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pasado, sino establecer principios que nos permitan justificar,
te de valor para el amante del arte, pues puede abrir sus senti_
ordenar y esclarecer nuestra interpretación'y upr".iuáio' d,i;; dos a aspectos
de la obra que otras teórfas, con diferente enfoque
hechos estéticos mismos. Y, como veremos, estos hechos resul- y
diferentes categorfas de discriminación, han pasado por aúo,
tan tener la propiedad curiosa, y cientfficamente reprensible, de subestimado
u oscurecido por principio.
ser constantemente alterados por Ia naturaleza de los principios La
diversidad de teorlas estéticas, empero, hace muy diffcil Ia
mismos que acuden a ellos .r, b,...u de sostén. En razón de que tarea
del historiador. No se trata sóIode que las reJpuestas a
muchos enunciados crfticos de ios hechos son asf parcialmente preguntas ,,¿eué
relativos aJa perspectiva de Ia teorfa dentro de la cual aparecen, concuerden.tales como "¿Qué es el arte?,, o es la póesfa?,, no
no son'verdaderos' en el estricto sentido cientffico d" q,-,e s'e
El hecho es que muchas teorfas del arte no pueden
apro*i- siquiera ser fácilmente comparadas, porque carecen de un terre.
men al ideal de ser verificables por cualquier ser humano inteli.
no comfin en el que puedan encontrarse y entrechocar. parecen
gente, cualquiera sea su punto de vista. Cualquier esperanza,
inconmensurables porque están enunciadas en términos diver.
por consiguiente, de que en Ia crftica se regue a ese acuerd.o
sos, o en idénticos términos con diversa significación, o porque
básico que hemos aprendido a esperar en las-ciencias exactas,
son pa-rte integrante de sistemas más amplios de pensamiento ,}
está condenada al desengaño que difieren en supuestos y en modo de opérar. como
Una buena teo-rfa crftica tiene, no obstante, cierta especie de es resultado,
diffcil encontrar en qué concuerdan, d-ónde discrepan y hasta
' validez propia, El criterio no es la verificabilidad cientffica de qué
es lo que se discute.
cada una de sus proposiciones, sino el alcance, precisión y cohe.
Nuestra primera necesidad, pues, es Ia de encontrar un siste-
rencia de Ias intuiciones que procura en las prtpiedades de ras ma
de referencias lo bastante simpie para ser fácilmente mane.
obras de arte separadamente y la adecuación con q,.r" Ju cuenta jable, pero
de las diversas especies de arte. Tal criterio, por.i.rto, justifi-
Io bastante flexible pa* que, sin violentarlos
indebidamente, traduzca o traspongá "o*o sobrá un solo plano en eI
cará no una sino cantidad de teorras váridas, tódas, en sus diver-
discurrir tantos conjuntos de enunclados sobre rt uri. .o-o ,.u
sos modos, autoconsecuentes, aplicables y relativamente
adecuadas posible. La mayorfa de Ios autores Io bastante intrépidos para
a Ia serie de los fenómenos estéticos; pero esta diversidad
no es acometer la historia de la teorfa estética han Iogrado ese ,esrl.
de deplorar. una lección que aprend.rrro. r.pu.uráá üni.toriu
tado traduciendo o trasponiendo los términos basicos de todas
de la crftica, en verdad, es Ia gran deudu q... tu""-or pura
con las teorlas a su propio vocabulario filosófico favorito, pero
la variedad de crrticas en eI pásado. contiariamerrteáta apre. procedimiento este
ciación pesimista de prall, esas teorras no han sido ociosas; al distorsiona indebidamente eI material sobre el que
s-e ejercita y simplemente multipJica las comptis¿si6nes
conürario, como concepciones operantes de ra materia, finaridad que quiére
desenredar. El método más promisorio es e[de aaoptari.rr,
y ordenación del arte, han sido grandemente eficaces
ma a las actividades de los artistas creadores. Hasta de una
en dar for_ m3 d-e anáIisis que evite imponer la propia filosofrá, "rqr..
utiiizando
filo. tal efecto aqueüas distinciones-craves que son ya comunes aI mayora
sofla estética tan abstracta y aparentemente académica como la
nfimero posible de teorfas comparablés, y Iuégo aplicar el esque-
de K¿nt, puede mostrarse que ha modificado iu ouru a" los poe-
ma prudentemente, siempre dispuesto a introdñcir ianüos
tas' En los tiempos modernos, las nuevas empresas en Ia litera- ulteriores distingos
como parezca necesario para el designio q.ra ." ti"rr" j
tura casi invariablemente han ido acompañadas por nuevos sen. ,i
i
ALGUNAS COORDENADAS EN LA CRfT]CA DEL ARTE
ran discrepado tan violentamente, nuestro acervo artfstieo hu- i;
;i
biera sido, sin duda, menos rico y diverso. ra-uion-ál hecho cuatro ;il
ffi,lun producto humano, un artificio, eI segundo elemento común la aisladamente, como un todo autónomo, cuyo significado y va'
W, es el artffice, el'artista'. Tercero, se supone que la obra tiene un Ior se determinan sin ninguna otra referencia fuera de ella mis'
ffii t".u o asunto. eI cual directa o indirectamente deriva de cosas ma.
ffii existentes; versa sobre.,. o significa o refleja algo que existe o Encontrar Ia orientación general de una teorla estética, empe'
ffi tiene alsuna relación con un estado de cosas objetivo. Este ter- ro, es apenas eI comienzo de un análisis adecuado, Para sÓIo
ffi, .rr elem"ento, ya sea que se sostenga o bien que consista en per- mencionar una cosa, esas cuatro coordenadas no son constantes
ffii ronu. y acciones, ideas y sentimientos, cosas materiales y acon- sino variables; eilas difieren de significación según sea Ia teorfa
ffi' t..irniántos, o en esencias suprasensibles, ha sido frecuentemente en que aparecen. Tomemos, co*o..n ejemplo, lo que he llamado
ffii designado por esa palabra equfvoca usada para toda cosa -la el universo. En cada una de las teorlas, los aspectos de Ia natu'
ffi)'naturaleza'-; pero permftasenos emplear en su reemplazo eI raleza que el artista se dice imita o es exhortado a imitar, pue'
ffi término más neutral y comprensivo, el'universo'. Como elemen' den ser particularidades o tipos, y pueden ser sólo los aspectos
m' to final, tenemos el'público'o'auditorio': Ios oyentes, espectado' bellos o morales del mundo, o también cualquier otro aspecto,
ffi' res o lectores a quienes la obra va dirigida o a cuya atención, de sin discriminación, Cabe sostener que el mundo del artista es eI
ffi todos modos, llega a hacerse disponible. de Ia'intuición imaginativa, o eI del sentido común, o el de Ia
ffii, Sobre este, andamiaje de artista, obra, universo y público, deseo ciencia natural; y de este mundo puede afirmarse que incluye o
ffi, desplegar las diversas teorfas para su comparación. Para desta' que no incluye dioses, brujas, quimeras e Ideas platónicas. Por l.i,lll
iil
ffi, car Ia artificialidad del dispositivo y al mismo tiempo facilitar Ia consiguiente, las teorlas que concuerdan en afirmar que eI uni' r::lltlli
