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1.1- Inventario
Los inventarios han sido definidos por los autores que los han estudiado a lo largo
del tiempo. Coincidiendo en la importancia de estos para la empresa, el proceso o
servicio y para el cliente.
Los autores coinciden en que los inventarios son materiales que se utilizan para la
producción, entre los que se pueden incluir materias primas y producto en proceso
etc., con el objetivo de satisfacer la demanda de los consumidores mediante bienes
fabricados o prestación de servicios.
Por otra parte “los Inventarios son bienes tangibles que se tienen para la venta en
el curso ordinario del negocio o para ser consumidos en la producción de bienes o
servicios para su posterior comercialización. Los inventarios comprenden, además
de las materias primas, productos en proceso y productos terminados o mercancías
para la venta, los materiales, repuestos y accesorios para ser consumidos en la
producción de bienes fabricados para la venta o en la prestación de servicios;
empaques y envases y los inventarios en tránsito” (Acevedo, 2007).
De igual manera cabe destacar que otra de las funciones importantes en la gestión
de inventario estaría articulada a la eliminación de irregularidades en la oferta, la
compra o producción en lotes en exceso, esto permitiría la administración eficiente
e integral de la empresa.
Además, según
Más adelante Chinea (2015), plantea: “un inventario puede definirse como toda
cantidad de material, bienes o artículos que estén almacenados, mantenidos en
perfecto estado, listos para su uso y que posean cierto valor económico”.
Por otra parte entre algunos de los objetivos de los inventarios según la opinión de
Castillo (2005) se encuentran:
Por la importancia que se les concede a los inventarios dentro del mundo
empresarial estos pueden clasificase desde diferentes puntos de vista o criterios. A
partir de la clasificación de los inventarios pueden conformarse diferentes grupos de
inventarios que requerirán de una estrategia y políticas diferentes en cuanto a su
gestión.
De forma general, con estos criterios de valoración las entradas se valoran a precio
de adquisición o a coste de producción y las salidas según el criterio de valoración
empleado.
Un nivel de inventario óptimo, es aquel que compensa costos y riesgos por exceso
con costos y riesgos por déficit del mismo. Para lograr niveles óptimos de
mercancías, a un mínimo costo, así como su adecuado control y trazabilidad existen
los sistemas de gestión de inventarios.
Toda organización debe contar con un adecuado manejo de sus inventarios para
poder llegar a ser productiva dentro del mercado, es importante que una empresa
tenga un control sobre los puntos de rotación de sus inventarios, las formas de
clasificación y una correcta administración de los materiales que serán utilizados
para llevar a cabo su actividad económica, en vista de esto, es necesario conocer
la definición de gestión de inventarios.
Según Luis M. Manene (2012) “la gestión de inventarios debe determinar cuál es el
stock máximo, el stock de seguridad y el punto de pedido para establecer el
momento y la cantidad de pedido que va a realizar la empresa. Lo que se pretende
es aproximarse lo máximo posible al nivel de stock óptimo, que es aquel en que los
costes de gestión son mínimos”.
Además, FIAEP agregó “que es todo lo relativo al control y manejo de las existencias
de determinados bienes, en la cual se aplican métodos y estrategias que pueden
hacer rentable y productivo la tenencia de estos bienes y a la vez sirve para evaluar
los procedimientos de entradas y salidas de dichos productos”.
En resumen, una gestión del inventario eficiente es esencial para asegurar que el
negocio tenga suficientes productos almacenados para cubrir la demanda del
consumidor. Si no se maneja correctamente puede resultar en que el negocio pierda
dinero en ventas potenciales que no pueden satisfacerse o que malgaste dinero
teniendo demasiado inventario. Un sistema de gestión de inventario puede prevenir
que ocurran este tipo de errores.
En todos los giros resulta de vital importancia el control de inventarios, dado que su
descontrol puede representar mermas y desperdicios, pudiendo causar un fuerte
impacto sobre las utilidades.” (Ojeda, 2012).
Por lo anterior se debe buscar un punto en que se satisfagan los tres objetivos sin
afectar los otros, lo cual es la función principal de los procesos de gestión de
inventarios.
Por otra parte, según el criterio de Espinosa (2013) “el control de inventarios es una
herramienta fundamental en la administración moderna, ya que esta permite a las
empresas y organizaciones conocer las cantidades existente de productos
disponibles para la venta, en un lugar y tiempo determinado, así como las
condiciones de almacenamiento aplicables en las industrias”.
Por ende, se trata de llevar un adecuado control sobre el registro, compras y salidas
de inventarios, así como los costes incurridos para transformar la materia prima en
un producto terminado, que será posteriormente ofertado en el mercado. En la
Figura 1.4 se pueden observar algunos costos de inventarios.
Además, igualmente en 2013, Vermorel señaló que “los costes de inventario son los
costes relacionados con el almacenamiento y el mantenimiento del inventario
durante un determinado período de tiempo. Generalmente, los costes de inventario
se describen como un porcentaje del valor de inventario (inventario promedio anual;
es decir, para un minorista, el promedio de bienes comprados a sus proveedores
durante un año) en base anualizada. Estos costes varían significativamente según
el sector comercial, pero son siempre bastante altos. Normalmente, se acepta que
los costes de almacenamiento por sí solos representen el 25 % del valor de
inventario disponible”.
Por otra parte, según la FIAEP (2014), la gestión de inventarios implica dos costos
básicos:
No existe una mejor o peor técnica de gestión de inventarios. Cada empresa decide
cuál es la que mejor se adapta a sus necesidades y a las dinámicas que le impone
el escenario comercial donde opera.
