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CUARTA UNIDAD

ACOSO ESCOLAR Y BULLYING

1. EL ACOSO ESCOLAR Y EL BULLYING. QUE LOS CARACTERIZA,


SEMEJANZAS Y DIFERENCIAS.

Una modalidad de violencia que se produce entre


EL ACOSO diferentes actores del escenario educativo,
ESCOLAR independientemente de la existencia o no de relaciones
de convivencia

Como por ejemplo, la violencia de profesores hacia estudiantes, entre profesores, de


estudiantes de grados superiores contra menores, de autoridades contra los docentes
y estudiantes, de los estudiantes a los docentes y administrativos, de los directivos a
padres de familia y a los administrativos, etc. Incluso entre compañeros de aula se
producen acciones de acoso que no se convierten en bullying por su naturaleza
episódica u ocasional. A todas estas diversas y nutridas modalidades de violencia que
imperan en las instituciones educativas las podemos llamar violencia escolar o acoso
escolar, reservándonos la denominación de

BULLYING Acoso que existe entre pares, entre iguales.

Podemos decir, en resumen que:

Que el primero de ellos es un episodio de


La diferencia entre el
violencia entre diversos actores de la
acoso escolar y el
escuela, mientras que el bullying es un
bullying es:
acoso entre iguales, entre pares.
2. QUE ES EL BULLYING Y CUALES SON SUS CARÁCTERÍSTICAS
FUNDAMENTALES
El bullying es una forma de violencia que tiene características muy peculiares y da
lugar a consecuencias sumamente perniciosas para los que se encuentran
involucrados en ella en forma directa o indirecta. Esta modalidad de violencia escolar
ocurre en:

En espacios externos de la
escuela (actividades recreativas,
En el culturales y deportivas
transporte propiciadas por la escuela)
En sus escolar
alrededores
Los centros
educativos

Desde Olweus (1996), para quien el bullying ocurre cuando “un alumno es agredido o
se convierte en víctima cuando está expuesto, de forma repetida u durante un tiempo,
a acciones negativas que lleva a cabo otro alumno o varios de ellos”, y considerando
los estudios de Ortega (1998), Vallés (2001), Castro Santander (2006), Avilés (2012),
Carozzo (2010), la dimensión conceptual del bullying sigue respetándose sin mayores
variantes reafirmándose su estructura esencial: se trata de:

Un episodio de violencia que tiene como escenario la institución educativa o sus alrededores

Ocurre entre iguales (compañeros de aula);

Se sustenta en la asimetría de poder de la que hace uso el agresor

Se produce repetidamente en el tiempo.

Hay presencia de otros estudiantes que están presentes cuando tiene lugar el incidente de
violencia

Esos otros juegan un papel destacado en la perpetuación de la indefensión de la víctima y la


impunidad del victimario.

La problemática del bullying o acoso entre iguales es un asunto que concierne a todas
las instituciones educativas de la región, variando acaso lo referido a su incidencia y a
sus modalidades. Los factores de riego para su presencia son igualmente muy
parecidos, del mismo modo que las escasas medidas de prevención que se han
diseñado para su abordaje. Empero, debemos hacer algunas precisiones que son
importantes considerar:

Llegar a la violencia y al bullying tiene mucho que ver con la casi completa
inoperancia de las instituciones educativas en la educación para el conflicto y su
resolución pacífica.

La mayor o menor incidencia del bullying en las escuelas de todas formas está
alterando el clima de convivencia que debe imperar en las escuelas.

La pertinencia de conocer las modalidades de violencia entre iguales tiene


como propósito relacionarla con los factores de riesgo que se asocian a ella
para promover acciones preventivas más integrales. Entre ellas, la firme
conexión de las escuelas con los hogares es una tarea insoslayable.

El trabajo de convivencia como una medida de prevención e intervención para la


mejora del clima escolar, en lo posible, debe ser realizado en red con otras
instituciones educativas.

3. LA TRIADA DEL BULLYING


El bullying cuenta siempre con la participación de tres agentes: el agresor, la víctima y
los espectadores, es lo que se llama la triada del bullying.