ffi visualización de los anáIisis, séanos permitido disponernoslas cua- verso representado es Io que primordialmente rige toda Iegftima :,, I,i
ffi, tro coordenadas en un esquema adecuado. Atal efecto servi- obra de arte, pueden variar preconizando desde eI realismo más ,ll,l
'i'tri"'
ffi rá triángulo,
un con la obra de arte, Ia cosa que ha de ser expli' ajeno a todo compromiso hasta el más remoto idealismo. Cada i,l1,l
ffil cada, en el centro. uno de los otros términos, como veremos, varf a también a la vez rllltr
3lI
en significado y en funcionamiento, según sea Ia teorla crltica it1i¡
liil
ffi
fi'
uNI\rERSo
+
en que aparece, el método de raciocinio que el teórico, caracte-
rfsticamente, emplee y Ia explfcita o impllcita "visión del mun'
t ir,
iii;
do" de Ia cual esas teorfas son parte integrante
ffi iiirrl
f oBRA Serla posible, desde luego, imaginar métodos de análisis más
ff,z\r
r,
complejos que ya en una clasificación preliminar hicieran distingos
más sutiles.s Multiplicando los distingos, empero, agudizamos iliiri,li
H, aRTISTA PúIBLICo nuestra capacidad de discriminar a expensas tanto del fácil lill;il'
ffi,
manipuleo como de Ia posibilidad de amplias generalizaciones
fit Aunque cualquier teorfa razonablemente adecuada toma en iniciales. Para nuestro propósito histórico, eI esquema propues' liii;il
h. cuenta los cuatro elementos, casi todas ellas, como se verá, mues' to tiene Ia importante virtud de que,nos permitirá destacar eI :liii"r
fiL tran una discernible orientación hacia uno solo de ellos. Es de' {rnico atributo esencial que Ia mayor parte de }as teorfas de co'
ft cir, un crftico tiende a derivar de uno de esos términos sus prin- mienzo del siglo xlx tuvieron en com(tn: eI persistente recurrir
f cipales categorlas para definir, clasificar y analizar una obra de al poeta para explicar Ia natur aleza y criterios de Ia poesfa' Los
li arte, asl como }os criterios básicos conforme a los cuales juzga historiadores han sido recientemente aleccionados a hablar de ir
li s, vaior. La aplicaciÓn de este esquema analltico, por consiguiente,
un sutil y concienzudo análisis de las diversas teorfas críticas véase RICHARD
ordenará los intentos de explicar ia naturaleza y valor de una
3 Para
i' liiil
obra de arte en cuatro grandes grupos. Tres explicarán Ia obra McKEON, "Bases frlosóficas del arte y la critica", Critics and Criticism, Ancient and
it
d. arte, principalmente vinculándola con otra cosa: el universo, Modern, ed. R. S. Crane (Chicago, The University ofChicago Press, 1952). ,.'":.
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'romanticismos' sólo en plural, pero desde eI punto de vista que
aqul más interesa resulüa que hay una crltica distintivamente dijo, que podrfamos llamarlo, propiamente, imitador de lo gue
romántica, aunque no deje de ser una unidad dentro de la varie. -,
hacen.
dad. dije yo; entonc€s ¿llamas a é1, que es el te¡cero en d
-Bien,
cia de la naturaleza, un imitador?
la teorfa estética más primitiva, pero el de'mimesis' no es ya un De la afirmación inicial de que eI arte imita el mundo de las
concepto simple en los tiempos en que hace su aparición, registra. apaiiencias y no eI de la Esencia, se sigue que Ia obra de arte
da en los diálogos de Platón. Las artes de Ia pintura, la poesfa, Ia tiene un rango inferior en eI orden de las cosas existentes, Más
danza y Ia escultura, dice Sócrates, son todas imitaciones.a ,Imi- aún, desde que el reino de las Ideas es Ia sede suprema no sóio de
tación' es un vocablo ilativo, con el cual se infiere que hay dos ia realidad sino del valor, Ia determinación de que eI arte está
términos y alguna correspondencia entre ellos. Pero aunque en dos escalones distante de Ia verdad, automáticamente deja sen.
muchas de las teorfas miméticas posteriores todo aparece compren- tada su igual lejanfa de Ia belleza y del bien. A pesar de la com.
dido en dos categorlas, lo imitable y Ia imitación, el filósofo en los plicada dialéctica más exactamente, gracias a eIIa- Ia de
diálogos platónicos, muy caracterlsticamente, opera con tres cate- Platón queda como-o, una filosoffa de patrón único; pues todas las
gorlas, La primera es Ia de las Ideas eternas e inmutables; Ia cosas, el arte inclusive, son juzgadas por el único criterio de su
segunda, que refleja a aquéIla, es el mundo de los sentidos, natu- relación con las ideas mismas. Con esos fundamentos, el poeta
ral o artificial; y la tercera, que a la vez refleja a la segunda, es ineludiblemente eI competidor del artesano, eI Iegislador y el
comprende cosas tales como las sombras, las imágenes en el agua moralista; en verdad, cualquiera de éstos puede ser considerado
y los espejos, y las bellas artes. como más verdadero poeta, pues logra exitosamente esa imita.
En torno de esta regresión en tres estadios complicada ción de las Ideas que ei poeta tradicional intenta bajo condicio.
todavfa por varios distingos suplementarios, -Iuego
como también por nes que Io condenan aI fracaso. Asf, el legislador puede replicar
Ia explotación de Ia poiisemia de sus términos claves- platón a los poetas que buscan sei admitidos en su ciudad:
entreteje su deslumbrante dialéctica,5 Pero de los cambiantes
argumentos emerge un modelo que se repite, ejemplificado en el Los mejores entre los ext¡añ.os... también nosotros, conforme a nues.
famoso pasaj e del décimo iibro de La Repúbtlco. Discutiendo la tra capacidad somos poetas trágicos y nuestra tragedia es la mejor y la
naturaleza del arte, Sócrates deja sentado que hay tres camas: más noble; pues todo nuestro Estado es una imitación de Ia vida mejor
Ia idea que "es la esencia de Ia cama" y ha sido hecha por Dios, y más noble, que, afirmamos, es la verdád de Ia tragedia. Vosoüros
Ia cama hecha pon el carpintero, y Ia cama que se encuentra en sois poetas y [osotros somós poetas... rivales y antagonistas en el más
una pintura. ¿Cómo llamaremos al pintor de esa tercera cama? noble de los dramas...7
aRepública (trad. Jowert) x, 596-7; Leyes,11,667-8, VII, 8I4-16. Y Ia pobre opinión acerca de Ia poesla, a secas, a que nos ve.
5véase RICHARD McKEoN, "La crítica literaria y el concepto de imitación en la Anti- mos constreñidos sobre la base de su carácter mimético no hace
güedad", critics and crit¡cism, ed. crane, pp. 141-9. El artículo pone de manifiesto los
sino confirmarse cuando Platón señala que sus efectos sobre ios
múltiples cambios en el uso del término "imitación" en platón que han hecho de trampa
para muchos comentaristas posteriores con tanto éxito como antaño lo hicieron frente a 6
República, x, 591.
los espíritus irreflexivos que se enredaba,n en controversias con Sócrates. 7
Leyes, VII,817.
