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Tasas de descuento para transacciones con financiación implícita cuando no

se conoce la tasa de interés.

Los estándares internacionales según lo descrito en la Sección 11 y NIC 39 exigen


el reconocimiento del valor del dinero en el tiempo. Este reconocimiento procede
“si un acuerdo de compra o venta contiene una transacción de financiación
implícita, la entidad inicialmente debe medir el activo financiero o pasivo financiero
al valor presente de los pagos futuros descontado a una tasa de interés de
mercado correspondiente a un instrumento de deuda similar”.( Sección 11 Material
de Entrenamiento NIIF SME). La visión netamente financiera obliga a reconocer
el costo financiero de una transacción que implica una financiación sin intereses
ajustándose a conceptos como precio del dinero e inflación.

Teniendo en cuenta lo antes planteado surge una inquietud…. ¿Cuál es la tasa de


descuento que debe ser tomada para calcular el valor presente de estos activos
financiados? El debate está servido y nos corresponde a nosotros como
consultores, asesores, directores de Comités NIIF y observadores plantear puntos
de análisis, brindar recomendaciones y lo más importante, estudiar los efectos de
cualquier decisión tomada.

El artículo 10 del Decreto 2649 manifiesta literalmente: “Valor presente o


descontado es el que representa el importe actual de las entradas o salidas netas
en efectivo, o en su equivalente, que generaría un activo o un pasivo, una vez
hecho el descuento de su valor futuro a la tasa pactada o, a falta de esta, a la tasa
efectiva promedio de captación de los bancos y corporaciones financieras para la
expedición de certificados de depósito a término con un plazo de 90 días (DTF)”.
Existen asesores que se inclinan por utilizar esta tasa para efecto de descuento en
transacciones de financiación implícita y ajuste en el reconocimiento inicial de
estos activos en el Estado de Situación Financiera de Apertura, sin embargo es
necesario efectuar algunas precisiones. Cuando se realiza una inversión siempre
se espera recibir una rentabilidad directamente proporcional al riesgo asumido,
entendiendo el riesgo, en este contexto, como el grado de exposición de la
empresa a situaciones que impidan el recaudo de su cartera. Las entidades
financieras hacen parte del sector que más solidez económica posee, por lo tanto
cuando se adquiere un CDT a 90 días se obtiene una rentabilidad actualmente del
alrededor de 4.5% E.A. esta tasa es mínima porque los bancos son empresas con
alta liquidez, rentabilidad y respaldo, lo que indica que el riesgo que asume el
tenedor del título es muy bajo y a causa de esto sus ganancias también.

Estudios realizados por la UNAM demuestran que en Latinoamérica la mayoría de


las Pymes no sobrevive más de 2 años y en países como México las pequeñas
empresas ocupan un lugar clave en la economía: son 99.8 por ciento del total de
unidades productivas; generan 72 por ciento del empleo y 52 por ciento del
Producto Interno Bruto (PIB) (El Financiero 16/01/12). Es una tendencia que
también sucede en Colombia. Teniendo en cuenta que una empresa concede
créditos a Pymes, no es lógico utilizar la DTF como tasa de descuento porque se
están asumiendo niveles de riesgo superiores a los que se asume cuando se
efectúan transacciones con instituciones financieras y no se cumple la condición
de que el rendimiento debe estar asociado al riesgo. Las posibilidades de otorgar
un crédito a una pequeña o mediana empresa y este nunca sea recuperado son
altas; pero las posibilidades de invertir en una CDT y no redimirlo por problemas
de la entidad financiera, en este momento son remotas en Colombia si tenemos en
cuenta los márgenes de rentabilidad que obtienen las empresas del sector
financiero.

El sistema financiero colombiano contempla tasas como la tasa de crédito de


consumo y ordinario (entre el 18% y 21% EA), las tasas de interés activas (entre el
10% y el 12% EA) y microcrédito (entre 33% y 36% EA) que podrían tomarse
como referencia para efectos de descontar los flujos de efectivo para la operación
financiada en operaciones en las cuales no se pacta una tasa de intereses
especifica. La norma hace hincapié en la necesidad de ajustar la tasa a las
condiciones financieras del deudor, al riesgo expuesto, plazo de financiación y
calificación crediticia del deudor, por lo tanto al momento de determinar una tasa
de descuento deben considerarse todos estos factores a nivel individual; no
obstante por políticas contables y por efectos de costo-beneficio la entidad puede
calificar sus clientes por rangos de riesgo y segmentarlos de tal manera que a
cada rango o grupo de clientes con calificaciones crediticias similares se le asigne
una determinada tasa de interés o la administración puede asignar una única tasa
a todos sus cliente si considera que el grado de exposición al riesgo es igual para
todos estos.

Nicolás Romero C.
Contador Público
Especialista en Finanzas
Certificación IRFS ICAEW
nicolasromero1205@gmail.com

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