Agresor

Espectadores Víctima

La triada del bullying (existen tres elementos: agresor, víctima y espectadores) es uno
de los componentes característicos de este fenómeno de violencia y vamos analizarlo
para conocerlo mejor, ya que los estudiantes que no son víctimas o victimarios, son
espectadores. Mayormente están presentes todos ellos y la presencia de los
espectadores es tan importante que los agresores atacan pocas veces a su víctima
cuando se encuentran solos frente a ella. Necesitan un auditorio de espectadores
donde puedan exhibir su poder y hacerles llegar un mensaje de su poder al que
deben someterse.
En esta triada cobra un papel muy destacado los llamados espectadores y cada vez
son más los estudios que se centran en ellos para implementar programas de
prevención, debido a que ellos pueden contribuir en la perpetuación del bullying y
acrecentar la indefensión de la víctima, así como mantener viva la impunidad del
agresor.

4. ¿DONDE OCURRE EL BULLYING?


Como bien se conoce, el bullying ha sido considerado un problema de violencia entre
pares que ocurre en la institución educativa y en sus alrededores. También se ha
informado que todas las actividades escolares que tienen lugar fuera de las
instalaciones educativas se inscriben dentro de los espacios en donde pude ocurrir, y
ocurre el bullying, como son los paseos, las actividades deportivas, cívicas, culturales
o religiosas en donde participan los escolares como actividad de la escuela. No
obstante numerosos estudios han señalado que los lugares que preferentemente son
elegidos por los agresores para atacar a sus víctimas son los siguientes:

El salón de clases,
cuando no está El patio durante el Los servicios Los pasillos del
presente el recreo. higiénicos. colegio
profesor.

El transporte
El comedor.
escolar.

Si esto es así, las instituciones educativas deben tomar medidas de protección a los
estudiantes disponiendo una mayor vigilancia de los lugares señalados. Las acciones
a tomar en estos casos son llamadas medidas de contención y requieren de una
mayor vigilancia.

5. TIPOS DE BULLYING
Los estudios realizados hasta hoy dan cuenta de la existencia de una variada gama de
modalidades de bullying, entre los que se destacan:
•Empleo del poder y fuerza física del agresor (puñetes, patadas, empujones,
cachetadas, poner zancadillas, etc.) , acciones que impiden el tránsito de la
Físico:
víctima en el patio o el baño, así como dañarles sus útiles escolares y el
uniforme.

•Empleo de los apodos, las burlas y ridiculizaciones. Es una modalidad muy


Verbal:
empleada por los niños, niñas y jóvenes.

•El agresor ataca la autoestima y el autoconcepto de la víctima, humillándolo


Psicológico: por su cultura, su sistema de creencias, el barrio de donde procede, la
ocupación y el nivel de sus padres, etc.

•prácticas de exclusión y marginación de la víctima, medidas que son


Social: impuestas por el agresor, obligando a los demás compañeros a cortar todo
circuido de comunicación con los agredidos.

•Empleo de emails y celulares para difundir comentarios agresivos, insultos y


Ciber amenazas, fotos trucadas, SMS agraviantes, difusión de videos, incluyen la
bullying: apropiación y/o usurpación del email de la víctima para fines obscenos y
humillantes.

•Empleo de las cámaras de los celulares donde se registra acciones de


Happy
violencia que se ejecutan contra la víctima para luego ser difundidas a través
slapping:
de la red social.
•Violencia relacional en las parejas de enamorados en las escuelas
Datin (estudiantes de 14 a 16 años). Estas relaciones de enamoramiento son
Violence: tortuosas, las chicas sufren agresión verbal y física. Preocupa que muchas
chicas admiten como normal las acciones de violencia contra ellas.

Otras formas de bullying que se han reconocido y tienen presencia muy grande en las
instituciones educativas son:

El bullying homofóbico,
En donde los agresores centran toda su hostilidad y humillación contra los comportamientos,
reales o supuestos, próximos a una opción de género distinta a la de su sexualidad.

Bullying étnico
Cuando las víctimas los son objeto de burlas y agresiones debido a su pertenencia racial y
social.

