
178
II. Prótesis total: implica el reemplazo simultáneo del componente
protésico femoral y el acetabular.
179
Prótesis total cementada
180
181
Indicaciones:
Indicaciones
182
El procedimiento deja abierta la posibilidad de realizar, posteriormente, una
sustitución protésica, cuando las circunstancias lo permitan o lo aconsejen.
0. Pacientes con tal estado de compromiso del estado general, que resulta evidente
el riesgo de muerte con el acto operatorio.
1. Existencia de lesiones infectadas: escaras de decúbito, quemaduras, osteomielitis,
etc.
2. Enfermos con un claro estado de demencia (agresivos, depresivos, seniles,
negativismo, arterioescleróticos, etc.).
3. Enfermos que ya se encontraban postrados en cama o silla de ruedas
(hemipléjicos, parapléjicos, parkinsonianos, etc.).
4. Tenaz negativa de los familiares a permitir la operación, a pesar de haber recibido
una clara, completa y honesta explicación de parte del médico tratante.
183
El cirujano debe ser extremadamente cauteloso en plantear cualquiera de las
contraindicaciones expresadas, sobre todo aquella sustentada en un notorio mal
estado general del enfermo.
Los progresos en las técnicas en los cuidados pre, intra y post-operatorios, están
logrando recuperaciones insospechadas; estimamos como muy útil el someter a
estos enfermos a la consideración de médicos expertos en evaluación de riesgo
quirúrgico (UTI), antes de negarle la posibilidad quirúrgica, sobre todo
considerando que con ello se les niega la única posibilidad de sobrevida. La
responsabilidad del médico tratante, ante esta situación, es inconmesurable, y
merece una profunda consideración.
A pesar de todo lo expresado, existe una situación que elimina cualquiera de las
contraindicaciones señaladas: es la existencia de dolor intratable. Frente a este
hecho, el médico debe plantear la indicación quirúrgica, aun cuando exista la
convicción de un riesgo elevado de muerte quirúrgica. No es infrecuente que sea
la propia familia que, conciente del peligro, solicite la intervención. El médico está
en su derecho al acceder a ello, acentuando al extremo las medidas de cuidados
médicos para salvar la vida de su enfermo. La experiencia ha demostrado que con
mucha frecuencia, pese a lo esperado, el enfermo logra sobrevivir y volver a una
vida aceptablemente normal.
184
18. Mantener muy bien informada a la familia de la evolución de la enfermedad del
paciente.
Son tan frecuentes como las fracturas del cuello del fémur, y ocurren igualmente
en personas por sobre los 50-60 años de edad, con mayor prevalencia en el sexo
femenino.
CLASIFICACION
Fracturas intertrocantérericas.
Fracturas pertrocantéricas.
Fracturas subtrocantéricas.
Estables.
Inestables.
185
Tipo 3: Fractura conminuta, con desprendimiento del trócanter
menor; la punta inferior del cuello se encuentra dentro de la cavidad
medular de la diáfisis femoral.
CUADRO CLINICO
186
La radiografía permite definir el diagnóstico, tipo de fractura y
eventualmente puede detectar la existencia de una fractura en un
hueso patológico.
Tronzo II
187
Tronzo III
188
189
Tronzo IV
TRATAMIENTO
190
Estas fracturas, por ser extracapsulares, no alteran la
vascularización de la cabeza del fémur, y por lo tanto no se
complican de necrosis avascular.
191
Osteosíntesis con DHS
Esta cirugía consiste en: incisión por vía lateral, separando los
planos musculares; se reduce la fractura mediante tracción y
desrotación en la mesa traumatológica; control radiológico con el
intensificador de imágenes; se fija la fractura con el tornillo-placa: un
segmento, el tornillo, va introducido dentro del cuello femoral
mientras el segmento placa se fija a la diáfisis femoral.
192
Cualquiera sea el método de osteosíntesis escogido, lo más
importante en el post-operatorio será la movilización inmediata del
paciente, tan pronto se recupere de la anestesia, insistiendo en:
FRACTURAS SUBTROCANTÉRICAS
193
La inmensa mayoría se resuelve con una osteosíntesis con placa o
clavos bloqueados.
Generalidades
194
Clasificacion
Diagnostico
Procedimiento diagnóstico
Signos vitales.
Examen segmentario: cabeza, cuello, tórax, abdomen, pelvis y extremidades, con
el fin de detectar lesiones anexas.
Examen del miembro lesionado.
195
Examen vascular periférico: temperatura de tegumentos, color, pulsos
periféricos, dolor, etc.
196
197
Desplazamiento de los fragmentos: los desplazamientos de los fragmentos óseos
son frecuentes, determinados por la fuerza del impacto o por la acción de las
potentes masas musculares que en ellos se insertan. La acción contracturante de
los músculos determina a su vez las dificultades para la reducción y contención de
la fractura.
Según sea el nivel de la fractura y con relación a las zonas de inserción de los
músculos, las desviaciones de los fragmentos suelen ser muy características: en
fractura de la parte alta de la diáfisis, el fragmento proximal se encuentra en
flexión anterior por acción del músculo psoas-ilíaco, en abducción y rotando al
externo por acción de los músculos pelvi-trocantéreos.
198
En las fracturas del tercio inferior, el fragmento distal se encuentra desplazado
hacia atrás por acción de los músculos gastronemios; en esta angulación posterior
del segmento óseo no son infrecuentes las lesiones por compresión, desgarro o
sección de la arterial femoral o poplítea.
Complicaciones:
Fractura expuesta.
Consolidación viciosa
Psudoartrosis
Anquilosis
Manifestaciones clínicas:
199
Petequias en cara anterior de tórax y conjuntivas palpebrales.
200
2° fase: De urgencia: Aquí los objetivos son más complejos y las exigencias
médicas son mayores.
Tratamiento ortopédico
201
Corresponde a un procedimiento usado solo en los niños; la reducción suele ser
muy difícil y generalmente es inestable, sobre todo en fracturas desplazadas del
1/3 superior o inferior del fémur, sometidas a violentas tracciones musculares.
3. Tracción continúa mantenida hasta que el callo óseo esté sólidamente formado.
Especialmente usado en enfermos jóvenes, en que el plazo de consolidación es
breve; el foco de fractura debe estar bien reducido y estable.
Los tres métodos ortopédicos señalados, especialmente los dos últimos, fueron
intensamente usados hasta el advenimiento de los procedimientos quirúrgicos,
especialmente el enclavado intramedular de Küntscher.
202
Indicaciones de tratamiento ortopédico
Indicaciones relativas
Tratamiento quirúrgico
203
Muy buen apoyo radiográfico intra-operatorio.
Equipo de ayudantes, anestesiólogos, servicio de transfusiones. Apoyo irrestricto
del Servicio de Cuidados Intensivos.
Set de instrumental completo para la ejecución de las técnicas a emplear.
Con frecuencia actúa en forma poderosa el deseo del enfermo y del cirujano de
acceder con prontitud a una rápida rehabilitación física.
204
El peor de los resultados conseguido por un tratamiento ortopédico mal realizado,
es preferible a cualquiera de las complicaciones ocurridas por una acción
quirúrgica fracasada.
REQUISITOS PREVIOS
CONTUSION DE RODILLA
RUPTURAS MENISCALES
CONTUSION DE RODILLA
205
Corresponde a la lesión de partes blandas, sin daño específico de alguna de las
estructuras de la articulación.
Síntomas
Aumento de volumen moderado, tanto por edema traumático, como por derrame
articular.
Hemartrosis
206
Desgarros ligamentosos de mediana intensidad, que no logran ruptura sinovial
habitualmente no se complican de hemartrosis importantes.
Ruptura de ligamentos cruzados.
Tumores de la sinovial.
Lesiones pseudotumorales como la sinovitis vello nodular.
Discracias sanguíneas (hemofilia).
Como complicación en tratamientos anticoagulantes.
a. Casos en los cuales el derrame es de tal magnitud que provoque dolor que puede
llegar a ser intolerable: corresponden a hemartrosis a tensión. Las que ocurren en
las fracturas de la rótula o de los platillos tibiales, son buenos ejemplos de ello.
b. Puede tener además un significado diagnóstico, cuando se detectan flotando en la
superficie de la sangre extraída, pequeñas gotas de grasa. La conclusión es casi
segura: la hemartrosis tiene su origen en una fractura intra-articular (rótula o
platillo tibial).
207
De este hecho cabe comprender que una rodilla puede ser laxa pero estable o, a
la inversa, puede ser inestable sin ser laxa.
Del punto de vista funcional las estructuras ligamentarias de la rodilla pueden ser
agrupadas en tres:
Mecanismo de lesión
Cuadro clínico
Será importante averiguar sobre el mecanismo que produjo la lesión, después del
cual el paciente presentará dolor e incapacidad funcional, que pudo acompañarse
208
de un ruido al romperse el ligamento, o ser seguido de una sensación de
inestabilidad o falla a la marcha.
En caso de lesión de los ligamentos cruzados, serán positivos el signo del cajón
anterior en caso de lesión de L.C.A., o del cajón posterior en caso de lesión del
L.C.P.; en presencia de una lesión de L.C.A. aguda, el signo del cajón anterior
puede ser negativo y deberá buscarse simultáneamente el signo de Lachman.
Otro signo que puede ser positivo en presencia de ruptura del L.C.A. es el signo
del jerk test o pivot shift.
209
Tratamiento
Las lesiones del L.C.A. plantean una controversia terapéutica que deberá ser
analizada para cada paciente, considerando su edad, actividad general, laboral y
deportiva, y el grado de inestabilidad de su rodilla; una ruptura de L.C.A. puede ser
compensada por los elementos estabilizadores activos (fundamentalmente
musculatura del cuadriceps e isquiotibiales), especialmente en adultos mayores,
de actividad sedentaria. En caso del diagnóstico precoz de una ruptura de L.C.A.
aguda en un paciente joven y deportista, la indicación será la reparación
inmediata, y en éste sentido ha sido de gran utilidad el uso de la técnica
artroscópica, tanto para confirmar el diagnóstico como para intentar la reinserción.
LESIONES MENISCALES
Pero hay que tener en cuenta que no sólo en estas actividades suelen ocurrir
lesiones meniscales. No es infrecuente que también ocurran en accidentes
domésticos al parecer de discreta magnitud: al incorporarse con rapidez estando
acuclillada, movimiento de rápida rotación externa o interna, estando el pie fijo en
el suelo, etc.
Etiopatogenia
210
Las características del accidente casi siempre son las mismas:
211
Figura 26
Búsqueda
de dolor
en la
interlínea
articular
de la
rodilla.
Anatomía patológica
212
Sintomatología
Fase aguda
Antecedentes.
Dolor intenso.
Limitación funcional, generalmente con rodilla bloqueada en flexión.
Claudicación.
Puede haber derrame articular. Si el derrame es rápido en producirse, debe
pensarse en una hemartrosis por desgarro del menisco en su inserción capsular.
Este cuadro clínico es muy similar en todos los casos; lo único que varía es la
intensidad de los síntomas.
Examen clínico
Radiografía
Diagnóstico
213
Tratamiento
Dolor intenso.
Rodilla generalmente flexionada.
Cualquier intento de extenderla o flexionarla provoca dolor intolerable,
generalmente no se logra destrabar la articulación.
En la mayoría de los casos corresponde en un enfermo con antecedentes
sugerentes de una lesión meniscal; rara vez el cuadro debuta con una bloqueo
agudo como el descrito.
Las maniobras deben ser realizadas con anestesia general, peridural, local y
sedación.
Fase crónica
214
Antecedente de la lesión de la rodilla.
Dolor: impreciso, vago, poco ubicable en la articulación, lo identifica como
molestias; "sensación de que tengo algo en la rodilla".
Impotencia funcional para actividades de mayor exigencia física, inseguridad en el
uso de la rodilla.
Inestabilidad.
Derrame ocasional.
A veces sensación de cuerpo extraño intra-articular.
Ocasional chasquidos.
Todos estos síntomas, subjetivos, se suelen mantener en el tiempo y son motivos
de continuas consultas.
Síndrome de cuerpo libre intra-articular, con ocasional atascamiento de la
articulación. Generalmente brusco, doloroso e incapacitante. Con ciertos
movimientos de la articulación, el atascamiento desaparece de inmediato. Se
acompaña a veces de un claro chasquido. El cuadro tiende a repetirse cada vez
con mayor frecuencia y facilidad.
Examen físico
Ninguno de estos signos son concluyentes de por sí; pueden ser equívocos tanto
para asegurar una lesión como para rechazarla.
215
Exámenes complementarios
Diagnóstico diferencial
El diagnóstico exacto de una lesión meniscal, aun con todos los elementos
semiológicos actuales, sigue constituyendo un problema de difícil resolución.
Son muchos los cuadros clínicos que pueden presentarse con síntomas y signos
muy similares:
Hoffitis crónica.
Osteocondritis disecante.
Cuerpos libres intraarticulares (condromatosis articular).
Sinovitis crónica inespecífica.
Disfunción: subluxación patelofemoral.
Lesiones ligamentosas.
Artrosis degenerativa.
216
Simulación y neurosis de compensación.
Tumores óseos epifisiarios.
Otros.
Tratamiento
Técnica
217
Fracturas de la Rótula
Clasificación
Clínica
218
Puede haber equímosis por extravasación de la hemartrosis hacia
las partes blandas alrededor de la articulación. En caso de ser
necesaria una artrocentesis por la hemartrosis a tensión, puede
aspirarse sangre con gotas de grasa.
Radiología
219
Tratamiento
220
Figura 27
221
222
223
Tratamiento
224
Figura 28
Fractura de platillos tibiales. (a) Platillo tibial externo. (b) Platillo tibial interno. (c)
Ambos platillos.
225
Figura 29
Clínica
Radiología
226
227
Tratamiento
228
En fracturas complejas de los platillos tibiales, la indicación también
puede ser un tratamiento ortopédico funcional: tracción-movilización.
Consiste en mantener una tracción continua transcalcánea, con lo
cual se obtiene un adecuado alineamiento de los fragmentos; al
mismo tiempo se realizan ejercicios activos de flexión y extensión de
la rodilla bajo tracción, por un período de 4 a 6 semanas, para luego
mantener esa rodilla en descarga hasta la consolidación de la
fractura.
Complicaciones
229
Está recubierta por cara antero-interna sólo por el tegumento cutáneo. El
trazo de fractura oblícuo o helicoidal, con suma frecuencia desagarra la piel
como un cuchillo.
Con frecuencia la fractura es el resultado de un traumatismo violento y
directo; sorprende a la piel contra el plano óseo, duro, subyacente. Se
desgarra la piel y se fractura el hueso.
La acción de los músculos de la pierna es muy poderosa. En caso de
fracturas de trazo oblícuo o helicoidal (inestables), los músculos ejercen
una acción contracturante intensa; ello determina que estas fracturas sean
de muy difícil reducción y extremadamente inestables.
La membrana interósea, fuerte septum fibroso, fijo a la tibia y peroné desde
su extremo superior al inferior, le confiere una poderosa unión a los
fragmentos de fractura, limitándose su desplazamiento axial y lateral.
DEFINICION
CLASIFICACION
1. Según su localización:
230
del tercio medio.
del tercio inferior.
2. Según su mecanismo:
Baja energía.
Alta energía.
SINTOMAS
Dolor intenso.
Impotencia funcional, aunque el peroné esté indemne.
Edema.
Equímosis.
Crépitación ósea con los intentos de movilizar la pierna.
231
Frecuente desviación de los ejes: angulación y rotación del
segmento distal.
Movilidad anormal de los fragmentos.
Ampollas, generalmente de contenido sanguinolento: son
indicio casi seguro de una fractura, generalmente de graves
caracteres.
EXAMEN RADIOGRAFICO
Exigencias
Placa grande (30 x 40 cm) que permita el examen de toda la tibia, incluyendo por
lo menos una articulación (rodilla o tobillo) e idealmente las dos.
Proyección antero-posterior y lateral.
Correcta técnica radiográfica.
232
Trazo múltiple: generando una fractura conminuta; se produce habitualmente por
un traumatismo directo, muy violento; por ello con mucha frecuencia va
acompañada de grave contusión de partes blandas, extensos hematomas,
erosiones de la piel o exposición de los fragmentos.
Trazo en ala de mariposa, que configura un tercer fragmento (Figura 30).
Figura 30
Extensa
fractura del
tercio distal de
la pierna. Se
destaca un
gran tercer
fragmento
separado, por
trazo
helicoidal. El
riesgo de
exposición es
inminente.
233
Fractura segmentaria: doble foco de fractura,
proximal y distal. En estos casos es esperable
que uno de los focos, más frecuentemente el
distal, haga un retardo de consolidación (Figura
31).
Figura 31
Fractura
segmentaria de
la diáfisis de la
tibia.
Desplazamiento
medial del
fragmento
intermedio. En
este tipo de
fracturas, con
frecuencia el
foco distal
evoluciona
hacia un
retardo de
consolidación o
a una
pseudoartrosis.
234
235
TRATAMIENTO
236
Debe considerarse además que es frecuente que, de la conducta acertada o
equivocada que en esos momentos se adopte, dependa la evolución futura de la
enfermedad. Exposición del foco, compromiso vascular o neurológico, shock, dolor
intenso, etc., suelen ser las consecuencias de una toma de decisión errada.
Conducta a seguir
Otras recomendaciones
Abrigue al enfermo.
Pierna elevada.
Ayúdelo psicológicamente infundiéndole confianza.
Ofrézcale avisar a sus familiares.
Si le es posible, acompáñelo.
Determine su traslado urgente a un servicio especializado.
Si ha administrado medicamentos (analgésicos, sedantes, opiáceos, etc.)
indíquelo por escrito.
Informe por escrito las circunstancias en que encontró al enfermo: pulso,
respiración, estado de conciencia, comprobación del estado circulatorio y
neurológico de la pierna fracturada.
Por último, deje constancia de cualquier otro hecho de interés: otras lesiones,
estado de ebriedad, pérdida de conciencia, etc.
237
Tratamiento definitivo
Quizás sean pocas las fracturas que han motivado mayores controversias
respecto al tratamiento definitivo.
Esta lista de riesgos y dificultades con que se enfrenta el médico en esta fractura,
explica que se sigan todavía planteando diversos métodos de tratamiento.
Por un lado, hay quienes preconizan, y con muy buenas razones, la excelencia del
método quirúrgico (osteosíntesis) como tratamiento ideal; hay otros, también con
excelentes razones, que preconizan como ideal el tratamiento ortopédico.
Tipo de fractura.
Anatomía de los trazos.
Inestabilidad de los fragmentos.
Estado de la piel de la pierna.
Edad del enfermo.
Experiencia del equipo de médicos tratantes.
Nivel de adecuación de infraestructura hospitalaria (pabellón aséptico, apoyo
radiográfico, excelencia de instrumental, etc.).
238
En la actualidad hay un convencimiento casi universal en el sentido de que el
tratamiento ortopédico, no quirúrgico, sería, en la mayoría de los casos, el más
eficaz y el que menos riesgos presenta al enfermo. Métodos no agresivos, usados
en forma simple o complementada con técnicas de tracción, empleando el yeso
como elemento de contensión e inmovilización, con una técnica correcta, logran
conseguir, en la inmensa mayoría de los casos, consolidaciones perfectas en
plazos variables entre 3 a 5 meses.
Tratamiento ortopédico
Tan pronto como sea posible, en general a las pocas horas del accidente, se debe
reducir a inmovilizar la fractura. En este momento los fragmentos pueden ser
manipulados con facilidad, no hay contractura muscular, aún el edema no se ha
producido; por lo tanto, las condiciones para lograr una reducción e inmovilización
son ideales.
239
Cuidados posteriores
Primera fase
1. El enfermo puede empezar a caminar con apoyo en 2 muletas (sin apoyo del
yeso) desde el día siguiente de la reducción.
2. Si no camina, debe permanecer en cama, con la pierna elevada.
3. A los 7 a 10 días, el riesgo del edema prácticamente ha desaparecido y ya no es
necesario mantener la pierna elevada.
4. Controlar la práctica de los ejercicios de cuádriceps, cadera y movimiento de los
dedos del pie.
5. El estado del paciente y el estado del yeso, deben ser controlado cada 7 a 10
días.
6. Así se mantiene por 3 a 5 semanas. Transcurrido este lapso se da comienzo a
una segunda fase en el tratamiento.
7. Nuevo control radiográfico.
Segunda fase
Transcurridas 4 a 5 semanas:
En estas condiciones, caminando con apoyo del yeso, con ayuda de muletas, se
mantiene hasta cumplir 3 meses de tratamiento.
Tercera fase
1. Se retira el yeso.
2. Aseo y examen del estado trófico de la piel.
3. Control clínico del grado de solidez y estabilidad del foco de fractura.
4. Radiografía de control.
240
Según sea de confiable clínicamente el callo óseo, complementado por la
información radiográfica, se procede:
Inmovilización funcional
241
1. Fracturas expuestas: debe guiar su procedimiento según ciertos principios
básicos:
a. Evitar procedimientos que hagan expuesta una fractura cerrada
(tratamiento incruento).
b. Abrir y exponer ampliamente el foco expuesto.
c. Aseo físico y quirúrgico del foco con Isodine y 10 litrios de solución Hartman
d. Reducir los extremos óseos; no olvidemos que no es ése precisamente el
objetivo de la intervención.
e. Cierre por planos (excepto aponeurosis). Músculos afrontados, celular y
piel. Es una condición indiscutible, que ninguna sutura debe quedar a tensión.
f. Inmovilización por procedimientos que el médico habrá de seleccionar
según lo aconsejen las circunstancias:
1. Tracción continúa transesquelética (desde el calcáneo).
2. Bota larga de yeso, con ventana frente al foco. Sólo se recomienda en
fracturas expuestas de grado I.
3. Férula de yeso, muy bien ajustada, en fracturas bien reducidas y
consideradas estables.
4. Fijación externa, reservada a fracturas ampliamente expuestas (grado II o
III) con pérdida de sustancia, infectadas, etc.
g. Control permanente de la evolución de la herida y de la fractura.
h. Antibioterapia adecuada.
i. Cuando las circunstancias propias de la exposición hayan desaparecido, se
continúa el tratamiento tal cual se hace en una fractura cerrada.
242
1. Conseguida y mantenida la reducción, se transfixiona el segmento proximal
y el distal de la tibia con uno o dos clavos de Steiman de 3 mm. La transfixión se
realiza 3 a 4 cm, por lo menos, por encima y por debajo del foco de fractura.
2. Comprobada la mantención de la reducción correcta, se coloca bota larga
de yeso, incluyendo los segmentos de los clavos de Steiman, que quedan
incorporados al yeso o un fijador externo
3. Control de la reducción de la fractura.
4. Si quedan defectos en la angulación de los fragmentos, se corrigen con los
cortes en cuña del yeso ya fraguado.
5. Los clavos se extraen después de un plazo de 4 a 6 semanas.
6. Se continúa con el tratamiento según la forma habitual.
Tratamiento quirúrgico
Indicaciones
Fractura expuesta.
Fractura irreductible.
Fractura inestable.
Fractura con compromiso vascular.
Fractura en hueso patológico.
Fractura conminuta.
El cirujano puede sentir una poderosa tentación por resolver el problema usando
placas, tornillos, clavos intramedulares, etc., engañado por la aparente facilidad
que pareciera ofrecer un hueso de tan fácil acceso. El error es evidente; las
dificultades técnicas para reducir y estabilizar los fragmentos óseos suelen ser
insuperables, constituyéndose a menudo en una intervención de gran complejidad.
Además, el precio que el enfermo puede pagar por una reducción perfecta suele
ser elevado y de proyecciones insospechadas.
243
La lista de complicaciones que pueden presentarse es temible:
o Infección de la herida.
o Osteomielitis del foco de fractura.
o Retardo de la consolidación.
o Pseudoartrosis.
o Dehiscencia de la herida.
244
Ante esta variedad de procedimientos a usar, la decisión final de su elección
queda sujeta al criterio del médico tratante, que habrá de considerar muchos
factores antes de tomar su decisión.
245
Rotación interna, aducción o inversión: la articulación del tobillo no posee
normalmente este movimiento; el pie lo ejecuta girando en torno a un eje antero-
posterior: el borde interno se eleva y el externo desciende. El pie realiza este
movimiento a nivel de la articulación subastragalina. Anormalmente, la articulación
del tobillo es arrastrada a este movimiento por desplazamiento exagerado
(traumático) de la articulación subastragalina.
Rotación externa, abducción o eversión: el pie gira en torno al mismo eje
antero-posterior, pero en sentido inverso: el borde interno del pie desciende y el
extremo se eleva.
Pronación: resulta de un movimiento complejo: hay eversión, abducción y
flexión dorsal del pie.
Supinación: igualmente es un movimiento complejo: el antepie gira hacia
medial en aducción y flexión plantar. El astrágalo es arrastrado a un verdadero
movimiento de tornillo, girando en torno a un eje vertical; así le ofrece a la
estrecha mortaja tibo-peronea un diámetro mayor al que ésta puede soportar y
con ello provoca la diástasis de la articulación tibio-peronea y ruptura de sus
ligamentos.
Son aquellas en las cuales el estudio radiográfico no revela lesión ósea. Sin
embargo, ello no significa en modo alguno que la lesión, por este solo hecho, deje
de tener gravedad. Lesiones de tipo III pueden llegar a adquirir un pronóstico peor
que el de una fractura maleolar.
Entorsis.
Esguinces.
246
Conceptos
Grado II: de gravedad mediana, con ruptura del ligamento pero sin signos clínicos
de subluxación de la articulación.
Grado III: muy graves. Con signos clínicos de desgarro de ligamento interno,
externo y aun de los tibio-peroneos. Con seguridad hay desgarro capsular.
Mecanismos de acción
247
4. Si el movimiento lateral de inversión o eversión continúa, al desgarro de los
ligamentos del tobillo sigue el de la cápsula articular y de las fibras de la
membrana interósea.
5. Si la inversión o eversión es llevada a un grado máximo, el astrágalo es
arrastrado a un movimiento de rotación externa o interna; al girar ofrece un mayor
diámetro transversal a la ajustada mortaja tibio-peronea. Como consecuencia se
abre la articulación con ruptura de los ligamentos tibio-peroneos inferiores,
generándose la diástasis tibio-peronea.
Desde este instante debe considerarse que necesariamente hubo un grado de
desplazamiento del astrágalo, con los caracteres de una sub-luxación.
6. Si el movimiento de inversión o eversión prosigue, puede ocurrir:
a. Que el astrágalo choque contra el maleolo tibial y lo fracture (inversión del pie).
b. En su movimiento de inversión y rotación, el astrágalo arrastra al maleolo peroneo
al cual se encuentra sujeto por los ligamentos; le imprime un movimiento de
rotación y lo fractura, generalmente por encima de la sindesmosis (fractura supra-
sindesmal).
c. Si el desplazamiento es en eversión, el ligamento deltoídeo es traccionado, y
arranca el maleolo tibial, que generalmente se desplaza y gira sobre su eje.
d. Si la violencia del traumatismo es extrema, el astrágalo ya sin sujeción alguna, se
desplaza hacia el plano dorsal del tobillo, mientras la tibia lo hace hacia el plano
ventral. El pie se luxa hacia atrás, el maleolo posterior de la epífisis tibial inferior,
en su desplazamiento anterior, choca con el astrágalo y se fractura (fractura
trimaleolar) con luxación posterior del pie.
e. Con frecuencia ocurre además la luxación lateral interna o externa del tobillo.
f. Finalmente, se llega a producir la luxación completa y la exposición, con ruptura
de la piel. Tenemos la fractura-luxación expuesta.
Cualquiera sea la lesión producida, desde la más simple (entorsis) hasta la más
grave (fractura-luxación), en general tienen el mismo mecanismo de producción.
La diferencia radica, dentro de ciertos límites, en la magnitud de la fuerza
productora del traumatismo.
Signos y síntomas
Peso corporal.
Carga de peso en el momento del accidente.
Actividad que se desarrollaba en ese instante: deambulación normal, durante una
carrera, o cayó con el tobillo torcido desde cierta altura, etc.
Intensidad del dolor.
Rapidez del aumento de volumen; su intensidad.
Posibilidad de caminar, etc., son sólo algunos de los antecedentes orientadores en
el diagnóstico exacto.
248
Sin embargo, no siempre hay una relación directa en la aparente intensidad del
traumatismo sufrido, con la gravedad real de la lesión. Ello debe ser tenido en
cuenta en el momento de formular una hipótesis de diagnóstico en la primera
atención de urgencia.
Dolor: generalmente intenso; a veces llega a tal grado que provoca una lipotimia.
El enfermo logra caminar con dificultad o sencillamente no lo puede hacer.
Se fija la pierna del paciente con una mano, y con la otra, tomando el retropie con
fuerza, se busca desplazar el astrágalo en sentido lateral.
Estudio radiográfico
249
Se exigen dos radiografías anteroposteriores: una en posición neutra, con pie al
cenit y otra, con el pie en rotación interna de 20° con el objeto de mostrar la
articulación tibio-peronea inferior en un plano coincidente con el de sus superficies
articulares. Ello identifica la posible diástasis articular.
Tratamiento
Primera etapa
1. Inmovilización del tobillo con bota corta de yeso, almohadillado con una delgada
capa de algodón. Se deja la bota de yeso abierta o entre-abierta, no ambulatoria
(sin tacon); pie elevado.
2. Analgésicos.
3. Control cuidadoso y continuado de la evolución.
4. Extrema atención a los signos de compresión por el edema del tobillo y pie, aun
cuando el yeso esté entre-abierto. Ello no es garantía segura en cuanto a prevenir
el edema.
5. Anti-inflamatorios no esteroideos: la indicación es relativa, considerando que la
inmovilización determinada por el yeso se constituye en el más poderoso medio
para disminuir el proceso inflamatorio en evolución.
Una excelente práctica, si el enfermo no es hospitalizado, es instruir al enfermo y
250
familiares de la naturaleza de la lesión, riesgo de la compresión y cómo identificar
sus signos. Deben ser instruidos sobre el modo de proceder en tal emergencia.
Buena precaución es dar todas las instrucciones por escrito.
6. Analgésicos orales.
7. Instruir al enfermo sobre la posible aparición de equímosis en los días siguientes.
No es infrecuente que el enfermo o sus familiares las identifiquen con una
gangrena de los ortejos.
Segunda etapa
El control del enfermo enyesado debe ser permanente; por lo menos cada 7 a 10
días, hasta cumplir el período de inmovilización.
Tercera etapa
Idealmente quien retire el yeso debiera ser el médico tratante en persona. Si así
no fuese, es indispensable realizar un examen cuidadoso de las condiciones en
que se encuentra el segmento que estuvo enyesado.
Instruir sobre el tratamiento de la piel, posiblemente reseca por el yeso.
Informar claramente que el tratamiento no finaliza con el retiro del yeso. Que
ahora se inicia un período de rehabilitación cuya duración es incierta;
aproximadamente durará tanto tiempo como estuvo inmovilizado.
Tranquilizar respecto a la trascendencia de signos y síntomas que habrán de
aparecer, una vez retirado el yeso.
Uso de venda elástica: enseñar al enfermo o familiares el arte de colocarla.
Autorizar la marcha, por períodos paulatinamente progresivos y con carga
progresiava.
Controlar la evolución periódicamente, hasta su total recuperación.
251
Fracturas y luxofracturas del tobillo
Constituyen una de las lesiones más frecuentes en la vida civil, deportiva, laboral,
etc.
Quizás más que en ninguna otra, en estas lesiones se requiere, de parte del
médico que recibe a uno de estos enfermos, un conocimiento claro y preciso de la
naturaleza de la lesión, de su mayor o menor gravedad, y del tratamiento que en
ese momento deberá realizar.
Clasificación
252
Prueba de ello es que se han ido sucediendo una tras otra por lo menos 4 ó 5
clasificaciones distintas, todas ellas basadas en puntos de vista diferentes y que,
en general, no han logrado aclarar el problema, pero sí han conseguido hacerlo
más confuso e incomprensible.
253
todo cuando se acompaña de fractura del maleolo medial o tibial; el estudio
radiográfico debe abarcar todo el esqueleto de la pierna.
Sintomatología
La experiencia enseña que en ello hay una gran verdad. Por ello la radiografía es
indispensable y obligatoria.
Examen radiográfico
254
Anteroposterior, con el eje del pie perpendicular al plano de la placa.
Lateral, con el eje del pie paralelo al plano de la placa.
Oblícua, con el eje del pie en rotación interna, en un ángulo de 25° con respecto al
plano de la placa. En esta incidencia, el plano de la sindesmosis queda orientada
en el mismo sentido que el haz de los rayos.
