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PROYECTO TESINA
Alumnos:
Solange Lecaros A.
Carlos Muñoz C.
Myriam Labrín Y.
Pág.
Introducción 3
Objetivos Generales 6
Objetivos Específicos 7
Marco Teórico 7
El Apego 7
Definición del Constructo 7
La figura Materna 8
La Relación Diadica 9
Plano General (Ley de Adopción) 10
Menores en Situación de Adopción 11
Consideraciones Psicosociales 12
Las Posibles Falencias que se Desprenden en Cada Área 14
La Adopción y las Leyes en Chile 14
Apego Inseguro o Desorganizado 15
Visión de Lecanelier en Relación a los Niños Institucionalizados 17
Áreas de Vulnerabilidad 17
Teoría Ecológica de Sistemas Según Urie Bronfembrenner 18
Desarrollo Biológico, Psicológico y Social del Niño 20
Instituciones que Regulan el Proceso de Adopción en Chile 21
Fundación Chilena de la Adopción 22
Fundación San José para la Adopción Familiar Cristiana 22
La Adopción a edad temprana: Una Necesidad 23
Adopción Temprana: Una necesidad para los niños y padres 25
Conclusiones 29
Bibliografía 32
2
Introducción.-
Existen dos aspectos sobre el Tema que cabría revisar para un abordaje más
acabado de la problemática planteada.
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Hay pequeños avances respecto al problema. La incorporación de nuevos aportes
teóricos provenientes de la psicología en relación a los niños institucionalizados,
han ido poniendo en evidencia que tanto las necesidades afectivas, cognitivas y
sociales deben satisfacerse a la par de las necesidades médicas para un
desarrollo satisfactorio. La consideración de los aspectos psicológicos
involucrados en la situación ha sido lenta porque, tal como se mencionó
anteriormente, se requiere de la inversión de nuevos recursos, los cuales muchas
veces no se encuentran disponibles. Sin embargo, algunas instituciones han
tratado de dejar atrás el carácter exclusivamente centrado sobre las necesidades
físicas de los sujetos, enfatizando ahora también la necesidad de prevenir las
posibles consecuencias negativas de la institucionalización a nivel psicológico.
Sin embargo, estos esfuerzos, no constituyen la norma para la mayoría de las
instituciones de adopción.
Cabe señalar que en la actualidad existe una discusión teórica respecto a las
reales consecuencias que tiene el problema del que nos ocupamos, pues si bien
está claro que, en la mayoría de los casos, los niños presentan problemas
psicológicos de algún tipo posterior a su integración a la nueva familia
(Lecannelier, 2006), no se tiene claro cuán reversibles son estos daños y
dificultades.
Todo esto da margen para que el tema debe ser abordado con amplitud de
criterios y desde distintas disciplinas. En este contexto, se enfocará el trabajo en
un grupo objetivo, a saber, lactantes de 0 a 2 años, que permanecen
institucionalizados. Esto, porque la mayoría de los niños que están en
instituciones, son adoptados dentro de los primeros años de vida, y porque es en
4
esta etapa en la que se forman los primeros vínculos afectivos, dando origen a un
modelo de apego específico en el niño.
En este proceso (formación del apego), la familia es un agente socializador de
fundamental importancia, en tanto transmite al menor las tareas que deberá
cumplir en sociedad de manera progresiva, sobre todo en los primeros estadios de
la vida lo que le permite al niño “establecer más firmemente los nuevos
aprendizajes, integrar los nuevos aprendizajes con los antiguos, y organizar
lentamente su mundo interno” (Cruces, 1984).
De esta manera, Jonson (citado en Bralic, Haeussler, Lira, Montenegro &
Rodríguez, 1978) señala que la primera infancia es el momento más importante
del proceso de socialización, ya que allí comienza la identificación personal: el
niño establece la diferenciación entre él y los demás. En este proceso la madre es
el principal agente socializante. Es aquí donde se instaurará la personalidad del
niño, la que se estructurará casi exclusivamente a merced de las experiencias
positivas y negativas de dicha etapa. En este contexto, el tipo de ambiente social
(y material) en el que el niño nace y crece adquiere una enorme importancia en
cuanto constituye la fuente de estímulos y experiencias que determinarán su
desarrollo normal o desviado. Se puede entonces suponer y reconocer la
vulnerabilidad del niño en este momento de su desarrollo.