El bullying de género
Para referirse a las acciones de acoso que recaen sobre las mujeres a quienes los agresores
varones eligen esencialmente basados en el género femenino

.
6. EL BULLYING ES UNA RELACIÓN DE VIOLENCIA Y NO UNA SITUACIÓN DE
VIOLENCIA
¿Qué hace la diferencia que se dice en el título? ¿Es que tiene alguna relevancia
hacer algunas puntualizaciones sobre situación y relación?
No solo existe una diferencia entre
situación y relación, sino que tiene una
En cambio el bullying, el
relevancia muy importante para la
acoso entre iguales, tiene
diferenciación de la forma de violencia que como característica esencial
constituye el bullying y las gradientes de el ser sostenida en el tiempo y
ocurre sistemáticamente sin
daño que encierra esa diferenciación. que existan situaciones que
Cuando nos referimos a episodios de lo promuevas o provoquen;
se trata de una forma de
violencia que tienen una ocurrencia
violencia que se programa, es
ocasional y coyuntural, sin intencionalidad proactiva y el receptor de la
programada (puede ser sólo violencia no puede eludirla
porque convive con el
circunstancial), se trata de una situación de
agresor en el mismo salón de
violencia que, incluso, no tenemos certeza clases
de cuando vuelva a ocurrir.

La relación de violencia no necesita la


presencia del agresor para que la víctima sienta temor, se retraiga y experimente
reacciones psicosomáticas.
El solo representarse al agresor, el lugar en donde ocurren los actos de maltrato o la
escuela, son suficientes para que se sienta amenazado y busque formas de evitar
asistir al colegio. Se trata de una situación amenazante y de real maltrato que va
desgastando y erosionando gradualmente la resistencia emocional de la víctima que
se siente cada vez más abandonada por sus compañeros, profesores y padres de
familia. Esta indefensión en el tiempo puede llevar a las víctimas a situaciones
desesperadas como abandonar la escuela o suicidarse.

No se conocen casos de deserción escolar o de suicidios por situaciones de


violencia que ocurren en la escuela, lo que si viene pasando con cada vez
mayor frecuencia por la presencia del bullying.
7. ELEMENTOS PARA RECONOCER Y DIAGNOSTICAR EL BULLYING
En el reconocimiento de lo que sería acoso entre iguales o bullying, se propone tener
en consideración lo siguiente:

Conducta •El agresor planifica sus acciones de violencia, organiza las formas
agresiva de maltrato a su víctima, sabe que lo que hace no está bien y por
intencional: eso niega y oculta su tiranización.

Habitual,
•Las relaciones de agresión se mantienen en el tiempo, por lo que la
persistente,
víctima sufre aún sin la presencia de su victimario/a.
sistemático:

•El agresor abusa de su mayor fuerza física o psicológica mientras


Asimetría de
que la víctima se mantiene indefensa y no hace nada para evitar el
poder:
maltrato.

•En donde el agresor mantiene un vínculo permanente y sostenido


Es una relación con su víctima. Se diferencia de las situaciones de violencia que
de violencia: ocurren entre iguales; no son usuales ni planificadas, tampoco
intencionales, aunque puedan alcanzar un grave daño en la víctima.

8. INDICADORES PARA RECONOCER A LA VÍCTIMA


Esta modalidad de violencia que llamamos bullying provoca consecuencias funestas
tanto en los individuos involucrados directa e indirectamente en su práctica, así como
en los escenarios o contextos en donde se produce, como es lógico suponer, pero la
víctima es quien, por su vulnerabilidad, presenta conductas que son indicios de estar
sufriendo algún tipo de maltrato.
Los indicadores que nos pueden permitir reconocer o identificar a quienes viven el
clima de maltrato son los siguientes:
Bajo rendimiento
escolar, puede pasar
Problemas de
Alteraciones de su Señales físicas de por absentismo
atención y
estado afectivo. haber sufrido golpizas. escolar, fracaso
concentración.
escolar y deserción
escolar.

