Vous êtes sur la page 1sur 15

REPÚBLICA BOLÍVARIANA DE VENEZUELA.

UNIVERSIDAD GRAN MARISCAL DE AYACUCHO.


FACULTAD DE DERECHO.
ESCUELA DE DERECHO.

PERSONAS JURÍDICAS O
MORALES.

Profesora: Estudiantes:
Ana Rosa, Olivares G. Amparo, Efrenyer J. C.I: 28.418.396.
Herrera, Eliannys C. C.I: 29.729.435.
García, Nervianis C. C.I: 28.065.736.
Tovar, Yubetzys De los A. C.I: 27.651.742.
Semestre I.

Anaco, Abril de 2018.

1
ÍNDICE

INTRODUCCIÓN ........................................................................................................ 3
PERSONAS JURÍDICAS O MORALES: .................................................................... 4
1. CONCEPTO: ..................................................................................................... 4
2. CLASIFICACIÓN DE LAS PERSONAS JURÍDICAS: .................................. 4
 Carácter Público: ................................................................................................ 5
 Carácter Privado: ................................................................................................ 6
3. EXTINCIÓN DE LAS PERSONAS JURÍDICAS: ......................................... 10
4. ATRIBUTOS DE LAS PERSONAS JURÍDICAS: ........................................ 12
CONCLUSIÓN ........................................................................................................... 14
BIBLIOGRAFÍA ........................................................................................................ 15

2
INTRODUCCIÓN

Primeramente, junto a las personas físicas que tienen entidad corpórea, existen
también las personas jurídicas o también entidades colectivas o morales, es decir,
organizaciones humanas o entidades patrimoniales a las que la ley considera como
sujetos de derecho, atribuyéndoles la posibilidad de ser titulares de derechos y
obligaciones.
Aunque es verdad que el Derecho sirve para alcanzar los fines que el hombre
proyecta en la esfera social, sin embargo hay fines que, por su especial envergadura, o
presupuestos económicos, o simplemente, por su duración en el tiempo, son
incompatibles con la debilidad humana (humana infirmitas) y exceden las posibilidades
de un sólo individuo, de ahí la necesidad de la reunión de varias personas para asociarse
y organizarse, y así conseguir y alcanzar tales proyectos y fines, como por ejemplo las
corporaciones. Otras veces es necesario que un determinado patrimonio o conjunto de
bienes como tal, se destine a un fin social que va más allá de la vida de aquellas
personas para cuyo beneficio fue destinado, es decir, las fundaciones.
Desde luego, la persona jurídica es el resultado de un proceso de abstracción del
derecho objetivo. En dicho proceso de abstracción, los romanos lograron aislar el
ámbito de la persona jurídica de aquél de los miembros que la conforman, como la
corporación, al gozar de propia capacidad, constituye una persona nueva, una persona
jurídica, distinta e independiente de las personas físicas que la integran. Sin embargo,
no esperemos, pues, encontrar en los textos romanos una terminología común, ni
mucho menos una normativa que se refiera en abstracto a lo que hoy llamamos persona
jurídica, pero si describieron y regularon las diferentes situaciones prácticas.
Es por tal motivo y de suma importancia, que se realizará un estudio basado, en
diversos autores, de nuestra legislación, para conocer un poco más a fondo sobre las
personas jurídicas o morales, los diversos tipos que se hallaron en Roma, las atributos
de ellas, cuáles serían las causas de su extinción, entre otros aspectos.

3
PERSONAS JURÍDICAS O MORALES:

1. CONCEPTO:
Las personas morales o jurídicas son creaciones o abstracciones ideales, a las
cuales el ordenamiento jurídico reconoce cierta capacidad de derecho. Son
colectividades creadas a imagen del Estado que tienen en consecuencia bienes
comunes, fondos propios y un representante o “syndici”. Se les denominaban
indistintamente con los nombres de: “corpus”, “universitas”, “colegium”, etc. Como
son entes que carecen de individualidad física son incapaces de hecho y por ello debe
intervenir en las relaciones sociales por medio de un representante, cuyos poderes
tienen la amplitud o extensión que se hallaban determinados en sus estatutos o
reglamentos.
Por otro lado, con el nombre de persona jurídica se designa a los sujetos de
derecho constituidos por una pluralidad de individuos jurídicamente organizados. El
Derecho Romano no elaboró científicamente un concepto genérico para designar a
todas las especies de personas jurídicas, los jurisconsultos de la época del imperio las
denominaban “personae vice fungitur” porque en la visa jurídica ocupaban el lugar y
cumplían funciones análogas a las de las personas físicas, utilizándose también la
expresión “universitatis o universitas”, para indicar a un conjunto de coas o a un
conjunto de individuos. En forma subyacente aparece la teoría de la ficción de Savigny;
pues “universitas” era una entidad ideal, distinta del conjunto de personas que la
integran, así el patrimonio de una corporación no pertenecía a los miembros asociados,
sino que era propiedad del ente ideal, seguía subsistiendo aunque sus miembros no
fuesen los mismos.