Estudios realizados con niños que han sido criados en instituciones muestran que
“La institucionalización implica para el niño la ocurrencia simultanea de varias
condiciones negativas. Entre ellas, se destacan en primer término, la separación
del niño de su madre y la carencia subsecuente de otras figuras que sustituyan
social y afectivamente el rol materno…” (Bralic, Haeussler, Lira, Montenegro y
Rodríguez, 1978). Se ha evidenciado que dichos niños pueden llegar a tener
alteraciones en diversas áreas de desarrollo psíquico: rendimiento intelectual,
lenguaje y conducta emocional y social (Bralic et al, 1978).
En algunos casos estos efectos y reacciones frente a la institucionalización
pueden persistir hasta la adolescencia manifestándose en características
anormales de la personalidad. Algunos autores han observado que ciertos niños
con antecedentes de institucionalización presentan rasgos tales como, apatía,
5
indiferencia, superficialidad en las relaciones interpersonales (Bolwlby, 1944).
Pueden caracterizarse por una menor capacidad para aceptar normas sociales,
junto a un deficiente desarrollo del sentimiento de culpabilidad, mayor agresividad
e impulsividad (Goldfarb, 1978 en Bralic et. al., 1978)
Objetivos Generales:
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Objetivos específicos:
MARCO TEÓRICO
EL Apego
Tal como define Sroufe (2000), se puede caracterizar al apego como una relación
especial entre el bebé y quien lo cuida, como un sistema diádico de conducta que
evoluciona en el transcurso del primer año de vida y algún tiempo después, siendo
de manera inherente un constructo emocional. No sólo implica la existencia de un
“lazo afectivo” entre el padre, la madre, y el bebé, sino que también se caracteriza
propiamente en los términos de la regulación de la emoción del niño. De hecho, es
la “cúspide de la regulación emocional diádica, la culminación de todo el desarrollo
habido durante el primer año y un anuncio de la autorregulación que está por
llegar”. (Sroufe, 2000, p. 211).
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interesados en la orientación y el cuidado infantil, vio algo de su trabajo y exploró
la literatura existente sobre el tema. Este estudio, mostró que la calidad de los
cuidados parentales que un niño recibe en sus primeros años es de vital
importancia, para el futuro de la salud mental. Un infante o un niño pequeño deben
tener una relación cálida, íntima y continuada, con sus figuras parentales para
poder desarrollarse de una manera óptima. La figura parental, es generalmente la
madre, pero puede ser el padre, otro miembro de la familia o incluso un sustituto
paterno.
La Figura Materna
La importancia de una figura materna estable, parece ser una condición necesaria
para el normal desarrollo del niño, pero no constituye por sí sola una condición
suficiente. El tipo de experiencia que el ambiente proporciona al niño, así como la
pertenencia a un determinado grupo social, pueden promover o interferir el
desarrollo normal, en tanto implique patrones particulares de estimulación o de
privación física, sensorial, emocional o social.
Por otro lado, desde una perspectiva psicológica, la preocupación por el desarrollo
del niño y su relación temprana con una figura parental, ha sido uno de los temas
centrales en lo que respecta a la teoría del apego.
Bowlby (1988), considera el apego como un constructo organizacional, planteando
dos hipótesis generales. Una de ellas, considera que la calidad del cuidado influye
en la calidad del apego, es decir, que la regulación inicial por parte del cuidador
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hacia el bebé será el pronóstico de la posterior regulación diádica. La otra
hipótesis postula que aquellas diferencias en el apego afectarán al autocontrol que
desarrollará el bebé más adelante. “La confianza en la persona que lo cuida se
transforma en una confianza en el yo junto con dicha persona y, al final, en una
confianza en si mismo”( Sroufe, 2000, p. 228).
La Relación Diádica
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pensamiento causa-efecto, desarrollo de la consciencia, relaciones recíprocas,
paternidad/maternidad y aceptación de responsabilidades (Trastorno Reactivo del
apego, s.f.).
Aunque se considera que la madre biológica del niño suele ser la principal figura
de apego, ese papel también puede ser asumido con eficacia por otras personas.
Siempre que el cuidador sustituto brinde afecto y cuidados maternos al niño, éste
lo tratará como cualquier otro niño trataría a su madre biológica. (Bowlby, 1998, p.
402). Además, no es de antemano negativa la existencia de varias figuras de
apego. Por el contrario, puede ser muy conveniente, pues facilita la elaboración
del aprendizaje por imitación y la estimulación variada (Oliva, s.f.).
La adopción
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Normas que regulan la adopción en Chile
El principio del interés superior del niño, ha sido determinante en el nuevo enfoque
que actualmente rige todo el proceso de adopción, ya que tanto los especialistas
como los organismos que intervienen en él, deben resguardar siempre el bienestar
del niño/a por sobre cualquier otra consideración particular que pudieran presentar
los adultos interesados en su adopción.
