Vous êtes sur la page 1sur 18

[FECHA]

“A todas las mamás que tienen un angelito


en el cielo, en especial a Cyndia la mujer
más fuerte que conozco”
INDICE
El cielo ......................................................................................................... 3
La propuesta................................................... Error! Bookmark not defined.
Te encontré .................................................................................................. 9
La tierra ...................................................................................................... 12
Tuma ......................................................................................................... 13
Marzo 2017 ................................................................................................ 15
El cielo
Mi vida ahora es totalmente diferente, volví al cielo, a mi lugar de
origen, antes de sentir el amor más puro que he conocido, aunque
regrese a mi sitio; vivo esperando el momento en volver a ver a mi
familia de la tierra.
Antes de ir a la tierra yo era un ángel, era el más pequeño de todos;
era un ángel serafín, Dios me había creado para servir directamente
ordenes de él, todos mis hermanos ángeles que vinieron a recibirme
cuando me crearon, eran pequeños, aunque no tanto como yo,
nosotros nos dedicábamos a cuidar a las personas de la tierra, en
especial a mamás y niños, cada que alguien rezaba “el ángel de mi
guarda” mi tarea era escuchar las peticiones para después pasar el
recado al Todopoderoso.
Desde el primer día que empecé a ayudar a mis hermanos angelitos
me sorprendí del amor tan grande que sienten las mamás por sus
hijos, la manera en que los cuidaban, rezaban por ellos, los curaban si
se sentían mal y todas las cosas maravillosas que ella hacían por sus
pequeñas criaturas.
Veía todo desde aquí, siempre me alegraba cada que nacía un bebe
en alguna familia, observaba desde que estaban en la barriga de su
mamá hasta el día de su nacimiento. Veía como su familia lo
esperaban con ansias, como se preparaban a esperar ese pedacito de
cielo que Dios les mandaba, también podía ver como las mamás
desde que saben que tienen a alguien más dentro de sí, cambiaban
por completo su vida, ya no corrían, ya no salían mucho a la calle a
divertirse y cuando estaban solas, hablaban con una voz muy chistosa
mientras se acariciaban la barriga, a mi me fascinaba ver como
pueden amar tanto a alguien que aún no conocen, aunque Dios
siempre nos dice que nos ama a todos pero en el fondo siempre
cruzaba por mi mente el cómo sería tener una mamá, un papá,
hermanos, una familia. Pero era consciente de que aquí en el cielo
eso no era posible, mis posibilidades de tener familia aquí eran nulas,
me pasaba las horas pensando en como sería mi mamá si tuviera una.
La tierra es muy hermosa por eso me encantó desde el momento que
pude verla para cuidar a las personas, aunque también el cielo es un
lugar muy grande y hermoso, hay campos verdes llenos de flores,
muchas mariposas y aves por todos lados, en especial palomas
blancas, el sol sale desde muy temprano y oscurece muy tarde, mucha
agua que viene de ríos y mares, en especial me encanta ver algo que
tiene muchos colores, los demás angelitos dicen que es un arcoíris, de
verdad este lugar me encanta, pero en el fondo siempre anhelaba con
ir a la tierra.
Aquí arriba también hay todo tipo de flores hermosas y animales de
todos los tamaños y especies, yo jugaba con todos los animales, pero
para ser sincero mi animal favorito son los gatitos, son muy
juguetones y hacen un ruido muy gracioso, mi lugar preferido del
cielo son las bancas que están cerca de las casas de los ángeles
grandes, son muy cómodas además siempre hay comida y yo amo la
comida, a comparación de mis hermanos angelitos siempre fui el más
gordito de todos.
Aquí en el cielo hay un portón muy grande de color azul con toques
dorados donde Dios les da la bienvenida a las personas que vienen de
la tierra si es que se portaron bien allá abajo, cuando alguien llega
tenemos que ir a recibirlo todos, cuando llegan aquí los guía una luz
blanca muy bonita, la misma luz que vi cuando Dios me llamó para
que volviera con él.
