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UNIVERSIDAD DEL CARIBE

ESCUELA DE CIENCIAS JURÍDICAS Y POLÍTICAS


CARRERA DE DERECHO

CURSO MONOGRAFÍCO PARA OPTAR POR EL TÍTULO EN


LICENCIADO EN DERECHO

ANALISIS DE LAS MEDIDAS DE COERCIÓN EN EL TRIBUNAL DE


ATENCIÓN PERMANENTE DEL DISTRITO NACIONAL.
ENERO-AGOSTO DEL 2017

SUSTENTADO POR:

ELIANA NOVA MATIAS


CLAUDIO MENDEZ AMADOR
MORAIMA ABREU DE LA ROSA

ASESORAS:

DALYS MERCEDES MEDINA, MA.


METODOLOGÍA

ANGELA QUIROZ, MA.


CONTENIDO

SANTO DOMINGO, D. N., REPÚBLICA DOMINICANA


OCTUBRE, 2017 Los conceptos emitidos en el presente
informe final de curso monográfico son
de la exclusiva responsabilidad de los
sustentantes.
UNIVERSIDAD DEL CARIBE
ESCUELA DE CIENCIAS JURÍDICAS Y POLÍTICAS
CARRERA DE DERECHO

CURSO MONOGRAFÍCO PARA OPTAR POR EL TÍTULO EN


LICENCIADO EN DERECHO

ANALISIS DE LAS MEDIDAS DE COERCIÓN EN EL TRIBUNAL DE


ATENCIÓN PERMANENTE DEL DISTRITO NACIONAL.
ENERO-AGOSTO DEL 2017

SUSTENTADO POR:

ELIANA NOVA MATIAS


2009-5664
CLAUDIO MENDEZ AMADOR
2013-1137
MORAIMA ABREU DE LA ROSA
2012-5854

ASESORAS:

DALYS MERCEDES MEDINA, MA.


METODOLOGÍA
ANGELA QUIROZ, MA.
CONTENIDO

SANTO DOMINGO, D. N., REPÚBLICA DOMINICANA


2017 Los conceptos emitidos en el presente
informe final de curso monográfico son
de la exclusiva responsabilidad de los
sustentantes.
ANALISIS DE LAS MEDIDAS DE COERCIÓN EN EL TRIBUNAL DE
ATENCIÓN PERMANENTE DEL DISTRITO NACIONAL.
ENERO-AGOSTO DEL 2017
DEDICATORIAS Y AGRADECIMIENTOS
INDICE

INTRODUCCION............................................................................................................i
PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA...........................................................................iii
JUSTIFICACIÓN..........................................................................................................xiv
LIMITACIONES DE LA INVESTIGACIÓN...................................................................xvi
ALCANCES DE LA INVESTIGACIÓN........................................................................xvii
OBJETIVOS: GENERAL Y ESPECIFICOS...............................................................xviii
MARCO TEÓRICO......................................................................................................xix
MATERIALES Y MÉTODOS........................................................................................xxi
MARCO TEÓRICO Y REFERENCIAL...........................................................................1

Capítulo I: Origen y evolución del proceso penal y las medidas de coerción en


la República Dominicana................................................¡Error! Marcador no definido.

1.1.Origen del Proceso Penal en la República Dominicana..........¡Error! Marcador no


definido.
1.2.Concepto de Proceso Penal....................................................................................1
1.3.Evolución del Proceso Penal en República Dominicana (Ley No. 76-02).....¡Error!
Marcador no definido.
1.4.Origen de las Medidas Cautelares en el nuevo Proceso Penal Dominicano........15
1.4.1.Solicitud de las Medidas Cautelares...................................................................14
1.4.2.Elementos constitutivos y tribunales competentes para el conocimiento de las
medidas de coerción....................................................................................................20
1.4.3.Revisión de las Medidas de Coerción................................................................20

Capítulo II: Fundamentos procesales de las medidas de coerción según la


normativa penal de la República Dominicana..............¡Error! Marcador no definido.

2.1. Medidas de Coerción..............................................¡Error! Marcador no definido.


2.2. Clasificación de las medidas de coerción:..............................................................4
2.3. Fundamento jurídico de las medidas de coerción..................................................3
2.5. Medidas de coerción o cautelares personales.......¡Error! Marcador no definido.
2.5.1. La Citación...........................................................................................................5
2.5.2. El Arresto..............................................................................................................5
2.5.3. La prisión preventiva............................................................................................7
2.5.4. La presentación de garantía económica..............................................................9
2.5.5. Impedimento de salida del país o localidad.......................................................11
2.5.6. Someterse al cuidado o vigilancia de persona o institución y presentación
periódica ante el juez o autoridad................................................................................12
2.5.7. Arresto domiciliario.............................................................................................12
2.5.9. Colocación de localizadores electrónicos..........................................................12
Capítulo III: Criterios y efectos de la aplicación de las medidas de coerción en
el Tribunal de Atención Permanente..........................¡Error! Marcador no definido.
3.1. Resolución núm. 58-2010. Sobre criterios que los jueces deben tomar en
consideración para la imposición o variación de la medida de coerción prisión
preventiva.....................................................................................................................49
3.2. Efectos jurídicos de las medidas de coerción en el imputado..............................53
3.3. La prisión preventiva...............................................¡Error! Marcador no definido.
3.4 Presupuestos.........................................................................................................55
3.5 Análisis de sentencia Núm. 223-020-01-2014-00465............................................58

CONCLUSIONES........................................................................................................60
RECOMENDACIONES................................................................................................60
REFERENCIASBIBLIOGRÁFICAS............................................................................60
ANEXOS
INTRODUCCION

En esta trabajo de grado presentamos las medidas de coerción y los diferentes


aspectos que son precisos conocer para hacer el uso debido a las mismas, estas
vinieron a arrojar una alternativa adicional de ventilar los procesos de forma que
tanto el imputado, las víctimas, el juez y los demás involucrados en el proceso
puedan acogerse a una normativa jurídica que les ayude a preparar con más tiempo
sus pruebas, defensas y demás argumentos que son lícitos y que ayudan a
identificar las anomalías, debilidades y hechos que habría que subsanar antes de
tomar una decisión judicial que conlleve a imprimir una pena a un ciudadano y
valorar los derechos de las víctimas. En fin, estas ayudan a que el imputado este
atado al proceso y que no lo evada. Este es uno de los fines de las medidas de
coerción.

Las medidas de coerción se organizan en el nuevo Código Procesal Penal,


atendiendo a la clasificación de medidas de coerción personales y reales, las que se
ventilan en el código penal dominicano.

Con las medidas de coerción personales se busca restringir las libertad o de


movimiento del encartado y se le aplica a la personas físicas. Con las reales, por su
parte, lo que se quiere es resguardar y cuidar los bienes sobre los cuales se
ejecutaría una posible multa o indemnización o garantizar que el procesado no se
sustraería al juicio. Esta clasificación se podría decir que es incompleta, ya que el
código no señala otras medidas que son cautelares y que se encuentran dispersas.

Las medidas de coerción tienen carácter excepcional y solo pueden ser impuestas
mediante resolución judicial motivada y escrita, por el tiempo absolutamente
indispensable y a los fines de asegurar la presencia del imputado en
el procedimiento, más luego continua diciendo que la resolución judicial que impone
una medida de coerción o la rechace es revocable o reformable en
cualquier estado del procedimiento. Lo que indica que la víctima no puede pedir una

1
medida de coerción, sino que el juez toma la decisión por el hecho de garantizar que
el proceso siga sin demoras, distracciones, etc.

En todo caso el juez puede proceder de oficio cuando favorezca la libertad del
imputado "el final del artículo expresa la intención del legislador de priorizar la
libertad del individuo y aquí vemos un cambio en el proceder penal, ya que un
individuo lesionado en sus disfrutes naturales que les son concedidos por la
constitución, se convierte en un ente no productivo y eso es lo último que un Estado
debe buscar al sancionar a un imputado.

El Estado le da facultades a los jueces de actuar sin la necesidad de solicitud de


partes, pero estos conocen cuál es su papel de resguardar en primera lugar los
derechos inalienables, intransferibles, irrenunciables, los cuales son la esencia del
derecho a nivel mundial y en segundo lugar los bienes del Estado, dentro de los
cuales están las personas.

La nueva justicia se lleva a cabo dando participación activa a la víctima también para
que esta sea parte del proceso, aunque existen autoridades, en este caso, el
ministerio publico el cual se encarga de velar por los derechos de los lesionados.

2
PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA

Las medidas de coerción, representan un tema de gran interés en lo que concierne al


Derecho Procesal Penal, a través del cual se encuentra afectado uno de los
derechos más preciados por el ser humano, después de la vida, y que con toda
razón preocupa al ciudadano y/o ciudadana, como lo es la posibilidad de verse
limitado (a) en su libertad de movimiento; dicho proceso se caracteriza básicamente
por la lentitud del mismo, ya que no existe una celeridad procesal, y ante la
perspectiva de una reclusión en algún recinto carcelario que no cumple con los
requisitos mínimos para la sana convivencia, regeneración y desarrollo, como lo son
las cárceles dominicanas del sistema penitenciario; todo lo cual hace que la privación
de libertad o la restricción de este derecho sea la medida de coerción más grave en
la práctica, que se constituye en una verdadera y anticipada sanción.

Esas medidas cuyo fin es puramente cautelar y que no están concebidas como una
pena anticipada ni resultan contrarias a la presunción de inocencia están sujetas al
cumplimiento de ciertas condiciones, definidas en el artículo226 del Código Procesal
Penal Dominicano. Dichas medidas, personales y reales, están descritas en la ley,
siendo la más grave la prisión preventiva.

Una de las principales problemáticas tiene su origen cuando el legislador efectuando


una diferenciación injustificada en base a la naturaleza de la acción, ha prohibido que
en los procesos de acción penal privada se imponga la prisión preventiva, cuando
puede ser la idónea para evitar la fuga del imputado y llevar adelante el juicio. Esto
resulta contrario al régimen general de las medidas de coerción, a los principios
generales del Código Procesal Penal y a Principios Generales y Derechos
Fundamentales contenidos en la Constitución de la República, razón por la cual se
plantea que la normativa que prohíbe dictar prisión en estos casos es
inconstitucional.

3
Como consecuencia es importante conocer las medidas de coerción y los parámetros
que utilizan los jueces para su aplicación en el Tribunal de Atención Permanente del
Distrito Nacional ya que siendo la prisión preventiva la más utilizada por los mismos
independientemente de las cantidades de pruebas a favor o en contra del imputado
donde se supone que la libertad es la regla y la prisión es la excepción y no solo eso
sino que la mayoría de las veces esta medida de coerción se convierte en pena
anticipada.

Por otra parte el Tribunal de Atención Permanente del Distrito Nacional está
concebido con el fin de facilitar el conocimiento a cualquier hora del día o de la noche
de aquellos casos, procedimientos o diligencias que no admitan demora, y de esa
manera garantizar que no se quebranten los derechos protegidos por falta de
disponibilidad de la autoridad judicial. Por lo que tiene como función realizar las
vistas de medidas de coerción cuando el imputado se encuentre privado de libertad o
restringido de la misma.

El problema que acontece es que muchos de los imputados tienen que acudir a otro
tribunal para poder firmar libro de registro para poder dar cumplimiento a la
presentación periódica que como medidas de coerción les impone el Juzgado de
Atención Permanente. En esa situación los imputados y otros acusados de diversos
delitos conllevan que los tribunales declaren una gran cantidad de presos en
rebeldía, quienes se encontraban con medidas de coerción consistente en
presentaciones periódicas y no acudían a firmar el libro de registro. Lo que causa
que ante la variación de prisión preventiva por la de presentación periódica, a los
imputados se les hace fácil sustraerse del proceso, creando un cuello de botella en
los tribunales. Por lo que es pertinente buscar la solución de que sea en el mismo
Tribunal de Atención Permanente donde se firme el registro cuando la medida de
coerción consista en presentación periódica.

4
Formulación y sistematización del problema

De lo anterior nacen las siguientes las siguientes interrogantes:

¿Cuáles son los fundamentos teóricos y procesales de las medidas de coerción


según la normativa penal de la República Dominicana?

¿Cuál es el procedimiento previsto en el Código Procesal Penal para la aplicación de


alguna de las medidas de coerción?

¿Cuáles son los diferentes criterios que tienen los jueces para la aplicación de las
medidas de coerción en el Tribunal de Atención Permanente del Distrito Nacional?

¿Cuáles son los efectos jurídicos de las medidas de coerción?

5
ANTECEDENTES

Antecedentes históricos:

Desde los tiempos de las primeras civilizaciones, el sistema penal se hizo inquisitivo,
escrito, secreto, representado con un carácter activo a voluntad del juez, en la cual
muchos de los acusados o sólo señalados, conocían las razones de sus cargos al
momento de una sentencia definitiva. El sistema se valía de medios que eran
señalados por sus promotores como los más eficaces para reprimir la delincuencia,
debido a su adecuación con los regímenes de gobierno característicos de cada
época histórica.

El Estado en consecuencia asumió injerencia en los asuntos jurídicos y judiciales, al


mantener en su poder las tres funciones de la actividad procesal, como es el de
acusar; recabar y apreciar los resultados probatorios y sentenciar. Por lo tanto el
inicio, desarrollo y conclusión del mismo estaba en muchos casos sometidos a los
antojos y merced variable de la autoridad política que controlaba y dominaba a su
pueblo.

Por estas razones es como el sistema inquisitivo se caracterizaba porque los


magistrados y jueces intervienen de manera oficiosa. El procedimiento y las
actuaciones quedan reservados no sólo a los interesados, sino, al mismo imputado.
La escritura es el medio de actuación que impera en todo el proceso y antes las
partes. El juez posee una plena libertad para la recolección del material probatorio.
Se aplica como máxima principal que toda persona se presume culpable hasta no
demuestre lo contrario.

En relación al origen de las medidas de coerción personal, Pérez (1999). Expresa


que fue: A partir de mediados del siglo XX, en diversos ordenamientos procesales,
como el Código de Procedimiento Penal italiano de 1943, se resuelve darle un

6
tratamiento procesal especial a la Flagrancia. Y este tratamiento consiste en juzgar a
los delitos flagrantes por un procedimiento especial abreviado, que elimina la fase
preparatoria y hace pasar el proceso directamente a juicio oral, previa una audiencia
de calificación de flagrancia por una autoridad judicial (p. 107).

Desde tiempos remotos siempre se ha discutido a cerca del fin de la pena, es por ello
que desde que surgió la pena hasta el día de hoy se ha contado básicamente con
tres principales teorías que tratan de explicar los fines de la pena, que son la teoría
absoluta de la pena, la cual sostiene que pena halla su justificación en sí misma, sin
que pueda ser considerada como un medio para fines ulteriores; la teoría de la
retribución desarrollada por Kant y Engels, que concibe al delito como la negación
del derecho y la pena como la negación de la negación, como anulación del delito,
como restablecimiento del derecho. Esta concesión observa que la pena no tiene una
finalidad social útil, si no, que dicho sentido radica en que la culpabilidad del autor
sea compensada mediante la imposición de un mal penal.

El mal de la pena está justificado por el mal del delito, es concebido como un mal que
debe sufrir el delincuente para compensar el mal causado con su comportamiento; la
teoría relativa a la pena que busca un carácter preventivo como un medio para la
obtención de ulteriores objetivos, como un instrumento de motivación, un remedio
para impedir el delito.

“Esta última teoría se divide en dos sub-teorías, que son las teorías de la
prevención especial desarrollada por Liszt, el positivismo criminológico italiano, el
correccionalismo y la escuela de la defensa social.”1 Según este punto de vista
preventivo-especial, el fin de la pena es disuadir el autor de futuros hechos punibles,
es decir, evitar las reincidencias y solo es indispensable aquella pena que se

1 Andrés Ibáñez, P., “Presunción de Inocencia y Prisión sin Condena, en Detención y Prisión
Provisional”. Cuadernos de Derecho Judicial, No. XVIII, Consejo General del Poder Judicial, Madrid,
1996

7
necesite para lograrlo, se pronunciara readaptar al autor mediante tratamientos de
resocialización.
Así la necesidad de prevención especial es la que legitima la pena, según Von Lizst;
solo la pena necesaria es justa se habla de relativa porque su finalidad está referida
a la evitación del delito. La prevención especial no quiere retribuir el hecho pasado,
no mira el pasado si no que ve la justificación de la pena en que debe prevenir
nuevos delitos del autor.

Etimológicamente la palabra medida significa prevención, disposición, prevención a


su vez equivale al conjunto de precauciones y medidas tomadas para evitar un
riesgo. En el campo jurídico, se entiende como tales a aquellas medidas que el
legislador ha dictado con el objeto de que las partes vencedoras no queden burladas
en su derecho.

Los sistemas penales de Latinoamérica, las Medidas de Coerción fueron adquiriendo


una notable vigencia, como medio de romper con las barreras procesales que
impedían el correcto desarrollo del proceso penal. Las medidas de coerción antes de
ser implementadas en el sistema penal dominicano, recorrieron un largo camino de
acontecimientos históricos, implementación, evolución en otros países del continente
que marcaron de manera esencial su posterior implementación en la legislación de la
República Dominicana, tomando en cuenta que estos países, pese a estar dentro del
mismo continente y otros fuera de él, constituyen pueblos con cultura diferente,
idiosincrasia diferente, tradición diferente, así como sistema Penal diferente.