255
B de Weber
256
257
C de Weber
Tratamiento
- Tratamiento de urgencia.
- Tratamiento definitivo.
Tratamiento de urgencia
258
posea un mínimo de conocimientos referidos al tema y pueda así, tomar una
determinación correcta.
Medidas de urgencia
a. Enfermo acostado.
b. Analgesia inyectable, si ello fuese posible.
c. Retirar calzado.
d. Inmovilización provisoria con férula de cartón, de yeso, etc., según lo permitan las
circunstancias.
e. Traslado inmediato a un Hospital
En la mayoría de los casos las medidas señaladas son suficientes para resolver el
problema de la emergencia. La continuidad del proceso le corresponderá al
especialista.
Hay, sin embargo, una situación de especial gravedad que obliga al médico de
urgencia, sea o no traumatólogo, a actuar en forma inmediata.
259
Tratamiento definitivo
Objetivos
De este modo, debe mantenerse el criterio que los tratamientos quirúrgicos deben
ser empleados ante la imposibilidad o fracaso de un tratamiento incruento.
260
bimaleolar con la palma de las manos, recordando que el maleolo peroneo se
encuentra más posterior que el maleolo tibial; durante esta maniobra se pueden
efectuar desviaciones en varo o valgo forzado, para reducir los desplazamientos
de los maleolos. Habitualmente se requiere de una maniobra en varo forzado ya
que la luxación más frecuente es la posteroexterna y por lo tanto la maniobra de
reducción debe ser en sentido opuesto, es decir, hacia medial o en varo. Luego se
instala una bota corta de yeso acolchada manteniendo el tobillo en 90° y con
compresión bimaleolar en varo o valgo, según la lesión.
4. El paciente queda hospitalizado bajo vigilancia por posible aparición
de signos de compresión por yeso.
5. Radiografía de control: los parámetros radiológicos deben ser:
Restauración de la mortaja tibio-peroneo astragalino en el
plano antero-posterior en un 100%.
En el plano lateral, si ha habido una fractura del maleolo
posterior o tercer maleolo, se acepta una falta de reducción hasta 1/3 en la
superficie articular de la tibia. Esta norma es más estricta en pacientes jóvenes.
6. Si la reducción ortopédica no ha sido satisfactoria, será de indicación
quirúrgica.
Resulta imposible determinar indicaciones precisas para cada una de las múltiples
y variadas lesiones traumáticas del tobillo por: magnitud de las lesiones, tipo de
enfermo (edad, sexo, actividad), ambiente médico, experiencia o inclinación
261
terapéutica del traumatólogo, oportunidad en que se adopta la resolución definitiva
(tardía o precoz), etc. Son sólo algunas de las circunstancias que deben ser
tomadas en cuenta para decidir la modalidad de tratamiento.
Las fracturas del astrágalo son poco frecuentes, pero su diagnóstico tardío puede
agravar complicaciones que les son propias.
Estas fracturas son producidas habitualmente por traumatismos indirectos, en los
cuales se produce una hiperflexión dorsal del pie que determina un choque del
margen anterior de la tibia contra el cuello del astrágalo, que lo fractura.
Otro mecanismo que se debe considerar es una inversión intensa del pie, que
puede provocar una luxación peritalar del astrágalo, llegando a encontrarlo luxado
bajo la piel en la región dorso lateral del pie.
Las fracturas del cuello pueden presentarse:
Todas las variedades de fracturas tienen una alta incidencia de necrosis avascular
del cuerpo, que determinará una grave alteración anátomo-funcional del tobillo.
Clínica
262
El tobillo y el pie se encuentran tumefactos, con equímosis difusa, dolor a la
movilización del pie en pronosupinación y dorsiflexión; la deformación aumenta en
caso de fracturas desplazadas o de luxación del astragalo.
Radiología
263
Tratamiento
Puede realizarse una fijación con tornillos o clavos de Kirschner para asegurar la
reducción. Cualquiera sea el método empleado, deberá usarse una inmovilización
prolongada, alrededor de 90 días, sin apoyo, aun en las fracturas sin
desplazamiento, a fin de protegerse de la aparición de la necrosis avascular del
astrágalo, que a pesar de todo puede llegar a ser inevitable.
Una condensación del cuerpo del astrágalo que contrasta con los otros huesos del
pie, constituye un signo indudable de la instalación de una necrosis ósea, que
probablemente quedó sellada el mismo día del accidente, pero que clínica y
radiológicamente aparece sólo con el paso de los meses.
264
Recibe por lo tanto, en forma directa, el peso del cuerpo durante la marcha, así
como también en el momento de una caída sobre el talón.
La energía generada durante la caída sobre el talón se proyecta desde el
calcáneo al astrágalo, que la recibe a través de las dos superficies de contacto
que une a ambos huesos: las articulaciones sub-astragalinas (o calcáneo-
astragalinas) ántero-interna y póstero-externa.
La máxima presión de la carga recibida por el calcáneo durante la marcha o
una caída sobre el talón, es soportada en una proporción elevada por la
articulación póstero-externa, que está sostenida por un sustentáculo óseo denso,
firme y extremadamente resistente. Es el tálamo del calcáneo y se constituye en el
eje en torno al cual gira toda la compleja patología traumática del hueso. Casi
todas las clasificaciones de las fracturas del calcáneo están centradas en el mayor
o menor compromiso del tálamo.
La importancia extraordinaria que adquieren las articulaciones del calcáneo con el
astrágalo, cuboides y escafoides en la funcionalidad del pie, explican la gravedad
de su compromiso en las fracturas del calcáneo; parte importante del pronóstico y
dificultad en el tratamiento dependen de la magnitud de este compromiso.
En el diagnóstico de fractura del calcáneo, debe quedar absolutamente
identificada la existencia y gravedad de este compromiso.
La correcta posición del calcáneo en su apoyo contra el suelo, orienta al eje del
pie. El desplome de la arquitectura del hueso, al adoptar una posición en valgo por
el aplastamiento de toda su cortical interna, lleva al pie a una posición de
valguismo exagerado, causa importante de disarmonía estático-dinámica del pie, y
graves secuelas posteriores.
La tuberosidad mayor del calcáneo presta inserción al triceps sural. Por la fractura
misma y por la contractura violenta del músculo, esta apófisis ósea asciende,
determinando acortamiento de la distancia que separa los puntos de inserción del
gemelo.
Este queda relativamente largo, pierde su potencia y se constituye en una grave
alteración de la marcha, la carrera o el salto. En el proceso de diagnóstico, este
hecho debe quedar determinado con exactitud.
El calcáneo es un hueso esponjoso, ricamente vascularizado; además, las
fracturas que lo comprometen son impactadas. Todo ello hace que el proceso de
consolidación sea siempre muy rápido. Por eso, la determinación terapéutica debe
ser adoptada con rapidez, sobre todo cuando se pretende corregir
desplazamientos de fragmentos.
Estudio clínico
265
Mecanismos de acción
En casi todos los casos se produce por una caída de altura con apoyo violento de
uno de los dos talones directamente contra el suelo. La energía cinética es
absorbida así en su casi totalidad por el calcáneo; el resto de la energía va siendo
absorbida por los restantes huesos del eje longitudinal del esqueleto: astrágalo,
tibia y platillos tibiales, fémur y su epífisis proximal, columna vertebral y por último
columna cervical y su conexión a la base del cráneo (articulación atloídea-
occipital).
Es muy raro que el calcáneo sea fracturado por una fuerza que actúe de abajo
hacia arriba: explosión bajo la superficie de apoyo, sobre la cual se encontraba
parado el enfermo (accidente en minas, campo de batalla, etc.), son mecanismos
excepcionales.
Síntomas
266
En resumen: en todo enfermo que haya caído de pie, con apoyo de uno o ambos
talones independientemente de la altura de la caída, con discreto dolor a la
percusión del talón, con leve dificultad a la marcha, o al pisar en la punta de los
pies, debe considerarse la posibilidad cierta de una fractura de calcáneo.
Estudios radiográficos
En la medida que el valor del ángulo sea menor, indica la magnitud del
hundimiento del tálamo y ascenso de la tuberosidad. Ambos factores deben ser
considerados como trascendentes en la determinación pronóstica y terapéutica de
la fractura. Si el ángulo en referencia llega a medir 0° o se hace negativo, significa
que el daño de la articulación sub-astragalina y el ascenso de la tuberosidad
mayor son importantes. Por estas dos circunstancias, el pronóstico debe ser
considerado como muy grave.
267
2. Proyección axial (longitudinal): el pie descansa sobre el talón en la placa
radiográfica; y se provoca una dorsiflexión del pie con ayuda de una venda que
tracciona desde debajo del arco metatarsiano. En esta posición se orienta el eje
de los rayos en un ángulo de 45° dirigido contra la cara plantar del talón y
pasando inmediatamente por detrás de ambos maleolos, tibial y peroneo.
La radiografía axial muestra así todo el cuerpo del calcáneo en su eje ántero
posterior, sus caras interna y externa y la articulación calcáneo cuboídea. Se
identifican de inmediato trazos de fracturas orientados en ese eje longitudinal,
separación de los fragmentos y compromiso de las articulaciones distales.
El foco está colocado a 30 cm. El pie se mantiene en dorsi flexión de 30°; el pie se
mantiene descansando por su borde externo sobre la placa. El rayo se orienta
directamente sobre el vértice del maleolo tibial, en un ángulo de 30° hacia los
dedos y 25° hacia la planta. La imagen muestra claramente toda la extensión de la
línea articular sub-astragalina.
La tomografía axial computada, al dar una imagen tri-dimensional del cuerpo del
calcáneo, se constituye en el procedimiento diagnóstico de más alto rendimiento.
Si el estudio se realiza con las nuevas técnicas de la tomografía axial computada
helicoidal, el diagnóstico exacto de esta compleja fractura es seguro.
268
269
Clasificación
270
En ellas, la variedad, ubicación, orientación y complejidad del trazo de fractura
puede ser muy grande, y según estos aspectos se les ha diferenciado en cuatro
grupos esenciales:
El trazo de fractura que es oblícuo, divide al hueso en dos partes: una ántero
interna, que comprende la parte interna de la articulación sub-astragalina y el
sustentaculum tali, y otra un gran fragmento póstero-externo, que comprende la
mayor parte del hueso y la porción externa de la articulación sub-astragalina
(fractura por cizallamiento de Palmer citado por Lelievre).
Si no se produce desplazamiento de los fragmentos, el compromiso de la
articulación sub-astragalina es mínimo. El riesgo de una artrosis grave es pequeño
y el pronóstico es bueno.
271
Fractura del cuerpo del calcáneo con desplazamiento del segmento
póstero-externo: el trazo de fractura siempre oblícuo hacia adelante y afuera,
separa un fragmento póstero-externo que se desplaza hacia afuera llevando
consigo una parte de la superficie articular sub-astragalina (tálamo). Este
segmento póstero-externo, muy grande y que comprende a veces gran parte del
cuerpo del calcáneo, suele bascular; desciende su parte anterior y se levanta su
parte posterior.
El cuerpo del calcáneo se encuentra aplastado y el compromiso de la articulación
sub-astragalina suele ser muy importante. La radiografía muestra el trazo de
fractura, la separación de los fragmentos, el compromiso articular y el ascenso de
la parte posterior del calcáneo: ángulo tubero-articular de Böhler disminuido. Esta
fractura necesita reducción de los fragmentos y hacer descender la tuberosidad
posterior de modo de devolver al ángulo tubero-articular su dimensión normal. El
no conseguir esta reducción implica un grave compromiso articular, artrosis futura,
y disminución de la potencia contráctil del músculo gemelo.
Pronóstico
272
Fundamentalmente son dos los hechos determinantes en la generación de futuras
secuelas incapacitantes:
273
Tratamiento
Los procesos de osteoporosis de los huesos del pie suelen ser muy acentuados y
la recuperación funcional por ello, es muy lenta. El enfermo debe ser advertido de
ello.
Son varios los factores de los cuales depende el tipo de tratamiento: grado de
compromiso de la sub-astragalina, grado de desplazamiento de la tuberosidad del
calcáneo, edad del paciente, tipo de actividad.
Como norma general la actitud varía según sea la edad del enfermo:
274
En las fracturas con estallido del calcáneo, ascenso de la tuberosidad,
hundimiento del tálamo, se tratan con reducción abierta, osteosíntesis y aporte
óseo. En ocasiones se realiza artrodesis, cualquiera sea la edad del paciente.
El examen clínico revela un pie edematoso, con equímosis plantar o dorsal, dolor
en el foco de fractura e incapacidad de marcha.
Radiología
275
Fractura por estrés
276
277
Fractura de la base del 5º metatarsiano
Tratamiento
La gran mayoría de las fracturas de los metatarsianos son tratadas con una bota
de yeso corta, no ambulatoria inicialmente, hasta que el edema regrese y, luego
de alrededor de 4 a 7 días según el caso, una bota de yeso ambulatoria con tacón
por 4 semanas.
278
FRACTURAS DE LOS DEDOS DEL PIE
Las fracturas de las falanges de los dedos del pie (u ortejos) son producidas por
traumatismos directos (golpe o aplastamiento), afectando con mayor frecuencia al
primer y al 5° ortejo.
Tratamiento
279
FRACTURAS DE LA COLUMNA VERTEBRAL
280
Actualmente se aplica más el mecanismo de producción para clasificar las
fracturas de columna. Esto es muy importante porque de ello dependerá el
tratamiento, al deducir si la fractura es estable o inestable, ya que en ello está
involucrada la posibilidad de lesión neurológica.
Las lesiones de columna cervical son de gran importancia, por su gravedad y por
las implicancias neurológicas que ellas conllevan. Estas lesiones neurológicas
provocan graves limitaciones e invalidez en la vida de personas en plena actividad
laboral.
El costo del tratamiento para las personas, instituciones y países es
extraordinariamente alto.
El traumatismo raquimedular cervical es más frecuente que el dorsal y el lumbar,
debido a que es el segmento más móvil de la columna y soporta en su extremo
superior a la cabeza.
Como ya se insinuó, los pacientes con mayor riesgo son jóvenes y adultos en
plena capacidad laboral, ya que son los que están expuestos a riesgos de sufrir
accidentes del tránsito y laborales.
La lesión medular cervical es tan grave, que presenta entre un 7 y un 15% de
mortalidad general y entre un 35 y un 50% de mortalidad en las lesiones
cervicales completas, según diferentes publicaciones.
281
TRAUMA RAQUIMEDULAR
Historia: En cualquier paciente con lesión por arriba de la clavícula o con trauma
de cráneo que le ocasiona un estado de coma, deberá de sospecharse una lesión
asociada de columna cervical, así como cualquier lesión producida por un vehículo
a alta velocidad.
282
El tracto espinotalámico esta en la porción anterolateral, transmite dolor y
temperatura del lado contralateral. La columna posterior proporciona impulsos
propioceptivos, homolaterales y es examinado por el sentido de posición de los
dedos y vibración. En la sección total no hay movimientos ni sensibilidad, no
ocurre recuperación. En las lesiones espinales incompletas la recuperación puede
ser posible.
Radiografías: una lateral de columna cervical deberá de ser obtenida para cada
paciente, con lesiones por arriba de la clavícula. Ademas Rx de columna torácica
y lumbar deberán de realizarse en cada paciente con trauma múltiple.
283
C.- Desplazamiento de fragmentos óseos en el canal
torácica.
luxación.
intervertebral
apófisis espinosa.
284
12- Apófisis espinosas: descartar fracturas o separación.
Subluxación rotatoria de C1
Fractura de la odontoides de C2
Fracturas y fx luxaciones de C3 a C7
Fracturas toracolumbares de T11 a L1, son más frecuentes que las anteriores
Fracturas lumbares
Fracturas expuestas
TRATAMIENTO:
a.-Inmovilizacion.
b.-Soluciones y Vasopresores.
285
c.-Esteroides: metilprednisolona 30 mg x kg de peso en bolo en 10 minutos,
continuando con 5.4 mg por kg de peso cada hora por 24 hs.
Fractura aislada del arco posterior, que puede comprometer uno o ambos lados
del arco. Se produce por mecanismo de compresión entre el cráneo y C2;
raramente se desplaza.
Fractura aislada del arco anterior; es muy infrecuente.
Fractura transglenoídea; se debe a una compresión axial lateralizada sobre una
de las masas laterales, la que se encuentra comprendida entre el cóndilo occipital
y la apófisis articular respectiva del Axis.
Fractura de Jefferson; se produce cuando hay fractura del arco anterior y posterior
del Atlas. De este modo, las masas laterales del Atlas pueden deslizarse hacia
lateral sobre la superficie articular del Axis; se produce así un desplazamiento de
las masas del Atlas.
El mecanismo es una sobrecarga en sentido axial sobre las masas del Atlas.
286
Clínicamente puede pasar inadvertido dentro de la sintomatología del TCE,
embriaguez o de un politraumatizado.
Tratamiento
287
Fracturas de la Odontoides
Fractura tipo I: Avulsión del extremo del odontoide, sin consecuencia clínica.
Fractura tipo III: El trazo de fractura compromete el cuerpo del Axis. Consolida
prácticamente siempre con tratamiento ortopédico.
Fractura desplazada
Fractura que se desplaza en la radiografía dinámica, tomada después del séptimo
día de la lesión.
Estas lesiones son las más frecuentes de la columna cervical (alrededor del 80%).
En su mayoría, estas lesiones se producen por impacto del cráneo o por un
mecanismo de desaceleración o aceleración brusco (mecanismo del "latigazo").
El examen minucioso del cráneo en un politraumatizado o en un paciente con
TCE, nos dará valiosos elementos de juicio para hacer diagnóstico de lesión
cervical y sospechar el mecanismo productor, lo que nos permite avanzar en el
tipo de fractura que sufre el paciente.
288
Estabilidad vertebral
Hay algunos parámetros que nos indican que una lesión del segmento C3 - C7 es
inestable, como daño neurológico, daño importante del complejo ligamentario,
desplazamiento anterior de un cuerpo vertebral sobre el que sigue por más de 3,5
mm, una angulación de vértebras adyacentes de más de 11° que indica una
ruptura ligamentosa posterior importante y, además, lesión del disco intervertebral.
Mecanismo de la lesión
1. Flexión compresión.
2. Flexión distracción.
3. Hiperextensión compresiva.
4. Hiperextensión distracción.
5. Rotación.
6. Compresión axial.
289
Analicemos los diferentes mecanismos de la lesión cervical.
1. Flexión compresión
2. Flexión disrupción
3. Hiperextensión compresiva
4. Hiperextensión disruptiva
5. Lesiones por rotación
6. Lesiones por compresión axial
1. Flexión compresión
Cuando la lesión es sólo del cuerpo vertebral, ésta es una lesión estable (Figura
32).
290
Figura 32
Se observa el
acuñamiento
anterior de la
vértebra, con
indemnidad del
resto de las
estructuras
esteoligamentarias
.
291
292
2. Flexión distracción
293
Figura 33
Se observa
ruptura de
partes blandas
posteriores y
luxación a ese
nivel.
3. Hiperextensión compresiva
294
Puede haber también compromiso del disco, por lo que esta lesión es inestable.
Figura 34
Se observa la
sobrecarga del
segmento posterior,
luego lesión de esta
parte y posteriormente
lesión del segmento
anterior, de acuerdo a
intensidad del
traumatismo.
4. Hiperextensión distracción
295
En este tipo de lesión, se puede dar la situación que, una vez provocada la lesión
medular, se produzca espontáneamente la reducción del desplazamiento y en la
radiografía no se observe fractura, no obstante que haya lesión medular. Hay que
examinar cuidadosamente las placas radiográficas, ya que se puede observar una
pequeña fractura por avulsión del borde anterior e inferior del cuerpo superior o
del borde anterosuperior del cuerpo inferior, del nivel dañado. Esta fractura, más la
lesión neurológica medular, orienta el mecanismo de la lesión.
Figura 35
Muestra lesión
principalmente
del segmento
anterior.
Ruptura del
ligamento
vertebral común
anterior y disco.
Se puede
comprometer
también la
columna media
media.
296
5. Lesiones por rotación
Estas lesiones se pueden dar en forma pura, cuando una fuerza se ejerce en la
parte superior del cráneo, en sentido axial de cefálico a caudal, en la zona medio-
parietal.
Lo usual es que esta fuerza axial se asocie a fuerzas de flexión o extensión y con
menor frecuencia a fuerzas de rotación, cuando la fuerza axial es excéntrica.
La fuerza axial pura, provoca una fractura del cuerpo vertebral por estallido.
El estallido vertebral produce fractura del muro anterior y del posterior, este puede
protruir hacia el canal raquídeo, pudiendo provocar lesión medular. También se
puede producir lesión del disco intervertebral, el que también puede protruir hacia
el canal medular, sin que ello se observe en el examen radiográfico simple; no
obstante, puede haber un sindrome medular anterior o central. En estos casos
están indicados exámenes radiográficos especiales, como tomografía axial
computada o resonancia magnética.
297
Figura 36
Fractura por
compresión
axial. Se
observa una
disminución de
altura del
cuerpo
vertebral
comprometido.
La flecha
superior
muestra el
sentido de la
fuerza.
En estos pacientes se debe hacer una anamnesis dirigida a saber cómo fue el
accidente, para intentar determinar el mecanismo de la lesión.
298
En la columna cervical se debe examinar la musculatura paravertebral, si está o
no contracturada, equímosis en cuero cabelludo, dolor localizado o referido,
limitación de la movilidad, aumento de volumen, deformidad de apófisis espinosa,
desviación de la línea media y rigidez cervical.
Examen neurológico
Tratamiento
Para diseñar el tratamiento hay que hacer una diferencia entre aquellos casos con
y sin lesión neurológica, y considerar además el grado de inestabilidad.
299
Tratamiento de lesión cervical sin lesión neurológica
A veces a la fijación interna se debe agregar una inmovilización externa con collar,
Minerva, halo-yeso o halo-chaleco, por un tiempo adecuado.
Especial atención se debe tener con los casos sin lesión neurológica, de la
fractura por estallido o compresión axial, en que hay compromiso de la columna
media con invasión del canal raquídeo, por fragmentos óseos del muro posterior y
de la parte posterior del disco.
300
En este caso se debe practicar tracción halo-craneana hasta la reducción del
cuerpo fracturado, y liberar el canal y la médula de los fragmentos; luego de un
tiempo prudente de tracción, se pasa al paciente bajo tracción a un halo-yeso, que
asegure la estabilidad vertebral y la consolidación del cuerpo vertebral, como la
fractura de cualquier hueso.
Este injerto se puede o no asegurar con placa atornillada a los cuerpos superior e
inferior del reemplazado.
Aquí habría que preguntarse por qué se produce la lesión medular. Si se tiene
una respuesta verdadera, nos permitiría intentar evitar las consecuencias de este
grave compromiso neurológico con medidas de índole médico.
En este sentido se han enumerado varias teorías acerca del daño medular,
extraídas de trabajos experimentales hechos con animales (conejos - monos),
provocando daño medular con traumas de diferente magnitud de energía. Se
estudia el daño y los cambios anatómicos y fisiopatológicos que se producen, con
el objeto de buscar posibles terapéuticas que disminuyan el daño medular.
301
Desde la perspectiva fisiopatológica se observa una secuencia de cambios que
podemos resumir en lo siguiente: pérdida de conducción neuronal, alteraciones
iónicas: potasio-calcio, ATP, y metabólicas: acido láctico.
Las investigaciones tienden a encontrar una terapia médica que evite estos
cambios, que alteran el funcionamiento de la membrana celular y la hemorragia
petequial, que llevan a la isquemia, produciendo una disminución del flujo
sanguíneo medular en el sitio de la lesión.
Existen varias teorías que explican esta isquemia medular, pero ninguna de ellas
ha podido ser demostrada.
302
Las lesiones parciales de la médula tienen grandes posibilidades de recuperación,
incluso a largo plazo, cuando son debidamente descomprimidas y estabilizadas.
Cuando se trata de fracturas por flexión y compresión axial que, después de ser
reducidas por tracción de cráneo, dejan fragmentos intrarraquídeos que
comprimen la médula, la cirugía es urgente para retirar estos fragmentos y el
abordaje se hace por vía anterior.
En los casos de flexión disrupción con luxación articular que no se deja reducir
ortopédicamente, se abordará quirúrgicamente por vía posterior, para reducir y
fijar; y luego eventualmente puede ser necesario un abordaje anterior para liberar
la médula y artrodesar la columna anterior.
303
Por lo tanto, la laminectomía está prácticamente contraindicada en este tipo de
patología; es más, en casos de compresión axial o fracturas por compresión, la
laminectomía agrava el problema, aumentando la inestabilidad.
Cuando no hay daño medular, se puede lograr la estabilidad con medios externos
(halo-chaleco, halo-yeso, minerva, collares, etc.); cuando hay daño medular, el
tratamiento de elección es quirúrgico.
Con el progreso industrial, magnitud del tránsito, etc., estos accidentes serán cada
vez de mayor envergadura y frecuencia.
304
La gravedad de la lesión vertebral está dada principalmente porque en su interior,
la columna vertebral encierra la médula espinal y ésta se puede lesionar,
ocasionando graves secuelas que pueden ser irreversibles.
Felizmente, éstas son de menor frecuencia comparadas con aquéllas que afectan
sólo el aparato osteoligamentario de la columna vertebral.
CLINICA
Signos y síntomas
Hay que sospechar lesión vertebral cuando el mecanismo del accidente es alguno
de los ya mencionados o cuando éste no es claro y espontáneo.
Dolor
Aunque puede pasar inadvertido, lo habitual es que sea muy evidente, sobre todo
a la percusión de las apófisis espinosas. Como la signología y la sintomatología
son poco específicas, la clínica no es determinante, por lo que el estudio
radiográfico es fundamental en el diagnóstico de estas fracturas.
Contractura muscular
Signos neurológicos
305
Figura 37
Fractura
antigua de
columna
vertebral
torácica.
Intenso
acuñamiento
anterior propio
de un
mecanismo de
flexión-
compresión en
cuerpo
vertebral
intensamente
osteoporótico.
No hay
compromiso
neurológico.
Sensibilidad,
Motricidad,
Reflejos osteotendinosos, y
Reflejos y sensibilidad esfintereana.
306
Figura 38
307
Figura 39
Fractura de
cuerpo
vertebral. Que
compromete
principalmente
la placa
superior. En
menor grado
está
comprometido
el muro
anterior.
CLASIFICACION
Muchas han sido las clasificaciones con las cuales se ha pretendido aclarar los
conceptos referidos, patogenia, anatomía patológica, clasificación de los daños
óseos, etc., en un intento de entregar al traumatólogo una guía confiable de los
daños vertebrales producidos y que lo orienten en la proyección pronóstica y en la
determinación terapéutica.
308
Clasificación de Denis (1982)
Basado en esto, Denis establece dos concepciones que son trascendentales para
la comprensión de las fracturas de la columna vertebral.
309
Estabilidad de la columna fracturada
Por supuesto, si son tres pilares los comprometidos, el grado de inestabilidad será
mucho mayor.
De acuerdo con el grado o magnitud de las lesiones, Denis las clasifica en dos
grupos:
En general son todas ellas poco frecuentes, provocadas por contusiones directas:
puñetazo en el box, caídas de espaldas con golpe directo en la región lumbar, o
por contractura violenta de la musculatura lumbar.
310
Fracturas de lesiones mayores
Tal vez sean las más frecuentes y las de menor gravedad dentro de las de este
grupo.
311
La fractura compromete simultáneamente el pilar o columna anterior y medio; la
fractura es inestable. Así es como en la fractura con estallido del muro posterior,
pueden emigrar violentamente dentro del canal raquídeo, fragmentos óseos y
discales, produciendo lesiones medulares o radiculares. Ello explica que, en
fracturas de este tipo, se produzcan lesiones neurológicas en el 50% de los casos.
4. Fracturas-Luxaciones
312
Sin duda, corresponden a las lesiones de mayor gravedad entre todas las
fracturas de la columna.
RADIOLOGIA
313
Lesiones menores con daño neurológico
La fractura aislada de la apófisis trasversa se puede asociar con una lesión del
plexo lumbar cuando la fractura compromete la vértebra L1 o L2; también puede
comprometerse el plexo lumbo-sacro, si la fractura compromete las apófisis
trasversas de L4 o L5 (Fractura de Malgaine).
Fracturas por flexión compresión: Son las más frecuentes. La asociación con
lesión neurológica es excepcional ya que lo habitual es que se trate de fracturas
estables.
314
período suficiente para lograr la consolidación de las fracturas y su estabilización.
En algunos casos puede también ser necesario la fijación interna.
TRATAMIENTO
1. Reposo:
a. Relativo: según la intensidad del dolor; se indica en las fracturas menores.
b. Absoluto en cama: en fracturas menores múltiples o muy dolorosas o en aquellas
fracturas mayores estables. Por ejemplo, fracturas por flexión-compresión, con
una disminución de altura de la parte anterior del cuerpo vertebral de 10 a 20%.
Reposo más inmovilización externa. Este tratamiento se realiza en
fracturas mayores, estables o inestables mecánicas, que se puedan estabilizar
externamente; por ejemplo, fracturas por flexión-compresión con acuñamiento
cercano al 50% o en fracturas tipo cinturón de seguridad.
Tratamiento quirúrgico: se realiza en todas aquellas lesiones mayores
que requieren descompresión y estabilización. La indicación es perentoria en
fracturas por estallido con compromiso neurológico, especialmente cuando éste es
parcial y progresivo.
COMPLICACIONES
315
1. Lesión de columna. Pueden quedar secuelas por deformidad angular, cifosis
torácica o lumbar, que condiciona inestabilidad y dolor crónico.
2. Lesión neurológica. Produce las secuelas más graves e invalidantes, en forma
de lesiones radiculares (paresias, paraplejias), medular (paraplejia), cola de
caballo (secuela vesical, esfinteriana).
FRACTURAS DE LA PELVIS
CONCEPTO ANATOMO-CLINICO
Dos huesos ilíacos, planos, delgados, que constituyen la pared anterior y laterales
del anillo pelviano. Todos están cubiertos por grandes masas musculares, tanto
por su cara interna y externa, que encuentran en ellos sólidos y firmes puntos de
inserción mientras el anillo pelvico esté intacto y estable; cuando segmentos
óseos quedan liberados del anillo (fracturas), son objeto de la acción
contracturante de las masas musculares que en esos segmentos se insertan,
provocando desplazamientos a veces de gran magnitud y de muy difícil o
imposible reducción o contensión.
Por otra parte, la masa muscular que tapiza las paredes endo y exopelvianas,
proveen al hueso ilíaco de una riquísima vascularización; los procesos de
consolidación se producen en plazos extraordinariamente breves.
El sacro y el coxis cierran por atrás el semi-anillo formado por la disposición de
ambos huesos ilíacos.
Así dispuestas estas tres piezas óseas, conforman un anillo o cinturón, que posee
ciertas características importantes desde el punto de vista traumatológico:
1. Es elástico; las articulaciones sacro ilíacas y la sínfisis pubiana, le permiten un
cierto grado de flexibilidad para soportar presiones antero-posteriores o laterales.
Traspasados los límites de tolerancia dados por la flexibilidad del anillo y por la
resistencia ósea, el cinturón pelviano se fractura.
2. El anillo pelvico así conformado, presenta zonas de menor resistencia a las
fuerzas compresivas:
a. Los dos agujeros obturadores delimitados por pilares óseos delgados, como son
las ramas pubiana e isquiática, se constituyen en las áreas más frágiles en la
constitución del anillo óseo.
b. La sínfisis pubiana: los cuerpos pubianos se unen por un disco fibrocartilaginoso
que ofrece débil resistencia a las fuerzas de distracción o presión antero posterior.
Por ello son frecuentes las diástasis a este nivel.
c. Las articulaciones sacro-ilíacas, encajadas una contra la otra y unidas por masas
de ligamentos extraordinariamente fuertes, especialmente por los ligamentos
sacro ilíacos posteriores, ofrecen una sólida resistencia ante las presiones
laterales.
316
Cuando el traumatismo ejercido logra romper la estabilidad de la articulación
sacro-ilíaca (disyunción), debe considerarse que la violencia ejercida sobre la
pelvis ha sido extrema.
La vejiga urinaria, ubicada inmediatamente detrás del pubis; la relación entre ellos
es íntima, en caso de vejiga llena de orina.
Uretra membranosa, que atraviesa ambas hojas de la aponeurosis perineal. El
desplazamiento de los huesos pubianos arrastra el diafragma aponeurótico, que
es fuerte y tenso; con facilidad secciona a la uretra, como si fuese una guillotina.