Días antes de que bajara a la tierra tenía mucha hambre y me fui a
una pequeña banca de color blanca con plateado a comer un
sabrosísimo taquito, la banca estaba cerca de la casa de los arcángeles,
estaba disfrutando de mi comida cuando de pronto pensé en el
pequeño niño que había nacido esa mañana en la tierra, entonces
empecé a imaginar de nuevo cómo sería si yo tuviera una mamá, la
imaginaba acariciando su barriga y yo dentro, feliz, calientito
esperando salir para darle muchos besos a la mujer que me tuvo 9
meses dentro de su panza, aunque no entendía muy bien como iba a
salir, pero yo quería experimentar todas esas sensaciones, imaginaba
todo perfectamente, la manera en la que mi mamá se enteraría que yo
estaba adentro de ella y la forma en la que se la diría a mi papá,
pensaba en el día que saldría de ella y comenzaría a descubrir el
mundo en la tierra; al parecer estaba hundido en mis pensamientos
cuando escuche que me llamaron:
- ¡Hola Mateo! Amigo ¿estás bien? estás muy pensativo y hablando
en voz alta sobre una mamá o algo así- dijo Alicia otro pequeño ángel
como yo.
- ¿Sabes? He estado pensando en que quiero una mamá- Al parecer a
mi amiga le tomó por sorpresa, puso una cara que nunca había visto y
hasta sus alas dejaron de moverse.
- ¿Estás seguro? Mateo, pero ya sabes lo que opina él, papá Dios
siempre nos dice que nuestro deber es cuidar a los bebés de la tierra
que van a nacer no a querer ir con ellos, yo sé lo que te digo, créeme-
dijo Alicia.
-Sí, lo sé, pero me he imaginado todo, que afortunados son los bebés
que nacen allá abajo, quiero un abrazo, así como se los dan a ellos,
quiero a alguien que me cuide y me de muchos besos, es fácil, quiero
una mamá- dije con una voz triste y a la vez entusiasmada.
-Amigo, pero la vida allá abajo es muy fea, para regresar aquí tienes
que morir y las personas de la tierra nunca quieren morir, además tu
eres el más pequeño, nunca dejaría que te fueras sólo porque quieres
saber que se siente tener una mamá- dijo con una voz seria.
-Alicia, ir allá abajo es mi mayor sueño quiero ir, y se me acaba de
ocurrir una idea grandiosa, deséame suerte- me fui corriendo a mi
casita dónde vivía con otros ángeles más grandes, ellos tenían unas
alas inmensas, hermosas que relucían cada mañana y así se mantenían
todo el día, brillando, aunque yo soñaba con tener algún día mis
pequeñas alas así, mi mayor sueño en ese momento era tener una
mamá.
- ¡Ay Mateo! Dios te acompañe, ay no digo, Dios te de permiso- me
gritó Alicia a lo lejos mientras yo volaba de prisa con mis alitas.
Reí cuando escuché eso mientras me alejaba a toda velocidad de
aquella banca pues las personas de la tierra siempre dicen eso “Dios
te acompañe” nunca lo he entendido yo siempre miro a Dios aquí
arriba, al parecer hay muchas cosas que aun no entendía de la gente
que vivía allá abajo, pero si mi plan era ir a la tierra, entonces
entendería porque siempre decían eso cuando se despedían.
Al día siguiente me quede toda la mañana pensando en cómo le diría
a Dios lo que tenia planeado y en como lo tomaría, yo el ángel más
pequeño pidiéndole semejante propuesta pero no tenia nada que
perder, además el siempre es muy generoso y nos ama a todos,
escuché el canto de los ángeles que indicaba cuando las personas de
la tierra llegaban al gran portón, usualmente era cuando papá Dios
estaba mas ocupado así que decidí que después de que le diéramos la
bienvenida a nuestros nuevos hermanos recién llegados iría a decirle.
Mi plan era este:
Pedirle que me enviara a la tierra como lo hacia con los demás bebés,
para poder tener una mamá, si eso significaba hacer doble trabajo del
que ya hacia no importaba, valdría la pena, le daba vueltas al asunto y
las formas en cómo se lo diría, cada vez me ponía más nervioso, pero
más emocionado. Escuché poco a poco como Dios acababa su
trabajo de bienvenida y supe que era el momento.
