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Sobre el concepto de Historia de las Ideas

Arturo Ardao

Reseña descriptiva y explicativa del texto:


El investigador de la historia de las ideas se enfrenta a problemas, uno de ellos, que es
del que se va a ocupar este texto, es el del problema del significado y alcance del
concepto de Historia de las Ideas.
Este problema se debe a dos razones: la primera, se produce el encuentro de estudiosos
que vienen del campo de la historia y de la filosofía; y la segunda, a que la noción de
historia y de filosofía están sometidas a una profunda revisión crítica.
Para analizar este problemático concepto toma a tres autores (Ortega y Gasset, José
Gaos y Francisco Romero) de distintas posiciones y que les ayudará a exponer sus tesis.
Para Ortega y Gasset la Historia de las ideas es historia de las ideas puras o abstractas,
lo que establece para negar su legitimidad. Lo que quiere decir es que no hay ni puede
haber historia de las ideas puras o abstractas. Pero no niega la historia de las ideas, sino
la historia de las que considera pseudohistorias: las ideas como esquemas abstractos de
pensamiento. Afirma la posibilidad y la necesidad de una historia de las verdaderas
ideas: las ideas como funciones vitales de la conciencia humana.
Para José Gaos la Historia de las ideas es historia de las ideas concretas de todas las
clases y de todas las clases de hombres. Reivindica la expresión “Historia de las ideas”;
en ella subsume a la historia de la filosofía y a la historia del pensamiento; las cuales
son aspectos parciales de la historia de las ideas.
Para Francisco Romero la “Historia de las ideas” registra los pensamientos en cuanto
ideología del proceso histórico. (como fermentos u orientaciones de la existencia
político y social). (concepto intermediario entre Ortega y Gaos). También retiene la
expresión, pero con un alcance más limitado. La Historia de las ideas es la historia de
los pensamientos en sus inmediatas implicaciones de historia general.
Las tesis planteadas por Ardao:
1. La expresión “historia de las ideas” se tiene que usar para designar el conjunto
de los estudios históricos en los distintos dominios particulares de las ideas, y no
como rótulo que denomine a indagaciones globales de las mismas.
2. El sector de las ideas filosóficas tiene un carácter de generalidad o universalidad
que lo remonta por encima de los otros y lo convierte en condicionante o rector
de los mismos.
3. La historia de las ideas filosóficas no es la historia de las ideas, desde que a ésta
la integra además la historia de otras clases de ideas. Es sólo una parte de ella.
4. La historia de las ideas filosóficas no es ni más ni menos que la historia de la
filosofía.
5. Hay dos tipos igualmente válidos, cada uno en su esfera, de historia de la
filosofía o de historia de las ideas filosóficas: el de las ideas filosóficas puras o
abstractas y el de las ideas filosóficas relacionadas con sus concretas
circunstancias históricas.
6. Ambos tipos se legitiman tanto en el proceso universal como en el proceso
americano; pero en este último resulta particularmente exigido el tipo de historia
de la filosofía o de las ideas filosóficas que indaga a éstas en su imbricación con
las demás circunstancias concretas de la cultura.
7. Las cátedras o cursos de historia de las ideas en América deben centrarse en torno
al proceso de las ideas filosóficas, estudiadas éstas conforme al criterio que acaba
de expresarse. Es la vía mejor para el esclarecimiento de los procesos de las
demás ideas.

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