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La psicología es una ciencia y una profesión.

La formación de los psicólogos está determinada por el


desarrollo de la disciplina y las exigencias profesionales del mercado laboral.
Desde la perspectiva académica existe en nuestro país una larga historia de esfuerzos para intentar
definir
los perfiles profesionales. El Consejo Nacional para la Enseñanza e Investigación en psicología
desarrolló
el primer perfil profesional del psicólogo en el año de 1978 (CNEIP, 1978). Más tarde en 1984 en las
Jornadas I y II realizadas también por el CNEIP en San Luis Potosí se caracterizó cada área de
intervención profesional enlistándose para cada una de ellas las funciones genéricas y cotidianas.
(CNEIP, 2000). En 1987 el CNEIP realizó actividades adicionales para actualizar el perfil profesional
del
psicólogo. En esa ocasión se elaboró un análisis más detallado de las funciones que se realizan en
los
diferentes campos de aplicación de la psicología (CNEIP, 2002).
Desde la perspectiva profesional el esfuerzo que más destaca es el desarrollado por el Colegio
Oficial de
Psicólogos de España al publicar el documento Perfiles Profesionales del Psicólogo, en el que se
detallan
las tareas que este debe desempeñar en distintos escenarios profesionales (COP, 1998). En México
esta
perspectiva apenas tuvo un primer intento muy general de aplicación en los trabajos expuestos
durante la
Primera Reunión Nacional sobre Psicología, Servicio Social y Salud que auspicio la Subdirección de
Regulación para la Formación de Recursos Humanos para la Salud (SSA, 2003)
Sin embargo la actuación del psicólogo en el escenario laboral está determinada no solo por la
formación
que reciba sino por una serie de factores que pueden ser analizados en diferentes niveles (Malott,
2001).
En el actuar profesional del psicólogo influyen por ejemplo factores educativos, económicos, políticos
y
técnicos (Vargas-Mendoza, Aguilar-Morales, Maldonado-Aragón, Espinoza-Álvarez y Bautista-
Hernández,
2008).
De hecho las estrategias recientes de diseño curricular proponen que en la búsqueda de la atención
de las
necesidades sociales en el nivel profesional de licenciatura los empleadores determinen con
frecuencia las
tareas que desarrollarán los futuros profesionistas. En el caso de la psicología esto ha generado una
situación particular pues se ha pretendido incluir en los perfiles profesionales del psicólogo una serie
de
tareas que no forman parte de la disciplina pero que son exigidas en el terreno profesional. Lo que
Las funciones profesionales del psicólogo.
Notas: Boletín Electrónico de Investigación de la Asociación Oaxaqueña de Psicología A.C.
Volumen 6. Número 1. 2010. Pág. 23-26.
http://www.conductitlan.net/ notas_boletin_investigacion/72_funciones_profesionales_psicologo.pdf
25
implicado el surgimiento de dos problemáticas: se estudia psicología sin estudiar la disciplina
científica
propiamente dicha y se falla en proporcionar los recursos técnicos para desarrollar una tarea
profesional.
La primera problemática puede resolverse como lo han hecho otras disciplinas, desarrollando
técnicos que
en un nivel inferior a la licenciatura puedan desempeñar tareas específicas, así se podrían formar
psicómetras, administradores de personal, responsables de capacitación, técnicos en instrucción,
etc. de
la misma manera que en la medicina existe el personal paramédico: optometristas, técnicos en
urgencias
médica, etc. Permitiendo que en el nivel de licenciatura se desarrolle el estudio de la psicología
como una
ciencia.
La segunda problemática requiere la aplicación de herramientas administrativas en el desarrollo de
nuestras propias tareas profesionales: descripción de cargos, diseño de procesos, elaboración de
normas
técnicas, sistemas de evaluación, etc. Es sorprendente que a esta fecha no exista en México un
esfuerzo
sistemático de esta naturaleza.
Preocupados por esta situación en la Asociación Oaxaqueña de Psicología iniciamos un ejercicio
para
determinar con claridad las funciones específicas que debe desarrollar en psicólogo en diversas
tareas
profesionales
MÉTODO
Utilizando herramientas administrativas para el análisis de puesto (entrevista, cuestionario, encuesta,
análisis de incidentes críticos, la revisión de planes de estudio y de catálogos nacionales de
ocupaciones)
se elaboraron las cédulas de descripción de funciones del psicólogo como instructor, como
administrador
de la capacitación, como responsable del proceso de selección de personal y como orientador
educativo.
RESULTADOS
Cuatro cédulas de descripción de funciones fueron elaboradas: la del psicólogo como instructor, la
del
psicólogo como responsable de la capacitación, como responsable del proceso de selección de
personal y
la del psicólogo como orientador educativo. Las cuatro cédulas se incluyen por separado en este
mismo
número de esta revista.
DISCUSIÓN
La agrupación de las funciones profesionales puede permitir una mayor claridad en las tareas que el
psicólogo puede realizar en diferentes escenarios.
Estas tareas contenidas en cada cédula pueden facilitar la selección, el entrenamiento y la
evaluación de
su desempeño profesional.
Las funciones profesionales del psicólogo.
Notas: Boletín Electrónico de Investigación de la Asociación Oaxaqueña de Psicología A.C.
Volumen 6. Número 1. 2010. Pág. 23-26.
http://www.conductitlan.net/ notas_boletin_investigacion/72_funciones_profesionales_psicologo.pdf
26
Como puede observarse una vez que se desglosan las tareas queda claro que estas pueden
realizarse
por una diversidad de profesionales. Puede por tanto incluirse un mayor número de contenidos en la
formación del psicólogo y luchar por su exclusividad en el desarrollo de estas tareas o puede
buscarse una
solución alterna que consiste en generar técnicos que realicen estas funciones.
Nosotros pensamos que la segunda alternativa es el mejor camino, en consecuencia estas cédulas
de
descripción de funciones pueden convertirse en la base de los perfiles de egreso de nuevas carreras
técnicas.
Aún es necesario tecnificar estas tareas y desarrollar una tecnología de administración de los
recursos
humanos que haga más eficientes estos procesos.
REFERENCIAS
Consejo Nacional para la Enseñanza e Investigación en Psicología (1978) Definición del perfil
profesional del psicólogo mexicano. Enseñanza e investigación en psicología, 4(1).
Consejo Nacional para la Enseñanza e Investigación en Psicología (2000) Taller: “El perfil
profesional
del psicólogo del próximo milenio”. México: Autor.
Consejo Nacional para la Enseñanza e Investigación en Psicología (2002) Perfil profesional
del
psicólogo y situación actual de la enseñanza de la psicología en México. México:
Autor.
Malott, M. (2001) Paradoja de cambio organizacional. México: Editorial Trillas.
Vargas-Mendoza, J. E., Aguilar-Morales, J.E., Maldonado-Aragón, M.S., Espinoza-Álvarez, R. y
Bautista-Hernández, L. A. (2008) La certificación de los psicólogos profesionales en México:
Contexto
y opinión. Notas: Boletín Electrónico de Investigación de la Asociación Oaxaqueña
de Psicología A.C.
4(1), 172-197. La psicología es una ciencia y una profesión. La formación de los psicólogos está
determinada por el
desarrollo de la disciplina y las exigencias profesionales del mercado laboral.
Desde la perspectiva académica existe en nuestro país una larga historia de esfuerzos para intentar
definir
los perfiles profesionales. El Consejo Nacional para la Enseñanza e Investigación en psicología
desarrolló
el primer perfil profesional del psicólogo en el año de 1978 (CNEIP, 1978). Más tarde en 1984 en las
Jornadas I y II realizadas también por el CNEIP en San Luis Potosí se caracterizó cada área de
intervención profesional enlistándose para cada una de ellas las funciones genéricas y cotidianas.
(CNEIP, 2000). En 1987 el CNEIP realizó actividades adicionales para actualizar el perfil profesional
del
psicólogo. En esa ocasión se elaboró un análisis más detallado de las funciones que se realizan en
los
diferentes campos de aplicación de la psicología (CNEIP, 2002).
Desde la perspectiva profesional el esfuerzo que más destaca es el desarrollado por el Colegio
Oficial de
Psicólogos de España al publicar el documento Perfiles Profesionales del Psicólogo, en el que se
detallan
las tareas que este debe desempeñar en distintos escenarios profesionales (COP, 1998). En México
esta
perspectiva apenas tuvo un primer intento muy general de aplicación en los trabajos expuestos
durante la
Primera Reunión Nacional sobre Psicología, Servicio Social y Salud que auspicio la Subdirección de
Regulación para la Formación de Recursos Humanos para la Salud (SSA, 2003)
Sin embargo la actuación del psicólogo en el escenario laboral está determinada no solo por la
formación
que reciba sino por una serie de factores que pueden ser analizados en diferentes niveles (Malott,
2001).
En el actuar profesional del psicólogo influyen por ejemplo factores educativos, económicos, políticos
y
técnicos (Vargas-Mendoza, Aguilar-Morales, Maldonado-Aragón, Espinoza-Álvarez y Bautista-
Hernández,
2008).
De hecho las estrategias recientes de diseño curricular proponen que en la búsqueda de la atención
de las
necesidades sociales en el nivel profesional de licenciatura los empleadores determinen con
frecuencia las
tareas que desarrollarán los futuros profesionistas. En el caso de la psicología esto ha generado una
situación particular pues se ha pretendido incluir en los perfiles profesionales del psicólogo una serie
de
tareas que no forman parte de la disciplina pero que son exigidas en el terreno profesional. Lo que
Las funciones profesionales del psicólogo.
Notas: Boletín Electrónico de Investigación de la Asociación Oaxaqueña de Psicología A.C.
Volumen 6. Número 1. 2010. Pág. 23-26.
http://www.conductitlan.net/ notas_boletin_investigacion/72_funciones_profesionales_psicologo.pdf
25
implicado el surgimiento de dos problemáticas: se estudia psicología sin estudiar la disciplina
científica
propiamente dicha y se falla en proporcionar los recursos técnicos para desarrollar una tarea
profesional.
La primera problemática puede resolverse como lo han hecho otras disciplinas, desarrollando
técnicos que
en un nivel inferior a la licenciatura puedan desempeñar tareas específicas, así se podrían formar
psicómetras, administradores de personal, responsables de capacitación, técnicos en instrucción,
etc. de
la misma manera que en la medicina existe el personal paramédico: optometristas, técnicos en
urgencias
médica, etc. Permitiendo que en el nivel de licenciatura se desarrolle el estudio de la psicología
como una
ciencia.
La segunda problemática requiere la aplicación de herramientas administrativas en el desarrollo de
nuestras propias tareas profesionales: descripción de cargos, diseño de procesos, elaboración de
normas
técnicas, sistemas de evaluación, etc. Es sorprendente que a esta fecha no exista en México un
esfuerzo
sistemático de esta naturaleza.
Preocupados por esta situación en la Asociación Oaxaqueña de Psicología iniciamos un ejercicio
para
determinar con claridad las funciones específicas que debe desarrollar en psicólogo en diversas
tareas
profesionales
MÉTODO
Utilizando herramientas administrativas para el análisis de puesto (entrevista, cuestionario, encuesta,
análisis de incidentes críticos, la revisión de planes de estudio y de catálogos nacionales de
ocupaciones)
se elaboraron las cédulas de descripción de funciones del psicólogo como instructor, como
administrador
de la capacitación, como responsable del proceso de selección de personal y como orientador
educativo.
RESULTADOS
Cuatro cédulas de descripción de funciones fueron elaboradas: la del psicólogo como instructor, la
del
psicólogo como responsable de la capacitación, como responsable del proceso de selección de
personal y
la del psicólogo como orientador educativo. Las cuatro cédulas se incluyen por separado en este
mismo
número de esta revista.
DISCUSIÓN
La agrupación de las funciones profesionales puede permitir una mayor claridad en las tareas que el
psicólogo puede realizar en diferentes escenarios.
Estas tareas contenidas en cada cédula pueden facilitar la selección, el entrenamiento y la
evaluación de
su desempeño profesional.
Las funciones profesionales del psicólogo.
Notas: Boletín Electrónico de Investigación de la Asociación Oaxaqueña de Psicología A.C.
Volumen 6. Número 1. 2010. Pág. 23-26.
http://www.conductitlan.net/ notas_boletin_investigacion/72_funciones_profesionales_psicologo.pdf
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Como puede observarse una vez que se desglosan las tareas queda claro que estas pueden
realizarse
por una diversidad de profesionales. Puede por tanto incluirse un mayor número de contenidos en la
formación del psicólogo y luchar por su exclusividad en el desarrollo de estas tareas o puede
buscarse una
solución alterna que consiste en generar técnicos que realicen estas funciones.
Nosotros pensamos que la segunda alternativa es el mejor camino, en consecuencia estas cédulas
de
descripción de funciones pueden convertirse en la base de los perfiles de egreso de nuevas carreras
técnicas.
Aún es necesario tecnificar estas tareas y desarrollar una tecnología de administración de los
recursos
humanos que haga más eficientes estos procesos.
REFERENCIAS
Consejo Nacional para la Enseñanza e Investigación en Psicología (1978) Definición del perfil
profesional del psicólogo mexicano. Enseñanza e investigación en psicología, 4(1).
