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INTRODUCCION............................................................................................................i
PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA...........................................................................iii
JUSTIFICACIÓN..........................................................................................................xiv
LIMITACIONES DE LA INVESTIGACIÓN...................................................................xvi
ALCANCES DE LA INVESTIGACIÓN........................................................................xvii
OBJETIVOS: GENERAL Y ESPECIFICOS...............................................................xviii
MARCO TEÓRICO......................................................................................................xix
MATERIALES Y MÉTODOS........................................................................................xxi
MARCO TEÓRICO Y REFERENCIAL...........................................................................1
CONCLUSIONES........................................................................................................60
RECOMENDACIONES................................................................................................60
REFERENCIASBIBLIOGRÁFICAS............................................................................60
ANEXOS
INTRODUCCION
Las medidas de coerción tienen carácter excepcional y solo pueden ser impuestas
mediante resolución judicial motivada y escrita, por el tiempo absolutamente
indispensable y a los fines de asegurar la presencia del imputado en
el procedimiento, más luego continua diciendo que la resolución judicial que impone
una medida de coerción o la rechace es revocable o reformable en
cualquier estado del procedimiento. Lo que indica que la víctima no puede pedir una
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medida de coerción, sino que el juez toma la decisión por el hecho de garantizar que
el proceso siga sin demoras, distracciones, etc.
En todo caso el juez puede proceder de oficio cuando favorezca la libertad del
imputado "el final del artículo expresa la intención del legislador de priorizar la
libertad del individuo y aquí vemos un cambio en el proceder penal, ya que un
individuo lesionado en sus disfrutes naturales que les son concedidos por la
constitución, se convierte en un ente no productivo y eso es lo último que un Estado
debe buscar al sancionar a un imputado.
La nueva justicia se lleva a cabo dando participación activa a la víctima también para
que esta sea parte del proceso, aunque existen autoridades, en este caso, el
ministerio publico el cual se encarga de velar por los derechos de los lesionados.
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PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA
Esas medidas cuyo fin es puramente cautelar y que no están concebidas como una
pena anticipada ni resultan contrarias a la presunción de inocencia están sujetas al
cumplimiento de ciertas condiciones, definidas en el artículo226 del Código Procesal
Penal Dominicano. Dichas medidas, personales y reales, están descritas en la ley,
siendo la más grave la prisión preventiva.
3
Como consecuencia es importante conocer las medidas de coerción y los parámetros
que utilizan los jueces para su aplicación en el Tribunal de Atención Permanente del
Distrito Nacional ya que siendo la prisión preventiva la más utilizada por los mismos
independientemente de las cantidades de pruebas a favor o en contra del imputado
donde se supone que la libertad es la regla y la prisión es la excepción y no solo eso
sino que la mayoría de las veces esta medida de coerción se convierte en pena
anticipada.
Por otra parte el Tribunal de Atención Permanente del Distrito Nacional está
concebido con el fin de facilitar el conocimiento a cualquier hora del día o de la noche
de aquellos casos, procedimientos o diligencias que no admitan demora, y de esa
manera garantizar que no se quebranten los derechos protegidos por falta de
disponibilidad de la autoridad judicial. Por lo que tiene como función realizar las
vistas de medidas de coerción cuando el imputado se encuentre privado de libertad o
restringido de la misma.
El problema que acontece es que muchos de los imputados tienen que acudir a otro
tribunal para poder firmar libro de registro para poder dar cumplimiento a la
presentación periódica que como medidas de coerción les impone el Juzgado de
Atención Permanente. En esa situación los imputados y otros acusados de diversos
delitos conllevan que los tribunales declaren una gran cantidad de presos en
rebeldía, quienes se encontraban con medidas de coerción consistente en
presentaciones periódicas y no acudían a firmar el libro de registro. Lo que causa
que ante la variación de prisión preventiva por la de presentación periódica, a los
imputados se les hace fácil sustraerse del proceso, creando un cuello de botella en
los tribunales. Por lo que es pertinente buscar la solución de que sea en el mismo
Tribunal de Atención Permanente donde se firme el registro cuando la medida de
coerción consista en presentación periódica.
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Formulación y sistematización del problema
¿Cuáles son los diferentes criterios que tienen los jueces para la aplicación de las
medidas de coerción en el Tribunal de Atención Permanente del Distrito Nacional?
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ANTECEDENTES
Antecedentes históricos:
Desde los tiempos de las primeras civilizaciones, el sistema penal se hizo inquisitivo,
escrito, secreto, representado con un carácter activo a voluntad del juez, en la cual
muchos de los acusados o sólo señalados, conocían las razones de sus cargos al
momento de una sentencia definitiva. El sistema se valía de medios que eran
señalados por sus promotores como los más eficaces para reprimir la delincuencia,
debido a su adecuación con los regímenes de gobierno característicos de cada
época histórica.
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tratamiento procesal especial a la Flagrancia. Y este tratamiento consiste en juzgar a
los delitos flagrantes por un procedimiento especial abreviado, que elimina la fase
preparatoria y hace pasar el proceso directamente a juicio oral, previa una audiencia
de calificación de flagrancia por una autoridad judicial (p. 107).
Desde tiempos remotos siempre se ha discutido a cerca del fin de la pena, es por ello
que desde que surgió la pena hasta el día de hoy se ha contado básicamente con
tres principales teorías que tratan de explicar los fines de la pena, que son la teoría
absoluta de la pena, la cual sostiene que pena halla su justificación en sí misma, sin
que pueda ser considerada como un medio para fines ulteriores; la teoría de la
retribución desarrollada por Kant y Engels, que concibe al delito como la negación
del derecho y la pena como la negación de la negación, como anulación del delito,
como restablecimiento del derecho. Esta concesión observa que la pena no tiene una
finalidad social útil, si no, que dicho sentido radica en que la culpabilidad del autor
sea compensada mediante la imposición de un mal penal.
El mal de la pena está justificado por el mal del delito, es concebido como un mal que
debe sufrir el delincuente para compensar el mal causado con su comportamiento; la
teoría relativa a la pena que busca un carácter preventivo como un medio para la
obtención de ulteriores objetivos, como un instrumento de motivación, un remedio
para impedir el delito.
“Esta última teoría se divide en dos sub-teorías, que son las teorías de la
prevención especial desarrollada por Liszt, el positivismo criminológico italiano, el
correccionalismo y la escuela de la defensa social.”1 Según este punto de vista
preventivo-especial, el fin de la pena es disuadir el autor de futuros hechos punibles,
es decir, evitar las reincidencias y solo es indispensable aquella pena que se
1 Andrés Ibáñez, P., “Presunción de Inocencia y Prisión sin Condena, en Detención y Prisión
Provisional”. Cuadernos de Derecho Judicial, No. XVIII, Consejo General del Poder Judicial, Madrid,
1996
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necesite para lograrlo, se pronunciara readaptar al autor mediante tratamientos de
resocialización.
Así la necesidad de prevención especial es la que legitima la pena, según Von Lizst;
solo la pena necesaria es justa se habla de relativa porque su finalidad está referida
a la evitación del delito. La prevención especial no quiere retribuir el hecho pasado,
no mira el pasado si no que ve la justificación de la pena en que debe prevenir
nuevos delitos del autor.
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una amplia compilación del legislaciones extranjeras, tomadas de la experiencia
legislativa de otros Estados y recogida del Derecho comparado.
