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CALCULO ECONOMICO EN EL SISTEMA SOCIALISTA Y LOS PROCESOS

DINAMICOS EN LA ECONOMIA

DANIEL AUGUSTO PINZÓN MURILLO

La ciencia económica tuvo su origen en la discusión sobre el precio, en dinero, de bienes y

servicios. Sus inicios se encuentran en investigaciones sobre el acuñamiento de monedas, que

derivaron hacia investigaciones sobre las fluctuaciones de precios. El dinero, los precios en

dinero y todo lo concerniente a cálculos en dinero, constituyen los problemas de los cuales surgió

la ciencia de la economía, asimismo solo a través de la racionalización inherente a los cálculos

económicos basados en el empleo del dinero podía la mente humana comprender y seguir la

huella de su acción.(Mises,sf)

Por otra parte Mises plantea que la esencia de la actividad económica es la ejecución de actos de

intercambios, los cuales implican la utilización de juicios. Además argumenta que a la hora de

realizar cálculos tiene que establecer relaciones de sustitución entre las necesidades, pero para su

realización el valor objetivo pasa hacer la unidad de cálculo. Lo anterior implica que podemos

tomar como base del cálculo la evaluación de todos los individuos que participan en el comercio

y Permitiría a aquellos que desean calcular el costo de complicados procesos de producción,

distinguir inmediatamente si están trabajando tan económicamente como otros. Si a los precios

del mercado no logran sacar ganancias del proceso, queda demostrado que los otros son más

capaces de sacar provecho de los bienes instrumentales a que nos referimos. (Mises,sf)

En contraste con lo anterior la economía política de Marx considera el socialismo incompatible

con el mercado, debido a que las relaciones de mercado incluso en su forma más simple de
intercambio de mercancías entre productores autónomos, se hallan presentes en El CAPITAL

como núcleo del surgimiento del capitalismo. Según lo anterior el socialismo no solo haría inútil

el mercado, sino que lo superaría como mecanismo de asignación de recursos mediante la

planificación que aseguraría la asignación eficiente de recursos. Cualquier aceptación del

mecanismo de mercado se presentaba solo como una concepción transitoria, justificada por el

retraso de las condiciones socioeconómicas y por las dificultades de transición del capitalismo al

socialismo. ( Screpanti & Zamagni,1997). Así mismo Huertas (2005) señala que Marx estaba

influenciado y obsesionado por el modelo de ajuste y equilibrio ricardiano, por lo tanto toda su

teoría trata de justificar un equilibrio normativo. Además centra su estudio en los desequilibrios y

desajustes que se dan en el mercado, teniendo incluso curiosas coincidencias con el análisis de

los procesos de mercado desarrollado por los economistas de la Escuela Austriaca en general y

por los propios Mises y Hayek. Igualmente señala que Marx entendió de qué manera el mercado,

como orden espontáneo e impersonal, actuaba como un proceso creador o transmisor de

información que hacía posible una cierta coordinación en la sociedad y que reconoce el papel

que juegan las instituciones a la hora de permitir la adquisición y transmisión de información

práctica en el mercado y la importancia que tienen para el conocimiento de los agentes

económicos

En este marco de ideas, se dio paso al debate sobre la planificación y la posible adaptación del

mercado a una economía socialista, que inicio en el pensamiento liberal cuando Von Hayek dio a

conocer un artículo escrito por Von Mises en 1920; En dicho artículo, negaba la posibilidad del

cálculo económico racional en el socialismo, debido a que sin mercado no hay formación de

precios y sin formación de precios, no hay calculo económico. (Screpanti & Zamagni , 1997).
Por otro lado fueron los economistas Abba Lerner y Oskar Lange quienes respondieron de

manera vigorosa la tesis de Von Mises y de Von Mises. Estos trataron de identificar una solución

práctica en el conocido procedimiento iterativo (por ensayo y error), según la cual la oficina

central de planificación ejercería las mismas funciones que el mercado, por su parte lange

propuso dos modelos alternativos que demostraban que el socialismo planificado es capaz de

asignar los recursos del mismo modo que la economía capitalista de mercado. (Screpanti &

Zamagni , 1997).

