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exploraba el ambiente que lo rodeaba. Después de mucho tiempo, desde que había
logrado tragarse una paloma mal herida que encontró a su alcance, iba de caza. Al llegar
triangular cabeza sobre los anillos que formó con su cuerpo. Algo nuevo estaba
- Quisiera averiguar que es lo que está sucediendo – dijo el hermoso ofidio – Hace
días que he escuchado ruidos extraños, es necesario estar alerta, algo está
ocurriendo.
La oscuridad de la noche era intensa pero podía ver claramente lo que ocurría en su
entorno. Tomó la decisión de deslizarse por aquel nuevo sendero, era desconocido a lo
desconocido, no sabía a donde iba; tenía que averiguar que estaba sucediendo.
Cautelosa se movió entre las precarias casas, por una ranura metió su triangular
cabeza y husmeó con cuidado, quedó asombrada con todo lo que vio. Antes que
amaneciera decidió abandonar el lugar. Era la presencia del hombre. No había tiempo
que perder, toda la familia tenia que informarse, tiempos difíciles se acercaban.
Cuando entró la noche, abandonó la guarida, había que dar la voz de alarma, toda la
familia debía enterarse del peligro que corría. La presencia del hombre dentro del mundo
animal significa devastación, en especial para las serpientes. Para el mundo de los ofidios
mismo vientre de la Selva y el fuego que arrasa con todo lo que encuentra a su paso,
destruye los cubiles y calcina cuanto se le presenta. Esta vez no se dejarían sorprender.
Recorrió el bosque en busca de sus familiares para dar aviso de lo que ocurría, no
demoró mucho en encontrar a Jilguero, con mucha cautela se acercó para no incomodar
- Hermana tengo malas noticias, – le dijo – anoche pude ver que nuestro apacible
Huajaycondor.
víboras para determinar la estrategia a seguir, la asamblea sería lo más pronto posible,
indicados para un feliz encuentro. Con suerte tal que a las dos de la madrugada todas las
en pleno bosque, desde luego, existía una caverna disimulada por los helechos que casi
obstruían la entrada, desde mucho tiempo atrás servía de guarida a Shushupe, una víbora
vieja entre las viejas. La anfitriona se acercaba a los cuatro metros y medio, de cuerpo
voluminoso, el solo mirarla infundía respeto y sabiendo que es una de las víboras más
mortíferas de la Selva con mayor razón. Era un magnífico ejemplar, los pronunciados
rombos negros de sus flancos hacían contraste con el color pardo amarillento de su
escamoso cuerpo; vigorosa, tenaz, no temía a ningún enemigo, pronta a enderezar los
colmillos con canal interno, como se sabe, si no son los más grandes, son los más
A su turno Huajaycondor, con voz firme relató lo que había logrado ver la noche
hombre. Creo que todas nosotras estamos de acuerdo en tratar de salvar nuestro
contemplaciones, desde ésta misma noche, cada una de nosotras aportará sus
virtudes guerreras para hacer que el hombre retroceda. ¡Para el hombre, nosotras
Las que aún no han sido convocadas deben ser informadas por cualquiera de
nosotras.
- Que entre las presentes alguien proponga un plan de campaña – pidió Coralillo.
Todas voltearon a verla, ella orgullosa lucía sus encendidos anillos tricolores, lo más
llamativo en ella eran sus ojos color celeste, motivo por el cual no podía desplazarse en el
día. El veneno de esta víbora es mortífero, dicen que quien tiene la desgracia de ser
mordido por Coralillo no dura más de una hora con vida. Su debilidad radica en que no
palabra y dijo:
culebra, nos ataca sin discriminación, por ello propongo que en esta guerra
participemos todos los ofidios. Si bien es cierto, que nuestras primas las culebras
no podrán matar al hombre por carecer del veneno que nosotras tenemos; pero si
pueden servir para acercarse a sus viviendas y escuchar que planes tienen. Se
de lucha que nadie pretenderá negar a nuestras primas. Insisto, en que en una
campaña como la que queremos emprender, las culebras serán de gran utilidad;
Ninguna de las asistentes dio opinión en contra. Entonces se dio por aceptado el
pedido de Jergona. Todas las culebras serían también convocadas para librar esta guerra
contra el hombre.
la casa del hombre, viera que ocurría y escucharía que planes tenía. Se tomó esta
decisión debido a que no se encontraba ninguna culebra en ésta asamblea de los ofidios.
Jergón Pudridora es ágil y rápida; pero no iguala a las culebras. Aceptó el encargo
ligereza por entre la hojarasca del bosque, enrumbó al campamento, sorteó tupidas
lianas, troncos caídos, inclinadas pendientes. Se detuvo al escuchar golpes de fierros,
ladridos de perro, sonidos que trascendían en contra de los ofidios, sin duda estaba muy
informe sobre los sucesos. La víbora irguió la cabeza, y mientras notaba que en el
horizonte la aurora anunciaba la llegada de un nuevo día, vio una sombra, alta y robusta,
que avanzaba hacia ella. Oyó el ruido de las pisadas, denunciaba al enemigo.
Rápida como el rayo se puso en guardia. Enrolló su cuerpo formando varios anillos y
sobre ellos puso la cabeza, mientras exploraba el ambiente con la puntiaguda lengua; si
Un enorme pie cayó al lado de Jergón Pudridora, con toda la violencia de un ataque
en el que ponía en juego su vida, lanzó la cabeza contra aquel pie y la recogió a la
posición anterior. El Hombre se detuvo, creyó sentir un golpe en las botas. Miró los
pastos; pero no vio nada en la tenue oscuridad que aun había y siguió adelante, esta vez
Jergón Pudridora, vio que las casas comenzaban a vivir. Órdenes, conversaciones,
risas escuchó con claridad, realmente era la vida diaria del hombre. No tenía la agilidad
de las culebras, para atreverse a ingresar al campamento. Escondida entre los pastos
De regreso al cubil Jergón Pudridora dio informe de los pocos detalles que logró
eliminarnos, me salvó la oscuridad. Ahora creo que Jergona tiene mucha razón en
pedir que en esta guerra tengamos presentes a nuestras primas las culebras.
Al día siguiente salieron en busca de sus primas, las culebras, se desplazaron por el
muchas lianas – sabía que por allí encontraría a Pajarera. No se había equivocado lo
encontró en la copa de los arbustos, en busca de nidos de los pajaritos, para devorarse
los huevos.
