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EDUARDO SUBlRATS

UNA ÚLTIMA VISIÓN


DEL PARAÍSO
Ensayos sobre media, vanguardia
y la destrucción de culturas
en América Latina

FONDO DE CULTURA ECONÓMICA


MÉXICO
Primera edición, 2004

Subirats, Eduardo ÍNDICE


Una última visión del paraíso. Ensayos sobre media,
vanguardia y la destrucción de culturas en América Lati-
na I Eduardo Subirats, - México: FCE, 2004
198 p. ; 21 x 14 cm ~ (Colee, Filosofía) Agradecimientos 9
ISBN 968-16-7197-X Prólogo 11
1. Cultura 2. Filosofía 3. Arle - Crítica e interpreta-
ción. 1. Ser TI. t 1. L'A.ge d'Or . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. 15
1. El Golem 15
LC HM621 .S83 Dewey 306,4 S869u
2. L'ánne pourri . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. 21
3. Gesamtkunstwerk 28
4. Simulacros 36
5. Mbaé meguá 42
II. Una última visión del paraíso . . . . . . . . . . . . . . . . .. 45
III. Surrealistas, caníbales y los otros bárbaros 65
IV. "Antropofagia" contra globalización . . . . . . . . . . . .. 83
1. La deducción trascendental de la verdadera
cultura Libre identidad de América .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. 83
Créditos de ilustraciones:
© Giorgio de Chirico I SIAE. Italia I SOMAAP, México 2004 2. Simulacros coloniales 87
© Salvador Dali I VEGAP, España I SOMAAP, México 2004 3. Colonizadas modernidades 97
Museo Anahuacalli I Revista Artes de México No. 64-65, 1965 4. La periferia en el centro 105
Lina Bo Bardi I Archivo Una Bo y Pietro M. Bardi 5. La resurrección antropofágica 114
Diseño de portada: RJ4, Rogclio Rangel V. Escritura y ciudad 117
VI. Globalización y la destrucción de memorias cultu-
Se prohíbe la reproducción total o parcial de esta obra -c-íncluido el diseño
tipográfico y de portada-, sea cual fuere el medio, electrónico o mecáni-
rales 137
co, sin el consentimiento por escrito del editor. 1. El mundo, todo y uno 138
2. El retorno de los ídolos 142
Comentarios y sugerencias: editor@fce.com.mx
Conozca nuestro catálogo: \Vw'.\iJondodeculturaeconOlnica.com.ITIX
3. Devorar los signos 147
4. Cultura popular en la megalópolis 151
5. Con nuestros himnos antiguos y nuevos 153
D. R. © 2004, FONDO DE CULTURA ECONÓMlCA
VII. Arte popular y cultura digital: "El último artista" 155
Carretera Picacho Ajusco 227; 14200, México, D. F.
Post Scriptum 197
ISBN 968-16-7197-X
Impreso en México e Printed in Mexico

5
PARA CAROLINA KRUCHIN
AGRADECIMIENTOS

A Lélia Coelho Frotta le estoy en deuda por haberme pre-


sentado al artista minero Ulisses Pereira Chaves. por sus
enseñanzas sobre las tradiciones populares brasileiras. y
por su inmensa generosidad. Agradezco a Erna von der
Walde las cuidadosas críticas conceptuales y sugerencias
formales que han hecho posible el ensayo sobre arte popu-
lar y cultura digital. A Beth Formaggini, sus comentarios
sobre la otra cara del problema: las posibilidades del arte
digital en el contexto de las culturas populares. Carla Mila-
no me ayudó a cristalizar el conjunto de estos ensayos bajo
el título brasileiro de un nunca acabado Paraíso (primera
edición brasileira, de 2001, con una parte de los ensayos de
este libro, bajo el título de A penúltima visáo do paraíso).
Jorge Schwartz ha estimulado buena parte de estos ensayos
a través de nuestra colaboración en un seminario sobre van-
guardias latinoamericanas en la Universidad de Sao Paulo.
A Nadia Benavid le agradezco la devoción poética de su ver-
sión inglesa de estos ensayos. También quiero expresar mi
agradecimiento a Consuelo Sáizar por publicar este libro,
"a la velocidad del rayo", en mi querida ciudad de México.
y a Richard Foley, decano de la Faculty of Arts and Scien-
ces de la New York University, por su apoyo.

E.S.
Princeton, 24 de febrero de 2003

9
PRÓLOGO

Este libro reúne siete ensayos literarios en torno a momen-


tos centrales de nuestra crisis contemporánea: los medios
técnicos de comunicación y la construcción global de la
realidad, la destrucción mediática de la experiencia indivi-
dual y de las memorias culturales, el papel colonizador de
la cultura digital y la diseminación de la violencia... Son
ensayos que parten, al mismo tiempo, de temas artísticos,
literarios y arquitectónicos específicamente latinoamerica-
nos: el humanismo filosófico y religioso del Inca Garcilaso,
la poética de José María Arguedas, la arquitectura de Diego
Rivera o de Una Bo, el testimonio intelectual del antropólo-
go Curt Nimuendajú, los signos del arte popular contempo-
ráneo y, muy especialmente, el Movimento Antropofágico de
Brasil.
La elección de la poética antropofágica como tema cen-
tral se debe a una serie de razones. Este movimiento fue, en
primer lugar, un momento estelar de las vanguardias artís-
ticas americanas. Trazó una visión histórica y cultural es-
pecíficamente tropicalista. Más que ninguna otra corriente
artística del siglo xx de las Américas, e incluso de Europa,
ésta formuló un proyecto original de civilización. La Antro-
pofagia, que compartía momentos fundamentales con mu-
chos otros artistas, escritores y arquitectos latinoamerica-
nos, de Arguedas a Diego Rivera, de Lam a Guímaráes Rosa,
trazaba una síntesis original de una cultura moderna, de
influencia fundamentalmente europea, con las sabidurías
milenarias de la selva. y formuló además este proyecto
bajo la perspectiva radical de una verdadera inversión de la
dialéctica de racionalización y destrucción de las memo-
rias culturales que distingue el proceso de modernización
industrial y posindustrial en América Latina y en el Tercer
Mundo.

1]
12 PRÓLOGO PRÓLOGO 13

Quiero anticipar un aspecto central de la crítica "antro- mesas seculares se han revelado ilusorias. Desde el fracaso
pofágica" de nuestro tiempo: la estética y la ética de los de las revoluciones igualitarias del siglo XIX, las seculariza-
simulacros. Pero antes introduciré un breve paréntesis esté- ciones del paraíso perdido y de las edades de oro de la
tico e histórico. Son de sobra conocidos los múltiples inter- humanidad han trocado sus colores mesiánicos por visio-
cambios entre la estética surrealista y los signos escatológi- nes del horror y la destrucción.
cos del cristianismo, su curiosidad exótica por las religiones Sin embargo, el motivo literario del retorno del paraíso es
colonizadas, o en proceso de serlo, y su fascinación por una el hilo de oro que recorre la historia de América desde los
idiosincrásica noción de magia que ha sobrevivido hasta los diarios de Colón al tratado de León Pinclo sobre el "Paraíso
paraísos comerciales de la literatura real-maravillosa. Es en el Nuevo Mundo", y de ahí hasta una variedad inmensa
sabido también que el surrealismo inventó y produjo un de expresiones literarias y artísticas del siglo xx, como
ámbito de lo superreal concebido como sucedáneo sobre- Macunaíma de Mario de Andrade. Su esperanza poética y
natural, pero que, al mismo tiempo, coincidía con el feti- su fuerza transformadora son tanto o más vigentes hoy, en
chismo que la estética del consumo ha heredado de la nuestra edad de guerra financiera y biológica en el subcon-
iconologia católica. Este ámbito re sacralizado de una supe- tinente, de lo que pudo haber sido ayer en la resistencia
rrealidad irracional técnicamente producida y mercantil- contra el colonialismo virreinal.
mente diseminada ha definido de una manera central el
concepto de posmodernidad. Pues bien, la Antropofagia Prineeton, enero de 200\
pone esta metafísica comercial del artificio y su fetichismo
estético sobre sus pies. Y lo hace, entre otras cosas de las
que el propio lenguaje literario y artístico ocupa un primer
lugar, bajo un motivo mitológico asimismo capital: el retor-
no al paraíso.
Nuestra memoria de un pasado edénico, la conciencia de
una edad histórica en que los humanos convivían con los
dioses en el medio de una naturaleza armónica y una co-
munidad igualitaria, ha sido reiteradamente oscurecida y
eclipsada. La civilización cristiana destruyó sus huellas,
y selló repetidamente sus puertas bajo el dogma de una cul-
pa fundacional y su subsiguiente redención eclesiástica. La
aetas aurea se transformó de este modo en una metáfora
artística y literaria. Se transformó en ficción. En la edad
moderna, los sueños heréticos de un paraíso posible en el
tiempo histórico, o sea, las arcadias revolucionarias, fueron
repetidamente desterrados y destruidos. Su lugar fue su-
plantado por las doctrinas teologico-políticas de ciudades de
dios y reinos de los elegidos. La modernidad ha seculariza-
do estos reinos ficticios de los cielos en ofertas de redención
comercial, tecnológica y política. Pero también estas pro-
1. L'ÁGE D'üR

l. EL "GOLEM"

"Algo tremendo ha penetrado en mi vida -escribe Natha-


nael a su novia Clara, en el cuento de E. T. A. Hoffmann Der
Sandmann [El areneroJ-. Oscuros presagios de un horrible
destino que me amenaza se extienden como las sombras
de negras nubes, impenetrables a cualquier amable rayo de
1" 1
so.
y nos preguntamos dc inmediato: ¿cuál es el misterio
terrible de este destino oscuro, impenetrable por la luz
esclarecedora de una amable razón? Una de las respuestas
a esta pregunta y una de las lecturas de la narración de E. T.
A. Hoffmann pueden resolverse como una visión futurista
y una utopía negativa de la contemporánea cultura elec-
trónica.
Cierto que Der Sandmann mezcla una constelación muy
amplia de elementos. Su protagonista, Nathanael, es una
figura del intelectual romántico e ilustrado de la Alemania
de finales del XVITI. Pero también es el vástago de una que-
brada situación familiar, de la que emanan los síntomas de
su personalidad neurótica. La narración le hace caer en una
red de prodigios y engaños. Un comerciante, Giuseppe Cop-
pola, le vende unas lentes de aumento. Con ellas, el joven
Nathanael descubre a Olimpia, la supuesta hija del físico
Spalanzani, que solía sentarse junto a la ventana de una
casa vecina. Su visión, a través de las lentes, es sublime.
Nathanael se enamora de la muchacha.

1 E. T. A. Hoffmann, Werke, Francfort del Meno, Insel Verlag, 1967, vol.


2, p. 7. ("Etwas Entsetzliches 1St in rnein Leben getreten! Dunkle Ahnun-
gen eínes grasslíchen mir drohenden Geschicks breiten sich wie schwarze
Wolkcnschaucn über mich aus, undurchdranglich jedem freundlichen
Sonnenstrahl", )

15
16 L'ÁGED'üR L'ÁGED'üR 17

Un día, el apasionado joven descubre su engaño. Olimpia "persona viviente" con una muñeca de palo." Es un creador
no es, en realidad, más que el simulacro mecánico de un ser de simulacros humanos. La fabricación del robot o del
humano creado por un científico insano. Su enamoramien- Golem. junto a la alteración de la visión a través del instru-
to ha sido el resultado de una visión alterada por la lente mento de reproducción están atravesados, a su vez, por un
óptica que le proporcionó un comerciante sin escrúpulos. mismo delirio de poder. Spalanzani y Coppola representan
Al final de la narración el protagonista se encuentra con su los dos aspectos complementarios de este poder bajo su for-
endiosada amada por los suelos, con sus articulaciones de ma moderna: la racionalidad técnica por un lado, el espec-
madera brutalmente desvencijadas sobre un charco de san- táculo por otro. Es aquella misma dualidad y síntesis del
gre. Nathanael enloquece y se suicida. "ingeniero y el organizador de la ingeniería" que Norbert
La figura de Giuseppe Coppola está asociada a elementos Wiener llamó "adorador de artificios"."
siniestros: el parricidio y la oculoctomía, y un poder diabó- La perspectiva histórica de este cuento atraviesa diferen-
lico sobre los seres humanos. La lente que le presta a tes momentos cruciales. Primero, el anhelo ilustrado de la
Nathanael posee también un significado turbador. Por un luz y el conocimiento. En Der Sandmann esta aspiración
lado es el medio de una visión maravillosa de las cosas. la representa la novia real del protagonista, que responde
"Nunca en la vida me había llegado una lente que me acer- significativamente por el nombre de Clara. Su papel escla-
cara los objetos ante los ojos, tan puros, agudos y claros'? recedor lo pone de manifiesto la sencilla pregunta que diri-
---especifica cl narrador-o La lente es el medio superrealista ge a su Nathanael cuando lo siente completamente preso de
de la reproducción técnica de la imagen visual. Hoffmann su locura: "¿No puedes verme?'? Clara es la representación
menciona incluso un detalle que sólo hoy podemos recono- de la mirada de la experiencia reflexiva.
cer en todo su valor objetivo: esta lente no hace ver, sino Hoffmann describe también el lugar, o más bien, el no
que "enciende" la mirada." Es una metáfora anticipadora lugar de la memoria en esta constelación. Precisamente el
del mundo de la comunicación electrónica. Pero esta fasci- segundo efecto de la visión superreal o hiperreal de Olimpia
nación de la mirada técnicamente alterada se presenta, al a través de la lente maravillosa es la anulación de esta
mismo tiempo, como una amenaza... memoria. "Todos habían desaparecido de mi memoria"
El profesor Spalanzani, el segundo artífice del trágico -escribe el protagonista en una de sus cartas, haciendo
engaño, es una figura degradada de la sabiduría rabínica constancia de la consecuencia fenomenológica de su entu-
que creó el Golem." Hoffmann lo define como "Mechani- siasmo amoroso por el engendro mecáníco-c-."
cus" y fabricante de autómatas. A esta dimensión instru- En tercer lugar, Der Sandmann pone de manifiesto la
mental de su conocimiento, Hoffmann le añade la cualidad banalidad ligada al artefacto mediático. El simulacro hu-
moral del farsante. Spalanzani pretende confundir a la mano no era capaz, en realidad, más que de repetir como
una letanía la imperfecta y monótona exclamación: ¡Ay, ay!?
2 Ibidem, p. 28. ("Noch im Leben war ihm kein Glass vorgekommen,
das die Gegenstande so rein, scharf und deutlich dicht vor die Auge 5 E. T. A. Hoffmann, op. cit., p. 36.
rückte" .) ó Norbcrl Wicner, God and Golem, lnc., Cambridge, Mass., MIT Press,
, ldem ("die Sehkraft enlzünden"). 1964, p. 35.
4 En la novela de Hoffmann el Golem ya no es aquel medio del cono- 7 E. T. A. Hoffmann, ap. cit., p. 24. ("Kannst du mích nicht erschauen?",

cimiento mágico ligado al Génesis, de acuerdo con la tradición de la cá- en el sentido de la mirada reconocedora de la realidad "auténtica")
bala, sino precisamente la síntesis de un conocimiento mecánico ligado a 'Ibidem, p. 33. ("Alle waren aus meinem Gedachtnis entschwunden".)
la rnaquinaciún por el pOULT. Gcrshom Schulern, Zur Kabbala und íhrer 9 Ibídem, p. 34 ("Aber diese wenigen Worte erscheincn als echte Hye-

Syrnbalik, Francfort del Meno, Suhrkamo Verlag, 1973, pp. 223 Y ss. roglyphe der innem Welt".)
18 L'ÁGED'OR L'ÁGED'OR 19

"Pero estas pocas palabras aparecían como auténticos jero- na del Sandmann, el "hombre de la arena". De acuerdo con
glíficos del mundo interior" -añadía el hechizado Natha- este cuento de cuna, el mítico y amenazador personaje acu-
nael a su amigo Siegmund-. Este reduccionismo expresivo de por las noches junto a los niños para dormirlos, echán-
anticipa la construcción estereotipada y banal del moderno doles arena en los ojos. En la imaginación enferma del
superrealismo rnediático. joven Nathanael, sin embargo, este ambiguo motivo litera-
Es preciso recordar otro de los aspectos centrales dc este rio de la arena que cae sobre la córnea ocular, produciendo
cuento: el significado estético que encarna la figura de el escozor que se asocia con la fatiga y el sueño, adquiere
Olimpia a los ojos de Nathanael y la pasión desenfrenada los más sombrios colores del complejo de castración. En el
que suscita. Olimpia adquiere, gracias al poder de la lente, cuento de Hoffmann, un misterioso Coppelius amenaza con
e! valor sublime de una belleza absoluta. Su nombre la rela- arrancarle a Nathanacllos ojos en una misma secuencia en
ciona conspicuamente con lo divino, También bajo esta la que el siniestro personaje pone fin a la vida de su padre.
perspectiva el significado de la narración romántica arroja Su sucesor simbólico en el imaginario del protagonista de
una clave sobre la cultura mediática contemporánea como Der Sandrnann, es decir, Coppola, reitera aquella amenaza
sucedáneo de lo sagrado. real bajo la forma de la castración simbólica de la mirada.
Finalmente, Hoffmann describe en la figura de Nathanael Estas imágenes reiteradas de destrucción se relacionan a
una mirada y una conciencia escindidas. Ya en las primeras manera de contrapunto con el motivo de la lente óptica, o
páginas del cuento aparece una terrible constelación subje- sea, el ojo mecánico que preside la transformación alucina-
tiva caracterizada por la risa, e! terror y la desesperación."? toria de la visión de Nathanael. La distorsión de la experien-
Más adelante, la crisis de la conciencia moderna se pone de cia a través del instrumento técnico -esto es, el muñeco
manifiesto bajo el signo de la locura. Su definición es sim- mecánico Olimpia y la maravillosa lente óptica- se asocian
ple: "un poder oscuro que nos trata de corromper hostil- por este camino con la desintegración neurótica del yo.
mente desde nuestro propio interior". 11 Es la visión de la También en este sentido el cuento de Hoffmann es una
destrucción de la conciencia por una fuerza inherente a su metáfora contemporánea de la escisión interior de la expe-
misma constitución interna. En las páginas finales de la riencia de lo real a través de los medios electrónicos de
narración, esta constelación anímica experimenta su deses- comunicación,
perado desgarramiento y su final desintegración. Los labios La interpretación de lo siniestro, lo inquietante o lo tur-
de Nathanacl exhalan una postrer exclamación de agonía. bador, es decir, lo unheimlich, debida a Freud, es relevante
Hoffmann especifica: se trata de un grito bestial. Angustia, en este contexto. Desde el punto de vista de la interpreta-
autodestrucción y regresión a un estado de animalidad se ción freudiana, el centro narrativo de Der Sandmann lo
suceden como hitos de una secuencia lógica pero fatal al ocupa la angustia de ser privado de los ojos que, en claves
mismo tiempo. diferentes, va reiterándose a lo largo de la narración de
Existe un motivo privilegiado que atraviesa los significa- Hoffmann hasta el trágico desenlace final. Por otra parte, la
dos estéticos y filosóficos más relevantes de este cuento de acción inicua de arrancarse los ojos constituye precisamen-
Hoffmann: el ojo. Su significado simbólico profundo está te también e! acto culminante en la tragedia de Edipo Rey.
relacionado, en primer lugar, con la leyenda popular alema- A través de la constelación edípica y de la angustia de cas-
10 Ibidem, pp. 7 Y s. tración, el psicoanálisis vinculó precisamente esta historia
11 Ibidem, p. 16. CEine dunkle Macht, die feindlich uns in unsrem eígnen con uno de los mitos más importantes del nacimiento de la
Selbst zu verderben strcbt'") razón como ilustración y como búsqueda trágica de la ver-
20 L'ÁGED'OR L'ÁGED'OR 21

dad.P Pero aún hay más. Es notorio que, en su interpreta- de la conciencia; el ideal de belleza formulado por el clasi-
ción, Freud pusiera de manifiesto el núcleo filosóficamente cismo alemán de Schiller o Schinkel como el impulso que
más importante de la narración de Hoffmann: lo que podría anima la configuración humana de la realidad; o bien, el
llamarse una "dialéctica de la Ilustración". En efecto: la concepto de una formación artística de la persona en el sen-
razón ilustrada y el ideal de una conciencia autónoma liga- tido en que lo expresa Wilhelm Meister. El objetivo clásico
da a la historia personal del estudiante Nathanael, lo que moderno de una conciencia objetiva y unitaria, una perso-
podría llamarse su Bildungsroman, se transforman en el nalidad moralmente transparente, y una individualidad
relato Der Sandmann en su contrario: el triunfo de un poder emocionalmente entera se desintegra tumultuosamente. Algo
ciego o cegador, con la destrucción de la conciencia, y, final- termina. Sin duda alguna, también algo acaba de empezar.
mente, con la angustia como su radical consecuencia.
He aquí la terrible secuencia de estos hitos fatales. Prime-
ro, la constitución neurótica de Nathanael, que distorsiona
su experiencia de la realidad y le impide su reconocimiento
"objetivo". Segundo, un concepto ciego de razón instru- Hoffmann no anticipaba solamente una concepción pesi-
mental, encamada en la figura de Spalanzani. Complemen- mista o trágica del mundo moderno. Ni solamente predecía
taria a éste, la maquinación mezquina fraguada por el aquel nihilismo inherente a la racionalidad del progreso
corrupto comerciante Coppola en su desaforado afán de que formularon otros artistas románticos y fue objeto de la
poder. En cuarto lugar, el efecto al mismo tiempo deslum- critica filosófica de la cultura a la vez cristiana y científica
brante y cegador de la visión alterada por el medio técnico de Nietzsche. Hoffmann también ponía de manifiesto a tra-
de reproducción. Como corolario final, la desintegración de la vés de esta mirada negativa una concepción estética es-
experiencia de la realidad, o más bien, la pérdida de la reali- pecífica, asociada con lo extraordinario y maravilloso, que
dad misma y, con ella, la constelación psíquica de la persona- distingue a la modernidad artística del siglo xx. "Lo maravi-
lidad esquizofrénica. Final: el suicidio de Nathanael, el sui- lloso y lo extraordinario [de la vida funesta de Nathanael]
cidio de la humanidad. llenó toda mi alma, pero precisamente porque tenía que
La perspectiva civilizadora que contempla Hoffmann es, suponerte en ti, oh lector, la misma inclinación ..." -se dice
ciertamente, negativa. La razón moderna es asociada con la a este respecto en Der Sandmann, precisamente por hoca
desintegración de la conciencia autónoma y la autodestruc- del riarrador.!" La nueva sensihilidad estética no asumía
ción de la existencia humana.P El progreso de la ciencia y solamente un final catastrófico de la humanidad, sino que,
la tecnología se revela como un paso atrás respecto al pano- sobre todo, se deleitaba en aquella atmósfera excitante, exó-
rama filosófico y artístico que le antecede históricamente: la tica y alucinatoria que le permitía al lector de entonces y de
primacía de la experiencia que la Ilustración europea eleva- hoy hacerse la ilusión de que, al fin y al cabo, no se trataba
ba a principio a la vez moral e intelectual de la autonomía más que de los mundos extravagantes e inusitados de una
ficción maravillosa. La nueva, la moderna estética rompía
12 Sigmund Freud, "Das Unheimliche", en S. Freud, Studienausgabe, con un sentido "normal" de lo real, al mismo tiempo que
Francfort de! Meno, Fischer Verlag, 1970, vol. 4. p. 253. abandonaba los viejos ideales renacentistas y clasicistas de
13 Bajo esta relación de "descubrimiento" y "destrucción" interpreta pre-
cisamente M. Kesting el pensamiento de E. T. A. Hoffmann y E. A. Poe. Cf 14 E. T. A. Hoffmann, op. cit., p. 20. ("Das Wunderbare, Seltsame davon
Marianne Kestíng, Iirudeckung und Destruksicm, W. Fink Verlag, Munich. [Nathanales verhangnisvollern Leben] erfüllte meine ganze See!e, aber eben
1968. deshalb und weíl ich dich, o mein Leser! gleich geneigt machen musste".)
22 L'ÁGED'üR L'ÁGED'üR 23

la belleza como armonía de la existencia humana o equili- A diferencia del pesimismo romántico, sin embargo, la
brio cósmico, El lugar clásico de la razón lo ocupaba ahora desintegración de una realidad y un sujeto racionales, y del
lo extraordinario, lo ilógico e incluso lo siniestro, una expe- correspondiente ideal estético de belleza adquirió en el
riencia extrema de lo irracional y lo delirante, y, no en últi- surrealismo una dimensión claramente afirmativa. La des-
mo lugar, los fenómenos asociados con la locura." trucción cubista de! mundo de las apariencias, la liquida-
"Le mervelleux est toujours beau", escribió André Breton ción vanguardista del arte como experiencia, o la estética
en el primer Manifeste du surréalisme.í" Interesante es la alucinatoria celebrada por futuristas, dadaístas y surrealis-
circunstancia bajo la que se postulaba la nueva estética re- tas se identificaban con una poética de la espontaneidad,
volucionaria de lo maravilloso: el contexto definido por "el apelaban a una liberación de! inconsciente, reivindicaban la
mal gusto de nuestro tiempo", la historia cultural europea revalorización revolucionaria de los saberes míticos y las
como un paisaje de ruinas, y una alusión a los robots y a las religiones no cristianas, y defendían una sexualidad libre y
ciudades alucinatorios de De Chirico, o sea, lo que Breton una relación mágica con lo real. Bajo el nuevo imaginario
llamó expresamente "le mannequin moderne", 17 Al igual neorromántico de lo maravilloso, e! surrealismo anunció e!
que en Hoffrnann, la estética de lo maravilloso y lo alucina- final del imperio colonizador de la razón geométrica...
torio fue defendida por el Manifeste en estrecha interdepen- Aquel "poder oscuro" que aspiraba "a corromper hostil-
dencia con los fenómenos de degradación estética y decaden- mente nuestro yo desde su propio interior", de acuerdo con
cia social ligados al industrialismo y la racionalización de la visión de Hoffmann, se transmutó en el surrealismo en
todos los aspectos de la vida humana. principio emancipador y promesa de esperanza. La misma
En un texto escrito a partir de las conferencias que pro- "paranoia" y "locura", es decir, la misma experiencia extre-
nunció en México, en 1936, Surrealisme et Révolution, Antonin ma de "Wahn" y "Vorücktheít" a través de la cual la sensi-
Artaud describió e! "estado de espíritu" surrealista bajo bilidad romántica describía visionariamente un destino
estos mismos extremos: rechazo de una realidad normaliza- "impenetrable a la luz amable de! sol", se convierten, bajo el
da, crítica del mundo moderno, defensa de lo maravilloso, horizonte del surrealismo, en una nueva luz reveladora. Se
lo inusitado o "primitivo". El surrealismo, de acuerdo con pueden recordar de nuevo los escritos de Artaud sobre
Artaud, participaba, por una parte, de! "esprit suicidaire", México: la locura artística se metamorfosea en un auténtico
de la desesperación y la destrucción que preside la concien- fuego sagrado.'?
cia moderna; por otra, abrazaba aquella misma fascinación Dalí formuló esta transformación de las fuerzas destructi-
por el abandono de lo real y la poética de 10 irracional, lo vas de la razón moderna bajo una imagen magnética y ava-
extraordinario o inusitado que ya había anunciado la estéti- salladora: L'áne pourri. Su descripción es extraordinaria-
ca del romanticismo. Artaud proclamaba: "L'idée est de bri- mente elocuente en este contexto, y viene a reformular, bajo
ser le réel, d'egarer les sens, de démoraliser si possible les una peculiar perspectiva, los motivos literarios de Hof-
apparences [...] car pour le surréalisme [...] l'illogique est le fmann, así como las proclamas subversivas de Breton, Ara-
secret d'un ordre OU se exprime un secret de la vie"." gon, De Chirico o Artaud:
C( Marianne Kesting, Entdeckung und Destruktion, op. cit., p. 314.
15
André Breton, ManifesLe du surréalisme, fruvres completes, París,
16 Rien ne peut m'cmpcchcr de reconnaitre la multiplc prcscnce
Gallimard, 1988, vol. 1, p. 319. des simulacres dans l'image mulLiple, mérne si l'un de ses états
17 Ibídem, p. 321.
adopte I'apparence d'une áne purri et rnérne si un tel áne est
lB Antonin Artaud, c¡,uvres completes, Gallimard, París, 1971, vol. vrrr,
p.175. 19jbidem, p. 159.
24 L'ÁGED'OR L'ÁGED'OR 25

récllement et horriblement pourri, couvert de milliers de mou- estética surrealista se define como cegadora, al igual que,
ches et de fourmis, et comme dans ce cas on ne peut pas suppo- en Der Sandmann, la lente de aumento que abre la visión
ser la signification par elle-méme des états distincts de l'image maravillosa de las cosas acaba liquidando la mirada de su
en dehors de la notion du temps, ricn ne peut me convaincre protagonista. Las imágenes son similares en ambos casos.
que cette cruelle putréfaction de l'ánc soit autrc chose que le
Sin embargo, esta semejanza en los motivos literarios o
reflet aveuglant et dur de nouvelles pierres précieuscs.é?
artísticos revela de nuevo una disparidad radical de signi-
ficados. La misma pérdida de los ojos, que en el cuento
La desafiante imagen del asno podrido enarbolada por
romántico se presenta como la siniestra amenaza de la cas-
Dalí coincide básicamente en cuanto a su sensibilidad ico-
tración, es celebrada por la estética surrealista como princi-
nográfica con la visión final del asesinato del siniestro crea-
pio de un éxtasis poético, al mismo tiempo sublime y libe-
dor del autómata humano de Hoffmann: el cuerpo des-
rador.
trozado del doctor, un charco de sangre, los desvencijados
Es interesante considerar los elementos con los que Dalí
miembros del robot, desenganchados mecanismos d~ relo-
construye las alucinaciones superreales. Su punto de parti-
jería, articulaciones destruidas, una espantosa visión de sus
da es la eliminación de la experiencia de lo real. El pintor
ojos fuera de sus órbitas. Ambos cuadros describen situa-
formuló con meridiana claridad: "C'est par leur manque de
ciones escatológicas semejantes. Ambos responden por una
cohérence avec la réalité, et pour ce qu'il peut y avoir de gra-
y la misma sensibilidad poética de lo siniestro. Sin embargo,
tuit dans leur présence, que les simulacres peuvent facil-
existe una diferencia fundamental en cuanto a sus respecti-
ment prendre la forme de la réalité et celle-ci a son tour
vas intenciones estéticas y éticas. Según Dalí, la putrefac-
s'adapter aux violences des simulacres" .21
ción del asno se transfigura en el reflejo cegador de piedras
La "pérdida de la realidad", igualmente promovida por
preciosas. Es el principio alucinatorio que da real comienzo
Breton o Aragon.i? es un lugar común de la revolución esté-
a una nueva era superreal. Dalí y Buñuel la llamaron explí-
tica de las vanguardias artísticas modernas. Es lo que define
citamente L'Áge d'or, respectivamente en sus manifiestos
negativamente el moderno concepto artístico de abstrac-
estéticos y en su cine.
ción. La rebelión vanguardista contra el naturalismo y el
También en esta transustanciación poética del asno
mundo de las apariencias, promovida desde el cubismo y
surrealista pueden descubrirse elementos comunes a la
el neoplasticismo expresan el mismo objetivo estético. La des-
narración de Hoffmann. La encendida visión de la podre-
trucción de lo real, la liquidación del papel del espectador y
dumbre es equiparable a la apasionada visión de Nathanael
del arte como experiencia ejemplar son otros tantos aspec-
de Olimpia, el robot románticamente transfigurado en dio-
tos de la subversión del "orden de la representación". El
sa. Dalí convierte la metáfora cabalística de la creación del
simulacro, por otra parte, entendido como la realidad abso-
Colern que subyace al cuento de Hoffmann en la transus-
luta de un objeto, que, no obstante, es ficticio o virtual,
tanciación neo barroca de la materia corrupta en piedras
constituye asimismo un postulado elemental tanto de las
preciosas. La sabiduría ética de la tradición rabínica es ver-
vanguardias racionalistas -el neoplasticismo de Mondrian,
tida en las tecnologías surrealistas de producción colectiva
por ejemplo-- como de las vanguardias de lo imaginario:
de delirios y en una dudosa apología estética del simulacro.
Dale Magritte o De Chirico.
En los aforismos del pintor la visión transmutadora de la
211dem.
Salvador Da~í-Rétrospective 1920-1980, Centre Georges Pornpídou,
20 22 Cí, Peter Bürger, Der [ranrosísche Surreolismus, Francfort del Meno,
Musée National d Art Modeme, París, 1979, p. 277. Suhrkamp Verlag, 1971, pp. 118 Yss.
26 L'ÁGE D'OR L'ÁGED'OR 27

El interés del texto de Dalí, y su sentido más innovador, tación pierde sus dimensiones de realidad cn la misma
reside, sin embargo, en el hecho de postular aquella condi- medida en que su tratamiento artístico le otorga una nueva
ción fundamental de la experiencia bajo la que realidad y significación irreal, alucinatoria o "paranoica", es decir,
producción artificial del simulacro se vuelven ontológica- superreal. Es la misma transformación maravillosa que
mente intercambiables. Esta indiferenciación entre lo real Hoffmann describió como una versión siniestra de la magia
y lo ficticio desde el punto de vista de la experiencia indi- y la técnica: la que encarnaban las figuras civilizatorias del
vidual o colectiva es, precisamente, lo que técnicamente mecánico Spalanzani y su compañero de viaje, el embauca-
emprende la descontextualización de la imagen. La descon- dor Coppola.
textualización de las imágenes, tal como la anticiparon ar- Pero el programa surrealista de Dalí anunció una ulterior
tísticamente los dadaístas con el collage, más tarde se llevó dimensión: el poder originado en esta superrealidad y la
a cabo en el cine mediante la técnica de! montage, y hoy violencia que lo constituye. El poder de! simulacro se define
constituye una condición elemental de la comunicación en primer lugar bajo un punto de vista epistemológico y
electrónica, significa: secuestrar las imágenes de aquella artístico. De acuerdo con la revolución surrealista, la reali-
continuidad lingüística de la memoria colectiva -lo que dad no solamente es superada por el simulacro superreal,
Benjamin llamó "tradición"- capaz de otorgarles e! sentido sino que es reducida y sujetada, y puesta al servicio de este
transparente de una realidad única y múltiple en e! contex- sujeto de la dominación. "La réalité du monde extérieur sert
to de una forma dada de vida. comme illustration et preuve, et es mise au serviee de la réa-
En un sentido estricto, el programa estético de Uáne pourri lité de notre esprit."23 Breton llamó asimismo "proceso con-
estaba destinado a anunciar públicamente la nueva técnica tra la realidad" a su subordinación a lo superreal. Semejan-
de imágenes de doble lectura. El principio de esta estética era te noción de! simulacro posmoderno, es decir, de una
muy simple. Se trataba, en primer lugar, de una reducción realidad superreal "puesta al servicio de nuestro espíritu",
gestáltiea de la imagen artística, en un sentido que se antici- pone de manifiesto un viejo y venerable principio moral
pa plenamente a la contemporánea estética de la publici- de dominación. En rigor no es tan diferente del principio de
dad. y se trataba, en segundo lugar, o más específicamente, poder que define la filosofía del conocimiento de Kant, para
de una lectura que abstraía la figura artística de su contexto la cual, e! estatus ontológico de los objetos sólo es garanti-
lingüístico, narrativo o social. zado por la razón como principio deductivo de subordina-
La estética de la doble imagen y la doble lectura de la obra ción de lo real a un sistema de dominación categorial.
artística (que pueden ser poéticas, lo mismo que musicales Este poder coincide, en el caso de Dalí, con la creación
o "categorías pictóricas") partía de su abstracción, de su artística. De hecho, todo el arte abstracto moderno partió
carácter al mismo tiempo separado de! objeto y de la tradi- precisamente de esta concepción elemental de la actividad
ción. Pero señalaba en una dirección nueva no prevista por o la creación artísticas como producción de un mundo pro-
los pioneros de la abstracción moderna, desde Cézanne y pio o de una segunda naturaleza, como el poder derivado
Mallarmé: la imposición automática, prerrel1exiva y anti- de una realidad artificial global. Es el principio de una crea-
rreflexiva, el carácter compulsivo o "paranoico", su efecto ción ex nihilo que las corrientes de las vanguardias históri-
chocante, repulsivo y hasta destructivo, que Dalí en particu- cas asumieron en su conjunto, por diferentes que sean los
lar y el surrealismo en general formularon como revolucio- caminos formales elegidos para este diseño, dcsde el ex-
naria norma estética de un futuro virtual de la civilización.
Separada de su contexto lingüístico y objetualla represen- 23 Ibidem, p. 276.
28 L'ÁGE D'üR L'ÁGED'OR 29

presionismo hasta el constructivismo. Por desgracia, las consecuencia de su falsa alquimia artística de lo real: la vio-
escasas interpretaciones teóricas sobre las vanguardias lencia. El orden del simulacro, el sistema de la segunda
artísticas y su dialéctica civilizatoria han ignorado sobera- naturaleza artística y técnica ejerce una violencia sobre lo
namente este principio de dominación civilizatoria que las real, y lo fuerza a adaptarse a sus propias normas éticas y
atraviesa. estéticas autónomas. Este ideario estético de un orden de
Este poder inherente a la segunda naturaleza técnica o valores artísticamente creados y absolutamente autónomos
artística de los simulacros es transestético, El significado como principio de violencia sobre lo real define precisa-
común de la abstracción como creación a partir de la nada, mente el concepto tardoindustrial de dominación.
esgrimido por los pioneros de las vanguardias artísticas del En su tiempo esta sentencia daliniana debió considerarse
siglo xx, supone un ámbito de acción que rebasa en este como una misteriosa frase, acorde con la estrafalaria gesti-
sentido los límites tradicionales de la representación y de la culación bajo la que este artista solía arropar sus continuas
experiencia artísticas, en el cuadro, lo mismo que en el tea- presentaciones públicas. Sin embargo, estas manifestacio-
tro y la literatura. El nuevo ámbito de la acción artística es nes explayan elocuentemente la dimensión coercitiva que el
el mundo vital, la sociedad, la política, la civilización. El artista desempeña como nuevo dios civilizador con su
nuevo poder artístico es una fuerza revolucionaria en unos poder y su credo creador.
casos, un principio regulador en otros, e! punto de partida, El significado extremo y concreto de esta anticipación ar-
en fin, de la nueva organización del cosmos civilizador. Su tística de Dalí lo encontramos en las estrategias modernas
sentido es globalizador: comprende desde las más delicadas de violencia total sobre las formas de vida y sus expresiones
expresiones emocionales hasta la organización global de simbólicas, desarrolladas por los totalitarismos políticos
los espacios urbanos, y e! diseño del destino histórico de los del siglo xx. Es cierto: entramos en un terreno aparente-
pueblos. mente distante de las preocupaciones plásticas de un Dalí o
un Buñuel. Abandonamos el reino del arte, y nos adentra-
3. "GESAMTKUNSTWERK" mos en las estrategias políticas de propaganda y "conver-
sión". Y, sin embargo, entre estas estrategias políticas de
Dalí escribió: "les sirnulacres peuvent Iacilement prendre la transformación de la sociedad y sus expresiones culturales,
forme de la réalité et celle-ci a son tour s'adapter aun vio- y la utopía surrealista de Dalí no hay, en el fondo, una gran
lences des simulacros". 24 La sentencia en cuestión cristaliza diferencia conceptualmente hablando.
espontáneamente dos intuiciones importantes. Primero, la El concepto de propaganda diseñado por sus dos gran-
exaltación metafísica del artista como el artífice de los des artífices del siglo xx, Lenin y Goebbels, posee, sin em-
simulacros, como el agente productor de una segunda y bargo, un significado nuevo y mucho más amplio de lo que
más auténtica realidad. Este endiosamiento del artista, liga- la tradición marxista de la teoría de las ideologías ha queri-
do a la noción filosófica moderna de una creatio ex nihilo, do entender. Lenin y Goebbels no fueron los creadores de
tiene que ver con el pape! transestético del arte como [actor una "ideología" en este sentido limitado. Más bien deben
organizador de la sociedad como un todo; del arte como considerarse como los autores o productores de un nuevo
agente civilizador. lenguaje total. Fueron los creadores de un sistema de repre-
En segundo lugar, Dalí llamó la atención sobre la última sentaciones, simbolos y valores particulares, ligados a de-
terminadas formas de dominación política y ciertas tradi-
24 Salvador Dalí-Rétrospeetive... , op. cit., p. 277. ciones religiosas o sociales, que, al menos desde un punto
30 L'ÁGED'OR L'ÁGED'OR 31

de vista programático, pretendían una expansión universal Goebbels fue, en cambio, un comunicador moderno. Su
y absoluta. medio técnico era la radio. El líder fascista se distinguió
Lo que distinguía a este nuevo lenguaje total era su radical precisamente como un brillante teórico sobre las posibili-
compromiso con una transformación simbólica que afecta- dades culturales de las nuevas tecnologías de la comunica-
ba al conjunto de la sociedad: su compromiso con la trans- ción. y la radio, como se ha dicho, es un medio "caliente",
formación global de la cultura. Pero este significado amplio participativo, magnético y seductor. No es intelectual, frío y
de propaganda como lenguaje total y transformación cultu- distante como la escritura y el lenguaje doctrinario. A la
ral estaba, a su vez, estrechamente ligado a la revolución radio precisamente se aplica aquel concepto de comunica-
estética de las vanguardias. El significado de propaganda ción amplio que Dewey expuso como ritual, como partici-
que el futurismo, y en especial Marinetti, pusieron en prác- pación y celebración colectivas, y fruición e identificación
tica en el contexto del fascismo italiano comprendía una del individuo en torno a creencias, y mitos y símbolos co-
revolución estilística: al mismo tiempo, también abarcaba lectivamente consumidos.t?
un dominio de la nueva música sobre el mundo, un omni- "Y el pueblo sabrá entonces que la radio es el mediador,
presente teatro aéreo futurista, o bien un nuevo ritmo ins- es el dador de nuevas" -había manifestado a este respecto
trumental, vocal, plástico y arquitectónico capaz de trans- el propagandista nacionalsocialista en una de sus muchas
formar convulsivamente la civilización industrial entera.é> conferencias sobre el papel de la radio en el programa de
Históricamente, esta noción de propaganda se encuentra las transformaciones de la nueva sociedad alcmana-i-." La
muy cerca de las estrategias de conversión compulsoria des- bella metáfora que Goebbels utiliza en esta definición de la
arrolladas por el cristianismo contrarreformista en el con- radio como el "mediador" [Übermittler] que "da la nueva" es
texto de la expansión colonial europea. La gran diferencia mítica. Alude al papel originario de los ángeles en la tradi-
de la concepción moderna de propaganda respecto de los ción bíblica: los que mediaban entre Dios y los hombres, y
medios de conversión y colonización clásicos del siglo XVI los que llevaban nuevas de los cielos a la tierra. Recuerda
reside en sus técnicas, o, más exactamente, en aquella trans- asimismo la función clásica del demon griego.
formación de los valores estéticos modernos subsidiarios de Estas capacidades expresivas y expresionísticas, seductoras
la reproducción y producción técnicas de las formas. y vinculantes con lo más elevado de la radio eran idóneas,
El pensamiento de Lenin no es interesante bajo este pun- de acuerdo con Goebbels, para el objetivo último de la polí-
lo de vista. El concepto bolchevique de propaganda tenía tica nacionalsocialista: la creación de una cosmovisión y
un inconfundible carácter "doctrinario", "ideológico" en el una cultura globales, la producción de "una concepción
sentido napoleónico de la palabra. Técnicamente se basaba total y amplia de todas las cosas públicas'i." Pero eso no es
en la imprenta y en las movilizaciones sociales como medio todo. Además de esta función espiritual y transformadora,
de "transporte";" El leninismo respondía, además, por un la radio debía imponer un universo total, debía producir el
ideal "catequétíco" de conversión, por oposición a la con- simulacro de una segunda naturaleza, algo de lo que "no
versión como compromiso "sacramental" propio de los me-
dios de comunicación electrónicos. 27 Ibidem, pp. 18 Y43.
28 Helrnut Heiber (ed.), Goebbels-Reden, Droste Verlag, Düsseldorf, 1971,
25 Niccolo Zapponi, "La politica como espediente e come utopía", en vol. 1, p. 97. ("Das VoJk wird dann wissen: Das [Rundfunk] ist der Ueber-
F. T. Marinetti Futurista, a cura di "Es", Guida, Nápoles, 1977, pp. 230 Y ss. rnittJer, das ist del Segenspender".)
26 James W. Carey, Communication as Culture. Essays on Media and 29 Ibidem, p. 227. ("Eine totaJe und urnfassende Gesarntschau aJler offen-
Society, WeJlington: Unwin Hyrnan, Londres-Sydney, 1989, p. 42. tlichen Dinge".)
32 L'ÁGED'OR L'AGED'OR 33

hace falta hablar, porque es el aire que respiramos", según cultura que paulatinamente se fue acercando a la propia
las palabras del agitador." noción cristiana de propaganda, como intuyó Nietzsche. Y
La radio fue elevada a medio de una acción comunicativa era asimismo un concepto de cultura que anticipaba las
global. Sus significados estéticos eran el entusiasmo, lo estrategias de movilización global y de configuración inte-
sublime, el éxtasis -Goebbels se refería precisamente a una gral de las formas culturales, en el sentido de la moderna
propaganda capaz de "embeber", de "embriagar" al pueblo concepción de la cultura espectacular de los medios de
[durchtriinken]-. Además, este papel lo cumplía la radio, comunicación y del Estado cultural.
de acuerdo con su apologista, de una manera espontánea y Es interesante considerar con cierto detalle el programa
automática, sín que el "pueblo" pueda "reconocerlo intuiti- mediático diseñado por Goebbels.
vamente"."
Pero el aspecto más importante de este proyecto de la radio La radio tiene que ser efectivamente un reflejo espiritual de la
como medio de propaganda total, es decir, como medio de época. Y por nada del mundo desearía que Ustedes se hiciesen
producción de una segunda naturaleza, es su objetivo final: atrás asustadizamente antes de otorgar la palabra en la radio a
la realización de la obra de arte en el sistema de la "política las expresiones espirituales de la época. Ciertamente me refiero
total". Goebbels formulaba este principio como la "determi- a las expresiones auténticas de la auténtica época... Un buen
nación del estilo de una época.V En el pronóstico futurista pasado o un amable futuro, mezclados y unidos íntimamente
de Goebbels, la radio se convertía así en el punto de con- con la expresión auténtica, heroica, de nuestro tiempo: configu-
fluencia de una estrategia política totalitaria y de la nueva rar esto y realizarlo espiritualmente, y hacerlo llegar hasta la
última aldea campesina -¡ésa es la tarea de la radiol-. 33
concepción de la obra de arte total formulada en el roman-
ticismo y replanteada por las vanguardias.
Lo "ideológico" constituye solamente un aspecto de esta
Esta concepción "dura" de la negación de la autonomía
concepción programática de la radio. Es, sin duda, el lado
artística, y el subsiguiente énfasis en su papel social diri-
más aparente: "la expresión auténtica, heroica, de nuestro
gente de la nueva acción artística no solamente lo hereda-
tiempo". La ostensible intencionalidad de esta ideología es
ron la propaganda socialdemócrata y nacionalsocialista a
totalitaria: "hasta la última aldea". Mas, a pesar de ser tan
partir de las experiencias realizadas por las vanguardias
aparentes, y también importantes, estos aspectos no son
artísticas del siglo xx. También lo recibieron como herencia
fundamentales, al menos bajo el punto de vista de nuestra
de las vanguardias políticas del siglo XIX. Para Proudhon, lo
"sociedad informacional" de hoy y de mañana. Lo más sig-
mismo que para Marx, el arte era otro "opio del pueblo",
nificativo, lo que encierra el núcleo del concepto tardo-
comparable al reino cristiano de los cielos, aunque sus
moderno de poder es la definición del medio de la radio
seguidores luego matizaran esta vieja tesis del "fin del arte".
como organum. de la interpretación auténtica de una época,
En su lugar, la teoría socialista desarrolló una nueva "cultu-
ra proletaria", cuyos valores no expresaban, ni "realizaban" 33 Ibidem, p. 96. ("Del' Rundfunk soll tatsachlich ein geistiges Spiegelhild
precisamente el bello reino de la obra de arte a la que se der Zeit sein. Und ich rnóchte nicht. dass Sie nun etwa clavar zurücksch-
había puesto lapidariamente fin. Era una concepción de la recken. die geistigen Ausdrücke del' Zeit auch am Rundfunk 7U Wort kom-
men zu lassen; es müsscn dann aber die wirklichkeitlichen Ausdrücker del'
wirklichen Zeit sein... Eine gute Vergangenheit oder eine kuhne Zukunlt.
lbidem, p. 227.
30
vermischt und ver-mahlt mit dcm wirklichen, heroischen Ausdruck unse-
" Ibídem, p. 95. rer Zeit: das zu gestalten und das geistig zu vergenwartigen und das bis
32 Ibídem, p. 228. ("Und die politische Fühnmg hestirnrnl den Stil cincr
zum letztcn Baucrndort vordriugen zu lassen-das ist die Aufgabe des
Zeit".) Rundfunks'")
34 L'ÁGED'üR L'ÁGED'üR 35

