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Señor

JUEZ PROMISCUO MUNICIPAL DE


TONA

Asunto: ACCIÓN DE TUTELA


Accionante: PROSPERO HUERFANO
Accionado: MUNICIPIO DE TONA – SANTANDER – INSPECCIÓN DE POLICIA TONA

Derechos Violados: DERECHO FUNDAMENTAL AL DEBIDO PROCESO consagrado en el


artículo 29 de la Constitución Nacional.

PROSPERO HUERFANO, ciudadano mayor de edad, vecino del municipio de Tona y


obrando en nombre propio, respetuosamente, manifiesto a usted que en ejercicio del
derecho de tutela consagrado en el artículo 86 de la Constitución Política y reglamentado
por el Decreto 2591 de 1991, por medio del presente escrito formulo ACCION DE TUTELA
contra el MUNICIPIO DE TONA representado legalmente por la señora CARMEN LUCERO
RAMIREZ ALDANA en calidad de Alcaldesa y contra la señora ELIZABETH VANEGAS
LIZCANO quien obra en calidad de inspectora de Policía del Municipio de Tona, a fin de
que se les ordene dentro de un plazo prudencial perentorio, el amparo del derecho
fundamental al DEBIDO PROCESO consagrado en el artículo 29 de la Constitución Política
de Colombia.

HECHOS:

La señora LUZ MAR ROJAS CASTELLANOS es propietaria del inmueble ubicado en la


Carrera 4 No. 6-34 del Municipio de Tona.

Entre la señora LUZ MAR ROJAS y el suscrito, acordamos el 1 de Abril del 2008 firmar un
CONTRATO DE ARRENDAMIENTO DE VIVIENDA URBANA, contrato en el que la señora
LUZ MAR ROJAS me concedió el goce del inmueble y a la vez me obligue a pagar un
precio por ello, contrato de arrendamiento que se había venido prorrogando
automáticamente.

Desde luego que reconozco a la señora LUZ MAR ROJAS como legitima propietaria y que
es mi deber, en calidad de arrendatario devolver el inmueble, sin embargo, hemos tenido
diferencias con la señora ROJAS respecto de la fecha de entrega del inmueble.

La señora LUZ MAR ROJAS en el mes de Febrero del 2019 radicó ante la inspección de
Policía del Municipio de Tona, querella por perturbación a la posesión, refiere que
ejecutó comportamientos contrarios a la posesión y mera tenencia, consagrados en la
Ley 1801 de 2016- Código Nacional de Policía, y que establece:
2Son aquellos contrarios a la posesión, la mera tenencia de los bienes inmuebles de
particulares, bienes fiscales, bienes de uso público, bienes de utilidad pública o
social, bienes destinados a prestación de servicios públicos. Estos son los siguientes:
1.- Perturbar, alterar o interrumpir la posesión o mera tenencia de un bien inmueble
ocupándolo ilegalmente.
2. Perturbar la posesión o mera tenencia de un inmueble o mueble por causa de
daños materiales o hechos que la alteren, o por no reparar las averías o daños en el
propio inmueble que pongan en peligro, perjudiquen o molesten a los vecinos.
3. Instalar servicios públicos en inmuebles que hayan sido ocupados ilegalmente.
4. Omitir el cerramiento y mantenimiento de lotes y fachadas de edificaciones.
5. Impedir el ingreso, uso y disfrute de la posesión o tenencia de inmueble al titular
de este derecho”
Adicional considera que el procedimiento a seguir el establecido en el articulo 223 del
mismo código:
“Trámite del proceso verbal abreviado. Se tramitarán por el proceso verbal
abreviado los comportamientos contrarios a la convivencia, de competencia de los
Inspectores de Policía, los Alcaldes y las autoridades especiales de Policía”

Siendo la Inspectora de Policía la funcionaria con la CAPACIDAD para decidir los asuntos
sometidos a su conocimiento y debiendo haber rechazado tal solicitud por cuanto el
origen de la controversia se remonta a un CONTRATO DE ARRENDAMIENTO DE
VIVIENDA URBANA, la señora Inspectora de Policía no solo le da tramite sino que con
grave perjuicio para mí y para mi familia violenta derechos fundamentales,
atribuyéndose competencias que no le corresponde y realizando actuaciones contrarias
a derecho como entra a revisarse:

PRIMERO: La inspección de Policía de Tona NO TIENE LA COMPETENCIA para adelantar


este tipo de procesos que son de orden civil y mucho menos para proferir una orden de
desalojo.

