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Seminario de psicolingüística

Ensayo: El gran enigma del lenguaje humano

Claudia Lucero Parra Ávila

Universidad Tecnológica de Pereira

Facultad de educación

Maestría en Lingüística

Pereira
El gran enigma del lenguaje humano

El lenguaje nos hace humanos, según Diamond (2007), aunque nuestra información
genética indique que somos una especie de gran mamífero que cuenta con rasgos
particulares, son ciertas características singulares las que nos han permitido evolucionar e
impactar tanto de forma positiva como de manera negativa en nuestro planeta. El lenguaje
es sin duda alguna una de ellas.

Gracias a la evolución, y sin una explicación completamente satisfactoria que debele la


forma exacta como dicha habilidad se ha producido, lo que significa realmente para
nosotros y como opera en nuestro cerebro; los seres humanos contamos con algún tipo de
predisposición innata para adquirir el lenguaje, no obstante, esta facultad innata por sí sola
no es suficiente (Yule, 2008 p. 175)

Al respecto y desde la teoría de la gramática generativa, Chomsky afirma que, los seres
humanos poseen una especialización cognitiva para aprender el lenguaje. (Jackendoff,
2010). Se trata de unos datos lingüísticos primarios (gramática universal) que todas las
lenguas tienen en común pero que son insuficientes, aspecto quedenominó como pobreza
del estímulo.

Para Pinker (2009), dicha habilidad constituye un instinto lingüístico o una habilidad
modelada por la selección natural, que no puede ser explicada según la teoría evolutiva
Darwiniana. Según el autor, los comportamientos específicos de la especie se inventaron y
se refinaron en determinado momento de la historia y no se pueden evidenciar en
características anatómicas especiales o comportamientos generales como ocurre con los
chimpancés, que a pesar de ser las segundas criaturas más inteligentes del reino animal, no
son capaces de aprender nuestro lenguaje particular. Para él, forma parte del ser humano el
que un niño aprenda a hablar en respuesta al ambiente lingüístico. (Jackendoff, 2010).

Parte de la singularidad de nuestro sistema lingüístico obedece a ciertas especificidades,


tales como:

A partir de los estudios realizados por Luria, se afirma que el lenguaje es un proceso mental
que no puede estar reducido a una sola zona de la corteza cerebral. En relación a lo anterior
Puentes Ferreras (2007) dice que, según la teoría filogenética, el lenguaje es una facultad
mental que se aloja en diferentes centros neuronales localizables en ambos hemisferios
cerebrales, (Yule, 2008) área de Broca (producción) y área de Wernicke (comprensión), lo
cual permite estudios relacionados con habilidades particulares (lectura, escritura y otros) y
estudios sobre deficiencias adquiridas por diferentes patologías que afectan dichas zonas
específicas como las afasias. El reconocimiento de las zonas específicas del lenguaje no dan
luces acerca de su funcionamiento interno, ni de sus orígenes a partir de un sistema
anterior.

En sentido contrario, en cuanto a la ubicación de un módulo o dispositivo que alberga las


habilidades del lenguaje, la teoría modular afirma que toda la información que hace posible
la recepción y producción del lenguaje, se halla ubicada en el cerebro y no fuera de él.

De acuerdo a Puente Ferreras (2007), el ser humano ha tendido a crear súbita y


espontáneamente un lenguaje y por medio de este, un sistema sociocultural propio
incomparable con cualquier otro sistema de comunicación conocido. (p.61)

Para Yule 2008, existe un periodo crítico inicial (los dos o tres primeros años de vida) de
adquisición de la primera lengua, en dicho lapso de tiempo el niño debe tener contacto con
otros usuarios de este mismo código, de lo contrario nunca llegará a aprenderlo. Lo anterior
confirma la relevancia de la transmisión cultural.

De la misma manera, los generativistas, afirman que dicho proceso se da en un periodo


crítico (entre los 2 y los 10 años de edad) con estímulos relativamente insuficientes para la
complejidad de la habilidad, “pobreza del estímulo” antes mencionada.

