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CÓMO DEJAR DE PENSAR COMO EMPLEADO Y DESARROLLAR UNA MENTALIDAD

EMPRESARIAL

Imágenes por Shutterstock

1. DEJA DE TRABAJAR POR HORAS Y COMIENZA A TRABAJAR POR METAS Y OBJETIVOS


Trabajar por horas nos lleva a cometer dos grandes errores: en primer lugar, hace que nos
autoengañemos creyendo que por estar ocupados estamos siendo productivos. Y, en
segundo lugar, hace que nos olvidemos de administrar nuestra energía, un recurso tan
importante como el tiempo mismo.
Como empresario debes desarrollar tu capacidad para trabajar con enfoque, es decir,
aprender a priorizar para poder discernir entre lo urgente y lo importante, teniendo así la
posibilidad de dedicar la mayor parte de tu tiempo y energía a aquellas actividades que
más aportan al logro de las metas y objetivos que te has planteado.
Emprender no se trata de cuántas horas trabajas, sino de qué resultados estás
obteniendo. Olvídate de que debes trabajar 8 horas diarias de lunes a viernes y enfócate
en establecer metas y objetivos que guíen tus acciones.

2. DEJA DE BUSCAR COMODIDAD Y SEGURIDAD; Y BUSCA LIBERTAD E INDEPENDENCIA


Si lo que quieres es dinero rápido y seguro, probablemente lo que necesitas es un empleo.
A los 15 días recibirás tu primer pago.

El emprendimiento es un camino lleno de incertidumbre en el que nada es seguro, pero


todo es posible. Muchas personas inician sus empresas buscando esa aparente sensación
de comodidad y seguridad que brinda un empleo, pero la verdad es que emprender se
trata precisamente de salir de nuestra zona de confort y aventurarnos a superar nuestros
propios límites.
Cuando eres empresario, significa que tu salario ya no depende de tu jefe, sino de ti
mismo. Al principio será difícil, especialmente si estás muy acostumbrado a recibir tu
salario cada mes, pero emprender te da la libertad e independencia para explotar todo tu
potencial.

"Cuando decida iniciar un negocio, significa que ha renunciado a un ingreso estable y


demás beneficios económicos y sociales que puede tener cuando trabaja para otros... Por
otro lado, significa que sus ingresos no están limitados por nada, que puede administrar
de manera más efectiva su tiempo y no tendrá que pedirles permiso a otras personas." -
Jack Ma
3. DEJA DE TRABAJAR EN LO QUE TE TOCA Y COMIENZA A RENTABILIZAR TUS PASIONES
Para muchas personas el trabajo no es más que "un mal necesario", algo que deben hacer
para poder sobrevivir.
Un emprendedor sabe que su capacidad de trabajar le da la oportunidad de impactar el
mundo con sus ideas, habilidades, pasiones y talentos. Para un emprendedor el trabajo no
es un deber, sino la herramienta para cumplir con su propósito de vida.
En este punto es importante resaltar que, así como hay personas que disfrutan sus
empleos y los hacen con pasión, también hay personas que inician negocios en industrias
que no les apasionan y terminan odiando sus propios negocios. Por esto es importante
que, antes de dejar tu empleo para iniciar un negocio, trabajes en desarrollar una
mentalidad emprendedora que te permita afrontar todos los retos que impone el mundo
empresarial.
No emprendas con la ilusión de que vas a ganar más trabajando menos. Emprende porque
vas a tener la oportunidad de seguir tus pasiones, desarrollar tus proyectos y contribuir a
hacer de este mundo un lugar mejor con tu trabajo.
"Si odias tu trabajo, odias también gran parte del tiempo que pasas en este mundo."

