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RESUMEN
El trabajo busca indagar sobre las siguientes interrogantes (i) ¿Es efectiva la justicia
constitucional en Bolivia?; (ii) ¿En qué medida es independiente, sumaria, oportuna,
gratuita, transparente y sin dilaciones? Para ello, con basamento en la doctrina, la
jurisprudencia constitucional e interamericana y la puesta en evidencia de casos concretos,
demostraremos que lo normado en el Código Procesal Constitucional no necesariamente
encuentra correspondencia con el litigio procesal constitucional; convirtiendo un conjunto
de procesos constitucionales y principios procesales que lo sustentan, en simple positivismo
jurídico de garantías constitucionales formales pero no efectivas. La parte final intentará
sugerir propuestas de solución que de alguna manera tiendan a revalorizar y recuperar la
naturaleza de la justicia constitucional, que puede resumirse en tres palabras “tutela
judicial efectiva”.
Abogado de la Universidad Mayor de San Andrés – UMSA, Diplomado en Educación Superior e Investigación por la Unidad de Post
Grado y Relaciones Internacionales de la Facultad de Derecho y Ciencias Políticas de la UMSA, Diplomado en Argumentación Jurídica de
la Universidad Privada Franz Tamayo – UNIFRANZ, Máster en Derecho Constitucional y Derecho Procesal Constitucional de la
Universidad Andina Simón Bolívar – UASB, Profesor de Derecho Constitucional y Derecho Procesal Constitucional de pregrado y
postgrado, autor de varios artículos nacionales e internacionales sobre Derecho Constitucional, Derecho Procesal Constitucional y
Derecho Internacional de los Derechos Humanos. oscarbarrientosjimenez@gmail.com.
Dedico la presente investigación a la memoria del primer Presidente del Tribunal Constitucional de Bolivia, el eminente jurista y
destacado profesor de Derecho Constitucional Dr. Pablo Dermizaky Peredo.
1. Introducción
1
Aprobada mediante Ley Nº 254 Código Procesal Constitucional, de 5 de julio de 2012 y vigente a partir del 6 de agosto de 2012.
2 El primer Código específico de procedimientos constitucionales implementado a nivel nacional en América del Sur es el Código
Procesal Constitucional del Perú, aprobado mediante Ley Nº 28237, de 30 de noviembre de 2004. Disponible en:
http://www.tc.gob.pe/portal/institucional/normatividad/Codigo_Procesal.pdf.
3 Al respecto, puede consultarse los artículos publicados en prensa del autor de este trabajo denominados: “El Sistema de
5 Luigi Ferrajoli, Derechos y garantías, la ley del más débil, Madrid, Edit. Trotta S.A., 4ta. Edición, 2004, p. 19.
6
Cfr.: Mauro Cappelletti, La Jurisdicción Constitucional de la Libertad, con referencia a los ordenamientos Alemán, Suizo y Austriaco,
traducido al español por el Dr. Hector Fix Zamudio, Universidad Autónoma de México, México, Imprenta Universitaria, 1961.
7 La creación del TCP de Bolivia sigue una tendencia del constitucionalismo europeo, iniciada en Austria en 1920, con un proyecto cuyo
El litigio procesal constitucional nos ha demostrado que la mayoría de los jueces ordinarios
en Bolivia no están sensibilizados con la esencia y finalidad de la justicia constitucional, en
este contexto, conciben esta enorme responsabilidad de conocer acciones de defensa como
una actividad agregada a su principal labor que es la administración de justicia ordinaria
(laboral, civil, penal, familiar, etc.), en este contexto, muchas audiencias relacionadas a
acciones de defensa que debieran encontrar tratamiento priorizado, terminan llevándose a
cabo después de que agotan toda su jornada laboral ordinaria. Cuando finalmente se lleva a
cabo la audiencia de garantías constitucionales, en la mayoría de los casos no dan
cumplimiento al plazo para hacer efectiva la remisión del caso en revisión ante el TCP.10
8
El art. 2 – II de la Ley Nº 027 de 6 de julio de 2010, refiere textualmente: “Los juzgados y tribunales de la jurisdicción ordinaria
conocerán las acciones de Libertad, Amparo Constitucional, Protección de Privacidad, Popular y de Cumplimiento, y se pronunciarán
conforme con la Constitución Política del Estado y la presente Ley”.