Par disposición del artículo 15 del Código Procesal Penal, existe un estatuto de
libertad en virtud del cual toda persona tiene derecho a la libertad y a la seguridad
personal. La influencia quo plantea ese texto en cuanto a las medidas de coerción
es que, debido a ese principio, las medidas de coerción, restrictivas de la libertad
personal o de otros derechos, tienen carácter excepcional y su aplicación debe ser
proporcional al peligro que trata de resguardar.
Para imponerse alguna de las diferentes medidas coercitivas quo el Código Procesal
Penal contempla, es necesario que lo haga el Juez de la Instrucción, durante la
celebración de la llamada etapa preparatoria o fase preliminar de la investigación, es
decir, durante el tiempo procesal en el que se averigua la ocurrencia de un hecho
ilícito y se comienza a establecer responsabilidades, localizar pruebas, etcétera.
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La naturaleza de la coerción procesal es cautelar e instrumental, diferenciándose de
la pena, de la cual no puede concebirse como anticipo o sucedáneo.
Consecuentemente, la coerción procesal y la sustantiva o material tienen identidad
en el poder coactivo y la fuerza pública de la que se valen, y en la privación de
aspectos de la libertad ambulatoria o patrimonial, pero difieren específicamente en
cuanto a los objetivos que persiguen: en las adjetivas, se tiende a precaver los fines
del enjuiciamiento, mientras en las materiales es la respuesta retributiva del delito
perpetrado, obtenida como corolario del debido proceso y para alcanzar la
prevención especial en el delincuente, y la prevención general en la sociedad.
“La regla general es que son dictadas y están bajo el control de órganos
jurisdiccionales, siendo la excepción que puedan ser llevadas a cabo por la policía, el
Ministerio Fiscal u otros organismos administrativos, en cuyo caso debe quedar
abierta la vía de la intervención de aquéllos en salvaguarda efectiva de los derechos
comprometidos”.2
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en que la publicidad resulte perjudicial al orden público o a las buenas costumbres.
Se dispone a demás en la constitución las acciones de amparo y del habeas hábeas
como garantía de la libertad e integridad de una persona.
Antecedentes de investigación
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Con respectos a los antecedentes investigativos, en consultas relacionadas con
respecto a investigaciones hechas sobre las Medidas de Coerción en la Jurisdicción
Privilegiada en la República Dominica, se han encontrado en la Universidad del
Caribe dos informes finales para optar por el título de licenciado en derecho. El
primero sustentados por Ysael Martínez Guerrero, titulado “Medidas de coerción y
su impacto en la República Dominicana”, del año 2005.
En sus conclusiones finales los autores afirman que: “Aun cuando sería
prácticamente imposible delimitar en este trabajo las fronteras del ámbito de las
medidas cautelares, porque ello supone solucionar casuísticamente cada uno de los
tipos legales en su carácter cautelar, creemos que es conveniente abordar este tema
aunque sea muy parcialmente para conseguir, como principal propósito, mayor
claridad del concepto y vislumbrar su justa dimensión dentro del ordenamiento
jurídico procesal”.
El segundo informe es presentado por los señores María Ynés Morel Eduardo, Yeny
Castro Urbáez, Freddy Cancu Jiménez, titulado “Análisis de las medidas de
coerción en el proceso penal dominicano”, el cual se elaboró en la ciudad de
Santo Domingo, D.N., en el año 2014.
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El objetivo general de este estudio fue analizar de las medidas de coerción en el
proceso penal dominicano; y los objetivos específicos fueron: Conceptualizar sobre
las medidas de coerción y sus orígenes; determinar las clases de medidas de
coerción existentes; y plasmar las incidencias de las medidas de coerción el proceso
penal dominicano.
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JUSTIFICACIÓN
Este trabajo tiene una gran relevancia para el sistema de administración de justicia
en la República Dominicana debido a que todos estos motivos obligan a buscar un
equilibrio en la aplicación de la privación de libertad y las medidas cautelares
sustitutivas, estas últimas medidas contribuirán en mayor grado al sistema judicial
dominicano a: tener un permite un mayor nivel de descongestionamiento de los
tribunales, desconcentrar los recintos carcelarios, humanizar la justicia penal
dominicana, clasificar a los imputados según la naturaleza del delito, adecuar los
centros de detención a las nuevas realidades en materia de derechos humanos. Es
importante para el sistema judicial porque permite un mayor nivel de
descongestionamiento del sistema jurídico, permitiendo un mayor campo de acción
de los tribunales en la República Dominicana.
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Es de gran importancia el tema para los estudiantes, ya que le permite conocer a
fondo los principios normativos que rigen las medidas de coerción en el proceso
penal, estableciendo medidas y las normas de aplicar las mismas. Además
constituye un aporte en el estudio de la aplicación del contenido de las medidas de
coerción previstas en el Código Procesal Penal Dominicano y de lo expresado por el
legislador, con una posición activa, que se traduce en el análisis de las medidas de
coerción, para el estudio en las ciencias jurídicas dominicanas.
Para los especialistas es de gran importancia señalar los efectos de las medidas de
coerción y su nivel de constitucionalidad, ya que permite establecer el carácter
fundamental de las normas regulatorias de las mismas.
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LIMITACIONES DE LA INVESTIGACIÓN
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ALCANCE DE LA INVESTIGACIÓN
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OBJETIVOS
Objetivos General:
Objetivos Específicos:
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MARCO TEÓRICO
JUICIO PREVIO: El Juicio, en sentido estricto, es la sentencia del tribunal que toma
como premisa la ley anterior al hecho del proceso para verificar si el objeto del
mismo, con todos sus elementos objetivos y subjetivos, se adecúan a él. (Jauchen,
2007, pág. 97)
PENA: La Pena es un instrumento jurídico que se utiliza con fines muy diversos. En
el estado de derecho actual se orienta a ser una potestad jurídica para la prevención
de nuevos delitos como así también reprimir los ya acontecidos. (Lecciones del
derecho penal Parte General - Hugo Mario Sierra y Alejandro Salvador Cántaro -
Editorial Universidad Nacional del Sur - Año 2005).
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MATERIALES Y MÉTODOS
Métodos a utilizar:
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La observación: Será utilizada para visualizar de manera panorámica el ambiente
en el que se desarrolla el proceso en el tribunal de atención permanente y los
criterios del juez para su aplicación.
Población y muestra.
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CAPITULO I
MARCO TEÓRICO YREFERENCIAL
Javier Piña y Palacios expresa: "El Derecho Procesal Penal es la disciplina jurídica
que explica el origen, función objeto y fines de las normas mediante las cuales se fija
el "quantum" de la sanción aplicable para prevenir y reprimir el acto u omisión que
sanciona la ley penal."
3 Jorge Claría Olmedo. (1960). Tratado de Derecho Procesal Penal. Tomo i. Editorial Ediar. Pág. 24
4Manzini, Vincenzo. (1996). Tratado de Derecho Procesal Penal. Edición Nº 1. Librería El Foro
(Buenos Aires), argentina.
5 Eugenio Florián. (1934). Elementos de Derecho Procesal Penal. Ed. Librería Bosch. Barcelona. Pág.
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1
jurídica compuesta por un conjunto de normas de orden público que regulan y
determinan la aplicación del derecho penal sustantivo.