Consejo Nacional para la Enseñanza e Investigación en Psicología (2000) Taller: “El perfil
profesional
del psicólogo del próximo milenio”. México: Autor.
Consejo Nacional para la Enseñanza e Investigación en Psicología (2002) Perfil profesional
del
psicólogo y situación actual de la enseñanza de la psicología en México. México:
Autor.
Malott, M. (2001) Paradoja de cambio organizacional. México: Editorial Trillas.
Vargas-Mendoza, J. E., Aguilar-Morales, J.E., Maldonado-Aragón, M.S., Espinoza-Álvarez, R. y
Bautista-Hernández, L. A. (2008) La certificación de los psicólogos profesionales en México:
Contexto
y opinión. Notas: Boletín Electrónico de Investigación de la Asociación Oaxaqueña
de Psicología A.C.
4(1), 172-197. La psicología es una ciencia y una profesión. La formación de los psicólogos está
determinada por el
desarrollo de la disciplina y las exigencias profesionales del mercado laboral.
Desde la perspectiva académica existe en nuestro país una larga historia de esfuerzos para intentar
definir
los perfiles profesionales. El Consejo Nacional para la Enseñanza e Investigación en psicología
desarrolló
el primer perfil profesional del psicólogo en el año de 1978 (CNEIP, 1978). Más tarde en 1984 en las
Jornadas I y II realizadas también por el CNEIP en San Luis Potosí se caracterizó cada área de
intervención profesional enlistándose para cada una de ellas las funciones genéricas y cotidianas.
(CNEIP, 2000). En 1987 el CNEIP realizó actividades adicionales para actualizar el perfil profesional
del
psicólogo. En esa ocasión se elaboró un análisis más detallado de las funciones que se realizan en
los
diferentes campos de aplicación de la psicología (CNEIP, 2002).
Desde la perspectiva profesional el esfuerzo que más destaca es el desarrollado por el Colegio
Oficial de
Psicólogos de España al publicar el documento Perfiles Profesionales del Psicólogo, en el que se
detallan
las tareas que este debe desempeñar en distintos escenarios profesionales (COP, 1998). En México
esta
perspectiva apenas tuvo un primer intento muy general de aplicación en los trabajos expuestos
durante la
Primera Reunión Nacional sobre Psicología, Servicio Social y Salud que auspicio la Subdirección de
Regulación para la Formación de Recursos Humanos para la Salud (SSA, 2003)
Sin embargo la actuación del psicólogo en el escenario laboral está determinada no solo por la
formación
que reciba sino por una serie de factores que pueden ser analizados en diferentes niveles (Malott,
2001).
En el actuar profesional del psicólogo influyen por ejemplo factores educativos, económicos, políticos
y
técnicos (Vargas-Mendoza, Aguilar-Morales, Maldonado-Aragón, Espinoza-Álvarez y Bautista-
Hernández,
2008).
De hecho las estrategias recientes de diseño curricular proponen que en la búsqueda de la atención
de las
necesidades sociales en el nivel profesional de licenciatura los empleadores determinen con
frecuencia las
tareas que desarrollarán los futuros profesionistas. En el caso de la psicología esto ha generado una
situación particular pues se ha pretendido incluir en los perfiles profesionales del psicólogo una serie
de
tareas que no forman parte de la disciplina pero que son exigidas en el terreno profesional. Lo que
Las funciones profesionales del psicólogo.
Notas: Boletín Electrónico de Investigación de la Asociación Oaxaqueña de Psicología A.C.
Volumen 6. Número 1. 2010. Pág. 23-26.
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25
implicado el surgimiento de dos problemáticas: se estudia psicología sin estudiar la disciplina
científica
propiamente dicha y se falla en proporcionar los recursos técnicos para desarrollar una tarea
profesional.
La primera problemática puede resolverse como lo han hecho otras disciplinas, desarrollando
técnicos que
en un nivel inferior a la licenciatura puedan desempeñar tareas específicas, así se podrían formar
psicómetras, administradores de personal, responsables de capacitación, técnicos en instrucción,
etc. de
la misma manera que en la medicina existe el personal paramédico: optometristas, técnicos en
urgencias
médica, etc. Permitiendo que en el nivel de licenciatura se desarrolle el estudio de la psicología
como una
ciencia.
La segunda problemática requiere la aplicación de herramientas administrativas en el desarrollo de
nuestras propias tareas profesionales: descripción de cargos, diseño de procesos, elaboración de
normas
técnicas, sistemas de evaluación, etc. Es sorprendente que a esta fecha no exista en México un
esfuerzo
sistemático de esta naturaleza.
Preocupados por esta situación en la Asociación Oaxaqueña de Psicología iniciamos un ejercicio
para
determinar con claridad las funciones específicas que debe desarrollar en psicólogo en diversas
tareas
profesionales
MÉTODO
Utilizando herramientas administrativas para el análisis de puesto (entrevista, cuestionario, encuesta,
análisis de incidentes críticos, la revisión de planes de estudio y de catálogos nacionales de
ocupaciones)
se elaboraron las cédulas de descripción de funciones del psicólogo como instructor, como
administrador
de la capacitación, como responsable del proceso de selección de personal y como orientador
educativo.
RESULTADOS
Cuatro cédulas de descripción de funciones fueron elaboradas: la del psicólogo como instructor, la
del
psicólogo como responsable de la capacitación, como responsable del proceso de selección de
personal y
la del psicólogo como orientador educativo. Las cuatro cédulas se incluyen por separado en este
mismo
número de esta revista.
DISCUSIÓN
La agrupación de las funciones profesionales puede permitir una mayor claridad en las tareas que el
psicólogo puede realizar en diferentes escenarios.
Estas tareas contenidas en cada cédula pueden facilitar la selección, el entrenamiento y la
evaluación de
su desempeño profesional.
Las funciones profesionales del psicólogo.
Notas: Boletín Electrónico de Investigación de la Asociación Oaxaqueña de Psicología A.C.
Volumen 6. Número 1. 2010. Pág. 23-26.
http://www.conductitlan.net/ notas_boletin_investigacion/72_funciones_profesionales_psicologo.pdf
26
Como puede observarse una vez que se desglosan las tareas queda claro que estas pueden
realizarse
por una diversidad de profesionales. Puede por tanto incluirse un mayor número de contenidos en la
formación del psicólogo y luchar por su exclusividad en el desarrollo de estas tareas o puede
buscarse una
solución alterna que consiste en generar técnicos que realicen estas funciones.
Nosotros pensamos que la segunda alternativa es el mejor camino, en consecuencia estas cédulas
de
descripción de funciones pueden convertirse en la base de los perfiles de egreso de nuevas carreras
técnicas.
Aún es necesario tecnificar estas tareas y desarrollar una tecnología de administración de los
recursos
humanos que haga más eficientes estos procesos.
REFERENCIAS
Consejo Nacional para la Enseñanza e Investigación en Psicología (1978) Definición del perfil
profesional del psicólogo mexicano. Enseñanza e investigación en psicología, 4(1).
Consejo Nacional para la Enseñanza e Investigación en Psicología (2000) Taller: “El perfil
profesional
del psicólogo del próximo milenio”. México: Autor.
Consejo Nacional para la Enseñanza e Investigación en Psicología (2002) Perfil profesional
del
psicólogo y situación actual de la enseñanza de la psicología en México. México:
Autor.
Malott, M. (2001) Paradoja de cambio organizacional. México: Editorial Trillas.
Vargas-Mendoza, J. E., Aguilar-Morales, J.E., Maldonado-Aragón, M.S., Espinoza-Álvarez, R. y
Bautista-Hernández, L. A. (2008) La certificación de los psicólogos profesionales en México:
Contexto
y opinión. Notas: Boletín Electrónico de Investigación de la Asociación Oaxaqueña
de Psicología A.C.
4(1), 172-197. La psicología es una ciencia y una profesión. La formación de los psicólogos está
determinada por el
desarrollo de la disciplina y las exigencias profesionales del mercado laboral.
Desde la perspectiva académica existe en nuestro país una larga historia de esfuerzos para intentar
definir
los perfiles profesionales. El Consejo Nacional para la Enseñanza e Investigación en psicología
desarrolló
el primer perfil profesional del psicólogo en el año de 1978 (CNEIP, 1978). Más tarde en 1984 en las
Jornadas I y II realizadas también por el CNEIP en San Luis Potosí se caracterizó cada área de
intervención profesional enlistándose para cada una de ellas las funciones genéricas y cotidianas.
(CNEIP, 2000). En 1987 el CNEIP realizó actividades adicionales para actualizar el perfil profesional
del
psicólogo. En esa ocasión se elaboró un análisis más detallado de las funciones que se realizan en
los
diferentes campos de aplicación de la psicología (CNEIP, 2002).
Desde la perspectiva profesional el esfuerzo que más destaca es el desarrollado por el Colegio
Oficial de
Psicólogos de España al publicar el documento Perfiles Profesionales del Psicólogo, en el que se
detallan
las tareas que este debe desempeñar en distintos escenarios profesionales (COP, 1998). En México
esta
perspectiva apenas tuvo un primer intento muy general de aplicación en los trabajos expuestos
durante la
Primera Reunión Nacional sobre Psicología, Servicio Social y Salud que auspicio la Subdirección de
Regulación para la Formación de Recursos Humanos para la Salud (SSA, 2003)
Sin embargo la actuación del psicólogo en el escenario laboral está determinada no solo por la
formación
que reciba sino por una serie de factores que pueden ser analizados en diferentes niveles (Malott,
2001).
En el actuar profesional del psicólogo influyen por ejemplo factores educativos, económicos, políticos
y
técnicos (Vargas-Mendoza, Aguilar-Morales, Maldonado-Aragón, Espinoza-Álvarez y Bautista-
Hernández,
2008).
De hecho las estrategias recientes de diseño curricular proponen que en la búsqueda de la atención
de las
necesidades sociales en el nivel profesional de licenciatura los empleadores determinen con
frecuencia las
tareas que desarrollarán los futuros profesionistas. En el caso de la psicología esto ha generado una
situación particular pues se ha pretendido incluir en los perfiles profesionales del psicólogo una serie
de
tareas que no forman parte de la disciplina pero que son exigidas en el terreno profesional. Lo que
Las funciones profesionales del psicólogo.
Notas: Boletín Electrónico de Investigación de la Asociación Oaxaqueña de Psicología A.C.
Volumen 6. Número 1. 2010. Pág. 23-26.
http://www.conductitlan.net/ notas_boletin_investigacion/72_funciones_profesionales_psicologo.pdf
25
implicado el surgimiento de dos problemáticas: se estudia psicología sin estudiar la disciplina
científica
propiamente dicha y se falla en proporcionar los recursos técnicos para desarrollar una tarea
profesional.
La primera problemática puede resolverse como lo han hecho otras disciplinas, desarrollando
técnicos que
en un nivel inferior a la licenciatura puedan desempeñar tareas específicas, así se podrían formar
psicómetras, administradores de personal, responsables de capacitación, técnicos en instrucción,
etc. de
la misma manera que en la medicina existe el personal paramédico: optometristas, técnicos en
urgencias
médica, etc. Permitiendo que en el nivel de licenciatura se desarrolle el estudio de la psicología
como una
ciencia.
La segunda problemática requiere la aplicación de herramientas administrativas en el desarrollo de
nuestras propias tareas profesionales: descripción de cargos, diseño de procesos, elaboración de
normas
técnicas, sistemas de evaluación, etc. Es sorprendente que a esta fecha no exista en México un
esfuerzo
sistemático de esta naturaleza.
Preocupados por esta situación en la Asociación Oaxaqueña de Psicología iniciamos un ejercicio
para
determinar con claridad las funciones específicas que debe desarrollar en psicólogo en diversas
tareas
profesionales
MÉTODO
Utilizando herramientas administrativas para el análisis de puesto (entrevista, cuestionario, encuesta,
análisis de incidentes críticos, la revisión de planes de estudio y de catálogos nacionales de
ocupaciones)
se elaboraron las cédulas de descripción de funciones del psicólogo como instructor, como
administrador
de la capacitación, como responsable del proceso de selección de personal y como orientador
educativo.
RESULTADOS
Cuatro cédulas de descripción de funciones fueron elaboradas: la del psicólogo como instructor, la
del
psicólogo como responsable de la capacitación, como responsable del proceso de selección de
personal y
la del psicólogo como orientador educativo. Las cuatro cédulas se incluyen por separado en este
mismo
número de esta revista.
DISCUSIÓN
La agrupación de las funciones profesionales puede permitir una mayor claridad en las tareas que el
psicólogo puede realizar en diferentes escenarios.
Estas tareas contenidas en cada cédula pueden facilitar la selección, el entrenamiento y la
evaluación de
su desempeño profesional.
Las funciones profesionales del psicólogo.
Notas: Boletín Electrónico de Investigación de la Asociación Oaxaqueña de Psic ología A.C.
