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Ciudadano

JUEZ DE PRIMERA INSTANCIA DE MEDIACIÓN Y SUSTANCIACIÓN DE


PROTECCIÓN DE NIÑOS, NIÑAS Y ADOLESCENTE DEL PRIMER CIRCUITO DE LA
CIRCUNSCRIPCION JUDICIAL DEL ESTADO BOLIVAR.-
Su Despacho.-

Nosotros DANIEL ENRIQUE CASTRILLO SALAZAR y MARIELA DE JESUS


BELISARIO PAREDES, venezolanos, mayores de edad, civilmente hábiles, cónyuges,
titulares de las Cédulas de Identidad Nº V-18.478.226 y V-18.827.609, respectivamente y
ambos de este domicilio, debidamente asistidos por el Ciudadano JOSE RAFAEL
BUSTILLOS MENDOZA, abogado en ejercicio inscrito en el Instituto de Previsión Social
del Abogado bajo el Nº 98.034, de este domicilio, muy respetuosamente ocurrimos ante
su competente autoridad para exponer y solicitar:

CAPITULO I
ANTECEDENTES

Contrajimos matrimonio civil por ante el Registro Civill del Municipio Heres del
Estado Bolívar, Ciudad Bolívar, el día 24 de Enero del 2.014, y el Acta que así lo acredita
está inserta en ese despacho en los Libros de Matrimonio bajo el Nº 33, Libro 1, Tomo 1,
Folios del 65 al 66 del año 2.014, tal como se desprende del Acta de Matrimonio que a tal
efecto anexamos al presente escrito en copia certificada marcada con la letra “A”.
En dicha unión procreamos una (01) hijo de nombre ISAAC DANIEL CATRILLO
BELISARIO, menor de edad, nacido en Ciudad Bolívar, el día 7 de Mayo del año 2.015,
según se evidencia de Acta de Nacimiento número 62, expedida por el Registro Civil del
Municipio Autónomo Heres del Estado Bolívar, la cual está inserta en el Libro 1, Tomo 1,
del Registro Civil de Nacimientos llevados por ese despacho durante el año 2.016, Folio
Nº 62 de la cual anexamos copia certificada con la letra “B”.
Establecimos nuestro domicilio conyugal en el Barrio Brisas del Orinoco, Callejón
12 de Octubre, Casa Nº 03, Parroquia La Sabanita, de Ciudad Bolívar en el Municipio
Autónomo Heres del Estado Bolívar.

CAPITULO II
LOS HECHOS

Ahora bien ciudadano Juez, es el caso, que desde hace más de dos (02) años la
armonía conyugal existente entre nosotros se interrumpió por causas de diversa índole,
haciendo insostenible la convivencia, y aun realizando entre ambos esfuerzos para lograr
estabilizar nuestro hogar, hasta la fecha ha sido imposible restaurarla, razón por la cual
decidimos formalizar en este acto la demanda de nuestro DIVORCIO FUNDAMENTADO
EN EL MUTUO COSENTIMIENTO.
CAPITULO III
DEL DERECHO

Es el caso, ciudadano Juez, que mediante la Sentencia N° 693 del 02 de junio de


2.015, la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia, interpretó con carácter
vinculante el artículo 185 del Código Civil, razón por la cual estableció que las causales de
divorcio contenidas en este artículo no son taxativas y por ende los cónyuges podrán
demandar el divorcio bien con arreglo a las causales previstas en ese artículo o cualquier
otra razón que consideren que impidan la continuación de la vida en común y tal y como
fue expuesto en la sentencia de esa misma Sala N° 446 del año 2.014. Al respecto, el
sentenciador afirmó que:

“Es indiscutible para esta Sala Constitucional que quien se une


en matrimonio aspira y se compromete a las obligaciones que de tal
institución derivan, definidas en el encabezamiento del artículo 137 del
Código Civil cuando establece: “Con el matrimonio el marido y la mujer
adquieren los mismos derechos y asumen los mismos deberes. Del
matrimonio deriva la obligación de los cónyuges de vivir juntos,
guardarse fidelidad y socorrerse mutuamente”.

Como bien lo indica en su análisis el juzgador, resumimos que es indudable que el


cónyuge aun habiéndose comprometido moral y jurídicamente a esa relación, puede con
posterioridad y debido a innumerables razones sobrevenidas estar interesado en poner fin
al matrimonio. Ese interés debe traducirse en un interés jurídico procesal de acudir a los
órganos jurisdiccionales e incoar una demanda donde pueda obtener una sentencia que
ponga fin al vínculo conyugal.

Desde luego que esa posibilidad no está negada y el ordenamiento jurídico ofrece
como mecanismo la demanda de divorcio, pero cuando se limita éste de manera irrestricta
a una tipificación que en la actualidad luce sumamente estrecha, nos encontramos frente
a un vacío, que hace nugatorio en núcleo central del derecho por lo menos en lo que al
libre desarrollo de la personalidad y a la tutela judicial efectiva se refiere, específicamente
a obtener una sentencia judicial favorable que tutele la libertad del individuo de decidir un
importante aspecto de su vida, a través del divorcio, frente a una regulación pre
constitucional escasa, incapaz de satisfacer las expectativas creadas frente a las
vicisitudes de la vida y las nuevas tendencias sociales.