4. DEJA DE BUSCAR JEFES Y COMIENZA A BUSCAR CLIENTES

Cuando una persona emprende con mentalidad de empleado, siempre va a terminar


buscando más jefes que clientes. ¿Qué significa esto? El empleo tradicional tiene 3
características: subordinación, horario y salario. Si vas a emprender, debes tener claro que
la relación con tus clientes no debe ser la misma que con un jefe.
Son numerosos los casos de personas que renuncian a sus empleos y se lanzan como
freelancers en busca de incrementar sus ingresos y tener más libertad, pero al final
terminan trabajando con clientes que disponen de su tiempo en todo momento y hasta
definen cuánto les van a pagar por sus servicios.
Deja de trabajar para las empresas y para las personas, y comienza a trabajar con las
empresas y con las personas. Es un cambio de enfoque muy importante. Siempre
asegúrate de tener autonomía sobre tu tiempo y tu trabajo. Sé muy específico en cuanto a
las características de tu propuesta de valor y enfócate, no permitas que la necesidad de
asegurar un cliente te lleve a aceptar condiciones de trabajo que pongan en riesgo tu
integridad, tu salud o tu reputación, que son activos muy valiosos en este mundo del
emprendimiento.
5. DEJA DE VENDER TU TIEMPO Y ENFÓCATE EN APORTAR VALOR
Muy ligado al punto anterior, porque, como vimos, la dinámica empresarial es muy
distinta a la dinámica laboral y a los clientes les es indiferente el tiempo que inviertas para
crear y entregar tu producto o servicio, a ellos les interesa es que les aportes valor a sus
vidas a través de tus productos y servicios.
Construye una propuesta de valor basándote en lo que tú tienes para ofrecer y lo que tus
clientes potenciales quieren o necesitan. Cuánto más valor aportes a tus clientes, mayor
será el precio que ellos estarán dispuestos a pagar.
6. Deja de desgastarte con el trabajo operativo y aprende a delegar
Una de las herramientas más poderosas de los empresarios exitosos, es su capacidad de
delegar... Pero, delegar no es simplemente poner a otras personas a hacer tu trabajo.
Existen 3 claves importantes para delegar con éxito en tu negocio:
Trabaja con los mejores: Asegúrate de tener a tu lado personas capacitadas, de confianza
y que estén realmente comprometidas con la misión de tu negocio.

Empodera a tu equipo: "No tiene sentido contratar a personas inteligentes y después


decirles lo que tienen que hacer." -Steve Jobs. Si eliges bien a las personas de tu equipo,
debes brindarles toda la información y herramientas para que hagan su trabajo sin
inconvenientes ni limitaciones, de lo contrario seguirás siendo una barrera para el
crecimiento de tu propio negocio.

Estandariza: Crea formatos, estándares y protocolos que sirvan de referencia a tu equipo a


la hora de realizar su trabajo, pero evita caer en el error de "burocratizar" los procesos en
tu negocio.
Puede que al principio te toque hacer de todo en tu negocio, pero poco a poco debes ir
identificando esas tareas operativas que puedes delegar para que te enfoques en la parte
estratégica de tu negocio. El reto es lograr que tu negocio funcione correctamente sin
necesidad de que estés físicamente en él.
“Uno de los secretos del éxito empresario consiste no en hacer uno mismo el trabajo, sino
en reconocer a la persona apropiada para hacerlo.” -Andrew Carnegie
7. Deja de ahorrar para gastar y comienza a ahorrar para invertir