Volumen 6. Número 1. 2010. Pág. 23-26.
http://www.conductitlan.net/ notas_boletin_investigacion/72_funciones_profesionales_psicologo.pdf
26
Como puede observarse una vez que se desglosan las tareas queda claro que estas pueden
realizarse
por una diversidad de profesionales. Puede por tanto incluirse un mayor número de contenidos en la
formación del psicólogo y luchar por su exclusividad en el desarrollo de estas tareas o puede
buscarse una
solución alterna que consiste en generar técnicos que realicen estas funciones.
Nosotros pensamos que la segunda alternativa es el mejor camino, en consecuencia estas cédulas
de
descripción de funciones pueden convertirse en la base de los perfiles de egreso de nuevas carreras
técnicas.
Aún es necesario tecnificar estas tareas y desarrollar una tecnología de administración de los
recursos
humanos que haga más eficientes estos procesos.
REFERENCIAS
Consejo Nacional para la Enseñanza e Investigación en Psicología (1978) Definición del perfil
profesional del psicólogo mexicano. Enseñanza e investigación en psicología, 4(1).
Consejo Nacional para la Enseñanza e Investigación en Psicología (2000) Taller: “El perfil
profesional
del psicólogo del próximo milenio”. México: Autor.
Consejo Nacional para la Enseñanza e Investigación en Psicología (2002) Perfil profesional
del
psicólogo y situación actual de la enseñanza de la psicología en México. México:
Autor.
Malott, M. (2001) Paradoja de cambio organizacional. México: Editorial Trillas.
Vargas-Mendoza, J. E., Aguilar-Morales, J.E., Maldonado-Aragón, M.S., Espinoza-Álvarez, R. y
Bautista-Hernández, L. A. (2008) La certificación de los psicólogos profesionales en México:
Contexto
y opinión. Notas: Boletín Electrónico de Investigación de la Asociación Oaxaqueña
de Psicología A.C.
4(1), 172-197. La psicología es una ciencia y una profesión. La formación de los psicólogos está
determinada por el
desarrollo de la disciplina y las exigencias profesionales del mercado laboral.
Desde la perspectiva académica existe en nuestro país una larga historia de esfuerzos para intentar
definir
los perfiles profesionales. El Consejo Nacional para la Enseñanza e Investigación en psicología
desarrolló
el primer perfil profesional del psicólogo en el año de 1978 (CNEIP, 1978). Más tarde en 1984 en las
Jornadas I y II realizadas también por el CNEIP en San Luis Potosí se caracterizó cada área de
intervención profesional enlistándose para cada una de ellas las funciones genéricas y cotidianas.
(CNEIP, 2000). En 1987 el CNEIP realizó actividades adicionales para actualizar el perfil profesional
del
psicólogo. En esa ocasión se elaboró un análisis más detallado de las funciones que se realizan en
los
diferentes campos de aplicación de la psicología (CNEIP, 2002).
Desde la perspectiva profesional el esfuerzo que más destaca es el desarrollado por el Colegio
Oficial de
Psicólogos de España al publicar el documento Perfiles Profesionales del Psicólogo, en el que se
detallan
las tareas que este debe desempeñar en distintos escenarios profesionales (COP, 1998). En México
esta
perspectiva apenas tuvo un primer intento muy general de aplicación en los trabajos expuestos
durante la
Primera Reunión Nacional sobre Psicología, Servicio Social y Salud que auspicio la Subdirección de
Regulación para la Formación de Recursos Humanos para la Salud (SSA, 2003)
Sin embargo la actuación del psicólogo en el escenario laboral está determinada no solo por la
formación
que reciba sino por una serie de factores que pueden ser analizados en diferentes niveles (Malott,
2001).
En el actuar profesional del psicólogo influyen por ejemplo factores educativos, económicos, políticos
y
técnicos (Vargas-Mendoza, Aguilar-Morales, Maldonado-Aragón, Espinoza-Álvarez y Bautista-
Hernández,
2008).
De hecho las estrategias recientes de diseño curricular proponen que en la búsqueda de la atención
de las
necesidades sociales en el nivel profesional de licenciatura los empleadores determinen con
frecuencia las
tareas que desarrollarán los futuros profesionistas. En el caso de la psicología esto ha generado una
situación particular pues se ha pretendido incluir en los perfiles profesionales del psicólogo una serie
de
tareas que no forman parte de la disciplina pero que son exigidas en el terreno profesional. Lo que
Las funciones profesionales del psicólogo.
Notas: Boletín Electrónico de Investigación de la Asociación Oaxaqueña de Psicología A.C.
Volumen 6. Número 1. 2010. Pág. 23-26.
http://www.conductitlan.net/ notas_boletin_investigacion/72_funciones_profesionales_psicologo.pdf
25
implicado el surgimiento de dos problemáticas: se estudia psicología sin estudiar la disciplina
científica
propiamente dicha y se falla en proporcionar los recursos técnicos para desarrollar una tarea
profesional.
La primera problemática puede resolverse como lo han hecho otras disciplinas, desarrollando
técnicos que
en un nivel inferior a la licenciatura puedan desempeñar tareas específicas, así se podrían formar
psicómetras, administradores de personal, responsables de capacitación, técnicos en instrucción,
etc. de
la misma manera que en la medicina existe el personal paramédico: optometristas, técnicos en
urgencias
médica, etc. Permitiendo que en el nivel de licenciatura se desarrolle el estudio de la psicología
como una
ciencia.
La segunda problemática requiere la aplicación de herramientas administrativas en el desarrollo de
nuestras propias tareas profesionales: descripción de cargos, diseño de procesos, elaboración de
normas
técnicas, sistemas de evaluación, etc. Es sorprendente que a esta fecha no exista en México un
esfuerzo
sistemático de esta naturaleza.
Preocupados por esta situación en la Asociación Oaxaqueña de Psicología iniciamos un ejercicio
para
determinar con claridad las funciones específicas que debe desarrollar en psicólogo en diversas
tareas
profesionales
MÉTODO
Utilizando herramientas administrativas para el análisis de puesto (entrevista, cuestionario, encuesta,
análisis de incidentes críticos, la revisión de planes de estudio y de catálogos nacionales de
ocupaciones)
se elaboraron las cédulas de descripción de funciones del psicólogo como instructor, como
administrador
de la capacitación, como responsable del proceso de selección de personal y como orientador
educativo.
RESULTADOS
Cuatro cédulas de descripción de funciones fueron elaboradas: la del psicólogo como instructor, la
del
psicólogo como responsable de la capacitación, como responsable del proceso de selección de
personal y
la del psicólogo como orientador educativo. Las cuatro cédulas se incluyen por separado en este
mismo
número de esta revista.
DISCUSIÓN
La agrupación de las funciones profesionales puede permitir una mayor claridad en las tareas que el
psicólogo puede realizar en diferentes escenarios.
Estas tareas contenidas en cada cédula pueden facilitar la selección, el entrenamiento y la
evaluación de
su desempeño profesional.
Las funciones profesionales del psicólogo.
Notas: Boletín Electrónico de Investigación de la Asociación Oaxaqueña de Psicología A.C.
Volumen 6. Número 1. 2010. Pág. 23-26.
http://www.conductitlan.net/ notas_boletin_investigacion/72_funciones_profesionales_psicologo.pdf
26
Como puede observarse una vez que se desglosan las tareas queda claro que estas pueden
realizarse
por una diversidad de profesionales. Puede por tanto incluirse un mayor número de contenidos en la
formación del psicólogo y luchar por su exclusividad en el desarrollo de estas tareas o puede
buscarse una
solución alterna que consiste en generar técnicos que realicen estas funciones.
Nosotros pensamos que la segunda alternativa es el mejor camino, en consecuencia estas cédulas
de
descripción de funciones pueden convertirse en la base de los perfiles de egreso de nuevas carreras
técnicas.
Aún es necesario tecnificar estas tareas y desarrollar una tecnología de administración de los
recursos
humanos que haga más eficientes estos procesos.
REFERENCIAS
Consejo Nacional para la Enseñanza e Investigación en Psicología (1978) Definición del perfil
profesional del psicólogo mexicano. Enseñanza e investigación en psicología, 4(1).
Consejo Nacional para la Enseñanza e Investigación en Psicología (2000) Taller: “El perfil
profesional
del psicólogo del próximo milenio”. México: Autor.
Consejo Nacional para la Enseñanza e Investigación en Psicología (2002) Perfil profesional
del
psicólogo y situación actual de la enseñanza de la psicología en México. México:
Autor.
Malott, M. (2001) Paradoja de cambio organizacional. México: Editorial Trillas.
Vargas-Mendoza, J. E., Aguilar-Morales, J.E., Maldonado-Aragón, M.S., Espinoza-Álvarez, R. y
Bautista-Hernández, L. A. (2008) La certificación de los psicólogos profesionales en México:
Contexto
y opinión. Notas: Boletín Electrónico de Investigación de la Asociación Oaxaqueña
de Psicología A.C.
4(1), 172-197.Las universidades del país y del extranjero comparten la preocupación
de diseñar programas profesionales de estudio que permitan la producción
continua de nuevos conocimientos, que faciliten la incorporación
de sus egresados en el mercado laboral nacional e internacional, que
preparen a sus egresados para ser competitivos ante los cambios futuros
del mercado laboral y que logren que estos ofrezcan respuestas
laborales a los nuevos problemas sociales. De esta manera, hay un creciente
interés en diseñar e implementar programas de formación profesional
cuyo perfil sea competitivo y cubra con los estándares de calidad
internacional. Lo anterior ha tenido un fuerte impacto en el desarrollo
de investigaciones relacionadas con la tecnología educativa, la evaluación
curricular, los modelos educativos y demás, así como con el análisis,
estructuración, diseño y pertinencia del perfil profesional de diversas
licenciaturas (Grediaga, Rodríguez y Padilla, 2004; Peiró, 2003;
Valle, 2003).
Aun cuando las instituciones de educación superior –sobre todo
las universidades– se han considerado con la misión primordial de producir
y transmitir conocimientos, también han tenido a su cargo la función
de formar recursos humanos con las habilidades y conocimientos
que requiere la actividad económica, de tal manera que deben mantenerse
a la vanguardia en la calidad de los servicios que prestan (Grediaga
y cols., 2004; Valle, 2003).
Por lo tanto, la formación universitaria no puede limitarse a la
transmisión y adquisición del conocimiento, sino que debe considerar
la adquisición y desarrollo de competencias científicas y profesionales;
esto es, debe ser un instrumento fundamental para la más alta calificación
de los profesionales que forma, la cual debe estar acorde al desarrollo
y el progreso económico y social (Peiró, 2003).
En este contexto, ha recibido especial atención la relación existente
entre la actividad económica y las habilidades y conocimientos
que los profesionistas deben poseer, dado que la formación de recursos
humanos cualificados constituye uno de los retos más importantes
ENSEÑANZA E INVESTIGACIÓN EN PSICOLOGÍA VOL. 15, NUM. 2: 257-271 JULIO-DICIEMBRE, 2010
259
de las instituciones de educación superior (Barrón e Ysunza, 2003; Muñoz-
Izquierdo, 1997; Reynaga y Ruiz, 2003).
Dado lo anterior, el trabajo de las universidades públicas es en
extremo complicado ya que deben proveer un capital intelectual que,
por un lado, esté más allá de las demandas inmediatas del mercado y
que, por otro lado, se encuentre articulado con las necesidades sociales
de largo plazo (Reynaga y Ruiz, 2003). Así, la formación de recursos
humanos cualificados es uno de los grandes retos que enfrentan
las universidades públicas de México, pues de ello depende su ingreso
y pertenencia a las sociedades del conocimiento y su mayor competitividad
en un mercado de trabajo globalizado, con las implicaciones que
conlleva. Por ello, las instituciones públicas mexicanas han sido estudiadas
con mayor profundidad que en otros momentos, particularmente
en la última década del siglo pasado; este interés por analizar
de manera cuidadosa diversos aspectos del quehacer cotidiano de estas
instituciones ha obedecido, entre otras cosas, a una exigencia social,
política y económica de reformular las directrices generales de las
carreras profesionales que imparten, de los posgrados que ofrecen, de
la investigación que financian y de la relación docencia-investigación.
Al respecto, Muñoz Izquierdo (1997) señala que debe haber una
vinculación de la educación superior con el aparato productivo. Otros
autores proponen asimismo que la educación superior tiene que asumir
una posición participativa y responsable como coordinadora de las
necesidades de los distintos mercados profesionales (Marzo, Pedraga y
Rivera, 2006; Mungaray, Ocegueda y Moctezuma, 2006).
Los cambios socioeconómicos, demográficos y culturales inciden
en el cambio de las ocupaciones (Mungaray y cols., 2006; Peiró, 2003).
