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365420. . Tercera Sala. Quinta Época. Semanario Judicial de la Federación. Tomo XXVI, Pág. 1774.

SOCIEDADES EN NOMBRE COLECTIVO. De los antecedentes que dieron origen a


nuestro Código de Comercio, se desprende la interpretación de que la sociedad en nombre
colectivo, como persona moral distinta de la de los asociados, posee un patrimonio propio y
debe responder con él, como obligada principal; y que el patrimonio de los socios, distinto de
sus aportaciones a la sociedad, no se confunde con el patrimonio social. La responsabilidad
de los socios, respecto a las obligaciones sociales, es solidaria entre ellos, pero subsidiaria
respecto a la sociedad. La responsabilidad de los socios es solidaria entre ellos, pero no con la
sociedad obligada principalmente, y para perseguir a uno de los asociados, debe hacerse
excusión en los bienes de la sociedad. La disposición del artículo 124 del Código de
Comercio, sobre que las sentencias ejecutoriadas contra la sociedad, establecen la autoridad
de la cosa juzgada contra los socios, es contraria a la garantía consignada en el párrafo
segundo del artículo 14 constitucional, ya que nadie puede ser privado de sus propiedades,
posesiones o derechos, sino mediante juicio seguido ante los tribunales previamente
establecidos; en apoyo de esta tesis, puede decirse: que los socios pueden tener excepciones
personales que oponer y que se les privaría de este derecho, porque en la ejecución de
sentencia están enumeradas limitativamente las excepciones procedentes; que resultaría
ilusorio su derecho de hacer valer la excusión de bienes, ya que no habría procedimiento en el
que pudiera demostrarse la existencia de bienes en el patrimonio social, cuando la sociedad
tuviera interés en negar el hecho, y que la cosa juzgada decide solamente que la sociedad
debe una prestación determinada, y esa es la verdad legal para los socios, pero la cosa
juzgada no dice si existen o no, bienes sociales bastantes para cubrir el crédito, y a pesar de
eso, el acreedor puede, por capricho o mala fe, dejar libres los bienes sociales y embargar
injustamente a un socio; por tanto, es indispensable que se siga un juicio contra éste, para
poder trabar ejecución en sus bienes, una vez que se haya hecho excusión en los de la
sociedad.

Amparo civil en revisión 2384/28. Solana Moisés. 27 de julio de 1929. Mayoría de tres votos.
Disidentes: Joaquín Ortega y Francisco Díaz Lombardo. La publicación no menciona el
nombre del ponente.

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