Vasos arteriales y venosos, de apreciable calibre, que se deslizan directamente
aplicados a la superficie ósea endo-pélvica de los huesos ilíacos: arterias y venas
ilíacas, arteria obturatriz, etc. Su ruptura genera hemorragias violentas e
incoercibles. La sangre extravasada se vierte libremente en el espacio pelvi-rectal,
retroperitoneal y allí fácilmente se acumulan uno o más litros de sangre,
constituyendo uno de los más graves problemas clínicos en este tipo de fractura.
CLASIFICACION
Los grandes músculos del muslo que toman inserción proximal en los huesos de
la pelvis, pueden ser solicitados a realizar esfuerzos violentos, instantáneos y
317
muchas veces casi en forma refleja. Es la situación que se presenta en atletas en
el momento de iniciar una carrera de velocidad, en el impulso del salto alto, etc.
Espina ilíaca antero-inferior, por contractura del recto anterior del muslo.
De la espina ilíaca antero-superior, por acción del sartorio.
De parte del isquion, por acción de los flexores de la rodilla, etc.
Los dos huesos ilíacos por delante y los lados, y el sacro por detrás, forman el
anillo pélvico, sólido y elástico que ya consideramos.
318
La fractura por un traumatismo directo aplicado sobre este anillo óseo, puede
provocar fracturas que por su sintomatología, compromiso óseo, pronóstico y
tratamiento pueden dividirse en cuatro grupos:
319
Figura 41. Fracturas estables de la pelvis.
Cuadro clínico
320
Fracturas que comprometen el anillo pélvico en un solo sector
321
Fracturas con doble compromiso del anillo pélvico
Mecanismos de acción
322
La acción antero-posterior fractura uno o ambos anillos obturadores en sus ramas
isquiopúbicas, el hueso ilíaco de uno o ambos lados se desplaza hacia afuera; así
es posible la fractura del ala ilíaca o la disyunción sacro ilíaca de uno de los dos
lados.
Síntomas
Pronóstico
Tratamiento
323
a. Shock.
b. Anemia aguda
c. Lesión vesico-uretral.
d. Síndrome de abdomen agudo.
Reducción del desplazamiento lateral: sea por fracturas isquiopúbicas y del ala
ilíaca o disyunción sacro-ilíaca, se consigue la reducción con suspensión en
hamaca que genera una compresión bicrestal; menos usado entre nosotros es la
compresión por posición lateral, según el método de Watson Jones, que va
seguida de yeso pelvipédico.
324
Extenso trazo de fractura que comprometa las ramas isquiáticas o pubianas o
ambas a la vez, con gran separación de los fragmentos y extenso compromiso de
la cavidad cotiloídea, de modo que, por este hecho, la articulación de la cadera
queda desorganizada.
Debe considerarse que hay dos premisas esenciales para autorizar la operación:
El médico que enfrenta una fractura de pelvis, sobre todo con desplazamiento
isquiopubiano hacia el interior de la excavación pélvica (traumatismo antero-
posterior), o con grave lesión ilíaca, con doble trazo y desplazamiento de
fragmentos, debe contemplar la posible existencia de tres complicaciones:
Shock
Lesión vésico-uretral.
Pseudo-abdomen agudo.
Las dos últimas son muy propias de la fractura de pelvis; deben ser reconocidas y
debe haber de parte del médico una actitud terapéutica inmediata.
Shock
325
Lesión vésico-uretral
Todo enfermo que ha sufrido una fractura de pelvis con doble trazo, con
desplazamiento de fragmentos (isquiopúbica e iliopúbica), debe hacer sospechar
de inmediato una lesión uretro-vesical. El médico debe desplegar todo su
conocimiento y astucia clínica para establecer un diagnóstico correcto e inmediato.
Puede ocurrir que la sonda pase a través de la uretra, pero no está pasando a la
vejiga: se ha deslizado por una falsa vía (uretra seccionada). Es fácil palpar bajo la
piel del periné, como la sonda se va enrollando a medida que se va introduciendo
por la uretra; además puede escurrir por la sonda sangre roja, producida por el
hematoma peri-uretral.
326
La sospecha bien fundamentada de lesión vésico-uretral obliga a tomar una
actitud inmediata.
En el enfermo con una grave fractura de pélvis, se genera casi sin excepción una
hemorragia que puede ser de gran magnitud, originada por la lesión ósea misma o
por ruptura de vasos arteriales y venosos importantes. La hemorragia se acumula
en el espacio pelvi rectal, que es capaz de aceptar un gran volumen hemático que
puede alcanzar a 1, 2 ó más litros (shock hipovolémico).
Estado general.
Pulso.
Respiraciones.
Temperatura.
Presión arterial.
Estado del abdomen.
Evolución de los signos de irritación peritoneal.
Existencia de vómitos.
Ruidos hidroaéreos.
327
Los datos se llevan por escrito y el control debe ser realizado por el mismo
médico.
A pesar de todo, el diagnóstico suele ser tan difícil, que cirujanos de amplia
experiencia han cometido el error de diagnóstico entre ambas lesiones.
328
Fracturas de pelvis con compromiso de cótilo o acetábulo
Figura 42
(a) Fractura de cótilo. (b) Fractura del reborde posterior del cótilo.
329
Se produce en pacientes que han sufrido un traumatismo violento en la cara
lateral de la pelvis y especialmente a nivel del trocánter mayor. El trazo de fractura
puede comprometer:
Diagnóstico radiográfico
Proyección alar: la radiografía se toma con la pelvis rotada en 45° hacia el lado
lesionado; así, el ala ilíca se pone paralela a la placa y muestra el pilar pubiano
con el trazo de fractura en toda su extensión.
Proyección isquiática u obturatriz: la radiografía se toma con la pelvis rotada en
45° hacia el lado sano; muestra íntegramente el agujero obturador y el pilar
isquiático y el trazo de fractura queda expuesto en toda su extensión.
TAC - helicoidal o tridimensional
Pronóstico
Es extremadamente grave.
Con frecuencia se complica con daño vascular de los gruesos vasos ilíacos y
obturatrices. Las hemorragias suelen ser masivas.
La reducción de los fragmentos desplazados es extremadamente difícil y su
contensión es a menudo imposible con métodos ortopédicos.
El compromiso del cótilo lleva implícito el riesgo casi inevitable de una artrosis
degenerativa de la cadera.
330
El riesgo es seguro en la medida que el daño óseo de las superficies articulares
sea mayor; con frecuencia el daño es tan extenso que la articulación debe darse
por perdida definitivamente.
Es este tipo de fractura de pelvis el que obliga con frecuencia a tener que resolver
el problema mediante una intervención quirúrgica de elevado riesgo y de
resultados inciertos
Tratamiento
331
Figura 40. Fracturas de la pelvis.
(a) Fractura del ala ilíaca posterior y ramas ilio e isquio púbicas derechas.
(b) Fractura del ala del sacro y ramas ilio e isquipúbicas derechas.
(c) Fracturas de las ramas ilio e isquio púbicas derecha e izquierda.
d) Fractura del anillo pélvico anterior. Ramas ilio e isquiopúbica, derecha e
izquierda.
332
FRACTURAS EXPUESTAS
DEFINICION Y CONCEPTOS
Figura
43
Graves
heridas y
fracturas
de la
mano,
produci-
das por
proyectil
(perdi-
gones).
333
GENERALIDADES: Son varias las circunstancias que hacen que la
fractura expuesta sea una de las lesiones más graves y comprometedoras
de toda la traumatología:
Es bastante frecuente.
Ocurre en cualquier parte.
Sus circunstancias hacen que deba ser considerada como una "urgencia no
derivable".
Obligan a un tratamiento inmediato y perfecto.
El éxito del tratamiento depende, en la mayoría de los casos, del proceder
del médico.
La responsabilidad es pues irrenunciable e ineludible.
En orden jerárquico, casi en todas las circunstancias están en juego la vida,
la extremidad, la función y la estética.
CLASIFICACION
334
Según el grado de lesión de partes blandas (clasificación de Gustilo)
Grado 1
Grado 2
Grado 3
Se incluyen en este grado las fracturas expuestas por arma de fuego, las
que presentan lesión vascular o neurológica y aquéllas que se producen
en terrenos altamente contaminados (caballerizas, establos, etc.).
335
PROCESO DE DIAGNOSTICO
No es tan obvio como parece. Para que el diagnóstico sea completo, debe
considerarse:
336
TRATAMIENTO
Objetivos
337
Si no se tienen las condiciones óptimas para transformar de inmediato
una fractura expuesta en cerrada, se debe dejar sólo cubierto el hueso,
habitualmente con músculo, para protegerlo de la necrosis y la infección y
no suturar la piel a tensión, que irá irremediablemente a la necrosis.
La cubierta de piel se dejará para más adelante, una vez que se hayan
hecho otros aseos de la herida y que ésta esté perfectamente limpia, sin
signos de necrosis ni infección.
1. Enfermo en quirófano.
2. Anestesia: general, raquídea, peridural, de plexo (Kulempkamf), según lo
determinen las circunstancias.
Corresponde al cirujano, conjuntamente con el anestesiólogo, la elección
del procedimiento a seguir, dependiendo de la edad del enfermo,
antecedentes patológicos, capacidad técnica, etc., todas circunstancias
que deben ser valoradas con extremo cuidado en la elección del
procedimiento anestésico.
3. Aseo físico: rasurado de la piel; lavado suave con solución Hartman o
salina tibia, si no hubiera suero se puede usar agua hervida, jabón,
povidona yodada, detergentes, etc. Incluye los segmentos óseos en el
campo del aseo; con frecuencia están contaminados con tierra, grasa,
etc.; se debe examinar la cavidad medular.
El lavado se repite una y otra vez hasta que el campo de la herida quede
absolutamente limpio (10 lts de solución Hartman).
Es aconsejable durante los primeros lavados, ocluir la herida con apósitos
y pinzas fija-campos, para evitar su contaminación con la suciedad de la
piel, jabón, pelos, etc.
4. Exploración de la herida: se debe examinar con cuidado toda la extensión
y profundidad de la herida, buscando posibles lesiones de vasos, nervios,
exposición articular, etc., que pudieron pasar inadvertidas hasta ese
momento.
5. Cambio de campo operatorio: terminado el tiempo séptico se inicia el
tiempo considerado aséptico. Se cambian sábanas, instrumental, batas,
guantes, gorro, mascarilla, tal cual se usa en una intervención aséptica,
yodo a la piel; campo de ropa estéril.
6. Aseo quirúrgico: con bisturí, pinzas, tijeras, se elimina todo tejido
desvitalizado; bordes de piel, músculos desgarrados. Si el tejido muscular
presenta color negruzco, no sangra, no se contrae al estímulo de la
presión de la pinza o con soluciòn fría, probablemente está desvitalizado
en tal grado que irá a la necrosis; se debe resecar hasta encontrar
músculo viable.
338
7. Los tendones o troncos nerviosos desgarrados o seccionados se
identifican; no se suturan, pero se fijan con seda o hilo metálico a las
partes blandas; de este modo no se retraen (tendones) y su identificación
será fácil cuando llegue el momento de su reparación definitiva. El lavado
es profuso con solucion hartman o salina en gran cantidad, 10 litros.
8. Tratamiento del hueso: debe caer también dentro del campo del aseo
físico y quirúrgico. Los pequeños segmentos óseos se dejan en su lugar;
todo segmento óseo adherido a periostio o músculo debe ser respetado y
colocado en su lugar, ya que es casi seguro que posee una suficiente
vascularización. Los grandes fragmentos deben ser respetados,
limpiados, sus bordes muy sucios se resecan económicamente con gubia,
y se ajustan en su sitio.
La eliminación de fragmentos óseos debe ser muy cuidadosamente
considerada, y se ha de limitar a fragmentos muy pequeños, muy sucios y
sin conexión con las partes blandas.
Los fragmentos se reducen y estabilizan lo mejor posible, de acuerdo con
la variedad de la fractura.
9. Cierre de las partes blandas: las masas musculares se afrontan con
material reabsorbible muy fino, la aponeurosis no se cierra. Si es posible,
se sutura piel y celular sin tensión. Si hubiere pérdida de piel se debe
dejar la herida abierta y el hueso cubierto por músculos.
Los tejidos suturados bajo tensión están destinados a la necrosis y la
infección.
10. Heridas que no se suturan: idealmente la heridas en las fracturas
expuestas debieran poder cerrarse; sin embargo, hay muchas
circunstancias que aconsejan dejarlas abiertas, selladas con apósitos.
Aunque no puedan darse normas rígidas, se aconseja no suturar las
heridas que presentan los siguientes caracteres:
o Heridas amplias, muy anfractuosas, con tejidos muy mortificados (grado 2
y 3).
o Grandes heridas y colgajos.
o Heridas con tejidos muy dañados, muy sucias y muy difíciles de limpiar.
o Heridas con más de 8 a 10 horas de evolución, sobre todo si los tejidos
están muy dañados.
o Cuando las condiciones del medio quirúrgico no han ofrecido suficientes
garantías de asepsia.
339
11. Inmovilización de la fractura: son varias las circunstancias que deben ser
consideradas para la elección del método de inmovilización:
o Magnitud de la herida.
o Pérdida de piel (herida abierta).
o Riesgo de infección.
o Concomitancia con otro tipo de lesiones (torácicas, abdominales,
craneanas, etc.).
o Necesidad de traslado.
o Tracción continúa.
o Tutores externos (fijadores).
o Yeso cerrado bajo vigilancia permanente.
o Yeso abierto o entreabierto (férula).
o Infraestructura hospitalaria.
o Existencia de recursos técnicos.
o Gravedad de la lesión.
o Capacidad técnica del equipo de médicos tratantes.
340
13. El uso de antibióticos ha ido cambiando de acuerdo a la eficiencia y
especificidad de ellos, algunos de los que se usan actualmente son:
o Penicilina y derivados.
o Cefalosporinas.
o Aminoglicósidos.
341
Las nuevas técnicas de injertos miocutáneos, miofaciales y musculares
vascularizados, permite cerrar precozmente las heridas de exposición, lo
que ha mejorado notablemente el pronóstico de las fracturas expuestas. A
ello se agregan las técnicas de sutura vascular microscópica y los
colgajos musculares, que han permitido la curación de graves defectos de
partes blandas en fracturas expuestas.
LUXACIONES.
DEFINICION Y CONCEPTOS
ETIOPATOGENIA
342
Debe tenerse en cuenta que la violencia física que actúa sobre una
articulación, aparentemente puede ser muy discreta; en estos casos, los
movimientos de torsión de los ejes, las angulaciones de los segmentos,
actúan a modo de largos brazos de palanca, multiplicando la potencia de
la fuerza que se proyecta sobre los extremos óseos que conforman la
articulación, provocando su desplazamiento.
SINTOMAS
343
Frente a este hecho, se genera un espasmo muscular intenso e
invencible, que hace imposible todo intento de reducción.
Impotencia funcional: que en general es absoluta.
Deformidad: por aumento de volumen, edema (codo), pérdida de los
ejes (hombro y cadera).
RADIOGRAFIA
PRONOSTICO
344
Ejemplo claro lo constituye la necrosis ósea de la cabeza femoral, que con
frecuencia sigue a la luxación de la articulación.
TRATAMIENTO
1. Diagnóstico correcto.
2. Inmediato reconocimiento clínico, identificando complicaciones
neurológicas, vasculares, óseas, etc.
3. Estudio radiográfico. Sólo en forma excepcional es permitida la
reducción de una luxación sin estudio radiográfico previo.
4. Traslado a un centro médico.
5. Anestesia general o local (excepcional: dedos).
6. Maniobras de reducción suave e inteligentemente realizada.
7. Inmovilización adecuada.
8. Rehabilitación funcional.
345
RESUMEN
LUXACION ESCAPULO-HUMERAL
346
MECANISMO DE PRODUCCION
ANATOMIA PATOLOGIA
347
Ubicación de la cabeza humeral luxada
SINTOMAS Y DIAGNOSTICO
Cuadro clínico
Enfermo joven.
Con el antecedentes de una caída con el brazo en abducción y rotado al
externo.
Brazo fijo en abducción ligera.
Aplanamiento del contorno del hombro; "hombro en charretera", producido
por la prominencia del acromion; en ausencia de la cabeza humeral bajo
del deltoides, éste cae vertical hacia abajo.
Desaparece el hueco delto-pectoral; ahora allí se ve y se palpa la
prominencia de la cabeza humeral.
La región sub-acromial está vacía; y allí puede introducir sus dedos bajo el
acromion: "golpe de hacha" sub-acromial.
Miembro inferior en ligera rotación interna; palma de la mano mira
ligeramente hacia adentro y atrás.
El brazo aparece algo más largo, especialmente en la luxación infra-
glenoídea.
348
El diagnóstico de luxación de hombro no basta; debe investigarse de
inmediato el posible compromiso neurológico o vascular.
El hallazgo debe ser consignado por escrito e informado a los familiares del
enfermo.
Examen radiográfico
Objetivos
349
TRATAMIENTO
Las maniobras por las cuales se reduce la luxación debieran ser tan suaves
que, en general, no debiera ser necesaria una anestesia general para
conseguirla.
Método hipocrático
Técnica
350
6. Cuidadosa aducción del brazo, presionando contra la del punto de
apoyo del talón; así se consigue desplazar la cabeza hacia afuera y
colocarla frente a la glenoides.
Es el momento más peligroso de la maniobra. El talón desnudo, actuando
como dinamómetro, va indicando el grado de la presión ejercida. Una
fuerza excesiva, en un hueso osteoporótico, puede provocar fácilmente la
fractura del cuello del húmero.
7. Manteniendo la tracción y la aducción del brazo, mediante una suave
rotación interna se reduce la luxación.
Esta maniobra está en desuso por el reisgo de ocasionar una lesión del
plexo braquial o una fractura de húmero.
Maniobra de Kocher
Técnica
351
6. Rotar el brazo hacia adentro (circunducción) y colocar la mano del
enfermo sobre el hombro del lado opuesto.
Generalmente es en este momento cuando la cabeza se introduce en la
cavidad articular, a través de la brecha articular.
Técnica de Stimson
Consiste en:
Procedimiento post-reducción
352
El vendaje Velpeau es una buena inmovilización o una inmovilización tipo
Gilchrist con estoquinete, que se debe mantener por 21 días, para iniciar
ejercicios activos del hombro y codo, controlados por el médico por lo
menos una vez por semana y realizados todos los días y varias veces al
día.
COMPLICACIONES
La lesión está provocada por elongación del nervio que circunscribe muy
estrechamente el cuello del húmero, y siendo relativamente corto, su
margen de capacidad para soportar tracción es muy limitada.
Tratamiento
353
Se invita al enfermo a realizar esfuerzo muscular con el deltoides.
Control periódico.
Fisioterapia: masaje muscular, estimulación eléctrica, con el objeto
de evitar la atrofia por desuso.
Se retira el yeso sólo cuando haya habido suficiente recuperación del
deltoides, de tal modo que sea capaz de sostener el brazo elevado sobre la
horizontal.
Tratamiento
354
LUXACION TRAUMATICA DE LA CADERA
ETIOPATOGENIA
355
Mientras el enfermo se encuentra sentado y generalmente con un
muslo cruzado sobre el otro, recibe un impacto directo y violento, de
adelante atrás contra la rodilla; la fuerza se trasmite a lo largo del muslo
(fémur) y propulsa la cabeza femoral axialmente hacia atrás; la cabeza
femoral se proyecta contra el reborde cotiloídeo y especialmente contra la
cápsula y abandona la cavidad articular, quedando alojada tras ella
(luxación posterior o retro cotiloídea).
Así ocurre en el choque frontal en un accidente automovilístico por ejemplo,
en que el acompañante del chofer, teniendo los muslos flexionados choca
con sus rodillas contra el tablero de los instrumentos; la luxación es aún
más fácil si, como ocurre con frecuencia, lleva un muslo cruzado sobre el
otro y va desprevenido (musculatura relajada).
VARIEDADES
356
Figura 44
SINTOMAS Y DIAGNOSTICO
357
Luxación anterior: da una sintomatología inversa,
considerando que la cabeza femoral luxada se encuentra en un
plano anterior al cótilo.
0. Antecedente traumático violento con muslo abducido y rotado
al externo.
1. Se ve y se palpa la cabeza femoral en la arcada inguino-crural
o en la región obturatriz.
2. Miembro inferior más largo.
3. Miembro inferior abducido y rotado lateralmente.
Cuadro radiográfico
Una línea vertical bajada desde el borde externo del cótilo, debe
dejar por dentro toda la cabeza femoral.
El arco cérvico-obturatriz (arco de Shenton) debe ser continuo;
cualquier desnivel entre ambas secciones (cervical y obturatriz) indica la
posibilidad cierta de que la cabeza está luxada.
Sin embargo, aun cuando el arco de Shenton se muestre perfectamente
nivelado, la cabeza puede estar luxada.
Observe la imagen del trocánter menor. En la cadera de un adulto,
por extrema que sea la rotación interna, el trocánter menor no desaparece
del todo en el borde interno del cuello femoral.
358
Si en estas circunstancias, el trocánter menor ha desaparecido, no hay
dudas: la cadera está luxada.
Compare el diámetro de la cabeza femoral lado sano con la del lado
supuestamente luxado. La cabeza femoral luxada aparece más pequeña,
al estar más próxima a la placa radiográfica.
TRATAMIENTO
359
Cómo sigue el tratamiento
360
Figura 45
361
Junto con el desgarro ocurrido en el momento de la luxación, hay
desgarro de los vasos nutricios; si el daño vascular es suficientemente
importante, se corre el riesgo inevitable de una necrosis parcial o total de
la cabeza femoral.
Síntomas
Radiográficamente
362
Aplanamiento, desmoronamiento y finalmente destrucción total de la
cabeza femoral.
Gamagrafía ósea, tomografía axial computada.
Miositis osificante
Luxación inveterada
Causas
363
SEMIOLOGIA RADIOLOGICA DE LA CADERA NORMAL
Debe exigirse:
Radiografía de pelvis.
Radiografía de la cadera en estudio, en posición normal (pie al zenit); es
decir, sin rotación interna ni externa.
De excelente calidad técnica.
Bien enfocada en la zona de estudio.
Bien nivelada.
Sin gases ni contenido intestinal.
Mientras más finos sean los detalles que usted desee buscar y conocer,
más estrictas deben ser las exigencias impuestas al examen.
Se solicitan proyecciones o posiciones especiales, si el estudio lo aconseja
(Proyección de Lauenstein). Es una buena medida clínica consultar con el
radiólogo sobre la conveniencia de estudios complementarios y la técnica
a seguir.
364
En la radiografía de la cadera tomada en posición normal, con el pie al
cenit, el trocanter menor se asoma en una pequeña proporción en el
borde interno de la región metafisiaria del extremo superior del fémur
(cálcar).
El arco de Shenton dibuja una línea perfectamente curva e ininterrumpida.
El cuello femoral se ve en toda su extensión, pero orientado en forma
oblícua a la placa. Si se requiere examinarlo en toda su longitud, se
solicita la radiografía con cadera rotada al interno. El trocanter menor en
esta proyección, apenas sobresale del reborde interno de la metáfisis
(cálcar).
LUXACION DE CODO
365
MECANISMO DE LUXACION
Ocurre en una caída de bruces con fuerte apoyo de la mano contra el suelo; el
codo flexionado soporta el impacto del peso del cuerpo que con violencia se
precipita al suelo.
Una caída de espaldas, con el codo extendido, puede igualmente luxar los
extremos del cúbito y radio, hacia el plano posterior. Generalmente la magnitud del
traumatismo es intensa; por ello debe considerarse de inmediato la posibilidad,
muy frecuente, de fracturas asociadas.
SINTOMATOLOGIA
ESTUDIO RADIOLOGICO
366
REDUCCION
1. Anestesia general.
La anestesia local, infiltrando todo el macizo de la articulación con Novocaína,
Dimecaína, etc., sólo procede en casos excepcionales, en luxaciones muy
recientes, enfermos tranquilos y fuertemente sedados.
2. Tracción suave pero mantenida en el eje del miembro superior;
generalmente se requiere de una contra-tracción.
3. Manteniendo la tracción, se flexiona con suavidad el antebrazo; en ese
momento, cuando la reducción se ha conseguido, se siente y palpa un claro
chasquido en el momento en que el olecranón se encaja en la cara articular del
húmero.
Se comprueba si la reducción es estable. Si no se logra reducir la luxación o si
ésta es inestable, las posibilidades son:
o Desprendimiento de la epitróclea que se desplaza y se introduce
entre las superficies articulares.
o Fracturas de la cabeza del radio, del olecranón o de la epitróclea que
se ha desplazado introduciéndose en el interior de la cavidad articular.
Inmovilización
367
2. El enfermo debe ser controlado estrechamente; ojalá todos los días o
2 veces a la semana.
Hay que considerar que cualquier error en esta etapa del tratamiento amenaza
con un desastre.
Fracturas asociadas
En el adulto las lesiones óseas crean problemas complejos, por la magnitud de las
lesiones de partes blandas, de la hemorragia y del prolongado tiempo de
inmovilización.
368
Sin embargo, la mayoría de las fracturas asociadas a la luxación no requieren de
un tratamiento quirúrgico y así, la norma terapéutica debiera ser similar a la
empleada en la luxación simple.
Miositis osificante
369
Dificultad progresiva para movilizar el codo y contractura de partes blandas, deben
hacer sospechar la complicación.
Tratamiento
Son las actitudes preventivas las que se imponen frente a esta grave
complicación, considerando que muchas de las causales son propias de la
luxación misma y por ello, son casi inevitables. Pero también hay causales
determinadas por el procedimiento terapéutico mismo:
370
VENDAJES ENYESADOS
371
Tipos de vendajes de yeso
Así son los yesos articulados a nivel de rodilla o codo que, junto con inmovilizar un
segmento esquelético, permiten el uso de la articulación.
372
Como el procedimiento lleva a colocar el vendaje de yeso directamente sobre la
piel, sólo cubierta de una malla de tejido de algodón (estoquinete) o «soft band» o
huata, previamente deben ser protegidas todas aquellas zonas de piel bajo las
cuales existan prominencias óseas.
La técnica es la siguiente: se cubre todo el segmento que será enyesado con una
malla tubular de tejido de algodón, que se prolonga más allá del límite que habrá
de comprender el yeso propiamente tal.
373
Figura 1. Diferentes tipos de yesos.
(a)Yeso antebraquial.
(b)Yeso braquipalmar.
(c)Yeso toracobraquial.
(d)Bota corta de yeso.
(e) Bota larga de yeso con tacón de marcha.
(f) Bota larga de yeso.
(g) Calza de yeso.
374
Sitios que deben ser almohadillados:
crestas ilíacas,
codo,
muñeca.
región acromio-clavicular.
Incluye todo el miembro inferior, que abarca por arriba desde el pliegue inguinal,
región troncantérica y, por detrás a nivel del pliegue glúteo. Termina en su
extremo distal incluyendo todo el pie; su límite inferior, en la cara dorsal del pie,
llega hasta la raíz de los dedos y por cara plantar hasta 1 a 2 cm más allá de la
punta de los dedos (Figura 1-f).
Rodilla en discreta flexión, muy bien modelado por sobre los cóndilos femorales,
en torno a la rótula, bajo los macizos de los platillos tibiales, tuberosidad anterior
de la tibia, maleolos peroneo y tibial, marcando cuidadosamente los surcos pre,
retro e inframaleolares. Igual cuidado debe tenerse en el moldeado del arco
plantar.
Técnica
Es una técnica que requiere destreza y práctica. Hay que cuidar simultáneamente
el ángulo de la rodilla, modelado de los cóndilos femorales, rótula, tuberosidad de
la tibia, maleolos, talón y cuidar de la posición correcta del pie, y todo ello antes
que el yeso inicie el fraguado.
375
Bota corta de yeso (Figura 1-d)
Abarca desde los platillos tibiales, tuberosidad anterior de la tibia y por detrás a
unos tres a cuatro veces de dedo bajo el pliegue de flexión de la rodilla. Por
debajo incluye todo el pie hasta la base de los ortejos y se prolonga por plantar
hasta bajo los dedos, que tienen así una plataforma donde apoyarse (Figura 1-d).
El modelado debe ser cuidadoso a nivel de los platillos tibiales, surcos pre, retro e
inframaleolares y arco plantar del pie.
Técnica
Comprende, por arriba, el plano del borde inferior de la axila y termina por abajo
inmediatamente por encima de la articulación metacarpo-falángica y a nivel del
pliegue de flexión palmar. La muñeca queda inmovilizada en ligera flexión dorsal y
en rotación neutra. El codo en flexión de unos 90°. Pronosupinación neutra (Figura
1-b).
Se modela con rapidez en torno al codo las prominencias óseas y con mucho
cuidado la apófisis estiloides del radio y, sobre todo, la epífisis inferior del cúbito.
El límite inferior, por dorsal, llega inmediatamente por detrás de las prominencias
de los «nudillos» de la cabeza de los metacarpianos con la mano empuñada; por
palmar, hasta el pliegue de flexión de las articulaciones metacarpo-falángicas. Así,
los dedos pueden flexionarse en su máxima amplitud a nivel de las articulaciones
metacarpo-falángicas.
376
Yeso antebraquipalmar (Figura 1-a)
Comprende por arriba 2 a 3 cm. por debajo del pliegue anterior de flexión del codo
y distalmente termina por encima de las articulaciones metacarpo-falángicas y a
nivel del pliegue de flexión palmar (Figura 1-a).
Deben ser protegidas las prominencias óseas de la apófisis estiloidal del cúbito y
radio.
Las vendas que se pasan por el espacio interdigital entre pulgar e índice deben
ser muy bien modeladas, dejando amplia abertura para el paso del pulgar, de
modo que le permita un amplio margen de movilidad.
Corset de yeso
Así, el enfermo debe ser entrenado desde varios días antes en tolerar la posición
sentada, de pie y luego caminar. Sólo cuando su tolerancia sea óptima y segura,
se procede a la colocación del corset.
377
Posición del paciente
Tórax y abdomen son revestidos de una malla de algodón o una camiseta y las
prominencias óseas son protegidas: crestas ilíacas, sacro, línea de apófisis
espinosa, escápulas.
El corset se extiende por arriba desde el mango del esternón, desciende hacia
atrás por debajo de las axilas y termina a nivel del vértice de los omóplatos.
Distalmente llega por delante, al nivel de la sínfisis del pubis, asciende a lo largo
de los pliegues inguinales y termina por atrás al nivel de la zona lumbosacra.
378
Figura 2. Diferentes tipos de yesos.
379
Se recortan los excesos de vendaje y se terminan los bordes que deben quedar
protegidos de asperezas.
Requiere una excelente técnica y, por lo general, debe ser colocado por el
especialista o un médico con buen entrenamiento en el manejo del yeso.
La piel está protegida por una malla de algodón, con almohadillado cuidadoso de
todas las prominencias óseas: rebordes costales, crestas ilíacas, espinas ilíacas
posteriores y anteriores, sacro y coxis, trocánter mayor, cóndilos femorales, relieve
rotuliano y cabeza del peroné, maleolos tibial y peroneo, talón.
El yeso pelvipédico se extiende por arriba a lo largo de una línea que circunscribe
el tórax, desde por debajo de las axilas y cubre la cara anterior del tórax. Por
debajo llega inmediatamente por encima de los maleolos peroneo y tibial o incluye
el pie.
Una vez seco el yeso, después de 24 a 36 horas, se corta una escotadura sobre la
pared anterior del tórax y abdomen; o bien se abre una ventana circular sobre la
pared anterior del abdomen.
El vendaje se inicia con varias vueltas circulares de yeso desde el límite superior
(torácico) hasta el tobillo. Se refuerza el yeso con férulas enyesadas, largas que
circundan la articulación de la cadera.
380
Se termina con nuevas vendas circulares desde el límite superior hasta el inferior.
Se debe proceder con rapidez, seguridad y destreza.
El modelado debe ser muy ajustado, dibujando las prominencias óseas: crestas
ilíacas, espina ilíaca anterosuperior, trocánter, depresión supracondilar del fémur,
relieve rotuliano (Figura 2-a, b, c).
Se corta el exceso de vendaje que rebasa los límites superior e inferior. El corte
debe ser muy cuidoso y neto en su paso por la región crural y perineal. Se corta
una escotadura en región sacro coxígea.
Se regularizan todos los bordes; se limpia la piel del enfermo y, con cuidado
extremo, con ayuda de 3 ó 4 auxiliares, se pasa a una camilla tensa y plana. El
momento es crítico; si la superficie no es dura y horizontal, se corre el riesgo que
el yeso, aún no suficientemente sólido, se quiebre a nivel del pliegue inguinal.