9 Según el informe de la Comisión de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos de abril del año 2013, Bolivia ocupa el primer
lugar de los países de Latinoamérica con más retardación de justicia. Disponible en: http://eju.tv/2013/08/informe-de-onu-bolivia-
encabeza-lista-entrelos-pases-de-latinoamrica-con-ms-retardacin-de-justicia/
10 El Artículo 38 de la Ley Nº 254 establece: (Remisión al TCP), la resolución y antecedentes de la Acción de Defensa se elevará de oficio,
en revisión ante el TCP en el plazo de veinticuatro horas siguientes a la emisión de la resolución. El Auto de aclaración, enmienda o
complementación, si lo hubiere, será elevado al TCP inmediatamente después de la notificación a las partes.
Consideramos muy respetuosamente que administrar justicia constitucional requiere de
cierta preparación y especialidad que lamentablemente muchos jueces y tribunales
ordinarios han demostrado no tenerla, lo que viene ocasionando que se emitan resoluciones
de tribunales de garantías constitucionales sin la debida motivación jurídica, no debemos
dejar de tener en cuenta que el moderno juez constitucional debe ser capaz de aplicar
técnicas interpretativas propias de los principios constitucionales como la ponderación de
derechos, la proporcionalidad, la razonabilidad, la maximización de los efectos normativos
de los derechos fundamentales, el efecto irradiación, la proyección horizontal, el principio
pro persone, la interpretación conforme, el control de convencionalidad, etc., tareas muy
distintas a las de la administración de justicia ordinaria que tradicionalmente basa sus
determinaciones en la aplicación taxativa de la ley.
A partir del caso del año 2006 (Almonacid Arellano vs Chile11), la Corte Interamericana de
Derechos Humanos (en adelante CIDH) crea la doctrina del Control de Convencionalidad
donde el Poder Judicial está llamado a ejercer un “control de convencionalidad” ex officio
entre las normas internas y la Convención Americana evidentemente en el marco de sus
respectivas competencias y de las regulaciones procesales correspondientes. En esta tarea,
el Poder Judicial debe tener en cuenta no solamente el tratado, sino también la
interpretación que del mismo ha hecho la CIDH, intérprete última de la Convención
Americana12. Lamentablemente, pese a los grandes cambios del texto constitucional vigente
sobre el reconocimiento expreso del bloque de constitucionalidad en materia de derechos
humanos y habiendo transcurrido casi ocho años de la referida sentencia internacional, el
litigio procesal constitucional nos ha hecho evidenciar que muchos jueces y tribunales no
solo en su función ordinaria sino también en su función de tribunal de garantías
11 CIDH: Caso Almonacid Arellano y otros vs. Chile. Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 26 de
septiembre de 2006. Serie C No. 154, párr. 123. Es bueno precisar que el ex Juez Interamericano Sergio García Ramírez, en sus votos de
los casos Myrna Mack y Tibi, había realizado una apreciación conceptual al control de convencionalidad que se realiza en sede
interamericana y en el ámbito interno de los estados, pero es en esta sentencia donde la CIDH precisa sus principales elementos. En el
mismo sentido: CIDH: Caso La Cantuta Vs. Perú. Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia de 29 de noviembre de 2006, párr.173.
12 Jurisprudencia ratificada en el caso concreto de Bolivia en CIDH: Caso Ibsen Cárdenas e Ibsen Peña Vs. Bolivia, Sentencia de 1 de
Expediente: 10978-2015-22-AL
Referencia: Enrique Barrientos Carpio c/ Virginia Janeth Crespo Ibáñez, Vocal de Sala
Penal Tercera del TDJ-La Paz y otros
Fecha de Ingreso: viernes, 8 de mayo de 2015
Distrito: La Paz (Capital)
Recurso: Acción de Libertad
Juzgado: Sala Penal de Corte Superior de Distrito
13
Caso extraído de la página web del TCP. Disponible en:
http://buscador.tcpbolivia.bo/(S(2yuiyohrw1y4rdg1as4ki3pv))/WfrPartes.aspx.