Es a partir de la adopción e implementación del antiguo Código de Procedimiento


criminal Francés que regulo nuestro Derecho Procesal Penal por más de un siglo,
por parte del legislador dominicano, que en República Dominicana se tiene una idea
a medias de lo que son las medidas preventivas, en virtud de que al momento de
nuestra independencia del yugo haitiano el 27 de febrero del año 1844, no solo el
sistema penal, sino todo el sistema de derecho dominicano estaba constituido por

8
una amplia compilación del legislaciones extranjeras, tomadas de la experiencia
legislativa de otros Estados y recogida del Derecho comparado.

Su origen se remonta a la aprobación de la Ley No. 76-02, Código Procesal Penal de


la República Dominicana, al menos consideradas en su forma actual. Anteriormente
eran consideradas, en términos diferentes, por el Código de Procedimiento Criminal.
En este último texto legal las principales medidas de coerción tomadas por el Juez de
Instrucción eran el arresto, el apremio y la prisión, consignados a tanto partir del
derogado artículo 91 Como del artículo 127 de dicho Código de Procedimiento
Criminal.

Par disposición del artículo 15 del Código Procesal Penal, existe un estatuto de
libertad en virtud del cual toda persona tiene derecho a la libertad y a la seguridad
personal. La influencia quo plantea ese texto en cuanto a las medidas de coerción
es que, debido a ese principio, las medidas de coerción, restrictivas de la libertad
personal o de otros derechos, tienen carácter excepcional y su aplicación debe ser
proporcional al peligro que trata de resguardar.

Para imponerse alguna de las diferentes medidas coercitivas quo el Código Procesal
Penal contempla, es necesario que lo haga el Juez de la Instrucción, durante la
celebración de la llamada etapa preparatoria o fase preliminar de la investigación, es
decir, durante el tiempo procesal en el que se averigua la ocurrencia de un hecho
ilícito y se comienza a establecer responsabilidades, localizar pruebas, etcétera.

Una vez que el Ministerio Público ha determinado que una persona es


probablemente la responsable de un hecho perseguido por la ley, entonces puede
solicitar al juez la aplicación de una medida de coerción, mediante un requerimiento
escrito quo contiene los datos personales del imputado, el relato del hecho y su
calificación jurídica, los elementos de prueba que lo sustentan, el tipo de medida que
se requiere y en su caso la solicitud del arresto.

9
La naturaleza de la coerción procesal es cautelar e instrumental, diferenciándose de
la pena, de la cual no puede concebirse como anticipo o sucedáneo.
Consecuentemente, la coerción procesal y la sustantiva o material tienen identidad
en el poder coactivo y la fuerza pública de la que se valen, y en la privación de
aspectos de la libertad ambulatoria o patrimonial, pero difieren específicamente en
cuanto a los objetivos que persiguen: en las adjetivas, se tiende a precaver los fines
del enjuiciamiento, mientras en las materiales es la respuesta retributiva del delito
perpetrado, obtenida como corolario del debido proceso y para alcanzar la
prevención especial en el delincuente, y la prevención general en la sociedad.

En definitiva, se puede conceptualizar las medidas de coerción procesal como toda


restricción o limitación transitoria al ejercicio de derechos personales o patrimoniales
del imputado o de terceras personas, con motivo de la investigación de un ilícito
penal. Impuestas por necesidad, con conocimiento o por el órgano jurisdiccional
antes de la sentencia firme y al solo efecto de cautelar preservar, resguardar,
precaver el correcto descubrimiento de la verdad sobre los hechos reconstruidos, el
desarrollo secuencial del procedimiento y la aplicación de la ley al caso concreto,
pudiendo ser controladas a instancia del afectado en otra instancia judicial de grado.

“La regla general es que son dictadas y están bajo el control de órganos
jurisdiccionales, siendo la excepción que puedan ser llevadas a cabo por la policía, el
Ministerio Fiscal u otros organismos administrativos, en cuyo caso debe quedar
abierta la vía de la intervención de aquéllos en salvaguarda efectiva de los derechos
comprometidos”.2

El fondo de estas medidas que afectan la libertad personal se encuentran en la


propia constitución cuando esta indica que nadie podrá ser juzgado sin haber sido
oído o debidamente citado ni sin observancia de los procedimientos que establezca
la ley para asegurar un juicio imparcial y el ejercicio del derecho de defensa. Las
audiencias serán públicas, con las excepciones que establezca la ley, en los casos
2Cafferata Nores, Obra Citada, Pág. 6

10
en que la publicidad resulte perjudicial al orden público o a las buenas costumbres.
Se dispone a demás en la constitución las acciones de amparo y del habeas hábeas
como garantía de la libertad e integridad de una persona.

Antecedentes de investigación

El proceso de recolección de fuentes de investigación nos llevó a distintas


universidades, entre las cuales se puede mencionar:

La Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), “Medidas Coercitivas en el


Proceso Penal Dominicano”, en la cual, Planco M., Kelvin D. y Santos, Pablo
Rafael (2009), plantearon en su investigación que las medidas coercitivas son
instrumentos procesales que se imponen durante el curso de un proceso penal, con
el objeto de restringir el ejercicio de los derechos personales o patrimoniales del
imputado o de terceras personas.

Asimismo, en la Universidad Tecnológica de Santiago (UTESA) se encontró un


trabajo titulado “Las Medidas de Coerción en el Proceso Penal Dominicano”, y
donde Isaura Marmolejos y Francia Castillo Jiménez, plantearon que “El fundamento
de estas medidas que afectan la libertad personal se encuentran en la propia
constitución cuando esta indica "Nadie podrá ser juzgado sin haber sido oído o
debidamente citado ni sin observancia de los procedimientos que establezca la ley
para asegurar un juicio imparcial y el ejercicio del derecho de defensa. Las
audiencias serán públicas, con las excepciones que establezca la ley, en los casos
en que la publicidad resulte perjudicial al orden público o a las buenas costumbres".

Se dispone a demás en la constitución las acciones de amparo y del habeas hábeas


como garantía de la libertad e integridad de una persona. Aspecto que hay que
señalar es que las medidas deben ser establecidas por ley y tienen un carácter
excepcional.

11
Con respectos a los antecedentes investigativos, en consultas relacionadas con
respecto a investigaciones hechas sobre las Medidas de Coerción en la Jurisdicción
Privilegiada en la República Dominica, se han encontrado en la Universidad del
Caribe dos informes finales para optar por el título de licenciado en derecho. El
primero sustentados por Ysael Martínez Guerrero, titulado “Medidas de coerción y
su impacto en la República Dominicana”, del año 2005.

El objetivo general de esta investigación es analizar las medidas de coerción y su


impacto en la República Dominicana; y sus objetivos específicos son: Reseñar el
origen de las medidas de coerción; describir los tipos de medidas de coerción; y
analizar el impacto de las medidas de coerción en el sistema judicial dominicano. La
metodología que se utilizó en la investigación fue la descriptiva, bibliográfica,
analítica y deductiva, con el objetivo de adquirir conocimientos de investigaciones ya
realizadas, facilitando al equipo investigador la búsqueda de informaciones sobre
cuestiones determinadas de manera sistemática, constituyendo un proceso, que llevo
a la búsqueda de informaciones en diferentes fuentes documentales, y a partir de
ahí.

En sus conclusiones finales los autores afirman que: “Aun cuando sería
prácticamente imposible delimitar en este trabajo las fronteras del ámbito de las
medidas cautelares, porque ello supone solucionar casuísticamente cada uno de los
tipos legales en su carácter cautelar, creemos que es conveniente abordar este tema
aunque sea muy parcialmente para conseguir, como principal propósito, mayor
claridad del concepto y vislumbrar su justa dimensión dentro del ordenamiento
jurídico procesal”.

El segundo informe es presentado por los señores María Ynés Morel Eduardo, Yeny
Castro Urbáez, Freddy Cancu Jiménez, titulado “Análisis de las medidas de
coerción en el proceso penal dominicano”, el cual se elaboró en la ciudad de
Santo Domingo, D.N., en el año 2014.

12
El objetivo general de este estudio fue analizar de las medidas de coerción en el
proceso penal dominicano; y los objetivos específicos fueron: Conceptualizar sobre
las medidas de coerción y sus orígenes; determinar las clases de medidas de
coerción existentes; y plasmar las incidencias de las medidas de coerción el proceso
penal dominicano.

La metodología que se utilizó en la investigación fue la descriptiva, bibliográfica,


analítica y deductiva, con el objetivo de adquirir conocimientos de investigaciones ya
realizadas, facilitando al equipo investigador la búsqueda de informaciones sobre
cuestiones determinadas de manera sistemática, constituyendo un proceso, que llevo
a la búsqueda de informaciones en diferentes fuentes documentales, y a partir de
ahí.

Estos autores concluyeron con respecto a su investigación que “Las medidas


cautelares son básicamente provisionales, ya que su duración es conocida, tienden
al cumplimiento de un objetivo específicamente procesal y solo debe ser dictadas por
el titular del órgano jurisdiccional penal.

13
JUSTIFICACIÓN

La justificación de esta investigación descansa en la crítica a la administración de


justicia en el régimen procesal penal dominicano, específicamente en el contexto de
las medidas de coerción y que en los mayores de los casos consiste en carga de la
prisión preventiva, cabe destacar esto pues puede ser prorrogado, ante la presunta
comisión de un ilícito, por parte del Juez, pese a que nuestra Constitución consagra
el derecho a presumir de su inocencia, es decir, el tema materia de tratamiento se
justifica porque permitirá analizar a profundidad las medidas de coerción frente a los
derechos fundamentales de los imputados.

El trabajo de investigación procura analizar las medidas de coerción de conformidad


con el Código Procesal Penal actual en la República Dominicana, haciendo un ligero
énfasis específicamente, en relación a la necesidad de la prisión preventiva, siendo
en la actualidad un tema de interés para las ciencias jurídicas, la sociedad en general
y especialmente para los imputados; dado a que su instrumentación ha generado
innumerables controversias por el desconocimiento de las diversas modalidades que
ello implica, tanto para la privación preventiva de libertad como para las sustitutivas,
tomando en cuenta las practicas actuales, procedimientos y actuaciones al respecto.

Este trabajo tiene una gran relevancia para el sistema de administración de justicia
en la República Dominicana debido a que todos estos motivos obligan a buscar un
equilibrio en la aplicación de la privación de libertad y las medidas cautelares
sustitutivas, estas últimas medidas contribuirán en mayor grado al sistema judicial
dominicano a: tener un permite un mayor nivel de descongestionamiento de los
tribunales, desconcentrar los recintos carcelarios, humanizar la justicia penal
dominicana, clasificar a los imputados según la naturaleza del delito, adecuar los
centros de detención a las nuevas realidades en materia de derechos humanos. Es
importante para el sistema judicial porque permite un mayor nivel de
descongestionamiento del sistema jurídico, permitiendo un mayor campo de acción
de los tribunales en la República Dominicana.

14
Es de gran importancia el tema para los estudiantes, ya que le permite conocer a
fondo los principios normativos que rigen las medidas de coerción en el proceso
penal, estableciendo medidas y las normas de aplicar las mismas. Además
constituye un aporte en el estudio de la aplicación del contenido de las medidas de
coerción previstas en el Código Procesal Penal Dominicano y de lo expresado por el
legislador, con una posición activa, que se traduce en el análisis de las medidas de
coerción, para el estudio en las ciencias jurídicas dominicanas.

Para los profesionales es de gran importancia, ya que se abordan los preceptos


normativos que rigen las medidas de coerción, estableciendo las formalidades
procesales a partir de las cuales los profesionales pueden utilizar las mismas. Así
como también permitirá a que todos aquellos que lo deseen, puedan acceder a los
conocimientos necesarios para el progreso profesional en relación a las medidas de
coerción personal plasmadas en los artículos previstos en la ley penal, y que puedan
conocer cada una de sus instituciones, resaltando siempre lo complejo de sus
Interpretaciones, así como sus beneficios.

Para los especialistas es de gran importancia señalar los efectos de las medidas de
coerción y su nivel de constitucionalidad, ya que permite establecer el carácter
fundamental de las normas regulatorias de las mismas.

Para el Colegio de Abogados, es importante, ya que las medidas de coerción,


constituyen un elemento jurídico de garantías de la libertad del imputado, logrando
implementar normas y circunstancias en las cuales pueden ser utilizadas.

15
LIMITACIONES DE LA INVESTIGACIÓN

La investigación se desarrollara tomando en cuenta los tribunales penales y en


especial el Tribunal de Atención Permanente, quienes aplican las medidas de
coerción y por lo cual una limitante importante fue el poder establecer un parámetro
de acuerdo a que cantidad de medidas coerción otorgan estos tribunales.

En el aspecto económico, es de conocimiento general que para este tipo de trabajo


de investigación, por su misma naturaleza y finalidad, no cuenta con presupuesto
proveniente del Estado ni de establecimientos públicos y privadas; por cuanto éste es
solventado enteramente con recursos de los responsables del presente anteproyecto
de curso monográfico.

16
ALCANCE DE LA INVESTIGACIÓN

Es viable porque, no se pudo presentar ninguna dificultad en la exposición de las


instauraciones de justicia en que se desarrolló. En lo referente a la bibliografía, existe
información al respecto, en las bibliotecas tanto de Pre y Post Grado de las
universidades de la del Distrito Nacional.

Se cuenta con suficiente información en las diferentes páginas de Internet.

A través de la investigación se podrá establecer un cuadro comparativo de las


diferentes medidas de coerción establecidas en las legislaciones extranjeras.

Con la información obtenida se analizara el efecto de las medidas de coerción en la


jurisdicción penal del Distrito Nacional.

17
OBJETIVOS

Objetivos General:

Analizar las medidas de coerción en el Tribunal de Atención Permanente del Distrito


Nacional. Enero-Agosto, 2017.

Objetivos Específicos:

Conocer los fundamentos teóricos y procesales de las medidas de coerción según la


normativa penal de la República Dominicana

Describir el procedimiento previsto en el Código Procesal Penal para la aplicación de


alguna de las medidas de coerción

Analizar los criterios y efectos de la aplicación de las medidas de coerción en el


Tribunal de Atención Permanente

18
MARCO TEÓRICO

El marco teórico representa en el proceso de la investigación, el contexto teórico


conceptual en el cual se presentan distintas teorías, conceptos, elementos y
características, que le dan sentido a la investigación para su sustento, en base al
problema planteado y el objeto en estudio. Es por ello que el marco teórico es de
gran importancia para la Investigación, no sólo porque da respuestas a las
interrogantes antes especificadas, sino porque es la base conceptual que soportará
el desarrollo de la investigación y el análisis de los resultados.

DERECHO PROCESAL PENAL: Es el conjunto de normas, Instituciones y principios


jurídicos que regulan la función jurisdiccional, la competencia de los jueces y la
actuación de las partes, dentro de las distintas fases procedimentales, y que tiene
como fin establecer la verdad histórica del hecho y la participación del imputado
durante la substanciación del proceso penal para luego obtener, una sentencia justa.
(Binder, 1993. pág. 87)

MEDIDAS DE COERCIÓN: Las Medidas de Coerción Personal, son el auto de


aseguramiento de la persona en el proceso o detención preventiva y seguidamente,
lo correspondiente a las Medidas de Coerción Penal. (Maldonado, 2001, pág.159)

PRISIÓN PREVENTIVA: Es el estado de privación de libertad ambulatoria que un


órgano jurisdiccional impone al procesado por un delito reprimido con cierta pena
privativa de libertad, durante la sustanciación del proceso y a fin de asegurar la
actuación efectiva de la ley penal. (Vélez, 2005., pág. 95)

MEDIDAS CAUTELARES: Son aquellas que tienden a garantizar la ejecución del


fallo condenatorio en su contenido penal, esto es, la imposición de la pena; o bien en
el comienzo del proceso tienen como finalidad asegurar el normal suceder del
mismo. En atención a este criterio se distingue entre medidas cautelares personales,
entendiendo por tales las que imponen limitaciones del derecho a la libertad personal
y medidas cautelares reales, entendiendo por tales las que imponen limitaciones a la
19
libre administración o disposición de los bienes del imputado. (Horvitz, 2004. Pág.
145)

IMPUTADO: Es el sujeto esencial de la relación procesal a quién afecta la pretensión


jurídico penal deducida en el proceso. Pero aun antes del inicio del proceso
propiamente dicho, que supone la promoción de la acción y la intervención de un
tribunal, se acuerda tal calidad a la persona contra la que se cumpla cualquier acto
imputativo inicial del procedimiento(actos pre procesales), con el propósito de
establecer claramente el momento en que....puede ejercer el derecho de defensa.
(Vélez, 2005., pág. 355.)

JUICIO PREVIO: El Juicio, en sentido estricto, es la sentencia del tribunal que toma
como premisa la ley anterior al hecho del proceso para verificar si el objeto del
mismo, con todos sus elementos objetivos y subjetivos, se adecúan a él. (Jauchen,
2007, pág. 97)

GARANTIA DE LEGALIDAD: El sometimiento de un proceso de una persona solo


puede fundarse en la sospecha acerca de su participación en un hecho que, al
momento de la presunta comisión se encuentre caracterizado como delictivo por la
ley penal, esta garantía se encuentra implícitamente contemplada por las
disposiciones que establece que nadie será condenado por actos u omisiones que al
momento de cometerse no fueran delictivos. (Cafferata, 1999. Pág. 15)

DEFENSOR TECNICO: El defensor es un custodio respecto del imputado; es quien


tiene que velar para que todo el conjunto de las garantías previstas a favor de las
personas se cumplan efectivamente dentro del proceso. (Clariá. 2001. pág. 57)

PENA: La Pena es un instrumento jurídico que se utiliza con fines muy diversos. En
el estado de derecho actual se orienta a ser una potestad jurídica para la prevención
de nuevos delitos como así también reprimir los ya acontecidos. (Lecciones del
derecho penal Parte General - Hugo Mario Sierra y Alejandro Salvador Cántaro -
Editorial Universidad Nacional del Sur - Año 2005).

