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1. ENSAYO.

LOS FACTORES BIOLÓGICOS, COGNITIVOS Y AFECTIVOS SE ENCUENTRAN


INTERACTUANDO DE MANERA CONJUNTA EN EL COMPORTAMIENTO HUMANO.

Son muchos los elementos que se conjugan para que el ser humano logre asumir cierta conducta que
le permita de una u otra manera estar en armonía con su entorno, de esa conducta dependerá la sana
convivencia o por el contrario, se generarán conflictos que tendrán que abordarse desde la psicología
mediar en el individuo, y de esta forma lograr moldear los comportamientos a través de unos
estímulos, para que las respuestas o consecuencias sean acertadas a lo que llamare conducta
adecuada. Abordaré tres factores; el biológico, el cognitivo y el afectivo y determinaré de qué manera
estos interactúan de manera conjunta en el comportamiento humano. Con respecto al factor biológico,
se ha podido determinar que el sexo según Ochando (1983) « se caracteriza fundamentalmente por la
combinación y recombinación genética en cada generación. Y esto es lo que le ha permitido ser,
desde el punto de vista evolutivo, altamente ventajoso: la generación de variabilidad genética permite
mayor flexibilidad adaptativa a la especie, evolución más rápida, y claras ventajas a largo plazo frente
a otras formas reproductivas asexuales». Con respecto a lo anterior, podemos decir que el sexo en la
especie humana que ha sido el más estudiado, ha arrojado algunos resultados con respecto al
comportamiento humano dependiendo del sexo al que se pertenece, se ha encontrado que el individuo
tiene cierto comportamiento, lo que es evidente aunque en algunas ocasiones se notan algunas
excepciones. Por ejemplo, se ha determinado que normalmente, la mayoría de los varones muestra
interés por el fútbol, pero esto no quiere decir que algunas mujeres no se sientan atraídas por este
deporte y que a algún porcentaje de varones no muestren ni siquiera interés en verlo jugar. En base a
lo anterior no podemos afirmar que el sexo es determinante de manera radical en cierto
comportamiento o conducta, sino que más bien está determinado por el estímulo que se dé, el cual va
a determinar una respuesta (comportamiento) que va a generar una respuesta o consecuencia
(conducta). Según Ochando (1983), «existen variantes que poseen bases genéticas como
monogénicos, cromosómicos, cuantitativos, de huella genética». Estas variantes en los genes
determinan ciertos comportamientos en el individuo y es normal que ante esta variabilidad se generen
enfermedades, desordenes o anomalías. Comportamientos que son “aceptables”, entendiendo que si
no hay una “normalidad” en el gen, el comportamiento del individuo estará caracterizado por unas
tipologías que a juicio de los expertos en el comportamiento humano pueden entenderse como
respuestas (conducta) que requieren ser tratadas. Con respecto a este factor puedo afirmar que la
genética influye parcialmente en el comportamiento humano, los genes que se heredan del padre o la
madre, determinaran en cierta medida el comportamiento de su hijo, pero recordemos que todas las
personas son flexible y moldeable, esto nos permite tratar de mejorarlo, el desarrollo se produce según
la sociedad o ambiental, esto quiere decir que determina como se vaya a desarrollar la persona, con
esto “podemos estimular el desarrollo de un niño que esté en un mal ambiente” para una mejor
enseñanza y educación. Todo lo anterior se sustenta con la teoría de la modificabilidad estructural
cognitiva de Rouven Feuerstein estudiada en la asignatura anterior. En términos generales no
podemos darle una sobrevaloración a este factor, indicando que determina de manera literal el
comportamiento humano.
Con respecto al factor cognitivo, se puede afirmar, que se requiere de una adaptación a una vida
social, que requiere de una capacidad cognitiva que genera ciertos comportamientos en el individuo y
que le permite interactuar con su entorno gracias a la asimilación o aprendizaje. No es posible mediar
en un individuo sin que este haga uso de sus estructuras cognitivas, posteriormente, a su vez, este
aprendizaje provoca que el sujete adopte una conducta que es el resultado de ciertos estímulos que
han activado un comportamiento, pudiendo este al mismo tiempo ser mediado a través de ciertas
acciones que permitan que las respuestas sean acertadas. Se requiere entonces de unos estímulos