Estas medidas son cautelares porque tienden a evitar los peligros de obstaculización
del proceso y buscan asegurar el efectivo cumplimiento de la posible condena. Si
luego de comprobada la culpabilidad del imputado en juicio, éste pudiera sustraerse
al cumplimiento de la sanción; la justicia se vería burlada y la sociedad perdería la
confianza en el Derecho. Las medidas de coerción pueden ser de carácter personal
(sobre la persona) y de carácter real (sobres los bienes de la persona). Las medidas
de coerción o cautelares de carácter personal tienen como finalidad asegurar la
presencia del imputado en el juicio y evitar que obstaculice la averiguación de la
verdad.
6 Juan Ml. Pellerano Gómez. Derecho Procesal Penal II. Las medidas de Coerción. Pág. 151.
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Toda persona tiene derecho a la libertad y a la seguridad personal. Las medidas de
coerción tienen carácter excepcional y sólo pueden ser impuestas mediante
resolución judicial motivada y escrita, por el tiempo absolutamente indispensable y a
los fines de asegurar la presencia del imputado en el procedimiento. La resolución
judicial que impone una medida de coerción o el rechace es revocable o reformable
en cualquier estado del procedimiento. En todo caso, el juez puede proceder de
oficio cuando favorezca la libertad del imputado.
Las medidas cautelares deben tener carácter excepcional solamente duran mientras
subsista el peligro de fuga y riesgo de obstaculización su aplicación corresponde a
un hecho concreto que se ha presentado y sus características son: (Congreso
Nacional. Código procesal Penal, Ley No. 76-02. Art. 250)
3
Proporcionalidad. Se realiza por órgano jurisdiccional a quien corresponde
realizar un juicio de razonabilidad acerca de la finalidad perseguida.
1. La citación.
2. El arresto.
3. La prisión preventiva.
4. La presentación de garantía económica.
5. Impedimento de salida del país o localidad.
6. Someterse al cuidado o vigilancia de persona o institución.
7. Presentación periódica ante el juez o autoridad.
8. Arresto domiciliario.
9. Colocación de localizadores electrónicos.
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1.4.1.La Citación.
El art. 223 CPP autoriza tanto al Ministerio Público como al Juez, a citar al imputado
para que comparezca cuando sea necesaria su presencia. La citación podrá ser
acordada bien por el ministerio público o por el juez, según corresponda, esto es,
según la concreta fase procesal en donde se acuerde dicha citación. Presupuesto
material para acordar dicha citación es la necesaria edad de la presencia del
imputado para realizar el acto para el cual sea citado.
1.4.2.El Arresto.
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La detención será calificada de arbitraria cuando se acuerde sin concurrir alguna de
las causas previstas legalmente o cuando se lleve a cabo infringiendo el
procedimiento legalmente establecido.
Su ubicación sistemática en el nuevo CPP, dentro del Título II, bajo el epígrafe
Medidas de coerción personal, del Libro V, Medidas de Coerción, de la Parte
General, corrobora su carácter legal como medida de coerción.
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Arresto policial: La policía debe proceder al arresto de una persona cuando exista
una orden judicial que así lo ordene.
Arresto judicial: El juez podrá, también, ordenar el arresto cuando concurra alguno
de los supuestos previstos legalmente. Según el art. 225 CPP el arresto judicial de
una persona podrá acordarse en los casos siguientes:
c) Que concurran razones suficientes para presumir que puede ocultarse, fugarse o
ausentarse del lugar (periculum in mora).
La exposición de Motivos del CPP señala que dicha medida en cuanto que es la
intervención más grave que el Estado está autorizado a adoptar en ausencia de
juicio, y que implica la privación total de libertad física sin un juicio definitivo, debe
estar rodeada de las más estrictas garantías y reservas. La prisión preventiva es la
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modalidad más radical de intervención del Estado durante el desarrollo del proceso
penal, pues incide en el núcleo del derecho a la libertad personal del sujeto.
8
1.4.4.La presentación de garantía económica.
De acuerdo con el artículo 226, a solicitud del Ministerio Público o del querellante, y
en la forma, bajo las condiciones y por el tiempo que se explica en el código, el juez
puede imponer al imputado, después de escuchar sus razones, las siguientes
medidas de coerción: La prestación de una garantía puede tener fuga a) bajo una
garantía juratoria o, b) mediante 1a. prestad' de una garantía económica.
Garantía económica, suficiente. Las condiciones bajo las cuales puede ser
impuesta esa garantía son, de manera general, las mismas a que se han hecho
referencia precedentemente que condicionan la adopción de cualquier medida de
coerción y, las señaladas para la prisión preventiva que sean aplicables, a las cuales
enviamos. Particularmente está condicionada a asegurar la comparecencia del
imputado a todos los actos del proceso, su asistencia en cualquier: momento a las
diligencias procesales a que sea requerido y, a la ejecución del fallo.
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Presentación de la garantía. La garantía es presentada por el imputado u otra
persona mediante depósito en dinero, valores, con el otorgamiento de prendas o
hipotecas sobre los bienes libres de gravámenes, con una póliza con cargo a una
empresa de seguros dedicada a este tipo de actividades comerciales, con la entrega
de bienes, o la fianza solidaria de una o más personas solventes. Al decidir sobre la
garantía, el juez fija el monto, la modalidad de la prestación y aprecia su idoneidad.
En ningún caso fija una garantía excesiva ni de imposible cumplimiento en atención a
los recursos constituya un motivo eficaz para evitar que el imputado se abstenga de
cumplir sus obligaciones. El imputado y el garante pueden sustituirla por otra
equivalente, previa autorización del juez (Art. 235).
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medida de coerción que le afecte sea revisada en cualquier momento, a pedimento
suyo con fines de que sea sustituida por la prestación de una garantía económica
Es preciso saber que la ley 200 del 21 de marzo de 1964 regula los impedimentos de
salida del país en los casos en que se fundamenta en penas impuestas judicialmente
o, en las leyes de policía, de inmigración y de sanidad.
Esa ley también permite ese impedimento para las personas que se encuentren
sometidas a la jurisdicción penal en virtud de una denuncia o querella. A partir del
Código Procesal Penal, la prohibición de salir del país constituye una medida de
coerción que puede afectar a los imputados de la comisión de un hecho penalmente
punible, lo que significa que: sólo podrá ser impuesta por un juez, a solicitud del
ministerio público o del querellante.
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1.4.6.Someterse al cuidado o vigilancia de persona o institución y
presentación periódica ante el juez o autoridad.
1.4.7.Arresto domiciliario.
Se entiende que producto que esas vulneraciones no existan, el imputado debe ser
advertido previamente, en presencia de su defensor, de la eventualidad de que esas
medidas sean adoptadas en su contra, las que debe aceptar formalmente en
presencia de éste. Su negativa imposibilita su aplicación sin que constituya lesión a
su integridad física. Cabe la duda de que de momento el Estado disponga de la red
electrónica necesaria para la efectividad de esa medida.
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aquellas que resulten menos gravosas- para su persona. El arresto domiciliario es la
penúltima. Parece ser la alterativa ideal parados casos en que el segundo párrafo del
artículo 234 prohíbe la prisión preventiva y, de aquellos en que la actitud procesal y
demás aspectos de vida del imputado a ser sopesados, llevan a la ausencia de
peligro de fuga y a la carencia de posibilidades de continuidad de la acción delictiva.
