Vous êtes sur la page 1sur 2

Citas para clase teórica de Literatura Alemana / Teorías sobre el realismo / Francisco García Chicote

1. “Uno de nuestros novelistas naturalistas quiere escribir una novela sobre el mundo del teatro. Parte de esta idea
general, sin tener aún un acontecimiento o un personaje. Su primera preocupación será la de reunir información acerca
de este mundo que desea describir. Ha conocido a tal actor, ha asistido a tal puesta en escena […]. Luego hablará con
los hombres que mejor están informados acerca de este material, va a relacionar los dichos, las anécdotas, los retratos.
Esto no es todo. Luego leerá los documentos escritos […]. Finalmente, visitará los sitios mismos, pasará algunos días
en un teatro, para conocer los detalles más pequeños, pasará sus noches en el camarín de una actriz, se impregnará
tanto como sea posible de la atmósfera. Y una vez que estos documentos están completos, su novela se va a hacer por
sí misma. Lo único que debe hacer el novelista es distribuir lógicamente los hechos […]. El interés no se concentra
más en lo maravilloso de esta historia; por el contrario: cuanto más banal y común sea esta, tanto más típica resultará”
(Zola, Émile, “Du roman”, en: Lukács, 2011, p. 65).

2. “[E]l animal produce solo bajo la coacción de la necesidad física inmediata, mientras que el hombre también libre
de necesidad física, y solo produce verdaderamente cuando está libre de esa necesidad; el animal se produce solo a sí
mismo, mientras que el hombre reproduce la naturaleza toda; el producto del animal pertenece inmediatamente a su
cuerpo físico, mientras que el hombre se enfrenta libremente a su producto. El animal forma solo de acuerdo con la
medida y la necesidad de la especie a la que pertenece, mientras que el hombre sabe producir según la medida de toda
especie, y sabe aplicar en todos los casos la medida inherente al objeto; el hombre, forma, por ende, de acuerdo con
las leyes de la belleza” (Marx, 2010, p. 113).

3. “Guiado por el método del realismo socialista, estudiando concienzuda y atentamente nuestra realidad,
esforzándose por penetrar más hondamente en la esencia del proceso de nuestro desenvolvimiento, el escritor debe
educar al pueblo y armarlo ideológicamente […] Los escritores soviéticos deben ayudar al pueblo, al Estado, al
Partido, a educar a nuestra juventud en la plenitud de ánimo y en la confianza en sus propias fuerzas en la falta de
temor ante cualesquiera dificultades” (en Vedda, 2003, p. 38).

4. “Si al lector le parecen inverosímiles, a veces, estos hechos, debe achacarse a la historia de la República alemana.
El autor pide por lo tanto a su lector dirigirse a él por mediación de la editorial, en el caso de que apareciesen algunas
dudas sobre el carácter documental de cualquier representación incluida en la novela. Todas las preguntas de este tipo
serán contestadas mediante la revelación del material documental sobre el cual se basan los pasajes dudosos (Ottwalt,
Ernst. “Prólogo” a Denn sie wissen, was sie tun. Ein deutscher Justiz-Roman [Pues saben lo que hacen. Una novela
jurídica alemana], 1931).”

5. “El pensamiento dialéctico no es en absoluto un pensamiento personal, por el contrario equivale a una forma de que
cierto tipo de material se eleve a la apercepción, no solo como objeto de nuestro pensamiento, sino también como un
conjunto de operaciones mentales propuestas por la naturaleza intrínseca de ese objeto determinado” (Jameson,
Marxismo y forma, p. 249).

6. “[La verosimilitud de la literatura realista] es muy diferente de la antigua, pues ya no es el respeto a “las leyes del
género”, sino que procede de la intención de alterar la naturaleza tripartita del signo para hacer de la anotación el mero
encuentro entre un objeto y su expresión. La desintegración del signo –que parece ser la ocupación más importante de
la modernidad– está ciertamente presente en la empresa realista, pero de una manera en cierto modo regresiva, ya que
se hace en nombre de una plenitud referencial, mientras que, hoy en día, se trata de lo contrario, de vaciar el signo y
de hacer retroceder infinitamente su objeto hasta poner en cuestión, de una manera radical, la estética secular de la
“representación”” (Barthes, 218s.).

7. Marx, K. y F. Engels (1845): “La continua transformación de la producción, la ininterrumpida conmoción de todas
las circunstancias sociales, la eterna inseguridad y el movimiento, distinguen a la época burguesa de todas las
precedentes. Todas las relaciones fijas y herrumbadas, con su séquito de representaciones y opiniones ancestralmente
veneradas, son disueltas; todas las relaciones recientemente formadas envejecen antes de poder osificarse. Todo lo
establecido y estable se evapora, todo lo santo es profanado, y los hombres se ven, por fin, obligados a contemplar con
una mirada sobria su posición en la vida, sus relaciones recíprocas” (Marx y Engels, 2008, El manifiesto comunista.
Trad. de M. Vedda. Buenos Aires: Herramienta, p. 29).