que activen las estructuras cognitivas cerebrales, lo que conlleva a que el individuo evoluciones y de
adapte a las nuevas condiciones del entorno, asumiendo un nuevo comportamiento que le llevará a
replantear las respuestas (conducta) a dicho comportamientos y que le ha generado un aprendizaje.
Teniendo en cuenta los dos factores hasta ahora abordados, biológico y el cognitivo, se puede afirmar
que se complementan en la medida que determinación un comportamiento humano, pues al heredarse
los genes que generan ciertos comportamientos, se da por hecho que si el padre en algunos casos se
caracterizaba por tener unas capacidades cognitivas altas, el hijo tiene una alto grado de heredar esas
características a través la estimulación adecuada de un mediador (entorno, familia, amigos, docentes,
entre otros) que se asimilarán por el individuo y que le llevará a adaptarse con facilidad, pues tiene la
capacidad de heredarlas o de asimilarlas con facilidad, aunque de no haberse transmitido esas
capacidad cognitivas, recordemos que el ser humano es modificable y que puede aprender en
palabras de Gámez y
Marrero (2005) «lo importante es la dialéctica entre el sujeto con sus tendencias innatas y el entorno
que permite o inhibe dicho desarrollo». Es necesaria entonces la interacción entre los individuos,
porque esto promueve y genera desarrollo cognitivo, es tan relevante la integración que cada vez que
interactuamos con otras personas terminamos aprendiendo de ellas y ellas de nosotros, de tal manera
que a este factor se le atribuye una gran importancia porque cuando las interacciones se realizan con
personas que presentan conductas adecuadas, terminaremos asumiendo comportamientos que
generarán igualmente respuestas adecuadas en nosotros, lo cual son necesidades propias del ser
humano, en palabras de Gámez y Marrero (2005) «necesidades de autonomía, competencia y
vinculación, que impliquen todo este abanico de capacidades cognitivas y biológicas». Por último
abordaré el factor afectivo, el cual es inherente a todo ser humano, y que indiscutiblemente provoca un
comportamiento de acuerdo a la situación afectiva del individuo, de tal manera que si los sentimientos
son negativos, de igual forma el comportamiento en un altísimo porcentaje también lo va a ser. El ser
humano en su necesidad de relacionarse con los demás, establece distintos vínculos afectivos, que
tienden a organizarse de forma compleja, estas formas son las emociones y los sentimientos. Estos a
su vez están cargados de tensión y de energía, que terminan movilizando los comportamientos del
individuo y generando una conducta, esos comportamientos pueden ser positivos o negativos, en el
caso del aprendizaje, requerimos que esos comportamientos sean positivos para que generen un
desarrollo cognitivo en los sujetos que orientamos, en palabra de Ciompi (2007) «resulta muy
sorprendente que las emociones jueguen un papel tan importante en cualquier acontecimiento
psíquico o social». Siempre serán las emociones y los sentimientos las que determinarán un estado de
ánimo en el individuo que provocará en él un comportamiento para llevar a cabo o no una actividad
determinada. Según Ciompi (2007) «los afectos son los motores y organizadores esenciales de toda
evolución psíquica y social». En el caso del aprendizaje, si el estudiante controla sus sentimientos y
emociones y estos a su vez son estimulados positivamente o de no estarlos, el docente mediador
ejecuta algunos estímulos que permiten la modificabilidad en el individuo, se estará haciendo muy bien
la tarea como pedagogo. Pues indiscutiblemente el campo afectivo juega un papel fundamental en la
disponibilidad del discente para aprender o no. A manera de conclusión, los factores biológicos,
cognitivos y afectivos se encuentran interactuando de manera conjunta en el comportamiento humano,
haciendo de él, un sujeto que recibe de sus padres una herencia que le permitirá tener o no unas
características que le permitan un desarrollo cognitivo, recibiendo en su interacción con el entorno un
cúmulo de elementos que enriquecerán sus conocimientos y le permitirán adaptarse al medio y
además dependiendo de los sentimientos y las emociones que posea, tendrá o no la disponibilidad de
recibir y enriquecerse integralmente
"FACTORES BIOLÓGICOS, COGNITIVOS Y AFECTIVOS QUE AFECTANEL COMPORTAMIENTO
HUMANO"
Doctorante: Emilio José Díaz Mendoza