Las medidas de coerción enumeradas representan las ventajas siguientes: (1) evitar
los gastos que ocasionarían las creación y mantenimiento de nuevos
establecimientos penitenciarios, (2) dar a la comunidad ¡a oportunidad de revisar su
actitud con respecto a los delincuentes, (3) disminuir el aislamiento del infractor
favoreciendo su trabajo fuera del sistema penal a la sentencia en prueba la
posibilidad de desempeñar un papel cada vez más importante.
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Aplicación supletoria. El trámite se rige, en cuanto sean aplicables, por las reglas
del Código de Procedimiento Civil y la legislación especial. (Art. 244.)
Recurso. Todas las decisiones judiciales relativas a las medidas de coerción
reguladas por este Libro son apelables. La presentación del recurso no suspende la
ejecución de la resolución. (Art. 245.)
El juez, a solicitud del ministerio público, puede ordenar el arresto de una persona
cuando...” siendo esta medida reservada a solicitud del Ministerio Publico no así para el
querellante. Sin embargo la redacción que presenta el Art. 228 le amplia la facultad al
querellante a solicitarlas todas las medidas que señala el código. El ministerio público
también puede requerir de otras medidas que hemos indicados en este artículo.
El código reserva las medidas de coerción personales solo para aquellos delitos de
acción pública y de acción pública a instancia privada, y en cuanto a los delitos de
acción privada no se pueden ordenar la prisión preventiva, el arresto domiciliario ni la
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colocación de localizadores electrónicos, lo que parece indicar que si se pueden aplicar
las demás según el Art. 226.
1.6. Finalidad de las medidas de coerción.
La finalidad de las medidas de coerción a la luz del Código Procesal Penal no es otra
que “asegurar la presencia del imputado en el procedimiento”, finalidad ésta
propiamente cautelar, que pudiera implicar formas de coerción rígidas sobre la
persona del imputado Art. 222 del Código Procesal Penal Dominicano. 7
Las Medidas de Coerción han sido definidas por el tratadista Cuéllar Cruz como
"aquellas que pueden adoptarse motivadamente por el órgano jurisdiccional
(tribunal), contra un presunto responsable de un hecho delictivo al estimarse dos
aspectos esenciales: por una parte, la presencia de una imputación fundada en la
verificación objetiva de un hecho inconfundible y en la probabilidad prudente de quien
sea su autor; y por otra, en la fundada responsabilidad de ocultación personal o
patrimonial del imputado en el curso del procedimiento penal, teniendo como
finalidad única y legítima el garantizar los efectos penales y civiles de una futura
sentencia condenatoria."
Esta reforma procesal penal dio como resultado un instrumento nuevo, que fue el
Código Procesal Penal, denominado Ley 76-02 (27 de septiembre del 2002). Se
inició un proceso que modificó la metodología en cuanto al proceso penal, luego de
un plazo de espera de dos (2) años para la aplicación de dicho código, el máximo
organismo del Poder Judicial la Suprema Corte de Justicia, resoluto varios
reglamentos especiales sobre diferentes instituciones del proceso penal dominicano.
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Este texto legislativo derogó y abrogó el antiguo Código de Procedimiento Criminal,
así como toda legislación que le fuese contraria, lo cual constituyó una transición
profunda entre el antiguo modelo inquisitivo hacia un modelo acusatorio adversarial
regido por las directrices del respeto a los principios y derechos fundamentales que
conforman el Debido Proceso de Ley. De esta manera, el Código Procesal Penal ha
surtido un gran impacto en la práctica jurídica penal en la República Dominicana,
toda vez que el mismo constituyó, desde el inicio de su puesta en vigor, un verdadero
y profundo cambio del sistema de justicia penal, tanto para la parte acusadora, la
parte investigadora, la defensa técnica y, por último, para la parte juzgadora.
El Código Procesal Penal Dominicano contiene 449 artículos y está dividido en dos
(2) partes: Parte General y Parte Especial. Para su aplicación han sido dictadas
varias disposiciones normativas, como son la Ley No. 278-04 sobre la
Implementación del Proceso Penal instituido por la Ley No. 76-02, de fecha trece (13)
del mes de agosto del año dos mil cuatro (2004), así como distintas resoluciones
emitidas por la Suprema Corte de Justicia, entre las cuales se pueden mencionar:
Resolución No. 1920-2003, de fecha trece (13) del mes de noviembre del año dos mil
tres (2003), para la aplicación anticipada del Código Procesal Penal;
16
Resolución No. 1170-2004, de fecha dos (2) del mes de septiembre del año dos mil
cuatro (2004), sobre la Designación de Jueces y Tribunales Liquidadores;
Resolución No. 296-2005, de fecha seis (6) del mes de abril del año dos mil cinco
(2005), (modificada por la Resolución No. 2087-2006), que establece el Reglamento
para el Juez de la Ejecución de la Pena;
Resolución No. 1731-2005, de fecha quince (15) del mes de septiembre del año dos
mil cinco (2005), que establece el Reglamento sobre Medidas de Coerción y
Celebración de Audiencias durante la Etapa Preparatoria al am-paro del Código
Procesal Penal;
Resolución No. 1732-2005, de fecha quince (15) del mes de septiembre del año dos
mil cinco (2005), que establece el Reglamento para la tramitación de Notificaciones,
Citaciones, y Comunicaciones Judiciales de la Jurisdicción Penal;
Resolución No. 1734-2005, de fecha quince (15) del mes de septiembre del año dos
mil cinco (2005), que establece el Reglamento sobre la Gestión Administrativa de las
Secretarias de los Tribunales al amparo del Código Procesal Penal;
Resolución No. 1735-2005, de fecha quince (15) del mes de septiembre del año dos
mil cinco (2005), que establece el Reglamento sobre los Tribunales Colegiados de
Primera Instancia de la Jurisdicción Penal;
Resolución No. 1733-2005, de fecha quince (15) del mes de septiembre del año dos
mil cinco (2005), que establece el Reglamento para el Funcionamiento de la Oficina
Judicial de Servicios de Atención Permanente de la Jurisdicción Penal;
Resolución 3869-2006, de fecha veintiuno (21) del mes de diciembre del año dos mil
seis (2006), que establece el Reglamento para el Manejo de los Medios de Prueba
en el Proceso Penal;
17
Resolución 1029-2007, de fecha tres (3) del mes de mayo del año dos mil siete
(2007), que establece el Reglamento sobre los Procedimientos de Resolución Alterna
de Conflictos Penales;
Resolución No. 2802-2009, de fecha veinticinco (25) del mes de septiembre del año
dos mil nueve (2009), sobre la Extinción de la Acción Penal;
Resolución 58-2010, de fecha once (11) del mes de febrero del año dos mil diez
(2010), que establece un parámetro sobre los criterios que los jueces deben tomar en
consideración para la imposición o variación de la medida de coerción de prisión
preventiva; entre otras.
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El abanico de medidas coercitivas personales que presenta el código van desde el
arresto, conducencia y prisión preventiva a la citación las cuales se sitúan en las
medidas coercitivas que afectan al derecho a la libertad personal, un Ej.: una
aprehensión del testigo que no atiende al llamado de una citación puede comparecer
mediante el uso de la fuerza pública Art.199.