11
partir de la aprobación de la Declaración de los Derechos del Niño el 20 de
noviembre de 1959, y las disposiciones de la Convención sobre los Derechos del
Niño, 30 años después. Frente a dichas iniciativas internacionales, las
legislaciones de muchos países, se han visto en la obligación de incluir dentro de
sus estatutos la consideración explícita de la condición del menor de edad como
objeto de derecho y, con ello, crear instancias para resguardar su bienestar físico
y psicológico.
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la ley se dirige a facilitar la difícil transición por la que el niño susceptible de ser
adoptado deberá pasar al insertarse en una nueva familia. Para ello, la ley
chilena se basa en tres componentes básicos (Trénova, 2001): uno de orden
psicosocial, otro de carácter jurídico, y uno procedimental.
Consideraciones Psicosociales
De igual modo vale la pena señalar que en los últimos años en nuestro país el
Servicio Nacional de Menores (SENAME), principal organismo estatal encargado
de los niños en situación de adopción, se ha preocupado fuertemente de que el
menor considerado susceptible de ser adoptado, reciba los cuidados adecuados
antes, durante y después del proceso de adopción, por sobre cualquier interés
particular que pudieran presentar los adultos involucrados.
Estas nuevas iniciativas se deben a que desde el año 2003 el enfoque
empleado por el SENAME se ha desplazado del asistencialista, a un sistema de
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protección integral. Por esto mismo, ha decidido focalizar y especializarse en la
atención de lactantes y preescolares, esto es niños menores de 6 años de edad
vulnerados en sus derechos, asumiendo paulatinamente dicha responsabilidad
en el Departamento de Adopción y Primera Infancia. La creación de esta nueva
área tiene como objetivo el despejar oportuna y tempranamente la situación del
abandono y vulnerabilidad de los menores, brindándoles una atención e
intervención profesional acotada, especializada y de calidad, que evalúe la
situación biopsicosocial del niño, para definir su pronóstico de egreso y su
incorporación a la familia adoptiva más adecuada a sus características y
necesidades individuales (Carmona, 2006). Para lograr esto, lleva a cabo
actividades que comprenden principalmente el apoyo y la orientación a la
familia de origen del niño(a), la recepción y el cuidado de éste(a), y la
evaluación técnica de los solicitantes y su preparación como familia adoptiva
(Ley sobre Adopción 19.620, 1999, art. 7).
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menores, por lo cual la mayoría del capital alcanza sólo para cubrir las
necesidades básicas de los niños (alimento, vestuario, salud, etc), siendo muy
difícil solventar el costo de un número de personal óptimo para realizar una
atención personalizada de los infantes en lo relativo a sus necesidades socio
afectivas.
Lo más, radica en el hecho de que producto de estos dos factores, el largo
tiempo del proceso de adopción y la falta de recursos para cubrir todas las
necesidades de los niños institucionalizados, es que se puede ver fuertemente
afectado el desarrollo de los menores, lo cual implica sumarles una nueva
situación adversa a su crecimiento, ya que hay que recordar también que estos
niños ya acarrean una historia previa de abandono que los puede haber
marcado prematuramente.
Como ya se dijo, en Chile se promulgó una nueva ley de adopción que tiene
importantes repercusiones en la concepción de la institucionalización. Se escogen
dos tesis que abordan el tema. Una de ellas revisa la nueva definición de
adopción, a saber: “acción de adoptar, recibir un hijo, con los requisitos y
solemnidades que establecen las leyes, al que no lo es naturalmente”. Sigue con
una definición de persona: “ser existente que es acreedor a un máximo deber de
respeto y protección por el sólo hecho de existir, independiente de sus cualidades
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accidentales” (Acosta, 2002, p.5). Se considerará entonces, a persona como el
“ser digno” Así, quedan manifiestos los principios legales implicados en el proceso
de adopción; la segunda, versa sobre el Derecho a la Personalidad (Arroyave,
2001), describiendo cómo distintos Estados han ido mostrando cada vez mayor
interés por una protección integral de la persona, incluyendo la creciente
importancia que adquiere la identidad del hijo y como lo aborda la psicología. Se
logra así un trabajo integral, multidisciplinario, que presenta un enfoque novedoso
para el paradigma actual. La autora postula que: “donde hay sociedad existe
derecho y la adopción deberá acomodarse a las exigencias e intereses que se
presentan como imperativo, pues su función es por sobre todo humanitaria, es de
protección” (Arroyave, 2001) El cambio de mentalidad supone no buscar un niño
para una familia sin hijos, sino una familia para el niño que lo necesita.
▪ Tener dos años o más de matrimonio. (este plazo no se exige en caso que
uno o ambos cónyuges sean infértiles).