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oyentes son malos porque eIIa representa las apariencias más imitación y la manera narrativa o mixta por ejem.
que las verdades y nutre los sentimientos antes que Ia razbn; o plo- -dramática,
en la que Ia imitación se realiza. Mediante Ia sucesiva uti.
cuando demuestra que el poeta, al componer (como Sócrates, lización de esos distingos en objeto, medios y manera, logra por
engatusando al pobre obtuso Ion lo lleva a admitir) no puede fiar. primera vez aislar la poesla de las otras formas de arte, y iuego
se de su arte y sus conocimientos sino que debe esperar eI soplo diferenciar los varios géneros poéticos, tales como epopeya y dra.
divino y la pérdida de su sana razón.8 ma, tragedia y comedia. Cuando enfoca el género tragedia, el
Los diálogos socráticos, pues, no contienen una estética pro. mismo instrumento analftico es aplicado a la discriminación de
piamente dicha; ni la estructura del cosmos de Platón ni la ar. las partes que constituyen eI todo individual: argumento, perso-
mazón de su dialéctica nos permiten considerar su poesfa como najes, pensami.ento, y asl sucesivamente. La crftica de Aristóteles,
poesfa es: como una clase especial de productos que tenga por consiguiente, es no sólo una crftica del arte en cuanto arte,
-estocriterios y razones
sus propios de ser-. En los diálogos hay una independiente de la polftica, el ser y la moralidad, sino también
sola dirección posible y una sola cuestión: eI perfeccionamiento de la poesfa en cuanto poesf a, y de cada clase de poema según Ios
del estado social y de Ia situación del hombre, asf el problema criterios apropiados a su particular naturaleza. Como resultado
del arte nunca puede separarse de los problemas de la verdad, Ia de este mod,us operand.i, Aristóteles ha legado un arsenal de ins.
justicia y la virtud. "Pues grande es la alternativa que se juega trumentos para el análisis técnico de las formas poéticas y sus
Sócrates aI concluir su discusión sobre ia poesfa en La elementos que desde entonces se ha mostrado siempre indispen.
-dice
República- (más grande de lo que parece): saber si el hombre sable a los crfticos, por diversos que hayan sido los usos a que
ha de ser bueno o malo".e esos instrumentos se aplicaran.
Aristóteles, en la Poética, también define Iapoesfa como imita. Una cualidad saliente del,a Poético es el modo como considera
ción. "La poesfa épica y Ia tragedia, como también la comedia,..Ia una obra de arte en varias de sus relaciones externas, asignando
poesla ditirámbica y Ia mayor parte de la música para flauta y a cada una su debida función como una de Ias 'causas' de Ia
para lira son todas, consideradas en conjunto, modos de imita- obra. Este modo de proceder da por resultado una amplitud y
ción"; y "los objetos que eI imitador representa son acciones...".r0 una flexibilidad que hacen que dicho tratado se resista a una
Pero Ia diferencia entre el modo en que eI término'imitación' clasificación expeditiva en uno cualquiera de los tipos de orien.
funciona en Aristóteles y en Platón distingue radicalmente su tación. La tragedia, por ejemplo, no puede ser enteramente d.efi,
consideración del arte. En Ia Poétíca, como en los diálogos plató. nida ni puede entenderse Ia totalidad de los determinantes de su
nicos, el término implica que una obra de arte se construye ajus. construcción sin tener en cuenta el efecto que Ie es propio sobre
tándose a modelos anteriores que están en Ia naturaleza de Ias su auditorio: el iogro dei especffico'placer trágico', que es "el de
cosas, pero desde que Aristóteles ha descartado ese otro mundo la piedad y el terror".lI Es patente, empero, que el concepto mi-
de las Ideas-arquetipos, no hay ya nada humillante en ese he- mético de Ia obra a un asunto o cosa que imita-
cho. EI vocablo'imitación' se convierte, asimismo, en un térmi- -la referencia
es primordial en el sistema crltico de Aristóteles, aunque sólo
no especffico para las artes, que las distingue de todo Io demás fuera un primus inter pares. Su caracterización como una imi-
que hay en el universo, ]iberándolas con ello de la rivalidad con tación de acciones humanas es lo que define a las artes en gene.
Ias otras actividades humanas. Más aún, en su análisis de las ral, y la clase de acción imitada sirve como una d'e Ias diféren-
bellas artes, Aristóteles introduce a Ia vez discriminaciones su- ciales importantes de una especie artf stica. La génesis histórica
plementarias segrln sean los objetos imitados, eI medio de la del arte es referida aI natural instinto humano de imitar y la
natura] tendencia a encontrar goce en el ver imitaciones. Hasta
E
República, x, 603-5; Ión, 535-6; cf. Apologia, 22. la unidad esencial inherente a cada obra de arte se fundamenta
e República, x,608. miméticamente, desd.e que "una imitación lo es siempre de una
t0 Poétlca (trad. Ingram Bywater) l,1447
a,"1448 a. Sobre la imitación en la crítica dé
Aristótéles, véase MoKEON, "El concepto de imitación", op. c¡t., pp. 160-68. tt Poética,6, 1449 b,14, t453 b.
61
ixt
(1769), Londres, 1824, PP' 6'7, 178. 1931), pp. 140 ss.
I' 107' ¿ LESSING, Laokoon, ed. W. G. Howard (Nueva York, 19l0), pp. 23'5' 42.
rs "Originalidad", Gleanlngs (Londres), 1785' 109'
63
estéticos mediante una lógica inductiva que deliberadamente se dose en que éstos se asemejan a Io que denotan y aquellos son signi.
opone a Ia de Batteux. No obstante eIIo, Lessing, como Batteux, ficativos sólo por convención. ÚInicamente las obras en que Iase.
llega a Ia conclusión de que la poesfa, no menos que la pintura, es mejanza entre la copia y el objeto es a la vez 'inmedtata' y'obvia',
imitación. La diversidad de esas artes se sigue de sus diferencias dice Twining, pueden designarse como imitativas en sentido estric.
en los medios, lo cual impone necesariamente diferencias en los to. La poesfa dramática, por consiguiente, en que imitamos el ha-
objetos que cada una es capaz de imitar. Pero, aunque Ia poesfa bla con el habla, es Ia sola especie de poesfa que es imiüación propia-
consiste en una sucesión de sonidos articulados en el tiempo an. mente dicha; Ia música debe ser eliminada de la lista de las artes
tes que en formas y colores fijados en el espacio, y, por consi- imitativas; y concluye diciendo que ia pintura, la escultura y las
guiente, no viéndose iimitada como la pintura a un momento es. artes del dibujo en generai son "las solas artes'obvia'y'esencial.
tático aunque grávido, su fuerza especial es la reproducción de ia mente' imitativas".26
acción progresiva. Lessing reitera por su parte la fórmuIa consa. Ei concepto de que el arte es imitación, pues, jugó un papel
bida: Ia Nachahmung* es también para el poeta el atributo "que importante en la estética neoclásica; pero un examen pormeno.
constituye la esencia de su arte".23 rizado muestra que en muchas teorfas no jugó el papel dominan.
A medida que el siglo avanzaba, diversos crlticos ingleses empe- te. EI arte, se decla comúnmente, es una imitación, pero una
zaron a escudriñar muy de cerca el concepto de imitación y termi- imitación sólo instrumental, enderezada a producir efectos so,
naron por hallar (contra la opinión de A¡istóteles) que las diferen- bre un auditorio. Prácticamente cabe afirmar que la casi unani.
cias en los medios entre las artes eran tales que inhabilitaban para midad con que los crfticos postrenacentistas alabaron y se hicie-
clasificarlas como miméticas en cuaiquier sentido estricto, salvo ron eco dela Poético de Aristóteles es engañosa. El foco del inte-
unas pocas. La tendencia puede concertarse en unos pocos ejem- rés habfa cambiado, y, en nuestro diagrama, esta úItima crftica
plos. En 17 44, James Harris todavf a, en el Discu rso sobre música, se orienta primordialmente no de la obra aI universo, sino de Ia
pintura y poesía afirmaba que Ia imitación era común a las tres obra al público. La naturaleza y consecuencias de este cambio de
artes, "Concuerdan en ser todas miméticas o imitativas. Difieren dirección está claramente indicado por la primera obra clásica
en que imitan por medios diferentes..."24 En 1762, Kames declara- de Ia crltica inglesa, escrita allá por los comienzos de Ia década
ba que "de todas las bellas artes sóIo Ia pintura y Ia escultura son de 1580, la Apología de la poesía de Sir Philip Sidney.