Es conocido como los sentimientos y emociones percibidos por la amígdala, sonenviados a los centros
cerebrales del tallo, quien genera estímulos al sistema autónomo, lo que da lugar a nuestro
comportamiento más intuitivo, como aumento de la presión arterial o sudoración. De esta manera, se
explica como los "centros cerebrales emocionales y cognoscitivos están íntimamente relacionados y se
influyen mutuamente de continuo".Ciompi, (2007, p 427), la parte afectiva de nuestro cerebro al ser
estimulada puede producir reacciones físicas, por lo que " los afectos no sólo acompañan
al pensamiento y al comportamiento sino que también en buena medida los guían y
los organizan." Ciompi,(2007, p 430).Todo lo anterior da lugar a proponer a los afectos como los
motores y organizadores esenciales de toda evolución psíquica y social. Ciompi, (2007, p 435), es
así como los afectos positivos como el amor, serán los que realizaran la transformación social que
podría curar los males de la humanidad. Pero en este contexto, surgen interrogantes de cómo se
genera esta respuesta desde el factor cognitivo relacionado con la
inteligencia ylos sentimientos. Es aquí, donde ciencias como la genética procura dar explicaciones
nuestro comportamiento tales es el caso presentado por Ochando, (2002); pero los estudios no son
concluyentes para aclarar cada uno de los diferentes comportamientos.Teniendo en cuenta que no
había una explicación convincente desde la biología y
lagenética en lo que respecta al comportamiento humano, se encuentra como dentro denuestra
línea evolutiva predominan dos características fundamentales: la Variabilidad
y laVersatilidad, Ochando (2002, p 38). La Variabilidad es la llave para
comprender lagenética del comportamiento. Todo esto permite ir concluyendo que el
comportamientohumano es el resultado de la influencia de un genoma único, el cual se ve influenciado
poruna historia individual única. Ochando (2002, p 39). Es así como aunque el individuo nose pueda
desvincular de la biología, tampoco queda encadenado a esta.De esta manera, el comportamiento
social y la cultura, en su sentido más amplio, sepueda explicar cómo proceso extragenético,
está influenciado tanto por el ambiente y lagenética de alguna forma. Ochando (2002, p 43). Lo que pe
rmite, que desde lacomprensión y el estudio de las relaciones interpersonales, se deba tener en
cuenta elsustrato cerebral sustenta los mecanismos cognitivos responsables de la motivación que
losseres humanos se relacionen y que estas relaciones sean saludables dentro de un marco
decooperación racional. Gámez & Marrero,(2005, p 259). Todo esto permite que no sesobrevalore un
punto u otro, sino que se comprenda esta relación como un todo influyentey responsable
del comportamiento humano.
1.2 Ensayo. Factores biológicos, cognitivos y afectivos.
Resumen
El ser humano está inmerso en un ambiente tan diverso que cualquier cambio influye tanto en su
crecimiento como en su pensamiento, incluso siendo hermanos cada uno vive experiencias diferentes
que determinan su futuro.
Dependiendo de la perspectiva con que se estudie el comportamiento será la importancia que se le
imprima a los factores biológicos, cognitivos y afectivos.
En este ensayo se considera a la persona como un ser biopsicosocial, completo desde el momento de
su concepción. Se reflexiona sobre el impacto de cada factor en el desarrollo de su comportamiento.
Pregunta clave: ¿Cómo estos factores se encuentran interactuando de manera conjunta en el
comportamiento humano?
Desde el paradigma genético el comportamiento forma parte del fenotipo de un organismo biológico,
en este caso el ser humano, que contiene una base genética que no determina el resultado final pero
sí influye a que las personas tiendan a determinados comportamientos.
Se define al comportamiento como un “programa abierto” que dispone de distintos elementos o
variables para su evolución y modificación de estructuras que le permitan aprender y sobrevivir en los
contextos en que se desenvuelve. El hombre después de adaptarse por selección natural, con el uso
de su inteligencia ha sido capaz de girar las circunstancias para que el ambiente se adapte a él,
generando las posibilidades o alternativas que resuelvan las dificultades que el contexto les presente.
(Moreno, 1995)
Entonces, en un primer acercamiento la genética no determina las decisiones que el hombre toma
para actuar de cierto modo.
En cuanto al paradigma afectivo, se podría considerar que los sentimientos o emociones se han ligado
más al comportamiento. Ciompi (2007) propone el término de lógica afectiva pues afirma que los
centros emocionales y cognoscitivos están íntimamente relacionados tanto que cuando una emoción
es percibida, el cuerpo la manifiesta modificando su estado como el sudor, aumento de ritmo cardiaco,
dolor de estómago, ira, etc., esto sucede en una fase básica pues con el paso del tiempo la cultura y el
ambiente en el que se encuentra inmersa la persona regula el modo en que expresará las emociones o
afectos en tanto esté permitidos o no, por ejemplo “los hombres no lloran” es una expresión que limita
la manifestación de la tristeza, el dolor y todos aquellos sentimientos que le hagan ver débil. Desde
esta lógica afectiva la adaptación autorreguladora de la atención, la memoria, el pensamiento y el