Llegué hasta donde estaba él con mi carita llena de pena como
escondiéndome, siempre hacia eso inconscientemente y a mis amigos
siempre les hacia gracia, me acerqué un poco más y le dije:
-Hola papa Dios, ¿cómo está? ¿Qué tal nuestros nuevos hermanos? –
Me miró un poco desconcertado ya que yo nunca hacia ese tipo de
preguntas.
- Mateo ¿pasa algo? Siempre preguntas todo tipo de cosas, eres muy
curioso, pero jamás preguntas por las personas nuevas que llegan,
¿algo que quieras decirme?
Claro, se me había olvidado que él es lo más sabio que existe y con
solo verme ya se había dado cuenta de que tenía algo que decirle.
-Bueno, le diré la verdad, ya sabe que los otros angelitos y yo, pues...
nuestro deber es velar por los bebés que van a nacer en la tierra, y a
mi me encanta ver como poco a poco van creciendo dentro de su
mamá y al nacer, ese mágico momento de encuentro es simplemente
fascinante y especialmente eso ha despertado algo en mí. -Dios me
miró con esa dulce mirada comprendiendo hacia donde iba. – Y
bueno, no sé cómo decirlo.
Me interrumpió y dijo:
-Quieres ir a la tierra Mateo, quieres tener tu propia mamá.
Me quedé mudo al escuchar esas palabras de su boca, aunque me dio
un poco de pena por estar pensando en algo tan loco, solo asentí con
la cabeza mientras la agachaba como si me hubieran dado el peor
regaño del mundo.
-Sabía que algún día me lo pedirías, te he estado observando, de
hecho, yo mando pequeños ángeles a la tierra. – Me quedé más que
confundido no entendía nada.
- Co... ¿Cómo?
- Si Mateo, yo siempre supe que eras especial, precisamente por eso
eres de los ángeles que cuida a los bebés de allá abajo, tu carita al ver
a los niños naciendo y a sus madres más que felices por conocer a su
pequeño no tiene comparación, siento todo lo que tu sientes y sé
como estás en este momento, sé tu mayor deseo que es ir allá abajo a
vivir en carne propia lo que es tener una familia.- Me emocioné tanto
al escuchar eso creí que desde ese momento me dejaría ser el
próximo bebé que naciera en la tierra pero continuo con algo que no
me gustó para nada- Pero desgraciadamente Mateo no puedes ir aún,
eres uno de mis ángeles más pequeños, tus alitas aún no se
desarrollan por completo aunque vuelas muy bien con las palomas
cuando están jugando, te falta más por aprender aquí antes de querer
ir a conocer otro mundo, además no puedes irte por mucho tiempo
debes cuidar a los bebés y ayudar a tus hermanos lo ángeles en sus
deberes, si irás allá abajo pero aún no es tiempo, falta mucho para
que puedas ir.
Me sentí bastante decepcionado y triste ya me había hecho las
ilusiones más grandes del cielo, así que no se me ocurrió nada más
que suplicarle y decirle que haría lo que fuera con tal de ir o si su
angustia era que me iría por mucho tiempo, con tal de tener una
mamá no importaba que fuera 5 minutos o un día, yo quería besos y
abrazos como los que veía siempre que nacía un pequeñito.
-No Mateo, no es tan fácil, es cierto que a veces no permitimos que
los bebés nazcan, aunque ya estén en la barriga o cuando nacen y
tienen poco tiempo de vida los traemos de vuelta porque como ya
sabes es mejor regresarlos aquí a que vivan felices a que estén allá
abajo sufriendo, tal vez no lo entiendas pero créeme muchos de esos
pequeñitos cuando crecieran sufrirían mucho, preferimos evitar todo
ese dolor, regresan aquí y son llamados “ángeles de la tierra”.
- ¡Quiero ser un ángel de la tierra! - Respondí sin pensar, pero con
una voz tan segura que Dios me miró y entendió todo.