Pajarera que había puesto los ojos en unos polluelos de gallineta, guardó silencio.
Esta culebra se caracteriza por alimentarse de los huevos y polluelos de las aves que
consigue en los nidos, de allí deriva el nombre común con que se le conoce. Fue
- ¡Hola prima! ¿A qué se debe tu visita? – repuso desde la copa de los arbustos.
- Baja pronto, tenemos malas noticias, tenemos asamblea y debes llegar pronto.
no sesionamos juntas, ¿Por qué ahora debemos estar juntas? Ahora que me
disponía a hacer un buen banquete con un par de polluelos, me traes esta noticia
- Se trata de la presencia del hombre – repuso Jergón Pudridora – cuando este nos
primas a olvidar sus diferencias y luchar por una sola causa: hacer retroceder al hombre.
mensajera, era ágil y muy rápida, estaría en posibilidades de escurrirse entre la maleza si
Aceptó el encargo; pero esperaría la tarde del día siguiente para ir a ver al hombre.
Pajarera, es una culebra por lo general inofensiva al hombre, al encontrarse con él suele
follaje de los arbustos y lianas es difícil de descubrirla debido al color verde de su suave
piel; la mayor virtud que tiene es su gran habilidad para deslizarse por las ramas de los
árboles, si es necesario realiza saltos de rama en rama, se diría que es la reina de los
aires.
Pajarera llegó a su destino cuando la noche avanzaba. Se acercó con cautela, atisbó
desde la maleza, velaban todavía en el campamento. Una de las puertas estaba abierta
de par en par, por ella escapaba la tenue luz del mechero que alumbraba la habitación.
Para llegar hasta allí tenia que cruzar un espacio libre de maleza, avanzó con gran
Con sumo cuidado se acercó hasta la pared, observó con atención a todo lugar. No
había perro alguno. Se asomó al corredor, vio que la sombra de la mesa caía sobre la
entrada de la puerta, pensó que por allí podría entrar sin ser vista; pero esto no funcionó,
al llegar a la puerta pudo ver por entre las piernas de uno de los hombres, un perro negro
Desde donde se encontraba podía oír la conversación de los hombres, pero no veía
lo pillara, si esto ocurría no podría alcanzar los matorrales. Ojeó arriba, trepó por un palo
instaló en el espacio libre entre la calamina y el cargador del techo, extendiéndose sobre
el tirante, pese a sus precauciones tocó un clavo y este cayó al suelo, uno de los hombres
levantó los ojos. Pajarera creyó que no había sido descubierta, por ello se quedó inmóvil,
comida.
- ¿No será alguna culebra? Acertó a decir el hombre que llevaba puesto un gorro
rojo.
Parte de su cuerpo había quedado colgado, unos treinta centímetros se veían con la
- Es una Pajarera, dejémosla, servirá para que se coma a las ratas – repuso el
capataz.
Los hombres siguieron jugando a las cartas, la intrusa vio y oyó por buen tiempo.
abandonar su escondite. Volver al piso por el palo que había trepado era imposible, el
perro ya estaba afuera, la descubriría. Entonces decidió saltar desde donde estaba, tomó
impulso y se lanzó al vacío. Desgracia para ella cayó muy cerca del perro, no lo pensó
dos veces se lanzó al escape, lo salvó una de sus mayores cualidades, la velocidad de su
carrera. Fue perseguida por el perro, corrió con todas sus fuerzas, logró meterse entre la
maleza y enrumbó al bosque. El miedo a morir lo hicieron correr más que nunca, después
plácidamente.
Víboras y culebras esperaban el informe, sino el pleno, la mayoría estaba presente.
Pajarera repuesta de la fatiga que le había causado llegar hasta allí tomó la palabra y
explicó:
preparado para todas nosotras. Algo terrible se acerca para nosotras, nuestro
territorio será limpiado y quemado, escuché que pondrán nuevas siembras, dicen
que la tierra es buena para sembrar y que producirá mucho. Para cumplir con
estas tareas he visto que tienen unas máquinas muy grandes y lo peor que he
crucemos al otro lado del río, allí estaremos a salvo, ninguna de nosotras morirá
por los machetazos o por los varazos, con los que suelen triturarnos cuando nos
cogen. Digo esto por mis primas, con decirle que fui vista por el hombre; pero
descubrió que no era peligro para él, me dejaron donde estaba, esto no ocurrirá
con las venenosas. Estoy segura que los perseguirá hasta darles muerte.
me iré de este lugar, tengo una guarida que me protege por muchos años y
encuentro comida sin hacer mayor esfuerzo. Así que conmigo no cuente para una
no podrán sacarnos de nuestro territorio. Con mi veneno podré matar a todo aquel
blanquísimos colmillos.
- ¡Ten cuidado! – le dijo Pajarera – El hombre está en constante alerta, como les
sobre la nefasta presencia del hombre, y a convencer a las que faltaban, a mayor número
encargada de llevar la voz de alerta a los árboles, reino preferido de las devoradoras de
Shushupe, se alejaron en distintas direcciones, desconocidas ya las unas para las otras,
todas volvían a sus territorios. Shushupe se quedó sola en el fondo de la caverna,
enrollada e inmóvil en su mente imaginaba ver a muchos hombres caer bajo el efecto de
su poderoso veneno.
- Bastará una sola mordida para que el hombre caiga muerto – murmuraba
presentarse fue un perro de color negro, peludo, orejas grandes, confiado en demasía. Al
ver a Jergona se acercó, empezó a dar ladridos saltando frente a la víbora. La víbora se
enrolló al pie de la mantada que servía de pared, colocó la cabeza sobre el par de anillos
que formó con su escamoso cuerpo y esperó. El perro ladró y ladró, pero nadie apareció.
Se acercó demasiado, Jergona con velocísimo movimiento lanzó su ataque, los colmillos
se clavaron en la nariz del perro, que al sentir los pinchazos retrocedió de inmediato y se
alejó dando alaridos. Esta vez el fino olfato del perro no sirvió para anticiparle el peligro.
Con mucha cautela recorrió todo el perímetro de las habitaciones. No pudo divisar a
ningún hombre.
Jergona.
El perro entre tanto empezó a sentir los primeros estragos del letal veneno, sintió
que le faltaba el aire, le dolía el hocico, poco a poco el veneno surtió efecto, empezó a dar
gritos de dolor, simultáneamente arrojaba espesa espuma por la boca, al fin murió, nadie
explicó su hazaña:
- ¿Cómo es eso que no estuvo nadie pero mataste a uno? ¡No puedo entenderte!