comportamiento son manejados desde el estado afectivo, permite la selección de información, el
razonamiento, el interés y la curiosidad.
Por lo tanto, es seguro que la afectividad también influye en el comportamiento humano y es necesario
desarrollar cierta inteligencia emocional que ayude a identificar las emociones y a canalizarlas de la
mejor manera posible para lograr la adaptación de la persona al ambiente.
El factor cognitivo o inteligencia se encuentra presente en cualquier proceso del desarrollo humano
pues es donde se relaciona la información percibida con las experiencias previas y la manera en que el
sujeto expresará lo aprendido.
Cognición hace referencia a los procesos por los que el input sensorial es transformado por las
funciones complejas mentales que operan sobre las representaciones personales, esta información es
interpretada determinando la respuesta idónea de acuerdo al sistema que constituye el
comportamiento del individuo (Ortiz, 2009)
Es aquí donde se logran observar todas las demás configuraciones de los factores afectivos y
biológicos, se requiere de que todos ellos funcionen adecuadamente para generar un aprendizaje
significativo y por lo tanto una posible modificación en uno o varios aspectos del comportamiento. Un
ejemplo es cuando los órganos de los sentidos reciben cierta información que es percibida a nivel
neuronal, es relacionada y organizada a través de los canales necesarios para su procesamiento de
acuerdo al significado en la vida personal y social para lograr una adaptación al medio o la
consecución de metas específicas. Desde el momento de la percepción de los estímulos, sea
información, imagen, sabores, olores, entre otros, la afectividad de la persona juega un papel
circunstancial para generar la motivación que impulse o limite la experiencia ante el estímulo, si en su
contexto social ha tenido experiencias previas positivas que han provocado un apego con alguna
persona, emoción o sensación, el individuo estará más dispuesto al aprendizaje pero, si por el
contrario, existe una relación negativa con elementos relacionados al estímulo, la motivación será
mínima o nula y la resistencia más evidente. (Gámez, 2005).
CONCLUSIÓN
Las relaciones sociales y el medio ambiente son los elementos cohesivos de todos los factores que
caracterizan el comportamiento humano. Se inicia con el deseo de la concepción por los padres de un
individuo, el contexto en el que se desenvuelve, la buena o mala salud (mental, social y biológica u
orgánica), la educación y/o la intervención que se realice si la persona tiene dificultades en el
desarrollo de algún factor que manifieste para interactuar con cada uno de los elementos. No es
necesario estar en las mejores condiciones generales para lograr éxito, dependerá de la persona y de
sus deseos para obtener sus metas.
Los seres humanos son capaces de adaptarse a su medio ejecutando procesos que le permitan
regular su comportamiento para subsistir bajo cualquier condición. De acuerdo al análisis realizado
ninguno de los factores es más importante que otro pero tampoco pueden funcionar sin alguno. Por lo
tanto, poniendo un ejemplo, si una persona nace con un diagnóstico desalentador de lesión cerebral
donde no logrará desplazarse, alimentarse e integrarse socialmente. Pero afortunadamente los padres
reciben una orientación adecuada y aunque sean de bajos recursos con ayuda de la familia brindan
una intervención sistemática, forman a su hijo con buenas expectativas, con afecto o amor, con reglas
y valores definidos en su educación al igual que los demás hijos, esa persona podrá superar las
dificultades manifestadas en un diagnóstico basado en un solo factor (Experiencia personal)
Ciompi
A continuación voy a resumir en cinco tesis fundamentales las interacciones
principales entre sentimiento y pensamiento, tal y como se presentan desde el prisma
de la lógica afectiva. Más adelante, abordaré algunas de las consecuencias
prácticas y generales que se derivan de ello. Se revelará esencialmente –como
desde ahora deseo indicar– que los sentimientos, emociones o afectos (ya hablaremos
sobre la definición) juegan en cualquier tipo de pensamiento y acción un
papel que no sólo es muy importante sino que es mucho más asible de lo que se
admite.
Mi primera tesis, que coincide además con el punto de partida de cualquier
lógica afectiva postula que: sentimiento y pensamiento, –o emoción y cognición,
afectividad y lógica, en un sentido amplio–, interactúan obligatoriamente en la
actividad psíquica.
Mi segunda tesis postula que los afectos no sólo acompañan al pensamiento
y al comportamiento sino que también en buena medida los guían y los organizan.
Mi tercera tesis afirma que los sentimientos, pensamientos y comportamientos
vividos simultáneamente, en una situación determinada, tienden a agravarse
en la memoria en forma de unidades funcionales.
Mi cuarta tesis afirma, de una manera que puede parecer un poco enigmática
a primera vista, que el grande está dentro del pequeño y el pequeño está dentro
del grande, o incluso, que la psique posee una estructura fractal.
Mi quinta tesis es, en cierto modo, el resumen de las cuatro anteriores. Ésta
afirma que los afectos son los motores y organizadores esenciales de toda evolución
psíquica y social.

