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Reflexiones Políticas

Publicado el noviembre 23, 2011de neometalero


Estos días mucho se ha hablado en todos los medios sobre las elecciones, a priori
y a posteriori. Sobretodo me he cansado de leer cosas en medios como facebook.
Cosas que, independientemente de que cada uno pueda expresar su opinión, se
trata de respetar la de otros y sobretodo los resultados, nos gusten o no. De eso
va esto de la democracia y el sistema actual de votación, el cual tenemos desde
hace años, dicho sea de paso. Lo que no es correcto es criticarlo y al ganador de
las elecciones el día siguiente a las elecciones tan sólo porque no es lo que uno
votó. Para bien o para mal este es el sistema, las reglas se conocen y si uno
participa en el juego debe respetarlas. O eso o no participes. Si no te gusta el
resultado…bueno, a otros no les gustó hace 8 años. No está bien empezar a criticar
a tu país, a la gente que ha votado lo que tú no quieres, al partido ganador el
primer día de trabajo con ironías…entre otras cosas porque se falta el respeto a
sus votantes, que son, al igual que su voto, igual de válido que el tuyo.

Y digo esto sin haber votado al PP y sintiendo que la inmensa mayoría de personas
a las que he leído cosas así y que llevo leyendo y oyendo decir cosas, muchas
barbaridades, son de izquierdas. Lamentablemente la mayoría son falsos e
hipócritas, hablan de liberalismo, talante, dialogar, respetar…pero son ellos los
menos tolerantes de todo. Además creen que si criticas el gobierno actual o algún
gobierno de izquierdas, ipso facto tu eres de derechas y votas al PP, un prejuicio
más inmerso en el subconsciente de tanta gente. Por no hablar de lo poco que
sabe de historia este país, vive de recuerdos falsos y de informaciones
tergiversadas boca a boca con el paso de los años, pero todos esos son, sin duda,
los que no han cogido un libro de historia en su vida y mucho menos una vez
hubieron abandonado el instituto.

Dicho esto, imagino que casi nada cambiará, Rajoy no es Dios y aunque muchos
crean que resolverá la crisis, sólo digo que os acordéis de
Obama…Independientemente de eso, la educación y el respeto no deben perderse
nunca y brillan por su ausencia. Sin más, espero vuestros comentarios, a ver si se
genera un cierto debate. Saludos
A proposito de las elecciones, la Politiquería es un término de uso común en Colombia y de
manera menos frecuente en otros países hispanoamericanos. La Real Academia Española (RAE)
define politiquería como la acción de politiquear, es decir, intervenir en política, tratar la política
con superficialidad y a la ligera y específicamente en América, hacer política de intriga o bajeza.

Politiquería es entonces un término derogativo de política, al cual entendemos como el arte del
ordenamiento ciudadano, de la disciplina social y del gobierno dentro de un proyecto
mancomunado. Para los griegos, que la llamaban politikos, era el arte del gobierno de la ciudad
que en griego es Polis.

Desde esta perspectiva, tenemos que el término politiquería es bastante preciso y parte del
concepto ideal de política como aquello que no alcanza a expresarlo. Por lo general, politiquería
se asocia con corrupción política, pero no siempre tiene que ver con la corrupción.

Un politiquero es aquel individuo que no tiene en cuenta el ideal de la política, como el arte del
trabajo para la promoción del bien común, sino que utiliza los métodos políticos para su propio
beneficio. En este sentido resulta a veces difícil distinguir entre un político y un politiquero,
puesto que el politiquero tratará de imitar en lo más posible al político. Sin embargo, una
mirada crítica sobre la propuesta política debería bastar para apreciar la diferencia. Por lo
general el politiquero se queda en la forma y tiene poco contenido, utiliza frases de cajón, trata
siempre de impresionar, ataca a sus opositores de tal manera que sea dañada su figura (por
ejemplo con ataques personales) y cambia de posición rápidamente si ello beneficia sus
intereses.

Un político ejerce la política como vocación de servicio y tiene una actitud incorruptible. En su
mente está siempre el proyecto social, el desarrollo de todos y propuestas pensadas para la
solución y superación de crisis.