Otra clasificación son aquellas que afectan la integridad personal por ejemplo el
examen corporal Art.99. También están las medidas coercitivas que afectan el
derecho de propiedad, como el secuestro Art. 186, el embargo Art.243, clausura de
locales y aseguramiento de cosas muebles; medidas coercitivas que afectan el
derecho a la inviolabilidad de la esfera íntima como son el registro de personas Art.
176, inspecciones, registro de vehículos, el allanamiento, el registro de moradas y
lugares privados y locales públicos. Medidas coercitivas que afectan el secreto postal
y de comunicaciones como la interceptación y secuestro de comunicaciones y
correspondencia Art. 191 y 192.
20
beneficio del procesado no pudiendo el juez provocarla para agravar la situación del
imputado (necreformatio in pejus).
La revisión de una medida cautelar tendrá como presupuesto necesario el que las
circunstancias que dieron origen a su imposición hayan cambiado, porque de lo
contrario no se podría modificar o ser sustituida. Un aspecto a resaltar es que la
solicitud se puede invocar en cualquier estado del procedimiento.
21
CAPITULO II
EL SUJETO DE CONOCIMIENTO
De manera general la doctrina ha estimado que los sujetos procesales son las
personas que intervienen regularmente dentro del trámite del proceso, representando
o bien al Estado, o bien a los diferentes intereses particulares comprometidos en la
definición del mismo. Su actuación es regular y más o menos permanente en dicho
proceso y no específica en actos individualizados del trámite.
8 Hegel. Lecciones sobre filosofía de la historia universal. En "Lecturas sobre historia de la filosofía", Editorial
Pueblo y Educación. La Habna.1973, Pág. 127.
9Extraido de: https://aeternaimperoblog.wordpress.com/2017/01/09/los-elementos-del-conocimiento-el-
sujeto-el-objeto-la-representacion-y-la-operacion/. Fecha de consulta. 18 de noviembre de 2017.
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b) La victima: (Arts. 83, 84) a) Denunciante (Art. 262) b) Querellante (Arts. 83,
85,267) c) Actor Civil (Arts. 53, 118) d) Querellante-Actor Civil e) Testigo (Arts.
123, 124,307).
c) El Imputado (Arts. 95)
d) El tercero civilmente demandado (Arts. 126).
e) La defensa técnica, (Arts. 111).
Los sujetos procesales son todas aquellas personas que de una forma directa o
indirectamente, por acción u omisión, tienen un interés o derecho que debe defender
o perseguir su reconocimiento a través del proceso. Sin sujetos no hay proceso.
La solicitud para la aplicación de medida de coerción puede ser hecha tanto por el
Ministerio Público como por la víctima constituida en querellante. La petición debe
ser un escrito simple y sin formalidades especiales, que contenga los datos
personales del imputado, un relato sucinto del hecho y su calificación jurídica con los
elementos de prueba que lo sustentan, el tipo de medida que se requiere y en su
caso la solicitud de arresto. (Resolución No. 1731-2005. Artículo 5)
23
b. Existe peligro de fuga basado en una presunción razonable, por apreciación
de las circunstancias del caso particular, acerca de que el imputado podría
no someterse al procedimiento;
c. La infracción que se le atribuya esté reprimida con pena privativa de libertad.
Prueba. Las partes pueden proponer prueba con el fin de sustentar la imposición,
revisión, sustitución, modificación o cese de una medida de coerción. (Art. 230)
Resolución. La resolución que impone una medida de coerción debe contener: (Art.
231)
a. Los datos personales del imputado o los que sirvan para identificarlo;
b. La enunciación del hecho que se le atribuye y su calificación jurídica;
c. La indicación de la medida y las razones por las cuales el juez estima que los
presupuestos que la motivan concurren en el caso;
d. La fecha en que vence el plazo máximo de vigencia de la medida.
1) La notificación al imputado;
2) La identificación y el domicilio de la institución o de los particulares que
intervengan en la ejecución de la medida y la aceptación de la función u
obligación que les ha sido asignada;
3) El señalamiento del lugar o la forma para recibir notificaciones;
4) La promesa formal del imputado de presentarse a las citaciones.
24
2.4. La víctima como sujeto procesal en la solicitud de las medidas
de coerción.
El imputado, que es sobre el cual recae el mayor peso del proceso penal, pues es él
quien lo lleva el mayor peso del proceso sobre sus espaldas.
En ese sentido el artículo 95 del Código Procesal Penal dispone que todo imputado
desde que se solicite la aplicación de una medida de coerción o la realización de un
anticipo de prueba, tiene derecho a:
1. Ser informado del hecho que se le atribuye, con todas las circunstancias de
tiempo, lugar y modo, en la medida conocida, incluyendo aquellas que sean de
importancia para la calificación jurídica, un resumen de los contenidos de prueba
existentes y las disposiciones legales que se juzguen aplicables;
26
6. No autoincriminarse, en consecuencia, puede guardar silencio en todo momento
sin que esto le perjudique, o sea, utilizado en su contra. En ningún caso puede ser
sometido a malos tratos o presión para que renuncie a este derecho ni ser sometido
a técnicas o métodos que constriñan o alteren su voluntad;
7. Ser presentado ante el juez o el ministerio público sin demora y siempre dentro de
los plazos que establece este código;
Son nulos los actos realizados en violación de estos derechos y los que sean su
consecuencia. Por esa razón muchos imputados son descargados ya que las
evidencias que presenta el ministerio publico han sido obtenidas de manera
improcedente, y por lo tanto los jueces tienen la obligación de declararlas nulas.
El debido proceso que, junto a la tutela judicial efectiva, está previsto en el Artículo
69 de la Constitución, puede ser identificado como el núcleo de las garantías de los
derechos fundamentales. Esto se debe a que de dicho texto se desprenden
27
importantes principios, definidos por el Constituyente como “garantías mínimas”, que
son las siguientes:
Las normas del debido proceso se aplicarán a toda clase de actuaciones judiciales y
administrativas.
Resumiendo lo anterior, podemos decir que toda persona tiene derecho a reclamar,
ante las jurisdicciones que corresponda, cuando entienda que sus derechos han sido
vulnerados y es un deber de las autoridades garantizarle la tutela efectiva, a fin de
poder canalizar sus reclamos.
28
consagra el referido derecho, estableciendo que las personas reciben la misma
protección y trato de las instituciones y que el Estado debe promover las condiciones
jurídicas y administrativas para que la igualdad sea real y efectiva- está instituido en
los artículos 11 y 12 del CPP, que definen, respectivamente, la igualdad ante la ley y
la igualdad entre las partes.
Según Castaños Guzmán (2012) “la primera concreción jurídica de este valor es el
Principio de Igualdad ante la Ley, que, en cuanto derecho fundamental, obliga a un
tratamiento no discriminatorio de origen legal” (P. 128) y para Rodríguez &
Hernández (2003) es generalmente admitido que “toda desigualdad injustificada es
supuesto de indefensión” (P.184).
En lo que respecta a la tutela judicial efectiva, ésta es una derivación del derecho a
una justicia accesible, oportuna y gratuita y va de la mano con el debido proceso. Si
partimos de la premisa de que los derechos fundamentales deben ser protegidos, su
jurisdiccionalidad requiere, necesariamente, de procedimientos específicos para
lograrlo. Así las cosas, la tutela judicial efectiva consiste, siguiendo a Vargas
Guerrero (2013) en “la acción procesal que permite acceder a la jurisdicción, hacer
peticiones, obtener respuestas y ejecutar lo decidido en plazo razonable”.