2. CLASIFICACIÓN DE LAS PERSONAS JURÍDICAS:


Roma conoce diversos tipos de personas jurídicas, se les clasifica en personas
jurídicas de derecho público y personas jurídicas de derecho privado, hallándose entre
las primeras el Estado y los Municipios; y entre las segundas se mencionan las
corporaciones y las Fundaciones.

4
 Carácter Público:
a. El Estado: Es una colectividad política, que representa al conjunto de
ciudadanos, y cuyos representantes necesarios son los gobernantes. Al Estado Romano
se le conoció también con el nombre de “populus romanus”, ya que la expresión
“populus” en un principio se empleó para designar exclusivamente a la población
patricia, pero en tiempos de Gayo comprendía tanto a los patricios como a los plebeyos.
Hasta los primeros tiempos del Imperio se distinguía el “fiscus”, que era el tesoro
imperial, propiedad del emperador, del “aerarium” o sea, el tersoro público; pero más
adelante ambos términos se confunden, designándose con el nombre de “fiscus” al
tesoro del Estado y reservándose para los bienes propios del emperador el nombre de
“res privata”.
El Estado no tuvo en el antiguo Derecho Romano, caracteres similares o análogos
a los de la personalidad jurídica del Derecho Privado, no actuaba en las relaciones
jurídicas igual a los individuos, pues aún cuando contrataba y adquiría por legado,
herencia o donación, lo hacía como poder o “imperium”. Sólo después de una larga
evolución del derecho y frente a la necesidad de admitir la subjetividad jurídica del
Estado en sus relaciones patrimoniales, se le incluyo en la categoría de personas
jurídicas. El “aerarium”, durante la República, era considerado en su conjunto,
propiedad del pueblo romano, administrado por un “questor” durante el imperio era
propiedad del Emperador confundiéndose con sus bienes privados “fiscus cesaris”.
b. Los Municipios: Son organismos creados para el mejor gobierno de las
ciudades conquistadas por Roma y es con ellos con los cuales nace el concepto de
persona jurídica; pues originariamente no existió en el derecho romano tal concepto,
ya que como inevitable consecuencia debía producirse la representación, la cual no era
admitida en los primitivos usos romanos; es sólo cuando la representación fue admitida
y cobra vida propia el mandato que la persona jurídica nace con caracteres propios.
Esta idea de persona jurídica comienza con los Municipios, luego se extiende a las
corporaciones y finalmente al Estado. Por otro lado, en el campo del derecho privado
gozan de autonomía, teniendo patrimonio propio, Estatutos propios y representantes
legales para el gobierno y administración.