- Fue un perro que se presentó cuando ya estaba en la casa, daba muchos ladridos
como avisando que yo estaba allí, el mejor remedio fue callarlo – repuso Jergona.
todas. El cubil de Shushupe estaba repleto de víboras y culebras, esta vez dejaron de
Una de las más pequeñas, Ratonera cuyo color verde olivo oscuro contrasta con el
crema opaco de su vientre y con los diseños irregulares de sus costados pidió el turno
gigante, su solo tamaño hará que el hombre se asuste y se vaya. Entonces pido
Arcoiris que también tenía gran tamaño, medía cerca de cinco metros, comentó:
buscarla – A ella es difícil encontrarla, sabemos que su sitio favorito son las
charcas o los ríos, ¿Quien de nosotras tiene tanta facilidad para estar en el agua
como ella?
hombre, todas las víboras proponían atacar al hombre en la menor oportunidad que se les
presentara. Las culebras en esta estrategia no podrían contribuir en nada, debido a que
no poseen mortal veneno, lo único que harían sería asustar al hombre y correr el riesgo
de ser atacadas y muertas a machetazos, ellas lo sabían bien. Las víboras corrían el
mordisco mortal.
de uno en uno, mientras ello ocurriera el hombre avanzaría con sus planes y el peligro
amarillento y con la línea amarillenta de círculos irregulares que recorre cada uno de sus
costados, es arborícola; otra de sus características es que puede desplazarse con gran
facilidad en la noche. Ésta víbora se ofreció ser la siguiente en provocar la muerte del
hombre.
- El trabajo que ha hecho Jergona me parece muy bueno – dijo Loro Machaco –
Eso permitirá que me acerque a la casa sin tener que preocuparme de ser
desarrollado olfato percibe peligros que el hombre no logra descifrarlos hasta que estos
suceden. A continuación la asamblea entró en desorden, cada quien hablaba con la que
noche siguiente.
esta dupla.
Convinieron en actuar juntas. Habían logrado superar las diferencias entre ellas, era
Más unidas que nunca, enrumbaron en busca del hombre. Pajarera que ya conocía
el camino y sus cualidades de gran deslizadora hacían que a cada rato se alejara de Loro
- ¡Prima!, tienes que entender, yo para los casos de desplazarme soy muy lenta,
del camino.
Pajarera por mucha voluntad que ponía en controlar su velocidad no podía, de
trecho en trecho se detenía a esperar a la víbora. Llegaron por fin al campamento. Todo
estaba en silencio. Loro Machaco que podía ver con toda facilidad debido a la oscuridad,
- Tú, por estar acostumbrada a vivir en la copa de los árboles no tendrás problemas
La llegada del nuevo día estaba próxima, todo tendría que ser antes que llegara la
luz. Pajarera trepó al techo de la casa escogida para el ataque. Loro Machaco se fue a
posesionar junto a la puerta de la habitación. El nuevo día cada vez se acercaba más.
Los hombres del campo estilan levantarse muy temprano, eso sino lo hacen en la
madrugada. Como de costumbre, el hombre que siempre usaba el gorro rojo debido a que
no tenía cabello fue el primero en despertar, llamó por sus nombres a los demás y les
Mientras tanto, Loro Machaco se dispuso a cumplir con el plan. Enrolló su cuerpo
formando tres anillos, orientó la cabeza a la salida exacta de la puerta. Se mantuvo alerta
nerviosa, alguien se acercaba. El crujir de la puerta – que era una hoja de calamina –
anunciaba que el plan se cumpliría. El hombre ignorante del peligro abrió la puerta, dio el
primer paso hacia afuera, el descubierto pie quedó a merced de Loro Machaco. Con
movimiento rapidísimo la víbora lanzó su cabeza contra el objetivo, desenfundó los cuatro
blanquísimos colmillos y los clavó un poco más arriba del tobillo derecho, segregó la
mayor cantidad posible de veneno que pudo, sacó los colmillos y emprendió la retirada.
- ¡Ay mi canilla!, ¡me mordió una víbora! – Anunció el hombre lleno de
Los demás hombres llenos de pánico se arremolinaron alrededor del hombre que
había sido mordido, algunos de ellos ya estaban listos con los relucientes machetes.
- Con el susto que me pegué, no logré darme cuenta. Era de color verde, estaba
- ¡Búsquenlo!, debe estar por allí escondida. – Ordenó el hombre que lucía el gorro
Pajarera desde su escondite en el techo, veía lo que ocurría. Los hombres estaban muy
- ¡Me voy a morir! ¿Con quién se quedarán mis hijos? – decía el hombre dando
- Este es un suero antiofídico, controlará el efecto del veneno – decía el hombre del
hinchar a la vez que se le ponía de un color violáceo azulino, de las incisiones de los
Loro Machaco que esta vez tuvo suerte, fue a esconderse bajo la protección de un
viejo tronco cubierto por grandes hongos, buscó refugio y se quedó tranquila en espera de
Pajarera. Se dice que las víboras después de morder y segregar veneno buscan la
El día avanzó, por fin entró la noche. Pajarera que había pasado escondida todo el
día, abandonó su lugar, por la parte posterior de la casa y enrumbó al monte. Se dirigió al
lugar convenido para el encuentro, se acercó con cuidado, Loro M achaco debía estar en
alerta, es característica de las víboras quedar muy sensibles después que hacen un
ataque, cualquier ruido podría irritarla. La encontró amontonada, parte de los anillos de su
escamoso cuerpo se veía bajo los hongos y pequeños pastos que ocultaban a la víbora.
Le dio un pequeño silbido, una, dos, tres veces, Loro Machaco no respondía. Pajarera se
despertarla.
asamblea.
y seguro que no resistió. A esta hora ya debe estar muerto. Si eso logramos hacer
hora esta vivo, es verdad que está mal, pero no en peligro de muerte.
confundida.
de Shushupe. Tenían que dar informe en la asamblea, que en poco tiempo se reiniciaría.
- ¡Otra vez no veo a Yacumama! – gritó Shushupe. Hasta cuando la tenemos que
ansiosas el informe de la operación que habían realizado Loro Machaco y Pajarera. Loro
darnos muerte a todas. Espero que este sueño no sea de mal presagio.
