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Lo que viene a decir este médico en su libro Proof of Heaven (La prueba del cielo) es que la
conciencia persiste más allá de la muerte, ajena al cuerpo y al cerebro. Puede que siete
días en coma den para mucho, pero no lo suficiente para pensar que lo suyo son chifladuras
o que despertó con una mente visionaria.
Su testimonio forma parte de un fenómeno que tiene como principales artífices a los propios
científicos cuyos libros se están convirtiendo en best-sellers y copan las listas de ventas en
todo el mundo. Con ellos asistimos a un despliegue de modos de tratar la muerte y de definir
su rostro de un modo mucho más liviano. Esta nueva concepción de la muerte arrincona a las
plañideras y suma las investigaciones más avanzadas, el saber más atávico y la personalidad
y las creencias de cada cual.
Sin lágrimas, ni morbo. Ni siquiera hay escenarios lúgubres. Pero si reprimimos también la
zozobra que provoca nuestro fin, ¿qué nos queda entonces? Quedan el hechizo, que es
ancestral, y la eterna incógnita de partida: ¿Hay algo más allá de la vida? A fin de cuentas,
¿a quién no le gustaría conocer el aspecto del alma cuando deja el cuerpo?
¿Y por qué ahora este furor por la muerte? El psiquiatra José Miguel Gaona tiene una
explicación: “Es verdad que el ser humano siempre ha buscado trascendencia. Es un anhelo
universal desde los hombres más primitivos. Con los avances de la medicina moderna, la
lucha contra la enfermedad ha rayado en una búsqueda incesante de alargar la vida. Lo que
ahora ocurre es que las técnicas médicas han desdibujado los límites de la muerte. Una
persona puede estar, médicamente hablando, muerta, sin latido cardíaco y con un
electroencefalograma plano y, sin embargo, volver a la vida”.
Miles de personas, a lo largo, de la historia, han intentado encontrar evidencia de vida extraterrestre.
Es conocido aquel caso de la autopsia a un extraterrestre que luego fue difundido. Este video causó
temor en el mundo pues era la prueba fehaciente que los ‘marcianos’ sí existían. Años después se
descubrió que esto era un farsa y que todos habíamos sido engañados.
En YouTube abundan los casos de ‘avistamientos’, muchos de ellos pueden ser falsos , así que no te
dejes engañar. En esta lista te mostramos algunas pruebas que podrían asegurar la presencia de los
extraterrestres entre nosotros.
Tenemos varios ejemplos para representar esta afirmación. En 1911, en Egipto, cayó el meteorito
Nakhla. Por diferentes situaciones, recién lo estudiaron en 1999. Dentro de este meteorito se
encontraron estructuras filamentosas que dejan después de sí las bacterias.
Los investigadores de la Universidad del Estado de Ohio llevaban realizando un arduo trabajo de investigación
con el radiotelescopio “Big Ear”, cuando de repente captaron una señal fuerte y extraña cuya fuente se
ubicaba fuera del sistema solar. Para el operador, el doctor Jerry Ayman, el sonido le resultó tan inesperado
que resaltó el grupo de los símbolos que le correspondían en el papel y escribió a un lado ”Wow!".
3. Pruebas en la historia
Son muchas las pruebas que afirmarían que sí existen los extraterrestres. En el templo de Seti I en
Abidos se encontraron jeroglíficos con formas extrañas: algo parecido a un helicóptero, un digirible y
un submarino. Este hacía suponer que era un OVNI.
También está la pintura de Domenico Ghirlandaio, en el que vemos a la Vírgen María y detrás de ella
se puede observar una persona mirando un objeto luminoso en el cielo, parecido a una nave
espacial.
Por ejemplo en el satélite Europa de Júpiter se pudo descubrir que está cubierta por grandes
océanos, cuya agua en su totalidad es más de lo que tenemos en la Tierra. La superficie está
congelada, pero bajo la fuerza de gravedad de un gigante como Júpiter, el agua debajo de los hielos
puede permanecer en su estado líquido y contener vida. De igual forma en Encélado, el satélite de
Saturno, se pudo comprobar que se oculta un océano debajo de su capa de hielo.