Las normas establecidas en el CODIGO DE POLICIA son de carácter preventivo, buscando


la preservación de la convivencia, conoce de COMPORTAMIENTOS CONTRARIOS A LA
CONVIVENCIA, NO tiene la competencia para dirimir conflictos de ORDEN CIVIL, y
TAMPOCO TIENE LA COMPETENCIA TERRITORIAL, la señora ELIZABETH se encuentra
asignada a la inspección de Vegas, no del casco Urbano de Tona.

Es cierto que la Alcaldesa y la Inspectora son autoridades de policía, pero dentro de las
atribuciones establecidas en el mismo código artículo 205 y 206 no se contempla
facultades para dirimir conflictos CIVILES y mucho menos para ordenar un DESALOJO,
actuaciones que constituirán una extralimitación de funciones.

En la normatividad se establecen 5 comportamientos contrarios a la convivencia, dentro


de los que no se configura la controversia respecto a la entrega de un inmueble
En un caso hipotético que se escogiera la causal número 1, la norma establece:
Artículo 77 Código de Policía: “ Perturbar, alterar o interrumpir la posesión o mera
tenencia de un bien inmueble ocupándolo ilegalmente.

No es una ocupación ilegal, tampoco estoy interrumpiendo posesión, la ejerzo en virtud


de un CONTRATO DE ARRENDAMIENTO, que fue legal, que es válido para las partes y
frente a la cual hemos tenido inconveniente con la señora LUZ MAR, respecto de la
FECHA de entrega.

Ahora bien, respecto de la MEDIDA CORRECTIVA a adoptar que es la RESTITUCIÓN:


conforme el código de policía establece:

“ ARTÍCULO 190 Código de policía: . RESTITUCIÓN Y PROTECCIÓN DE BIENES


INMUEBLES. Consiste en devolver la posesión o tenencia a quien tiene el legítimo
derecho sobre los bienes inmuebles de particulares, baldíos, fiscales, de uso público,
área protegida y de especial importancia ecológica¸ bienes de empresas destinados
a servicios públicos cuando hayan sido ocupadas o perturbadas por vías
de hecho.

La norma es clara en establecer que consiste en devolver la posesión CUANDO HAYAN


SIDO OCUPADOS O PERTURBADOS POR VÍAS DE HECHO situación que no se configura,
no he ocupado ilegalmente y de manera violenta el inmueble, lo hice y lo ocupo en
virtud de un CONTRATO.

SEGUNDO: A pesar de no tener la competencia para ello, la INSPECTORA DE POLICIA, sin


haber entrado a definir si admitía o rechazaba la querella citó a AUDIENCIA DE
CONCILIACIÓN.

Audiencia de conciliación que se celebró el 13 de Marzo del 2019, pero ni siquiera con la
PARTES INVOLUCRADAS, o por lo menos a las que se hace referencia en la querella, a
dicha audiencia asistió la señora HILDA ROJAS, sin ser abogada y mucho menos sin tener
la facultad para conciliar en nombre de la señora LUZ MAR ROJAS.

TERCERO: En atención a las garrafales errores por parte de la autoridad, radique el 28 de


Marzo del 2019 con fundamento en el artículo 228 del Código Nacional de Policía se
sirviera DECLARAR LA NULIDAD DE LAS ACTUACIONES y en consecuencia se dispusiera
el archivo definitivo por violación al debido proceso consagrado en el artículo 29 de la
Constitución Nacional.

Solicitud a la que se le dio el trámite de un DERECHO DE PETICIÓN, olvidándose la


autoridad de policía por completo del procedimiento, derecho de petición que nunca
presente, pero que una vez más, arbitrariamente la inspectora violenta derechos y lo que
es peor aún, sostiene que no proceden recursos porque está fuera de términos, sin hacer
claridad a qué términos o frente a qué actuación se vencieron los términos.
CUARTO: Posteriormente, en el mes de ABRIL DEL 2019 me notifican de una APERTURA
PROCESO POR PERTURBACIÓN A LA POSESIÓN, auto en el que TIENE POR CIERTOS
TODOS LOS HECHOS de la querellante, la autoridad de policía se AHORRA EL
PROCEDIMIENTO y sin más consideraciones con un ciudadano admite la querella “al libre
ejercicio de perturbación a la posesión y ordena para el día 12 de Abril de hogaño entregar
el inmueble, y en caso omiso se ordenara el desalojo”