Un politiquero ejerce la política no como vocación sino como empleo para su propia
subsistencia. Habla de lo social, de la economía, de promesas y demás no porque sepa de esos
temas o quiera ejercer cambios sociales en beneficio de todos, sino porque los copia para
impresionar a las masas y ganar adeptos. Al centro resalta su figura egoísta, su sed de poder y
sus ambiciones personales, lo que pone por encima de sus propios seguidores. El politiquero
promete pero no cumple, rompe pactos sin sentirse avergonzado, traiciona a quien no le
interesa, busca derrocar a quien se pone en su camino y es por lo general un mentiroso y un
sínico. Paradójicamente, el politiquero es capaz de acusar a sus opositores de ser politiqueros.
De acuerdo con esta propuesta, el concepto (que no el ejercicio) de la politiquería solo existe
en el contexto del contenido y el acto del discurso populista, o como en el caso de estas líneas,
del debate en torno a ese tipo de discurso. De tal manera, la palabra politiquería abarcaría
todos los actos perniciosos de cualquier político, pero solo cuando son traídos a colación por
otro político durante una arenga, o en una declaración mediática; así, vemos que siempre se
hace referencia a la politiquería como un acto de otros, ajeno y reprobable. Para clarificar un
poco, veamos algunos ejemplos.

Si el implicado se reúne con algunos gamonales coterráneos para acordar la manera de obtener
la mayoría en una corporación y decidir cómo repartirán los puestos, se trata de una "reunión
para hacer acuerdos programáticos", pero si
quien hace esa misma reunión es su opositor, se dice que es una "manguala", uno de los más
tradicionales actos politiqueros.

Si el candidato Fulano es elegido Presidente de la República con un censo electoral inexacto y


poco fiable, el nuevo presidente no pone ningún problema, porque "las elecciones reflejaron la
voluntad popular". Pero si con ese mismo censo electoral el referendo que dicho presidente
propone resulta rechazado, entonces es una "situación intolerable que no permite conocer la
realidad de la votación". Claro, la misma situación ahora sí afecta negativamente sus intereses,
y mantenerla sería hacerle el juego a la politiquería.

Cuando en campaña todavía se tiene la esperanza de derrotar al otro candidato presidencial, no


se duda ni un instante en referirse a él como "el candidato paramilitar" y a los copartidarios que
se van a las filas de este último se les increpa con vehemencia, tildándolos de oportunistas,
traidores o vendidos.

Pero, oh sorpresa, cuando ya se perdieron las elecciones contra esa persona, el antiguo rival
partidario, que estaba totalmente en contra de los planteamientos políticos del ganador,
tampoco lo piensa dos veces para aceptar embajadas o representaciones internacionales bajo el
mando del antiguamente "candidato paraco". Si lo hace otro, es politiquería; si lo hago yo, es
"dejar de lado las diferencias para buscar el bien del país".

Por ejemplo si durante años las entidades de control han estado encabezadas por personas
pertenecientes a uno de los partidos tradicionales y al mismo tiempo su partido detenta las
mayorías en el Concejo de Bogotá, esa situación nada tenía de raro.

Si, como ahora, ocurre lo mismo pero con un sector político diferente, entonces salen los que
fueron desplazados de esa condición a decir que "la situación actual plantea serias inquietudes
acerca de la independencia de los organismos de control". Eso es politiquería, y si quisiéramos
hacer una lista detallada de todas sus expresiones, el trabajo sería muy largo. Hablar contra la
politiquería en Colombia es el ejercicio predilecto del hipócrita, del político que está listo a tirar
la primera piedra para señalar a otro político que hace exactamente las mismas cosas
reprobables que él. Claro, esa mano pronta a eliminar, se esconderá en la medida de lo posible
cuando los vaivenes políticos impongan la necesidad de una "alianza" con aquel a quien se
atacó. Lo que uno no acaba de entender es, ¿como existe politiquería en el país, cuando todos
los políticos luchan contra ella? La verdad es que luchan contra la politiquería ajena, porque la
propia nunca es vista como tal, y en ese orden de ideas, se está contra la politiquería del otro,
no por que esté mal, sino porque le quita espacio y oportunidades a la propia corrupción, bajo
la filosofía de que "si no me lo robo yo, alguien más se lo robará". Si todas las palabras contra
la politiquería que se han dicho en este país hubieran sido sinceras, la situación sería diferente.

Cuando la gente dice que no le interesa la política lo que quiere decir es que no le interesa la
politiquería, esa suerte de competencia pública de descalificaciones e insultos en la que caen
tarde o temprano la gran mayoría de los servidores públicos.

La verdadera Política es el Servicio Público, es una actividad en la que se hace más de lo que se
habla y cuando se habla es para producir un beneficio para el país, no para desprestigiar al
otro.