o lo que es lo mismo, como agente performativo de nuestro espacio como el tiempo en cuanto se refiere a nuestro pla-
tiempo y espacio históricos, y de sus valores y símbolos. neta. Estamos acercándonos rápidamente a la fase final de
Arte y política intercambian sus tareas y signos de identi- las prolongaciones del hombre, o sea la simulación técnica
dad en el proceso de esta configuración romántica de la his- de la conciencia" Y
toria y de la nación a través del nuevo medio técnico. La Estas utopías coinciden precisamente con aquellos postu-
política es entendida como "obra de arte total"; el arte es lados que definieron la revolución estética de las vanguar-
elevado vanguardísticamente a acción social. Ambos coinci- dias: ruptura con los lenguajes de la tradición, la memoria y
den en la construcción del mundo como espectáculo." las costumbres; abstracción de la realidad por medio de la
"Ese día le hablaremos al Reich entero, dirigiremos la creación de nuevos lenguajes artificiales y por medio de
orquesta ante todo el pueblo, hablaremos a toda la nación la descontextualización de las imágenes de su tiempo y es-
~anunciaba Goebbels-s-. Pues, que poseemos el arte de pacio sociales; creación del objeto cultural, de la obra o el
atraer al pueblo a los altavoces, eso es algo que no tenemos dispositivo artístico como simulacro de lo real y como una
que demostrar. Esto es algo que ya hemos demostrado."35 segunda realidad técnica global; por fin, extensión de los
La reformulación moderna de este ideal de un nuevo nuevos lenguajes y simulacros a todos los confines de la
universalismo mediático, comprendido a su vez como un sociedad para constituir de nuevo la realidad histórica y
vasto programa de transformación de la cultura y de "con- social como una obra de arte total.
versión" global de la conciencia moderna en la era de la Desde la descomposición artística del espacio perspecti-
electrónica ha sido debida a la obra de McLuhan. "La ra- vista y homogéneo a través de la deformación expresionista
dio ~escribe a propósito de la utopía mediática del nacio- y de la técnica dadaísta del collage, hasta la concepción glo-
nalsocialismo alemán-e- aportó la primera experiencia bal del urbanismo, la arquitectura y el diseño de objetos de
masiva de implosión electrónica, la inversión de toda la uso cotidiano por el Bauhaus, un mismo principio recorre
dirección y todo el significado de la letrada civilización la revolución estética de las vanguardias que coincide con
occidental."36 su realización mediática: abolición de la experiencia estéti-
Las metáforas que exhibió McLuhan reiteran básicamen- ca, destrucción de los lenguajes cotidianos, arte como crea-
te el mismo principio: los medios son una prolongación ins- ción de un nuevo sistema lingüístico y una nueva universa-
trumental del ser humano. pero, a diferencia de la tecno- lidad, producción industrial de una realidad técnicamente
logía mecánica, la electrónica es capaz de constituir una configurada como sistema racional de normas formales, o
nueva corteza global del planeta, una segunda naturaleza como universo sistemático e irracional de simulacros.
autónoma y, en última consecuencia, una segunda concien- Una diferencia significativa separa la utopía electrónica
cia artificial: "Hemos prolongado nuestro propio sistema total de McLuhan del proyecto global de transformación
nervioso central en un alcance total, aboliendo tanto el mediática de la cultura del nacionalsocialismo: su posición
frente a la ideología. Goebbels creía en antiguos ídolos y
34 El concepto de "espectáculo" lo utilizo aquí como síntesis de la reali- anacrónicos héroes. McLuhan declaró la abolición técnica
zación de la obra de arte en las prácticas de performatización de lo real,
del valor fetichista de la comunicación, y de las estretegias politicas de sig- del "punto de vista" y la supresión formal de la reflexión. Su
no totalitario. Ci. Guy Debord, La societé du speelacle, Buchel Chastel, lugar es ocupado por la "imagen inclusiva", un concepto
París, 1968. que adopta muchos de los significados del objeto maravillo-
35 Goebbels-Reden, op, cit., p. 102.
" Marshall McLuhan, Understanding Media: The Extensions of Man, New
American Library, Nueva York, 1964, p. 300. J7 Ibídem, p. 3.
36 L'ÁGED'OR L'ÁGED'OR 37

so surrealista: su carácter fragmentario y descontextualíza- do de lo meramente particular; una singularidad negativa


do, pero a la vez total; su insignificante valor intrínseco y su de lo casual, y es obligada a adaptarse por medio de la vio-
absoluto valor comunicativo; su dimensión sagrada y abso- lencia al sistema de los simulacros mediáticos y a los pode-
luta, o sea su valor icónico, y, al mismo tiempo, su baja defi- res políticos. económicos o militares que lo amparan.
nición y su trivialidad. La guerra del Golfo Pérsico posee, desde este punto de
El significado de la revolución de los medios de comuni- vista, una importancia ejemplar: fue la primera guerra inte-
cación era, para Goebbels, la constatación victoriosa de gralmente concebida como evento mediático. Era una gue-
"que poseemos el arte de atraer al pueblo a los altavoces". rra de simulacros. Su puesta electrónica en escena significó
El producto de la revolución electrónica de la acción co- la perfecta liquidación de la realidad como experiencia; y la
municativa es, análogamente, según McLuhan, su función producción masiva de una conciencia integralmente manu-
pragmática, manipulativa o configuradora de la conciencia facturada.
y la cultura a una escala global. A este significado último del Se trataba ciertamente de una guerra concebida como fe-
mensaje electrónico, más allá de su significado como for- nómeno estético. Pero no en un sentido tradicional. No como
ma, expresión o contenido de la experiencia, lo llamó "estetización" simple de los hechos del frente, en el sentido
McLuhan el "efecto" social de la "imagen inclusiva". "Ocu- de los reportajes heroicos de la guerra mundial realizados
parse del efecto más bien que del significado es un cambio por Ernst Jünger, por ejemplo. La estetización de esta gue-
fundamental de nuestra era moderna -escribe en este sen- rra abrazaba más bien aquel significado radical de la políti-
tido-, puesto que el efecto abarca la situación total y no ca como "estilo", como expresión de una cosmovisión artís-
sólo un nivel del movimiento de la información."38 Conse- tica a gran escala, formulado por los pioneros mediáticos
cuencia final de esta transformación al mismo tiempo del nacionalsocialismo alemán. Tampoco se trataba exacta-
mediática y vanguardista de la conciencia y la cultura mente de una "movilización" de las masas presenciales en
moderna: la abolición de la experiencia estética en el mis- el sentido de las estrategias socialistas tradicionales, a tra-
mo proceso de estetización de la comunicación electrónica. vés de una propaganda política o una manipulación infor-
mativa. Lo que la representación electrónica de esta guerra
inducía era la participación activa, íntima, continua y obje-
4. SrMuLAcROS tiva de esta masa electrónica en la performatización de la
guerra como evento mediático.
La intuición superrealista de Dalí fue certera: el mundo glo- Los videos instalados en los propios misiles definen exac-
bal diseñado por el nuevo artista mediático, el creador del tamente el significado de esta estetización de la guerra. El
estilo de una época o el agente organizador de la simula- mismo dispositivo técnico filmaba por un lado lo que por
ción electrónica de una conciencia planetaria puede con- otro destruía. Es una terrible sincronía de instrumentos.
vertirse fácilmente en principio de acción y de poder, reali- Los medios técnicos de destrucción coincidían con los
dad objetiva y efectiva, y verdad globalmente consensuada. medios plásticos de su reproducción audiovisual. Una iden-
Mientras tanto, lo que llamamos realidad desde el punto de tidad de medios y una identidad del espectáculo electrónico
vista de la experiencia individual y sus mediaciones simbó- y la muerte.
licas reflexivas, adquiere globalmente hablando el significa- Tras una larga historia de intercambios ambiguos de sig-
nificados entre guerra y arte en el marco de las vanguardias
38 ibídem, p. 26. modernas, la "sintesí futurista della guerra", anunciada por
38 L'ÁGE D'OR L'ÁGED'üR 39

los intelectuales fascistas de! futurismo italiano, se ha cum- formulado por la jerga mediática bajo el término de descon-
plido definitivamente.l? Esta confluencia de lo estético y lo textualiracion, Se descontextualiza una imagen respecto a la
militar no sólo afectaba, sin embargo, a las estrategias de la situación que le otorga su significado, para recontextualizar-
guerra y su teatralización, Significaba, ante todo, una iden- la acto seguido en un sistema de señales corporativamente
tidad en cuanto a las miradas. El espectador de televisión y manufacturadas. Por una parte, esta técnica trabaja nega-
los instrumentos de destrucción coincidían y coinciden en tivamente en favor de la desrealización de la experiencia
un mismo formato perceptivo, en un mismo proceso cogni- subjetiva del acontecer histórico. Nada puede justificar e!
tivo, en un mismo objetivo letal. Nuestros ojos frente a la significado privilegiado de una realidad cuando ésta es com-
pantalla de la televisión se confundían con la imagen crea- positivamente equiparada a un simulacro. Éste es e! princi-
da por rayos láser a través de la cual el video detecta un ob- pio de banal efectismo superrealista que distingue tanto a
jetivo, guía e! misil y ejecuta la destrucción a través de un los óleos de Dalí o Magriue como a los eventos mediáticos.
proceso electrónico automatizado. Identificación prerreflexi- Por otra, la recoruextualizacíón de un evento es la condi-
va a través de la construcción estética de nuestra mirada ción técnica elemental de su performatización espectacular,
técnicamente prefigurada. Interiorización estética de los y de sus funciones mercantiles y políticas."
principios formales minimalistas bajo los que se detecta y Cuarta definición: la guerra como video-game . La repre-
destruye el objeto por rayos láser. sentación mediática de la guerra de! Golfo Pérsico, al igual
He aquí algunas consecuencias. La materia de la agonía que estos juegos de entretenimiento, apelaba a una gratifica-
convertida en obra de arte técnicamente producida: e! mis- ción motriz repetitiva, altamente automatizada y radicalmen-
mo postulado transfigurador de la podredumbre en precio- te embrutecedora. Ella configuraba un sistema de estímulos
sos cristales formulado por el manifiesto de Dalí. dotado de un último cfccto fisiológicamente gratificante, y
Segunda característica de la estetización mediática de la psicológicamente hipnótico y alctargador.
guerra: su composición visual fragmentaria en el sentido de La escena se repetía innumerables veces. Primero, un ob-
la técnica de! col/age y del montage desarrollada por dadaís- jeto indescifrable. Encuadramiento en la pantalla por los
tas, cubistas y surrealistas. La reproducción audiovisual de instrumentos balísticos de destrucción: un paisaje minima-
la guerra rompía así cualquier relación intrínseca o causal lista. Las texturas abstractas objetualrnente indefinidas,
entre las imágenes de las máquinas de destrucción partien- imposibles de identificar o siquiera de aproximar a cual-
do hacia sus objetivos, y las visiones de ruinas o las citas quier referencia de nuestro entorno, transformaba los
aisladas de desolación humana. En la permanente yuxtapo- anobjetuales objetivos de esta destrucción en una realidad
sición, repetición y serialización de presentes instantáneos, fantasmática. Teatro de la guerra como composición supre-
y en la secuencia aparentemente gratuita y aleatoria de matista-surrealista.
estas imágenes, que e! video permite técnicamente, se disol- Al eliminar una intención realista en su representación,
vía aquella continuidad espacial y temporal necesaria para la guerra del Golfo Pérsico suscitó pocas imágenes identifi-
la reconstrucción intuitiva de una unidad lógica entre las catorias, escasas referencias naturalistas y muy pobres emo-
secuencias del montage. ciones. Entre la magnitud estadística, meramente numéri-
Tercero: el mismo principio dadaísta de fragmentación es ca, de la devastación masiva y planificada, y las imágenes
minimalistas de destrucción no podía establecerse un nexo
.19 El concepto de guerra-pintura fue acuñado en el manifiesto que lleva
este título de Cario Carrá, en 1915, Umbro Appolonio. Der Puturismus, 40 Daniel Dayan, Elihu Katz, Media Events: The Live Broadcasting of His-
Dumonl Verlag, Colonia, 1972, pp. 235 Yss. tory. Harvard Universily Prcss, Cambridge, Mass., 1992, pp. 145 Yss.
40 L'ÁGE D'üR L'AGE D'OR 41

de contigüidad iconográfica. Menos aún una relación cau- por su valor mercantil de fetiche comunicativo. La frag-
sal, Tampoco existían ni podían suscitarse efectos miméti- mentación, descontextualización y recontextualización a
cos de identificación o contra-identificación. las que está sometida la realidad mediática anula la posibi-
Artaud escribió: "bríser le réel, egarer les sens, démoraliser lidad misma de su inteligibilidad, en el sentido autónomo y
si possible les apparences..." La pantalla enfatiza el carácter reflexivo de la experiencia, y de la conciencia cognitiva de
virtual, quimérico, engañoso. El video exhibe obscenamen- un acontecer vital,
te la irrealidad de su percepción mediática. De ahí también En su lugar, la guerra como evento mediático se convierte
que la legitimación posmoderna del mundo como obra de en el agente transformativo de un nuevo sistema simbólico.
arte total tuviera que esgrimir ante la representación de la He aquí algunos de sus valores restaurativos e integradores:
guerra su última consecuencia cínica: "La guerre du Gulfe restablecimiento de un ritual colectivo, participación prerre-
n'a pas eu Iíeu"." flexiva en la performatización de la guerra, función catártica,
Las condiciones formales y técnicas de la reproducción restauración de valores heroicos, y de identidades familia-
mediática crean por sí mismas las formas, esquemas y normas res y nacionales corporativamente manufacturadas, resa-
constitutivas de la experiencia individual de la realidad, mu- cralización global del acontecer político... 43
chu antes de que el espectador singular pueda establecer un El escepticismo y el relativismo posmodernos fueron la
juicio cognitivo sobre la base de una relación reflexiva, y contraparte de esta restauración medievalizante de la socie-
transmitirla comunicativamente en una relación intersub- dad tardoindustrial. De ahí que la guerra del Golfo Pérsico
jetiva horizontal y transparente. significara también la última consecuencia del relativismo
Con la manufacturación mediátiea de esta experiencia in- textualista posestructuralista y el cinismo político a él liga-
dividual también se establecen las normas lógicas, estéticas do. La liquidación de la experiencia y la conciencia autóno-
y morales dc la conciencia. "The viewer is the screen"." La ma reflexiva a través de la manufacturación alucinatoria de
estructura de esta identidad generada por el ojo del video, y la realidad, o la apología de una condición posmoderna
de esta conciencia concebida como pantalla es, sin embar- como estado mental inescapable, y fatal suspensión del dis-
go, tan virtual como la propia narración del evento históri- curso crítico, se revelaban más bien como la última palabra
co mediáticamente producido. El video que guía al proyec- de la banalización mediática de la experiencia."
til por rayos láser define una mirada humana radicalmente Un mundo maravilloso de espectáculos radiantes se des-
vacía de experiencia y cortocircuita cualquier posibilidad pliega sin pausa pur el universo. Tras el tiempo y el espacio
de reflexión. La realidad, confundida plenamente con la de las pantallas subsiste, sin embargo (lo mismo que tras
producción mediática de simulacros, al igual que en la téc- los altares de las catedrales construidas en la edad de las
nica surrealista de la "doble imagen", adquiere el estatus on- cruzadas), la inevitable atmósfera social presidida por la
tológico de un hecho acabado: package mediático definido pérdida programada de realidad, la destrucción y la des-
orientación, y el sentimiento ético de impotencia que dis-
41 lean Baudrillard, La guerre du Golfe n 'a pas eu lieu, Éditions Galiléc,
tingue la conciencia contemporánea.
París, 1991. Por lo demás es un motivo reiterado en la historia de las legiti-
maciones de poderes destructivos y totalitarios: para la tradición católica
española nunca existieron las tor-tur-as de la Inquisición ni el genocidio
americano; para los ultraconservadores alemanes Auschwitz sólo es una 43Daniel Dayan. Elihu Katz, op. cit., pp. 141, 178, 191.
leyenda, etcétera. 44 Christopher Norris, Uncritical Theory. Postmodernism. lntellectuaís
42 Marshall McLuhan, Understanding Media: The Extensions o{ Man, and the Gulf Vllar, Univcrsitv of Massachussetts Press, Londres, 1992,
op. cit., p. 272. pp. 52 y ss.
42 L'ÁGED'üR CACE D'üR 43

del universo religioso judío y cristiano, de la constelación


5. uMBAÉ MEGuA" cultural grecolatina, de los centros políticos e industriales
europeos: la civilización occidental. Pero Nimuendajú era
Desde la llegada de los europeos al continente americano, un fugitivo de esta civilización. Sólo sabía de su decadencia.
las tribus guaraníes comenzaron un largo éxodo, cuyas últi- Al igual que los pioneros del Renacimiento europeo, este
mas manifestaciones alcanzan hasta las primeras décadas viajero moderno desembarcaba en el extremo occidental
del siglo xx. En la tradición de los chamanes que guiaban del mundo precisamente en busca de un paraíso perdido.
dicha trashumancia, Mbaé meguá designaba el final de los Pero no sólo no lo encontró. Lo que halló era otra humani-
tiempos, la catástrofe del fin. Pero también anunciaba la dad desesperada, que desde cientos de años atrás vivía en
salvación, en un sentido claramente diferenciado del apo- éxodo por las selvas americanas en dirección hacia aquellas
calipsis cristiano: no se trataba de la creación de una ciu- mismas costas de las que él provenía. Un éxodo provocado,
dad de los elegidos, más allá de la ciudad contingente de los además, por los hombres y mujeres que, como él, venían de
humanos, sino de la restauración espiritual de la comuni- Oriente.
dad a través del canto y el maracá, con el que aquellos hom- Nimuendajú es un intelectual que reconoció a comienzos
bres y mujeres se comunicaban con sus amenazados dioses, del siglo xx la condición expatriada del humano cn el mun-
Este canto y su sentido espiritual estaban asociados con una do contemporáneo: la condición histórica de un éxodo que
profecía mesiánica: la búsqueda de la "Tierra sin Mal", que no tiene fin, de un éxodo hacia el lugar de ninguna parte.
estas civilizaciones antiguas de América localizaban en al- Pero esta visión negativa no le impidió llevar a cabo una
gún lugar indeterminado en el oriente, más allá del océano. preciosa tarea: guiaba a su tribu, sugería periodos sedenta-
Curt Nimuendajú, uno de los más importantes pioneros rios de descanso en lugares menos expuestos a la violencia
de la antropología moderna, conoció a estas comunidades del oriental, curaba, intervenía cerca de las autoridades
guaraníes, convivió y se connaturalizó con ellas, para con- políticas para proteger los derechos de su comunidad adop-
vertirse finalmente en tutor y cronista de sus últimos avata- tiva, y asistió a las angustias lo mismo que a las esperanzas
res, ilustra también una figura de la conciencia contempo- de sus hombres y mujeres.
ránea." Su visión histórica había dejado atrás las promesas A lo largo de su vida con los guaraníes, Nimuendajú pudo
de un Reino del más allá bajo las cuales los misioneros si- recopilar una maravillosa serie de sus mitos y recuerdos,
guen destruyendo imperturbablemente las culturas históri- que su éxodo dejaba a su paso. Mitos y leyendas que hoy
cas de América. El esfuerzo de este antropólogo se hallaba constituyen un pequeño, pero maravilloso tesoro de la lite-
mucho más cerca, en cambio, del mesianismo secular de la ratura universal.
búsqueda de la tierra prometida de los guaraníes. Su signifi-
cado es radicalmente contemporáneo: es la búsqueda de un
lugar en el cual poder habitar humanamente el mundo. La
mirada que trazan las crónicas de Nimuendajú es también
moderna en el sentido de que es irreconciliablemente nega-
tiva. El antropólogo, el moderno viajero, viene de Oriente:
45 Curt Nimuendajú Unkel, As lendas da cria~áo e destruicáo do mundo
como [u.ndamentos da religiüo dos Apapui:úvu-Guaranz. Editora Hucitel,
Sao Paulo, 1987, p. 70.
n. UNA ÚLTIMA VISIÓN DEL PARAÍSO

DESCUBRIR que en los trópicos sobrevivía el lenguaje libre de


la poesía y una comunidad paradisiaca, y que los misterios
de las selvas podían rescatarse. Una visión moderna de
la naturaleza como reino maternal de la sensualidad y la
abundancia, llena de ternura, y envuelta en una cálida iro-
nía. Reconstruir el camino hacia los orígenes, el retorno de
la memoria desde los desolados y vibrantes paisajes de la
metrópoli industrial a las civilizaciones más antiguas, a los
símbolos originarios de la humanidad y a su sentido espiri-
tual. Restaurar la memoria de los orígenes como primer
paso de la construcción artística de una sociedad radical-
mente renovada. Ésta fue la experiencia intelectual que
atravesó la aventura antropofágica brasileira de Oswald de
Andrade y Tarsila do Amaral, la poética de Pau Brasil y la
posterior Revista de Antropofagia, y, en fin, la novela épica
de Mario de Andrade: Macunaima, o heroi sem nenhum
caráter. Y quizás es también la experiencia que anima a otros
muchos hitos de la cultura brasileira, desde la arquitectura
de Pampulha a los filmes de Glauber Rocha, sin olvidar sus
magníficas expresiones populares en su música, su danza,
sus expresiones plásticas, sus tradiciones orales y sus fies-
tas, hasta el día de hoy.
La historia de este proyecto intelectual comienza, desde
el punto de vista de la crítica más tradicional, en París. En
alguno de sus múltiples viajes a París, ciertamente, Oswald
de Andrade debió sentir la fascinación que sobre algunos
escritores y artistas asociados al surrealismo europeo ejer-
cía la palabra "canibalismo". Picabia había izado retórica-
mente su bandera, con el inconfundible, aunque vacío gesto
dadaísta de quien quiere subvertir los valores sacrosantos
de una moral burguesa, de todos modos demolida por los
acontecimientos de la guerra y las crisis sociales que le
45
46 UNA ÚLTIMA VISIÓN DEL PARAÍSO UNA ÚLTIMA VISIÓN DEL PARAÍSO 47
sucedieron. Su mol d'ordre no pasaba de una provocación de un autodestructivo consumo mercantil, ocultan vergon-
trivial. Y la revista picabiana Cannibale se distinguió por su zosamente cualquier referencia a una vida sexual orgiásti-
vida breve y sus contenidos anodinos. Dalí también procla- ca, libre de culpa y de castigo, y a sus preciosos símbolos
maba disparatado, y por los mismos años, el santo y seña espirituales.
del canibalismo: primero en sus fraudulentos manifiestos, También debieron percibir Oswald y Tarsila algo dellla-
más tarde en sus parodias autobiográficas. Entre farsas y mado primitivismo que atravesaba el arte europeo, desde la
choteas, el canibalismo daliniano se enarbolaba rotunda- visión entre trágica e idílica debida al pintor francoperuano
mente como la verdadera superación de las antinomias que Gauguine, hasta el apasionamiento picassiano por el expre-
la revolución surrealista de Breton arrastraba consigo. Bajo sionismo de las máscaras rituales africanas, sin olvidar la
el signo de una nueva estética errática, el pintor español fascinación de Stravinsky, Heckel o Larca por la música y
auguraba nada menos que el derrumbamiento de los muros las musas del África negra. Al fin y al cabo, este apasiona-
de la realidad, con todos los gestos estrafalarios de charla- miento de los artistas europeos de las primeras décadas del
tán y falso profeta que vitupera la decadencia de la civiliza- siglo xx por las religiones africanas o precolombinas, y sus
ción moderna para poner en venta una tierra cualquiera de correspondientes expresiones artísticas, era mucho más
promisión. que un juego formal. En el ambiente intelectual del Berlín
El canibalismo alardeado por los manifiestos dalinianos de los años veinte, el crítico Carl Einstein ya había señalado
como L'ánne pourri, publicado a finales de los años veinte, que tras la recepción expresionista del llamado arte primiti-
patrocinaba el estado general de aquella estetizada guerra vo se encerraba una afinidad metafísica. Para los pintores
de todos contra todos que las sociedades europeas abraza- ligados al grupo Die Brückc, por ejemplo, lo primitivo signi-
ron militarmente en las siguientes décadas, para proclamar ficaba un redescubrimiento del desnudo y de sus expresio-
acto seguido la superación de la civilización nacionalsocia- nes de libertad, el retomo a una naturaleza resacralizada y
lista a través de las estrategias de seducción mercantil y del un ideal comunitario de signo revolucionario, en un sentido
poder mediático, y sus promesas putrefactas de salvación muy afín al que desarrolló la poética antropofágica precisa-
que entre tanto distingue el hipermercado del decadentis- mente.
mo posmoderno. Este mismo interés por lo primitivo adoptó, sin embargo,
En París, Oswald de Andrade y Tarsila do Amaral tuvie- en la obra de Tarsila y Oswald, un carácter distante y dis-
ron que percibir, no obstante, que este canibalismo van- tinto de los primitivismos europeos. En modo alguno mani-
guardista de los artistas españoles y franceses no captaba la festaban estos artistas una atracción por lo desconocido.
especificidad histórica, ni aun etnológica de la antropofagia Mucho menos aún se trataba de una fascinación por lo exó-
americana. No se trataba solamente de una desinformación tico. Lo "primitivo" o lo "indígena" significó más bien para
antropológica. Era más bien una cuestión de sensibilidades los artistas latinoamericanos, para Oswald de Andrade y
diferentes. Los artistas brasileiros debieron percibir que, Mario de Andrade lo mismo que para José María Arguedas
tras los espectaculares alardes surrealistas en torno al o Wilfredo Lam, el reconocimiento de una realidad propia,
tumultuoso grito caníbal, se seguían ocultando pudorosa- estrechamente cercana y familiar. Lo que para el artista
mente los grandes motivos de una vieja y moderna condena europeo era exótico, para el artista latinoamericano signifi-
cristiana contra las formas de vida de América. Sí, el es- caba más bien una introspección. Al mismo tiempo, faltaba
trépito canibalista del Paris de Dalí o Picabía, lo mismo que la enteramente en Tarsila y en Oswald la manifestación de
rehabilitación neoliberal del canibalismo como la estética aquella angustia extrema que dio a los artistas expresionis-
48 UNA (lLTIMA VISIÓN DEL PARAíso UNA ÚLTIMA VISIÓN DEL PARAÍSO 49

tas de la primera posguerra europea del siglo pasado una Además de estas notorias diferencias, es preciso señalar
inconfundible impronta agresiva, atormentada, autodes- otra línea claramente divisoria entre el mundo latinoameri-
tructiva. cano y la crisis europea: la relación colonial y poscolonial.
No son precisas complejas argumentaciones para com- Casi no es preciso subrayar que los manifiestos de Oswald
prender que la representación de la figura humana, la sen- plantean frontalmente este problema. Más aún, Oswald otor-
sualidad de los colores o el contacto con la naturaleza de los gó a la crítica de la imposición misionera de modelos lin-
grandes óleos o pequeños dibujos de Tarsila, o de los aforis- güísticos, epistemológicos y éticos, y de su reiteración bajo
mos y poemas oswaldianos son más espontáneos y direc- las modernas condiciones de importación de modelos lite-
tos, más intensos y luminosos que sus contrapartes en el rarios y artísticos europeos un papel central en su pensa-
ambiente industrial de Milán, Berlín o París. La distancia miento programático. Nada más seductor en este sentido
cultural que media entre los cálidos desnudos y paisajes de que la proclamación oswaldiana de una "poesía de exporta-
Tarsila y los de Kirchner o Beckmann, por ejemplo, es ción" en Pau Brasil, o la reivindicación metafórica del acto
demasiado ostensible. Y no es una distancia solamente for- ejemplar de los primeros indígenas frente al invasor extran-
mal. Más bien nos encontramos frente a una auténtica fron- jero, según sc expresa en el Manifesto Antropófago: su vo-
tera que separa drásticamente el universo simbólico de la luntad de asimilación y digestión, a través de una antropo-
civilización tropical de la vida en las metrópolis industriales fagia entendida como ritual orgiástico de creación artística.
europeas. En cuanto a los manifiestos de Oswald cabe decir Ni que decir tiene que el surrealismo francés, lo mismo
otro tanto. Falta enteramente en el poeta y filósofo brasilei- que el posmodernismo norteamericano, no han simpatiza-
ro aquel tono insolente y agresivo que proporcionó a las do con estos momentos de resistencia al colonialismo inte-
provocaciones dadaístas o futuristas su vibrante fuerza lectual con que la Antropofagia brasileira amenazaba. Pues
mediática; falta también aquella intensidad desesperada no se trataba de comer cualquier cosa, ni mucho menos
que atraviesa los lenguajes de la arquitectura, la poesía o la comer para consumir y para consumirse. Los indígenas
pintura del expresionismo europeo. antropófagos se comían, cuando buenamente podían, a los
Los aspectos programáticos más sobresalientes de Pau invasores europeos que los hostigaban y destruían (excepto
Brasil y de la Antropofagia entrañan, en cambio, valores que los indios caribes, legendarios por su ferocidad caníbal,
en las vanguardias europeas sólo tuvieron una importancia que, sin embargo, se abstenían de carne española, según
marginal: una nostalgia por el pasado que se remontaba a relata el cronista italiano del siglo XVi Girolamo Bcnzoni,
las tradiciones orales y mitológicas de las culturas antiguas por miedo a envenenarse). Otro tanto reivindicaba la Antro-
de América, la recuperación de una memoria histórica pofagia
seriamente dañada por la lógica misionera de la coloniza- La tarea a la vez artística y civilizadora propuesta por
ción americana, y el proyecto profundamente innovador de Oswald de Andrade suponía nada menos que revertir el
integrar la moderna civilización tecnológica dentro de una mismo principio teológico y científico constitutivo de la
concepción radicalmente pagana de la naturaleza y la exis- lógica de la colonización. De ahí que su manifiesto de 1929
tencia humana. Nada de todo ello puede rastrearse en los proclamara alegremente: "[Nunca fuimos catequizados!"
programas futuristas de Milán, ni en los escándalos dada- ¡De ahí que pudiera pensar y configurar un modelo revolu-
istas de Berlín, y ni siquiera en la filosofía estético-política cionario de civilización, síntesis de matriarcado y tecnología,
del surrealismo dc París de los años que precedieron al fas- conjugación de una cultura erudita y una cultura popular,
cismo y al estalinismo. unidad de poética mimética y racionalidad productiva, y
50 UNA ÚLTIMA VISIÓN DEL PARAíso UNA ÚLTIMA VISIÓN DEL PARAíso 51

erigirlo contra los valores del nihilismo cristiano y las ex- la voluntad de crear e identificar una realidad civilizatoria
presiones intelectuales de la decadencia moral capitalista! tropical propia, no dependiente de las constricciones y la an-
Esta perspectiva anticolonial era nueva en muchos aspec- gustia heredadas de la conciencia europea y de sus múlti-
tos. Ciertamente reposaba en una inspiración socialista y ples crisis a lo largo de la primera mitad del siglo xx, todos
en la tradición de la independencia latinoamericana. Pero estos motivos no fueron patrimonio exclusivo de la Revista
más que a Marx, la crítica social de la civilización industrial de Antropofagia, ni del pensamiento de Oswald en particu-
de Oswald de Andrade se aproximaba a la genealogía de la lar. Son más bien lugares comunes que Pau Brasil y la Antro-
decadencia del occidente debida a Nietzsche. Le preocu- pofagia compartían con muchos otros pioneros de la moder-
paba la desigualdad social, pero también la racionalidad nidad brasileira.
regresiva del progreso industrial. El proyecto antropolágico Paulo Prado y la construcción de una identidad brasilei-
adoptaba asimismo una perspectiva psicoanalítica elemen- ra, con cuyos términos tradicionalistas Oswald discordaba,
tal: la de poner de manifiesto los procesos represivos, los mantiene un tenso diálogo con el pensamiento antropofá-
desplazamientos, la inversión de lo real, en fin, la irraciona- gico. El significado posromántico del "hombre cordial",
lidad inherente allogos colonizador del progreso. Más allá según lo definió Sergio Buarque de Holanda, es afín a la
de esta perspectiva analítica, Oswald revelaba el universo invocación oswaldiana del "hombre natural". El propio des-
simbólico y cultural de un inconsciente poético, y las posi- cubrimiento por Gilberto Freyre del papel organizador de
bilidades que encerraba de una transformación social de la sexualidad y de sus significados transgresores, anticris-
características libertarias y dionisiacas. La poesía de Pau tianos, a lo largo del periodo fundacional de la civilización
Brasil, lo mismo que los dibujos y pinturas de Tarsila de los brasileira comparte motivos centrales con la utopía de un
años veinte son las primeras tentativas de renovación del matriarcado atravesado por los lenguajes no reprimidos,
lenguaje artístico en el sentido de esta revolución al mismo una sexualidad libre y un comunismo originario, reitera-
tiempo estética, política y civilizatoria. damente recordado por Oswald de Andrade tanto en sus
Ahora bien, los artículos publicados en la Revista de manifiestos de los años veinte como en sus posteriores
Antropofagia identificaban la experimentación formalista, ensayos. El propio sueño oswaldiano de un progreso indus-
los principios de la nueva abstracción, la independencia trial y tecnológico independiente de la perspectiva agónica
respecto de la descripción temática, el nuevo tratamiento que tantas veces distinguió a las vanguardias europeas, lo
autónomo del color y el ritmo, en fin, las "parole in liberta", mismo en los manifiestos de Kandinsky y Mondrian, que en
enarbolados por las vanguardias europeas, con las expresio- el futurismo y el suprematismo, también anuncia una pecu-
nes artísticas de las civilizaciones históricas del Brasil, y liaridad altamente significativa de esta modernidad brasi-
especialmente la sencillez y pureza, y también la libertad de leira. Me atrevo a afirmar incluso que la obra de Niemayer,
sus lenguajes y formas de vida tradicionales. "Já tínhamos o desde Pampulha a Brasilia y Sao Paulo, expresa, en la sim-
comunismo. Já tínhamos a língua surrealista. A idade de plicidad y libertad de sus lenguajes formales, en su relación
ouro", declaraba uno de los aforismos de Oswald, en uno erótica con la naturaleza y su concepción blanda de una
de los primeros números de la citada revista. civilización industrial, estos mismos motivos centrales
El reconocimiento de la especificidad y perfección artísti- anunciados por Oswald de Andrade en su Manifesto Antro-
cas y sociales asociado con las civilizaciones antiguas de Bra- pófago. y no creo, en fin, que las afinidades y los vínculos
sil, el descubrimiento de un lenguaje poético libre, histórica- entre la Antropofagia y las corrientes más importantes de la
mente anterior a la llegada de los colonizadores europeos, poesía, la música, el cine o la arquitectura brasileiros aca-
52 UNA ÚLTIMA VISIÓN DEL PARAÍSO UNA ÚLTIMA VISIÓN DEL PARAÍSO 53

ben, ni mucho menos, en estas obras y en estos nombres sobre todo, quiero llamar la atención sobre la envergadura
que acabo de mencionar. intelectual y filosófica de estos proyectos.
La síntesis de un espíritu secular moderno, la experimen- Considerados en su conjunto, los ensayos de Oswald de
tación formal afín a las vanguardias abstractas europeas, Andrade giran en torno a tres grandes interrogantes. Un
una poética de paraísos recobrados, y la nostalgia por una primer grupo se circunscribe a cuestiones estrictamente
comunidad resexualizada, arraigada además en una con- regionales: la ubicación de la modernidad brasileira en el
cepción matriarcal de la naturaleza que cristalizó en los sistema del arte y de la cultura modernos globales. Dentro
manifiestos oswaldianos, constituye, al mismo tiempo, el de esta perspectiva la Antropofagia es comprendida como el
hilo de oro que vincula entre sí la parte más sustanciosa de momento reflexivo por antonomasia de las vanguardias
la larga serie de ensayos filosóficos, artísticos o políticos brasileiras y su proyección latinoamericana. Reivindicación
que Oswald de Andrade escribió y publicó a lo largo de su vernácula de unos orígenes universales y de una libertad
vida. Esta obra ensayística ha sido tratada en general como revolucionaria, tal es el significado que el programa antro-
una aportación de importancia subalterna. y es cierto que pofágico arroja en este primer marco. El segundo grupo dc
estos escritos de Oswald se distinguen por el irregular valor ensayos y artículos gira asimismo en torno a problemas
de sus análisis y críticas, por su carácter muchas veces frag- relacionados con la historia y la política brasilciras, anali-
mentario e incluso por su talante algunas veces atropellado. zados desde un punto de vista socialista, claramente distan-
Los géneros que abraza el ensayista Oswald son asimismo ciado, sin embargo, de lo que Oswald rechazaba como una
desiguales: artículos periodísticos, recensiones, una tesis, o izquierda burocratizada y la concepción totalitaria del
más exactamente, el boceto de una desaprobada tesis doc- comunismo real. Por fin, el tercer grupo de escritos se abre
toral, y j unto a todo ello, algunos ensayos de características a un panorama intelectualmente más complejo. Oswald de
a veces aforísticas, algunos de los cuales ni siquiera pueden Andradc elaboraba en ellos el proyecto de una modernidad
darse por acabados. en la que confluía una visión tropical del mundo, perfecta-
Para nuestra sensibilidad tardomoderna este carácter mente integrada en sus formas populares de vida y en su
fragmentario e inconcluso resulta tanto más atractivo, en la memoria artística, con una teoría crítica de la civilización
medida en que permite reconocerlo como la expresión for- industrial.
mal de un proyecto intelectual truncado y ambiguo, y por Quiero referirme aquí expresamente a sólo dos de estas
ello mismo inquietante en cuanto a sus propios valores tres grandes rúbricas. En primer lugar, quiero llamar la
constitutivos. Pero el interés, nunca lo suficientemente real- atención sobre los ensayos oswaldianos dedicados al mo-
zado, de estos ensayos no se limita a esta dimensión expre- dernismo brasileiro y al lugar que la Antropofagia asu-
siva. Tampoco se reduce, a mi modo de ver, a su valor testi- mía en el panorama de las vanguardias internacionales.
monial de una modernidad regional, de características Oswald subrayaba a este respecto, y con auténtica insisten-
indudablemente originales y a menudo llamativas. Algunos cia, que el proyecto antropofágico significó una verdadera
de estos ensayos pueden considerarse como paráfrasis, inmersión en las raíces étnicas e históricas de las culturas
comentarios y análisis en torno a las tesis artísticas formu- de Brasil, para descubrir en su fondo las verdaderas fuen-
ladas en los dos manifiestos político-poéticos de Oswald: tes de una nueva creación poética. Las tradiciones milenarias
Pau Brasil y Antropofagia. Ponen de manifiesto, por consi- de las culturas indígenas, la presencia de las religiones y
guiente, la continuidad del proyecto político y poético de la culturas africanas, así como los valores formales y expresi-
Antropofagia hasta el final de la vida de su autor. Pero, vos del barroco son elevados en este sentido a punto de par-
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tida de una visión intelectual del mundo que se proyecta en la crítica de la modernidad que Oswald expuso a lo largo de
un ideal civilizatorio, o si se prefiere hablar así, en una uto- sus más destacados ensayos literarios y filosóficos, partien-
pía cultural de marcados rasgos individuales. En este senti- do de las ideas programáticas formuladas en sus manifies-
do, la Antropofagia puede verse no sólo como la expresión tos de los años veinte. Esta crítica de la modernidad consti-
estética más articulada y reflexiva de la revolución artística tuye precisamente un hito central en los ensayos de Oswald.
inaugurada en la Semana del 22, como el propio Oswald de Desde "Civilizacao e d inhcíro", de 1949, hasta "A marcha
Andrade afirmaba, sino, sobre todo, como su proyección das utopías", de 1966, este artista no parece buscar otro
programática más amplia en un sentido a la vez cultural y objetivo que el de vertebrar conceptualmente las intuicio-
político. nes revolucionarias de sus primeros manifiestos y otorgar-
Pueden y deben trazarse a este respecto paralelismos les una estructura teórica al mismo tiempo más consistenle
entre la renovación lingüística y el proyecto intelectual que y más universal. Para este fin, Oswald se apoyó en su origi-
atraviesa la Antropofagia de Oswald, con otras perspectivas nal e incluso pionera construcción de una tradición crítica
artísticas y políticas de la literatura y el arte iberoamerica- del pensamiento europeo que comienza con Bachofen, Kier-
nos, desde el novelista y ensayista José María Arguedas has- kegaard y Marx, y se cierra con Nietzsche y Freud.
ta el pintor y arquitecto Diego Rivera, por mencionar dos Tengo la impresión de que pocas veces los comentaristas
voces significativas. La estética que promulgan los manifies- de la obra de Oswald de Andrade han señalado suficiente-
tos y los ensayos oswaldianos, con sus expresiones de ins- mente este vínculo de la filosofía antropofágica con la tradi-
piración dionisiaca, se deben vincular asimismo con el or- ción crítica de la moderna filosofía europea. Para expresar-
fismo, en un sentido amplio capaz de abrazar al mismo lo con más precisión: creo que el corazón del pensamiento
tiempo la poesía de Lezama Lima y la estética del duende y de Oswald y la clave intelectual de su proyecto de transfor-
lo aduendado de García Larca. mación artística y social se encuentra precisamente en esta
Estudiosos que conocen a los protagonistas artísticos de contluencia: por una parte, el descubrimiento oswaldiano
este periodo con mucha mayor profundidad que yo han de un "comunismo" y un "surrealismo" antropofágícos, y
puesto de manifiesto este significado culminante de la van- un estado de originaria libertad pagana, muy anteriores a la
guardia antropofágica en el entorno de la modernidad bra- modernidad europea, o más exactamente, anteriores a
sileira. En este sentido no puedo menos que expresar mi la colonización, a la cristianización, a la europeización; por
respeto hacia las interpretaciones de la estética y la filosofía otra, una crítica de la modernidad que dio comienzo en el
antropofágicas debidas a Benedito Nunes y Haroldo de socialismo utópico europeo, y culminó en el primitivismo y
Campos. Lo que deseo destacar aquí, sin embargo, no son las utopías sociales y artísticas de la era del expresionismo.
tanto los componentes de esta expresión sintética: los mo- Considero que esta síntesis de visión tropicalista y crítica de
mentos populares que lo integran, su efectiva deuda respec- la modernidad genera el núcleo filosóficamente más rele-
to de algunas poéticas surrealistas y dadaístas, los gestos vante del pensamiento de Oswald. y creo que, precisamente
aislados del futurismo italiano, del cubismo de Picasso o de bajo esta luz, su tesis doctoral A crise da filosofía mesiánica,
la poética dionisiaca de García Larca que lo atraviesan, sus escrita en 1950, revela toda su envergadura intelectual, pese
vínculos con las tradiciones históricas brasileiras, los mo- a su carácter fragmentario e incompleto.
mentos barrocos que iluminan su ideario estético, su rela- He aquí algunos motivos de la interpretación filosófica
ción con el romanticismo... del presente que recorren estos ensayos de Oswald. El capi-
Lo que pretendo destacar es más bien la visión histórica y lalismo reduce al existente humano a fuerza abstracta de
56 UNA ÚLTIMA VISIÓN DEL PARAíso UNA ÚLTIMA VISIÓN DEL PARAÍSO 57

trabajo. Sujeción represiva al trabajo, alienación, desigual- la utopía moralista del "buen salvaje" inventada por la filo-
dades sociales, fin de la naturaleza humana... son los con- sofía de la Ilustración europea. Tampoco se relaciona con el
ceptos que Oswald re loma de la crítica filosófica de Marx. ideal romántico del "hombre natural" de Martí. Oswald más
Represión de los instintos y de las fuerzas afirmadoras de bien parte de una intuición que la historiografía y la crítica
la vida, condena de! gozo, de la ebriedad, de la creación y la del descubrimiento y colonización de América han corrobo-
locura: tal es la influencia de la crítica de la cultura moder- rado. Según esta interpretación la llegada de Colón al Caribe
na como cultura de la decadencia debida a Nietzsche. La en 1492 no coincidió con la invención colonial de un conti-
estética y la concepción filosófica de Oswald heredan, por nente nuevo. Lo que la Europa de! Renacimiento descubrió
último, el descubrimiento de Bachofen de una historia abs- en el Nuevo Mundo fue, en primer lugar, el paraíso, es decir,
cóndita, un fondo misterioso y mítico, ocultado y reprimido el hombre edénico, libre de pecado y de culpa, y de las cons-
por los valores dominantes de la cultura cristiana-occiden- tricciones sexuales y sociales impuestas en su nombre.
tal: las tradiciones del matriarcado, la libertad amorosa que Descubrimienlo revolucionario o, más bien, descubri-
distingue su forma social de vida, su concepción social miento mesiánico, en un sentido radicalmente opuesto a la
abierta y democrática, su comunismo arcaico y su visión teología y los imperialismos cristianos. En efecto, si el pa-
exuberante de la naturaleza y la felicidad. raíso existía realmente, la interpretación apostólica y roma-
El giro original de Oswald comienza precisamcnte cuan- na de la Biblia quedaba probadamente refutada. Con esta
do se cierra esta crítica sintetizadora, es decir, con el descu- refutación se venía también abajo la concepción nihilista de
brimiento de una poética intacta, de un lenguaje libre de la existencia, las estrategias a la vez teológicas y políticas de la
coerciones, de una sexualidad cósmica o de una pereza crea- culpa y e! perdón, la legitimación salvacionista de su expan-
dora, en fin, el descubrimiento de! paraíso en las culturas sión imperial, y la violenta elucubración de un imperio cris-
antiguas sobrevivientes en Brasil. Oswald descubrió la tiano universal que la Iglesia romana blandía a lo ancho de
Edad de Oro en un aquí y ahora bien definidos, confirió al su expansión política. El descubrimiento del paraíso signifi-
conjunto de sus elementos poéticos, simbólicos e históricos caba por este motivo un giro radical en la historia cultural
un valor orientador e incluso normativo, tanto política europea, sólo comparable con la refutación de la represen-
como artísticamente, y los opuso radicalmente a una cultu- tación geocéntrica del cosmos por la astronomía rena-
ra decadente, identificada con e! cristianismo, y lo que, en centista. El paraíso en el Nuevo Mundo, como más tarde es-
clave nietzscheana, interpretó como sus fatales consecuen- cribiría Vicente León Pinelo, y no la culpa original y las
cias modernas: e! colonialismo, el capitalismo industrial y estrategias de su redención, serían el nuevo centro de la his-
e! totalitarismo. toria de Occidente.
Pero la perspectiva analítica dc Oswald no se cierra en Estos significados revolucionarios eran precisamente los
este panorama negativo. En su ensayo inacabado El antro- que la filosofía antropofágica revelaba ahora como su más
pófago y en su citada tesis doctoralsobro la crisis del me- alto cometido. De ahí que el "hombre natural" oswaldiano
sianismo, Oswald acuñó una categoría interesante que ad- no pueda reducirse a sus precedentes ilustrados o románti-
judica a esta crítica de la civilización industrial un giro cos. A diferencia de Hobbes, e incluso de Rousseau y Martí,
optimista, afirmativo y revolucionario: el hombre natural, el este principio de naturaleza no procura la esencia de la per-
hombre edénico, o más exactamente, el "hombre natural" fectibilidad y la libertad humanas. Una realidad más pro-
concebido como "hombre edénico". No hace falta decir que funda está aquí en juego. En nombre del hombre natural,
esta tesis filosófica no está endeudada en modo alguno con identificado unívocamente con una humanidad edénica,
58 UNA ÚLTlMA VISIÓN DEL PARAÍSO UNA ÚLTIMA VISIÓN DEL PARAÍSO 59

