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asumida total o parcialmente por los otros poderes; y del art. 109 de la Cons-
titución que prohíbe al presidente de la República ejercer en ningún caso
funciones judiciales o arrogarse el conocimiento de las causas pendientes o
restablecer las fenecidas.
Por eso, la caracterización de la función jurisdiccional frente a las otras
funciones estatales, mostrando lo que a ella la distingue dentro del conjunto
de funciones del Estado, lejos de constituir bizantinismo jurídico tiene ex-
traordinaria importancia.
Para la delimitación entre las funciones del Estado solamente sirve el
criterio sustancial, entendiéndose como sustancia el contenido o los efectos
jurídicos de los actos que cada una de ellas produce, independientemente
del órgano que lo lleva a cabo (criterio orgánico) y de la forma en la cual es
realizada (criterio formal).
Adoptar el criterio orgánico significa llamar función legislativa a toda
aquella que proviene de los órganos legislativos, función jurisdiccional a
toda la cumplida por los órganos judiciales y administrativa a toda la reali-
zada por el ejecutivo. Esto un juego de palabras, o una explicación a poste-
riori y lo que precisamos es una caracterización apriorística, para ser utili-
zable cada vez que se quiera distribuir funciones entre los diversos poderes.
Y a su turno, adoptar un criterio de distinción basado en las diversas
formas que exteriormente revisten los actos de las tres funciones (criterio
formal) tampoco puede servirnos, pues si bien de común cada una de ellas
adopta un medio propio de expresión —así, la actividad legislativa se exhibe
con los caracteres extrínsecos de la ley formal, mientras que la jurisdiccio-
nal a través de las formas de las sentencias—, a veces ocurre que la forma
que normalmente se adopta para los actos de una cierta función es utilizado
para un acto de una función distinta (verbigracia, la ley de presupuesto, que
tiene forma de ley pero sustancia administrativa).
(4) La Corte Suprema de Justicia de la Nación aportó esa doctrina: Los jueces tienen no sólo
la facultad sino el deber de desarrollar y evolucionar los textos legales en función de los requeri-
mientos del presente. Las leyes no pueden ser interpretadas sólo históricamente, sin consideración a
28 Gladis E. de Midón - Marcelo S. Midón
las nuevas necesidades de la comunidad, porque toda la ley, por naturaleza, tiene una visión de fu-
turo, está predestinada a recoger y regir hechos posteriores a su sanción (Fallos: 241:291; 313:1513).
Precisamente, porque los jueces no deben ser fugitivos de la realidad, la imprevisión
contractual, la responsabilidad objetiva del riesgo creado, el reajuste de deudas menguadas
por la desvalorización monetaria, el amparo, etc, surgieron por obra y gracia de la labor crea-
tiva pretoriana.
(5) Si la norma es en sí inconstitucional corresponde que el juez así lo declare, aún de
oficio.
(6) Una sentencia de la Corte Suprema en el caso “Seguir y Dib” (LA LEY, 1981-A, 401) nos
viene bien para ejemplificar: los padres de una niña de 17 años y 8 meses pidieron a la justi-
cia se autorizara una ablación y trasplante de un riñón de su hija que tenía como destinata-
rio a otro hijo, hermanito de la niña donante. El problema radicaba en que una ley (21.541)
prohíbe la ablación de órganos de los menores de 18 años. La Corte valoró las circunstancias
particulares del caso (que la hermana que proveería su riñón estaba muy próxima a cumplir
18 años y tenía suficiente discernimiento) y dio prioridad a la vida y la salud del niño con ca-
rácter urgente.
La función jurisdiccional 29
jurisdiccional, el conflicto es decidido por otro —el juez— y para otros —las
partes—.
b) El acto administrativo admite revisión en la sede judicial, mientras
que los actos jurisdiccionales gozan de la cualidad de la cosa juzgada que
los torna irrevisables.
Por eso la Corte Suprema reconoce validez al funcionamiento de las
estructuras o “tribunales” administrativos pero condicionado a que el
pronunciamiento del organismo admita revisión suficiente en sede judi-
cial (7). De tal manera, la actividad referida no es jurisdiccional pues sus re-
soluciones no tienen virtud de cosa juzgada. Y si por alguna ley se le die-
ra potestad de resolver conflictos sin admitir revisión judicial, ella sería
inconstitucional (8).
(7) CSJN, Fallos: 251:471; 253:485; causa “Ángel Estrada y Cía. S.A.”, 5/4/2005.
(8) CSJN, Fallos: 240:407; 243:448; 245:530; 247:181 y 646; 311:334, 312:2490, entre otros.