20
MATERIALES Y MÉTODOS

Tipo de estudio y diseño de la investigación.

La investigación es de carácter descriptivo, documental ya que se analizaron textos y


expedientes en relación al tema objeto de estudio. La descripción será utilizada
mediante un estudio riguroso en la importancia de las Medidas de Coerción en el
proceso penal, para reseñar las características de dichas medidas en el proceso
penal. Para la realización del proceso de investigación se realizaran visitas a los
tribunales en materia penal y especialmente al tribunal de Primera Atención
Permanente, para evaluar los factores de mayor incidencia en la aplicación de las
medidas de coerción.

Métodos a utilizar:

Método Analítico: es el proceso de descomponer las partes que integran el


fenómeno para analizarlo en toda su esencia, se utilizara para identificar los
elementos que afectan el procedimiento de la cadena de custodia de las pruebas,
sus límites y su aplicación en el ámbito jurídico de la investigación. Así como también
determinar los beneficios que la misma aporta al Estado y a la seguridad jurídica de
la República Dominicana.

Método deductivo: El deductivo significa sacar o separar consecuencias de algo. Es


cuando se parte de datos generales aceptados como bueno y válidos, para llegar a
una conclusión de tipo particular. Este método ha permitirá sacar conclusiones
particulares sobre las medidas de coerción una importancia capital para mantener las
garantías fundamentales de las partes involucradas en el proceso penal.

21
La observación: Será utilizada para visualizar de manera panorámica el ambiente
en el que se desarrolla el proceso en el tribunal de atención permanente y los
criterios del juez para su aplicación.

Población y muestra.

Dados los objetivos y características de la investigación para realizar este trabajo


investigativo se considerara a la población como un conjunto de individuos y objetos
con similares características y cualidades por lo que se tomaran en cuenta a jueces
de Garantías Penales y Fiscales de la Función Judicial del Distrito Nacional, así
como también a los abogados en ejercicio. En este sentido se trabajara con un total
de 10 personas que serán objeto de la Investigación.

Instrumentos para la recolección de los datos.

La entrevista: Se realizaran a imputados, jueces y abogados ligados al proceso en


la jurisdicción donde se realizará la investigación, lo cual permitirá acumular
información vinculada a todo lo que forma parte de las medidas de coerción.

El cuestionario: esta operación se realizara mediante la formulación escrita de una


serie de preguntas y datos que permitirán determinar problemas que son objetos de
investigación. Las preguntas serán respondidas por los principales actores
vinculados a dicho proceso.

Herramientas para el análisis y presentación de datos

Para fines de análisis y reproducción de los datos obtenidos se utilizaron programas


informáticos (Microsoft Office: Word, Excel), con los cuales se elaboraran el
contenido, cuadros, tablas, gráficos, para mostrar de forma ilustrativa y correcta los
resultados emanados tras la investigación.

22
CAPITULO I
MARCO TEÓRICO YREFERENCIAL

1.1. Derecho de Proceso Penal.

Para Claria Olmedo: El derecho procesal penal es la "disciplina jurídica reguladora de


la efectiva realización del Derecho Penal. Establece los principios que gobierna esa
realización y determina los órganos la actividad y el procedimiento para actuar la Ley
Penal Sustantiva3.

Manzini afirma: " El Derecho Procesal Penal es el conjunto de normas, directa e


inmediatamente sancionadas que se funda en la institución del órgano jurisdiccional
y regula la actividad dirigida a la determinación de las condiciones que se hacen
aplicables en concreto, el Derecho Penal Sustantivo 4."
Eugenio Floran Establece: El Derecho Procesal Penal es un conjunto de normas que
regulan y disciplinan el proceso en su conjunto y en los actos particulares que le
caracterizan"5.

Javier Piña y Palacios expresa: "El Derecho Procesal Penal es la disciplina jurídica
que explica el origen, función objeto y fines de las normas mediante las cuales se fija
el "quantum" de la sanción aplicable para prevenir y reprimir el acto u omisión que
sanciona la ley penal."

Por su Parte, Guillermo Collin Sánchez establece: " El Derecho de Procedimientos


Penales como el lo designa, es el conjunto de normas que regulan y determinan los
actos, las formas y formalidades que deben observarse durante el procedimiento,
para hacer factible la aplicación del Derecho Penal Sustantivo". Es una disciplina

3 Jorge Claría Olmedo. (1960). Tratado de Derecho Procesal Penal. Tomo i. Editorial Ediar. Pág. 24
4Manzini, Vincenzo. (1996). Tratado de Derecho Procesal Penal. Edición Nº 1. Librería El Foro
(Buenos Aires), argentina.
5 Eugenio Florián. (1934). Elementos de Derecho Procesal Penal. Ed. Librería Bosch. Barcelona. Pág.
11

1
jurídica compuesta por un conjunto de normas de orden público que regulan y
determinan la aplicación del derecho penal sustantivo.

1.2. Concepto de Medidas de Coerción.

Las medidas de coerción o cautelares son instrumentos procesales que se imponen


durante el curso de un proceso penal, con el objeto de restringir el ejercicio de los
derechos personales o patrimoniales del imputado o de terceras personas. 6

Estas medidas son cautelares porque tienden a evitar los peligros de obstaculización
del proceso y buscan asegurar el efectivo cumplimiento de la posible condena. Si
luego de comprobada la culpabilidad del imputado en juicio, éste pudiera sustraerse
al cumplimiento de la sanción; la justicia se vería burlada y la sociedad perdería la
confianza en el Derecho. Las medidas de coerción pueden ser de carácter personal
(sobre la persona) y de carácter real (sobres los bienes de la persona). Las medidas
de coerción o cautelares de carácter personal tienen como finalidad asegurar la
presencia del imputado en el juicio y evitar que obstaculice la averiguación de la
verdad.

Las Medidas de Coerción Personal, son el auto de aseguramiento de la persona en


el proceso o detención preventiva y seguidamente, lo correspondiente a las Medidas
de Coerción Penal. (Maldonado, 2001, pág.159)

Las medidas de coerción o cautelares de carácter real tienen como finalidad


garantizar la reparación del daño y el pago de costas (pagos del proceso) o multas.
Las medidas de coerción o cautelares sobre bienes sujetos a confiscación o
decomiso tienen como finalidad asegurar que dichos bienes queden a efectos de
prueba en el proceso. El Artículo 222 del Código Procesal Penal establece como
Principio General que;

6 Juan Ml. Pellerano Gómez. Derecho Procesal Penal II. Las medidas de Coerción. Pág. 151.

2
Toda persona tiene derecho a la libertad y a la seguridad personal. Las medidas de
coerción tienen carácter excepcional y sólo pueden ser impuestas mediante
resolución judicial motivada y escrita, por el tiempo absolutamente indispensable y a
los fines de asegurar la presencia del imputado en el procedimiento. La resolución
judicial que impone una medida de coerción o el rechace es revocable o reformable
en cualquier estado del procedimiento. En todo caso, el juez puede proceder de
oficio cuando favorezca la libertad del imputado.

1.3.Características de las medidas de coerción

Las medidas cautelares deben tener carácter excepcional solamente duran mientras
subsista el peligro de fuga y riesgo de obstaculización su aplicación corresponde a
un hecho concreto que se ha presentado y sus características son: (Congreso
Nacional. Código procesal Penal, Ley No. 76-02. Art. 250)

 Instrumentalidad. Es una característica esencial de las medidas cautelares


es la instrumentalizad porque vincula las medidas cautelares con el proceso
principal que sirven garantizando la efectividad del resultado.

 Provisionalidad. Es una medida cautelar una forma de tutela que se


desarrolla al interior del proceso, así es revocable o modificable a un de oficio.

 Contingencia. Posibilidad de que el juez al momento de dictar la medida,


sepa de que será el vencedor.

 Temporalidad. Es relacionado con la provisionalidad, no es definitivo, por


tanto es variable durante la tramitación de la investigación y el proceso tiene
una duración limitada.

 Variabilidad. Se altura según la situación de dicho fundamentos que dieron


lugar a su adopción.

3
 Proporcionalidad. Se realiza por órgano jurisdiccional a quien corresponde
realizar un juicio de razonabilidad acerca de la finalidad perseguida.

Las medidas cautelares tienen carácter excepcionales y debe ser proporcionales al


caso, así podemos observarlo en los principios 15,16, del Código Procesal Penal y
en los artículos 150, 222, en el que se hace constar además que estará limitada en
acuerdo al tiempo de su duración (art. 222, 231 y 241).

1.4. Clasificación o tipos de las medidas de coerción.

a) Medidas Cautelares personales. Recaen sobre la persona del imputado


afectando a su libertad, limitándola o condicionándola, a fin de impedir que se
evada de la acción de la justicia. Medidas de coerción o cautelares personales
son:

1. La citación.
2. El arresto.
3. La prisión preventiva.
4. La presentación de garantía económica.
5. Impedimento de salida del país o localidad.
6. Someterse al cuidado o vigilancia de persona o institución.
7. Presentación periódica ante el juez o autoridad.
8. Arresto domiciliario.
9. Colocación de localizadores electrónicos.

b) Medidas Cautelares Reales. Tienen por objeto el patrimonio de quien, a la


postre, podrá resultar obligado a hacer frente a las responsabilidades
económicas fijadas en la sentencia.

4
1.4.1.La Citación.

El art. 223 CPP autoriza tanto al Ministerio Público como al Juez, a citar al imputado
para que comparezca cuando sea necesaria su presencia. La citación podrá ser
acordada bien por el ministerio público o por el juez, según corresponda, esto es,
según la concreta fase procesal en donde se acuerde dicha citación. Presupuesto
material para acordar dicha citación es la necesaria edad de la presencia del
imputado para realizar el acto para el cual sea citado.

En la citación se deberá hacer constar, con indicación precisa, el hecho atribuido al


imputado y el objeto del acto.

Estimamos que también debería advertírsele que su no comparecencia, sin causa


justificada, podría dar lugar a la conversión de la citación en orden de detención,
conforme a lo previsto en el art. 225 CPP.

En realidad no estamos ante una verdadera medida de naturaleza cautelar. No


obstante el incumplimiento de dicha orden de comparecencia podría dar lugar a la
adopción de una medida de coerción, especialmente el arresto del citado.

1.4.2.El Arresto.

El arresto se traduce en una privación provisionalísima de libertad de una persona


ante la eventualidad de quedar sometida a un procedimiento penal. Es esta
últimacaracterística la que permite distinguir el arresto de otras formas de limitación
provisional de la libertad ambulatoria.

El arresto se caracteriza por su provisionalidad y taxatividad, pues tratándose de una


limitación de la libertad personal únicamente podrá acordarse en los casos
expresamente previstos en la ley (arts. 15 y 276 CPP).

5
La detención será calificada de arbitraria cuando se acuerde sin concurrir alguna de
las causas previstas legalmente o cuando se lleve a cabo infringiendo el
procedimiento legalmente establecido.

El arresto es una medida cautelar de naturaleza personal, aunque para algunos se


trata de una medida precautelar. Está sometida a los principios generales que
presiden la adopción de las medidas de coerción según el art. 222 CPP, salvo el
principio de jurisdiccionalidad, pues como veremos a continuación puede ser
practicado, también, por funcionarios policiales e incluso, bajo determinadas
condiciones, por los particulares.

Su ubicación sistemática en el nuevo CPP, dentro del Título II, bajo el epígrafe
Medidas de coerción personal, del Libro V, Medidas de Coerción, de la Parte
General, corrobora su carácter legal como medida de coerción.

Clases de arresto y supuestos en que procede. En función de la persona que


lleva a cabo el arresto se pueden distinguir las siguientes modalidades: a) arresto por
particulares, b) arresto policial y c) el arresto judicial. Cada una de estas modalidades
sólo podrá acordarse por las causas concretas previstas en la ley.

Arresto por particulares: Cualquier persona puede practicar el arresto cuando se


trate de supuestos de flagrancia previstos en el art. 224, núm. 1, CPP. En estos
casos el particular tiene la obligación de entregar inmediatamente a la persona
arrestada a la autoridad más cercana. (29)

Como resulta del precepto legal mencionado, no se le autoriza al particular a


practicar ningún tipo de actividad o diligencia, salvo la de entregar al arrestado a la
autoridad más cercana. Cualquier retardo o demora injustificada en la entrega
tornaría el arresto en ilegal. En todo caso, no estamos ante una obligación o deber
sino ante una simple facultad que el ordenamiento jurídico otorga a los particulares.
Así, el propio precepto indica que cualquier persona “puede practicar el arresto”, no
que esté obligada practicarlo en los casos de flagrancia.

6
Arresto policial: La policía debe proceder al arresto de una persona cuando exista
una orden judicial que así lo ordene.

Arresto judicial: El juez podrá, también, ordenar el arresto cuando concurra alguno
de los supuestos previstos legalmente. Según el art. 225 CPP el arresto judicial de
una persona podrá acordarse en los casos siguientes:

1º Cuando sea necesaria su presencia y existan elementos suficientes para sostener,


razonablemente, que es autor o cómplice de una infracción, que puede ocultarse,
fugarse o ausentarse del lugar.

De la lectura del precepto resulta la exigencia de los siguientes requisitos:

a) Necesidad de la presencia de la persona arrestada (por ejemplo, para la práctica


de algún tipo de diligencia),

b) Existencia de indicios suficientes para presumir, razonablemente, su participación


en la comisión de un hecho con apariencia delictiva (fumusbonis iuris),

c) Que concurran razones suficientes para presumir que puede ocultarse, fugarse o
ausentarse del lugar (periculum in mora).

2º Después de ser citada a comparecer no lo hace y es necesaria su presencia


durante la investigación o conocimiento de una infracción.

1.4.3.La prisión preventiva.

La exposición de Motivos del CPP señala que dicha medida en cuanto que es la
intervención más grave que el Estado está autorizado a adoptar en ausencia de
juicio, y que implica la privación total de libertad física sin un juicio definitivo, debe
estar rodeada de las más estrictas garantías y reservas. La prisión preventiva es la

7
modalidad más radical de intervención del Estado durante el desarrollo del proceso
penal, pues incide en el núcleo del derecho a la libertad personal del sujeto.

La prisión preventiva no es una cuestión ideológicamente indiferente. En el sistema


inquisitivo puro dominado por la ideología del orden la privación de libertad durante la
tramitación del proceso era la regla general, asignando a la prisión preventiva fines
similares a la pena de prevención general y especial. En el contexto de un Estado
democrático de Derecho en donde la libertad es configurada constitucionalmente
como un valor superior de todo el ordenamiento jurídico (77) la prisión preventiva
debe estar presidida por el principio de excepcionalidad.

Su compatibilidad con la presunción de inocencia, en su concepción como regla de


tratamiento del imputado, exige que dicha medida tenga un carácter excepcional.(78)

Excepcionalidad que es reconocida en la Resolución (65) 11, de 9 de abril, así como


en la Recomendación R (80) 11, de 27 de junio, ambas del Comité de Ministros del
Consejo de Europa. En esta última se establece que “Dada la presunción de
inocencia en tanto no se demuestre su culpabilidad, ningún acusado deberá hallarse
en situación de prisión preventiva, a no ser que las circunstancias hagan
estrictamente necesaria dicha medida. Por tanto, la prisión preventiva deberá
considerarse como medida excepcional y nunca deberá ser obligatoria ni utilizarse
con fines punitivos”. Excepcionalidad reconocida, también, por la jurisprudencia del
TCE lo que impone la vigencia del principio del favor libertatiso del in dubio pro
libértate.

La generalización del uso de la prisión preventiva es absolutamente inaceptable,


pues conculca la presunción de inocencia y las garantías del debido proceso. Deben
evitarse los denominados efectos perversos que puede ocasionar la medida de
prisión preventiva.

8
1.4.4.La presentación de garantía económica.

De acuerdo con el artículo 226, a solicitud del Ministerio Público o del querellante, y
en la forma, bajo las condiciones y por el tiempo que se explica en el código, el juez
puede imponer al imputado, después de escuchar sus razones, las siguientes
medidas de coerción: La prestación de una garantía puede tener fuga a) bajo una
garantía juratoria o, b) mediante 1a. prestad' de una garantía económica.

Garantía juratoria. La garantía juratoria es un simple compromiso que asume el


imputado de asistir y dar fiel cumplimiento a los actos y diligencias procesales que le
imponga la resolución judicial que lo libera de ser sometida cualquier medida de
coerción. El párrafo final del artículo 226 prevé esta garantía del modo siguiente: “en
cualquier caso, el juez puede prescindir de toda medida de coerción, cuando la
promesa del imputado de someterse al procedimiento sea suficiente para descartar
el peligro de fuga. No existe ningún compromiso de carácter económico, basta la
promesa formal.