Todas las asistentes volvieron la vista hacia donde estaba Pajarera, la miraron
asombradas, no era posible lo que oían, todas conocían lo letal del veneno de Loro
Machaco.
- El hombre tiene algo que neutraliza el veneno de las víboras, vi que uno de ellos
víboras, lo introdujo en el brazo del que fue mordido, este proceso le repitió por
la cazadora.
noticia las había desconcertado. Los planes que cada una había llevado para esta
Cerrada la asamblea, cada una volvió al bosque. Tendrían que seguir ideando planes, la
gran corpulencia que tenía fue la que se ofreció en ejecutar un nuevo plan. Se dice de
esta víbora que es una de las más peligrosas que existen en la Selva. Es muy temida por
el hombre, debido a que suele atacarlo a traición, no tiene escrúpulos para enfrentarlo,
muchas veces ha corrido tras él si este emprende la huida. El hombre prefiere enfrentarse
desde mucho tiempo atrás, allí nació, creció y vio pasar gran parte de sus años, heredó el
cubil debido a que su madre un día salió de caza y nunca más regresó. Lentamente se
desplazó entre el bosque. Deslizábase entre la hojarasca reseca por los efectos del
verano, hacía muchos días que el bosque no saboreaba la fresca lluvia, de trecho en
maquinaba el plan que ejecutaría, de todas las mordeduras que había hecho ninguna de
sus victimas había logrado salvarse, fuese chica o grande, recordaba haber matado a un
se acercó, observó el ambiente, encontró rastros del destrozo que causa el hombre en las
actividades que realiza cada día, sacó conclusiones, estaba segura que no había pocos
hombres, presentarse ante todos ellos sería su fin. ¿Estaría todos juntos? ¿Alguien no se
alejaría? Sabía que el campamento estaba lejos, era una ventaja que debía aprovecharla,
era la oportunidad para demostrar a las demás por qué había sido designada Jefe de la
especie.
los árboles, a esta altura del año ya no tenían el hermoso follaje que los acompaña
unos veinticinco centímetros de alto, su triangular cabeza donde se notaban dos ojillos
cada cierto tiempo tomaba conocimiento del ambiente. Las serpientes usan su lengua
para tener conocimiento del medio que los rodea, gracias a ella pueden ubicar a sus
presas, las vibraciones de calor que emiten los animales en movimiento son captadas por
ruidos muy cerca de donde estaba. Desprevenido e ignorante del peligro que lo asechaba,
un cutpe buscaba frutos para alimentarse, salto tras salto se fue acercando. Shushupe al
verlo no dudo en darle pronta caza, el motivo de las asambleas continuas no le había
permitido probar alimento desde varios días atrás, se alistó, con la lengua a cada instante
a sus musculosos anillos, se lanzó sobre el roedor y le dio una certera mordida. Volvió a
de la presa, dejan que el veneno haga su trabajo, desde prudente distancia lo siguen,
para no perder el calor que emite el animal, en cuanto el veneno cumple su efecto se
acercan, con toda tranquilidad y confianza que brinda la espesura del bosque engullen
lentamente a la presa. Engulló su presa, ahora estaba pesada para lanzar un ataque, a su
motosierras, hachas y machetes lo hicieron recordar que había ido en busca del hombre.
Los planes cambiaron, ahora no atacaría desde su escondite. Se acercaría al hombre que
estuviera más lejano del grupo con menos posibilidades de defenderse y de poder
atacarla. Escondiéndose entre la maleza y con mucha cautela rondo las zonas de trabajo
árbol se explora el ambiente, para tener idea por donde escapar en caso de cualquier
que ya se había acercado, creyó que este era el momento propicio para atacar, al notar
que el hombre se acercaba se quedó inmóvil, no había logrado enrollar su cuerpo, estaba
musculoso cuerpo para lanzar el ataque, en ese preciso momento el hombre bajo la vista
y descubrió a la víbora.
carrera.
persecuciones muy largas al hombre dando saltos hasta de cinco metros, que suele
tender emboscadas para atacar al hombre o para cazar sus presas. El hombre teme
despavorido hombre que huía dando gritos de auxilio. Cada vez lo tenía más cerca; pero
oía gritos de los demás hombres, pronto llegarían a apoyar a su compañero. Decidió
hacer uso de sus cualidades de saltadora. Tomó impulso, voló por los aires, el peso de la
presa que había ingerido no le permitió alcanzar la distancia habitual; pero saltó lo
necesario para dar alcance al hombre. Clavó sus cavernosos colmillos en la nalga
seguía corriendo.
Esta vez Shushupe fue sensata, no persiguió más al hombre para seguir atacándolo,
por lo general suele morder varias veces a su victima. Sabedora, que pronto llegarían los
demás hombres en apoyo a su compañero inició la retirada. Deslizose por entre la maleza
– Ordenó a la culebra.
Llegó muy de prisa, justo pudo ver lo que ocurrió. La mensajera, muy de prisa
Victoriosa llegó a su cubil, se fue hasta el rincón más alejado, tenía tiempo para
descansar hasta la hora del reinicio de la asamblea. Tenía motivos sobrados para dirigirse
lugar de concentración para la asamblea. ¿Qué propuestas llevaría cada una de ellas?
Dormilona, una de las culebras más pequeñas, orgullosa lucia su diminuto cuerpo
tricolor en el dorso con sus anillos blancos, marrones y negros contrastaba con su
delgado vientre bicolor, negro y blanco; no había tenido tiempo de pensar en planes,
después de todo a ella le interesaba poco hacer aquella guerra. Escucho a sus mayores
que muchas veces habían estado en manos del hombre sin ser agredidas. Cierta vez una
lentamente salí de mi escondrijo y me presenté a los ojos del hombre, al verme no tuvo
ningún temor, siguió saboreando los jugosos frutos. Pasado un tiempo, se incorporó,
se dirigió a donde estaba, estiró su enorme mano me cogió por la cola y me suspendió,
brazo, mi pequeño cuerpo solo alcanzaba para darme dos vueltas. Despacito soltó mi
cabeza, en mi vientre sentía la piel caliente de aquel robusto brazo, sus miradas se
deslizaban sobre mi piel al parecer le encantaba el color que tenemos. Tanto él como
yo estimamos que no había ningún peligro por ello ambos nos mantuvimos tranquilos.