29
de dicha medida, aunque implique afectar un derecho fundamental, como es la
libertad. O sea, la presunción de inocencia no puede significar que el imputado esté
libre de toda medida coercitiva durante el proceso, ya que ello implica al menos en
algunos casos que el proceso penal no pueda llevarse a cabo, por la fuga del
procesado.
Precisamente ese punto fue que vino a aclarar la Resolución No. 58-2010 de la
Suprema Corte de Justicia, al afirmar que este mecanismo de control (refiriéndose al
conjunto de medidas) “debe garantizar de manera rigurosa, tanto la presentación del
imputado o de los imputados a todos los actos de procedimiento”.
Los tipos penales perseguibles por acción penal privada están enumerados en el
Art. 32 CPP. No los vamos a describir, limitándonos a identificarlos. Son los
siguientes: violación de propiedad, difamación e injuria, violación de propiedad
industrial (con excepción del derecho de marcas) y violación a la Ley de Cheques.El
acusador, en estos casos, es la propia víctima. No hay participación del Ministerio
Público.
De entrada, salta a la vista que dicho texto legal exige que se den las tres
circunstancias descritas, es decir, que si falta alguna, no es admisible imponer
medida de coerción. Estamos en presencia de un texto claro, que no precisa
interpretación. Interpretatiocessat in claris.
31
queremos destacar el de Igualdad ante la Ley (Art. 11) y el de Igualdad entre las
Partes (Art. 12).
Basta leer el penúltimo párrafo del Art. 226 del CPP y contrastarlo con los textos
citados precedentemente -sobre todo el Art. 12 del CPP, que prescribe que las partes
van al juicio en condiciones de igualdad- para comprobar que los jueces deben evitar
que se minimice o atenúe este Principio, el cual cobra mayor vigencia en los
procesos de acción privada, en que la víctima actúa como única acusadora, o sea, va
al juicio sola, sin el auxilio del Ministerio Público.
Ya vimos que el Art. 40.9 de la Constitución prevé como una actuación legítima que
se dicte medidas de coerción en los procesos penales, insistiendo en que debe
hacerse de manera excepcional y el legislador del CPP en el Art. 16, de manera
específica sobre la prisión preventiva, refiere que debe tener un límite temporal
razonable, a fin de que no se convierta en una pena anticipada.
Visto el texto constitucional y la normativa del penúltimo párrafo del Art. 226 CPP, es
menester plantear la siguiente pregunta:¿Es razonable, conforme al Art. 40.15 de la
Constitución, lo dispuesto por el penúltimo párrafo del Art. 226 del Código Procesal
Penal?
Un proceso de acción penal privada en que fue necesario extraditar al imputado para
que respondiera por un delito económico.Si cotejamos el penúltimo párrafo del Art.
226 CPP con el Art. 40.15 de la Constitución de la República, salta a la vista, de
manera axiomática, que dicho texto es contrario al Principio de Razonabilidad de la
Ley. Y es que, al crear la distinción que hemos descrito, el legislador del CPP ha roto
con el Principio de Igualdad ante la Ley, que se hace más patente cuando lo vemos
en relación a un proceso en el que la víctima participa sola, sin ayuda del Ministerio
Público. Esta distinción es irrazonable, puesto que se ha salido del marco de lo que
es justo y útil para la comunidad, como expresamente consagra nuestra Carta
Magna.
33
El derecho a la tutela judicial efectiva abarca todo proceso, sin distinguir en base a la
naturaleza de la acción.En cualquier caso, el juez puede prescindir de toda medida
de coerción, cuando la promesa del imputado de someterse al procedimiento sea
suficiente para descartar el peligro de fuga.
"Nadie podrá ser juzgado sin haber sido oído o debidamente citado ni sin
observancia de los procedimientos que establezca la ley para asegurar un
juicio imparcial y el ejercicio del derecho de defensa. Las audiencias serán
públicas, con las excepciones que establezca la ley, en los casos en que la
34
2.7. La Defensa Técnica.
El defensor técnico, sea éste privado (de la elección del imputado) o un defensor
técnico de la defensoría pública, pues como el derecho a la defensa es irrenunciable
(un derecho humano), el imputado debe estar representado siempre en el proceso, a
través de la asistencia de un defensor técnico.
A solicitud del Ministerio Público o del querellante, el juez puede imponer una sola de
las medidas de coerción previstas en este código o combinar varias de ellas, según
resulte adecuado al caso, y expedir las comunicaciones necesarias para garantizar
su cumplimiento. Cuando se ordene la prisión preventiva, no puede combinarse con
otras medidas de coerción. (Art. 228)
35
Peligro de fuga. Para decidir acerca del peligro de fuga el juez toma en cuenta,
especialmente, las siguientes circunstancias: (Art. 229)
a) Arraigo en el país, determinado por el domicilio, residencia habitual, asiento de
la familia, de sus negocios o trabajo y las facilidades para abandonar el país o
permanecer oculto. La falsedad o falta de información sobre el domicilio del
imputado constituye presunción de fuga;
b) La pena imponible al imputado en caso de condena;
c) La importancia del daño que debe ser resarcido y la actitud que
voluntariamente adopta el imputado ante el mismo;
d) El comportamiento del imputado durante el procedimiento o en otro anterior, en
la medida que indique su voluntad de someterse o no a la persecución penal.
En cuanto sean aplicables rigen las reglas propias del juicio, adaptadas a la sencillez
de la audiencia para medida de coerción. El juez indicará a las partes el tiempo
36
necesario para que viertan su parecer en torno a los puntos sometidos a discusión,
tomando en cuenta el grado de complejidad del asunto a decidir. (Resolución No.
1731-2005. Artículo 9)
El acta a la que se refiere el artículo 232 del Código Procesal Penal deberá
levantarse en todos los casos en que la medida de coerción que se imponga no sea
la prisión preventiva ni el arresto domiciliario con vigilancia. Para estos fines será
utilizado el formulario especial creado a propósito.
37
Notificación de la resolución. La lectura de la resolución, luego de la audiencia,
vale notificación a condición de que se expida a los intervinientes copia de la misma.
Todas las medidas de coerción pueden ser revisadas a solicitud de parte, o de oficio
en beneficio del imputado. Previo a la fijación de la audiencia y conforme a lo
establecido en los artículos 238, 239 y 240 del Código Procesal Penal, el juez
ponderará su admisibilidad, siempre que el solicitante cumpla con las siguientes
condiciones: (Resolución No. 1731-2005. Artículo 15)
En todos los casos en que el juez admita una solicitud de revisión de medida de
coerción, sólo se fijará audiencia cuando se trate de prisión preventiva o arresto
domiciliario, conforme lo dispone el artículo 240 del Código Procesal Penal, o cuando
la revisión procure la imposición de una de estas medidas. En los demás casos se
resolverá de manera administrativa de conformidad con el artículo 238 del
instrumento legal indicado. Tanto esta decisión de admisibilidad como la instancia en
solicitud de revisión, deberán ser notificadas a todas las partes.
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La revisión obligatoria de la prisión preventiva se rige conforme a las disposiciones
del artículo 239 del Código Procesal Penal. En estos casos la secretaría del juzgado
deberá emitir una certificación en donde conste si la decisión que impuso la medida
de coerción ha sido objeto de revisión o de recurso de apelación. En caso de que se
haya interpuesto recurso de apelación, se deberá aportar al juez la decisión de la
Corte, a los fines de determinar la extensión del plazo de la revisión y la
competencia.