Garantía económica, suficiente. Las condiciones bajo las cuales puede ser
impuesta esa garantía son, de manera general, las mismas a que se han hecho
referencia precedentemente que condicionan la adopción de cualquier medida de
coerción y, las señaladas para la prisión preventiva que sean aplicables, a las cuales
enviamos. Particularmente está condicionada a asegurar la comparecencia del
imputado a todos los actos del proceso, su asistencia en cualquier: momento a las
diligencias procesales a que sea requerido y, a la ejecución del fallo.

La determinación de una garantía económica suficiente puede ser solicitada al juez


por el imputado, en cualquier tiempo: a) desde el momento en' que se inician las
persecuciones en su contra y antes de que el ministerio público solicite una mecida
de coerción, do qué tendría por efecto impedir que se le 'pueda someter a' prisión
preventiva; b) al momento en que se solicite cualquier medida de coerción en su
contra y c), cuando se encuentre bajo prisión preventiva.

9
Presentación de la garantía. La garantía es presentada por el imputado u otra
persona mediante depósito en dinero, valores, con el otorgamiento de prendas o
hipotecas sobre los bienes libres de gravámenes, con una póliza con cargo a una
empresa de seguros dedicada a este tipo de actividades comerciales, con la entrega
de bienes, o la fianza solidaria de una o más personas solventes. Al decidir sobre la
garantía, el juez fija el monto, la modalidad de la prestación y aprecia su idoneidad.
En ningún caso fija una garantía excesiva ni de imposible cumplimiento en atención a
los recursos constituya un motivo eficaz para evitar que el imputado se abstenga de
cumplir sus obligaciones. El imputado y el garante pueden sustituirla por otra
equivalente, previa autorización del juez (Art. 235).

Ejecución de la garantía. Cuando se declare la rebeldía del imputado o cuando éste


se sustraiga a la ejecución de la pena, el juez concede un plazo entre quince a
cuarenta y cinco días al garante para que lo presente y le advertirá que si no lo hace
o no justifica la incomparecencia, se procederá a la ejecución de la garantía. Vencido
el plazo otorgado, el juez dispone, según el caso, la ejecución en perjuicio del
garante o la venta en pública subasta de los bienes dados en prenda o de los
hipotecados, sin necesidad de embargo inmobiliario previo (Art. 236)

Cancelación de la garantía. La garantía debe ser cancelada y devueltos los bienes


afectados en garantía, más los intereses generados, siempre que no haya sido
ejecutada con anterioridad, cuando: 1. Se revoque la decisión que la acuerda; 2. Se
dicte el archivo o la absolución; 3. El imputado se someta a la ejecución de la pena o
ella no deba ejecutarse (Art. 237).

La prestación de una garantía económica se asemeja a la prevista en la ley sobre


libertad provisional bajo fianza del 11 de diciembre de 1915 y sus modificaciones, la
que no fue derogada expresamente por el Código Procesal Penal. Si bien versa para
la hipótesis de que el imputado se encuentre detenido,’ es innecesaria en razón de
que el imputado que esté bajo arresto o en prisión preventiva puede solicitar que la

10
medida de coerción que le afecte sea revisada en cualquier momento, a pedimento
suyo con fines de que sea sustituida por la prestación de una garantía económica

1.4.5.Impedimento de salida del país o localidad.

Es preciso saber que la ley 200 del 21 de marzo de 1964 regula los impedimentos de
salida del país en los casos en que se fundamenta en penas impuestas judicialmente
o, en las leyes de policía, de inmigración y de sanidad.

Esa ley también permite ese impedimento para las personas que se encuentren
sometidas a la jurisdicción penal en virtud de una denuncia o querella. A partir del
Código Procesal Penal, la prohibición de salir del país constituye una medida de
coerción que puede afectar a los imputados de la comisión de un hecho penalmente
punible, lo que significa que: sólo podrá ser impuesta por un juez, a solicitud del
ministerio público o del querellante.

El Ministerio Público sólo podrá radicar impedimento de salida ante la Dirección


General de Migración, en aplicación de dicha ley, en los casos de violaciones a las
leyes de policía, de inmigración o de sanidad que no constituyan infracciones a la ley
penal o, a lo menos, que al momento no sean objeto de persecuciones penales. La
validez de ese impedimento es cuestionable, una vez que limita la libertad de tránsito
que la Constitución garantiza a toda persona.

La prohibición de salir puede reducirse a un espacio limitado, puede ser el


confinamiento a la localidad en la cual reside el imputado o, el ámbito del territorio
que determine el juez. El control del fiel cumplimiento de esta medida no lo determina
la ley.

11
1.4.6.Someterse al cuidado o vigilancia de persona o institución y
presentación periódica ante el juez o autoridad.

Estadas medidas son de dudosa efectividad, por la carencia concurrente de


instituciones y de autoridades especializadas a fines de controlar al imputado y, de
normas que reglamenten las funciones de cada una de ellas. Están llamadas a
esperar la aparición de normas complementarias.

1.4.7.Arresto domiciliario.

“Se trata de un sistema electrónico a distancia para aquellas personas fuera de la


cárcel a fin de determinar la ubicación geográfica del usuario”. La mayor dificultad
que plantea esta medida pretende ser salvada por el texto cuando expresa, “sin que
pueda mediar violencia o lesión a la dignidad o integridad física del imputado”.¿Bajo
cuales condiciones la colocación de localizadores electrónicos constituye o no
atentado, violencia o lesión a la dignidad o integridad física del imputado?.

Se entiende que producto que esas vulneraciones no existan, el imputado debe ser
advertido previamente, en presencia de su defensor, de la eventualidad de que esas
medidas sean adoptadas en su contra, las que debe aceptar formalmente en
presencia de éste. Su negativa imposibilita su aplicación sin que constituya lesión a
su integridad física. Cabe la duda de que de momento el Estado disponga de la red
electrónica necesaria para la efectividad de esa medida.

1.4.8.Colocación de localizadores electrónicos.

El juez al evaluar la medida de coerción .a que someterá al imputado debe


determinarla, sopesándola en el orden que establece el artículo 226, que termina con
la prisión preventiva, la que sólo es aplicable Guando no pueda evitarse
razonablemente la fuga del imputado mediante la imposición de una o de varias de

12
aquellas que resulten menos gravosas- para su persona. El arresto domiciliario es la
penúltima. Parece ser la alterativa ideal parados casos en que el segundo párrafo del
artículo 234 prohíbe la prisión preventiva y, de aquellos en que la actitud procesal y
demás aspectos de vida del imputado a ser sopesados, llevan a la ausencia de
peligro de fuga y a la carencia de posibilidades de continuidad de la acción delictiva.

El arresto domiciliario suprime la libertad de tránsito del imputado por su


permanencia forzada en su domicilio o, en custodia de cualquier persona: funcionario
del Estado, profesional distinguido, pariente o aliado de conocida solvencia moral,
miembro prominente de la comunidad, etc. o aún, bajo cualquier otra vigilancia' que
el juez disponga o aún más, sin custodia o vigilancia alguna.

Las medidas de coerción enumeradas representan las ventajas siguientes: (1) evitar
los gastos que ocasionarían las creación y mantenimiento de nuevos
establecimientos penitenciarios, (2) dar a la comunidad ¡a oportunidad de revisar su
actitud con respecto a los delincuentes, (3) disminuir el aislamiento del infractor
favoreciendo su trabajo fuera del sistema penal a la sentencia en prueba la
posibilidad de desempeñar un papel cada vez más importante.

1.4.9.Medidas de coerción reales

1.4.9.1. Embargo y otras medidas conservatorias.

Para garantizar la reparación de los daños y perjuicios provocados por el hecho


punible y el pago de las costas del procedimiento, las partes pueden formular al juez
la solicitud de embargo, inscripción de hipoteca judicial u otras medidas
conservatorias previstas por la ley civil. El ministerio público puede solicitar estas
medidas para garantizar el pago de las multas imponibles o de las costas o cuando la
acción civil le haya sido delegada. (Art. 243.)

13
Aplicación supletoria. El trámite se rige, en cuanto sean aplicables, por las reglas
del Código de Procedimiento Civil y la legislación especial. (Art. 244.)
Recurso. Todas las decisiones judiciales relativas a las medidas de coerción
reguladas por este Libro son apelables. La presentación del recurso no suspende la
ejecución de la resolución. (Art. 245.)

1.5. Procedimiento para la aplicación de las Medidas de coerción

El Código Procesal Penal dominicano representa una importante legislación en cuanto a


que sujeto puede solicitar esta medida, y es que el código faculta al querellante a
solicitar dicha medida, otorgándole un poder real y participativo a la víctima que se ha
querellado o constituido, no siendo beneficiara de esta facultad a aquella persona que
solo denuncian el hecho, es decir, una persona que denuncia no puede pedir al tribunal
medidas cautelares. Se podría decir que la víctima que decide querellares es una
especie de fiscal ya que tiene el poder de solicitar las medidas cautelares que señala el
Art. 226. Aun en el caso de que el fiscal no la solicite. Aspecto que se debe señalar es
que a parte de las medidas observadas en el 226, el código amplia y le asigna al
ministerio publico el requerimiento de otras medidas cautelares en la cual el querellante
no la puede demandar como es la medida de orden de arresto contemplada en el Art.
225, cuando dice:” orden de arresto.

El juez, a solicitud del ministerio público, puede ordenar el arresto de una persona
cuando...” siendo esta medida reservada a solicitud del Ministerio Publico no así para el
querellante. Sin embargo la redacción que presenta el Art. 228 le amplia la facultad al
querellante a solicitarlas todas las medidas que señala el código. El ministerio público
también puede requerir de otras medidas que hemos indicados en este artículo.

El código reserva las medidas de coerción personales solo para aquellos delitos de
acción pública y de acción pública a instancia privada, y en cuanto a los delitos de
acción privada no se pueden ordenar la prisión preventiva, el arresto domiciliario ni la

14
colocación de localizadores electrónicos, lo que parece indicar que si se pueden aplicar
las demás según el Art. 226.
1.6. Finalidad de las medidas de coerción.

La finalidad de las medidas de coerción a la luz del Código Procesal Penal no es otra
que “asegurar la presencia del imputado en el procedimiento”, finalidad ésta
propiamente cautelar, que pudiera implicar formas de coerción rígidas sobre la
persona del imputado Art. 222 del Código Procesal Penal Dominicano. 7

Las Medidas de Coerción han sido definidas por el tratadista Cuéllar Cruz como
"aquellas que pueden adoptarse motivadamente por el órgano jurisdiccional
(tribunal), contra un presunto responsable de un hecho delictivo al estimarse dos
aspectos esenciales: por una parte, la presencia de una imputación fundada en la
verificación objetiva de un hecho inconfundible y en la probabilidad prudente de quien
sea su autor; y por otra, en la fundada responsabilidad de ocultación personal o
patrimonial del imputado en el curso del procedimiento penal, teniendo como
finalidad única y legítima el garantizar los efectos penales y civiles de una futura
sentencia condenatoria."

1.7. Origen de las Medidas Cautelares en el Proceso Penal


Dominicano.

Esta reforma procesal penal dio como resultado un instrumento nuevo, que fue el
Código Procesal Penal, denominado Ley 76-02 (27 de septiembre del 2002). Se
inició un proceso que modificó la metodología en cuanto al proceso penal, luego de
un plazo de espera de dos (2) años para la aplicación de dicho código, el máximo
organismo del Poder Judicial la Suprema Corte de Justicia, resoluto varios
reglamentos especiales sobre diferentes instituciones del proceso penal dominicano.

7Congreso Nacional. Art. 222. Código Procesal Penal Dominicano.

15
Este texto legislativo derogó y abrogó el antiguo Código de Procedimiento Criminal,
así como toda legislación que le fuese contraria, lo cual constituyó una transición
profunda entre el antiguo modelo inquisitivo hacia un modelo acusatorio adversarial
regido por las directrices del respeto a los principios y derechos fundamentales que
conforman el Debido Proceso de Ley. De esta manera, el Código Procesal Penal ha
surtido un gran impacto en la práctica jurídica penal en la República Dominicana,
toda vez que el mismo constituyó, desde el inicio de su puesta en vigor, un verdadero
y profundo cambio del sistema de justicia penal, tanto para la parte acusadora, la
parte investigadora, la defensa técnica y, por último, para la parte juzgadora.

El proceso establecido por la normativa procesal penal produjo cambios sustanciales


en el sistema de justicia penal dominicano, fortaleciendo con sus fundamentos el
juicio oral, público y contradictorio del proceso penal y la función jurisdiccional de los
jueces; dotando al Ministerio Público de los medios apropiados para la investigación
de las infracciones; garantizando la defensa técnica, pública o particular a todo
imputado; introduciendo medios alternativos de resolución de conflictos penales;
estableciendo la libertad como regla; asegurando la tutela judicial de los intereses
difusos; estableciendo controles de la duración del proceso; simplificando los
procedimientos; creando medidas alternativas a la prisión preventiva, entre otros.

El Código Procesal Penal Dominicano contiene 449 artículos y está dividido en dos
(2) partes: Parte General y Parte Especial. Para su aplicación han sido dictadas
varias disposiciones normativas, como son la Ley No. 278-04 sobre la
Implementación del Proceso Penal instituido por la Ley No. 76-02, de fecha trece (13)
del mes de agosto del año dos mil cuatro (2004), así como distintas resoluciones
emitidas por la Suprema Corte de Justicia, entre las cuales se pueden mencionar:

Resolución No. 1920-2003, de fecha trece (13) del mes de noviembre del año dos mil
tres (2003), para la aplicación anticipada del Código Procesal Penal;

16
Resolución No. 1170-2004, de fecha dos (2) del mes de septiembre del año dos mil
cuatro (2004), sobre la Designación de Jueces y Tribunales Liquidadores;

Resolución No. 296-2005, de fecha seis (6) del mes de abril del año dos mil cinco
(2005), (modificada por la Resolución No. 2087-2006), que establece el Reglamento
para el Juez de la Ejecución de la Pena;
Resolución No. 1731-2005, de fecha quince (15) del mes de septiembre del año dos
mil cinco (2005), que establece el Reglamento sobre Medidas de Coerción y
Celebración de Audiencias durante la Etapa Preparatoria al am-paro del Código
Procesal Penal;

Resolución No. 1732-2005, de fecha quince (15) del mes de septiembre del año dos
mil cinco (2005), que establece el Reglamento para la tramitación de Notificaciones,
Citaciones, y Comunicaciones Judiciales de la Jurisdicción Penal;

Resolución No. 1734-2005, de fecha quince (15) del mes de septiembre del año dos
mil cinco (2005), que establece el Reglamento sobre la Gestión Administrativa de las
Secretarias de los Tribunales al amparo del Código Procesal Penal;

Resolución No. 1735-2005, de fecha quince (15) del mes de septiembre del año dos
mil cinco (2005), que establece el Reglamento sobre los Tribunales Colegiados de
Primera Instancia de la Jurisdicción Penal;

Resolución No. 1733-2005, de fecha quince (15) del mes de septiembre del año dos
mil cinco (2005), que establece el Reglamento para el Funcionamiento de la Oficina
Judicial de Servicios de Atención Permanente de la Jurisdicción Penal;

Resolución 3869-2006, de fecha veintiuno (21) del mes de diciembre del año dos mil
seis (2006), que establece el Reglamento para el Manejo de los Medios de Prueba
en el Proceso Penal;

17
Resolución 1029-2007, de fecha tres (3) del mes de mayo del año dos mil siete
(2007), que establece el Reglamento sobre los Procedimientos de Resolución Alterna
de Conflictos Penales;
Resolución No. 2802-2009, de fecha veinticinco (25) del mes de septiembre del año
dos mil nueve (2009), sobre la Extinción de la Acción Penal;

Resolución 58-2010, de fecha once (11) del mes de febrero del año dos mil diez
(2010), que establece un parámetro sobre los criterios que los jueces deben tomar en
consideración para la imposición o variación de la medida de coerción de prisión
preventiva; entre otras.

El Código Procesal Penal Dominicano inicia su contenido con el establecimiento de


veintiocho (28) principios fundamentales que permean todo el proceso penal, desde
el inicio de la investigación hasta la última fase de su desarrollo, salvaguardando con
su respeto el cumplimiento de las directrices que consagra el Debido Proceso de Ley.
Estos principios consagran un conjunto de derechos inherentes a toda persona por el
solo hecho de tener la condición humana. Estos principios formaban parte del
ordenamiento jurídico dominicano al estar consagrados por la Constitución de la
República, así como por convenciones internacionales sobre derechos humanos
debidamente ratificadas por el Congreso Nacional.

Las medidas de coerción se organizan en el nuevo código atendiendo a la


clasificaciónde medidas de coerción personales y reales se organizan en el nuevo
código atendiendo a la clasificación de medidas de coerción personales y reales. Con
las medidas de coerción personales se busca restringir las libertad o de movimiento
del encartado y se le aplica a la personas y con las reales lo que se quiere es
resguardar y cuidar los bienes sobre los cuales se ejecutaría una posible multa o
indemnización o garantizar que el procesado no se sustraería al juicio. Esta
clasificación se podría decir que es incompleta, ya que el código no señala otras
medidas que son cautelares y que se encuentran dispersas.

18
El abanico de medidas coercitivas personales que presenta el código van desde el
arresto, conducencia y prisión preventiva a la citación las cuales se sitúan en las
medidas coercitivas que afectan al derecho a la libertad personal, un Ej.: una
aprehensión del testigo que no atiende al llamado de una citación puede comparecer
mediante el uso de la fuerza pública Art.199.