Se han descrito muertes por asfixia, en enfermos que han vomitado después de
colocado el yeso. Sobre todo, el riesgo es inminente cuando ha habido una
anestesia general como parte del procedimiento terapéutico.
Cualquiera haya sido la causa que motivó la colocación del yeso, es obligación del
médico vigilar la evolución del proceso. La obligación se hace imperiosa cuando el
yeso ha sido colocado como tratamiento de una fractura, luxación, o como
complemento de una intervención quirúrgica.
381
Si no hubiese manifestaciones adversas que corregir, el control debe seguir
realizándose cada 7 a 10 días.
El efecto psicológico de esta preocupación del médico por su enfermo, forma una
parte importantísima del tratamiento.
Busque una línea de corte sobre partes blandas, avance con la cizalla con
prudencia, poco a poco.
El uso de sierras oscilantes ha solucionado gran parte de los problemas que eran
difíciles en yesos muy gruesos.
Una vez realizado el corte de toda la pared de yeso, entreábralo con un separador
de yeso y pinzas de Wolf. Ahora busque una segunda línea de corte y abra los
ángulos a nivel de tobillo o codo.
382
Luego proceda según lo aconsejen las circunstancias.
Cuando se trata del empleo del yeso, este hecho es mucho más relevante. Las
complicaciones ocurridas en un enfermo enyesado no son debidas al yeso mismo:
lo son porque hubo un empleo defectuoso o descuidado. El yeso es inocente de la
complicación y puede llegar a constituirse en un desastre inocultable. La
responsabilidad médica está, casi siempre, indisculpablemente comprometida.
Complicaciones locales
Síndrome de compresión.
Escara de decúbito.
Edema de ventana.
Síndrome de compresión
Sin discusión, es la más grave de todas las complicaciones del enyesado. Puede
manifestarse sólo como una simple compresión, propia de un «yeso apretado»;
pero descuidada, no advertida, o no tratada puede llegar a la gangrena de los
dedos de la mano o del pie.
Yeso colocado apretado por una mala técnica. Es una causal excepcional.
Yeso colocado en un miembro que ha sufrido una lesión reciente. El edema post-
traumático sorprende al miembro dentro de un yeso inextensible, y se produce la
compresión.
Yeso post-operatorio inmediato y, por la misma razón, edema post-quirúrgico.
Una o varias vueltas de yeso, por error de técnica, fueron colocadas más
apretadas que las otras.
Compresión por infección tardía en una herida traumática o quirúrgica, dentro de
un yeso. El cuadro de compresión puede ser tardío pero muy rápido en su
desarrollo y adquirir gran magnitud, cuando la vigilancia ya fue abandonada.
383
de compresión o de otra complicación, se continúa el control una o dos veces por
semana hasta el fin del tratamiento. Si existe, por cualquier causa, riesgo de
edema, el control debe ser riguroso; quizás a veces vale la pena hospitalizar al
enfermo para detectar desde el principio los signos de compresión (fractura de
Colles, antebrazo, supracondílea, pierna, tobillo, etc.).
Basta cualquiera de los signos descritos para realizar un control permanente cada
15 a 30 minutos. Es un error grave enviar a este enfermo a su casa, o dejar el
control para el día siguiente. Si los signos no ceden, la obligación de proceder de
inmediato es imperativa.
El enfermo debe seguir siendo controlado cada 15 minutos por una a dos horas
más. Si los signos de compresión desaparecen, el problema ha quedado resuelto.
384
Los vasos venosos o arteriales están comprometidos por compresión, trombosis,
espasmo, etc.
Se está desarrollando un «síndrome compartamental».
En uno u otro caso, el problema debe ser resuelto por el especialista en forma
urgentísima y, generalmente, con un procedimiento quirúrgico.
Escaras de decúbito
La compresión de una superficie o pliegue duro y cortante del yeso contra la piel.
Un repliegue del yeso, una venda que formó un relieve acordonado, los dedos del
ayudante que sujetan el yeso sin el apoyo de toda la palma de la mano, o el yeso
a nivel del talón que es sostenido con fuerza y compresión, son buenos ejemplos
para explicar el mecanismo de esta complicación.
Defectuoso modelado del yeso sobre y en torno a las prominencias óseas. La
superficie profunda del yeso no moldeado, comprime la piel contra la prominencia
ósea subyacente. Además permite el roce del yeso contra la piel. La escara es
inevitable.
El yeso fraguó comprimido contra una prominencia ósea. Es el caso de la
compresión que, por ejemplo se ejerce inadecuadamente a nivel de los maleolos
tibial y peroneal en la reducción de una diástasis de la mortaja del tobillo. Otro
caso frecuente se produce cuando el yeso, aún blando (en una bota corta por
ejemplo), se deposita sobre la superficie dura de la mesa de enyesado. El yeso se
comprime contra la superficie del talón.
El movimiento de flexión (a nivel de articulación de la rodilla) o de extensión dorsal
(a nivel del tobillo) cuando el yeso está en proceso de fraguado, determina la
formación de un pliegue duro y cortante, que comprime las partes blandas a nivel
del hueco poplíteo en el primer ejemplo, o de la cara anterior de la articulación del
tobillo, en el segundo ejemplo.
Falta de protección con un adecuado acolchado, sobre las prominencias óseas,
especialmente cuando se trata de enfermos enflaquecidos, delgados, ancianos,
etc.
Síntomas
385
Si no se le atiende en su queja (cosa muy frecuente) el síntoma cambia de
aspecto. Ahora hay sensación de «ardor» como quemadura, persistente cuando
trata de mover el miembro dentro del yeso, al caminar, etc. Después el enfermo se
queja de dolor quemante.
Puede no encontrar nada, la piel está intacta, quizás un poco enrojecida. No rete
al enfermo, felicítese por haber llegado a tiempo como para evitar el desastre.
Puede encontrar una ampolla, una pequeña erosión o una escara. Amplíe la
ventana, realice una curación con gasa vaselinada; cubra con apósito suavemente
compresivo para evitar el edema de ventana y, en la mayoría de los casos, el
problema queda resuelto satisfactoriamente.
Edema de ventana
386
ventana, ya que el edema crece inexorablemente llenando la ventana ahora más
grande.
Cuando éste se haya reducido, cierre la ventana protegiendo la piel con un apósito
blando, o prolongue el yeso hasta cubrir el dorso de la mano o del pie.
HERIDAS
1. DEFINICIÓN :
2. ETIOLOGÍA
Agentes Cortantes:
Son instrumentos metálicos en los que uno de sus extremos está conformado por
una lámina alargada y la otra termina en punta. Ejemplo: El puñal, el sable, el
cuchillo, etc.
Agentes Contundentes:
387
El agente causante tiene una superficie roma (martillo), que produce generalmente
un traumatismo de tipo cerrado. Si el golpe es muy violento se producirá una
herida de tipo contusa. Ejemplo: Golpe con martillo, objeto redondo.
3. MECANISMO
3.1. Fricción
3.2. Percusión
Por este mecanismo, para que se produzcan las heridas deben tenerse en cuenta:
El plano de resistencia,
El traumatismo de los tejidos, que tienen poco espesor y que cubren aristas o
planos óseos, sufren con facilidad solución de continuidad con características de
una lesión contusa. Ejemplo: Heridas contusas en la región superciliar de los
boxeadores.
3.3. Compresión
Por este mecanismo, los tejidos son sometidos a una presión continua que puede
durar pocos minutos u horas.
388
Ejemplo de compresión prolongada: La caída de una columna de cemento sobre
el miembro superior.
3.4. Tracción
4.1. Escoriación
389
profundidad. La longitud del corte en estas heridas en su superficie supera la
profundidad de su penetración. Sus bordes son limpios, con mínima
desvitalización de los tejidos y están bien irrigados. La separación de sus bordes
será mayor, cuanto más perpendicular sea el corte a las líneas de Langer, a lo
largo de los cuales la movilidad de la piel sobre los planos profundos es menor.
Ejemplo: Herida producida por navaja, bisturí, etc.
390
La Mordedura pasiva: Que comprende a las heridas producidas en puño cerrado
de un agresor que golpea sobre el borde cortante de una presunta víctima.
En las heridas por mordedura de perro, el peligro está en la inoculación del virus
de la rabia.
Llamamos Puntazo cuando la lesión sólo afecta la piel y tejido celular subcutáneo.
Se conoce como Puntazo Corrido el deslizamiento de la punta del pitón sobre la
piel produciendo una herida de bordes contusos, pero superficial.
5. ESTUDIO CLÍNICO
• Dolor,
• Solución de continuidad,
• Hemorragia,
5.1. Dolor
391
Naturaleza de la herida: Las heridas incisas son menos dolorosas que las
contusas. En las heridas incisas el agente causante apenas secciona las ramas
sensitivas, en las contusas hay fricción y laceración de filetes nerviosos.
Velocidad: Cuanto mayor sea la fuerza del agente etiológico, tanto más
rápidamente se producirá la herida y tanto menor será el dolor. Ejemplo: heridas
por proyectiles de armas de fuego.
5.3. Hemorragia
392
Para que este fenómeno se produzca en el máximo de su amplitud, es necesario
que la sección de las fibras elásticas se haga transversalmente.
6. FORMAS CLíNICAS
6.1. Escoriación
La solución de continuidad está representada por un punto que podrá ser mayor o
menor. Los agentes que lo producen son puntiagudos y pueden ser superficiales o
profundas y retener o no un cuerpo extraño.
Es frecuente que sea lineal, sus bordes son regulares, en general es limpia.
Ejemplo: Incisión de bisturí.
Tiene mal aspecto, los bordes son irregulares con fondo anfractuoso, acompañado
o no de pérdida de sustancia. En general son contaminadas y requieren
tratamiento cuidadoso.
Cuando los tejidos son atravesados en todo su espesor por el agente traumático.
Éste penetra por un lado y sale por el otro.
393
6.7. Herida venenosa
6.8. Empalamiento
Son heridas que se complican por una infección local. Puede ser de naturaleza
piogénica, gangrenosa.
394
Granuloma de Sutura.- Formación elevada de aspecto polipoide en la zona de
sutura.
Grieta Fisura.- Lesión de forma lineal que semeja una fisura con fondo cubierto
por fibrina y bordes congestivos.
Úlcera Redondeada.- Lesión deprimida cuyo fondo contiene fibrina, sus bordes
son netos, elevados e hiperémicos.
Úlcera Neoplásica.- Lesión de forma irregular, fondo necrótico, con detritus, borde
elevado, irregular y friable.
395
Cuando se presentan complicaciones tales como la infección, habrá retardo en la
cicatrización como consecuencia del proceso inflamatorio.
Esta separación tiene por objetivo facilitar la descripción, pues en la realidad estas
dos fases se hallan mezcladas.
A. Respuesta Vascular
396
La filtración del líquido plasmático provoca un edema intersticial, rico en proteínas,
anticuerpos, complemento, agua y electrolitos.
B. Movimientos Celulares
Esta fagocitosis exige una preparación previa que se inicia con la opsonización de
las bacterias y las células destruidas también son eliminadas por Autolisis o
Heterolisis.
Si las lesiones necróticas de los tejidos en la herida son extensas, con abundantes
cuerpos extraños y fuerte contaminación, la limpieza de la herida será difícil que
cumpla con la acción fagocitaria, a pesar del esfuerzo que supone la llegada
posterior de los macrófagos.
Los granulocitos no son esenciales para la fase reparativa de una herida, ya que
ha sido demostrado que su anulación no inhibe el proceso de la curación.
397
Los vasos capilares neoformados se proyectan como evaginaciones, que sirven
de eje a un tejido conectivo muy joven constituido por fibroblastos, dispuestos en
posición perpendicular a aquél. El conjunto de brotes capilares constituye el
mamelon angioblástico, cuyo resultado es el tejido de granulación, sólo visible en
las heridas que curan por segunda intención.
* Epitelización de la Herida
El rellenado es completo entre ambos bordes cuando éstos han sido suturados,
cuando todavía no hay formación de colágeno en el seno de la herida.
398
Ante el estímulo de la lesión se pone en marcha la actividad mitótica de las células
basales fijas y de algunas del Stratum Spinosum.
El Estado de Shock: Inhibe la mitosis epidérmica, entre otros motivos por la acción
de las catecolaminas y los corticoides que bloquean la proliferación de estas
células.
Contracción: Se da en una herida que está curando por segunda intención con el
tejido de granulación a la vista, en virtud del cual sus bordes se acercan
concéntricamente disminuyendo el área granulante.
8. CICATRIZACIóN
399
8.1. Tipos de cicatrización
• Hemostasia perfecta,
Cicatrización por Tercera Intención.- Así denominada cuando reunimos las dos
superficies de una herida, en fase de granulación, con una sutura secundaria.
Cicatrización por Cuarta Intención.- Cuando aceleramos la cura de una herida por
medio de injertos cutáneos.
* Fisiopatología
Fases de la Cicatrización.-
400
La epidermis se presenta lisa sin el festoneado de las papilas, no posee glándulas
sudoríparas, ni tampoco formaciones pilosebáceas.
Tejido Conjuntivo está formado por una serie de planos fibrosos paralelos, éstos a
su vez son cruzados por paquetes de fibras perpendiculares a la epidermis.
Tejido Adiposo.- Posee un poder regenerativo pequeño, además tiene una gran
facilidad para atrofiarse o hipertrofiarse rápidamente.
401
8.3. Factores que retardan la cicatrización
Infección,
Cuerpos extraños,
Hematomas,
Movilización,
Edema,
Vascularización,
Hipoproteinemia,
Hipoavitaminosis C,
Alergias,
Infecciones
Diabetes,
ACTH-Cortisona.
8.4. Complicaciones
* Queloides
402
Definición.- Son lesiones proliferativas benignas, de crecimiento exagerado que
sobresalen en la piel, por acumulación de colágeno, que se desarrolla dentro del
proceso de cicatrización normal.
En orden de frecuencia, está la piel que cubre el tórax en las mujeres, el cuello,
los brazos. La raza negra presenta una gran predisposición a este tipo de lesiones
proliferativas y con respecto a la edad, el grupo etáreo con mayor incidencia está
entre los 10 y 30 años.
• Tratamiento
403
Basic Surgical and Perioperative Considerations
When a patient presents with an acute wound, the priorities are a careful, complete
history and a thorough physical examination. Most cutaneous wounds are obvious
and easily diagnosed but are not life threatening. However, the wounded patient
may also have less apparent problems that are potentially lethal and demand
immediate attention. The management of such potentially life-endangering
problems takes precedence over wound management.
After more urgent problems have been ruled out or corrected, wound management
can be addressed. Information about the time and mechanism of injury must be
obtained. The patient should be asked about a coagulopathy and about conditions
(e.g., diabetes, immune disorders, renal disease, hepatic dysfunction, and
malignancies), practices (e.g., smoking), and medications (e.g., corticosteroids or
chemotherapeutic agents) that could interfere with healing. The patient's nutritional
status must be assessed, and the patient must be checked for signs of arterial or
venous insufficiency in the wounded area.
The wound must then be carefully examined. Active hemorrhage must be noted.
Wounded tissue must be assessed for viability, and foreign bodies must be sought.
The possibility of damage to nerves, ducts, muscles, or bones in proximity to the
injury must be assessed. X-rays and a careful motor and sensory examination may
be required to rule out such coexistent injuries. It may be necessary to probe such
ducts as the parotid or the lacrimal duct to assess them for injury. The patient's
tetanus immunization status should be considered [seeTetanus Prophylaxis --
omitted, below]. Antirabies treatment should be considered for patients who have
been bitten by wild animals such as skunks, raccoons, foxes, and bats.
404
Tetanus Prophylaxis
With any wound, it is important to consider the status of the patient's tetanus
immunization.1 The effectiveness of antibiotics for the prophylaxis of tetanus is
uncertain.2 Large, deep wounds with devitalized tissue are especially prone to
tetanus infection and are defined as tetanus prone3. There is no one characteristic
that defines a wound as tetanus prone: instead, wounds are considered tetanus
prone if they have a significant number of the characteristics considered to define
this state.
For a patient with a tetanus-prone wound who has been completely immunized and
has received a booster dose within the past 5 years, no treatment is indicated. If a
previously immunized patient with a tetanus-prone wound has not been immunized
within the past 5 years, a booster Td dose is administered. If a patient with a
tetanus-prone wound either was not immunized or was incompletely immunized,
TIG is given along with a dose of Td.
Antibiotic Prophylaxis
Prophylactic antibiotics are not indicated for most wounds. They are, however,
indicated for contaminated wounds in immunocompromised or diabetic patients.
They are also indicated for patients with extensive injuries to the central area of the
face, to prevent spread of infection through the venous system to the meninges; for
patients with valvular disease, to prevent endocarditis; and for patients with
prostheses, to limit the chance of bacterial seeding of the prosthesis.
Lymphedematous extremities are particularly prone to cellulitis, and antibiotics are
indicated when such extremities are wounded. Stool-contaminated wounds and
human-bite wounds are considered infected from the moment of infliction and must
be treated with antibiotics.4,5 As a rule, dog-bite wounds are less severely
contaminated with bacteria; however, a 1994 meta-analysis suggested that
prophylactic antibiotics are probably beneficial in this setting. 6 In addition, antibiotic
prophylaxis is often indicated for wounds with extensive amounts of devitalized
tissue (e.g., farm injuries).
When antibiotic prophylaxis is called for, the agent or agents to be used should be
selected on the basis of the bacterial species believed to be present.
Staphylococcus aureus, α-hemolytic streptococci, Eikenella corrodens,
405
Haemophilus species, and anaerobes are often cultured from human-bite
wounds.4,5
The anatomic location of a wound may also suggest whether oral flora, fecal flora,
or some less aggressive bacterial contaminant is likely to be present. A Gram stain
can provide an early clue to the type of bacteria present as well. The choice of
prophylactic antibiotic to be given is ultimately based on the clinician's best
judgment regarding which agent or combination of agents will cover the pathogens
likely to be present in the wound on the basis of the information available.
Antibiotics are clearly indicated if cellulitis is present when an injured patient is first
seen. The presence of infection suggests that there has been a significant delay
between wounding and presentation for treatment. Routine soft tissue infections
are usually caused by staphylococci or streptococci, and gram-positive coverage is
generally indicated. The presence of crepitus or a foul smell suggests a possible
anaerobic infection. Initial antibiotic choices are made empirically; more specific
antibiotic treatment can be instituted when the results of bacterial culture and
sensitivity studies become available.
The goal of acute wound management should be a closed, healing wound. The
first issue to address is the timing of closure. The choices are (1) primary closure,
that is, to close the wound at the time of initial presentation; (2) secondary closure,
that is, to allow the wound to heal on its own; and (3) tertiary closure, that is, to
close the wound after a period of secondary healing.
406
The proper choice depends on how the following questions are answered:
If closure is required,
Can all necrotic material and foreign bodies be clearly identified and excised?
Normal healing can proceed only if tissues are viable, the wound contains no
foreign bodies, and tissues are free of excessive bacterial contamination.
Superficial wounds involving only the epidermis and a portion of the dermis will
frequently heal secondarily within 1 to 2 weeks. In such wounds, the functional and
aesthetic results of secondary healing are generally as good as or better than
those obtained by primary or tertiary closure. For puncture wounds, secondary
healing is preferred because it diminishes the likelihood of infection and produces
an aesthetically acceptable scar. For wounds on concave surfaces such as the
medial canthal region and the nasolabial region, secondary healing generally yields
excellent aesthetic results.9
407
hemostasis is sufficient to allow safe closure. If bleeding within a wound occurs
after closure, the course of action depends on the size of the resulting hematoma.
Small hematomas, which will be resorbed, can be ignored. Larger hematomas,
which provide a significant barrier to healing, require drainage.
Foreign Bodies. Most foreign bodies can be easily removed from wounds
manually or debrided surgically. Patients injured in motorcycle accidents, however,
frequently slide along asphalt pavements for long distances at high speeds, with
the result that many small fragments of asphalt become embedded in and beneath
the skin. Exploding gunpowder also causes many small pieces of foreign material
to be embedded within the skin. These foreign bodies are often difficult to extract,
but they should be removed as soon as possible after the injury. High-pressure
irrigation with saline will remove many foreign bodies. Surgical debridement or
vigorous scrubbing with a wire brush may be required for the removal of more
firmly embedded foreign material. If too much time elapses between injury and
treatment, the embedded material is gradually covered and encapsulated by
advancing epithelium and thereby becomes sealed within the dermis. In such
instances, surgical dermabrasion is necessary for the removal of the foreign
material.13,14
Foreign materials such as paint, oil, and grease are sometimes inadvertently
injected subcutaneously under pressure (600 to 12,000 psi) by the spray guns
used for painting, automotive body work, or industrial purposes. 15,16 On initial
examination, the injury may appear deceptively benign in that a punctate entry
wound draining foreign material is often the only sign of injury other than edema.
Nevertheless, these wounds must be treated aggressively if extensive tissue loss
is to be avoided. With some injected materials, radiographs are useful for
demonstrating the extent of distribution. The involved area, which is frequently the
hand, should be incised, and as much of the foreign material as possible should be
surgically debrided (preferably, if the hand is involved, by a surgeon who
specializes in hand injuries). Because the foreign material is often widely
distributed in the soft tissues, extensive incisions may be necessary. Antibiotics
and tetanus prophylaxis are also recommended. The ultimate prognosis is at least
partially determined by the type of material injected: paint is associated with a
particularly poor prognosis, whereas water is associated with a good one. 17 Early
aggressive therapy does not rule out the possibility of amputation, especially if the
injected material is notably caustic.
408
possibility of a foreign body within the wound that is not immediately apparent. If a
radiopaque material, such as metal or leaded glass, is being looked for,
radiographs may detect its presence. For less opaque materials, xeroradiography,
magnified radiographs, and computed tomographic scans are sometimes
diagnostically useful.18
Another type of wound in which the severity of the injury may not be readily
apparent is the crush injury. With a crush injury, there may not be an external
laceration, even though tissue damage may be extensive. The primary concern is
whether muscle damage in the fascial compartments is severe enough to induce
swelling sufficient to compromise the vascularity of the muscle. If pulses are
diminished or paresthesias are developing, the pressure within the fascial
compartment is clearly excessive, and fasciotomies are indicated. In less clear-cut
cases, intracompartmental pressures may be assessed by percutaneous
placement of catheters or wicks into the fascial compartments. The catheters or
wicks are attached to pressure monitors or transducers. An intracompartmental
pressure greater than 40 mm Hg indicates that capillary filling pressure has been
exceeded and muscle perfusion is compromised. The fascial compartment must
then be released to prevent ischemic muscle damage; the fasciotomies must be
performed on an emergency basis. If the degree of damage is not severe enough
to necessitate fasciotomy, the injured part should be elevated and dressed in a
mildly compressive dressing to limit edema formation. If there is muscle damage,
the possibility of crush syndrome with renal damage caused by rhabdomyolysis
409
must be considered. If myoglobin is found in the urine, diuresis should be induced,
and the urine should be alkalinized.
The rapid slide technique typically yields bacterial counts within 1 hour. 24 If this
information cannot be obtained, the clinician must rely on more empirical
information.
The age of the wound is one factor correlated with the degree of bacterial
contamination. The initial 6 to 8 hours after wounding has been referred to as the
golden period because closure can usually be accomplished safely during this
period. In a clinical study in a civilian setting, most wounds less than 5 to 6 hours
old were contaminated with fewer than 105 bacteria/g tissue and therefore could be
safely closed primarily.25 Experimental data suggest that bacteria trapped within
the fibrinous exudate that forms over a wound's surface cause the infections seen
in wounds closed after 6 to 8 hours.26,27 The bacteria proliferate after wounding and
generally take 6 to 8 hours to reach levels of 105/g tissue. The longer wounds
remain open, the greater the likelihood that they will become infected. 25
The location of the injury is also significant. Lacerations of the face, which has an
abundant blood supply, are more likely to resist bacterial proliferation (and to do so
for a longer time) than injuries to less adequately perfused areas, such as the
lower extremities.28 Immune status is also important. A wound is less likely to
become infected in a young, healthy person than in an elderly, debilitated patient or
a person receiving immunosuppressive medication.29
The mechanism of injury can suggest whether a wound may become infected and
what species of bacteria are most likely to be present in the wound. Wounds with a
high degree of bacterial contamination (e.g., human-bite wounds) generally should
not be closed.
410
In situations in which the nature of the injury precludes complete wound excision or
in which there is cellulitis of surrounding tissues, dressing changes should be
initiated. The use of certain topical agents will lead to a decreased bacterial count.
Silver sulfadiazine (Silvadene) is used frequently because its antibacterial
spectrum is broad, it is comfortable for the patient, and it does not commonly lead
to metabolic problems such as those seen with other agents, such as mafenide
(Sulfamylon) or silver nitrate.33,34 Silver sulfadiazine may also optimize the rate of
epithelialization.35 Parenteral antibiotics are not useful for killing bacteria in the
wound itself, because they do not penetrate the wound directly. 36 In experiments
on animals, parenteral antibiotics have proved useful for controlling bacteria within
wounds when used in conjunction with proteolytic enzymes such as Travase.26,37
This combination of treatments has not been widely used clinically.
Once bacterial control has been accomplished, the wound can be closed. In one
series, tertiary closure was successful in more than 90% of cases when bacterial
counts in tissue had diminished to less than 105/g.38
411
immune globulin and human diploid cell vaccine. Specific schedules for
administration appear elsewhere.
No local care is necessary for coral snake bite wounds; however, a variety of
techniques have been used for local care of pit viper bite wounds. Some groups
have advocated surgical approaches, such as early incision with suction and
wound excision, whereas others have suggested topical application of ice or use of
tourniquets to limit the spread of venom. None of these treatments have been
shown to provide a definite benefit. At present, topical application of ice is
discouraged because it is more likely to lead to secondary injuries than to benefit
the patient. Tight tourniquets cannot be left in place for long periods without risking
damage to the extremity; however, loose tourniquets that slow lymphatic drainage
may be of some value. Excision of the bite wound may be effective if it is
performed within 1 to 2 hours of injury. To reduce the incidence of unintentional
injuries, excision should be performed only by persons with medical training.
412
Whenever there is any suggestion of envenomation, a battery of tests, including
hematocrit, fibrinogen level, coagulation studies, platelet count, urinalysis, and
serum chemistry values, should be performed. These tests should be repeated
every 8 to 24 hours to evaluate any venom-induced changes. With severe
envenomation, decreased fibrinogen levels, coagulopathies, and bleeding may be
seen, as may myoglobinuria.
Envenomation is also a consideration with the bites of brown recluse spiders and
black widow spiders.44 The brown recluse spider has a violin-shaped mark on its
dorsum; is found in dark, dry places; and is nocturnal. The symptoms of the bite
may range from minor irritation to extreme tenderness associated with edema and
erythema; the tenderness, erythema, and edema generally do not develop until 2
to 8 hours after the bite. In more severe cases, tissue necrosis can develop in as
little as 12 hours, although more often the area of necrosis does not demarcate
itself for weeks. Severe systemic reactions, including hemolysis and DIC, have
been reported. The tissue necrosis resulting from the bite of the brown recluse can
be minimized by the use of dapsone.46 The black widow often has a red hourglass
mark on its abdomen and lives in dark, dry, protected areas.44 The venom is a
neurotoxin that produces severe local pain. Neurologic signs usually develop within
15 minutes and consist of muscle pain and cramps starting in the vicinity of the
bite. The abdominal muscles frequently become involved. Other symptoms that
may develop are vomiting, tremors, increased salivation, paresthesias,
hyperreflexia, and, with severe envenomation, shock. In sensitive individuals,
paralysis, hemolysis, renal failure, or coma may be seen. Treatment of black widow
envenomation includes parenteral 10% calcium gluconate, parenteral
methocarbamol, and one dose of parenteral antivenin.
When a wound is ready to be closed, the appropriate type of wound closure must
be chosen. The types of wound closure are (1) direct approximation, (2) skin graft
(autograft), (3) local flap, and (4) distant flap. In general, the simplest method
possible in a given situation is preferred.
The most common surgical problem is the deep, relatively acute traumatic or
surgical wound that is suitable for primary closure by direct approximation of the
edges of the wound. In this setting, the goal is to provide the best possible chance
for uncomplicated healing.
413
for the 1 to 2 hours required for most wound closures. Epinephrine in a dilution of
1:100,000 or 1:200,000 is often used in combination with the lidocaine.
Epinephrine prolongs the effectiveness of the anesthetic, increases the anesthetic
dose that can be safely used, and aids hemostasis. 47 Lower concentrations of
epinephrine can be effective, but it becomes unstable if stored for long periods at
low concentrations. Traditionally, epinephrine has not been used in the fingers and
toes out of concern that it might induce vasospasm, which could result in loss of
one or more digits. In the first half of 2001, this guideline was questioned by a
prospective study in which a series of digital blocks with epinephrine resulted in no
reported morbidity.48 In reviewing the literature; the authors of the study could not
identify a single case in which local anesthesia alone resulted in digital loss. An
experimental study from 1985 suggested that the use of epinephrine is associated
with a higher incidence of infection49; however, this association has not been noted
clinically.
The maximum safe doses of lidocaine traditionally cited are 4 mg/kg without
epinephrine and 7 mg/kg with epinephrine. The upper limit of the maximum safe
dose has been questioned. During liposuction procedures, up to 35 mg/kg of
lidocaine has been administered in a 0.1% solution containing epinephrine in a
1:1,000,000 dilution without reaching toxic drug levels.50,51 Given that some of the
anesthetic is aspirated in the course of a liposuction procedure, caution should be
exercised in extrapolating this finding to other types of procedures. The pain
involved in injecting the local anesthetic can be minimized by using a small-caliber
needle, warming the drug, injecting the drug slowly, using the subcutaneous rather
than the intradermal route (even though the rate of onset is thereby slowed), 52
providing counterirritation, and buffering the agent with sodium bicarbonate to limit
its acidity.53
Topical local anesthetics have been gaining in popularity. TAC (a solution of 0.5%
tetracaine, 1:2,000 adrenaline [epinephrine], and 11.8% cocaine) has been
demonstrated to be as effective as injectable anesthetics when applied topically to
an open wound, especially in the face or scalp. 54,55 Concerns have been expressed
about the possible toxicity of the cocaine, and efforts have been made to identify
alternative topical agents. Topical 5% lidocaine with 1:2,000 epinephrine,56 topical
4% lidocaine with 0.1% epinephrine and 0.5% tetracaine, 57 0.48% bupivicaine with
1:26,000 norepinephrine,58 and 3.56% prilocaine with 0.10% phenylephrine 59 have
all been demonstrated to be equivalent to TAC. EMLA (a eutectic mixture of
lidocaine and prilocaine) has been used to induce local anesthesia in intact skin,
often before venous cannulation,60 and it has been evaluated in open wounds as
well.61 EMLA is a more effective local anesthetic than TAC for open wounds of the
lower extremity. To induce sufficient anesthesia to be useful, however, EMLA must
be in contact with the skin for 1 to 2 hours.
Hair may be clipped to facilitate exposure and wound closure, if necessary. Close
shaving should be avoided, however, because it potentiates wound infections. 62
414
Clipping of eyebrows should also be avoided because they may not grow back.
The next step is to irrigate the wound with a high-pressure (≥ 8 psi) spray to
decrease the number of bacteria in the wound.63–65 A pressurized irrigation device
is preferred, but if none is available, high-pressure irrigation may be performed by
using (1) a 30 to 50 ml syringe and a 19-gauge needle or catheter or (2) a flexible
bag of intravenous 0.9% saline attached to tubing and a 19-gauge catheter with a
pressure device.63 Low-pressure irrigation and scrubbing of the wound with a
saline-soaked sponge have not been demonstrated to decrease the incidence of
wound infections.65,66 Irrigants that have been demonstrated to be nontoxic to
tissues include 0.9% saline67 and Pluronic F-68,68,69 though lactated Ringer
solution is also acceptable. Pluronic F-68 has surfactant properties that improve
wound cleansing without damaging tissues. Antibiotics are sometimes added to
irrigation solutions to increase their effectiveness at killing bacteria. Solutions of 1%
neomycin sulfate and 2% kanamycin sulfate, which do not kill fibroblasts in
culture,70 have limited toxicity to tissues. There is some evidence 71 that antibiotic
supplements are more effective than saline solution in decreasing bacterial counts
in contaminated wounds.