Es de resaltar que en Álvarez, se menciona el aspecto de la plasticidad y la necesidad de ser


modelada en una época determinada de la vida, habilidad seriamente afectada en los niños
ferinos. En este sentido, parece ser que lo que favoreció la adquisición del lenguaje y del
código social de su tiempo cultural, en el caso de Helen Keler, fue su poco contacto con un
sistema diferente, lo cual potencio el único canal disponible, sus manos, es decir por medio
del tacto construyó su propia conciencia.

Es así como el lenguaje se constituye como un sistema tan complejo y completo que posee
una arquitectura dual, a partir de la cual los seres humanos podemos hacer procesos
altamente complicados que se relacionan con la abstracción, la representación, el
desplazamiento, la renegociación de significados y lo más importante es por medio de esta
habilidad como podemos asir el mundo que nos rodea y reconocer categorías o dominios no
lingüísticos que según Bickerton (1990) estructuran directamente la conciencia humana.

Ciertamente, el lenguaje humano fundamentalmente es un “sistema de representación” que


nos permite clasificar y manipular toda la información que percibimos a lo largo de nuestra
vida (Bickerton, 1990 citado en Puentes Ferreras 2007, p.66).

En este mismo sentido, la historia de Helen Keler hace más evidente el hecho de que la
conciencia se construye como una prótesis que gira en torno al eje del lenguaje. (Bartra
2010, p. 127).

Al respecto, filósofos como Susan Langer y Ernest Casirer, explican la naturaleza


simbólica de habla mediante los lenguajes mitológicos y artísticos, haciendo una
diferenciación entre lo que es una señal o un símbolo, atribuyendo su origen a los inicios
rituales del mismo.

En relación al carácter simbólico del lenguaje, Helen afirmaba tener solo una docena de
señales rudimentarias, pero que crecía en ella el fuerte deseo de expresarse a ella misma, al
fantasma que describió ser antes de recibir la instrucción, a una “no persona”, incluso su
comportamiento reflejaba rasgos autistas, rechazo al contacto social y al afecto.

Ana Sullivan, La maestra de Helen suplió la pobreza del estímulo durante el periodo
crucial del desarrollo de la niña, la maestra constituyó el puente facilitador que direccionó
el único canal posible (sus manos), a través del cual debía circular la información
fundamental que generaría los nexos exo cerebrales necesarios para desarrollar
capacidades sintácticas y semánticas avanzadas (Bartra 2010, p. 129). Que a modo de una
prótesis le dieron forma a su conciencia de mundo. En palabras de Luria “El lenguaje dio
forma final al pensamiento de la niña”

Individuos menos afortunados, como Genie, vieron apagarse en sus cerebros esta capacidad
representativa ancestral, al no tener estímulos culturales que avivaran sus habilidades
cerebrales.

Se ha creído que si despojamos al cerebro de los artificios subjetivos y de los suplementos


culturales podríamos tener la conciencia al alcance de nuestra mano, asumiendo que esta se
encuentra ubicada en las redes cerebrales. (Bartra 2010, p. 125)

Según Bartra 2010, Hellen Keler describió una conciencia inicial en “estado de naturaleza”
desprovista de herramientas culturales que marcaran huellas artificiales en su conciencia
virgen, en palabras Langer, Helen descubrió la relación entre los signos y su referente en el
momento en que relacionó la sensación fría en sus dedos con la palabra agua.

Es así como el psicólogo W. Stern afirma que el niño hace “el gran descubrimiento de su
vida” cuando se da cuenta de que cada cosa tiene su nombre. (Puente, 2007)

A pesar de que la niña dejó inconclusos sus canales sensoriales a los 19 meses de edad y del
hecho de que no fuera físicamente capaz de enviar y recibir señales lingüísticas sonoras, lo
cual le imposibilito interactuar plenamente con los demás a través del lenguaje. (Yule, 2008
p. 176) logro superar el nivel primario de las señales y trascender al nivel de la
simbolización para concebir los objetos y conceptos de la realidad.