- ¡Cómo es posible que hagas esto! – le decía – ¿No sabes que las culebras son
- Estas son culebras y no poseen veneno – replicó el hombre – Las peligrosas son
las víboras.
observaban. El hombre que era su padre los invitaba a que me tocaran, cuando ellas
Pajarera que tenía la misión especial de vigilar los movimientos del hombre, se había
Quiero decirles: ¡Si es posible hacer retroceder al hombre! – dijo triunfante – Mordí a uno
de ellos y no soportó mi veneno. ¡Está muerto! Que Pajarera me deje mentir en todo caso.
demoró mucho en morir, fue envuelto en una frazada y colocado junto con los troncos
que se llevan, no sé a donde lo llevaron; pero que murió de eso estoy muy segura.
En su expedición Shushupe había visto los destrozos que el hombre causa en el bosque
lugar que era su territorio, Si ello ocurría se vería en peligro, ella sola contra todos los
Pidió opiniones para ejecutar el plan. Ella tenía su propio plan, pero prefirió callar. Ese
triades que permitían ver sus 87 anillos, después de muchas asambleas pidió la palabra y
dijo.
nos acercamos a donde están podremos dar muerte a muchos de ellos, sino a todos.
autoridad sobre las demás, hábilmente manejaba la asamblea para aparentar ser
desconfianza explicó que durante su expedición había visto al hombre siempre armado
con machetes.
- Pajarera me ha contado, que durante el tiempo que el hombre esta en la casa no esta
con los machetes en la mano. Incluso cuando estos se reúnen a comer están todos
uno solo vivo. Cada una de nosotras podrá dar varios mordiscos sin darle lugar a
mostraban su desacuerdo en voz baja. Percatada del caso Shushupe les reclamó:
- ¿Qué es lo que comentan entre ustedes, por qué no lo dicen a toda la asamblea?
casa del hombre sería entregarnos a una muerte segura, las casas se encuentran en
lugar libre de montes que son nuestros aliados, si lográramos atacar como tú dices y
quisiéramos ponernos a salvo no alcanzaríamos los montes porque estos están lejos.
podremos morder al hombre por sobre de la canilla, las botas que usa lo protegerán de
- Nosotras las culebras que podríamos hacer, si no tenemos el veneno que poseen
Shushupe al darse cuenta que su plan no funcionaba como lo había esperado aprovechó
- Es verdad prima, que no tienen veneno, pero de todos modos son muy útiles. Por
como nuestros enemigos caen muertos. Todas nosotras estaremos presentes cada
cual pondrá en juego su vida. Las culebras su habilidad para burlar los ataques del
para que las glándulas estén repletas de veneno. ¡La victoria será nuestra!
porque las víboras estaban atacando con frecuencia a los hombres. En los últimos días no
Producto de sus correrías cerca al campamento había logrado tragar una zarigüeya.
Sabido es que las serpientes no consumen alimento a diario incluso pasan semanas sin
probar bocado alguno. Tan pronto como engullen una presa de gran tamaño buscan
refugio para quedarse tranquilas y empezar a digerir su alimento. Al pie de una planta de
hungurawe – palmera silvestre típica de Selva – las hojas que habían caído formaron un
Apareció Venus en el despejado oriente, indicaba que se acercaba un nuevo día. Había
llegado el día para realizar la hazaña de hacer retroceder al hombre. Así lo pensaban las
serpientes.
Shushupe en un alarde de supremacía retorció su voluminoso cuerpo, abrió las
mandíbulas dejó ver sus poderosos cuatro blanquísimos colmillos, todas se asustaron,
pensaron que habría un ataque a alguien; esto no podía ocurrir. Al iniciarse las
alianza entre culebras y víboras tenía que continuar, el plan final estaba muy cerca.
Arcoiris, que también tenía gran tamaño no tuvo temor y enfrentó a la víbora diciéndole:
- ¡Shushupe! ¿Qué pretendes demostrar con eso? Se te ha olvidado que la fuerza que tú
has demostrado nosotras las culebras también la tenemos y talvez mucha más, solo
nos falta los colmillos y el veneno que ha ustedes les dio la naturaleza.
Para afirmar lo que decía, realizó una fuerte contorsión de su musculoso cuerpo. Solo que
no pudo exhibir los colmillos porque no los tenía. Sólo se le vio los blanquísimos dientes
Tomó impulso para ir contra Arcoiris, la culebra también había montado guardia tenía
levantada la cabeza unos setenta centímetros por encima del suelo, se le notaba
claramente el vientre rosáceo claro que hacia contraste con el color olivo oscuro y las
- ¡Un momento! Se escuchó una débil voz que salía del rincón más alejado de la
has propuesto y nos sales con esto, tampoco estoy de acuerdo con tu plan; pero los
acompañaré porque quiero ver cuando el hombre los extermine a ustedes las víboras,
Era pequeñísima con relación a quien se enfrentaba pero habló con mucha firmeza.
Shushupe, se abrió paso entre las demás y se dirigió directamente a donde estaba
vas? – le dijo.
Las condiciones del ambiente se habían puesto muy tensas, parecía inevitable un
- ¡Está bien! – silbó Shushupe – Respeto esta asamblea, pero exijo que se me respete y
- ¡Estamos dando un pésimo ejemplo! ¡Decidamos de una vez lo que debemos hacer!
- Compañeras, de lo que hoy hagamos depende nuestro futuro, peleemos con todas
nuestras habilidades y destrezas, que nadie huya antes de exterminar al hombre. Sólo
panorama, el nuevo día anunciaba su llegada, las aves muy temprano empezaban a
desplazamientos del hombre, era cierto, no estaba machete en mano como normalmente
distintas direcciones. Las víboras habían ejercitado las mandíbulas, las glándulas
venenosas estaban repletas. Las culebras por su parte habían ejercitado sus movimientos
zigzagueantes en previsión que fueran a ser atacadas por las varas que usaba el hombre.
hombres, todo iba bien, faltaba muy poco para abordar el corredor; pero ...
Muchacho era el perro que había sido llevado en los últimos días. Inicialmente ladraba
la cocina y desde allí continuó ladrando asustado, con el rabo entre las piernas, presentía
el peligro.
veían.
varas.