CONCLUSIÓN
Es importante no pervertir el conocimiento: no debemos temer a las diferencias, aunque sean de
origen genético, pero hay que tener claro su significado y sus consecuencias. Lo primero que
aprendemos de la genética es la infinita diversidad biológica, y en el caso del Homo sapiens,
además, la extraordinaria e irreductible complejidad de su fenotipo, junto con su versatilidad
adaptativa.
En definitiva, dos aspectos quisiera destacar en estas conclusiones:
1). Uno, el conjunto del patrimonio genético de cada cual, participa en su inteligencia, su
psicología, su comportamiento. Pero el comportamiento de un ser humano, y su evolución en el
curso de la historia de su vida, no están escritos en sus genes. Son el resultado, original, único,
por partida doble, de un genoma único y de una historia individual única.
2). Y dos, la humanidad no puede desvincularse, desprenderse, separarse de su biología, pero
tampoco está encadenada a ella. El comportamiento social, la cultura, en su sentido más amplio,
no es un proceso agenético, pero si es un proceso extragenético.
En dos palabras, y respondiendo al título de nuestra charla:
ni azar ni necesidad, ni ambiente ni genes, sino ambos.

En este artículo se propone que la capacidad humana para la interacción


interpersonal constituye una capacidad cognitivamente diferenciada y motivada.
La base motivacional de dicha capacidad la proporciona la Teoría de la
Autodeterminación de Deci y Ryan (2002). Dicha teoría propone tres necesidades
organísmicas básicas que requieren de “los otros” para su satisfacción:
la autonomía, la competencia y la vinculación. En cuanto a su naturaleza como
capacidad cognitivamente diferenciada se revisan las aportaciones más recientes
de la investigación cognitiva y neurocognitiva, así como la contribución de
la teoría del Apego de Bowlby que integra las necesidades con las representaciones
mentales, la historia evolutiva y las diferencias individuales. También
se incluyen los fundamentos filogenéticos de esta capacidad interpersonal según
la perspectiva de la psicología evolucionista y, a modo de conclusión, se señalan
las certezas y limitaciones del estado actual del conocimiento, así como algunas
orientaciones futuras en la investigación.

