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Disertación sobre el sentido de la vida

Desde el principio de los tiempos, las personas han buscado algo en lo que apoyarse a la

hora de vivir, de seguir adelante: la mitología, la magia, la religión, la ciencia, el amor, el

arte, la familia, los amigos o incluso el sentido del humor; algo en lo que basar su

existencia. Pero, sobre todo, en el complejo y comprometido mundo en el que

vivimos actualmente, la búsqueda del sentido de la vida es una cuestión compleja que

llega a causar grandes quebraderos de cabeza porque, ¿qué lleva a una persona a apoyarse

en unas cosas o en otras?, ¿en qué puedes sostenerte cuando las adversidades son excesivas

y los problemas pueden con tu persona?, ¿cuál es el límite de sufrimiento que una persona

puede soportar?, ¿es capaz el ser humano de adaptarse a cualquier situación?; y una de las

cuestiones más importantes: ¿dónde se encuentra el límite entre vivir sin sentido aparente y

el suicidio?.

En resumen, la pregunta que engloba todas las anteriores es ¿por qué vivir? Tal y como

decía Nietzsche: Quien tiene un porqué para vivir, encontrará casi siempre el cómo. En un

intento por aclarar estas preguntas, voy a mostrar algunos de los sentidos de la vida más

usuales y a reflexionar sobre ellos.

Cada persona es un mundo y tiene formas únicas de percibir e interpretar la realidad y la

vida, por eso cada uno busca su sentido. Muchas veces las personas no tienen suficiente

autoestima y confianza en sí mismos y pueden ser manipulados, ya sea por los medios de

comunicación, por la opinión de las personas de su entorno o por lo que ven de la gente

que admiran (mayoritariamente en famosos a los que intentan seguir porque en apariencia
son felices con su forma de vida).

Estos serían algunos de los sentidos de la vida a los que más comúnmente se recurre:

-La religión: la creencia (dependiendo de si se trata de una religión poli o monoteísta) en

uno o varios seres superiores a los humanos los cuales nos han dado el regalo de la vida.

Por para las personas que se aferran fuertemente a esta postura la idea de suicidio es un

pecado, pues significa rechazar el regalo que estos seres divinos te ofrecen. Además, la

función de estos dioses también es la de manejar el transcurso de vida y ofrecer una

segunda oportunidad tras la muerte, por lo que todo lo que sucede a estas personas está

justificado con que ellos lo quieren así por alguna razón. Grandes filósofos de la historia

como San Anselmo de Canterbury han defendido que esta creencia -en principio-

irracional es real, concluyendo que “Dios existe porque está en nuestra mente.” Cuando

suceden desgracias, las personas que no están tan unidas a esta postura recurren a ella.

Frankl dice: “el recién llegado al campo quedaba sorprendido y admirado por la

profundidad y la fuerza de las creencias religiosas pues la dura vida que tenían reforzaba la

confianza en Dios.

-La ciencia: buscar el saber racional, lo demostrable. Hay personas que enfocan su vida

de manera que todo lo que perciben intentan asociarlo a una ley demostrada, aunque este

sentido podría verse cuestionado por el paradigma contemporáneo basado en el caos, el

indeterminismo.
-Luchar por un futuro o una meta: si en un momento de la vida hay demasiados

problemas, se intentan superar con la mentalidad de que ya no se puede ir a peor, por lo

que el futuro debe ser próspero y aguardarte algo mejor. En este punto se asume el

sufrimiento pues tal como afirma Nietzsche: "Vivir es sufrir, sobrevivir es encontrar

significado en el sufrimiento"; y Dostoyevski: “Inexplicablemente el ser humano es capaz

de adaptarse a cualquier cosa”. También se lucha para alcanzar una meta, soportar todo lo

posible antes de alcanzarla.

Sin tener en cuenta el sentido aportado a la vida (aunque si puede ayudar al desarrollo de

éste), puedes tener una actitud racional, optimista o pesimista. Hay ocasiones en las que el

optimismo puede resultar irritante por llegar a sumirte en una situación irreal para

sobrellevar el dolor de la que, al salir, sufres un fuerte desengaño, como es el caso de los

hombres que forman parte de la historia de “El hombre en busca de sentido”. Además, un

gran desengaño y un hecho traumático pueden llevar a la búsqueda de otro sentido de la

vida y si en su defecto no se encuentra, al suicidio. Para evitar desengaños otros prefieren

ponerse en lo peor: el pesimismo. Afrontan el dolor mediante la apatía en un intento por

defenderse de su realidad. Otros métodos para afrontar el sufrimiento en la vida son la

imaginación (en “El hombre en busca de sentido” explica como satirizaban su propia

situación y soñaban con cosas que en ese momento no podían lograr como por ejemplo el

alimento o las drogas, que te liberan por un momento de tu propia vida). Estas opciones,

sobretodo la última, no son aconsejables pues, aunque te evitan enfrentarte a la realidad, la

verdad es que no quieres reconocer ni afrontar lo que te está pasando y, cuando vuelves a

ser consciente, el golpe es mucho más duro. También el humor sirve como medicina para

el alma, tema que abarcó el gran filósofo Aristóteles. Tras realizar una larga reflexión, he
llegado a la conclusión de que no deberíamos necesitar apoyarnos en algo o alguien para

vivir, sino que el amor a la propia persona y a la vida debería ser suficiente. Puesto que lo

material puede desaparecer y las personas pueden alejarse de nuestro lado, nuestra

felicidad sólo debería depender de nosotros mismos. Pero la mente humana es débil y

necesita respaldarse en una razón para seguir adelante y si hay que elegir un sentido, yo me

quedo con el apoyo de las personas cercanas a mí, la ciencia y el de una esperanza de

futuro, aunque eso no es suficiente para responder a algunas cuestiones que se plantea mi

mente como si hay alguna intención en todo lo que pasa o porque hay personas que se

dedican a hacer crueldades a otras, ¿es ese el fin que quieren realizar en su vida? En vez de

destruirnos y herirnos mutuamente, deberíamos trabajar para mejorar.

Cada persona es peculiar y se apoya en lo que cree que es mejor y más útil para desarrollar

su vida y dar sentido a su existencia. Los problemas que surgen día a día son, en su

mayoría, inevitables por lo que hay vivir de forma que tengamos valor y fuerza suficiente

para superarlos sin decaer y tratando a las personas con la dignidad y el respeto que se

merecen. Cuando pensamos que el mundo está sobre nosotros y no hay forma de soportar

tanto dilema, debemos darnos cuenta de que podemos con eso y mucho más, que hay

personas en todo el mundo que luchan contra conflictos mayores y si ellos pueden,

nosotros también.

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