Por ejemplo, los proyectos de expansión económica y comercial de las
corporaciones globales requieren desempeños profesionales más calificados
(Villamil, 2005). Tal proceso de cambios socioeconómicos tiene que
verse reflejado en los planes de estudio profesionales, e incluso en los
de posgrado y en los programas de investigación financiados. Por lo
tanto, la formación universitaria debe dar respuesta a las demandas
globales, nacionales y locales (Díaz-Barriga, Hernández, Rigo, Saad y
Delgado, 2006; Roe, 2003). Las universidades del país y del extranjero comparten la
preocupación
de diseñar programas profesionales de estudio que permitan la producción
continua de nuevos conocimientos, que faciliten la incorporación
de sus egresados en el mercado laboral nacional e internacional, que
preparen a sus egresados para ser competitivos ante los cambios futuros
del mercado laboral y que logren que estos ofrezcan respuestas
laborales a los nuevos problemas sociales. De esta manera, hay un creciente
interés en diseñar e implementar programas de formación profesional
cuyo perfil sea competitivo y cubra con los estándares de calidad
internacional. Lo anterior ha tenido un fuerte impacto en el desarrollo
de investigaciones relacionadas con la tecnología educativa, la evaluación
curricular, los modelos educativos y demás, así como con el análisis,
estructuración, diseño y pertinencia del perfil profesional de diversas
licenciaturas (Grediaga, Rodríguez y Padilla, 2004; Peiró, 2003;
Valle, 2003).
Aun cuando las instituciones de educación superior –sobre todo
las universidades– se han considerado con la misión primordial de producir
y transmitir conocimientos, también han tenido a su cargo la función
de formar recursos humanos con las habilidades y conocimientos
que requiere la actividad económica, de tal manera que deben mantenerse
a la vanguardia en la calidad de los servicios que prestan (Grediaga
y cols., 2004; Valle, 2003).
Por lo tanto, la formación universitaria no puede limitarse a la
transmisión y adquisición del conocimiento, sino que debe considerar
la adquisición y desarrollo de competencias científicas y profesionales;
esto es, debe ser un instrumento fundamental para la más alta calificación
de los profesionales que forma, la cual debe estar acorde al desarrollo
y el progreso económico y social (Peiró, 2003).
En este contexto, ha recibido especial atención la relación existente
entre la actividad económica y las habilidades y conocimientos
que los profesionistas deben poseer, dado que la formación de recursos
humanos cualificados constituye uno de los retos más importantes
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de las instituciones de educación superior (Barrón e Ysunza, 2003; Muñoz-
Izquierdo, 1997; Reynaga y Ruiz, 2003).
Dado lo anterior, el trabajo de las universidades públicas es en
extremo complicado ya que deben proveer un capital intelectual que,
por un lado, esté más allá de las demandas inmediatas del mercado y
que, por otro lado, se encuentre articulado con las necesidades sociales
de largo plazo (Reynaga y Ruiz, 2003). Así, la formación de recursos
humanos cualificados es uno de los grandes retos que enfrentan
las universidades públicas de México, pues de ello depende su ingreso
y pertenencia a las sociedades del conocimiento y su mayor competitividad
en un mercado de trabajo globalizado, con las implicaciones que
conlleva. Por ello, las instituciones públicas mexicanas han sido estudiadas
con mayor profundidad que en otros momentos, particularmente
en la última década del siglo pasado; este interés por analizar
de manera cuidadosa diversos aspectos del quehacer cotidiano de estas
instituciones ha obedecido, entre otras cosas, a una exigencia social,
política y económica de reformular las directrices generales de las
carreras profesionales que imparten, de los posgrados que ofrecen, de
la investigación que financian y de la relación docencia-investigación.
Al respecto, Muñoz Izquierdo (1997) señala que debe haber una
vinculación de la educación superior con el aparato productivo. Otros
autores proponen asimismo que la educación superior tiene que asumir
una posición participativa y responsable como coordinadora de las
necesidades de los distintos mercados profesionales (Marzo, Pedraga y
Rivera, 2006; Mungaray, Ocegueda y Moctezuma, 2006).
Los cambios socioeconómicos, demográficos y culturales inciden
en el cambio de las ocupaciones (Mungaray y cols., 2006; Peiró, 2003).
Por ejemplo, los proyectos de expansión económica y comercial de las
corporaciones globales requieren desempeños profesionales más calificados
(Villamil, 2005). Tal proceso de cambios socioeconómicos tiene que
verse reflejado en los planes de estudio profesionales, e incluso en los
de posgrado y en los programas de investigación financiados. Por lo
tanto, la formación universitaria debe dar respuesta a las demandas
globales, nacionales y locales (Díaz-Barriga, Hernández, Rigo, Saad y
Delgado, 2006; Roe, 2003). Las universidades del país y del extranjero comparten la
preocupación
de diseñar programas profesionales de estudio que permitan la producción
continua de nuevos conocimientos, que faciliten la incorporación
de sus egresados en el mercado laboral nacional e internacional, que
preparen a sus egresados para ser competitivos ante los cambios futuros
del mercado laboral y que logren que estos ofrezcan respuestas
laborales a los nuevos problemas sociales. De esta manera, hay un creciente
interés en diseñar e implementar programas de formación profesional
cuyo perfil sea competitivo y cubra con los estándares de calidad
internacional. Lo anterior ha tenido un fuerte impacto en el desarrollo
de investigaciones relacionadas con la tecnología educativa, la evaluación
curricular, los modelos educativos y demás, así como con el análisis,
estructuración, diseño y pertinencia del perfil profesional de diversas
licenciaturas (Grediaga, Rodríguez y Padilla, 2004; Peiró, 2003;
Valle, 2003).
Aun cuando las instituciones de educación superior –sobre todo
las universidades– se han considerado con la misión primordial de producir
y transmitir conocimientos, también han tenido a su cargo la función
de formar recursos humanos con las habilidades y conocimientos
que requiere la actividad económica, de tal manera que deben mantenerse
a la vanguardia en la calidad de los servicios que prestan (Grediaga
y cols., 2004; Valle, 2003).
Por lo tanto, la formación universitaria no puede limitarse a la
transmisión y adquisición del conocimiento, sino que debe considerar
la adquisición y desarrollo de competencias científicas y profesionales;
esto es, debe ser un instrumento fundamental para la más alta calificación
de los profesionales que forma, la cual debe estar acorde al desarrollo
y el progreso económico y social (Peiró, 2003).
En este contexto, ha recibido especial atención la relación existente
entre la actividad económica y las habilidades y conocimientos
que los profesionistas deben poseer, dado que la formación de recursos
humanos cualificados constituye uno de los retos más importantes
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Dado lo anterior, el trabajo de las universidades públicas es en
extremo complicado ya que deben proveer un capital intelectual que,
por un lado, esté más allá de las demandas inmediatas del mercado y
que, por otro lado, se encuentre articulado con las necesidades sociales
de largo plazo (Reynaga y Ruiz, 2003). Así, la formación de recursos
humanos cualificados es uno de los grandes retos que enfrentan
las universidades públicas de México, pues de ello depende su ingreso
y pertenencia a las sociedades del conocimiento y su mayor competitividad
en un mercado de trabajo globalizado, con las implicaciones que
conlleva. Por ello, las instituciones públicas mexicanas han sido estudiadas
con mayor profundidad que en otros momentos, particularmente
en la última década del siglo pasado; este interés por analizar
de manera cuidadosa diversos aspectos del quehacer cotidiano de estas
instituciones ha obedecido, entre otras cosas, a una exigencia social,
política y económica de reformular las directrices generales de las
carreras profesionales que imparten, de los posgrados que ofrecen, de
la investigación que financian y de la relación docencia-investigación.
Al respecto, Muñoz Izquierdo (1997) señala que debe haber una
vinculación de la educación superior con el aparato productivo. Otros
autores proponen asimismo que la educación superior tiene que asumir
una posición participativa y responsable como coordinadora de las
necesidades de los distintos mercados profesionales (Marzo, Pedraga y
Rivera, 2006; Mungaray, Ocegueda y Moctezuma, 2006).
Los cambios socioeconómicos, demográficos y culturales inciden
en el cambio de las ocupaciones (Mungaray y cols., 2006; Peiró, 2003).
Por ejemplo, los proyectos de expansión económica y comercial de las
corporaciones globales requieren desempeños profesionales más calificados
(Villamil, 2005). Tal proceso de cambios socioeconómicos tiene que
verse reflejado en los planes de estudio profesionales, e incluso en los
de posgrado y en los programas de investigación financiados. Por lo
tanto, la formación universitaria debe dar respuesta a las demandas
globales, nacionales y locales (Díaz-Barriga, Hernández, Rigo, Saad y
Delgado, 2006; Roe, 2003). Las universidades del país y del extranjero comparten la
preocupación
de diseñar programas profesionales de estudio que permitan la producción
continua de nuevos conocimientos, que faciliten la incorporación
de sus egresados en el mercado laboral nacional e internacional, que
preparen a sus egresados para ser competitivos ante los cambios futuros
del mercado laboral y que logren que estos ofrezcan respuestas
laborales a los nuevos problemas sociales. De esta manera, hay un creciente
interés en diseñar e implementar programas de formación profesional
cuyo perfil sea competitivo y cubra con los estándares de calidad
internacional. Lo anterior ha tenido un fuerte impacto en el desarrollo
de investigaciones relacionadas con la tecnología educativa, la evaluación
curricular, los modelos educativos y demás, así como con el análisis,
estructuración, diseño y pertinencia del perfil profesional de diversas
licenciaturas (Grediaga, Rodríguez y Padilla, 2004; Peiró, 2003;
Valle, 2003).
Aun cuando las instituciones de educación superior –sobre todo
las universidades– se han considerado con la misión primordial de producir
y transmitir conocimientos, también han tenido a su cargo la función
de formar recursos humanos con las habilidades y conocimientos
que requiere la actividad económica, de tal manera que deben mantenerse
a la vanguardia en la calidad de los servicios que prestan (Grediaga
y cols., 2004; Valle, 2003).
Por lo tanto, la formación universitaria no puede limitarse a la
transmisión y adquisición del conocimiento, sino que debe considerar
la adquisición y desarrollo de competencias científicas y profesionales;
esto es, debe ser un instrumento fundamental para la más alta calificación
de los profesionales que forma, la cual debe estar acorde al desarrollo
y el progreso económico y social (Peiró, 2003).
En este contexto, ha recibido especial atención la relación existente
entre la actividad económica y las habilidades y conocimientos
que los profesionistas deben poseer, dado que la formación de recursos
humanos cualificados constituye uno de los retos más importantes
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de las instituciones de educación superior (Barrón e Ysunza, 2003; Muñoz-
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Dado lo anterior, el trabajo de las universidades públicas es en
extremo complicado ya que deben proveer un capital intelectual que,
por un lado, esté más allá de las demandas inmediatas del mercado y
que, por otro lado, se encuentre articulado con las necesidades sociales
de largo plazo (Reynaga y Ruiz, 2003). Así, la formación de recursos
humanos cualificados es uno de los grandes retos que enfrentan
las universidades públicas de México, pues de ello depende su ingreso
y pertenencia a las sociedades del conocimiento y su mayor competitividad
en un mercado de trabajo globalizado, con las implicaciones que
conlleva. Por ello, las instituciones públicas mexicanas han sido estudiadas
con mayor profundidad que en otros momentos, particularmente
en la última década del siglo pasado; este interés por analizar
de manera cuidadosa diversos aspectos del quehacer cotidiano de estas
instituciones ha obedecido, entre otras cosas, a una exigencia social,
política y económica de reformular las directrices generales de las
carreras profesionales que imparten, de los posgrados que ofrecen, de
la investigación que financian y de la relación docencia-investigación.
Al respecto, Muñoz Izquierdo (1997) señala que debe haber una
vinculación de la educación superior con el aparato productivo. Otros
autores proponen asimismo que la educación superior tiene que asumir
una posición participativa y responsable como coordinadora de las
necesidades de los distintos mercados profesionales (Marzo, Pedraga y
Rivera, 2006; Mungaray, Ocegueda y Moctezuma, 2006).
Los cambios socioeconómicos, demográficos y culturales inciden
en el cambio de las ocupaciones (Mungaray y cols., 2006; Peiró, 2003).
Por ejemplo, los proyectos de expansión económica y comercial de las
corporaciones globales requieren desempeños profesionales más calificados
(Villamil, 2005). Tal proceso de cambios socioeconómicos tiene que
verse reflejado en los planes de estudio profesionales, e incluso en los
de posgrado y en los programas de investigación financiados. Por lo
tanto, la formación universitaria debe dar respuesta a las demandas
globales, nacionales y locales (Díaz-Barriga, Hernández, Rigo, Saad y
Delgado, 2006; Roe, 2003). Las universidades del país y del extranjero comparten la
preocupación
de diseñar programas profesionales de estudio que permitan la producción
continua de nuevos conocimientos, que faciliten la incorporación
de sus egresados en el mercado laboral nacional e internacional, que
preparen a sus egresados para ser competitivos ante los cambios futuros
del mercado laboral y que logren que estos ofrezcan respuestas
laborales a los nuevos problemas sociales. De esta manera, hay un creciente
interés en diseñar e implementar programas de formación profesional
cuyo perfil sea competitivo y cubra con los estándares de calidad
internacional. Lo anterior ha tenido un fuerte impacto en el desarrollo
de investigaciones relacionadas con la tecnología educativa, la evaluación
curricular, los modelos educativos y demás, así como con el análisis,
estructuración, diseño y pertinencia del perfil profesional de diversas
licenciaturas (Grediaga, Rodríguez y Padilla, 2004; Peiró, 2003;
Valle, 2003).