La restricción de circulación Art. 178, dentro de esta nomenclatura se ubican también


y como sustituto de la prisión preventiva, el arresto domiciliario, la obligación de
someterse al cuidado o vigilancia de una persona o institución; la obligación de
presentarse periódicamente; la colocación de localizadores electrónico; la prohibición
de salir sin autorización del país; el internamiento Art.233; la incomunicación Art.109.

Otra clasificación son aquellas que afectan la integridad personal por ejemplo el
examen corporal Art.99. También están las medidas coercitivas que afectan el
derecho de propiedad, como el secuestro Art. 186, el embargo Art.243, clausura de
locales y aseguramiento de cosas muebles; medidas coercitivas que afectan el
derecho a la inviolabilidad de la esfera íntima como son el registro de personas Art.
176, inspecciones, registro de vehículos, el allanamiento, el registro de moradas y
lugares privados y locales públicos. Medidas coercitivas que afectan el secreto postal
y de comunicaciones como la interceptación y secuestro de comunicaciones y
correspondencia Art. 191 y 192.

Todas estas medidas solo se le aplican normalmente al imputado, sin embargo y


excepcionalmente pueden dictarse medidas coercitivas en contra de terceros por
ejemplo el registro colectivo, traer por la fuerza pública al testigo que no acudió a la
citación judicial, la interceptación de telecomunicaciones y la restricción de
circulación. Importantes es señalar que quien esta habitualmente facultado para
imponer medidas de coerción es el tribunal y en circunstancias especiales las puedes
imponer el ministerio público y la policía judicial sin autorización del juez como la
citación, el arresto en caso de fragancia la cual puede aplicar un particular, el registro
de personas, registro de vehículos, registro colectivos, restricciones de circulación la
19
cual no puede superar más de seis horas, por último la orden de secuestro en
ocasión de un registro.

1.8. Elementos constitutivos y tribunales competentes para el


conocimiento de las medidas de coerción.

Las medidas de coerción deben tener como elementos constitutivos generales y


circunstancias especiales los numerales que indica el Art. 227, en tal caso los
tribunales proceden aplicar estas medidas cuando existan elementos de pruebas
suficientes que sostengan que el imputado es autor o cómplice de una violación, o
cuando el acusado a través de la fuga se presume que se va a sustraer al
procedimiento judicial, y que la violación conlleve una pena de privación de libertad,
estos son los presupuesto generales que exige el código. El código no especifica si
se puede aplicar algunas de las medidas coercitivas solo con el concurso de uno o
dos de los numerales, en razón de que el código habla de que deben concurrir todas
las circunstancias. Hasta ahora la jurisprudencia no ha dicho que no.

El tribunal competente para la aplicación de las medidas cautelares es el de los


jueces de la instrucción en virtud de que las medidas coercitivas son medidas que
normalmente se solicitan en la fase preparatoria, que es la fase donde se prepara y
se recoge las evidencias necesaria para acusar, aunque los jueces de paz y las
jurisdicción de atención permanente en ciertas circunstancias especiales tienen
facultad para conocer medidas de coerción.

1.9. Revisión de las Medidas de Coerción.

Las medidas cautelares están sometidas al régimen de la revisión, sustitución y a su


modificación, las mismas se llevan a cabo a través de una audiencia en presencia del
procesado y previa notificación a todas las partes intervinientes por ante el tribunal que
dictó la resolución. Para la solicitud de revisión están facultados el encartado, el
querellante, también el fiscal en virtud del principio de objetividad y el juez de oficio en

20
beneficio del procesado no pudiendo el juez provocarla para agravar la situación del
imputado (necreformatio in pejus).

La revisión de una medida cautelar tendrá como presupuesto necesario el que las
circunstancias que dieron origen a su imposición hayan cambiado, porque de lo
contrario no se podría modificar o ser sustituida. Un aspecto a resaltar es que la
solicitud se puede invocar en cualquier estado del procedimiento.

En el caso de la prisión preventiva la misma está sujeta a un régimen especial y su


modificación esta acondicionada a lo establecido por las características que indica el
artículo 241, y para los jueces es obligatoria su revisión cada tres meses. Cuando las
partes intervinientes no están de acuerdo con la resolución que impone o rechace una
medida de coerción tiene abierto el recurso de apelación. Dicho recurso no suspende la
ejecución de la resolución y quien conocerá en audiencia este recurso es la corte de
apelación como tribunal de alzada.

21
CAPITULO II
EL SUJETO DE CONOCIMIENTO

2.1. Concepto de sujeto de conocimiento.

El sujeto del conocimiento es la sociedad, personificada en los hombres concretos.


Se declara a la forma social del movimiento como un proceso histórico-espiritual
sujeto a leyes, que no sólo son independientes de la voluntad y conciencia de los
hombres sino que determinan esta voluntad y conciencia. 8

Se trata de la persona que conoce. Se llama también sujeto cognoscente. Es el que


capta algo, el que se posesiona con su mente de las características de un ser. Las
facultades cognitivas (ojos, oídos, entendimiento, etc.) posibilitan que haya alguien
que se dé cuenta de lo que pasa alrededor de él. Ese centro de conocimiento es el
sujeto cognoscente.9

2.2Los principales sujetos procesalesde las medidas de coerción.

De manera general la doctrina ha estimado que los sujetos procesales son las
personas que intervienen regularmente dentro del trámite del proceso, representando
o bien al Estado, o bien a los diferentes intereses particulares comprometidos en la
definición del mismo. Su actuación es regular y más o menos permanente en dicho
proceso y no específica en actos individualizados del trámite.

El Código Procesal Penal Dominicano reconoce como sujetos procesales a:


a) Ministerio Público y órganos auxiliares. (Arts. 88 y sigtes.)

8 Hegel. Lecciones sobre filosofía de la historia universal. En "Lecturas sobre historia de la filosofía", Editorial
Pueblo y Educación. La Habna.1973, Pág. 127.
9Extraido de: https://aeternaimperoblog.wordpress.com/2017/01/09/los-elementos-del-conocimiento-el-
sujeto-el-objeto-la-representacion-y-la-operacion/. Fecha de consulta. 18 de noviembre de 2017.

22
b) La victima: (Arts. 83, 84) a) Denunciante (Art. 262) b) Querellante (Arts. 83,
85,267) c) Actor Civil (Arts. 53, 118) d) Querellante-Actor Civil e) Testigo (Arts.
123, 124,307).
c) El Imputado (Arts. 95)
d) El tercero civilmente demandado (Arts. 126).
e) La defensa técnica, (Arts. 111).

Los sujetos procesales son todas aquellas personas que de una forma directa o
indirectamente, por acción u omisión, tienen un interés o derecho que debe defender
o perseguir su reconocimiento a través del proceso. Sin sujetos no hay proceso.

2.3. El Ministerio Público y la víctima como sujetos procesales en la


solicitud de las medidas de coerción.

La solicitud para la aplicación de medida de coerción puede ser hecha tanto por el
Ministerio Público como por la víctima constituida en querellante. La petición debe
ser un escrito simple y sin formalidades especiales, que contenga los datos
personales del imputado, un relato sucinto del hecho y su calificación jurídica con los
elementos de prueba que lo sustentan, el tipo de medida que se requiere y en su
caso la solicitud de arresto. (Resolución No. 1731-2005. Artículo 5)

La solicitud puede ser realizada mediante escrito depositado en la secretaría del


juzgado personalmente, vía fax, correo electrónico u otro cualquiera de los medios
establecidos en el reglamento para la tramitación de notificaciones, citaciones y
comunicaciones judiciales. (Resolución No. 1731-2005. Artículo 5)

Procedencia. Procede aplicar medidas de coerción, cuando concurran todas las


circunstancias siguientes: (Congreso Nacional. Código Procesal Penal instituido por
la Ley 76-02; Art. 227)

a. Existen elementos de prueba suficientes para sostener, razonablemente,


que el imputado es, con probabilidad, autor o cómplice de una infracción;

23
b. Existe peligro de fuga basado en una presunción razonable, por apreciación
de las circunstancias del caso particular, acerca de que el imputado podría
no someterse al procedimiento;
c. La infracción que se le atribuya esté reprimida con pena privativa de libertad.

Prueba. Las partes pueden proponer prueba con el fin de sustentar la imposición,
revisión, sustitución, modificación o cese de una medida de coerción. (Art. 230)

a) Dicha prueba se individualiza en un registro especial cuando no está permitida


su incorporación al debate.
b) El juez valora estos elementos de prueba conforme a las reglas generales
establecidas en este código, exclusivamente para fundar la decisión sobre la
medida de coerción.
c) En todos los casos el juez debe, antes de pronunciarse, convocar a una
audiencia para oír a las partes o para recibir directamente la prueba. De dicha
audiencia se levanta un acta.

Resolución. La resolución que impone una medida de coerción debe contener: (Art.
231)

a. Los datos personales del imputado o los que sirvan para identificarlo;
b. La enunciación del hecho que se le atribuye y su calificación jurídica;
c. La indicación de la medida y las razones por las cuales el juez estima que los
presupuestos que la motivan concurren en el caso;
d. La fecha en que vence el plazo máximo de vigencia de la medida.

Acta. Previo a la ejecución de las medidas de coerción, cuando corresponda, se


levanta un acta en la que conste: (Art. 232)

1) La notificación al imputado;
2) La identificación y el domicilio de la institución o de los particulares que
intervengan en la ejecución de la medida y la aceptación de la función u
obligación que les ha sido asignada;
3) El señalamiento del lugar o la forma para recibir notificaciones;
4) La promesa formal del imputado de presentarse a las citaciones.

24
2.4. La víctima como sujeto procesal en la solicitud de las medidas
de coerción.

La víctima, como sujeto procesal, puede constituirse además, tanto como


querellante, cuando promueve la acción penal, y hasta acusar en los términos y
condiciones que le confiere el CPP, así como también como actor civil, si pretende
ser resarcido por el daño producido por el hecho punible, a través de una demanda
debidamente motivada.

2.5. El Imputado como sujeto procesal para la aplicación de las


medidas de coerción.

El imputado, que es sobre el cual recae el mayor peso del proceso penal, pues es él
quien lo lleva el mayor peso del proceso sobre sus espaldas.

El imputado es aquel en contra de quien existen simples sospechas de participación


en un hecho que reviste caracteres de delito, teniendo ducha calidad desde el primer
momento de la primera actuación del procedimiento dirigido en su contra y hasta la
completa ejecución de la sentencia.

Todos los derechos del imputado son tendientes a resguardar su persona y su


dignidad de tal, asegurándole su calidad de sujeto de la investigación y no de objeto
de la misma.Es importante señalar que se protege la calidad jurídica del imputado
respetando su derecho de " presunción de inocencia", esto es mientras no se pruebe
su culpabilidad, abarcando todas las etapas del procedimiento.
Desde la promulgación del Código Procesal Penal se ha comentado muy
ampliamente respecto a que dicho código favorece los “delincuentes”. Consideramos
que lo que pretende el mismo es proteger los derechos de los imputados,
garantizándole un juicio justo e imparcial, mediante reglas claras y previamente
establecidas. (Artículo 95 CPP)
25
De esta forma las personas son protegidas de denuncias o querellas temerarias que
son interpuestas solo para hacer daño a reputaciones, aunque debemos reconocer
que en muchos casos y por deficiencias en las pruebas aportadas, personas que
ciertamente han cometido el hecho del que se le acusa son liberadas, siendo un
peligro para la sociedad.

En ese sentido el artículo 95 del Código Procesal Penal dispone que todo imputado
desde que se solicite la aplicación de una medida de coerción o la realización de un
anticipo de prueba, tiene derecho a:

1. Ser informado del hecho que se le atribuye, con todas las circunstancias de
tiempo, lugar y modo, en la medida conocida, incluyendo aquellas que sean de
importancia para la calificación jurídica, un resumen de los contenidos de prueba
existentes y las disposiciones legales que se juzguen aplicables;

2. Recibir durante el arresto un trato digno y, en consecuencia, a que no se le


apliquen métodos que entrañen violencia innecesaria o el uso excesivo y
desproporcionado de la fuerza;

3. Conocer la identidad de quien realiza el arresto, la autoridad que lo ordena y bajo


cuya guarda permanece;

4. Comunicarse de modo inmediato con una persona de su elección y con su


abogado para notificarles sobre su arresto y a que le proporcionen los medios
razonables para ejercer este derecho;

5. Ser asistido desde el primer acto del procedimiento por un defensor de su


elección, y a que si no puede pagar los servicios de un defensor particular el Estado
le proporcione uno;

26
6. No autoincriminarse, en consecuencia, puede guardar silencio en todo momento
sin que esto le perjudique, o sea, utilizado en su contra. En ningún caso puede ser
sometido a malos tratos o presión para que renuncie a este derecho ni ser sometido
a técnicas o métodos que constriñan o alteren su voluntad;
7. Ser presentado ante el juez o el ministerio público sin demora y siempre dentro de
los plazos que establece este código;

8. No ser presentado ante los medios de comunicación o ante la comunidad en forma


que dañe su reputación o lo exponga a peligro;

9. Reunirse con su defensor en estricta confidencialidad.

10. La precedente enumeración de derechos no es limitativa.

El ministerio público y los demás funcionarios y agentes encargados de hacer cumplir


la ley, así como los jueces, tienen la obligación de hacer saber al imputado de
manera inmediata y comprensible sobre sus derechos, procurar su salvaguarda y
efectividad.

El funcionario o agente que vulnere, permita o instigue el atentado o violación de


cualquiera de estos derechos es responsable y sancionado de acuerdo a lo
establecido por la ley.

Son nulos los actos realizados en violación de estos derechos y los que sean su
consecuencia. Por esa razón muchos imputados son descargados ya que las
evidencias que presenta el ministerio publico han sido obtenidas de manera
improcedente, y por lo tanto los jueces tienen la obligación de declararlas nulas.

El debido proceso que, junto a la tutela judicial efectiva, está previsto en el Artículo
69 de la Constitución, puede ser identificado como el núcleo de las garantías de los
derechos fundamentales. Esto se debe a que de dicho texto se desprenden
27
importantes principios, definidos por el Constituyente como “garantías mínimas”, que
son las siguientes:

a) El derecho a una justicia accesible, oportuna y gratuita;


b) El derecho a ser oído, dentro de un plazo razonable y por una jurisdicción
competente, independiente e imparcial, establecida con anterioridad por la ley;
c) El derecho a que se presuma su inocencia y a ser tratado como tal, mientras
no se haya declarado su culpabilidad por sentencia irrevocable;
d) El derecho a un juicio público, oral y contradictorio, en plena igualdad y con
respeto al derecho de defensa;
e) Ninguna persona puede ser juzgada dos veces por una misma causa;
f) Nadie podrá ser obligado a declarar contra sí mismo;
g) Ninguna persona podrá ser juzgada sino conforme a leyes preexistentes al
acto que se le imputa, ante juez o tribunal competente y con observancia de la
plenitud de las formalidades propias de cada juicio;
h) Es nula toda prueba obtenida en violación a la ley;
i) Toda sentencia puede ser recurrida de conformidad con la ley. El tribunal
superior no podrá agravar la sanción impuesta cuando sólo la persona
condenada recurra la sentencia;

Las normas del debido proceso se aplicarán a toda clase de actuaciones judiciales y
administrativas.

Resumiendo lo anterior, podemos decir que toda persona tiene derecho a reclamar,
ante las jurisdicciones que corresponda, cuando entienda que sus derechos han sido
vulnerados y es un deber de las autoridades garantizarle la tutela efectiva, a fin de
poder canalizar sus reclamos.

Para fines de este trabajo, nos interesa destacar el Principio de Igualdad y el de


Tutela Judicial Efectiva. La igualdad es uno de los valores primordiales del
constitucionalismo clásico y lo encontramos reflejado en toda la legislación adjetiva.
En el caso que nos interesa, dicho Principio -aparte de su consagración en el Artículo
39 de la Constitución, que, tanto en su parte capital como en los ordinales 1 y 3

28
consagra el referido derecho, estableciendo que las personas reciben la misma
protección y trato de las instituciones y que el Estado debe promover las condiciones
jurídicas y administrativas para que la igualdad sea real y efectiva- está instituido en
los artículos 11 y 12 del CPP, que definen, respectivamente, la igualdad ante la ley y
la igualdad entre las partes.

Según Castaños Guzmán (2012) “la primera concreción jurídica de este valor es el
Principio de Igualdad ante la Ley, que, en cuanto derecho fundamental, obliga a un
tratamiento no discriminatorio de origen legal” (P. 128) y para Rodríguez &
Hernández (2003) es generalmente admitido que “toda desigualdad injustificada es
supuesto de indefensión” (P.184).

En lo que respecta a la tutela judicial efectiva, ésta es una derivación del derecho a
una justicia accesible, oportuna y gratuita y va de la mano con el debido proceso. Si
partimos de la premisa de que los derechos fundamentales deben ser protegidos, su
jurisdiccionalidad requiere, necesariamente, de procedimientos específicos para
lograrlo. Así las cosas, la tutela judicial efectiva consiste, siguiendo a Vargas
Guerrero (2013) en “la acción procesal que permite acceder a la jurisdicción, hacer
peticiones, obtener respuestas y ejecutar lo decidido en plazo razonable”.