por su naturaleza imitativas"; Ia mfisica, como Ia arquitectura, "es
productiva de originales y no copia de la naturaleza"; mientras el
lenguaje copia de Ia naturaleza sólo en aquellos casos en que "es 3. LAS TEORÍAS PRAGMATICAS
imitativa del sonido o eI movimiento".26 Y hacia 1789, en dos diser.
taciones ceñidamente razonadas que preceden a su traducción de "La Poesfa, por consiguiente [decfa Siduey], es un arto de imitación,
Ia Poética, Thomas Twining confirmaba ese distingo entre las ar. pues asf Ia llama Aristóteles con Ia palabra mimemis, os decir, un
tes cuyos medios son " jcónicos" (segrln la ulterior terminologfa de representar, remedar o figurar hablar motafóricamente-, una
Charles Morris, el especialista en semiótica, de Chicago**), basán- pintura que habla, con este fin: -para
ensetrar y deleitar". 27
xvlu). 27SIR PHILIP SIDNEN 'Una apología de la poesía", Elizabethan Critical Essays, ed. G. ,
ri
" [Autor, entre otros trabajos de semiótica o teoría de los signos, del titul¿do Fundamen- Gregory Smith (Londres, I904), I, 158.
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tss t, l5g. simplemenffiffi;¡'l*:S:"it'*il:;ilT simplemente como
de Ia poesta'
pue§ tvvv¡¡r¡v-'--entls
liopósito principal un medro o-e oar prauv! "§
de edad
FJá';;t;;"
mofan de Io
7s
Ls lbid.,
lb¡d 't'
201' (r' 167-
jóvenes aristócratas' e '
z, Ibid.,159, 161-4, 171'80'
I, de que la hisloria ;;;;;."";il#;;los
uer enunciado de Arisróreles
30 véase por ejemplo, r. rrro""*,
8)ydeque,*::,::r:,I:*r."'"}il:;;;*rx::nfl,JjH'*;']]],ñ,¿,II,xxviii.111-
el cauua¡,-- '--'.- al " - op'cit'' 9' !'lt73'
cit" e' €spec¡aoor
€spectsdor 5'
v su distorsión del térmtno oP'
ñrre- un Doema mueve
;;'";;";" rnueve " -- :-
;::::::# -^^-r^ áa imitación",
de imitación",
-*-t
acción moral
po, rn po".iu- p"ro.¡gnir,lrr-";;;,,.
practicar 1P' 171)' .65
que no contiene una lección servicial".ss pero prod,esse y
d.electare, Que las reglas sirven para especificar los medios de lograr esa
enseñar y deieitar, juntamente con otro término introducido {
finalidad en detalle:
desde la retórica , rrtot)ere, conmover, sirvieron por siglos para
reunir bajo tres acápites Ia suma de los efectos estétióos sobr" Habiendo mostrado asl que Ia imitación gusta, y por qu6 gusta en
el lector. El equilibrio entre esos términos se alteró con el co.
ambas artes, se sigue de ello gue algunas reglas de imitación son
rrer del üiempo. Para la abrumadora mayorla de los crfticos dei necesarias para obtener esa finalidad; pues sin reglas no puede haber
Renacimiento, como para sir philip sidney, el efecto moral era arte, como no podrfa haber casa sin una puerta que os conduzca a su
el objetivo supremo, al que ei deréite y rá emoción servfan de in te ri or.36
auxiliares. Desde los tiempos de los ensayos crfticos de Dryden,
a io largo del siglo xvrrr, el piacer tendió a convertirse en el fin
Poner el acento en las reglas y máximas de un arte es con
supremo, aunque la poesfa si¡ enseñanza provechosa era a menudo
natural en toda crlüica que se funde en ras demandas del audito-
considerada trivial, y el moralista optimista crefa, con James rio, y sobrevive hoy en las revistas y manuales consagrados a
Beatty que, si la poesfa instruye, ólla gusta tanto más efi. enseñar a los autores noveles "cómo escribir cuentos quá a" ,r..-
cazmente. sa
dan". Pero estos iibros de reglas, fundados en er más úajo com(rn
Puesto que miraba el poema como un ,hacer,, como un artifi- denominador del moderno público comprador, son sólo groseras
cio para llegar al auditorio, Ia crftica tfpicamente pragmática caric-aturas de los complicados y sutilmente razonadoJideales
abunda en formulaciones acerca de los métodos neoclásicos de Ia artesanla literaria. A Io largo de Ia primera
artesanfa u oficio del hacer" como la llamaba Ben -Ia'"haiilidad,
Johnson- para parte del siglo xvru el poeta podfa reposar.o.rfiudu-ente en eI
Iograr los efectos deseados. Esos métodos, tradiciorrui-Lrrt" .o. gusto experimentado de expertos conocedores que constitufan
nocidos bajo el término de poeszs o 'arte' (en frases tales como ,,el ei
Iimitado cfrculo de los lectores, sea que ellos fulran ios ro*anos
arte de la poesfa") son formulados como preceptos y reglas cuya contemporáneos de Horacio bajo el Emperador Augusto, o Ios de
garantfa consiste o en que se derivan de las cualidádesrde obras
vida en la corte papal de León x, o ros compañerosóortesanos de
cuyo éxito y larga supervivencia han probado su adaptación a Ia
Sidney bajo Isabei, o el auditorio Iondinense de Oryden y pope;
naturaleza humana; o de otro modo, porque están fundados di- mienúras, en teorfa, aun las voces d"e }os mejores
l
l
rectamente en las Ieyes psicorógicas que gobiernan las reaccio- ¡ulces estaban
subordinadas a Ia voz de Ios siglos. Argunos crrtióos neoclásicos
,¿
'I
nes de los hombres en general. Las réglas, por ende, son inhe,
estaban, además, seguros de que laJregias del arte, aunque I
rentes a las cualidades de cada obra de arte excelente y, extraf.
empfricamente derivadas, recibran validación suprema de su 4
t
das_y codificadas, sirven por iguar para guiar ai artiÁta en su
conformidad con aquella estructura objetiva de normas cula exis.
quehacer y a los crlticos para juzgar cualquier futura prod.,c.
tencia nos garantíza eL orden racional y la armonfa del univer. ,i
ción. "Dryden a el Dr. Johnion- p,,"d" se, prof á-".t"
-decf so. En sentido estricto, como dice John bennis haciendo explfci-
considerado como eI padre de la crltica ingresa, .oÁo escritor
.:l
rd
to Io que a menudo iba implfcito, Ia naturaleza "no es nada más
que por primera vez nos enseñó a determinar conforme"l §i
a princi- que la Regla y el Orden, y la Armonfa, que encontramos 't
.ii"
pios el mérito de las composiciones".85 El método ¿. en Ia
nlvJ"l, pu"u Creación Visible"; asf, pues, ,,la poesla, que es una imitación de .tl
establecer esos principios era dar por sentado que ia poá.f",
la Naturaleza" debe mostrar ras mismai propiedad.r. io, ..-
la pintura, tienen una finalidad que es d.eleitar; qu"iulÁltación
"o*o nombrados maestros de los antiguos no escribieron
de Ia naturaleza es el medio general para alcanru, .ru finatidad;
33
para gustar a una tumultuosa y transitoria asamblea, o a un puñado
HoRAclo, Ars Poetica, trad. E. H. Blakeney, enLiterory criticism, prato to Dryden, ed.