De acuerdo a Bartra (2010), se debe hacer una diferenciación entre las funciones simbólicas
y las señalizadoras, el autor afirma que “los circuitos neuronales funcionan mediante
señales químicas y eléctricas, mientras que el lenguaje es un sistema simbólico”, de
acuerdo a esto es necesaria una conexión con el entorno cultural para que las señales
adopten la forma simbólica, más parecida al habla espontánea o cotidiana que al lenguaje
codificado. (p.133) a partir de la cual se puede escalar perfectamente desde sistemas
sencillos a formas más complejas del habla.

Aunque para Vygotsky (1986), la función primordial del habla radica en la comunicación y
el contacto social, se deben distinguir tres momentos según su perspectiva, uno el
desarrollo del lenguaje hablado como actividad social, un segundo estadio en el cual el
lenguaje hablado está centrado en el yo y un tercer momento donde el niño genera un habla
interior. El autor hace hincapié en distinguir las diferencias entre las gramáticas del habla
común, el lenguaje escrito y el habla interior, incluso a nivel funcional el cerebro responde
de forma diferente a las tareas que exigen procesamiento sintáctico frente aquellas que
precisan un procesamiento semántico (Berko, 1999)

En este orden de ideas, Bartra (2010) enuncia que, dichos niveles son diferentes
dependiendo de la función y de sus distintos campos de complejidad, es decir que tanto la
discursividad como la no discursividad están fundamentadas en la existencia de redes
neuronales que se apoyan en la existencia de conexiones externas (p.135) es decir, se hace
alusión a un desarrollo cognitivo desde la integración socio cultural. (Vygotsky, 1986)

Finalmente, el neurocientifico Ramachandran (2012), explica la capacidad que tenemos los


seres humanos de re significar nuestro mundo haciendo uso de metáforas sensoriales,
complejos procesos de sinestesia en el cerebro, a través de meta representaciones hechas
por un segundo cerebro. Este científico explica que la conciencia surge en el salto de unas
representaciones a otras, situándose en un homúnculo cartesiano dentro del cerebro.
Explica además que, una serie de células especializadas dieron origen a las neuronas
espejo, responsables del hecho de que seamos la única especie que realmente vive y respira
cultura. (P.122)

De este modo cataloga al lenguaje y la imitación, como complejas habilidades que se


desprenden de la cultura y que nos hacen seres únicos que “podemos adoptar el punto de
vista de otro”, también afirma que ciertos aspectos del propio lenguaje se basaron muy
seguramente en nuestra capacidad para imitar. (Ramachandran, 2012, p.122)

Con relación al lenguaje, el neurocientífico hace una reflexión en cuanto al hecho de que
tengamos una visión unitaria de la habilidad del lenguaje, cuando lo que ocurre en verdad
es que depende de numerosas áreas cuasidependientes, relacionadas con los niveles lexical,
semántico, gramatical y sintáctico que nos permiten proferir complejas e infinitas
combinaciones de estructuras gramaticales.

En conclusión, el caso de Helen Keller puede ser explicado a través de las neuronas espejo
y mediante la teoría de la prótesis cultural propuesta por Ramachandran.
Bibliografía

Yule, G. (2008). Adquisición de la primera lengua. In G. Yule y B. A, El lenguaje (p. 175). Madrid:
Akal.

Alvarez, J. Aproximación crítica a la idea de cultura animal.


http://ramos.filos.umich.mx/devenires/3_a_c_i_c_a.pdf

Diamond, G. (2007). El tercer chimpancé. (P.13). Barcelona: Debate.

Jackendoff, R. (2010). Fundamentos del lenguaje. In R. Jackendoff, fundamentos psicológicos y


biológicos (p.108) México: fondo de cultura económica.

Puentes, A. (2007). Los orígenes del lenguaje. (p.66). Madrid: Alianza.

Bartra, R. (2010). Antropología del cerebro, la conciencia y los sistemas simbólicos. (p.127). México:
fondo de cultura económica.

Berko, N. (1999). Bases biológicas de la conducta comunicativa humana. (p.91). Madrid: Mc Graw
Hill.

Ramachandran, V. (2012). Lo que el cerebro nos dice “los misterios de la mente humana al
descubierto”(p. 122, 155). Barcelona: Paidos.

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