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Adolescencia

El paso a la adolescencia constituye diferentes fases en los que se experimentan cambios


físicos, emocionales, psicológicos, etc. A partir de la segregación de hormonas que se
comenzarán a producir en el adolecentey es cuando alcanza la madurez sexual y la
capacidad para reproducirse.

Según Diane E. Papalia (2009), los rituales que marcan la llegada a la adolescencia en los
niños son comunes en muchas sociedades. Por ejemplo, las tribus Apache celebran la
primera menstruación de una niña con un ritual de cuatro días que incluye cantos que duran
desde el amanecer hasta el atardecer. Sin embargo, en muchas sociedades modernas, el
paso de la niñez a la adultez no se señala por un suceso único, sino por un largo periodo
conocido como adolescencia: una transición del desarrollo que implica cambios físicos,
cognitivos, emocionales y sociales, y que asume diversas formas en diferentes entornos
sociales, culturales y económicos. Un cambio físico importante es el inicio de la pubertad:
el proceso que conduce a la madurez sexual o a la fertilidad (la capacidad para
reproducirse).* Por tradición se pensaba que la adolescencia y la pubertad comenzaban al
mismo tiempo, cerca de los 13 años, pero, como analizaremos después, ahora los médicos
de algunas sociedades occidentales encuentran cambios asociados con la pubertad antes de
los 10 años. En este libro definimos la adolescencia como el periodo entre los 11 y 19 o 20
años de edad.

El paso a la adultez

Adolescencia como construcción social

La adolescencia es un constructo social. En las sociedades preindustriales, los niños


entraban al mundo adulto cuando maduraban en sentido físico o cuando comenzaban a
trabajar como aprendices en una vocación. No fue sino hasta el siglo XX que la
adolescencia se definió en el mundo occidental como una etapa vital independiente. En la
actualidad, la adolescencia es universal. En la mayoría del mundo, el ingreso a la
adolescencia requiere más tiempo y es menos evidente que en el pasado. La pubertad
comienza antes de lo que solía ocurrir; no obstante, el ingreso a una vocación ocurre
después y con frecuencia requiere periodos más largos de instrucción educativa y de
capacitación vocacional para prepararse para las responsabilidades adultas. También es
cada vez más frecuente que el matrimonio, junto con sus responsabilidades acompañantes,
ocurra después. Los adolescentes pasan gran parte de su tiempo en su propio mundo, el cual
es primordialmente independiente del de los adultos (Larson y Wilson, 2004).

Adolescencia: riesgos y oportunidades

La adolescencia temprana (aproximadamente 11 a 14 años) ofrece oportunidades para el


crecimiento, no sólo en las dimensiones físicas sino también en competencia cognitiva y
social, autonomía, autoestima, e intimidad. Este periodo también conlleva riesgos. Algunos
jóvenes tienen problemas para manejar todos estos cambios a la vez y es posible que
necesiten ayuda para superar los riesgos que encuentran a lo largo del camino. La
adolescencia es un tiempo de incremento en la divergencia entre la mayoría de los jóvenes,
que se dirigen hacia una adultez satisfactoria y productiva, y una considerable minoría que
se enfrentará con problemas importantes.

Los adolescentes de Estados Unidos enfrentan peligros para su bienestar físico y mental,
incluyendo altas tasas de mortalidad por accidentes, homicidio y suicidio (National Center
for Health Statistics, NCHS, 2005). Como veremos más adelante, tales conductas de riesgo
quizá sean un reflejo de la inmadurez del cerebro adolescente. Sin embargo, los jóvenes que
tienen conexiones de apoyo con sus padres, escuela y comunidad tienden a desarrollarse de
manera positiva y sana. Una encuesta nacional con cerca de 14 000 estudiantes de
educación media revela tendencias alentadoras. Desde la década de 1990, los estudiantes
tienen menos probabilidad de usar alcohol, tabaco o marihuana; de conducir un automóvil
sin el cinturón de seguridad o de viajar con un conductor que ha estado bebiendo; de portar
armas de fuego; de tener relaciones sexuales o, en caso de tenerlas, de no utilizar condón; o
de intentar suicidarse (CDC, 2006f). Evitar tales conductas de riesgo aumenta las
probabilidades de que los jóvenes atraviesen los años de la adolescencia con una buena
salud física y mental.
La Pubertad

Es el final de la niñez, la pubertad implica cambios biológicos espectaculares. Estos


cambios son parte de un proceso largo y complejo de maduración que comienza incluso
antes del nacimiento, y sus ramificaciones psicológicas pueden continuar hasta la adultez.