Aunque la democracia se fundamenta en el debate, éste puede ser sano y constructivo, ya que
el auténtico debate es un diálogo en el que se contraponen ideas y puntos de vista; se discute,
pero en el sentido más alto del término. Se puede discrepar y manifestar abiertamente esa
discrepancia, pero para ello no se necesita desprestigiar a la contraparte y menos cuando se lo
intenta usando falacias por todos detectables.
Política
 Alternancia (1)
 Comunistas (2)
 Democracia (48)
 Dictadura (7)
 Elecciones (2)
 Nacionalismo (1)
 Políticos (28)

La política es el arte de buscar problemas, encontrarlos, hacer un diagnóstico falso y aplicar


después los remedios equivocados.

Groucho Marx (1890-1977) Actor estadounidense.

El político se convierte en estadista cuando comienza a pensar en las próximas generaciones y


no en las próximas elecciones.

Winston Churchill (1874-1965) Político británico.

Para el que no tiene nada, la política es una tentación comprensible, porque es una manera de
vivir con bastante facilidad.

Miguel Delibes (1920-2010) Escritor español.

Cuanto más siniestros son los deseos de un político, más pomposa, en general, se vuelve la
nobleza de su lenguaje.
Aldous Huxley (1894-1963) Novelista, ensayista y poeta inglés.

La política es el arte de obtener el dinero de los ricos y el voto de los pobres con el pretexto de
proteger a los unos de los otros.

Anónimo

Los políticos son siempre lo mismo. Prometen construir un puente aunque no haya río.

Nikita Jrushchov (1894-1971) Político ruso.

Para los que no tenemos creencias, la democracia es nuestra religión.

Paul Auster (1947-?) Novelista y poeta estadounidense.

Cuando creíamos que teníamos todas las respuestas, de pronto, cambiaron todas las preguntas.

Mario Benedetti (1920-2009) Escritor y poeta uruguayo.

La política es un acto de equilibrio entre la gente que quiere entrar y aquellos que no quieren
salir.

Jacques Benigne Bossuet (1627-1704) Clérigo católico francés y escritor.

La diferencia entre una democracia y una dictadura consiste en que en la democracia puedes
votar antes de obedecer las órdenes.

Charles Bukowski (1920-1994) Escritor estadounidense.


Reflexiones con Respecto a las Elecciones o El Cristiano y la Política

1. La Teocracia y no la "Democracia" es la forma de gobierno ordenado


por Dios. ¡Dios debe ser quien gobierne la vida personal, familiar,
social y civil! El que participa de las elecciones confirma y apoya
en la casi totalidad de las opciones lo que Dios no ha aprobado.
2. "El dios de este siglo [Satanás] ha cegado el entendimiento de
los incrédulos, para que no les resplandezca la luz del Evangelio
..." (2 Cor. 4:4). Para el cristiano entonces la pregunta es: ¿Existe
la opción de poder votar por una persona incorruptible, de buen testimonio
y moralmente intachable? Al no haber tal opción automáticamente el
cristiano que vota apoya el reino del diablo y el nuevo orden mundial
anticristiano que está gestionándose ya a nivel mundial y a pasos
agigantados.
3. Por otro lado, el que ora por los políticos, "por todos los que
están en eminencia, para que vivamos quieta y reposadamente en toda
piedad y honestidad" (1. Tim. 2:2), participa activa- y positivamente
del gobierno de Dios.
4. No son los políticos individuales quienes hacen o manejan la política
sino los espíritus malvados que están por detrás de ellos (al no ser
cristianos renacidos y regenerados en cuyo caso debería gobernar el
Espíritu Santo). Quien vota por hombres no regenerados que no hacen
la voluntad de Dios automáticamente apoya al demonio.
5. El que vota por un determinado partido que no pone en práctica
la Palabra de Dios que tiene la respuesta a absolutamente todas las
necesidades humanas, sean estas personales, morales, sociales, económicas,
educacionales, culturales, etc., es ya una victima del Anticristo.
6. Quien vota por "el mal menor" también vota por el mal.
7. Alguien ha dicho: "Para que los malos prosperen solo hace falta
que los buenos no hagan nada". Comienza entonces a orar; escudriña
las Sagradas Escrituras y pídele a Dios que te ilumine y te guíe para
que toda tu vida, todos tus pensamientos y todos tus hechos estén
conformes a Su voluntad.
8."Nuestra ciudadanía está en los cielos" (Fil. 3:20) sin embargo
como hijos de Dios tenemos conforme a las enseñanzas de Jesucristo
la gran responsabilidad de ser la luz y la sal en este mundo de oscuridad.
Como individuo tengo la responsabilidad de vivir de manera santa, conforme
a lo
que la Biblia enseña, y permitir y predicar que Dios gobierne verdaderamente
todas las áreas de mi vida personal y familiar, de mi sociedad y de
mi país.
9. Medita en Deuteronomio 17:14-20 y en Romanos 13:1-14 y "haz lo
bueno".

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