▪ Residencia permanente en el país.
▪ Actuar de consuno en las gestiones que requieran expresión de voluntad.
▪ Ser física y moralmente aptos.
▪ Tener entre 25 y 60 años de edad (no se exige si uno de los adoptantes es
pariente consanguíneo).
▪ Debe haber 20 años de edad de diferencia con el adoptado pero por
resolución fundada del juez puede rebajarse esta diferencia de edad.
1 Este punto se desarrolla más extensamente en el capítulo sobre los procedimientos de adopción.
16
Personas viudas
Art. 21 de la Ley Nº 19.620
▪ Para que proceda la adopción por personas viudas, de debe dar la situación
de no existir matrimonios que cumplan con todos los requisitos legales,
interesados en adoptar.
2 Este punto se desarrolla más extensamente en el capítulo sobre los procedimientos de adopción.
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Requisitos Legales para la adopción en Chile de los menores
Articulo 8: Los menores de 18 años que pueden ser adoptados son los
siguientes:
a) El menor cuyos padres no se encuentran capacitados o en condiciones de
hacerse cargo responsablemente de él y que expresen su voluntad de
entregarlo en adopción ante el juez competente.
Este procedimiento podrá iniciarse antes del nacimiento del hijo, siempre que sea
patrocinado por el SENAME o un organismo acreditado ante éste. En tal caso, se
efectuarán los trámites que correspondan y solo quedará pendiente la ratificación
de la madre y la dictación de sentencia (plazo 30 días, contado desde el parto).
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Artículo 12.- Procederá la declaración judicial de que el menor es susceptible de
ser adoptado, sea que su filiación esté o no determinada, cuando el padre, la
madre o las personas a quienes se haya confiado su cuidado se encuentren en
una o más de las siguientes situaciones:
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salvo causa justificada. Para este efecto, las visitas quedarán registradas en la
institución.
Artículo 13.- El procedimiento que tenga por objeto declarar que un menor es
susceptible de ser adoptado, se iniciará de oficio por el juez, a solicitud del
Servicio Nacional de Menores o a instancia de las personas naturales o jurídicas
que los tengan a su cargo.
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De los procedimientos de adopción
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correspondiente Unidad de Adopción, serán derivados a terapia, para ser
reevaluados después de cumplido el proceso terapéutico.
8. De ser negativo el resultado, se dará a conocer a los interesados/as los
fundamentos del rechazo.
9. Una vez que los/as postulantes ya se encuentran en el registro, deben
esperar que se les asigne un niño/a, período que puede demorar desde 12
a 30 meses aproximadamente.
10. En esta etapa de espera, las personas cuentan con un período de talleres
preadoptivos como instancias de participación para compartir inquietudes y
expectativas en torno a la adopción con profesionales idóneos del área.
11. En el momento en que ha ingresado a la respectiva Unidad de Adopción un
niño/a en condiciones de ser adoptado desde el punto de vista legal, se
procede a ubicar entre los postulantes la mejor alternativa de familia para
él/ella.
12. A continuación se debe proponer formalmente al Tribunal correspondiente
la opción seleccionada, a través de una terna o en forma individual, según
sea el procedimiento establecido para este efecto por el Tribunal.
13. Si el Tribunal ha decidido a favor de la familia, el niño/a entonces es
propuesto a ella. Si la familia acoge dicha proposición, es planificado el
encuentro con el niño/a, para luego comparecer ante el Tribunal de Familia
correspondiente a solicitar su cuidado personal.
14. Si el Tribunal confía la entrega del cuidado personal del niño/a a la familia,
con posterioridad se inicia el trámite para concretar la adopción ante el
Tribunal de Familia correspondiente al domicilio del niño/a.
15. En caso que el Tribunal y/o los/as interesados/as decidan no acoger la
propuesta de SENAME, la postulación continuará en proceso, a la espera
de otra asignación de un niño/a particular.
16. Finalmente, se realizan actividades de seguimiento del niño/a y la familia
adoptiva, tales como visitas domiciliarias y talleres post adoptivos.
22
Procedimiento de adopción matrimonios residentes en el extranjero.
5. Luego de la llegada del matrimonio al país, debe tener una primera entrevista
con los profesionales del Departamento de Adopción, con el objeto de informarles
sobre el procedimiento de adopción internacional en general, características de los
niños/as y de los desafíos y requerimientos específicos que los niños/as pueden
exigir a los padres adoptivos, especialmente en la primera etapa de vida en
conjunto. Además, este momento se constituye en el primer encuentro directo de
la autoridad central chilena con el matrimonio seleccionado, logrando una
impresión personal del matrimonio y sus potenciales capacidades para asumir la
crianza de su hijo/a.