¿Cómo comienza la pubertad?

Comienza con los cambios hormonales. La pubertad es resultado del aumento en la


producción de las hormonas relacionadas con el sexo, lo cual ocurre en dos etapas:

 La Adrenarquia: Es la maduración de las glándulas suprarrenales, seguida unos


cuantos años después por la gonadarquia,
 La Gonadarquia: Es la maduración de los órganos sexuales.

En la primera etapa, la Adrenarquia, que comienza cerca de los 7 u 8 años de edad, en la


que las glándulas suprarrenales que se localizan por arriba de los riñones segregan niveles
gradualmente mayores de andrógenos, principalmente dehidroepiandrosterona (DHEA)
(Susman y Rogol, 2004).

La DHEA (estrógenos y andrógenos) representa un papel en el crecimiento del vello


púbico, axilar (por debajo del brazo) y facial, al igual que en un crecimiento corporal más
rápido, mayor cantidad de grasa en la piel y desarrollo del olor corporal. Para los 10 años,
los niveles de DHEA (estrógenos y andrógenos) son 10 veces mayores a los que se tenían
entre las edades de uno a cuatro años. En varios estudios, los varones y niñas adolescentes
(ya sean homosexuales o heterosexuales) recuerdan que su primera atracción sexual ocurrió
cuando tenían nueve o 10 años. La maduración de los órganos sexuales activa un segundo
aumento repentino en la producción de DHEA (estrógenos y andrógenos), que entonces
llega a los niveles adultos.

En la segunda etapa, la Gonadarquia, los ovarios de las niñas aumentan su secreción de


estrógenos, lo cual estimula el crecimiento de los genitales femeninos y el desarrollo de
senos y vello púbico y axilar. Varones y niñas tienen ambos tipos de hormonas, pero las
niñas tienen niveles más altos de estrógenos. En las niñas, la testosterona tiene incidencia
en el crecimiento del clítoris al igual que en el de los huesos y el vello púbico y axilar.
Asimismo, parece que este aumento repentino de actividad hormonal depende de alcanzar
una cantidad crítica de grasa corporal que es necesaria para la reproducción hormonal
exitosa. Por lo tanto, las niñas con un porcentaje más alto de grasa corporal en la segunda
infancia y aquellas que experimentan aumento inusual de peso entre los cinco y nueve años
de edad muestran un desarrollo puberal más temprano. Los estudios sugieren que la
Leptina, una hormona que se ha identificado que tiene un papel en el sobrepeso, quizá
active el inicio de la pubertad al indicar al cerebro que se ha acumulado grasa suficiente. Es
posible que una acumulación de leptina en el torrente sanguíneo estimule al hipotálamo que
entonces envía señales a la glándula hipófisis, la cual, a su vez, indica a las glándulas
sexuales que aumenten su secreción de hormonas. Algunas investigaciones atribuyen el
aumento en emocionalidad y cambios de estado de ánimo de la adolescencia temprana. De
hecho, las emociones negativas, como la angustia y la hostilidad, al igual que los síntomas
de depresión en las niñas, aumentan a medida que progresa la. Sin embargo, otras
influencias, como el sexo, edad, temperamento y momento de ocurrencia de la pubertad,
quizá moderen o incluso anulen las influencias hormonales.

Momento de ocurrencia: signos y secuencia de la pubertad y de la madurez sexual

En la actualidad, los cambios que anuncian la pubertad comienzan típicamente a los ocho
años en las niñas, pero existe un amplio rango de edades para diversos cambios. En forma
reciente, los pediatras han observado a un número significativo de niñas que tienen senos
incipientes antes de los ocho años de edad. El proceso de la pubertad toma por lo común
entre tres a cuatro años en ambos sexos. En general, las niñas estadounidenses de origen
africano y mexicano entran a la pubertad antes que las niñas de raza blanca. Algunas niñas
afroestadounidense experimentan cambios puberales desde los seis años.
Características femeninas Edad de primera aparición

Crecimiento mamario 6-13


Crecimiento de vello púbico 6-14
Crecimiento rápido del cuerpo 9.5-14.5
Menarquia 10-16.5
Aparición de vello axilar Aproximadamente dos años después de la
aparición de vello púbico
Aumento en la secreción de glándulas Casi al mismo tiempo que la aparición de
sebáceas y sudoríparas(que puede conducir vello axilar
a acné)

MAMAS

VELLO PUBICO

VELLO AXILAR

EN LAS NIÑAS CAMBIOS EN LA VOZ

CAMBIOS EN LA PIEL

AUIMENTO EN AMPLITUD Y
PROFUNDIDAD DE LA PELVIS

DESARROLLO MUSCULAR
Características sexuales

Características sexuales primarias

Las características sexuales primarias son los órganos necesarios para la reproducción. En
las mujeres, los órganos sexuales incluyen los ovarios, trompas de Falopio, útero, clítoris y
vagina.