De la tangibilidad de estos derechos que debe concluirse que la previsión del


artículo 185 del Código Civil Venezolano, que establece una limitación al número de las
causales para demandar el divorcio, deviene insosteniblemente de cara al ejercicio de los
derechos constitucionales ya comentados devenidos de la Constitución de la República
Bolivariana de Venezuela, esto es el derecho al libre desenvolvimiento de la personalidad
y a obtener una tutela judicial efectiva. Es decir, que en la actualidad resulta irreconciliable
con el ordenamiento constitucional, el mantenimiento de un numerus clausus de las
causales válidas para accionar el divorcio frente a la garantía de los derechos
fundamentales del ciudadano al libre desarrollo de la personalidad y a la tutela judicial
efectiva.
Ahora bien, vista las anteriores consideraciones realizadas en torno a la institución
del divorcio, analizada e interpretada, en aplicación directa e inmediata de los derechos
fundamentales al libre desarrollo de la personalidad y la tutela judicial efectiva, previstos
en los artículos 20 y 26, respectivamente, de la Constitución Bolivariana de Venezuela, la
Sala Constitucional mediante la sentencia supra señalada, realiza una interpretación
constitucional del artículo 185 del Código Civil, en la cual establece que las causales no
son taxativas por lo que cualquiera de los cónyuges podrá demandar el divorcio
fundamentado -no solo- en los supuestos previstos en dicho artículo, sino también
fundamentado en cualquier otra situación que estime impida la continuación de la vida en
común en los términos señalados en la sentencia N° 446/2014; incluyendo tal como lo
señala en su amplia interpretación la Sala Constitucional: el mutuo consentimiento.

CAPITULO IV
PETITUM

Con base a los fundamentos de hecho y de derecho, anteriormente expuestos,


nosotros DANIEL ENRIQUE CASTRILLO SALAZAR y MARIELA DE JESUS
BELISARIO PAREDES, supra identificados, formalmente solicitamos respetuosamente al
ciudadano Juez, y luego de haber cumplido con todos los extremos legales, declare con
lugar la presente DEMANDA DE DIVORCIO DE MUTUO CONSENTIMIENTO, conforme
a lo establecido en la Sentencia N° 693, del dos (02) de Julio de 2.015 de la Sala
Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia, citada con anterioridad, por lo cual
pedimos:
PRIMERO: En virtud de la presente separación y suspensión definitiva de nuestra vida en
común, se tenga en consecuencia la manifestación de divorcio como irreversible y a partir
de la declaratoria, cada cónyuge tendrá derecho a vivir por separado, independiente el
uno del otro; en el mismo orden y como corolario, de ahora en adelante, los bienes que
adquiera cada cónyuge, así como las obligaciones que asuman serán propiedad del
respectivo cónyuge, toda vez que la comunidad conyugal ha sido extinguida desde la
presente fecha.
SEGUNDO: La Patria Potestad del adolescente seguirá siendo ejercida por ambos
padres.
TERCERO: La Guarda y Custodia del adolescente será ejercida por la Madre.
CUARTO: Los padres convienen un régimen de visitas amplio en el cual el padre de los
menores podrá previo acuerdo con ellos visitar al menor entre semana, siempre que no
interrumpa el horario escolar o de descanso del menor, y todos los días domingo. En
vacaciones escolares el padre del menor podrá llevárselo por el lapso de una (01)
semana o quince (15) días, previo acuerdo con el. Los días 24 de Diciembre el menor lo
pasarán con su padre; en los días de semana santa y de carnaval los padres acordarán
entre ellos quien comparte la semana santa con el menor y quien comparte los carnavales
con el.
QUINTO: En lo que respecta a la OBLIGACION de MANUTENCION, el Ciudadano:
ISAAC DANIEL CATRILLO BELISARIO, en virtud que no tiene un ingreso fijo de un
trabajo estable, sino que ingresos ocasionalmente se compromete a aportar
mensualmente, la cantidad de MIL BOLIVARES (Bs.S 1.000,00), mientras que para el
mes de Septiembre y para el mes de Diciembre aportará la cantidad DOS MIL
BOLIVARES (Bs.S 2.000,00).
SEXTO: Durante nuestra unión conyugal no adquirimos ningún tipo de bienes muebles e
inmuebles, en consecuencia nada tenemos que reclamarnos sobre el particular.

Solicitamos muy respetuosamente de este Tribunal con fundamento en el primer


parágrafo del artículo 185-A del Código Civil Venezolano y la interpretación que del mismo
fue realizada por la Sala Constitucional de nuestro máximo tribunal en la Sentencia N°
693, del dos (02) de Julio de 2.015; se sirva declarar el presente Divorcio y en
consecuencia, disuelto el vínculo matrimonial que nos une, sustanciándola conforme a
derecho.-

Es Justicia que esperamos merecer en Ciudad Bolívar a la fecha de su


presentación.-

Los cónyuges El abogado asistente

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