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7 Maneras De Desarmar Fortalezas De La Mente.

Rebecca Greenwood
Proverbios 23:7 nos dice, “Porque cual es su pensamiento en su corazón, tal es él.” La palabra pensamiento aquí, indica
cualquier cosa que creamos sobre nosotros, somos. La verdad es que, lo que pensamos es lo que creemos y, con el tiempo, en lo
que nos convertimos.
Nuestras vidas de pensamientos son los pioneros que nos conducen a lo que vamos a jugar en nuestras vidas personal,
emocional y espiritualmente; e incluso influenciarán cómo andamos en el plan de Dios para nuestras vidas. Sin embargo, las
circunstancias tienen la oportunidad de afectar en gran medida lo que creemos sobre nosotros mismos. Tenemos un enemigo que
tomará ventaja de las circunstancias negativas para hablar mentiras, las que se convertirán en fortalezas.

Una fortaleza de la mente es una mentira que Satanás establece en nuestro pensamiento. Es una declaración que contamos
como verdadera pero que es falsa. Jesús dijo que tenemos un enemigo malvado, engañoso y mentiroso: “Cuando habla mentira,
de suyo habla; porque es mentiroso, y padre de mentira.” (Juan 8:44)
Una de las tácticas de Satanás es la guerra mental. Con el tiempo, él produce una batalla a rabiar en nuestra mente, que nos
mantiene sintiéndonos acusados e intimidades. No es un error que es llamado el “acusador de nuestros hermanos”
(lee Apocalipsis 12:10). Él usa la culpa y los pensamientos atormentadores para recordarnos nuestros pasados fracasos, o habla
mentiras en contra de nosotros, tratando de paralizar nuestro caminar cristiano. Invadirá nuestra vida de pensamiento, haciendo
que abracemos los equivocados, las malas actitudes y las cicatrices emocionales.
Juan 8:32 nos enseña, “Conoceréis la verdad, y la verdad o hará libres.” Dios desea que caminemos en victoria. No es solo que la
verdad nos hace libres, sino conocer la verdad lo que nos hace libres. Cuando conocemos la verdad y entendemos que podemos
vivir libres de las emociones enfermizas, y victoriosos sobre el pensamiento equivocado, somos empoderados para participar con
el Señor y proclamar victoria.
Podemos llegar a ser independientes de las mentiras de la oscuridad. Podemos aprender a controlar nuestros pensamientos, a
pensar buenas cosas, pensar en la bondad de Dios, en Su Palabra. Podemos alabar y exaltar al Señor, desarmar al enemigo y
encontrar la libertad de cambia vidas. A continuación, algunos pasos de acción a tomar.