Las primeras víboras habían ganado el corredor de las habitaciones. Los hombres
enfrentamientos. Las víboras lanzaban sus ataques de manera velocísima, los hombres
para esquivar las mordidas daban saltos por encima de las víboras mientras repartían
machetazos, otros repartían varazos en todas direcciones. Las culebras por su parte se
confundían entre hombres y víboras, iban de aquí para allá y de allí para acá. Los
hombres gritaban desconcertados para avisarse de una mordida que podían anticipar. La
Algunas víboras quedaban maltrechas de los varazos que les caía, pero tenían que seguir
los machetazos algunas habían perdido la cola o parte del cuerpo. Una de las primeras en
quedar herida de muerte fue una del grupo de las Jergón pudridora, con la cabeza
corazón daba sus últimos latidos, el cuerpo se enfriaba para siempre. Enseguida fueron
cayendo otras víboras y también las culebras: jilgueros, ratoneras, pajareras, jergonas,
etc.
Shushupe se lanzó al ataque contra uno de los hombres que tenía una vara corta, lo
sorprendió por el costado derecho, logró clavar los finos colmillos sobre la rodilla, vació el
veneno de sus glándulas. El hombre se vio sorprendido, en lugar de atacar a Shushupe
cortadas, había varias muertas entre víboras y culebras, los cuerpos regados por el patio
así lo delataban, la contienda era favorable para el hombre. Arcoiris hacía el ademán de
atacar y retrocedía, buscaba un nuevo frente de ataque y repetía el juego, ese era el
trabajo que se les había encomendado a las culebras, pero algunas se descuidaron y
naturaleza.
- No ataquen a las culebras – se oyó una voz, era Sebastián – cuídense de las víboras,
Uno de los hombres, había entablado lucha aparte con Arcoiris, estaba empeñado en
darle muerte; pero la culebra con movimientos ágiles, a pesar de su voluminoso cuerpo
lograba eludir los machetazos, y en cada arremetida también hacía retroceder al hombre,
- ¡Chapulín! – gritó otro de los combatientes humanos – ¡Déjala esa es una boa!
El hombre ahorró tiempo al dejar de pelear con Arcoiris, se abocó en dar muerte a las
víboras. Los cadáveres serpentarios quedaban regados por todo el campo de batalla,
Shushupe se percató que sus huestes eran mermadas sin control. Incluso ella había
logrado morder a un solo hombre, desconocía si las demás habían logrado su cometido.
Atropellándose, pasándose las unas sobre las otras, se lanzaron a ganar el bosque.
Después de recorrer un buen trecho del bosque, sin control o mando alguno calmaron la
- ¡Un instante! – gritó Jilguero – Veamos cuántas somos, y qué podemos hacer.
Examinaron sus fuerzas. Entre víboras y culebras quedaron treinta y cuatro serpientes.
Entre las muertas habían quedado partidas en dos por el machete muchas loro machacos
debido a que no tienen buena visión en la claridad del día, con el cráneo roto por los
varazos quedaron muchas jergón pudridoras, faltaban también muchas jilgueros, además,
de coralillos, pajareras, ratoneras, etc. Las que estaban vivas, sin excepción de una sola,
todas tenían magulladuras como consecuencia de los varazos, algunas tenía pequeños
cortes de machete por los que manaba sangre que escurría entre las escamas rotas.
toda velocidad.
Las fugitivas se detuvieron antes de ingresar a la caverna. ¿Qué faltaba tratar ahora? ¿Un
antivenenoso al hombre que había sido mordido. La presión se le bajó, empezaba a entrar
tiempo atrás con su otro compañero. El contraveneno empezó a surtir efecto, el afectado
empezó a estabilizarse, claro que sentía dolor donde había recibido los cuatro pinchazos,
también se le había inflamado un poco pero ya sentía que podía respirar con mayor
facilidad.
Todos comentaban este anormal episodio, muchas eran las preguntas y curiosidades que
surgían, ninguno de ellos había escuchado episodio parecido. Uno de los hombres
los hombres hubiera sido mucho mayor, debido a que hubieran sido sorprendidos y no
hubieran tenido lugar a coger las varas y machetes. Enseguida enterraron a sus victimas
para evitar que las moscas que hay en la Selva diseminaran alguna enfermedad al
- ¡He aquí el resultado del fabuloso plan de Shushupe! – dijo amargamente Dormilona –
- Veo que estas muy bien acompañada – repuso Yacumama – mirando disimuladamente
a Dormilona.
ya sea terrestre o acuático, no se libran las aves a las que los atrae desde el suelo con su
potente energía.
curiosidad.
Dormilona que era muy suelta de lengua y muy liberal con las amistades se mostraba con
disposición a relatar el suceso que acababa de ocurrir. Frotó su fina cabeza contra el
tronco de un árbol de pamake, sus setenta y cinco centímetros no significaban nada ante
dirigiéndose a Dormilona – Vayamos a la asamblea para ver que hace ahora la altiva
sorprendió al ver que cada cual cavilaba en lo que había ocurrido y no estaban en
asamblea.
asomó la temida víbora, pese a las magulladuras y dolores que sentía lo hizo con altivez
para demostrar que seguía al frente del gremio, con rapidez tomó el lugar presidencial y
respondió:
- ¡Aquí estoy! ¿Cuál es el motivo de tu preocupación?
Shushupe no soportó que la más diminuta de todas las asistentes la enfrentara en tal
manera. Muy ofuscada abandonó el habitual lugar que ocupaba y directamente fue a
Con la intención de exterminar a su insignificante rival se abrió paso entre las asistentes,
a la enfurecida víbora. Parecía que el final de Dormilona había llegado. Shushupe llegó a
A pesar de la tensión generada por el altercado que se iniciaba, todas se vieron forzadas
a volver la mirada a la entrada del cubil ya que entre los helechos una cabeza de grandes
ojos vivos asomaba entre ellos, mientras que exploraba el ambiente con ligeros
lengüetazos.
- ¿Qué quieres aquí, cuándo ya nadie te necesita? – gritó Shushupe con profunda
irritación.
Yacumama avanzó con seguridad y decisión, arrastrando sus ocho metros y medio de
voluminoso y musculoso cuerpo, oscuro y elástico. Pasó entre todas, fue a enrollarse
junto a Arcoiris con quien cruzó una mirada de inteligencia. Con leve tono de satisfacción,
interrogó a Shushupe:
- ¿Te incomodo?