5
Las ciudades conquistadas gozaron de autonomía en la esfera del derecho privado,
pero en el orden público se hallaban sometidas al Estado. Los Municipios poseen:
 Patrimonio propio, para afrontar sus necesidades.
 Estatutos propios, que rigen su vida y actividades.
 Representantes legales, que eran las personas encargadas del gobierno y
administración de las ciudades.
 Carácter Privado:
a. Las corporaciones O “UNIVERSITATIS”: Se llaman corporaciones al
conjunto de personas que se reúnen para realizar fines comunes de actividad general,
persiguiendo la obtención de lucro. Por otra parte, se definen como un conjunto de
personas que se unen para un objeto determinado y a las cuales el Estado otorga los
derechos de persona, muchos autores creen que el Municipio como tal pertenecía a este
tipo de organización. También se incluyen dentro de las corporaciones los “colegios
religiosos” (Pontificios, Sacerdotales, Feciales, etc), pero éstos eran en realidad
órganos del Estado que sistematizaban, distribuían o desempeñaban funciones
religiosas, no tenían patrimonio propio ni capacidad para poseer por sí, “colegios
judiciales”, durante la República, igualmente carecían de patrimonio y capacidad para
poseer bienes, otras corporaciones eran profesionales y algunas solidaridades
“soliditatio”, en todo caso, la finalidad de la corporación deriva de su naturaleza y
nunca debe ser “contra mores”, en cuyo caso el Estado podía disolverlas. Poseen su
propio patrimonio, el cual no se confunde con el de sus miembros. Además puede ser
acreedora por sí misma y lo que se obtenga es para ella y no para los miembros, lo
mismo si es deudora. En cuanto a su actuación jurídica, actúa por ella, pero no
representa a sus miembros, aún considerados globalmente.
Los requisitos necesarios para la existencia de una corporación son los siguientes:
 La existencia de una colectividad de personas o de individuos, requiriéndose un
mínimo de tres personas para hacerla nacer, aun cuando posteriormente podían
continuar con una sola persona.
 Una comunidad en los fines y en las utilidades perseguidas.
 Un propósito dirigido a la obtención de un lucro.

6
 La autorización del Estado, que podía ser otorgada por disposiciones generales
o especiales, siempre y cuando no vulneraran el orden público, las leyes o las buenas
costumbres. Dicha autorización podía ser expresa o tácita, expresa cuando ella tenía
lugar por un acto del poder público, o sea, en virtud de la ley, de un senado consulto o
de un rescripto del emperador; y tácita, en caso de aceptación o reconocimiento de
algún acto realizado por este ente social.
Previa a la existencia de la Ley de las XII Tablas, existieron en Roma algunas
corporaciones profesionales que probablemente han sido colegios religiosos creados
para perpetuar los cultos de la “gens” desaparecidas y para proveer al culto de los
nuevos dioses teniendo algunas de ellas fines de beneficencia y otras de mero
esparcimiento y se hallaban bajo la autoridad de jefes y asambleas, sujetos a
jurisdicción disciplinaria en caso de violación de los reglamentos.
La Ley de las XII Tablas confirmó el estado de cosas imperantes en el período
anterior permitiendo a los asociados darse sus propios estatutos, siempre que esto no
fuera violatorio del orden público, pero en virtud de que ciertas corporaciones atentaron
contra el orden público y perturbaron el orden interno del Estado, tanto en el dominio
político como en el social, fueron sancionadas leyes con el fin de solucionar la situación
problemática creada y entre ellas se encuentran:
a. La Ley Iulia: Prohibía la libre constitución de asociaciones y exigía para ello
la autorización previa del Senado.
b. La Ley Gabinia: La cual prevé y reprime las reuniones clandestinas.
c. La Ley de Bacanales: Provocó la disolución de numerosos colegios políticos
y asociaciones electorales, las reuniones de los cultos orientales y orgiásticos, y sentó
como principio que no podían fundarse asociaciones nuevas sin autorización.
d. La Ley Clodia: Restableció los colegios suprimidos por la ley anterior,
concediéndoles absoluta libertad.
e. La Ley Licinia: Promulgada tres años después de la Ley Clodia, que tuvo por
objeto defender la existencia de los colegios electorales.

7
f. Las disposiciones del César: En el año 707, suprimió todos los colegios
existentes con excepción de los más antiguos, o sea, las corporaciones profesionales
que se remontaban hasta la época del reinado.
g. La Ley Iulia de Colegiis: Inaugura la época imperial en la cual fueron
mantenidos los viejos colegios profesionales consagrados por la tradición y las leyes,
pero no fue permitida sin la autorización del Senado ninguna asociación nueva.
Su organización se compone de:
 “Ordo collegii”  Directores y administradores.
 “Plebe collegii”  Miembros asociados.
 “Syndici”  Representante legal.
 “Arca communis”  Caja Común.
La personalidad jurídica de las corporaciones en las relaciones con los extraños se
desenvuelve solamente a partir de la época imperial, modelándose poco a poco sobre
la personalidad del Estado, y no fue nunca completa. Marco Aurelio fue el primero que
concedió a las corporaciones el derecho de manumitir los esclavos, lo cual tuvo por
consecuencia el uso del derecho de patronato sobre sus libertos y el derecho de
sucederlos ab intestato; el propio Emperador otorgó asimismo a las corporaciones la
facultad de adquirir por legado. Finalmente la facultad reconocida por privilegio a
algunas corporaciones de ser instituidas herederas, fue extendida a todas por Justiniano.
El efecto saliente de la personalidad jurídica es que tanto los derechos como las
obligaciones se refieren a la corporación como un todo y dejan fuera completamente a
la persona de cada uno de sus miembros. El individuo como miembro de la corporación
tiene otro papel, y aunque la corporación quede reducida a él solamente, esta no se
confunde con su personalidad.
b. Fundaciones o “PIAE CAUSAE”: Las fundaciones eran asociaciones de
personas cuya finalidad era ajena a toda idea de lucro, tales eran los hospitales, colegios
sacerdotales, asilos, entre otros. Es decir, son instituciones civiles o eclesiásticas
encaminadas a un objeto de utilidad pública, de culto o de beneficencia. No persiguen
fines privados, ni de lucro. Con la aparición y difusión del cristianismo se generalizo
en Roma la costumbre de destinar o legar bienes con propósitos piadosos y benéficos,