Desarrollar una mentalidad empresarial


también implica que aprendas a invertir. En el mundo de los negocios no sólo hay que
saber cómo ganar dinero, sino también cómo administrarlo y ponerlo a trabajar para ti.
Algo común es que los pequeños empresarios gastan las utilidades de sus negocios a
medida que las van obteniendo, entonces difícilmente llegan a expandirse y consolidarse
en el mercado. Un empresario exitoso sabe que si quiere ver crecer su negocio, debe
invertir en él.
Una persona con mentalidad de empresario siempre pondrá las necesidades de su
negocio por encima de los lujos personales.
"Sin motivación, no hay sacrificio. Sin sacrificio, no hay ahorro. Sin ahorro, no hay
inversión. Sin inversión, no habrá crecimiento."
8. Deja de ser reactivo y comienza a ser proactivo
Una de las principales diferencias entre ser empleado y ser emprendedor, es que,
generalmente, el empleado siempre tiene un superior que se encarga de asignarle
funciones y tareas, además de hacer el correspondiente seguimiento a las mismas;
mientras que el emprendedor no puede esperar a que le digan lo que debe hacer, él debe
ser proactivo y autodisciplinado.
Si, es cierto que incluso siendo empleados debemos ser proactivos y autodisciplinados,
pero esta cualidad es especialmente importante cuando uno se lanza a
emprender, porque sin importar cuánto ames lo que haces, habrá días en que no querrás
hacerlo. Habrá días en que tendrás pereza de ir a abrir tu negocio, habrá días en que te
sentirás cansado, habrá días en que pensarás que es más fácil buscar un empleo que te dé
un ingreso fijo, habrá días en que no soportarás a tus clientes o a tus colaboradores... y es
justamente en esos días en los que debes recordar por qué empezaste y por qué rendirte
no es una opción para ti.
Si necesitas que alguien te esté dando órdenes para que te pongas en acción, entonces te
va a ir mejor en un empleo. En los negocios tú debes ser tu propia motivación.
9. Deja de buscar culpables, asume tu responsabilidad y enfócate en encontrar soluciones
En un empleo tradicional, nuestras funciones y responsabilidades llegan hasta cierto
punto. Si sucede algún problema o imprevisto, generalmente se busca a la persona
responsable. En cambio, cuando eres emprendedor todo lo que sucede es responsabilidad
tuya, sin importar en quién hayas delegado determinada labor.
Es común encontrar empresarios que se apoyan en sus colaboradores para excusarse con
sus clientes cuando no han podido entregar correctamente un pedido. Dicen cosas
como: "Fue error de mi diseñador", "La persona encargada estaba de descanso y por eso
no pude tener a tiempo su pedido", "Ha sido culpa de nuestra contadora", etc. ¿Es esa la
actitud de un empresario exitoso?
Cuando le incumples a un clientes, se ve afectada toda tu marca y toda tu empresa. Es tu
responsabilidad contar con el personal idóneo y los recursos necesarios para cumplir con
tu propuesta de valor.
Claro que los problemas e imprevistos pueden ocurrir, pero vale más para un cliente ver a
una empresa comprometida y asumiendo su responsabilidad, que escuchar a un
empresario ineficiente culpando a sus propios colaboradores por lo sucedido.
10. Deja de temer a los cambios y comienza a gestionarlos
La dinámica laboral en ocasiones se
torna rutinaria, especialmente para quienes ejercen cargos operativos, lo que puede
llevarnos a volvernos reacios a los cambios. Seguramente habrás visto a personas
quejándose dentro de una empresa porque les toca utilizar un nuevo software, cambiar su
lugar de trabajo o realizar algún proceso de manera diferente.
Lo ideal es que todas las personas dentro de la organización sean abiertas a los cambios y
estén constantemente en un proceso de reinvención y evolución, pero, sin duda, los
líderes de la organización deben ser los primeros en adoptar ésta filosofía de vida, porque
probablemente también has escuchado a empresarios decir cosas como: "Siempre se han
hecho las cosas así y han funcionado", "No confío en los nuevos sistemas", etc.
Como líder de tu emprendimiento debes estar siempre un paso adelante, dispuesto a
desafiar el status quo y aprovechando las oportunidades que de los cambios emanan.
"Cuando el ritmo de cambios dentro de la empresa es superado por el ritmo de cambios
fuera, el final está cerca". -Jack Welch
11. Enfócate en el valor de las cosas, no en su precio
Según Robert Kiyosaki, el tacaño nunca será rico porque se enfoca en el precio de las
cosas, no en su valor. ¿Qué quiere decir con ésto? quiere decir que, sólo porque algo es
barato, no significa que vale la pena el costo.
En el mundo del dinero, los negocios y las inversiones, debes aprender a identificar el
valor de las cosas. Dejarse llevar por un "Precio Bajo" es una decisión emocional que te
puede hacer perder mucho dinero. Los empresarios exitosos compran valor.
En mi caso personal, años atrás al iniciar un restaurante, el negocio fracasó por diversas
razones, entre ellas que tomamos un local porque su precio era muy bajo, pero la
ubicación no era muy estratégica, por lo que el flujo de clientes era poco. Lección
aprendida: sólo porque algo es barato, no significa que vale la pena el costo.
12. Deja de enfocarte en los recursos y comienza a enfocarte en las oportunidades
La razón por la que la mayoría de las personas dicen cosas como: "Eso no se puede hacer
aquí", "Lo haría si tuviera dinero", "Si yo fuera...", "Si yo tuviera...", etc. es porque se están
enfocando en los recursos, no en las oportunidades.
Un empresario es capaz de ver el árbol, aún cuando sólo tiene la semilla sostenida en su
mano. El empresario se enfoca en la oportunidad y se pregunta: ¿Cómo puedo hacerlo?
Déjame compartirte una historia para ilustrar este punto...
Andrew Carnegie fue un conocido multimillonario. A tiempo actual, su fortuna estaría por
encima de los trescientos mil millones de dólares. El tipo estaba embarcado en un mega-
proyecto: la construcción de un puente sobre el río Misisipi en USA.
En aquella época todos los puentes que se construían, al poco tiempo se caían. La gente
desconfiaba de las grandes obras, pero Carnegie creía que su idea era posible. La prueba
de fuego no era la desconfianza de la gente, sino la falta de recursos para financiar la obra.
Para entonces, la obra ya estaba en marcha, pero los prestamos que el joven había
solicitado resultaron insuficientes. Estaba endeudado y le faltaba dinero para continuar.
Día y noche tocaban su puerta o le enviaban cartas para exigir que pague, sin embargo
nada le detenía. Carnegie no se había endeudado para tirar ese dinero al agua, lo estaba
invirtiendo.
Así que cuando faltaban recursos y las deudas apremiaban, Carnegie no detuvo su
proyecto sino que más bien tomó impulso y le dio más velocidad.
Carnegie no dijo:
“que miedo, estoy endeudado, tengo la soga al cuello”,
“paren todo, ya no tengo dinero”,
“vamos a detener la obra, ya nadie nos quiere prestar.”
No, él no dijo eso.
Él dijo: “vamos a continuar, nuestro objetivo es construir un puente nunca antes visto.”
Señores, Andrew Carnegie tenía la mente en el sueño, no en las trabas. Toda su energía
estaba puesta en el objetivo, no en el dinero.
Puso en marcha un plan y en cuestión de días consiguió más financiamiento. Así concluyó
la obra que lo catapultó al éxito masivo. ¿Cómo lo hizo? Empezó a razonar como un
verdadero marketero y vendió la idea de su proyecto. Identificó inversionistas y empezó a
enviar cartas persuasivas en las cuales comunicaba la promesa de una ganancia no
imaginada. Una de sus cartas decía:
“Estimados señores, nuestro puente es de acero y es una construcción nunca antes vista.
Debido a su comprobada resistencia, en los próximos años el acero moverá al mundo, por
lo cual les animamos a renovar su creencia y seguir apostando por unir El Este con el
Oeste. En un futuro cercano el mercado más rentable será el acero y debemos elegir si
será nuestro o será de otros.”
Carnegie ha demostrado que cuando hay visión, hay capital; y que cuando hay creencia,
hay caminos. Recuerde: el sueño es más grande que el problema y el soñador es más
fuerte que la adversidad.
No le hablo de que usted desconozca sus deudas, sino que desconozca sus miedos. Si
estamos seguros del negocio, tenemos que estar seguros de nosotros. La deuda no es más
grande que el empresario. Así que creencia ante todo, velocidad al máximo, acción y más
acción... recuerde: cuando la siembra es buena, la cosecha es buena.
Escrito por Mundo de Millonarios
Consejos para desarrollar una mentalidad empresarial

