Vous êtes sur la page 1sur 6

UNIVERSIDAD ABIERTA PARA ADULTOS

TEMA

EFICACIA DE LOS DERECHOS FUNDAMENTALES

ASIGNATURA

DERECHO POLÍTICO CONSTITUCIONAL

PRESENTADO POR:

ANA MARÍA FABIÁN VARGAS

MATRICULA

16-0759

PROFESOR:

ANYELINA GONZALES

FECHA

05/04/2019
Introducción
A continuación se presenta un ensayo acerca de la eficacia de los Derechos
Fundamentales.

Objetivos específicos que determinaran la eficacia de los derechos


fundamentales.

Y por último la conclusión, en donde se estará dando una breve explicación


acerca de los derechos fundamentales. No obstantes debo recordar, que estos
son derechos humanos positivizados en un ordenamiento jurídico concreto.

Objetivos específicos
- Analizar y definir que tan eficaz, resultan los derechos fundamentales.

- Mostrar quien garantiza los derechos fundamentales.

Distinguido participante:
Consulte la bibliografía básica de la unidad y demás fuentes complementarias
del curso; luego realice la actividad que se describe a continuación:
1. Realiza un ensayo argumentativo, de no más de tres páginas, acerca de la
eficacia de los derechos fundamentales.
Desarrollo
Ensayo acerca de la eficacia de los derechos fundamentales

Los Derechos Fundamentales son límites al poder, que por cierto hoy en día
es, (económico y social), este se ostenta no solo por el estado sino más bien,
por particulares.

Su eficacia se despliega de las relaciones entre particulares, es decir, una


eficacia frente a terceros, a particulares (que no son poderes públicos).

Los derechos fundamentales, además de constituir un sistema de principios y


valores objetivos, son ante todo derechos subjetivos, y éstos se definen por la
justiciabilidad de sus contenidos, los jueces y tribunales han de cumplir, en el
ejercicio de su función jurisdiccional, un papel muy singular respecto de la
eficacia de aquéllos.

Tomando esto en cuenta, los derechos fundamentales están garantizados por


la Tutela judicial efectiva, el cual consiste en un derecho subjetivo que opera
inherente a las personas para acudir por ante un órgano judicial, en procura de
obtener la protección judicial de sus derechos e intereses legítimos en un juicio
con toda la garantía.

El propio texto constitucional lo ha tenido en cuenta no sólo mediante la


previsión de una genérica intervención jurisdiccional para su garantía frente a la
actividad de los poderes públicos, sino mediante la atribución de específicas,
funciones jurisdiccionales de garantía a los Tribunales ordinarios y al Tribunal
Constitucional.

En efecto, se parte de que los individuos ocupan una posición de libertad e


igualdad natural por lo que sus relaciones sociales, presididas por la autonomía
privada, deben ser ajenas a la regulación jurídico-pública que conllevaría la
eficacia de los derechos fundamentales con el fin de evitar la quiebra de esta
prioridad. Una desnaturalización de los presupuestos de la autonomía privada
que, además, amenaza con degradar el Estado liberal democrático,
sustituyendo la soberanía de las generaciones vivas (libres e iguales) por una
soberanía de aquellos poderes socioeconómicos hegemónicos. Precisamente
por ello nuestro texto constitucional ha concebido al Estado, además de como
Estado democrático de derecho, como Estado social, y ha encomendado a su
aparato la remoción de los obstáculos que hacen que dicha libertad e igualdad
individual o colectiva no sean reales y efectivas, con el fin de evitar la
desnaturalización de las otras dos características estructurales del mismo.

De ahí que, aunque el texto constitucional continúe viendo en la autonomía


privada una de las expresiones de la libertad e igualdad garantizadas a los
individuos, e incluso dé amparo constitucional a la formación de algunas de
estas situaciones de predominio socioeconómico (como en la garantía de la
libertad de empresa, o en la garantía del derecho de propiedad y de herencia,
no sea menos cierto que dentro de dichas situaciones deben cobrar también
vigencia los derechos fundamentales en tanto principios objetivos que sirven de
fundamento del orden político y de la paz social.

La primera, consistente en reconocer a los derechos fundamentales eficacia


directa o inmediata, permitiría a los individuos invocar directamente ante los
órganos jurisdiccionales encargados de su garantía la lesión por parte de otro
particular de los derechos y libertades constitucionalmente garantizados,
haciéndolos valer como auténticos derechos subjetivos ante los órganos
jurisdiccionales sin necesidad de la mediación del legislador en la provisión de
una posición jurídico-subjetiva que ya poseerían directamente ex
constituciones. La segunda, por el contrario, nacida como reacción ante las
severísimas limitaciones que la primera impondría a la autonomía privada,
confiere a los derechos fundamentales únicamente eficacia indirecta o mediata,
por lo que los particulares sólo obtendrían su tutela indirectamente a través de
las posiciones jurídico-subjetivas que el legislador les haya atribuido al regular
las relaciones privadas.

Mientras la eficacia directa plantea en muchas ocasiones la dificultad de


delimitar el contenido de los derechos fundamentales esgrime por los sujetos
intervinientes en la relación jurídico-privada, la indirecta resulta difícilmente
justiciable en caso de omisión legislativa o de una defectuosa transposición por
el legislador, al considerarse las posiciones jurídico-subjetivas de un particular
frente a otro como huérfanas de fundamentalidad

Es preciso delimitar correctamente el contenido del derecho fundamental que


se esgrime en cada concreta relación jurídico-privada en función de la
naturaleza del propio derecho y de la relación de que se trate, pues ambos
pueden hacer variar la posición en la que se encuentra el particular y, con ello,
la eficacia del derecho fundamental frente a los particulares. Para clarificar el
significado de esta eficacia matizada veamos la inexactitud de algunos de los
argumentos utilizados por los defensores de la eficacia directa e indirecta,
respectivamente. Del lado de la eficacia indirecta, se parte de considerar en su
origen a los derechos fundamentales como derechos públicos subjetivos, por lo
que su eficacia entre particulares sería un efecto posterior que ha de ser
derivado de su dimensión objetiva. Esto es parcialmente incierto, puesto que
existen derechos fundamentales cuyo objeto es la garantía de un ámbito de
libertad precisamente en las relaciones entre particulares, por lo que están
concebidos para ser oponibles primordialmente frente a éstos y sólo
secundariamente frente al Estado (como el derecho de huelga, la libertad
sindical, o el derecho a la negociación colectiva). Al mismo tiempo existen otros
derechos cuyo objeto, al ser derechos de contenido básicamente participativo,
les hace oponibles casi exclusivamente ante los poderes públicos.

La concreta eficacia que desplieguen los derechos fundamentales en las


relaciones entre particulares dependerá, sin embargo, de cada derecho y de
cada relación.
Conclusión
De acuerdo a lo expuesto anteriormente, debo mencionar que los derechos
fundamentales, tienen como finalidad prioritaria, garantizar la dignidad y la
participación política y social de las personas.

No obstante, estos derechos corresponden a todos los seres humanos en


cuanto dotados de estatus de personas, de ciudadanos o personas con
capacidad de obrar; entendiendo por derecho subjetivo cualquier expectativa
positiva o negativa adscrita a un sujeto.

Bibliografía

- https://www.unioviedo.es/constitucional/miemb/alaez/pdf/eficacia.pdf
- http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0041-
86332015000300009
- Adames. Potentini A.(2010)manual de derecho político y constitucional.Santo
domingo.RepublicaDominicana.

Vous aimerez peut-être aussi