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Código 57-5-1 – PUENTE - MORILLO

EJE 5: PLANIFICACIÓN Y GESTIÓN


MESA 1
Tipo De Ponencia: Comunicación de Experiencia
Título: LA CONSTRUCCIÓN FEDERAL DE LA POLITICA PÚBLICA EN TORNO
AL SISTEMA FORMADOR. La responsabilidad política. Un proceso en construcción

Apellido y Nombre de las Autoras: Lic. Karina Puente y Prof. Zulma Morillo
Institución de Procedencia: Dirección General de Educación Superior
email: puentek@hotmail.com, zulmamorillo@hotmail.com

El presente trabajo propone abrir un espacio de reflexión y debate sobre los encuadres
normativos que rigen la trasformación del sistema formador, a fin de reconstruir un proceso
que nos involucra en carácter de responsables políticos sobre la responsabilidad ineludible de
garantizar el derecho a una educación igualitaria y de calidad; a partir de una reivindicación
histórica del colectivo docente, en torno a los procesos que se gestan sobre el sistema
formador.

En nuestro país a partir de la sanción de la Ley Nacional de Educación en el año 2006, se


inicia un proceso de definición de un marco normativo cuya finalidad es la reorganización del
nivel, como “garante” de la “calidad” de los niveles obligatorios del sistema educativo.
El mismo, se va configurando con el mandato de asegurar la integración federal de las
propuestas formadoras, como así también, el proceso de equivalencia de titulaciones en la
provincia de Salta (entre las demás jurisdicciones del país), involucrando los tres niveles de
responsabilidad política: nacional, jurisdiccional e institucional y sus respectivas
competencias.

El punto inicial de la dinámica federal, fue desde un principio, la construcción de consensos


sobre las prioridades estratégicas de la formación docente nacional, a partir de un diagnóstico
que permitió definir el horizonte para la generación de los rasgos distintivos de la identidad
del sistema nacional de formación docente.

El estudio arrojo a nivel federal un serie de problemas de larga data, sobre los se definieron
nuevas políticas en éste campo y, cuya importancia central fue atribuir al sentido de las
acciones y estrategias planificadas, un fuerte valor dinamizador sobre la capacidad de

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movilización de los actores, para aportar a la consolidación de una educación inclusiva y de
calidad.

Los problemas centrales que se intentaron resolver fueron:


 Una baja consolidación de la identidad de la formación docente.
 Una organización de gobierno que asignaba a las mismas autoridades, la
responsabilidad conjunta por los niveles superiores y secundario.
 Una desarticulación organizacional
 Una débil presencia de los procesos de diseño y desarrollo curricular, estructurados a
decisiones de carácter nacional, jurisdiccional e institucional.
 Una débil planificación e inadecuación de las propuestas de formación contínua de los
docentes en ejercicio.

Evidentemente, los resultados dieron cuenta de la heterogeneidad organizacional y formativa,


es decir, de un conglomerado de instituciones y planes de estudio y propuestas de
capacitación coexistente y desintegrada.

La gran preocupación, fue desde un principio, en las nuevas políticas de federalización de la


formación docente; planificar estrategias políticas que impacten sobre este nivel, por cuanto
forma los recursos humanos para el sistema educativo en su conjunto: profesores que se
desempeñaran en las instituciones de todos los niveles y modalidades afrontando cambios
sociales y culturales cada vez más profundos y frecuentes en contextos muchas veces
alejados de su propia experiencia de vida y escolar.

La preocupación, aún vigente, llevó a generar normativas de diversos alcances que permitan
regular el sistema a nivel organizacional-institucional, de planificación de las políticas, de
Formación Inicial y Formación Continua.

Consideramos relevante, en función de los propósitos de esta comunicación, retomar aquellas


más significativas, en tanto estructuran a las demás.

Por un lado, desde el Consejo Federal de Educación se aprueba en el año 2007 la Res. N°
30/07 (norma la organización institucional) la cual permite al sistema educativo enmarcar la

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organización del sistema formador. A los efectos de institucionalizar la formación docente
con una perspectiva profesional.

La intención inicial de esta norma es fortalecer las instituciones según la lógica y función del
nivel superior a los efectos de revertir la fragmentación del nivel para lo cual se da inicio al
diseño e implementación de normativas que oriente esta acción y políticas que colaboren en la
reconstitución de los IFD de acuerdo a esta nueva visión.

El nivel superior inicia entonces un proceso de cohesión brindando elementos a los actores
para la construcción de una visión compartida, aunque no homogeneizante, respetando las
diferencias y particularidades de las distintas regiones del país, pero sí con un criterio de
unidad del nivel, que brinde aportes para la mejora de la formación de docentes en particular y
para la mejora de la educación en general.