Pánico para asistir el


Baja autoestima Solicita dinero, o lo Problemas en sus
colegio. Se presenta el
porque se considera hurta, sin explicar para hábitos alimenticios y
síndrome del día
inútil y débil. que. de dormir.
Domingo.

Conductas agresivas y
Síntomas
hostiles con sus
psicosomáticos, reales Llega a casa con la Puede presentar
hermanos menores o
o simulados, como ropa y los útiles cuadros depresivos e
cualquier otra persona
coartadas para no destruidos, ajados. ideas suicidas
que juzgue más
asistir al colegio.
vulnerable que él.

Estas características pueden, y deben, ser identificadas tanto por los padres de familia
como por los docentes, ya que son tan evidentes que no pueden pasar inadvertidas.
Por supuesto tenemos que considerar que todos las personas, incluido los niños,
tenemos malos momentos y nos sentimos desanimados, tristes sin ánimo de estudiar
y asistir a la escuela, pero si eso está ocurriendo con regularidad y nos muestra que
no se trata de una situación transitoria, entonces es nuestro deber investigar lo que le
está pasando al niño, niña o adolescente.

9. INDICADORES PARA RECONOCER AL AGRESOR


Del mismo modo es posible identificar y reconocer algunos indicadores que sobresalen
en quienes ostentan la condición de agresores. Entre las características e indicadores
que se deben tomar en consideración se cuentan los siguientes:
Insensibilidad: no siente
Es disruptivo en clase y
remordimiento por sus acciones de
permanentemente es
maltrato y violencia contra sus
reportado por los docentes.
compañeros.

Falta de empatía: es incapaz de


Carece de una buena
comprender el sufrimiento de sus
autoestima..
víctimas.

Tienes muchas dificultades para


mantener relaciones interpersonales Tiene problemas de
con sus pares y por lo tanto no puede rendimiento escolar.
disfrutarlas.

Quién conoce bien a sus hijos y a sus alumnos no puede pasar por alto detalles
comportamentales tan visibles que están presentes en el estudiante agresor. Se ha
dicho que para muchos adultos las características de impulsividad y descontrol son
naturales en los niños y jóvenes, claro, en unos más que otros y por eso se marca que
hay que tener cuidado en el conocimiento de la persona señalada.

La impulsividad puede ser reconocida como una expresión de inmadurez de los


niños y jóvenes o incluso ser consecuencia de estilos de vida familiar muy tolerantes
y permisivos que no señalan fronteras y límites a la conducta de sus hijos; pero
cuando la impulsividad va asociada a acciones de agresión y violación de derechos
de otros niños y jóvenes en forma repetida, la invocación a la “naturalidad” carece
de sentido y se convierte en una tácita aprobación a comportamientos agresivos.

10. EFECTOS PSICOLÓGICOS EN LAS VÍCTIMAS


La relación de violencia que significa el bullying es muy corrosiva para la víctima, más
aun sabiendo la existencia de grados de vulnerabilidad muy elevados que poseen. A
estas condiciones reales que son conocidas, se les deben sumar las que provienen del
entorno social en donde habita y que no ofrecen condiciones de seguridad para su
integridad y tranquilidad.
Las consecuencias psicológicas a las que queda expuesta la víctima, que la hacen
más vulnerable aún y en forma creciente durante el tiempo que dure la relación de
violencia, la exponen peligrosamente a innumerables riesgos personales y sociales.
Aquí señalaremos algunos de los estragos psicológicos que experimentan las víctimas
del bullying o acoso entre iguales:
Presenta cambios en su estado de ánimo y ellos se mantienen regularmente (triste,
ensimismado, temeroso, etc.)

Tiene una baja autoestima y un pobre autoconcepto.

Se muestra temeroso y ansioso de acudir a la escuela.

Se culpabiliza por lo que le ocurre en el colegio.

Tiene problemas en sus hábitos alimenticios (falta de apetito o apetito ansioso).

Problemas en sus hábitos de dormir (insomnio, pesadillas o somnolencia).

Se muestra rebelde y renuente a las normas de convivencia del hogar.

Se irrita por cosas intrascendentes.

Cuadros depresivos e ideas suicidas.