Características sexuales secundarias

Las características sexuales secundarias son los signos fisiológicos de maduración sexual
que no implican directamente los órganos sexuales; por ejemplo, las mamas. Otras
características sexuales secundarias son los cambios en la voz y la textura de la piel,
desarrollo muscular y crecimiento de vello púbico, facial, axilar y corporal.

Estos cambios se desarrollan en una secuencia que es mucho más consistente que su
momento de aparición, aunque a veces varía en cierto grado. Es posible que una niña
desarrolle senos y vello corporal aproximadamente al mismo tiempo; en otra niña, el vello
corporal puede alcanzar un crecimiento adulto casi un año antes de que los senos se
desarrollen. Variaciones similares en el estado puberal (grado de desarrollo de la pubertad).

Examinemos con más detalle estos cambios:

Signos de la pubertad

Los primeros signos externos de la pubertad son típicamente el tejido mamario y el vello
púbico en las niñas. Los pezones de las niñas aumentan de tamaño y sobresalen, las areolas
(áreas pigmentadas alrededor de los pezones) aumentan de tamaño y los senos asumen
primero una forma cónica y luego redondeada. El vello púbico, que al principio es liso y
sedoso, a la larga se vuelve grueso, oscuro y rizado. Aparece en diferentes patrones en
hombres y mujeres, pero por lo general las mujeres sufren una desagradable sorpresa ante
la aparición de una pequeña cantidad de vello en el rostro o alrededor de los pezones,
aunque esto es normal. La voz se profundiza. El aumento en la actividad de las glándulas
sebáceas puede dar lugar a barros y espinillas.

Crecimiento rápido de la adolescencia


En las niñas, el crecimiento rápido de la adolescencia comienza entre los 9.5 años y los
14.5 años (generalmente cerca de los 10 años de edad). Por lo común, dura cerca de dos
años; poco después de concluir, la persona alcanza la madurez sexual. Tanto la hormona del
crecimiento como las hormonas sexuales (andrógenos) contribuyen a este crecimiento
puberal normal. Debido a que el crecimiento rápido en las niñas ocurre por lo general dos
años antes que en los varones (entre los 11 y 13 años de edad), las mujeres tienden a ser
más altas, con mayor peso y más fuerza que los varones de la misma edad. Después del
crecimiento rápido, los varones son de nuevo más altos, como antes. Normalmente, las
niñas alcanzan su estatura completa a los 15 años, en tanto que los varones lo hacen a los
17 años. La tasa de crecimiento muscular alcanza su máximo a los 12 años y medio para las
niñas. Varones y niñas crecen de manera diferente, no sólo en cuanto a tasa de crecimiento,
sino también en cuanto a forma y figura. En las niñas la pelvis se amplía para facilitar el
embarazo y las capas de grasa se acumulan por debajo de la piel, lo cual le da una
apariencia más redondeada. La grasa se acumula dos veces más rápido en las niñas que en
los niños. Debido a que cada uno de estos cambios sigue su propio ritmo, es posible que las
partes del cuerpo estén fuera de proporción durante una época.

Estos cambios físicos sorprendentes tienen ramificaciones psicológicas. La mayoría de los


jóvenes adolescentes están más preocupados por su apariencia que por cualquier otro
aspecto de sí mismos y a algunos no les gusta lo que ven en el espejo y estas actitudes
pueden llevar a problemas en la conducta alimentaria.

Señales de madurez sexual: la menstruación

La maduración de los órganos reproductivos trae consigo el inicio de la menstruación en las


niñas. La principal señal de madurez sexual en las niñas es la menstruación, un
desprendimiento de tejido del recubrimiento de la matriz. La primera menstruación,
llamada menarquia, ocurre bastante tarde en la secuencia del desarrollo femenino; su
tiempo de ocurrencia normal puede variar entre los 10 y 16 años y medio.