Oswald rememoraba un estado de armonía con la naturalc- rra del Fuego. Oswald más bien dibujó a grandes trazos una
za y la expresión esencial de una existencia no dividida por la nueva mirada intelectual y artística hacia el pasado origina-
culpa. No se trata por tanto de la postulación de un estado rio de las civilizaciones históricas de América. Y abrió con
de autonomía autosuficiente, ni del orden legal de la liber- ella la posibilidad de un diálogo con el pasado como verda-
tad moral, al contrario de lo que sucede en las filosofías dera fuente de creación artística y como punto de partida
políticas de la Ilustración. La visión poética del edén signifi- de una radical revisión de la modernidad.
caba más bien la subversión de este principio de autonomía Quiero interponer aquí un paréntesis sobre algunas inter-
y libertad fundadas en la subordinación de la naturaleza, en pretaciones corrientes de la Antropofagia que considero
la culpa y en el autocontrol de los instintos, en el mismo más bien desafortunadas. Mi primera objeción se refiere a
sentido en que había apuntado la crítica de la civilización su acotamiento. A la Antropofagia se la ha aislado como si
cristiana de Nietzsche. El hombre natural oswaldiano era la fuera el caso especial de la modernidad brasileira, un fenó-
exaltación de una forma de vida sin negatividad. meno estrictamente literario, o una invención atribuible
El segundo asunto que articula el pensamiento de Oswald específicamente a la idiosincrásica cabeza de Oswald de
es la Edad de Oro. Es éste un motivo central de sus mani- Andrade. Uno tiene la impresión a veces de que sus voces
fiestos de los años veinte que reaparece, con mayor intensi- sólo se citan como la inevitable oveja negra de una moder-
dad todavía, en sus ensayos posteriores. Es también un pro- nidad latinoamericana en todo lo demás obediente a las
blema crucial en el pensamiento europeo, desde la poesía categorías metafísicas o estilísticas, políticas o civilizatorias
de Ovidio hasta los cuadros de Piero di Cosimo sobre los de una normativa vanguardia histórica europea, autopro-
orígenes remotos de la humanidad, pasando por las revisio- clamada como International Style bajo los auspicios de la
nes de la teología de la historia debidas a Vico o a Herder. Guerra Fría.
La visión filosófica que Oswald formuló a este respecto reúne Semejante interpretación es filológicamente discutible. El
dos aspectos. Primero: las civilizaciones indígenas de Amé- propio Oswald de Andrade proporciona buenos argumen-
rica son identificadas como aquella Edad de Oro que la fi- tos en favor de la Antropofagia como un pensamiento artís-
losofía renacentista de la historia y sus herederos c!ásico- tico y filosófico de características globales que, al mismo
románticos habían recuperado del mundo griego. Segundo: tiempo, cristaliza un espectro amplio de expresiones inte-
Oswald defendió la coetaneidad y aun la coexistencia de lectuales y artísticas específicamente brasileiras. Más aún,
esta edad originaria con la civilización industrial. el pensamiento desarrollado a lo largo de la Revista de An-
La perspectiva que se desprende de la coexistencia entre tropofagia asume programáticamente este carácter interna-
ambos mundos, la Edad de Oro y la civilización industrial, cionalo universal en el sentido de la "obra de arte total", es
no debe confundirse, sin embargo, con. un indigenismo decir, de la integración de todas las artes bajo una pers-
(como tampoco se confunde con el indigenismo una novela pectiva común que conjuga una crítica de la civilización
como Los ríos profundos, de Arguedas, o la arquitectura del moderna, el rechazo del colonialismo y una utopía tropical.
Anahuacalli, de Diego Rivera). Sin duda alguna Oswald La Antropofagia es una teoría crítica de la cultura moderna
compartía con el indigenismo su repulsa moral y política de y de lo que anticipatoriamente el propio Oswald llamó cul-
aquella representación de las culturas antiguas de América tura "posmoderna" bajo una perspectiva específica y dife-
como edad prehistórica o reino de la barbarie que ha legiti- renciadamente tropical.
mado los genocidios coloniales y poscoloniales del conti- Es bastante frecuente reducir la Antropofagia a la catego-
nente americano, desde los glaciares de Alaska hasta la Tie- ría de variante regional de una vanguardia europea elevada
60 UNA ÚLTIMA VISIÓN DEL PARAÍSO UNA ÚLTiMA VISIÓN DEL PARAíso 61

a paradigma universal. Antropofagia como producto deriva- rica Latina y las vanguardias europeas. La razón de este
do del futurismo; la Antropofagia, sucedáneo órfico-surrea- divorcio es sencilla. La crisis y la crítica de la sociedad
lista; Antropofagia = dadaísmo tropical; la Antropofagia como industrial proyectaban a las vanguardias europeas hacia e!
co/lage aleatorio de diferentes momentos de las vanguardias no-lugar de un futuro virtual. Este futuro se subordinaba
europeas, algo así como un híbrido subalterno teñido de las más veces a un proyecto racionalizador bajo el imperati-
verdeamarillos locales. A este respecto, sólo quiero recor- vo de la tecnología industrial moderna. Los artistas brasilei-
dar, por segunda vez, la elocuente reconstrucción de la ros, por el contrario, partían de un referente concreto, y un
especificidad histórica y cultural de la vanguardia antropo- tiempo y un espacio reales, que, al mismo tiempo, consti-
fágica realizada ya hace años por Nunes y de Campos. No tuían el centro gravitatorio de una marginada conciencia
sin añadir lo que recientemente han afirmado Ze Celso y histórica. La Antropofagia fue un llamado a esta nueva con-
Caetano Veloso: la Antropofagia como un leitmotiv central, ciencia de la realidad histórica y cultural suramericana, en
como la expresión de un núcleo creador y vital permanente un sentido mucho más profundo de lo que los planteamien-
de la civilización brasileira, sin la cual sería difícil com- tos en torno a identidades nacionales puedan abarcar. Era
prender las expresiones culminantes de su poesía, su músi- el signo de un renacimiento cultural y político en una era
ca o su arquitectura; sin la cual sería imposible, en fin, com- histórica que Oswald identificaba con el final del mesianis-
prender las expresiones más intensas de su cultura, desde mo cristiano y de su redefinición secularizada en los idea-
sus carnavales hasta sus ritos religiosos paganos. rios poscoloniales del progreso.
He señalado algunos motivos que me parecen relevantes Es preciso, por último, plantear la siempre requerida pre-
para explicar este lugar privilegiado de la Antropofagia en el gunta sobre la posible o necesaria actualidad de la filosofía
conjunto del arte moderno y que, a mi modo de ver, justifica antropofágica, de su crítica de la modernidad, o de la An-
que hablemos de un pensamiento, un arte y una filosofía tropofagia como programa artístico y posición intelectual
antropofágicas, e incluso de una crítica poscolonial o una extremos. Es cierto que, en una medida implícita, esta pre-
modernidad distintivas de la Antropofagia brasileira: el diá- gunta la he respondido ya. La mirada oswaldiana sobre el
logo con las culturas antiguas de América, la incorporación futuro y el pasado históricos, la conjugación de la selva y
de los legados afroamericanos, la conciencia de la condi- el atelier, de la erudición y lo popular, o del matriarcado y la
ción histórica poscolonial respecto de las metrópolis del ca- tecnología en su proyecto de modernidad, su peculiar inser-
pitalismo industrial y posindustrial. A ello se añade su criti- ción de las civilizaciones históricas de América en un mun-
ca de la modernidad, su visión profundamente escéptica de do global, su misma construcción de una tradición crítica o
los valores éticos, raciales y políticos que forjaron el estali- su llamada a la libertad del lenguaje poético son cuestiones
nismo y el fascismo, considerados como fenómenos civiliza- que apuntan directamente al signo de renovación secular
torios específicamente europeos. Y se suma, asimismo, su bajo e! que vivimos. Estoy convencido, además, y sólo pre-
crítica del cristianismo, o su luminosa adaptación de! análi- tendo haber ofrecido algunos argumentos en favor de esta
sis genealógico del sacerdote de Nietzsche a la crítica de las opinión, de que la posición intelectual de Oswald de Andra-
burocracias comunistas. de constituye uno de los hitos más inspiradores a la hora de
El reconocimiento de la Edad de Oro confiere a esta vi- emprender una necesaria revisión de las vanguardias ibero-
sión artística un lugar señalado en la modernidad brasilei- americanas y de! proyecto cívilizatorio ligado a ellas. Ésta
ra. Más aún, considero que este motivo precisamente traza es también una cuestión que afecta directamente a nuestro
una auténtica línea divisoria entre las vanguardias de Amé- inmediato futuro. Me doy perfecta cuenta, sin embargo, de
62 UNA ÚLTIMA VISIÓN DEL PARAíso UNA ÚLTIMA VISIÓN DEL PARAíso 63

que muchos relegaran a los márgenes esta perspectiva inte- sía ligada a la naturaleza y al erotismo, a la reproducción de
lectual y artística en nombre de más urgentes tareas inter- la vida y a la creación poética. Oswald llamó a esta visión
textuales y deconstruccionistas. futura "Matriarcado de Pindorarna".
No en último lugar creo necesario llamar la atención Antropofagia como vanguardia. Fue la expresión más ar-
sobre uno de los problemas más idiosincrásicos que Oswald ticulada y consciente de la modernidad brasileira, tanto en
planteó precisamente en sus ensayos: el final de la era un sentido artístico como político y civilizatorio. Desde la
mesiánica. Semejante visión de una crisis del mesianismo altura de esta mirada resultan poco plausibles las visiones
supone una crítica frontal de las utopías dominantes de la de Oswald como un futurista tropical. Es absurdo hablar de
modernidad. Y esta crítica, trazada en los años cuarenta, un Oswald futurista. La visión antropofágica de la sexuali-
resulta, a su vez, tan convincente desde la perspectiva con- dad y la creación, de la condición histórica poscolonial o de
temporánea del "final de las utopías", como lo pudo ser en la mujer se encuentra en las antípodas de la jerga agresiva
la época en que Oswald la formuló, tras la experiencia de la de Marinetti, de su culto y su celebración de la violencia
última guerra mundial. El derrumbamiento de las ilusiones industrial y sexual, o de su fijación a los idearios heroicos
civilizatorias que abrazaban al mismo tiempo la expansión fascistas. Oswald, al igual que Mario de Andrade o Tarsila
comunista y el progreso de la sociedad industrial no hacen do Amaral, reivindicó la poesía de la selva y sus evocaciones
más que realzar su interés en el mundo contemporáneo. edénicas, no las fábricas humeantes como lugar de sacrifi-
Pero la filosofía oswaldiana no comprende solamente cio ci vilizatorio.
esta crítica de la modernidad y la posmodernidad. Al mis- Algo similar puede decirse de la relación entre Oswald y
mo tiempo, seduce a quien la leyere en nombre de prome- el surrealismo. En otro lugar he explicado cuán adustamen-
sas de felicidad, una naturaleza exuberante, la sexualidad te se opone a nuestra Antropofagia el canibalismo de Dalí,
libre y una visión poética de la sociedad. Comunismo estoi- tan ostensiblemente arraigado a las tradiciones más tene-
co. Libertad lingüística. Fantasía social. Estas intuiciones, brosas de la España católica y esencialista.! El problema
que el programa antropofágico postulaba en 1929, eran ilu- del fascismo, en el sentido más amplio, o más exactamente,
minadoras para cI contexto histórico dc ayer y lo siguen en su sentido civilizatorio, atraviesa centralmente este lado
siendo para cI de hoy, quizá precisamente por causa de este oscuro de la estética surrealista. En cuanto a las tentativas
estado mundial de depresión moral y sonambulismo inte- de Breton por liberarse de prejuicios coloniales, y su impo-
lectual en el que vivimos. sibilidad de abrazar una realidad histórica y simbólica ibe-
En una época de crecientes catástrofes ecológicas, y no roamericana, más bien me inclino por las lindas observa-
en último lugar, de crisis de los valores ligados al progreso, ciones con las que Frida Kahlo puso fin a su arrogancia y su
el examen de las concepciones matriarcales del mundo es completo desconocimiento de las sensibilidades de América
una tarea intelectual tan importante como la revisión de las Latina. Pero incluso en el más radical Artaud, la asimilación
mitologías patriarcales de dominación racional de la natu- de las altas civilizaciones de la América antigua tenía, ante
raleza. Pero Oswald subrayaba el lado sintético de esta con- todo, una dimensión teatral y espectacular, exótica en el
cepción "romántica". Más aún, sugería abrazar, engullir, sentido literal de la palabra, artificiosa y forzada.
incorporar el conocimiento tecnológico moderno a la mis- Puede y debe decirse algo más al respecto. La visión pro-
ma concepción mágica de la naturaleza, la sexualidad y los gramática que atraviesa los manifiestos y ensayos de Os-
dioses que disparaban las flechas tupí-guaraníes. Una tec-
nología humanizada. La tecnología al servicio de una fanta- 1 el: capilulo 1lI.
64 UNA ÚLTIMA VISIÓN DEL PARAÍSO

wald de Andrade, así como el pensamiento que anima a


Macunaima de Mario de Andrade, no sólo no son reducibles
a exponentes de las vanguardias europeas como el dadaís-
mo, el futurismo o el surrealismo, sino que arrojan sobre III. SURREALISTAS, CANíBALES
ellos una perspectiva crítica visiblemente articulada, refres- Y LOS OTROS BÁRBAROS
cante y sugerente. Desarrollar esta mirada crítica es hoy
una cuestión urgente.
"A barbárie dura séculos. Parece que seja ela o nosso ele- Wir selber alle... müssen Barbaren sein
mento: a razáo e o bom-gosto nao fazem senáo passar..." En [Todos nosotros ... tenemos que llegar
el contexto en que se citan, el número 3 de la Revista de a ser bárbaros]
Antropofagia, estas palabras son ambiguas. ¿Crítica del HERMANN BMIR

atraso tercermundista? ¿La parodia de un caduco concepto


de razón? ¿ Una defensa irónica de la "barbarie antropofá- 1
gica"? ¡Nada de eso! Una cita erudita del Discours prelimi-
naire de l'Encyclopedie, de d'Alembert. En el lugar de las La Révolution surréaliste comprendía una serie de intencio-
citas del pensamiento europeo puestas "fuera de lugar", por nes y proyectos artísticos diferentes. André Breton la conci-
recordar la crítica al provincialismo poscolonial que en su bió como un ataque contra la estética funcionalista y como
día hizo Roberto Schwarz.? aquí tenemos un modelo de la subversión de los valores de la civilización industrial.
inversión y subversión de su sentido colonizador. La simple Frente a ellos, el surrealismo tenía que redescubrir el mundo
traslación geográfica y geopolítica del eslogan de les lu- del inconsciente, los sueños y la locura, penetrar las mitolo-
miéres en el contexto antropofágico ilumina el pegajoso mo- gías antiguas y restablecer los plenos derechos de culturas
ralismo de d'Alembert y desnuda la patética pedantería filo- remotas. De acuerdo con Walter Benjamín, su llamado a la
sófica que, al fin y al cabo, distinguió a les philosophes y a su libertad artística no se había escuchado en Europa desde los
larga herencia intelectual. - tiempos de Bakunin. En un sentido afín, Herbert Read, ins-
La Revista de Antropofagia no pretendía esgrimir un ata- pirándose en la crítica de la cultura de Nietzsche, calificó el
que contra el oscurantismo y el dogmatismo que reinaron surrealismo como "una transmutación de todos los valores
en las edades y las naciones no ilustradas de Europa o del estéticos".' El nuevo arte abrazaba la experiencia revelado-
mundo. La oposición de razón y barbarie es más bien un pre- ra de una realidad no reprimida.
juicio teológico y epistemológico de la colonización euro- Pero el surrealismo significaba algo más que todo eso.
pea. La perspectiva oswaldiana ponía de manifiesto la irra- Cuando Breton sugería, en su Seconde Maniieste du Surréa-
cionalidad de una civilización que en nombre de la razón lisme, que era preciso ir a las calles con un par de pistolas
ha destruido el paraíso. en las manos y disparar sobre la multitud en un acto supre-
La Antropofagia invirtió esta lógica civilizadora. Ésta fue mo de subversión surrealista, su propuesta excedía, en una
su promesa de futuro. medida no sólo ostensible, sino precisamente espectacular,
los límites de la representación artística tradicional. Benja-
min trató de formular esta dimensión revolucionaria de la
estética surrealista mediante el concepto "profane Erleuch-
Z Roberto Schwarz, Misplaced Ideas: Essays on Brarilian culture, Verso,
Londres-Nueva York, 1992. 1 Hcrbert Read, Surrealism, Faber, Londres, 1937. p. 45.

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66 SURREALISTAS, CANÍBALES Y LOS OTROS BÁRBAROS SURREALISTAS, CANÍBALES Y LOS OTROS BÁRBAROS 67

tung", una "iluminación profana" que evocaba una expe- minios industriales de masas humanas. El libro Dialektik
riencia religiosa o mística, y, al mismo tiempo, la crítica der Auikldrung, de Horkheimer y Adorno, publicado en
ilustrada o iluminista. Una "iluminación profana" era una 1947, había puesto de manifiesto la violencia y la irraciona-
experiencia afín al éxtasis y la alucinación, semejante a las lidad como el rostro oculto de la racionalización industrial,
visiones suscitadas por las drogas o por los delirios místi- no como una alternativa a su efectivo orden opresor. En el
cos. Pero esta iluminación era algo más que una visión esté- mismo sentido, el olvidado film de Pasolini Saló presenta-
tica. La "iluminación profana" podía transformar la tarde ba, años más tarde, la tortura, las violaciones y asesinatos
tediosa de un domingo en una experiencia reveladora de la fascistas como el reverso de la producción racional masiva
naturaleza íntima de las cosas. "Sie bringen die gewaltigcn y de la lógica del consumo de masas.
Krafte der 'Stimrnung' zur Explosion ... ", escribía Benjamin Los éxtasis y alucinaciones de las masas, la paranoia polí-
a este respecto: la iluminación profana provocaba la explo- tica, la destrucción a gran escala, la fragmentación de la
sión de las voces más íntimas y secretas de lo real.? realidad, las pesadillas y la locura se habían convertido en
Nadja de Breton es un ejemplo de éxtasis erótico. La trans- efectiva realidad cotidiana en Europa durante largos años.
formación de la conciencia individual a través de una expe- Todos habían experimentado en la propia piel el significado
riencia erótica no reprimida fue el objetivo literario perse- efectivo de aquel "besoin social du toxique", aquella ebrie-
guido por Bataille. Las visiones trágicas de García Larca dad de las masas que Artaud había reivindicado en 1926. 4
sobre una ciudad de Nueva York experimentada como un El dictado surrealista de una movilización general de lo
mundo subterráneo dominado por poderes satánicos se irracional que había anunciado Dalí se había convertido en
abre asimismo a una visión profética, a la epifanía apoca- un lugar común de la propaganda militarista. En 1929, este
líptica de las fuerzas de la naturaleza: "veremos la resurrec- artista había anticipado que muy pronto llegaría el día en
ción de las mariposas disecadas ... y manar rosas de nuestra que se diseminaría a lo ancho de la humanidad una confu-
lengua".' Este significado revelatorio de la poética surrealis- sión general y sistemática entre la realidad y la alucinación,
ta fue asimismo central en la obra de Artaud. Su reconoci- a través de la creación artística llamada "activa y paranoi-
miento de rituales y dioses antiguos estaba atravesado por ca": "[Il] est proche le moment OU [...] il sera possible de systé-
la misma intención espiritual regeneradora. matiscr la confusion [... ]"5 La guerra mundial convirtió ese
Tras la segunda Guerra Mundial, sin embargo, la recep- momento crucial en una dolorosa realidad.
ción del surrealismo perdió enteramente ese tono liberador En su ensayo Rückblickend au] den Surrealismus, de
y optimista. Los paisajes de angustia, la irracionalidad y la 1950, Adorno denunció la emancipación surrealista como
destrucción de los últimos años del fascismo europeo seña- una falacia. Su crítica se dirigió directamente contra el
laban un giro civilizatorio radical. La síntesis del "Über- principio artístico del automatismo psíquico ostentado por
mensch" de Nietzsche y del "Iibertin" de Sade que había Breton como el medio de una nueva libertad poética. No es
cristalizado Bataille en su obra literaria y ensayístiea se posible comparar los sueños con la escritura automática
encontraba demasiado cerca del heroísmo nazi de los exter- -apuntaba Adorno-. Aquel mismo proceso que absorbe lo
mejor de las energías del poeta surrealista, a saber, la libe-
2 Walter Benjamín, Gesammelte Schriiten (R. Tiedemann y H. Schwep- . ración de los frenos que la propia conciencia impone sobre
penhauser, eds.), Suhrkamp Verlag, Francfort del Meno, 1972, vol. JI-l,
p.300. 4 Antonin Artaud, o,uvres complétes, Gallimard, París, 1970, vol. 1,
3 Federico García Larca, Obras completas 1, poesía, Círculo de Lectores, p.323.
Madrid, 1996, p. 533. 5 Salvador Dali-Retrospecsive 1920-1980, op. cit., p. 277.
68 SURREALISTAS, CANÍBALES Y LOS OTROS BÁRBAROS SURREALISTAS, CANÍBALES Y LOS OTROS BÁRBAROS 69

la vida psíquica, tiene lugar en el sueño sin el menor esfuer- cours sur le peu de réalité, publicado en 1924, Breton preten-
zo y con mucha mayor eficacia. Adorno concluía: en lugar dió materializar la estética surrealista mediante la produc-
de emancipar el inconsciente, la técnica del automatismo ción de esta clase de objetos irracionales o surreales. Su
psíquico más bien ha producido sus sucedáneos." propuesta visaba nada menos que la producción en masa
de dichos objetos alucinatorios: "le proposais récemment de
fabriquer, dans la mesure du possible, certains de ces objets
2 quc'on n'approchc qu'en réve et qui paraissent aussi peu
defendables sous le rapport de l'utilité que sous celui de
La estética del surrealismo cancelaba la experiencia de una l'agrécmcnt".? La distribución masiva de estos objetos mági-
realidad objetiva y, en esta misma medida, deponía el correalistas o fetichistas se convertiría en una revolución
gobierno de una conciencia racional y soberana, junto con surrealista por derecho propio.
los valores morales y estéticos represivos asociados a ese
principio de individuación. Tal superación del ego debía
posibilitar la experiencia de una nueva realidad poética. 3
Breton la llamó experiencia de lo maravilloso, ligando con
ello el surrealismo con la tradición estética del romanticis- En el marco de esta transición entre la experiencia surrea-
mo. "Le merveilleux est toujours beau", escribió en este sen- lista de una realidad no reprimida y la producción de un
tido en su primer Manijeste du Surrealisme,' nuevo mundo a la vez objetivo e irracional, el revisionismo
Pero en este manifiesto Breton no solamente consideraba estético de Salvador Dalí desempeñó un papel protagonista
la experiencia surrealista como el descubrimiento de una que nunca ha sido reconocido de una manera apropiada.
nueva realidad extraña y exótica, onírica e irreal. Al mismo Pero es precisamente desde este punto de vista a la vez cul-
tiempo, definía la estética surrealista como una "creencia" en tural y ontológico que los programas surrealistas de Dale y
la "realidad superior" de sus mundos maravillosos de sueños, en particular su manifiesto de 1929 L'ánne pourri en torno a
alucinaciones y rituales. Considerado bajo su significado más la llamada "paranoia crítica", ponen de manifiesto su rele-
riguroso, el surrealismo pretendía alcanzar un auténtico nue- vancia a la vez estética y civilizatoria. La prescripción dali-
vo reino ontológico. Según las propias palabras de Breton, el niana, que se inspiró en los primeros ensayos de Lacan,
surrealismo era "une sorte de réalité absolue", la síntesis de dedicados a la paranoia y su relación con la creación artísti-
sueño y realidad objetiva en una esfera absoluta del ser," ca, radicalizaba el proyecto surrealista de producción de
Semejante voluntad ontológica del surrealismo cristalizó una realidad nueva según lo había formulado Breton. Dalí
en una serie de diferentes productos artísticos. El primero la llamó anticipatoriamente reino de los "simulacros".
de ellos, y el más elemental de todos, era la liberación del La propuesta de Dalf incluía una serie dc etapas sucesi-
inconsciente a través de una escritura metonímica. A conti- vas. En la primera de ellas tenía lugar la emergencia de esos
nuación venían los objetos surrealistas, también llamados simulacros en el medio de una confusión generalizada de
"deseos solidificados". En su artículo Introduction au dis- las normas culturales, y bajo el principio de una violencia
difusa contra los valores morales establecidos. Al igual que
, Theodor W. Adorno, Gesammelte Schrijten (Noten zur Líteratur}, Suhr- en la teoría de la escritura automática formulada por Bre-
kamp VerJag, Francfort del Meno, 1974, vol. n, p. 106.
7 André Bretón, Cenwes completes, Gallirnard. París, 1988, vol. T, p. 319.
8 Idem. 9 André Breron, O:?:uvres completes, op. cit., vol. 11, p. 277.
70 SURREALISTAS, CANíBALES Y LOS OTROS BÁRBAROS SURREALISTAS, CANíBALES Y LOS OTROS BÁRBAROS 71

ton, la condición negativa dc la llamada producción critico- cruel putrefacción no fuera otra cosa que el destello duro y
paranoica consistía en la desactivación de la experiencia cegador de nuevas piedras preciosas [...] rien ne peut me con-
consciente y racional de la realidad. Pero Dalí daba un paso vainero que cette cruelle putréfaction de l'áne soit autre chose
adelante respecto de la definición bretoniana de la poética que le rellet aveuglanl el dur de nouvelles pierres précieuscs.U
surrealista del inconsciente o de los sueños realizados. El
objetivo de paranoia crítica consistía, además, en la des- La contribución daliniana a la estética surrealista es
trucción completa y masiva de toda confianza subjetiva en mucho más importante de lo que generalmente se admite.
una realidad cotidiana y normal. En sus conferencias pro- Claro que Dalí puede verse simplemente como un caso
nunciadas en México en 1936, Artaud definía el Zeitgeist especial entre los artistas surrealistas polarizados en torno
surrealista bajo un horizonte similar como un "esprit suici- a la figura de Breton. Sus obras, por otra parte, acarrean de
dairc". Al igual que en los programas de Dalí, este espíritu un modo u otro el estigma de lo meramente excéntrico.
suicida consistía en la devaluación y destrucción de la reali- Dalí, además, no era francés. Peor aún: era un español. Su
dad cotidiana: "L'idée est de briser le réel, d'egarer les sens, producción y su presentación artísticas exhibían explícita-
de démoraliser si possible les apparences... "lO mente las tradiciones españolas del misticismo católico y la
Una vez concluida la destrucción de la realidad objetiva, estética de lo grotesco. Dalí, en fin, manifestó su profunda
un nuevo mundo de simulacros sistemáticamente produci- fascinación barroca por los aspectos más teatrales de la
dos debía emanar espontáneamente del inconsciente. Estos vida. En sus cuadros y en sus escándalos este pintor dio
simulacros eran al mismo tiempo irracionales e intenciona- vigorosa expresión a los valores de una cultura española
les, antilógicos y sistemáticos. La realidad superior de este marcada por la represión y el autoritarismo, y por sus dra-
nuevo reino de objetos irracionales abrazaría simultánea- máticos contrastes y conflictos. Sus performances artísticas
mente el carácter estético de lo sublime y la dimensión mís- fueron siempre provocativas, irritantes, engañosas y espec-
tica de una visión extática, Por último, el poder inexorable taculares.
de estas visiones compulsivas o paranoicas desplazaría Todas estas características convertían a Dalí en un miem-
todas las realidades restantes, y todas las formas imagina- bro bochornoso para el movimiento surrealista, con todas
bles de la experiencia y la comunicación humanas. sus ilusiones de libertad y su reivindicación de revoluciones
Dalí comparó esta transformación surrealista de una vida progresistas. Y, sin embargo, los manifiestos, las películas,
cotidiana gris o incluso putrefacta en sublimes o maravillo- las obras plásticas y las novelas de Dalí deben ubicarse pre-
sas alucinaciones con la transustanciación del sufrimiento cisamente en el punto de inflexión de la línea evolutiva que
y la miseria humanos en visiones extáticas de goce absoluto conecta en un extremo el moderno surrealismo y, en el otro
representadas por el misticismo católico del barroco espa- extremo, el espectáculo posmoderno. Su objetivo de pro-
ñol. En el manifiesto L'ánne pourri, este artista declaraba ducir una realidad irracional completamente nueva me-
que incluso si uno de estos simulacros diante el método de la paranoia crítica era, como el propio
Dalí había manifestado, la última consecuencia de la libera-
adoptara la apariencia de un asno podrido, y aunque este asno ción metonímica del inconsciente propuesta por Breton,
estuviera real y horriblemente podrido, y cubierto de millares que éste se negaba a asumir. La producción automática de
de moscas y hormigas [....] nada podría convencernos de que su una realidad irracional capaz de suplantar y destruir la
10 Antonin Artaud, Quvres completes, Gallimard, París, 1971, vol. VIII,
p.175. 11 Salvador Dali-Rétrospective 1920-1980, op. cit., p. 277.
72 SURREALISTAS, CANíBALES Y LOS OTROS BÁRBAROS SURREALISTAS, CANÍBALES Y LOS OTROS BÁRBAROS 73

experiencia humana en un mundo caótico, conflictivo y po, con la destrucción consumista de vida y culturas en la
agónico, entre risas cínicas, escándalos escatológicos de la edad posmoderna.
muerte y putrefacción civilizatoria, era una lúcida anticipa- Una vez más, Dalí nos ofrece en este marco una clave
ción de nuestro presente histórico. para comprender el ambiguo significado cultural del surrea-
En 1958, e! primer número de la revista de la Iruernatio- lismo. En uno de sus ensayos más sugerentes, La conquéte
nale situationiste, una vanguardia francesa de intelectuales de l'irrationnel, escrito en 1935, el pintor revelaba un víncu-
vagamente relacionados con el surrealismo de la posguerra, lo generalmente oculto entre la estética del surrealismo y
publicó un breve ensayo titulado Amere victoire du surréa- un conflicto radical de la cultura industrial. La cultura con-
lis me. En él se llegaba a la siguiente conclusión: el surrealis- temporánea "ha sido estupidizada sistemáticamente por el
mo ha triunfado en un mundo que, en lo fundamental, no maquinismo y una arquitectura castigadora", escrihía Dalí
ha cambiado. Semejante victoria se ha vengado, sin embar- en clara alusión a la vez contra la arquitectura funcionalista
go, contra e! propio surrealismo. Esta misma cultura para- y la estética vanguardista del maquinismo.
lizada "mantiene la actualidad de! surrealismo al precio de La burocratización y la racionalización de la cultura lleva
promocionar la multiplicación de sus repeticiones degrada- consigo una "agonía de la imaginación", escribía a conti-
d as "12
. nuación, bajo una perspectiva común con el rechazo del
Esta crítica situacionista del surrealismo levantaba nue- moderno racionalismo industrial por Breton. Pero Dalí
vas cuestiones: la actitud frente a la sociedad de consumo, introducía en esta perspectiva bretoniana un elemento
ya un mundo de valores y objetos mercantilizados, la críti- enteramente nuevo. Por una parte, la moderna cultura fun-
ca de los simulacros y la teoría del espectáculo tardorno- cionalista se caracterizaha, efectivamente, por una frustra-
derno. Adorno ya había sugerido una relación de conti- ción irracional y 10 que el propio Dalí denominó "un ham-
güidad entre el surrealismo y la estética mercantil en su bre de afectos paternales y otros semejantes". Por otra
interpretación de la revolución surrealista desde la pers- parte, las modernas culturas racionalizadas ya no podían
pectiva cultural e histórica de la posguerra europea. En su proporcionar aquel consuelo y compensación que Dalí for-
ensayo sobre esta cuestión había puesto de manifiesto el muló en los términos brutales de "la sagrada hostia totémi-
vinculo existente entre la técnica del collage de Max Ernst y ca, el alimento espiritual y simbólico que el catolicismo ha
sus materiales extraídos de los medios de comunicación de ofrecido durante siglos para aplacar e! Irenesí caníbal de!
masas. Con ello, Adorno advertía las similitudes entre la hamhre moral e irracional".
fragmentación surrealista del cuerpo y las técnicas visuales Uno de los temas centrales del ensayo daliniano La con-
de la pornografía de masas. Años más tarde, y bajo una quéte de l'irrationnel era e! fascismo europeo. En vano la
intención crítica muy parecida, Pasolini hacía citar a los humanidad moderna busca la "dulzura triunfal y corrupta
verdugos de su film Saló a la idealización del lihertino por de la chepa rechoncha de cualquier nodriza hitleriana, atá-
Pierre Klossowski y la defensa del irracionalismo de Ba- vica, militarista y terrttorialista... ", escribió. ("La douceur
taille, en medio de un decadente escenario renacentista, de- gáteuse et triomphale du dos dodu, atavique, tendre, milita-
corado con pinturas futuristas y surrealistas. De esta manera riste et territorial, d'une nourrice hitlérienne quelcon-
vinculaha el irracionalismo surrealista con el exterminio que ... )"13 Al igual que Freud, Ferenczi o Reich, Dalí veía en
de masas humanas en la era del fascismo y, al mismo tiern- el fascismo la expresión de impulsos irracionales insatisfe-
1.1 Salvador Dalí, La conquete de Tirrationnel, Éditions Surréalistes, París,
12 Internationale Situationiste, 1, París, julio de 1958, p. 3. 1935, p. 8.
74 SURREALISTAS, CANÍBALES Y LOS OTROS BÁRBAROS SURREALISTAS, CANÍBALES Y LOS OTROS BÁRBAROS 75

chos y traumas reprimidos. Pero, a diferencia de éstos, la un nuevo universo de objetos irracionales. En segundo
aproximación daliniana a los modernos movimientos fas- lugar, convertía la experiencia artística en una estética de
cistas de masas no procuraba el esclarecimiento de sus consumo de masas. El triunfo de esta doble conversión
impulsos ocultos. En su lugar, Dalí propuso sustituir el estética distingue a nuestra época canibalista como una era
escarnio fascista por el consumo de masas. de escarnio y consumismo masivos. Dalí la llamó L'Age d'or.
El nombre que Dalí dio a este giro radical de la estética
surrealista fue "canibalismo". En una cierta medida esta
palabra se había convertido en moneda de cambio para los 4
medios de la vanguardia artística parisina. A comienzos de
los años veinte, Picabia ya había publicado una revista titu- A lo largo de esta visión general he tratado de poner de
lada Le cannibale. Pero Dalf transformó lo que para sus manifiesto tres etapas históricas fundamentales de la esté-
correligionarios surrealistas no era más que un gesto provo- tica y de la crítica surrealistas. En sus comienzos, el su-
cativo y vacío, en un programa artístico y civilizatorio sistc- rrealismo apareció como una iluminación liberadora. Más
mático. Su último propósito no era el cumplimiento de sue- tarde, a la luz de la segunda Guerra Mundial, la estética
ños, ni tampoco una nueva poética revolucionaria, sino, surrealista fue comprendida más bien desde el punto de vis-
para utilizar sus mismas palabras, la conversión del surrea- ta de su confluencia con las estrategias de escarnio de las
lismo estético en un surrealismo comestible. En este senti- masas de los totalitarismos europeos. La obra de Dalí repre-
do las metáforas anticipan patéticamente la miseria pos- senta la vía de acceso a la tercera etapa de la evolución de la
moderna. estética surrealista en la cultura tardomoderna. Su progra-
Dalí añadió en su inconfundible jerga embrollada y tur- ma canibalista se presentaba explícitamente como una
bulenta: alternativa a las movilizaciones de masas del fascismo. El
canibalismo daliniano constituía la más cruda expresión
Bajo semejantes circunstancias, Salvador Dalí propone [... 1 artística de una civilización cuyo objetivo final era el consu-
comer surrealidades, puesto que nosotros, los surrealistas, mo de desechos y el espectáculo de su propia autodestruc-
somos un manjar excelente, decadente, estimulante, extrava- ción que la humanidad contemplaba como expresión de su
gante y ambivalente [... ] Somos caviar, y el caviar, créanme grandeza histórica.
Ustedes, constituye la extravagancia y la inteligencia del gusto,
Desde este punto de vista, el canibalismo programático
particularmente en una época como la presente en la que el
hambre irracional a que acabo de referirme, esa hambre infini- de Dalt traza un puente entre las mitologías de las masas
ta, impaciente e imperialista, crece de día en día más desespe- fascistas y la producción pos moderna de simulacros. Y su
radamente [... ] No existe alimento más adecuado al clima de obra artística debe comprenderse, bajo esta misma perspec-
confusión ideológica y moral en el que tenemos el honor y el tiva, como la encrucijada de las estrategias de embauca-
placer de vívír.'" miento de la contrarreforma española, y la metafísica
surrealista de un renovado reino de alucinaciones colecti-
El programa canibalista comprendía una doble subver- vas y realidades virtuales posmodernas.
sión estética del surrealismo. Primero, desplazaba el auto- Al llegar a esta tercera etapa y, con ella, a esta conclusión
matismo psíquico en provecho de la producción activa de final de la lógica que recorre la utopía surrealista, es preciso
hacerse una última pregunta: (.qué fue de aquella energía
14 Ibidem, pp, 9-10. liberadora que había constituido el punto de partida de
76 SURREALISTAS, CANÍBALES Y LOS OTROS BÁRBAROS SDRREALISTAS, CANÍBALES Y LOS OTROS BÁRBAROS 77

la experiencia artística de jóvenes artistas e intelectuales ta Y filósofo Oswald de Andrade. junto a un grupo heterogé-
como Aragon y Artaud, Ernst o Larca? Si la estética surrea- neo de novelistas, lingüistas y filósofos, fundaron una
lista ha desembocado a finales del siglo xx a la producción y corriente artística e intelectual a la que llamaron Movimen-
consumo de simulacros, y si el automatismo psíquico ha to Antropofágico. Bajo el signo de la Antropofagia se publi-
acabado reducido al principio trivializador de la comunica- caron manifiestos y poemas, se hicieron cuadros, se escri-
ción de masas posmoderna, ¿qué ha sido entonces de aque- bieron novelas y ensayos, y se llamó la atención pública
lla "iluminación profana" que originalmente se atribuyó a sobre un significado nuevo y revolucionario de la antropo-
la poética surrealista? fagia y de las civilizaciones precoloniales de América. Es
Para responder a esta pregunta será preciso viajar breve- preciso señalar, sin embargo, que para estos artistas de la
mente a un lugar tan remoto y misterioso como las selvas vanguardia latinoamericana el canibalismo era algo dife-
húmedas de Brasil. Nuestro hilo de Ariadna seguirá siendo rente de los lugares comunes de horror fachoso e hipócrita
el canibalismo. Sin embargo, antes de entrar en el tema de envidia frente a la desnudez orgiástica bajo los que se repre-
la antropofagia brasileira quiero introducir un breve co- sentaban y representan las culturas milenarias de las selvas
mentario sobre la historia europea y eurocéntrica de este americanas. La Antropofagia apuntaba, en primer lugar, a
concepto. Tiene que tenerse en cuenta, en primer lugar, que las raíces históricas de las destruidas civilizaciones de Amé-
antes de ser una costumbre culinaria de los pueblos indíge- rica. En segundo lugar, revelaba un nuevo significado de la
nas de América y el Caribe, la antropofagia fue fundamen- relación humana con la naturaleza, con su propio cuerpo,
tal y fundamentalísticamente una invención y una obsesión con su sexualidad, sus afectos y, no en último lugar, su
europeas. Los primeros conquistadores y misioneros del comunidad. La Antropofagia brasileira transformó los mic-
nuevo continente desplazaban los relatos de sus propias dos y los odios tradicionalmente ligados a los relatos euro-
atrocidades contra las ciudades y los pueblos de América peos sobre el canibalismo americano, en el reconocimiento
con historias sobre la ferocidad caníbal de sus salvajes. La artístico de un estado de libertad sin trabas y una visión
antropofagia fue un elemento de importancia central en la poética de renovación cultural.
representación del descubrimiento del Nuevo Mundo a lo "Só a Antropofagia nos une [...] Já tínhamos o comunis-
largo del siglo XVI, como, por ejemplo, pusieron de mani- mo. Ja tínhamos a língua surrealista. A idade de ouro [... ]"
fiesto los grabados sobre las Americas reperta de Jan van der "Sólo la Antropofagia nos une. Socialmente. Económica-
Street. Montaigne y de Bry acogieron los primeros testimo- mente. Filosóficamente [ ... ] Ya teníamos comunismo. Ya
nios de rituales y relatos antropofágicos con una mezcla teníamos un lenguaje surrealista. La edad de oro", escribió
ambivalente de emociones. Sus comentarios e interpreta- Oswald de Andrade en su Manifesto Antropófago de 1928. 15
ciones sobre el tema revelan al mismo tiempo su ansiedad La crítica europea y eurocéntrica ha considerado el Movi-
frente a los signos de una vida dionisiaca bajo los que la mento Antropófago como un retoño del futurismo y el surrea-
antropofagia se arropaba (signos asociados con fantasías lismo de las primeras décadas del siglo xx, algo así como
reprimidas de crueldad y de amenazas), y, por otra parte, su una traducción de las vanguardias francesas e italianas a un
nostalgia por un paraíso perdido (una nostalgia que se dis- portugués con acento salvaje. Ciertamente, las influencias
tingue por la desnudez orgiástica). Artistas modernos como -generalmente mutuas aunque rara vez mutuamente reco-
Dalí o Picabia compartían esa misma ambivalencia frente a nocidas- entre las vanguardias de las ex metrópolis y los
una antropofagia al mismo tiempo temida y deseada. " Oswald de Andrade, Do Pau Brasil á Antropofagia e ás utopias, Editora
En el Brasil de 1920 la pintora Tarsila do Amaral y el poe- Civilízacao Brasileira, Río de Janeiro, 1978, pp. 13 Y 16.
78 SURREALISTAS, CANlBALES y LOS OTROS BÁRBAROS SURREALISTAS, CANÍBALES Y LOS OTROS BÁRBAROS 79

artistas de las poscolonias, son variadas y coloridas. Sin tación de la experiencia artística individual por la lógica
embargo, en sus aspectos más radicales precisamente, la artificial de la máquina o la elevación de la representación
visión filosófica y política, y la concepción de la cultura de estética a espectáculo real.!" La mirada de la Antropofagia,
Oswald de Andrade y Tarsila do Amaral deben leerse más por el contrario, trataba de lograr una reconstrucción de las
bien como el extremo opuesto de los momentos más centra- memorias culturales, la recreación, a partir de sus símbolos
les de las vanguardias europeas: el culto futurista de la y conocimientos, de una relación no hostil entre la natura-
máquina y el industrialismo, la escatología surrealista de leza y la civilización, la restauración placentera de una des-
los simulacros y su promesa de redención virtual. No puede nudez sagrada y el rechazo de una opresión civilizatoria
olvidarse tampoco que la novela antropofágica por antono- magníficamente emperifollada.
masia, y la expresión más radical de la modernidad estética La fuerza iluminadora de la Antropofagia partía de una
latinoamericana, Macunaima, de Mario de Andrade, abre resexualizada oralidad y, con ella, de una cultura centrada
sus páginas, entre las risas lascivas de las muchachas y los en la asimilación y la comunicación presencial, corpórea,
cantos de macacos y papagayos que acompañan contumaz- erótica. Esta oralidad abrazaba simultáneamente la sacrali-
mente al héroe brasileiro, a una sátira ácida pero divertida zación chamánica del cuerpo y la memoria histórica trans-
del mesianismo maquinista de Marinetti y Le Corbusier.!" mitida a través de tradiciones, rituales de danza y canto, y
Paradójica e irónicamente, lo que los surrealistas ponían en las presencias mágicas de la naturaleza... Por eso la obra
escena como una apremiada ruptura con los valores del culminante que cristalizó esta nueva sensibilidad y concep-
moderno capitalismo industrial y de la tradición clasicista ción del mundo fue Macunatmn, o herói sem nenhum cará-
europea, Oswald de Andrade lo encontraba sin mayores ter, de Mario de Andrade. Macunaima es una novela épica.
esfuerzos y en significativa abundancia entre las ruinas y Novela en torno a un héroe épico que recuerda inmediata-
tesoros olvidados del pasado de las civilizaciones históricas mente al Quijote cervantino. Es también la novela de un
de América. También la defensa futurista de lo nuevo se héroe dionisiaco. Por eso mismo transgrede el concepto
convertía en el Movimento Antropófago en su opuesto: en el cristiano de héroe cultural, y su extensión a lo largo de los
reconocimiento de las culturas populares latinoamericanas valores modernos del sujeto patriarcal y racional. Macunai-
y sus milenarias memorias orales. La edad de oro, en fin, ma abre al lector a un mundo maravilloso de risas obsce-
que las vanguardias europeas se prometían como un futuro nas, juegos lascivos, las fantasías poéticas de mitos milena-
virtual, fue reivindicado antropofágicarnente por los artis- rios y los misterios chamánicos de la selva. Una subversión
tas brasileiros como el trasfondo cultural de una realidad dionisiaca de la civilización metropolitana e industrial
plurirreligiosa, multiétnica y multicultural.'? como no hay igual en la literatura universal del siglo xx.
La Antropofagia brasileira abrió una perspectiva política y Por eso las críticas literarias dominantes canonizadoras v
artística diametralmente opuesta a la dialéctica de las van- eurocéntricas la han regionalizado.' "
guardias europeas. Éstas partían de la abstracción y la eli- La Antropofagia nace como una defensa de un concepto
minación del pasado, y visaban tendencialmente la suplan- amplio de oralidad y, por consiguiente, como desmitifica-
ción de la dialéctica de escritura, muerte y conversión que
16 Mario de Andrade, Macunaima, o herói sem nenhum. caráter, AUca 20, define el proceso colonizador americano -y que define la
Pans, 1996, cap.v.
17 Benedito Nemes. Oswald Canibal, Editora Perspectiva, Silo Pauto,
conciencia moderna, es decir, cristiana e ilustrada, como
1979; Haroldo de Campos, "Apresentacáo", en Oswald de Andrade. Trechos
Escolhidos, Agir, Río de Janeiro, 1967, pp. 5-18. 18 Eduardo Subirats, Linterna mágica, Siruela, Madrid, 1997.
80 SURREALISTAS, CANíBALES Y LOS OTROS BÁRBAROS SURREALISTAS, CANíBALES Y LOS OTROS BÁRBAROS 81

sujeto colonizador tout court. 19 La Antropofagia es una críti- dos productos finales. Por eso Oswald escribió en 1929, en
ca radical de los fundamentos mitológicos patriarcales de su Revista de Antropofagia: "Depois do surrealismo, só a
esta misma racionalidad moderna, antropofagta"."
En su ensayo tardío A Crise da Filosofía Mesianica, Os- El Movimento Antropófago era parte de una cultura inter-
wald de Andrade redefinió esta crítica intelectual y artística nacionalmente marginada, caracterizada al mismo tiempo
de la civilización capitalista que había formulado aforística- por su riqueza multicultural y multiétnica, y por sus depen-
mente en los programas antropofágicos de los años veinte, dencias y miserias poscoloniales. Todas estas razones no lo
y en esta obra replanteó el proyecto civilizatorio que los hacen menos, sino mucho más relevante en el panorama de
animaba. Este sueño poético, la utopía antropofágica, tra- fracaso y agotamiento bajo el que ha concluido la moderni-
zaba una síntesis de lo mágico y la razón moderna, una dad del siglo xx. La crílica y la utopía quc aportaron el con-
asimilación de la tecnología moderna por el espíritu cha- junto de estos artistas e intelectuales brasileiros señalan,
mánico de la selva. Ello significaba el diálogo abierto entre por el contrario, hacia un sentido creador y abierto al futu-
el "salón y la selva", entre cultura erudita y cultura popular, ro, tanto artística como cultural y políticamente. No debe
entre la memoria del pasado y los proyectos del futuro, y olvidarse tampoco en este contexto que de Gauguin a Lar-
entre regionalismo y cosmopolitismo. Significaba también ca, de los expresionístas alemanes a los surrealistas france-
una renovada armonía entre tecnología y naturaleza. La ses, desde Stravinsky a Klee el propio arte europeo del siglo
propuesta recibió un título hermoso: "Matriarcado do Pin- xx ha mantenido un diálogo intenso entre lo moderno v lo
dorama". Síntesis de un sistema matriarcal de producción que todavía llamamos primitivo, entre las categorías d~ la
centrado en los ciclos vitales de la naturaleza, en el cuerpo y racionalidad teenocientífica, y los valores de las religiones y
el deseo, y, por otra parte, en un humanizado concepto de culturas planetarias más antiguas, en África, América v
desarrollo tecnocientíficc.P Asia; un diálogo que ha ocupado, además, un lugar central
El proyecto artístico de Oswald de Andrade señalaba en en la renovación de un sentido espiritual capaz de humani-
dirección a una renovación de los lenguajes artísticos y de zar la civilización tardomoderna. Acaso deban recordarse
la cultura moderna. Más aún: su espiritualidad redentora aquí por eso mismo las palabras de Hermann Bahr en su
representa la otra escena de la dialéctica de autodestruc- ensayo sobre la revuelta del expresionismo alemán: "Wir
ción de la experiencia artística y producción de un nuevo selber alle... müsscn Barbaren sein" ["Tenemos que trans-
reino sui generis de sucedáneos, fetiches y simulacros que [armarnos a nosotros mismos en bárbaros para salvar el
atraviesa a las vanguardias del siglo xx (y que atraviesa de futuro de la humanidad del estado en el que se encuentra
manera particular la transición del dadaísmo, al surrealis- el día de hoy [... ] hemos de escapar de una civilización que
mo y, finalmente, al canibalismo posmoderno, según he está devorando a nuestras almasl.v
señalado en estas páginas). En esta medida, la Antropofagia Pero nuestros paisajes históricos no son ya los del expre-
trasciende los límites lógicos e históricos de las vanguardias sionismo alemán o la antropofagia brasileira. La civiliza-
artísticas europeas y su internacionalismo globalizador. Se ción ha perdido toda dimensión humana en la era de Aus-
puede decir que la Antropofagia es la superación de los lími-
tes que definen negativamente el surrealismo y sus degrada- 21 En el artículo "Péret", firmado por Cunhambebinho, seudónimo uLili-
zado por Oswald de Andradc, en Revista de Antropofagia, Segunda denti-
Eduardo Subirats, El continente vacío, Siglo XXI editores, México, 1993.
iv cáo, n. 1, Diário de Sao Paulo, 17 de marzo de 1929, p. 6.
Revista de Antropofagia (Segunda denticáo, n. 1): Diario de Sao Paulo,
20 22 Hermann Bahr. "Exprcssionismus", en Essays van Hermann Bahr,
marzo 17 de 1929, pp. 205 Y ss. Heinz K.indermann (ed.), H. Bauer Verlag, Viena, 1962, p. 225.
82 SURREALISTAS, CANíBALES Y LOS OTROS BÁRBAROS

chwitz e Hiroshima, bajo cuyos estigmas históricos univer-


sales seguimos viviendo. La utopía tropicalista está desierta
de su colorido a partir de verdaderos genocidios perpetra-
dos en la Amazonia bajo la tutela de misiones cristianas y IV. "ANTROPOFAGIA" CONTRA
corporaciones financieras globales. El paraíso tropical tam-
GLOBALIZACIÓN
bién ha cambiado de signo en favor de sus asociaciones
mediáticas con el poder financiero, la corrupción política y
la violencia fomentados por el narcotráfico, la militariza- En la llegada del blanco siempre reconocimos
ción regional y e! turismo global. Y también la Antropofagia el retorno de un hermano; un hermano que
ha sucumbido a los rituales caníbales del consumo mercan- partió hace mucho tiempo y que, al irse, se
til en nuestra sociedad del espectáculo. Son las señales de alejó del senLido de la humanidad que nos-
una edad de decadencia y desilusión. Descompuestos políti- otros estábamos construyendo. Este hermano
camente, fragmentados por la cultura industrial. sus miem- blanco es un sujeto que aprendió mucho fuera
bros arrancados y dispersos, aquel sueño del edén, la crítica de casa, pero también olvidó muchas veces de
de la teología y la teleología occidental de la colonización, o dónde venía; por eso tiene hoy dificultades en
las utopías de emancipación poscolonial, en fin, el cuerpo saber a dónde va.
AILTON KRENAK 1
de la Antropofagia, se ha transformado en memoria poéti-
ca, en solidificada promesse de bonheur. Y como sucede
siempre en los mitos y cuentos orales del Amazonas, esos 1. LA DEDUCCIÓN TRASCENDENTAL
DE LA VERDADERA IDENTIDAD DE AMÉRICA
sueños, esas protestas y esas poéticas se han metamorfosea-
do en estrellas y se encuentran en e! firmamento.
En sus Comentarios reales el Inca Garcilaso relata el des-
cubrimiento y origen del nombre de! Perú. La historia co-
mienza con la llegada de los europeos a unas playas de!
Pacífico. Según nos cuenta el cronista, los conquistadores
desembarcaron y, apenas dieron unos pasos, divisaron a un
hombre que estaba pescando. De inmediato le dieron voces.
El pescador, sobresaltado, respondió "Berú", su nombre
propio. Los barbudos, sin embargo, no le comprendieron. Y
volvieron a gritar. El pescador, temeroso, respondió "Pelú",
e! nombre del río en e! que estaba pescando. Los descubri-
dores hicieron el resto. Combinaron espontáneamente las
palabras "Berú" y "Pelú", e inventaron e! significante "Perú":
un enunciado vacío, un error, un absurdo. E impusieron

1 Ailton Krenak, "O eterno retomo do encontro", en Adauto Novaes (ed.),


A outra margem do Ocidente, Minc-Funarte-Companhia das Letras, Sao
Pauto, 1999. Ailton Krcnak es fundador del Núcleo de Cultura Indígena,
así como del Núcleo de Direitos Indígenas, en Brasil.