modo de conclusión
A lo largo de este artículo hemos seleccionado una serie de trabajos que
desde diferentes perspectivas teóricas y metodológicas apoyan que las relaciones
interpersonales no dependen para su funcionamiento de un conjunto disperso
de reflejos (sean éstos innatos o aprendidos) sino de una capacidad específica
y diferenciada.
El estado del conocimiento de la investigación de las relaciones interpersonales
muestra la existencia de un volumen importante de datos sobre las
características psicológicamente relevantes de la conducta interpersonal. Tenemos
amplias y minuciosas descripciones de la vida en grupos, sean éstos
formales e informales; conocemos con detalle la influencia en la vida cotidiana
de los estereotipos, las actitudes, los roles o los prejuicios; disponemos de
un registro minucioso de las conductas más frecuentes en los diferentes tipos
de relación interpersonal, las preferencias para elegir pareja en función del
grupo social, la edad o el sexo. Sin embargo, la mayoría de estos trabajos no
suelen hacer referencia a un marco común, a una capacidad específica y dife E.
Gámez e H. Marrero
Anuario de Psicología, vol. 36, nº 3, diciembre 2005, pp. 239-260
© 2005, Universitat de Barcelona, Facultat de Psicologia
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renciada para las relaciones. Cuando las evidencias provienen del enfoque
social constructivista (o de cualquiera de sus variantes) se asume un supuesto
implícito pero esencial en cualquier discurso sobre las relaciones interpersonales,
a saber, existe una predisposición, una naturaleza biológica que nos define
como seres sociales.
A lo largo de este artículo hemos intentado fundamentar la existencia de
una capacidad para las relaciones interpersonales distinta de la conducta social
en general, pero que tiene una especial incidencia en el estudio del denominado
well-being o bienestar, uno de los objetos de estudio más relevantes en la
psicología contemporánea (Kahneman, Diener y Schwarz, 1999)
Como hemos afirmado previamente, el estado del conocimiento de la
investigación actual sobre las relaciones interpersonales demanda un esfuerzo de
integración de las distintas evidencias relevantes que se nos presentan como dispersas
o poco conectadas entre sí. Este artículo propone una manera de llevar a
cabo esa integración; por supuesto, se trata de una propuesta discutible y provisional,
cuyo único valor es avanzar algo en el camino hacia la integración.
La capacidad humana para las relaciones interpersonales es una capacidad
compleja pero primitiva. Se ancla en el desarrollo de las habilidades más básicas
que el ser humano tuvo que desarrollar para convivir y competir con sus congéneres.
Como tal, tiene sus correlatos cerebrales en las zonas más evolucionadas
de la corteza pero con conexiones claras con la amígdala y los centros que
regulan las experiencias apetitivas y evitativas, según nos muestran los últimos
trabajos de lo que se ha dado en llamar neurociencia cognitivo-social
(Adolphs, 2003; Ochsner y Lieberman, 2001).
Sin embargo, el alcance de los datos que aporta la neurociencia es aún
limitado. Sabemos que la capacidad para las relaciones debe disponer de mecanismos
modulares de procesamiento de contenido específico (por ejemplo,
el reconocimiento de caras, la empatía o la detección de tramposos) pero también
tiene que contar con mecanismos más generales, más permeables al
aprendizaje, a las nuevas experiencias y a la cultura, mecanismos que organicen
en la comprensión y en la memoria, las regularidades en los patrones de
las relaciones interpersonales (esquemas relacionales, expectativas, etc.).
Podemos decir que la representación cognitiva de las relaciones interpersonales
emerge como resultado de la activación de esquemas sobre uno mismo,
los otros y la relación. En el escenario mental resultante tienen un papel relevante
las expectativas y las metas de los protagonistas de la relación, que actuarían
como organizadores causales de la información activada. Del conjunto
de información activada en el escenario mental de las relaciones es interesante
destacar: el impacto de las relaciones previas sobre las nuevas, cómo afectan
los otros a nuestro self, la capacidad para discriminar la valencia de las expectativas
de la conducta de los otros en la relación, la experiencia previa con las
figuras de apego y el contenido de las metas interpersonales.
Al mismo tiempo, todo este esfuerzo tiene que satisfacer necesidades
psicológicas importantes, básicas y universales pero genuinas del ser humano,
no aquéllas que comparte con otras especies. Necesidades y motivos, como
son las necesidades de autonomía, competencia y vinculación, que impliquen
Bases cognitivas y motivacionales de la capacidad humana para las relaciones interpersonales
Anuario de Psicología, vol. 36, nº 3, diciembre 2005, pp. 239-260
© 2005, Universitat de Barcelona, Facultat de Psicologia
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todo este abanico de capacidades cognitivas y biológicas. La satisfacción de
estas necesidades permite a las personas tener un funcionamiento óptimo en
términos de su salud física y psicológica, al tiempo que está en el origen de la
motivación intrínseca y de motivos sociales como el logro, la afiliación y el
poder. A este respecto, es relevante el papel específico que la teoría de la autodeterminación
atribuye a la capacidad para las relaciones interpersonales en
el bienestar interpersonal, lo que además constituye un argumento adicional
favorable a la consideración de la capacidad para las relaciones interpersonales
como una capacidad diferenciada.
Por último, la comprensión y el estudio de las relaciones interpersonales
pasa por la integración de todo el conocimiento anterior en el sustrato cerebral
que sustenta los mecanismos cognitivos responsables de nuestra motivación
por las relaciones.
expondremos lo que nos dejó esta actividad, comentando alrededor de la idea de qué tanta influencia tienen estos
factores en nuestro comportamiento cotidiano: ¿La genética, los procesos cognitivos nos controlan por completo? ¿Qué
tanto?

