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BENEMÉRITA Y CENTENARIA

ESCUELA NORMAL DEL ESTADO


“PROF. JESÚS MANUEL BUSTAMANTE MUNGARRO”

LICENCIATURA EN EDUCACIÓN PRIMARIA

IV Semestre Sección B

Optativa:
Liderazgo

Actividad 3B:
Cualidades del docente líder para la auto-mejora continua. Trabajo final. Ensayo en
equipo.

Prof.(a):
Heidi Sacnicté Robles Tarazón

Alumnos (as):
Castro Valenzuela Frida Ivonne
Miranda Olivarría Miriam Lizeth
Obeso Bojórquez Mariel

Hermosillo, Sonora a 30 de mayo de 2018.


Cómo podemos convertirnos en docentes líderes para transformar la escuela
y auto-mejorarnos como profesionales.

El buen docente líder motiva a sus alumnos en su entorno educativo. El docente


extraordinario, más bien, crea un entorno donde sus alumnos se motivan a sí
mismos.
David fischman.

La educación es un proceso complejo donde el docente tiene un modelo


educativo como resultado de su formación y como pedagogo de sus propias
reflexiones y experiencias en el tiempo, es importante no perder esa capacidad de
observar lo que pasa alrededor, las nuevas tendencias en la educación, los nuevos
problemas educativos que nacen por los cambios generacionales, sociales,
tecnológicos etc. Por este motivo Millán-Puelles, A., citado por Bicocca, M. (2011)
menciona que “la educación es la actividad encaminada a la conformación de la
libertad humana con nuestras propias exigencias naturales” (p.82)

Nunca debemos olvidar que el verdadero sentidos de la educación es el de


hacer que los alumnos sean capaces de “auto-educarse”, para que den lo mejor de
sí, y se den cuenta de lo que son capaces de hacer. Motivo por el cual, la educación
más que “enseñar o formar” debe lograr sacar lo que tenemos dentro hacia afuera;
en resumidas cuentas, la educación es algo que cada persona moldea por sí y en sí
misma.

Hoy en día ya no solo basta con una educación que te prepare para tener
más conocimientos u obtener buenas calificaciones, al contrario, es necesaria una
educación que te permita lograr ser mejores personas, personas comprometidas a
tomar las mejores decisiones las cuales pueden ser ejercidas con libertad. Eso no
se transmite con solo los libros, las clases o las estrategias didácticas; sino más
bien son un reflejo de tu modo de ser, con tus virtudes, tus cualidades, pero sobre
todo por tu liderazgo.
El autoliderazgo es la capacidad primordial del liderazgo, ya que te permite
liderarte a ti mismo, realizando los cambios pertinentes para ser mejor persona y en
consecuencia, un mejor educador, porque como bien se dice “El docente no es
capaz de enseñar si primeramente no se enseña a él mismo”. No hay mejor cosa
que ser uno el guía de su propia experiencia, es una oportunidad única para
aprender a ser emprendedores de nuestro propio cambio y destino, porque no existe
una mejor ayuda que la de nosotros mismos, el mejor desarrollo es el
autodesarrollo.

Profesar la profesionalización docente tiene la fuerza de la vocación la cual


ejerce sobre el profesor la fuerza de un compromiso de altura y de máxima
responsabilidad. El apartamiento de las clases es la manera natural de responder
ante un conglomerado de personas que tienen altas expectativas de su educador;
siempre se espera que dichos actores posean una serie de cualidades positivas
pero sobre todo que cuenten con una gran capacidad para escuchar y atender las
necesidades de cada uno de sus educandos.

La sociedad actual requiere de un docente de calidad, dicha palabra viene de


“cualidad”, que es el modo de ser de una cosa que es mejor que otra de la misma
especie. Un docente tiene que tener cualidades múltiples que le permitan ser bueno
en lo que hace y en cómo lo hace. Un docente líder tiene que desarrollar y mejorar
para ofrecer la educación que la sociedad actual le está solicitando con sentido de
urgencia. Se trata, por tanto, del reto de formarse, de transformarse, de ser mejores
personas y, en consecuencia, mejores docentes.

Patterson & Patterson (2004) definen “Al docente líder como aquel docente
que trabaja con sus colegas con el propósito de mejorar la enseñanza y el
aprendizaje, ya sea de modo formal o informal. Los profesores líderes formales
son, generalmente, identificados por el director escolar. Ellos suelen ser jefes de
departamento, coordinadores de grado o ciclo, líderes de equipos, mentores para
los nuevos profesores, asesores o miembros de equipos para el desarrollo del
currículum. Los profesores líderes informales son reconocidos por sus
compañeros debido a su credibilidad, capacitación o capacidad para establecer
relaciones” (p. 74).

De acuerdo a lo planteado, es notorio el importante significado que poseen


las habilidades del líder en el clima de trabajo en el aula, puesto que predomina en
estas las capacidades para influir efectivamente en la integración, comunicación,
fortalecimiento de valores cooperativos y participación en sentido de los diversos
actores del proceso educativo, en prosecución de un bien común enfocado a la
formación integral del educando y a la conformación de una visión holística de la
escuela como centro abierto a la vida del educando y su ámbito. De allí que la
preparación del docente es determinante para su actuación en el marco de las
habilidades básicas que contribuyen al trabajo como líder.

Por lo tanto, el docente en su acción de aula ha de concebir la toma de


decisiones como una labor reflexiva, que requiere del consenso de quienes
convergen en el proceso educativo, pues solo así se verificará la aceptación y
apertura de estos hacia las decisiones que se tomen, evitando la confrontación y
rechazo que indudablemente va a influir en la conformación de un clima
desfavorable para el aprendizaje y el rendimiento. El docente toma decisiones en el
momento de planificar la instrucción, durante la interacción del proceso y al evaluar
los resultados de aprendizaje.