83
"ANTROPOFAGIA" CONTRA GLOBALIZACIÓN "ANTROPOFAGIA" CONTRA GLOBALIZACIÓN 85

este nombre a una vasta región cuya geografía, historia y ca de sub-jecto del Imperio Universal Hispánico y a la con-
cultura desconocían. Garcilaso concluía su relato con la dición moral de oveja del Rebaño Cristiano Universal,
siguiente observación: "Los cristianos entendieron según su Con el paso del tiempo, el pescador contempló nuevas
deseo"." emancipaciones. Primero se transformó en ciudadano de
En el tratado de Garcilaso semejante invención de la pri- una república independiente. Seguía existiendo como súb-
mera identidad global de los incas se presenta bajo el título dito cristiano e hispánico, pero, además, se había constitui-
"La deducción del nombre de Perú". "Deducción", cierta- do jurídicamente como conciencia soberana. Era ciudada-
mente, es un antiguo y venerable concepto filosófico. Desig- no libre y podía exhibir su correspondiente carta nacional
na la inferencia lógica de una realidad particular o local a de identidad. Más tarde fue liberado de las contradicciones
partir de una premisa previamente elevada a los altares inherentes a esta identidad nacional: fue elevado a la cate-
metafísicos y mitológicos de lo universal o global. La de- goría de sujeto de la razón histórica y metamorfoseado en
ducción desplaza la reconstrucción genealógica dc filiacio- autoconciencia revolucionaria. Sobre sus espaldas reposó
nes históricas, y a las memorias contingentes y colectivas por un instante, como si se tratase de los antiguos héroes
que estas genealogías entrañan, a través de estas idcntí- culturales, el destino de la historia universal.
dadcs lógicas excluyentes y entidades ontológicas puras. En Transcurrieron más años, décadas enteras. Un buen día,
la Kritik: der reinen Vernunit de Kant, la "Deducción trascen- aquel pescador recibió la visita del último posintelectual
dental de las categorías" comprende al mismo tiempo la posmoderno. El profesor llamó a la puerta, se acercó al an-
legitimación lógica y la fundamentación ontológica de los ciano, que ya apenas podía escuchar, y con el inconfundible
esquemas, funciones y conceptos del conocimiento. Una tono ampuloso e indiferente de académico global pronun-
vez deducidas, estas funciones gramaticales se instauran ció las siguientes palabras:
como verdades compulsivas e inexorables.
La historia de los descubrimientos y emancipaciones de Yo no soy el mismo Uno, la identidad sustancial sin fisuras
América no acaba con esta deducción lógica y ontológica del sujeto colonizador. Soy la totalidad quebrantada de los
del Perú. Otras identidades y realidades sucesivas fueron Grandes Discursos, la identidad del Sujeto escindida en una
pluralidad de Otros. Me reconozco en la Otredad del Otro
instauradas a partir de aquel descubrimiento originario.
como un Otro entre otros Otros. Le reconozco a Usted como la
Tras ser liberado de su nombre y realidad locales por la sol- diferencia de lo diferente en un tiempo y espacio decodifi-
dadesca conquistadora, llegaron los misioneros, quienes cados. Usted es un sujeto híbrido. Está descolonizado: ¡Ahora,
redimieron al pescador de sus dioses y diosas locales en ya puede hablar!
nombre de la autoproclamada universalidad de la cruz. A
continuación, lo bautizaron sacramentalmente con arreglo Mientras tanto, también el río se había transformado. El
a la verdadera identidad de su nombre cristiano. Luego le capitalismo deterritorializado lo había convertido en un
absolvieron su memoria y sus formas de vida, confundidas vertedero industrial. Ya no había nada que pescar.
con la noción de pecado. Asimismo se condonaron sus tie- El relato de Garcilaso no debe hacernos olvidar que, an-
rras y sus bienes en provecho de la libertad de su alma. tes de ser descubierto y liberado por ellogos occidental y el
También su lengua le fue exculpada. El dolor y el sacrificio verbo cristiano, aquel pescador participaba como existente
de su esclavitud lo elevaron, finalmente, a la condición lógi- del ser espiritual, cósmico e histórico de Tawantinsuyo.
2 Garcilaso de la Vega, Comentarios reales de los incas, Ayacucho, Cara- Esta palabra quechua, como recordaba el propio humanis-
cas, 1976, L l,p. 15. ta andino en sus Comentarios, significaba literalmente "las
86 "ANTROPOFAGIA" CONTRA GLOBALIZACIÓN "ANTROPOFAGIA" CONTRA GLOBALIZACIÓN 87

cuatro partes del mundo": la presencia entera de lo existen- su lugar espiritual en nuestra cultura de la decadencia glo-
te en el tiempo y el espacio infinitos del aquí y el ahora. bal. De lo que se trata es, precisa y ciertamente, de su esen-
En tiempos coloniales y poscoloniales, modernos o pos- cia híbrida. Hibridez entendida como la condición de una
modernos, estas presencias enteras, no idénticas, estas existencia humana no arrancada de las cosas: unidad esen-
esencias inclusivas de las culturas históricas de América cial dc lo humano y el cosmos, armonía originaria de la
han sido definidas a lo largo de una interminable letanía de humanidad, paraíso. Hibridez como presencia presubjetiva,
invenciones azarosas. Primero, los habitantes del continen- pre!ógica de una existencia entera. Y de su resistencia polí-
te fueron orientalizados como nativos de otro lugar geográ- tica o antropofágica a los poderes de la negación, a los dis-
fico, cultural y político, a saber, de la India. Posteriormente, cursos y conversiones de la identidad, y a sus exclusiones
estos "indios" fueron reoccidentalizados por el imperialis- teológicas, lingüísticas y políticas globales.
mo ibérico. Se transformaron en indios de Occidente, para Pero antes de entrar en el universo de estas esencias
demarcarlos de los ulteriores sujetos del Imperio británico, híbridas, y de insinuar sus expresiones artísticas y sagradas,
los east indians. Teológica y filosóficamente los indios occi- es preciso indicar la lógica de su aniquilación. Lo haré en
dentales fueron clasificados como monos o como diablos. torno a dos procesos y dos conceptos tradicionales: coloni-
Cuando la fatiga del trabajo esclavo extenuaba sus cuerpos zación y descolonización.
se los arrojaba a los perros a falta de peor desperdicio. Su
existencia, su memoria y sus conocimientos fueron categó-
ricamente anulados mediante su sujeción y subjetivación 2. SIMULACROS COLONIALES
sexual, jurídica y sacramental como indios y mestizos cris-
tianos. Bajo las consignas de la modernidad o de la posmo- La colonización ibérica de América es un no-rnan's land filo-
dernidad estos "sujetos", o más exactamente, el sujeto lati- sófico, un tabú político e intelectual, un territorio académica-
noamericano, ha recibido sucesivos nombres intangibles: el mente vedado. Por razones razonables. Recordemos las ce-
nativo, el amerindio, sudaca, subalterno, indígena, el mes- lebraciones monumentales de los quintos centenarios del
tizo, salvaje, la raza cósmica, campesino, latino, el otro, el "Descubrimiento". Tuvieron por condición político-intelectual
hispano, bárbaro, el sujeto híbrido... eliminar cualquier aproximación reflexiva. Una censura espe-
Nadie puede decir a ciencia cierta lo que estas designa- cífica para el caso se impuso tanto en la academia como en
ciones significan, si es que significan alguna cosa. Pero su los medios de comunicación. Las protestas indígenas o sim-
repetición ritualizada en los protocolos políticos, misione- plemente humanitarias fueron castigadas criminalmente, lo
ros o académicos las ha vuelto preceptivas a lo largo del mismo en Sevilla, en 1992, que en Porto Seguro, el año 2000.
tiempo. Se han transformado en verdaderas identidades La única obra que afrontó analíticamente el proceso de con-
categóricas, irrevocables y excluyentes. Son nuevas deduc- quista y colonización en España fue ninguneada y destruida.
ciones, enunciados absurdos, identidades y entidades ficti- Países como México, Perú o Colombia o Brasil, en los que la
cias. Son simulacros. Su función reside en apantallar, des- colonización y la destrucción de las llamadas poblaciones in-
plazar y vaciar las presencias humanas del llamado nuevo dígenas son un proceso todavía inacabado, su interpelación
continente y sus genealogías y sus voces milenarias. intelectual y civil es tratada como cuestión de seguridad mili-
Por eso y por mucho más debemos dirigir nuestra mirada tar. En un sentido afín, en Norteamérica el genocidio de las
a estas presencias: a su realidad esencial, a sus cantos y a poblaciones indígenas, y sus significados simbólicos y civili-
sus danzas, a sus voces sagradas. Es necesario reencontrar zatoríos, se rodean de un misterioso silencio.
88 "ANjROPOFAGTA" CONTRA GLOBAUZACIÓN "ANTROPOFAGIA" CONTRA GLOBALIZACIÓN 89

Es algo más que un problema de memorias obturadas y rente, sino solamente la identidad de lo uno y lo mismo: el
obstruidas. Es una cuestión que afecta a la representación verdadero o la muerte. Nunca existió un espacio de posibles
del renovado orden financiero, militar y mediático global. negociaciones simbólicas, ni esferas autónomas de recono-
Los quintos centenarios del "Descubrimiento de América" cimiento: sólo la constitución a la vez sacramental y militar
ratificaron ante todo la centralidad y la ejemplaridad de un de la masa sometida, esclavizada, cristianizada.
modelo colonizador moderno y posmoderno: la civiliza- Las estrategias de conversión forzada y subyugación que
ción tecnocientífica y un hegemónico concepto financiero las llamadas órdenes cristianas desplegaron en la península
de progreso. En aras del remozado universalismo global de ibérica fueron transferidas, a partir de 1493, al continente
una "era de los descubrimientos", electrónicamente banali- americano. Su función ordenadora partía de la negación de
zada, se ocultó el real proceso de destrucción colonial de los pueblos dominados, ya fuesen moriscos, judíos o "in-
vidas y conocimientos, sobre el que se perpetúa ritualística- dios", bajo el doble postulado de la espada y la cruz. Ellla-
mente. mado indio occidental fue definido jurídica y teológicamen-
Los amargos dilemas de la colonización americana han te como un no-ser, una no-nada, por emplear un concepto
sido desplazados asimismo bajo otros signos y dominios. caro a la mística contrarreformista. De acuerdo con las
La centralidad que la cultura posmoderna ha otorgado a bulas papales, los habitantes del llamado Nuevo Mundo
las estrategias de comunicación y de representación nos ha carecían de dioses y de lengua, estaban faltos de ropa, no
hecho olvidar demasiadas veces que la colonización de lo tenían conciencia ni memoria, eran pobres de voluntad. La
imaginario está atravesada por reales principios de violen- traducción jurídica y militar de estas bulas, los llamados
cia constituyente, con transparentes funciones teológicas, "requerimientos", radicalizaban todavía más esta premisa
militares y económicas. En 1492, con la conquista cristiana anihiladora. Estas declaraciones cristianas de guerra santa
del Reino de Granada, se selló la llamada "reconquista", la denigraban a los dioses de las civilizaciones americanas
cruzada hispánica, conceptualmente organizada y sancio- como falsos, a sus lenguas, como errores de la naturaleza, a
nada por el Vaticano desde el siglo XIII, contra las culturas y sus costumbres, como una aberración moral. En nombre de
los pueblos islámicos y judíos de la península ibérica. La estos vicios, depravaciones y crímenes contra la naturaleza
perfecta liquidación de estas culturas difícilmente puede y la ley, los vencidos tenían que ser convertidos, es decir:
reconstruirse en términos de una invención o falsificación liquidados y reinventados, violentados sexual y lingüística-
orientalista de representaciones y miradas. La biblioteca mente, transformados bajo el estigma negativo de su dife-
islámica de Granada no fue objeto de interpretaciones errá- rencia biológica y cultural, y condenados a una extinción
ticas. Simplemente fue incendiada. Así también lo fueron biológica y simbólica, teológica y epistemológicamente pro-
millares de lugares sagrados del islam y el judaísmo en la gramada a lo largo de la historia de la modernidad.
península ibérica y en Europa, y de las vidas de quienes se En lugar de analizar esta violencia continua en los paisa-
resistían al imperativo ineluctable de la conversión. jes sociales de América Latina, las interpretaciones de la
La configuración de una unidad nacional ibérica étnica y colonización americana de final de siglo se han detenido en
religiosamente homogénea tampoco fue el resultado de una las características estéticas de su representación. Todorov
acción comunicativa, ni de imágenes estereotipadas de re- ha sido un pionero en este sentido. La conquista y destruc-
presentación del gentil o del hereje. Fue el resultado de una ción de Tenochtitlán por Cortés fue, de acuerdo con su inter-
estrategia sostenida de guerras, crímenes y torturas. Para la pretación, una performance, un juego de iconos, un espec-
teología de la Cruzada y de la Inquisición no existía lo dife- táculo. La dialéctica de invasión, guerra y esclavitud, que
90 "ANTROPOFAGIA" CONTRA GLOBALIZACIÓN "ANtROPOFAGIA" CONTRA GLOBALIZACIÓN 91

atraviesa la configuración política del sujeto colonizado, es La categoría de lo híbrido ha desempeñado en el marco
travestida bajo los términos de una semiótica de la acción de esta redefinición poscolonialista del mestizaje un papel
comunicativa de conquistadores y conquistados: una limpia ambiguo. Por una parte, lo híbrido define filosóficamente la
dialéctica dcl reconocimiento en que el poder y la muerte, experiencia prediscursiva de la esencialidad de un ser irre-
la angustia, la culpa y la producción esclava no desempe- ducible a las categorías y poderes de la identidad lógica, a la
ñan papel alguno, ni tampoco dejan el menor rastro con- razón colonizadora, y a la indefinida sucesión de las conver-
ceptual o literario, cultural o político." siones y reconversiones modernizadoras. Históricamente
Frente a Wachtcl, que reconstruyó con ejemplar limpieza esta experiencia de lo bíbrido es inseparable de lo sagrado,
el discurso de la colonización de la civilización inca como de la relación mágica con la naturaleza y el cuerpo inheren-
proceso de destrucción a la vez material y simbólica, Gru- te a las culturas y las prácticas chamánicas, y, no en último
zinski parece alegremente fascinado por cl color y la sen- lugar, en la experiencia y la creación artísticas, según la han
sualidad de los sincretismos icónicos que milagrosamente definido algunos creadores precisamente centrales del arte
aparecieron en escena al día siguiente de la invasión." Su del siglo pasado: Klee o Arguedas, por ejemplo. Lo híbrido
argumento, según el cual la destrucción completa y la con- designa en este sentido un universo de lo no-lógico, una
versión forzada nunca se llevaron a cabo de una manera realidad caótica e impura, en el que la vida y la muerte se
absolutamente completa y eficaz, y que.siempre acababan mezclan, como se mezclan la sexualidad y el espíritu, y en
por crearse espacios mestizos de espontánea negociación el que la palabra no está metafísicamente separada de las
simbólica, es impecable. Su tesis, de inspiración freudiana, cosas. En cierto modo designa un estado paradisiaco y los
sobre el retorno de lo reprimido bajo colores lo suficiente- relatos de experiencias místicas, tanto en las culturas cha-
mente maravillosos como para burlar las censuras institu- mánicas como en la tradición islámica y judía se acercan a
cionales, es asimismo intachable. Pero su refundida leyen- uno u otro sentido de este concepto de lo híbrido. Su expe-
da colonial del mestizaje soslaya que la cuestión primordial riencia, en cualquiera de los casos, escapa al lagos de la
no reside en el colorido de lo reprimido, sino en la violencia civilización, a su principio de identidad excluyente y a los
de la represión, en su proceso discursivo, sacramental e ins- diversos sistemas de represión y desplazamiento sacrificial,
titucional de destrucción material y limpieza simbólica, y epistemológico o militar que han acompañado a la pureza
en su indefinida prolongación a lo largo de la descoloniza- constituyente de la identidad del lagos y el verbo civilizato-
ción, la modernización y la posmodernización de América rios a lo largo de su historia.
Latína.> Pero lo híbrido significa algo muy distinto cuando se tras-
pasa del reino de la experiencia religiosa en un sentido
3 La aportación de Todorov a la comprensión de la conquista y coloniza-
estricto (es decir, chamánico o mágico o artístico) al campo
ción españolas de América es interesante como visión refonnada del euro-
centrismo tradicional. "Cortés comprend relativment bien le monde az- de la comunicación social. Aquí ya no nos encontramos en
teque qui se découvre a ses yeux, certainement mieux que Moctezuma ne el medio de una mezcla esencial y creadora. Para la cruzada
comprend les réalités espagnoles. Et poortant cette compréhension supé- colonial ibérica el hibridismo sexual constituyó más bien
rieure n'ernp'eche pas les conquistadores de détruire la civilisation el la
société mexicaines". Cf T. Todorov. La conquete de l'Amerique, Seuil, París, un privilegiado medio de destrucción biológica de las
1982, p. 133. comunidades históricas de América. Poseyó a su vez una
4 Nathan Wachtel, La visicm. des vaincus: les lndiens du Pérou devant la
función indispensable como sistema productivo de una nue-
conquéte espagnole, 1530-1570, Gallimard, París, 1971.
5 Scrgc Gruz.i nski, La colonísation de l'imaginaire, Gal1imard, París,
va realidad étnica y simbólica intermediaria, estratégica-
1988,p.197. mente necesaria como instrumento de dominación lingüísti-
92 "ANTROPOFAGIA" CONTRA GLOBALIZACIÓN "ANTROPOFAGIA" CONTRA GLOBALlZACIÓN 93

ca y política. En un sentido más específicamente semiótico, Sus símbolos regenerativos la sitúan, a su vez, en las
el hibridismo comprende una tendencia elemental del cris- fronteras de los rituales cristianos de purificación y revitali-
tianismo, considerado como bajo su doble condición esen- zación a través de la sangre redentora. Coca-Cola: sacra-
cial de una religión cismática en cuanto a su origen, no liga- mento comodificado de la comunión de los humanos en el
da a un pueblo y a su memoria, sino más bien a su seno de la aldea global, sin distinción de raza, lengua o
disolución, a la destrucción de su orden moral v comunita- región geopolítica. No me parece exagerado señalar com-
rio. Una religión que, al mismo tiempo, se proyectaba y pro- plementariamente su asociación con la hamburger de Mac-
yecta a una expansión global indefinida que le ha obligado a Donalds como secularización mercantil del mito sacrificial
lo largo de su historia a la hibridación violenta de cuanto de la sangre y la carne redentoras.
encontrara a su paso. Esencia híbrida: no obstante, inseparable de un proceso
La Coca-Cola también es una esencia híbrida: mestizo de de patético empobrecimiento de la experiencia religiosa y
la coca que consumen las culturas andinas y del alto Ama- poética del mundo, del cuerpo humano y dc lo social. Los
zonas, y la kola, una nuez de origen african~. Con la prime- rituales comunitarios de la coca están atravesados por un
ra comparte la excitación psíquica y la exaltación vital. La encuentro humano dc dimensiones simbólicas y sensuales
kola, asimismo un estimulante, representa su distintivo profundas, y por narraciones orales que a menudo transmi-
sabor dulzón, anodino y pegajoso: verdadero paradigma del ten saberes milenarios, El consumo masivo de Coca-Cola
kitsch cn materia de bebidas de consumo masivo. ha eliminado estos elementos en favor de automatismos
Hibridez química e industrial atravesada por radicales psíquicos, un concepto behaviorista de comunicación y un
dimensiones simbólicas: culturalmcnte la coca es una hoja sex appeal trivial.
sagrada. Los arqueólogos la han hallado asociada con ritua- Las cosas pueden llevarse todavía más lejos. La compara-
les de milenarios cultos cósmicos. Su elaboración v usos ción de los ceremoniales mediáticos de la Coca-Cola con la
religiosos estaban indisolublemente ligados al conocimien- comunión sacramental es esclarecedora en lo que se refiere
to divinatorio, a la experiencia extática y a la medicina. a los orígenes de esta última. El rito de la carne y la sangre
Todavía hoy, la coca se usa en ceremonias de integración eucarísticas también es un híbrido. El cristianismo lo cani-
comunitaria, y de reconciliación con la naturaleza y el cos- balizó a partir de los cultos dionisiacos de la antigua Gre-
mos. cia. Hibridismo en este caso significa la exacerbación cris-
La Coca-Cola ha canibalizado esas energías. Su fórmula tiana del sacrificio, la celebración de la muerte, la agonía y
original de 1886 se presentaba como jarabe tonificante y la tortura: en detrimento de la exaltación del placer físico
medicina exótica. Su ritualización comercial tardomodcrna y del éxtasis espiritual, y de sus expresiones poéticas ligadas
se asocia con rutilantes signos de alegría y virtuales éxtasis. al dios Dionisos.
El entusiasmo colectivo y la renovación vital son sus signos Significativamente, el ritual cristiano no solamente su-
distintivos. Un mestizo que une lo industrial a lo ritual, plantó la experiencia cognitiva de la ebriedad y el éxtasis
transfiere los elementos de la visión mágica del mundo de por el simulacro de la transustanciación, sino que además
las civilizaciones históricas de América a los valores éticos excluyó expresamente a la comunidad del contacto con el
de fuerza, poder y fetichismo sexual de su iconografía néctar divino, que reservó para uso de la casta sacerdotal.
comercial. En sus iconos y en su química los misterios cha- Todo ello supone una degeneración de los cultos clásicos en
mánicos de la tierra y el cielo se funden con los secretos el medio de los rituales sacrificiales modernos. Lo que la
políticos y financieros del capitalismo global. crítica de la cultura moderna de Nietzsche ya había llama-
94 "ANTROPOFAGIA" CONTRA GLOBALlZACIÓN "A-NTROPOFAGIA" CONTRA GLOBALlZACIÓN 95

do decadencia. También la Coca-Cola significa la mutila- paradigma es san Agustín contra los maniqueos), y más
ción de los valores sagrados, cognitivos y cosmovisuales tarde con las culturas históricas de América (el modelo de
que la hoja de la coca todavía conserva en las culturas ama- destrucción sacramentalmente programada de las memo-
zónicas, hoy amenazadas por las mafias financieras y mili- rias lingüísticas, artísticas e intelectuales formulado por
tares globales que regulan el comercio de la cocaína: el otro Joseph de Aeosta). Canibalismo es el concepto que puede
extremo de la degradación posindustrial de los antiguos darse a esta estrategia banalizadora e igualadora inheren-
rituales incas. te a la Propaganda Fide, como también a las contemporá-
Pero las asociaciones híbridas tampoco terminan aquí. neas estrategias de publicidad mercantil. Canibalismo en-
En muchas comunidades de los altos de Chiapas que, en tendido en diametral oposición a la Antropofagia, es decir;
fechas recientes, han desplazado con notoria eficacia los el ritual artístico de la creación a partir de la memoria, y de
mitos cristianos del poder colonial por los antiguos ritos y la regeneración de las comunidades históricas a través
las cosmologías precoloniales (San Juan de Chamula es una de ella.?
de estas comunidades indígenas), las llamadas autoridades En mi libro El continente vacío acuñé el concepto de "teo-
religiosas tradicionales han introducido la Coca-Cola como logía de la colonización" precisamente para poder compren-
bebida sagrada. Bajo esa renovada función chamánica el der desde su raíz constituyente este proceso de aniquilación
brebaje industrial suplanta ventajosamente el uso local del de las culturas no-cristianas a una escala programadamente
posh, un aguardiente de caña fermentado artesanalmente global." La mirada que configuré en este ensayo era, cierta-
con detergentes, cuyo consumo produce lesiones cerebrales mente, perturbadora. Puse de manifiesto la centralidad de
y, a medio plazo, posee efectos letales." la doctrina cristiana de la redención en el concepto premo-
La restitución de esta función sacramental de la Coca- derno de colonización tal como se desarrolló a lo ancho de
Cola en el contexto de rituales arcaicos puede verse como la expansión hispánica. Reconstruí genealógicamente la
un magnífico ejemplar de hibridismo posmoderno. Pero ni instauración del sujeto americano (es decir, del "indio" y
siquiera esta veleidad hermenéutica podría ocultarnos que sus sucesivas metonimias modernas y posmodernas hasta
la antigua bebida ceremonial de los mayas era el cacao, el "latino" de los suburbios neometropolitanos) a través
cuyos agentes psicotrópicos son mucho más idóneos para de los hitos de la culpa original y su redención confesional, de
la comunicación extática con lo divino que los estimulantes la conversión e instauración sacramentales de la nueva
industriales de la Coca-Cola. Son también más nutritivos. identidad purificada y su institucionalización como poder
Paradójica o significativamente los primeros cultivadores absoluto de la Iglesia global. Finalmente, puse de manifies-
históricos de este fruto sagrado no tienen hoy acceso a él to la reduplicación de este mismo proceso premoderno de
dada su alta apreciación en el mercado. destrucción de formas de producción y reproducción civili-
Canibalismo es la palabra apropiada para definir este zatoría, lenguas y conocimientos históricos, a lo largo de
género negativo de hibridación como usurpación y defor- sus reformulaciones modernas: jurídicas (el derecho uni-
mación, como consumo, degradación y destrucción: es versal de gentes del siglo XVI), epistemológicas (el empiris-
decir, lo que el cristianismo hizo primero con las filosofías y
mitos paganos de las civilizaciones del Mediterráneo (un 7 En cuanto a la distinción entre "canibalismo" y "antropofagia" en el
arte y la cultura del siglo xx, cf capitulo m.
6 Debo esta información a la antropóloga Xóchitl Leyva Solano y al ase- 8 Eduardo Subirats, El continente vacío (op. cit.}, pp. S3 y ss. El siguiente
sor del gr-upo teatral rnaya Sna Jtz'Ibajom. Francisco Sánchez, ambos de análisis en torno a la "teología de la colonización" y su construcción gra-
San Cristóbal de Las Casas, Chiapas. matológica se remite enteramente a esta obra.
96 "ANTROPOFAGIA" CONTRA GLOBALIZACIÓN "ANTROPOFAGIA" CONTRA GLOBALIZACIÓN 97

mo crítico de Bacon) y políticas (la concepción liberal del gramatical de colonización se desprende precisamente de
genocidio americano como condición necesaria del progre- este vasto designio de expansión religiosa, militar y comer-
so civilizatorio, desde los glaciares de Alaska hasta las pam- cial. Para dominar a los infieles era preciso subsumir sus
pas de Argentina). lenguas a la organización gramatical del castellano. Nebrija
La teología de la colonización comprende dos procesos añadía: de esta manera ellos dependerán siempre de nos-
interligados, sucesivamente representados por la guerra otros, incluso en la eventualidad de librarse de la violencia
santa contra indios y las estrategias cristianas de conver- institucional que amparaba el nuevo orden lingüístico glo-
sión compulsiva. En primer lugar, se trataba de eliminar bal.
lenguas y conocimientos, memorias colectivas y prácticas Existe una relación interna entre la lógica gramatical de
sociales. El resultado histórico de esta vasta operación ani- la colonización y su constitución sacramental como teolo-
quiladora, que se sucede sin solución de continuidad hasta gía de la conversión cristiana. Ésta tenía y tiene por condi-
el día de hoy, es una radical descontextualización de los ción la destrucción física y discursiva de las memorias. Se
símbolos, la deconstrucción de sus formas de vida, la dete- incendiaban los códices, se asesinaba a los sacerdotes y
rritorialización de las masas socialmente desarticuladas, el chamanes. Se arruinaban los lugares sagrados, y se extor-
caos. Pero la teología de la colonización define también sionaba la conciencia individual y colectiva mediante la tor-
el lado constructivo de este proceso devastador: señala la tura y la confesión sacramentales. Luego, el misionero
suplantación de los viejos sistemas de comprensión de la rea- imponía la palabra, y las normas y poderes sociales ligados
lidad y de organización de la existencia humana, por la a ella. Estas palabras y estos nombres presuponían un siste-
imaginería de santos y dioses nuevos, y los poderes y nor- ma discursivo específico, una racionalidad gramaticalmen-
mas que representan. Se trata, por tanto, de un doble proce- te legitimada e instaurada, El orden conceptual escolástico
so colonizador. Por una parte, comprende la fragmentación y el sistema redencionista del imperio cristiano tenía que
y degradación de experiencias históricas y la deconstruc- sostenerse discursivamente sobre la base de una racionali-
ción de sus símbolos; por otra, la instauración compulsiva zación gramatical del mundo, y ésta tenía que fundarse
de representaciones, simulacros y sistemas de identidad metafísicamente en la legalidad suprema del dios cristiano.
vacíos. Por eso los catecismos coloniales abren siempre sus pági-
La colonización por la palabra verdadera sólo era posi- nas con cuidadosos tratados gramaticales. Por eso las estra-
ble, sin embargo, por mediación del verdadero logos. El tegias misioneras de conversión han sido y siguen siendo,
principio teológico de subjetivación deductiva en nombre en primer lugar, estrategias lingüísticas de traducción.
del ser absoluto y universal se fundaba en un principio gra-
matical de subordinación lógica. Su expresión doctrinaria
la formuló Nebrija en su Gramática de la lengua castellana. 3. COLONIZADAS MODERNIDADES
Esta obra fue publicada en 1492, en expresa corresponden-
cia con la destrucción de la biblioteca islámica de Granada, La violencia moral y material inherente al proceso coloni-
la expulsión de los hispanojudíos, y la ulterior prohibición zador sigue siendo un aspecto central de la modernización
de la lengua hebrea y árabe en todo el territorio peninsular de América Latina. No sería posible comprender sus vigen-
ibérico. En su prólogo, Nebrija menciona explícitamente tes exclusiones étnicas y lingüísticas, y sus barreras sociales,
estos hechos, así como los subsiguientes proyectos de ni se podría concebir la persistencia de estrategias econó-
expansión imperial de la monarquía cristiana. El concepto micas nacionales y globales de consecuencias directamente
98 "ANTROPOFAGIA" CONTRA GLOBALIZACIÓN "ANTROPOFAGIA" CONTRA GLOBALIZACIÓN 99

genocidas, O la reiteración de los autoritarismos nacionales configurar cultural mente una nación y organizar jurídica-
y la militarización transnacional de los conflictos sociales, mente la sociedad civil en un Estado republicano le hizo
sin tomar en cuenta esta larga herencia. La continua frag- echar mano de los mismos principios constitutivos del
mentación de la sociedad civil a través de la diseminación orden colonial. Su concepto de independencia cerraba filas
de violencias difusas es asimismo un legado de la violencia en torno a los dos grandes instrumentos de la dominación
colonizadora, ahora adaptado a las condiciones mediáticas, hispánica: la fe de Roma y la lengua de Castilla. Su proyec-
económicas y tecnológicas poscoloniales y posmodernas. to de modernidad ponía de manifiesto, además, la ambigua
La propia tradición de las diásporas intelectuales latino- composición del sujeto de la independencia hispanoameri-
americanas es inseparable de la intolerancia que ha distin- cana. El nuevo principio de soberanía se identificaba, por
guido la cultura del colonialismo ibérico. una parte, con los derechos de los pueblos históricos de
La segunda condición que configura las culturas mo- América, sumidos en la esclavitud. Por otra, se confundía
dernas de América Latina es asimismo negativa. Es la con el principio salvacionista en el que se había instaurado
ausencia de una reforma intelectual ilustrada y de una el poder colonial. Bolívar se vistió con las galas ilustradas
revolución política liberal. Portugal. con su círculo de inte- de revolucionario liberal, pero se identificaba, al mismo
lectuales novocristianos en los exilios de Amsterdam y tiempo, con los conceptos de poder heredados de las teocra-
París, y Brasil, con sus puertos más abiertos a las reformas cias aztecas, incas y cristianas. La emancipación que ins-
ilustradas y al positivismo, constituyen la pequeña excep- tauró era un concepto mestizo o híbrido: síntesis retórica
ción. Pero con esta relativa excepción a un lado, el con- de ilustrados y eclesiásticos, conciliación espectacular de
cepto de ilustración en el mundo ibérico e iberoamerica- indios, africanos y españoles, en fin, una modernidad feu-
no constituye un reconocido no-lugar filosófico y un precario dal: "No somos europeos, no somos indios, sino una especie
testamento político. media entre los aborígenes y los españoles. Americanos por
La tesis de la inexistencia de una ilustración ibérica, y por nacimiento y europeos por derecho, nos hallamos en el con-
extensión iberoamericana, ha sido clamorosamente des- ílícto de disputar a los naturales los títulos de posesión y de
mentida por prominentes historiadores. Como testigo de mantenernos en el país que nos vio nacer, contra la oposi-
una cumplida ilustración hispánica se suele citar al padre ción de los invasores... "9
Feijoo, que, en un siglo XVTTI intelectualmente subordinado Otro monumental, aunque tardío modelo de la ilustra-
a la Inquisición, blasonaba la versión latina del Organum de ción latinoamericana es el intelectual y político argentino
Bacon, al tiempo que ocultaba su crítica antimetafísica, Sarmiento. Pero su concepto de modernización se reduce a
Este monje benedictino ha sido elevado, además, a paradig- una patética invocación de la civilidad de París como ideal
ma de una ilustración ibérica porque izaba como icono de secularizado de una especie de subliminal ciudad de Dios.
su moderno espíritu crítico un microscopio, que no sabía Luego, este intelectual cumplió su sueño trascendente de
usar como instrumento científico. una civilización moderna bajo la misma doble estrategia
Existen otros ejemplos característicos de esta ilustración que había aprendido junto a las campañas coloniales fran-
del sur. Bolívar debe mencionarse necesariamente como cesas en el norte de África y las británicas en Norteamérica:
prototipo de intelectual moderno con funciones de político por una parte el exterminio de los pueblos de la pampa, por
carismático y de estratega militar. Su ejemplo se repite a lo otra, la importación de súbditos europeos, siempre que
largo de las guerras de independencia y de la constitución 9 Simón Bolívar, La doctrina del libertador, Ayacucho, Caracas, 1976,
de los nuevos Estados soberanos. Pero la imposibilidad de p.l04.
100 "ANTROPOFAGIA" CONTRA GLOBAL1ZACIÓN "ANTROPOFAGIA" CONTRA GLOBALIZAC1ÓN 101

pudiesen mostrar en los sellos de sus pasaportes la filiación se traduce enteramente, de acuerdo con su análisis, en la
étnica de naciones civilizadas. estructura de casta de los intelectuales americanos del pe-
Lo peor, sin embargo, no son estas ambigüedades. Lo riodo poscolonial, y su persistente identificación con concep-
más grave es que, a través de ellas, los héroes de la moder- tos carismáticos de poder, precisamente hasta finales del
nidad latinoamericana reprodujeron, sin distancia ni refle- siglo xx. Rama reflejó a los nuevos escribanos a la luz de los
xión, los principios elementales de la lógica y la teología viejos misioneros, y, en sus estrategias literarias de moder-
coloniales, desde su racismo hasta los conceptos carismáti- nización, descubrió una escondida raíz catequética y ecle-
cos de poder. Bolívar estableció explícitamente una conti- siástica. En esta misma medida desvelaba una ilustración
nuidad discursiva con las estrategias simbólicas de la con- inexistente y una ausente reforma del entendimiento. La
quista. El concepto de civilización alardeado por Sarmiento ciudad letrada pone así de manifiesto la continuidad de la
reproduce la dialéctica de genocidio como salvación formu- utopía colonial agustiniana en la moderna conciencia inte-
lada por Ginés de Sepúlveda en su tratado sobre la guerra lectual latinoamericana, bajo sus formas populistas, izquier-
santa contra indios. Solamente se trocaron los nombres: el distas o neoliberales. Su consecuencia última es una pro-
gentil se convirtió en bárbaro, el reino de los cielos se tradu- blematización de las políticas latinoamericanas del siglo xx,
jo como promesa de progreso, y los poderes seculares de y el euestionamiento de la continuidad discursiva y política
Roma se traspasaron a las categorías de desarrollo econó- de las estrategias de dominación colonial a lo ancho de la
mico dictadas por las metrópolis financieras globales. modernidad poscolonial. Dos claves críticas que han hecho
Pero Sarmiento y su ejército de emigrantes ilustrados de la obra de Rama un inexcusable lugar de paso para la
decididos a combatir la barbarie hispano-indígena, o Bolí- comprensión intelectual de América Latina.
var implorando a la Europa ilustrada la "ejecución" de la La independencia de Norteamérica es un momento cul-
emancipación hispanoamericana en nombre de las lejanas minante de las reformas filosóficas ilustradas que definen el
luces de las filosofías europeas no son más que dos mues- concepto de modernidad. En ella cristalizaron los valores
tras sobresalientes entre otros muchos turbadores ejem- de secularidad, democracia, soberanía y progreso, de edu-
plos. Bello, Martí, Vasconcelos, Ureña, Rodó y una larga lis- cación universal o de derechos humanos. En América Lati-
ta que se prolonga hasta nombres célebres del día de hoy, na, por el contrario, este cambio histórico sólo se cumplió a
han invocado la modernidad latinoamericana a lo largo de medias. Existen en sus latitudes, sin duda alguna, voces
los siglos XIX y xx a la vez como un gran ausente y un más ilustradas. Su presencia no debe negarse. Pero tampoco
allá. Es la siempre renovada utopía de América como espa- pueden ocultarse su orfandad y su tristeza. Allí un jesuita
cio y tiempo virtuales de una identidad trascendente y una expulsado trata de valerse de la secularización para regre-
experiencia histórica ajena: el continente vacío. sar a su país de origen y restaurar la hegemonía de su con-
La ciudad letrada es la definición clásica de esta moderni- vento (Viscardo). Allá un sacerdote toma las armas y destru-
dad virtual, concebida como reino sui generis de la reden- ye victorioso las fuerzas militares españolas (Morelos). Una
ción en una secularizada ciudad de los elegidos. Su autor, de las expresiones intelectuales más poderosas de la inde-
Ángel Rama, es uno de los pocos intelectuales que ha tenido pendencia mexicana es De Miel', que era un misionero, un
la inusitada valentía de llamar por su nombre a las limita- reformador evangelista, un místico revolucionario tal vez,
das reformas sociales e intelectuales del universo cultural no un espíritu moderno. Es otro jesuita en el exilio quien
iberoamericano y a su precaria modernidad. El principio define moralmente la independencia de Cuba en nombre de
teológico que definía el poder colonial como orden divino la caridad cristiana (Varela). Acullá un escritor reivindica
102 "ANTROPOFAGIA" CONTRA GLOBALIZACIÓN "ANTROPOFAGIA" CONTRA GLOBALIZACJÓN 103

en su aislamiento monacal un concepto secular de educa- Por lo menos cuatro obras literarias deben citarse aquí
ción que nadie escucha (Simón Rodríguez). Al acabar el como testimonios desgarradores de esta condición históri-
siglo XIX, Nuestra América de Martí todavía defiende deses- ca turbulenta y truncada. Los ríos profundos y Todas las san-
peradamente un "derecho del hombre al ejercicio de su gres, las monumentales novelas de Arguedas, son una visión
razón", que la herencia española seguía maniatando. Sin descarnada de una modernidad devastadora en sus efectos
embargo, lo hizo en nombre del espíritu cristiano de sacrifi- económicos y morales, y genocida en su voluntad más
cio, de la caridad, y de un encendido concepto místico de recóndita. Son la visión de vidas, memorias y sensibilida-
libertad. Rodó erigió retrasadamente un lamentable clasi- des, de un universo de la mayor delicadeza poética, degra-
cismo francés -vulgarización a su vez del alemán- para dados, devastados por siglos de opresión. Y son, por tanto,
celebrar con su platonismo anacrónico el sublime cumpli- las voces que testimonian la imposibilidad de que las altas
miento de la modernización como eliminación de los últi- civilizaciones andinas puedan resurgir de las cenizas de su
mos "indígenas" de las pampas del Uruguay. El broche de destrucción colonial dilatada hasta el día de hoy. Yo, el
oro que cierra este desfile de precariedades es la iconografía Supremo, de Roa Bastos: el sincretismo de un brutal autori-
del mito revolucionario por excelencia del siglo xx: el sin- tarismo colonial, el salvacionismo misionero, un desarrollo
cretismo Cristo-Che Guevara, original collage de marxismo- económico multinacional, y la corrupción y el autoritaris-
leninismo y teocracia de la liberación... mo que han caracterizado hasta el día de hoy el concepto de
La independencia latinoamericana no representó la cul- progreso instaurado en los territorios de las antiguas civili-
minación de una reforma ilustrada del entendimiento, ni de zaciones guaraníes, en el corazón de América del Sur. Yo, el
un concepto igualitario y democrático de sociedad, ni de la Supremo es el desmembramiento del sujeto histórico latino-
secularización de la historia. No revocó el Estado nacional americano moderno bajo la abigarrada composición de un
católico, heredado de la monarquía hispánica. Ni significó caciquismo tribal junto a una modernizadora criminalidad,
un cambio de mentalidades respecto de las formas católicas la racionalidad destructiva del progreso poscolonial y un
de vida. No puso punto final al racismo colonial. Ni creó carismático despotismo paranoico: el collage esquizofrénico
una verdadera sociedad civil. El drama que atraviesa la bio- de un feudalismo delirante y una atribulada posmoderni-
grafía política de Bolívar, y que no encuentra parangón en dad. La tercera obra que debe recordarse en este contexto
la relativa homogeneidad biográfica de un Jefferson o un es un grito de angustia: Las venas abiertas, de Eduardo Ga-
Paine, emana de la misma inviabilidad lógica de su proyec- leano. La cuarta merece un punto y aparte: Pedro Páramo.
to intelectual y político: el conflicto entre un deseo ilustrado Se ha escrito bastante sobre Pedro Páramo. Se le ha que-
de independencia y los instrumentos políticos y las catego- rido calzar en la horma del realismo mágico. Ha sido defi-
rías intelectuales de su realización, sólidamente arraigados nido como una superrealidad maravillosa poblada de ex-
en la tradición feudal del colonialismo español. La indepen- travagancias extraterrenas. Algunas figuras estelares de la
dencia no fue el ápice de una reforma de la sociedad civil. literatura y la crítica hispanoamericana han tratado de
Significó más bien el coronamiento de la conversión cristia- blanquear sus dilemas del México profundo, Intertextuali-
na, de una visión carismática de la monarquía como reino zándolo con citas del Inferno renacentista de Dante. Los
de la salvación, bajo las gestas y las jergas de sacrificios más críticos de los críticos ven en esta novela otro drama
heroicos, repúblicas trascendentes y poderes autoritarios del cacique hispánico, del dictador corrupto y criminal, y
que han arropado los populismos fascistas y los izquierdis- de un héroe nacional quebrado. Pedro Páramo sería el Ro-
mos autoritarios a lo largo del último siglo. sas mexicano del siglo xx. O un Tirano Banderas rezagado.
104 "ANTROPOFAGIA" CONTRA GLOBALlZACIÓl\i "ANTROPOFAGIA" CONTRA GLOBALIZACIÓN lOS