-Está bien, escucha con atención a cada una de mis palabras, iras a la
tierra, vas a tener una mamá, pero tendrás que regresar pronto, te
necesito aquí Mateo, eres especial, yo escogeré a tu próxima familia,
el trato es ese, te vas por un tiempo determinado; vuelves como ángel
de tierra, pero seguirás apoyando a tus hermanos ángeles en el
cuidado de bebés y futuras mamás. Llegando me platicarás como te
fue y que piensas de allá abajo.
No pude contenerme y lo abracé tan fuerte que me dolieron mis
bracitos, aunque eso no importaba ya que ¡me había dicho que si!
Solo que a la vez me puse un poco triste por dos razones la primera
era que iba a dejar a mis amigos por un tiempo ya no los iba a ver y la
segunda era que iba a extrañar demasiado a mis animalitos con los
que jugaba diario, me tendría que despedir de ellos, aunque había
visto que en la tierra también había animales, pero con ellos no se
podría jugar, aunque bueno solo era por un tiempo.
Dios noto un poco de tristeza en mi mirada después del abrazo
- ¿No era lo que querías angelito? Solo falta que escoja a tu próxima
mami para que nazcas, o ¿quieres escogerla tú? -.
Esa propuesta me tomo por sorpresa, totalmente, que la poca tristeza
que tenia se esfumo por completo, ya había visto muchas mamás muy
cariñosas y a otras no tanto, ahora yo podía decidir quién sería mi
mamá, no importaba que fuera poco tiempo, de nuevo lo abracé lo
más fuerte que pude, le di las gracias infinitas por hacerme mi mayor
sueño realidad. Salí volando de nuevo con la alegría mas grande que
había sentido, volé por todos los prados, cerca del arcoíris incluso
llegué al punto más alto, a donde nunca había podido llegar.
Te encontré
A partir del día que Dios me había dicho que sí, me dediqué a
observar a todas las mamás de todas partes, miraba como trataban a
sus hijos, el amor con el que les hablaban, en especial me llamaba la
atención una mamá con dos niños pequeños, siempre cuidándolos,
protegiéndolos y haciéndolos reír, aunque seguía observando las otras
mujeres, con ella sentía algo más que especial, pasaba horas viéndola
hasta que lo decidí.
-Ya se quien quiero que sea mi mamá- le dije a Dios cuando termino
de dar la bienvenida a una señora muy joven que entraba por el
portón, ella no se veía como uva pasa, no quise preguntar nada para
no abrumarme con información que a Dios no le gustaba que
nosotros los pequeños supiéramos.
-Bien, veamos a quién escogiste Mateo.
-Es ella, ¿es hermosa verdad? – Le dije mientras echábamos un
vistazo por una pequeña nube que nos daba vista a la tierra muy de
cerca- Además, tendré hermanitos, ellos juegan mucho y yo quiero
tener con quien jugar, mi futuro papá es muy trabajador, y lo más
importante ellos tienen muchísimo amor que dar, son una familia
hermosa, ya los he observado por un tiempo, quiero ir con ellos.
- Bien hecho Mateo, mejor elección no pudiste hacer, pero recuerda
que iras por poco tiempo, ¿estás seguro que aún así quieres ir?
Nacerás siendo un ángel y cuando yo te llame no sufrirás, no dolerá,
pero te quedarás dormido y vendrás aquí de nuevo.
- ¿Cómo sabré cuando me llame? ¿Cómo me quedare dormido? - le
pregunté con una voz curiosa.
-Lo sabrás, en la tierra cada quien nace con un gusto en particular, el
tuyo será en la forma que regresaras aquí-. Me quede pensando en
como sería, pero de pronto ya no me importo ya que era más mi
emoción de ir a conocer a mi familia que yo mismo había escogido.
Se llego el gran día, Dios me enviaría a la barriga de mi mami para
pasar ahí nueve largos meses, me despedí de mis amigos los ángeles,
de mis amigos los animalitos, de mis amigos los arcángeles, y de los
que vivían en las casas cerca de las bancas donde siempre había
comida, todos pensaban que era una locura excepto Alicia, ese
pequeño serafín si me entendía, me deseaba mucha suerte a cada
momento.