8
lo cual origino un considerable aumento en el número de fundaciones y un relativo
perfeccionamiento en el régimen legal correspondiente.
La fundación no fue reconocida por el derecho clásico romano, el cual no
reconoció otras personas jurídicas que las de tipo corporativo o asociaciones; esto no
significa de ninguna manera que los romanos de la época clásica no sintiesen la
necesidad de llenar los fines diversos que en la actualidad se cumplen con la fundación;
lo que ocurre es que para conseguirlos se valían de un medio indirecto: El patrimonio
destilado al fin deseado lo atribuían por actos inter vivos o mortis causa a una persona
existente (corporación, municipio) considerando el cumplimiento del fin como una
carga impuesta al patrimonio, adjudicando, de tal manera, conseguían la finalidad
perseguida sin crear una persona más.
Con el transcurso del tiempo se fue acusando la tendencia de mirar a las personas
que recibían el patrimonio como meras administradoras más que como titulares del
mismo. Esta tendencia se hace muy evidente en la época del derecho cristiano con
respecto a los casos de bienes destinados a fines de caridad y piedad (fundaciones piae
causae) como orfelinatos (orphanotrofia), hospicios (brephotrofia), asilos de pobres
(ptocotrofia), asilos de ancianos (gerontocomía), hos (pederías para viandantes
(xenodochia), etc.
Sin embargo, es necesario destacar que ni siquiera en la compilación justiniana,
puede afirmarse la personificación de las fundaciones, porque las constituciones
imperiales señalan unas veces a la Iglesia o al obispo como sujeto del patrimonio, otras
como desempeñando una mera función de vigilancia, y otras más emplean,
efectivamente, expresiones en las que las facultades de heredar, entablar acciones,
reclamar créditos, etc., parecen atribuirse a la institución como persona distinta. Las
fundaciones “piae causae” eran instituciones como asilos, hospitales, orfanatorios,
inclusas, legados a las iglesias, etc, todas ellas debidas a la caridad. Se menciona el
caso de algunos emperadores (entre ellos Nerva y Trajano) que donaron caudales a
determinadas ciudades, como compromiso de afectar los frutos a la prestación de
determinados servicios (Por ejemplo: Alimentos a los necesitados). En este caso

9
tampoco aparece la figura de persona jurídica (ente con personalidad propia) porque
los bienes entregados continúan siendo propiedad del emperador.
En resumen, las fundaciones están constituidas por un patrimonio idealmente
personificado, destinado a un fin predeterminado, por la voluntad del instituyente. Lo
esencial de estos entes es la afectación de los bienes a un objeto específico. En Roma
la persona que desea afectar parte de su patrimonio a una fundación debe hacerlo por
medio de un legado con cargo cuyo beneficiario sea un municipio o un colegio.
Por último el derecho imperial les reconoce a las fundaciones el derecho de
heredar, reclamar créditos e intentar acciones. Por lo tanto, se puede afirmar que en
esta época se vislumbran indicios de autonomía y que si bien no llegan las fundaciones
a constituir un ente ideal representan el primer eslabón de la concepción moderna de
las mismas.
c. La herencia yacente: La herencia del fallecido que no ha sido aceptada por el
heredero instituido es un patrimonio sin dueño “hereditas jacens diciten quae non duma
dita est”. Esta institución no es considera completamente igual a las otras personas
jurídicas o morales, pues no podían ser instituidas herederas ni se admitía el “furto” en
perjuicio de la misma. Este lapso de yacencia trae varios inconvenientes como lo son
la interrupción de la posesión de las cosas que el difunto estaba en vías de usucapir y
la falta de capacidad que un dueño le presta a los esclavos para aumentar la sucesión
por adquisiciones.
Por una ficción jurídica, el difunto se considera como vivo y representado en la
herencia que sostenía su personalidad, quien tenga a su cargo la administración de la
herencia debe ejercer esos derechos.