Entre los 11 y 12 años, las niñas son, en promedio, más altas, tienen más peso y son más
fuertes que los varones, que alcanzan el crecimiento rápido de la adolescencia después que
las niñas.
El cerebro del Adolescente

No hace mucho tiempo, la mayoría de los científicos creían que el cerebro alcanza su
madurez plena para la pubertad. Ahora, los estudios con imágenes cerebrales revelan que el
cerebro adolescente todavía es un trabajo en progreso. Los cambios espectaculares en
estructuras cerebrales implicadas en las emociones, juicio, organización del
comportamiento y autocontrol ocurren entre la pubertad y la adultez joven. Es posible que
estos hallazgos ayuden a explicar la tendencia de los adolescentes a los exabruptos
emocionales y los comportamientos de riesgo y planteen dudas acerca del grado en que los
adolescentes deberían considerarse legalmente responsables de sus actos. Los adolescentes
procesan información sobre las emociones de manera diferente a la de los adultos. En una
serie de estudios, los investigadores escanearon la actividad cerebral de adolescentes
mientras éstos identificaban emociones en imágenes de rostros que se proyectaban en una
pantalla de computadora. Los adolescentes tempranos (edades 11 a 13 años) utilizaron la
amígdala, una pequeña estructura en forma de almendra que se encuentra localizada a nivel
profundo en el lóbulo temporal y que tiene una fuerte participación en las reacciones
emocionales e instintivas

Los adolescentes mayores, como los adultos, tenían mayor probabilidad de utilizar los
lóbulos frontales, que manejan la planificación, razonamiento, juicio, regulación emocional
y control de impulsos y que, en consecuencia, permiten juicios más precisos y razonados.
Es posible que el desarrollo cerebral inmaduro permita que los sentimientos superen a la
razón y que impida que algunos adolescentes escuchen advertencias que parecen lógicas y
persuasivas para los adultos. El subdesarrollo de los sistemas corticales frontales asociados
con la motivación, impulsividad y adicción puede ayudar a explicar la búsqueda de
emociones y novedad de los adolescentes y también puede explicar por qué para algunos
adolescentes resulta difícil enfocarse en metas a largo plazo. Para comprender la inmadurez
del cerebro adolescente, necesitamos examinar los cambios en la estructura y composición
de la corteza frontal del cerebro durante la niñez. Primero hay un aumento constante en
materia blanca, que permite la transmisión más rápida de información. En la adolescencia,
este proceso continúa en los lóbulos frontales. Segundo, la poda de conexiones dendríticas
que no se utilizaron durante la niñez da por resultado una reducción en la densidad de la
materia gris (células nerviosas), lo cual aumenta la eficiencia del cerebro. Este proceso
comienza en las porciones traseras del cerebro y avanza hacia delante. Sin embargo, en la
mayoría no ha alcanzado aún a los lóbulos frontales. Un crecimiento rápido importante en
la producción de materia gris en los lóbulos frontales comienza alrededor de la pubertad.
Después del crecimiento rápido, la densidad de materia gris declina en gran medida,
principalmente en la corteza prefrontal, a medida que se podan las sinapsis (conexiones
entre neuronas) que no se utilizan y se fortalecen las que sí. De este modo, de la mitad a
finales de la adolescencia, los jóvenes tienen un menor número de conexiones neuronales,
pero éstas son más fuertes, uniformes y efectivas, lo cual hace que el procesamiento
cognitivo sea más eficiente. La estimulación cognitiva en la adolescencia crea una
diferencia esencial en el desarrollo del cerebro. El proceso es bidireccional: las actividades
y experiencias de una persona joven determinan qué conexiones neuronales se conservarán
y fortalecerán y esto, a su vez, da apoyo a un crecimiento cognitivo adicional en esas áreas.
“Los adolescentes que ‘ejercitan’ su cerebro aprendiendo a ordenar sus pensamientos, a
comprender conceptos abstractos y a controlar sus impulsos, están creando las bases
neurales que les servirán durante el resto de sus vidas”

Aspectos de la maduración cognitiva

Los adolescentes no sólo se ven diferentes de los niños menores; también piensan y hablan
en forma diferente. Su velocidad de procesamiento de información continúa en aumento,
aunque no de manera tan espectacular como en la tercera infancia. Aunque es posible que
su pensamiento siga siendo inmaduro en algunos sentidos, muchos adolescentes tienen la
capacidad de razonamiento abstracto y de sofisticados juicios morales; asimismo, pueden
planear de manera más realista para el futuro.