Allan H, Gilbert (Nueva York, 1940), p. 139. s6
xa
"Paralelo de Ia poesía y la pintura"
(t69s), Essays, ed. w. p. Ker (oxford, 1926), II, I3g.
Essays on Poetry and Music (3. ed., Londres. 1779), p. 10.
rr "Dryden", Lives of the Véase HOYT TROWBRIDGE, "El rugar de ras rogras en la crrtica do Dryden,,, Modern
English poets, ed. Birkbeck Hill (Oxford, 1905),. I,410.
Philosophy, XLIV (1946), 84 y ss.
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(1943),450
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Pero para apreciar el poder de esclarecimiento de que un prag- to observador del mundo inanimado... Shakespeare fue-
mabismo crftico refinado y flexible es capaz, debemos volvernos, -tanto
ra la vida como Ia naturaleza de su tema ocasional-, ¡n-ostró
de esos sistematizadores abstractos de métodos corrientes a un Ilanamente que habla visto con sus propios ojos,,."4 Pero, Johnson
crftico práctico como Samuel Johnson. La crltica Iiteraria de también alega: "La finalidad dei escribir es instruir; Ia finalidad
Johnson presupone eI aparato de estimativa crltica que acabo de de la poesla es instruir deleitando".as A esta función de Ia poesfa
exponer; pero Johnson, que desconffa del teorizar rlgido y abs. y al demostrado efecto de un poema sobre su auditorio Johnson
tracto, aplica el método apelando constantemente a los ejemplos les otorga prioridad como criterio estético. Si un poema no Iogra
literarios especificos, con deferenbia para las opiniones de otros gustar, cualquiera sea su carácter en otro sqntido, como obra de
Iectores; confiado, en definitiva, en sus propias reacciones de experto arte no es nada; aunque Johnson insiste, con un moralismo em-
frente aI texto. Como resultado, Ios comentarios sobre poetas y pecinado que debe haber parecid.o algo pasado de moda ya a sus
poemas de Johnson han proporcionado persistentemente eI pun. contemporáneos, en que debe gustar sin violar las normas de Ia
to de partida para Ios crfticos posteriores, cuya pauta valorativa verdad y la virtud. Ajustándose a ello, Johnson discrimina en
y juicios particulares difieren radicalmente de Ios de aquéL Como Ias piezas de Shakespeare aquellos elementos que fueron intro'
ejemplo del proceder de Johnson, que es especialmente intere. ducidos como atractivos para los gustos locales y pasajeros del
sante porque muestra cómo Ia noción de imitación de la natura. auditorio un tanto bárbaro de su propio tema ("sabfa
Ieza es coordinada con eI juicio de la poesfa en términos de su Johnson- cómo gustar más")aa, separándolos de aquellos-dice otros
finalidad y sus efectos, considérese ese monumento de la crftica elementos apropiados a los gustos de los lectores comunes de to-
neoclásica, su Prefacio a Shahespeare. dos los tiempos. Y desde que, tratándose de obras "que apelan
Johnson se propone en elPrefacio fijar eI rango de Shakespeare enteramente a la observación y Ia experiencia ninguna otra prueba
entre los poetas, y para hacerlo se siente Ilevado a valorar las puede ser aplicada sino Ia longitud de Ia duración y Ia continui.
capacidades nativas de Shakespeare comparándolas con eI nivel dad de Ia estima", Ia larga supervivencia de Shakespeare como
general de gusto y refinamiento de Ia corte isabelina, y a mediar poeta "lefdo sin ninguna otra razón que eI deseo de placer"; tal es
esas capacidades, a su vez, "por su proporción con la capacidad Ia mejor demostración de su excelencia artlstica. Johnson expli-
general y colectiva del hombre".4l Pero, desde que las fuerzas y calaraz6n de esta supervivencia apoyándose en el principio sub.
excelencias de un autor sólo pueden inferirse de la naturalezay sidiario de que "nada puede gustar a muchos y gustar largamen-
excelencia de Ias obras que realiza, Johnson se encamina a un te sino precisamente aquello que comporta representaciones de
examen general de Ios dramas de Shakespeare. En esta aprecia- naturaleza general". Shakespeare exhibe las'especies' eternas
ción sistemática de las obras mismas, encontramos que Ia mi- del carácter humano, movido por "esas pasiones y principios ge-
mesis conserva para Johnson, en cierüa medida, su autoridad nerales por los que todas las almas son agitadas"4s De tal modo,
como criterio. Repetidamente Johnson proclama: "por eIIo es ex- la excelencia de Shakespeare consistente en sostener el espejo
celencia de Shakespeare que su drama resulte el espejo de Ia frente a Ia naturaleza en general, resulta, a Ia larga, justificada
vida"; y de Ia naturaleza inanimada también, pues "fue un exac. por el criterio superior del atractivo que esa proeza gana en los
gustos perdurables deI púbIico Iiterario general.
infiere, del hecho de que la finalidad de la poesía es el placer, que es deber del poeta "dar Cantidad de observaciones individuales y juicios de Johnson
brillo y adornar" la realidad, y dibujarla "en las formas más cautivantes" (Idea de la Poesía muestran cómo juega Ia controversia entre los dos principios de
Universal, Works, ll,8). Para los ñnes de una investigación especializada sobre .las pruebas la naturaleza del mundo que el poeta debe reflejar y Ia naturaleza
,l
del plagio entre los poetas, el propio Hurd, en otro ensayo, cambia de fundamentos y, como :ll
Batteux, parte de la definición de la poesía como un& imitación, rnás específic¿mente, de 4z lbid., pp. 14,39. Cf. I1,31,33,37,etc. I
;l
a3
un¿ imit¿ción "de las formas más bellas de las cosas" (Discurso sobre la imit¿ción poética, lbid., p. 16. $
il
70
Las fuentes, detalles y resultados históricos de esta reorien. en las normas crfticas el advertir que para Mill el argumento se
tación de la crltica han de ser el principal asunto del resto de este convierte en una especie de mal necesario. Un poema épico,,en
Iibro. Pero ahora que ya se tienen frescos en la mente algunos de Ia medida en que es épico (es decir narrativo).., no póesfa en
los hechos, en sus comienzos, séame permitido indicar!ué ocu. absoluto", sino sólo una armazón adecuada para ra mayor"s
rrió con los elementos caracterfsticos de la crrtica tradicional en djver.
sidad de pasajes genuinamente poéticos; y en cuanto áI interés
Ios ensayos ¿Qué es la poesía? y Las d,os clases d.e poesía, escritos por el argumento y la narración "nada más que como narración",
por John Stuart Mill en 1838. Mill se apoyaba, en gran parte, en él caracteriza a los estadios más rud.os de ra sociedad, a los niños
el "Prefacio" de Wordsworth a las Baladas líricas, perá e, lós treinta y a "los más huecos y triviales" entre ios adultos civilizados.sr
años transcurridos la teorla expresiva habfa ido desprendiéndose De modo similar ocurre con las otras partes; en m{rsica, pintu.
de la malla de reservas y restricciones en que wordiworth Ia ha. ra, escultura y arquitectura, MiIl distingue entre lo que ei "sim.
bla envuelto cuidadosamente y se habfa labrado su propio destino ple imitación y descripción" y aquello q.re "e*presa el sentimien.