Intentos de suicidio, Suicidio.

11. CONSECUENCIAS PSICOLÓGICAS EN EL AGRESOR Y LOS


ESPECTADORES
Los estudios de Avilés (2012), Fernández y Martín (2005), Olweus (1998), entre otros
numerosos estudiosos, han sido enfáticos en expresar que los efectos psicológicos
que suelen experimentar los espectadores se semejan bastante con los que
experimentan las víctimas y los agresores.
Se entiende que reconociendo los diferentes roles que se encuentran entre los
espectadores, los efectos psicológicos en ellos serán más cercanos a los agresores o
víctimas.
Se puede identificar:
Insensibilidad aprendida: son testigos tantas veces de acciones de violencia contra sus compañeros que
terminan acostumbrándose a ella y se tornan insensibles a sus consecuencias.

Tienen una pobre autoestima.

Son insolidarios y a la postre cómplices de los agresores.

Viven temerosos de que el agresor pueda escogerlos como las próximas víctimas.

Se acostumbran al espectáculo del abuso como un hecho normal.

Terminan creyendo que la violencia relacional es algo normal

12. LA CONSPIRACIÓN DEL SILENCIO ¿POR QUÉ OCURRE?


Un aspecto que se resalta en varias investigaciones es el término “ley del silencio” o
“conspiración del silencio”, que ha sido resaltado para explicar los resultados de
prevalencia en investigaciones peruanas en Lima y otras regiones (Oliveros y
Barrientos, 2007), y que parece no solo ocultar la verdadera prevalencia del bullying
sino también del impacto en todos los participantes (Landázuri, 2007).
Lo normal debería ser
que cuando se produce
En lo personal pienso que el llamado código del silencio
un acto de violencia y
(individual y social) es una característica muy propia de
de abuso de un
la conducta de los individuos en sus diversas etapas de
estudiante contra otro
vida, gracias a la cual las organizaciones y grupos
compañero, la víctima y
sociales alcanzan a distinguirse entre sí en base a
quienes están allí
rigurosos códigos que los identifican y califican.
presentes, denuncien lo
Tendenciosamente se ha atribuido que los códigos de
ocurrido ante las
cohesión sólo existen entre los grupos anti sociales y
autoridades de la
delictivos para protegerse de infiltrados o agentes de la
escuela y los padres de
ley. Pero no, los grupos, sea cual fuere su estructura y
familia, de modo que se
naturaleza, fundan su cohesión en el reconocimiento de
pueda tomar las
códigos de solidaridad y seguridad para garantizar su
medidas correctivas del
identidad y durabilidad. Como se sabe, cuanto más
caso y se evite que
cerradas son las organizaciones, mayores son las
estos comportamientos
exigencias de observar y respetar meticulosamente los
se sigan repitiendo en la institución educativa. Cuando se deja de hacer esa denuncia
y se mantiene una actitud de indiferencia, se está en presencia del código del silencio.
La conducta de no denunciar actos violatorios a los derechos de los niños y
adolescentes es expresión del código del silencio.

Es notorio que casi todas las explicaciones que se han proporcionado sobre el papel
de los espectadores en el bullying giran únicamente en torno al hecho de violencia en
sí misma, soslayándose una mirada holística, más social de la conducta de los
espectadores y del fenómeno del bullying que, como señalamos líneas arriba,
reconoce numerosos eslabones de la cultura de la sociedad, la familia y la escuela,
como para dejar de evaluarlos como indiscutibles condicionantes comportamentales,
los que al ignorarlos y no ser visibilizados por completo dejan de ser abordados y
con ello se elimina un mejor conocimiento de este fenómeno así como de su
influencia, haciendo estéril los cambios que se proponen desde la escuela.

Carozzo (2012) afirma que las conductas de indiferencia y silencio ante la violencia
entre pares existen porque el sistema social no tolera ni premia la denuncia contra
toda forma de relaciones sociales que emane de la entraña misma de su
organización, y para asegurarse este tipo de respuestas, históricamente ha sentado
una clara política de castigo cuando ellas se han promovido y producido al margen de
su decisión última. Las excrecencias de la gestión social sólo pueden ser subsanadas
o sancionadas por las autoridades y las normas que ellos dispongan, mediante lo cual
se infiere que las estrategias de prevención a procurarse son descendentes y anulan
cualquier participación de las propias víctimas de la violencia.