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6. Con posterioridad, el matrimonio será recibido por los profesionales de la
Unidad de Adopción de la región de origen del niño/a, momento en que se le
entregará información actual sobre éste (su avance en el proceso de
acercamiento, preparación y reacciones al mismo), las etapas y tiempos del
proceso afectivo, legal y administrativo que van a vivir hasta concretar la adopción
y además se señale la coordinación - comunicación que ellos deberán mantener
permanentemente con el equipo de Adopción frente a cualquier dificultad que
pudiera surgir, durante su permanencia en la región.
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Fortalezas de la nueva Ley
Se adecua la ley de filiación, todos los hijos serán legítimos y tendrán los mismos
derechos. Amplia la posibilidad de que el niño crezca en una familia y no en una
institución, para lo cual se contempla la posibilidad de que adopten solteros o
viudos, los que sólo podían acceder a los tipos de adopción clásica o simple que
no otorga la calidad de hijo legítimo.
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este caso la única modalidad que otorgaba el estado civil de hijo era la adopción
plena.
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• Razón de niños por cuidadoras: si son demasiados niños por cuidadora, el
niño puede experimentar una inestabilidad vincular, y no desarrollar un
modelo específico de apego.
27
Visión de Lecannelier en relación a los niños institucionalizados
Así, se encuentran diversas áreas en las que esta vulnerabilidad estaría presente
en los niños que se encuentran en la situación referida en este trabajo y estas
serían:
Areas de vulnerabilidad
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2. Socialización: como lo anteriormente expresado, la presencia de figuras
paternales es principal en tanto agentes socializadores, los cuales introducen
al niño desde pequeño a determinadas pautas culturales. Para los niños
esperando ser adoptados, es difícil contar con dichas figuras, debido al
constante cambio de cuidadores y la poca disponibilidad de los mismos.
3. Modelos de apego: contar con una figura a partir de la cual desarrollar
pautas conductuales es un aspecto central para el logro de un apego seguro o,
al menos, organizado. Sin embargo, en el caso de los niños institucionalizados,
es muy difícil adquirir un modelo tal, debido a la carencia de una figura
cuidadora estable.
4. Ley: el proceso legal de adopción dura cerca de dos años, poniendo en
jaque las posibilidades de que los padres adoptivos jueguen un rol principal en
la formación del modelo de apego del niño, hecho que ocurre en el primero año
de vida.
5. Importancia del enfoque: como se ha visto, la primacía de una visión
biomédica y, en algunos casos, asistencialista para la atención de niños
susceptibles de ser adoptados, descuida las necesidades afectivas de los
lactantes.
Para tener una mirada más amplia como se artícula el problema desde una
perspectiva psicosocial, los factores identificados pueden ser ubicados dentro de
los sistemas postulados por Bronfembrenner (1977b,1979) quien plantea una
visión ecológica del desarrollo humano para dar cuenta de todas las dimensiones
que estarán involucradas.
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Socialización y Apego. En el mesositema se ubican las condiciones de trabajo de
las cuidadoras, su formación previa y el nivel de instrucción proporcionado por la
institución, los programas implementados dentro de ella, y los recursos con los
que cuenta. Aquí, entonces están en juego los mismos ámbitos del nivel anterior.
El exosistema comprendería los aspectos legales que regulan el proceso de
adopción, y la presencia o no de fondos estatales para subvencionar los
programas de intervención. Por último, en el macrosistema, se ubica a la
perspectiva biomédica desde la cual se aproxima al cuidado de los lactantes en
cuestión, enmarcada en la Importancia del enfoque antes referida.
Con todo, se observa que el problema que nos enfocará exige una visión integral
del mismo, a la cual sólo puede accederse desde una perspectiva psicosocial, por
lo tanto, la institucionalización en sí no debería ser un riesgo inevitable para el
desarrollo del apego seguro del niño y su desenvolvimiento posterior. Sin
embargo, es necesario fortalecer las construcciones del apego entre el bebé y sus
cuidadores, y así otorgar bases seguras para su desarrollo posterior, fomentando
su autonomía, desarrollo emocional, identidad y autoestima.
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Urie Bronfenbrenner
T. ecológica de sistemas
Escenarios que no lo Valores, leyes,
contiene, pero si lo pautas y cultura
de la sociedad en
afecta. Relaciones
general.
sociales y/o formales
Cronosistema
Patrones y
actividades del
entorno próximo al Ss
niño. Existen
vínculos.