A partir de ello se desarrollan tres decisiones estratégicas:

a) la relación entre planeamiento del sistema educativo y planeamiento de la formación


docente a los efectos de organizar la oferta formativa y de planificar estratégicamente
su desarrollo y crecimiento.
b) La relación entre planeamiento de los recursos humanos y las transformaciones que se
pretende impulsar en las escuelas. Esta acción exige una clara definición de una
política estratégica
c) La construcción o desarrollo de un modelo profesional de los docentes. Esto implica
la organización de los procesos de acceso a cargo, la constitución de dispositivos de
participación y de autoevaluación institucional, la visualización de la formación
docente como un proceso en el que la experiencia de inserción en las prácticas sea
paulatino en la realidad de las instituciones, entre otras…

Estas acciones también implican comprender que la formación docente representa la


formación inicial, por lo que se hace necesario también plantear acciones organizadas en
torno a la capacitación y la formación permanente.
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Por otra parte, la Res. N° 140/11 (norma la planificación de las Políticas de Formación
Docente), establece los lineamientos federales para el planeamiento y organización
institucional del Sistema Formador a los efectos, de dar cumplimiento a los consensos sobre
las prioridades estratégicas de la formación docente nacional.

A lo largo del Capítulo I de la Resolución 140/11, se aborda el carácter político – estratégico


del sistema formador considerando entre los aspectos esenciales a ser construidos con visión
reflexiva:
 La planificación de la oferta formativa, es decir el diseño de la localización de ofertas
lo que permitiría la construcción de un Mapa de ofertas del Estado que reflejen
además las demandas de la sociedad en materia de recursos humanos. Este proceso de
planificación de la oferta involucra el análisis de de las capacidades existentes tanto
en materia de infraestructura, de provisión de recursos materiales y humanos, como de
garantía de acompañamiento en la implementación, además de contemplar los
aspectos propios del financiamiento de la puesta en marcha de un nuevo IFD en la
Jurisdicción.
Se expresa además que todo IFD debe cumplir ciertos requisitos de funcionamiento
como la emisión de títulos, contar con matrícula de estudiantes, generar dispositivos
de apoyo a las instituciones del medio, vincularse a otros IFD, garantizar un
funcionamiento democrático, cumplir con las normas jurisdiccionales y nacionales
para el nivel.
 El capítulo II describe cuáles son las condiciones que las instituciones del sistema
formador deben cumplir para su funcionamiento. Entre ellas se mencionan contar con:
1. Planeamiento Jurisdiccional del Sistema formador
2. Instancias de participación y consulta para las definiciones de carácter
jurisdiccional.
3. Área específica para la formación docente con nivel de Dirección (o
equivalente)
4. Diseños Curriculares Jurisdiccionales.
5. Reglamento Orgánico Marco.
6. Reglamento Académico Marco.
7. Reglamento de Prácticas Docentes.
8. Acceso a cargos directivos por concurso o elección.

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9. Ingreso a los cargos docentes por concurso.
10. Equipo docente titulado para el sistema formador.
11. Acuerdo Marco entre el sistema formador y las direcciones de los diferentes
niveles y modalidades educativas para el trabajo conjunto.1
 En el capítulo III se describen los conceptos básicos para el diseño de la organización
interna de los Institutos de Formación Docente. Este capítulo plantea la necesidad de
democratizar la participación de todos los miembros generando espacios para tal fin,
propone diseñar la asignación de roles y funciones, con clara definición de
responsabilidades y formas de vinculación para lo cual se propone la redacción de un
Reglamento Orgánico que oriente la gestión de la dimensión organizacional del IFD.

Como es fácil advertir los marcos normativos han indicado el camino a las Jurisdicciones en
cumplimiento de una visión nacional que pretende modificar la visión del Nivel Superior
como un “conglomerado” desarticulado en un sistema en el cual se logre la construcción de
una visión de unidad del sistema, sin confundir esto con homogeneizar el Nivel.

En todo este proceso de años en el que Nación y las distintas Jurisdicciones establecieron un
diálogo pro activo en la redefinición del sistema formador, cabe analizar cuál es el camino
que la Jurisdicción de Salta ha logrado.

No es posible negar que Salta ha participado activamente en los procesos de análisis y


construcción de diseños curriculares superando la dispersión de planes , duraciones y cargas
horarias de años pasados; con una clara visión respecto de las capacidades y saberes
sustantivos que demanda el ejercicio efectivo de la docencia en la actualidad, colaborando en
la construcción de la cohesión del sistema y de una identidad que redefine al docente, su
labor y su actitud en el sistema y en la sociedad.

