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Todo este sistema de receptores y terminales nerviosos llegan al cerebro por dos caminos distintos,
uno de ellos está constituido por gruesas fibras mielínicas con velocidad de conducción de unos 30-
110 m/s, es la vía columno dorsal-lemnisco medial (CDLM), con alta capacidad de orientación
espacial, rapidez y fidelidad temporal. Se encarga de la conducción de las sensaciones táctiles sutiles
que precisan de un alto grado de sensibilidad y localización, vibraciones, desplazamiento de la piel,
presión y posición de las articulaciones. Un detalle importante consiste en que esta función del CDLM
a nivel cefálico (cráneo y cara) es ejecutada por el nervio trigémino, el cual se encarga de procesar
las capacidades táctiles descritas (alta capacidad de orientación espacial, rapidez y fidelidad
temporal, conducción de sensaciones táctiles sutiles con alto grado de sensibilidad y localización,
vibraciones, desplazamiento de la piel, presión y posición de las articulaciones), pero tan sólo
provenientes de la piel de la cara y el cráneo.
El segundo camino lo constituyen fibras también mielínicas pero más delgadas y con menor
velocidad, 40 m/s, menor especificidad de orientación espacial, rapidez, fidelidad temporal y
localización aproximada, pero a su vez, con más amplio espectro de modalidades sensoriales como
el dolor, el calor, el frío y el tacto grosero. Esta vía se denomina vía antero-lateral (AL) y se
encarga de la percepción del tacto y la presión groseros, picor, cosquilleo, calor, frío, dolor y
sensaciones sexuales.
Ambas vías se reúnen en el tálamo, para luego cambiar de lado y conectar con el córtex
contralateral, concretamente en el lóbulo parietal, de tal manera que la sensibilidad de la mitad
derecha del cuerpo es procesada en el lóbulo parietal izquierdo y, a la inversa, en el otro lado.
En dicho lóbulo existen tres grandes áreas con una doble distribución neuronal específica. Estas
grandes áreas son: la parte más anterior o área I, el área de asociación (áreas 5 y 7 de
Brodmann) por detrás de ésta y, otra inferior o área III (fig. 2). En el área I se gestiona la
sensibilidad de casi todo el cuerpo dedicando, proporcionalmente, muchas más neuronas a la
sensibilidad de los labios, cara y manos que al resto del cuerpo. El área de asociación ayuda al área
I, mientras que el área II es más inespecífica. La doble distribución neuronal específica consiste en
agrupaciones de 10 000 neuronas por modalidad sensorial (vibración, cosquilleo, presión, etc.).
Toda percepción sensorial se lleva a cabo por una triple función: una es la activación de las neuronas
implicadas directamente en el estímulo, la otra es la desactivación por inhibición de las neuronas
vecinas que rodean a las primeras, creando una función de contraste para una mayor sensación
perceptiva, y la tercera es la doble dirección (no sólo capta información de la periferia para
conducirla al cerebro, sino que también desde el cerebro se envía información hacia la periferia, la
piel y otros órganos).