Actuaciones totalmente arbitraria y burlonas de las más elementales reglas en un Estado


social de Derecho, donde prevalece la dignidad del ser humano, omite el procedimiento,
se arroga competencias, no permite el derecho a la defensa, a controvertir las pruebas,
ante juez o tribunal competente y con observancia de la plenitud de las formas propias
de cada juicio, en términos generales a un debido proceso.

Vale la pena resaltar que existe el CONTRATO DE PRESTACION DE SERVICIOS


PROFESIONALES DE APOYO A LA GESTIÓN SUSCRITO ENTRE EL MUNICIPIO DE TONA –
SANTANDER Y DARY YANETH HERNÁNDEZ RIVERA, con numero N° 017/ 2019, por valor
de 21.000.000, con un plazo de ejecución de 5 meses y 29 días, cuyo objeto es apoyar y
asesorar las Inspecciones de Vegas, Berlín y la Corcova en temas relacionados con sus
funciones y el Código Nacional de Policía, y muy a pesar de ello, esta profesional del
derecho no tiene la capacidad y la idoneidad para este tipo de procesos, cometiendo
abusos y atropellos contra los ciudadanos.

Desde luego que la inspectora tiene la facultad de Expulsión de domicilio, pero siempre
y cuando su origen sea una VIA DE HECHO, la posesión que se ejerce tiene un origen
LEGAL, un contrato de arrendamiento.

DERECHO FUNDAMENTAL VIOLADO

Con fundamento en los abusos, arbitrariedades y desconocimiento completo de la


norma por parte de la Inspección de Policía y la asesora Jurídica, el Municipio de Tona –
Santander, vulnera obstinadamente mi derecho fundamental al DEBIDO PROCESO
consagrado en el artículo 29 de la Constitución Nacional de Colombia y que establece:

“El debido proceso se aplicará a toda clase de actuaciones judiciales y


administrativas. Nadie podrá ser juzgado sino conforme a leyes preexistentes al
acto que se le imputa, ante juez o tribunal competente y con observancia de la
plenitud de las formas propias de cada juicio. En materia penal, la ley permisiva o
favorable, aun cuando sea posterior, se aplicará de preferencia a la restrictiva o
desfavorable. Toda persona se presume inocente mientras no se la haya declarado
judicialmente culpable. Quien sea sindicado tiene derecho a la defensa y a la
asistencia de un abogado escogido por él, o de oficio, durante la investigación y el
juzgamiento; a un debido proceso público sin dilaciones injustificadas; a presentar
pruebas y a controvertir las que se alleguen en su contra; a impugnar la sentencia
condenatoria, y a no ser juzgado dos veces por el mismo hecho. Es nula, de pleno
derecho, la prueba obtenida con violación del debido proceso.

FUNDAMENTOS DE DERECHO

Fundamento mi tutela en lo preceptuado en el artículo 86 de la Constitución Política y en


los Decretos que reglamentan la acción de tutela, Decreto 2591 de 1991, Decreto 306 de
1992 y Decreto 1382 de 2000, para que sea tutelado el Derecho al debido proceso.

El debido proceso se aplica a toda clase de actuaciones judiciales y administrativa.


Tratándose de una actuación administrativa, no se escapa del control constitucional

Se trata de una CONTROVERSIA sobre un CONTRATO DE ARRENDAMIENTO que debe


ser resuelta por la ley 820 del 2003 norma que regula el régimen de arrendamiento de
vivienda urbana y por la ley 1564 de 2012, Código general del proceso.

Controversia que debe dársele el trámite civil, como la misma LUZ MAR ROJAS lo ha
venido realizando y lo manifiesta en el hecho CUARTO de la querella, al realizar
requerimiento conforme la ley 820 de 2003.

Debiendo ser un JUEZ DE LA REPUBLICA quien dirima el conflicto y en caso de ser


necesario emita una orden de desalojo.

Resulta un deber para el funcionario determinar su competencia, que tenga la


ATRIBUCIÓN jurídica para CONOCER y DECIDIR sobre el asunto.