sin impedimentos. I,a lógica de Mill al contestar la piegunta,,¿eué to humano" y es, por consiguiente, poesfa.62
es Ia poesfa?" no es Ia lógica more geontetrico.o.nó lul" Batteux, 2) La espontaneidad corno criterio. MiII acepta el venerable
ni tiesamente formalista como la de Richard Hurd. No obstante supuesto de que la susceptibilidad emotiva de un hombre es.in.
ello, su teorfa resulta estar tan rfgidamente fundada en un prin- nata, pero su conocimiento y su habilidad
cipio central como las de aquéllos; pues cuaresquiera sean las pre. ridos. -su arte- son adqui-
tensiones de empirismo de Miil, su supuesto inicial sobre la natu- sobre esta base, distingue los poetas en dos clases: los poetas
raleza esencial de la poesfa permanece continua, aunque silencio- que han nacido tales y los que se han hecho, o sea poetás ,por
samente, operante al seleccionar, interpretar y ordenar Ios he- natura' los poetas'por cultura'. La poesfa natural eJidentifica.
chos que han de ser explicados. ble porque es "el sentimiento mismo que emprea ei pensamiento
La p:oposición primordial de Ia teorfa de Mill es ésta: La poe_ sóIo como medio de exteriorizarse',; del otio lado, Ia poesfa de
sla "es la expresión o exteriorización del sentimiento".s0 La expltra. "una mente cultivada pero no naturalmente poética" Áe escribe
ción de los datos de la estética desde ese punto de partida lleua, con "un propósito definido", y en ella el pensamiento permanece
entre otras cosas, a las siguientes alteraciones drásticas en los como el objeto conspicuo, aunque rodeado por "un haio de senti.
grandes Iugares comunes de la tradición crltica: miento". De ello resulta que la poesfa natural es "poesfa en un
l) Las formas poéticas. Mill reinterpreta e invierte las j erar- sentido mucho más elevado que cualquier otra; desde que... aquello
qufas-o rangos de Ias formas poéticas. Como Ia más pura expre- que constituye Ia poesfa, el sentimiento humano, entra mucho
sión del sentimiento, Ia poesla lfrica es ,,más eminente y pecu. más allá en ella que en la poesfa de cultivo o cultura". * Entre los
Iiarmente poesfa que cualquier otra...,,. Las demás formas pre, modernos, shelley representa el poeta nato y word.sworth eI poe.
sentan todas aleaciones con elementos no.poéticos, sean descrip. ta hecho; y con inconsciente ironfa Mill vuerve er criterio propio
tivos, didácticos o narrativos, que sirven meramente como oca. de wordsworth, "el espontáneo desborde del sentimiento" óontra
sión adecuada para Ia exteriorización de sentimientos, sea por su padrino. La poesfa de wordsworth "tiene poco, ni siquiera las
parte del poeta o por sus inventados personajes. para Aristótéles apariencias de la espontaneidad: eI pozo no está nunca tan lleno
ia tragedia habf a sido la forma más alta de la poesfa y el argu. que desborde".53
mento, que representa la acción que ha de ser imitada, exa su
'alma';'y por su parte la mayorfa de los crfticos neoclásicos ha.
't Ib¡d., pp. 228, 205-6, 213, 203-4.
bfa concordado en que se los juzgue por la grandeza del 52
lbid., pp.2Il-17.
asunto o del efecto- Ia-ya epopeya y la tragedia son ei rey y la * [El juego dicotórnico de Stuart Mill, por lo demás, tiene muchos antecedentes entrc los
reina de las formas poéticas. sfrvanos de fnd.ice de Ia revoiución que caben tas parejas 'juglarla' i 'clerecia', poesla 'clÁsica' y poesía .popular', poesra
'ingenua' y poesía 'sentimcntal', etc.l
t0 Early Essays by John Stuart Mill, ed. J. W M. Gibbs (Londres, 1897), p. 208. t' Ibid., pp. 222-3t.
71
3) El mund.o externo. En ra medida en que una producción
el paralelo entre el pasaje que antecede y un famoso comentario
literaria imita simplemente ros objetos, no es poesfa en absoluto.
de T. S. Eliot:
como resultado, la referencia de Ia poesla al universo externo
desaparece en Ia teorla de MiIt, en ia medida en que los
"*.rpto El rlnico modo de expresar ra emoción en forma de arte es encontrar
objetos sensibles puedan servir como estfmulo';" á.r.i" para ia
ge.neración de poesfa", y además, "Ia poesfa no un "correlativo objetivo"; er otras palabras, un conjunto de objetos,
está en eiobjeto una situacióD, una cadena de acontecimientos que serán Ia fórmula
mismo", sino en "el estado de ánimo,i con que ur.á"I.*pluao.
de esa particular emoción: tales que, cuando los hechos externos,
cuando un poeta describe un león "está describiendo, á.tiu.ru- que
deben terminar eu experie¡cia sensorial, sean dados, la
damente, un león, pero en realidad ei estado a" .*.liu.rón emoción sea
del inmediatamente evocada.6?
espec.tador", y la poesfa han de ser fieles al ob¡eio.lrro,,u lu
emoción humana".sa Divorciados, de tar mod.o,"o d"i Áu"do exüer.
4) El auditorio. No menos drásüico es el destino
no, los objetos significador po, ,n poáma tienden a ser del auditorio.
conside- según Mill, "la poesfa es sentimiento, confesión de uno mismo
rados como nada Oye un equivalente proyectado _sfmbolo a
1ás
extenso y articulado- del estado interno de Iá mente
uno mismo en momentos de soredad..,". Er auditorio
der f oeta se
der poeta. reduce a un sólo miembro, eI poeta mismo, ,,Toda po".ti_puru
La qoesfa, dice Mill, en una frase que se anticipa a T. E.
Hulme decirlo con sus palabr,as- es por naturaleza
y echa los cimiento.s teóricos_paru [u práctica JJiriq"io.', Er
de tos sÍmbolistas,
desde Baudelaire hasta T, s-. Eriot, "toma cuerpo en
objetivo de producir efectos so-bre,otros hombres, ",, q";;;; sigros
sfmbolos habfa sido el carácter d.efinitorio de] arte de ra poesiu,
qug sgn ia representación más aproxi*ada posibie
del sentimiento ve precisamente para la función opuesta: descaiifica
ii,oru ,ir-
en la figura exacta con que existe en la mente d.el poeta,,.65 á ,rn porrrru
Tennyson, d.emo_st¡ando que se trata de retóiica. Cuu"ao
escribió MiIl en una recensión de los primero. po.,,r. J á"
descuell-a en "la pintura de escenarios en el más alto
del poeta, sión del poeta ".t" expre-
sentido del
término"; y éste es
en sl mismo el fin, sino un medio pa¡a un fin _esto
es, por los senti-
mientos que él expresa obrar sobre ros sentimientos o sobre
no eI simplo pocler de producir esa espec)e de composición ras creencias
algo insl- o Ia voluntad de otro-, cuaudo la expresión de esas
pida que usualmente se IIama poesfa descriptiva..., emociones... va
sino el poder de tenida también por ese propósito, por ese deseo de
'crear'el escenario manteniéndoro unido a algrrn estado bacer impresión
der senti- sobre otra mer¡te, e¡ltonces cesa d.e ser poesfa y
miento humano; tan adecuado a él como para ser su se convierte en elocuen-
sfmbolo corpo- cia.68
rizado, y condensar er estado de sentimiento mismo con
una fuerza
tal que nada podrla sobrepasarlo no siendo la realidad.66
Háy, en verdad, algo singularmente fatal para el auditorio
_ en
el punto de vista romántico; o, en términos áe causalidad
Y como una indicación del grado en que las innovaciones histó.
de rica, podrfa conjeturarse que ra desaparición de ,r,, ,tüti.o
los románticos persisten comó Iugares comunes de
los crfticos f
tor homogéneo y capaz de discriminar fomentó una'.rii*u
t".-
modernos de aquellos que piofesan fundar.r, i.oriu, .o. q,-l.,
-aúnanti'románticós-, por principio, disminufa la importancia del auditorio I
bre principios adviértase cuán Iamativo como fac,
es tor determinante de la poe.ia y deI varor poético. toaarta rl
.,!
ffi
,E
y en que cada uno de sus poemas 5. LAS TEORfAS OBJETiVAS.