Si estás listo para dar el siguiente paso y comenzar a trabajar en tu mentalidad


empresarial, estos son algunos consejos prácticos que te ayudarán a lograrlo:
Rodéate de gente emprendedora: Dicen que somos el promedio de las 5 personas con las
que más pasamos tiempo, entonces asegúrate de estar rodeado de personas que te
inspiren y te reten.
Lee: Leer es como tener conversaciones con personas de las que puedes aprender un
montón de cosas interesantes.
Un libro especialmente recomendado es "Emprender es una forma de Vida: Desarrollo de
la Conciencia Emprendedora". En él encontrarás valiosas lecciones, claves y herramientas
para afrontar la vida y los negocios con actitud emprendedora.
También te recomiendo "La semana laboral de 4 horas" de Tim Ferris; "Padre Rico, Padre
Pobre" de Robert Kiyosaki; "Piense y hágase rico" de Napoleón Hill; y "Pasión por
Emprender" de Andy Freire. Son muy buenas lecturas para romper paradigmas y cambiar
tu forma de pensar y trabajar. Si conoces otro libro interesante acerca del tema, no dudes
en recomendarlo en los comentarios.
Sal a vender: Una excelente manera de desarrollar diversas habilidades de gran
importancia para los emprendedores, es ponerse a vender. Si tienes un producto propio,
genial. Si no lo tienes, busca el producto de otra persona o empresa y haz un acuerdo para
recibir una comisión por cada venta. Cuánto mejor sea tu habilidad para las ventas, más
hábil serás para los negocios.
Toma acción: El mejor curso de emprendimiento que puedes hacer, es tomar tu idea y
comenzar a ejecutarla. No importa cuántos libros leas o cuántos cursos realices, si no
tomas acción, estás perdiendo tiempo valioso. Por más consejos que te den, hay lecciones
que sólo aprenderás a base de caídas y golpes.
Conclusiones
Aunque inicies un negocio, puede que aún existan en tu cabeza paradigmas que te
impidan convertirte en el empresario exitoso que quieres ser. Es importante que trabajes
en desarrollar una mentalidad empresarial que te permita afrontar con éxito los retos que
impone el mundo de los negocios.
Por otra parte, no hay nada de malo en tener un empleo, lo malo es depender de él y
desarrollar una mentalidad de conformismo que nos impida reinventarnos y crecer
constantemente. Recuerda: Busca clientes, no jefes. Incluso siendo empleado puedes
construir una mentalidad emprendedora y aportar mayor valor a las empresas con las que
trabajas.

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