Pero se olvida que la novela de Rulfo está atravesada por salista, oscuramente camuflada bajo su enrevesada retóri-
un tiempo fuera del tiempo histórico: no un tiempo supe- ca. En efecto, existe una modernidad poscolonial latino-
rreal y maravilloso, sino un tiempo mitológico. También se americana: en el sentido de una continuidad sin fisuras entre
olvida que Comala puede ser cualquier lugar, cualquier pai- el universo simbólico y político colonial, y las prácticas de
saje histórico o contemporáneo de América Latina. Pedro expolio, el autoritarismo político y el asedio constante de la
Páramo define el lugar y el tiempo indeterminados dc una sociedad civil hasta acabar el siglo xx. Los desaparecidos de
memoria de destrucción y ruinas que en América Latina no las dictaduras de los años sesenta y setenta del siglo pasado,
tiene comienzo y no tiene fin. Es la metáfora de una violen- el acoso militar, guerrillero o paramilitar sobre la población
cia indefinida que ha expropiado a sus pueblos de sus len- indígena en Chiapas o en el Amazonas durante aquel mis-
guas y de sus tierras, de su memoria y de su forma de vida, mo periodo, el desplazamiento de dos millones de indíge-
para llevarlos a un éxodo fuera del espacio y del tiempo his- nas a lo largo de la guerra civil de Colombia, el desarrollo
tóricos, a un lugar que es ningún lugar, y en el que la vida y de industrias tóxicas de efectos letales masivos sobre la po-
la muerte, el amor y la desesperación. el paraíso y el infier- blación rural a lo ancho dc América Latina, la creación de
no sellan la unidad ontológica de un círculo terrible y per- zonas de producción industrial y agrícola virtualmente es-
fecto. clava en México o en Brasil. ..
La independencia, efectivamente, se hizo en nombre de Este concepto de lo poscolonial designa necesariamente
una continuidad con los valores intelectuales de la escolás- una representación disminuida de modernidad. Señala
tica y las categorías católicas de soberanía y sumisión. hacia modernidades subalternas. Por una parte, moderni-
América Latina ha seguido cultivando en el siglo xx una zaciones definidas como estrategias autoritarias de extor-
estructura social que en muchos aspectos conservaba lega- sión y expolio de hábitats naturales y comunidades históricas.
dos feudales, la misma división casticista entre europeos e Por otra parte, modernidades concebidas como producto
indios de los tiempos coloniales, los mismos valores ecle- de importación y consumo prét-a-porter; ya se trate del posi-
siásticos de obediencia y poder patriarcal, la misma corrup- tivismo del siglo XIX o del posestructuralismo en el siglo xx.
ción y crueldad en sus caciques y gobernantes. Las novelas Son modernidades "fuera de lugar", como en su día satirizó
de dictadores de Carpentier, Asturias y, muy especialmente, Roberto Schwarz: collages descontextualizados, deduccio-
Roa Bastos, son espléndidos testimonios de esta podredum- nes ficticias, simulacros. Quizá por eso algunos posintelec-
bre que penetra una modernidad latinoamericana torcida y tuales europeos hayan afirmado alegremente en la década
tullida, y muchas veces también ficticia. El hecho de que de los ochenta que Latinoamérica era eternamente pos-
todas estas novelas de dictadores rindan literariamente moderna.
pleitesía al Tirano Banderas de Valle-Inclán es un acto de
justicia histórica a los orígenes españoles de esta moderni- 4. LA PERIFERIA EN EL CENTRO
dad autoritaria, corrupta y regresiva.
El concepto de una edad poscolonial puede esclarecer Mal puede comprenderse esta realidad histórica latinoame-
algunas de las ambigüedades que esta modernidad latino- ricana en los términos globales de una modernidad finiqui-
americana entraña. Al menos si se aleja este concepto del tada. Al fin y al cabo, es difícil diagnosticar la enfermedad
argot poscolonialista, su poco escrupulosa deshistorización terminal de algo que nunca ha tenido suficiente salud. De
de los contextos geográficos y temporales procedentes del ahí que la consigna posrnodernista de una modernidad
colonialismo anglosajón, y su distintiva pretensión univer- liquidada tuviera efectos al mismo tiempo deprimentes y
106 "ANTROPOFAGIA" CONTRA GLOBALlZACIÓN "ANTROPOFAGIA" CONTRA GLOBALIZACIÓN 107

depredadores sobre las culturas latinoamericanas: significó Primero se da por tachada la existencia de un discurso pri-
la liquidación de aquellos proyectos de reforma social, vilegiado de la modernidad. Al eliminar su concepto los
artística y política que las dictaduras populistas y fascistas scholars posmodernistas presumen suprimir mágicamente
habían truncado en un amplio periodo de tiempo compren- su objeto: las epistemologías y los poderes ilustrados, posi-
dido entre los años treinta y los años ochenta del siglo tivistas y tardoindustriales, y sus usos y abusos coloniales y
pasado. poscoloniales. A continuación se fragmentan microanalíti-
La contraseña opuesta de una modernidad todavía in- camente, se regionalizan y particularizan los enunciados de
cumplida no supone por eso un reino menos ilusorio. De he- las subsiguientes modernidades marginales, fronterizas,
cho, esta última invocación parte de la misma concepción híbridas y diferentes. Los microdíscursos resultantes gene-
te!eológica de la historia como algo que comienza y tiene ran, por último, el simulacro de una emancipación cumpli-
un sentido, y que en algún instante virtual alcanza su reali- da de los discursos hegemónicos y sus opresivas historias.
zación final, que ya diseminaron los primeros misioneros Pero los resultados de este aislamiento micropolítico de
de América, más tarde predicaron las logias positivistas y modernidades fragmentarias y subalternas son filosófica-
hoy constituye un lugar común de las jergas político-finan- mente inconsolables. Por una parte, los cultural studies y
cieras sobre e! desarrollo sostenible y global. Desde el libe- los postcolonial studies exhiben un ausente concepto de
ralismo del siglo XIX hasta e! neoliberalismo del siglo XX, la colonización adecuado a las estrategias militares, políticas
modernidad latinoamericana ha sido definida alternativa y y religiosas históricamente desplegadas a lo ancho del con-
complementariamente o bien como la perfección de este tinente americano. Sobre todo, ignoran aquellos problemas
cumplimiento virtual que todavía no ha sido, o bien como teóricos capaces de poner en cuestión las premisas teológi-
la contingencia imperfecta que nunca dejará de ser. cas y epistemológicas de la razón moderna. La implanta-
Con e! fin de evitar los enojosos contrasentidos de este ción de paradigmas "orientalistas" a las realidades colonia-
gran discurso lineal del tiempo histórico, y de sus enterne- les americanas en el lugar de esta crítica teórica sólo debe
cedores derivados escatológicos, apocalípticos o progresis- mencionarse, en este contexto, a título de verdadero ana-
tas, muchos latinoamericanistas se refugian en metáforas cronismo académico. Por su parte, las reconstrucciones de
posmodernistas de periferias centralizadas, centros deterri- las ilustraciones periféricas llaman la atención por su inde-
torializados, modernidades mestizas y discontinuas, fluc- finición teórica. Se estudian magistralmente aspectos par-
tuantes, vaporosas o líquidas. Son metáforas interesantes: ciales, desde las representaciones de la sexualidad hasta las
ponen de manifiesto un serio desconcierto filosófico, una formaciones retóricas. Pero se ignora la cuestión central: el
inseguridad en cuanto a nuestro futuro histórico, y un disi- nexo de contigüidad y contradicción entre los discursos
mulado temor a perder pie frente a las drásticas amenazas ilustrados europeos, y sus expresiones marginales y subal-
militares, económicas y ecológicas que afectan al subconti- ternas: la relación harto compleja de! concepto de bildung
nente. Expresan asimismo una cierta inquietud por no ser de Hegel y el ideal de civilización de Sarmiento, o la com-
desenganchados fatalmente de los hilos eléctricos de la his- plicidad de la crítica empírico-racional de los idola formula-
toria globalizada y de sus flujos de dinero virtual. Pero estas da por Bacon, y las estrategias inquisitoriales de extirpa-
metáforas eluden un concepto más riguroso de la crisis civi- ción de ídolos a lo largo de cinco siglos de civilización
lizatoria que presenciamos. americana, por poner un par de abultados ejemplos.
Es cierto que e! gesto barajado por las nuevas cartas de Por otra parte, la academia global posestructuralista ha
modernidades excéntricas, etéreas o mestizas, es pluralista. ignorado soberanamente la singularidad civilizatoria de
108 "ANTROPOFAGIA" CONTRA GLOBALIZACIÓN "ANTROPOFAGIA" CONTRA GLOBALIZACIÓN 109

Amerindia, Iberoamérica O América Latina. Ha silenciado des colonizadas no solamente es un obstáculo para su con-
el conjunto de las influencias cruzadas entre el rigor medie- ceptualización teórica y su reconocimiento histórico. Sobre
val del colonialismo ibérico, la persistencia y la resistencia todo, exime de una crítica global de la modernidad a partir
continuada de las lenguas y culturas históricas de América, de su experiencia colonial. He aquí dos significativos ejem-
la ausencia de una reforma intelectual y política ilustrada a plos. El concepto empírico-crítico del Novum Organum es
lo largo de los siglos XVIII y XIX, la redefinición del proceso inseparable de la destrucción colonial de culturas, hábitats
colonial a lo largo del siglo XIX, y los avatares e idiosincra- y vidas humanas patrocinada por las agencias financieras
sias de las llamadas vanguardias en América Latina. Bajo la coloniales en la era de las luces y el positivismo. El modelo
jerga de la diferencia, de las excentricidades y de las deterri- de desarrollo tecnocientífico vigente y las prácticas de ex-
torializaciones de una razón posmoderna se ha pasado la polio colonial se siguen ejerciendo el día de hoy sin otros
página de aquellas aportaciones mucho más ricas que han cambios que las dimensiones más intensas de su trabajo
llevado a cabo eruditos como Gilberto Freyre, Sergio Buar- devastador. La Amazonia constituye un transparente caso.
que de Holanda o Darcy Ribeiro, o escritores como Maria- El liberalismo ilustrado de los siglos XVIn y XIX es igualmente
tegui o Arguedas, Rama o Alfonso Reyes, por citar sólo inseparable de la legitimación de regímenes tiránicos en las
algunos de los discursos latinoamericanos que han aporta- naciones que se denominaban bárbaras. La legitimación de
do una visión radicalmente renovadora de la modernidad las dictaduras periféricas por el liberalismo político de Mili
continental, a partir de su experiencia intelectual y política. es tan ejemplar en este sentido como en el de Bacon, y se
Han desconocido asimismo las voces de las lenguas históri- reitera con modulaciones imperceptibles a lo largo de la
cas de América, y su testimonio intelectual y artístico, más filosofía de la historia, la filosofía política y las epistemolo-
allá de su clasificación antropológica o indigenista. Prescin- gías a lo largo de la modernidad europea: de Diderot a
den de la labor crítica realizada en centros de investigación Hegel, de Locke a Marx.
de América Latina que no asuman miméticamente los for- Se prescinde de las condiciones históricas específicas de
matos de moda de! academicismo norteamericano. y apar- la colonización americana. Se pretende subsumir en nom-
tan radicalmente de su menguada visión posintelectual los bre de los institucionales estudios coloniales las estrategias
procesos crecientes de colonización económica y destruc- teológicas y jurídicas premodernas de la conquista de las
ción social y ambiental sostenidos en regiones como la Indias Occidentales del siglo XVI, y sus persistentes estruc-
Amazonia o Chiapas. !O turas políticas hasta e! siglo XVIll, bajo las representaciones
Pero la regionalización microanalítica de las modernida- literarias del colonialismo británico de las Indias Orientales
en e! siglo XIX. En lugar de desentrañar la relación implícita
10 Existe en este sentido una bibliografía muy amplia, aunque no síern-
y oculta entre el método de destrucción sacramental de
pre bien divulgada. Quiero citar a título de ejemplo el extenso estudio
colectivo de 600 páginas, A Arnarónia e a crise da rnodernieacao [Maria la memoria y las propias estrategias epistemológicas de la
Angela e Isolda Maciel da Silveira (eds.), Instituto Goeldi, Belérn, 19941, razón científica moderna. En lugar de poner de manifiesto
por su relevancia teórica en cuestiones al mismo tiempo regionales y glo- la continuidad histórica, la complicidad política y la conni-
bales, generalmente desplazadas en los cultural studies yen los postcolo-
níul studies: la crítica de la razón tecnológica, los genocidios directos e vencia discursiva entre las estrategias cristianas de destruc-
indirectos derivados de la implantación de industrias transnacionales alta- ción de culturas y cultivos en aras de la salvación eterna, y
mente tóxicas y socialmente destructivas, la persistencia de estrategias la destrucción industrial de ecosistemas y hábitats huma-
coloniales en el Amazonas considerado como frontera posindustrial, la
implantación de modelos "informales" de desarrollo corno verdaderas nos en los altares de! progreso financiero.
estrategias de guerra biológica, social y también militar, etcétera. Es preciso invertir este círculo antihermenéutico. Es
110 "ANTROPOFAGIA" CONTRA GLOBALIZACIÓN "ANTROPOFAGIA" CONTRA GLOBALIZACIÓN 111

necesario reconstruir los sistemas sacramentales de obs- coloniales y fetiches industriales. Zonas híbridas: Tijuana.
trucción y destrucción de la memoria en el interior de las Pero también territorios de economías, políticas y guerras
epistemologías tecnocientíficas modernas; poner de mani- informales, como el Amazonas, donde la racionalidad pro-
fiesto el pincipio cristiano de culpa y redención en la propia ductiva capitalista compite con la piratería de conocimien-
lógica de la colonización financiera; revelar la complicidad tos indígenas e información genética, de órganos humanos
política y epistemológica entre las formas industriales y las y especies naturales; donde las economías extraccionistas
estrategias feudales de destrucción y dominio sociales; de minerales o maderas preciosos generan una pobreza cre-
esclarecer la función constituyente de la violencia colonial ciente; donde la destrucción ambiental produce masas des-
en la configuración de los discursos del progreso; reconocer controladas de sustancias tóxicas, contaminación ambien-
la periferia como realidad marginada y miserable para lue- tal y muerte; donde la fuerza de trabajo se explota hasta los
go revelarla como el maravilloso centro del centro.!' límites más degradantes de la humanidad.F
El camino a recorrer es el de las diferencias culturales e América Latina: un límite, una frontera. Pero no de sí mis-
históricas. Pero la diferencia histórica de las culturas ibero- ma. No se trata solamente de una insuficiente ilustración
americanas respecto de la modernidad ilustrada de Europa hispano o iberoamericana. El problema no es tampoco su
y Norteaméríca reside precisamente en su carencia de esa supuesta cristianización o modernización fallidas. Mucho
modernidad. Esta falta, esta carencia y esta diferencia han menos debería hablarse de una lógica del progreso todavía
distinguido históricamente y siguen distinguiendo a las cul- no concluida. Este límite, esta existencia fronteriza o mar-
turas latinoamericanas como un límite, como una conflicti- ginal no tiene que ver primariamente con deficiencias re-
va frontera o, para llamarlo por su nombre, como los arra- gionales o nacionales. Es, ante todo, un límite creado por
bales simbólicos y políticos de la ejemplar modernidad y los discursos y las armas de la universalidad de la redención
posmodernidad del Primer Mundo. cristiana, del universalismo del progreso tecnocientífico o
Fronteras son lugares de intercambios Iingüísticos, de las promesas de felicidad electrónica en la aldea global. Es
mestizajes culturales, de tráficos legales e ilegales de mer- el límite de la pretendida universalidad del concepto filosó-
cancías, humanos y símbolos. A pesar o precisamente por fico de les lumiéres o de la Auiklarung. Es la frontera del
eso, las fronteras señalan también, o en primer lugar, un otro: del europeo, de la teología y de la lógica de la coloni-
límite. Las fronteras latinoamericanas en particular han zación, de los discursos redencionistas de la conversión
sido y siguen siendo un territorio marginal, un suburbio universal o del progreso global y sostenible. Frontera, límite
magicorrealista en el que tloreeen los mil colores delirantes y negación del propio concepto de modernidad.
de sincretismos simbólicos de culturas milenarias, iconos Hay dos escritores en la historia intelectual europea que,
excepcionalmente, pusieron polémicamente de manifiesto
11 Una investigación sobre el principio de deuda y subyugación poscolo-
nial lo ofrece el análisis antropológico de Priscila Faulhaber en el alto
esta frontera geopolítica e intelectual entre el autoprocla-
Amazonas. P. Faulhaber, Onavio encantado. Etnia e aliancas en Tefé, mado Viejo Mundo y el deprimido submundo colonial; dos
Museu Paracnsc Emilio Goeldi, Belém do Pará, 1987. La complicidad de intelectuales que cuestionaron este límite interior y consti-
organizaciones científicas posindustriales, órganos políticos feudales,
estrategias coloniales transnacionales y conceptos anacrónicos de sobera-
tutivo de la modernidad europea frente a los paisajes de
nía nacional ha sido amplísimamente documentada por el periodista destrucción y resistencia de América Latina. Uno fue un
paraense Lúcio Flávio Pinto en su revista Agenda Amazónica (Belém do religioso español, el reverendo José María Blanco White.
Pará, 1999-2000). La mutua interacción entre el concepto sacramental y
tecnocíentífico de colonización ha sido documentada en mi ensayo ni COrl- 12 Maria Ángela e Isolda Maeie1 da Silvcira (cds.), Amazñnia e a crise da
tinente vacío. moderniracao, op. cit., pp. 90 Y S., 158 Y ss.
112 "ANTROPOFAGIA" CONTRA GLOBA LIZACIÓN

El segundo era un intelectual ilustrado a lemán: Alexander


van Hu m bold t.
Bla nco Wh ite es una figura muy pecu lia r de la España
in qu isitorial. En sus artícu los y sus ensayos puso de man i-
fiesto la ausencia de u na verdadera ilustración en la cu ltu ra
es pañola de l XVIII. Llamó la atención so bre la pob re za inte-
lectual y la con nivencia políti ca d e sus au toproclamados
liberales co n la s trad iciones má s osc u ras de in transigencia
y despoti smo. Fu e el primer in telectual h ispánico qu e cues -
tio nó las p rá ct ica s de intoleranci a re ligiosa y persecu ci ón
a ntisemítica. Pu so de m anifi est o la inex iste ncia d e una
revolución mod erna en el mundo h ispáni co. Blanco Wh ite
anticipó el declive y la bru ta lización del im perialismo espa-
ñol que efectivamente tuvo luga r a lo largo del sig lo XIX . Por
todas esas buenas razones este in telectual se erigió en so li-
tario a bogado de la destrucció n del yugo es pañol po r los
pu eb los de Hisp anoa m éri ca. No es preci so dec ir que vivió
en el desti erro y su nombre ha sido desalojad o efec tiva me n-
te de la memori a oficia l hisp á nica. Sólo Bolíva r lo recordó
co mo una voz so lidaria.
Alexander van Humboldt viajó a Perú, México, Ven ezuela
y Cuba durant e el mi smo period o de la indep enden cia hi s-
panoameri cana. Su mi sión es ta ba definida por los int ereses
de expans ión econó m ica y polí tica del indust ri ali smo a le-
m án, y, al mismo tiempo , por un a se ns ibilidad ilust rada qu e
se expresaba ta nto en su cu rios idad de viajero, a ntropó logo
y botánico como en su volu nta d de esclarecimiento y eman-
cipació n . E n sus ensayos y en su di a ri o , s in embargo , su
embajada industri al y su interés esclarecedor chocaban fie-
ramente entre sí. Fren te a la destrucción de las civilizacio-
nes a n di nas y mesoamerica nas, y el horro r d e los pai sajes
de la esclavitu d afroamericana, bajo el dolor qu e im primía
en su co nciencia la mi seria dil at ada en América en nombre
de la civilización, en unció lacónicamente la falsedad de los
idearios ilu strados. Ant e los paisajes de destrucción col o-
ni a l en Améri ca era inad m isi ble hablar de p rogreso , d e
dere ch os humanos, de una humanidad universal. También
Bolívar le mencionó como voz a m iga.
Giorg io de Ch iric o , Le grand autotnate , ó leo so bre lela (1925).
Sa lvador Dalí , Un perro andaluz (1929).

Théodore de Bry, His toria Americae sive novi, Tertia Pars (Franc fort, 1590 -1634).
Muse o Anah uacalli de Diego Rivera , México , D. F. (Foto: Gu illermo Zamora ).

Tars ila d o Am a ra!, An tropoiagia , ó leo so b re tel a (1 92 9) (J . Ne mi rvs ky, Sao Paul o ).
Gu amán Poma de Ayala , "La ciudad de Los Reyes de Lim a ",
Nueva corá nica y buen gobierno, FCE, 1993.

Lin a Bo Bardi, suso-Fábrica da Pompeia , Sao Paulo (1977 -198 6).


(Fol o: R6mulo Fia ld ini).
"ANTROPOFAGIA" CONTRA GLOBALIZACIÓN 113

y así como Blanco White h a sid o desterrado de la hi sto-


ri a ca n on izada de la literatura española e hi spanoamerica -
na , así también la o bra filo sófica, literaria y política de
Humboldt ha sido eli mi nada d el co ncep to hi storiográfi co
de Au fkldru ng.
Latinoamér ic a : un límite, un círcu lo , una perife ri a , no
ha ce falta re co rdarlo. Una marginalidad a travesada por la
herencia del a traso secu lar ib érico, como muy apr opiada-
m ente se ñaló Darcy Ribei ro .P Este atraso filosófico, políti-
co y social ha doblegado m ás fácilm ente a Am érica Latina
bajo el expolio poscol onial por parte de las potencias eje m -
plarmente lib eral es y m odernas del capitalismo glo ba l. És te
es un lado de la cues t ió n . Y un problema gr ave . Pero s6 10
un lado de la cuestió n .
La otra cara de la m ed alla es la complicidad di scu rsiv a de
los a ltos valores universales de conocimiento cientifico-t éc-
nico, del progreso, de los d erechos humanos, crista liz ados
e n torno a la independencia norteamericana y la Revolu-
ció n francesa, co n los reales paisajes de destrucci ón poseo-
lo n ia!. Es la connivenci a de la s doctrinas liberales de la
Ilustración co n el tr áfi co de escl a vos y el genocidio d e la s
civiliz acio nes históricas americanas. Es la inextricable arti-
cula ción de las filosofía s ci entíficas de la Ilustración , y de
s u definici ón é tica y e pis te m ológica del pr ogres o , co n la
expansión fin anciera de Europa y la devastación de todo lo
que sus navíos enco ntraran a su paso . Es la persistente des-
tru cción d e las civilizaci ones hi stóricas de Am érica qu e
acompañan las d octrinas ilustr adas del progreso de la
humanidad. Es Am érica Latina como frontera é tnica, reli -
giosa , te cnocientífica, ecológ ica y, no e n último caso, soc ia l,
de las universalidades m odernas y sus metonimias globales
posmodernas. Es el círcu lo que ci erra la ejem p laridad del
Viejo y del Primer Mundo .
Ulisses Pereira Chaves, Apocalipsis. barro coc ido y es malte, 35 x 20 cm (200 1).
De lo que se trata es de reconstruir las diferencias cu ltu -
(Foto: Marisela La Grave). rales e hi stóricas que di stinguen la realidad americana ; d e
poner de manifiesto su carácte r de límite radic a l en el ce n-
13 Darcy Ribei ro , As Am éricas e a Civilizacao , Vo zes Ltda ., Petr ópolis ,
1979, p. 61.
114 "ANTROPOFAGIA" CONTRA GLOBALIZACIÓN "ANTROPOFAGIA" CONTRA GLOBALIZACIÓN 115

tro mismo del mesianismo cristiano, de su secularización poco con la canibalización hibridista de los lenguajes hu-
en los ideales del progreso, y de los conceptos de moderni- manos, de su memoria y sus esperanzas, de acuerdo con las
dad o de globalidad. Se trata de construir una mirada. No normas del consumo de excrementos comodíficados, de la
una mirada periférica ni tampoco una mirada central. Más destrucción industrial delirante y la producción administra-
bien la revisión de los discursos hegemónicos a partir de da de simulacros escatológicos inventada por Dalí en 1929
sus fronteras epistemológicas y territoriales; el cuestiona- con la bochornosa elocuencia de un triunfante payaso pos-
miento del centro desde la periferia. modernista, y luego manufacturada para los supermercados
artísticos y académicos. La Antropofagia no significa mesti-
zaje en el sentido que los misioneros poscoloniales y posin-
5. LA RESURRECCIÚN ANTROPOFÁGICA telectuales han dado a esta palabra: aleatoria combinación
de signos desemantizados en los circuitos del consumo glo-
El Movimento Antropofágico transforma esta doble dialéc- bal, y su re contextualización y conversión en el interior del
tica colonial y poscolonial de sumisiones teológico-financie- sistema cristiano-global y monetario-internacional de jerar-
ras y discursos subalternos. Es la subversión hermenéutica quías metafísicas, valores represivos y poderes fácticos.
de la más perniciosa de las obsesiones misioneras: el pre- La Antropofagia señala en una dirección opuesta. Los pri-
juicio escolástico y posescolástico de que sólo un sistema meros antropófagos adoraban a los dioses de los misioneros
racional y universal de dominación exterior y transitiva para devorarlos y gozarlos, para digerirlos e incorporarlos.
puede sostener el orden del mundo: militarmente y concep- Los modernos antropófagos devoran los mitos de la moder-
tualmente. Primero, los antropófagos hacen escarnio del nidad y la posmodernidad para transfigurarlos en un pro-
dogma fundacional de la teología de la colonización: des- yecto humanizado de conocimiento y poder tecnológico.
truir primero el paraíso e imponer acto seguido la deuda Sólo ellos invirtieron la dialéctica de ruptura con el pasa-
universal, la gran culpa sacramental y financiera. La Antro- do y grado cero de abstracción. En su lugar, despertaron las
pofagia burla esta teología de la deuda y el sacrificio: la voces remotas clausuradas por ellogos colonizador. Por eso
devora, la elimina. En su lugar, celebra la comunión orgiás- Oswald de Andrade escribía: "nunca admitimos o nasci-
tica de 10 existente, la armonía erótica del ser, la creación mento da lógica entre nos": por eso repetía: "nunca fomos
infinita. catequizados".
Pero es preciso recordar también lo que la Antropofagia Entre la exaltación erótica de lo existente y nuestros pai-
brasileira no ha sido: una vanguardia de los trópicos. La sajes desolados de miseria y violencia electrónicamente
palabra vanguardia es una fea metáfora militar. Designaba administrada esta expresión culminante de la poesía ameri-
las tácticas de guerra sucia usadas por los ejércitos euro- cana del siglo xx afirma la mezcla de la vida y la muerte, la
peos de la era napoleónica. Lenin trasladó más tarde su sig- esencia híbrida de lo que es y no es al mismo tiempo.!" reí-
nificado letal a las guerras de clase contra los legados del
14 La estética de la Antropofagia plantea como posibilidad lo que tuvo
pasado, y transformó sus viejas lanzas en las estrategias
lugar efectivamente en el contexto de la colonización de la India. A dife-
revolucionarias del nuevo Estado totalitario. Los futuristas rencia de América Latina, la teología cristiana no fue capaz de convertir al
italianos izaron finalmente la misma bandera beligerante hindú. Y no porque el hinduismo olrecicra resistencia al mesianismo cris-
de la vanguardia en nombre de un arte redefinido como tiano. Simplemente "incorporó este mensaje en la jerarqufa p!uralista de
sus creencias -escribe a este respecto Nirmal Verma- incluyendo a la
máquina industrial de 1a5 guerras culturales del siglo xx. persona de Cristo como un dios más en el panteón de sus dioses". Fue esto
y dicho sea de paso: la Antropofagia no se confunde tam- también lo que sucedió en América durante las primeras décadas de la
116 "ANTROPOFAGIA" CONTRA GLOBALIZACIÓN

no prelógico de lo que existe simplemente, esencialmente,


impersonalmente, y de sus memorias colectivas. Por eso el
Manifesto Antropófago avisa: "o que atropelava a verdade
era a roupa".'> Desnudar la palabra, emanciparla de su ser- V. ESCRITURA Y CIUDAD
vidumbre logocéntrica y cristiana. La palabra devuelta al
último paraíso. Poesía final.
1

UNA DE LAS POSIBLES introducciones a la historia de la arqui-


tectura latinoamericana y, sin duda alguna, una de las más
extraordinarias, la brinda un ensayo que no es propiamente
hablando un libro de historia, pero que tampoco trata de
arquitectura. Un ensayo que plantea más bien la peculiar
condición social y política del intelectual en las culturas de
esta región geopolítica. El libro en cuestión se titula La ciu-
dad letrada, y su autor fuc uno de los más distinguidos críti-
cos literarios latinoamericanos del siglo xx: Ángel Rama.'
Letrado, en el sentido literal de la palabra, significa una
persona culta, instruida en letras. Pero sería erróneo con-
fundir las condiciones que rodean a este personaje a la vez
literario y político, originado en el universo cultural ibérico,
con la tradición humanista que envuelve el concepto mo-
derno de homme de lettres. En lengua castellana e hispa-
noamericana "letrado" quiere decir, específicamente, abo-
gado, graduado en derecho. Significa hombre de leyes. En
el contexto latinoamericano este letrado es, además, una
rancia institución colonial. Es una instancia que resume la
colonización. Misioneros como fray Diego Durán dieron testimonio amar- identidad de escritura y poder constitutivos del sistema
gados de que, "donde adoraban a mil dioses, también podían adorarse mil
y uno". Pero la Inquisición fue más efectiva con los indios de América que
jurídico y teológico de la colonización. Hernán Cortés legi-
el colonialismo británico. Yerma añade, respecto de un sentido riguroso de timaba su conquista de Tenochtitlán como cristiano de lim-
hibridismo: "The identity of a Hindu, unlike that oí a European, never resi- pio linaje y héroe virtuoso, pero también como hombre de
ded in the seJf as autonomous idcntity, hut in a larger pattern oí beliefs,
ritualistic observances and caste obligations which constituted his
letras. La administración política virreinal era, fundamen-
dharma". Nirmal Yerma, "India and Europe-Some Reflections on Self and talmente, tarea de letrados. Y el escritor y el intelectuallati-
Other". en Fred Dallmayr y G. N. Devy, Between Tradition and Modemity. noamericano moderno que Rama revisó en su ensayo de
lndia's Search [or Identity, Altamira Prcss, Walnul Creek-Londres-Nueva
York, 1998, pp. 336 Y 338.
crítica literaria es un heredero de ese legado colonial: al-
15 Oswald de Andrade, Obras completas, Civilizacao Brasileira, Río de
Janeiro, 1972, vol. VI. pp. 13-17. 1 Ángel Rama, The Lettered City, Duke University Press, Durham, 1996.

117
118 ESCRITURA Y CIUDAD ESCRITURA Y ClUDAD 119

guien que concibe la actividad literaria como el poder insti- racterísticas más reducidas, se extienden ininterrumpida-
tucional inextricablemente ligado a la práctica tradicional mente por América Latina al paso precisamente de la colo-
de la escritura. nización de sus hinterlands y "no-rnan's land". Existe, por lo
Pero Rama se refiere a una "ciudad letrada" y este concep- menos, otro ejemplo no menos impresionante de capital
to puede parecer una alusión a la ciudad como parnaso lite- política que cumplía los cánones sancionados por el movi-
rario, como comunidad de los hombres y mujeres dedicados miento moderno europeo bajo las diferentes condiciones
a la literatura. No es así. La ciudad letrada es más bien la ciu- ecológicas y políticas latinoamericanas: el proyecto de Car-
dad concebida con arreglo al rigor de la escritura. La ciudad los Raúl Villanueva para la ciudad de Caracas. La síntesis
inexorablemente construida según la letra de la ley. Ciudades de racionalismo formal y plasticidad barroca y de clasicis-
planificadas según normas, fines y medios escrituralmente mo y funcionalismo que recorre sus arquitecturas e inter-
configurados del poder colonial. Ciudades erigidas como venciones urbanas constituye un modelo de proporciones
artefactos jurídicos, teológicos y arquitectónicos adaptados a clásicas. Sin embargo, la arquitectura de Villanueva tiene
las necesidades de conversión de la masa indígena desposeí- un ostensible arraigo en las culturas locales. Además, se
da y desarraigada, de su movilización como fuerza de trabajo inserta en una ciudad que ya poseía una historia social y
esclavo y serniesclavo, y de su control administrativo y ecle- arquitectónica propia. Por si eso fuera poco, es una arqui-
siástico. Son las ciudades de trazado rectangular, con calles tectura y un urbanismo que muestran una relación reflexiva
tiradas a cordel, rígidamente estructuradas en torno a una con esa realidad social, histórica y física de la ciudad de
plaza central que organiza y representa arquitectónicamente Caracas.?
el sistema jurídico y político de la monarquía y la Iglesia. Brasilia, en cambio, revela en estado puro la convergen-
Ciudades como México o Lima coloniales. cia de la racionalidad industrial del modernismo europeo
Estas características históricas de la ciudad colonial ba- de comienzos del siglo xx, y las constantes de la cultura
rroca revelan asimismo un aspecto central de las ciudades colonial y poscolonial latinoamericana. Su proyecto políti-
latinoamericanas del siglo xx. Definen axiomáticamente co fue una penúltima gesta heroica del espíritu conquis-
la metrópoli poscolonial bajo su función movilizadora de la tador de los bandeirantes. Es una cita de la civilización in-
masa industrial y posindustrial de mercancías y humanos. dustrial violentamente insertada en el interior del sertiio
Ponen de manifiesto una racionalidad espacial subordinada salvaje. Su trazado, su regulación jurídica y urbanística
a imperativos administrativos y económicos globales y loca- sigue los esquemas elementales de la ciudad colonial ibéri-
les. No en último lugar, esta perspectiva histórica de la ciu- ca: una ordenación geométrica de la ciudad en medio de la
dad colonial en el interior de la metrópoli moderna permite nada, con esa mezcla de rigidez militar y racionalidad
vislumbrar algunos aspectos precisamente centrales de las misionera que ya subyugaba a los arquitectos del barroco.
llamadas utopías urbanísticas y arquitectónicas del siglo xx Organizativa y performáticamente Brasilia es la cristaliza-
en América Latina. ción de los ideales secularizados del mercantilismo y el sal-
La expresión más elocuente de estos proyectos urbanos vacionismo coloniales, pero trasladados primero al moder-
modernos en América Latina es, sin lugar a dudas, Brasilia, no discurso secular y positivista del "orden y progreso", y, a
la capital federal políticamente concebida por Juscelino continuación, reformateados bajo los conceptos estilísticos
Kubistchek, y diseñada por Lucio Costa y Osear Niemeyer.
2 William Niño Araque. "Villanueva, momenlos de lo moderno". en Car-
No quiero decir con eso que Brasilia sea una cita única. Las los Raúl Villanueva, un moderno en Sudamérica, Galeria de Arte Nacional,
ciudades nuevas, de dimensiones monumentales o de ca- Caracas, 1999, pp. 23 Y ss.
120 ESCRITURA Y CIUDAD ESCRITURA Y CIUDAD 121

del funcionalismo internacional de los años cincuenta. Es do, se despejaba y evacuaba militarmente hasta reducirlo a
un espacio ideal, un diseño abstracto y complejo, proyecta- una virtual nada. La vieja Lima es un ejemplo de ciudad
do con arreglo a la racionalidad burocrática de un Estado- levantada sobre un páramo desértico. México fue una ciu-
ciudad que, a su vez, fue concebida políticamente como dad levantada sobre las cenizas de Tenochtitlán. Las ciuda-
una máquina de proporciones ciclópeas destinada a la des modernas se sustentan sin excepción en uno de estos
exploración y explotación indefinidas de los recursos natu- dos principios fundacionales. Y Brasilia es también un
rales y humanos de un territorio nacional virtualmente sin ejemplo. Su trazado se extiende sobre un horizonte infinito
fronteras. Arquetipo de la "ciudad letrada". y vacío. Pero su fundación fue precedida por la destrucción
Pero tanto si son capitales coloniales fundadas en leyes del cerrado y la liquidación de los asentamientos indígenas
justas, o urbes modernas trazadas según principios funcio- que la poblaban."
nales, a estas ciudades letradas sólo se las puede compren- Este principio destructivo es a la vez funcional y simbóli-
der en toda su magnitud civilizatoria si, al mismo tiempo, co. Permite la instauración de los instrumentos técnicos y
contemplamos su reverso. Y el reverso de las ciudades co- urbanos de la civilización y de la modernidad como quien
loniales lo constituyen los amplísimos procesos de des- dice desde el cielo. Al mismo tiempo, excluye y oculta sus
trucción masiva del orden simbólico y urbano de las civili- consecuencias humanas y ecológicas devastadoras. Su ex-
zaciones y las ciudades antiguas de América, del expolio presión urbanística y arquitectónica contemporánea son las
sistemático de sus riquezas y la subsiguiente liberación de favelas, los ranchos, los barrios, zonas de infrahabitación
una fuerza masiva de trabajo esclavo. Y el reverso de las subhumana y ocupación territorial suburbana generados
megalópolis poscoloniales es la masa humana simbólica- por sucesivas oleadas de masas humanas, indígenas, africa-
mente hibridizada y socialmente desintegrada que se ex- nas y mestizas hacia los centros de producción industrial, a
tiende sin límite en sus periferias infraurbanas. El reverso lo largo de un proceso ininterrumpido que comenzó con las
de las ciudades instauradas por la escritura y la ley son los minas de oro y plata del Potosí y no acaba en las maqui-
asentamientos masivos y sin nombre en los que hoy se asien- las de Tijuana.
ta la mayoría de las poblaciones económica, ecológica y
militarmente desplazadas de América Latina. 2
Han existido poderosas razones para eliminar como falso
problema urbanístico o político esos suburbios deshumani- Pero la ciudad colonial americana no encarnaba únicamen-
zados que se extienden como una refutación material de los te el orden letrado de la ley. Ni la escritura era sólo el medio
sueños civilizatorios coloniales y modernos. Desde el punto de un poder alienado y alienante. Era también una escritu-
de vista de la racionalidad virreinal no existía fuera o antes ra sagrada. Significaba el Libro, la palabra de Dios. Repre-
del orden jurídico de la escritura más que el reino oscuro de sentaba el orden simbólico y espiritual de una esperanza
una edad sin historia, y de ciudades sin nombre y sin ley. mesiánica. Esta promesa trascendente de la salvación de los
Un universo aleatorio que se confundía vagamente con un pueblos cristalizaba asimismo en el orden urbanístico de la
estado diabólico de naturaleza o con un "continente vacío". ciudad, y en el diseño teológico y arquitectónico de la igle-
Por eso, la condición fundacional de la ciudad colonial sia que la coronaba como su centro espiritual. Una iglesia
americana construida more geométrico era un espacio geo- trazada constructivamcnte como instrumento funcional y
gráfica y culturalmente vacante, sin pasado y sin memorias. 3 El cerrado es un tipo de vegetación oriunda del Brasil central, caracteri-
Un espacio que, si no estaba real y efectivamente despobla- zado por árboles bajos y espaciados en un suelo de gramíneas.
ESCRITURA Y CIUDAD 123
122 ESCRITURA Y CIUDAD

racional de concentración y vigilancia de la masa indígena mo nacido de los talleres expresionistas alemanes y del
convertida y colonizada. Pero que, al mismo tiempo, era Bauhaus, y del cartesianismo lecorbuseriano, adaptados a
una iglesia barroca. Era una iglesia concebida como un la amplitud geográfica y a los imperativos administrativos
espacio imaginado y maravilloso. Una arquitectura levanta- de la expansión colonial del industrialismo moderno. Pero
da como el espectáculo sublime de la transfiguración mila- todavía es algo más. Es la combinación de este funcionalis-
grosa y mística de la existencia humana, de la supresión y mo colonial con los ritmos sensuales y místicos de la bossa
superación de las contingencias de la ciudad terrenal en un nova, de las expresiones religiosas y artísticas africanas de
reino virtual de los redimidos. Un espacio sensualmente Bahía y Río, de la pureza formal que distinguen los espa-
dinamizado, saciado de ornamentos, habitado por volup- cios arquitectónicos y el design de las culturas amazónicas
tuosos ángeles y vírgenes, intoxicado por voces y músicas precoloniales, y de la plasticidad de la samba. Lucio Costa
sacras, borracho de inciensos y color. Una arquitectura que insistía, en los últimos años de su vida, en que Brasilia era
coronaba el orden funcional de la ciudad colonial como una "ciudad romántica". Es una fantasía carnavalesca, una
representación de la ciudad de Dios. quimera de vidrio y concreto, una ciudad dc sueños. Donde
El misticismo, el sensualismo y la espectacularidad ba- un día la política se dio cita con la poesía, bajo el clamor
rroca infundieron a las capitales y a las culturas coloniales popular de una fiesta nacional democrática.
de América un carácter específico e inconfundible. En la Quiero poner aquí de relieve una mirada hermenéutica
edad poscolonial esa estética barroca y neobarroca se des- que trata de captar la obra artística y arquitectónica a partir
plegó ampliamente en la poesía lo mismo que en la arqui- de su integración funcional en un proceso civilizatorio, ya
tectura, y bajo múltiples variaciones y nombres en el pleno sea colonial o poscoloníal, ya moderno o posmoderno. Pero
sentido de una identidad nacional. La misma trascendencia una mirada que, al mismo tiempo, es una estética. Es de-
mesiánica, un sensualismo de características afines y una cir, una mirada que aprehende la obra artística con arreglo a
idéntica fascinación por lo performático distingue a mu- su intencionalidad formal y expresiva, y a su trascendencia
chos de los ejemplos más sobresalientes del modernismo espiritual. Y que, por consiguiente, aspira a comprender esta
literario, plástico y arquitectónico. En la ciudad moderna y trascendencia en un virtual reino de la belleza, que el barro-
secular aquella representación de la trascendencia y la glo- co formulaba en la representación arquitectónica, poética y
ria ha adoptado los cánones clasicistas e ilustrados de las musical de una ciudad divina en el más allá, y el espíritu
artes y las letras. La ciudad colonial como representación secular moderno ha propuesto como una citta ideale y como
de orden divino se transformó en espectáculo moderno de espacios de transformación de lo social.
la civilización. En las grecas y los grifos de las fachadas barrocas mexi-
También a este respecto Brasilia brinda un espléndido canas, por ejemplo, presentimos una escritura propia, in-
paradigma. Su "Plano Piloto" no sólo comprendía su aveni- serta en las tradiciones mudéjares del barroco español, pero
da monumental jalonada por el interminable desfile unifor- que abrieron al virtuoso artesano y arquitecto náhuatI o
mado y monótono de ministerios prismáticos, construidos maya la posibilidad de expresar su propia concepción del
a la Corbusier. Ni terminaba en los iconos arcaicos del espacio y, en ocasiones, incluso de manifestar elementos
poder y la muerte, en su pirámide y su cúpula, su antena- pictográficos que formaban parte de su destruido acervo
obelisco o su mausoleo, inspirados en los modelos clasicistas artístico. El valor espiritual y trascendente de este orna-
de las capitales imperiales de Europa y los Estados Unidos. mento barroco es inseparable de los detalles de la forma,
Brasilia es más que eso. Es una expresión del funcionalis- incluso o precisamente en sus aspectos expresivos más indi-
124 ESCRITURA Y CIUDAD ESCRITURA Y CIUDAD 125