-Bien Mateo, nacerás del amor de tu padre y tu madre, serás
concebido como todos los bebés y nosotros te vigilaremos, te
cuidaremos a cada día y el día de tu regreso te estaremos esperando
para que nos cuentes que tal tu visita a la tierra, tu familia del cielo te
estará esperando- Dios me dijo esas palabras con una tranquilidad
que me hizo sentir muy seguro y feliz. - Tendrás que salir por el
portón, Mateo.
Eso me asustó un poco, Dios nunca dejaba que nosotros nos
acercáramos ni un poquito ahí, y ahora, precisamente por ese portón
tendría que salir para encontrarme con mi mamá.
-Está bien, puedo hacerlo, nos vemos pronto amigos, volveré rápido
pero muy feliz- Les dije a todos mientras me acercaba al portón.
Llegue a él, dos puertas grandes se abrieron y en seguida estaba una
nube grande, en la cual yo tendría que echarme a dormir para ser
enviado a la barriga de mi mami, me subí a la nube, me puse en
posición fetal como acomodándome ya en la panza de mi madre, vi a
Dios a un lado de mí, cerré mis ojos y me quedé dormido.
La tierra
Seguía dormido hasta que sentí un pequeño meneo que me despertó
y entonces lo supe, ya estaba dónde había soñado todo el tiempo que
estuve en el cielo, ya estaba en la panza de mi hermosa mamá. Al
parecer estábamos en un lugar con mucha gente, escuchaba algunas
voces de personas a lo lejos, en su mayoría voces de hombres, no
entendía mucho, pero estaba más que feliz, de pronto sentía unas
manos que simulaban acariciarme, aunque yo estuviera adentro.
Entonces sucedió, escuché la voz más hermosa y dulce que podía
existir, decía:
“Ya tengo 2 meses voy para 3, los niños están bien felices de que van
a tener un hermanito, el Kevin es el más volado”
Cuando alguien más con una voz muy particular que me llamó la
atención le dijo: “aaah otra vez, ya paralé ¿no tienes televisión?, si
quieres llévate la del cuarto de mis papás” y todos empezaban a reírse
mientras la felicitaban por el bebé en camino.
Eso me hizo sentir un poco triste, creí que no iban a quererme, pero
ya después todos se reían, hasta mi mamá, así que yo también me reí.
Estar en su barriga era lo más cómodo que existía, estaba calientito
justo como lo había soñado, cuando ella comía, yo lo hacía también, y
la escuchaba a diario, al igual que escuchaba la voz de mi papá, y no
se diga la de mis hermanos, siempre corrían hacia a mi y me
chiqueaban, aunque no pudieran verme, yo me sentía completamente
bendecido y agradecido por esta oportunidad de conocer la tierra y
tener una familia.
Vivíamos a un lado de la casa de la mamá de mi papá, mis
hermanitos le decían abuela, mi papá tenía muchos hermanos, y a lo
que entendí ellos también tenían hijos y a ellos se les decía “primitos”,
tardé un poco en entender todo eso, pero no fue muy difícil, yo ponía
atención a todo lo que estaba alrededor, hasta que empecé a
reconocer a cada uno por su voz.
Tuma
Pasaron varias semanas del primer día que había despertado, yo seguí
muy cómodo en su pancita cuando escuché que mi mami se dirigió a
mis hermanitos, que ya después entendí que sus nombres eran Kevin
y Edgar, y les dijo que iríamos con “Tuma”, y me quedé pensando
¿Qué es una Tuma? No sabía, eso no lo entendía, pero yo quería una
Tuma, porque mis dos pequeños compañeros al escuchar a donde
íbamos a ir se emocionaron muchísimo, entonces yo también me
emocioné y empecé a saltar y a gritar como ellos lo hacían, mi mamá
dio un pequeño saltito y dijo “Miren Edgar, Kevin, su hermanito me
está danto pataditas”, ellos pusieron sus manitas sobre la barriga de
mi mami, las podía sentir, entonces yo seguía dando pataditas para
que vieran y sintieran que estaba feliz.