Conexiones
entre los
distintos
microsistemas
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Desarrollo Biológico, Psicológico y Social del niño
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Todo esto nos lleva a pensar que las carencias afectivas y ambientales a las que
están sujetos los niños dentro de instituciones para la adopción, tendrían
repercusiones directas sobre su desarrollo neuronal.
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1.- La Fundación Chilena de la Adopción: Institución privada sin fines de lucro
fundada en el año 1986. Colabora con el SENAME y está acreditada para
ejecutar programas de adopción. La fundación ofrece lo que denomina “Programa
Integral de Adopción”, que incluye orientación tanto para la familia de origen como
la que recibirá al niño, además de asesoría en la regularización de situaciones de
adopción
2.- Fundación San José para la Adopción Familiar Cristiana: Institución sin
fines de lucro fundada en 1994 por la trabajadora social Bernardita Egaña, con el
fin de “…crear una institución al alero de la Iglesia Católica, que diese una
respuesta real a los graves problemas sociales como el aborto, abandono y
maltrato de niños, y pudiera entregar a las mujeres con embarazos no deseados,
la adopción como una alternativa válida en un clima de acogida y afecto,
otorgándoles herramientas para enfrentar su maternidad conflictuada.” (Quienes
Somos, s.f). La Fundación, contempla casas de acogida para madres con
embarazos no deseados, y para los niños(as) dados en adopción. Además, cuenta
con un centro de atención y asesoría para los padres adoptivos, y el Centro de
Desarrollo Central en Adopción (DIA), dedicado a investigación, atención y
capacitación de los actores involucrados en el proceso de adopción. Además de
esto, la fundación organiza un seminario anual relacionado con la adopción. Hasta
la fecha, se han organizado siete Encuentros Internacionales de Adopción,
publicando cada vez un libro que presenta los trabajos expuestos (Calcagni y
Rivera, 2006).
Con todo esto, queda más claro el nuevo enfoque en que se está basando nuestro
país respecto a la situación de los niños institucionalizados susceptibles de ser
adoptados. Es notorio como ha aumentado el interés y consideración de las
necesidades biopsicosociales de los menores, pero dado lo reciente de todas
estas iniciativas (2003), es que aún se puede decir que existen desafíos
pendientes. Por una parte, es indispensable intensificar los esfuerzos para
optimizar aspectos de la calidad de vida al interior de los centros residenciales, lo
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que implica mejorar los estándares de educadoras por niños(as), a fin de
personalizar la atención y favorecer el desarrollo de un apego seguro. Por otro
lado, es necesario diseñar estrategias de trabajos con tribunales de familia, para
así lograr que se agilicen los procedimientos judiciales.
La solución a ambos desafíos aún no está concretada, de igual modo parece
sumamente destacable que se estén planteando como metas esenciales para el
desarrollo de nuestro país. Todo esto hace patente, que las carencias socio-
afectivas en lactantes institucionalizados susceptibles de ser adoptados, ya forman
parte de un problema psicosocial universalmente reconocido, y que poco a poco
nuestra sociedad está intentando tomar cartas en el asunto, creando las medidas
necesarias para proveer los recursos, tanto económicos como humanos, que
puedan solventar las necesidades que no están siendo cubiertas.
Winnicott decía que no existe bebé sin su madre, para luego agregar que no hay
madre capaz de hacerse cargo de todos los requerimientos del bebé si no hay un
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padre que cumpla la función de contener a esa madre. Es decir, se constituye una
dinámica relacional en que un bebé es atendido por una “madre corriente devota”
volcada a él y un padre como sostenedor de este vínculo desde su inicio.
(Stutman).
Surge así, desde el estrecho vínculo con la madre, la figura de la familia como
grupo de referencia para el niño, del cual sentirse perteneciente y acogido, que
brinda a la vez un espacio de protección y contención, dando seguridad y
estabilidad. Pero Winnicott, siempre prestaba atención en aclarar que la figura
materna no necesariamente es un rol desempeñado por la progenitora (si bien
esta puede presentar ventajas al momento de ejercer el rol), sino por una figura
que cumpla las funciones requeridas por el niño para su supervivencia y
desarrollo.
Es por ello que resulta central que esta figura sustituta sea capaz de satisfacer las
necesidades del bebé, que cuente con la capacidad, la disposición y las
condiciones para cumplir este rol. Ello nos enfrenta con la realidad de los niños
que no cuentan con sus progenitoras como figura materna y se encuentran, al
cuidado de instituciones a la espera que se les asigne una madre sustituta, o sea,
una madre adoptiva y una familia definitiva.