Hay que mencionar que un elemento fundamental para debatir la posibilidad de cálculo

económico propuesta por Von Mises es la posibilidad de poseer información para coordinar las

decisiones de una economía de mercado, la cual de acuerdo a Hayek es posible por el actuar del

sistema de precios, esta idea ha sido desarrollada de una manera embrionaria con anterioridad

teniendo como base que ningún ser humano o grupo de seres humanos puede disponer de la

información o el conocimiento que es necesario o preciso para organizar coordinadamente la

sociedad mediante mandatos coactivos.(Huertas ,2005).

Así mismo Huertas (2005) señala que se puede encontrar a Cicerón que argumenta que el

sistema jurídico romano era muy superior a los otros porque nunca ha existido un hombre tan

inteligente como para preverlo todo; e incluso aunque pudiéramos concentrar todos los cerebros

en la cabeza de un mismo hombre, le sería a éste imposible tener en cuenta todo al mismo

tiempo, sin haber acumulado la experiencia que se deriva de la práctica ejercida a lo largo del

transcurso de un largo período de la historia. Así mismo argumenta que Montesquieu y Turgot

Manifiestan que es contradictorio pensar que el Estado pueda tener la cabeza simultáneamente

llena tanto de los grandes proyectos, como de todos los pequeños detalles que serían precisos

para organizarlo. Un siglo después en 1854, Gossen con motivo de una crítica expresa al sistema
comunista llega a la conclusión de que la autoridad central proyectada por el comunismo con el

propósito de asignar coactivamente los diferentes tipos de trabajo y su remuneración pronto se

daría cuenta de haber asumido una tarea que con mucho habría de exceder las capacidades de

cualquier ser humano.

Por último señala que Schäffle puso de manifiesto que, sin imitar el sistema de determinación de

valores de los procesos de mercado, sería inconcebible que un organismo de planificación central

pudiese asignar eficientemente de forma cuantitativa y cualitativa los recursos de la sociedad.

En este orden de ideas, se puede evidenciar según Huertas, 2005 que en el modelo clásico de

socialismo «de mercado» o «competitivo» se basa en la teoría económica neoclásico-Walrasiana,

ahora bien ¿Es posible que la solución al cálculo económico propuesta por los socialistas de

mercado sea compatible con los procesos sociales y espontáneos de tipo real que se presentan en

la economía?

El propósito de este ensayo es exponer los argumentos en torno a la posibilidad de realizar un

cálculo económico en una economía planificada como la socialista y a la luz de ello concluir si

es compatible a la dinámica real de esta economía. Está compuesto por 3 partes: una breve

introducción la cual contextualiza la discusión en torno al sistema de precios y su función en el

cálculo económico, se desarrollara y se dará respuesta a los interrogantes planteados y se

finalizara concluyendo.
Ahora bien, retomando la pregunta ¿Es posible que la solución al cálculo económico propuesta

por los socialistas de mercado sea compatible con los procesos sociales y espontáneos de tipo

real que se presentan en la economía?

Es importante indicar que de acuerdo a Lavoie , 1987 las dos caras de esta controversia están

representadas, por un lado, por los "austriacos" que lanzaron el desafío al socialismo

-encabezados por Ludwig von Mises, Friedrich Hayek y Lionel Robbins , y por el otro por los

"neoclásicos" -que respondieron a ese desafío defendiendo una u otra forma de socialismo-, en

especial los llamados "socialistas de mercado", Oskar Lange, Abba P. Lerner , Maurice Dobb,

entre otros. Se debe aclarar que aunque Shumpeter es considerado “austriaco” toma una posición

distinta respecto a sus colegas en esta discusión.

En cuanto a los planteamientos de los llamados socialistas de mercado, los economistas Abba

Lerner y Oskar Lange son reconocidos por responder de manera vigorosa a la tesis de Von Mises

y de Von Hayek, para ello utilizaron la demostración elaborada por Barone la cual consistía en la

equivalencia entre planificación y libre mercado en la asignación eficiente de los mercados.


Además consideraban que la Oficina central de Planificación ejercería las mismas funciones que

el mercado. (Screpanti & Zamagni , 1997).