En función de esta premisa, se ubica la toma de decisiones como una tarea


de aplicación continua en todos los momentos que conformen el acto educativo, con
la precisión de producirse en la oportunidad de corregir fallas y debilidades del
proceso, atender las necesidades del grupo, motivar el aprendizaje, integrar la
acción didáctica, y en fin, en los diversos aspectos que involucra la instrucción.

De igual manera, otra de las habilidades técnicas del docente líder es la


solución de problemas, pues al profesor le corresponde asumir el liderazgo en el
aula, ha de cumplir nuevas responsabilidades que implican la conducción y
funcionalidad del proceso educativo; así mismo el docente como líder debe ser una
persona moderada, con un equilibrio, serenidad, paz, que lo transmitan a través de
su modo de hablar, su modo de relacionarse con los demás.

“Un verdadero líder educativo es el que perturba nuestra seguridad, nos desafía,
invitándonos a la exploración y animando el esfuerzo. El maestro transformante
percibe cuándo el aprendiz está dispuesto a cambiar y ayudar a su discípulo a
responder a necesidades más complejas, trascendiendo los antiguos moldes una y
otra vez. El auténtico maestro es también un aprendiz, y es transformado por la
relación de liderazgo que ejerce”. OCDE (2009)

Una de las cualidades más importantes y fundamentales de un líder es el


conocimiento, el autodominio, el autocontrol y el esfuerzo que hace por conocer y
aprovechar los recursos para poder ayudar al alumno a construir su propio
conocimiento.

Ha todo esto el docente debe de respetar a los alumnos para lograr que el
efecto sea mutuo, un educador que respeta a sus alumnos es en el fondo un
docente comprensivo, pues de alguna manera reconoce los distintos factores que
influyen en los sentimientos o en el comportamiento de alguna persona, profundiza
sus actuaciones en el significado de cada factor, en su interacción y adecua su
actuación a esa realidad. Algunas de los aspectos o estrategias que el docente
desempeña como líder son:

● Observar para conocer las necesidades de los alumnos.


● Desarrollar una influencia personal en el grupo.
● Escuchar y reconocer necesidades del grupo.
● Tener espíritu de servicio.
● Motiva personal y grupalmente.
● Reconoce habilidades de cada alumno.
● Ser un docente activo, positivo y que muestre seguridad al grupo.

En conclusión, un cambio en el siglo XXI es crear escuelas que aseguren a


todos los estudiantes y en todos los lugares una buena educación; esta mejora es el
liderazgo para el aprendizaje, es decir, vincular el liderazgo con el aprendizaje del
alumnado. Por eso, un liderazgo para el aprendizaje toma como núcleo de su acción
la calidad de enseñanza ofrecida y los resultados de aprendizaje alcanzados por los
alumnos por lo que un liderazgo debiera poner su foco de atención y medirse por su
contribución a la mejora de los aprendizajes.

Los resultados de los aprendizajes de los alumnos dependen, obviamente,


de la interacción de un conjunto de factores. El liderazgo se tiene que dirigir a
transformar los modos habituales de enseñanza en nuevos escenarios de
aprendizaje. Como dice Elmore (2008): “Guste más o menos, el liderazgo es la
práctica de la mejora. Podemos hablar ampliamente del liderazgo escolar, incluso
basándonos en conceptualizaciones filosóficas, pero la condición necesaria para el
éxito de los líderes escolares en el futuro será su capacidad para mejorar la calidad
de la práctica docente. [...] Por eso, el liderazgo es la práctica de la mejora
educativa, entendida como un incremento sistemático de calidad y resultados a lo
largo del tiempo” (pp. 42 y 45).

Timperley, Wilson y otros (2007) afirman que “Los líderes eficaces apoyan
activamente el aprendizaje profesional de su personal y, en ocasiones, participan
ellos mismos. Sus actividades son consistentes con un número de perspectivas
teóricas sobre liderazgo, en lugar de una perspectiva particular. Más
frecuentemente, los líderes aseguran formas organizativas que puedan proveer a
los docentes oportunidades de aprender, el acceso a los conocimientos
especializados pertinentes y posibilidades de reunirse para procesar la nueva
información” (p. 31).

Centrar el liderazgo en el aprendizaje supone un cambio sustancial en la


investigación, hasta entonces dedicada a liderazgo en general o en capacidad
de gestión. De acuerdo con esto, Viviane Robinson (2006), menciona que son
necesarias teorías de liderazgo que están firmemente basadas en el conocimiento
de las condiciones que necesitan los profesores para promover el aprendizaje de
sus alumnos. Los buenos líderes educativos son los que tienen las habilidades, el
conocimiento y la disposición para iniciar y mantener esas condiciones” (pp. 72-73).
Referencias bibliográficas

Bolívar, A. (2010). Liderazgo pedagógico: una dirección para el aprendizaje.


Universidad de Granada. Consultado el día 28 de mayo de 2018 de:
https://www.essr.net/~jafundo/mestrado_material_itgjkhnld/IV/Lideran%
C3%A7as/Bolivar_LiderazgoparaelAprendizaje.pdf

Bolívar, A. (2014) Liderazgo educativo y desarrollo profesional docente: Una


revisión internacional. Consultado el 28 de mayo de 2018 de:
https://www.researchgate.net/publication/313793757_Liderazgo_educat
ivo_y_desarrollo_profesional_docente_Una_revision_internacional

Gorrochotegui, M. A. (2013). El docente líder: ideas para la auto-mejora


continua. Argentina: Miño y Dávila​.

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