Cuando llegamos al lugar donde estaba “Tuma” en ese instante supe
a donde habíamos llegado, volví a escuchar esas mismas voces que
escuché la primera vez que desperté, ya sabía que era una Tuma, era
la mamá de mi mamá, una mujer de nombre Esther, muy trabajadora
y amorosa, bastaba con que viera a mis hermanitos para chiquearlos,
abrazarlos y besarlos, cuando escuchaba como los trataba quería salir
para que a mi también me abrazara y me diera muchos besos.
Después de largas conversaciones de mi mami con tuma las escuche
decir que iríamos con el doctor para checar como estaba ella y como
me encontraba yo, y entonces pensaba “en el cielo está Alicia, ella es
la encargada de cuidarme a mí, todo está bien”, pero claro ellas no lo
sabían. Así que eso hicimos los tres fuimos al doctor, mi mamá iba
super emocionada porque le dirían si yo era niño o niña, su corazón
latía muy fuerte mientras le pasaban algo en la barriga, una especie de
cosa ovalada con mucho gel para poder verme en una pantalla.
-Ya podemos saber que es, ¿quiere que le diga señora? - dijo el
doctor.
-Sí, díganos- contestó mi mami.
-Es un niño, felicidades.
Mi mami y tuma se pusieron muy felices de que todo estuviera bien,
de vuelta a casa regresamos por mis hermanitos y a darle la noticia a
todos de que era yo niño igual que mis hermanos, el papá de mi
mamá, un hombre grande y con un nombre muy chistoso para mí,
Edgar y Kevin le decían “Tano”, se puso muy contento por las
buenas noticias, a decir verdad todos se pusieron muy felices, mi
mami a todos les decía que yo era niño, me sentía muy especial por
cómo se dirigían a mi y por todo el amor que ya me daban aunque no
me conocieran físicamente.
Y así fueron transcurriendo las semanas, yo adentro de ella,
escuchándolos a todos y queriéndolos cada día más, deseando con
todas mis ganas salir pronto para conocerlos.
Una de tantas tardes con mi mami llegaron por nosotros para ir a casa
de Tano y Tuma, mi mamá no tenia muchas ganas de ir ya que su
barriga pesaba cada día más y le dolía mucho la espalda, al fin de
cuentas la convencieron y nos dirigimos a casa de Tuma, cuando
llegamos escuche un grito muy fuerte de muchas mujeres
“Sorpresaaa”, mi mami comenzó a llorar mucho, yo no entendía
nada, me asusté, pero ya que se calmó y dejo de llorar, entonces
entendí, no lo podía creer.
¡Hicieron una fiesta para mí! Había muchas personas que llevaron
consigo regalos para cuando yo naciera, me parecía increíble que
tantas personas me quisieran y ya me obsequiaran cosas, mi mami al
igual que yo no lo podía creer, estaba muy feliz, y lo mejor de todo…
había mucha comida riquísima, obvio mi mamá probaba de todo,
desde adentro yo se lo pedía, ella le decía “antojos”. Hicieron
muchos juegos, mi tía Betty (una prima de mi mami) estaba
organizando todo, yo las escuchaba reírse y divertirse mucho, en mi
no cabía mayor felicidad que escuchar a todos muy felices.
La noche fue cayendo y se quedaron las personas más cercanas a
nosotros, nuestra familia.
A partir de ese día mi impaciencia por querer salir fue aumentado, ya
no aguantaba más, ya los quería conocer a todos, los días pasaban y se
me hacían eternos, yo ya sabia que estaría poco tiempo con ellos y
por eso los quería aprovechar al máximo. De nuevo pasaron las
semanas y se llegó el tercer mes del año.
Marzo 2017
Empecé a escuchar a mi mami quejarse un poco de que le dolía
mucho la espalda por cargarme, me sentí triste porque yo no le
quería hacer daño. Los primeros diez días de marzo mi mamá
caminaba mucho para que yo naciera pronto, aunque yo ya quería
salir también estaba disfrutando de estar ahí adentro bien agusto.