14 El común de las acciones de defensa vienen recibiendo similar tratamiento y es solo por razones de espacio que no exponemos otros
casos.
Número de Juzgado: 1
Oficina: En Secretaría General (al 6 de junio de 2016)
El CPC determina en el art. 43 – I. 1 que las acciones de libertad serán resueltas en veinte
días siguientes al sorteo de la magistrada o magistrado relator; asimismo, el art. 29. 5 de la
normativa procesal referida, establece que en el caso de acciones de libertad los plazos se
computarán en días calendario. No obstante de lo normado, la innovadora normativa
procesal omitió regular el plazo para que la comisión de admisión sortee y designe
magistrado relator, a consecuencia de tan grosera omisión, los plazos supuestamente
sumarios legislados para esta acción en la práctica terminan siendo constantemente
distorsionados con el lamentable argumento de que todavía no se asigno magistrado relator.
La preocupante consecuencia de todo esto es que a casi más de un año de radicado el caso
en el TCP, el mismo no cuenta aún con resolución que conceda o deniegue la
determinación del tribunal de garantías constitucionales, lo que sin lugar a dudas es un
atentado a la naturaleza de la justicia constitucional y una flagrante vulneración al derecho
a la tutela judicial efectiva, máxime si la presente acción fue denegada en la justicia
15
El art. 46 del CPC establece que la Acción de Libertad tiene por objeto garantizar, proteger o tutelar los derechos a la vida, integridad
física, libertad personal y libertad de circulación, de toda persona que crea estar indebida o ilegalmente perseguida, detenida,
procesada, presa o que considere que su vida o integridad física está en peligro.
16 TCP: Sentencia Constitucional Plurinacional Nº 0910/2012-R de 22 de agosto de 2012.
ordinaria sin ninguna fundamentación jurídica objetiva y valedera, habiéndose dejado en
total estado de indefensión al accionante lo que inevitablemente ocasiona daños
irreparables a sus derechos y garantías constitucionales, aspectos que serán en su momento
denunciados ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.
No quisiéramos pensar que algunos magistrados del propio TCP padecen una especie de
preterición con la esencia y finalidad de la justicia constitucional, realizamos esta
afirmación ya que tampoco podemos dejar de expresar nuestra sorpresa ante el hecho de
que no obstante la alarmante mora procesal,17 cuatro magistrados del TCP priorizaron su
asistencia a un seminario auspiciado en China con una duración de casi un mes y con
temáticas que nada tenían que ver con justicia constitucional18, dejando sin quórum al
máximo guardián de la Constitución, lo que mereció apenas algunas llamadas de atención
por parte del poder político19 pero sin ninguna consecuencia de procesamiento. En
contrasentido, Oswaldo Valencia, magistrado que denunció la falta de quórum en el TCP
por este viaje, fue destituido de sus cargos de presidente de la Comisión de Admisión y
director de la Academia Plurinacional de Estudios Constitucionales.
Al parecer, algunos magistrados del TCP parecen haber olvidado que la justicia
constitucional tutelar es extraordinaria dada la naturaleza de los bienes jurídicos que
protegen (derechos y garantías constitucionales y convencionales), demostrando su
aquiescencia con plazos procesales distorsionados e inobservado el artículo 115 de la CPE
que garantiza que toda persona será protegida oportuna y efectivamente por los jueces y
tribunales en el ejercicio de sus derechos e intereses legítimos.
17 Un total de 12 acciones de inconstitucionalidad presentadas por la Defensoría del Pueblo ante el TCP no han sido atendidas hasta
ahora, pese a que algunas están meses e incluso años en espera de un fallo. El Defensor del Pueblo, Rolando Villena, lamentó en una
conferencia de prensa que las causas referidas a los derechos humanos sean tratadas con tanta lentitud y desinterés del TCP, mientras
que aquellas presentadas por el oficialismo, como la consulta respecto a la constitucionalidad del referéndum sobre la re postulación
del presidente Evo Morales, fue admitida y resuelta en menos de 30 días. Fuente: ANF / La Paz. Disponible en:
http://web.paginasiete.bo/nacional/2016/1/9/doce-demandas-defensoria-fueron-analizadas-tribunal-constitucional-82886.html.