Sentencia C-496/15 Corte Constitucional:


Garantías esenciales

El derecho al juez natural

El derecho al juez natural es la garantía de ser juzgado por el juez legalmente


competente para adelantar el trámite y adoptar la decisión de fondo respectiva, el
cual debe ser funcionalmente independiente, imparcial y estar sometido solamente al
imperio de la ley (Arts. 228 y 230 C. Pol.)[78].
En este sentido, el juez natural es aquél a quien la Constitución o la Ley le han asignado
el conocimiento de ciertos asuntos para su definición, cuya determinación está regida
por dos principios: la especialidad, pues el legislador deberá consultar como principio
de razón suficiente la naturaleza del órgano al que atribuye las funciones judiciales, y
de otro lado, la predeterminación legal del Juez que conocerá de determinados
asuntos, lo cual supone: “i) que el órgano judicial sea previamente creado por la ley; ii)
que la competencia le haya sido atribuida previamente al hecho sometido a su decisión;
iii) que no se trate de un juez por fuera de alguna estructura jurisdiccional (ex post) o
establecido únicamente para el conocimiento de algún asunto (ad hoc); y iv) que no se
someta un asunto a una jurisdicción especial cuando corresponde a la ordinaria o se
desconozca la competencia que por fuero ha sido asignada a determinada autoridad
judicial.”[79]

La exigencia de que se haya asignado normativamente competencia no basta para


definir este concepto, pues el derecho en cuestión exige adicionalmente que no se
altere “la naturaleza de funcionario judicial” y que no se establezcan jueces o
tribunales ad-hoc. Ello implica que previamente se definan quiénes son los jueces
competentes, “que estos tengan carácter institucional y que una vez asignada –
debidamente- competencia para conocer un caso específico, no les sea revocable el
conocimiento del caso, salvo que se trate de modificaciones de competencias al
interior de una institución”[80].

En virtud de lo anterior, el derecho al juez natural comprende una doble garantía en el


entendido de que asegura“al sindicado el derecho a no ser juzgado por un juez distinto
a los que integran la Jurisdicción, evitándose la posibilidad de crear nuevas
competencias distintas de las que comprende la organización de los jueces; e
igualmente una garantía para la Rama Judicial en cuanto impide la violación de
principios de independencia, unidad y "monopolio" de la jurisdicción ante las
modificaciones que podrían intentarse para alterar el funcionamiento ordinario”[81].

Derecho a ser juzgado con las formas propias de cada juicio

El derecho a ser juzgado con la plenitud de las formas propias de cada juicio implica el
establecimiento de esas reglas mínimas procesales[82], entendidas como “(...) el
conjunto de reglas señaladas en la ley que, según la naturaleza del juicio, determinan los
procedimientos o trámites que deben surtirse ante las diversas instancias judiciales o
administrativas.” [83]. De esta forma, dicho presupuesto se erige en garantía del
principio de legalidad que gobierna el debido proceso, el cual “(...) se ajusta al principio
de juridicidad propio del Estado de Derecho y excluye, por consiguiente, cualquier acción
contra legem o praeter legem” [84].

En este sentido, el debido proceso es precisamente el conjunto de etapas, exigencias o


condiciones establecidas por la ley, que deben concatenarse al adelantar todo proceso
judicial o administrativo.[85]
La Corte ha hecho énfasis, así mismo en que el cumplimiento de las formas propias
del juicio no debe entenderse como una simple sucesión de formas, requisitos y
términos, sino que se requiere comprender su verdadero sentido vinculado de
manera inescindible con el respeto y efectividad de los derechos fundamentales,
por ello, su cumplimiento debe revelar a cada paso el propósito de protección y
realización del derecho material de las personas[86].

Derecho a la defensa

El derecho a la defensa es entendido como el empleo de todos los medios legítimos y


adecuados para ser oído y obtener una decisión favorable[87].

En este sentido, implica la facultad de pedir y allegar pruebas y controvertir las que se
aporten en su contra, formular peticiones y alegaciones e impugnar las decisiones que se
adopten[88].

Este derecho se encuentra consagrado en el artículo 29 la Constitución Política, el cual


destaca que: “[q]uien sea sindicado tiene derecho a la defensa” y en el artículo 8° de la
Convención Americana sobre los Derechos Humanos o Pacto de San José, el cual señala
que toda persona tiene derecho a ser oída, con las debidas garantías judiciales y dentro
de un plazo razonable, y a contar con la oportunidad y el tiempo para preparar su
defensa[89].