1. Recibiendo El Amor Del Padre. Muchos pierden una vida victoriosa porque son incapaces de relacionarse con el corazón
de amor del Padre. Dios creó a cada uno de nosotros porque tiene un corazón de Padre. Quiere hijos e hijas para
relacionarse. Nos ama a cada uno con un amor eterno, más grande de lo que podemos siquiera imaginar.
2. Identificando El Pecado, Arrepintiéndose Y Cambiando. Para derrotar fortalezas, tenemos que rendir nuestro viejo yo,
quitarnos la naturaleza pecaminosa, desarmar los deseos pecaminosos y abrazar la nueva naturaleza de Cristo.
3. Llenos De Su Espíritu. Invitando al Espíritu Santo a nuestra vida de oración e invitándole a ser parte de nuestro diario vivir.
Él está dispuesto a guiarnos y llenarnos con Su amor y presencia. Su actividad trae poder, paz, amor, verdad, pensamientos
santos y libertad.
4. Viviendo Una Vida De Perdón. El precio que Jesús pagó en la cruz para traernos perdón, es parte de nuestra identidad del
reino. Una vez que Jesús está vivo en nosotros y respiramos Su Espíritu, la misma capacidad que Él tuvo para perdonar,
vive en nosotros y nos capacita para hacerlo. Si escogemos entrar en ese hermoso don del perdón, Dios nos dará la gracia
de hacerlo.
5. Permanecer En La Palabra. Hebreos 4:12 declara que la palabra de Dios está llena de poder. Alcanza todas las partes y
funciones, y emite veredictos sobre lo que es descubierto dentro de nosotros. penetra hasta los secretos más íntimos y
motiva nuestro corazón. Tiene el poder de revolucionar nuestro pensamiento y transformar nuestra vida.
6. ¡Adorar A Dios! Pasar tiempo de adoración al Señor es lo más importante, y hace que nos elevemos por sobre nuestras
circunstancias, y entremos a la gloriosa luz y presencia de Dios. Correr a Su presencia y rogar por paz en la mente, nunca
producirá resultados. Es en el lugar íntimo de adoración que somos capaces de aquietar nuestra alma y recibir del Señor.
Esto nos da la fortaleza para seguir adelante en paz y garantía de libertad.
7. No Entretenerse Con Las Mentiras. Cuando el enemigo intenta invadir nuestros pensamientos y hablarnos mentiras,
debemos escoger no escuchar ni entretenernos con ellas. ¡Elije rechazar su entrada!
Fortalezas espirituales - ¿Cuál es la perspectiva bíblica?
Pregunta: "Fortalezas espirituales - ¿Cuál es la perspectiva bíblica?"
Respuesta: La palabra fortalezas se encuentra una vez en el Nuevo Testamento, usada metafóricamente por Pablo en una
descripción de la batalla espiritual del cristiano: "Pues aunque andamos en la carne, no militamos según la carne; porque
las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas." (2 Corintios 10:3 -
4). Este pasaje revela los siguientes hechos acerca de la guerra espiritual:
1. Nuestra batalla no se planea según la forma de luchar este mundo; estratagemas terrenales no son nuestra preocupación.
2. Nuestras armas no son físicas, porque nuestra guerra es espiritual en naturaleza. En lugar de armas y tanques, nuestras
armas son "toda la armadura de Dios" y consisten en "…ceñidos vuestros lomos con la verdad, y vestidos con la coraza de
justicia, y calzados los pies con el apresto del evangelio de la paz. Sobre todo, tomad el escudo de la fe, con que podáis
apagar todos los dardos de fuego del maligno. Y tomad el yelmo de la salvación, y la espada del Espíritu, que es la
palabra de Dios.” (Efesios 6:14-17).
3. Nuestro poder proviene solo de Dios.
4. El plan de Dios es destruir las fortalezas espirituales.
¿Cuáles son estas "fortalezas" o "fortificaciones" que nos enfrentamos? En el siguiente verso, Pablo interpreta la metáfora:
"derribando argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevando cautivo todo pensamiento a
la obediencia a Cristo." (2 Corintios 10:5). Los "argumentos" son las filosofías, los razonamientos y los esquemas del mundo.
La "altivez" tiene que ver con todo lo orgulloso, centrado en el hombre y seguro de sí mismo.

Aquí está el cuadro: el cristiano, llevando su armadura espiritual y teniendo sus armas espirituales, pretende "conquistar" el
mundo para Cristo, pero pronto encuentra obstáculos. El enemigo ha levantado guarniciones fuertemente fortificadas para
resistir la verdad y para frustrar el plan de redención de Dios. Hay la fortaleza del razonamiento humano, reforzada con
muchos argumentos sutiles y la pretensión de la lógica. Hay el castillo de la pasión, con almenas llameantes defendidas por
la lujuria, el placer y la avaricia. Y hay el pináculo del orgullo, en la que el corazón humano se sienta entronizado y se deleita
en pensamientos de su propia excelencia y suficiencia.

El enemigo está firmemente arraigado; estas fortalezas han sido guardadas por miles de años, presentando una gran muralla
de resistencia a la Verdad. Nada de esto desalienta al guerrero cristiano, sin embargo. Usando las armas de elección de Dios,
él ataca las fortalezas, y por el poder milagroso de Cristo, se incumplen las paredes, y los bastiones del pecado y del error son
derribados. El cristiano victorioso entra en las ruinas y lleva cautivo, por decirlo así, cada teoría falsa y toda filosofía humana
que han afirmada una vez con orgullo su independencia de Dios.

Si esto suena mucho como Josué peleando la batalla de Jericó, tienes razón. ¡Qué gran ilustración de la verdad espiritual es
esa historia! (Josué 6)

Compartir el evangelio no es la única vez que vemos la resistencia. También podemos afrontar las fortalezas demoníacas en
nuestras propias vidas, en nuestras familias e incluso en nuestras iglesias. Quien ha luchado con una adicción, o con el
orgullo, o tuvo que "huir de las pasiones juveniles" (2 Timoteo 2:22) sabe que el pecado, una falta de fe y una perspectiva
mundana de la vida son de verdad "fortalezas".

El Señor está edificando Su iglesia, y "las puertas del Hades no prevalecerán contra ella" (Mateo 16:18). Lo que necesitamos
son soldados cristianos, totalmente entregados a la voluntad del Señor de los Ejércitos, que utilizarán las armas espirituales
que Él ofrece. "Estos confían en carros, y aquéllos en caballos; mas nosotros del nombre de Jehová nuestro Dios tendremos
memoria." (Salmo 20:7).

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