After adequate anesthesia has been achieved, hair has been clipped, and the
wound has been irrigated, the tissue surrounding the wound is prepared with an
antibacterial solution such as povidone-iodine,79,80 and a sterile field is created by
using sterile drapes. Skin preparation limits contamination of the wound by bacteria
from adjacent skin. The wound is surgically debrided of any foreign bodies or
necrotic material to limit the chances of postoperative infection. 81 If the wound
edges are beveled and adequate local tissue is available, the wound edges should
be excised by means of incisions perpendicular to the skin.
415
structures accurately. Injured nerves or ducts should generally be repaired at the
time of wound closure. In acute wounds, it is generally best to avoid more complex
tissue rearrangements such as a Z-plasty or W-plasty. Actual reconstructive
surgery in the face of trauma is rarely indicated. Direct approximation of wounds
does not always produce a uniform or aesthetically desirable result, particularly in
extensive wounds, wounds lying outside normal skin folds or creases, wounds in
children older than 2 years, wounds in the sternal and deltoid regions, U-shaped
wounds, wounds with beveled edges, or wounds in regions of thick oily skin, such
as the tip of the nose, where scars are often less acceptable. Wounds heal
optimally when two perpendicular, well-vascularized wound edges are
approximated in a tension-free manner.
An ideal method of wound closure would support the wound until it had nearly
reached full strength (i.e., about 6 weeks), would not induce inflammation, would
not induce ischemia, would not penetrate the epidermis and predispose to
additional scars, and would not interfere with the healing process in any way. No
existing method of wound closure accomplishes all of these goals: some sort of
compromise is virtually always necessary.
Materials for Wound Closure. Materials available for wound closure are sutures,
staples, tapes, and tissue adhesives. Of these, sutures are most commonly used.
Absorbable sutures, such as those made of plain or chromic catgut, polyglactin 910
(Vicryl), polyglycolic acid (Dexon), polyglyconate (Maxon), or polydioxanone (PDS),
are generally used for dermis, fat, muscle, or superficial fascia. Nonabsorbable
sutures, such as those made of nylon, Ethibond, or polypropylene (Prolene), are
most commonly used either for the skin (in which case they are removed) or for
deeper structures that require prolonged wound support, such as the fascia of the
abdominal wall or tendons.
The suture should be as small in diameter as possible while still being able to
maintain approximation. The decision to remove skin sutures or staples involves
balancing of optimal cosmesis with the need for wound support. Optimal cosmesis
demands early removal of sutures, before inflammation can develop and before
epithelialization can occur along the suture tracts. An epithelialized tract will
develop around a suture or staple that remains in the skin for more than 7 to 10
days; after removal of the stitch, the tract will be replaced by an unwanted scar.82
On the other hand, it takes a number of weeks for the wound to gain significant
tensile strength, and early removal of wound support can lead to dehiscence of
wounds subject to substantial tension. Wounds on the face and wounds along skin
tension lines (e.g., incisions for thyroidectomy) are subject to limited tension, and
sutures can be removed from these areas relatively early. Sutures are generally
removed at day 4 or 5 from the face and generally by day 7 from other areas where
skin tension is limited.
416
Sutures should remain longer in wounds subject to a greater amount of stress,
such as wounds in the lower extremities and wounds closed under tension.
Sutures also remain longer in wounds in persons with healing limitations, such as
malnutrition. Less aesthetically pleasing consequences may have to be accepted
in these cases.
One way of sustaining skin wound support while avoiding unwanted scars from
skin sutures is to use buried dermal sutures. Synthetic materials, such as Vicryl,
Dexon, PDS, or Maxon, are preferable to chromic or plain catgut because the
former are absorbed by simple hydrolysis with little inflammatory response,
whereas the latter provoke an active cellular inflammatory response that slows the
healing process. Buried dermal sutures are often used in conjunction with either
tapes (e.g., SteriStrips) or fine epidermal sutures to aid in precise epidermal
alignment.
Closure with staples is more rapid than suture closure, although approximation
may not be as precise.83 Tape is easy to apply, is comfortable for the patient, and
leaves no marks on the skin.84–86 However, patients may inadvertently remove
tapes, and approximation is less precise with tapes alone than with sutures.
Furthermore, wound edema tends to cause inversion of taped wound edges.
Supplemental dermal sutures can enhance the precision of the closure achieved
with staples or tapes.
Cyanoacrylate tissue adhesives, used by surgeons for over 30 years, are strong,
reasonably flexible, and biocompatible. When these compounds first became
available, isobutyl cyanoacrylate and trifluoropropyl cyanoacrylate were placed
between wound edges to hold them together. Adhesives used in this way created a
mechanical barrier to healing and increased wound inflammation and infection
rates. This use of cyanoacrylate tissue adhesives was abandoned relatively
quickly.87 Since then, cyanoacrylates have been applied topically to intact skin at
the edge of wounds to hold injured surfaces together. Contact with open wounds is
carefully avoided to limit toxicity. Hystoacryl Blue (n-butyl-2-cyanoacrylate) has
been used extensively with good clinical results.88 It creates limited wound strength
during the first day after injury and should not be used in wounds subject to
stress.89
417
Fibrin glue has been utilized to improve the adherence and take of skin grafts 91,92;
it has also been used with a limited number of sutures to close wounds subjected
to limited tension (e.g., blepharoplasty incisions93) and to curtail seroma formation
under flaps.94 Although fibrin glue is helpful in these settings, it is not strong
enough to be usable alone for the closure of wounds subject to even limited
tension. Autologous fibrin can be produced from plasma, though the process is
sufficiently laborious to discourage routine use. Homologous fibrin has been
available in Europe for some time. As a result of its superb safety record,
homologous fibrin has been approved by the Food and Drug Administration for
general use in the United States.
The old surgical principle that dead space should be closed or obliterated seems to
call for the closure of subcutaneous tissues. However, studies in both laboratory
animals and humans have demonstrated that multiple layers of closure contribute
to an increased incidence of infection. 95,96
418
serosanguineous discharge between sutures on days 5 to 8. Fascial separation of
less than a few centimeters can be treated expectantly; if the dehiscence is larger,
reoperation for fascial reclosure should be performed if the patient's condition
permits.
Skin Grafts
Skin grafts vary in thickness, from very thin split-thickness grafts that incorporate
the epidermis and only a small portion of the dermis to full-thickness grafts that
incorporate the entire dermis. (There are further variations within these two
classifications.) The nature of the graft affects how readily the graft takes. Thin full-
thickness skin grafts from areas such as the eyelid, the retroauricular area, or the
medial surface of the upper arm take more reliably than thicker ones from other
areas. Similarly, thin split-thickness grafts take more reliably than thicker ones.
Grafts that incorporate most or all of the dermis maximally inhibit wound
contraction. The ability to inhibit wound contraction is not dependent on the
absolute thickness of the graft; rather, it is related to the amount of deeper dermis
the graft contains.99
Skin grafting produces a second wound at the donor site. All donor sites for full-
thickness grafts must be closed independently either by direct wound
approximation or by application of an additional graft. Donor sites for split-thickness
grafts generally heal secondarily. Donor sites for thicker grafts tend to heal more
slowly; donor sites for very thick split-thickness grafts may require grafting for
adequate closure.
Skin grafts can be meshed and expanded like a pantograph. This technique
increases the area that can be covered and facilitates drainage of fluid through the
resulting interstices. Meshed grafts conform well to irregular surfaces. However,
the aesthetic result of a meshed graft is usually less satisfactory than that of an
intact, unmeshed skin graft, especially if the meshed graft is expanded widely.
Wound contraction is increased with an expanded meshed skin graft, which can be
a problem around flexion and extension creases near joints.
419
A suitable donor site should provide a good color match for the wounded tissue
and be as inconspicuous as possible.100 Because humans are relatively
symmetrical; the ideal graft tissue in terms of color and texture match is tissue from
the contralateral structure. However, this type of graft is often impractical because
the donor site is frequently too conspicuous. In general, skin anywhere above the
clavicles resembles facial skin; the retroauricular and supraclavicular regions and
the scalp are relatively inconspicuous donor sites for facial wounds. The buttocks
and upper thighs are preferred donor sites for wounds of the trunk or the
extremities.
A graft must be protected to some extent until it reaches maturity, usually 6 months
after placement.102 Such measures are especially important for lower-extremity
grafts, which may be more susceptible to trauma and dependent edema.
The color of grafted skin generally changes after transfer and is usually darker than
it appeared in situ.103 Hair is transferred only with full-thickness or very thick split-
thickness skin grafts. In thicker split-thickness skin grafts, sebaceous activity is lost
initially but resumes within 3 months. In the interim, the graft must be lubricated
with skin creams. Sensibility in skin grafts is more like that of the recipient site than
that of the area from which the graft was taken. 104 Perspiration returns with
sensibility, and its pattern also is determined by that of the recipient site. 104 Full-
thickness skin grafts have normal growth potential when they are placed during the
early years of life, but the growth of split-thickness skin grafts is limited.105 Skin
grafts can be remarkably durable after complete healing and can be used
effectively even on the soles of the feet.
Flaps
Like skin grafts, flaps allow coverage of a wound that cannot be satisfactorily
closed primarily; again, the cost is a secondary wound at the donor site. Flaps can
be used to close any uninfected wound. They do not require as vascular a wound
bed as grafts do, because they maintain their blood supply after transfer and do not
depend on revascularization for survival. Flaps are indicated for wounds containing
denuded bone, cartilage, tendon, or nerve that cannot be closed by direct
approximation. Flaps may be used in some situations in which skin grafts are also
a possible choice because they may provide tissue with desirable characteristics
such as bulk or a more natural appearance. Flaps that include bone or muscle may
also be indicated for functional purposes. Any flap creates at least some functional
or aesthetic deficit, a consideration when deciding what type of flap should be
420
used. When feasible, use of local flaps is generally preferred because they usually
require a less complex operation and because local tissue is generally the most
natural-looking substitute for the wounded tissue. Sometimes, however, specific
tissue requirements mandate use of distant flaps.
A flap can be classified as either random or axial. A random flap is supplied with
blood from the subdermal plexus but has no specific blood vessel supplying it. An
axial flap must be supplied by a specific, predictable blood vessel. Generally, a flap
that includes large amounts of tissue or specialized tissue such as muscle or bone
is constructed as an axial flap. The most complex distant flap is an axial one that
requires microvascular anastomoses of the primary blood vessels of the flap to
appropriate recipient vessels in surrounding tissue.
The blood supply to the flap must not be impaired by poor design, kinking of the
vascular pedicle, pressure from an ill-placed dressing, poor patient positioning, or
hematoma formation. Drains are frequently placed under flaps both to encourage
tissue approximation and to prevent collection of blood and serum under the flap.
Flaps will retain their color, texture, hair-bearing characteristics, and sebaceous
activity regardless of the recipient site. Sensibility and perspiration return to some
extent between 6 weeks and 3 months after flap transfer. With certain axial flaps,
sensibility and other neural functions are preserved from the outset. In children,
flaps are also durable and have normal growth potential.
Dressings
Different types of dressings perform different functions. Therefore, for any wound,
the purpose a dressing is to serve must be carefully considered before the
dressing is applied.
Partial-thickness injuries, such as abrasions and skin graft donor sites, heal
primarily by epithelialization and are best treated with dressings that maintain a
warm, moist environment.106,107 A variety of dressings can accomplish this goal,
including biologic dressings (e.g., allograft,108 amnion,109 or xenograft110), synthetic
biologic dressings (e.g., Biobrane111), hydrogel dressings, and dressings of
semipermeable or nonpermeable membranes (e.g., Op-Site or Duoderm).107 These
dressings need not be changed as long as they remain adherent. Small, superficial
wounds also heal readily when dressed with Xeroform or Scarlet Red; these
dressings are often changed with greater regularity. 112 The traditional approach to
partial-thickness injuries has been to apply gauze, often impregnated with a
petrolatum-based antimicrobial such as bismuth tribromophenate (Xeroform), and
to allow it to dry. Heat lamps have been used to accelerate the drying process.
With this method, the gauze provides a matrix that facilitates scab formation.
A scab, which consists of dried fibrin, blood cells, and wound exudate, will protect a
wound and limit desiccation and bacterial invasion. Epithelial cells advancing
beneath a scab, however, must debride the scab-wound interface enzymatically to
421
migrate across the wound surface beneath the scab.113 Epithelialization is
therefore slower under a scab than it would be under an occlusive dressing. Thus,
wounds covered with a scab tend to cause the patient more discomfort than
wounds covered with occlusive dressings as well.
For wounds containing necrotic tissue, foreign bodies, or other debris, wet-to-dry
dressings are preferred. In this approach, saline-soaked, wide-meshed gauze
dressings are applied, allowed to dry, and then changed every 4 to 6 hours.
Granulation tissue (including necrotic tissue and other debris) and wound exudate
become incorporated within the wide-meshed gauze; thus, a debriding effect is
produced when the gauze is removed.114,115 The disadvantage of this type of
dressing is that some viable cells are damaged by the debridement process. Wet-
to-wet dressing changes, in which the saline is not allowed to dry, minimize tissue
damage but do not produce as much debridement. Enzymatic agents (e.g.,
Travase, Santyl, and Accuzyme) can debride wounds effectively and are a
reasonable alternative to wet-to-dry or wet-to-wet dressings for wounds containing
necrotic tissue.116
Virtually any type of dressing change will lower the bacterial count in infected
wounds; however, application of antibacterial agents, which directly affect the
infecting bacteria, generally decreases the bacterial count more quickly than other
dressing-change regimens. Silver sulfadiazine is frequently used because in
addition to its broad antibacterial spectrum and low incidence of side effects, it has
the secondary benefits of maintaining the wound in a moist state and speeding
epithelialization.33
422
contamination may occur. The outermost dressing layer is a binding layer, the
purpose of which is to fix the dressing in place. Tape is most commonly used as a
binding layer, though elastic wraps or other materials may sometimes be used
instead.
With sutured wounds, dressings are required only until drainage from the wound
ceases. With nondraining wounds, dressings may be removed after 48 hours, by
which time epithelial cells will have sealed the superficial layers of the wound. An
alternative method of treating minimally draining incisional wounds is to apply an
antibacterial ointment. Such ointments are occlusive and maintain a sterile, moist
environment for the 48 hours required for epithelialization.
Some physicians use occlusive dressings for incisional wounds. These dressings,
as mentioned, create a warm, moist, sterile environment that is optimal for
epithelialization. Some of these are transparent, allowing observation of the wound.
The disadvantage of most of these dressings is their limited absorptive capacity,
allowing drainage from the wound to collect under the dressing.
In certain small wounds in areas that are difficult to dress, such as the scalp, it may
be reasonable to forgo a synthetic dressing and simply allow a scab to form on the
wound surface.
Some novel approaches to wound management have been developed since the
latter part of the 1990s. One such approach involves the use of skin substitutes,
such as Alloderm, Integra, and Apligraf. Alloderm and Integra contain only dermal
elements, whereas Apligraf and others contain cellular components, including
epithelium. The cellular elements most likely do not remain in the wound for long,
but they are thought to provide cytokines that may stimulate the healing process in
the short term.
Phylogenetically, humans have lost the ability of many lower animals, such as
planaria and salamanders, to regenerate specialized structures in most of their
tissues. Although the wound-healing process differs slightly from tissue to tissue,
the process is similar throughout the body. The result in almost all tissues is scar,
the so-called glue that repairs injuries. The goal of acute wound management is to
facilitate the body's innate tendency to heal so that a strong but minimally apparent
scar results. Generally, however, the normal wound-healing process cannot be
accelerated.
423
Hemostasis
Most wounds extend into the dermis, injuring blood vessels and resulting in
bleeding. This process stimulates vasoconstriction in the injured vessels, mediated
by epinephrine from the peripheral circulation and norepinephrine from the
sympathetic nervous system. Prostaglandins, such as prostaglandin F 2α (PGF2α),
and thromboxane A2 are also involved. As the vessels contract, platelets adhere to
the collagen exposed by damage to the blood vessel endothelium and form a plug.
Platelet aggregation during the hemostatic process results in the release of
cytokines and other proteins from the alpha granules of the cytoplasm of platelet
cells. These cytokines include platelet-derived growth factor (PDGF), transforming
growth factor-β (TGF-β), transforming growth factor-α (TGF-α), basic fibroblast
growth factor (bFGF, also called fibroblast growth factor 2 [FGF2]), platelet-derived
epidermal growth factor (PD-EGF), and platelet-derived endothelial cell growth
factor (PD-ECGF). Some of these cytokines have direct effects early in the healing
process, and others are bound locally and play critical roles in later aspects of
healing.
The extrinsic coagulation cascade is stimulated by a tissue factor released from the
injured tissues and is essential for clot formation. The intrinsic cascade is triggered
by exposure to factor XII and is not essential. Both coagulation cascades generate
fibrin, which acts with platelets to form a clot in the injured area. In a large wound,
the superficial portion of this clot may dehydrate over time to produce a scab.
Inflammation
Tissue damage at the site of injury stimulates the inflammatory response. This
response is most prominent during the first 24 hours after a wound is sustained. In
clean wounds, signs of inflammation dissipate relatively quickly, and few if any
inflammatory cells are seen after 5 to 7 days. In contaminated wounds,
424
inflammation may persist for a prolonged period. The signs of inflammation,
originally described by Hunter in 1794, include erythema, edema, heat, and pain.
Neutrophils are the predominant inflammatory cell in the wound during the 2 to 3
days after wounding, but macrophages eventually become the predominant
inflammatory cell in the wound. Because monocytes are present in the serum in
much lower numbers than neutrophils, it is not unexpected that they are rarely
seen in the wound area initially. After appearing in the wound, both neutrophils and
macrophages engulf damaged tissue, digesting them in lysosomes. After
neutrophils phagocytose damaged material, they cease to function and often
release lysosomal contents, which can contribute to tissue damage and a
prolonged inflammatory response. Inflammatory cells and liquefied tissue are the
constituents of pus, which may or may not be sterile, depending on whether
bacteria are present. Unlike neutrophils, macrophages survive after phagocytosing
bacteria or damaged material. The shift in predominant inflammatory cell type
within the wound from neutrophils to macrophages is at least in part due to
macrophages' extended life span. Macrophage-specific chemoattractants may also
selectively attract macrophages into the wound.
425
macrophage functions—especially their role as a cytokine source—most likely are
what make them essential.
Migratory Phase
Many substances attract fibroblasts and other mesenchymal cells into the wound
during the migratory phase, including many of the cytokines 118,128–130. It is not
known which of them are most active biologically at different points after wounding.
The fibroblasts migrate along the scaffold of fibrin and fibronectin, as mentioned.
This migration involves the upregulation of integrin receptor sites on the cell
membranes, which allows the cells to bind at different sites in the matrix and pull
themselves through the scaffold. Migration through the provisional matrix is also
facilitated by synthesis of MMPs, which help cleave a path for the cells. Additional
cytokines stimulate the proliferation of mesenchymal cells important in the wound-
healing process once these cells have been attracted into the wound area 131–132.
Angiogenesis. Angiogenesis is also initiated in the migratory phase during the first
2 or 3 days after wounding. Before revascularization of the injured area, the wound
microenvironment is hypoxic and is characterized by high lactic acid levels and a
low pH. Angiogenic factors stimulate the process of neovascularization. Some of
the more potent angiogenic factors are derived from platelets and
macrophages133,134. New vessels develop from existing vessels as capillaries. The
capillaries grow from the edges of the wound toward areas of inadequate perfusion
within the provisional wound matrix, where lactate levels are increased and tissue
oxygen tension is low.
The generation of new vessels involves both migration and proliferation of cells.
Both cellular activities are modulated by the angiogenic cytokines. A key aspect of
endothelial cell migration is the upregulation of the α-β3 integrin binding domain
that facilitates the binding of the endothelial cells to the matrix. Migrating
endothelial cells produce plasminogen activator, which catalyzes the breakdown of
fibrin, as well as MMPs, which help create paths through the matrix for the
developing blood vessels. When the budding capillaries meet other developing
capillaries, they join and blood flow is initiated. As the wounded area becomes
more vascularized, the capillaries consolidate to form larger blood vessels.
426
matrix.136 As migration is initiated; desmosomes that link epithelial cells together
and hemidesmosomes that link the cells to the basement membrane disappear. 137
Migrating cells express integrins on their cell membranes that facilitate migration.
As they migrate, they secrete additional proteins that become part of the new
basement membrane, including tenascin,138 vitronectin, and collagen types I and V.
In addition, they generate MMPs to facilitate migration, as noted.
When epithelial cells migrating from two areas meet, contact inhibition prevents
further migration. The cells making up the epithelial monolayer then differentiate
into basal cells and divide, eventually yielding a neoepidermis consisting of multiple
cell layers. Epithelialization progresses both from wound edges and from epithelial
appendages. Epithelial advancement is facilitated by adequate debridement and
decreased bacterial counts, as well as by the flattening of rete pegs in the dermis
adjacent to the wound area. The epithelium never returns to its previous state. The
new epidermis at the edge of the wound remains somewhat hyperplastic and
thickened, whereas the epidermis over the remainder of the wound is thinner and
more fragile than normal. True rete pegs do not form in the healed area.
The proliferative phase of wound healing usually begins approximately 5 days after
wounding. During this phase, the fibroblasts that have migrated into the wound
begin to synthesize proteoglycans and collagen, and the wound gains strength.
Until this point, fibrin has provided most of the wound's strength. Although a small
amount of collagen is synthesized during the first 5 days of the healing process, 139
the rate of collagen synthesis increases greatly after the fifth day. Wound collagen
content continually increases for 3 weeks, at which point it begins to plateau. 140
Although there are at least 18 types of collagen, the ones of primary importance in
skin are type I, which makes up 80% to 90% of the collagen in skin, and type III,
which makes up the remaining 10% to 20%. A higher percentage of type III
collagen is seen in embryologic skin and in early wound healing. A critical aspect of
collagen synthesis is the hydroxylation of lysine and proline moieties within the
collagen molecule. This process requires specific enzymes as well as oxygen,
vitamin C, α-ketoglutarate, and ferrous iron, which function as cofactors.
Hydroxyproline, which is found almost exclusively in collagen, serves as a marker
of the quantity of collagen in tissue. Hydroxylysine is required for covalent cross-
link formation between collagen molecules, which contributes greatly to wound
strength. Deficiencies in oxygen or vitamin C or the suppression of enzymatic
activity by corticosteroids may lead to underhydroxylated collagen incapable of
generating strong crosslinks. Underhydroxylated collagen is easily broken down.
After collagen molecules are synthesized by fibroblasts, they are released into the
extracellular space. There, after enzymatic modification, they align themselves into
fibrils and fibers that give the wound strength. Initially, the collagen molecules are
held together by electrostatic cross-links as fibrils form. These cross-links are
subsequently replaced by more stable covalent bonds. The covalent bonds form
427
between lysine and lysine, between lysine and hydroxylysine, and between
hydroxylysine and hydroxylysine;141 the strongest cross-links form between
hydroxylysine and hydroxylysine.
The wound edges are pulled together at a rate of 0.60 to 0.75 mm/day. The rate of
contraction varies with tissue laxity. Contraction is greatest in anatomic sites where
there is redundant tissue. Wound contraction generally continues most actively for
12 to 15 days or until wound edges meet.
428
modulated by several tissue inhibitors of metalloproteinases (TIMPs). During this
phase, there is little net change in total wound collagen, 144 but the number of cross-
links between collagen strands increases.
The realigned, highly cross-linked collagen is much stronger than the collagen
produced during the earlier phases of healing.
The result is a steady, gradual growth in wound tensile strength that continues for 6
to 12 months after wounding. Scar tissue never reaches the tensile strength of
unwounded tissue, however. The rate of gain in tensile strength begins to plateau
at 6 weeks after injury. The common clinical recommendation that patients avoid
heavy lifting or straining for 6 weeks after laparotomy, hernia repair, or many
orthopedic procedures is based on the time required for increased tensile strength.
The names of cytokines are frequently misleading. In many cases, they derive from
the first known cell of origin or from the first function discovered (or hypothesized)
429
for the factor. As a result, a polyfunctional factor may have a name implying that it
has only one function, a factor produced by multiple cell types may have a name
suggesting that it is produced by a single cell type, or a factor's name may lay
claim to a capability that the factor does not have. For example, TGF-β received its
name because it was originally believed to be capable of transforming normal cells
into malignant ones. Although it is now known that TGF-β does not have this
capability, the name has not been altered.
Cytokines are also a promising tool in the biologic modification of the wound-
healing process. Early experimental work was done with small quantities of factors
extracted from biologic sources (e.g., platelets). Currently, recombinant technology
can provide large quantities of highly purified material that can be used clinically. It
has been experimentally demonstrated that many of the cytokines are capable of
accelerating wound healing in normal and healing-impaired models. TGF-β has
markedly increased wound-breaking strength in incisional wounds in rats soon
after wounding.156 bFGF has increased the strength of incisional wounds when
injected on day 3 after wounding.157 EGF has accelerated the closure of partial-
thickness wounds in pigs when applied topically,158 and it has accelerated collagen
accumulation in a wound chamber model.159 PDGF has accelerated healing in
incisional wounds in rats when administered in a slow-release vehicle at the time of
wounding.160 Cytokines have also been observed to reverse healing deficits
produced by diabetes,161 steroids,162 doxorubicin,163 and radiation164 in
experimental models.
The positive results of these experimental studies encouraged the use of cytokines
in clinical trials in humans. In an early human study, EGF accelerated the healing
of skin graft donor sites.165 In another study, it was applied topically to chronic
nonhealing wounds in an uncontrolled group of patients and was considered to
contribute to improved healing in the majority.166 Autogenous platelet extracts have
been used on chronic nonhealing wounds as well, with good results. 167
It is not known which factors will be most effective as healing adjuvants in either
normal or impaired healing states. It would seem logical that addition of a
combination of factors in a sequence mimicking that characteristic of normal
healing would produce optimal effects when healing is unimpaired. When healing is
impaired, it would seem logical to augment the quantity of whatever factors are
lacking or present at reduced levels. However, much work remains to be done—
first, to determine which factors are most critical in normal states and, second, to
430
determine which factors are lacking in impaired states so that the best use can be
made of the recombinant factors now available.
Although the physiology of skin graft healing is similar to that of open wound
healing, differences arise because the wound is covered by the graft and because
the graft has its own intrinsic architectural nature. Initially, fibrin holds the graft on
the recipient site. The strength of attachment increases rapidly for the first 8 hours
after graft placement, after which the rate of increase tapers off slightly. 171 For the
first 48 hours, the graft survives by serum imbibition 172: plasmalike fluid is absorbed
by the graft, which increases in weight by up to 30% during this period. The
absorbed fluid supports only minimal metabolic activities and maintains cellular
viability until revascularization occurs. After approximately 48 hours, new blood
vessels begin to grow into the graft from the recipient site.173 It is not known
whether a new vascular network grows within the graft or whether vessels from the
recipient site simply connect with existing vessels in the graft. Skin graft
revascularization probably involves a combination of these two processes. 174 Blood
flow in the graft reaches nearly normal levels approximately 7 days after grafting.
The vascular system continues to mature, with smaller vessels merging into larger
ones. By 21 days after grafting, the graft's vascular supply appears nearly normal
on dye injection studies.173
Lymphatic channels begin to develop 4 to 5 days after grafting, and the lymphatic
system gradually matures until it, too, is nearly normal after 21 days. 175 Epithelial
cells and fibroblasts remain dormant for 3 days after placement of a skin graft and
subsequently proliferate.176 The epithelium remains hyperplastic for 6 weeks.177 By
7 to 8 days after grafting, fibroblasts are more plentiful in the graft than in the
surrounding skin, and new collagen is being synthesized. 176,177 Collagenolytic
activity develops simultaneously and actually exceeds collagen synthesis for 2
weeks, leading to a net loss in graft collagen.
However, during the third week after grafting, the net amount of collagen starts to
increase as the rate of collagen synthesis begins to exceed the rate of
collagenolysis. Active collagen synthesis continues for at least 20 weeks. 102
Healing does not always occur in a straightforward, undisturbed fashion. Both local
and systemic factors can interfere with healing. Local factors include infection,
foreign bodies, tissue hypoxia, venous insufficiency, local toxins, mechanical
trauma, irradiation, and cigarette smoking. Systemic factors include malnutrition,
cancer, diabetes mellitus, uremia, jaundice, old age, corticosteroids,
chemotherapeutic agents, and alcoholism. Several of these local and systemic
factors will be discussed in more detail.
431
Local Factors
Infection. The body maintains a symbiotic relationship with bacteria. Normal dry
skin contains up to 1,000 bacteria/g,4 and saliva contains 100 million bacteria/ml.178
The bacterial population is kept in control by several mechanisms. Invasion is
mechanically limited by an intact stratum corneum in the skin and intact oral
mucosa.5 Sebaceous secretions contain bactericidal and fungicidal fatty acids that
modulate bacterial proliferation.179 Edema dilutes these fatty acids, making
edematous areas more infection prone. Lysozymes in skin hydrolyze bacterial cell
membranes; further limiting bacterial proliferation.180 The immune system
augments local barriers to infection.
Infection occurs when the number or virulence of bacteria exceeds the ability of
local tissue defenses to control them. Generally, as mentioned, infection exists
when bacteria have proliferated to levels beyond 105 organisms/g tissue (β-
hemolytic streptococci being the only exception). At this level, bacteria overwhelm
host defenses and proliferate in an uncontrolled fashion. This number was defined
by studies performed at the United States Army Institute of Surgical Research and
elsewhere.21,181–183 Local factors such as impaired circulation or radiation injury
increase the risk of infection. Systemic diseases such as diabetes, AIDS, uremia,
and cancer also increase the susceptibility to wound infection.
Hypoxia and Smoking. Delivery of oxygen to healing tissues is critical for prompt
wound repair. Oxygen is necessary for cellular respiration as well as for
hydroxylation of proline and lysine residues. Adequate tissue oxygenation requires
an adequate circulating blood volume, 184 adequate cardiac function, and adequate
local vasculature. Vascular disorders may be systemic, as in peripheral vascular
disease, or localized, caused by scarring from trauma or prior surgery. Wound
healing in ischemic extremities is directly correlated with transcutaneous oxygen
tension.185 Hyperbaric oxygen has been used in the treatment of many types of
wounds in which tissue hypoxia may impair healing.
Anemia, however, is not associated with impaired healing unless the anemia is
severe enough to limit circulating blood volume.186
Irradiation. Irradiation damages the DNA of cells in exposed areas. Some cells
die, and others are rendered incapable of undergoing mitosis. When radiation is
administered therapeutically, doses are fractionated and tangential fields are used
432
to limit damage to normal cells while maximizing damage to tumor cells. Despite
such techniques, normal cells are damaged by irradiation.
Systemic Factors
433
the absence of protein intake,199 resulting in impaired healing.200,201 Arginine and
glutamine appear to be particularly important amino acids. Cystine residues are
found along the nonhelical peptide chain associated with procollagen; in the
absence of these cystine residues, proper alignment of peptide chains into a triple
helix is inhibited.202
Carbohydrates and fats provide energy for healing, and wound healing slows when
carbohydrate or fat stores are limited. As an alternative energy source, protein is
broken down instead of contributing primarily to tissue growth. 203 Fatty acids are
also vital components of cell membranes.
The minerals necessary for normal healing include the trace element zinc, a
necessary cofactor for DNA polymerase and reverse transcriptase. Because zinc
deficiency can result in an inhibition of cellular proliferation and deficient
granulation tissue formation209 and healing,210 zinc replacement should be given if
a deficiency is diagnosed. Pharmacologic overdosing with zinc does not accelerate
wound healing and can have detrimental effects. 210
Cancer. Impaired wound healing associated with cancer has been demonstrated
experimentally213 and is often noted clinically. Cancer-bearing hosts may have
impaired healing for a variety of reasons. Cancer-induced cachexia, manifest as
weight loss, anorexia, and asthenia, significantly limits healing. Cachexia is a result
of either decreased caloric intake, increased energy expenditure, or both.
434
mediated through as yet imperfectly defined circulating factors. Changes in taste
perception, hypothalamic function, and tryptophan metabolism may contribute to
anorexia. Tumors in the gastrointestinal tract can produce obstruction and
generate fistulae that limit nutrient absorption. Other cancers generate peptides
such as gastrin and vasoactive intestinal polypeptide (VIP) that alter transit times
and interfere with absorption of nutrients.
The effect of increased glucose use is higher energy needs. 214 Protein catabolism
may be accelerated. Protein breakdown in muscle is increased, as is hepatic
utilization of amino acids. Such changes in protein metabolism produce a net loss
of plasma protein. Unlike malnourished patients, cancer patients may not be able
to alter their metabolism to rely on fat for most energy needs. In tumor-bearing
animals, fat accumulates, while other, more vital tissues are broken down for
energy. In addition, vitamin C may be taken up preferentially by some tumors,
limiting availability of the vitamin for hydroxylation of proline and lysine moieties in
collagen. All of these metabolic changes contribute to a negative energy balance
and inefficient energy use.