Se han generado también espacios de acompañamiento a las trayectorias estudiantiles


fortaleciendo la participación de los estudiantes, en algunos casos, y propiciando su inicio en
otros, se han construido normativas que orientan el funcionamiento de los IFD como el RAM,
el ROM, el Reglamento de Prácticas y el del Co Formador, se han creado espacios de
discusión y de construcción de experiencias como los encuentros de Práctica y los de

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Resolución CFE 140/11
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Investigación. En acuerdo con Nación se han llevado a cabo procesos de evaluación y de
autoevaluación (evaluación del desarrollo curricular y evaluación a estudiantes), se han
propiciado espacios de debate institucional a través del PNFP, y se brinda capacitación
gratuita al cuerpo docente.

Los avances en estos procesos consensuados a nivel federal son muchos pero ¿han sido
estratégicos? ¿la organización del sistema formador cumple con las expectativas de nuestra
sociedad?, ¿se han garantizado las condiciones requeridas en la normativa vigente para la
apertura de nuevos IFD, a fin de ser validados?, ¿los nuevos diseños son condición suficiente
para superar las fallas de la formación docente que se han visualizado hasta el momento?, ¿los
procesos de federalización coadyuvan a la construcción de la identidad del nivel?, ¿en qué
instancia del camino nos encontramos?

A partir del año 2013 se inicia en nuestra jurisdicción un proceso de relevamiento para la
construcción de un mapa de ofertas de formación del Nivel Superior, con el propósito de
ampliar la misma democratizando el acceso al nivel. A partir de esta decisión política de dar
cumplimiento a los requerimientos establecidos por acuerdos federales, se crean institutos,
anexos y extensiones áulicas con diferentes ofertas de formación docente.

Si bien la transformación del nivel requiere la construcción de un mapa que permita evaluar el
estado de situación y proyectar estratégicamente la oferta, ésta no debió quedarse sujeta a
decisiones de exigencia de sectores políticos locales por cuanto impactó negativamente
poniendo en riesgo la calidad del servicio.

Se reconoce que la participación de sectores políticos en la toma de decisiones en el ámbito de


las políticas públicas y en el campo educativo particular constituye un afianzamiento en la
participación democrática, sin embargo también es de suma importancia incorporar en el
debate a otros actores de la sociedad quienes permitirán tener una visión más integral sobre
las factibilidades y demandas sociales localizadas respecto a la expansión de la oferta
formativa.

En la actualidad las mayores dificultades que se presentan en la implementación de las


carreras docentes en localidades alejadas y de difícil acceso se deben a la imposibilidad de

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garantizar las condiciones requeridas para la acreditación de los IFD en los cuales se dictan
las mismas. Esas condiciones se vinculan a los requisitos mínimos para el funcionamiento los
cuales han de fortalecer la identidad y la especificidad del sistema formador. Al respecto es
necesario revisar el ingreso a los cargos docentes por concurso, las condiciones del equipo
docente titulado para el sistema formador, el cumplimiento de los acuerdo marcos entre el
sistema formador y las direcciones de los diferentes niveles y modalidades y la factibilidad
del cumplimiento del reglamento de prácticas docentes.

Los requisitos enunciados que se visualizan como una debilidad en el sistema formador,
constituyen una responsabilidad a nivel jurisdiccional en la toma de decisiones en torno a la
implementación de las políticas educativas y un compromiso ineludible con la sociedad en lo
que respecta a generar políticas y normas situadas para la instalación y desarrollo sostenido de
esas condiciones así como dispositivos de seguimiento y evaluación.

Esta lectura nos da la pauta que la un universalización es un compromiso ético y político


como así también la prestación de un servicio de calidad y con equidad, acorde a los acuerdos
federales pero se requiere de decisiones estratégicas que permitan reconocer las diferencias
zonales en nuestra jurisdicción y así plantear una gradualidad necesaria en el cumplimiento de
los compromisos asumidos federalmente.

En lo que respecta a los requerimientos en torno a la oferta con diseños curriculares


jurisdiccionales, éste fue trabajado gradualmente, incorporando en el proceso instancias de
consultas de diferentes actores institucionales para su definición.

La decisión política al respecto, tuvo como debilidad la poca formación en la capacidad de


participación de muchos de nuestros actores del sistema formador y la dificultad de reconocer
en la actualidad que, la formación docente se entiende en términos de desarrollo profesional,
es decir que un docente se forma a lo largo de toda su trayectoria. La formación inicial, si bien
es una etapa, es fundamental en tanto se constituye en la base sobre la cual se sostienen
saberes y habilidades que permiten a los profesores llevar adelante su tarea y, a la vez, le
posibilitan seguir aprendiendo.

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Por otra parte, proyectar un diseño que dé cuenta de los temas “impostergables” para el
ejercicio de la docencia, en todos los niveles y modalidades, es decir saberes que se vinculen a
diversas realidades y contextos y, a las características de los nuevos sujetos de nuestro sistema
educativo.

