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Algo Para Pensar :: PROCESOS


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5-6 minutos

La vida consiste en procesos y hay procesos para todo lo que


uno se pueda imaginar. Por ejemplo, la carne, los vegetales
pasan un proceso de cocción antes de comerlo; un pedazo de
madera se convierte en un mueble, un pedazo de tela, en un
vestido. Una avería de un automóvil, avión, reloj, o lo que sea,
también requiere un tratamiento individual y la pericia del que
lo repara. Vemos procesos por todos lados.

Todo proceso, para desarrollarse y lograrse, requiere una


espera, cosa que es difícil en estos tiempos modernos en los
cuales todo lo queremos de inmediato. Por ejemplo: la comida
rápida, maquinarias industriales más rápidas, el internet más
rápido, etc. Si yo tengo una semilla, primero tengo que
preparar el terreno, y cuidar la semilla con agua, sol y
nutrientes. Luego, esperar a que la raíz crezca, antes de que
salga la planta. Eso toma tiempo, cuidados y supervisión.

Las personas también pasamos por procesos:

Cuando hay un enfermo, debe ir al hospital, donde 


recibirá tratamiento para sanar.
Cuando uno es niño, debe esperar a crecer y ser adulto
para poder hacer cosas de adulto, para las cuales no está
preparado aún.
Madurar emocionalmente es un proceso. La personalidad
madura se consigue por el desarrollo adecuado de la
inteligencia y la voluntad. Este proceso dura toda la vida y
no todos la consiguen.
Procesar el dolor es una de las cosas más difíciles. Por
eso algunos huyen, porque no quieren sufrir.

Como cristianos, vamos a ser procesados, pues hemos


pasado de un mundo donde no conocíamos a Dios, al Reino
de Dios. Las condiciones de vida en ambos lugares son muy
diferentes. Al empezar en ese nuevo mundo, empieza nuestro
proceso de adaptación a lo nuevo.

Los grandes hombres y mujeres de Dios fueron procesados. Al


verlos, parece sencillo haber llegado hasta donde están, pero
no conocemos el precio que han tenido que pagar para llegar
allí.

Si anhelamos ministerio, debemos estar dispuestos a ser


procesados y cambiados. Esto se logra estando bajo
autoridad, donde nos pedirán que hagamos cosas que a veces
no nos gustan. Lo que está sucediendo es que el ser interior
está siendo formado a no hacer mi voluntad, sino a estar
rendido a los pies del Señor, si es que anhelamos servirlo.

Si no anhelamos ministerio, igual, como cristianos, hemos de


ser procesados y cambiados para estar aptos para entrar en
el Reino de los Cielos, que tiene características tan distintas y
hasta contrarias a las que estamos acostumbrados aquí en la
tierra.

El proceso indica que habrá partes que tendrán que ser


quitadas de nosotros. El hijo que se congrega en una casa
pastoral, necesita un proceso de formación. Por lo tanto, si
eres hijo en la casa pastoral (aplica con los padres terrenales
también), no te debe molestar la corrección y la disciplina, si
es que quieres llegar a ser lo que deseas ser. Son necesarias
para evitarte errores mayores en el futuro. Al rey Saúl le fue
arrebatado el Reino y fue desechado por Dios. Él no pasó
ningún proceso, sino que fue colocado en el reino con todas
las grieta de su carácter, sin pulir. Si no somos procesados, no
seremos útiles en el Reino de Dios.

Ejemplo de personas en la Biblia, que fueron procesadas:

MOISÉS

Moisés tuvo que pasar procesos. Primero creyó que sus


compatriotas entenderían que al matar Moisés al egipcio
(Éxodo 2:11-12), él los estaba defendiendo y que sería su
libertador, pero él no entendió que eso era un proceso.

Más adelante Moisés recibe el llamado de Dios, pero él objeta:


“no me creerán, ni oirán mi voz, porque dirán que Dios no me
ha aparecido” (4:1). Estuvo airado por la idolatría del pueblo 
(32:19).

Fue criticado por sus hermanos (Números 12:1-8). Y luego,


Dios lo prepara en la rudeza de la vida en el desierto y en la fe
del Dios verdadero, al convivir con el pueblo de Israel.

JESÚS

No podía faltar nuestro mejor ejemplo de vida, quien como


humano, también fue procesado. Desde su nacimiento,
querían matarlo (Mateo 2:13). A los 30 años fue bautizado, e
inmediatamente, fue llevado al desierto para ser tentado por
el diablo (4:1-11). Al final fue procesado en el huerto de
Getsemaní, para ser muerto en la Cruz del Calvario
(27:32-56), y luego resucitar (28:1-10).

CONCLUSIÓN

Los procesos son necesarios para dejar el infantilismo y


convertirse en adulto. Si realmente queremos ser usados por
Dios en lo que Él nos llama a hacer, debemos cambiar a través
de los procesos que se nos presenten. A través de los
procesos, el corazón se va purificando y nos ayudará a
parecernos cada vez más a Jesús.

La perseverancia es necesaria para pasar los procesos. Si


Dios permitiera que no tuviéramos obstáculos en el camino,
no creceríamos, ni seríamos tan fuertes como podemos serlo
después de haber pasado por nuestras luchas.

Vamos a ser probados como el oro (1 Pedro 1:7). En lugar de


poner resistencia, lo mejor es entregar nuestra vida a los pies
de Jesús y confiar en que Él obrará con sumo cuidado con
nosotros (a no ser que seamos rebeldes) y transformará
nuestra vida, sacando la joya preciosa que está oculta.

¡DIOS TE BENDIGA!

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