Siguiendo a Screpanti & Zamagni (1997) Lange elaboro dos modelos alternativos, el primero

consiste en que los bienes de consumo y los servicios del trabajo son asignados por medio del

libre mercado sobre la base de los precios monetarios, mientras que los demás inputs se les

asignan precios contables. Los valores de equilibrio de ambos grupos de precios se determinan

mediante un único proceso iterativo, entonces el planificador anunciara un vector de precios no

negativos, e imparte las directores las siguientes dos reglas:

a) Minimizar el coste medio de producción empleando una combinación de factores tal

que el producto marginal en valor de cada uno de los factores iguale a su precio.
b) Determinar el nivel de producción en el punto en el que el costo marginal del

producto iguale al precio fijado por la oficina


Del mismo modo, al tratar los precios anunciados como parámetros, las familias maximizan sus

funciones de utilidad, de esta forma se obtendría las funciones de demanda de los bienes y de la

oferta del trabajo. Para cada bien o servicio, el planificador junta las propuestas recibidas de las

empresas o familia, y haciendo uso del método iterativo los excesos de eliminaran, conduciendo

al mismo procedimiento planteado por Walras. (Screpanti & Zamagni , 1997). Por su parte

Huertas (2005) indica que en la solución propuesta por Lange, los precios paramétricos son una

especie de ratios o «relaciones abstractas de intercambio» a las que, en principio, puede llegarse

por cualquier procedimiento, sea o no arbitrario. Además permiten llevar a cabo una

«contabilidad», entendida en su sentido meramente formal o instrumental más simple. Pero,

como es lógico, los precios paramétricos, por sí mismos, no garantizan que sea posible llevar a

cabo un cálculo económico «racional».


En el segundo modelo, no supuso la existencia de libre mercado. El planificador obtiene la

demanda de los bienes de consumo y la oferta de trabajo a partir de una función de bienestar

social derivada de las preferencias individuales; una vez llevada a cabo la producción

planificada, los bienes de consumo pueden venderse en los mercados reales a precios efectivos.

(Screpanti & Zamagni , 1997). Screpanti & Zamagni (1997) argumentan que en los mercados

capitalistas el comportamiento efectivos de los agentes no se hallan determinados por las

proposiciones de la teoría de equilibrio general , en cambio en el socialismo sus dirigentes

deberían ser aleccionados para seguir las reglas del modelo, y señala que al no llegar a un

equilibrio estable se haría evidente la necesidad de una guía segura, esto implicaría que la validez

empírica desapareciera. Además debe existir la intervención de la oficina central, la cual fijara

las reglas de distribución entre los sujetos del dividiendo social proveniente de la tierra y el

capital de propiedad pública.

Respecto a lo anterior Hayek en su ensayo “El Uso del Conocimiento en la Sociedad” hace

alusión al posible inconveniente de dejar a un sola institución como la oficina central establecer

reglar y controles a la economía, debido a que esta mente controladora no podría cada vez que

fuera necesario hacer algunos pequeños ajustes en la asignación de recursos. Su causa puede

estar asociada al carácter disperso del conocimiento, por ello se hace necesario la necesidad de la

descentralización porque solo así podemos asegurar que el conocimiento de las circunstancias

particulares de tiempo y lugar será prontamente utilizado.

De acuerdo a la necesidad de una guía segura, la cual pondrá en riego la validez empírica del

segundo modelo, Hayek señala que el sistema de precios es como una especie de maquinaria

para registrar el cambio, o un sistema de telecomunicaciones que permitiría a los productores


individuales observar solamente el movimiento de unos pocos indicadores, lo cual implicaría que

existiera un proceso de intercambio en marcado dentro de una economía de mercado.


Igualmente Von Mises argumentaba que en una economía planificada como la socialista, no

podía haber un mercado competitivo para estos bienes de capital, y sin mercados no podía haber

precios para los diversos y escasos medios de producción. Al carecer de la guía de los precios de

mercado, los planificadores centrales estarían "a oscuras" en cuanto a la escasez relativa de los

diferentes componentes de la estructura de capital y, en consecuencia, fracasarían

indefectiblemente en la tarea de combinarlos y utilizarlos con eficacia. (Lavoie , 1987)


Por su parte Shumpeter argumenta que en un régimen socialista el mecanismo para la realización

de la solución de equilibrio reside en la Junta de Planificación Central (JPC), más bien que en un

mercado de bienes de capital , esto es evidente debido a que la "racionalidad económica" se

puede alcanzar sin verdaderos mercados de recursos de capital y que "esta posibilidad resulta de

la afirmación elemental de que los consumidores, al evaluar ('demandar') los bienes de consumo,

evalúan también ipso facto los medios de producción que entran en la producción de estos

bienes. (Lavoie , 1987).