Aun cuando las instituciones de educación superior –sobre todo
las universidades– se han considerado con la misión primordial de producir
y transmitir conocimientos, también han tenido a su cargo la función
de formar recursos humanos con las habilidades y conocimientos
que requiere la actividad económica, de tal manera que deben mantenerse
a la vanguardia en la calidad de los servicios que prestan (Grediaga
y cols., 2004; Valle, 2003).
Por lo tanto, la formación universitaria no puede limitarse a la
transmisión y adquisición del conocimiento, sino que debe considerar
la adquisición y desarrollo de competencias científicas y profesionales;
esto es, debe ser un instrumento fundamental para la más alta calificación
de los profesionales que forma, la cual debe estar acorde al desarrollo
y el progreso económico y social (Peiró, 2003).
En este contexto, ha recibido especial atención la relación existente
entre la actividad económica y las habilidades y conocimientos
que los profesionistas deben poseer, dado que la formación de recursos
humanos cualificados constituye uno de los retos más importantes
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de las instituciones de educación superior (Barrón e Ysunza, 2003; Muñoz-
Izquierdo, 1997; Reynaga y Ruiz, 2003).
Dado lo anterior, el trabajo de las universidades públicas es en
extremo complicado ya que deben proveer un capital intelectual que,
por un lado, esté más allá de las demandas inmediatas del mercado y
que, por otro lado, se encuentre articulado con las necesidades sociales
de largo plazo (Reynaga y Ruiz, 2003). Así, la formación de recursos
humanos cualificados es uno de los grandes retos que enfrentan
las universidades públicas de México, pues de ello depende su ingreso
y pertenencia a las sociedades del conocimiento y su mayor competitividad
en un mercado de trabajo globalizado, con las implicaciones que
conlleva. Por ello, las instituciones públicas mexicanas han sido estudiadas
con mayor profundidad que en otros momentos, particularmente
en la última década del siglo pasado; este interés por analizar
de manera cuidadosa diversos aspectos del quehacer cotidiano de estas
instituciones ha obedecido, entre otras cosas, a una exigencia social,
política y económica de reformular las directrices generales de las
carreras profesionales que imparten, de los posgrados que ofrecen, de
la investigación que financian y de la relación docencia-investigación.
Al respecto, Muñoz Izquierdo (1997) señala que debe haber una
vinculación de la educación superior con el aparato productivo. Otros
autores proponen asimismo que la educación superior tiene que asumir
una posición participativa y responsable como coordinadora de las
necesidades de los distintos mercados profesionales (Marzo, Pedraga y
Rivera, 2006; Mungaray, Ocegueda y Moctezuma, 2006).
Los cambios socioeconómicos, demográficos y culturales inciden
en el cambio de las ocupaciones (Mungaray y cols., 2006; Peiró, 2003).
Por ejemplo, los proyectos de expansión económica y comercial de las
corporaciones globales requieren desempeños profesionales más calificados
(Villamil, 2005). Tal proceso de cambios socioeconómicos tiene que
verse reflejado en los planes de estudio profesionales, e incluso en los
de posgrado y en los programas de investigación financiados. Por lo
tanto, la formación universitaria debe dar respuesta a las demandas
globales, nacionales y locales (Díaz-Barriga, Hernández, Rigo, Saad y
Delgado, 2006; Roe, 2003). Las universidades del país y del extranjero comparten la
preocupación
de diseñar programas profesionales de estudio que permitan la producción
continua de nuevos conocimientos, que faciliten la incorporación
de sus egresados en el mercado laboral nacional e internacional, que
preparen a sus egresados para ser competitivos ante los cambios futuros
del mercado laboral y que logren que estos ofrezcan respuestas
laborales a los nuevos problemas sociales. De esta manera, hay un creciente
interés en diseñar e implementar programas de formación profesional
cuyo perfil sea competitivo y cubra con los estándares de calidad
internacional. Lo anterior ha tenido un fuerte impacto en el desarrollo
de investigaciones relacionadas con la tecnología educativa, la evaluación
curricular, los modelos educativos y demás, así como con el análisis,
estructuración, diseño y pertinencia del perfil profesional de diversas
licenciaturas (Grediaga, Rodríguez y Padilla, 2004; Peiró, 2003;
Valle, 2003).
Aun cuando las instituciones de educación superior –sobre todo
las universidades– se han considerado con la misión primordial de producir
y transmitir conocimientos, también han tenido a su cargo la función
de formar recursos humanos con las habilidades y conocimientos
que requiere la actividad económica, de tal manera que deben mantenerse
a la vanguardia en la calidad de los servicios que prestan (Grediaga
y cols., 2004; Valle, 2003).
Por lo tanto, la formación universitaria no puede limitarse a la
transmisión y adquisición del conocimiento, sino que debe considerar
la adquisición y desarrollo de competencias científicas y profesionales;
esto es, debe ser un instrumento fundamental para la más alta calificación
de los profesionales que forma, la cual debe estar acorde al desarrollo
y el progreso económico y social (Peiró, 2003).
En este contexto, ha recibido especial atención la relación existente
entre la actividad económica y las habilidades y conocimientos
que los profesionistas deben poseer, dado que la formación de recursos
humanos cualificados constituye uno de los retos más importantes
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de las instituciones de educación superior (Barrón e Ysunza, 2003; Muñoz-
Izquierdo, 1997; Reynaga y Ruiz, 2003).
Dado lo anterior, el trabajo de las universidades públicas es en
extremo complicado ya que deben proveer un capital intelectual que,
por un lado, esté más allá de las demandas inmediatas del mercado y
que, por otro lado, se encuentre articulado con las necesidades sociales
de largo plazo (Reynaga y Ruiz, 2003). Así, la formación de recursos
humanos cualificados es uno de los grandes retos que enfrentan
las universidades públicas de México, pues de ello depende su ingreso
y pertenencia a las sociedades del conocimiento y su mayor competitividad
en un mercado de trabajo globalizado, con las implicaciones que
conlleva. Por ello, las instituciones públicas mexicanas han sido estudiadas
con mayor profundidad que en otros momentos, particularmente
en la última década del siglo pasado; este interés por analizar
de manera cuidadosa diversos aspectos del quehacer cotidiano de estas
instituciones ha obedecido, entre otras cosas, a una exigencia social,
política y económica de reformular las directrices generales de las
carreras profesionales que imparten, de los posgrados que ofrecen, de
la investigación que financian y de la relación docencia-investigación.
Al respecto, Muñoz Izquierdo (1997) señala que debe haber una
vinculación de la educación superior con el aparato productivo. Otros
autores proponen asimismo que la educación superior tiene que asumir
una posición participativa y responsable como coordinadora de las
necesidades de los distintos mercados profesionales (Marzo, Pedraga y
Rivera, 2006; Mungaray, Ocegueda y Moctezuma, 2006).
Los cambios socioeconómicos, demográficos y culturales inciden
en el cambio de las ocupaciones (Mungaray y cols., 2006; Peiró, 2003).
Por ejemplo, los proyectos de expansión económica y comercial de las
corporaciones globales requieren desempeños profesionales más calificados
(Villamil, 2005). Tal proceso de cambios socioeconómicos tiene que
verse reflejado en los planes de estudio profesionales, e incluso en los
de posgrado y en los programas de investigación financiados. Por lo
tanto, la formación universitaria debe dar respuesta a las demandas
globales, nacionales y locales (Díaz-Barriga, Hernández, Rigo, Saad y
Delgado, 2006; Roe, 2003). Las universidades del país y del extranjero comparten la
preocupación
de diseñar programas profesionales de estudio que permitan la producción
continua de nuevos conocimientos, que faciliten la incorporación
de sus egresados en el mercado laboral nacional e internacional, que
preparen a sus egresados para ser competitivos ante los cambios futuros
del mercado laboral y que logren que estos ofrezcan respuestas
laborales a los nuevos problemas sociales. De esta manera, hay un creciente
interés en diseñar e implementar programas de formación profesional
cuyo perfil sea competitivo y cubra con los estándares de calidad
internacional. Lo anterior ha tenido un fuerte impacto en el desarrollo
de investigaciones relacionadas con la tecnología educativa, la evaluación
curricular, los modelos educativos y demás, así como con el análisis,
estructuración, diseño y pertinencia del perfil profesional de diversas
licenciaturas (Grediaga, Rodríguez y Padilla, 2004; Peiró, 2003;
Valle, 2003).
Aun cuando las instituciones de educación superior –sobre todo
las universidades– se han considerado con la misión primordial de producir
y transmitir conocimientos, también han tenido a su cargo la función
de formar recursos humanos con las habilidades y conocimientos
que requiere la actividad económica, de tal manera que deben mantenerse
a la vanguardia en la calidad de los servicios que prestan (Grediaga
y cols., 2004; Valle, 2003).
Por lo tanto, la formación universitaria no puede limitarse a la
transmisión y adquisición del conocimiento, sino que debe considerar
la adquisición y desarrollo de competencias científicas y profesionales;
esto es, debe ser un instrumento fundamental para la más alta calificación
de los profesionales que forma, la cual debe estar acorde al desarrollo
y el progreso económico y social (Peiró, 2003).
En este contexto, ha recibido especial atención la relación existente
entre la actividad económica y las habilidades y conocimientos
que los profesionistas deben poseer, dado que la formación de recursos
humanos cualificados constituye uno de los retos más importantes
ENSEÑANZA E INVESTIGACIÓN EN PSICOLOGÍA VOL. 15, NUM. 2: 257-271 JULIO-DICIEMBRE, 2010
259
de las instituciones de educación superior (Barrón e Ysunza, 2003; Muñoz-
Izquierdo, 1997; Reynaga y Ruiz, 2003).
Dado lo anterior, el trabajo de las universidades públicas es en
extremo complicado ya que deben proveer un capital intelectual que,
por un lado, esté más allá de las demandas inmediatas del mercado y
que, por otro lado, se encuentre articulado con las necesidades sociales
de largo plazo (Reynaga y Ruiz, 2003). Así, la formación de recursos
humanos cualificados es uno de los grandes retos que enfrentan
las universidades públicas de México, pues de ello depende su ingreso
y pertenencia a las sociedades del conocimiento y su mayor competitividad
en un mercado de trabajo globalizado, con las implicaciones que
conlleva. Por ello, las instituciones públicas mexicanas han sido estudiadas
con mayor profundidad que en otros momentos, particularmente
en la última década del siglo pasado; este interés por analizar
de manera cuidadosa diversos aspectos del quehacer cotidiano de estas
instituciones ha obedecido, entre otras cosas, a una exigencia social,
política y económica de reformular las directrices generales de las
carreras profesionales que imparten, de los posgrados que ofrecen, de
la investigación que financian y de la relación docencia-investigación.
Al respecto, Muñoz Izquierdo (1997) señala que debe haber una
vinculación de la educación superior con el aparato productivo. Otros
autores proponen asimismo que la educación superior tiene que asumir
una posición participativa y responsable como coordinadora de las
necesidades de los distintos mercados profesionales (Marzo, Pedraga y
Rivera, 2006; Mungaray, Ocegueda y Moctezuma, 2006).
Los cambios socioeconómicos, demográficos y culturales inciden
en el cambio de las ocupaciones (Mungaray y cols., 2006; Peiró, 2003).
Por ejemplo, los proyectos de expansión económica y comercial de las
corporaciones globales requieren desempeños profesionales más calificados
(Villamil, 2005). Tal proceso de cambios socioeconómicos tiene que
verse reflejado en los planes de estudio profesionales, e incluso en los
de posgrado y en los programas de investigación financiados. Por lo
tanto, la formación universitaria debe dar respuesta a las demandas
globales, nacionales y locales (Díaz-Barriga, Hernández, Rigo, Saad y
Delgado, 2006; Roe, 2003). Las universidades del país y del extranjero comparten la
preocupación
de diseñar programas profesionales de estudio que permitan la producción
continua de nuevos conocimientos, que faciliten la incorporación
de sus egresados en el mercado laboral nacional e internacional, que
preparen a sus egresados para ser competitivos ante los cambios futuros
del mercado laboral y que logren que estos ofrezcan respuestas
laborales a los nuevos problemas sociales. De esta manera, hay un creciente
interés en diseñar e implementar programas de formación profesional
cuyo perfil sea competitivo y cubra con los estándares de calidad
internacional. Lo anterior ha tenido un fuerte impacto en el desarrollo
de investigaciones relacionadas con la tecnología educativa, la evaluación
curricular, los modelos educativos y demás, así como con el análisis,
estructuración, diseño y pertinencia del perfil profesional de diversas
licenciaturas (Grediaga, Rodríguez y Padilla, 2004; Peiró, 2003;
Valle, 2003).
Aun cuando las instituciones de educación superior –sobre todo
las universidades– se han considerado con la misión primordial de producir
y transmitir conocimientos, también han tenido a su cargo la función
de formar recursos humanos con las habilidades y conocimientos
que requiere la actividad económica, de tal manera que deben mantenerse
a la vanguardia en la calidad de los servicios que prestan (Grediaga
y cols., 2004; Valle, 2003).
Por lo tanto, la formación universitaria no puede limitarse a la
transmisión y adquisición del conocimiento, sino que debe considerar
la adquisición y desarrollo de competencias científicas y profesionales;
esto es, debe ser un instrumento fundamental para la más alta calificación
de los profesionales que forma, la cual debe estar acorde al desarrollo
y el progreso económico y social (Peiró, 2003).
