Una pintura no debe ser un

comentario sino el hecho

mismo; no un reflejo, sino la luz
misma; no una interpretación,
sino la misma cosa por
interpretar.
JOSÉ CLEMENTE OROZCO

ACADEMIA LIBRE
Boletín N° 270. Del 8 al 21 de diciembre de 2018.

EDITORIAL
La complicidad del DEMRE en la profundización de las brechas sociales de educación

En el país, el 40% de quienes cursan tercer y
cuarto año de educación media lo hace en colegios
técnico-profesionales, mientras el 60% restante estudia
en liceos científico-humanistas (Agencia de Calidad de
la Educación. “Panorama de la educación media
técnico profesional en Chile”, 2016). La diferencia
entre uno y otro grupo no solo estriba en ciertas
asignaturas exclusivas de cada segmento y
supuestamente afines a sus expectativas de egreso. Por
una parte, los escolares del segundo tipo de enseñanza
se distribuyen de manera relativamente homogénea
entre los distintos quintiles de ingreso socioeconómico,
pero los que están sujetos al primero se concentran en
los dos quintiles más humildes, que representan el
64,7% de ese universo de inscritos (ciper.cl, 15 de
octubre de 2013). Desde luego, para la mayor parte de
quienes acceden a esa modalidad no hay elección
alguna y así lo constatan los estudios de Pablo Geraldo
y Elisa Salinas, que estiman entre 70% y 80% el peso
de factores extraacadémicos en la determinación de la
matrícula técnico-profesional (“Efectos primarios y
secundarios en la elección de modalidad educativa
durante la enseñanza media en Chile”, 2014). Por otro
lado, las oportunidades lectivas que se brinda a tales
jóvenes no solo enfrentan condiciones materiales
adversas, sino también una violenta discriminación
social de la cual es responsable la institucionalidad
educativa y que, so pretexto de proporcionar una
“formación diferenciada” (Decreto Nº 452 de 2013),
sencillamente omite y reduce a su mínima expresión las
unidades de contenido en aquellas asignaturas que
también son impartidas en los liceos científico-
humanistas.
Por cierto, esa deliberada brecha educativa
impacta, entre otros aspectos, en los resultados
académicos medidos en tests estandarizados, como
PISA o PSU. De hecho, una presentación por
discriminación en este último examen fue acogida a
trámite por la Comisión Interamericana de Derechos
Humanos. En lugar de exigir al Estado un rediseño
curricular que enseñe también a los liceos técnico-
profesionales la formación que se proporciona en los
establecimientos científico-humanistas en las áreas de
formación general, como Matemáticas y Lenguaje, el
escrito repudia que tales materias sean evaluadas
(latercera.cl, 23 de mayo), pero no que la enseñanza de
las mismas esté vedada para casi la mitad de los
secundarios del país. Desde el punto de vista de un
usuario de los sistemas de postulación a la educación
superior, tal postura puede ser imaginable, aunque no
resuelva en lo más mínimo la desigualdad en la que se
origina el problema. Lo realmente impresentable es que
el MINEDUC, además de mantener privado al 40% del
estudiantado de tercer y cuarto año de educación media
de los contenidos mínimos de las asignaturas comunes
a todo el sistema escolar, ahora esté propiciando el
modo de tapar el sol con un dedo, anunciando la
preparación de una PSU de Matemáticas de menor
exigencia para quienes cursaron en ese tipo de
establecimientos. La idea, anticipó la Unidad de
Currículo y Evaluación, es “disminuir la cantidad de
contenidos evaluados”, circunscribiéndolos a los
programas previstos desde séptimo básico hasta
segundo medio; en cambio, el test que ya no tendrán
que rendir abarca las unidades contempladas para los
cuatro años de secundaria (latercera.cl, 3 de
noviembre).
El punto aquí no es validar un examen tan
limitado como la PSU, sino hacer hincapié en que este
será utilizado, precarizando su ya pobre nivel, para
disimular por secretaría el bajísimo horizonte
académico al cual se condena a los estudiantes más
modestos. Con ello, la autoridad podrá seguir
pauperizando el programa vigente para ese sector sin
que este disponga de una evaluación vinculante que le
permita advertir de qué conocimientos es privado.
Lamentablemente, el Departamento de Evaluación,
Medición y Registro Educacional de la Universidad de
Chile (DEMRE) se ha convertido en cómplice de la
operación, afinando detalles del diseño de la nueva
prueba. En lugar de exigir al Estado educación de
calidad para todos, el campus prefiere ajustar a la baja
sus cuestionables instrumentos de postulación, aunque
el costo sea renunciar al rol de ente crítico de la
sociedad. Pero qué importa a la Casa de Bello la
injusticia social del caso: al menos nadie negará al
centro de estudios su aporte a que la pobreza no se vea.