Old Age. The elderly heal less efficiently than younger persons. DuNuoy and
Carrell,216 who studied patients injured during World War I, demonstrated that
wounds in 20-year-old patients contracted more rapidly than those in 30-year-old
patients. In a blister epithelialization model,217 younger patients also healed more
rapidly than older patients. Another study218 found that wound disruption occurred
with less force in the elderly.
435
wound; particularly in older diabetic patients.227 Diabetic neuropathy impairs
sensation, classically in a stocking or glove nerve distribution in extremities.
Although this neuropathy does not limit healing directly, it can diminish an
individual's ability to protect himself or herself from trauma. The diabetes-induced
impairment in healing may be reduced by tight control of blood sugar levels with
insulin.228–230
Uremia. Uremia has been associated with impaired healing, partially as a direct
effect of urea and partially as the result of coexisting malnutrition.
436
combination of agents, compounding their deleterious effects. Clinical trials with
chemotherapeutic agents have not been associated with as high an incidence of
complications as might be anticipated from experimental evidence. The timing of
drug administration as well as the doses utilized may explain this apparent
contradiction. Doxorubicin, for example, is a more potent inhibitor of wound healing
when delivered preoperatively than postoperatively. 240
Jaundice and Liver Failure. Liver dysfunction most likely impairs healing through
the direct effect of hyperbilirubinemia and through metabolic impairments, such as
hypoalbuminemia and hypoprothrombinemia that develop when the synthetic
functions of the liver are impaired. The effect of obstructive jaundice on wound
healing has been examined experimentally by several investigators. Bayer and
Ellis241 demonstrated decreased wound-breaking strength in abdominal wounds in
rats with obstructive jaundice. In jaundiced animals with gastric wounds,
angiogenesis was subjectively diminished, but wound-breaking strength was
normal. Arnaud and coworkers242 demonstrated impaired healing with obstructive
jaundice,242 but Greaney and associates243 could not duplicate their results in a
similar model. Greaney did show diminished collagen accumulation, however, in
the wounds of jaundiced animals. In humans, Ellis and Heddle244 noted an
increased incidence of wound dehiscence and hernias in patients undergoing
surgery for relief of obstructive jaundice, although others have disagreed.
Clinicians must be aware of both local and systemic factors that can influence
healing in an individual patient and take appropriate measures, whenever possible,
to improve chances for optimal healing.
The events involved in normal healing begin and end in a controlled fashion,
producing flat, unobtrusive scars. Healing is a biologic process, and as with all
biologic processes, it may occur to a greater or lesser degree. Disturbances that
diminish healing have already been discussed.
Excessive healing can result in a raised, thickened scar with both functional and
cosmetic complications. If the scar is confined to the margins of the original wound,
it is called a hypertrophic scar.245 Keloids extend beyond the confines of the
original injury, so that the original wound often can no longer be distinguished.
Certain patients and certain wounds are at higher risk for abnormal scarring. Dark-
skinned persons and patients between the ages of 2 and 40 are at higher risk for
the development of hypertrophic scars or keloids. Wounds in the presternal or
deltoid area, wounds that cross skin tension lines, and wounds in thicker skin have
a greater tendency to heal with a thickened scar. Some parts of the body, such as
the genitalia, the eyelids, the palms of the hands, and the soles of the feet, almost
never develop abnormal scars.
437
Certain patient and wound characteristics increase the relative likelihood of
developing a hypertrophic scar as opposed to a keloid.246 Keloids are more likely
than hypertrophic scars to be familial. Hypertrophic scars are more likely to be
seen in light-skinned people; both hypertrophic scars and keloids occur more
frequently in dark-skinned people. Hypertrophic scars generally develop soon after
injury, whereas keloids may develop up to a year after an injury. Hypertrophic
scars may subside in time, whereas keloids rarely do. Hypertrophic scars are more
likely to be associated with a contracture across a joint surface.
Keloids and hypertrophic scars result from a net increase in the quantity of
collagen synthesized by fibroblasts in the wound area. The fibroblasts within
keloids may be different in terms of their biologic responsiveness from those within
normal dermis. Although many theories have been suggested, the etiology of
keloids and hypertrophic scars is unknown. Treatment of hypertrophic scars and
keloids has included surgical excision, steroid injection, pressure garments, topical
Silastic gel, radiation therapy, and combinations of these approaches. The
absence of a uniform treatment program accurately suggests that no specific
treatment is predictably effective for these lesions.247
438
Estas pueden ocurrir al nivel de los tendones extensores o flexores.
Tratamiento
La ruptura del extensor pollicis longus puede ocurrir en forma espontánea (en
artritis reumatoide o secundaria a una fractura de Colles) y su reparación debe
hacerse precozmente ya que este tendón se retrae rápidamente y su reparación
puede ser difícil si la cirugía se realiza tardíamente. Puede ser necesario efectuar
una transposición del extensor propio del índice para su reparación.
439
Clínicamente, hay una imposibilidad de flexionar el dedo o articulación
correspondiente. Se deberá, además, examinar la condición neurológica sensitiva
(sección concomitante de los colaterales nerviosos), y vascular.
Recordar que las heridas por vidrio habitualmente son profundas, acompañándose
de sangrado importante y lesión tendinosa y nerviosa.
Tratamiento
440
puede pararse en la punta del pie. La ruptura se produce en el tendón mismo o en
la unión musculotendinosa (en este caso aparece equimosis).
441
442
La ruptura puede producirse por un proceso degenerativo previo o una tendinitis
crónica latente. El clínico puede pensar que la ruptura es parcial debido a la
persistencia de flexión plantar que puede estar dada también por persistencia del
tendón plantar delgado.
Tratamiento
443
PATOLOGÍA DE LA COLUMNA VERTEBRAL
LUMBALGIA
CLASIFICACION
a. Lumbalgia aguda
b. Lumbalgia crónica
a. Lumbalgia aguda
444
Provoca incapacidad parcial o total, no hay compromiso neurológico y se
recupera en la gran mayoría de los casos en menos de 3 semanas, con o
sin tratamiento médico.
b. Lumbalgia crónica
Según la etiología
Lumbalgia
con columna enferma.
Lumbalgia
de causa extrarraquídea.
Lumbalgia
secundaria a una enfermedad general.
445
La sobrecarga produce dolor en aquellas estructuras capaces de percibir
esta sensación. No está probado que todas las estructuras anatómicas
sean capaces de transmitir esta sobrecarga como para que el encéfalo
las transforme en sensación dolorosa. Es muy importante saber que no se
ha demostrado que el disco sea el sitio de producción del dolor: se
sospecha que sólo la parte posterior del anillo discal podría percibir
cambios que despiertan dolor, por lo tanto, las discopatías no son causa
por si mismas de dolor lumbar (más bien ellas son causa de dolor en
tejidos vecinos por facilitar esta sobrecarga).
446
El estímulo que va por la médula llega al tálamo y de allí a la corteza.
Aquí se elabora el dolor y da la característica diferente con que se
presenta en cada persona, dependiendo de la repercusión que el dolor
tiene en la corteza cerebral de cada uno.
447
Artrosis: es muy frecuente en persona de la 6º y 7º década de la vida, se
presenta como artosis de las articulaciones. En ellas, el proceso
inflamatorio compromete el aparato cápsulo-ligamentoso y las sinoviales,
generando una verdadera peri-artritis y una sinovitis, que son
extremadamente dolorosas.
Espondilolistesis degenerativa: habitualmente a nivel de L4-L5, en
personas sobre los 60 años.
Artritis Reumatoidea y anquilopoyética.
Escoliosis: en pacientes sobre 40 años, ya que en los pacientes más
jóvenes habitualmente no produce dolor.
Tumores: los tumores producen dolor. Hay que pensar en ellos,
especialmente cuando el dolor no cede en los plazos habituales. Existen
muchos tipos de tumores que producen dolor lumbar. Aquí tambien
incluimos lesiones pseudotumorales.
3° Tumores de
Angioma cavernoso
partes blandas
4°
Enfermedad de Paget
Pseudotumorales
448
Ginecológica
Urológica
Hepatobiliar
Pancreática
Muscular (miositis)
DIAGNOSTICO
449
TRATAMIENTO
450
Con esta pauta terapéutica, la gran mayoría de las lumbalgias agudas
mejorarán en menos de 15 días si la causa es por sobrecarga.
Otras causas que deben ser estudiadas, son los tumores primarios y las
metástasis; infecciones (osteomielitis por estafilococo, Mal de Pott),
tumores benignos y lesiones pseudotumorales; granuloma eosinófilo,
quiste óseo aneurismático, osteoma osteoide, hemangioma.
Por eso, muchos de estos pacientes deben ser tratados por un equipo
multidisciplinario que comprenda profesionales médicos (clínicos y
psiquiatras), asistente social, asistente laboral y psicólogo.
451
de difícil diagnóstico, etiologías y tratamiento como la lumbalgia crónica
del trabajador que busca una compensación económica o está huyendo
de un trabajo insatisfactorio, o de la ama de casa con problemas
familiares y con fuerte componente depresivo. En estos casos hay que
saber jerarquizar los elementos del diagnóstico y del tratamiento y saber
que hay algunas lumbalgias que deben ser tratados por un equipo
multidisciplinario en que el médico tratante es la cabeza visible del
equipo.
LUMBOCIATICA
ETIOLOGiA
452
ETIOPATOGENIA DE LA LESION DEL DISCO INTERVERTEBRAL
Estudio clínico
453
Puede haberse iniciado en forma brusca e intensa, sin una lumbalgia
previa, como ocurre en jóvenes o adultos jóvenes que han realizado un
esfuerzo físico intenso, brusco y en flexión de la columna (levantar un
peso exagerado).
Los enfermos refieren con frecuencia que el dolor cede con el reposo,
especialmente decúbito lateral, con caderas y rodillas flexionadas
(posición fetal). En esta posición, la raíz comprometida relaja su tensión,
quedando en una situación de laxitud que hace que el estímulo doloroso
creado por la tensión, se atenúe o desaparezca.
Examen físico
454
Se inicia el examen con el paciente desnudo y de pie. Se puede encontrar
desviación lateral del tronco (escoliosis antálgica), o flexión anterior, es
decir una actitud asimétrica del tronco.
Palpación
Percusión
455
Lo mismo sucede al intentar caminar sobre los talones, cuando la raíz
afectada es L5 hay caída brusca del antepie (Steppage).
Dolores irradiados por sobre estos valores son de dudoso valor, más aún
si se obtiene cerca de los 90º.
456
Existen variantes derivadas de la maniobra Lasegue: una de ellas es
bajar la extremidad una vez obtenida la irradiación dolorosa hasta que el
dolor cede, en ese momento se flexiona dorsalmente el pie en forma
forzada, con lo que reaparece nuevamente el dolor por elongación del
nervio ciático. Es la maniobra de Gowers-Bragard.
Examen neurológico
457
Alteración de la sensibilidad: puede presentarse como parestesia,
disestesia, hipoestesia o anestesia de la zona metamérica
correspondiendo a cada raíz.
458
Zona sensitiva: parte
externa del pie, hasta el
5º dedo.
Con estos signos, dos para cada raíz, se puede adelantar un diagnóstico
presuntivo, que se puede asegurar o corroborar con otros signos de
mayor complejidad.
459
El diagnóstico de la hernia del núcleo pulposo es clínico, basado en los
signos clínicos:
Estudio radiológico
Radiografía simple
Radiculografía
Mal llamada mielografía. Hasta la aparición del TAC era el examen más
importante para confirmar el diagnóstico clínico, habitualmente previo a la
cirugía.
460
Es un método invasivo que utiliza medio de contraste hidrosoluble, por lo
tanto ya no se requiere retirarlo, como se hacía antiguamente cuando el
medio de contraste usado era no soluble.
Resonancia magnética
Electromiografía
461
DIAGNOSTICO
Anamnesis.
Examen físico.
Examen neurológico.
Cualquier lesión que presione una raíz puede dar el mismo cuadro ciático
que una HNP.
462
Esclerosis múltiple.
Tabes.
Siringomielia.
Lumbociáticas de tipo psicógeno.
TRATAMIENTO
Hay hernias que de partida son de tratamiento quirúrgico; son las hernias
masivas que producen síndrome de cola de caballo o aquellas que
producen compromiso neurológico o dolor intratable, que no responde al
tratamiento médico. Habitualmente se trata de hernias extruidas, es decir,
que el núcleo ha salido del disco por ruptura de la parte posterior del
anillo y se ha extruido hacia el canal o la foramina. En esta situación el
tratamiento médico es absolutamente ineficaz.
463
Esto se cumple en series de las que hay clara certeza de que hay
compresión radicular, y por lo tanto el dolor es ciertamente del tipo
radicular. Los signos físicos son de tensión ciática, lo que concuerda con
la T.A.C. o la R.M. en forma perfecta, comprobándose en la cirugía una
HNP, en el sitio que se había diagnosticado clínicamente.
Complicaciones de la cirugía
464
ESCOLIOSIS
CLASIFICACION
Etiológico
465
Según grado de rigidez y estructuración de las curvas
Escoliosis funcionales
Escoliosis estructurales
ESCOLIOSIS IDIOPATICA
Es bastante frecuente y mayor que lo conocido, ya que hay muchos casos que no
se diagnostican. En EE.UU. se han encontrado cifras de 2,5% a 4% de escoliosis
en la población infantil general. De este porcentaje sólo un 4% a 5% de los casos
precisan tratamiento.
466
Con relación al sexo, esta afección es mayor en las mujeres en razón de 6 ó 7 es
a 1 con los hombres. Las mujeres son, por lo tanto, las que requieren más control
preventivo y, con mayor frecuencia, tratamiento.
Tardía:
Examen físico
Este se hace con el paciente desnudo, con el objeto que la observación sea
completa.
Posición de pie
467
Examen de la columna misma: se hace con el paciente de pie, inclinado
hacia adelante, con lo que la prominencia de las apófisis espinosas se hacen más
evidentes y se puede observar con más seguridad si la columna está recta o
curvada (Test de Adams).
Si se encuentra la columna curvada, se sienta al paciente al borde de la camilla y
se examina nuevamente la columna para eliminar el factor longitud de las
extremidades en la producción de desviación de columna.
Con el tronco inclinado hacia adelante, se puede observar también mucho mejor la
asimetría del tronco, que se traduce en giba costal, la que se mide en centímetros.
En la escoliosis idiopática lo usual es la giba costal derecha.
Descompensación del tronco: es la desviación lateral del tronco, quedando
éste fuera de la línea media y por lo tanto fuera de la línea inter-glútea. Esto se
comprueba tirando una línea a plomo desde C7. Se observa que la cuerda pasa
lateral a la línea inter-glútea.
Diagnóstico
Signos clínicos
Signos radiológicos
468
Para confirmar el diagnóstico, bastan las proyecciones frontal y lateral, que se
toman de pie y sin calzado, comprendiendo la columna desde C3 a sacro. Con
estas proyecciones se puede hacer diagnóstico en cualquier lugar.
Anteroposterior de pie.
Sentado AP.
Acostado AP.
Inclinación lateral derecha.
Inclinación lateral izquierda.
Lateral de pie.
469
Tratamiento de la escoliosis idiopática
Tratamiento ortopédico
Se inicia con la observación, ya que hay un importante número de casos que sólo
hay que controlar y no requieren nunca tratamiento ortopédico. En general, a estos
pacientes se les agrega ejercicios kinésicos para mantener la columna flexible y
mejorar la potencia muscular, abdominal y paravertebral.
Clásicamente se debe usar el corsét 23 horas al día, por lo tanto, se debe dormir
con él, la hora restante se deja para friccionar las superficies de apoyo del corsé y
lograr con ello mayor resistencia de la piel, para hacer ejercicios sin corsét y
ducharse.
La tolerancia del corsét por los niños es muy amplia, siempre que haya
comprensión por parte del paciente y apoyo familiar.
470
El retiro del corsét es lento y progresivo, hasta que se demuestre que la columna
ha logrado su estabilidad en controles radiográficos sucesivos.
Tratamiento quirúrgico
Está destinado a aquellos pacientes que están fuera del alcance ortopédico. Es
decir pacientes con curvas sobre 45º, rígidas, mayores de 14 años, Risser 4, o
que las curvas hayan aumentado dentro del corsé.
471
Tienen menor expectativa de vida, de ahí la necesidad de tratamiento; pero hay
que considerar que el operar pacientes adultos con escoliosis y xifosis torácica
conlleva un riesgo importante, ya que ésta es una cirugía mayor, especialmente si
las curvas torácicas sobrepasan los 90º y la rigidez es importante. Es en estos
casos en los que la complicación parapléjica es más frecuente.
ESCOLIOSIS CONGENITA
472
Sólo puede hacerse en la región lumbar, cuando la fusión sola no logra la
compensación del paciente, por lo tanto, cuando se reseca una hemivértebra,
además se debe hacer la fusión de la zona afectada, que usualmente es muy
corta.
Cuando la fusión se debe hacer a nivel lumbar, está indicada la fusión anterior
para evitar, en lo posible, la fusión lumbosacra, que a futuro crearía serios
problemas dolorosos lumbares.
473
Existe otro tipo de escoliosis, que es la producida por la neurofibromatosis o
enfermedad de Recklinghausen, que es de tipo congénito, hereditario y de
carácter dominante.
Se produce por una alteración de las células de la vaina de Schwan, que crea una
proliferación tumoral, creciendo de preferencia en el trayecto de los nervios
periféricos, pero también en el sistema nervioso central.
Los pacientes con neurofibromatosis presentan manchas color café con leche en
la piel y mucosas, piel más oscura, tumores o neurofibromas a lo largo de los
nervios periféricos.
Las pseudoartrosis post operatorios son muy frecuentes, por lo que muchas veces
se debe reoperar para agregar injerto.
474
Actualmente, estas tres situaciones se consideran más bien como complicaciones
de la TBC de columna.
Posteriormente, el origen tuberculoso fue establecido a comienzos del Siglo XIX
por Delpech y Nelaton.
La histología ósea esponjosa del cuerpo vertebral favorece la localización del
germen, y es llamativo que, rápidamente, hay compromiso del disco y del cuerpo
vertebral vecino.
El micobacterium tuberculoso llega al cuerpo vertebral desde un foco primario
extraarticular, casi siempre pulmonar, ocasionalmente genitourinario.
Raramente el foco vertebral es primario.
Hay compromiso del estado general. El paciente se siente con falta de fuerzas,
decaído, hay pérdida de apetito y peso, con fiebre vespertina.
Compromiso local
Complicaciones
Giba dorsal.
Absceso osifluente.
Alteraciones neurológicas.
475
Giba dorsal
Absceso osifluente
En la columna lumbar, los abscesos se deslizan hacia distal por la vaina del psoas
y pueden aparecer en los triángulos de Scarpa y de Petit. También pueden
emerger en la región glútea.
Alteraciones neurológicas
476
La paraplejia de aparición brusca se debe al compromiso por invasión del canal
raquídeo de material discoídeo, de la pared posterior del cuerpo vertebral o por el
absceso.
DIAGNOSTICO
Examen físico
477
Examen radiológico
La giba dorsal se observaba, hace algunos años, más frecuentemente que ahora.
Es de aparición tardía y ha disminuido con la mejoría de los índices económicos y
médicos del país. Se observa aún en las poblaciones marginales. La giba es de
ángulo agudo, y se ubica habitualmente en la región torácica o toraco lumbar.
El diagnóstico es fácil, sin embargo hay que hacer el diagnóstico diferencial con la
xifosis angular congénita (hemivértebra posterior, muy rara).
478
Los cuerpos vertebrales pueden presentar destrucción parcial de los ángulos
anteriores de uno, dos o más cuerpos vertebrales. Puede haber un foco (lo más
frecuente) o dos focos (lumbar y torácico) o puede ser generalizado,
especialmente cuando el absceso diseca el ligamento longitudinal anterior y se
desliza por toda la columna.
También se puede observar destrucción de gran parte del cuerpo vertebral, lo que
está en relación con la aparición de la giba vertebral.
Examen de laboratorio
479
TRATAMIENTO
Tratamiento médico
Clásicamente se indica:
480
TRATAMIENTO QUIRURGICO
481
Artrodesis posterior e inmovilización.
Descompresión anterior y artrodesis.
Drenaje a través de costotransversectomía.
Drenaje y descompresión posterolateral llegando hasta el cuerpo vertebral.
Estabiliza la columna.
Evita paraplejia tardía por deformidad vertebral (cifosis angular).
La curación es más rápida, ya que elimina el foco necrótico infectado, lográndose
una fusión vertebral precoz.
Evita abscesos residuales, lográndose inactividad clínica y radiológica.
Complicaciones tardías
Escaras.
Neumonia.
Ileo.
Hemo y neumotórax.
Paraplejia no recuperada.
CIFOSIS
482
La cifosis es una deformidad raquídea caracterizada por el aumento de la
angulación convexa posterior en el plano sagital. En la columna vertebral torácica,
dicha angulación normalmente es de 20º a 40º, medida por el método de Cobb.
Tipos
Los dos defectos de nacimiento que más comúnmente se relacionan con la cifosis
congénita son la falta de formación (hemivértebra) o de segmentación (barra
anterior no segmentada) vertebrales.
ENFERMEDAD DE SCHEUERMANN
483
Se indica el corset tipo Wilwaukee en la forma toracica de la enfermedad cuando
la curva es mayor de 70º en pacientes con esqueleto inmaduro, y el tipo Boston en
el caso de la presentación lumbar atípica.
INFECCIONES EN ORTOPEDIA
ARTRITIS SEPTICA
GENERALIDADES
Dentro del grupo de las infecciones articulares tenemos las artritis sépticas
o piógenas, que definiremos «como un proceso inflamatorio agudo articular
producido por invasión y multiplicación de microorganismos piógenos.
ETIOLOGIA
484
PATOGENIA
EDAD
Los niños y adolescentes son los más afectados por artritis piógenas,
siendo mucho menos frecuente en el adulto; en el paciente de edad
avanzada hay un pequeño aumento debido a la disminución de las
defensas orgánicas y al aumento de las infecciones en general.
En el paciente varón, adulto joven, hay una mayor incidencia de artritis por
gonococo; en países como Estados Unidos, alcanza incidencias similares a
las producidas por estafilococo.
UBICACION
Cualquier articulación puede ser comprometida, pero las que con mayor
frecuencia se afectan son la rodilla (especialmente en niños y
adolescentes), la cadera (especialmente en lactantes y niños menores) y
hombro. En los pacientes de edad avanzada se encuentran infecciones de
columna (espondilitis) pero en general son poco frecuentes.
ANATOMIA PATOLOGICA
485
purulento. Este estado inicial evoluciona rápidamente a un «flegmón
capsular» en que todo el conjunto de tejidos articulares está infiltrado por el
exudado seropurulento. En esta etapa ya hay compromiso del cartílago
articular, cuyo daño es irreparable.
CLINICA
Sin embargo, con frecuencia no hay una puerta de entrada evidente; ello no
modifica en nada la sospecha diagnóstica pero, cuando existe, nos orienta
sobre el origen de la infección y la probable etiología.
486
Cuando es la cadera la comprometida, no se observa tumefacción ya que
es una articulación profunda, pero el dolor a la movilización es intenso
sobre todo al efectuar un movimiento de rotación interna y externa o de
abducción, el cual se encuentra limitado. Al clínico debe llamarle la atención
un cuadro infeccioso con posición antiálgica de la cadera que se encuentra
en flexión y en ligera aducción. Si la rodilla es la comprometida, los signos
inflamatorios son evidentes y el derrame articular se puede evidenciar por el
signo del témpano o del choque rotuliano; la rodilla puede encontrarse en
una posición antiálgica en leve semiflexión
487
EXAMEN DEL LÍQUIDO SINOVIAL
488
El diagnóstico se confirma con la punción articular al obtener líquido
articular turbio o purulento. Debe estudiarse sus características físico-
químicas y la presencia de gérmenes mediante tinción directa de Gram,
cultivo y antibiograma.
489
En los procesos no inflamatorios se encuentran alrededor de 1.000 a 2.000
células por milímetro cúbico; en los procesos inflamatorios sobre 10.000
células por milímetro cúbico y en las artritis sépticas sobre 100.000 por
milímetro cúbico con predominio polimorfonucleares. De tal modo que el
recuento y tipo de células encontradas será un muy buen índice del tipo de
líquido sinovial, orientándonos a un líquido sinovial no inflamatorio,
inflamatorio o séptico.La concentración proteica del líquido sinovial normal
es aproximadamente un 30% menor a la concentración proteica del suero.
Deben tomarse todas las medidas de asepsia necesarias para puncionar una
articulación: preparación de la piel, lavado con agua y jabón, pincelación con
antiséptico (por ejemplo: povidona iodada, jabón, etc.), aislamiento del campo
con campos estériles, lavado quirúrgico de manos y uso de guantes estériles
por parte del médico. El procedimiento consiste en introducir una aguja de
calibre adecuado en la cavidad articular y extraer la mayor cantidad posible de
líquido sinovial; ello ayuda a descomprimir la cavidad articular.
En la cadera, el sitio de punción será 1,5 cm. por debajo del ligamento inguinal a 1
cm. por fuera de la arterial femoral que se identifica por palpación de su latido.
LABORATORIO
490
RADIOLOGIA
Articulación normal.
Aumento de las partes blandas periarticulares: en la cadera del
lactante puede ser de gran valor comparar con la cadera contralateral,
observándose el límite de la cápsula ligeramente abombado, lo que no se
observa al lado sano.
Disminución del espacio articular: este signo ya revela un
compromiso del cartílago articular que, por condrolisis, empieza a
disminuir de altura. Refleja el compromiso articular provocado por el
proceso inflamatorio. Muy ocasionalmente el aumento del líquido articular
podrá producir un aumento del espacio articular.
Desmineralización ósea subcondral y epifisiaria: es bastante
característica, si se aprecia junto con los signos radiológicos anteriores en
un proceso inflamatorio articular
Borramiento y, posteriormente, irregularidad del contorno articular.
Por último, progresiva destrucción de las superficies articulares. Todos
estos signos radiológicos son propios de la artritis séptica y son relevantes
sólo después de algunas semanas de evolución del proceso infeccioso, y
significan un avanzado deterioro de la articulación.
Cintigrafía esquelética: adquiere valor extraordinario, sobretodo en
los estados iniciales del proceso infeccioso, en los cuales la radiografía
simple no logra todavía detectar signos relevantes. La concentración
aumentada del radiofármaco (tecnecio 99) en la articulación sospechosa,
unido al cuadro clínico, se constituye en un elemento diagnóstico de
extraordinario valor.
491
DIAGNOSTICO DIFERENCIAL
492
Procesos infecciosos periarticulares de partes blandas.
Osteomielitis aguda.
TRATAMIENTO
Tratamiento antibiótico.
Drenaje del exudado purulento.
Inmovilización de la articulación afectada.
Reposo del paciente.
Rehabilitación.
493
Sinovitis transitoria de la cadera
Una vez drenada la articulación debe ser inmovilizada con un yeso, sea
una rodillera o un pelvipedio en caso de la rodilla o cadera
respectivamente.
494
Artritis brucelósica: es poco frecuente. El segmento más
comprometido es la columna (espondilitis brucelósica), por lo tanto se la
debe tener en cuenta en el diagnóstico diferencial con otras espondilitis.
La tetraciclina es el tratamiento de elección.
Artritis tífoídica: se presenta habitualmente en el período de la
convalecencia de una tifoídea. De todas las ubicaciones articulares, la
vertebral es la má frecuente (espondilitis tífica).
OSTEOMIELITIS
DEFINICION Y CONCEPTOS
495
Es así como en respuesta a un traumatismo, el periostio puede
reaccionar y producir lo que denominamos una periostitis traumática. Está
reacción perióstica también puede verse en respuesta a un tumor
agresivo por ejemplo: un Sarcoma de Ewing o producirse por el estímulo
de una infección subyacente.
ETIOLOGIA
Estáfilococo aureus.
Estreptococo.
Gram negativos.
Hemophilus Influenzae.
Salmonela Tiphis.
Neumococo.
Bacilo de Koch.
Hongos.
Parásitos.
496
PATOGENIA
497
FORMAS CLINICAS DE LA OSTEOMIELITIS
Osteomielitis aguda
Osteomielitis crónica
Osteomielitis aguda
Paciente adolescente
Vía hematógena
Germen estáfilococo áureo-hemolítico
Patogenia
498
Anatomía patológica
499
Secuestro: segmento óseo, desprovisto de circulación (necrótico), aislado
en el interior del hueso o en su superficie.
Sintomatología
500
Posteriormente el cuadro evoluciona con signos muy reveladores: fiebre
en agujas, taquicardia, cefalea, deshidratación, progresivo mal estado
general, dolor y aumento de temperatura local, sobre un determinado
segmento esquelético (metáfisis ósea).
Proceso diagnóstico
501
Un cuadro clínico, como el señalado, con un gamagrafía ósea positiva,
casi obliga a aceptar el diagnóstico de una osteomielitis aguda y
determina la indicación terapéutica.
Diagnóstico diferencial
502
No son raros los casos en los cuales, como reacción inflamatoria de
vecindad, la articulación vecina a un foco osteomielítico, reacciona con
signos propios, que hacen difícil el diagnóstico diferencial.
Tratamiento
Anestesia general.
Abordaje del segmento óseo comprometido.
Abertura de ventana en la cortical.
Curetaje del foco osteomielítico, con extracción del material purulento, tejido
óseo comprometido.
Sonda de drenaje con osteoclisis, gota a gota de solución de antibiótico de
amplio espectro.
Inmovilización con férula de yeso.
Antibiótico de amplio espectro: gentamicina, cloxacilina. Se cambia según
sea la sensibilidad del germen identificado.
Hidratación perenteral.
503
Si se llegó en una fase en que la lesión ósea está ya abscedada o
fistulizada y la radiografía muestra lesiones osteolíticas, el diagnóstico es
tardío y ningún tratamiento logrará la mejoría «ad integrum» del proceso
osteomielítico. El futuro es el paso de la infección a la etapa crónica
(osteomielitis crónica).
Osteomielitis crónica
504
Cuadro clínico
Traumatismos directos.
Mal estado nutritivo crónico.
Frío y humedad persistente.
Alcoholismo- diabetes.
Tratamiento inmuno-depresores.
Síntomas
505
Se agrega fiebre, malestar general, adinamia, leucocitosis, sedimentación
elevada.
Examen radiológico
Hay evidentes alteraciones del hueso, como tejido y como órgano, que se
manifiestan por zonas necróticas densas, zonas osteolíticas de extensión
variable, engrosamiento del diámetro del hueso, engrosamiento de las
corticales, reacción perióstica o hiperplástica, cavidades intra-óseas
(abscesos), segmentos óseos aislados (secuestros) y deformaciones de la
forma del hueso (Figuras 1 y 2).
506
Figura 2. Osteomielitis crónica de la tibia
507
Figura 3.
Osteomielitis crónica
Intensa reacción
osteoblástica que
compromete todo el
espesor de la diáfisis
del fémur. El perióstio
presenta igualmente un
intenso proceso
osteoesclerosante.
Figura 4.
Antigua
osteomielitis
crónica
El extenso
compromiso de
articulación
tibio-astragalina,
ha determinado
una anquilosis
ósea.
508
Absceso de Brodie: se observa una imagen osteolítica, metafisiaria,
redondeada, central, clínicamente inactiva, puede ser dolorosa (motivo de
consulta). Contiene líquido de aspecto purulento que puede ser estéril
(con cultivo negativo).
Pronóstico
Tratamiento
509
La herida puede no cicatrizar, apareciendo necrosis y ulceración de la
piel, debido a la mala calidad de los tegumentos sobre el hueso
osteomielítico. Si hay indicación quirúrgica debe realizarse un abordaje
sobre tegumentos no comprometidos.
510
Estos pacientes que sufren de osteomielitis crónicas, suelen a vivir años
de su vida hospitalizados por múltiples reagudizaciones, fistulización y
supuración crónica, lo que hace en casos extremos, llegar a plantear, ya
sea por el problema óseo (gran zona de destrucción ósea) o por solicitud
del enfermo, la necesidad de una amputación.
CADERA
LUXACION CONGENITA DE CADERA
511
INCIDENCIA
Varía en las diferentes zonas del mundo. Hay razas y regiones en que la
frecuencia es mayor por razones que se desconocen. Hay zonas en que
la frecuencia es muy baja, y se cree que es por la forma en que las
mamás transportan a sus hijos (a horcajadas).