Sostenemos que si bien, más que un requerimiento de la norma, constituye una prioridad la
revisión de los diseños curriculares de la Provincia, es necesario acompañar la
implementación de una nueva lógica curricular que nos compromete como agentes del Estado
no solo con dispositivos de acompañamiento y evaluación, sino también con estrategias en el
ámbito de la política jurisdiccional e institucional que faciliten la construcción progresiva de
un nuevo perfil en la formación docente que reconstruya “la lógica particular de la formación
en y para las prácticas”.2

Evidentemente, el proceso de construcción de las políticas nacionales sobre la formación


docente impulsadas a partir del año 2007 fueron generando la definición de criterios
estructurantes que permiten construir la nueva identidad del nivel superior reconociendo sus
particularidades y especificidades desde una mirada global del sistema, consolidando
progresivamente la misma, siendo perceptible a través de diversos indicadores como por
ejemplo la particularidad del formato institucional del nivel superior, los DCJ vertebrados a
partir del campo de la formación de las prácticas, un cuerpo normativo específico, el
reconocimiento de las necesidades y particularidades de los estudiantes del profesorado para
participar de la vida institucional y en su trayectoria formativa.

En síntesis, la formación docente alcanza una importancia estratégica por ser éstos, “actores
ineludibles de la trasmisión y recreación de la cultura, en el desarrollo de las potencialidades y
capacidades de las infancias y juventudes y en la renovación de las instituciones educativas.
Como cuerpo profesional especializado, les cabe la tarea de liderar y afianzar los procesos de
democratización de la enseñanza por ende, la inclusión educativa. Desde ésta perspectiva, el
ejercicio de la docencia no es solo un trabajo de implementación de cuestiones curriculares,

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Davini, C. (2008). Acerca de las prácticas docentes y su formación. Área de Desarrollo Curricular. Dirección
Nacional de Formación e Investigación. Instituto Nacional de Formación Docente. MECyT.
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sino también una profesión que envuelve un compromiso y una responsabilidad de
significativa relevancia política y social”.3

En la actualidad, el proceso de construcción federal del sistema formador en nuestra


jurisdicción, se encuentra en una etapa de redefinición de nuevas estrategias políticas que
fortalezcan los avances logrados hasta el momento en lo que respecta a:
 normativa que regula el Sistema Formador en la provincia
 validación a nivel nacional de ofertas formativas con los DCJ
 gestión de trayectos de capacitación permanente
 redefinición de líneas de investigación articuladas a las necesidades de otros niveles
del SE
 Jerarquización de la formación docente

Y por otro lado, establecer nuevos criterios de gestión para el mejoramiento de las prácticas
de enseñanza, como condición necesaria –aunque no suficiente- del mejoramiento de los
logros del sistema educativo en su conjunto. Como así también, priorizar líneas de acción que
no se orienten a compensar debilidades en la formación del profesorado, sino por el contrario,
reconocer que parte del proceso de enseñar a enseñar no se realiza en las instituciones
formadoras solamente, sino en el propio contexto de trabajo.

No se trata de implementar políticas de alcance nacional, se trata de promover mayores


espacios jurisdiccionales y nacionales para promover la formulación de políticas que surjan
del intercambio y el trabajo compartido entre ambos ámbitos de gestión.

Bibliografía Consultada
- ALLIAUD, A. (2010). La formación docente. Estado de situación y desafíos a futuro.
En: Voces del Fénix. Revista del Plan Fénix.
- ALLIAUD, A. (2013). Formar buenos en la artesanía de enseñar. VIII Foro de
Educación: Qué debe saber un docente y por qué, Fundación Santillana, Buenos Aires.

3
Instituto Nacional de Formación Docente. Plan Nacional de Formación Docente 2012-2015. Resolución
C.F.E. N° 167/12 – Anexo I

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Davini, C. (2008). Acerca de las prácticas docentes y su formación. Área de Desarrollo
Curricular. Dirección Nacional de Formación e Investigación. Instituto Nacional de
Formación Docente. MECyT.

Documentos
- Estado de situación de la renovación curricular de la formación docente inicial.
Informe del Área de Desarrollo Curricular. INFD, Agosto 2014.
- Ley de Educación Nacional N° 26.206. Art. 71 (LEN) (2006).
- Ley Nacional de Educación Superior Nº 24.521 (LNES) (1995)
- Lineamientos Curriculares Nacionales (LCN) aprobados en 2007 (Res. CFE 24/07)
- Lineamientos Federales para el planeamiento y organización institucional delo sistema
formador. Resolución CFE N° 140/11.
- Instituto Nacional de Formación Docente. Plan Nacional de Formación Docente 2012-
2015. Resolución C.F.E. N° 167/12 – Anexo I
- Resolución CFE N° 30/07

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