En este contexto, ha recibido especial atención la relación existente
entre la actividad económica y las habilidades y conocimientos
que los profesionistas deben poseer, dado que la formación de recursos
humanos cualificados constituye uno de los retos más importantes
ENSEÑANZA E INVESTIGACIÓN EN PSICOLOGÍA VOL. 15, NUM. 2: 257-271 JULIO-DICIEMBRE, 2010
259
de las instituciones de educación superior (Barrón e Ysunza, 2003; Muñoz-
Izquierdo, 1997; Reynaga y Ruiz, 2003).
Dado lo anterior, el trabajo de las universidades públicas es en
extremo complicado ya que deben proveer un capital intelectual que,
por un lado, esté más allá de las demandas inmediatas del mercado y
que, por otro lado, se encuentre articulado con las necesidades sociales
de largo plazo (Reynaga y Ruiz, 2003). Así, la formación de recursos
humanos cualificados es uno de los grandes retos que enfrentan
las universidades públicas de México, pues de ello depende su ingreso
y pertenencia a las sociedades del conocimiento y su mayor competitividad
en un mercado de trabajo globalizado, con las implicaciones que
conlleva. Por ello, las instituciones públicas mexicanas han sido estudiadas
con mayor profundidad que en otros momentos, particularmente
en la última década del siglo pasado; este interés por analizar
de manera cuidadosa diversos aspectos del quehacer cotidiano de estas
instituciones ha obedecido, entre otras cosas, a una exigencia social,
política y económica de reformular las directrices generales de las
carreras profesionales que imparten, de los posgrados que ofrecen, de
la investigación que financian y de la relación docencia-investigación.
Al respecto, Muñoz Izquierdo (1997) señala que debe haber una
vinculación de la educación superior con el aparato productivo. Otros
autores proponen asimismo que la educación superior tiene que asumir
una posición participativa y responsable como coordinadora de las
necesidades de los distintos mercados profesionales (Marzo, Pedraga y
Rivera, 2006; Mungaray, Ocegueda y Moctezuma, 2006).
Los cambios socioeconómicos, demográficos y culturales inciden
en el cambio de las ocupaciones (Mungaray y cols., 2006; Peiró, 2003).
Por ejemplo, los proyectos de expansión económica y comercial de las
corporaciones globales requieren desempeños profesionales más calificados
(Villamil, 2005). Tal proceso de cambios socioeconómicos tiene que
verse reflejado en los planes de estudio profesionales, e incluso en los
de posgrado y en los programas de investigación financiados. Por lo
tanto, la formación universitaria debe dar respuesta a las demandas
globales, nacionales y locales (Díaz-Barriga, Hernández, Rigo, Saad y
Delgado, 2006; Roe, 2003). Las universidades del país y del extranjero comparten la
preocupación
de diseñar programas profesionales de estudio que permitan la producción
continua de nuevos conocimientos, que faciliten la incorporación
de sus egresados en el mercado laboral nacional e internacional, que
preparen a sus egresados para ser competitivos ante los cambios futuros
del mercado laboral y que logren que estos ofrezcan respuestas
laborales a los nuevos problemas sociales. De esta manera, hay un creciente
interés en diseñar e implementar programas de formación profesional
cuyo perfil sea competitivo y cubra con los estándares de calidad
internacional. Lo anterior ha tenido un fuerte impacto en el desarrollo
de investigaciones relacionadas con la tecnología educativa, la evaluación
curricular, los modelos educativos y demás, así como con el análisis,
estructuración, diseño y pertinencia del perfil profesional de diversas
licenciaturas (Grediaga, Rodríguez y Padilla, 2004; Peiró, 2003;
Valle, 2003).
Aun cuando las instituciones de educación superior –sobre todo
las universidades– se han considerado con la misión primordial de producir
y transmitir conocimientos, también han tenido a su cargo la función
de formar recursos humanos con las habilidades y conocimientos
que requiere la actividad económica, de tal manera que deben mantenerse
a la vanguardia en la calidad de los servicios que prestan (Grediaga
y cols., 2004; Valle, 2003).
Por lo tanto, la formación universitaria no puede limitarse a la
transmisión y adquisición del conocimiento, sino que debe considerar
la adquisición y desarrollo de competencias científicas y profesionales;
esto es, debe ser un instrumento fundamental para la más alta calificación
de los profesionales que forma, la cual debe estar acorde al desarrollo
y el progreso económico y social (Peiró, 2003).
En este contexto, ha recibido especial atención la relación existente
entre la actividad económica y las habilidades y conocimientos
que los profesionistas deben poseer, dado que la formación de recursos
humanos cualificados constituye uno de los retos más importantes
ENSEÑANZA E INVESTIGACIÓN EN PSICOLOGÍA VOL. 15, NUM. 2: 257-271 JULIO-DICIEMBRE, 2010
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de las instituciones de educación superior (Barrón e Ysunza, 2003; Muñoz-
Izquierdo, 1997; Reynaga y Ruiz, 2003).
Dado lo anterior, el trabajo de las universidades públicas es en
extremo complicado ya que deben proveer un capital intelectual que,
por un lado, esté más allá de las demandas inmediatas del mercado y
que, por otro lado, se encuentre articulado con las necesidades sociales
de largo plazo (Reynaga y Ruiz, 2003). Así, la formación de recursos
humanos cualificados es uno de los grandes retos que enfrentan
las universidades públicas de México, pues de ello depende su ingreso
y pertenencia a las sociedades del conocimiento y su mayor competitividad
en un mercado de trabajo globalizado, con las implicaciones que
conlleva. Por ello, las instituciones públicas mexicanas han sido estudiadas
con mayor profundidad que en otros momentos, particularmente
en la última década del siglo pasado; este interés por analizar
de manera cuidadosa diversos aspectos del quehacer cotidiano de estas
instituciones ha obedecido, entre otras cosas, a una exigencia social,
política y económica de reformular las directrices generales de las
carreras profesionales que imparten, de los posgrados que ofrecen, de
la investigación que financian y de la relación docencia-investigación.
Al respecto, Muñoz Izquierdo (1997) señala que debe haber una
vinculación de la educación superior con el aparato productivo. Otros
autores proponen asimismo que la educación superior tiene que asumir
una posición participativa y responsable como coordinadora de las
necesidades de los distintos mercados profesionales (Marzo, Pedraga y
Rivera, 2006; Mungaray, Ocegueda y Moctezuma, 2006).
Los cambios socioeconómicos, demográficos y culturales inciden
en el cambio de las ocupaciones (Mungaray y cols., 2006; Peiró, 2003).
Por ejemplo, los proyectos de expansión económica y comercial de las
corporaciones globales requieren desempeños profesionales más calificados
(Villamil, 2005). Tal proceso de cambios socioeconómicos tiene que
verse reflejado en los planes de estudio profesionales, e incluso en los
de posgrado y en los programas de investigación financiados. Por lo
tanto, la formación universitaria debe dar respuesta a las demandas
globales, nacionales y locales (Díaz-Barriga, Hernández, Rigo, Saad y
Delgado, 2006; Roe, 2003).Las universidades del país y del extranjero comparten la
preocupación
de diseñar programas profesionales de estudio que permitan la producción
continua de nuevos conocimientos, que faciliten la incorporación
de sus egresados en el mercado laboral nacional e internacional, que
preparen a sus egresados para ser competitivos ante los cambios futuros
del mercado laboral y que logren que estos ofrezcan respuestas
laborales a los nuevos problemas sociales. De esta manera, hay un creciente
interés en diseñar e implementar programas de formación profesional
cuyo perfil sea competitivo y cubra con los estándares de calidad
internacional. Lo anterior ha tenido un fuerte impacto en el desarrollo
de investigaciones relacionadas con la tecnología educativa, la evaluación
curricular, los modelos educativos y demás, así como con el análisis,
estructuración, diseño y pertinencia del perfil profesional de diversas
licenciaturas (Grediaga, Rodríguez y Padilla, 2004; Peiró, 2003;
Valle, 2003).
Aun cuando las instituciones de educación superior –sobre todo
las universidades– se han considerado con la misión primordial de producir
y transmitir conocimientos, también han tenido a su cargo la función
de formar recursos humanos con las habilidades y conocimientos
que requiere la actividad económica, de tal manera que deben mantenerse
a la vanguardia en la calidad de los servicios que prestan (Grediaga
y cols., 2004; Valle, 2003).
Por lo tanto, la formación universitaria no puede limitarse a la
transmisión y adquisición del conocimiento, sino que debe considerar
la adquisición y desarrollo de competencias científicas y profesionales;
esto es, debe ser un instrumento fundamental para la más alta calificación
de los profesionales que forma, la cual debe estar acorde al desarrollo
y el progreso económico y social (Peiró, 2003).
En este contexto, ha recibido especial atención la relación existente
entre la actividad económica y las habilidades y conocimientos
que los profesionistas deben poseer, dado que la formación de recursos
humanos cualificados constituye uno de los retos más importantes
ENSEÑANZA E INVESTIGACIÓN EN PSICOLOGÍA VOL. 15, NUM. 2: 257-271 JULIO-DICIEMBRE, 2010
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de las instituciones de educación superior (Barrón e Ysunza, 2003; Muñoz-
Izquierdo, 1997; Reynaga y Ruiz, 2003).
Dado lo anterior, el trabajo de las universidades públicas es en
extremo complicado ya que deben proveer un capital intelectual que,
por un lado, esté más allá de las demandas inmediatas del mercado y
que, por otro lado, se encuentre articulado con las necesidades sociales
de largo plazo (Reynaga y Ruiz, 2003). Así, la formación de recursos
humanos cualificados es uno de los grandes retos que enfrentan
las universidades públicas de México, pues de ello depende su ingreso
y pertenencia a las sociedades del conocimiento y su mayor competitividad
en un mercado de trabajo globalizado, con las implicaciones que
conlleva. Por ello, las instituciones públicas mexicanas han sido estudiadas
con mayor profundidad que en otros momentos, particularmente
en la última década del siglo pasado; este interés por analizar
de manera cuidadosa diversos aspectos del quehacer cotidiano de estas
instituciones ha obedecido, entre otras cosas, a una exigencia social,
política y económica de reformular las directrices generales de las
carreras profesionales que imparten, de los posgrados que ofrecen, de
la investigación que financian y de la relación docencia-investigación.
Al respecto, Muñoz Izquierdo (1997) señala que debe haber una
vinculación de la educación superior con el aparato productivo. Otros
autores proponen asimismo que la educación superior tiene que asumir
una posición participativa y responsable como coordinadora de las
necesidades de los distintos mercados profesionales (Marzo, Pedraga y
Rivera, 2006; Mungaray, Ocegueda y Moctezuma, 2006).
Los cambios socioeconómicos, demográficos y culturales inciden
en el cambio de las ocupaciones (Mungaray y cols., 2006; Peiró, 2003).
Por ejemplo, los proyectos de expansión económica y comercial de las
corporaciones globales requieren desempeños profesionales más calificados
(Villamil, 2005). Tal proceso de cambios socioeconómicos tiene que
verse reflejado en los planes de estudio profesionales, e incluso en los
de posgrado y en los programas de investigación financiados. Por lo
tanto, la formación universitaria debe dar respuesta a las demandas
globales, nacionales y locales (Díaz-Barriga, Hernández, Rigo, Saad y
Delgado, 2006; Roe, 2003).Las universidades del país y del extranjero comparten la
preocupación
de diseñar programas profesionales de estudio que permitan la producción
continua de nuevos conocimientos, que faciliten la incorporación
de sus egresados en el mercado laboral nacional e internacional, que
preparen a sus egresados para ser competitivos ante los cambios futuros
del mercado laboral y que logren que estos ofrezcan respuestas
laborales a los nuevos problemas sociales. De esta manera, hay un creciente
interés en diseñar e implementar programas de formación profesional
cuyo perfil sea competitivo y cubra con los estándares de calidad
internacional. Lo anterior ha tenido un fuerte impacto en el desarrollo
de investigaciones relacionadas con la tecnología educativa, la evaluación
curricular, los modelos educativos y demás, así como con el análisis,
estructuración, diseño y pertinencia del perfil profesional de diversas
licenciaturas (Grediaga, Rodríguez y Padilla, 2004; Peiró, 2003;
Valle, 2003).
Aun cuando las instituciones de educación superior –sobre todo
las universidades– se han considerado con la misión primordial de producir
y transmitir conocimientos, también han tenido a su cargo la función
de formar recursos humanos con las habilidades y conocimientos
que requiere la actividad económica, de tal manera que deben mantenerse
a la vanguardia en la calidad de los servicios que prestan (Grediaga
y cols., 2004; Valle, 2003).
Por lo tanto, la formación universitaria no puede limitarse a la
transmisión y adquisición del conocimiento, sino que debe considerar
la adquisición y desarrollo de competencias científicas y profesionales;
esto es, debe ser un instrumento fundamental para la más alta calificación
de los profesionales que forma, la cual debe estar acorde al desarrollo
y el progreso económico y social (Peiró, 2003).