Sin embargo, antes de la llegada del niño a brazos de sus padres adoptivos, debe
esperar en una institución u hogar de tránsito, donde serán satisfechas sus
necesidades, pero ¿cuentan estos lugares con las condiciones suficientes para
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criar al niño durante este periodo? ¿Hasta qué punto logran satisfacer sus
requerimientos? ¿Cómo afecta en su desarrollo emocional e integral esta etapa
carente de una figura materna? ¿Cuánto tiempo o en qué periodo de su vida
puede el niño permanecer en tránsito, antes de presentar consecuencias severas
en su desarrollo?
Los vínculos de apego formados en la primera infancia, son los pilares de la vida
del individuo, representando la base y la orientación que tomará su desarrollo.
Son a la vez el sustento para establecer una identidad familiar, donde padres e
hijos se unen en relaciones íntimas que brindan seguridad, estabilidad, protección
y acogida.
Desde los postulados de la Teoría del Apego, en una etapa inicial, previa al
establecimiento del apego definido, el bebé irá aumentando gradualmente su
contacto con el entorno para comenzar a diferenciar reconocer, a las personas
con quienes interactúa, de modo de definir entonces una figura significativa. La
formación y establecimiento de los vínculos de apego, ocurre en torno a los seis
meses de edad. En que el bebé ya comienza a formar un modelo mental
específico para reconocer, anticipar y vincularse de un modo determinado con su
cuidador significativo.
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adversas experimentadas por el niño en los primeros meses de vida. Una
adopción posterior a esa edad, en que el niño ya ha vivido una experiencia de
carencias en el establecimiento de sus vínculos, siendo ésa una etapa crítica para
el desarrollo del apego (Lecannelier, 2004)
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Característico resulta en los padres adoptivos el mostrarse en un primer periodo
sobreprotectores. Más allá de las aprehensiones y ansiedades producto de las
circunstancias propias de la adopción (como son la presión por crear un vínculo y
ser aceptados por el niño o la inseguridad en las propias capacidades para percibir
y atender sus demandas), este hecho permite una lectura positiva respecto al
proceso que viven en su nuevo rol parental. En alguna medida da cuenta en ellos
de la capacidad de asumir una fase de dependencia absoluta con su hijo que
repare la carencia inicial y que se irá superando gradualmente, cuando el niño
vaya percibiendo la estabilidad del entorno y la seguridad que le brindan sus
padres en la entrega de las funciones maternas primarias y cuidados básicos:
entonces surgirá también la falla gradual que el niño ya será capaz de tolerar,
asentándose el logro de la identificación con su hijo.
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se constituye en fallas no graduales, abruptas, que superan su capacidad de
sobreponerse (Ajuriaguerra y Marcelli, 1982)
Uno de los rasgos distintos que suele aparecer en estos casos es la “amistad
indiscriminada”, en ello, el niño tiende a ser amistoso y cariñoso con cualquier
persona extraña, sin mostrar temor o precaución, como sería esperable,
careciendo aparentemente de Ansiedad de Separación que regularía estos
acercamientos producto de no haber formado un vínculo estrecho con una figura
estable y cercana, que provea de protección, cuidado y regulación. Esta
característica deriva en conductas de riesgo que aumentan la probabilidad de
insertarse en entornos y situaciones peligrosos (prostitución, pandillas, secuestros,
etc.).
Es así que la adopción cumple un rol fundamental para el desarrollo de un niño, ya
que permite que se establezca una relación vincular entre padres e hijos, que será
la base de un desarrollo de personalidad sano. “Solo cuando una persona ha
recibido el amor gratuito de sus padres, puede ser capaz de amar a sus vez,
rompiéndose así el circulo vicioso del desamor e instaurándose el círculo virtuoso
del amor” (Hermosilla, 2003, pp. 82-83).
Pero es la adopción exitosa la que constituye una cura para la lesiones de un niño
abandonado. Una adopción frustrada, marcada por el rechazo implícito o explicito
de los padres hacia el niño, le significa una nueva lesión grave, de la que es
probable nunca se recuperará completamente, “Una adopción fallida es, por lo
común, desastrosa para el niño, a punto tal que habría sido mejor no hacer el
intento” (Winnicott, 1998, p. 168). Una adopción tardía aumenta significativamente
la probabilidad que ésta se constituya en una adopción fallida.
Si bien entendemos que una adopción oportuna debe realizarse no más allá de los
seis meses de edad, de modo de evitar el riesgo que implica para su desarrollo el
postergarla, debe comprenderse también la importancia de anticipa lo más posible
este encuentro, ya que ello facilitará en gran medida la creación de un vínculo y de
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una identidad familiar, tanto para el bebé como para los padres adoptivos, lo que
en ambos casos favorece significativamente el proceso de desarrollo del niño.