A solicitud del Ministerio Público, el juez puede ordenar el internamiento del imputado
en un centro de salud mental, previa comprobación, por dictamen pericial, de que
sufre una grave alteración o insuficiencia de sus facultades mentales que lo tornan
peligroso para sí o para terceros, siempre que medien las mismas condiciones que
para aplicar la prisión preventiva. (Congreso Nacional. Código procesal penal Ley
No. 76-02. Art. 233)
39
seguros dedicada a este tipo de actividades comerciales, con la entrega de bienes, o
la fianza solidaria de una o más personas solventes.
Al decidir sobre la garantía, el juez fija el monto, la modalidad de la prestación y
aprecia su idoneidad. En ningún caso fija una garantía excesiva ni de imposible
cumplimiento en atención a los recursos económicos del imputado.El juez hace la
estimación de modo que constituya un motivo eficaz para que el imputado se
abstenga de incumplir sus obligaciones.
40
CAPITULO III
EL SUJETO OBJETO DE LA INFORMACIÓN
La finalización del informe final del curso monográfico sobre el análisis de las
Medidas de Coerción permitió obtener los objetivos planteados.
41
esta pretensión de fundamento, el carácter es punitivo y esto sale a flote tanto teórica
como prácticamente, ya que se mantiene aun cuando existan posibilidades
relevantes de un resultado absolutorio, situación que contradice al principio de
inocencia en mayor manera.
Las medidas de coerción personal no pueden exceder de dos años, salvo que se
solicite una prórroga por parte del Ministerio Público o el Querellante cuando existan
causas graves que así lo justifiquen.
En relación a las figuras que integran las Medidas de Coerción Personal, se concluye
que son: 1. La citación. 2. El arresto. 3. La prisión preventiva. 4. La presentación de
garantía económica. 5. Impedimento de salida del país o localidad. 6. Someterse al
42
cuidado o vigilancia de persona o institución. 7. Presentación periódica ante el juez o
autoridad. 8. Arresto domiciliario. 9. Colocación de localizadores electrónicos. Las
medidas de coerción reales no se solicitan exclusivamente contra el imputado.
Se evidenció que solo será viable la privación excepcional de la libertad sin orden
judicial por las evidencias o manifestaciones externas de un hecho punible y la
individualización de su autor o participes en el caso de una aprehensión en
flagrancia, privación que se mantendrá o será revocada solo si se cumplen los
extremos legales que fundamentan a esta medida y las presunciones que la justifican
por el riesgo procesal, dando paso al procedimiento abreviado, que supone
recabados los elementos de convicción o las pruebas para llevar al sorprendido
infraganti a juicio; o bien, al procedimiento ordinario, si no se estima completa la
investigación y carece de fundamentos para sostener un juicio.
A tal efecto, se confirmó que el Artículo 234 del Código Procesal Penal, establece
que la prisión preventiva puede ser razonadamente satisfecha con la aplicación de
otra medida menos gravosa para el imputado, el tribunal competente, de oficio,
solicitud del Ministerio Público o el imputado, deberá imponerle el lugar, mediante
alguna de las siguientes medidas:
44
personal, de privación de la libertad u otra medida de cautelar, sobre la base de los
requisitos de la verificación de las exigencias legales que la fundamentan y las
exigencias del proceso.
No obstante, sea por presiones ante el augede la delincuencia, por las deficiencias
en la estructura administrativa judicial o para no asentar famas de débiles los fiscales
están solicitando la mayor cantidad posible de prisión preventiva y los jueces las
están concediendo. Se cita que como resultado de las solicitudes de medidas de
coerción se impuso un total de 31,541 medidas, de las cuales el 39%, 10,463
correspondieron a prisión preventiva”. 11
Esto fue sólo durante 2005. Si se amplía el período a 2005-2007, se verá que las
cárceles dominicanas, si se habían vaciado por la labor de la estructura liquidadora,
han vuelto a llenarse, y de qué forma: en toda la República Dominicana las cárceles
están a reventar, volviendo la prisión preventiva a convertirse en una pena
anticipada, violándose el artículo 15 del Código Procesal Penal en la medida en que
la medida de prisión preventiva, según se observa, no está siendo aplicada en
relación proporcional al peligro qué se trata de resguardar.
Y, ¿qué se propone para resolver ese problema? Violar el Código Procesal Penal y la
normativa internacional ampliando el plazo de duración de la prisión preventiva, de
un año a dos en casos simples y a tres en casos complejos. Tamaño despropósito
tiene explicación muy sencilla: a) se cree que las medidas policiales bastan para
eliminar la delincuencia; b) se desconfía de otras alternativas de política criminal.
46
En cuanto a la primera creencia, debe decirse que no basta proponer una
modificación ilusoria del Código Procesal Penal para resolver el asunto, pues es
ilusión y no derecho creer que más policíasequivale a menos delito. Es lo mismo
creer que la policía puede prever la infracción y evitarla, siendo su misión legal y
posible perseguir activamente a los responsables, atraparlos y dejarlos en manos de
la justicia, quien a su vez debe necesariamente controlar el otro inmenso problema
del sistema de derecho dominicano: el control carcelario. En suma, las medidas
policiales ayudan pero no evitan el crimen.En cuanto al segundo aspecto, se
entiende que los jueces pronuncien más medidas de coerción porque dejar en
libertad al imputado suele equivaler a la pérdida de la oportunidad procesal. 12
Eso debía saberlo el redactor del CPP. Pero no es suficiente para justificar la
barbaridad de ampliación del plazo de prisión preventiva. Si existiera la forma de
implementar la medida de coerción número 5 colocaciones de localizadores
electrónicos los jueces no se verían obligados a pronunciar prisión preventiva con
tanta frecuencia.
El artículo 16, del Código Procesal Penal, se refiere a este caso, cuando indica que,
"La Prisión Preventiva está sometida a un límite temporal razonable a los fines de
evitar que se convierta en una pena anticipada, pero en los tribunales de la
República Dominicana, específicamente en los Juzgados de Paz, este principio aún
no ha echado raíces, por cuanto ni el Fiscalizador, ni los Jueces de Paz, han
comprendido que para la protección de este principio se deben observar
categóricamente las penas que en caso de condena se impondrán, además deben
emplear criterios de proporcionalidad y razonabilidad y una inquebrantable apego a
las normas constitucionales vigentes.
47
que convierte a las llamadas garantías en simples disposiciones estipularias, y es
así, porque si se aplica la lógica jurídica se sobre entiende que no se puede imponer
una Prisión Preventiva por tres meses a una persona, en un delito que cuya pena va
desde los 15 días hasta 6 meses
La Exposición de Motivos del Código Procesal Penal señala que dicha medida en
cuanto que es la intervención más grave que el Estado está autorizado a adoptar en
ausencia de juicio, y que implica la privación total de libertad física sin un juicio
definitivo, debe estar rodeada de las más estrictas garantías y reservas. La prisión
preventiva es la modalidad más radical de intervención del Estado durante el
desarrollo del proceso penal, pues incide en el núcleo del derecho a la libertad
personal del sujeto.