viduales. Yeso nos permite experimentar en la reiteración las formas profundamente expresivas de sus tallas la marca
de elementos geométricos, o en el efecto vibrante y multico- de las tradiciones artísticas africanas, llegadas a Brasil jun-
lor que las ornamentadas fachadas de Taxco o Zacatecas to al tráfico de esclavos. Las texturas ásperas de las viejas
ejercen sobre nuestra retina, algo más que los momentos maderas, los encalados y los mosaicos, el vibrante brillo del
lingüísticos y las claves técnicas que nos permiten clasificar oro y los fuertes contrastes colorístlcos confieren a estos
formalmente a estas obras. interiores una secreta atmósfera mística, emparentada con
Frente a una arquitectura moderna como el Museo Rufi- los cultos religiosos africanos que se apropiaron, en la
no Tamayo diseñado por Teodoro González de León y Abra- medida de sus vigiladas posibilidades, de la liturgia católica
ham Zabludowsky, en la ciudad de México reconocemos los del barroco.
lenguajes al mismo tiempo abstractos e intensamente dina- Esta apropiación espiritual y la consiguiente transforma-
mizados que han distinguido, entre otras, a las grandes ción del espacio, y de la escultura y pintura que alberga,
arquitecturas del expresionismo alemán, de Erich Mendel- explica asimismo la adaptación idónea de estas iglesias
sohn a Bruno Taut y Hans Scharoun. Pero la monumentali- barrocas a la cultura popular de ciudades como Salvador de
dad proporcionada de sus escalinatas, sus planos inclina- Bahía u Ouro Preto. El mismo proceso de recreación, sín-
dos, que limitan el espacio exterior y al mismo tiempo nos tesis y transformación lingüísticas distingue las grandes
transportan fluidamente a las rampas y espacios internos, obras de la arquitectura moderna en América Latina. Luis
sus fugas geométricas y sus volúmenes masivos, todo ello Barragán es uno de los grandes nombres que no pueden
nos transporta inmediatamente a las limpias superficies dejarse de mencionar en este contexto. Sus característicos
geométricas, las rampas y las escalinatas de las arquitectu- espacios ortogonales, su virtuosa orquestación de volúme-
ras ceremoniales aztecas o zapotecas, El placer estético que nes llenos y vacíos, el uso constructivo del color en grandes
acompaña nuestro movimiento físico a través de los espa- superficies rectangularmente talladas, y el encerramiento
cios interiores de este museo se hace más intenso en la mis- de las citas vegetales bajo un severo orden ascético de los
ma medida en que nos permite circular, asimismo, en el alzados y las plantas se suelen interpretar como variaciones
medio de espacios, símbolos y memorias de edades y cultu- mexicanas del programa estético del neoplasticismo euro-
ras diferentes. peo. Pero las grandes superficies murales, limpias de orna-
La arquitectura religiosa de Minas Gerais, en Brasil, es mentos, son una constante de la arquitectura monacal cató-
una recreación de los modelos del barroco de la Roma con- lica. El propio Barragán se refería a su fascinación por los
trarreformista. Lo sorprendente, sin embargo, es su orques- interminables muros de los conventos en las ciudades
tación en un paisaje exuberante de suaves colinas, en cuyas medievales españolas. Por otra parte, la organización orto-
cimas, sus plantas y alzados cristalinos se engastan como gonal del espacio, la construcción geométrica con arreglo a
perfectos diamantes, contrapuntísticamente recortados códigos numéricos estrictos y los volúmenes vacíos son asi-
sobre los horizontes agrestes de las altas cordilleras de la mismo una característica común de los monasterios preco-
región. Los interiores de estas iglesias, que en muchas oca- loniales. Barragán trazó una difícil negociación entre los
siones transmiten el sentimiento comunitario y acogedor diferentes significados simbólicos que el ángulo recto, las
más propio de los cultos evangélicos, guardan una nueva proporciones numéricas y las plantas geométricas han teni-
sorpresa. Gran parte de su ornamentación, su pintura y su do respectivamente en el misticismo zapoteco, en la disci-
escultura es la obra de artistas populares, en su mayoría plina monacal cristiana y en el ascetismo cartesiano de
anónimos, que dejaron en los volúmenes geométricos y en Mondrian y de Oud. La experiencia de quietud, concentra-
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ción y rigor interno, que en ocasiones, como sucede en su orden hermético del paisajismo japonés. Pero, en realidad,
propia casa, llega incluso hasta e! extremo de lo opresivo, este jardín colgante es una celebración de la exuberancia
no puede separarse de estas memorias culturales. amazónica. En e! Museu de Arte Moderna de Río, de Aílon-
La apropiación original de los estilos internacionales y la so Eduardo Reidy, las escaleras desempeñan asimismo un
transfiguración libérrima de sus lenguajes racionalistas en papel emocionante. No solamente rompen, con su movi-
formas y espacios de exaltado dinamismo y sensualidad se miento espiral ascendente, la rigidez estética del Modular, a
ponen de manifiesto, por citar otro distinguido ejemplo, en la que la joven arquitectura brasileira rindió culto, dicho
uno de los elementos constructivos más llamativos de la sea de paso, más bien por la libertad de movimientos que
arquitectura brasileira moderna: sus escaleras. Nadie que permitía que por la intransigencia industrial que pretendía
haya visitado e! palacio de Itamaratf, la joya arquitectónica imponer. Y Reidy concibió estas escaleras, divididas en un
que corona Brasilia, debida a Osear Niemeyer y Roberto tramo seductoramente curvilíneo y otro tramo de rigurosos
Burle Marx, puede olvidar las proporciones generosas y ele- ritmos ortogonales, como un verdadero camino de inicia-
gantes, e! poderoso movimiento ascendente y la ligereza de ción hacia e! reino de la belleza, a la que el museo está des-
su escalinata central. Mucho antes de rozar su primer esca- tinado. Otra escalera, aunque esta vez construida como las
lón con e! pie uno se siente visualmente transportado hacia inmensas rampas ascendentes de la arquitectura monumen-
lo alto. De nuevo, nos encontramos aquí con un motivo tal precolonial de América, vuelve a adoptar un papel cen-
barroco, que se da cita en una serie conocida y mil veces tral en la Facultade de Arquitectura e Urbanismo de la Uni-
celebrada de escalinatas en los palacios romanos de los versidad de Sao Paulo, debida a Joáo Vilanova Artigas. Una
años 600 y 700. Pero las escalinatas son también un motivo rampa de la que siempre he oído decir, por boca de los
moderno, que aparece por igual en el Parque Güell de Anto- arquitectos de esa ciudad, que había sido concebida para
nio Gaudí, en e! proyecto del Festspielhaus de Hans Poe!zig, que por ella subieran los dioses. Y por citar una última
en el Glashaus de Bruno Taut, y siempre con un significado escena, recordaré una ocasión en la que Una Bo Bardi me
iconográfico enfático. Desde un punto de vista estético la mostró, con una mezcla de pudor y coquetería, un billete
escalera es un elemento dinamizador y transformador del firmado con el puño y la letra de Osear Niemeyer, en la que
espacio. Su función simbólica consiste en suspender la gra- éste la felicitaba con palabras muy amorosas por su maravi-
vedad de las masas y transfigurar la materia constructiva en llosa escalera en el Solar de la Uniáo, el embarcadero colo-
movimiento ascendente y en energía. Desde los textos bíbli- nial del tráfico de esclavos de Salvador de Bahía que ella
cos, la escalera ha sido uno de los más importantes símbolos había transformado en museo de cultura popular y lugar de
místicos. la memoria.
El monumental hall de Itamaratí está definido simbólica-
mente por la presencia de la tierra y el agua, que unen, sin 3
solución de continuidad, el espacio exterior e interior del
palacio. Las escalinatas son la mediación entre estos ele- A Una Bo le gustaba comunicar la inmensa alegría que sig-
mentos y e! salón noble de! piso superior. Sólo que este nificó su llegada a Brasil. Hablaba con entusiasmo de sus
espacio central y superior del palacio es un patio abierto y paisajes exuberantes y de la fascinación que le despertaron
un jardín colgante. Es una cita legendaria de los jardines de inmediato las expresiones de la cultura popular. Y confe-
babilónicos. En su diseño, Burle Marx trazaba, además, un saba de buen grado cómo se vio seducida por la libertad
sutil diálogo entre la sensualidad de los jardines árabes y el expresiva de los jóvenes arquitectos que conoció apenas al
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comenzar su nueva vida: Niemeyer, Burle Marx, Reidy, innovadora, una arquitectura integrada a las expresiones
Levi, Vilanova Artigas... Esa libertad la ató definitivamente populares y una inteligencia libre. Lo que, en cambio, le
a Brasil. Una me decía que salió de la Italia posfascista con asfixiaba en la arquitectura europea y norteamericana de la
dos bagages. Uno era la arquitectura de las vanguardias posguerra, yen sus sucesivos neoestilos y posmovimientos,
europeas anteriores a la segunda Guerra Mundial, bajo cuyo era su identificación trivial con el poder tecnológico y polí-
espíritu se había formado. Su segundo legado era negativo. tico, era su pueril obediencia a las reglas de juego del mer-
Era una decepción. A pesar o por causa de su experiencia cado, era su formalismo vacío.
del fascismo, Una Bo creía en la urgencia de replantear Menciono aquí esas circunstancias porque sugieren cla-
aquella voluntad de ruptura y renovación que había anima- ves elementales a partir de las cuales se han generado pro-
do a los artistas e intelectuales europeos de la generación de puestas arquitectónicas especialmente innovadoras desde
Gropius y el expresionismo alemán, y de los primeros años un punto de vista tanto formal como tecnológico y civiliza-
del futurismo italiano. Pero en la Europa de la posguerra la torio. Son las notaciones necesarias para interpretar nuestro
joven arquitecta no sentía aquella libertad sin la que no presente crítico en dirección hacia un futuro mejor. Resu-
puede generarse un proyecto verdaderamente renovador de miré brevemente los significados de estos proyectos en tor-
sociedad, ni articular una nueva arquitectura en ella. "Esa no a tres grandes dilemas del siglo XXI: la destrucción ecoló-
libertad me la dio Brasil", decía. Yeso lo subrayaba con ple- gica, la liquidación de las memorias culturales y los amplios
na conciencia de los inmensos obstáculos que había encon- fenómenos de desintegración social en las megalópolis con-
trado a lo largo de su carrera, desde los tanques militares temporáneas.
con los que la dictadura cerró su exposición de arte popular En lo que afecta al primer tema, es decir, la conservación
en Bahía, hasta las mezquindades usuales del pequeño de los hábitats ecológicos, se puede mencionar, entre otros
mundo académico. muchos, a Severiano Porto en la región amazónica o Roge-
La arquitectura de Una Bo, por otra parte, no sólo creció lio Salmona en Colombia. Sus arquitecturas son relevantes
en el contexto del expresionismo arquitectónico brasileiro como experimentación con materiales constructivos adap-
representado por Reidy, Niemeyer, Vilanova Artigas o Men- tados a las condiciones ambientales tropicales y ecuatoria-
des da Rocha. Sus características proyectuales y formales les. Porto ha desarrollado asimismo una serie de tecnologías
sólo pueden comprenderse enteramente si se tiene en cuen- tradicionales con medios modernos, y objetivos ecológica y
ta, además, su cercanía respecto de las culturas y memorias socialmente responsables. La obra de este arquitecto, como
populares de Brasil, y muy específicamente el universo espi- la de Salmona, es interesante, además, en la medida en que
ritual africano de Bahía. Y sólo puede entenderse a partir abriga estas innovaciones tecnológicas y funcionales bajo
de su estrecha relación de amistad con la bohemia intelec- un repertorio amplio de soluciones formales originales, que
tual y artística que cristalizó en la Vanguardia Tropicalista sin embargo mantienen un estrecho diálogo con los lengua-
de su capital, Salvador. Con nombres tan sobresalientes jes arquitectónicos tradicionales de la región. Sin embargo,
como Glauber Rocha, Caetano Veloso, Waly Salornáo o An- quiero subrayar que las experimentaciones arquitectónicas
tonio Riserio." Eso es lo que quería decir Una Bo con su de formas de habitación y ocupación territorial no agresi-
elección de América Latina como una familia cultural ca- vas cultural, social y ecológicamente, sino, por el contrario,
racterizada por una imaginación poética y socialmente capaces de restaurar memorias, hábitats y formas tradicio-
4 Antonio Riserio, Avant-garde na Bahía, Instituto Lina Bo e P. M. Bardi, nales de vida en las zonas más amenazadas del colonialis-
Sao Paulo, 1995. mo posindustrial, constituyen hoy una corriente amplia y
130 ESCRITURA Y CIUDAD ESCRITURA Y CIUDAD 131

diversificada en toda América Latina. He conocido personal- museo y mausoleo al mismo tiempo. Es decir, alberga una
mente ensayos semejantes al de Porto en la región amazónica importante colección arqueológica. Sus paredes están lite-
y en los estados centrales de México. Ensayos que compren- ralmente repletas de bellísimas obras artísticas de cerámica
den un amplio abanico de estrategias, desde la restauración precolonial. Pero que no están expuestas bajo el principio
de centros habitacionales históricos y la recuperación de estéril de una taxonomía arqueológica, y mucho menos con
tradiciones artesanales antiguas, hasta la investigación de tec- la intención mercantil de la exposición de un designo Los
nologías ecológicamente sustentables, y un repertorio for- objetos que abriga este museo no son citas de una memoria
mal innovador. El taller experimental de arquitectura Las académicamente formalizada, sino testimonios de la des-
Gaviotas, en Colombia, es otra cita de amplísimas dimen- trucción y muerte de las grandes civilizaciones precolonia-
siones formales, ecológicas y sociales. No es preciso subra- les de México. Por eso e! Anahuacalli es un museo y es tam-
yar las inmensas dificultades que estos arquitectos encuen- bién un templo. Por eso re interpreta arquitectónicamente
tran a su paso. La violencia global organizada en unos casos, elementos constructivos de los templos aztecas y mayas.
y el inmenso poder económico y político de la industria de Más aún, el Anahuacalli es un verdadero museo y templo de!
la construcción en otros, tiende a enmudecer y relegar estas holocausto de las civilizaciones históricas de las Américas.
experiencias, que son precisamente de punta, a un lugar Es un monumento único. No sólo porque no hay otro con
marginal. El establishment de la crítica arquitectónica los esta intención específica. Es único porque eleva esta memo-
ignora a su vez porque transgreden las fronteras lingüísticas ria de la destrucción y, al mismo tiempo, de la resistencia
del fetichismo corporativo bajo el que hoy se define la re- de los pueblos americanos a esa destrucción, bajo el signo de
presentación de la arquitectura y el urbanismo en el medio la creación artística, no de la culpa. Diego Rivera recuerda la
de la industria académica y cultural. destrucción de los pueblos originarios de América bajo el
El segundo ejemplo que quiero citar en estas páginas tiene signo afirmativo de la belleza. La de ayer, la de las cerámi-
que ver con la restauración de las memorias culturales ame- cas mayas y aztecas, en primer lugar. y no en último lugar,
nazadas sucesivamente por el proceso colonizador y por la bajo la celebración de un arte moderno socialmente respon-
llamada globalización. A este respecto recordaré una de las sable, que precisamente ocupa el lugar central y simbólica-
arquitecturas más originales de América Latina: el Anahua- mente privilegiado de esta arquitectura. Y del que el caballe-
calli de Diego Rivera. Se trata de una obra ampliamente te de Diego Rivera, plantado en esa sala principal, constituye
ignorada por la crítica arquitectónica latinoamericana e un importante ejemplo."
internacional. Y es, sin duda alguna, un proyecto altamente Pero no son solamente estos valores simbólicos los que
polémico. Para empezar, la visita de este singular monumen- quiero destacar en el Anahuacalli. También quiero poner de
to es algo que difícilmente puede borrarse de la memoria. El manifiesto su significado programático como reflexión so-
edificio se levanta como una imponente masa cúbica de bre la forma arquitectónica. A este respecto es preciso re-
negro basalto en medio de un paisaje de tormentosas lavas cordar la crítica que tanto Diego Rivera como su amigo
volcánicas. Está situado en un suburbio pobre y de difícil Juan O'Gorrnan desplegaron contra la superposición de
acceso, al sur del valle de México. Se yergue en un gesto de modas V estilos internacionales en las ciudades latinoameri-
dolorosa soledad, y la expresión de sus fachadas es hiriente canas, en un proceso continuo de ruptura y desintegración
como un grito de agonía o como una maldición profética. de las huellas urbanas de la memoria y de las identidades
Las funciones de este monumento son otro aspecto osten- 5 Rafael López Rangd , Diego Rivera y la arquitectura mexicana, Direc-
siblemente singular. El Anahuacalli fue concebido como ción General de Publicaciones y Medios, México, 1986.
132 ESCRITURA Y CIUDAD ESCRITURA Y CIUDAD 133

colectivas ligadas a ellas. Ambos artistas atacaron de paso vienen en este complejo proyecto. Estrictamente hablando,
e! epigonismo y la mediocridad que se amparaba bajo estos su función es la de un espacio de entertainment, que asimis-
lenguajes corporativamente sancionados. Y defendieron y mo acoge las actividades de un centro deportivo y cultural,
definieron un concepto de forma arquitectónica a partir de desde una biblioteca hasta salas de exposición, talleres dc
la reflexión sobre las memorias culturales." arte, piscinas y espacios de juego, y dos teatros. En segundo
Ninguno de estos ensayos arquitectónicos, ni el que re- lugar, el proyecto de Liria Bo es, como he señalado, el re-
presenta Rivera, ni los que ha llevado a cabo Porto, debie- sultado de varias décadas de trabajo en torno a las expre-
ra rebajarse a la categoría de regionalismo. Y no porque, siones de la cultura popular brasileira. A este respecto es
efectivamente, sus propuestas no partan de la manera más importante subrayar que su concepto de lo popular, y en
neta posible de las tradiciones y formas de vida, y comuni- general lo que en América Latina se puede llamar arte, músi-
dades históricas locales. No pueden reducirse a esta catego- ca y cultura populares, están tan lejos de los populismos
ría regionalista porque el problema que plantean respec- fascistas europeos de los años treinta como de los constitu-
tivamente, la colonización de los lenguajes históricos, la yentes industriales y comodificados de la pop culture norte-
destrucción de los tejidos urbanos y la devastación ecológi- americana. Una diferencia que se remonta a un proceso
ca de las ciudades es precisamente el más global de los pro- fallido de conversión cristiana de los pueblos colonizados,
blemas que amenazan a la humanidad del siglo XXI. En y a un incompleto proceso de racionalización industrial y
rigor, la redefinición técnica de la arquitectura a partir de posindustrial." En tercer lugar, la definición arquitectónica
los equilibrios ecológicos, y la redefinición de sus espacios a de centro cultural y museo de Lina Bo rompe asimismo con
partir de los lenguajes históricos se encuentra más cerca de la tradición clasicista que definía el museo como lugar de
las categorías universales formuladas por un Vitruvio o un trofeos, y su traducción posmoderna como arquitectura
Schinkel que de la intransigencia cartesiana de Le Corbusier computacionalmente diseñada, en cuyos espacios clínica-
o Rietveld, o la obsesión comercial del postmodern. Por eso mente asépticos se secuestra a las obras de arte bajo su
ambos arquitectos representan una alternativa al mismo dimensión espiritualmente muerta de artefacto fetichista.
tiempo formal, técnica y civilizatoria. Éste es también el El sssc-Fábrica da Pompeia parte de una voluntad inte-
significado que debe señalarse en mi tercer ejemplo. gradora de esas culturas populares, que primero han sido
El tercer y último tema que quiero mencionar aquí es la violentamente desplazadas de sus medios rurales originales
integración de la arquitectura en los tejidos urbanos, social, a la megalópolis, para ser subsiguienternente marginadas
estética y ambientalmente degradados, del Tercer Mundo. E por la industria y las burocracias culturales. Para ello dispo-
inversamente también, la integración en el interior del pro- ne de una serie de espacios intensamente significativos.
yecto arquitectónico de la inmensa riqueza pluriétnica y Para empezar, Lina Bo partió del elemento arquitectónico
multicultural que asimismo distingue a estas megaciuda- más común en las megalópolis de! Tercer y e! Primer Mun-
des. Bajo este tópico quiero considerar el conjunto arqui- dos: las ruinas industriales. En segundo lugar, transformó
tectónico más importante creado por Lina Bo: el Centro simbólicamente estos espacios de sacrificio humano y de-
Cultural sssc-Fábrica da Pompeia en Sao Paulo. solación urbana en un lugar de juego, creación y placer. For-
Intentaré señalar algunos aspectos elementales que inter- malmcntc esta transformación tiene lugar bajo una serie de
6 Ida Rodríguez Prampolini, OIga Sáenz y Elizabeth Fuentes Rojas 7 Este concepto de cultura popular fue expuesto entre otros por Oswald
(eds.), La palahra de Juan O'Gorman, UNAM, México, 1983. pp. 136 Y S., de Andrade en su Manifesto Antropojdgico, Cf: Eduardo Subirats, A penúlti-
Y 204. ma visáo do Paraiso, Studio Nobel, Sao Paulo, 2001.
134 ESCRITURA Y CIUDAD ESCRITURA Y CIUDAD 135

lenguajes arquitectónicos que conjugan ritmos y motivos del ma miseria del Chimbote de José María Arguedas, un su-
expresionismo alemán y el futurismo italiano con las tradi- burbio ilegal y abandonado, en la inhóspita e inacabable
ciones artesanales de carpintería y de construcción en la- periferia suburbana de Lima." O es una ciudad como la
drillo visto, las citas de la ingeniería industrial y variaciones Asunción que describe Roa Bastos en Yo, el Supremo, una
en tomo al galpón de la arquitectura tradicional latínoame- ciudad que se desmorona interiormente bajo el efecto del
ricana. Bajo esta polifonía de lenguajes y espacios diferen- despotismo y la violencia.
tes se concierta finalmente un diálogo entre la fiesta popular
y la cultura erudita, entre el museo como lugar de la memo-
ria y la plaza pública, entre la biblioteca y la pista deportiva.
Algo así como un Gesamtkunstwerk, pero sin ese aire acar-
tonado que le confirió la ópera de Wagner. y con una trans-
parente proyección social democrática.

Quiero terminar por donde he comenzado: la ciudad le-


trada, la ciudad racionalmente planificada, teológicamente
jerarquizada, y vigilada con arreglo a un rigor funcional y
racional. Quiero finalizar con la evolución terminal de esta
ciudad letrada. Hoy, lo queramos reconocer o no, vivimos
en una megalópolis como México o Sao Paulo que son so-
cial, ecológica y culturalmente insostenibles. Contemplamos
la extensión sin límites de zonas suburbanas de alta densi-
dad poblacional, sometidas al rigor de una infrapobreza
económica y una degradación moral planificadas global-
mente. Verdaderas anticiudades en las que el orden de la ley
significa violencia y la escritura acompaña una sostenida
regresión a formas poshumanas de vida.
El lugar privilegiado de esta otra escritura, de la escritura
de la antícíudad, ha sido la novela latinoamericana del siglo
xx. Es El señor presidente de Miguel Ángel Asturias: el relato
de una Guatemala acosada por la violencia, la corrupción y
la deshumanización. Es Comala, la ciudad de los muertos
a la que dio nombre Juan Rulfo en su novela Pedro Páramo.
Una ciudad convertida en un infierno habitado por hom-
bres y mujeres reducidos a la existencia de espectros agoni- 8 José María Arguedas, El zorro de arriba y el zorro de abajo, en J. M.
zantes. Es también la mezcla de intensidad poética y extre- Arguedas, Obras completas, Editorial Horizonte, Lima, 1983, vol. v.
VI. GLOBALIZACIÓN y LA DESTRUCCIÓN
DE MEMORIAS CULTURALES

LA VISIÓN GLOBAL de un mundo armónico, interiormente in-


tegrado a lo ancho de un diálogo horizontal entre culturas
históricas y lenguas diferentes. La redefinición de la obra de
arte como lugar de recreación de las memorias culturales y
como medio de un diálogo entre formas de vida y lenguajes,
tradiciones culturales y experiencias sociales plurales. Ex-
presiones intelectuales y artísticas de una realidad conflicti-
va. Bajo estas perspectivas quiero señalar algunas citas de
las culturas de América Latina.
La primera de ellas es la obra hermenéutica del Inca Gar-
cilaso: los Comentarios reales. Es su ejemplar esfuerzo inte-
lectual por rehabilitar las tradiciones culturales de las civili-
zaciones andinas. El humanista se debatía también con un
concepto violentamente impuesto de globalización: la cris-
tianización forzada de América, las estrategias del genoci-
dio indisolublemente ligadas a la llamada evangelización, y
un sistema etnocida de producción esclava militarmente
racionalizada. Frente a su brutalidad. la perspectiva huma-
nista de Garcilaso se abría a un reconocimiento mutuo de
las culturas americanas y europeas a través de las lenguas,
los dioses y las narraciones de la memoria oral y artística.
Este reconocimiento fue bautizado por los misioneros de
ayer como "mestizaje", y por los antropólogos de hoy como
"hibridación". Ambiguas palabras con las que a menudo se
ha querido ocultar conciliadoramente la existencia de des-
igualdades y conflictos, y paisajes humanos de dolor y destruc-
ción. Aquí mostraré más bien el significado artístico de la crí-
tica hermenéutica de Garcilaso como diálogo y rebeldía,
creación de lo nuevo y lucha por la emancipación.
La arquitectura de Diego Rivera y Una Bo Bardi o la poé-
tica de Tarsila do Amaral y Oswald de Andrade florecen en

137
138 GLOBALIZACIÓN y LA DESTRUCCIÓN GLOBALlZACIÓN y LA DESTRUCCIÓN 139

este mismo diálogo de los lenguajes y relatos del pasado, y Mundo, y una serie de mundos nuevos sucesivamente es-
los discursos autoproclamados internacionalistas, universa- cindidos a lo largo de la historia del progreso.
listas o globales de la modernidad. También para estos ar- Desde el día de su descubrimiento, y durante un largo
tistas se trataba de crear lo nuevo en un espacio cultural periodo de tiempo que quizá no se cierre hasta las visiones
configurado por los valores de la civilización tecnocientffi- apocalípticas de catástrofes naturales y sociales en el día de
ca, por una parte, y la memoria histórica de antiguas cultu- hoy, América fue concebida, en primer lugar, como aquel
ras, por otra. La obra de José María Arguedas presenta a submundo tórrido, inhospitalario y amenazador en el que
este respecto un modelo paradigmático. la geografía imaginaria del cristianismo medieval había
proyectado sus angustias existenciales ligadas a la doctrina
del pecado original, la muerte redentora de Cristo y el
1. EL MUNDO, TODO Y UNO terror de un próximo Juicio Final. Ésta fue la visión difun-
dida por los relatos de los misioneros sobre la gentilidad de
Se ha escrito muchas veces que la llegada de los explorado- los habitantes del así llamado Nuevo Mundo, sus pecados
res europeos al continente americano significó el nacimien- nefandos y sus diabólicas formas de vida. A las visiones
to del mundo en un sentido moderno. El descubrimiento cristianizadas de una geografía infernal dominada por fuer-
por Cristóbal Colón de "islas y tierra firme" más allá del zas satánicas, se añadieron posteriormente las estrategias
océano, y de gentes que "andaban desnudas" y "carecían de cristianas de su redención a través de la tortura, la esclavi-
secta" refutó la concepción apocalíptica de la historia uni- tud y la muerte. En este principio teológico de desigualdad
versal en la que se fundaba el imperialismo cristiano. La se fundaron los nuevos poderes coloniales que definían la
definición astronómica de aquella "tierra firme" como un empresa exploradora y colonizadora europea de América
continente independiente por Amerigo Vespucci puso en como evangelización.
tela de juicio la concepción "plana", esto es, finita, del mundo Fue precisamente frente a esta jerarquización y asimetría
medieval. En sus cartas y en sus crónicas Vespucci constru- del nuevo orden global, o sea, el orbe cristiano, que Garcila-
yó la nueva representación redonda de un mundo unitario y so propuso, en sus Comentarios reales, una visión moderna
global al que los humanistas y teólogos del Renacimiento del mundo como unidad, como diálogo, como armonía.
denominaron jurídicamente la totalidad del orbe, totus "Digo que a lo primero se podrá afirmar que no hay más
orbis,' que un mundo, y aunque llamamos Mundo Viejo y Mundo
Pero esta configuración de un mundo global trajo consigo, Nuevo, es ... no porque sean dos, sino todo uno", se decía ya
desde el siglo XVI hasta el día de hoy, nuevas divisiones geo- en las primeras páginas de esta obra.'
gráficas, religiosas y políticas. El globo planetario volvía a La concepción garcilasiana de esta unidad del mundo se
convertirse en un mundo segmentado con arreglo a catego- remonta a la utopía unificadora de Eros en la filosofía de
rias étnicas y teológicas, tecnológicas y militares: un mundo Jehudá Abravanel, cuyos Dialogi di amore el propio Garci-
plano y jerárquicamente fragmentado entre un autoprocla- laso tradujo al castellano. De acuerdo con el filósofo sefardí
mado Mundo Viejo, luego declarado sumariamente Primer el amor es el principio intransitivo del ser. Constituye el
fundamento ontológico de su unidad armónica. Es el alma
1 El descubrimiento del mundo como orbe, frente a la concepción insu-
lar del mundo medieval, constituye una de las tesis centrales del estudio de
Edmundo O'Gorman, La invención de América, Fondo de Cultura Econó- 2 El Inca Garcilaso de la Vega, Comentarios reales, Editorial Ayacucho,
mica, México, 1958. pp. 123 y ss. Caracas, 1976, p. 9.
140 GLOBALIZACIÓN y LA DESTRUCCIÓN GLOBALIZACIÓN y LA DESTRUCCIÓN 141

del universo. Semejante concepción se oponía diametral- una radical disparidad de perspectivas. El cumplimiento
mente al postulado del amor cristiano. Eros había sido ele- del ideal armonizador cristiano tenía por condición una
vado por la teología cristiana a héroe y protagonista de la unificación violenta del mundo bajo una palabra única y un
orgía sacrificial de La última cena, luego transformada en único logos, bajo un solo principio racional y un único
comunión sacramental de las almas redimidas bajo el po- poder igualador. Por el contrario, no había principio de uni-
der institucional de la Iglesia. Ligado a los valores trascen- ficación violenta para el Eros que los Comentarios reales
dentes del poder político de la cristiandad, este papel unifi- de Garcilaso vinculaban al mismo tiempo con la filosofía de
cador del amor cristiano sólo podía ser exterior y transitivo, Abravanel y las cosmologías incas." Desde el punto de vista
vertical y jerárquico. Las almas que abrazaba en su univer- de ambas concepciones el mundo es esencialmente armóni-
sal comunión se distinguían por una fundamental dimen- co. y lo es, precisamente, en y a través de sus diferencias y
sión de vasallaje espiritual y temporal. Eran las conciencias conflictos. Más todavía: su unidad se desprende de una
"subjectas", esto es, sujetas y subjetivizadas bajo el orden comunicación horizontal entre todas las cosas, de una afini-
político y sacramental de la Iglesia universal.' dad ontológica que, al mismo tiempo, se traduce en el valor
La doctrina providencialista y apocalíptica de la conver- cohesionante y solidario del lenguaje de los hombres, y en
sión universal liquidó este papel unificador de Eros como el consiguiente diálogo o hermenéutica universales. La glo-
aquel principio ontológico intransitivo, conservador del ser balidad del mundo todo y uno no es un postulado transiti-
y fundamento del mundo "todo uno", formulado por Garci- vo, jerárquico y exterior, que, por tanto, exija el sacrificio de
laso, al confundirlo con el de la propia Iglesia. El amor cris- las diferencias y conflictos de los mundos del mundo como
tiano se había convertido más bien en un postulado psicoló- condición de su universal implantación.
gico, el punto de partida de aquella pedagogía barroca de la Esta visión del mundo, de sus conflictos y de su armoni-
seducción, la fascinación sensual y la persuasión que distin- zación, que Garcilaso desarrolló con miras a una reforma del
guen las estrategias coloniales de propaganda y conversión, poder colonial español, entrañaba también una revisión
y su exuberancia literaria, plástica y arquitectónica. De ahi del "descubrimiento" americano. Garcilaso formuló esta
que ese amor cristiano carezca de todo valor ontológico. De revolución conceptual con llanas palabras: "aunque llama-
ahí también que presuponga al mismo tiempo la deserotiza- mos Mundo Viejo y Mundo Nuevo, es por haberse descu-
ción del amor humano, degradado físicamente y desespiri- bierto aquél nuevamente para nosotros"." Los Comentarios
tualizado hasta los extremos más sórdidos del moralismo. reales describían claramente una mirada no solamente nue-
Esta diferencia de principios entre la doctrina cristiana y va, sino radicalmente innovadora respecto incluso de los más
la concepción griega de Eros suponía, al mismo tiempo, radicales cuestionamientos del término "descubrimiento"
debidos al siglo xvr, como el de Francisco de Vitoria.s Una
3 Esta doble acepción del proceso de subjcüvación cristiana como auto-
conciencia y vasallaje se desprende, no solamente del doble valor semánti- 4 El Inca Garcilaso de la Vega, Comentarios reales, op. cit., p. 64. La moder-
ca y etimológico de la palabra "sujeto", sino también de la propia definí- na revisión de la interpretación garcilasiana de este dios escamotea el
ción del proceso de vasallaje como proceso de autogobierne democrático hecho central de que su significadu, en el complejo sistema argumentativo
por el propio Las Casas. C{. Bartolomé de Las Casas, Tratado de las doce de Garcilaso, es el de un principio metafisico o filosófico, y como tal debe
dudas, en Obras completas, Alianza, Madrid, 1988, vol. 11-2, p. 79. Asimis- analizarse en primer lugar.
mo, cf. fray Domingo de Santo Tomás, La primera gramática quichua (Cor- s Ibidem, t. 1, p. 9.
poración Editora Nacional, Quito, 1992), p. 7, donde se establece asimis- 6 Las palabras "descubrimiento" o "hallazgo" eran ilícitas para el caso
mo esta doble relación: "vencer y subjetar, .. que no fue otra cosa vencerse americano, de acuerdo con el humanista salmantino, en la medida en que
a si, y triumphar de si". las descubiertas y halladas tierras poseían, de hecho y de derecho natural y
142 GLOBALlZACTÓN y LA DESTRUCCiÓN GLOBALIZACIÓN y LA DESTRUCCIÓN 143

mirada que no es precisamente la cristianizada mirada de vanguardias históricas (un discutible concepto teleológico
los "vencidos", sino la primera mirada americana moderna que privilegia determinados momentos del arte moderno
sobre el mundo como real y posible unidad de pluralidades como constitutivos de un concepto unilateral de modernidad
y diferencias culturales a través de un diálogo horizontal e centrado en torno al desarrollo tecnoindustrial y financiero)
igualitario. definieron la abstracción artística como un nuevo lenguaje
Garcilaso formuló clara y distintamente un ideal de glo- global. Los valores formales del arte abstracto se establecie-
balidad. Su definición partía de un orbe unitario: un mundo ron programáticamente con arreglo a un modelo científico
unido bajo e! principio de una integración cultural o lin- de universalidad, a una racionalidad económica, y a la fun-
güística. Este universalismo resulta hoy tanto más actual en cionalidad de la producción industrial. Esta universalidad
un mundo como el nuestro, que ha naturalizado su radical adoptó muchas veces el carácter de una fuerza neutraliza-
fragmentación no sólo en un Primer Mundo y un Mundo dora de los conflictos y las experiencias discontinuas que
Segundo (como en la edad de la expansión colonial del atravesaron las sociedades industriales europeas al comienzo
Renacimiento), sino en tres y hasta cuatro submundos cla- de nuestra era, ya fueran las luchas sociales, ya fueran las
ramente segregados con arreglo a sus niveles de riqueza, su resistencias vernáculas y sus expresiones lingüísticas en el
acceso a la información, sus posibilidades biológicas y eco- arte, la música o la arquitectura. De Apollinaire a Mondrian,
nómicas de supervivencia, o su abandono al deterioro polí- de El Lissitzky a Le Corbusier la guerra contra lo individual y
tico, económico o militar. lo sensible, contra las expresiones culturales locales y la me-
Frente a nuestro mundo al mismo tiempo global y frag- moria histórica colectiva adquirió precisamente el sentido
mentado, comprimido y dividido, quiero recordar este con- explícito de una cruzada heroica de la modernización y de la
cepto abierto de universalidad, la universalidad de sólo un misión redentora de las vanguardias artísticas.
mundo, todo y uno, de un mundo dispar pero, a la vez, ar- En determinados contextos culturales la transformación
mónico, como el que formuló Garcilaso. Quiero recordar su de los lenguajes históricos bajo el primado de la abstrac-
significado como diálogo entre las creencias, mitos y for- ción abrazó un sentido emancipador, Las vanguardias euro-
mas de vida diferentes. Quiero recordar también su carác- peas pusieron fin al predominio de un esteticismo formalis-
ter reflexivo y creador, su persistencia no-hegemónica a lo ta, un historicismo decadente, un humanismo retórico o un
largo de las globalizaciones de Occidente y su vigencia en el ornamentalismo anacrónico. El carácter internacional de
mundo contemporáneo. los lenguajes abstractos se oponía a un tradicionalismo
estrechamente ligado a los nacionalismos que inspiraron la
primera Guerra Mundial. Fue el caso del Bauhaus, por
2. EL RETORNO DE LOS íDOLOS ejemplo. Pero, al mismo tiempo, la propia formalización
del arte abstracto y su institucionalización cerca de las
El conflicto entre normas y valores simbólicos internaciona- organizaciones políticas de nuevos poderes nacionales o
les y culturas locales e históricas atraviesa centralmente la multinacionales transformaron los valores estéticos de las
historia de! arte y la arquitectura modernas. Las llamadas vanguardias en un sistema de homologación cultural.
Recién acabada la segunda Guerra Mundial, Hitchcook y
dc gentes, legítimos dueños. Lo que significaba: la Iglesia había otorgado a Johnson formularon el llamado International Style como
España el derecho de comerciar y la obligación de cristianizar, no el de
apropiarse colonialmente, ni esclavizar, ni destruir los reinos existentes. una gramática o una sintaxis formal normativa para la con-
Francisco de Vitoria, Relectio de Indis, csrc, Madrid, 1989, pp. 85-86. figuración de un espacio cultural a escala mundial, inde-
144 GLOBALIZACIÓN y LA DESTRUCCIÓN GLOBALIZACIÓN y LA DESTRUCCIÓN 145

pendiente de las condiciones históricas, naturales o sociales a una universalidad derivada de la simple implantación
en las que fuera a implantarse. compulsiva de un lenguaje abstracto, del mismo modo que
Estas características uniformadoras del nuevo formalis- Garcilaso había puesto de manifiesto el falso universalismo
mo internacionalista se ponían de manifiesto allí donde cristiano instalado por medio de la destrucción de las altas
chocaban con culturas históricas no-occidentales V no-in- culturas de Tawantinsuyo, sus dioses y sus lenguas.
dustriales, es decir, en la "periferia" de las metrópolis indus- Una de las obras más sobresalientes del Rivera arquitec-
triales, en los países y culturas subordinadas a condiciones to, y uno de los hitos más significativos de la arquitectura
políticas coloniales o poscoloniales, o sea, en el así llamado moderna latinoamericana es el Anahuacallí. Este edificio,
Tercer Mundo. La historia, todavía no-escrita, de las críti- llamado también "La casa de las artes", fue construido en-
cas y las burlas que Le Corbusier suscitó a su paso por Amé- tre 1944 y 1957 sobre unas lomas volcánicas y en uno de los
rica Latina, y en particular en Brasil, es un ejemplo intere- paisajes naturales más fascinantes y todavía intactos, al sur
sante de esta ambigua confrontación. de la ciudad de México. Públicamente esta arquitectura se
En el horizonte de estas expresiones de resistencia quiero presentó y sigue presentándose como museo personal y ate-
destacar la aportación crítica y artística de Diego Rivera. lier de Diego Rivera. Y es, efectivamente, un museo y un
Este pintor acogió muchos elementos procedentes del cu- atelier, aunque también se trate de mucho más. El Anahua-
bismo y el expresionismo europeos, y compartió muchos calli se levanta como un verdadero templo moderno a las
momentos formales e iconográficos con el Iuturísrno y el artes, es una arquitectura sagrada que tiene algo de museo
constructivismo. La arquitectura de Rivera adoptó asimis- y lugar de las musas, y también reúne los significados del
mo las enseñanzas del funcionalismo europeo y del propio mausoleo. Se trata de un monumento único dedicado al
estilo internacional. Es decir, lingüística y formalísticamen- mismo tiempo a la memoria y a la creación artística. Es un
te hablando, Rivera pertenecía al universo estético y estilís- museo si así se quiere, pero en el sentido más profundo del
tico de las vanguardias históricas europeas y su proyección valor semántico de esta palabra: un lugar donde se rinde
cultural global. Pero, al mismo tiempo, este artista criticó culto al pasado, y una casa para la inspiración musical y la
de la manera más tajante la adopción indiscriminada e irre- creación artística.
flexiva de los lenguajes abstractos internacionales. Lo con- Quiero destacar algunas características de esta obra que
sideró expresamente como un verdadero suicidio intelec- la historiografía arquitectónica latinoamericana e interna-
tual y cultural para las culturas históricas. cional tiene perfectamente olvidada. En primer lugar, el
Rivera atacó con virulencia lo que llamaba el "espíritu de Anahuacalli tiene por función la exposición pública de una
lacayo" en las artes mexicanas, la repetición servil de los importante colección de obras de arte de las culturas meso-
modelos europeos entonces en boga y la "avalancha de falsa americanas precoloniales. Se ha reprochado incontables
arquitectura en la ciudad de México", como su última y de- veces a esta colección su carácter aleatorio y personal o,
sastrosa consecuencia. Este pintor fue uno de los primeros para ser más exacto, su carácter no-científico. En efecto, las
intelectuales latinoamericanos en cuestionar el carácter ple- preciosas piezas cerámicas que el Anahuacalli alberga no
namente disfuncional del plagio literal de modelos interna- están subordinadas a un sistema racionalizador, ni a una
cionales a un contexto social, cultural y natural radicalmen- voluntad arqueológica clasificadora o una pretensión didác-
te diferente." Rivera, en fin, denunció la falsedad inherente tica de características enciclopédicas. Por eso mismo, el
7 Rafael López Rangel. Diego Rivera y la arquitectura mexicana, Dirección lugar que acoge esos tesoros del pasado no es un espacio de
General de Publicaciones y Medios, México} t 986, pp. 108 Y ss. dimensiones abstractas, volúmenes frígidos y formas va-
146 GLOBALlZAC1ÓN y LA DESTRUCCIÓN GLOBALlZACIÓN y LA DESTRUCCIÓN 147

cías, susceptibles de esterilizar bajo un principio de forma- que predicaban los misioneros coloniales y poscoloniales.
lización aséptica y de clasificación funcional el valor expre- Lo universal más bien se genera a partir del diálogo de lo
sivo de estas obras y su significado religioso. El espacio moderno y la memoria histórica, florece de un encuentro al
interior de este museo más bien realza el carácter sagrado mismo tiempo conflictivo e incitante, es el resultado de una
de los antiguos objetos de culto que exhibe. En otras pala- hibridación entre un lenguaje internacional, y las formas y
bras, el arquitecto Rivera quiso expresamente otorgar a su ornamentos populares.
colección de estatuas votivas, cerámicas sacras y testimo- El centro sagrado de este museo es el atelier del artista.
nios de la vida de civilizaciones pasadas la posibilidad de Es un interior diáfano, con cierta atmósfera de catedral
comunicar una experiencia religiosa y artística a través gótica. Unas telas inacabadas, los caballetes, las pinturas e
de lenguajes artísticos que, en una medida mayor o menor, instrumentos del artista, cerámicas populares y otros obje-
todavía están vivos en las culturas populares de Anáhuac, el tos indeterminados delimitan un cuadrilátero sagrado de la
continente de las culturas históricas de América. creación. A través de este espacio simbólico, el pasado, los
El Anahuacalli es una arquitectura sacra dotada de los objetos de cultos antiguos, se transforman en un presente.
motivos formales de las antiguas construcciones rituales No en una realidad museal muerta. Más bien en un concep-
mexicanas. En ella Rivera trazó una síntesis original entre to cósmico de la supervivencia de la memoria, lo sagrado y
la pirámide y el templo colonial cristiano, y los espacios lo espiritual en la obra de arte.
cerrados de uso ritual en las arquitecturas clásicas de la
monarquía azteca. Asimismo introdujo los elementos del
pasadizo y los arcos mayas. Este hibridismo arquitectónico 3. DEVORAR LOS SIGNOS
se corona, a su vez, con un espacio interior plenamente
moderno: una amplia nave central en el piso superior del Deseo regresar una vez más a uno de los movimientos artís-
musco en la que se aloja el atelier dcl pintor, el lugar sagra- ticos y literarios más sobresalientes de la primera mitad del
do, el altar de la creación. siglo xx en América Latina. Me refiero específicamente al
Doble integración de espacios y funciones artísticas. Los Movimento Antropofágico, que se desarrolló en Sao Paulo y
elementos arquitectónicos y ornamentales históricos esta- Río de Janeiro a lo largo de los años veinte, y se expresó a
blecen un diálogo con un espacio moderno, y los objetos través de una colorida serie de ensayos, obras plásticas y
artísticos y rituales de las culturas antiguas de México se literarias de primera importancia, así como en manifiestos
integran simbólicamente con la creación artística de van- y artículos periodísticos. La Revista de Antropofagia, publi-
guardia. Esta síntesis de formas a la vez que de experiencias cada durante los años 1928 y 1929, fue el órgano que agluti-
constituye el elemento más innovador y ejemplar de esta nó las diversas actividades y a los artistas de este movi-
obra que Rivera realizó con una ostensible intención pro- miento.
gramática. El Anahuacalli es el réquiem de Diego Rivera. La Antropofagia ha sido considerada por la crítica más
Pero regresemos a los significados de lo universal y la academicista como un caso regional del fenómeno univer-
memoria histórica. Ciertamente, lo universal no es aquí, sal definido por las vanguardias europeas. De acuerdo con
como en los rascacielos de estilo internacional que pueblan esta prevaleciente construcción deductiva de las vanguar-
la megalópolis mexicana, una simple aplicación regional de dias internacionales, el líder del movimiento, Oswald de
un repertorio formal internacional vaciado de atributos. Ni Andrade, habría traducido al portugués e! estilo directo e
lo global cae, como quien dice, del cielo, como los símbolos iconoclasta de los manifiestos de! futurismo italiano o las
148 GLOBALlZACIÓN y LA DESTRUCCIÓN GLOBALlZACIÓN y LA DESTRUCCIÓN 149

provocaciones dadaístas berlinesas, para adaptarlos a con- libertad que eran radicalmente modernos. La desnudez indí-
tinuación a las condiciones más cálidas de los trópicos. Una gena, los diseños abstractos de la pintura corporal, los ritmos
de las distinguidas artistas del grupo, la pintora Tarsila do y significados puros de la lengua guaraní, los espacios lim-
Amaral, hizo suyo el legado formal del cubismo francés de pios de la cabaña cabocla: tales eran los elementos sobre los
Leger, aunque en lugar de arquitecturas y chimeneas indus- que había que construir una visión moderna de civilización.
triales, la pintora antropofágica pintara cocoteros y sertones. La vanguardia europea expresó fundamentalmente una
Las teorías estéticas y literarias expuestas por el movimien- angustia existencial respecto de un pasado que por una par-
to en cuestión recogían asimismo la propuesta surrealista te la ahogaba, y por otra temía perder. Nadie expresó esta
de un nuevo lenguaje espontáneo e irracional. La Antropo- dramática voluntad de liquidar violentamente el pasado
fagia, en fin, habría adoptado, por si fuera poco, la radicali- como Marinetti o Mondrian. Por el contrario, artistas como
dad política característica de los movimientos futuristas Rivera, Huidobro, Oswald de Andrade o Mario de Andrade,
europeos. Se trataba por tanto de una vanguardia local per- por citar sólo unos ejemplos, fueron al encuentro de las tra-
fectamente globalizada e integralmente civilizada. diciones antiguas, de las lenguas y símbolos populares, como
Esta perspectiva visión ciertamente es ridícula. No sólo fuentes de renovación, para crear en un diálogo ininterrum-
representa un academicismo estrecho, sino que además re- pido con ellas lo nuevo, el futuro.
cae en un inexcusable provincialismo en su afán de querer Oswald de Andrade expresó esta original orientación en
ser internacional a fuerza de ignorar una experiencia cultu- muchos de los aforismos de su Maniiesto Antropófago. "Já
ral propia. Lo que el Manifesto Antropófago de Oswald de tinhamos o comunismo. Já tinhamos a Iíngua surrealista. A
Andrade y la obra pictórica de Tarsila do Arnaral ponen idade de ouro -escribía a este respecto--. O que atropelava
de manifiesto es exactamente lo contrario de este interna- a verdade era a roupa."8 Al contrario de lo que sucede en las
cionalismo provinciano o este andorranismo globalizado. vanguardias europeas, los "antropófagos" brasileiros des-
Ambos más bien pusieron bocabajo la dialéctica de las van- cubrieron en la propia realidad histórica americana, en las
guardias europeas en uno de sus aspectos más centrales. lenguas indígenas y en las expresiones artísticas populares
Las vanguardias históricas europeas expresaban, en pri- aquel principio creador capaz de generar lo nuevo en térmi-
mer lugar, una desesperante crisis civilizatoria local, señala- nos formales y en términos de una utopía social de signo
da por la irrupción histórica de las masas proletarias, por la emancipador. La nueva modernidad artística no era un
liquidación de la ciudad tradicional, por las guerras y la vio- mundo formal trascendente y abstracto, al que sólo sc
lencia industrial. Semejante crisis no se daba en las cultu- podía llegar al precio de una radical ruptura lingüística,
ras de América Latina, ni en Asia ni en África, donde el social y política. Paradójicamente, lo nuevo era lo que esta-
industrialismo era recibido más bien como una promesa de ba dado, lo que existía desde siempre, puesto que el espíritu
riqueza social, y no como una realidad angustiante y ame- libertario, la innovación sin fronteras, la surrealidad y el
nazadora que auguraba un siglo de destrucción ambiental y mundo de sueños ya existían en América mucho antes de la
exterminio étnico. llegada de los europeos. Lo nuevo era lo viejo, al que sólo
Oswald de Andrade comprendió, como muchos otros había que desnudar, quitarle aquellas ropas que las estrate-
artistas de las "Vanguardias del Sur", que la propia realidad gias misioneras les habían impuesto como medio de des-
histórica y popular americana brindaba más bien, a través trucción de su autonomía.
de sus aspectos más cotidianos de sus hasta entonces des- e Oswald de Andrade, Obras completas, Civilizacáo Brasileira, Río de
preciados legados históricos, elementos de una prodigiosa Janeiro. 1970, vol. vt, pp. 16 Y 14.
150 GLOBALIZAC1ÓN y LA DESTRUCCIÓN GLOBALlZACIÓN y LA DESTRUCCIÓN 151