3. EXTINCIÓN DE LAS PERSONAS JURÍDICAS:


Aunque la existencia de las personas jurídicas normalmente trasciende a la del
hombre, no por eso son perpetuas. Pueden extinguirse de diversas maneras y por
distintas causas. Las principales en Roma eran:

10
 Cuando el Estado por medio de un acto de poder había intervenido en la
Constitución de la asociación para conferir a ésta personalidad jurídica, era necesario
para su extinción, además del consentimiento de todos los socios, el del Estado mismo.
 Cuando la corporación había sido creada por un período de tiempo determinado,
el vencimiento de este lapso traía como consecuencia la extinción de la sociedad.
 Cuando el Estado, entendiendo que los fines de la sociedad atentan contra la
paz o la seguridad pública, resuelve disolverla revocando la autorización conferida.
 La disolución voluntaria, cuando en asamblea esta así lo decide. Generalmente
los estatutos prevén la forma de votación y en caso de que no la establezcan, prevalece
la opinión de la mitad más uno de sus miembros.
 Cuando el Estado advierte que el fin que persigue la corporación, sin ser
atentatorio contra la paz o la seguridad pública, puede ser alcanzado por otros medios
más beneficiosos, la declara extinguida. Una vez extinguida la corporación su
patrimonio corre el destino previsto en los estatutos, pero si no se hubiese establecido
esta eventualidad, algunos romanistas consideran que en el caso de los colegios ilícitos
debe dividirse entre sus miembros; en el caso de las asociaciones permitidas disueltas,
el patrimonio se considera sin dueño (res nullius) y, por lo tanto, susceptible de
apropiación.
Hay personas jurídicas llamadas públicas que están destinadas a perdurar en el
tiempo, como es el caso de los Estados, que existen de un modo natural sin que los
individuos que lo componen tengan que realizar un acto de adhesión a ellas. Otras,
como las corporaciones o las asociaciones son de creación artificial, y nacen merced a
sus fundadores, que realizan un acto constitutivo y necesitan de la voluntad y acción
de sus miembros para continuar viviendo. Este tipo de personas jurídicas se extinguen
cuando el fin para el que han sido creadas se cumple, si desaparecen todos sus
miembros, si su patrimonio no alcanza para que se cumplan adecuadamente sus
funciones, por quiebra, si los socios deciden ponerle fin, o cuando el Estado les retira
la autorización para funcionar, su personería jurídica, en virtud de haber incurrido en
algunos casos previstos por la legislación (razones de interés social, imposibilidad de
cumplir su objeto principal, o como sanción).

11
Actualmente en nuestra legislación el Código Civil en su artículo 39 enumera
como posibles causas de la extinción de las personas jurídicas:
 La espiración del plazo establecido para funcionar legalmente.
 La realización del fin para el cual se constituyeron o la imposibilidad de aplicar
al fin indicado los medios de que se disponían.

4. ATRIBUTOS DE LAS PERSONAS JURÍDICAS:


Se consideran atributos de la persona moral:
1. La denominación de una persona jurídica sería el equivalente al nombre de una
persona natural. Sin embargo, la doctrina y la legislación entienden que la
denominación es la identificación de las personas jurídicas con o sin fines de lucro pero
con responsabilidad limitada respecto a los socios o asociados. La responsabilidad
limitada se entiende como la independencia del patrimonio de la persona jurídica del
patrimonio particular de cada miembro de la compone. Por otro lado, la manera de
identificar a una persona jurídica con o sin fines de lucro pero con responsabilidad
ilimitada (donde los miembros sí responden individualmente por eventuales problemas
legales de la persona jurídica) es a través de su razón social.
2. Capacidad de derecho, no de hecho, ya que como entes ideales solo pueden
actuar a través de quienes ejercen su representación. La capacidad de derecho de las
personas jurídicas, hoy reconocida, fue limitada en el pasado, ya que se consideró en
el siglo XVIII que las fundaciones no debían adquirir bienes inmuebles, por tratarse de
“manos muertas”, ya que recibidos estos bienes a título gratuito, se mantenían
improductivos.
3. Domicilio, es el lugar donde se cumplen las obligaciones. En el caso de la
persona física, es el lugar de su residencia habitual, centro principal de negocios o el
lugar en que se encuentren. En el caso de la persona moral, es el lugar en que se
establece su administración. Cualquiera que sea el caso, el domicilio tiene diversos
efectos legales: recibir notificaciones, cumplir con el pago de contribuciones, el
establecimiento para la realización de actos jurídicos.

