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INTRODUCCIÓN.
Extensión temporaria de la R. Abarca desde febrero de 1917 hasta las grandes purgas del 1937-8, que la retirada estratégica con la
NEP no fue el cierre y que las purgas stalinistas se remontan al leninismo (tesis cotinuista), de modo que la “revolución desde arriba”
de Stalin es una continuación de la revolución leninista. Después del terror, hacia los ’30, ante el agotamiento del potencial de la
Rev., el PC retomó la normalidad y la revitalización de los valores y la cultura tradicional, solidificando una nueva estructura social y
política. La SGM abrió la era posrevolucionaria.
Interpretar la Revolución. Toda R sigue consignas justas (igualdad, libertad, justicia, etc.) y todos los revolucionarios son
entusiastas, intolerantes, poco realistas, inexpertos en gobierno y maniqueos (bien/mal). Pero siempre termina en desilusión y
decepción, se cae en la tentación de la riqueza. En la realización de la R se evidencia que la voluntad no es monolítica ni transparente,
entrando en contradicción con los revolucionarios.
Particularidades de la RR. Rusia era periférica, los revolucionarios eran marxistas.
Tres preocupaciones del Libro:
1. La modernización: Construir el socialismo implicaba alcanzar la modernidad industrial y tecnológica, superar el atraso. Para el
marxismo R era desarrollo económico
2. R como R de clase. Desde la teoría marxista la RR fue la R proletaria-campesina, un frente contra el dominio burgues. Sin
embargo la relación entre el partido y la clase fue ambivalente, existiendo vaivenes y contradicciones (particularmente en el
comunismo de guerra), hasta un divorcio formal en los ’30. La R ofrecido un canal de ascenso social trabajadores que se
incorporaron al partido, a la elite administrativa y profesional, lo que fue usado por Stalin para propagandizar un partido
autoproclamado de los trabajadores.
3. Terror y la violencia revolucionaria. Hay dos tipos de violencia popular, la que se orientó a destruir al enemigo (burgués, kulak,
nobles considerados objetivamente como enemigos) desde el ’17 hasta el final de la colectivización; y la aplicada a los
revolucionarios mismos para mantener la pureza, en las purgas (’21, ’29, ’33-4 y ‘37-8).
CAPITULO I. EL ESCENARIO.
Hacia comienzos del XIX, Rusia era una de las grandes potencias europeas (atrasada en comparación a GB, FRA y ALE), con una
industrialización tardía posibilitada por las inversiones extranjeras, la modernización bancaria y el modesto crecimiento de la
burguesía. El campesinado no mejoraba ni empeoraba. Antes de 1905, no había ni parlamento electo, ni partidos y los ciudadanos
pertenecían a estados (urbano, campesino, clero, nobleza). La primera RR impuso a Nicolás II un parlamento nacional (Duma),
legalizando los partidos y los sindicatos. Sin embargo, la autocracia minó eso en la práctica.
La sociedad. Campesinos y proletarios. Poseían la tierra en régimen comunal de subsistencia sin modernización, controlado por el
mir (consejo de aldea) que redistribuía periódicamente las parcelas. La servidumbre recién había sido abolida en 1861y se debía
pagar un impuesto al estado por haberla aboliudo. Jóvenes de familias campesinas trabajaban como asalariados en agricultura,
construcción, minería o en las ciudades buscando dinero. Es decir, vivían con un pie en la “tradicional” aldea y con otro en la
“moderna” ciudad industrial; así se construyó la primera generación de obreros rusos. Los campesinos rusos no eran, como los
franceses, pequeños propietarios conservadores, tenían un experiencia de levantamientos y rebeliones violentas. Es esta condición
precapitalista de la clase obrera (su componente campesino) el que le da carácter revolucionario (se movilizan y paran contra las
empresas extranjeras ligadas al poder del zar). Aunque Lenin sostuviera lo contrario, es la dispersión y la falta de organización del
proletariado como clase moderna la que le permite ser revolucionario. Clase media. Grupo minoritario y débil, aunque en expansión,
ligados al comercio, las profesiones, los negocios, etc. Los educados formaban la inteliguentsia (elite educada y occidentalizada)
separada del pueblo por su posición y opuesta a la autocracia por su ideología radical. Es ella la que forma la dirección de la
organización conspirativa contra la autocracia.
La tradición revolucionaria. Hacia fines del XX el principal tema de discusión era la industrialización y sus consecuencias. Los
populistas sostenían había producido la degradación humana, el empobrecimiento de las masas y la destrucción del tejido social. El
capitalismo había destruido la comunidad rural, proletarizando al campesinado. Se proponía una vuelta al mir. Paralelamente se
consolidan grupos marxistas que repudian el utopismo, el terrorismo y la orientación campesina. Defendían el desarrollo del
capitalismo como vía para el socialismo, privilegiando a la clase obrera. Comenzaron a crear círculos y grupos de estudio y lograron
dirigir sindicatos y participar de la R de 1905. Construyeron el Partido Socialdemócrata Ruso de los Trabajadores, insertándose en la
clase obrera entre 1898-1914. La fracción menchevique defendió la revolución por etapa contra los Bolcheviques que defendían la
madurez del capitalismo y la necesidad de dar paso al socialismo por medio de un partido de vanguardia. Esta división se dio en el II
Congreso del Partido (1903).
La R de 1905 y la PGM. Rusia contaba con el mayor ejercito de las potencias, su expansión la hizo chocar con JAP (1904), pero
pronto ganó un clima de derrota que encendió la oposición local: los liberales organizaron banquetes para la reforma constitucional,
los obreros de San Petesburgo convocaron a una marcha ante el Palacio de Invierno, siendo duramente reprimidos. Así estalló la R,
canalizada por el zar a través de la firma la paz con Japón y la concesión de una constitución y un parlamento electivo nacional en el
Manifiesto de octubre de Nicolás II. Ante la insubordinación de las dos primeras Dumas, se disolvieron y se creo un sistema electoral
que favoreció la representación de la nobleza terrateniente. Los liberales abandonaron la actividad revolucionaria, mientras que los
obreros mantuvieron su actividad revolucionaria hasta fin de año, organizando soviets (consejos de representantes de los trabajadores
elegidos en las fábricas), un fuero político de los trabajadores. Esta R no produjo una conciencia clara de la polarización de clases
que evidenciara la traición liberal. El gobierno buscó desarticular las aldeas campesinas creando una nueva clase de pequeños
granjeros independientes, dejando de lado el mir: los que acumularan se volvían pequeños propietarios y la otra fracción se
proletarizaría. También se tomaron empréstitos para avanzar en la industrialización, lo que lejos de morigerar el descontento engrosó
las filas del proletariado. La PGM insufló nacionalismo, sólo Lenin y los “derrotistas” la repudiaban como guerra imperialista. Las
derrotas rusas le dieron la razón y se incrementaron sus filas. A esa altura, la legitimidad del régimen era precaria y su supervivencia
estaba atada al éxito de la guerra que no lo acompañó.