Pero la Antropofagia brasileña encerraba mucho más que


el simple rechazo de un supuesto papel colonizador que fren- 4. CULTURA POPULAR EN LA MEGALÓPOLlS
te a América Latina podían desempeñar los lenguajes de las
vanguardias europeas. No se trataba de derribar los símbo- La característica estética elemental que distingue la heren-
los ajenos, sino de utilizarlos en aras de los ídolos propios. cia de las vanguardias y el International Style en Europa y
Había que atraer, arrebatar y asimilar al invasor. Canibalizar los Estados Unidos es su formalismo frío. Su principio de
los signos no significaba homologados bajo la función ba- abstracción, las geometrías racionales, los volúmenes pu-
nalizadora del consumo. Pretendía más bien subvertir sus ros, las superficies libres de efectos táctiles, la limpieza
significados, destruir sus jerarquías, liberarlas de su carga aséptiea de los ángulos y las fachadas, todo ello configura
opresora, transfigurar su sentido nihilista en una fuerza una realidad propia: la perfección extática de una belleza
exaltante de la vida. Al fin y al cabo, ésta había sido la cues- indiferente al mundo contingente de los humanos. La ar-
tión eterna de las culturas de América frente a sus sucesivas quitectura de vidrio y acero prohibía las huellas humanas,
y diferentes ocupaciones simbólicas, desde la resistencia decía Benjamin. Las texturas metálicas, la proyección de
mística del Taqui Onkoy contra las estrategias de destruc- los planos virtuales a un espacio cósmico, las luces artifi-
ción de la memoria de la Iglesia colonial peruana hasta los ciales, las dimensiones sublimes confieren a la arquitectura
hibridismos distintivos de las culturas populares y del arte de las megalópolis financieras del Primer Mundo una apa-
latinoamericano contemporáneo. Éste era el sentido supe- riencia extraplanetaria. Los paisajes de rascacielos en los
rior, a la vez artístico y social, del programa antropofágico. centros financieros y monumentales ya no pueden dialogar
El objetivo que se desprende de las provocaciones políti- con el existente humano.
cas, el humor literario, el lirismo poético o las tesis filosóficas Por el contrario, las corrientes más innovadoras de la
desarrolladas en tomo a la mencionada Revista de Antropo- arquitectura latinoamericana han tenido que confrontar
fagia no se limitaba tampoco a la resistencia cultural o a la condiciones sociales y políticas al mismo tiempo más ad-
voluntad de crear una realidad artística nueva. Más allá de versas y más diversas. La supervivencia en América de for-
la reivindicación de una realidad cultural propia, la Antro- mas de vida no sólo preindustriales, sino también no-occi-
pofagia apuntaba hacia un proyecto civilizador original- dentales, procedentes ya sea de las civilizaciones clásicas
mente americano. Algo semejante sucede con el pensa- del propio continente, o de las migraciones de África y Asia.
miento artístico de Diego Rivera o la poética de José María Las sucesivas crisis políticas. La acumulación de miseria
Arguedas. Semejante proyecto sabía de la crisis cultural junto a las fuentes de la más quimérica riqueza. La incom-
europea señalada por el amanecer del industrialismo, pero parable complejidad y exuberancia de la naturaleza. Todo
prescindía de manera soberana de los fenómenos de deca- ello ha contribuido a otorgar a los mismos lenguajes de las
dencia y desintegración que persiguió a los artistas euro- vanguardias europeas una intensidad artística que ellas,
peos de las primeras décadas del siglo como un negro presa- muchas veces, no pudieron ni siquiera imaginar.
gio. Es lo que distingue nítidamente a la utopía oswaldiana Es esta diversidad e intensidad la que pone de manifiesto
del "Matriarcado do Pindorarna", síntesis de valores matriar- un proyecto contemporáneo: el centro cultural y de recreo
cales con la tecnología moderna, de aspectos tan centrales sasc-Fábrica da Pompeia de Lina Bo Bardi, construido
de las vanguardias europeas como el culto militarista a la entre 1977 y 1982 en la ciudad de Sao Paulo. Inicialmente
violencia y la velocidad de Marinettí, o el "canibalismo" ca- una fábrica, levantada por una elegante ingeniería indus-
tólico y fascista de Dalí. trial de ladrillo y acero a finales del siglo XiX, los trabajos de
152 GLOBALlZAC1ÓN y LA DESTRUCCIÓN GLOBALIZACIÓN y LA DESTRUCCIÓN 153

construcción de este centro no trataron, en lo fundamental, ra transfiguración simbólica y funcional. Lina transgredió
más que de restaurar y rehabilitar sus viejos pabellones. A arquitectónicamente los espacios del trabajo, los ritmos dis-
ellos se añadieron tres monumentales torres de concreto, ciplinados de la producción, transformándolos en algo que
respectivamente destinadas a gimnasios y vestuarios, y a recuerda un falanstcrio de Charles Fourier, un paisaje de ca-
depósitos de agua, así como a la creación de zonas de co- bañas indígenas. una cervecería bávara, o un galpón de
municación entre los elementos del renovado conjunto ar- samba y carnaval.
quitcctónico. Esta diversidad de lenguajes y funciones hace de esta
Estas intervenciones arquitectónicas mínimas generaron arquitectura un medio de integración de la propia diversi-
cambios y contrastes intensos. La línea serpenteante de un dad lingüística de una comunidad, y sus expresiones coti-
riachuelo, el agua, la melodía sinuosa del chapoteo que la dianas espontáneas. Cultura popular, arte popular, museo
arquitecta Lina introdujo en el viejo almacén industrial abierto, serían las categorías apropiadas para definir este
transformaron milagrosamente el viejo espacio industrial de centro ... Ciertamente, todo ello está presente. Pero no es el
trabajo y sacrificio humanos en un lugar de juego y recreo aspecto más importante que define su proyecto artístico. Lo
para niños, en una biblioteca, una sala de exposiciones ... más intenso es más bien el nuevo vínculo que esta arquitec-
Unas simples gradas convirtieron las salas de máquinas en tura establece entre cultura y ciudad bajo la interacción de
un recogido anfiteatro. El efecto de estas modificaciones es lenguajes locales, regionales e internacionales. Lo relevante
tanto más convincente cuanto más elemental. en este centro cultural es que conlempla las nuevas condi-
El resultado final es una gran diversidad y discontinuidad ciones de producción y comunicación de la megalópolis
de lenguajes, simbolismos y funciones, adaptadas a la mul- posindustrial, sin abandonar por ello aquel espiritu de la
tiplicidad de usos culturales y sociales a los que están des- utopía, del juego y la libertad que un día distinguieron tam-
tinados. Los espacios de la arquitectura industrial y las bién a las vanguardias de América Latina.
volumetrías expresionistas dialogan intensamente con lo
vernáculo y las tradiciones artesanales. La utopía industrial
del siglo XIX entra en colisión con las citas del arte negro y 5. CON NUESTROS HIMNOS ANTIGUOS Y NUEVOS ...
caboclo. La dureza del skyline metropolitano se conjuga
graciosamente, a través de los variados repertorios expre- He querido visitar a través de estos bocetos una breve pero
sionistas, brutalistas, industriales o modernistas de la ar- inquietante serie de modelos de convivencia e interacción,
quitectura, con las funciones del juego y los encuentros de conflicto y también de diálogo entre lenguajes, formas,
humanos fortuitos, con la creación artística y las manifesta- narraciones y funciones dispares. desplegados en ámbitos
ciones en general de una cultura popular a cuyo floreci- regionales y nacionales, locales e internacionales. El ejem-
miento se destina este conjunto monumental. plo de Garcilaso es plenamente contemporáneo: frente a un
"Sociológicarnente a fábrica um centro de trabalho, de
é concepto violentamente impuesto de globalización su pers-
esforcos humanos; e urna das coisas mais violentas que pectiva humanisla se abre a un reconocimiento mutuo de
existe. Eu vejo urna fábrica como algo ardendo, expelindo las culturas americanas y europeas a través de las lenguas,
charnas", comentaba la arquitecta brasileira.? La restaura- los dioses y las narraciones de la memoria. La arquitectura
ción arquitectónica introducía en este sentido una verdade- de Diego Rivera y Lina Bo Bardi, o la poética de Tarsila do
'} Eduardo Subirats. Yanguarda, Mídía, Metrópoles, Studio Nobel, Sao Amaral y Oswald de Andrade florecen en este mismo diálo-
Paulo, 1993, pp. 73 Yss. go entre los lenguajes y los relatos de la memoria, y los di s-
154 GLOBALIZACTÓN y LA DESTRUCCIÓN

cursos de la modernidad en el ámbito de la cultura tardo-


moderna. También para estos artistas se trataba de crear lo
nuevo en el espacio definido entre los valores de la civiliza-
ción científica, por un lado, y la memoria histórica de anti- VII. ARTE POPULAR Y CULTURA DIGITAL:
guas culturas, por otro. "EL ÚLTIMO ARTISTA"
Quizá no deba olvidarse, precisamente en este contexto,
la contribución del poeta, novelista y antropólogo peruano
José María Arguedas. Toda su obra está atravesada por una
original tentativa de confluencia simbólica y lingüística
entre lo quechua y lo castellano, y los significados civilizato- Nos RECIBIÓ casi desnudo. Empapado de lodo. Agitado. Lle-
rios y políticos que encierra el diálogo entre ambas concep- gaba de un valle próximo donde había encontrado una
ciones del mundo, violentamente confrontadas. fuente de agua tras varias jornadas de desesperado trabajo.
Hibridismos lingüísticos, culturales y sociales son una Muy parco en palabras. Hablaba de una tierra reseca y
vez más el concepto: en el sentido más profundo de la cons- requemada por la interminable sequía. "Tierra estragada",
trucción poética del choque civilizatorio entre la violencia decía. y en esas palabras resonaba una conciencia cósmica.
colonizadora de la razón occidental a partir de una cosmo- "Antes lo teníamos todo. Todo estaba aquí en el monte. Aho-
visión quechua. Hibridismo como transgresión sintáctica ra todo está destruido y a la tierra le cuesta trabajo crear.
del castellano, y transgresión política del orden colonial y Los hombres la han sujetado a un poder falso ... "
poscolonial. Hibridismo como expresión poética irreducti- Me impresionaron la elegancia de su figura, la textura
ble a los discursos de la dominación. enjuta y vibrante de su piel negra, la encendida energía de
Sólo quiero recordar, para finalizar este relato, un pasaje su mirada anciana y profunda. Me fascinaron sus cerámi-
del último libro de poemas de Arguedas, Katatay, publicado cas. Animales metamorfoseados, figuras imaginarias, ros-
por vez primera en 1972: tros. Se encontraban un poco por todas partes. Clavadas en
estacas, por los caminos, escondidas en hoyos profundos
Al inmenso pueblo de los señores hemos llegado; y lo estamos en la tierra, quebradas y desperdigadas en la maleza que
removiendo. Con nuestro corazón lo alcanzamos, lo penetra- rodeaba su huerta. En una choza, que era su atelier, guarda-
mos; con nuestro regocijo no extinguido, con la relampaguean- ba sus mejores piezas.
te alegJia del hombre sufriente que tiene el poder de todos los Ulisses Pereira Chaves llamaba a sus esculturas de tierra
cielos, con nuestros himnos antiguos y nuevos, lo estamos
cocida "naturaleza viva". Las concebía como materia ilumi-
envolviendo...' o
nada por una energía espiritual propia. "Ellas nos están
viendo. Lo que esculpo son sus visiones y sus voces ... " Cerá-
micas que son metáforas. Pero que, a su vez, participan del
mismo ser que simbolizan. En esa unidad de sus figuras de
barro y una naturaleza cósmica que las integra reside su
valor artístico. En esta unidad radica el diálogo de esas
cerámicas con los humanos y las cosas. En ella se funda su
realidad única e irrepetible. Su significado espiritual.
10 José Maria Arguedas, Obras completas, op. cit., t. v, p. 229. En aquel primer encuentro me llamó la atención la insis-

155
156 ARTE POPULAR Y CULTURA DIGITAL ARTE POPULAR Y CULTURA DIGITAL 157

tencia de Ulisses en el valor educativo y comunitario de su expedición, y Beth Formaggini, una documentalista dedica-
trabajo artístico. "Es necesario crear una escuela de cerá- da especialmente a ternas sociales y educativos, ambas de
mica para los niños de esta región", decía, con ademán de Río de Janeiro. María Lira Marques, una artista popular del
soñador desesperado. En su visión, este objetivo formativo mismo valle del río Jequitinhonha, se sumó también a nues-
no se restringía al aprendizaje de técnicas. El propósito tra expedición. Y, por último, yo mismo, un profesor más o
que formulaba era más bien la transmisión de las memo- menos distinguido de la Universidad de Nueva York. Nues-
rias culturales a través de una formación artística que tro objetivo final, como ya he dicho, era el misterio poético
comprendía el conocimiento de medios y materiales, pero de un pájaro azul. Buscábamos a un ceramista que habita-
también una forma específica de percepción y compren- ba en un paraje remoto y salvaje. Y que esculpía en barro
sión de la realidad. Ulisses expresaba la urgencia de recrear los espíritus que pueblan el cerrado, Un último artista en un
estas memorias en el medio de estas comunidades como penúltimo paraíso.
una condición de supervivencia. Memoria como derecho al El viaje atravesaba algunos obstáculos. La vasta región,
ser. culturalmente diversa y biológicamente rica en tiempos
En todas las aldeas que visitábamos, en sus familias de precoloniales y coloniales, había sufrido una de esas atro-
artistas, ya fueran pequeñas o grandes, sentíamos esta mis- ces sequías, prolongadas durante años, que señalan a escala
ma presencia espiritual. Una experiencia debo mencionar regional los efectos del calentamiento posindustrial global.
especialmente: la "Aldeiona Grande" que, en la Scrra do Agravado por las estrategias locales de deforestación, la
Cipó, y no lejos de la ciudad de Belo Horizonte, reúne a las plantación masiva de eucaliptos, y la consiguiente liquida-
naciones indígenas de la diáspora poscolonial brasileira, ción terminal de la fauna y las fuentes hidrográficas de la
bajo el liderazgo espiritual de Ailton Krenak. Es un modelo región. El valle del Jequitinhonha atravesaba un grave pro-
de restauración de memorias y comunidades históricas. En ceso de degradación ecológica, con hambre y epidemias
torno al canto y la danza, ya los rituales religiosos ligados a como su postrer consecuencia. Oficialmente había sido
esas expresiones artísticas milenarias se restituyen hoy los declarada zona de calamidad. Repentinas lluvias torrencia-
vínculos de la memoria que el colonialismo moderno ha les, sólo unas semanas antes de nuestra partida, se habían
destruido en un proceso que no parece tener fin.' llevado por delante vidas y caminos.
Esta visión profunda que tenía Ulisses de la obra de arte, Pero nuestro propósito era una misión imposible por
de su significado misterioso y mágico como "naturaleza diferentes razones. Íbamos pertrechados con un arsenal de
viva", y de su función recreadora de las memorias cultura- grabadoras, máquinas fotográficas y cámaras digitales. Nos
les, nos decidió a un siguiente viaje. En marzo de 2002, un disponíamos a hacer un documental sobre Ulisses, disparar
año después de nuestro primer encuentro, atravesábamos imágenes de sus piezas y digitalizar su memoria. Quería-
nuevamente las sierras de Diamantina y el valle del río mos archivar el consiguiente video en la red. Un proyecto
Jequitinhonha, en el estado brasileiro de Minas Gerais, has- académicamente intachable. Empaquetado administrativa-
ta llegar a la remota aldea minera, Caraí, en cuyo distrito mente como una operación de restauración electrónica de
vive Ulisses. Los protagonistas de esta nueva aventura eran memorias culturales en extinción. Pero sabíamos que nues-
Lélia Coelho Frotta, la antropóloga que guiaba nuestra tra empresa chocaría con imponderables.
Éramos perfectamente conscientes de que la conversión
1 Ailton Krenak, O lugar onde a terra descansa, Eco Rio. Río de Janciro, digital de memorias culturales significa la eliminación de
2000. sus dimensiones artísticas primarias. Sabíamos que sígnífi-
158 ARTE POPULAR Y CULTURA DIGITAL ARTE POPULAR Y CULTURA DIGITAL 159

caha su sustracción comunitaria. Era trasplantar un mun- vegetales y los distribuía, junto con esas tierras, en diferen-
do de experiencias, conocimientos y símbolos inextricable- tes frascos. Y repetía este ritual lo mismo que una poseída.
mente vinculados a formas de vida milenarias, al sistema de Como si su recolección, y la subsiguiente mezcla y transfor-
información electrónica y a la cultura académica que lo mación de los materiales, cerrasen alquímicamente un ciclo
sostiene. Peor aún. Planeábamos una reproducción digital cósmico.
que llevaba consigo la conversión de una cultura oral, y de Mientras la observaba, recordé mis propias rutinas de
las formas específicas de contacto humano y de relación profesor de estética en la Facultad de Arquitectura de la
con la naturaleza que entraña, a las normas epistemológi- Universidad de Sao Paulo. En aquellos seminarios había
cas de una civilización llamada a devastarlas. y sabíamos insistido en una innovación central de las vanguardias
que todo eso suponía la desactivación de su sentido espiri- artísticas del siglo xx que los contemporáneos lenguajes
tual. Ni más ni menos que el dilema de los misioneros colo- digitales han eliminado sin mayores contemplaciones. Los
niales que con una mano destruían masivamente símbolos, collages de Schwitters o los [rottages de Max Ernst pusieron
conocimientos y formas de vida milenarios, y, con la otra, de manifiesto la importancia expresiva de materiales natu-
trasladaban los restos de sus quebradas memorias a forma- rales y sus características sensibles inmediatas. Significa-
tos escriturales, para modificarlos y controlarlos bajo sus ron una revalorización espiritual de las materias y sus pro-
sistemas de representación y de poder: piedades sensibles. En el Bauhaus de Dessau, Johannes
Nuestro viaje era singular. Atravesaba sierras y valles Itten, Paul Klee y Oskar Schlemmer enfatizaron asimismo
remotos al encuentro de un personaje fabuloso. Y perseguía el carácter simbólico de las materias consideradas en su
un objetivo paradójico. Queríamos documentar una con- inmediatez táctil y textural.
cepción artística cuyas dimensiones espirituales y cogniti- Esta valoración expresiva y formal de texturas o facturas,
vas no podían reducirse al software de la industria académi- colores y densidades materiales por parte del arte abstracto
ca, ni a los valores de la cultura digital. Pretendíamos filmar moderno estaba íntimamente asociada con una restitución
lo que no podía filmarse. Para hacer las cosas más inquie- de los significados creadores y activos de una naturaleza
tantes, yo había prometido producir nuestro video para el que la civilización tecnocientífica había subordinado a una
Hemispheric Institute de la New York University. Debería categoría negativa y ontológicamente nulificada. Y que la
incluir el documental en su archivo digital de periormances civilización posindustrial ha degradado a la categoría ter-
populares de América Latina. Mil dólares. Mitad para ca- minal de desecho biológica y espiritualmente irrecuperable.
rretes de Sony, el resto para el artista. Para aquellos artistas, sin embargo, crear significaba repe-
tir y extender el propio proceso generativo de una natura-
leza activa y de la existencia humana en ella. Klee rechazó
2 la concepción epistemológicamente sancionada de la natu-
raleza como realidad objetiva, separada de un existente
A lo largo de nuestro camino, María Lira, la artista popular, humano reducido a la dimensión discursiva de un sujeto
nos detenía una y otra vez. Descendía del automóvil, des- racional tecnocientífico. La obra de arte constituía más
aparecía en la maleza, se subía por terraplenes. Luego la bien el medio de realización o de restauración de aquella
veíamos lejos, hurgando tierras, en busca de granos y textu- unidad cósmica primordial que la ciencia newtoniana
ras, escarbando las diferentes tonalidades de las arenas, hahía eliminado, pero que se ponía de manifiesto en las
removiendo arcillas. A continuación recogía pigmentos expresiones del arte llamado primitivo, del llamado arte
160 ARTE POPULAR Y CULTURA DIGITAL ARTE POPULAR Y CULTURA DIGITAL 161

popular, así como de algunas formas artísticas técnicamen- intrínsecas a las obras designadas bajo este nombre. Por el
te rotuladas como psicopáticas o infantiles. contrario, Antonin Dvorák, Igor Stravinsky o Manuel de
El antihumanismo posestructuralista ha descartado estas Falla, en la música, o Federico García Lorca, José María
dimensiones profundas de la experiencia artística como un Arguedas o Joáo Guimaraes Rosa en la literatura no cesa-
impenetrable reino de lo irracional, de oscuras raíces místi- ron de transitar por ese "territorio prohibido". Desde la abs-
cas no-occidentales, enteramente ajeno a la tradición carte- tracción cubista al teatro surrealista, y desde el land art
siana-newtoniana y al subsiguiente concepto plano de mo- hasta el pop art, las vanguardias, neovanguardias y posvan-
dernidad. En nombre de este parti pris se ha dejado de guardias del siglo xx no han cesado de replicar y reiterar, a
lado una amplia serie de expresiones artísticas y cognitivas menudo con resultados mediocres, aspectos elementales
contemporáneas no necesariamente asimilables a los valo- de! llamado arte popular; del arte catalogado como indígena
res globales del concepto tecnoeconómico y financiero de o de un supuesto arte etnológico. Las fronteras estéticas
modernidad. Los pintores asociados al grupo Die Brücke, entre lo "popular" y lo "moderno" han sido porosas, y sus
por ejemplo, no se aproximaron a la escultura africana por- significados se han mezclado en ambas direcciones: lo eru-
que formalmente se adaptara mejor al funcionalismo abs- dilo con lo popular, pero también lo popular con lo erudito.
tracto de la era de la máquina de lo que pudiera hacerlo el La música popular brasileira y sus fiestas de carnaval brin-
naturalismo académico del momento. Más bien buseaban dan extensos ejemplos de incorporación de expresiones
en esta tradición una dimensión profunda de la existeneia poéticas, plásticas y arquitectónicas de las vanguardias lite-
humana que eseapaba enteramente a los paradigmas mora- rarias.
les y estéticos del elasicismo europeo. De Gauguin a Tarsi- La clasificación y descalificación de un género específico
la do Amaralla reflexión artística sobre lo "primitivo" o lo de obras y expresiones artísticas como "populares" no se
"popular" se abría como un escape de una cultura oceiden- basa en categorías estéticas. Lo que ante todo distingue a lo
tal cuya deshumanización y autodestrucción no eesaron de popular es su lugar social de origen. Sus objetos proceden
advertir esos artistas, ni han dejado de agudizarse a lo largo de un medio social políticamente colonizado y económica-
de su desarrollo. Las dimensiones trascendentes de la obra de mente depauperado. No es preciso recordar, por otra parte,
arte africana y oriental, sus significados espirituales ligados que en nuestra galaxia democrática la infrapobreza y la
a la sexualidad, la generación y la muerte fueron los ele- marginalidad son categorías globalmente confinadas bajo
mentos que precisamente buscaban Picasso o Bruno Taut, infranqueables fronteras étnicas. El arte popular no es
Mario de Andrade o Antonin Artaud en la pintura, la arqui- blanco. Tampoco cristiano. O no es suficientemente cristia-
tectura, la literatura o las artes performáticas. En sus expe- no. Su secreta relación con una comprensión mística de la
rimentos y expresiones habitaba una misma voluntad de naturaleza, con los cultos de dioses perseguidos y con
restablecer un vínculo simbólico entre lo humano, la natu- comunidades económicamente expoliadas los asocia, desde
raleza y lo sagrado. los comienzos del colonialismo occidental, con la categoría
El uso habitual y corriente de la etiqueta "arte popular" inquisitorial, y más tarde epistemológica, de superstición.
no significa, ni mucho menos, que encierre algo así como Su nulo valor mercantil es un subsiguiente momento de su
una definición. Arte popular es más bien un hecho cultural infravaloración artística e intelectual. Por si todo eso no
que un concepto. Lo que en el mundo latinoamericano lo fuera suficiente, estas obras llamadas populares se insertan
distingue del llamado arte culto, del arte considerado eru- en economías no monetarias de subsistencia. Museográfica
dito o de! arte tout court no son características estéticas e institucionalmente no se equiparan con el arte propia-
162 ARTE POPULAR Y CULTURA DIGITAL ARTE POPULAR Y CULTURA DIGITAL 163

mente dicho. Sus artefactos se catalogan más bien como Sin embargo, daba la casualidad de que su autor pertenecía
instrumentos de cultura material en los campos cerrados de a una tribu amazónica, y en tiempos coloniales y poscolo-
la antropología y la historia natural. En certámenes artísti- niales el "indio" carece por definición de historia y de indi-
cos nacionales e internacionales las obras llamadas popula- vidualidad. Y, por consiguiente, no es reconocido como
res o bien son descartadas, o bien segregadas bajo una cate- sujeto en un sentido trascendente de la palabra. Tampoco
goría subalterna. Su diferencia culturalrnente sancionada puede ser autor. Es "l'autre", por emplear otra metáfora del
es negativa. No se les atribuye una dimensión estética pro- nominalismo racista contemporáneo. Y los "otros", por ser
piamente dicha. Tampoco se les reconoce una dimensión diferentes, no son artistas. Ni aquella obra de arte era una
subjetiva y espiritual autónoma. En el mejor de los casos se obra de arte. Aunque nadie pudiera decir qué otra cosa
arrincona el arte popular a una subcategoría de ansácraits. pudiera ser.
Con una sola excepción. Bajo una única condición ele- El episodio, sin embargo, no acabó en este punto. Tras
mental se ha levantado el estatus ontológico subalterno del fallar su sentencia, uno de los miembros del jurado, que
arte popular y se le han abierto las puertas al museo: bajo había destituido a la obra en cuestión, se la compró a su
los códigos lingüísticos, académicos y comerciales del pop autor a título privado. Ni que decir tiene que la adquirió a
arto Un incidente, del que he sido testigo, quizás esclarezca bajo precio. Pero, además, daba la casualidad de que ese
esta ambigua relación. juez era también un artista. Y no sólo era un artista, sino
El caso en cuestión tiene lugar en 1985. En el Museu de que pintaba bananas con arreglo a los códigos sancionados
Arte de Brasilia. En este marco institucional sc venía cele- del pop norteamericano. Sus obras, que se encontraban lin-
brando anualmente un premio nacional de artes plásticas. güísticamente hablando en algún lugar indeterminado
Pero en aquella ocasión el jurado había descartado una entre las latas de tomate de Andy Warhol y las cajas de Kle-
obra en particular. Era una escultura en madera policroma- enex de Tom Wesselmann, se habían vendido abundante-
da, de dimensiones medias, que representaba la figura de mente en una galería del Soho de Nueva York. Ese éxito
un animal imaginario a través de un lenguaje abstracto. Era comercial le proporcionó un nombre. Y el buen nombre
notable su composición colorística, que rompía los cánones lo había elevado al rango de juez. Y el círculo mágico se
tradicionales de la armonía heredados del impresionismo cierra.
con efectos de gran expresividad. El dinamismo espacial de Ciertamente, la definición de arte popular es oscura. Se
sus formas era otra de sus poderosas características estéti- confunde con artesanado. Es prisionero de la categoría de
cas. En suma, era una obra que llamaba la atención por su folklore. Ha sido degradado a un valor ornamental. y las
originalidad y por algo que me cautivó, aunque no sé muy complicaciones tampoco terminan aquí. Arte y cultura
bien cómo definirlo. Era una obra que contrastaba clara- populares han sido conceptos políticamente problemáticos
mente con la anodina uniformidad lingüística de los demás en el contexto de la crisis civilizatoria que la implosión del
concursantes, y, al mismo tiempo, se valía de un repertorio industrialismo significó en la Europa de comienzos del si-
formal afín a las corrientes del neoexpresionisrno europeo y glo xx. Su idealización nostálgica, a finales del siglo XIX,
americano que en aquel momento estaban en boga. estuvo fatalmente vinculada con un progreso de la sociedad
Sin embargo, había sido desclasificada y descalificada. industrial que arrasó sus memorias populares europeas y
No hace falta decir que en esas situaciones nadie explica de eliminó las formas de vida tradicionales. Fue esta nostalgia
manera abierta las razones que subyacen a esos veredictos. romántica la que condujo a los pintores impresionistas de
Se dan por inevitables, y nunca nadie sabe muy bien cómo. los pueblos campesinos de la Bretagne o el Languedoc a las
164 ARTE POPULAR Y CULTURA DIGITAL ARTE POPULAR Y CULTURA DIGITAL 165

más remotas islas oceánicas, y la que alimentó algo más aspectos fundamentales que generalmente se dejan de lado.
tarde la fascinación expresionista por las culturas orienta- Primero, su codificación como estereotipos que las élites
les y africanas. Pero esle mismo idealismo romántico se intelectuales y académicas han difundido como las identi-
precipitó también en una ontología vitalista y una filosofía dades esenci~listas de los nacionalismos decimonónicos, o
de redención nacional; y en los populismos autoritarios del como las diferencias subalternas del conservadurismo pos-
siglo xx. moderno de finales del siglo xx. Pero la historia negativa de
La distintiva proximidad del arte popular respecto de la los pop-cults se pertrecha sobre todo en los poderosos me-
naturaleza, su fusión con valores religiosos y el arraigo a un dios electrónicos e institucionales que han permitido difun-
pasado que se confundía con la noche de los tiempos ele- dir e instaurar estos estereotipos de identidad popular bajo
varon las categorías de Volkskunst o de Alma popular a la perspectiva expansionista impuesta por los fascismos
fundamento de una identidad nacional, opaca y absoluta. europeos primero, y por el neoliberalismo transnacional
Unamuno reivindicó en las postrimerías del siglo XIX una más tarde.
arcaica identidad popular hispanocristiana, naluralizada en El culto arcaico del Blut und Boden, los vínculos raciales
el paisaje. Spengler fundaba poco después la cultura popu- de la sangre y la tierra, y la idealización de identidades tri-
lar en los lazos indisolubles de la sangre y la tierra, ma- bales fundadoras de la conciencia nacional, en el sentido en
nifiestos en las fiestas populares, y en el artesanado o la que lo defendieron Spengler u Ortega y Gasset, fueron algu-
arquitectura campesinas. Vasconcelos exaltó un concepto nas de las expresiones arcaicas de esta identidad popular
biológico de lo popular representado por una raza híbrida sustancial." Pero la moderna mediación tecnológica e in-
hispanoamericana llamada a configurar un futuro cósmico dustrial que permitía implementarlas como efectivo valor
de las naciones latinas. De pronto, la cosmología inca, los absoluto y universal son tan centrales en este concepto de
atuendos tradicionales centroeuropeos de influencia orien- cultura popular como sus retóricas de sacrificio, guerra y
lal o los castillos árabes de Al-Andalus se transformaron en patriotismo. Goebbels postuló los valores de la auténtica
carburante para la manufacturación y falsificación indus- alma popular nacional precisamente en el contexto de una
triales de nuevas identidades lingüísticas, raciales y religio- discusión sobre las funciones de los nuevos medios indus-
sas nacionales, y sus consiguientes exclusiones lingüísticas triales de reproducción y comunicación audiovisual: la
y sociales. radio y el cine. La auténtica cultura de los auténticos valo-
Esla historia negativa del concepto moderno de cultura res del pueblo definía la auténtica finalidad de los medios
popular no reside, sin embargo, en las coloridas danzas técnicos de vanguardia y su inducción global... "hasta la
tirolesas, el cante jondo gitano, o en los cultos precoloniales última aldea campesina"." En el mismo sentido, los iconos
o poscoloniales a la madre tierra. La historia negativa del híbridos de la cultura comercial latina, esgrimidos durante
moderno concepto populista de cultura reside en su sustan- las décadas del postmodernism norteamericano como iluso-
tivación y su instauración como banderas de identidad ria panacea, han trazado una frágil línea divisoria entre la
nacional, como postulados de exclusión lingüística, étnica y
religiosa, y como iconos del fanatismo político. Reside en el
3 Frederik Adama van Scheltema, Die deutsche Volkskunst und ihre
esencialismo nacional estatal que lo ha atravesado, como se Beriehungen zur germanischen Vorveit, Bibliographisches Institut, Leipzig,
ha dicho ya muchas veces.? y reside, sobre todo, en dos 1938. pp. 14 Y s. José Ortega y Gasset, España invertebrada (1921), Alianza,
Madrid, 1983, pp. 94-97.
2 Jcan-Pierre Faye, Los lenguajes totalitarios, Taurus, Madrid, 1974, pp. 4 Helmut Heiber (ed.), Goebbels-Reden, Droste Verlag, Düsseldorf, 1971,
567 Y ss. vol. 1, p. 96.
166 ARTE POPULAR Y CULTURA DIGITAL ARTE POPULAR Y CULTURA DIGITAL 167

amenazada supervivencia política y social de las culturas cn la performatización de la obra de arte y de sus lenguajes
latinas de las Américas, y las estrategias del "multicultura- estereotipados (lo que comprende desde los softwares, hasta
lismo hegemónico corporativo o gubernamental"." la administración académica o mercantil de la crítica, bajo
La síntesis de un historieismo esencialista, fundamental y cualquiera de sus especialidades).
fundamentalístieamente simulador, por un lado, y los simu- El medio en el que Benjamin expuso esta crítica de la
lacros de la industria cultural, por otro, cierran un círculo banalización de la experiencia en la sociedad industrial fue
mágico. Y en el centro de este círculo se levanta el kitsch el filme.é El carácter singular e irrepetible de la interpreta-
como la forma expresiva de su falsedad histórica. Cierta- ción y de! intérprete teatrales se sustituyen en el filme por el
mente, e! concepto de kitsch es complejo. En el contexto de montage, es decir, por el aparato, en e! doble sentido de un
la pop culture y del postmodernism ha sido nuevamente legi- deus ex machina y del sistema técnico de producción de lo
timado en nombre de una doble reducción. Por una parte, real bajo el que lo definió el cine soviético de vanguardia de
se le ha contemplado formalísticamente bajo la perspectiva Eisenstein o Vertov.? Con ello la reproducción técnica anula
esteticista del montage semiótico, del hibridismo lingüístico aquella unidad intelectual y expresiva de la interpretación a
o del pastiche simbólico, y bajo el complementario princi- través de la individualidad única e irrepetible del actor que
pio populista según el cual todo lo que se consume masiva- define el significado artístico elemental del teatro. Sólo
mente es popular y, por consiguiente, democrático. Es que esta supresión técnica del aura individual de la obra de
decir, se ha legitimado el kitsch porque es la manifestación arte ha sido precisamente el punto de partida de la indus-
acabada de un design lingüístico altamente formalizado, y tria fflmica, que la recupera acto seguido como periormance
completamente vacío de referentes y de experiencia, ya se virtual de lo heroico, como ficción de lo sagrado, en fin, como
trate de los paraísos híbridos de la Coca-Cola o de los 510- aquel espectáculo global que distingue a la industria cultu-
gans fundamentalistas de la guerra contra el mal. El kitsch ral moderna y posmoderna como una "fábrica de sueños",
es la auténtica expresión estética de la cultura democrática por usar la delicada metáfora de Ilja Ehrenburg."
en la era de su deconstrucción performática como evento Pero Benjamin no sólo utilizó la comparación entre el
electrónico y como espectáculo comodificado. teatro tradicional y el moderno filme para reconstruir la
La crítica del esteticismo fascista de Walter Benjamin pobreza de la experiencia como categoría estética central
arroja una visión interesante sobre este fenómeno moderno de la cultura industrial. Esta crítica de la pobreza estética
y posmoderno. Kitsch es la representación virtual de la programáticamente ligada a los manifiestos del funcionalis-
individualidad irreducible del objeto artístico a través de mo y el Movimiento Moderno, y a la pérdida del aura de la
aquellos mismos medios de su producción y reproducción obra de arte técnicamente producida, iluminaba, al mismo
técnicas que la suprimen realmente. Este carácter ficticio y tiempo, un radical cambio político y civilizatorio. Ponía de
falso de la individualidad técnicamente performateada
revierte en dos características elementales, de acuerdo con 6 Una critica contra la producción fílmica de Hollywood y de Ufa como

esa misma crítica: la "pobreza de la experiencia" que presu- industria del entretenimiento que desarrollaron asimismo otros críticos de
la época, como Siegfried Kracauer. Siegfried Kracauer. Das Omament der
pone e induce, y e! predominio del "aparato", es decir, de las Masse, Suhrkamp Verlag, Francfort del Meno, 1977, pp. 271 Y ss.
superestructuras técnicas y organizativas que intervienen 7 Walter Benjamín, Gesammelte Schriften (R. Tiedemann y H. Schwep-
penhauser, eds.), Suhrkamp Verlag, Francfort del Meno, 1972, vol. 1-2,
5 Como ha señalado Agustín Laó Montes en "Mambo Montage. The Lati- p.492.
nization of New York City". en Agustín Laó Montes, Arlene Dávila, Mambo 8 Ilja Ehrenburg, Die Traurrr[abrlk, Malik Verlag, Berlín, 1931, pp.
Montage, Columbia University Press, Nueva York, 2001, p. 15. 220 Y ss.
168 ARTE POPULAR Y CULTURA DIGITAL ARTE POPULAR Y CULTURA DIGITAL 169

manifiesto la transformación del poder político en un fenó- tao De Mickey Mouse a Ronald McDonald, el kitsch indus-
meno estético y virtual a través de los medios técnicos de su trial se ha implantado como un nuevo realismo estético y
reproducción y difusión técnicas. Cultura industrial. racio- eje configurador de la vida cotidiana." De acuerdo con un
nalización técnica y comercial de los lenguajes y empobre- juicio ampliamente compartido en los círculos académicos
cimiento de la experiencia cerraban un círculo maldito. y a posmodernistas, las latas de tomate y el sex appeal de las
este círculo Benjamin lo definió como el fascismo moderno. bañeras del pop habían emancipado, además, a la sociedad
No tengo que recordar que este momento central yexplíci- capitalista tardía de las coerciones de una cultura superior
tarnente formulado como programático en el famoso ensa- de todos modos degradada a los derivados comerciales de
yo sobre la obra de arte en la era de su producción técnica óperas y conciertos clásicos como entertainment y relax. Es-
ha sido ampliamente escamoteado por la crítica posmoder- ta efectiva función, por así llamarlo socializadora y eman-
nista, dadas sus implicaciones conflictivas con las nuevas cipadora, la comparte ampliamente la galaxia pop con las
formas de poder totalitario que apantallaban sus sueños promesas de redención de la decadencia burguesa a través
narcisistas de paraísos electrónicos. Desde el horizonte des- del kitsch soviético y nacionalsocialista. Los iconos nacio-
pejado por la crítica estética de Benjarnin, el fascismo es un nalistas fueron otra constante en la producción cultural
nuevo sistema totalitario de dominación surgido a partir de de los totalitarismos europeos del siglo xx. Sin embargo, de
la implosión de los medios técnicos de comunicación; pero Tom Wolfe a Jasper Johns, estos símbolos patrióticos cons-
un sistema estéticamente performateado precisamente como tituyen también un motivo fundamental del pop. La "ilimi-
cultura popular, ya sea bajo los valores esencialistas de la tada distribución" de los cánones del diseño comercial se
sangre y la tierra, ya bajo los lenguajes populistas del kitsch ha elevado igualmente a coartada final de la popularidad
industrial. del pUp.IO Pero éste era precisamente el viejo dictamen
Esta crítica política del kitsch no era nueva. Schinkel o nacionalsocialista y comunista según el cual sólo sus ante-
Schiller la habían adelantado en otras palabras: como la nas de radio y sólo sus símbolos podían llegar efectivamen-
visión negativa de una futura civilización que eliminaría te hasta la última aldea campesina.
la experiencia artística en nombre de una racionalización Con todo, es preciso considerar una diferencia: la ironía
estética de la organización industrial de la existencia huma- que atraviesa a todas las manifestaciones de pop art, sin
na. Morris introdujo la misma crítica del empobrecimiento excepción, desde las máquinas de guerra de lean Tinguely a
estético de la sociedad industrial en una perspectiva socia- las representaciones de la felicidad doméstica de Richard
lista y humanista. Nietzsche vio en la fanfarria y la triviali- Hamilton, pasando por el manifiesto antiarquitectónico de
zación de la tragedia griega por parte de las últimas óperas Robert Venturi. Esa ironía le distingue ostensiblemente de la
de Wagner una anticipación de la síntesis de mal gusto y rigidez militar y la seriedad monacal de fascistas y social-
genocidios industriales llamada a distinguir la historia eu- realistas. Claro que no puede ignorarse que esa celebrada
ropea del siglo xx, y no solamente la europea, ni solamente ironía ha encubierto el absurdo de representar una caja de
la del siglo xx.
Pero no todo es sombrío en las expresiones del arte popu- 9 John Cannaday, "Pop Art Sells On and On", en David Manning White
lar de la sociedad industrial y posindustrial. Algunos as- (cd.), Pop Culture in America, Quadrangie Books, Chicago, 1968, pp. 238
pectos elementales ponen de manifiesto contrastes ilumina- v ss.
~ 10 Andreas Huvssen, After the Great Divide. Modernism, Mass Culture,
dores entre los valores del pop art y las estrategias de la Postmodernism, - Indiana Unívcrsity Prcss. Bloomington-Indianápolis,
Vulkskultur nacionalsocialista o del populismo socialrealis- 1986, p. 155.
170 ARTE POPULAR Y CULTURA DIGITAL ARTE POPULAR Y CULTURA DTGJTAL 171

detergentes como un objeto mágico o de elevar una bande- mologías hípertecnológícas O a las ontologías deconstruc-
ra nacional en acrílicos a una patética categoría de lo subli- cionistas de los simulacros mediáticos. y lo ha hecho inclu-
me. y de legitimar con ello su devastadora proliferación so allí donde rozaba las fronteras de las culturas chicanas,
como principio uniformador de las expresiones estéticas en latinas o afroamericanas, es decir, en los borderlands del
todos las malls y suburbios de un recolonizado Tercer Mun- colunialismo posindustrial. Ha sustraído las formas de vida
do. Tampoco es imprescindible olvidar que esta ironía no y las memorias ligadas a lo popular bajo recicladas catego-
ha cumplido a fin de cuentas sino el objetivo precisamente rías coloniales de mestizaje o hibridismo, cuyo denomina-
opuesto que perseguía la estética del shock de Dada. Si ésta dor común ha sido invariablemente la reducción de la expe-
intentó desmitificar los iconos y los mitos del poder con riencia estética a una sintaxis formalista y la exclusión
actos callejeros de violencia artística, el postmodern más programática de cualquier dimensión espiritual. El pop es
bien ha tratado de resacralizarlos en los salones de una cul- la transición de la cultura artística moderna, definida por
tura integralmente comodificada, entre suspiros de tedio y artistas como Picasso, Schoenberg o Guimaráes Rosa, a la
cínicas sonrisas. trivialidad electrónica de la cultura digital.
Otros aspectos distinguen asimismo al popo Su pose ico- Ninguna de estas categorías corrientes de lo popular asu-
noclasta es uno de ellos, como lo es también su eclecticismo me su carácter de legado y de supervivencia de conocimien-
estético, o su credo antiesencialista, y su espectáculo mul- tos, técnicas y formas de vida muchas veces milenarias.
ticulturalista, en fin, su gesticulación neovanguardista. El Pocas veces las aproximaciones estéticas a lo popular han
pop debe entenderse en este sentido como una renova- señalado el significado civilizatorio de su prolongado cho-
ción sui generis de la revolución estética de las vanguardias que con la expansión colonizadora de la sociedad industrial
europeas y americanas anteriores a 1945. Transformó la ré- y posindustrial. No se insiste suficientemente en el papel
volution surréaliste en la retórica del espectáculo (Andy central que las diferentes expresiones de lo pupular ha des-
Warhol), redujo el anarquismo estético de los dadaístas empeñado en la crítica de la modernidad, por parte de artis-
berlineses a una técnica de reclamo comercial (Roy Lich- tas e intelectuales tan distantes entre sí, peru tan centrales
tenstein), remplazó la experimentación formal de las van- en el pensamiento moderno como pueden ser Ernst Bloch y
guardias históricas europeas por un bazar de lenguajes Mario de Andrade, pasando por una infinidad de pintores
mediáticos reciclados (Robert Rauschenberg), y trocó la de los tres continentes, por la música de vanguardia, o la
crítica revolucionaria del arte cuma reino separado de teoría critica de la civilización industrial.
la belleza en un cultu de lo "folksy" y lo trivial, bajo el prin- Muchos deben ser los caminos que permitan replantear
cipio realista del consumo, y su trascendencia espiritual la autonomía cultural y política de estas culturas populares,
bajo la unidad acabada del fetichismo mercantil y porno- y rescatar sus significados tanto estéticos como comunita-
gráfico (Tom Wesselmann, Eduardu Pauluzzi, Allen Jones, rios. Uno de ellos, en el que quiero detenerme brevemente,
etcétera);'! lo señalan las filosofías hermenéuticas de la Ilustración, y
El pop ha elevado un concepto de lo pupular al mismu de una manera particular algunos motivos de la filosofía de
tiempo despojado de sus memorias y de sus formas de vida, la cultura de Johann Gottfried Herder o de Giambattista
y lo ha vaciado de aquellas dimensiones profundas de la Vico.
experiencia artística no reducibles a las modernas episte- Vico descubrió que las fábulas y los mitos se encontraban
11 Mat-shall W. Fishwick, Popular Culture. Cavespace lo Cyberspace, The
en los orígenes históricos de lo que las filosofías de la Ilus-
Haworth Press, Nueva York-Londres-Oxford, 1999, pp. 247-249. tración entendieron por civilización. Y puso de manifiesto
172 ARTE POPULAR Y CULTURA DIGITAL ARTE POPULAR Y CULTURA DIGITAL 173

que sólo a partir de estas tradiciones antiguas, que se expresión y de pensamiento radicadas en la Grecia antigua
confundían con las memorias y conocimientos poéticos o en el Al-Andalus medieval que los pueblos bárbaros de
precisamente, podía comprenderse histórica o hermenéuti- Europa evolucionaron hacia las formas de civilización ar-
camente a nuestra propia cultura moderna. Uno de los tística y filosófica de! Renacimiento.
motivos centrales de la argumentación de Vico posee, ade- Esta valoración de las tradiciones culturales, que e! racio-
más, un interés inmediato en el contexto de nuestra discu- nalismo ilustrado primero y e! positivismo más tarde de-
sión en tomo a la estética de lo popular. Se trata de su teo- secharon como insignificantes, no debe comprenderse en
ría de la metáfora. Al contrario de la retórica escolástica modo alguno desde el perspectivismo evolucionista o pro-
que definía formalísticamente la metáfora a partir de una gresista que esta misma tradición racionalista y tecnocien-
estructura lógica del lenguaje, Vico recordaba su origen en tífica heredó del providencialismo apocalíptico cristiano.
la "naturaleza simpatética" inherente a los saberes mitoló- La revelación de las culturas, los cultos y los conocimientos
gicos antiguos. La metáfora, considerada como la forma de la humanidad antigua por Vico estaba atravesada por
más elemental de la expresión artística, ponía de manifies- una vehemente crítica de esta construcción lineal del tiempo
to, en primer lugar, el origen mimético del lenguaje como histórico. Y Herder llamó expresamente a la idea de progre-
expresión de una relación animada del humano con las so de la humanidad un engaño. Al contrario de los enciclo-
cosas.'? pedistas franceses, llamaba perfección humana y cultural al
Herder escribió bajo una perspectiva similar. Las memo- cumplimiento no de un orden temporal virtual, resultado
rias de las culturas antiguas, sus leyendas y conocimientos, de la progresiva domesticación de la naturaleza humana,
"se han recogido voluntariamente a lo largo de! tiempo en sino de lo que un individuo humano o una cultura debían y
las poesías de pastores, campesinos y pescadores, es decir; podían ser por sí mismos, de acuerdo con un radical princi-
en aquellas sociedades en las que la naturaleza inocente pio de autonomía de las culturas diferentes v sus medios de
podía reinar sin necesidad de un arte político't.P Esta expresión y reproducción. 14
"naturaleza inocente" (un sugerente concepto cuando se le Este reconocimiento de la pluralidad de culturas como
considera desde la perspectiva contemporánea de la des- formas de vida históricas existentes por derecho propio no
trucción terminal del ecosistema planetario) es el mundo es equiparable tampoco al concepto ilustrado de tolerancia.
animado de los mitos antiguos y las leyendas orales. Y el Desde e! colonialismo europeo del siglo XVIII, el principio
valor de la filosofía de la cultura de Herder reside no sola- jurídico de tolerancia ha significado la igualación de todas
mente en el reconocimiento de estas formas de conocimien- las culturas a un mismo patrón racionalista como condi-
to de la naturaleza y de la existencia humana, sino también ción de supervivencia de sus miembros, reducidos a la cate-
en mostrar que constituían los fundamentos poéticos en los goría abstracta de sujetos lógicos e individuos económicos.
que se asentaban las culturas europeas. A partir de sus lega- Tampoco significa un multiculturalismo abierto a las dife-
dos se había originado la gaya ciencia de los griegos y los rencias entre las civilizaciones históricas a condición de
árabes, según describe en sus Brie{e zur Beforderung der reducirlas a sistemas lingüísticos, iconos y textos, y, al mis-
Humanitüt. Y fue a partir de estas formas sofisticadas de mo tiempo, cerrado a las condiciones ecológicas, a las for-
mas de vida y las formas materiales de producción sub-
12 The New Science of Giambattista Vico, Cornell University Press, Ithaca- yacentes a estas diferencias simbólicas. El concepto de
Londres, 1984, p. 118.
B Johann Gottfried Herder, Brieíe zur Beíorderung der Humanitat Deuts-
cher K1assikcr Vcrlag. Francfort del Meno, 1992, p. 242. ' 14 Ibídem; pp. 123 Y s.
174 ARTE POPULAR Y CULTURA DIGITAL ARTE POPULAR Y CULTURA DIGITAL 175

cultura de Herder comprende, por el contrario, las memo- Según el testimonio de Lélia, que a lo largo de unos 25
rias de los pueblos y sus expresiones artísticas como un años ha asistido a sus cuitas y las de su familia, y ha catalo-
momento indisoluble de sus formas de vida y de su supervi- gado y promocionado su trabajo artístico, Ulisses había
vencia. Es importante recordar que tanto Herder como Vico sido víctima durante casi un año de esas misiones evange-
comprendieron la fundamental interacción entre la memo- listas corporativamente sponsorizadas con el propósito de
ria cultural y la constitución del ser histórico de los pue- fragmentar religiosamente las comunidades africanas e
blos. Ambos construyeron un concepto de cultura que no se indígenas de América Latina, y facilitar su colonización por
deja reducir a una estructura formal de representaciones los valores éticos del capitalismo global. "No me harían esas
segregadas de la comunidad humana, de sus prácticas polí- preguntas si creyesen en Dios", repitió para nuestra conster-
ticas, o dc sus medios de producción y supervivencia. Es nación. Sin embargo, no sentíamos que ese nombre de dios
una comprensión cultural o civilizatoria que integra los se invocara como una instancia dogmática y punitiva, o
aspectos productivos y reproductivos de la vida cotidiana, como un principio autoritario y excluyente de identidad
con los cultos religiosos y los lenguajes metafóricos, y une ligado a cualquier clase de privilegio metafísico o social. El
los conocimientos técnicos y productivos con los valores dios de Ulisses parecía estar más cerca de la sustancia de
expresivos, como un todo integrado e indisoluble. Y que en Spinoza que del "Único y Verdadero" de los catecismos
esta misma medida permite insertar la creación artística de propaganda cristiana. Dios como el ser que subyace y
como elemento central e inseparable de los saberes, técni- sostiene a los existentes, ya sean humanos, animales o
cas y formas de vida de una comunidad histórica determi- cosas, bajo la indisoluble unidad de lo sagrado, cuya expre-
nada.'> sión más auténtica es precisamente la obra de arte.