8. “Uno ha creído la locura por mucho tiempo de que estos últimos [es decir, los escritores idealistas] eran
verdaderamente creadores: creían estar sentados ahí como un pequeño dios, creando su obra con la mayor lucidez a
partir de la nada, porque nada semejante existía en la naturaleza. Se ha considerado como incomparablemente poético

1
el flotar con alas de águila por le más alto de los cielos y narrar cosas nunca vistas o escuchadas por nadie. […] Una
parte de los escritores toma los modelos, según los cuales inventan sus personajes, situaciones y acontecimientos, a
partir del mundo real, presente y pasado: se conducen conectando causas y efectos totalmente conforme el decurso de
la vida humana y van más allá de ella únicamente en la medida de lo necesario para aumentar el efecto en el lector y
por lo tanto también su deleite. Queremos llamar a estos escritores ‘realistas’” (en Klein, 2000, p. 159).

9. “Para una crítica verdaderamente dialéctica no puede haber, de hecho, categorías de análisis establecidas de
antemano: en la medida en la que es el resultado final de una especie de lógica o desarrollo internos en su propio
contenido, cada obra desarrolla sus propias categorías y dicta los términos específicos de su propia interpretación. De
ese modo la crítica dialéctica se sitúa en el otro extremo de todas las teorías estéticas unívocas o univalentes que
buscan la misma estructura en todas las obras de arte y les prescriben un único tipo de técnica interpretativa o un único
modo de explicación” (Jameson, 2016, p. 244)

10. Incluso las invenciones del hombre que van más allá de la simple mímesis se mantienen dentro del marco de las
circunstancias naturales. Quien teje mimbre para hacer de ello la pared o el techo de una choza o una cesta, utiliza
posibilidades que están colocadas en la constitución del material. Tan pronto como hubo sido descubierta la
posibilidad de una transformación material, las cosas se presentaron en múltiples capas: 1. cualidades primarias
inmediatamente evidentes para los sentidos; 2. cualidades, en un principio ocultas a los sentidos, pero sensorialmente
perceptibles que pueden ser descubiertas mediante la intervención en el objeto, y finalmente 3. cualidades abstractas,
como se manifiestan en la invención del torno de alfarero, de la rueda, de la palanca. Las posibilidades que se
encuentran en el material son sus esencias, y la invención es una mímesis de estas esencias. En la medida en que imita
sus esencias ocultas, el hombre vence en astucia a la naturaleza (Holz, 2015, p. 80s.).

11. La dedicación incondicional a la realidad y el apasionado deseo de superarla van juntos, pues el deseo en cuestión
no desea poner un ‘ideal’ […], sino destacar rasgos de la realidad que en sí son intrínsecos a esta, en los cuales se hace
visible la adecuación de la naturaleza al hombre y se superan la extrañeza y la indiferencia respecto del ser humano,
sin afectar por ello a la objetividad natural y aún menos querer aniquilarla. Pues la necesidad en cuestión lo es
precisamente de una objetividad adecuada al hombre […]. La unidad de ese acto es un nivel más espiritual y más
consciente del trabajo mismo, en el cual la teleología que transforma el objeto del trabajo resulta inseparable de la
captación de los secretos de la materia dada (Lukács, 1982, vol. II, p. 227).

12. [L]o que hay de humano a la base de una obra de arte, la actitud que ella plasma como posible, como típica o
como ejemplar, es lo que decide en última instancia –aunque solo sea en última instancia– acerca de cómo se
presentan el contenido y la forma de la obra en cuestión […]. En el método de la crítica, esto tiene como consecuencia
el siguiente dilema: si constituye el elemento preponderante del análisis y el juicio dicha cuestión última del contenido
–del contenido humano y, secundariamente, por tanto, del contenido histórico social y estético– o, por el contrario, la
innovación técnica del caso (Lukács, 1966, p.10)

Bibliografía ampliatoria:

Holz, Hans Heinz. “El papel de la mímesis en la Estética de Lukács”. En: Vedda, M., Costa, G. y N. Alcantara (eds.),
Anuario Lukács 2015. Trad. de F. García Chicote. Sao Paulo: Instituto Lukács, 2015, pp. 77-96.

Klein, Wolfgang. “Realismus / realistisch”, en: K. Barck, M. Fontius, D. Schlenstedt, B. Steinwachs y F. Wolfzettel
(eds.), Ästhetische Grundbegriffe, Bd. 5, Stuttgart/Weimar: Metzler, 2000, p. 149-197. Traducido por Luciana
Martínez, con la colaboración de M. G. Burello bajo el título “Concepto básico de realismo” (Campus virtual)

Lukács, G. “La novela”. 2011. En: ---, Escritos de Moscú. Estudios sobre política y literatura. Traducción de Martín
Koval. Buenos Aires: Gorla, pp. 29-75.

Vous aimerez peut-être aussi