Una estrategia será eficaz siempre que cubra dichos aspectos. Existen distintos
tipos a las que podemos recurrir, como, por ejemplo:
“Un modelo matemático describe teóricamente un objeto que existe fuera del campo
de las Matemáticas. Las previsiones del tiempo y los pronósticos económicos, por
ejemplo, están basados en modelos matemáticos. Su éxito o fracaso depende de la
precisión con la que se construya esta representación numérica, la fidelidad con la
que se concreticen hechos y situaciones naturales en forma de variables
relacionadas entre sí” (Porto & Gardey, 2012).
Estos autores también señalaron que los modelos matemáticos son conjuntos con
ciertas relaciones ya definidas, que posibilitan la satisfacción de proposiciones que
derivan de los axiomas teóricos. Para ello, se sirven de diversas herramientas, como
ser el álgebra lineal que, por ejemplo, facilita la fase de análisis, gracias a la
representación gráfica de las distintas funciones.
Una de las aportaciones más importantes, que desde el punto de vista formativo
supone el estudio de matemáticas, es la potencialidad de sus métodos y técnicas
para interactuar con otras disciplinas. Este carácter interdisciplinar de las
matemáticas, tiene hoy día un mayor valor formativo, dado que las empresas e
instituciones precisan de profesionales de distintas áreas de conocimiento que en
colaboración afronten los nuevos retos sociales y científicos. Desde ese punto de
vista, la enseñanza de las matemáticas a través de modelos proporciona un valor
añadido el cual no se debe desaprovechar. (López, C. et al.)
Por otro lado, los modelos matemáticos se caracterizan por representar la realidad
que les preocupa en símbolos y relaciones matemáticas. Dentro de los modelos
matemáticos se distinguen dos grupos de modelos, los modelos de optimización y
los modelos de simulación.
Un modelo de inventario se utiliza para establecer una política óptima a fin de que,
de manera sencilla, se pueda determinar cuándo efectuar un pedido (o proceso de
fabricación) y el tamaño del lote por adquirir o fabricar. Lo anterior tiene dos
objetivos bastante claros:
Por otro lado, Vázquez (2012) también menciona que es importante entender qué
tipos de costos son los que se tienen en cuenta en un modelo de inventarios.
Costo de mantener el inventario: son todos aquellos costos en que se incurre
por la tenencia y manejo del inventario tales como: suministro de espacio
físico, impuestos, seguros y costo de oportunidad de tener el dinero invertido
en inventarios.
Costo de agotados: está compuesto por dos rubros; costo de la venta perdida
y costo por perdida de buena voluntad (goodwill)
Costo de pedir: es la suma de los costos de colocar pedido o iniciar una
corrida de producción.
Costo de obsolescencia: es el costo por pérdida de funcionalidad o calidad
de productos al estar almacenados demasiado tiempo.
Según el criterio de Mongua & Sandoval (2009), los modelos de inventario se centran
en la determinación de una política de inventarios óptima, que indique cuándo debe
reabastecerse un inventario y en cuánto. El objetivo es minimizar el costo total de
inventario por unidad de tiempo. Existen modelos de inventarios de cantidad fija y
de periodo fijo, como se observa en la Figura 1.6.
También están los modelos estocásticos, cuando al menos una variable del mismo
es tomada como un dato al azar y las relaciones entre variables se toman por medio
de funciones probabilísticas. “Sirven por lo general para realizar grandes series de
muestreos, quitan mucho tiempo en el computador son muy utilizados en
investigaciones científicas” (Barrera, 2016).
Este autor además señal que “es un tipo de modelo matemático que usa
la probabilidad, y que incluye un conjunto de asunciones sobre la generación de
algunos datos muéstrales, de tal manera que asemejen a los datos de una población
mayor”.
Es decir, estamos en presencia de un modelo estocástico cuando sólo se tiene
certeza parcial acerca del funcionamiento y se conocen los resultados probables del
modelo.
En la Figura 1.8 según Zapata (2014), se grafican estos costos con respecto a la
cantidad a pedir, permitiendo observar varias cosas:
A medida que se aumenta la cantidad de material a ordenar se hace más
barato el costo de ordenar (costo de preparación del pedido), lo que se debe
a que a mayor cantidad de material se realizan menores pedidos, y por ende
se incurren en menores costos.
A medida que se aumenta la cantidad a ordenar, los costos de
almacenamiento se hacen mayores, ya que a medida que se incrementa la
cantidad de mercancía se requieren mayores movimientos, más seguro, más
capital, etc.
La curva de costos totales presentan un comportamiento similar al de una
parábola, el cual presenta un valor mínimo que corresponde a la cantidad a
ordenar donde la suma de los costos totales es menor”.
“El modelo de orden económica o lote económico (EOQ. Economic order Quantity),
es el modelo de inventario de mayor uso y popularidad dado su simplicidad, amplia
aplicabilidad y su utilización como base para modelos más avanzados” (Blanco,
2011), la representación del mismo se observa en la Figura 1.9.
2∗𝐷∗𝐶𝑒
Q=√
𝑝∗𝐼
Donde:
Q: Tamaño del lote, (unidades/pedido)
D: Demanda anual, (unidades/año)
Ce: costo de emisión de lanzamiento de un pedido, ($/pedido)
p: Precio unitario del producto, ($/unidad)
I: Tasa anual de mantenimiento del inventario
Con este valor (Q) se pueden obtener otros elementos importantes de la gestión de
stocks como:
Inventario promedio = Q/2
Número de pedidos al año = D/Q
Cada cuanto hacer un pedido = 365 días del año / # de pedidos al año