De manera que la tutela judicial efectiva abarca, desde el acceso a la jurisdicción,


que podemos llamar apoderamiento, y la obtención de una sentencia, hasta la
posibilidad de incoar recursos contra ella y poder ejecutar lo que ha sido decidido.

El imputado frente a la Prisión preventiva y presunción de inocencia

A primera vista, parece existir una oposición entre la presunción de inocencia y la


prisión preventiva, previstas ambas en la ley y las convenciones sobre Derechos
Humanos; pero aquella se despeja cuando tomamos en cuenta la naturaleza cautelar

29
de dicha medida, aunque implique afectar un derecho fundamental, como es la
libertad. O sea, la presunción de inocencia no puede significar que el imputado esté
libre de toda medida coercitiva durante el proceso, ya que ello implica al menos en
algunos casos que el proceso penal no pueda llevarse a cabo, por la fuga del
procesado.

Lo criticable es que la medida se extienda más allá de un plazo razonable.Llobet


afirma, partiendo del anterior supuesto, que “la prisión preventiva y la presunción de
inocencia no pueden ser estimadas como incompatibles”. O sea, lo que no puede
tener la medida es un carácter punitivo, como castigo. Esto significa que no persiga
los fines de la pena, de prevención general y especial, sino un fin procesal, de
aseguramiento del juicio.(1998/2001, p.524)

Precisamente ese punto fue que vino a aclarar la Resolución No. 58-2010 de la
Suprema Corte de Justicia, al afirmar que este mecanismo de control (refiriéndose al
conjunto de medidas) “debe garantizar de manera rigurosa, tanto la presentación del
imputado o de los imputados a todos los actos de procedimiento”.

Los tipos penales perseguibles por acción penal privada están enumerados en el
Art. 32 CPP. No los vamos a describir, limitándonos a identificarlos. Son los
siguientes: violación de propiedad, difamación e injuria, violación de propiedad
industrial (con excepción del derecho de marcas) y violación a la Ley de Cheques.El
acusador, en estos casos, es la propia víctima. No hay participación del Ministerio
Público.

A partir de lo expuesto en el presente trabajo, podemos llegar a la conclusión de que


la norma contenida en el penúltimo párrafo del Art. 226 CPP contradice los Principios
Generales para la imposición de medidas de coerción de manera particular; los
Principios Generales del propio CPP; contradice derechos fundamentales descritos
en la Constitución y, finalmente, entra en contradicción con el Principio de
Razonabilidad de la propia Constitución.
30
El CPP en el Art. 227 establece los requisitos esenciales para que sea dictada una
medida de coerción, sin establecer distinción entre casos. Esos requisitos son: la
existencia de pruebas mínimas o elementos de prueba que permitan sostener
-razonablemente- que el imputado es autor o cómplice de una infracción; que exista
peligro de fuga y que la infracción por la cual se persigue al imputado se castigue con
pena privativa de libertad.

De entrada, salta a la vista que dicho texto legal exige que se den las tres
circunstancias descritas, es decir, que si falta alguna, no es admisible imponer
medida de coerción. Estamos en presencia de un texto claro, que no precisa
interpretación. Interpretatiocessat in claris.

Pero, aparte de lo anterior, también es evidente que el legislador no ha establecido


distinción entre procesos o con relación a la naturaleza de la acción por la que
resulta perseguible el delito, en cuyo marco se dicta la medida. Se trata de tres
variables que se dan en cualquier proceso, desde el que tiene por objeto un
asesinato, robo con violencia o un conjunto de infracciones dentro de una red de
criminalidad organizada, hasta un caso de cheque sin fondos o violación de
propiedad.

La no-aplicación de prisión preventiva en los procesos de acción privada es, si nos


guiamos de la norma general del Art. 227 CPP, un tácito reconocimiento del
legislador de que en los procesos de acción privada no existe peligro de fuga. La
práctica (el proceso por cheques que referimos al inicio, en el que la presencia del
imputado sólo fue posible debido a su extradición) desmiente este supuesto y torna
dicha norma en irrazonable e inconstitucional.

El CPP contiene, en sus primeros 28 artículos, un conjunto de Principios Generales,


que, por expresarlo de alguna manera, configuran una especie de esqueleto de todas
las disposiciones normativas que rigen aspectos particulares del proceso. De ellos

31
queremos destacar el de Igualdad ante la Ley (Art. 11) y el de Igualdad entre las
Partes (Art. 12).

Basta leer el penúltimo párrafo del Art. 226 del CPP y contrastarlo con los textos
citados precedentemente -sobre todo el Art. 12 del CPP, que prescribe que las partes
van al juicio en condiciones de igualdad- para comprobar que los jueces deben evitar
que se minimice o atenúe este Principio, el cual cobra mayor vigencia en los
procesos de acción privada, en que la víctima actúa como única acusadora, o sea, va
al juicio sola, sin el auxilio del Ministerio Público.

La contradicción es notoria puesto que, en medio de una reforma que buscaba


acabar con el monopolio de la acción penal por el Ministerio Público, legitimando a la
víctima como acusador particular y reconociendo que dicha acción “cuando es
privada, su ejercicio únicamente corresponde a la víctima” (Art. 29 CPP), termine
privándola de una herramienta que puede ser fundamental en el proceso, en
ocasiones la única idónea para asegurar la presencia del imputado en el
procedimiento. Así las cosas, se desconoce el principio fundamental del CPP de
Igualdad entre las Partes.

Ya vimos que el Art. 40.9 de la Constitución prevé como una actuación legítima que
se dicte medidas de coerción en los procesos penales, insistiendo en que debe
hacerse de manera excepcional y el legislador del CPP en el Art. 16, de manera
específica sobre la prisión preventiva, refiere que debe tener un límite temporal
razonable, a fin de que no se convierta en una pena anticipada.

En otro aspecto, el Art. 39 de la Constitución reconoce el Principio de Igualdad,


condenando todo privilegio que tienda a quebrantarlo y promoviendo las condiciones
JURÍDICAS y administrativas para que la igualdad sea real y efectiva.

Como bien puede apreciarse de su lectura, el texto constitucional es claro y preciso.


No establece ninguna distinción que implique un trato diferenciado en los procesos
32
judiciales en general o penales en particular. Al contrario, la IGUALDAD está
consagrada como principio fundamental y valor supremo en el breve Preámbulo de la
Constitución. Por argumento contrario: toda situación de desigualdad es incompatible
con el orden constitucional.
El Principio de Razonabilidad de la Ley está contenido en el Art. 40.15 de la
Constitución de la República, y textualmente dice:

A nadie se le puede obligar a hacer lo que la ley no manda ni impedírsele lo que la


ley no prohíbe. La ley es igual para todos: sólo puede ordenar lo que es justo y útil
para la comunidad y no puede prohibir más que lo que le perjudica.

Visto el texto constitucional y la normativa del penúltimo párrafo del Art. 226 CPP, es
menester plantear la siguiente pregunta:¿Es razonable, conforme al Art. 40.15 de la
Constitución, lo dispuesto por el penúltimo párrafo del Art. 226 del Código Procesal
Penal?

Un proceso de acción penal privada en que fue necesario extraditar al imputado para
que respondiera por un delito económico.Si cotejamos el penúltimo párrafo del Art.
226 CPP con el Art. 40.15 de la Constitución de la República, salta a la vista, de
manera axiomática, que dicho texto es contrario al Principio de Razonabilidad de la
Ley. Y es que, al crear la distinción que hemos descrito, el legislador del CPP ha roto
con el Principio de Igualdad ante la Ley, que se hace más patente cuando lo vemos
en relación a un proceso en el que la víctima participa sola, sin ayuda del Ministerio
Público. Esta distinción es irrazonable, puesto que se ha salido del marco de lo que
es justo y útil para la comunidad, como expresamente consagra nuestra Carta
Magna.

La ley no puede hacer distinciones individuales respecto a personas semejantes (en


este caso las víctimas) y dentro del marco de un proceso penal. A todos los
ciudadanos se les debe reconocer los mismos derechos y las mismas posibilidades.

33
El derecho a la tutela judicial efectiva abarca todo proceso, sin distinguir en base a la
naturaleza de la acción.En cualquier caso, el juez puede prescindir de toda medida
de coerción, cuando la promesa del imputado de someterse al procedimiento sea
suficiente para descartar el peligro de fuga.

El fundamento de estas medidas que afectan la libertad personal se encuentra en la


propia Constitución cuando esta indica

"Nadie podrá ser juzgado sin haber sido oído o debidamente citado ni sin
observancia de los procedimientos que establezca la ley para asegurar un
juicio imparcial y el ejercicio del derecho de defensa. Las audiencias serán
públicas, con las excepciones que establezca la ley, en los casos en que la

publicidad resulte perjudicial al orden público o a las buenas costumbres ".

Se dispone a demás en la constitución las acciones de amparo y del habeas hábeas


como garantía de la libertad e integridad de una persona. Aspecto que hay que
señalar es que las medidas deben ser establecidas por ley y tienen un carácter
excepcional.10

El derecho civil dispone de mecanismos que podrían en caso de extrema necesidad,


ser impuestos, no como medidas cautelares, si no como medidas de coerción sobre
los bienes de las personas procesadas. El Código Procesal Penal, en sus artículos
243 y 244, ha dispuesto la aplicación directa de las disposiciones del Código de
Procedimiento Civil para aplicar medidas conservatorias sobre los bienes de las
personas para garantizar el cumplimiento de su obligación, en caso de ser
declarados responsables de los hechos que se le imputan. El propio Código Procesal
Penal establece los mecanismos de la vía civil como medidas de coerción reales en
sus artículos 243 y 244.

10Ibídem. Arts. 243 y 244

34
2.7. La Defensa Técnica.

El defensor técnico, sea éste privado (de la elección del imputado) o un defensor
técnico de la defensoría pública, pues como el derecho a la defensa es irrenunciable
(un derecho humano), el imputado debe estar representado siempre en el proceso, a
través de la asistencia de un defensor técnico.

2.8. El Juez en la valoración y aplicación de las medidas de


coerción.

A solicitud del Ministerio Público o del querellante, el juez puede imponer una sola de
las medidas de coerción previstas en este código o combinar varias de ellas, según
resulte adecuado al caso, y expedir las comunicaciones necesarias para garantizar
su cumplimiento. Cuando se ordene la prisión preventiva, no puede combinarse con
otras medidas de coerción. (Art. 228)

En ningún caso el juez está autorizado a aplicar estas medidas desnaturalizando su


finalidad ni a imponer otras más graves que las solicitadas o cuyo cumplimiento
resulta imposible.

El Juez de la Instrucción resuelve(Resolución No. 1731-2005. Artículo 4):

 Peticiones de medidas de coerción hechas por el ministerio público o la parte


querellante;
 Revisión de medidas de coerción hechas a instancia del imputado;
 Revisión de medidas de coerción hechas de oficio respecto de cualquier
medida de coerción, siempre que beneficie al imputado;
 Revisión obligatoria de la prisión preventiva.

35
Peligro de fuga. Para decidir acerca del peligro de fuga el juez toma en cuenta,
especialmente, las siguientes circunstancias: (Art. 229)
a) Arraigo en el país, determinado por el domicilio, residencia habitual, asiento de
la familia, de sus negocios o trabajo y las facilidades para abandonar el país o
permanecer oculto. La falsedad o falta de información sobre el domicilio del
imputado constituye presunción de fuga;
b) La pena imponible al imputado en caso de condena;
c) La importancia del daño que debe ser resarcido y la actitud que
voluntariamente adopta el imputado ante el mismo;
d) El comportamiento del imputado durante el procedimiento o en otro anterior, en
la medida que indique su voluntad de someterse o no a la persecución penal.

Recibida la petición de la medidas de coerción, el juez de inmediato procederá a


lafijación de audiencia, debiendo el secretario convocar a toda persona que deba
asistir. La convocatoria deberá contener la fecha de celebración de la audiencia y
todos los elementos que permitan al destinatario de la misma preparar
adecuadamente sus medios de defensa o de ataque. (Resolución No. 1731-2005.
Artículo 6)

Para la imposición de una medida de coerción, durante la audiencia serán


escuchadas las partes debidamente convocadas y de modo exclusivo sobre los
siguientes puntos (Resolución No. 1731-2005. Artículo 9):

1) La ocurrencia de un hecho tipificado como infracción penal.


2) Respecto de la probable participación del imputado en el hecho, como autor o
cómplice.
3) Que la infracción apareje pena privativa de libertad, y
4) Presunción razonable de que el imputado se presentará a los actos del
procedimiento y al pronunciamiento de la sentencia.

En cuanto sean aplicables rigen las reglas propias del juicio, adaptadas a la sencillez
de la audiencia para medida de coerción. El juez indicará a las partes el tiempo

36
necesario para que viertan su parecer en torno a los puntos sometidos a discusión,
tomando en cuenta el grado de complejidad del asunto a decidir. (Resolución No.
1731-2005. Artículo 9)

A los fines de determinar la probabilidad para dictar medidas de coerción será


suficiente con que las partes informen al juez respecto del contenido y valor de las
pruebas obtenidas hasta el momento. (Resolución No. 1731-2005. Artículo 10)

En los casos en que se invoque violación al debido proceso, excepcionalmente


puede ser admitida con inmediación la producción de prueba testimonial, a discreción
del juez.

Resolución sobre la decisión del juez

La decisión respecto de la medida de coerción debe, en todo caso, ser rendida al


final de la audiencia luego de las conclusiones de las partes, no pudiendo el juez
reservarse el fallo para un día posterior. (Resolución No. 1731-2005. Artículo 11)

Contenido de la resolución. La resolución debe conformarse a los requisitos


previstos en el artículo 231 del Código Procesal Penal. Puede ser realizada de
manera manuscrita por el juez o en formas prediseñadas que cumplan con los
requisitos legales indicados. (Resolución No. 1731-2005. Artículo 12)

La resolución, de conformidad con lo previsto por el artículo 24 del Código Procesal


Penal, debe contener de modo claro y preciso los motivos o razones por los cuales el
juez optó por una solución determinada. (Resolución No. 1731-2005. Artículo 13)

El acta a la que se refiere el artículo 232 del Código Procesal Penal deberá
levantarse en todos los casos en que la medida de coerción que se imponga no sea
la prisión preventiva ni el arresto domiciliario con vigilancia. Para estos fines será
utilizado el formulario especial creado a propósito.

37
Notificación de la resolución. La lectura de la resolución, luego de la audiencia,
vale notificación a condición de que se expida a los intervinientes copia de la misma.
Todas las medidas de coerción pueden ser revisadas a solicitud de parte, o de oficio
en beneficio del imputado. Previo a la fijación de la audiencia y conforme a lo
establecido en los artículos 238, 239 y 240 del Código Procesal Penal, el juez
ponderará su admisibilidad, siempre que el solicitante cumpla con las siguientes
condiciones: (Resolución No. 1731-2005. Artículo 15)

a) Fijación precisa de hechos, pruebas o presupuestos que determinen la


variación de las condiciones que justificaron la imposición de la medida.

b) Presentación de certificación que no ha mediado recurso de apelación, y en


caso de que se haya interpuesto el recurso, deberá presentarse la decisión de
la Corte.

En todos los casos en que el juez admita una solicitud de revisión de medida de
coerción, sólo se fijará audiencia cuando se trate de prisión preventiva o arresto
domiciliario, conforme lo dispone el artículo 240 del Código Procesal Penal, o cuando
la revisión procure la imposición de una de estas medidas. En los demás casos se
resolverá de manera administrativa de conformidad con el artículo 238 del
instrumento legal indicado. Tanto esta decisión de admisibilidad como la instancia en
solicitud de revisión, deberán ser notificadas a todas las partes.

El desarrollo de la audiencia de revisión se realizará conforme a las reglas de la


audiencia para medidas de coerción.

En caso de que el Juez decida no acoger la solicitud de revisión porque los


presupuestos que dieron lugar a la medida no han variado, emitirá un auto motivado
declarando la inadmisibilidad de la solicitud y lo notificará al solicitante. Si lo estima
admisible procederá a la fijación de audiencia para su conocimiento.

38
La revisión obligatoria de la prisión preventiva se rige conforme a las disposiciones
del artículo 239 del Código Procesal Penal. En estos casos la secretaría del juzgado
deberá emitir una certificación en donde conste si la decisión que impuso la medida
de coerción ha sido objeto de revisión o de recurso de apelación. En caso de que se
haya interpuesto recurso de apelación, se deberá aportar al juez la decisión de la
Corte, a los fines de determinar la extensión del plazo de la revisión y la
competencia.

A solicitud del Ministerio Público, el juez puede ordenar el internamiento del imputado
en un centro de salud mental, previa comprobación, por dictamen pericial, de que
sufre una grave alteración o insuficiencia de sus facultades mentales que lo tornan
peligroso para sí o para terceros, siempre que medien las mismas condiciones que
para aplicar la prisión preventiva. (Congreso Nacional. Código procesal penal Ley
No. 76-02. Art. 233)

Art. 234.- Prisión preventiva. Además de las circunstancias generales exigibles


para la imposición de las medidas de coerción, la prisión preventiva sólo es aplicable
cuando no pueda evitarse razonablemente la fuga del imputado mediante la
imposición de una o varias de aquellas que resulten menos gravosas para su
persona.

No puede ordenarse la prisión preventiva de una persona mayor de setenta años, si


se estima que, en caso de condena, no le es imponible una pena mayor a cinco años
de privación de libertad. Tampoco procede ordenarla en perjuicio de mujeres
embarazadas, de madres durante la lactancia o de personas afectadas por una
enfermedad grave y terminal.