Al respecto, cabe dar cuenta de que si bien el derecho a la defensa debe ser garantizado
por el Estado en el ámbito de cualquier proceso o actuación judicial o administrativa,
éste se proyecta con mayor intensidad y adquiere mayor relevancia en el escenario del
proceso penal[90]; entendiéndose de tal manera desde el ámbito internacional, donde
los múltiples tratados de derechos humanos “hacen un especial reconocimiento al
derecho a la defensa en materia penal, como ocurre, por ejemplo, con el Pacto
Internacional de Derechos Civiles y Políticos y con la Convención Americana de Derechos
Humanos, incorporados a nuestro ordenamiento interno a través de las Leyes 74 de 1968
y 16 de 1972, respectivamente, los cuales a su vez forman parte del Bloque de
Constitucionalidad por mandato expreso del artículo 93 de la Constitución
Política.”[91]

El derecho al debido proceso implica de suyo la posibilidad de realizar una efectiva


defensa judicial con aplicación de todos los instrumentos legítimos para hacerse oír en
juicio y obtener una decisión favorable. Asuntos tan neurálgicos como los relacionados
con: (i) el derecho al tiempo y a los medios adecuados para la preparación de la
defensa, (ii) los derechos a la asistencia de un abogado, a la igualdad ante la ley
procesal, (iii) el derecho a la buena fe y a la lealtad de todas las demás personas que
intervienen en el proceso[92] y (iv) la exigencia según la cual los procesos deben ser
públicos y han de desenvolverse dentro de un lapso razonable sin dilaciones injustificadas
o inexplicables[93].

En materia penal, el derecho a la defensa tiene dos (2) modalidades: (i) la defensa
material, entendida como aquella que le corresponde ejercer directamente al sindicado
y; (ii) la defensa técnica, vista como “la que ejerce en nombre de aquél un abogado
escogido por el sindicado, denominado defensor de confianza, o bien a través de la
asignación de un defensor público proporcionado directamente por el Estado a través del
Sistema Nacional de Defensoría Pública”[94].

El derecho a la defensa técnica es intemporal, no tiene límites en el tiempo, puesto que


el ejercicio de este surge desde que se tiene conocimiento que se cursa un proceso en
contra de una persona y solo culmina cuando finaliza el mismo; dando cabida para
interpretar que este derecho “implica que se puede ejercer desde antes de la
imputación, en las etapas pre y procesal, sin que resulte relevante para el
ordenamiento constitucional la denominación jurídica que se le asigne al individuo al
interior de todas y cada una de las actuaciones penales, pues lo importante y
trascendental es que se le garantice a lo largo de todas ellas el ejercicio del derecho a
la defensa sin limitaciones ni dilaciones injustificadas”[95].

El derecho a un proceso público sin dilaciones injustificadas

Otra de las garantías esenciales del debido proceso es el derecho a un proceso público,
desarrollado con prevalencia de las garantías sustantivas y procesales requeridas[96] y
que permita la publicidad de las actuaciones y decisiones[97] adoptadas en esos
procedimientos[98].

Parte fundamental del ejercicio del derecho al debido proceso y al acceso a la


administración de justicia, resulta de vital importancia, que la administración de
justicia, no se limite exclusivamente al cumplimiento fiel de los procedimientos
previamente establecidos por la ley, para garantizar una adecuada administración de
justicia, pues si bien con dicho comportamiento se es fiel al principio de celeridad, es
imprescindible tener en cuenta otros elementos fundamentales en el proceso de
impartir justicia, como es que las decisiones que se tomen en ejercicio de esta
deber constitucional, deben ser igualmente eficaces, es decir, que las mismas deben
contener una resolución clara, cierta, motivada y jurídica de los asuntos que generaron
su expedición, teniendo claro, que la finalidad de toda la actuación es la de maximizar
el valor justicia contenido en el Preámbulo de la Constitución[99].