A la hora de determinar los factores responsables del desarrollo del niño he estudiado por qué unas personas se
diferencian de otras en cuanto a su personalidad, inteligencia, habilidades… se plantea el problema sobre cuál es
el origen de los mismos: La HERENCIA que se recibe o el MEDIO en el que se crece. Después de muchos años de
polémica, las investigaciones, están de acuerdo en rechazar planteamientos de “todo-nada”. Actualmente están
ya superadas las posiciones excluyentes, y hoy en día el punto de vista conocido como INTERACCIONISMO es el
más común

Entonces, en un primer acercamiento la genética no podemos decir que ésta determina las decisiones
que el hombre toma para actuar de cierto modo, no podemos responsabilizar del todo al factor
genético, como único determinante del comportamiento humano.

Hablando de los factores biológico y el cognitivo, se puede afirmar que se complementan y


pueden determinar un comportamiento humano, pues al heredarse los genes que generan
ciertos comportamientos, se da por hecho que si el padre en algunos casos se caracterizaba
por tener unas capacidades cognitivas altas, el hijo tiene una alto grado de heredar esas
características a través la estimulación adecuada de un mediador (entorno, familia, amigos,
docentes, entre otros) que se asimilarán por el individuo y que le llevará a adaptarse con
facilidad, pues tiene la capacidad de heredarlas o de asimilarlas con facilidad, sin embargo si
no se hubiese transmitido esa capacidad, cobraría valor el factor cognitivo reconociendo que
el ser humano es modificable y que puede aprender, en palabras de Gámez & Marrero (2005)
«lo importante es la dialéctica entre el sujeto con sus tendencias innatas y el entorno que
permite o inhibe dicho desarrollo». Es necesaria entonces la interacción entre los individuos,
que permite un desarrollo cognitivo, pues al interactuar con otras personas aprendemos de
ellas y ellas de nosotros, de tal manera que a este factor se le atribuye una gran importancia
ya que cuando las interacciones nos presentan conductas adecuadas, terminamos asumiendo
comportamientos que generarán igualmente respuestas adecuadas en nosotros, lo cual son
necesidades propias del ser humano, como lo plantean los autores “necesidades de
autonomía, competencia y vinculación, que impliquen todo este abanico de capacidades
cognitivas y biológicas” Gámez & Marrero (2005, p 257).

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