En contrate Lavoie (1987) , argumenta que la respuesta al desafío austriaco descansaba como

premisa básica en una particular interpretación neoclásica de ese desafío, los neoclásicos

incluido el propio Lange se equivocaron de modo fundamental en su interpretación del desafío

austriaco que supuestamente debían refutar. Este mala interpretación pudo deberse a la

diferencias entre los dos paradigmas, lo que permitió que los neoclásicos atribuir significados

inadecuados a los conceptos de "teoría económica" (en vez de "teoría del equilibrio estático"),

"eficiencia" (en lugar del "óptimo de Pareto"), "propiedad" (en vez de título legal formal, más

bien que control de facto sobre los recursos), y "competencia" (interpretada como un estado de,

competición perfecta antes que como un proceso). Además señala que Mises no negaba la
validez de la “Lógica pura de la elección” para el socialismo; por el contrario, insistía en que los

planificadores centrales debían encontrar un medio para aplicar este tipo de lógica al socialismo

o, en su defecto, estarían condenados a sumirse en cálculos caóticos y serían incapaces de utilizar

eficazmente los recursos disponibles; es decir Mises tenía conciencia de que en condiciones

supuestamente estáticas la planificación central no enfrenta ningún problema y que por lo tanto

los precios (y no alguna medida objetiva de valor corno las horas de trabajo) son necesarios para

un cálculo racional.

Por otra parte argumenta que la demostración de Barone es del todo compatible con el desafío de

Mises, pero mucho menos completa. Establece simplemente la similitud formal entre el

socialismo vs el capitalismo en condiciones estáticas: si el número de ecuaciones

(independientes) es igual al número de incógnitas, el sistema está "determinado", por ello Mises

sostenía que tales ecuaciones eran inaplicables en la vida real caracterizada por un continuo

cambio, incluso si, dada una computadora suficientemente poderosa, fueran solucionables. Del

mismo modo la respuesta a los austriacos mediante el método de "ensayo y error" se basaba en

una estrecha analogía con el modelo de competencia perfecta que por sí mismo no explica el

ajuste dinámico de los precios en las condiciones realistas del cambio.

Para finalizar , Hayek admite que en teoría los planificadores podrían acumular los millones de

piezas de información necesarias y resolver los millones de ecuaciones necesarias para tomar una

decisión óptima. En la práctica, sostiene Hayek, ninguna fuerza concebible de los planificadores

sería capaz de reunir realmente los diversos tipos de información provenientes de todas y cada

una de las fábricas, así como de todos y cada uno de los consumidores públicos y privados.

Además, en la práctica, aun si se dispusiera de toda la información, se necesitarían centenares de


años para resolver correctamente todas las ecuaciones correspondientes a un plan de sólo un año

de duración". (Lavoie,1987)

Bajo este canon de ideas, se puede concluir teniendo en cuenta los planteamientos de Hayek y

Mises citados por Lavoie (1987) que la solución propuesta para poder lograr el cálculo

económico en una economía socialista carece de una respuesta efectiva a los procesos sociales y

espontáneos que se puedan presentar, debido a que su estructura estaría caracterizada por un

conjunto de ecuaciones, para las cuales la información necesaria estaría dada de forma análoga a

los planteamientos neoclásicos de competencia perfecta. Lo cual imposibilita según Mises su

aplicación en la vida real caracterizada por un continuo cambio incluso si, dada una computadora

suficientemente poderosa, fueran solucionable. Así mismo no logra explicar el ajuste dinámico

de los precios en las condiciones realistas del cambio.

Del mismo Hayek aunque admite que en teoría los planificadores podrían acumular los millones

de piezas de información necesarias y resolver los millones de ecuaciones necesarias para tomar

una decisión óptima. En la práctica, ninguna fuerza concebible de los planificadores sería capaz

de reunir realmente los diversos tipos de información provenientes de todas y cada una de las

fábricas, así como de todos y cada uno de los consumidores públicos y privado.

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