Cambio estructural

Los cambios estructurales en la adolescencia pueden incluir aumento en la capacidad de


procesamiento de información e incremento en la cantidad de conocimiento almacenado en
la memoria a largo plazo. Es posible que la capacidad de la memoria de trabajo, que
aumenta con rapidez en la tercera infancia, continúe aumentando durante la adolescencia.
La información almacenada en la memoria a largo plazo puede ser declarativa,
procedimental o conceptual. El conocimiento declarativo (“saber que…”) consiste de todos
los hechos que ha adquirido una persona. El conocimiento procedimental (“saber como…”)
consiste de todas las habilidades que ha adquirido una persona, como adquirir la capacidad
de multiplicar y dividir y de conducir un automóvil. El conocimiento conceptual (“saber
por qué…”) es una comprensión de, por ejemplo, por qué una ecuación algebraica sigue
siendo verdadera si se suma o resta la misma cantidad de ambos lados.

Cambio funcional

Los procesos para obtener, manejar y retener información son aspectos funcionales de la
cognición. Entre éstos se encuentran el aprendizaje, la rememoración y el razonamiento, los
cuales mejoran durante la adolescencia. Entre los cambios funcionales más importantes
están el incremento continuo en velocidad de procesamiento y un desarrollo adicional de la
función ejecutiva, que incluye habilidades tales como atención selectiva, toma de
decisiones, control inhibitorio de las respuestas impulsivas y manejo de la memoria de
trabajo.

Etapa piagetiana

Las operaciones formales

Los adolescentes entran en lo que Piaget consideraba como el más alto nivel del desarrollo
cognitivo (las operaciones formales) cuando desarrollan la capacidad de pensamiento
abstracto. Este desarrollo, que en general ocurre aproximadamente a los 11 años de edad,
proporciona una manera nueva y más flexible de manipular la información. La capacidad
para pensar en términos abstractos también tiene implicaciones emocionales.

El adolescente comienza a desarrollar hipótesis sobre una situación o problema específico


y diseña un experimento para someterlas a prueba. Considera todas las hipótesis que puede
imaginar y las examina de una en una para eliminar aquellas que son falsas y llegar a la
verdadera. El razonamiento hipotético-deductivo le da una herramienta para resolver
problemas, desde arreglar el automóvil de la familia hasta construir una teoría político.
¿Qué produce el cambio al razonamiento formal? Piaget lo atribuía principalmente a una
combinación de maduración del cerebro y a la expansión de las oportunidades ambientales.
Elkind: características inmaduras del pensamiento adolescente

Hemos visto cómo los niños avanzan de seres egocéntricos cuyos intereses no se extienden
más allá del pezón a convertirse en personas capaces de resolver problemas abstractos e
imaginar sociedades ideales. Sin embargo, en algunos sentidos, el pensamiento adolescente
parece extrañamente inmaduro. A menudo son groseros con los adultos, tienen problemas
para tomar decisiones sobre qué vestirán cada día y actúan como si todo el mundo girara en
derredor suyo. Según el psicólogo David Elkind (1984, 1998), tal comportamiento se deriva
de los intentos inexpertos de los adolescentes para utilizar el pensamiento de las
operaciones formales. Esta nueva manera de pensar, que fundamentalmente transforma el
modo en que se ven a sí mismos y a su mundo, es tan poco familiar como la nueva forma
de sus cuerpos y a veces se sienten igualmente incómodos utilizándolo. A medida que
ponen a prueba sus nuevas habilidades, es posible que en ocasiones se tropiecen. Según
sugiere Elkind, esta inmadurez del pensamiento se manifiesta en seis características:

1. Idealismo y tendencia a la crítica: A medida que los adolescentes imaginan un mundo


ideal, se percatan de qué tan lejano se encuentra éste del mundo real, lo cual achacan a los
adultos. Se vuelven extremadamente conscientes de la hipocresía; con la agudización de su
razonamiento verbal, se deleitan con revistas y artistas del entretenimiento que atacan a
figuras públicas con sátiras y parodias. Convencidos de que saben más que los adultos de
cómo manejar al mundo, con frecuencia descubren defectos en sus padres y otras figuras de
autoridad.

2. Tendencia a discutir: los adolescentes buscan de manera constante las oportunidades de


poner a prueba sus capacidades de razonamiento. Con frecuencia discuten a medida que
organizan los hechos y la lógica para defender, digamos, su derecho a quedarse más tarde
de lo que sus padres creen conveniente.