Art. 235.- Garantía. La garantía es presentada por el imputado u otra persona


mediante el depósito de dinero, valores, con el otorgamiento de prendas o hipotecas
sobre bienes libres de gravámenes, con una póliza con cargo a una empresa de

39
seguros dedicada a este tipo de actividades comerciales, con la entrega de bienes, o
la fianza solidaria de una o más personas solventes.
Al decidir sobre la garantía, el juez fija el monto, la modalidad de la prestación y
aprecia su idoneidad. En ningún caso fija una garantía excesiva ni de imposible
cumplimiento en atención a los recursos económicos del imputado.El juez hace la
estimación de modo que constituya un motivo eficaz para que el imputado se
abstenga de incumplir sus obligaciones.

El imputado y el garante pueden sustituirla por otra equivalente, previa autorización


del juez.

40
CAPITULO III
EL SUJETO OBJETO DE LA INFORMACIÓN

3. Generalidades del objeto de la investigación.

Para el logro de los resultados de la presente investigación se realizó una exhaustiva


revisión documental y de las normativas vigentes, dicha información sirvió de base
para el análisis de las Medidas de Coerción Personal conforme al Código Procesal
Penal Dominicano. En este sentido a través de la información recolectada, se
identificó la Medida de Coerciónen el Proceso Penal, en relación a los sujetos
procesales tales como el imputado, la víctima, el Ministerio Público, contenido
doctrinario y procesal de esta figura jurídica así como, las generalidades, finalidades,
fundamentos y el debido procedimiento que rigen las Medidas de Coerción.

La finalización del informe final del curso monográfico sobre el análisis de las
Medidas de Coerción permitió obtener los objetivos planteados.

Definición del contenido doctrinario y procesal de las Medidas de Coerción en el


Proceso Penal Dominicano.

Se comprobó que la naturaleza jurídica estas medidas, son de carácter coercitivo, es


decir son restricciones a la libertad o a derechos personales o patrimoniales
consagradas a través de mecanismos e instrumentos que emplea el Estado para
lograr el descubrimiento de la verdad material y las siguiente aplicación de la Ley
sustantiva en la disolución de conflictos sociales que se presentan ante el órgano
jurisdiccional.

Estas medidas se aplican posterior a la adecuación de una conducta a una hipótesis


normativa de carácter jurídico-penal, y que por lo tanto es una reacción del Estado
contra el delito y no puede tratarse de medida cautelar o de seguridad por carecer

41
esta pretensión de fundamento, el carácter es punitivo y esto sale a flote tanto teórica
como prácticamente, ya que se mantiene aun cuando existan posibilidades
relevantes de un resultado absolutorio, situación que contradice al principio de
inocencia en mayor manera.

De igual forma en el juez debe prevalecer la atención al equilibrio entre la intensidad


o grado de la medida a aplicar y la gravedad del delito, protegiendo de esta forma los
principios de necesidad y proporcionalidad, a través de un juicio valorativo que tome
consideración, al mismo tiempo, tanto las circunstancias de su comisión, como la
sanción probable.

Las medidas de coerción personal no pueden exceder de dos años, salvo que se
solicite una prórroga por parte del Ministerio Público o el Querellante cuando existan
causas graves que así lo justifiquen.

En este sentido es deber de la Justicia penal, ejemplo, jueces abogados y fiscales


del Ministerio Público, ponderar la aplicación de las medidas de coerción personal,
en aquellos casos estrictamente necesarios, haciendo valer de esta forma el principio
fundamental de la dignidad humana, por encima de las legítimas aspiraciones
punitivas del Estado.

Se confirmó, que las medidas de coerción personal están tipificadas en el Código


Penal Dominicano, en: Medidas Cautelares personales y Medidas Cautelares
Reales.

Las generalidades, finalidades y fundamentos de la existencia y aplicación de las


diversas figuras o instituciones que integran las Medidas de Coerción Personal.

En relación a las figuras que integran las Medidas de Coerción Personal, se concluye
que son: 1. La citación. 2. El arresto. 3. La prisión preventiva. 4. La presentación de
garantía económica. 5. Impedimento de salida del país o localidad. 6. Someterse al
42
cuidado o vigilancia de persona o institución. 7. Presentación periódica ante el juez o
autoridad. 8. Arresto domiciliario. 9. Colocación de localizadores electrónicos. Las
medidas de coerción reales no se solicitan exclusivamente contra el imputado.

Se evidenció que solo será viable la privación excepcional de la libertad sin orden
judicial por las evidencias o manifestaciones externas de un hecho punible y la
individualización de su autor o participes en el caso de una aprehensión en
flagrancia, privación que se mantendrá o será revocada solo si se cumplen los
extremos legales que fundamentan a esta medida y las presunciones que la justifican
por el riesgo procesal, dando paso al procedimiento abreviado, que supone
recabados los elementos de convicción o las pruebas para llevar al sorprendido
infraganti a juicio; o bien, al procedimiento ordinario, si no se estima completa la
investigación y carece de fundamentos para sostener un juicio.

Es por ende que la medida de privación judicial preventiva de la libertad es una


decisión, por supuesto relevante de la etapa procesal correspondiente a la fase inicial
del juicio, toda vez que su finalidad primordial, es evitar que no sé del proceso
reprimiendo la fuga del imputado, asegurando de esta forma el éxito de la instrucción
y evitando la ocultación de futuros medios de pruebas, evitar la reiteración delictiva
del imputado. Y por último el satisfacer las expectativas de la comunidad, en el caso
de que otras medidas menos gravosas no sean suficientes para garantizar la
presencia del imputado o la búsqueda de la verdad.

Asimismo se estableció que el objetivo de las medidas cautelares sustitutivas es


asegurar la finalidad del proceso penal, a través del establecimiento de la verdad de
los hechos por la vías jurídicas, así como otorgar la garantías de salvaguardar el
contexto de lo reclamado, cuando es ejercida oportunamente y con fundamento logra
su propósito. Sin embargo La aplicación de estas medidas deben ser objeto del
estudio y revisión detenidamente antes de imponerse, ya que se deberá evaluar la
exacta imposición de las mismas teniendo en consideración el delito cometido, la
gravedad de la medida y el perfil del imputado.
43
Se evidenció que las medidas cautelares sustitutivas, son medidas o sanciones que
dan una respuesta inmediata a los problemas de hacinamiento al sistema
penitenciario en la cual vive nuestro país en la actualidad, que busca un cambio en la
política criminal y más humanizadora.

A tal efecto, se confirmó que el Artículo 234 del Código Procesal Penal, establece
que la prisión preventiva puede ser razonadamente satisfecha con la aplicación de
otra medida menos gravosa para el imputado, el tribunal competente, de oficio,
solicitud del Ministerio Público o el imputado, deberá imponerle el lugar, mediante
alguna de las siguientes medidas:

Detención domiciliaria en su propio domicilio, o en custodia de otra persona,


obligación de someterse al cuidado o vigilancia de una persona u institución, la
presentación periódica ante el tribunal, la prohibición de salir sin autorización del
país, de recurrir a determinadas reuniones u lugares, de comunicarse con
determinadas personas. Así mismo, la caución económica adecuada y finalmente
cualquier otra medida preventiva o cautelar que el tribunal estime procedente.

Procedimientos previstos en el Código Procesal Penal Dominicano para la aplicación


de algunas de las Medidas de Coerción Personal.

En cuanto al procedimiento en casos de flagrancia la aprehensión del sorprendido


infraganti puede ejecutarse por cualquier persona o cualquierautoridad, que
previamente estime la situación como flagrancia, cuasi flagrancia o flagrancia
presumida, siempre que se trate de un delito que se califique como tal de manera
inequívoca, manifestado o evidente y no de una falta y que, además, el hecho tenga
asignada, por la ley penal una pena privativa de libertad y no una sanción restrictiva
de otros derechos o de naturaleza pecuniaria.

Se constata que una vez el aprehendido a disposición del tribunal de control, la


representación fiscal solicitará que el tribunal decrete la medida de coerción

44
personal, de privación de la libertad u otra medida de cautelar, sobre la base de los
requisitos de la verificación de las exigencias legales que la fundamentan y las
exigencias del proceso.

En el caso de la medidas de privación judicial preventiva de la libertad, corresponde


al Juez de instrucción o control, a solicitud del Ministerio Público, situación que se
puede concretar durante la fase preparatoria o del proceso, sin haberse presentado
formal acusación; durante la fase intermedia, en la audiencia preliminar, una vez
formalizada la acusación, o, inclusive en la fase del juicio oral, cuando se presume
que el acusado no cumplirá con los actos del proceso.

Es preciso señalar que la legislación penal dominicana no hace referencia, a


procedimiento particular alguno que resulte aplicable a ésta institución de las
Medidas Cautelares Sustitutivas. Sin embargo, la ley adjetiva penal, se limita en
señalar aspectos de análisis, verificación y apreciación.

El alcance del principio de libertad en el proceso penal, en relación a la necesidad de


la prisión preventiva.La Constitución de la República Dominicana y diversos
instrumentos legales internacionales reconocen tácitamente la libertad personal,
como uno de los derechos más importantes inherentes al ser humano. Es por ello, un
deber y obligación del Estado garantizarlo y asegurar la plena vigencia de este
principio, del cual se deriva un reconocimiento explícito de la dignidad del ser
humano.

La reacción institucional tiene como características el ser compleja, multidimensional,


dinámica, interdisciplinaria y situacional. La función del derecho es la de asegurar la
coexistencia de la comunidad, armonizando las actividades de sus miembros. Por
ello, ante la violación de la norma, el orden jurídico ajusta la forma de la reacción
social, basándose en determinadas estructuras de política criminal. Sin embargo
cualquier acción que restringa o límite la libertad en virtud de lo anteriormente
expresado, solo debe ser por causas excepcionales y con el objeto de asegurar que
45
en el proceso penal se pueda alcanzar el logro de la verdad, para la aplicación de las
eventuales penas que el derecho penal material dictamine. La aplicación de la prisión
preventiva con fines punitivos es contraria a la normativa vigente y por ende
inconstitucional, debido a que su ejecución violenta de forma drástica el principio de
presunción de inocencia.

3.1. Efectos de la Prisión Preventiva

No obstante, sea por presiones ante el augede la delincuencia, por las deficiencias
en la estructura administrativa judicial o para no asentar famas de débiles los fiscales
están solicitando la mayor cantidad posible de prisión preventiva y los jueces las
están concediendo. Se cita que como resultado de las solicitudes de medidas de
coerción se impuso un total de 31,541 medidas, de las cuales el 39%, 10,463
correspondieron a prisión preventiva”. 11

Esto fue sólo durante 2005. Si se amplía el período a 2005-2007, se verá que las
cárceles dominicanas, si se habían vaciado por la labor de la estructura liquidadora,
han vuelto a llenarse, y de qué forma: en toda la República Dominicana las cárceles
están a reventar, volviendo la prisión preventiva a convertirse en una pena
anticipada, violándose el artículo 15 del Código Procesal Penal en la medida en que
la medida de prisión preventiva, según se observa, no está siendo aplicada en
relación proporcional al peligro qué se trata de resguardar.

Y, ¿qué se propone para resolver ese problema? Violar el Código Procesal Penal y la
normativa internacional ampliando el plazo de duración de la prisión preventiva, de
un año a dos en casos simples y a tres en casos complejos. Tamaño despropósito
tiene explicación muy sencilla: a) se cree que las medidas policiales bastan para
eliminar la delincuencia; b) se desconfía de otras alternativas de política criminal.

11 La Ejecución del Código Procesal Penal 2004-2006. Compilación de Informes, Discursos y


Reacciones de la Prensa Escrita. Comisión Nacional de Ejecución de la Reforma Procesal Penal.
Pág. 131

46
En cuanto a la primera creencia, debe decirse que no basta proponer una
modificación ilusoria del Código Procesal Penal para resolver el asunto, pues es
ilusión y no derecho creer que más policíasequivale a menos delito. Es lo mismo
creer que la policía puede prever la infracción y evitarla, siendo su misión legal y
posible perseguir activamente a los responsables, atraparlos y dejarlos en manos de
la justicia, quien a su vez debe necesariamente controlar el otro inmenso problema
del sistema de derecho dominicano: el control carcelario. En suma, las medidas
policiales ayudan pero no evitan el crimen.En cuanto al segundo aspecto, se
entiende que los jueces pronuncien más medidas de coerción porque dejar en
libertad al imputado suele equivaler a la pérdida de la oportunidad procesal. 12

Eso debía saberlo el redactor del CPP. Pero no es suficiente para justificar la
barbaridad de ampliación del plazo de prisión preventiva. Si existiera la forma de
implementar la medida de coerción número 5 colocaciones de localizadores
electrónicos los jueces no se verían obligados a pronunciar prisión preventiva con
tanta frecuencia.

El artículo 16, del Código Procesal Penal, se refiere a este caso, cuando indica que,
"La Prisión Preventiva está sometida a un límite temporal razonable a los fines de
evitar que se convierta en una pena anticipada, pero en los tribunales de la
República Dominicana, específicamente en los Juzgados de Paz, este principio aún
no ha echado raíces, por cuanto ni el Fiscalizador, ni los Jueces de Paz, han
comprendido que para la protección de este principio se deben observar
categóricamente las penas que en caso de condena se impondrán, además deben
emplear criterios de proporcionalidad y razonabilidad y una inquebrantable apego a
las normas constitucionales vigentes.

La Prisión Preventiva, dispuesta casi automáticamente, hasta en los Juzgados de


Paz, a todo el que se le imputa la comisión de un hecho delictuoso, lejos de ser la
excepción, conforme a lo establecido en la ley, se revela como una práctica general
12 Ibíd., Pág. 132

47
que convierte a las llamadas garantías en simples disposiciones estipularias, y es
así, porque si se aplica la lógica jurídica se sobre entiende que no se puede imponer
una Prisión Preventiva por tres meses a una persona, en un delito que cuya pena va
desde los 15 días hasta 6 meses

La Exposición de Motivos del Código Procesal Penal señala que dicha medida en
cuanto que es la intervención más grave que el Estado está autorizado a adoptar en
ausencia de juicio, y que implica la privación total de libertad física sin un juicio
definitivo, debe estar rodeada de las más estrictas garantías y reservas. La prisión
preventiva es la modalidad más radical de intervención del Estado durante el
desarrollo del proceso penal, pues incide en el núcleo del derecho a la libertad
personal del sujeto.

La prisión preventiva no es una cuestión ideológicamente indiferente. En el sistema


inquisitivo puro dominado por la ideología del orden la privación de libertad durante la
tramitación del proceso era la regla general, asignando a la prisión preventiva fines
similares a la pena de prevención general y especial. En el contexto de un Estado
democrático de Derecho en donde la libertad es configurada constitucionalmente
comoun valor superior de todo el ordenamiento jurídico la prisión preventiva debe
estar presidida por el principio de excepcionalidad.

Su compatibilidad con la presunción de inocencia, en su concepción como regla de


tratamiento del imputado, exige que dicha medida tenga un carácter excepcional. En
esta última se establece que dada la presunción de inocencia en tanto no se
demuestre su culpabilidad, ningún acusado deberá hallarse en situación de prisión
preventiva, a no ser que las circunstancias hagan estrictamente necesaria dicha
medida. Por tanto, la prisión preventiva deberá considerarse como medida
excepcional y nunca deberá ser obligatoria ni utilizarse con fines punitivos.

Excepcionalidad reconocida, también, por la jurisprudenciadel Tribunal Constitucional


Español lo que impone la vigencia del principio del favor libertatis o del in dubio pro
48
libértate. La generalización del uso de la prisión preventiva es absolutamente
inaceptable, pues conculca la presunción de inocencia y las garantíasdel debido
proceso. Deben evitarse los denominados efectos perversos que puede ocasionar la
medida de prisión preventiva.

Así Jorge Barreiro denuncia que las decisiones a adoptar en el proceso en el futuro,
tanto en sus aspectos procesales como en los sustantivos, van a estar
precondicionadas por la aplicación de la medida cautelar. El juez o tribual no es, por
mucho que pretenda aparentarlo o intente seriamente conseguirlo, totalmente ajeno
en sus resoluciones al hecho de que el encausado se halle o no privado de libertad.

Continua argumentado dicho autor que el juez de instrucción tiende a legitimar la


adopción de la medida cautelar acentuando la práctica de las diligencias de
investigación incriminatorias en detrimento de las diligencias exculpatorias. Y el juez
o tribual sentenciador se muestra poco sensible al peso de la pena que ya lleva
cumplida el acusado en prisión provisional. Contingencia que acaba repercutiendo,
aunque sea de forma inconsciente y encubierta, en aspectos fundamentales de su
decisión, tanto en la propia apreciación probatoria como en la cuantía de la pena,
que en no pocos casos acaba determinándose con la mira puesta en los plazos de la
prisión preventiva.

3.2. Resolución núm. 58-2010. Sobre criterios que los jueces deben tomar en
consideración para la imposición o variación de la medida de coerción prisión
preventiva.