Conclusiones
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Para abordar en plenitud el problema psicosocial que fue objeto de este estudio e
interés, fue necesaria una visión multidisciplinaria, tomando en cuenta tanto las
perspectivas biológica, social, psicológica, legal. En primer lugar, desde una
perspectiva biológica, el período inicial de la vida se caracteriza esencialmente por
el desarrollo neurológico, donde el cerebro genera neuronas y forma sinapsis de
acuerdo a las experiencias que el ambiente facilite, teniendo así el medio una gran
influencia en el desarrollo neurológico de los infantes. Los niños institucionalizados
viven en un ambiente que no brinda condiciones favorables para su desarrollo, ya
que no se refuerzan las vías neuronales adecuadas. Este bajo potencial de
desarrollo neuronal es provocado por un decaimiento afectivo y táctil, aumentando
el riesgo de que a largo plazo desarrollen una serie de dificultades cognoscitivas,
conductuales y emocionales.
Por otro lado, desde una perspectiva social, el proceso de socialización es
fundamental, conllevando consecuencias necesarias en el desarrollo integral de
las personas. Mediante el proceso de socialización el individuo aprende sobre su
cultura y los roles que debe cumplir, y precisamente en la primera infancia
comienza la identificación personal del niño, que se estructurará casi
exclusivamente merced a las experiencias positivas o negativas que le otorgue el
ambiente. Así, el ambiente social y material adquieren gran importancia en el
proceso de socialización. Los niños institucionalizados vivencian la ocurrencia
simultánea de varias condiciones negativas, primordialmente, la separación del
niño de su madre y la carencia subsecuente de otras figuras que sustituyen social
y afectivamente al rol materno. Los niños institucionalizados están propensos a
tener alteraciones en diversas áreas del desarrollo psíquico, como lo son el
rendimiento intelectual, lenguaje y conducta emocional y social.
Desde una perspectiva psicológica, la conformación de un apego seguro se
constituye como la base de cualquier otra tarea del desarrollo humano. Los niños
institucionalizados no adquieren de manera satisfactoria este lazo socioafectivo,
influyendo esto en el desenlace de su crecimiento personal, ya que éstos carecen
del vínculo de apego con sus cuidadores. Al fallar el apego en estos niños, pueden
surgir problemas serios en la formación de su personalidad, surgiendo a la vez
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problemas en las áreas del desarrollo social, conductual, cognitivo, pensamiento,
desarrollo de la conciencia, relaciones recíprocas, entre otros.
La adopción ha pasado a ser un tema de gran relevancia para la ley y el
funcionamiento institucional. Desde la perspectiva legal, los niños en situación de
adopción son objetos de protección, haciéndose evidente la consideración que se
tiene de sus necesidades físicas, materiales y psicológicas. Asimismo, al
considerar que a éstos niños los cuidados y afectos se le fueron negados desde
su nacimiento, tanto lo estipulado por la Convención Internacional sobre los
Derechos del Niño (1989), como el Servicio Nacional de Menores (SENAME) en
Chile, se han preocupado de que el menor reciba los cuidados adecuados antes,
durante y después del proceso de adopción, ya que las repercusiones que pueden
tener estas carencias de la primera infancia en el desarrollo posterior son
preocupantes.
Finalmente, un individuo es un ser psicosocial, una entidad dinámica y en
desarrollo que va implicándose progresivamente en el ambiente e influyendo en él.
Desde este plano, se concibe el desarrollo como un cambio perdurable en el modo
en el que la persona percibe el ambiente que la rodea y el modo en el que se
relaciona con él. Al mirar el problema que abordamos desde una perspectiva
psicosocial, éste puede articularse basándose en el enfoque ecológico de
Bronfenbrenner. Dicho enfoque propone la existencia de interacción entre
persona, ambiente y cultura, y la existencia de factores que propician el desarrollo
del problema en cuestión. Estos factores pueden ser ubicados dentro de los
sistemas ecológicos postulados por el autor: el microsistema, el exosistema, el
mesosistema y el macrosistema. Además, mirando las condiciones para el
desarrollo de los niños institucionalizados, pueden identificarse ciertos factores
que los hacen vulnerables a presentar, posteriormente, problemas en su
desenvolvimiento dentro del ámbito personal, social, e incluso intelectual. Esto,
debido a estar sujetos a una situación de desventaja inicial para su evolución,
respecto a otros infantes no sometidos al proceso de adopción.
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Bibliografía
Fundación San José para la Adopción Familiar Cristiana (s.f). Quienes Somos.
Recuperado el 9 de Abril de 2007, de
http://www.fundacionsanjose.cl/wfsj/quienes_somos_historia.html
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Universidad Católica de Valparaíso, Valparaíso, Chile.
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