3. Indecisión: los adolescentes pueden tener al mismo tiempo muchas alternativas en su


mente y, sin embargo, carecen de las estrategias eficaces para elegir entre ellas. Es posible
que tengan problemas para decidirse incluso sobre asuntos tan sencillos como si deben ir al
centro comercial con un amigo o utilizar la computadora para trabajar en una tarea de la
escuela.
4. Aparente hipocresía: es frecuente que los adolescentes jóvenes no reconozcan la
diferencia entre expresar un ideal, como la conservación de energía, y hacer los sacrificios
necesarios para alcanzarlo, como utilizar el automóvil con menos frecuencia. La tendencia
a discutir (generalmente con los padres) es una característica típica del pensamiento
adolescente, según David Elkind.

5. Autoconciencia: los adolescentes en la etapa de las operaciones formales pueden pensar


acerca del pensamiento —el propio y el de otras personas—. Sin embargo, en su
preocupación con su propio estado mental, a menudo suponen que todos los demás están
pensando al mismo tiempo justo en lo que ellos están pensando: ellos mismos. Es posible
que una adolescente se sienta mortificada si viste “la ropa incorrecta” para una fiesta,
pensando que todos los demás deben estar viéndola de reojo. Elkind denomina audiencia
imaginaria a esta conciencia de uno mismo, un “observador” conceptualizado que está tan
preocupado con los pensamientos y conductas de la persona joven como ella lo está. La
fantasía de la audiencia imaginaria es particularmente fuerte en la temprana adolescencia,
pero persiste en menor grado en la vida adulta.

6. Suposición de singularidad e invulnerabilidad: Elkind utiliza el término de fábula


personal para denotar la creencia de los adolescentes de que son especiales, que su
experiencia es única y que no están sujetos a las reglas que gobiernan al resto del mundo
(“Otras personas caen en la adicción a las drogas, pero no yo” o “Nadie ha estado tan
profundamente enamorada como yo”).

Según Elkind, esta forma especial de egocentrismo subyace a muchos comportamientos


riesgosos y autodestructivos. Asimismo, tal como la audiencia imaginaria, la fábula
personal continúa en la adultez. Dice Elkind que la fábula personal es lo que persuade a
muchas personas a asumir riesgos cotidianos como conducir un automóvil, a pesar de las
estadísticas sobre mortalidad en accidentes viales.

Desarrollo del lenguaje

El uso del lenguaje en los niños refleja su nivel de desarrollo cognitivo. Los escolares son
bastante competentes cuando utilizan el lenguaje, pero la adolescencia trae consigo
refinamientos adicionales. El vocabulario continúa aumentando a medida que los materiales
de lectura se vuelven más adultos. Para los 16 a 18 años de edad, la persona joven
promedio conoce cerca de 80 000 palabras. Con la llegada del pensamiento abstracto, los
adolescentes pueden definir y analizar abstracciones tales como amor, justicia y libertad. Es
más frecuente que empleen términos como sin embargo, por el contrario, en todo caso, por
consiguiente, efectivamente y probablemente para expresar relaciones lógicas. Se vuelven
más conscientes de las palabras como símbolos que pueden tener múltiples significados y
se deleitan en utilizar ironías, juegos de palabras y metáforas. Los adolescentes también se
vuelven más hábiles en asumir perspectivas sociales, que es la capacidad para adaptar su
discurso al nivel de conocimiento y punto de vista de otra persona.

Teoría de kohlberg sobre el razonamiento moral

Kohlberg (1969) describió tres niveles de razonamiento moral, por tanto la adolescencia
debería ubicarse en el nivel III, denominado moral post convencional (o moral de principios
morales autónomos), en el cual se reconocen conflictos entre las normas morales y realizan
juicios con base en los principios de derecho, equidad y justicia, como lo hizo Nelson
Mandela durante su adultez. En general, la gente no llega a este nivel de razonamiento
moral hasta, cuando menos, la temprana adolescencia o, más comúnmente, en la adultez
joven, en todo caso.

Desarrollo psicosexual en la adolescencia

Muchas investigaciones sustentan la perspectiva de Erikson de que, para las mujeres, la


identidad y la intimidad se desarrollan de manera conjunta.

Conductas sexuales

La muchacha promedio tiene sus primeras relaciones sexuales para los 17 años de edad, el
varón promedio para los 16 años de edad y cerca de 25% de muchachos y muchachas
informan haber sostenido relaciones sexuales para los 15 años de edad (Klein y Committee
on Adolescence, 2005).
Bibliografía
Diane E. Papalia, S. W. (2009). Psicología del Desarrollo. México: McGraw - Hill.

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