18 La delegación estuvo integrada por cuatro de los siete magistrados: Ruddy Flores, Efrén Choque, Neldy Andrade y Mirtha Camacho,
además de 16 funcionarios. El 23 de noviembre, el magistrado Oswaldo Valencia denunció que, a raíz de ese viaje, el TCP se quedó sin
quórum, por lo que pidió la convocatoria a suplentes. Tres días después, el presidente de esa instancia, Zenón Bacarreza, habilitó a la
suplente Carmen Sandoval para la realización de reuniones de Sala Plena. Fuente: La Razón. Disponible en: http://www.la-
razon.com/seguridad_nacional/Documento-magistrados-TCP-China-curso-ajeno-temas-judiciales_0_2392560771.htmln.
19 El vicepresidente Álvaro García fue el más duro, pues calificó a esa acción de “injustificable, inmoral, indecente y abusiva”. Luego
expresó su deseo de que algunas de las autoridades que viajaron retornen al país para trabajar. Al haberse hecho público este
reprochable accionar, tres de los cuatro magistrados —Flores, Choque y Andrade— retornaron a Sucre el martes, 12 días antes de que
concluya el curso, y retomaron sus funciones. Solo Camacho se quedó en representación del TCP. Fuente La Razón: Disponible en:
http://www.la-razon.com/seguridad_nacional/Documento-magistrados-TCP-China-curso-ajeno-temas-judiciales_0_2392560771.htmln.
2.5. ¿FALLOS A LA CARTA E INDEPENDENCIA CUESTIONADA?
Sin ánimo de pretender desconocer el gran aporte del TCP en su rol de guardián y garante
de la Constitución, de la manera más objetiva es necesario también referir que resulta
preocupante el tratamiento que reciben algunas acciones de defensa con carácter político,
en desmedro de la mayoría de los ciudadanos que no solo tienen que erogar dineros para el
correspondiente patrocinio legal de la defensa de sus derechos y que tampoco cuentan con
algún tipo de influencias o contactos para agilizar el tratamiento de sus procesos. En este
contexto, quedo plenamente demostrado que para este tipo de temas altamente politizados
el CPC y sus plazos si se aplican diligentemente; tal es el caso verbigracia de la empresa
China CAMSE ENGINERING CO LTD. BOLIVIA BRANCH que logra la tutela en una
Acción de Amparo Constitucional ante el Tribunal de Garantías Constitucionales y este
fallo es impugnado por el Ministerio de Obras Públicas, Servicios y Vivienda; pero sin ser
nuestra intención analizar el fondo del asunto donde el TCP finalmente deniega la tutela, lo
que sorprende es la diligencia con la que el TCP resuelve este amparo, aspectos fácilmente
verificables en la ficha técnica del proceso constitucional referido que a continuación
exponemos:
Expediente: 13351-2015-27-AAC20
Referencia: Yingying Yao p/ Empresa China CAMC ENGINEERIG CO. LTD. c/ Miltón
Claros Hinojosa, Ministro de Obras Públicas, Servicios y Vivienda y otros
Fecha de Ingreso: lunes, 14 de diciembre de 2015
Distrito: La Paz (Capital)
Recurso: Acción de Amparo Constitucional
Juzgado: Sala Penal de la Corte Superior de Distrito
Número de Juzgado: 1
Oficina: En Archivo (al 19 de febrero de 2016).
Sugerimos realizar un ajuste normativo en el CPC que regule un plazo perentorio para que
la comisión de admisión del TCP sortee y designe magistrado relator; plazo que bajo
ninguna circunstancia debe sobrepasar el legalmente establecido para resolver la acción en
el fondo, debiendo establecerse también la responsabilidad del magistrado asignado en caso
de incumplimiento.
Sugerimos también realizar un ajuste normativo en el CPC que regule un mandato legal
bajo responsabilidad del magistrado relator para la atención preferente, priorizada y en el
plazo establecido de las acciones de defensa una vez asignado el mismo por la comisión de
admisión.