'iiti.nu sino para los hombres",
,:poetas
un propósito digno"; aún asl resulta que eI placer y el
pror..tro del áuditorio es una consecuencia automática del'es' Todos los tipos de teorfa hasta ahora caracterizados, en sus apli'
que las caciones prácticas condescienden a ocuparse de Ia obra de arte
ionten.o' desborde de sentimiento del poeta, siempre hayan en sf, de sus partes y sus mutuas relaciones, sea que Ias
premisas
apropiadas asociaciones de pensamientos y sentimientos y valorados se
afir' sobre las .rul"s esos elementos son discriminados
si¿o reatlradas de antemano por el poeta'5e Keats, empero' mundo
, maba rotundamente: "Yo nunca escribl una llnea de poesla con ,.fi"run primordialmente al espectador, al artista o aI
una sombra siquiera cle pensamiento en el público".60 "IJn poeta exterior. irero hay también un cuarto modo de proceder, Ia "orien-
es un ruiseñor shelley- que se posa en Io oscuro y can' tación objetiva,,, que en principio mira Ia obra de arte aislándola
-según de todos ósos puntos de referencia externos, Ia analiza como
una
,iu puru aiegrar su propia soledad con dulces sones; sus oyentes relacio'
por Ia melodla de un músico invisi' entidad autosuficiente constitulda por sus partes en sus
i.or, .o*o hómbres árrobados
,'bI....'ut Para Carlyle, el poeta reemplaza por entero al auditorio nes internas y se propone juzgarla sóIo segírn criterios intrlnse'
generador de normas estéticas. cos a su propio modo de ser'
omo
Este punio de vista ha sido comparativamente laro en Ia crl'
En suma, el Genio tiene privilegios que le son propios; elige una órbi'
tica liteiaria. EI hnico intento temprano de análisis de una for'
ta por sf mismo; y por excéntrica que fuere, si es en verdad una órbita ma de arte que es a Ia vez objetivo y comprensivo aparece en Ia
celestial, nosotros, simples contempladores de estrellas' deberemos
parte media de Ia Poética de AristÓteles. He optado por exami'
finalmente transigir; deberemos cosqr de cavilar ante ella y empezar nar la teorfa del arte de AristÓteles bajo eI rubro de las teorfas
a observarla y a calcular sus leyes'62
miméticas porque tiene su punto de partida en eI concepto de
imitación y a éf.rreLre frecuentemente como punto de referen'
La evolución es completa, a partir del poeta mimético, aI
que cia. TaI es Ia flexibilidad del modo de proceder de AristÓteles,
l. u.ignu el fnfimo papel de sostener un espejo frente a Ia ,ln u-burgo, que después de haber aislado Ia especie'tragedia'
aturale"za, pasando por eI poeta pragmático que, cualesquiera y serrtado"su ielación con el universo como una imitación de
n sus dotes naturales es medido, hltimamente, por su capacr' cierta clase de acción y con el auditorio a través de sus efectos
. de satisfacer ei gusto público, hasta el Poeta-Héroe
de carlyle, obser,rados de piedad y tu*o" purificadores, su método se vuel'
que por ser "una fuerza de Ia naturaleza" escribe como ve centrfpeto y asimita esos efectos externos convirtiéndolos en
elegido,
be,] que-sirve de medida de Ia devoción y gusto de sus lectores atributoÁ de Iá obra misma. En esta segunda consideración de
tn séa el grado de homenaje que suscite'63 Ia tragedia como un objeto en sf misma las acciones y agentes
imitados son reintroducidos en eI examen, en cuanto argumen-
alasBaladasliricas,wordsworth'sLiterarycr¡ticism,ed.N.c.smith(Londres, to, personajes y pensamiento, que conjuntamente con la dic'
), pp. 30, 1s-t6
ciá", tu melbdta y el espectáculo constituyen los seis elementos
(3'ed, Nueva York, 1948), p' l3l (a Reynolds' 9 de de la tragedia; y todavfa la piedad y el temor son réconsiderados
, ed. Maurice Buxton Forman
de 1818),
., .oridición de caiidadplacentera propia de Ia tragedia, que
delaPoesía'',ShelleyiLtteraryandPhiolsophicalCrllicism,ed.JohnShawcross ha de ser distinguida de los placeres caracterlsticos de Ia co'
".,
t909), p. 129. media y de otras iormas.uo La obra trágica misma puede ser anali'
Paul Friedrich Richter" (I827) Works, ed' H' D Traill (Londres' 1905)' zada fórmalmente como un todo autodeterminante hecho de par'
Heroes,Hero-WorshipandtheHeroicinHistory(LosHéroes,elcultodelHéroey quien ellos
divina y original acción del alma, en humilde obediencia al Espíritu santo, a
en la Historia) en Works, v, esP. pp. 80'85, 108-12' Cf' La indigrada
denegación
York, 1886, pp. 45'6)'
acuden,, (,.shakespeare" (1838) en Poems and Essay.r, Boston-New
ES VERY de la inferenEia de que porque el oído del público se deleita oyendo a
r ,.No cualquier clase de placer ha de pedirse a la tragedia, sino sólo el placer propio de ella' lir
ro "su propósito ora agradar"....Degradamos a aquellas a quienes el mundo
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tes, todas organizadas en torno a Ia parte que gobierna, el argu. nocimiento de "la autonomfa de Ia obra como algo que existe ,M
mento trágico mismo una unidad en Ia que las incidencias para sf misma"'66 se han organizado campañas contra Ia "here-
componentes son -élintegradas por relaciones internas de "necesi- jla per-sonalista", la "falacia internacionalista" y Ia "falacia
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Como enfoque omnicomprensivo de Ia poesfa, Ia orientación úuro, escrito por René Wellek y Austin Warren propone que Ia {
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objetiva estaba justamente comenzando a surgir a fines del si. crltica trate de un poema qua poema independientemente de
glo xvttt y comienzos del xtx. Veremos, más adelante, que algu. Ios factores "extrlnsecos" y puntos de vista similares están siendo
nos crlticos estaban emprendiendo Ia exploración del concepto expresados, con creciente frecuencia, no sólo en nuestros perió-
de poema como un héterocbsmos, un mundo en sf mismo, inde. dicos Iiterarios sino en los de erudición. En América, aI menos,
pendiente del mundo en que hemos nacido, cuya finaiidad no es alguna forma del punto de vista objetivo ha ido ya bastante
instruir o gustar sino simplemente existir. Algunos crfticos, Iejos en el desplazamiento de sus rivales como modo dominante
particularmente en Alemania, estaban desarrollando la fórmu. de crftica literaria.
la de Kant, de que una obra de arte muestra :una Zwechmtissigheit De acuerdo con nuestro esquema de análisis, pues, ha habido
ohne Zwecfr [finalidad sin fines]juntamente con su concepto de cuatro orientaciones principales, cada una de las cuales ha pa-
que Ia contemplación de Ia belleza es desinteresada y no tiene recido a diversas mentes agudas, adecuada para una crftica sa.