13. IMPORTANCIA DEL ROL DE LOS ESPECTADORES EN EL CONTROL O LA


PERPETUACIÓN DE LA VIOLENCIA ENTRE PARES.
La importancia que tienen los espectadores en el estudio de la dinámica del bullying
ha merecido una atención especial por parte de los estudiosos y en ellos se destacan
explicaciones comunes del porqué del silencio que domina su rol.

Se considera que el temor de que sean elegidos como futuras víctimas es


un poderoso motivo para su silencio; o la falta de habilidades sociales
para intervenir en la relación de violencia que limita su accionar, hasta la
creencia de que los niños y jóvenes están tan habituados a los actos de
violencia en los distintos ámbitos sociales que se mimetizan a su
ocurrencia en la escuela y la perciben como normal y natural
Sin embargo debemos decir que estas explicaciones nos parecen muy simplistas y no
nos convencen plenamente, aunque algunas de ellas aparenten tener algo de cierto.
Este hecho nos lleva a comprender que las medidas preventivas y correctivas a
aplicarse deben comprender, cuanto menos, el escenario escolar y el familiar
(Carozzo, 2015)
Avilés, JM (2012), al explicar el perfil de los protagonistas del bullying destaca que:

Los espectadores son pasivos ante los actos de violencia contra uno de sus compañeros por
qué consideran que no es asunto suyo y no tiene por qué inmiscuirse (indiferentes), o
porque temen ser elegidos como las próximas víctimas del matón por el hecho de oponerse
a él (miedo a intervenir) y aquellos que piensan que las víctimas se merecen lo que les
ocurre por no saber defenderse (connivencia de los testigos).

En su libro, Isabel Fernández (2005) hace más énfasis sobre las consecuencias del
bullying en sus protagonistas y, al referirse a los espectadores afirma que en ellos
destaca su actitud pasiva y complaciente ante la injusticia y un modelado equivocado
de la valía personal. Además de manifestar una clara falta de solidaridad.
Olweus (1998) ha interpretado la falta de apoyo de los compañeros hacia las víctimas
como:

El resultado de la influencia que los agresores ejercen sobre los demás, hechos muy
frecuente en estos procesos. Sin embargo la pasividad o indolencia que muestran los
espectadores no se limita al temor frente al agresor y a la recurrente tolerancia de todos
respecto al agresor en la escuela, sino que, a ello se debe añadir la formación que
nuestra cultura nos provee y tiene el sello de la no solidaridad con el otro.

En Díaz-Aguado (2005) encontramos una indirecta explicación del rol de los


espectadores cuando al hablar sobre el papel de los compañeros frente a la exclusión
y el acoso,

Admite la especial importancia que viene cobrando el estudio del papel de los
compañeros que no participan directamente en el acoso y destaca que la pasividad de
los espectadores guarda relación al perfil de la víctima porque ellos se encuentran
habitualmente aislados, no tiene amigos y son bastante impopulares.
14. LOS UMBRALES DE SENSIBILIDAD Y EL IMPACTO DEL BULLYING
Los umbrales de sensibilidad guardan relación con la tolerancia que las personas
tienen o sienten frente a los estímulos del medio ambiente, sobre todo de aquellos que
resultan adversos e impactan en el comportamiento psicológico de los individuos.
Existen ciertos criterios generales que se suelen emplear para estos casos, como los
de la edad, el género, la cultura y el nivel intelectual. La mayor tolerancia puede estar
relacionada al clima de violencia y adversidad al que está habituado a soportar el
individuo, o a la insensibilidad aprendida en su experiencia social-personal
Respecto al bullying, en donde se reconoce la presencia de una armonía de factores
concurrentes para su producción, gracias a lo cual se habla de una multicausalidad, es
una razón para poner en tela de juicio las generalizaciones antes señaladas.