El incumplimiento de plazos y la mora procesal nos demuestra una vez más que el sistema
diseñado para la tramitación de las acciones de defensa no funciona, para sustentar lo
aseverado basta referir que en la práctica desde la instalación de audiencia en cualquier
tribunal de garantías hasta la remisión de las diferentes acciones de defensa ante la
comisión de admisión pasan tranquilamente más de dos semanas para que se asigne número
de expediente constitucional y figure oficialmente en el TCP, posteriormente en el mejor de
los casos se debe esperar casi más de tres meses para la asignación de magistrado relator y
el pronunciamiento final es incierto puede tomar de ocho meses a más de un año, siendo lo
afirmado fácilmente verificable de un seguimiento de la tramitación de las acciones de
defensa en la página web del TCP.
21 Sobre la tendencia hacia una jurisdicción constitucional centrada en la defensa de los derechos Cfr. Franciso Llorente y Javier
Jiménez, Estudios sobre Jurisdicción constitucional, España, Edit. Elena Arguello, 1998, pp. 169 a 173.
22 Autores citados en Pablo Dermizaky, Justicia Constitucional y Estado de Derecho, Bolivia, 2ª. ed., Edit. Alexander, 2005, p. 83.
23 El art. 321 – IV de la CPE establece que todo proyecto de ley que implique gastos o inversiones para el Estado deberá establecer la
fuente de los recursos, la manera de cubrirlos y la forma de su inversión. Si el proyecto no fue de iniciativa del Órgano Ejecutivo,
requerirá de consulta previa a éste.
que dicha entidad debe ser apolítica y no debe tener dependencia alguna del TCP ya que en
muchas oportunidades tendría la obligación de realizar un análisis crítico de la
jurisprudencia emitida por el propio TCP, análisis que no se puede consolidar
objetivamente con la dependencia institucional establecida en el CPC.
24 En el Caso Cabrera García y Montiel Flores vs. México la CIDH amplió el espectro de sujetos llamados a ejercer el control de
convencionalidad, en este caso señaló que al interior del Estado, no sólo los funcionarios de carácter jurisdiccional sino los jueces y
órganos vinculados a la administración de justicia en todos los niveles deben ejercerlo. CIDH: Caso Cabrera García y Montiel Flores vs.
México. Excepción Preliminar, Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 26 de noviembre de 2010. Serie C. En el Caso Gelman Vs.
Uruguay, la CIDH determino que el Control de Convencionalidad es una obligación de toda autoridad pública. CIDH: Caso Gelman Vs.
Uruguay, Fondo y Reparaciones. Sentencia de 24 de febrero de 2011, párr. 193.
25 CIDH: Caso Familia Pacheco Tineo vs. Estado Plurinacional de Bolivia sentencia de 25 de noviembre de 2013 (excepciones
preliminares, fondo, reparaciones y costas).
5.1. DEBEMOS REPLANTEARNOS LA MANERA DE ENSEÑAR DERECHO
CONSTITUCIONAL Y DERECHO PROCESAL CONSTITUCIONAL
Salvo contadas excepciones, no hemos encontrado que los colegas abogados utilicen en sus
diferentes memoriales ninguna referencia a la Convención Americana de Derechos
Humanos, peor aún a la Jurisprudencia de la CIDH, lo que genera una pobre argumentación
jurídica al momento de realizar la defensa de los derechos humanos a través del litigio
procesal constitucional. La realidad descrita no es ajena en la mayoría de los estudiantes de
derecho que lamentablemente continúan bajo programas académicos desactualizados que
no contemplan la importancia del control de convencionalidad en la defensa de los
derechos humanos. En este contexto, sugerimos actualizar el pensum académico de las
asignaturas derecho constitucional y derecho procesal constitucional incluyendo la
enseñanza de los tratados internacionales de derechos humanos (en especial de la
Convención interamericana de Derechos Humanos) y la doctrina del control de
convencionalidad y paralelamente realizar actividades académicas de formación
26En esta línea de pensamiento están académicos constitucionalistas de la talla de Miguel Carbonell y Nestor Sagüés.
