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CASO CLAE

Historia
“En 1991 decidí ahorrar en CLAE.
Deposité los 35 mil soles que cobré de
mi liquidación por trabajar 28 años en la
mina de Cobriza, en Huancavelica. Lo
perdí todo”, afirma con nostalgia
Sósimo Porras Raymundo, un obrero
jubilado de 62 años. Su infeliz y
lamentable historia es una de las más
de 200 mil que se produjeron en los
años noventa del siglo pasado, gracias a la seudo financiera fundada por el cusqueño
Carlos Manrique Carreño. Un día como hoy hace 23 años, el Estado intervino la entidad y
desveló la estafa más recordada de las últimas décadas en el país.

Con un capital social de 100 mil soles, Manrique Carreño constituyó en febrero de 1978 el
Centro Latinoamericano de Asesoramiento Empresarial (CLAE), una empresa que debía
brindar servicios de asesoría, consultoría y administración de empresas, pero que en la
práctica se dedicó a la intermediación financiera en el ámbito de la banca paralela,
informal.

Si bien en sus inicios CLAE no salió de su campo de acción, las ganancias que generaba
por sus servicios de asesoría eran escasas o nulas, por lo que a mediados del 1980 su
fundador decide dar un giro y entra al negocio de la captación de dinero ofreciendo altos
retornos. Sin embargo, esto último no fue la única razón para que la empresa de
Manrique alcance un éxito sin precedentes, sino también el contexto económico fue
propicio para que así fuera.

“Con el [primer] gobierno de Alan García la inflación alcanzó niveles astronómicos, las
tasas de interés estaban controladas y ahorrar en un banco significaba perder
dinero porque el interés que se ofrecía siempre resultaba negativo en cualquier plazo.
Esto fue clave para que la aventura de CLAE avance”, explica Carlos Contreras Carranza,
profesor de Historia Económica de la PUCP.

Con el cambio de ciclo económico entre el gobierno aprista y el primero de Alberto


Fujimori, añade, la situación se mantuvo igual en medio del temor y la desinformación
entre las ciudadanos. En efecto, de acuerdo con la investigación del sociólogo Luis
Pflúcker Moreno, los años de brillo de CLAE fueron entre 1989 y 1992, periodo en el
que la empresa de Manrique ya no suscribía decenas de contratos por depósitos, sino
miles hasta llegar a concentrar cientos de millones de dólares que representó en un
momento el 40% de la liquidez del sistema financiero peruano.
Sistema Pernicioso
La banca de esos tiempos no significaba una competencia para CLAE, pues la
institución ofrecía un interés de 100% por los ahorros. Así jubilados, cesantes,
miembros retirados de las fuerzas armadas y policiales, políticos, empresarios, artistas,
futbolistas, empleados, obreros y hasta amas de casa vieron una oportunidad en la
empresa de Manrique y metieron su dinero allí. CLAE tenía 20 locales a nivel nacional (17
en Lima y tres en Chiclayo, Tacna y Trujillo).

CLAE cumplía con el pago puntual de los intereses de los depósitos a través de
letras o pagarés, lo que contribuyó a que se corra la voz entre el público sobre este
“eficiente y beneficioso” sistema. Sin embargo, el nivel de ingresos y contratos fueron
incrementándose tan rápido (captaba en promedio US$200 millones cada año), y llegó un
momento en que los nuevos ahorros resultaban insuficientes para pagar los altos
intereses a los anteriores depositantes.

Pese a que Manrique invertía el dinero de los claeístas en la bolsa, empresas o los
prestaba a terceras personas, su institución no podía reunir las exorbitantes sumas para
cancelar los pagarés de sus más de 200 mil inversionistas: su sistema de pirámide
había colapsado.

“CLAE afronta una realidad técnica de quiebra, al no poder pagar los intereses ni devolver
los capitales de sus ahorristas”, opinaban economistas en esos años.

¿Y La Regulación?
Entre los años de 1985 y 1990, la Superintendencia de Banca y Seguros ya había
identificado una treintena de casos de estafa por la captación de dinero de parte de la
banca informal (uno muy sonado fue el de REFISA), pero era poco lo que podía hacer
porque las normas no alcanzaba a estas entidades.

De esta manera, CLAE logró mover hasta más de US$640 millones sin rendir cuenta
a nadie. No obstante, con un cambio en el marco normativo durante el gobierno
de Alberto Fujimori, la Superintendencia a través de su jefe Luis Cortavarría buscó
tardíamente formalizar a la institución en 1992. Manrique Carreño no pudo demostrar el
estado real de las finanzas de su entidad ni cumplir con los requisitos que se le pedía, y el
29 de abril de 1993 el Gobierno decidió intervenirla para posteriormente disolverla el 16
de mayo de 1994 por orden de la Corte Suprema.

