Vous êtes sur la page 1sur 2

Descripción del Problema

La empresa HJ Vallejo-Asobarcos Guatapé, que tiene afiliados a varios propietarios de


embarcaciones quienes prestan un servicio turístico en la represa de Guatapé, al parecer no poseía
un esquema de mantenimiento preventivo y periódico de las embarcaciones, lo que se evidencia en
el descuido y por consiguiente mal estado en que se encontraba la embarcación "El Almirante",
sin que ningún ente de control se haya percatado de la situación.

Los beneficios económicos que esta atracción turística genera a las empresas que allí operan, que
se ven plasmados en la concurrencia de personas que a diario visitan el lugar, debería verse reflejado
en el adecuado mantenimiento de las flotas de transporte fluvial y regular la capacidad de pasajeros.
Adicionalmente los municipios de El Peñol y Guatapé, que también perciben ingresos por este
concepto, deberían ejercer un control sobre el correcto funcionamiento de las embarcaciones
autorizadas por el Ministerio de Transporte.

Adicionalmente al tema técnico de los navíos y el sobrecupo, se suma el no acatamiento de la norma


con respecto a la entrega de chalecos salvavidas a todos los pasajeros, incluyendo tripulación, y la
obligatoriedad de su uso. En el accidente ocurrido el pasado 25 de junio de 2017 se presentaron los
tres incidentes en el navío "El Almirante", falla técnica, sobrecupo y falta de chalecos salvavidas, lo
que cobró la vida de nueve personas.

Con base a lo anteriormente expuesto y teniendo en cuenta que la ética estudia el bien y el mal y
sus relaciones con la moral y el comportamiento humano, podemos aseverar que la empresa HJ
Vallejo-Asobarcos Guatapé incurrió en varias faltas éticas al no actuar correctamente en cuanto a la
buena manutención de su flota, seguir los procedimientos normativos en cuanto al sobrecupo y la
falta de chalecos salvavidas y poner en riesgo la vida e integridad de las personas que confiaron en
sus servicios de transporte fluvial.

¿Cuál es la entidad en Colombia que regula las actividades de transporte fluvial de


turistas y de pasajeros, y que medidas ha tomado con respecto al caso del accidente
ocurrido en el Embalse de Guatapé?

Actualmente la entidad encargada de ejercer la vigilancia, inspección y control de la prestación del


servicio público de transporte marítimo, fluvial, terrestre, férreo y aéreo en el país, además de
su infraestructura y servicios, para el cumplimiento de las políticas públicas y normativa nacional e
internacional, de tal forma que se generen condiciones de competitividad, bienestar y desarrollo
económico del país, es la Superintendencia de Puertos y Transporte, adscrita al Ministerio de
Transporte.

A raíz del accidente ocurrido en el embalse El Peñol-Guatapé en junio de 2017, la


Superintendencia de Transporte sancionó el 19 de febrero de 2018 a la empresa HJ Vallejo-
Asobarcos Guatapé, propietaria de la embarcación “El Almirante”, con la cancelación definitiva de
la habilitación otorgada a dicha empresa por el Ministerio de Transporte, además de una multa
por valor de $ 520.828.000 como sanción por infringir las normas establecidas para el transporte
fluvial de pasajeros.
Adicionalmente la Dimar (Dirección General Marítima) reveló en su informe de peritazgo que la
embarcación no cumplía con las normas técnicas requeridas para esta clase de transporte, informe
que deja un velo de duda pues se supone que el Ministerio de Transporte entregó licencia de
funcionamiento a la empresa HJ Vallejo-Asobarcos Guatapé una vez se hace revisión de su flota de
transporte.

A raíz de este accidente se puso al descubierto que las sanciones a este tipo de embarcaciones son
bastante recurrentes. El Superintendente de Puertos Y Transporte, Javier Jaramillo ha manifestado
que en el año 2017 se impusieron 82 sanciones por incumplimiento en las normas que regulan la
prestación de este servicio, además de multas por $ 700.000.000, en embarcaciones de los
embalses que tienen mayor movimiento de pasajeros del país, como lo son Prado en Tolima,
Calima en Valle del Cauca, Guatapé en Antioquia, Cocha en Nariño, Urrá en Córdoba, Tota en
Boyacá y Topocoro en Santander.

Ante estas cifras alarmantes podemos inferir que a pesar del control que ejercen la
Superintendencia de Puertos y Transporte junto con la Policía y la Armada Nacional, aún falta más
vigilancia y control especialmente de manera preventiva, para así garantizar la seguridad de las
personas que utilizan este medio de transporte, ya sea por turismo o por necesidad de
desplazamiento.

Objetivo General:

Identificar los aspectos más relevantes en cuanto a la adecuada vigilancia y control de las
entidades regulatorias en materia de transporte fluvial de pasajeros en Colombia, su aplicabilidad
en la praxis y en la correcta ejecución de la normatividad vigente, con el fin de evidenciar las
irregularidades más frecuentes y de mayor riesgo para la comunidad.

Vous aimerez peut-être aussi