En Chile hay algunos estudios que nos muestran que la L.C.C. tiene una
incidencia de 7 por 10.000 nacidos vivos, y la displasia alrededor del 4%
en lactantes de 3 meses de edad.
ETIOLOGIA
Endógenos
512
Exógenos
Anatomía patológica
513
Figura 13
La cabeza está por sobre y detrás del acetábulo. El limbo o labrum está
comprimido y evertido, formando un falso cótilo sobre el verdadero
acetábulo, que está poco desarrollado. La cabeza es más pequeña que
en lado contralateral, no es esférica, es mucho más irregular que en los
estados anteriores. La cápsula articular toma la forma de reloj de arena,
se adhiere a la parte superior del cótilo o acetábulo y éste adquiere la
forma de oreja de perro.
Son estos hechos de la anatomía patológica los que explican por qué es
casi imposible la reducción cerrada de la luxación congénita de cadera en
este estadio.
514
CLINICA
EXAMEN FISICO
Cuando se trata de displasia, los signos clínicos son muy pobres, pero
aun así se pueden descubrir signos que despierten la sospecha
diagnóstica. Cuando hay subluxación o luxación, los signos son más
evidentes.
Signos clínicos
Sospecha de L.C.C.
515
Figura 14.
516
Este signo se obtiene colocando al recién nacido en decúbito supino con
las caderas y rodillas en flexión de 90º. El examinador toma la rodilla y
abduce traccionando en el sentido del fémur y empujando el muslo hacia
adelante con los dedos índice a meñique; se siente un chasquido al pasar
la cabeza sobre el borde anterior; lo mismo se puede hacer practicando
aducción de los muslos y empujando éste hacia atrás con el pulgar. El
movimiento continuo hacia atrás o adelante da el chasquido de salida y
entrada (luxación y reducción de la cabeza femoral). Este signo traduce
inestabilidad de la cabeza femoral, que no es contenida en el acetábulo y
puede corresponder a subluxación o luxación. (Figura 15).
Figura 15
Muestra cómo se
investiga el
"resalte" que se
produce al salir la
cabeza de la
cavidad cotiloídea.
Este resalte o
chasquido puede
ser anterior o
posterior y se
conoce como
Signo de Ortolani y
Barlow.
517
Lateralización y ascenso del trocánter mayor, que puede estar
encubierto, cuando el niño es muy gordo.
Desplazamiento lateral de la cabeza femoral.
Marcha claudicante.
Signo de Trendelenburg, que traduce insuficiencia del músculo glúteo
medio.
Acortamiento de la extremidad luxada.
DIAGNOSTICO
518
Figura 16
Línea de Hilgenreiner
Línea de Perkins
Distancia D
Distancia H
Angulo acetabular
Arco de Shenton
Signo de Foseta (de Doberti)
Osificación de la cabeza femoral
519
Diagnóstico diferencial
Luxación teratológica.
Luxación de la artrogriposis.
Luxación por coxitis tuberculosa.
Luxación por artritis piógena.
Luxación de la parálisis flácida espástica.
Coxa vara congénita.
Distrofia progresiva.
Estos dos últimos cuadros dan insuficiencia glútea, igual que la L.C.C.
TRATAMIENTO
520
Figura 20
521
Figura 21
522
Si hay luxación, el tratamiento es quirúrgico, practicando la reducción
cruenta y reposición de la cabeza femoral en la cavidad cotiloídea,
seguido de inmovilización con yeso. Estos procedimientos todavía logran
caderas prácticamente normales, ya que el niño aún posee un gran
potencial de crecimiento y remodelación.
Reducción cruenta.
Reducción cruenta más osteotomía, para derrotar el extremo
proximal del fémur (disminuir antetorsión o para acortar el fémur).
Reducción cruenta más osteotomía acetabular, para mejorar el techo
cotiloídeo, aumentando la superficie de carga. Estas osteotomías son
variadas y, de acuerdo a su autor, se les denomina de Pemberton, Salter,
Chiari, etc.
523
Chiari
524
COMPLICACIONES
525
Para evitar estas complicaciones es necesario recalcar finalmente dos
aspectos de la L.C.C.:
526
Se presenta más frecuente en el sexo masculino (2:1). 1 a 3 x 100,000
hab.
527
Complicaciones del tratamiento: Disminución crónica de los arcos de
movimiento, Osteonecrosis, Condrólisis, Artrosis degenerativa,
alteraciones en la marcha.
528
Las imágenes de resonancia magnética facilitan el diagnóstico y
cuantificación en etapa temprana de la osteonecrosis, además de mostrar
con claridad el cartílago articular.
529
Factores Pronósticos y Evolución natural:
1. La recuperación sin secuelas es más probable, cuando las
manifestaciones de la enfermedad aparecen antes de los cinco años de
edad. Los pacientes mayores de nueve años, casi siempre tienen un
pronóstico malo.
2. Entre mayor sea el porcentaje de afección de la cabeza femoral el
pronóstico es más malo.
3. La presencia de los factores de riesgo radiográficos (Caterall) como
subluxación, quistes óseos, fractura subcondral, calcificaciones
eterotópicas ensombrecen el pronóstico.
4. El deterioro persistente de los arcos de movilidad, se acompaña de mal
pronóstico.
5. El cierre prematuro de la fisis, implica un pronóstico malo.
Tratamiento:
El objetivo del tratamiento es conservar una cabeza femoral esférica y
bien cubierta, con arcos de movilidad de la cadera cercanos a lo normal.
Los principios terapéuticos incluyen mantener los arcos de movilidad y la
contención acetabular de la cabeza femoral durante el período activo del
proceso.
Opciones terapéuticas:
1-Fisioterapia para mantener arcos de movilidad
2-Ortesis para mantener la cadera en abducción y contener la epísis
femoral en el acetábulo; pueden ser con y sin apoyo. Debe emplearse
durante 18 a 24 meses.
3-Osteotomía en varo de la cadera, con el objeto de centrarla más
profundamente en el acetábulo. Indicada cuando están presentes los
factores de riesgo.
4-Osteotomía del iliaco tipo Salter, para girar el acetábulo a una posición
que contenga más satisfactoriamente la cabeza femoral la cuál está
indicada en casos con factores de riesgo.
530
PATOLOGÍA DE RODILLA
CAUSAS:
Malalineación del mecanismo extensor Tendinitis rotuliana(rodilla del
Saltador)
Rodilla del corredor Tendinitis del cuadríceps
Condromalacia Enf. de Osgood-Schlatter
Subluxacion/luxación rotuliana Plica sinovial
Pellizcamiento de la bursa infrapatelar Ròtula bipartita
531
Por lo general, los síntomas se deben al uso excesivo, aunque es posible
que los desencadene un solo traumatismo en personas hasta entonces
asintomáticas.
SÍNTOMAS
Dolor anterior de la rodilla: es el síntoma más frecuente, puede agravarse
con la actividad física, se presenta al subir o bajar escaleras, sentarse
durante largo tiempo con la rodilla flexionada en ángulo de 90º o más
(avión, automóvil, cine).
532
TRATAMIENTO:
1-Fortalecimiento del cuadríceps con ejercicios isométricos, no isotónicos
2-Ortesis y vendajes de acuerdo a la alteración desencadenante.
3-Antiinflamatorios no esteroideos en la fase aguda
4-Analgésicos del tipo del Acetaminofen
5-Glucosamina 500 mg. cada 8 hs., Su efecto inicia después de 4
semanas de tratamiento
533
En niños y adolescentes en quienes no ha cerrado la fisis de la
tuberosidad anterior de la tibia, se prefiere los procedimientos sobre los
tejidos blandos como la liberación del retináculo lateral y la transposición
del vasto medial en los casos de luxación recidivante de la rótula.
534
ALTERACIONES ANGULARES
2-Genu valgo.
Genu valgo fisiológico: es común en los niños de entre 2 y 6 años de
edad, tener una deformidad en valgo de hasta 5 grados a la altura de la
rodilla. Generalmente es simétrica. Los niños con valgo de 15 grados
pueden presentar dolor en la pierna o en el pie y fatigarse rápidamente.
Rara vez corren bien y son menos activos que los niños con menos valgo.
Cuando el valgo es mayor de 15 grados o solo es en una extremidad
debe sospecharse una anormalidad del crecimiento y solicitarse
radiografías.
535
La rodilla en valgo determina la acción de fuerzas musculares inusuales
sobre el lado interno del pie y puede causar distensiones ligamentarias y
musculares.
Puede acompañarse de valgo de retropié.
3-Genu varo.
Genu varo fisiológico: En el lactante y en el niño pequeño el arqueamiento
interno leve de las extremidades inferiores es normal. El arqueamiento
comprende tanto al fémur como a la tibia. La corrección gradual y
espontánea es el curso natural del genu varo y en la mayoría de los casos
las extremidades son rectas entre los 2 y 2 ½ años de edad. Algunos de
estos niños más tarde desarrollan genu valgo. La presencia de una
torsión tibial interna exagera el aspecto arqueado.
La mayoría de los padres acude a la consulta en los niños con las piernas
arqueadas después de haber comenzado la deambulación.
536
Es importante determinar si la deformidad aumentó después de que el
niño comenzó a caminar. De ser así, se requieren radiografías.
4-Genu recurvatum.
Es un aumento de la curvatura posterior de la rodilla, generalmente
secundario a laxitud ligamentaria y muscular. Ocasiona a largo plazo
artrosis femororotuliana.
Tratamiento: fortalecimiento de estructuras musculares posteriores de la
rodilla, uso de zapato con tacón.
537
Etiología.
Existen muchas relaciones anatómicas anormales que contribuyen al
desarrollo de la luxación.
La mayoría de los pacientes presentan laxitud generalizada de los
ligamentos. La laxitud de la cápsula también es un factor. Aún no está
claro si la laxitud de la cápsula constituye parte de la naturaleza elástica
de los ligamentos del paciente o si se debe a acción repetida de fuerzas
que traccionan la rótula en dirección lateral; sin embargo ambos
problemas son importantes.
Una rótula alta puede ser más fácilmente desplazada hacia fuera del
cóndilo externo, cuando la tibia es rotada externamente sobre el fémur y
al mismo tiempo que es flexionada y abducida, se produce tensión por la
contracción del cuadriceps. Estas condiciones están presentes cuando la
rótula se luxa en un paciente que gira o dobla la rodilla mientras baila o
está de pie o al correr y cambiar la dirección.
538
El retorno medial hacia el surco determina un desgaste anormal de la
carilla articula medial de la rótula, localización de condromalacia
(reblandecimiento del cartílago, fisuras, erosiones con exposición del
hueso subcondral y fricción del mismo) en la mayoría de las rótulas.
539
El paciente sin antecedentes de luxación puede presentar esencialmente
los mismos signos físicos, con la excepción de que la rótula no es tan
móvil.
TRATAMIENTO
540
Se han descrito más de 100 procedimientos quirúrgicos para el
tratamiento de la luxación recidivante de la rótula. Esto solo muestra la
complejidad del problema y la ineficacia de esos procedimientos.
El tratamiento de la subluxación y la luxación de la rótula debe estar
dirigido hacia la prevención de la recurrencia sin crear fuerzas
destructivas de la articulación patelofemoral ni trastornos del crecimiento
de la tibia proximal.
ENFERMEDAD DE OSGOOD-SCHLATTER
Etiología
La etiología es controvertida. Tanto Osgood con Schlatter, quien describió
la entidad unos meses después de Osgood, consideraron que la causa
era un traumatismo con avulsión parcial de la tuberosidad tibial. Woolfrey
y Hughes, no obstante, presentaron evidencias que la lesión es el
resultado de una tendinitis traumática del tendón rotuliano que da como
resultado la formación de hueso heterotópico en el tendón.
541
Por cierto, la mecánica de la tracción cuadricipital durante la edad en la
que existe un rápido crecimiento y ensanchamiento de la epífisis y apófisis
apoya este punto de vista. La tendinitis que está presente es secundaria a
la epifisitis.
542
Tratamiento
Ésta es una enfermedad autolimitada que remite espontáneamente con
fusión de la tuberosidad alrededor de los 15 años de edad. Cuanto mayor
es la duración de los síntomas y cuanto más grave es la tumefacción,
tanto mayor son las probabilidades de que quede hipertrofia residual de la
tuberosidad y hueso eterotópico en el tendón rotuliano. Cuando los
síntomas son lo suficientemente graves como para interferir la actividad
del paciente, se recomienda la inmovilización con yeso cilíndrico (tipo
calza) de muslo a pierna o un inmovilizador de rodilla de muslo a pierna.
BIOMECANICA
543
Un rico sistema nervioso le confiere a todos los tegumentos y partes
blandas del pie, no sólo sensibilidad, sino que además recibe en forma
instantánea la información referente a la magnitud de la carga soportada
por el pie en general e independientemente de cada sector por separado
de la superficie plantar, la transmite a los centros motores corticales y
medulares, generando reflejos neuromusculares instantáneos que, a su
vez, actuando sobre las acciones musculares periféricas (columna, pelvis,
extremidades), ayudan a mantener el equilibrio.
544
En este momento, el peso del cuerpo es recibido y soportado por estos
dos puntos de apoyo anteriores, repartido en toda la extensión del arco
anterior, o metatarsiano, que soporta en el momento final del paso, todo el
peso del cuerpo, auxiliado por la contracción de los 5 ortejos.
La comprensión del reparto del peso del cuerpo según la posición del pie
es trascendental para entender una parte importante de su patología.
El pie plano longitudinal, el pie plano anterior (metatarso caído), el hallux
valgus, ortejos en martillo y subluxados, ortejos en garra, callosidades
plantares y de los ortejos, etc., no son sino que consecuencia de una
alteración en el reparto del peso del cuerpo sobre la planta del pie.
545
Como resultado de la pérdida de la correcta armonía entre el peso
corporal y la posición y mal apoyo del pie, sobrevienen una ruptura de la
mecánica arquitectónica del pie en todas sus estructuras: hueso, posición
de sus articulaciones, tensión de sus cápsulas articulares, ligamentos,
fascias y aponeurosis plantares, fatiga muscular, deformación de los ejes
del pie, de los metatarsianos y dedos, mal apoyo plantar, etc., todo lo cual
se traduce en dolor, desgaste articular prematuro (artrosis), contracturas
musculares dolorosas y callosidades, lo cual constituye la patología
ortopédica del pie.
Clasificación
Deformaciones adquiridas:
Del pie: pie plano longitudinal, pie plano valgo, pie plano anterior (o
transverso).
De los dedos: hallux-valgus, hallux-rigidus, dedos en garra (o en martillo),
lesiones del 5º dedo.
Metatarsalgias.
Talodineas o talalgias.
Lesiones vasculares.
546
PIE EQUINO VARO ADUCTO CONGENITO
Aspectos históricos.
El conocimiento de la evolución del padecimiento a través del tiempo,
tanto de las ideas prevalentes de su origen, como de los principios y
tratamientos utilizados; nos evitará repetir estudios y tratamientos
obsoletos y por lo tanto retroceder.
Incidencia
En el ámbito mundial la incidencia del PEVA es de 1.2 por 1000
nacidos vivos. Es más frecuente en niños que en niñas en proporción de 2
a 1 y en 50 % de los casos se presenta en forma bilateral.
547
Etiología
La etiología es multifactorial, existen factores genéticos y ambientales.
El patrón de herencia no es dominante y de acuerdo a Tachdjian es
poligénica, así mismo la anomalía es menos grave en casos esporádicos
que en casos familiares, y en cuanto mayor sea el número de familiares
afectados mayor será la probabilidad de que aumente la severidad de la
deformidad.
Cuando nace un niño con PEVA, existe la posibilidad de uno en 40 de que
su siguiente hermano pueda ser afectado y esta posibilidad disminuye si
es hermana.
Teorías causales
Existen varias como el defecto del germen plasmático, la detención del
desarrollo, la teoría fetal, la teoría neurogénica, la teoría miogénica y la
teoría de la retracción fibrosa.
Defecto del germen plasmático: Irani y Sherman en disecciones de
fetos concluyeron que la anormalidad del astrágalo es el resultado de un
defecto cartilaginoso que depende de un defecto del germen plasmático.
Detención del desarrollo: Teoría apoyada por Bohm quien encontró una
detención de la rotación del pie con respecto a la pierna, lo cual debe
ocurrir los primeros tres meses de desarrollo. Por lo tanto si algún agente
teratogénico actúa durante esta fase, evitando la rotación del pie, esto
condicionará un PEVA.
Teoría fetal: Dunne mencionó como una causa de la posición
defectuosa de los pies la acción de fuerzas mecánicas uterinas.
Teoría neurogénica: Sugiere un defecto primario de la inervación
muscular.
Teoría miogénica: Sugiere defecto primario en el músculo. La cantidad
de fibras es normal, pero hay una disminución del tamaño individual de las
fibras musculares.
Teoría de la retracción fibrosa: Hipólito y Ponseti informaron sobre la
presencia de alteraciones en huesos, tendones y músculos con
incremento del tejido conectivo y engrosamiento del tendón de Aquiles.
Por lo anteriormente expuesto podemos concluir que el PEVA es el
resultado de un sistema hereditario multifactorial modificado por factores
ambientales.
ANATOMÍA PATOLÓGICA
En el PEVA el tobillo está en equino, la articulación subastragalina
está en varo, y el antepié se aduce y supina; otras características
morfológicas son torsión tibial interna, rotación del astrágalo en la mortaja
del tobillo, subluxación de la articulación astrágalo escafoidea,
acortamiento del ligamento deltoideo e inserciones tendinosas anormales
(tendón de Aquiles insertado medialmente.
Hay un componente de cavo debido a contractura de la fascia plantar y
los músculos intrínsecos. El tríceps sural, el tibial posterior, el flexor propio
del primer dedo y el flexor común de los dedos están acortados.
548
Hay contractura de la cápsula posterior y de los ligamentos colaterales del
tobillo.
CLASIFICACIÓN:
Congénito: generalmente es una deformidad aislada sin otras
anomalías músculo esqueléticas asociadas.
Teratológico: se asocia a desórdenes neuromusculares subyacentes
tales como mielodisplasia y artrogriposis múltiple congénita.
Componente sindrómatico: puede formar parte de un síndrome por
alteraciones autosómicas dominantes, recesivas y ligadas al cromosoma
X.
Posicional: es un pie normal que ha sido mantenido in útero materno
en una posición deformante y no comparte la patogenia del pie equino
varo aducto.
La posibilidad de reducción puede ser otra forma de clasificar esta
entidad:
1. Rígido (irreductible)
2. Severo (ligeramente reductible)
3. Moderado (parcialmente reductible)
4. Postural (totalmente reductible)
DIAGNÓSTICO CLÍNICO
549
Grado de la deformidad:
Tipo I: Deformidad leve. Corrige parcialmente con manipulación suave del
pie. Se observa surco posterior superficial del talón y región plantar.
Presenta discreta flexión de los dedos reducible fácilmente.
550
Idealmente la evaluación integral del paciente debe incluir la
exploración física completa del Sistema musculoesquelético y radiografías
de pelvis y columna lumbosacra, en búsqueda de patologías que se
asocian a la presencia del PEVA, como son luxación congénita de la
cadera y espina bífida; ya que la presencia de alguna de estas patologías,
obliga a hacer el diagnóstico diferencial con otras patologías en las que el
PEVA forma parte de algún síndrome.
DIAGNOSTICO DIFERENCIAL.
Múltiples padecimientos se asocian con la presencia de PEVA. El PEVA
paralítico se presenta en casos de mielomeningocele, tumores intra
raquídeos, el tipo distal de atrofia muscular progresiva, parálisis cerebral y
enfermedad de Guillain Barré.
DIAGNOSTICO RADIOGRÁFICO.
Las radiografías simples del pie, en proyección dorsoplantar y lateral con
corrección pasiva permiten corroborar la deformidad del pie y valorar la
gravedad de la afección.
En la proyección dorsoplantar se identifica el ángulo astrágalo calcáneo
(Normal 20º a 40º) menor de 20º, lo que indica rotación y varo del retropié,
que se muestra como superposición del astrágalo sobre el calcáneo.
Se forman dos ángulos (en el pie normal no existen), uno entre el
calcáneo y el quinto rayo y otro entre el astrágalo y el primer rayo, debido
a la desviación en aducto del medio y antepié.
El escafoides (no osificado antes de los tres años de edad) se encuentra
subluxado hacia la línea media y casi en contacto con el maléolo medial
en casos severos; los estudios de ultrasonografía y resonancia magnética
permiten observar su posición antes de la osificación.
551
TRATAMIENTO.
Recién Nacido: ejercicios de estiramiento pasivos cada vez que le
cambien el pañal.
8 días de edad: estiramiento pasivo, colocación de botas de yeso en la
máxima corrección lograda con el estiramiento, cambio de las botas cada
8 a 15 días durante 3 meses. Aparato ortopédico: férulas de polipropileno,
barra de Denis Brown, zapatos con horma recta o invertida.
Recidiva.
Se presenta entre el 15 % y el 45 % de los casos de PEVA tratados
quirúrgicamente, influyendo directamente en el resultado, el tipo de pie,
los tratamientos previos, la edad del paciente, el tipo de abordaje utilizado
y la etiología.
PIE PLANO
Definición: ausencia o insuficiencia del arco longitudinal interno
Cuadro clínico: valgo de calcáneo e hipotonía de la planta del pie.
Evolución: el arco inicia su formación al empezar a deambular el lactante
y termina alrededor de los 9 a 10 años de edad.
Prevención: Uso de zapatos con suela de baqueta, horma redonda, talón
o contrafuerte rígido, agujetas o correas, bota o choclo.
Valoración Ortopédica a los 2 a 3 años de edad.
Tratamiento en el niño: Plantillas con soporte longitudinal interno, cuñas y
virones, insert
Ejercicios: marcha sobre el borde lateral del pie.
552
PATOLOGIA DEL ANTEPIÉ
DEDO EN MARTILLO
Se caracteriza por una deformidad en flexión de la articulación
interfalángica proximal.
Tratamiento: ejercicios de extensión activos y pasivos. Plantilla con botón
retrocapital. Cirugía.
DEDOS EN GARRA
Se caracteriza por flexión de la articulación interfalángica proximal y de la
interfalángica distal acompañándose de hiperextensión o luxación de la
metatarsofalángica.
553
HALLUS VALGUS
Se caracteriza por desviación del primer dedo hacia el segundo, el cuál
puede estar arriba o abajo del primero, así como una prominencia medial
de la cabeza del primer metatarsiano (higroma o juanete), con desviación
en varo del primer metatarsal.
Causas: herencia, uso de zapatos de tacón alto y puntiagudo
Radiología:
JUANETE DE SASTRE
Se caracteriza por una deformidad del 5º dedo en varo y en garra.
Prevención: zapatos y postura adecuadas.
Tratamiento: proteger el roce con almohadillas. Cirugía.
554
METATARSALGIAS
Se caracteriza por dolor en las cabezas de los metatarsales
predominantemente del 2º al 4º.
Causas genéticas y uso de zapato de tacón alto. Múltiples causas.
Manifestaciones: dolor, hiperqueratosis, bursitis.
Tratamiento: prevención con uso de zapatos con tacón no mayor de 3
cm. Plantillas con botón retrocapital. Cirugía de alineación de la cabeza
de los metatarsales.
TALALGIA
Se caracteriza por dolor en el talón, ya sea posterior o plantar.
Causas: metabólicas, anatómicas, infecciones, biomecánicas.
Tratamiento de la causa desencadenante. Analgésicos y AINES. Plantillas
acojinadas o en herradura. Infiltraciones con esteroides. Terapia Física.
Cirugía.
PIE DIABÉTICO
Causas: neuropatía, circulación deficiente, infección.
Prevención: cuidados del pie, uso de zapato adecuado.
Ortesis para corregir los desbalances neuromusculares.
Acondroplasia
555
556
Osteogénesis imperfecta
Osteogénesis
Osteogénesis imperfecta
imperfecta
E.
E.M.
M.Guillermo
GuillermoLucero
LuceroMoreno
Moreno
557
RAQUITISMO
Raquitismo
Raquitism o
Laura.
ESCORBUTO
558
La lactancia materna, cuando la madre recibe un adecuado aporte de vitamina C,
es habitualmente suficiente para prevenir el escorbuto.
559
Los signos radiográficos esqueléticos del paciente con escorbuto pueden verse en
cualquiera de los huesos largos pero son más prominentes en torno a las rodillas.
La densidad ósea está disminuida y las corticales son notablemente delgadas.
560
Los estudios de laboratorio pueden ayudara a distinguir el escorbuto de otras
posibles entidades, sobre todo de la sepsis. Cuando se sospecha el diagnóstico
de escorbuto puede obtenerse el nivel sérico de vitamina C en ayunas. El nivel
normal de ácido ascórbico en la sangre es de 1 mg/100 ml. La cantidad total de
ácido ascórbico en el organismo es de 350 mg. En el escorbuto se observa un
valor de 0.5 mg o menos. Es usual la anemia secundaria.
Es posible medir la concentración de ácido ascórbico en el estrato leucocitario
(capa de leucocitos y plaquetas que sobrenada por encima de los hematíes en la
muestra de sangre).
En el escorbuto también existe aminoaciduria inespecífica.
561
ARTROGRIPOSIS MÚLTIPLE CONGÉNITA
(AMC)
En las formas no heredadas pueden darse causas que sean inherentes. En tales
casos hay que tener en cuenta la importancia del movimiento del feto dentro del
útero; así, por ejemplo, una mujer con un útero anormalmente formado podría
tener más de un hijo con contracturas congénitas múltiples. Por todo esto, aunque
la causa primaria es desconocida, se han implicado algunos factores que podrían
desencadenar, o favorecer, esta disminución de los movimientos fetales y, por
ende, la aparición de contracturas articulares.
Factores Mecánicos:
Malformaciones uterinas: bridas amnióticas, miomas uterinos, etc. El feto quedaría
confinado a posturas poco idóneas que le impedirían moverse dentro del útero,
dificultándole la circulación fetal.
La presión hidráulica incrementada interferiría también el retorno venoso. El
líquido amniótico estaría aumentado (polihidramnios) en el Síndrome de Pena
Shokeir o, por el contrario, disminuido (oligohidramnios) en el Síndrome de Potter.
Ambos síndromes con contracturas articulares múltiples son incompatibles con la
vida.
Tipos:
Los músculos se forman normalmente en la embriogénesis bajo el impulso de las
fibras nerviosas y neuronas motoras. La aparición del sistema neuromuscular
determinaría la diferenciación de las cavidades articulares.
562
Probablemente, durante el segundo mes de gestación se produciría la pérdida de
la movilidad fetal que cursa con regresión muscular y retracciones periarticulares.
Características Clínicas
El compromiso de las extremidades es habitualmente de tipo cuadrimélico. Los
cambios articulares están limitados a las extremidades inferiores cuando existe
compromiso solamente de dos extremidades.
Existe gran limitación del movimiento activo y pasivo, pero en las articulaciones
grandes se conservan algunos grados de movimiento indoloro que se detiene por
la acción de un bloque inelástico y firme. Las articulaciones pueden encontrarse
en flexión o extensión fija.
563
Las deformidades ortopédicas más frecuentes en el recién nacido son pie equino
varo, luxación de cadera y luxación de la rótula. Por compromiso de los músculos
erectores de la columna dorsal puede aparecer escoliosis en la niñez.
Se han reportado angiomas simples en la frente, cardiopatía congénita y
anormalidades renales.
Diagnóstico
Debe realizarse cuanto antes, a ser posible en el periodo neonatal. El diagnóstico
prenatal es posible pero no fiable en el 100 % de los casos. Es importante detectar
e identificar la presencia de algún otro síndrome acompañante de las contracturas
articulares múltiples. Habitualmente se require, además del pediatra, la orientación
diagnóstica del genetista, neurólogo, ortopedista y médico rehabilitador. Las
pruebas complementarias ayudarán a esclarecer el diagnóstico así como el
enfoque para el manejo del niño y su tratamiento.
564
El estudio genético, sobre todo la genética molecular, es posible que identifique
algún síndrome asociado. En un futuro, se podrá determinar el gen responsable de
las contracturas articulares.
Tratamiento
El plan de tratamiento ha de esta continuamente adaptado y modificado de
acuerdo a las necesidades que vayan surgiendo. El niño es un ser en desarrollo
en todas las áreas -cognitiva, motora, del lenguaje, social- y se ha de favorecer su
desarrollo integral.
Opciones Terapéuticas
1- Manipulaciones y aparatos de yeso
2- Órtesis
3- Tenotomías y alargamientos tendinosos
4- Transposiciones tendinosas
5- Osteotomías
565
NEUROLOGÍA ORTOPEDICA
PARÁLISIS OBSTÉTRICA
Parálisis de Erb-Duchenne: son afectadas las raíces cervicales 4ª,5º, y 6ª. Este
tipo es el más frecuente.
Manifestaciones clínicas: Hombro en aducción y rotación interna, pérdida de la
extensión del codo, codo en flexión, antebrazo en pronación.
c-Parálisis total: están afectadas todas las raíces del plexo braquial.
Manifestaciones clínicas: El compromiso de la extremidad es más grave, con
pérdida de la función sensitiva y motora.
Tratamiento:
Prevenir contracturas con fisioterapia y férulas.
Tenotomías
Trasposiciones tendinosas
Microcirugía de plexo braquial
566
PARÁLISIS CEREBRAL INFANTIL
Etiología:
a- Causas prenatales: toxoplasmosis, rubéola, citomegalovirus, herpes, sífilis,
fármacos, alcohol.
b- Causas perinatales: prematurez, anoxia.
c- Causas postnatales: traumatismo craneoencefálico, meningitis, encefalitis.
Clasificación:
Tipos geográficos: paraplejía, hemiplejía, diplejía, triplejía, cuadriplejía
567
Diagnóstico: clínico. Descartar síndromes con manifestaciones semejantes.
Tratamiento: multidisciplinario
El éxito en la PCI, se obtiene cuando se intenta lo posible y se evita el fracaso con
lo imposible.
Tratamiento ortopédico
a-Fisioterapia
b-Férúlas y aparatos ortopédicos
c-Tenotomías
d-Artrodesis
e-Estabilización de la columna
f-Aplicación de Botox
568
NEOPLASIAS
OSTEOCONDROMA.
569
Diagnóstico diferencial: Exostosis cartilaginosa múltiple
Osteosarcoma parostal.
ENCONDROMA O CONDROMA
Localización: Más frecuente en manos y pies, sobre todo falanges, pero puede
presentarse en cualquier hueso. En el 86 % de los casos se presenta en las
manos, siendo el tumor más frecuente en los huesos cortos de la mano. Aparece
cerca de las epífisis y puede penetrarla si la fisis no se ha cerrado.
Pronóstico: bueno.
570
ENCONDROMA MÚLTIPLE
Localización: Metáfisis distal del fémur, proximal de la tibia y proximal del húmero.
Puede localizarse en cualquier hueso.
Exploración Física: tumefacción dura, red venosa colateral, piel de naranja, edema
distal.
571
CONDROSARCOMA
572
Centro de ciencias biomédicas
Departamento de Medicina
Fernando J. Félix Orta
SARCOMA DE EWING
Localización: Afecta más a menudo a huesos largos y planos como iliaco, cadera
húmero, rodilla. Tiene predilección por la diáfisis.
573
Pronóstico: de acuerdo a la diferenciación celular y al grado de invasión así como
al tratamiento establecido.
Se puede esperar una sobrevida a los 5 años de 50 % a 75 %
CARCINOMA METASTÄSICO
Las metástasis de carcinomas son más frecuentes que los tumores primarios del
hueso.
Su origen puede ser de: mamas, pulmones, riñones, tiroides, útero, próstata
Los sitios más comunes son la columna vertebral torácica y lumbar, pelvis, fémur,
costillas, porción proximal del húmero y cráneo.
La radiación local tiene utilidad. La fijación quirúrgica, legrado óseo y aporte óseo
están indicados en los casos de fracturas inminentes (destrucción de más del 50
% de la cortical diafisaria, una lesión de más de 2.5 cm de diámetro o dolor
persistente después de la radiación).
574
ANTIBIÒTICOS
THE JOURNAL OF BONE & JOINT SURGERY · JBJS.ORG
VOLUME 83-A · NUMBER 12 · DECEMBER 2001
ANTIBIOTIC THERAPY FOR
MUSCULOSKELETAL INFECTIONS
Antibiotic Therapy for Musculoskeletal Infections
BY JON T. MADER, MD, JUE WANG, MD, AND JASON H. CALHOUN, MD
An Instructional Course Lecture, American Academy of Orthopaedic Surgeons
Antibiotics are grouped into categories on the basis of their mechanisms of action.