En esos casi 13 trece meses que duró la intervención estatal, en los que solo se
encontraron cerca de US$36 millones en las bóvedas de la entidad, fueron pocos los
claeístas, como la señora Vilma Álvarez quien había depositado unos US$4.000, que
lograron recuperar parte de su capital. Carlos Manrique fugó a los Estados Unidos, fue
capturado y la justicia peruana lo condenó a prisión efectiva por la estafa perpetrada.

Pese a todo ello, asociados o agremiados en organizaciones como la Asociación Nacional


de Claeístas o Unaclae, miles de ahorristas continuaron con sus reclamos hasta los
primeros años de este siglo. Lo cierto, sin embargo, es que nunca se supo con certeza
a dónde fue a parar el dinero y hasta el año pasado nadie podía recuperar ni un sol.

La Última Oportunidad

Sin embargo, en la actualidad: el presidente de la Comisión Liquidadora del CLAE, Jorge


Pinto Rivero, informó que una primera lista para iniciar las devoluciones está disponible
en www.claeliquidacion.com. La verificación se puede hacer con el DNI y los retiros en
el Scotiabank. Abraham Taipe Ballena11.01.2017 / 06:50 am

Si bien se darán montos de hasta S/500 al principio, se indicó que las cantidades irán
subiendo de acuerdo a la cantidad de los
ahorros que cada cliente de CLAE aportó.

Testimonios De La Estafa Más


Grande Del País

Hay historias de personas que tuvieron que


dormir con frazadas afuera de la institución
para pedir su dinero, otras que entraron en
depresión y no quieren a volver a oír esas
siglas y algunas más a las que se les fue la
vida esperando. Solo incluimos las que
decidieron poner sus nombres.

Testimonios

► “En el 92 todos hablaban de CLAE en mi trabajo”. Manuel de los Heros.

Manuel de los Heros trabajaba en 1992 en Centromin y no había conversación en la que


alguien no mencionara a CLAE. “Hablaban de los intereses que ganaban los que
apostaban por la entidad. Yo invertí S/8.000 aproximadamente”, recuerda.

Dice que recuperó una parte muy pequeña, pero que conoció casos de amigos que
perdieron demasiado dinero. “Compañeros de trabajo invirtieron allí toda su liquidación,
muchos eran adultos mayores”, añade.

Con la noticia del inicio de las devoluciones, De los Heros cree que es muy tarde,.
“Conocidos se suicidaron al enterarse de la noticia [de su embargo] y otros tuvieron que
rogarle a las empresas para que los vuelvan a contratar”, cuenta.

► “Quería un departamento, pero perdí US$7.000 con CLAE”. Ascanio Salas.


Ascanio Salas no tiene miedo en decir que perdió US$7.000 con CLAE, una cifra bastante
grande para el año 1992, fecha en la que llevó su dinero a la entidad con la promesa de
grandes intereses.

“Quería comprarme un departamento e invertí en CLAE, y justo unos días que sea
intervenido había metido US$3.000 más. Eso me causó muchos problemas y tardé en
recuperarme”, cuenta.

Salas dice que tuvo problemas en casa que ahora recuerda con gracia. “No sé cuántas
veces mi esposa puso mi maleta en la puerta de la casa por haber perdido el dinero”.
Durante años mantuvo un juicio contra CLAE sin ningún avance, ahora con el anuncio de
la devolución espera recuperarme aunque sea una parte de lo invertido.

► "Mi padre perdió todo y jamás lo recuperará; murió hace unos años". Margot Palomino.

Margot Palomino recuerda que su padre y madre metieron mucho dinero a CLAE. Sin
embargo, su madre fue advertida en 1992 por un amigo de la familia -que tenía un alto
rango militar- que algo podía pasar con la institución. Entonces, ella retiró su dinero, pero
su padre no lo hizo.

"Mi padre se deprimió mucho cuando se enteró de la estafa. Nunca recuperó la plata,
hace unos años falleció", dice Palomino.

Ella también recuerda que como su madre hubo un círculo pequeño de personas que
supo con antelación que CLAE desaparecería y tuvo la oportunidad de retirar sus
ahorros.

► "Boté los papeles que certificaban mis ahorros en CLAE". Blanca Reyna.

Blanca Reyna se animó a invertir un poco de dinero en CLAE tres años antes de
la catásfrofe que se llevó
consigo miles de ahorros de los
peruanos. "Tenía amistades que
habían ganado dinero con CLAE,
por entonces se pagaban buenos
intereses y como la oficina principal
estaba cerca a mi trabajo, fui a
averiguar".

Reyna puso al principio S/3.000 y


efectivamente ganó buenos
intereses. Luego
metió S/.1.000 más y hasta ahora
no los ha vuelto a ver. "Ya boté los
papeles que tenía de CLAE, jamás
creí que se iba a poder recuperar
ese dinero"

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