En este contexto, ha recibido especial atención la relación existente
entre la actividad económica y las habilidades y conocimientos
que los profesionistas deben poseer, dado que la formación de recursos
humanos cualificados constituye uno de los retos más importantes
ENSEÑANZA E INVESTIGACIÓN EN PSICOLOGÍA VOL. 15, NUM. 2: 257-271 JULIO-DICIEMBRE, 2010
259
de las instituciones de educación superior (Barrón e Ysunza, 2003; Muñoz-
Izquierdo, 1997; Reynaga y Ruiz, 2003).
Dado lo anterior, el trabajo de las universidades públicas es en
extremo complicado ya que deben proveer un capital intelectual que,
por un lado, esté más allá de las demandas inmediatas del mercado y
que, por otro lado, se encuentre articulado con las necesidades sociales
de largo plazo (Reynaga y Ruiz, 2003). Así, la formación de recursos
humanos cualificados es uno de los grandes retos que enfrentan
las universidades públicas de México, pues de ello depende su ingreso
y pertenencia a las sociedades del conocimiento y su mayor competitividad
en un mercado de trabajo globalizado, con las implicaciones que
conlleva. Por ello, las instituciones públicas mexicanas han sido estudiadas
con mayor profundidad que en otros momentos, particularmente
en la última década del siglo pasado; este interés por analizar
de manera cuidadosa diversos aspectos del quehacer cotidiano de estas
instituciones ha obedecido, entre otras cosas, a una exigencia social,
política y económica de reformular las directrices generales de las
carreras profesionales que imparten, de los posgrados que ofrecen, de
la investigación que financian y de la relación docencia-investigación.
Al respecto, Muñoz Izquierdo (1997) señala que debe haber una
vinculación de la educación superior con el aparato productivo. Otros
autores proponen asimismo que la educación superior tiene que asumir
una posición participativa y responsable como coordinadora de las
necesidades de los distintos mercados profesionales (Marzo, Pedraga y
Rivera, 2006; Mungaray, Ocegueda y Moctezuma, 2006).
Los cambios socioeconómicos, demográficos y culturales inciden
en el cambio de las ocupaciones (Mungaray y cols., 2006; Peiró, 2003).
Por ejemplo, los proyectos de expansión económica y comercial de las
corporaciones globales requieren desempeños profesionales más calificados
(Villamil, 2005). Tal proceso de cambios socioeconómicos tiene que
verse reflejado en los planes de estudio profesionales, e incluso en los
de posgrado y en los programas de investigación financiados. Por lo
tanto, la formación universitaria debe dar respuesta a las demandas
globales, nacionales y locales (Díaz-Barriga, Hernández, Rigo, Saad y
Delgado, 2006; Roe, 2003).Este estudio identificó diferentes características del perfil profesional
que solicitan
los empleadores de psicólogos en entidades federativas con diferentes niveles
de bienestar socioeconómico. Los datos se obtuvieron consultando periódicamente
bolsas de trabajo publicadas en la red y analizando sus características de
acuerdo a los siguientes indicadores: profesiones requeridas por los empleadores,
áreas de inserción profesional y actividades a realizar. Una gran proporción de los
empleos solicitaron psicólogos y otros profesionistas de manera simultánea; el
área de inserción profesional predominante fueron diversas organizaciones, y las
actividades a desempeñar con mayor frecuencia, las relacionadas a reclutamiento
y selección de personal. Los datos se discuten en términos del nivel de similitud
o diferencia entre las diversas profesiones consideradas por los empleadores
como afines, así como del entrenamiento profesional que deben recibir los estudiantes
para desempeñar las actividades por las cuales serán contratados. Este estudio identificó diferentes
características del perfil profesional que solicitan
los empleadores de psicólogos en entidades federativas con diferentes niveles
de bienestar socioeconómico. Los datos se obtuvieron consultando periódicamente
bolsas de trabajo publicadas en la red y analizando sus características de
acuerdo a los siguientes indicadores: profesiones requeridas por los empleadores,
áreas de inserción profesional y actividades a realizar. Una gran proporción de los
empleos solicitaron psicólogos y otros profesionistas de manera simultánea; el
área de inserción profesional predominante fueron diversas organizaciones, y las
actividades a desempeñar con mayor frecuencia, las relacionadas a reclutamiento
y selección de personal. Los datos se discuten en términos del nivel de similitud
o diferencia entre las diversas profesiones consideradas por los empleadores
como afines, así como del entrenamiento profesional que deben recibir los estudiantes
para desempeñar las actividades por las cuales serán contratados. Este estudio identificó diferentes
características del perfil profesional que solicitan
los empleadores de psicólogos en entidades federativas con diferentes niveles
de bienestar socioeconómico. Los datos se obtuvieron consultando periódicamente
bolsas de trabajo publicadas en la red y analizando sus características de
acuerdo a los siguientes indicadores: profesiones requeridas por los empleadores,
áreas de inserción profesional y actividades a realizar. Una gran proporción de los
empleos solicitaron psicólogos y otros profesionistas de manera simultánea; el
área de inserción profesional predominante fueron diversas organizaciones, y las
actividades a desempeñar con mayor frecuencia, las relacionadas a reclutamiento
y selección de personal. Los datos se discuten en términos del nivel de similitud
o diferencia entre las diversas profesiones consideradas por los empleadores
como afines, así como del entrenamiento profesional que deben recibir los estudiantes
para desempeñar las actividades por las cuales serán contratados. Este estudio identificó diferentes
características del perfil profesional que solicitan
los empleadores de psicólogos en entidades federativas con diferentes niveles
de bienestar socioeconómico. Los datos se obtuvieron consultando periódicamente
bolsas de trabajo publicadas en la red y analizando sus características de
acuerdo a los siguientes indicadores: profesiones requeridas por los empleadores,
áreas de inserción profesional y actividades a realizar. Una gran proporción de los
empleos solicitaron psicólogos y otros profesionistas de manera simultánea; el
área de inserción profesional predominante fueron diversas organizaciones, y las
actividades a desempeñar con mayor frecuencia, las relacionadas a reclutamiento
y selección de personal. Los datos se discuten en términos del nivel de similitud
o diferencia entre las diversas profesiones consideradas por los empleadores
como afines, así como del entrenamiento profesional que deben recibir los estudiantes
para desempeñar las actividades por las cuales serán contratados.El trabajo de psicoterapeuta
es muy curioso. De todas las profesiones, es seguramente la que más involucra
afectivamente a la persona misma del terapeuta, más allá de su papel profesional.
Un contador por ejemplo no necesita implicarse como persona en su oficio;
involucra sus conocimientos, su tiempo, su conciencia profesional y también el
gusto por su trabajo. Pero no crea un vínculo afectivo-emocional con el objeto de
su trabajo. Tampoco lo que le pasa en su vida diaria, sus sentimientos y estados
de ánimo, no tiene generalmente consecuencias sobre su quehacer.

El trabajo de psicoterapeuta es muy curioso. De todas las profesiones, es


seguramente la que más involucra afectivamente a la persona misma del
terapeuta, más allá de su papel profesional. Un contador por ejemplo no necesita
implicarse como persona en su oficio; involucra sus conocimientos, su tiempo, su
conciencia profesional y también el gusto por su trabajo. Pero no crea un vínculo
afectivo-emocional con el objeto de su trabajo.
Tampoco lo que le pasa en su vida diaria, sus sentimientos y estados de animo,
no tiene generalmente consecuencias sobre su quehacer. El trabajo de
psicoterapeuta es muy curioso. De todas las profesiones, es seguramente la
que más involucra afectivamente a la persona misma del terapeuta, más allá de su
papel
profesional. Un contador por ejemplo no necesita implicarse como persona en su
oficio;
involucra sus conocimientos, su tiempo, su conciencia profesional y también el
gusto
por su trabajo. Pero no crea un vínculo afectivo-emocional con el objeto de su
trabajo.
Tampoco lo que le pasa en su vida diaria, sus sentimientos y estados de animo,
no tiene
generalmente consecuencias sobre su quehacer. El trabajo de psicoterapeuta es
muy curioso. De todas las profesiones, es seguramente la
que más involucra afectivamente a la persona misma del terapeuta, más allá de su
papel
profesional. Un contador por ejemplo no necesita implicarse como persona en su
oficio;
involucra sus conocimientos, su tiempo, su conciencia profesional y también el
gusto
por su trabajo. Pero no crea un vínculo afectivo-emocional con el objeto de su
trabajo.
Tampoco lo que le pasa en su vida diaria, sus sentimientos y estados de animo,
no tiene
generalmente consecuencias sobre su quehacer. El trabajo de psicoterapeuta es
muy curioso. De todas las profesiones, es seguramente la
que más involucra afectivamente a la persona misma del terapeuta, más allá de su
papel
profesional. Un contador por ejemplo no necesita implicarse como persona en su
oficio;
involucra sus conocimientos, su tiempo, su conciencia profesional y también el
gusto
por su trabajo. Pero no crea un vínculo afectivo-emocional con el objeto de su
trabajo.
Tampoco lo que le pasa en su vida diaria, sus sentimientos y estados de animo,
no tiene
generalmente consecuencias sobre su quehacer. El trabajo de psicoterapeuta es
muy curioso. De todas las profesiones, es seguramente la
que más involucra afectivamente a la persona misma del terapeuta, más allá de su
papel
profesional. Un contador por ejemplo no necesita implicarse como persona en su
oficio;
involucra sus conocimientos, su tiempo, su conciencia profesional y también el
gusto
por su trabajo. Pero no crea un vínculo afectivo-emocional con el objeto de su
trabajo.
Tampoco lo que le pasa en su vida diaria, sus sentimientos y estados de animo,
no tiene
generalmente consecuencias sobre su quehacer. El trabajo de psicoterapeuta es
muy curioso. De todas las profesiones, es seguramente la
que más involucra afectivamente a la persona misma del terapeuta, más allá de su
papel
profesional. Un contador por ejemplo no necesita implicarse como persona en su
oficio;
involucra sus conocimientos, su tiempo, su conciencia profesional y también el
gusto
por su trabajo. Pero no crea un vínculo afectivo-emocional con el objeto de su
trabajo.
Tampoco lo que le pasa en su vida diaria, sus sentimientos y estados de animo,
no tiene
generalmente consecuencias sobre su quehacer. En el presente existe un número
importante de grupos de investigacion dedicados a la generación y aplicación del conocimiento
psicológico en el mundo y en México. Las contribuciones que con esto se han realizado a la ciencia
psicológica son innumerables y han fortalecido diversos procesos, métodos, técnicas y
procedimientos en todas las areas del campo profesional y disciplinar de la Psicología.
Es importante destacar que desde el enfoque profesional, el psicologo realiza una cantidad
importante de intervenciones que demandan el dominio de competencias en el campo de las
metodologias de investigación y, de manera particular, en la descripción, análisis e interpretación
de datos lo cual le permite contribuir a mejorar el conocimiento existente y, en consecuencia,
ampliar y hacer mas eficaces los procesos de intervención y ayuda.
El curso de Estadistica Avanzada contribuye a desarrollar las competencias necesarias para que el
futuro profesional de la psicologia realice procesos de recolección, descripción y analisis de datos y
lo que estos signfican.
El curso es parte de la formación obligatoria y se relaciona con otras unidades de aprendizaje tales
como Métodos de investigación cuantitativa y desarrollo En el presente existe un número
importante de grupos de investigacion dedicados a la generación y aplicación del conocimiento
psicológico en el mundo y en México. Las contribuciones que con esto se han realizado a la ciencia
psicológica son innumerables y han fortalecido diversos procesos, métodos, técnicas y
procedimientos en todas las areas del campo profesional y disciplinar de la Psicología.
Es importante destacar que desde el enfoque profesional, el psicologo realiza una cantidad
importante de intervenciones que demandan el dominio de competencias en el campo de las
metodologias de investigación y, de manera particular, en la descripción, análisis e interpretación
de datos lo cual le permite contribuir a mejorar el conocimiento existente y, en consecuencia,
ampliar y hacer mas eficaces los procesos de intervención y ayuda.
El curso de Estadistica Avanzada contribuye a desarrollar las competencias necesarias para que el
futuro profesional de la psicologia realice procesos de recolección, descripción y analisis de datos y
lo que estos signfican.
El curso es parte de la formación obligatoria y se relaciona con otras unidades de aprendizaje tales
como Métodos de investigación cuantitativa y desarrollo En el presente existe un número
importante de grupos de investigacion dedicados a la generación y aplicación del conocimiento
psicológico en el mundo y en México. Las contribuciones que con esto se han realizado a la ciencia
psicológica son innumerables y han fortalecido diversos procesos, métodos, técnicas y
procedimientos en todas las areas del campo profesional y disciplinar de la Psicología.
Es importante destacar que desde el enfoque profesional, el psicologo realiza una cantidad
importante de intervenciones que demandan el dominio de competencias en el campo de las
metodologias de investigación y, de manera particular, en la descripción, análisis e interpretación
de datos lo cual le permite contribuir a mejorar el conocimiento existente y, en consecuencia,
ampliar y hacer mas eficaces los procesos de intervención y ayuda.
El curso de Estadistica Avanzada contribuye a desarrollar las competencias necesarias para que el
futuro profesional de la psicologia realice procesos de recolección, descripción y analisis de datos y
lo que estos signfican.