En este ámbito surge el derecho a que las decisiones se adopten en un término


razonable, sin dilaciones injustificadas ha sido reconocido en múltiples ocasiones por
la Corte Constitucional[100] y está consagrado expresamente en el artículo 8.1 de la
Convención Americana de Derechos Humanos, según el cual: “toda persona tiene
derecho a ser oída, con las debidas garantías y dentro de un plazo razonable, por un
juez o tribunal competente, independiente e imparcial, establecido con anterioridad
por la ley, en la sustanciación de cualquier acusación penal formulada contra ella, o
para la determinación de sus derechos y obligaciones de orden civil, laboral, fiscal o de
cualquier otro carácter”.

La relevancia del derecho al plazo razonable ha sido reconocida en numerosas


sentencias de la Corte Interamericana de Derechos Humanos[101], la cual ha establecido
tres criterios que deben ser tenidos en cuenta para establecer la razonabilidad del
plazo:“(i) la complejidad del asunto, (ii) la actividad procesal del interesado y (iii) la
conducta de las autoridades nacionales”[102].

En este aspecto, la Corte Constitucional ha precisado que la inobservancia de los


términos judiciales, constituye una vulneración del derecho fundamental al debido
proceso, consagrado en el artículo 29 de la Constitución: "La inobservancia de los
términos judiciales -como lo ha sostenido la Corte Constitucional en varias
oportunidades-, constituye una vulneración del derecho fundamental al debido
proceso, consagrado en el artículo 29 de la Constitución. El principio de celeridad que
es base fundamental de la administración de justicia debe caracterizar los procesos
penales. Ni el procesado tiene el deber constitucional de esperar indefinidamente que
el Estado profiera una sentencia condenatoria o absolutoria, ni la sociedad puede
esperar por siempre el señalamiento de los autores o de los inocentes de los delitos
que crean zozobra en la comunidad”.[103]

PRETENSIONES
Con base en los anteriores hechos relacionados solicito al Señor Juez:

Que se ordene tutelar mi derecho fundamental a un DEBIDO PROCESO consagrado en el


artículo 29 de la Constitución Nacional, dentro de la actuación que adelanta la Inspección
de Policía del Municipio de Tona, en consecuencia, ordénese al Municipio de Tona –
Santander por intermedio de la Inspección de Policía se declare la nulidad de todo lo
actuado y se disponga el archivo definitivo de las actuaciones por perturbación a la
posesión que se adelanta en mi contra, siendo querellante la señora LUZ MAR ROJAS.

PROCEDENCIA DE LA TUTELA

La acción de tutela procede contra toda acción u omisión de las autoridades públicas,
que haya violado, viole o amenace violar cualquiera de los derechos fundamentales
consagrados en la Constitución Política.

Sin lugar a dudas las actuaciones realizadas por la inspectora de policía vulnera mi
derecho fundamental al debido proceso y amenaza mi derecho a la defensa, a que mi
proceso lo conozca y decida una autoridad competente.
JURAMENTO
Bajo la gravedad de juramento manifiesto que no he promovido Acción de Tutela alguna
por los mismos hechos, ante otra autoridad judicial.

PRUEBAS:
Solicito se tengan como pruebas las siguientes:

DOCUMENTALES:

 Solicito al señor Juez se sirva requerir al Municipio de Tona, para que allegue
manual de funciones de la señora ELIZABETH VANEGAS LIZCANO, con el fin de
determinar la COMPETENCIA TERRITORIAL.

 Solicito al señor Juez se sirva requerir al Municipio de Tona, para que allegue copia
del CONTRATO DE PRESTACION DE SERVICIOS PROFESIONALES DE APOYO A LA
GESTIÓN SUSCRITO ENTRE EL MUNICIPIO DE TONA – SANTANDER Y DARY
YANETH HERNÁNDEZ RIVERA, con numero N° 017/ 2019, por valor de 21.000.000,
con un plazo de ejecución de 5 meses y 29 días, con el fin de demostrar
responsabilidades.

 Anexo copia de todas las actuaciones y ordenes que se me han notificado por
parte de la inspectora, entre ellas el auto de apertura SIN FECHA en la que se
admite y se me ordena la entrega del bien inmueble.

NOTIFICACIONES

El suscrito recibe notificaciones en:


______________________________________________________________________

_______________________________________________________________________

La entidad accionada, MUNICIPIO DE TONA en el Palacio Municipal, 2do piso, Municipio


de Tona – Santander.

Sin otro particular,

___________________________________
POSPERO HUERFANO
C.C. No. ________________________

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