miras de utilidad, aunque descuidando la caracterlstica refe. tisfactoria del arte en general. Y muy a ia gruesa Ia progresión
rencia de Kant de una producción estética a las facultades men- histórica, desde Ios comienzos hasta principios del siglo xrx, ha
tales de su creador y receptor. El designio de considerar un sido de la teorla mimética de Platón y (con restricciones y reser.
poema, seghn Poe Io dijo, como "un poema per se... escrito sola- vas) de Aristóteles, pasando por la teorfa pragmática, que dura
mente por el poema mismo"65, aislándolo de Ias causas externas desde Ia confluencia de a retórica con Ia poética en las eras
y de las finalidades uiteriores, Ilegó a constituir un elemento helenfsticas y romana casi hasta fines del siglo xvrrr, a Ia teorfa
de las diversas doctrinas usualmente amontonadas en confu. expresiva de Ia crltica romántica inglesa (y algo anteriormente,
sión por los historiadores bajo ei rubro de'el Arte por el Arte'. alemana),
Y con diferencias de acento y de adecuación, y dentro de una Por cierto que Ia crftica romántica, como Ia de cualquier
gran variedad de contextos teóricos, eI enfoque objetivo de Ia otro periodo, no fue uniforme en su visión. Tan tardfamente
poesfa ha llegado a ser uno de los elementos más prominentes como en 1831, Macaulay (cuyo pensamiento corrientemente
en ia crltica innovadora de las úitimas dos o tres décadas. El segula móduios tradicionales) insiste todavfa, dándola como
dicho de T. S. Eliot de 1928, de que "cuando consideramos la regla eterna "fundada en Ia razón y en Ia naturaleza de las
poesfa debemos considerarla primordialmente como poesfa y no cosas", en que "lapoesfa es, como se dijo más de dos mil años
como otra cosa" encuentra amplia aprobación, por lejos que de ha, imitación", y establece diferencias entre ias partes sobre
ese ideal se aparüe a veces la crftica del propio Eliot; y a menu- la base de sus diversos medios y objetos de imitación. Luego,
do va unido con eI aforismo en verso de Macleish: "IJn poema en un ensayo arropado con los lemas del siglo xvrrr, emplea
no debe significar sino ser". La sutil e incisiva crftica de Ia ingratamente el principio mimético para justificar que eleve a
crftica por los Neo-aristotélicos de Chicago y su alegato en fa. Scott, Wordsworth y Coleridge por sobre los poetas deI siglo
vor de un instrumento adaptado a tratar Ia poesfa como tal ha xvur, porque imitan la naturaleza más exactamente y ataca
sido ampliamente efícaz en similar sentido. En su 'crltica las reglas neoclásicas de la corrección fundándose en que "e1las
ontológica' John Crowe Ransom ha estado bregando por el reco- tienden a hacer... Ias imitaciones menos perfectas de Io que de
6ó Véase JOHN CROWE RANSOM, The World's Body (El cuerpo del mundo), Nueva York,
ór "El principio poético", Representativa Selections, ed. Margaret Alterton y Hardin Craig 1938, esp. pp. 327 y ss., y "La crític¡ como pura especulación", en The Intent of the Critic,
(Nueva York, 1935), pp. 382-3. ed. Donald Stauffer (Princeon, l94l).
74
iI
f:
t
otro modo serlan..."67 Er modo de crrtica que subordina er
y el artista al auditorio continuó floreciendo tambiár, arte ra sea la continuidad de ciertos vocablos y tópicos entre los
re-
mente en una forma vulgarizada, entre periodistas influyen-
,srat- presentantes de ambas épocas individual,,.rri.
considerados, y
por importantes que sean ras diferencias metodológic", y
tes tales como Francis J9ff1ey, que delibl"udu*errt1-.u Jo"t"irrul",
ñan en ser los voceros de ros patrones riterarios de-rau*p"-
que separan los integrantes dentro de cada ,.roá"
loá grrfos, ,,
crase cambio decisivo distingue llamativamente la crftica
media y en preservar sin mácula lo que Jeffrey Ua-a;,la pr. d'. tá epo.,
de wordsworth de la crftica de ra época ae ,iot rrsorr.
reza del carácter femenino,,.6s Bi poutu r.
ha movido hacia el centro der sistema crftico y ha
Pero no son ésos los escritos crfticos innovadores que as.rmido rnu.
contri. chas de las prerrogativas que antes habfan éiao .¡.".iá;.;;
buyeron a dar el tono pred.ominante de lo que Shelley,
Drfroro sus lectores, y por Ia naturaleza del mundo en que ¿i
"n. "i diferen-
de la poesía, Ilamó "el espfritu de la época,,; y la radical
tra y por los preceptos y ejemplos de su arte poético.
.. .*r.r,.
cia entre los puntos de vista caracterrsiicos de la crrtica neáclásica
y la romántica permanece inconfundibre. ro-*. p*á,r..ion..
tan representativas de las décadas de 1760 y rTT0 ümo eipre¡a-
Abrams, Meyer Howard, "orientación de las teorras crfticas,,,
cio a shakespeare de Johnson ,ros Dlementoi de críticade
Kames, en El espejo y la ld.mparo, Buenos Aires, Nova, Ig62, pp.
sobre la'idea d'e poesía uniuersar de Richard Hurd, m irle ¿"
poesía sobre un nueuo plano (de autorfa dudosa), la 13.49.
lo. Er"oym
s_obr_e poesía y música de Beattie, y ros primeros
ocho Discursos
de Sir Joshua Reynolds. póngáselas junto a las ,rruyor..
inquisiciones sobre poesfa y arte áe Ia generación romántica:
Ios
l.refaci.os y ensayos colaterales de Wo"rdswrrth, i; B;"grafías
literarias y las conferencias sobre shahespea., á. bot?rrag.,
sobre la po_esía en g-eneral y otros ensayos de Hazlitt, y t
asta ta
platónica Defen'sa d,e la poesía de shelley; agréguese ruego
a este
grupo los documentos posteriores, tales como lás caractárísticas
y las primeras recensiones literarias de carlyre, los dos
ensayos
sobre la poesf a de John stuart Mil, las conferenci,o, iob* por-
sía dp John Keble v áQué es ra poesíaz de Leigh H";t. Crarq,rre-
ó7
"La vida de lord Byron de Moore", en criticar and Historical Essay, (Everyrnan
Library
Londres, 1907), Íf, 622-8.
68
Edimburg Review, VIII (1s06), 459-60. sobre la utirización por Jeffries
de una trabajada
estética asociacioniste oon miras a justificar la demanda de que un autor o artista tenga por
ñnalidad "proporcionar tanto placer y tantas personas como sea posibre,', y
de que ér
"modela sus producciones ajustándose a las reglas del gusto que pueden
deducirse ..de una
investigación de las preferencias públicas más difundidas, véase sus Contributions
to the
Edimburgh Review (Londres, r844), I, 76-g- III,
53.4. Acerca de las justiñcaciones con-
temporáneas, sobre fundamentos sociológicos y morales, para instituir
un gobierno disimu-
lado sobre la república de ras letras, véase, por ejempro, la recensión de
JoHN BOWRING
de los Poemas de TENNysoN en la westminster Review, xlv (rgr3), 223; Lockhart,s
c. Hirdyard (oxford, l93i), p.66; christopher North (John
Literary critrcism, ed. M.
Wilson) Works, ed. Ferrier (Edimburgo-Londres, 1g5Z), IX, 194_5, Z2B.
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