These categories include cell-wall active antibiotics, ribosomal active antibiotics,
RNA active antibiotics, DNA active antibiotics, antimetabolites, and the reducing
compounds.
575
Penicillins
The penicillin class of antibiotics is frequently used for the treatment of
musculoskeletal infections. The penicillins can be divided into general groups on
the basis of their antibacterial activity.
The major penicillin groups of interest to an orthopaedic surgeon are natural
penicillins, aminopenicillins, penicillinaseresistant penicillins, antipseudomonal
penicillins (carboxypenicillins), and extended spectrum penicillins
(ureidopenicillins).
There is overlap among these groups; the differences are usually pharmacological
in nature.
The major side effects of all of the penicillins are hypersensitivity reactions
that range in severity from a rash to anaphylaxis1. Immediate hypersensitivity
reactions have been reported to occur in 0.0004% to 0.15% of patients2. Of those
patients, urticaria occurs in 1% tom 5% and a rash occurs in 2% to 9%.
Hemolytic anemia and central nervous system toxicities can also occur with
penicillin administration. Serum sickness rarely occurs with penicillins. Additionally,
exfoliative dermatitis and erythema multiforme are rare forms of allergic reactions
to penicillin.
Penicillin G is the major natural penicillin. Although penicillin G has a half-life of
thirty to sixty minutes, it can be combined with procaine or benzathine to produce a
repository penicillin.
Penicillin is the drug of choice for the treatment of Streptococcus pyogenes,
Streptococcus agalactiae, and Clostridium perfringens. In addition, penicillin has a
good anaerobic spectrum of activity except for the Bacteroides fragilis group.
Streptococcus pneumoniae continues to become more resistant to penicillin.
576
may be given parenterally or orally, whereas amoxicillin may be given only orally.
The antibacterial activities of the aminopenicillins are similar.
They are the antibiotics of choice for the treatment of sensitive Enterococcus
species (Enterococcus faecalis and Enterococcus faecium)7. The aminopenicillins
are also active against many highly susceptible gram-negative rods, such as
Escherichia coli and Proteus mirabilis. They are not stable to -lactamase and are
less active than penicillin G against Streptococcus pyogenes and Streptococcus
agalactiae.
While the aminopenicillins may cause skin rashes, an idiosyncratic rubellaform
rash occurs in 99% of patients who have mononucleosis and are given the
aminopenicillins.
Ticarcillin (carboxypenicillin) is an antipseudomonal penicillin. Ticarcillin has a -
lactam ring and is susceptible to -lactamase of both gram-positive and gram-
negative organisms.
Ticarcillin has a gram-negative spectrum of activity similar to ampicillin
but is more active than ampicillin against Pseudomonas species, Enterobacter
species, Serratia species, and certain strains of the Bacteroides fragilis group.
Ticarcillin has poor activity against Klebsiella species8. The side effects
of this class of penicillins include sodium-loading and bleeding problems secondary
to platelet dysfunction9.
The extended spectrum penicillins (ureidopenicillins) include mezlocillin
and piperacillin. They have an antibacterial spectrum similar to that of ticarcillin.
In vitro, these antibiotics are active against Enterococcus species and
Streptococcus species, and they inhibit the majority of Klebsiella species. They are
also more active than ticarcillin against Haemophilus influenzae and the
Bacteroides fragilis group.10,11. These drugs act in synergy with the
aminoglycosides against Pseudomonas aeruginosa and most of the
Enterobacteriaceae. They have the same side effects as ticarcillin, except they
cause less sodium-loading and bleeding dysfunction.
Penicillins as a group have a number of drug interactions. However, these
interactions are generally uncommon.
The carboxypenicillins and ureidopenicillins inactivate the aminoglycosides.12,13.
This drug interaction is seen in patients who have underlying renal
dysfunction.14,15. Probenecid inhibits tubular secretion of the penicillins and
increases the drug half-life of this agents.16.
Beta-lactamase Inhibitors
B-lactamase of gram-positive species is an exoenzyme. Clavulanic acid,
sulbactam, and tazobactam are potent inhibitors of B-lactamase produced by
gram-positive and gram-negative organisms.17. Clavulanic acid, sulbactam,
and tazobactam have been shown to inhibit B-lactamase for a number of
clinically important gram-positive organisms, including Staphylococcus aureus and
Staphylococcus epidermidis.18.
B-lactamase of both gram-negative and most anaerobic organisms is situated in
the periplasmic space and is chromosome and plasmid-induced19. Clavulanic
acid, sulbactam, and tazobactam inhibit B-lactamase of many gramnegative
577
organisms, including Escherichia coli, and most Klebsiella and Bacteroides
species. Currently, clavulanic acid is commercially available with amoxicillin
(Augmentin; Smith- Kline Beecham Pharmaceuticals, Philadelphia, Pennsylvania)
and ticarcillin (Timentin; SmithKline Beecham Pharmaceuticals).
Sulbactam is available with ampicillin (Unasyn; Pfizer, New York, NY). Tazobactam
is combined with piperacillin (Zosyn; Lederle, Pearl River, New York). The B lactam
inhibitors enhance the gram-positive coverage and, to a lesser extent, the
gramnegative spectrum of these antibiotics.
The side effects are the same as those of the penicillin class of antibiotics.
Cephalosporins
The cephalosporins have been divided into first, second, third, and fourth
generation agents. The first-generation cephalosporins include cephalothin,
cephapirin, cephradine, and cefazolin and are active against Staphylococcus
aureus, Staphylococcus epidermidis, and Streptococcus species. They have
limited gram-negative activity but are active against Escherichia coli, Klebsiella
species, and Proteus mirabilis. The first generation cephalosporins are safe
antibiotics but are occasionally associated with allergic reactions, drug eruptions,
phlebitis, and diarrhea. Cefazolin is the first-generation cephalosporin used by the
orthopaedic community for the treatment of staphylococcal infections,
including osteomyelitis. The large amounts of B-lactamase produced by
Staphylococcus aureus (109 organisms per gram of tissue) inactivate cefazolin.20.
However, high numbers of Staphylococcus aureus are not the norm in
staphylococcal osteomyelitis; ≤105 organisms per gram of bone are usually found.
Cefazolin has a longer half-life and higher serum concentration than the other first-
generation cephalosporins.21. The remainder of the first-generation
cephalosporins are comparable. They are all more stable to B-lactamase than
cefazolin is.
There are many second-generation cephalosporins, but the major parenteral ones
are cefamandole, cefoxitin, cefotetan, and cefuroxime. The major oral
cephalosporins are cefuroxime, cefprozil, and loracarbef. The second-generation
cephalosporins are somewhat more active against gram-negative organisms than
are the first-generation agents, but they are less active than the thirdgeneration
agents. Cefoxitin and cefotetan are more active against the anaerobes, especially
the Bacteroides fragilis group, than are the first-generation or the other second-
generation cephalosporins.22.
The second-generation cephalosporins have the same toxicity potential as the first-
generation cephalosporins with the exception of those that have a
methylthiotetrazole side chain.
578
highly resistant to B-lactamase, and they have activity against gram-positive
organisms with the exception of the Enterococcus species. They have good activity
against most gram-negative organisms except for Pseudomonas aeruginosa.
Cefotaxime, ceftizoxime, and ceftriaxone have half-lives of 1.1, 1.7, and 8.0 hours,
respectively.
Ceftazidime is similar to cefotaxime, ceftizoxime, and ceftriaxone with regard to
activity against the Enterobacteriaceae, but it has superior activity
against Pseudomonas aeruginosa. 24.
For serious Pseudomonas aeruginosa infections, it should be combined with
an aminoglycoside. 25. The activity of ceftazidime against gram-positive organisms
is half that of cefotaxime, ceftizoxime, and ceftriaxone.
579
levels of liver transaminases. Aztreonam has a low probability of cross-reactivity
(allergy) in patients allergic to penicillin or cephalosporin.
Imipenem is an antimicrobial agent belonging to the B-lactam class of antibiotics.
Biochemically, it is a carbapenem.
Imipenem also has excellent in vitro activity against aerobic grampositive
organisms, including Staphylococcus aureus, Staphylococcus epidermidis,
and Streptococcal species.
Imipenem also has excellent activity against gram-negative organisms, including
the Enterobacteriaceae and Pseudomonas aeruginosa. In addition, imipenem
inhibits most anaerobic species, including the Bacteroides fragilis
group. 39. Some patients have nausea, vomiting, and diarrhea with imipenem
therapy. Penicillin cross-reactivity occurs with imipenem. Grand mal
seizures occur in 1% to 4% of patients receiving this antibiotic. The prevalence
of seizures is increased in patients with renal dysfunction. 40, 41 and/or a history of
seizure activity. Finally, resistance to Pseudomonas aeruginosa and fungal
superinfection may develop during therapy.
Vancomycin
Vancomycin has excellent activity against Staphylococcus aureus, Staphylococcus
epidermidis, and Enterococcus species. It is the antibiotic of choice for individuals
who are unable to tolerate either the penicillins or the cephalosporins. 42.
Vancomycin is also the antibiotic of choice for the treatment of methicillin-resistant
Staphylococcus aureus. 43. and coagulase-negative Staphylococcus species. 44.
Recent reports on vancomycin-resistant Enterococcus species have dictated
increased vigilance and caution. 45, 46.
When used as monotherapy, the end organ toxicity of vancomycin is minimal. The
“red man syndrome”. 47, 48 may be observed with vancomycin therapy. This
syndrome includes flushing of the head, neck, and upper torso and is often
associated with hypotension. It occurs in 5% to 13% of patients, especially when
the infusion is given over less than one hour. Allergic reactions rarely occur with
vancomycin therapy. Vancomycin may be associated with nephrotoxicity. 49-52. or
ototoxicity, especially when given concurrently with an aminoglycoside.
Vancomycin may also cause neutropenia. 53,54 and thrombocytopenia. 55,56.
Clindamycin
Clindamycin is one of the antibiotics most active against clinically important
anaerobic bacteria, particularly the Bacteroides fragilis group. However,
clindamycin is ineffective against clostridial species, other than Clostridium
perfringens, in 10% to 20% of cases. 57. In addition to its anaerobic activity,
clindamycin is also effective against Staphylococcus aureus, coagulase- negative
Staphylococcus species, and the Streptococcus species. Clindamycin has a half-
life of 2.4 hours and is ideally given every eight hours. Clindamycin demonstrates
good penetration into most tissues, including bone. 58,59, and penetrates well into
580
abscesses. Clindamycin is relatively nontoxic but causes diarrhea and
pseudomembranous colitis in approximately 8% of patients60. In 10% of patients
who have antibiotic-associated diarrhea, pseudomembranous colitis develops
secondary to toxins produced by the overgrowth of Clostridium difficile.
Hypersensitivity reactions, including rashes, urticaria, and erythema multiforme,
may occur with clindamycin administration. Clindamycin drug interactions
are rare, but clindamycin may potentiate the action of neuromuscular blocking
agents. 61- 63.
Macrolides
Erythromycin is the prototype of the macrolide class of antibiotics64. These agents
work at the ribosomal level and are bacteriostatic. Erythromycin has in vitro activity
against Streptococcus species, Listeria monocytogenes, Moraxella catarrhalis,
Mycoplasma pneumoniae, Legionella pneumophila, and Chlamydia pneumoniae.
The new macrolides (clarithromycin and azithromycin) can inhibit Mycoplasma
pneumoniae, Legionella species, and Chlamydia pneumoniae at lower
concentrations. They are also more active against Haemophilus influenzae,
Mycobacterium aviumintracellulare, and other atypical mycobacteria. The new
macrolides are active against the agent of Lyme disease, Borrelia burgdorferi.
Because of its high intracellular concentration, azithromycin is more active against
Chlamydia trachomatis and Toxoplasma gondii and clarithromycin is very active
against Helicobacter pylori. The macrolides are indicated for the treatment of upper
and lower respiratory tract infections and skin structure infections.
The new macrolides are the agents of choice for Mycobacterium avium-
intracellulare infections.
The macrolides are generally considered to be very safe drugs. They cause
gastrointestinal reactions, including nausea, vomiting, and abdominal cramps, in
approximately 20% of patients. These problems are less frequent with newer
erythromycins such as azithromycin and clarithromycin.
The macrolides have a number of drug interactions. They stimulate hepaticum
microsomal activity with cytochrome P-450 complexes. This stimulation causes
increased levels of theophylline, warfarin, cyclosporin, carbamazepine, and
cisapride. Azithromycin has the least drug-interaction potential of the macrolides.
Quinupristin/Dalfopristin
Quinupristin/dalfopristin (Synercid; Aventis, Parsippany, New Jersey) is a fixed
combination of two streptogramins in a ratio of 30:70. This antibiotic produces in
vitro inhibitory and bactericidal activity against most gram-positive organisms,
including vancomycin-resistant Enterococcus faecium. 65. Quinupristin/dalfopristin
also has a role in the treatment of methicillin-resistant Staphylococcus aureus and
coagulase-negative Staphylococcus species infections in patients who cannot
tolerate vancomycin therapy.
Adverse reactions. 66. to quinupristin/ dalfopristin appear to be mild and include
self-limited local reactions such as itching, pain, and burning as well as vomiting
and diarrhea, 67. Major side effects are phlebitis, especially in the smaller veins.
The antibiotic should be given through a central line.
581
In a recent study68, the drug caused severe myalgia in approximately 15% to 20%
of thirty-two patients who received it.
Tetracyclines
The tetracyclines are divided into three groups: the short-acting compounds
(chlortetracycline, oxytetracycline, and tetracycline), an intermediate group
(demeclocycline), and the more recently developed longer-acting group
(doxycycline and minocycline). The tetracyclines are primarily bacteriostatic.
They are useful drugs for the treatment of relatively uncommon diseases, including
brucellosis and granuloma inguinale.
Tetracyclines are also active against mycoplasma, rickettsia, and Lyme disease
(Borrelia burgdorferi). In addition, they also are useful in the treatment of
chlamydial diseases, including lymphogranuloma venereum, psittacosis, and
trachoma. Minocycline is the most active drug of the tetracycline class against
Staphylococcus aureus. Minocycline is often used in combination with rifampin for
the oral treatment of methicillin-resistant Staphylococcus aureus and
coagulasenegative Staphylococcus species.
The tetracyclines have excellent tissue distribution probably because
of their high lipid solubility. Minocycline is the most lipid-soluble tetracycline.
The high lipid solubility and diffusion make it useful for the treatment
of metabolically inactive organisms. Tetracyclines accumulate in
bone. The tetracyclines have major side effects, including anorexia, nausea,
vomiting, and diarrhea. Tetracyclines also cause hepatotoxicity, especially in
pregnant women. They should not be given to children less than twelve years
of age, as they cause gray-brownyellowish discoloration of teeth and
may impair bone growth in this agegroup.
Tetracyclines are catabolic and aggravate preexisting renal failure. They have a
propensity to cause major photosensitivity reactions. Other side effects include
esophageal ulcers and hypersensitivity reactions. Minocycline causes vestibular
toxicity in some patients.
Tetracycline antibiotics have a number of drug interactions. Divalent metals,
including calcium, magnesium, and aluminum (antacids). 69-71, when given
concurrently, lead to decreased absorption of the tetracyclines.
A number of drugs increase hepatic metabolism of the tetracyclines, which
causes a decreased half-life of this class of antibiotics.
Oxazolidinones
The oxazolidinones.72,73 are a new synthetic class of antimicrobials. These
agents have bacteriostatic activity against a number of important organisms,
including methicillin-resistant Staphylococcus aureus, penicillin-resistant
Streptococcus pneumoniae, and vancomycin- resistant Enterococcus species.74.
They have efficacy when administered either parenterally or orally. Side effects
include tongue discoloration, a folliculitis type of rash, nausea, vomiting, and
diarrhea.
Aminoglycosides
582
The aminoglycosides, which include gentamicin, tobramycin, amikacin, and
netilmicin, are the standard against which other antibiotics are measured for the
treatment of aerobic gram-negative infections. The aminoglycosides generally have
poor activity against gram-positive organisms. Initially, they may be used for the
treatment of Staphylococcus aureus, but resistance may develop rapidly. 75,76.
They have no effect against the Streptococcus species or anaerobes, but they
have excellent activity against the Enterobacteriaceae and Pseudomonas
aeruginosa. The aminoglycosides may be inactivated by enzymatic modification.
Amikacin has fewer available sites than the other aminoglycosides for enzymatic
inactivation. Consequently, the percentage of strains susceptible to amikacin is
greater than that susceptible to tobramycin, gentamicin, or netilmicin. 77. There is
no evidence that establishes whether amikacin has greater or lesser activity than
the other aminoglycosides.
The aminoglycosides can cause nephrotoxicity and ototoxicity. Ototoxicity
reactions include hearing loss, tinnitus, ear fullness, and vestibular
problems such as nausea, vomiting, vertigo, nystagmus, and difficulty with
gait. Other aminoglycoside toxicities include neuromuscular blockade and
hypersensitivity reactions.
The aminoglycosides have some drug interactions. There is increased
nephrotoxicity and ototoxicity when cyclosporin, vancomycin, amphotericin
B, ethacrynic acid, neuromuscular blocking agents, nonsteroidal antiinflammatory
drugs, or radiographic contrast agents are given concurrently with the
aminoglycosides.
583
TABLE I Drugs Affected by Rifampin*
Acetaminophen, Benzodiazepines
Clofibrate, Cyclosporine
Digoxin
Hydantoins
Quinidine
Theophyllines
Oral anticoagulants
Beta-blockers
Oral contraceptives
Digitoxin
Enalapril
Methadone
Sulfones
Tocainide
Barbiturates
Chloramphenicol
Corticosteroids
Disopyramide
Estrogens
Mexiletine
Sulfonylureas
Verapamil
*Rifampin induces hepatic microsomal enzymes and can decrease the effect of
these drugs.
584
They have efficacy against most gram-negative organisms as well.
585
TABLE II Toxicity by Specific Quinolone
Toxicity Specific Quinolone
Phototoxicity Enoxacin, lomefloxacin, sparfloxacin
Central nervous system
toxicities, insomnia Ofloxacin
Seizures Lomefloxacin
Prolonged Q-T interval Sparfloxacin
Increased bilirubin Trovafloxacin
Dizziness Trovafloxacin
Persistent hypoglycemia
with glyburide Ciprofloxacin
Antimetabolites
The antimetabolites include the
sulfonamides and trimethoprim sulfamethoxazole.Trimethoprim-
Sulfamethoxazole Trimethoprim-sulfamethoxazole is a fixed combination of a
trimethoprim and sulfonamide. In vitro, these agents are more active together than
either agent is alone. 93. Aerobic gram-negative bacteria, including Escherichia
coli, Proteus mirabilis, Haemophilus influenzae, and Stenotrophomonas
maltophilia, are consistently susceptible. In addition, Klebsiella pneumoniae,
Enterobacter species, Serratia marcescens, indolepositive Proteus, and
nonaeruginosa Pseudomonas are frequently susceptible.
586
and thrombocytopenia. Hypersensitivity reactions include erythema multiforme,
urticaria, and erythema nodosum. The sulfonamides may cause a focal or diffuse
hepatitis and neurologic symptoms consisting of headache, confusion, and
peripheral neuropathy.
A serum-sickness-like syndrome can occur with the sulfonamides, and a
drug fever occurs in 3% of patients taking these drugs. The sulfonamides
have also been reported to cause nephrotoxicity and pruritus without a rash.
Trimethoprim-sulfamethoxazole should not be administered during the last month
of pregnancy. The sulfonamides have a number of drug interactions, which include
increased anticoagulation effects of warfarin.96,97. and increased levels of
phenytoin.98. They also potentiate the hypoglycemic effects of the sulfonylurea
compounds.99-102. Finally, the sulfonamides potentiate the bone-marrow
suppression by methotrexate.103.
Reducing Compounds
(Metronidazole)
Metronidazole is a useful and inexpensive antibiotic for the treatment of anaerobic
organisms. This antibiotic is a reducing compound that leads to the
formation of toxic oxygen radicals. Toxic oxygen radicals are lethal for strict
anaerobic organisms, since they lack the protective enzymes superoxide
dismutase and catalase. Metronidazole is active against all anaerobic organisms
except for actinomycetes and microaerophilic streptococci.104. The drug
is absorbed well and penetrates into tissues and abscesses.
Side effects are rare but can include metallic taste, seizures, cerebellar
dysfunction, disulfiram reaction with alcohol, and pseudomembranous colitis.
Metronidazole may also have gastrointestinal side effects, including
anorexia, nausea, vomiting, diarrhea, abdominal pain, and pancreatitis.
Clinical Usage
In selecting specific antibiotics for the treatment of musculoskeletal infections,
the type of infection, hospital sensitivity patterns, and risk of adverse reactions
must be appraised. Once the infecting organism or organisms are isolated and the
sensitivities are established, the initial antibiotic regimen should be modified, if
indicated. The initial choices of antibiotics for grampositive,
gram-negative, and anaerobic organisms are shown in Tables IV, V, and VI. The
initial antibiotic regimen is modified, if necessary, on the basis of culture and
sensitivity results.
Sensitivity Testing
Once the organism or organisms are isolated, the specific antibacterial activity
of a variety of antibiotics can be determined by appropriate sensitivity techniques.
The disk diffusion method is commonly used for susceptibility testing for fastidious
and slow-growing organisms. The diameter of a zone of inhibition around an
antimicrobial impregnated paper disk relates approximately linearly to the
antibiotic’s log 2 mean inhibitory concentration. Inhibition diameters are interpreted
as signifying susceptibility, intermediate susceptibility, or resistance to each
antimicrobial agent tested according to published criteria.105.
587
Quantitative data are provided by methods that incorporate serial dilution of
antibiotics in agar-containing or broth culture media.
Quantitative sensitivity testing by macrodilution or microdilution techniques
is a prerequisite for the determination of the lowest concentration of the antibiotic
required to inhibit (mean inhibitory concentration) and kill (mean bactericidal
concentration) the isolated organism or organisms.106.
Clinical prejudice demands selection of an antibiotic or antibiotic combination
with a low mean inhibitory concentration to mean bactericidal concentration ratio
relative to its expected serum concentration. Most clinical laboratories report only
mean inhibitory concentrations.
Serum-cidal Concentrations
Peak and trough serum bacteriostatic and bactericidal levels, as described by
Schlicter and MacLean.107, are often employed to assess the bacteriostatic and
bactericidal capabilities of the treatment antibiotic or antibiotics. Initially, serum
samples are obtained from the patient after administration of a dose of the
antibiotic in order to obtain the peak and trough serum levels. The serum samples
are then serially diluted, and the dilution fractions are tested against an inoculum of
the infecting bacterial species. With use of this method, one can estimate the
antibiotic dose necessary to obtain adequate serum inhibitory and bactericidal
antibiotic levels. These results are expressed as minimum inhibitory dilutions and
minimum serum bactericidal dilutions.
The interpretation criteria and importance of the data vary among different
laboratories.108-110. Most investigators strive for a peak minimum serum
bactericidal dilution of ≥1:8 (that is, an eightfold or higher dilution of a patient’s
serum has a bactericidal effect on the infecting bacterial species or strain).111. In
children with osteomyelitis, minimum serum bactericidal dilutions have been
utilized to ensure the adequacy of oral antibiotic therapy.112. In a typical patient
with osteomyelitis for whom optimal antibiotics are selected by mean inhibitory
concentration testing, the likelihood of success is governed by the adequacy of
débridement rather than by the adequacy of serumcidal levels.
Antibiotics in Pregnancy
All antibiotics must be used with caution in pregnancy.113. Antibiotics that have the
best safety record include penicillins, cephalosporins, and erythromycin.
Other antibiotics can cause problems; the aminoglycosides, for instance, can
cause deafness. The sulfonamides, when given in the third trimester,
displace bilirubin from albumin leading to kernicterus. The tetracyclines alter bone
growth in the baby and can cause pancreatitis and liver dysfunction in the mother.
Metronidazole is carcinogenic in rats.
TABLE IV Gram-Positive Organisms: Initial Choice of Antibiotics for Therapy (Adult Doses)
588
Organism First Choice of Antibiotics Alternative Antibiotics
Methicillin-sensitive
Staphylococcus aureus Nafcillin (2 g every 4 h) or
Clindamycin (900 mg every 8 h) Cefazolin or vancomycin
Coagulase-negative
Staphylococcus species Nafcillin (2 g every 6 h) or
Clindamycin (900 mg every 8 h) Cefazolin or vancomycin
Methicillin-resistant
Staphylococcus aureus Vancomycin (1 g every 12 h) or
Linezolid (600 mg every 12 h) Trimethoprim-sulfamethoxazole or
minocycline with or without rifampin
Coagulase-negative
Staphylococcus species Vancomycin (1 g every 12 h) or
linezolid (600 mg every 12 h) Trimethoprim-sulfamethoxazole or
minocycline with or without rifampin,
clindamycin*
Group-A Streptococcus or
Streptococcus pyogenes 106 U every 4 h)
or ampicillin (2 g every 6 h) Clindamycin, cephalosporine or
vancomycin
Group-B streptococcus or
Streptococcus agalactiae 106 U every 4 h)
or ampicillin (2 g every 6 h) Clindamycin, cephalosporine or
vancomycin
Sensitive
Streptococcus pneumoniae 106 U every 4 h) Clindamycin or erythromycin
Intermediate
Streptococcus pneumoniae Cefotaxime (1 g every 8 h) Clindamycin or erythromycin
Resistant
Streptococcus pneumoniae Vancomycin (1 g every 12 h) or
levofloxacin (500 mg daily) Quinupristin/dalfopristin or linezolid
Sensitive
Enterococcus species Ampicillin (1 g every 6 h)† or
vancomycin (1 g every 12 h) Ampicillin-sulbactam linezolid
Resistant
Enterococcus faecium Quinupristin/dalfopristin
(7.5 mg/kg every 8 h) or
linezolid (600 mg every 12 h) Chloramphenicol and rifampin
*If organism is sensitive to clindamycin. †Ampicillin and an aminoglycoside are used for a serious
Enterococcus species infection.
589
Many antibiotics, such as sulfonamides, quinolones, and chloramphenicol, appear
in breast milk when administered to lactating women and can have adverse effects
on infants. It is prudent for the mother to discontinue breast-feeding temporarily
during antibiotic therapy, while maintaining milk flow by means of a breast pump. If
there is any question concerning a specific antibiotic, specific references or
specialists should be consulted.114.
Duration of Therapy
The duration of antibiotic therapy varies according to the type of musculoskeletal
infection (cellulitis, erysipelas, septic arthritis, or osteomyelitis in a
long bone or a diabetic foot).
Septic Arthritis
Septic arthritis is treated with parenteral antibiotic therapy, usually for two to three
weeks after aspiration or arthroscopic or open débridement.116,117.
TABLE V Gram-Negative Organisms: Initial Choice of Antibiotics for Therapy (Adult Doses)
590
injection of 125 mg) and azithromycin
(one dose of 1 g orally) Levofloxacin and azithromycin
A two-week course can be given when the septic arthritis is caused by organisms
that are very susceptible to antibiotic therapy, including Haemophilus influenzae,
Streptococcus species, and Neisseria gonorrhoeae. For the more resistant
organisms, including Staphylococcus aureus and gram-negative bacilli, three
weeks of parenteral antibiotic therapy is usually given.
Osteomyelitis
Osteomyelitis is traditionally treated with parenteral antibiotic therapy, usually for
four to eight weeks after the last major débridement. Many open-label studies but
few randomized studies have justified the current duration of osteomyelitis
treatment. The best data on this subject come from animal models. With use of an
experimental Staphylococcus aureus osteomyelitis model, Norden and Dickens
treated groups of animals with cephaloridine
for two, four, or six weeks.118. The longer that the animals were treated with
cephaloridine, the better the treatment results. The animal model used in that
study is not amenable to surgery; antibiotics alone must eradicate the infection.
Parenteral antibiotic therapy has been investigated in eight randomized
Studies.119-125. The arrest rates associated with four to eight weeks of parenteral
antibiotic therapy in those studies ranged from 50% to 100%. The optimal duration
of antibiotic therapy has not been clearly determined. Streamlining from parenteral
to oral therapy may be an effective alternative strategy for the treatment of
osteomyelitis.
In a historical control study by Swiontkowski et al..126, ninety-three patients
were managed with five to seven days of parenteral therapy followed by six weeks
of oral therapy. Treatment was successful in 91% (seventy-nine) of the
eighty-seven who were able to be followed.
In a randomized study of the treatment of long-bone osteomyelitis, Shirtliff et
al..127. compared four weeks of parenteral antibiotic therapy with two weeks of
parenteral therapy followed by four weeks of oral antibiotic therapy.
The arrest rate was 84.3% in the group that received parenteral antibiotic therapy
591
and 89.5% in the group managed with parenteral antibiotic therapy followed by oral
antibiotic therapy.
The current recommendation for the duration of antibiotic therapy in the treatment
of long-bone osteomyelitis is four to six weeks. Children are given two weeks of
parenteral therapy followed by four weeks of oral therapy.
The traditional treatment for adults is four to six weeks of parenteral therapy.
However, many centers use two weeks of parenteral therapy followed by four
to six weeks of oral therapy.
TABLE VI Anaerobic Organisms: Initial Choice of Antibiotics for Therapy (Adult Doses)
592
A two-week course can be given when the septic arthritis is caused by organisms
that are very susceptible to antibiotic therapy, including Haemophilus influenzae,
Streptococcus species, and Neisseria gonorrhoeae. For the more resistant
organisms, including Staphylococcus aureus and gram-negative
bacilli, three weeks of parenteral antibiotic therapy is usually given.
Osteomyelitis
Osteomyelitis is traditionally treated with parenteral antibiotic therapy, usually for
four to eight weeks after the last major débridement. Many open-label studies but
few randomized studies have justified the current duration of osteomyelitis
treatment. The best data on this subject come from animal models. With use of an
experimental Staphylococcus aureus osteomyelitis model, Norden and Dickens
treated groups of animals with cephaloridine for two, four, or six weeks.118. The
longer that the animals were treated with cephaloridine, the better the treatment
results. The animal model used in that study is not amenable to surgery; antibiotics
alone must eradicate the infection. Parenteral antibiotic therapy has been
investigated in eight randomized studies.119-125. The arrest rates associated with
four to eight weeks of parenteral antibiotic therapy in those studies ranged from
50% to 100%. The optimal duration of antibiotic therapy has not been clearly
determined.
Streamlining from parenteral to oral therapy may be an effective alternative
strategy for the treatment of osteomyelitis. In a historical control study by
Swiontkowski et al..126, ninety-three patients were managed with five to seven
days of parenteral therapy followed by six weeks of oral therapy. Treatment was
successful in 91% (seventy-nine) of the eighty-seven who were able to be followed.
In a randomized study of the treatment of long-bone osteomyelitis, Shirtliff et al.127
compared four weeks of parenteral antibiotic therapy with two weeks of parenteral
therapy followed by four weeks of oral antibiotic therapy.
The arrest rate was 84.3% in the group that received parenteral antibiotic therapy
and 89.5% in the group managed with parenteral antibiotic therapy followed by oral
antibiotic therapy.
The current recommendation for the duration of antibiotic therapy in the treatment
of long-bone osteomyelitis is four to six weeks. Children are given two weeks of
parenteral therapy followed by four weeks of oral therapy.
The traditional treatment for adults is four to six weeks of parenteral therapy.
However, many centers use two weeks of parenteral therapy followed by four to six
weeks of oral therapy.
593
When the patient is managed with ablative therapy and the entire bone containing
the osteomyelitis is removed, antibiotics are given for two weeks in order to treat
any residual softtissue infection. When the infected bone is transected, the patient
is given four to six weeks of culture-directed antibiotic therapy. Finally, when
amputation is performed remote to the site of infection, the patient is treated with a
short course of antibiotic therapy, which is usually less than three days.
Occasionally, a diabetic patient with osteomyelitis of the foot is treated with long-
term oral antibiotic therapy for eradication of the infection. This is possible only for
the treatment of osteitis (involvement of the outer cortex of the bone). Eradication
of full-thickness osteomyelitis with long-term antibiotic therapy probably is not
possible.
Jon T. Mader, MD
Jue Wang, MD
Jason H. Calhoun, MD
Division of Infectious Diseases, Department of Internal Medicine (J.T.M.), and
Department of Orthopaedics and Rehabilitation
(J.T.M., J.W., and J.H.C.), University of Texas Medical Branch, Galveston, Texas 7
7555-1115. E-mail address for J.T. Mader: jtmader@utmb.edu. E-mail address for
J. Wang: juewang@utmb.edu. E-mail address for J.H. Calhoun:
jcalhoun@utmb.edu
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