Hasta que se llego el día trece de marzo del dos mis diecisiete,
desperté y me di cuenta que ya estaba más grande, ya no cabía en la
barriga entonces pensé “hoy es el día, hoy conoceré por fin a mi
mamá” empecé a estirarme y a hacer de todo para poder salir de
repente sentí que mi mamá estaba como en una cama que se podía
mover para todas partes, y había muchas personas hablando y
diciendo que le iban a rajar la barriga, me dio mucho miedo pero
recordé que en el cielo Alicia y yo veíamos que a veces los bebés
nacían así porque estaban muy gorditos. Después de un rato sentí que
alguien me agarraba de los bracitos y de la panza y me jalaba para que
saliera, y fue cuando llegue a este mundo, el día 13/03/2017 di mi
primer suspiro, comencé a llorar mucho, tenía frio y hambre, además
quería conocer a mi mamá de una vez por todas, los doctores me
limpiaron, me pesaron, me envolvieron en una cobija y por fin me
llevaron con mi mamá.
Sentí como los brazos más suaves me abrazaban y la manera en que
esos ojos me miraban, no podía creer todo el amor que mi mami con
una simple mirada me transmitía, desde el día uno de mi existencia
en la tierra prometí jamás despegarme de ella, mi tiempo aquí era
limitado y yo quería aprovecharla, solo dejaría que ella me abrazara y
que ella cuidara de mí. Me decía muchas cosas hermosas, me
alimentaba de su pecho y esa era le mejor sensación del mundo, es
una conexión única e inexplicable, después de que salimos del
hospital fuimos a casa de Tuma para que nos cuidara a mi mami y a
mí.
Todos al vernos llegar se emocionaron muchísimo, me acostaron en
una cama y a cada rato iban a verme y a darme besos, aunque yo
estaba dormido sentía y escuchaba todo, de pronto entro un hombre,
me sostuvo en sus brazos y dijo que me parecía mucho a mi hermano
Edgar, su voz se me hacía muy conocida, y supe quién era, el mismo
que le dijo a mi mami que se llevara la televisión de Tuma y Tano,
empecé a despertar para ver de quien se trataba, mi mami se nos
acercó y dijo con una voz muy chistosa “Ira Mateo dile a tu tío que
estas bien guapo, mi amor”.
Ese hombre era mi tio Alejandro, yo tenia tres tios, que eran
hermanos de mi mamá, mi tio Edi, Alejandro y Edson, los tres me
querían mucho, pero desde el principio con mi tio Alejandro sentí
algo más especial, era el que pasaba más tiempo conmigo y con mis
hermanos. Yo me sentía el bebé más afortunado del universo, todos
me querían, me abrazaban y me chiqueaban muchísimo.
Me gustaba cuando me abrazaban todos, pero la verdad mis brazos
favoritos eran los de mi mami, con ella me sentía seguro y en paz,
después de un rato cuando otra persona me abrazaba empezaba a
renegar porque yo quería a mi hermosa mamá. Una noche escuché
que llego mi tio Alejandro con otra persona, los dos se acercaron a
verme, mi tio llegó con su novia Yare para conocerme, ella me
sostuvo en sus brazos y sorpresivamente me gustó, también me sentía
seguro con ella, sus brazos también eran cómodos no como los de mi
mamá pero si se sentían bien, Yare dijo que quería tomarse fotos
conmigo, mi tio saco algo cuadrado y comenzó a tomarse fotos con
nosotros, yo salgo dormidito pero hice mi mejor pose, mi tio y Yare
sonreían a la cámara y yo dormidito pero súper feliz de que me
quisieran mucho.
Los siguientes días fueron mejores, aunque no podía controlar del
todo mis manitas y mis piecitos, si los veía a todos, sentía como me
agarraban con amor, mi papá siempre jugaba conmigo y mi mamá se
ponía un poco molesta “Ay Edgar lo vas a lastimar” pero la verdad a
mi me gustaba que jugara conmigo, también mi tio Alejandro jugaba
un montón conmigo y mi tio Edson siempre me estaba agarrando la
barriga, me decían “gordito”, y desde ahí todos me decían “gordo,
gordito, gordis” pero mi mamá no, ella me decía “mi amor, solecito,
hijo mío, mi vida” , palabras hermosas que ahora y siempre
recordaré.

Vous aimerez peut-être aussi