12
4. Nacionalidad, se discute doctrinariamente si este atributo les pertenece a las
personas jurídicas o es solo de las físicas. Los que entienden que sí la poseen, la
determinan por la nacionalidad de la mayoría de sus integrantes, el lugar donde fueron
constituidas, el país donde se desarrolla su actividad primordial, o donde tengan su
sede.
5. Patrimonio, está conformado por los bienes, derechos y obligaciones que tiene
una persona y que pueden cuantificarse en dinero. Se considera el patrimonio como el
medio para que una persona moral desarrolle su objeto social y entendamos al objeto
social como la razón por la que se constituyó una persona moral. Sin el patrimonio,
una persona moral no puede llevar a cabo sus actividades diarias, pues el patrimonio
incluye por ejemplo la maquinaria y los insumos que utiliza la persona moral para hacer
“zapatos” por ejemplo. Es algo fundamental, pues sin él no podrán desarrollar sus
propósitos

13
CONCLUSIÓN

Al estudiar que son las personas jurídicas en Roma, se puede apreciar que existe
en un primer momento, el ser humano dotado de capacidad jurídica es una persona
física, o sea natural. Posteriormente, de estas personas físicas o naturales, la ley en
Derecho Romano reconoce sujetos de derecho que no son seres humanos. Estos sujetos
no humanos a quienes la ley otorga capacidad jurídica se llaman personas jurídicas, es
decir, personas que existen solamente por creación jurídica y para fines jurídicos. Es
importante resaltar que la capacidad de las personas jurídicas no se extiende a los
derechos familiares, porque éstos presuponen siempre un individuo humano, como
sujeto de los mismos, sino que se aplica solamente a los derechos patrimoniales. Por lo
demás, la capacidad jurídica de estos sujetos artificiales puede ser más o menos
extensa, según el objeto que se propongan y el tenor de la ley que los ha creado o
reconocido.
Por otra parte, en el Derecho Romano se distinguen diferentes tipos de personas
jurídicas, las cuales a su vez se dividen en carácter público y privado. En el carácter
público, hallamos, el Estado (con la expresión populus Romanus se designa la
colectividad políticamente organizada de todos los ciudadanos libres) y los Municipios
(Municipia, coloniae o civitates, son comunidades territoriales menores cuya estructura
es análoga a la del populus Romanus, con la diferencia que en sus relaciones con los
particulares están sujetas al Derecho privado). En el carácter privado tenemos:
Las corporaciones que eran una asociación de personas organizadas para conseguir un
fin e intereses comunes, y las fundaciones (piae causae), las cuales son instituciones
civiles o eclesiásticas encaminadas a un objeto de utilidad pública, de culto o de
beneficencia. Además la herencia del fallecido, institución que no se igualaba con las
anteriores.
Por último, resulto interesante que el Estado no actuaba en las relaciones jurídicas
al igual que los individuos, pues aun cuando contrataba y adquiría por legado, herencia
o donación, lo hacía a través de poder o por “imperium”.

14
BIBLIOGRAFÍA

OLIVEROS HURTADO, Agustín. (2001) Lecciones de Derecho Romano Vol. I. (14º


Edición). Editorial Buchivacoa. Caracas.

ONTIVEROS PAOLINI, Gerardo. (1999). Derecho Romano I y II: Metodologías,


Sumaria, Mnemotécnica y Cuestionaria. (9º Edición). MARGA EDITORES, S.R.L.
Caracas.

CÓDIGO CIVIL. Congreso de la República de Venezuela. Gaceta No. 2.990


Extraordinaria del 26 de julio de 1982.

15

Vous aimerez peut-être aussi