27
Según datos del Registro Público de Abogados a cargo del Ministerio de Justicia disponible en
http://rpa.justicia.gob.bo/rpa/app/index.php?r=site/comunicados, solo en lo que va de la gestión 2016, se habilitaron 4.164
juramentos de nuevos abogados, cifra sumamente elevada y al no existir ningún control de calidad académica, tenemos como
resultado cantidad de abogados en desmedro de calidad de abogados.
complementaria como cursos, talleres, seminarios y hasta diplomados, para ofrecer
herramientas académicas para el mejoramiento de las actividades de jueces, fiscales,
operadores de justicia, abogados y cualquier persona natural o jurídica que desarrolle sus
actividades en la promoción, defensa y administración de justicia en materia de derechos
humanos, pues como diría Carbonell, un abogado preparado es justo y eso es justo lo que
necesita este país.
5. CONCLUSIONES DE LA INVESTIGACIÓN
28
CIDH: Caso Goiburú y otros vs. Paraguay. Fondo, reparaciones y costas. Sentencia de 22 de septiembre de 2006. Serie C No. 153, párr.
131.
29 CIDH: Caso Bulacio vs. Argentina. Fondo, reparaciones y costas. Sentencia de 18 de Septiembre de 2003. Serie C No. 100, párr. 114, y
Caso Palamara Iribarne vs. Chile. Fondo, reparaciones y costas. Sentencia de 22 de noviembre de 2005. Serie C No. 135, párr. 188.
efectivo contra actos violatorios de sus derechos fundamentales”.30 De esta manera, al
interpretar el texto del artículo 25 de la Convención, la CIDH ha sostenido que “la
obligación del Estado de proporcionar un recurso judicial no se reduce simplemente a la
mera existencia de los tribunales o procedimientos formales o aún a la posibilidad de
recurrir [ante estos]”.31 Es decir que, “además de la existencia formal de los recursos, éstos
[deben dar] resultados o respuestas a las violaciones de derechos contemplados ya sea en la
Convención, en la Constitución o en las leyes”.32 Consecuentemente, el sentido de la
protección otorgada por el artículo 25 “es la posibilidad real de acceder a un recurso
judicial para que la autoridad competente y capaz de emitir una decisión vinculante
determine si ha habido o no una violación a algún derecho que la persona que reclama
estima tener y que, en caso de ser encontrada una violación, el recurso sea útil para restituir
al interesado en el goce de su derecho y repararlo”.33 Así, no basta con que los recursos
estén previstos por la Constitución o la ley o con que sean formalmente admisibles, sino
que es preciso que tengan efectividad en los términos del artículo 25.34 - 35
30 CIDH: Caso Velásquez Rodríguez vs. Honduras. Excepciones preliminares, op. cit., párr. 91, y Caso Pueblo Indígena Kichwa de
Sarayaku vs. Ecuador. Fondo y reparaciones. Sentencia de 27 de junio de 2012. Serie C No. 245, párr. 261.
31
CIDH: Caso Velásquez Rodríguez vs. Honduras. Fondo, op. cit., párrs. 66 a 68, y Caso Pueblo Indígena Kichwa de Sarayaku vs. Ecuador,
op. cit., párrs. 261 y 263.
32 Corte IDH: Opinión Consultiva OC-9/87, op. cit., párr. 23, y Caso García y Familiares vs. Guatemala. op. cit., párr. 142.
33
CIDH: Opinión Consultiva OC-9/87, op. cit., párr. 24; Caso Castañeda Gutman vs. México. Excepciones preliminares, fondo,
reparaciones y costas. Sentencia de 6 de agosto de 2008. Serie C No. 184, párr. 100, y Caso Pueblo Indígena Kichwa de Sarayaku vs.
Ecuador, op. cit., párr. 261.
34 CIDH: Opinión Consultiva OC-9/87, op. cit., párr. 24; Caso Castillo Petruzzi y otros vs. Perú. Fondo, reparaciones y costas. Sentencia de
30 de mayo de 1999. Serie C No. 52, párrs. 185-186, y Caso García y Familiares vs. Guatemala, op. cit., párr. 142.
35
Toda la Jurisprudencia Interamericana citada precedentemente, fue extraída del libro colectivo: Juana Ibañez, “Garantías Judiciales” y
“Protección Judicial”, en Christian Steiner / Patricia Uribe (editores), Convención Americana sobre Derechos Humanos comentario,
Colombia, Konrad Adenauer Stiftung, Programa Estado de Derecho para Latinoamérica, Impreso en Bolivia por Plural Editores, 2014, p.