Así Jorge Barreiro denuncia que las decisiones a adoptar en el proceso en el futuro,
tanto en sus aspectos procesales como en los sustantivos, van a estar
precondicionadas por la aplicación de la medida cautelar. El juez o tribual no es, por
mucho que pretenda aparentarlo o intente seriamente conseguirlo, totalmente ajeno
en sus resoluciones al hecho de que el encausado se halle o no privado de libertad.
3.2. Resolución núm. 58-2010. Sobre criterios que los jueces deben tomar en
consideración para la imposición o variación de la medida de coerción prisión
preventiva.
Atendido, que el artículo 226 del Código Procesal Penal, con la finalidad de ser
aplicadas en la fase preparatoria de los procesos para que rijan durante el tiempo de
investigación de las infracciones, establece las siguientes medidas de coerción:
49
2) La prohibición de salir sin autorización del país, de la localidad en la cual
reside o del ámbito territorial que fije el juez;
7) La prisión preventiva.
Atendido, que el artículo 227 del referido código dispone que procede aplicar
medidas de coerción cuando concurren las siguientes circunstancias:
1) Existen elementos de prueba suficientes para sostener, razonablemente, que
el imputado es, con probabilidad, autor o cómplice de una infracción;
Atendido, que el juez que ordenase una o varias de las medidas de coerción
establecidas en el Código Procesal Penal debe hacerlo siempre de manera
sopesada, adecuada, racional y cautelosa, toda vez que este mecanismo de control
debe garantizar de manera rigurosa, tanto la presentación del imputado o de los
imputados a todos los actos de procedimiento así como la efectiva protección a la
sociedad en general y a las víctimas de los crímenes y delitos en particular;
50
Atendido, que de la combinación de los artículos 227 y 229 del mencionado Código
se deriva que la prisión preventiva, como medida de coerción, procede cuando
concurran las circunstancias expresadas en el referido artículo 227, siendo necesario
que el juez evalúe el peligro de fuga tomando en consideración varios elementos
como son: el arraigo del imputado en el país, su domicilio, asiento familiar y actividad
laboral, lo cual necesariamente debe probarse mediante documentos; asimismo,
facilidad del imputado para ocultarse o abandonar el país y si ha ofrecido falsa
información sobre su residencia; así como también el grado de peligrosidad del
hecho, reflejado en la escala de severidad de la pena imponible al imputado en caso
de ser condenado; la importancia o magnitud del daño personal o social que deba
ser resarcido y el comportamiento del reo durante el procedimiento o con anterioridad
al mismo;
Atendido, que en adición a los elementos anteriormente citados que sirven de base
para evaluar el peligro de fuga, los jueces deben tener en consideración el hecho
comprobado de que el imputado forma parte de manera asociada de un grupo
criminal, o si en caso de recibir su libertad se pondría en juego la seguridad de la
sociedad o la posible obstrucción a la investigación judicial, o si existe la presunción
de que el imputado se reintegre, una vez puesto en libertad, a la organización
delictiva a la cual se sospecha pertenece y utilice los medios que ella le brinde para
entorpecer la investigación o facilitar la fuga de otros imputados, o que destruirá,
modificará, ocultará o falsificará elementos de prueba, o el hecho fundado de que el
imputado podría atentar o ejecutar actos de represalia en contra del acusador o
denunciante;
Atendido, que en cuanto al artículo 238 del Código Procesal Penal, el cual dispone:
51
“Salvo lo dispuesto especialmente para la prisión preventiva, el juez, en cualquier
estado del procedimiento, a solicitud de parte, o de oficio en beneficio del imputado,
revisa, sustituye, modifica o hace cesar las medidas de coerción por resolución
motivada, cuando así lo determine la variación de las condiciones que en su
momento las justificaron”, debe entenderse que el espíritu del mismo es que en todo
estado del procedimiento existe la posibilidad de variar las medidas de coerción
impuestas, pero esto es a condición de que surja, real y concretamente, una
variación de las condiciones y/o circunstancias que originalmente se tomaron en
cuenta al momento de dictarse la medida;
Primero: Declara que el juez o corte que en virtud de las atribuciones que le confiere
la ley, imponga medida de coerción, debe evaluar de manera conjunta y armónica los
elementos y circunstancias que establecen los artículos 227 y 229 del Código
Procesal Penal, así como las otras condiciones establecidas en la presente
resolución;
Segundo: Declara que el juez o la corte que revise la medida de coerción prisión
preventiva, para variarla está en el deber ineludible de motivar su decisión, lo cual
significa que queda obligado a explicar ampliamente en su resolución en qué
consiste la variación de las condiciones que en su momento justificaron la prisión
preventiva; asimismo debe exponer cuáles documentos o circunstancias se
presentan por primera vez el día de la variación de la medida de coerción que no
existían cuando se ordenó la prisión preventiva;
52
Cuarto: Ordena que la presente resolución sea comunicada al Procurador General de
la República, a los jueces penales y publicada en el Boletín Judicial.
53
“También procede el arresto policial autónomo cuando el imputado se ha evadido de
un establecimiento penal o centro de detención se puede decir que estamos ante un
supuesto particular de flagrancia delictiva, pues la evasión o fuga del establecimiento
penal o centro de detención supone la comisión de un delito de quebrantamiento de
condena o evasión de presos, que dada su condición de delito permanente puede
estimarse en flagrancia desde que tuvo lugar el quebrantamiento hasta la aprensión
del fugado”.13
3.4 Presupuestos
Dos son los presupuestos comunes a todas las medidas de coerción personales, que
aparecenplasmados normativamente en el art. 227 Código Procesal
54
Penal.Fumuscommisidelicti: implica un juicio provisional de imputación, esto es, la
fundada sospecha de participación del imputado en un determinado hecho punible o
con apariencia delictiva. En el ámbito del proceso penal se traduce en la razonable
atribución a una persona determinada de la comisión de un hecho punible.
Exige la presencia de indicios, objetiva y racionalmente fundados, que permitan
imputar los hechos presuntamente delictivos al sujeto pasivo de la medida. Es algo
más que la existencia de simples conjeturas o probabilidades, pues supone la
concurrencia de datos objetivos (indicios) que permitan sostener, a título de
imputación provisional, que el imputado es responsable del hecho delictivo.
55
encuestión puede haber cometido el delito.Periculum in mora que se concreta en el
peligro de fuga o de sustracción del imputadoa la acción de la justicia.
57
En cumplimiento de las disposiciones del artículo 335 del Código Procesal Penal, se
ha procedido a entregar una copia de la Resolución/Auto completa a las partes, por
lo que se le considera notificada.
Se fija la revisión de oficio para el siete (07) de agosto del dos mil catorce (2013) a
las 09:00 de la mañana, por ante el Tercer Juzgado de la Instrucción del Distrito
Nacional de la Provincia Santo Domingo.
58
Javier González G., a cada uno de los actos del proceso procede imponer las
medidas de coerción prevista en los numerales 1 y 4 del artículo 226 del Código
Procesal Penal, por considerarse que dichas medidas resultan proporcionales,
idóneas y adecuadas al caso, con las cuales el imputado estará disponible para la
instrucción del presente proceso, tomando en cuenta los siguientes presupuestos: a)
La Participación en el hecho imputable; b) Tiene arraigo Familiar; e) Porta cédula de
identidad y electoral; Tiene domicilio conocido; e) Se comprometió a presentarse
cada vez que sea requerido.
59
CONCLUSIONES
RECOMENDACIONES
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
ANEXOS
60