PÁGINAS CON HISTORIA

La Unión Chica, el bar desde donde se parapetó la poesía en dictadura

La bohemia capitalina desfiló, desde comienzos da nombre al recinto. En los años 80, en cambio,
del siglo XX, por diversos escenarios. Desde el restorán cuando el trabajo en torno a las letras resistía la
Santiago Antiguo —rebautizado en 1922 como La persecución de los agentes de la dictadura, el bar La
Piojera, en honor al calificativo que le dedicó el Unión Chica se convirtió en un verdadero enclave.
Presidente Arturo Alessandri cuando el director de la Nacido en 1940 y emplazado en Nueva York 11, sirvió
Policía de Investigaciones se atrevió a invitarlo a ese de escritorio al poeta Jorge Teillier, a su hermano Iván,
lugar cercano a la Estación Mapocho— hasta la fuente a Rolando Cárdenas, a Carlos Olivárez, a Aristóteles
de soda Indianápolis, en Alameda esquina Arturo Prat, España, a Juan Guzmán, a Leonora Vicuña y al
inmortalizada por Carlos Cerda en el cuento Iniciación incombustible Eduardo “Chico” Molina, célebre por
(1995), variados locales fueron el punto de encuentro de haber marcado a las generaciones del 38 y del 50
firmas que nutren la historia de la literatura chilena. anunciando libros que jamás escribiría. Por ese popular
Emblemáticos son, al respecto, espacios como Il Bosco, establecimiento circuló un sinnúmero de mensajes
cuyos comedores de Avenida de las Delicias, a la altura crípticos que debían esquivar a los aparatos de
de calle Estado, acogieron, desde 1947, a María Elena inteligencia del régimen, mientras las servilletas
Gertner, Fernando Alegría, Enrique Lafourcade, Stella sirvieron de receptáculo para innumerables versos. Otro
Díaz Varín y Alfonso Calderón. En los años 60 también de los contertulios, Jaime Gómez Rogers, más conocido
dejaron huella el restorán El Parrón, de Avenida como “Jonás”, fijó la impronta en “Poetas de la Unión
Providencia, que tuvo entre sus comensales a Raúl Chica” (2005): “Pero en esta mesa de madera / en que
Ruiz, Poli Délano, Antonio Avaria y Mariano Aguirre, la vida dejó claras huellas / el tiempo se detiene. / Allí
y el Refugio López Velarde, en la casona de Almirante están / El Chico Molina / Iván y / Jorge Teillier /
Simpson 7, donde conversaron Floridor Pérez, Isabel Rolando Cárdenas / Pablo de Rokha que saluda desde
Velasco, Luis Sánchez Latorre y Pablo Neruda, quien, una mesa vecina / Neruda se aproxima / y Vallejo / (En la fotografía, tomada por Álvaro Hoppe en 1980,
como recuerda Manuel Peña Muñoz (Los cafés desde su sombra antigua hace una seña”, dice el poema Jorge Teillier en el frontis de la Unión Chica).
literarios en Chile, 2001), escribió a mano en una de que retrata el momento en que “los parroquianos
sus paredes un verso del destacado vate mexicano que comienzan / a embriagarse / de la ciudad que bulle”.
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