- ¡No, de ninguna manera! – fingió la víbora – Son las glándulas de veneno que me
incomodaban para nada eran Arcoiris y Dormilona que se sentían a gusto junto a
Yacumama. Esta boa es la reina de todas las serpientes de América, sino de todo el
mundo. Las demás culebras y víboras conocen de su extraordinaria fuerza, no hay animal
Una a otra se miraban fijamente, ninguna bajaba la vista, ambas exploraban el ambiente
con su voluminoso cuerpo, la cabeza la elevaban unos setenta centímetros por sobre el
- Acabo de disolver la asamblea – repuso la maligna víbora. – Ahora ya no eres útil para
participar de nuestra justa guerra contra el hombre, así que puedes marcharte...
- ¿De qué justa guerra hablas? ¿Acaso se te ha olvidado que ustedes las repudiables
todas las demás víboras. Todas estaban incomodas por lo que acaban de oír; pero
ninguna quiso demostrarlo ante la reina de las boas, algunas disimularon recorriendo con
vagas miradas el ambiente que los rodeaba. Loro machaco que estaba al lado de
Shushupe recorría la vista por encima de ambos cuerpos escamosos, era notorio la
diferencia de tamaños; pero aun así se inclinaba por la venenosa, confiada en su
poderoso veneno.
quiero aclarar ante las asistentes las barbaridades que haz venido cometiendo.
- Has dicho ¿Qué fuiste invitada a esta asamblea? – interrogó la muy enfurecida
Shushupe
humanas, encontramos a esta hermosa prima hermana mía – con una delicada mirada
buscarla y darle aviso para que asistiera a este cónclave, no he hecho más que cumplir
su mandato. Para suerte mía esta vez no he tenido que ir por cochas y ríos para
ubicarla, me alegro que ahora este junto con nosotras – intervino Arcoiris.
vez que cae en sus anillos. Así mismo es capaz de destrabar sus potentes mandíbulas
para tragarse entero a un cocodrilo sin importar las poderosas escamas con las que cubre
su abultado cuerpo. Gracias a que sus intestinos segregan potentes sustancias capaces
de descomponer los más duros esqueletos óseos no tiene reparo en engullirlos enteros.
Yacumama por muy grande que sea es demasiado fuerte para odiar, esta conciencia de
su valor le hace conservar siempre buena amistad con el hombre. Si a alguien detesta,
traga sin importarle el veneno que posee; de aquí la conmoción de las víboras ante la
- Me necesiten o no, déjame esclarecer el motivo porque estoy aquí – cortó a Shushupe
y continuó – Desde hace mucho tiempo atrás, cuando era pequeña he escuchado a
mis ancestros contar las atrocidades que comenten ustedes las víboras en contra de
los hombres. Si bien es cierto que cumplimos una maldición divina: la de arrastrarnos
sobre nuestros pechos y estar en constante pelea con el hombre no es justo que hagan
hombre, hemos llegado a entendernos, muchas hermanas a esta hora están en poder
de él, los alimentan con huevos de aves o con trozos de carne. Otras son llevadas de
pueblo en pueblo para enseñar a los demás de las bondades curativas que tenemos
con nuestra grasa, o lo importante que es nuestra hermosa piel para ayudar al hombre
a soldar las fracturas que sufre en sus huesos, o el fino aceite de nuestra grasa para
La familia tiene noticias que una hermana mía fue criada y llevada a una escuela para
ser presentada ante los niños que muy entusiasmados, sonrientes y sorprendidos ante
su tamaño, acariciaron su aterciopelada piel sin tener temor alguno. Estos niños
aprendieron que nosotras las constrictoras no somos una amenaza para el hombre y
vivir cortaron su brazo y así vivió hasta que murió, tú no sabes cuanta maldición a
colores que allí hay, entonces, vi llegar a un grupo de hombres a refrescarse en el río,
como no tenemos guerra contra ellos tuve que retirarme sin que se percataran de mi
presencia. Estuve escondida entre unas piedras y muy cerca de ellos lo que me
dirigiéndose a Shushupe.
había hecho sentir tan culpable como ahora. Veía como las culebras todas apoyaban a la
boa, entre las víboras había desconcierto, no sabían si apoyar a la que fuera su
Yacumama sintió un leve roce en su cuerpo, era la diminuta Dormilona que se le había
acercado, se encontraba entre Arcoiris y Yacumama, parecía un hilo entre las dos
gigantes.
- Ya ves como esta belleza te ha cantado todas las verdades y te ha hecho saber lo
perversa que eres – dijo con una sonrisa de autosuficiencia dirigiéndose a Shushupe.
Era evidente que desde el primer momento entre Dormilona y Shushupe habíanse
tipo superior para la culebra, esta última, a fuerza de ingenio provocaba el odio y rencor
en la víbora. De modo que se acentuaba la rivalidad existente entre serpientes venenosas
y no venenosas.
Dormilona era la más diminuta de todas las asistentes; pero era la que más discordia
había engendrado entre víboras y culebras, para suerte de ella cada vez era protegida por
las más voluminosas. Shushupe, era la que más había sido provocada por esta culebra,
por ello siempre la miraba con rencor, malicia y rabia, esperaba el momento propicio para
vengarse.
- Sí, es un mal bicho, para no tener en cuenta – murmuró Yacumama, mientras recorría
con mirada firme el ambiente – ¡Y las llevó a hacerse masacrar a todas juntas! ¡Vean
- ¡Un momento! – gritó Shushupe, cuyos ojos brillaban llenos de rabia – Ustedes ignoran
el peligro que se acerca para nosotras, pero yo sé con certeza, que dentro de muy
corto tiempo no quedará lugar alguno donde cobijarnos. He tratado de salvarlos, pero
apañadoras la protegen.
- ¡Sí! En especial tú y esa grandota que cree que por su tamaño voy a tener miedo y la
voy a respetar.
Shushupe, que había decidido hacerse respetar por la fuerza había tomado posesión
ofensiva contra Yacumama y Arcoiris. Por encima del cuerpo que formaba cinco
hacia sus virtuales oponentes. Reinó un silencio profundo en el ambiente, las tensiones
habían llegado a su punto más elevado. Era inevitable el desenlace de una contienda
reptilesca.
táctica favorita – se abalanzó sobre Yacumama con las mandíbulas destrabadas dejando
ver sus ahuecados colmillos, que parecían agujas hipodérmicas fue ha hundirlos hasta la
con un potente abrazo, lanzó su cuerpo contra Shushupe y envolvió a la víbora, que en un
instante se sintió ahogada. Con su musculoso cuerpo formó una hilera de anillos como si
fuera un espiral alrededor del cuerpo de Shushupe; la boa, concentrando todo su valor y
fuerza en aquel abrazo, cerraba progresivamente sus anillos de acero; pero la víbora no
soltaba presa.