Atendido, que el artículo 226 del Código Procesal Penal, con la finalidad de ser
aplicadas en la fase preparatoria de los procesos para que rijan durante el tiempo de
investigación de las infracciones, establece las siguientes medidas de coerción:

1) La presentación de una garantía económica suficiente;

49
2) La prohibición de salir sin autorización del país, de la localidad en la cual
reside o del ámbito territorial que fije el juez;

3) La obligación de someterse al cuidado o vigilancia de una persona o


institución determinada, que informa regularmente al juez;

4) La obligación de presentarse periódicamente ante el juez o ante la autoridad


que él designe;

5) La colocación de localizadores electrónicos, sin que pueda mediar violencia o


lesión a la dignidad o integridad física del imputado;

6) El arresto domiciliario, en su propio domicilio o en custodia de otra persona,


sin vigilancia alguna o con la que el juez disponga;

7) La prisión preventiva.

Atendido, que el artículo 227 del referido código dispone que procede aplicar
medidas de coerción cuando concurren las siguientes circunstancias:
1) Existen elementos de prueba suficientes para sostener, razonablemente, que
el imputado es, con probabilidad, autor o cómplice de una infracción;

2) Existe peligro de fuga basado en una presunción razonable, por apreciación


de las circunstancias del caso particular, acerca de que el imputado podría no
someterse al procedimiento;

3) La infracción que se le atribuya esté reprimida con pena privativa de libertad.

Atendido, que el juez que ordenase una o varias de las medidas de coerción
establecidas en el Código Procesal Penal debe hacerlo siempre de manera
sopesada, adecuada, racional y cautelosa, toda vez que este mecanismo de control
debe garantizar de manera rigurosa, tanto la presentación del imputado o de los
imputados a todos los actos de procedimiento así como la efectiva protección a la
sociedad en general y a las víctimas de los crímenes y delitos en particular;

50
Atendido, que de la combinación de los artículos 227 y 229 del mencionado Código
se deriva que la prisión preventiva, como medida de coerción, procede cuando
concurran las circunstancias expresadas en el referido artículo 227, siendo necesario
que el juez evalúe el peligro de fuga tomando en consideración varios elementos
como son: el arraigo del imputado en el país, su domicilio, asiento familiar y actividad
laboral, lo cual necesariamente debe probarse mediante documentos; asimismo,
facilidad del imputado para ocultarse o abandonar el país y si ha ofrecido falsa
información sobre su residencia; así como también el grado de peligrosidad del
hecho, reflejado en la escala de severidad de la pena imponible al imputado en caso
de ser condenado; la importancia o magnitud del daño personal o social que deba
ser resarcido y el comportamiento del reo durante el procedimiento o con anterioridad
al mismo;

Atendido, que en adición a los elementos anteriormente citados que sirven de base
para evaluar el peligro de fuga, los jueces deben tener en consideración el hecho
comprobado de que el imputado forma parte de manera asociada de un grupo
criminal, o si en caso de recibir su libertad se pondría en juego la seguridad de la
sociedad o la posible obstrucción a la investigación judicial, o si existe la presunción
de que el imputado se reintegre, una vez puesto en libertad, a la organización
delictiva a la cual se sospecha pertenece y utilice los medios que ella le brinde para
entorpecer la investigación o facilitar la fuga de otros imputados, o que destruirá,
modificará, ocultará o falsificará elementos de prueba, o el hecho fundado de que el
imputado podría atentar o ejecutar actos de represalia en contra del acusador o
denunciante;

Atendido, que las condiciones anteriores conforman un cuadro de aspectos que


deben constatarse de manera conjunta y armónica, y por ende no sólo debe tomarse
en cuenta uno de estos aspectos de manera aislada o independiente;

Atendido, que en cuanto al artículo 238 del Código Procesal Penal, el cual dispone:

51
“Salvo lo dispuesto especialmente para la prisión preventiva, el juez, en cualquier
estado del procedimiento, a solicitud de parte, o de oficio en beneficio del imputado,
revisa, sustituye, modifica o hace cesar las medidas de coerción por resolución
motivada, cuando así lo determine la variación de las condiciones que en su
momento las justificaron”, debe entenderse que el espíritu del mismo es que en todo
estado del procedimiento existe la posibilidad de variar las medidas de coerción
impuestas, pero esto es a condición de que surja, real y concretamente, una
variación de las condiciones y/o circunstancias que originalmente se tomaron en
cuenta al momento de dictarse la medida;

Por tales motivos, RESUELVE:

Primero: Declara que el juez o corte que en virtud de las atribuciones que le confiere
la ley, imponga medida de coerción, debe evaluar de manera conjunta y armónica los
elementos y circunstancias que establecen los artículos 227 y 229 del Código
Procesal Penal, así como las otras condiciones establecidas en la presente
resolución;

Segundo: Declara que el juez o la corte que revise la medida de coerción prisión
preventiva, para variarla está en el deber ineludible de motivar su decisión, lo cual
significa que queda obligado a explicar ampliamente en su resolución en qué
consiste la variación de las condiciones que en su momento justificaron la prisión
preventiva; asimismo debe exponer cuáles documentos o circunstancias se
presentan por primera vez el día de la variación de la medida de coerción que no
existían cuando se ordenó la prisión preventiva;

Tercero: Declara que el concepto variación de presupuesto debe entenderse como la


desaparición de la causa o el motivo que sirvió de fundamento para la imposición de
la prisión preventiva que se dictó originalmente;

52
Cuarto: Ordena que la presente resolución sea comunicada al Procurador General de
la República, a los jueces penales y publicada en el Boletín Judicial.

3.3. Efectos jurídicos de las medidas de coerción en el imputado

Cuando el imputado es sorprendido en el momento de cometer el hecho punible o


inmediatamente después, o cuando tiene objetos o presenta rastros que hacen
presumir razonablemente que acaba de participar en una infracción (art. 224, núm.1
CPP).La flagrancia se caracteriza por la percepción sensorial directa de la comisión
de un hecho delictivo por parte de un tercero, en este caso, de los agentes policiales
que proceden al arresto.

En los casos en que la búsqueda o persecución se hubiere interrumpido, se requerirá


orden judicial para proceder al arresto (art. 224 CPP). La interrupción de la búsqueda
o persecución excluye la necesidad de intervención inmediata que justifica el arresto
policial en los casos de flagrancia, por lo que será necesario, en estos casos, solicitar
la oportuna orden de arresto judicial.A sensu contrario, el arresto podrá practicarse
sin orden judicial cuando la persecución iniciada inmediatamente después de
apreciarse la comisión del hecho delictivo no se hubiere interrumpido.

El precepto legal analizado utiliza un concepto amplio de flagrancia que no se limita a


los supuestos en que el delincuente es sorprendido en el momento de cometer el
delito o inmediatamente después de cometerlo. El arresto puede acordarse, también,
cuando se le ocupan objetos o presenta rastros que hagan presumir razonablemente
queacaba de participar en la comisión de un hecho delictivo. Se incluyen pues
supuestos de cuasi flagrancia, cuya apreciación exige, en todo caso, la concurrencia
del requisito de la inmediatez temporal, de ahí que la fórmula legal emplee el término
que acaba de participar. El espacio de tiempo transcurrido entre la consumación del
delito y el descubrimiento de su comisión debe ser muy corto, lo que ofrece una
evidencia razonable de la participación del arrestado en los hechos.

53
“También procede el arresto policial autónomo cuando el imputado se ha evadido de
un establecimiento penal o centro de detención se puede decir que estamos ante un
supuesto particular de flagrancia delictiva, pues la evasión o fuga del establecimiento
penal o centro de detención supone la comisión de un delito de quebrantamiento de
condena o evasión de presos, que dada su condición de delito permanente puede
estimarse en flagrancia desde que tuvo lugar el quebrantamiento hasta la aprensión
del fugado”.13

Las medidas coercitivas que afectan el secreto postal y de comunicaciones como la


interceptación y secuestro de comunicaciones y correspondencia Art. 191 y 192.
todas estas medidas solo se le aplican normalmente al imputado, sin embargo y
excepcionalmente pueden dictarse medidas coercitivas en contra de terceros por
ejemplo el registro colectivo, traer por la fuerza pública al testigo que no acudió a la
citación judicial, la interceptación de telecomunicaciones y la restricción de
circulación.

Importantes es señalar que quien esta habitualmente facultado para imponer


medidas de coerción es el tribunal y en circunstancias especiales las puedes imponer
el ministerio público y la policía judicial sin autorización del juez como la citación, el
arresto en caso de fragancia la cual puede aplicar un particular, el registro de
personas, registro de vehículos, registro colectivos, restricciones de circulación la
cual no puede superar más de seis horas, por último la orden de secuestro en
ocasión de un registro.

3.4 Presupuestos

Dos son los presupuestos comunes a todas las medidas de coerción personales, que
aparecenplasmados normativamente en el art. 227 Código Procesal

13Butrón Baliñas, P. M (1998). Incidencia de la Alarma Social en la Adopción de la Prisión


Provisional. Revista del Poder Judicial, No. 50, Segundo Trimestre.

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Penal.Fumuscommisidelicti: implica un juicio provisional de imputación, esto es, la
fundada sospecha de participación del imputado en un determinado hecho punible o
con apariencia delictiva. En el ámbito del proceso penal se traduce en la razonable
atribución a una persona determinada de la comisión de un hecho punible.
Exige la presencia de indicios, objetiva y racionalmente fundados, que permitan
imputar los hechos presuntamente delictivos al sujeto pasivo de la medida. Es algo
más que la existencia de simples conjeturas o probabilidades, pues supone la
concurrencia de datos objetivos (indicios) que permitan sostener, a título de
imputación provisional, que el imputado es responsable del hecho delictivo.

A este presupuesto se refiere el art. 22 7.1 CPP cuando condiciona la aplicación de


las medidas de coerción a que existen elementos de prueba suficientes para
sostener, razonablemente,que el imputado es, con probabilidad, autor o cómplice de
una infracción”. Infracción que debeser imputable personalmente al destinatario de la
medida de coerción como consecuencia delprincipio de personalidad de la
persecución consagrado en el art. 17 Código Procesal Penal, según el cual
nadiepuede ser perseguido, investigado ni sometido a medidas de coerción sino por
el hecho personal.

La retención de personas ajenas a la comisión de un hecho punible, con miras a


obtener sucolaboración o la entrega del imputado, se sanciona de conformidad con
las disposiciones de la ley penal. Esta disposición trata de poner fin a la práctica
policial consistente en procedera la detención arbitraria de familiares de sospechosos
para forzar que éstos se entreguen a lasautoridades policiales.

Práctica denunciada en el Informe de la Comisión Interamericana de los Derechos


Humanos sobre la Situación de losDerechos Humanos en la República Dominicana
de 1999.El Tribunal Español de los Derechos Humanos viene exigiendo la
concurrencia de sospechas fundadas y razonables, para lo cual debenexistir hechos
o informaciones que persuadan a un observador objetivo de que el individuo

55
encuestión puede haber cometido el delito.Periculum in mora que se concreta en el
peligro de fuga o de sustracción del imputadoa la acción de la justicia.

El peligro de fuga es una manifestación concreta del más amplio periculumlibertatis,


entendidoeste último como la posibilidad de que se frustren los fines del proceso
penal a causa de lapuesta en libertad del sospechoso17, esto es, los peligros que
pueden derivar del hecho de que elimputado permanezca en libertad durante el
tiempo que dure el proceso.

La proporcionalidad de la medida exige que la privación de libertad sea


imprescindible para queel presunto autor de los hechos delictivos comparezca ante el
órgano jurisdiccional.En Italia, el art. 274 Código Procesal Penal se refiere como
presupuesto de las medidas cautelares a situaciones deconcretto e attualepericolo,
fundamentadas en circunstancias de hecho.Para su apreciación el art. 229 Código
Procesal Penal menciona las siguientes circunstancias que el juez
deberá,especialmente, tener en cuenta:Arraigo en el país, determinado por el
domicilio, residencia habitual, asiento de la familia, de sus negocios o trabajo y
facilidades para abandonar el país o permanecer oculto. La falsedad o falta de
información sobre el domicilio del imputado constituye presunción de fuga.

Gravedad de la pena. La pena imponible al imputado en caso de condena.La


importancia del daño que debe ser resarcido y la actitud que voluntariamente adopta
el imputado ante el mismo.El comportamiento del imputado durante el procedimiento
o en otro anterior, en la medida que indique su voluntad de someterse o no a la
persecución penal por ejemplo, la existencia de anteriores declaraciones de rebeldía
o la existencia de anteriores órdenes de arresto judicial por incomparecencia del
imputado.Se trata de criterios de carácter orientativo que el juez deberá valorar en
cada caso para constatarla presencia o no de dicho peligro de fuga u ocultación. La
enumeración contenida en dichoprecepto no es limitativa (numerus clausus), y nada
impide que puedan tenerse en cuenta otrosfactores relevantes. El propio precepto
utiliza la expresión especialmente. Así, cabría mencionarlos propios antecedentes
56
penales del imputado como exponentes de una habitualidad en lacomisión de hechos
delictivos de la que podía deducirse la existencia de un peligro de fuga.

Tradicionalmente la gravedad del hecho ha sido considerada en muchas ocasiones


como el únicoelemento a tener en cuenta para acordar una medida de coerción
personal, especialmente laprisión preventiva. El contenido del artículo 229 Código
Procesal Penal nos advierte de que la constatación del riesgo defuga exige no solo
tener en cuenta la gravedad del hecho cometido y la pena que lleva aparejada,sino
también las circunstancias personales, familiares, laborales y sociales del arrestado
su edad, su estado de salud, o por ejemplo, el intento del imputado de fugarse u
ocultarse después dela comisión del hecho o para evitar el arresto, pueden ser datos
indicativos de su intención deeludir la acción de la Justicia; o identificarse con un
nombre falso o con documentación falsa.

Se admite que la promesa del imputado de someterse al procedimiento pueda


erigirse engarantía suficiente, a juicio del juez, para neutralizar y descartar el peligro
de fuga, prescindiéndoseentonces de toda medida de coerción. Naturaleza de la
infracción objeto de imputación: a tenor de lo dispuesto en el art.227.3 Código
Procesal Penal, debe tratarse de infracciones penales castigadas con pena privativa
delibertad.

Es suficiente que estos presupuestos concurran o estén presentes en el momento de


la adopcióny durante el mantenimiento de la medida, sin que una ulterior
desaparición de los motivos o elposterior archivo del procedimiento penal sin
acusación o sin condena conviertan en ilícita la inicial privación de libertad. 14

3.5 Análisis de sentenciaNúm. 223-020-01-2014-00465

14 Butrón Baliñas, P. M (1998). Incidencia de la Alarma Social en la Adopción de la Prisión


Provisional. Revista del Poder Judicial, No. 50, Segundo Trimestre.

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En cumplimiento de las disposiciones del artículo 335 del Código Procesal Penal, se
ha procedido a entregar una copia de la Resolución/Auto completa a las partes, por
lo que se le considera notificada.

Tribunal: Oficina Judicial De Servicios De Atencion Permanente Núm. 223-020-01-


2014-00465. Fecha de la Resolución: 26/01/2014. Auto Núm. 395-2014.
Imputado:kelvin Alexander Lara Brozaban. Quien recibe: Licda. Rosanna Elisabeth
Cruz Rosado y Odalis Flor D´ Aliza Beltrán Pérez. Parte en el proceso: abogados de
la defensa.15

Se fija la revisión de oficio para el siete (07) de agosto del dos mil catorce (2013) a
las 09:00 de la mañana, por ante el Tercer Juzgado de la Instrucción del Distrito
Nacional de la Provincia Santo Domingo.

Observaciones a la Victima: Para mantenerse informado sobre el estatus de su


caso, a partir de la fecha debe permanecer en contacto con el Fiscal investigador.
Asimismo, si desea constituirse en querellante y actor civil, deberá hacerlo antes de
que culmine el plazo para la investigación del proceso. A tales fines deberá estar
asistido por un abogado, el cual podrá ser privado o de manera gratuita por un
representante de la Oficina de Atención a la Víctima de la Procuraduría General de la
República.

Observaciones al Imputado: Se le informa que en caso de no poder contratar un


abogado privado, usted tiene derecho a ser asistido por un Defensor Público.
Asimismo, se le informa que usted puede solicitar que la medida de coerción
impuesta le sea revisada en cualquier estado del procedimiento.

En el caso que nos ocupa no se observa que el ciudadano imputado vaya a


sustraerse del proceso, por tanto y para garantizar la presencia de los imputados
Edgar Bolívar Rodríguez Uceta, José Roberto Francisco Y/O José Rafael Francisco y
15 Ver anexo No. I

58
Javier González G., a cada uno de los actos del proceso procede imponer las
medidas de coerción prevista en los numerales 1 y 4 del artículo 226 del Código
Procesal Penal, por considerarse que dichas medidas resultan proporcionales,
idóneas y adecuadas al caso, con las cuales el imputado estará disponible para la
instrucción del presente proceso, tomando en cuenta los siguientes presupuestos: a)
La Participación en el hecho imputable; b) Tiene arraigo Familiar; e) Porta cédula de
identidad y electoral; Tiene domicilio conocido; e) Se comprometió a presentarse
cada vez que sea requerido.

El juez al decidir sobre la garantía, fija el monto, la modalidad de la prestación:


aprecia su idoneidad. En ningún caso fija una garantía excesiva ni de imposible
cumplimiento en atención a los recursos económicos del imputado. El juez hace la
estimación de modo que constituya una motivo eficaz para que el imputado se
abstenga de incumplir sus obligaciones art.235 Código Procesal Penal.

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CONCLUSIONES
RECOMENDACIONES
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
ANEXOS

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