El curso es parte de la formación obligatoria y se relaciona con otras unidades de aprendizaje tales
como Métodos de investigación cuantitativa y desarrollo En el presente existe un número
importante de grupos de investigacion dedicados a la generación y aplicación del conocimiento
psicológico en el mundo y en México. Las contribuciones que con esto se han realizado a la ciencia
psicológica son innumerables y han fortalecido diversos procesos, métodos, técnicas y
procedimientos en todas las areas del campo profesional y disciplinar de la Psicología.
Es importante destacar que desde el enfoque profesional, el psicologo realiza una cantidad
importante de intervenciones que demandan el dominio de competencias en el campo de las
metodologias de investigación y, de manera particular, en la descripción, análisis e interpretación
de datos lo cual le permite contribuir a mejorar el conocimiento existente y, en consecuencia,
ampliar y hacer mas eficaces los procesos de intervención y ayuda.
El curso de Estadistica Avanzada contribuye a desarrollar las competencias necesarias para que el
futuro profesional de la psicologia realice procesos de recolección, descripción y analisis de datos y
lo que estos signfican.
El curso es parte de la formación obligatoria y se relaciona con otras unidades de aprendizaje tales
como Métodos de investigación cuantitativa y desarrollo En el presente existe un número
importante de grupos de investigacion dedicados a la generación y aplicación del conocimiento
psicológico en el mundo y en México. Las contribuciones que con esto se han realizado a la ciencia
psicológica son innumerables y han fortalecido diversos procesos, métodos, técnicas y
procedimientos en todas las areas del campo profesional y disciplinar de la Psicología.
Es importante destacar que desde el enfoque profesional, el psicologo realiza una cantidad
importante de intervenciones que demandan el dominio de competencias en el campo de las
metodologias de investigación y, de manera particular, en la descripción, análisis e interpretación
de datos lo cual le permite contribuir a mejorar el conocimiento existente y, en consecuencia,
ampliar y hacer mas eficaces los procesos de intervención y ayuda.
El curso de Estadistica Avanzada contribuye a desarrollar las competencias necesarias para que el
futuro profesional de la psicologia realice procesos de recolección, descripción y analisis de datos y
lo que estos signfican.
El curso es parte de la formación obligatoria y se relaciona con otras unidades de aprendizaje tales
como Métodos de investigación cuantitativa y desarrollo En el presente existe un número
importante de grupos de investigacion dedicados a la generación y aplicación del conocimiento
psicológico en el mundo y en México. Las contribuciones que con esto se han realizado a la ciencia
psicológica son innumerables y han fortalecido diversos procesos, métodos, técnicas y
procedimientos en todas las areas del campo profesional y disciplinar de la Psicología.
Es importante destacar que desde el enfoque profesional, el psicologo realiza una cantidad
importante de intervenciones que demandan el dominio de competencias en el campo de las
metodologias de investigación y, de manera particular, en la descripción, análisis e interpretación
de datos lo cual le permite contribuir a mejorar el conocimiento existente y, en consecuencia,
ampliar y hacer mas eficaces los procesos de intervención y ayuda.
El curso de Estadistica Avanzada contribuye a desarrollar las competencias necesarias para que el
futuro profesional de la psicologia realice procesos de recolección, descripción y analisis de datos y
lo que estos signfican.
El curso es parte de la formación obligatoria y se relaciona con otras unidades de aprendizaje tales
como Métodos de investigación cuantitativa y desarrollo En el presente existe un número
importante de grupos de investigacion dedicados a la generación y aplicación del conocimiento
psicológico en el mundo y en México. Las contribuciones que con esto se han realizado a la ciencia
psicológica son innumerables y han fortalecido diversos procesos, métodos, técnicas y
procedimientos en todas las areas del campo profesional y disciplinar de la Psicología.
Es importante destacar que desde el enfoque profesional, el psicologo realiza una cantidad
importante de intervenciones que demandan el dominio de competencias en el campo de las
metodologias de investigación y, de manera particular, en la descripción, análisis e interpretación
de datos lo cual le permite contribuir a mejorar el conocimiento existente y, en consecuencia,
ampliar y hacer mas eficaces los procesos de intervención y ayuda.
El curso de Estadistica Avanzada contribuye a desarrollar las competencias necesarias para que el
futuro profesional de la psicologia realice procesos de recolección, descripción y analisis de datos y
lo que estos signfican.
El curso es parte de la formación obligatoria y se relaciona con otras unidades de aprendizaje tales
como Métodos de investigación cuantitativa y desarrollo En el presente existe un número
importante de grupos de investigacion dedicados a la generación y aplicación del conocimiento
psicológico en el mundo y en México. Las contribuciones que con esto se han realizado a la ciencia
psicológica son innumerables y han fortalecido diversos procesos, métodos, técnicas y
procedimientos en todas las areas del campo profesional y disciplinar de la Psicología.
Es importante destacar que desde el enfoque profesional, el psicologo realiza una cantidad
importante de intervenciones que demandan el dominio de competencias en el campo de las
metodologias de investigación y, de manera particular, en la descripción, análisis e interpretación
de datos lo cual le permite contribuir a mejorar el conocimiento existente y, en consecuencia,
ampliar y hacer mas eficaces los procesos de intervención y ayuda.
El curso de Estadistica Avanzada contribuye a desarrollar las competencias necesarias para que el
futuro profesional de la psicologia realice procesos de recolección, descripción y analisis de datos y
lo que estos signfican.
El curso es parte de la formación obligatoria y se relaciona con otras unidades de aprendizaje tales
como Métodos de investigación cuantitativa y desarrollo En el presente existe un número
importante de grupos de investigacion dedicados a la generación y aplicación del conocimiento
psicológico en el mundo y en México. Las contribuciones que con esto se han realizado a la ciencia
psicológica son innumerables y han fortalecido diversos procesos, métodos, técnicas y
procedimientos en todas las areas del campo profesional y disciplinar de la Psicología.
Es importante destacar que desde el enfoque profesional, el psicologo realiza una cantidad
importante de intervenciones que demandan el dominio de competencias en el campo de las
metodologias de investigación y, de manera particular, en la descripción, análisis e interpretación
de datos lo cual le permite contribuir a mejorar el conocimiento existente y, en consecuencia,
ampliar y hacer mas eficaces los procesos de intervención y ayuda.
El curso de Estadistica Avanzada contribuye a desarrollar las competencias necesarias para que el
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psicológica son innumerables y han fortalecido diversos procesos, métodos, técnicas y
procedimientos en todas las areas del campo profesional y disciplinar de la Psicología.
Es importante destacar que desde el enfoque profesional, el psicologo realiza una cantidad
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ampliar y hacer mas eficaces los procesos de intervención y ayuda.
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Es importante destacar que desde el enfoque profesional, el psicologo realiza una cantidad
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psicológica son innumerables y han fortalecido diversos procesos, métodos, técnicas y
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Es importante destacar que desde el enfoque profesional, el psicologo realiza una cantidad
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lo que estos signfican.
El curso es parte de la formación obligatoria y se relaciona con otras unidades de aprendizaje tales como
Métodos de investigación cuantitativa y desarrollo Se trata de un instrumento que ha pasado las pruebas: a) del
tiempo y, por tanto, de los avances del conocimiento sobre la p s i cología
humana y su evaluación, fue elaborado en 1939 y se sigue
usando; b) de las revisiones, en 1982 l a primera versión deL MMPI
fue revisada en forma sustancial, se buscaba modernizar los
reactivos e incluir nuevas escalas para evaluar problemas no incor¬
porados en la primera versión, se modificaron alrededor de una
quinta parte de los reactivos originales pero la prueba c o n s e r v ó su
estructura básica convirtiéndose en el M M P I - 2 ; c) de la cultura,
se ha empleado en muchos países del mundo, en culturas tan dife¬
rentes a la estadounidense —de donde surge—, como la China en
donde se u s ó una t r a d u c c i ó n del instrumentoSe trata de un instrumento que ha pasado las pruebas: a) del
tiempo y, por tanto, de los avances del conocimiento sobre la p s i cología
humana y su evaluación, fue elaborado en 1939 y se sigue
usando; b) de las revisiones, en 1982 l a primera versión deL MMPI
fue revisada en forma sustancial, se buscaba modernizar los
reactivos e incluir nuevas escalas para evaluar problemas no incor¬
porados en la primera versión, se modificaron alrededor de una
quinta parte de los reactivos originales pero la prueba c o n s e r v ó su
estructura básica convirtiéndose en el M M P I - 2 ; c) de la cultura,
se ha empleado en muchos países del mundo, en culturas tan dife¬
rentes a la estadounidense —de donde surge—, como la China en
donde se u s ó una t r a d u c c i ó n del instrumentoSe trata de un instrumento que ha pasado las pruebas: a) del
tiempo y, por tanto, de los avances del conocimiento sobre la p s i cología
humana y su evaluación, fue elaborado en 1939 y se sigue
usando; b) de las revisiones, en 1982 l a primera versión deL MMPI
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se ha empleado en muchos países del mundo, en culturas tan dife¬
rentes a la estadounidense —de donde surge—, como la China en
donde se u s ó una t r a d u c c i ó n del instrumentoSe trata de un instrumento que ha pasado las pruebas: a) del
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porados en la primera versión, se modificaron alrededor de una
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estructura básica convirtiéndose en el M M P I - 2 ; c) de la cultura,
se ha empleado en muchos países del mundo, en culturas tan dife¬
rentes a la estadounidense —de donde surge—, como la China en
donde se u s ó una t r a d u c c i ó n del instrumentoSe trata de un instrumento que ha pasado las pruebas: a) del
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fue revisada en forma sustancial, se buscaba modernizar los
reactivos e incluir nuevas escalas para evaluar problemas no incor¬
porados en la primera versión, se modificaron alrededor de una
quinta parte de los reactivos originales pero la prueba c o n s e r v ó su
estructura básica convirtiéndose en el M M P I - 2 ; c) de la cultura,
se ha empleado en muchos países del mundo, en culturas tan dife¬
rentes a la estadounidense —de donde surge—, como la China en
donde se u s ó una t r a d u c c i ó n del instrumentoSe trata de un instrumento que ha pasado las pruebas: a) del
tiempo y, por tanto, de los avances del conocimiento sobre la p s i cología
humana y su evaluación, fue elaborado en 1939 y se sigue
usando; b) de las revisiones, en 1982 l a primera versión deL MMPI
fue revisada en forma sustancial, se buscaba modernizar los
reactivos e incluir nuevas escalas para evaluar problemas no incor¬
porados en la primera versión, se modificaron alrededor de una
quinta parte de los reactivos originales pero la prueba c o n s e r v ó su
estructura básica convirtiéndose en el M M P I - 2 ; c) de la cultura,
se ha empleado en muchos países del mundo, en culturas tan dife¬
rentes a la estadounidense —de donde surge—, como la China en
donde se u s ó una t r a d u c c i ó n del instrumentoSe trata de un instrumento que ha pasado las pruebas: a) del
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humana y su evaluación, fue elaborado en 1939 y se sigue
usando; b) de las revisiones, en 1982 l a primera versión deL MMPI
fue revisada en forma sustancial, se buscaba modernizar los
reactivos e incluir nuevas escalas para evaluar problemas no incor¬
porados en la primera versión, se modificaron alrededor de una
quinta parte de los reactivos originales pero la prueba c o n s e r v ó su
estructura básica convirtiéndose en el M M P I - 2 ; c) de la cultura,
se ha empleado en muchos países del mundo, en culturas tan dife¬
rentes a la estadounidense —de donde surge—, como la China en
donde se u s ó una t r a d u c c i ó n del instrumentoEl trabajo de psicoterapeuta es muy curioso.
De
todas las profesiones, es seguramente la
que más involucra afectivamente a la persona misma del terapeuta, más allá de su
papel
profesional. Un contador por ejemplo no necesita implicarse como persona en su
oficio;
involucra sus conocimientos, su tiempo, su conciencia profesional y también el
gusto
por su trabajo. Pero no crea un vínculo afectivo-emocional con el objeto de su
trabajo.
Tampoco lo que le pasa en su vida diaria, sus sentimientos y estados de animo,
no tiene
generalmente consecuencias sobre su quehacer. El trabajo de psicoterapeuta es
muy curioso. De todas las profesiones, es seguramente la
que más involucra afectivamente a la persona misma del terapeuta, más allá de su
papel
profesional. Un contador por ejemplo no necesita implicarse como persona en su
oficio;
involucra sus conocimientos, su tiempo, su conciencia profesional y también el
gusto
por su trabajo. Pero no crea un vínculo afectivo-emocional con el objeto de su
trabajo.
Tampoco lo que le pasa en su vida diaria, sus sentimientos y estados de animo,
no tiene
generalmente consecuencias sobre su quehacer. El trabajo de psicoterapeuta es
muy curioso. De todas las profesiones, es seguramente la
que más involucra afectivamente a la persona misma del terapeuta, más allá de su
papel
profesional. Un contador por ejemplo no necesita implicarse como persona en su
oficio;
involucra sus conocimientos, su tiempo, su conciencia profesional y también el
gusto
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trabajo.
Tampoco lo que le pasa en su vida diaria, sus sentimientos y estados de animo,
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