Yacumama por un instante sintió crujir los huesos de su cuello entre los colmillos de la
víbora. Shushupe seguía prendida del musculoso cuello de la culebra, confiada esperaba
que su letal veneno empezara ha hacer efecto en la boa, daba ajustones a sus
hacer un supremo esfuerzo, saco fuerza de flaqueza para salvar su vida, estiró su cuerpo,
los anillos se estiraron. Ambas contrincantes torcidas una con otra rodaban por el mohoso
suelo: la una segura de su mortal veneno y la otra segura de su mortal abrazo seguían en
singular combate. Yacumama dio una fuerte contorsión a su cuerpo que hizo sonar los
La constrictora segura del terrible abrazo con que había logrado inmovilizar a su rival y
teniendo libre la cabeza decidió dar el golpe de gracia. Su boca fue subiendo a lo largo de
la parte superior del cuerpo de la víbora. Los 96 agudos dientes de Yacumama cada vez
avanzaban a la cabeza de Shushupe, llegaron al cuello hasta que se clavaron por fin en la
El combate estaba concluido. La boa aflojó los anillos del cuerpo de su oponente.
Shushupe daba leves serpenteos, los movimientos eran descontrolados, el corazón poco
a poco dejaba de latir, la cabeza de la víbora yacía en un charco de sangre roji-negra que
formaba un diminuto hilo al deslizarse por el suelo, el cuerpo se aquietó, la que fuera
presidenta días atrás estaba muerta. El color crema del vientre que caracteriza a esta
- ¡Esto se acabó! Por lo menos estoy contenta de haber vengado la desgracia de esa
inocente niña y el dolor de la familia del hombre que mató – se escuchó comentar a
toque de sus cabezas acariciaron la aterciopelada piel de la rendida boa. Las demás
culebras y víboras estaban anonadadas por lo que habían presenciado, la lucha había
sido tan singular que ninguna se atrevió a comentar lo sucedido. Quedaba demostrado
Las víboras se miraron unas a otras, ninguna se atrevió a dar opinión alguna ni a favor ni
pasar sobre los cuerpos yacientes en tierra. Afuera del cubil cada cual tomó rumbo
El lugar que en otro tiempo sirvió como centro de reuniones, ahora estaba en silencio,
que aun permanecían juntas miraban el inmóvil cuerpo de Yacumama, estaba tan inmóvil
que daba la sensación de estar muerta. Los ocho cincuenta de su tamaño estaban
completamente estirados, que al quedar así en el bosque y verla tan inmóvil nadie hubiera
dudado que se trataba del tronco de un árbol. Los rombos amarillentos de su dorso
hacían contraste con el color verde olivo oscuro del gigantesco cuerpo que en parte se
- Creo que el veneno que entró en su cuerpo lo ha matado – Dijo muy triste Dormilona.
- ¡Nada de eso ocurrirá! – repuso Arcoiris – nosotras las culebras poseemos una
cualidad en nuestro cuerpo, a diferencia de las víboras. A las víboras la naturaleza les
dio veneno, a nosotras nos dio sustancias que neutralizan el veneno de nuestras
primas. Así que estate tranquila, dentro de muy poco tiempo el veneno solo será parte
El tiempo transcurrió. El día llegaba a su fin, el fondo negro del monte espeso de la Selva,
anunciaba que la noche se acercaba, esta no sería una noche cualquiera, las culebras
velaban por la que las hizo respetar. Todas estaban melancólicas, creían haber perdido a
la más noble boa que se haya conocido. El cuerpo de la boa dio unos fuertes y bruscos
Con el dolor de la herida y exhausta de fuerzas permaneció aun inmóvil: pero estaba viva,
llegar el nuevo día cuando los rayos solares crispaban de rojo amarillento el lejano
horizonte estos penetraron las hojas de los helechos e iluminaron el cubil. La boa ya
yacía muerta.
- ¡Es mejor así! No tendremos que cuidarnos de traicioneras. No estando junto a ellas
culebra.
- Por la claridad de ideas, sensatez, coraje y valor respecto a esta gigantesca boa,
Ahora que está muerta Shushupe, ¿Alguien está en contra? – interrogó enseguida.
hombre es lo que quiero hablarles: El hombre, siempre será superior a nosotras. Auque
muestra ya hemos visto. Entiendo que ninguna de ustedes querrá terminar destrozada
Shushupe – fue defender este territorio basándose en una lucha contra él, fue lo último
que pudo pensar. Tarde o temprano este territorio estará bajo su control. Yo que
conozco otros territorios tan buenos como este, les propongo que vayamos hacia allá.
Dejemos a nuestras primas las venenosas que hagan su propia guerra. Estoy segura
que una tras otra irán sucumbiendo ante las varas y los machetes. El hombre no
- ¿Por dónde quedan esos territorios? – interrogó Pajarera – ¿Crees que hayan muchos
- No hay alimento solo para ti, hay para todas nosotras – respondió Yacumama – Y si
quieres saber donde quedan esos territorios, sólo tienes que cruzar el río.
energías y superar los efectos del veneno que aun afectaban su cuerpo. Antes de
despedirse de las demás, volvió a aconsejarlas a alejarse del hombre. Todas creyeron
que se quedaría en posesión del cubil, pero se equivocaron, fue la primera en abandonar
la caverna. Pese a su voluminoso cuerpo se deslizó con velocidad entre las malezas y se
VI
Las lluvias primerizas de un nuevo invierno volvieron a caer, esta vez no llegaron con
vientos huracanados. Fue un fugaz chaparrón el que cayó aquella tarde después de un
Quebradas y riachuelos tributaron sus aguas al río grande, mucha hojarasca y palizada
fue arrastrada cuesta abajo. Las espumosas y turbias aguas anunciaban la magnitud de la
tormenta.
Fue en estas circunstancias que Yacumama atravesó el río, fue vista con el cuerpo
erguido fuera del agua, unos dos metros y medio se alzaban sobre el nivel del agua. Dio
un chapuzón que generó un gran remolino en medio río, volvió a aparecer muy cerca de
la otra orilla, entre los matorrales que eran inundados por el agua se perdió. La reina de
las boas fue la primera en ir en busca de una vida de tranquilidad y paz. En esos