213 y p. 612.
inevitables tensiones que se presentan y se presentarán entre el poder político y el TCP, lo
que Norbert Lösing en su momento denomino “condiciones difíciles”,36 los magistrados del
TCP deben recordar que la Constitución, y con ello el Estado de Derecho, no se realizan
solos. Deben penetrar en la conciencia de los ciudadanos y especialmente en la de los
representantes del poder,37 en este contexto, deben retomar su principal labor que es
administrar justicia constitucional efectiva y limitar el poder político sin ceder ante ningún
tipo de presiones e injerencias indebidas y a los que se limitan a acatar las órdenes del
poder político destrozando la institucionalidad e independencia del TCP, les recuerdo las
palabras del Dr. Pablo Dermizaky Peredo:
“Los magistrados del Tribunal Constitucional somos profesionales del Derecho, y como
tales, nuestro razonamiento es básicamente jurídico, sin ignorar las circunstancias políticas
y sociales circundantes. Siempre que haya un conflicto inevitable entre lo jurídico y lo
político, nuestro deber nos colocará del lado del Derecho. Y a quienes les cuesta aceptar
que el Tribunal Constitucional puede invalidar actos del Legislativo, les recordamos las
palabras escritas por Alexander Hamilton hace más de dos siglos: “Esta conclusión no
supone de ningún modo la superioridad del Poder Judicial sobre el Legislativo. Sólo
significa que el poder del pueblo es superior a ambos, y que donde la voluntad de la
legislatura, declarada en sus leyes, se halla en oposición con la del pueblo, declarada en la
Constitución, los jueces deben gobernarse por la última, de preferencia a las
primeras…””.38
En la misma línea se debe trabajar en las propuestas sugeridas desde el ámbito académico,
ya que como sabiamente refiere Dermizaky, ante un panorama tan complejo, en el que
intervienen variables jurídicas, políticas, económicas, administrativas y sociológicas, cabe
preguntarnos qué papel podemos desempeñar en la solución de estos problemas los
profesionales del Derecho y de la administración de justicia en América Latina?, la
respuesta está en el enfoque macro-político y macro social que reclaman esos problemas,
que no es otro que la atención preferente que debe darse a la educación, a la salud y a la
justicia, tres valores sin los que no es posible construir una sociedad sana y progresista. La
Justicia es un valor supremo que se refleja y depende de los otros dos: en la medida en que
alcancemos una administración de justicia oportuna y eficiente, la población podrá
considerarse educada y saludable; y a la inversa: altos niveles de educación y de salud son
indispensables para alcanzar una justicia objetiva e imparcial.40
39 Pablo Dermizaky, Justicia Constitucional, Bolivia, Plural Editores, 1ra. Ed., 2010, pp. 16 - 17.
40 Pablo Dermizaky, Justicia Constitucional y Estado de Derecho, op. cit. p. 62
seremos dignos de una profesión que, por su naturaleza y por su trascendencia social, es en
sí misma UN HONOR”.41
41 Ibíd. p. 140.
BIBLIOGRAFÍA
A. Libros
CIDH: Caso Almonacid Arellano y otros vs. Chile. Excepciones Preliminares, Fondo,
Reparaciones y Costas. Sentencia de 26 de septiembre de 2006.
CIDH: Caso La Cantuta Vs. Perú. Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia de 29 de
noviembre de 2006.
CIDH: Caso Ibsen Cárdenas e Ibsen Peña Vs. Bolivia, Sentencia de 1 de septiembre de
2010, (Fondo, Reparaciones y Costas).
CIDH: Caso Cabrera García y Montiel Flores vs. México. Excepción Preliminar,
Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 26 de noviembre de 2010.
CIDH: Caso Gelman Vs. Uruguay, Fondo y Reparaciones. Sentencia de 24 de febrero
de 2011.
CIDH: Caso Familia Pacheco Tineo vs. Estado Plurinacional de Bolivia. Sentencia de
25 de noviembre de 2013 (excepciones preliminares, fondo, reparaciones y costas).
D. Normas utilizadas