3 Si creyeran en Dios -nos acabó exhortando Ulisses- no esta-


rían aquí ustedes, preguntándome si pueden O no pueden re-
En algún momento nuestro viaje llegó a su destino. Ulisses producir estas piezas O mis palabras. Si realmente creyeran, irían
nos recibió solemnemente. Nos ofreció su casa. Respon- mato adentro, y escucharían a los árboles, a los sapos y a las
dió a nuestras preguntas. Mostró sus cerámicas. Pero al in- piedras, y les hablarían, como yo les hablo. Y aprenderían a
escuchar a estas figuras vivas quc yo hago con el barro y con
quirir sobre su proceso creador nos espetó brutalmente: mis manos.
"[Ustedes no creen en Dios!"
de las obras literarias pioneras de la modernidad latinoamericana: Macu-
15 Esta ampliación del concepto de cultura, esta apertura de la monolí- naima, de Mario de Andrade. El propio Mario de Andrade llevó a cabo una
tica racionalidad tecnocientífica ha sido asimismo un objetivo formulado serie de trabajos de campo sobre la música popular brasíleira. Más recien-
por la antropología clásica. Y no en último lugar por la literatura del siglo temente, Berta G. Ribeiro ha dedicado una obra teórica en torno a las defi-
xx. Sin salir de los límites de Brasil puede citarse a este respecto una serie niciones de arte indígena y popular. [Berta G. Ribciro, Arle Indígena. Lin-
de investigaciones y ensayos. Dos de ellos se deben nada menos que a los guagem visual. Indígenous art, Visual Language, Editora da Universidade
fundadores de la antropología brasileira: Curt Nimuendajú Unkel y Theo- de Sao Paulo. Sao Paulo, 1989.] Y no pueden dejarse de lado las investiga-
dar Koch-Grünberg, [Curt Nimuendajú, As Zendas da cria¡:ao de destruicao ciones hechas por José Guimaráes Rosa o Darcv Ribefro, en un tenitorio
do Mundo como fundamentos da religiáo dos Apapocúva-Guarani, Editora lindante entre la literatura y la antropología. porque estas obras precisa-
Hucitee, Sao Paulo, t987. Theodor Koch-Grünberg, 2wei Iahre unta den mente muestran la posibilidad abierta de integrar la restauración filológica
lndianern. Reisen in Nordwest-Brasilien 1903/1905 (Graz: Akademische de leyendas, expresiones artísticas y formas tradicionales de conocimiento
Druck-u. Verlagsanstalt, 1967)]. Este último trabajó en el terreno de las en un mundo moderno, como un medio de corregir su rumbo torcido de
artes visuales ele las naciones amazónicas y recopiló una amplia serie expolio y destrucción humana. [Augusto Roa Bastos. Las culturas condena-
de narraciones orales que precisamente fueron el punto de partida de una das, Siglo XXI Editores, México, 1978.]
176 ARTE POPl:LAR y CULTURA DIGITAL ARTE POPULAR Y CULTURA DIGITAL 177

y en dos palabras resumió el proceso creador de la obra periencia religiosa. "Son palabras invisibles", decía Ulisses de
de arte como el acto que cerraba la creación divina de! uni- sus esculturas. Su reiterada insistencia en lo secreto, lo inma-
verso en la unidad armoniosa de un cosmos. terial y lo invisible tiene que verse como alusiones a una
Ulisses nos mostró una escultura que constaba de tres experiencia contemplativa que bordeaba la visión mística.
patas de mamífero, e! tronco y la cabeza de una rana, y Se podría decir que sus figuras de barro son ídolos. Pero a
otras dos cabezas, de pájaro y de serpiente respectivamente, condición de devolver a esta palabra los significados que pri-
que emergían de su espalda. "Es la metamorfosis", aclaró. mero le incautaron los tribunales de la Inquisición, y que e!
En efecto, un híbrido, la mitad pájaro o reptil, y la otra positivismo científico vetó algo más tarde. Sus figuras son
mitad un vegetal. Era un imaginario animal proteico con ídolos porque su significado no reside en su forma inmedia-
rostros antropomórficos. "Están vivas y hablan" -añadió, tamente perceptible por los sentidos, ni tampoco en su
aludiendo a las múltiples cabezas-o "Sus voces son las de estructura lingüística o en su realidad performática, como
los animales y las plantas que me hablan, y el recuerdo que pretendía Platón en su mito ilustrado de la caverna idolátri-
tengo de esas voces en mis sueños." ca y en su teoría del eidolon. Y como e! nominalismo mediá-
En las palabras de Ulisses la forma de estas esculturas tico del espectáculo y el consumo posmodemos asumen sin
está animada por una vida espiritual propia. Pero esta per- mayores sutilezas. El valor artístico de estas figuras sc
cepción animista de la obra artística no debe considerarse encuentra del otro lado de! formalismo esteticista y del
ni como una proyección subjetiva, en el sentido en que lo nominalismo lingüístico inherente a nuestra civilización
imaginaba la psicología positivista, ni tampoco se reduce a mediática. Ulisses decía que sus esculturas hablaban. Su sig-
las categorías de dinamismo espacial y transformación for- nificado profundo no reside en su aspecto visible, sino en sus
mal de lo que constituye la expresión popular por antono- voces. Y las voces que pronuncian los seres que no hablan
masia de la industria cultural moderna: los animated car- nunca pueden ser solamente sonidos. Constituyen una ima-
toons de Disney. Representación sobrenatural tampoco es gen intelectual y en las tradiciones de la mística oriental se
un concepto apropiado. Ulisses no parte de una naturaleza les ha definido con una serie de metáforas que aluden a lo
objetivada con arreglo a las categorías mecánicas de la físi- trascendente. Se remontan a una intensidad espiritual y
ca newtoniana, y por consiguiente es completamente ajeno emocional secreta. Pertenecen a la esfera de lo sagrado.
a la concepción complementaria de una naturaleza segrega- A propósito de la abstracción formal de las esculturas del
da como realidad trascendente. Sus esculturas deben com- arte tradicional africano, el poeta y crítico expresionista Carl
prenderse más bien como expresiones de aquella "fuerza" al Einstein formulaba en 1915: "lo que aparece como abstrac-
mismo tiempo física y espiritual que las filosofías tecno- ción es naturaleza inmediatamente dada"; es "el más intenso
científicas recusaron de la experiencia cognitiva a partir de realismo". Sólo para añadir, a renglón seguido, que esta abs-
la teoría del conocimiento de Bacon y de la física mecánica tracción realista o el realismo abstracto de este arte llamado
de Newton. Son expresiones de aquel principio energético y primitivo no procuraba en ningún momento un efecto plásti-
misterioso que constituyen el centro de la experiencia cha- co, mucho menos una dimensión representativa o performá-
mánica de lo real, de los rituales religiosos antiguos y de la tica. Su eficacia emocional y existencial residía en una per-
contemplación estética en un sentido riguroso. Por otra par- cepción intuitiva, espiritual e interior. Por eso Einstein
te, esta comprensión animada de la realidad remite a la recordaba: "los ídolos solían adorarse en la oscuridad" .16
estructura de una experiencia profunda que envuelve al mis-
re Carl Einstein, Negerplasstik, Kurt Wolff Verlag, Munich, 1920, pp.
mo tiempo los extremos de la observación objetiva y la ex- 12 Y s.
178 ARTE POPULAR Y CULTURA DIGITAL ARTE POPULAR Y CULTlJRA DIGITAL 179

Esos ídolos no son representaciones "separadas" de una A pesar de su realismo, la figura de aquel apocalipsis era
naturaleza "mágica". No son construcciones de una reali- abstracta. Yeso es también lo que quería decir Einstein
dad lingüística autónoma. No son iconos. Su materia y su for- sobre el arte africano y su centralidad en la estética de los
ma son en sí mismos el medio de una experiencia profunda expresionismos europeos modernos. Sus rasgos más sen-
de la vida y la muerte, de los ciclos cósmicos y la experien- suales y tangibles, como puede ser el erotismo de las formas
cia de lo sagrado. Su fuerza expresiva no es una dimensión o la vibrante rugosidad de las texturas, son, al mismo tiem-
añadida a su realidad material tangible. Es inmediata. Se po, abstractos porque transmiten una intensidad emocional
siente y se palpa como algo anterior en el orden temporal y y espiritual inmediatas y, por tanto, puras. O por decirlo
de la experiencia a la constitución discursiva de la represen- más exactamente, son expresiones no mediadas por una
tación. Eso lo entendieron precisamente artistas modernos función performática. Por eso son ídolos. Porque son obje-
como Kandinsky y Schoenberg, para quienes la tonalidad tos dotados de una fuerza por definición invisible.
colorística poseía en su materialidad artesanalmente crea- En sus ritos de iniciación, los chamanes tienen que
da una dimensión espiritual propia que el nuevo arte debía aprender el lenguaje de los animales. El "descenso de los
rescatar. Y lo comprendieron artistas como Itten o Dubuf- espíritus" tiene lugar precisamente como un canto en públi-
fet, que en la inmediata materialidad de los colores y tex- co en el cual el futuro charnán emite los aullidos o rugidos,
turas descubrieron el medio de una intensidad cognitiva gemidos y bufidos de diferentes animales, para consterna-
y expresiva que desconocían las corrientes naturalistas ción de la audiencia. Este lenguaje sagrado de los animales
e impresionistas que les precedieron. En esa unidad de posee además un carácter oracular.!? Por lo demás, las le-
los elementos materiales más simples y en sus dimensiones yendas de animales que hablan como humanos y de huma-
expresivas y espirituales reposa precisamente el concepto nos metamorfoseados que se expresan en el lenguaje de los
moderno de abstracción. Una abstracción que no se reduce animales se reiteran profusamente en la literatura oral y en
a una fórmula matemática. Más bien un concepto de abs- las tradiciones populares de América Latina. El artista brasi-
tracción que, para el artista chamánico lo mismo que para leiro Joel Borges es el autor de un espléndido libro de gra-
la estética del expresionismo del siglo xx, no se opone a la bados y poemas cuyo título refiere a esa edad de oro: No
realidad más concreta de nuestra experiencia cotidiana de tempo em que os animais [alavam, según la relatan las
las cosas, sino a su trivialización esteticista, que el siglo XIX leyendas populares de la región del Seará. El pintor Fran-
celebraba bajo el academicismo naturalista y en las últimas cisco Toledo ha representado este mismo intercambio entre
décadas del siglo xx se ha aplaudido en nombre del hiperrea- una naturaleza animista y una humanidad espiritualizada,
lismo digital. en una serie de grabados e ilustraciones de cuentos tradi-
Ulisses nos mostró en cierto momento una cabeza antro- cionales zapotecas. Otros muchos ejemplos pueden citarse
pomórfica. Dijo que era el apocalipsis porque en sueños en este sentido.
veía este rostro cuando pensaba en el fin del mundo. Me lla- En nuestra última visita, Ulisses nos mostró una pieza de
mó la atención la semejanza de esa pieza con algunas más- porte impresionante. Constaba de un brazo alargado que
caras africanas que guardaba en mi memoria. Ciertamente, describía una forma oval sobre una base esférica, y en
los materiales eran diferentes, y también lo eran los lengua- cuyas extremidades afloraba una serie de cabecitas antro-
jes. Pero las esculturas de Ulisses respondían a una misma pomórficas. Iconográficamente era una variación del moti-
pureza de medios, a una intensidad formal similar, a idénti- 17 Mírcea Eliade, Shamanism. Archaic Techniques al" Ecstasy, Princcton
co rigor compositivo, y a la misma concentración expresiva. University Press, Princclon, 1951, pp. 98-99.
180 ARTE POPULAR Y CULTURA DIGITAL ARTE POPULAR Y CULTURA DIGITAL 181

vo del árbol de la vida, un motivo que se repite profusamen- una comunidad programática de principios filosóficos o
te en las culLuras antiguas y populares de América Latina cosmológicos.
hasta el día de hoy. Lélia me sugirió los vestigios rituales de Un breve paréntesis sobre la experiencia mimética quizá
las culturas africanas o más específicamente la leyenda del pueda acercarnos de una manera más precisa a esta dimen-
árbol sagrado Iroco, considerado como un orixá en los cuI- sión "viva" e "invisible" que las esculLuras de Ulisses preten-
tos afrobrasileiros, y que posee poderes mágicos y propicia den. Mimesis se confunde con la categoría de imitación. Se
deseos, pero que, contrariado, puede causar grandes daños le ha definido como reproducción naturalista de la natura-
a los humanos.!" La base de esta escultura tenía forma leza o de lo real. Entre los errores que rodean las definicio-
de calabaza, que en la tradicíón indigena es el receptáculo de nes modernas de la experiencia mimética el más común
lo sagrado. De esta base se desprendía una rama arqueada, consiste precisamente en subordinarla a un concepto de
y de ella, las cabecitas o máscaras antropomórficas. "¿No objetividad que en realidad es constitutivo de la física new-
oyen sus voces? ¿Y qué les están diciendo?", nos pregunta- toniana y la epistemología kantiana, pero no del "realismo"
ba Ulisses. artístico en un sentido suficientemente amplio de la palabra
Con estas observaciones no pretendo defender un vitalis- como para comprender la escultura japonesa del periodo
mo estético o un misticismo sui generis . Entre otras cosas Heian o la pintura del Renacimiento italiano. Sin embargo,
porque el vitalismo y el misticismo han sido ampliamente es bajo este principio de objetividad naturalista y mecánica
estereotipados en las culturas mediáticas del siglo xx como que Apollinaire, y la crítica cubista y poscubista con él, con-
complemento a los procesos de racionalización industrial y denaron programáticamentc la "mimesis". Más aún. Gran
banalización comunicativa, y al empobrecimiento senso- parte del racionalismo estético identificado con el movi-
rial, intelectual y espiritual que 10 acompaña. No trato tam- miento moderno, el funcionalismo y el constructivismo del
poco de aproximarme nostálgicamente a un último artista siglo xx arranca precisamente de esta interpretación acar-
de la selva para radicalizar todavía más la viciosa construc- tonada de la mimesis como reproducción naturalista.
ción académica de lo popular como alteridad imaginaria a La experiencia mimética no puede definirse como una
las orgías de cinismo burocrático que define institucional- copia, una duplicación o una simple imitación de la natura-
mente la producción artística clasificada como posmoder- leza. Mimesis no significa una reproducción intelectual,
na. Lo que me parece importante es señalar una forma manual o técnica de lo real. Y no puede serlo porque histó-
específica y profunda de la experiencia artística. Y de hacer- rica y cognitivamente la palabra mimesis designa una expe-
lo a través de una obra que no es ni más ni menos popular riencia anterior a la constitución de esta naturaleza como
de lo que pudo ser Juan Gris o Kathe Kollwitz. Además, me realidad objetiva y por tanto separada de nuestra propia
parece importante llamar la atención sobre los nexos entre existencia. La experiencia mimética se remonta necesaria-
un arte como el que realiza Ulisses y determinados arListas mente a una relación con la "naturaleza" anterior a la sepa-
y corrientes modernos marginados por las predominantes ración discursiva entre sujeto y objeto; y anterior al desen-
epistémes tecnocéntricas, así como por los populismos cantamiento de la "naturaleza", primero bajo los auspicios
comerciales de las neovanguardias y posvanguardias del de la filosofía agustiniana de la culpa, y más tarde bajo la
siglo xx. No subrayo estos puntos de encuentro a título de construcción mecanicista del universo newtoníano.
coincidencias coyunturales. Más bien los considero como Una definición de esta mimesis la debemos a la teoría del
18 Reginaldo Prandi, Mitologia das Orixás, Companhia Das Letras. Sao
lenguaje humano en el paraíso, de Walter Benjamín. La filo-
Paulo, 2001, pp. 164 Yss. sofía de la experiencia artística de la naturaleza de Dewey
182 ARTE POPULAR Y CULTURA DIGITAL ARTE POPLLAR y CULTURA DlGlTAL 183

aborda la mimesis bajo una dimensión semejante."? Los en el sentido del idealismo trascendental. No presupone la
ensayos de Paul Klee ofrecen una explicación de los cami- actividad constituyente ex nihilo de un demiurgo, genio crea-
nos de percepción de la naturaleza bajo esta misma orienta- dor, o sujeto artístico o intelectual equipado con poderes
ción. Pero es la Farbenlehre de Goethe la que arroja una constituyentes más o menos absolutos, en el sentido en que
construcción epistemológica más sistemática y más amplia lo ha concebido el arte moderno de El Líssitzky a André
para la comprensión de esta experiencia mimética. Quiero Breton. Por el contrario, Ibn 'Arabi concebía el mundo físico
subrayar solamente un aspecto muy elemental: la compren- como una realidad dinámica animada por un principio
sión del sujeto de la percepción, el acto de percibir y su espiritual autónomo. Su teoría de la creación partía de un
objeto, es decir, la luz y el color, como tres momentos diná- artista que no estaba tallado bajo el patrón del demiurgo
micos de un proceso interactivo, no como instancias lógica, cristiano-platónico, es decir, bajo el principio originario quc
epistemológica y físicamente separadas del proceso consti- manipula lo real bajo su poder divino, artístico o lógico. En
tuyente del conocimiento objetivo. "El ojo tiene que agrade- la concepción filosófica de Ibn 'Arabí este artista asumía
cer su existencia a la luz. A partir de indiferenciados órga- más bien el papel "pasivo" de la contemplación del ser que
nos auxiliares animales la luz ha generado un órgano se revela en las cosas. Y el acto creador significaba para él
propio que no tiene otro igual. .. "20 Los colores son para el una experiencia contemplativa en la que se manifiesta la
ojo, porque el ojo humano se ha desarrollado en el medio posibilidad del ser inherente a lo existente. Esta experiencia
de la luz y del color, y este enunciado de Goethe pone de revelatoria se encuentra cerca de una nada originaria, pero
manifiesto que la percepción más simple del mundo que entendida en un sentido afirmativo como reconocimiento
nos rodea, que es un mundo de luces y colores, entraña de la posibilidad invisible y oculta de este ser de las cosas. 21
necesariamente una comunidad ontológica de todos los El enunciado de Klee según el cual el arte no representa
seres. Mimesis es la experiencia humana de lo existente en lo visible sino que hace visible la realidad invisible y pro-
el medio de esta unidad ontológica que comprende a am- funda del ser se encuentra muy cerca de esta concepción
bos. Pero expresa también la dimensión espiritual que atra- mística." En las artes performáticas de Japón la mimesis
viesa esta continuidad ontológica. (modoki) se considera en un sentido afín como compren·
En esta sumaria revisión conceptual deseo mencionar a sión hermenéutica del origen, y se relaciona con las funcio-
una de las cumbres de la cultura europea: la obra de Ibn nes del intérprete y del demón.s- También esta categoría se
'Arabi. De hecho, la explicación más precisa de una cxpe- acerca más a la comprensión de la experiencia creadora por
riencia creadora como la que nos relató Ulisses sólo la he Ulisses que los conceptos modernos de imitación como
podido encontrar en la obra de este filósofo y místico. Tra- reproducción fotográfica o digital de lo real.
taré de resumirla brevemente. Para Ibn 'Arabi, la creación El barro es el material que Ulisses utiliza en sus escultu-
artística itakwin} es una experiencia en la que se manifiesta ras. Pero este barro es la misma tierra que le da sustento.
una dimensión arquetípica del ser. Sin embargo, esta expe- "Utilizar" no es la palabra adecuada, puesto que esa tierra
riencia arquetípica no es una construcción lógica originaria no es un útil. No es un instrumento. Es tierra fértil. Es el
21 Toshihiko lzutsu, Sufismo y taoísmo, Siruela, Madrid, 1993, vol. 1, pp,
iv Walter Benjamín, Gesammelte Schriften, op. cit., vol. 2.1, pp. 145 Y ss. 226 Y s.
John Dewey, Experience and Ncüure, Dover Publications, Nueva York, 22 Paul K!ee, Schrijten, Rezensionen und Auisatze, DuMont Buchverlag,
1958, p. 82. Colonia, 1976, p. 118.
20 Goothcs ruuurwissenschaitliche schriiten, Rudolf Steiner (ed.), 11. 2J Michele Marra, Modern Japanese Aesthetics, Universiry of Hawaíi
Beohlau, Weimar, 1890-1904, vol. 1, p. XXXI. Press, Honolulu, 1999, p. 254.
184 ARTE POPULAR Y CULTURA DIGITAL ARTE POPULAR Y CULTURA DIGITAL 185

fundamento material de su ser. Es el principio inherente a la experiencia que Ulisses nos transmitía directa e indirec-
todos los seres, animales o vegetales, que le rodean. En su tamente a lo largo de nuestras sucesivas entrevistas. Con
obra el artista revela una parte de las potencialidades de esa ellas trato de establecer un marco para un posible diálogo
tierra. Por eso el proceso formal que cristaliza en el objeto con su obra a partir de las concepciones artísticas más sen-
artístico no puede desprenderse de una "naturaleza" externa sibles de los siglos XIX y XX, Y de nuestra propia condición
y mucho menos oponerse a ella. Por eso el proceso creador de sujetos perdidos en el horizonte de una irrevocable crisis
que encierra esta experiencia artística no puede asumir un civilizatoria. Quiero llamar la atención sobre una dimen-
concepto objetivo de lo real. Por eso el concepto estético de sión profunda de esta experiencia artística confinada en el
representación no se aplica a este proceso creador. y por eso campo de lo "popular". y quiero poner de manifiesto su
tampoco se aplican las categorías interinas de realismo o valor comunitario en un sentido diametralmente opuesto al
abstracción. La creación de la obra de arte es más bien una que le ha atribuido el logocentrismo colonial, tanto en sus
extensión del propio ciclo de creación de la tierra, la materia formas teocráticas de ayer como en sus expresiones digita-
o la naturaleza. No la reproduce en una segunda realidad les de hoy.
sui generis: un reino trascendente de la belleza o la reali- Para la concepción cultural dominante del mundo occi-
dad subrogada de simulacros. Es una extensión de los ciclos dental. que en primer lugar se pone de manifiesto en las ins-
de creación de la naturaleza que al mismo tiempo le da un tituciones académicas y museales, el arte así llamado popu-
significado espiritual comprensible a nuestra experiencia. lar es la manifestación estructural de un sistema colectivo
Ciclos en los que no pueden trazarse límites precisos entre de valores, carentes de una dimensión propiamente indivi-
generación material de la tierra y creación artística propia- dual, de una voluntad expresiva propia y de un valor espiri-
mente dicha, entre naturaleza y espíritu, ni entre la obra de tual trascendente. Por eso las obras de arte popular y étnico
arte y la existencia humana. Esta continuidad indefinida que se confinan en museos y departamentos de antropología y
vincula la naturaleza y la obra de arte es el proceso creador. folklore. No se exponen en museos o departamentos de arte.
Ulisses nos hacia ver algo más todavía. Nos mostraba sus Esta crónica hace estallar por los aires tan ridícula perspec-
esculturas no como un producto acabado; no como un obje- tiva logocéntrica. Por una parte he tratado de poner de
to en el sentido epistemológico, técnico y mercantil de la manifiesto la dimensión individual profunda de la experien-
palabra. Sus cerámicas, por el contrario, se hallan inmersas cia artística de una obra como la de Ulisses. Por otra he
en un proceso perpetuo de cambio en que las mismas for- señalado su significado espiritual capaz de integrar a las
mas fijadas en el barro metamorfoseaban su significado, y comunidades populares: es decir, a esos pueblos latinoame-
los propios significados cambiantes transformaban virtual- ricanos y del Tercer Mundo que comparten una memoria y
mente sus formas. A ese proceso indefinido de diálogo y de espacio geográfico comunes, y que se encuentran expues-
mutua transformación se refería el artista cuando llamaba tos a un proceso persistente de colonización que compren-
a sus obras "naturaleza viva". de desde la sustracción continuada de sus memorias hasta
la destrucción sistemática de sus hábitats naturales y for-
mas de vida.
4 Esta dimensión espiritual y comunitaria explica el último
y el más importante motivo de esta crónica. Explica la recu-
Magia, animismo, contemplación mística, mimesis... con sación de Ulisses a ser filmado, su negativa a toda forma de
estas categorías sólo pretendo acercarme tentativamente a reproducción digital de su persona, su familia y su arte.
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Explica su concluyente rechazo de cualquier otra forma de repetía una y otra vez Ulisses, "Es la experiencia de lo invi-
comunicación que no se articule alrededor de la presen- sible." Y luego añadía: "No quiero entrevistas porque mis
cia espiritual de sus objetos. Más aún, es a partir de esta palabras son invisibles".
dimensión trascendente que puede comprenderse su repu- Las "palabras invisibles" son las voces inmediatamente
dio a la reproducción técnica como último acto de resisten- ligadas a la presencia de lo existente. Son al mismo tiempo
cia a la volatilización electrónica de su propia vida, y de la las "visiones" asociadas a estas palabras y a la experiencia
supervivencia dc las comunidades populares en un sentido profunda de las cosas. Señalan la dimensión misteriosa
general. inherente a toda auténtica obra dc arte. Al mismo tiempo,
Cuando insistimos en grabar nuestras entrevistas, Ulisses estas palabras invisibles son las palabras compartidas por
nos replicó: "Lo que digo aquí quiere decir una cosa. Escri- la comunidad que las escucha y las comprende. Las "pala-
to e impreso significa algo diferente". Apenas pronunciadas bras invisibles" son la expresión al mismo tiempo indivi-
estas palabras saltó a su alcoba y, dirigiéndose a un viejo dual y comunitaria de un lenguaje poético de formas, pala-
baúl oculto bajo unas mantas, extrajo un periódico local, bras, sonidos o gestos no reducibles a escritura. No son un
apolillado por el tiempo. Luego lo acercó a la luz de la ven- texto. Y no pueden subsumirse a un sistema de códigos y
tana y, señalando un determinado párrafo, rogó a su hija representaciones porquc son presencias irreductibles en su
que lo leyera en voz alta. La crónica cn cuestión era una de singularidad en el espacio y en el tiempo.
las pocas, si no la única entrevista que Ulisses haya ofrecido No puedo resistir la tentación de dos citas. Dos testimo-
a los periodistas, antropólogos o marchantes que le han nios que se encuentran significativamente en los bordes de
visitado. En ella se decía, en resumidas cuentas, que Ulisses la cultura occidental moderna. Una de ellas es la poética del
era un artista muy original, que hablaba con los animales y Duende de Federico García Larca. Esta categoría un tanto
las p.lantas, y hacía cerámicas surrealistas. "¡Es falso!", gritó aleatoria ha querido relacionarse con el idealismo irracio-
con Ira. nalista de la teoría surrealista y posmodernista de los si-
La falsedad de la crónica residía en la corrección grama- mulacros. Otro error. El Duende lorquiano es una intuición
tical y sintáctica de las propias palabras de Ulisses. Radica- estética formulada sobre la base de una tradición mística
ba en el proceso interpretativo que mediaba su edición para sufí, profundamente arraigada en la cultura religiosa espa-
un público periodístico inespecífico. Y radicaba también ñola hasta el siglo XVI inclusive, y que tras las persecuciones
en la propia simpleza del periodista. Pero la protesta de inquisitoriales de la edad imperial se replegaron en la cultu-
Ulisses aludía a algo más elemental. No se trataba solamen- ra popular gitana como su último refugio espiritual. Larca
te de la literalidad del texto. La cuestión principal era la explicaba en nombre del Duende la manifestación misterio-
conversión de la palabra en escritura, Conversión eseritural sa del trance espiritual en el instante irrepetible de la pala-
marcada por desplazamientos sintácticos y semánticos, por bra poética, del movimiento musical y del paso de la danza
la eliminación de momentos expresivos, y por la abstrac- flamencos. El Duende está ligado, además, a una memoria
ción de la presencia de las cosas y los humanos que se histórica comunitariamente compartida. Y es también una
encuentran inextricablernente unidos en la comunicación "palabra invisible", es decir, la dimensión invisible del len-
hablada. La falsedad de la reproducción no era solamente el guaje poético ligado a una experiencia reveladora del ser en
resultado de la manipulación mediática de los signos de la la música y en la danza.>'
escritura, sino, en primer lugar, del vaciamiento de la expe- 24 Federico Carda Lorca, Conferencias, Alianza. Madrid, 1984, vol. n , pp.
riencia cristalizada en esos signos. "Arte es experiencia", 85 Y ss.
188 ARTE POPULAR Y CULTURA DIGITAL ARTE POPULAR Y CULTURA DIGITAL 189

La segunda referencia no es menos importante: Paul ce a esta categoría negativa de superstición. También es
Klee. También Klee radicaba la experiencia artística en las importante recordar, por otra parte, que en la cultura latina
fronteras entre lo visible y lo invisible. En ningún caso la precristiana la palabra superstitio designaba la mezcla de
obra de arte podía definirse, de acuerdo con este artista, temor y asombro frente a lo existente que distingue a toda
como una simple réplica de lo real en un reino separado de experiencia propiamente religiosa. Superstitio y religio eran
representaciones. Su famosa declaración de que la pintura conceptos precisamente sínónimos.t> Lo que la clasifica-
no era una reproducción de lo visible sino la visualización ción de la experiencia de lo misterioso, lo santo y lo sagrado
de una realidad invisible partía más bien de una comunidad bajo la denominación negativa de ídolos y supersticiones
prelingüística entre la existencia humana que ve, siente y pone de manifiesto es más bien la historia oscura de intole-
concibe, y esa naturaleza de las cosas percibidas. Una mis- rancia y violencia que acompaña el proceso civilizador. El
ma realidad subyace al humano y al ser de lo existente. La rostro oculto del concepto teológico y epistemológico de
obra de arte es antes que otra cosa, de acuerdo con la com- racionalización.
prensión de Klee, la expresión a la vez sensible y espiritual Tampoco quiero dejar de mencionar que este temor a la
de este fundamento ontológico común. réplica fotográfica es inseparable de la larga memoria de
Esta misma comunidad ontológica del ser y su expresión la persecución sangrienta de la que estas formas antiguas
invisible explica la resistencia de Ulisscs a cualquier forma de conocimiento y de vida han sido y siguen siendo objeto a
de reproducción fotográfica o digital. Quizá no haga ya fal- lo ancho del llamado Tercer Mundo. En el contexto de las
ta que lo formule: desde la primera hasta la última de nues- tradiciones místicas y chamánicas de los pueblos africanos
tras visitas, su postura mantuvo a este respecto la firmeza y de las civilizaciones indígenas de América, el miedo a la
de una convicción religiosa, en el más profundo, y por tanto malversación de las presencias sagradas, el horror a la vio-
no-dogmático sentido de esta palabra. Ulisses no veía en la lación de la energía espiritual humana y, no en último lugar,
reproducción mecánica y digital un medio de conservación el temor a la persecución de las experiencias religiosas o
o de preservación de lo existente, ni de su persona o su artísticas ligadas a estas tradiciones posee sobrados funda-
visión espiritual del ser. Por el contrario, sentía intuitiva- mentos.
mente su significado como medio de su volatilización. La Pero todavía es preciso señalar algo más. Probablemente,
reproducción técnica significa la supresión del aura. Elimi- el aspecto más importante. La perseverante insistencia de
na el alma. Ahoga el principio energético de lo viviente. Ese Ulisses en la irreductibilidad de la obra de arte individual
mismo principio que designaban categorías antiguas como como presencia viva, que puede describirse a partir de cate-
Brahma, Energeia, Ruah, Pneuma, Geist ... gorías como mimesis, animismo y magia, a falta de una
Sí, es cierto, asociamos esta mezcla de recelo y aprensión reconstrucción más precisa, desnudaba algunos lugares
hacia la reproducción fotográfica o fílmica a actitudes su- comunes de la comunicación digital posmoderna. Descon-
persticiosas. Para ser más exactos, condenamos automáti- textualización textual de la experiencia artística, o congela-
camente esta clase de prevenciones bajo una categoría de ci6n visual de aquella "palabra invisible" que constituía su
superstición que de hecho está arraigada en las viejas pro- centro neurálgico podrían ser los temas en cuestión. Pero
hibiciones inquisitoriales de la experiencia mística y en la hay algo todavía más elemental. La copia digital de la obra
disciplina epistemológica del tecnocentrismo moderno que de arte es un fraude, desde su punto de vista, en la misma
históricamente lc sucedió. No deberíamos olvidar, sin em- 25 Walter F. Otto, Auisatze zur Romischen Religionsgeschichte, Verlag
bargo, la violencia colonial, cristiana e ilustrada, que subya- Anton Hain, Mcisenheirn am Glan, 1975, pp. 92 Y ss.
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medida en que suprime sus cualidades sensitivas ligadas al invierte su sentido. La relación del humano y el cosmos se in-
tacto, a la textura, a los olores, en fin, a la presencia física vierte diametralmente allí donde la percepción artística
de lo existente. Es un fraude porque mutila la realidad indi- se manufactura por el aparato administrativo y técnico in-
vidual presente al conjunto de los sentidos de la experiencia herente a la reproducción digital. El lugar de la aprehen-
individual, en un tiempo y espacio irrepetibles. Es un frau- sión artística del ser y de la comunidad presencial que cele-
de porque, además, sustrae la obra de arte de la comunidad bra su revelación colectiva es sustraído por la computadora
en la que es creada, compartida y comprendida. Porque eli- como mediación absoluta de toda forma, de todo objeto, de
mina aquellas características más íntimas de esa memoria toda expresión, de toda existencia viva. La pantalla ya sólo
comunitaria, ligada a las cualidades intrínsecas de los ob- nos pone en contacto con la estructura modular de la repro-
jetos, a la presencia humana en medio de ellos, y a sus di- ducción digital, lo que se ha llamado la "estructura fractal
mensiones expresivas compartidas. Es un fraude porque de los nuevos media";" Lo que ella nos abre ante nuestra
priva a la obra de arte de su significado espiritual más pro- mirada es la epifanía del espectáculo, la revelación de una
fundo. segunda naturaleza electrónica.
Técnicamente hablando, la traducción digital de un ob- En nuestra primera visita, Ulisses hablaba con pesar de la
jeto es una falsificación porque desplaza y suplanta las soledad y la incomprensión que rodeaban a sus cerámicas.
condiciones sensoriales y espirituales de su experiencia Su lamento se sumaba al dolor por la destrucción sostenida
individual por códigos, esquemas y modelos perceptivos de los legados culturales africanos e indígenas de aquella
predefinidos por el software. En segundo lugar, la reproduc- vasta región. Hablaba de exterminio. Hablaba del silencio.
ción y difusión digitales elimina las dimensiones indivi- Este silencio, los límites de lo visible y de la palabra, las
duales y comunitarias que cristalizan en el medio de esta fronteras oscuras de la significación es el lugar de la crea-
experiencia artística compartida. Así como la obra de arte ción artística. Es el último secreto del artista. El imperativo
es remplazada en la comunicación digital por el objeto mediático de lo visual, de su carácter eomodificado y espec-
semiótico, predefinido y prediseñado como realidad virtual, tacular, y su proliferación indefinida, lo cancela.
así también la comunidad que comparte su experiencia es
sustituida por la masa electrónica. Una masa fragmentada,
hibridizada, desposeída de memorias y formas de vida com- 5
partidas. Masa estadísticamente definida y digitalmente
volatilizada. Una masa epistemológicamente degradada por Cuando regresé a Nueva York todavía sentía un sabor agri-
ese mismo software a la condición de un voyeurismo senso- dulce. Nuestra despedida de Ulisses había sido violenta.
rial y espiritualmente empobrecido. Pero su triunfo contra nosotros lo experimentábamos como
Pero todavía hay un último aspecto de la creación artísti- nuestra propia victoria contra una civilización electrónica
ca que la digitalización anula y descarta. Ulisses explicaba llamada a colonizar el corazón de esta cultura popular con
su trabajo creador como la revelación de las voces misterio- la miseria de sus imágenes triviales y su omnipresente pro-
sas de lo existente. El centro de su experiencia artística es la liferación. Bajo el signo de estos sentimientos encontrados
contemplación de una tierra creadora, una naturaleza viva redacté finalmente el informe para mis sponsors: "The last
y una realidad dinámica, que se ofrecen como tales a la artist is a paradox video because of its goal: it reproduces
experiencia inmediata. Esta relación creadora con las cosas '.6 Lev Manovich, The Language ofNew Media, The MIT Press, Cambridge-
es una revelación espiritual del ser. La reproducción digital Londres, 2001, p. 30.
192 ARTE POPULAR Y CULTURA DIGITAL ARTE POPULAR Y CULTURA DIGITAL 193

what it can not be reproduced, it performs images and postmodern construction of "Pop Art", It questions the reducti-
sounds of natural landscapes, and interviews on a 'subject ve aesthetic category of "Art as performance". It also exposes
matter' which resists being reduced tu perfurmance. This the prejudices, misconceptions and social misery surrounding
video is also paradox because it intends to be incorporated so-called "popular art" in Latin America.
in a global project of digital culture: the Hemispheric Insti-
tute". Protesta de mi departamento de lenguas y literatura: "1
Era una provocación. Digitalizar una imagen que no exis- must tell you that it greatly disturbs me that you would
tía, traducir performáticamente una voz invisible. Mientras send a message of this type, aggressively attacking a depart-
escribía el mensaje administrativo recordaba la última es- ment colleague ... in a way that goes well beyond the
cena en casa de Ulisses. Era realmente un último asalto bounds of collegial discourse... " Mi réplica: "1 can't but con-
para probarnos a nosotros mismos que habíamos usado sider this reaction as an administrative retaliation against
todas las armas a nuestro alcance para grabar una entrevis- beauty as the invisible... "
ta con el artista. Probamos la intimidación de un dinero Pero interiormente estaba arrasado. Mi provocación
que relativamente debía significar mucho para él. Entramos había sido ofensiva e inefectiva. Mi proyecto carecía de sen-
en su casa con una cámara. Esgrimimos todas las persua- tido dentro de los reducidos límites de la discusión estética
siones que fuimos capaces de improvisar. Ulisses repitió y política académicamente admisible. Y todo lo que había-
una vez más sus argumentos. Insistió de nuevo en su len- mos experimentadu juntos en nuestras reiteradas visitas a
guaje secreto con los animales y las plantas, en la urgencia la chácara de Ulisses resultaba irrelevante ante el ambiente
de crear escuelas artísticas para los niños, y en la creen- de irrespirable banalidad que la movilización mediática de
cia en Dios. Luego, repentinamente, saltó en medio de la sala la guerra global había desencadenado en el campus. Dejé
y a gritos dijo que nos mostraría cómo les hablaba a sus pasar el tiempo. Intenté olvidar el proyecto. Sólu meses más
animales y a la selva. Y mientras saltaba y bailaba enloque- tarde le envié a Diana Taylor, la directora del Hemispheric
cidamente, y de su garganta brotaban incomprensibles so- Institute, una confesión, pero que nunca obtuvu respuesta.
nidos guturales, como si hubiera caído en estado de trance
Me cuesta justificarme como me costaría justificar un suicidio.
y los gorjeos de un pájaro monstruoso se hubieran apodera-
Cuando recibí tu respuesta confusa a mi provocativo informe
do de su pecho, parecía decirnos con una gran carcajada
sobre The Last Artist, me dirigí al website de tu Instuute. De
que la experiencia artística, a final de cuentas, era una emo- hecho, nunca antes le había prestado suficiente atención.
ción, no un espectáculo. Encontré fácilmente sus textos teóricos y programáticos. Pero
La respuesta del Institute fue delicada. "I'm not sure how choqué de inmediato con una categoría estética y políticamente
to handle this... I had understood ... to support part of the problemática de performance. Luego di con un concepto de
costs if the materials you developed ended up on our web- espectáculo que me parecía sacado de la Behavior Psychology.
site... I wuuld nut be able to justify the expense to Ford. So En fin, vi un proyecto de restauración de memorias que impli-
please make sure that you give me a full and detailed report caba un proceso social y hermenéuticamcntc dudoso de traduc-
uf what the project cost ... We would definitely ask you to ción y conversión digitales, insensible a sus efectos colonizado-
work with our designen" Mi reacción fue violenta: res sobre las memorias orales. Y me encontré asimismo con
una perspectiva teórica sobre la colonización de América que
1 am perfectly aware of the intellectual1y challenging character ignoraba programáticamente su racionalidad constitutiva, para
of this video and research project. It explicitly challenges the luego instalarse confortablemente en su misma lógica barroca
del espectáculo como definición de los nuevos poderes y agen-
194 ARTE POPULAR Y CULTURA DIGITAL ARTE POPULAR Y CULTURA DIGITAL 195

tes de la globalización. En suma, me di cuenta de que había lla- Por otra parte, al reconstruir nuestra expedición en busca del
mado a la puerta equivocada. "último artista", y nuestra enconada discusión con Ulisses
Pero ya la había traspasado y ya era demasiado tarde. Desde sobre la naturaleza de! proceso creador, y la legitimidad o no de
un comienzo había asumido e! proyecto de digitalizar el docu- su resistencia a ser grabado, me di cuenta de que yo mismo
mental sobre Ulisses Pereira Chaves para la web. Y ahora perci- había adoptado esa mirada fría e imperativa que intelectual-
bía, con cierta turbación, que la resistencia de este artista con- mente ponía en cuestión. Lentamente me reconocía a mí mis-
tra la reproducción electrónica de su persona, sus palabras y mo como una superficie vacía que registraba lo real, ya fuera la
sus obras, desde su remota aldea de Minas Gerais, estaba talla- agonía de un último artista, o los espectáculos de destrucción
da a la medida de los postulados programáticos de clonización financiera y militar del planeta, como la irrealidad de un efecto
y colonización digitales del Hemispheric Institute, que él, cierta- digital en la pantalla y de su clasificación y falsificación nomi-
mente, no conocía. nalistas. De pronto me vi en e! interior de mi mirada espectral
En otras palabras, reconstruir críticamente la experiencia en la que los códigos de! espectáculo volatilizan la realidad en
artistica, y su significado cósmico y comunitario, tal como lo el mismo acto que la designan.
formula Ulisses, significaba poner en cuestión la legitimidad Eso me permitió comprender algo sobre lo que no había pres-
teórica de los mismos presupuestos epistemológicos que define tado hasta entonces mayor atención. En todas nuestras visitas y
e! proyecto del Institute, al que, sin embargo, había prometido a lo largo de nuestras conversaciones, Ulisses se abstenía de
contribuir con este video. Este conflicto es irreconciliable. Por dirigirsc a mí, de mirarme a la cara y a los ojos. Respondía a
eso me irritaba. Lélia, se dirigía a Bcth, hahlaha con su amiga Lira y con su
Si esa historia terminara aquí sólo tendría que disculparme familia. Pero a mí me ignoraba rotundamente. Y yo me veía en
por el tono ciertamente agresivo de mis anteriores e-mails. Pero su mirada como una presencia ausente, como una entidad fan-
micntras redactaba el informe para la academia "Popular tasmal, como la espectral superficie de registro de un mundo de
Art&Digital Culture: 'The Last Artíst'", se apoderaba de mí una conocimientos, dolor y violencia del que yo, el observador digi-
sensación de inseguridad, como si el suelo se estuviese resque- tal y académico, no podía participar, ni tampoco comprender.
brajando bajo mis pies. Poco a poco me daba cuenta de que mi De ahí mi exasperación. Quería romper esta inversión onto-
aproximación a todo este drama estético y humano estaba lógica de! espectáculo mediático y académico. Quería salir de
equivocada desde un comienzo. Peor aún. Percibía que mi pun- mi propia piel. Y quería hacerlo de un solo golpe. Acabar el
to de partida era e! vacío. Intentaré explicarme mejor. asunto con un ataque furioso a la [unción colonizadora dc la
Por una parte, me resultaba muy fácil criticar la categoría de representación electrónica, heredera y sucedánea de la [unción
espectáculo, tan central en las web pages del lnstitute, y dar lo colonizadora del espectáculo sacramental del barroco virreina!.
que se dice un portazo. En 1968 estaba con los Sítuacionistas Salir brutalmente de este dilema que entraña experimentar la
en París. Su crítica del espectáculo había revolucionado a los exuberancia ontológica de una mirada artística como la de
jóvenes más sensibles de la capital, con la célebre ocupación Ulisses, y, al mismo tiempo, reconocerla sitiada por la mirada
del Teatro de I'Odéon y su transformación en improvisado par- vacía de una cultura académica y digitalizada, o por los valores
lamento popular como conclusión provisional. Unos años más y poderes que representa.
tarde estaba en Berlín trabajando las estrategias espectaculares Por eso mi compulsiva, mi imperdonable agresividad. Con su
constitutivas del aparato estatal nacionalsocialista y sus raíces gesto provocador pretendía ocultarme que yo mismo formaba
en el barroco y el clasicismo europeos. En los años noventa parte de ese espectáculo. Quería ocultarme mi rostro diluyén-
dediqué un libro a las estrategias barrocas y posmodernas de dosc en los reflejos traslúcidos de sus pantallas. Quería cegarme
falsificación de la memoria e inversión ontológica de la expe- la visión de mi propia conciencia muerta.
riencia. Sólo me faltaba ccrrar este círculo con una crítica de la
función colonizadora de la cultura digital.
POST SCRIPTUM

EL VIDEO The Last Artist, dirigido por Beth Formaggini y


producido con Lélia C. Frotta y Eduardo Subirats, es un
documental sobre la vida y la obra de Ulisses Pereira Cha-
ves, un ceramista que no tiene nombre, vende sus piezas
por el precio que cuesta el barro del que están hechas, vive
pobremente de sus animales y de su huerta, es objeto de la
degradación de su obra a la categoría de artesanado, y, como
todos los artistas de la región, y quizá también del con-
tinente, de origen indígena, africano o caboc1o, ha sido ob-
jeto de abuso por parte de los traficantes de arte popular
para el mercado informal de souvenirs destinado al turismo
global.
Pero este documental es algo más. Es el testimonio de
una irónica aventura.
Ya salimos dc casa sabiendo que no violaríamos el rechazo de
Ulisses a ser filmado -me escribió Beth a su regreso-. Y quc
ésta era la cuestión principal. Sabíamos que viajaríamos miles
de kilómetros para enfrentarnos con este rechazo... Fue una
experiencia violenta. En el momento de mayor furor, cuando
Ulisses fue tomado por los dioses y parecía querer exorcizar-
nos, yo quedé trastornada, temblando y llorando como si me
hubiesen azotado. Y todos nosotros fuimos azotados... Por eso
la mirada de la cámara se volteó hacia lo que estaba alrededor
de Ulisses: sus piezas, los caminos que nos llevaban hasta él, sus
hornos que parecían templos, su casa, el agua, la geografía,
sus vecinos, su familia y sus objetos, los animales, todo lo que
no era él pero que le afectaba, o había sido afectado por él. Y
todo eso trae su presencia, trae sus vestigios, embebidos de su
mundo espiritual, donde se encuentran grabadas las cicatrices
de la expoliación de la que ha sido objeto.

The Last Artist es el documental sobre un artista que ha


rechazado hasta sus últimas consecuencias la violencia de

197
198 POST SCR1PTUM ARTE POPULAR Y CULTURA DIGITAL 199

la conversión digital de su visión artística del mundo y la De lo que se trata es más bien de apoyar intelectual y políti-
volatilización electrónica de su obra en periormances vacías camente la supervivencia de estas comunidades populares,
dc experiencia, Y éste es el reto que sus imágenes asumen: en las que estas obras constituyen el medio de preservación
captar a través del aparato digital la relación intangible y desarrollo de formas de vida y conocimiento milenarios.
entre el humano, la naturaleza y lo sagrado; y expresar
artísticamente, a través de la edición digital de la luz, el
movimiento, un concierto de 3000 ranas que nos encontra-
mos inesperadamente en la selva o las expresiones filmadas
del rostro humano, los destellos de aquella espiritualidad
que nos enseñó Ulisses. Todo ello está presidido por la nota-
ble colección de sus obras que se encuentra en la colección
privada de Roberto Burle Marx, en Río de Janeiro.
Este video se presenta hoy, en marzo de 2003, bajo una
forma inacabada. La falta de sponsors ha impedido su edi-
ción final. Por eso su directora sólo permite su divulgación
en medios restringidos y con fines didácticos. Personalmente
considero este estado inacabado como la expresión más
adecuada a su significado más radical. The Last Artist es la
crónica de un proyecto académico y digital voluntariamente
abortado. Y es la expresión de los límites de la reproduc-
ción digital y de su complicidad archivista con los procesos
de destrucción tardoindustrial de memorias culturales a
escala global.
Last but not least, este documental fue concebido origi-
nalmente como una contribución a la digitalización de tra-
diciones populares de América Latina en el Hernispheric
Institute de la Ford Foundation y la New York University.
Una contribución paradójica, porque su motivo central, el
rechazo a la reproducción digital de la experiencia artística,
ponía en cuestión los objetivos políticos de esta institución
electrónica: la conversión digital de las memorias culturales
y la difusión perforrnática de sus expresiones artísticas.
The Last Artist quiere llamar la atención sobre la riqueza
espiritual de las comunidades populares de América. Pero
es también una denuncia del empobrecimiento letal, econó-
mico y mediático al que están sometidas. Sus autores con-
sideran firmemente que la solución a este dilema no reside
en la digitalización de sus representaciones performáticas.

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