En efecto, los individuos pueden tener una mayor sensibilidad a estímulos adversos en la
escuela que en el seno de su familia y una mayor tolerancia a reconocer maltratos de un
adulto que de un compañero de su edad; lo que no es casual porque estos estereotipos
forman parte de la llamada violencia simbólica

Aun así, la tolerancia o sensibilidad a que hemos hechos referencia en las personas
no significa que entre todos ellos exista una similitud reactiva a cada uno de esos
estímulos; es decir, se parecerán pero son distintos, diferentes y pueden condicionar
respuestas y efectos igualmente distintos en cuanto a la intensidad afectiva (Carozzo,
2015, en prensa), se necesita conocer cómo la intensidad y la durabilidad de la
violencia relacional afecta a las personas victimizadas.
Los umbrales no solo se encuentran en las víctimas, también se hallan en los
agresores para poder entender porque pueden llegar a alcanzar niveles de crueldad
inexplicables para la edad de los agresores. No es suficiente decir que tienen poca
empatía, se debe investigar que interfiere en el desarrollo de su empatía o que
obstaculiza su elemental expresión con quienes convive.
Lo propio debemos decir de los espectadores. ¿Cómo explicar que existan entre ellos
personajes completamente indiferentes a la violencia que se percibe y no reaccionar
ante esos eventos? ¿Y los que son solidarios con el agresor y los alientan a seguir
abusando de su víctima? ¿Por qué quienes no comparten el abuso de su compañero y
sienten compasión o solidaridad con su el compañero no se deciden a actuar para
detener el abuso? No todo, pero muchas conductas van a ser mejor comprendidas con
la valoración de esta sensibilidad que tiene mucho de condicionamiento social.
REFERENCIAS BILIOGRÁFICAS
Avilés, José María (2012) Manual contra el bullying. Guía para el profesorado.
Ediciones Libro Amigo. Lima

Carozzo, Julio César (2010) El bullying en la Escuela. Revista de Psicología de la


Universidad César Vallejo. Vol. 12

Carozzo, J. Benites, L. Horna, V. y Zapata L. (2012) El bullying no es juego. Guía


para todos. Dennis Morzan Delgado Empastes&Publicaciones. Lima.

Carozzo, Julio César (2015) Los espectadores y el código del silencio. Revista
Espiga. Año XIV-Nº 29. Enero-Junio 2015. UNED. Costa Rica

Castro Santander, Alejandro (2006) Prevenir las violencias: la deuda de enseñar a


vivir von los demás. Conferencia en el II Congreso Ibero-Americano sobre Violencia
en las Escuelas. Brasil. Revista Iberoamericana de Educación.

Días-Aguado, María José (2005) Porque se produce la violencia escolar y cómo


prevenirla. Revista Iberoamericana de Educación. Monográfico Nº 37. Madrid.
España.

Fernández, I.& E. Martín (2005) Escuela sin violencia. Alfaomega. México.

Landázuri, V. (2007, Enero). Bullying-Maltrato entre compañeros: Todos tienen


una historia que contar. Conferencia, Pontificia Universidad Católica del Perú.

Merino, C, Carozzo, J y Benites L (2012) The Conspiracy of Silence: The Bullying in


Peru. The Handbook of School Violence and School Safety: International Research
and Practice Editado por Shane R. Jimerson, Amanda B. Nickerson, Matthew J. Mayer
y Michael J. Furlong. New York.

Ortega Rosario (1998) La convivencia escolar: que es y cómo abordarla. Consejo


de Educación y Ciencia. Junta de Andalucía

Oliveros, M. & Barrientos, A. (2007). Incidencia y factores de riesgo de la


intimidación (bullying) en un colegio particular de Lima-Perú. Revista Peruana de
Pediatría.

Olweus, D. (1998) Conductas de acoso y amenaza entre escolares. Ediciones


Morata S.L. Madrid.

Vallés, Antonio (2002) Programas educativos para el afrontamiento de la


conflictividad escolar. Forum Internacional Encinas 2002. Memorias. Derrama
magisterial. Lima.

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