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MODELOS PARA LA PREVENCION DE RECAIDA

MODELO COGNITIVO-CONDUCTUAL DE LA RECAÍDA

G. ALAN MARLATT Y J. GORDON

En este Capítulo analizaremos en detalle el modelo que han desarrollado G. Alan Marlatt y J. Gordon
para explicar el fenómeno de las recaídas y en el cual se fundamenta su Terapia para la Prevención de Recaídas.
Dedicaremos más tiempo al estudio de este enfoque, por ser el más articulado y difundido en el campo del
tratamiento de las drogodependencias.

Originalmente, el modelo de Marlatt y Gordon se desarrolló en base a sus investigaciones en el


tratamiento del alcoholismo, pero tiene amplias aplicaciones en otras drogodependencias.

A diferencia de otros modelos tradicionales (dicotómicos) que suponen un solo resultado del
tratamiento (abstinencia ó recaída), el modelo de Marlatt y Gordon está basado en teorías cognitivo-sociales
que dan énfasis a la recaída como un proceso de transición, es decir, una serie de sucesos que se dan a través
del tiempo (Larimer, Palmer y Marlatt, 1999).

El modelo de Marlatt está basado en el supuesto que los comportamientos adictivos son adquiridos a
través de hábitos aprendidos a través de determinantes biológicos, psicológicos, sociales y sus consecuencias.
El comportamiento adictivo suministra una recompensa inmediata que aumenta el placer y/o disminuye el dolor;
es decir, las personas consumen para sentirse bien (aumentar el placer) o sentirse mejor (auto-medicación para
el dolor), aunque ambos motivos pueden coexistir al mismo tiempo. Las recompensas del consumo sirven para
mantener su frecuencia excesiva, su intensidad y duración, a pesar de las consecuencias negativas posteriores,
las cuales pueden ser muy severas y durar mucho tiempo. (Marlatt, Parks y Witkiewitz, 2002)

MODELO CENAPS DE LA TERAPIA PARA LA PREVENCIÓN DE RECAÍDAS

TERENCE GORSKY

El modelo desarrollado por Gorsky (2000) está diseñado para prevenir el retorno al consumo inicial
de alcohol y otras drogas después de un tratamiento inicial.

Los fundamentos teóricos de este modelo fueron desarrollados por Gorsky a principios de los años
1970, e integra los principios fundamentales de Alcohólicos Anónimos junto con la consejería profesional para
acoger las necesidades de los consultantes propensos a recaer.

Gorsky indica que el CMRPT fue descrito como la tercera vía en el tratamiento de drogodependencias,
y que integra el conocimiento de la adicción química en un modelo biopsicosocial, y de los principios de los 12
pasos de AA con principios cognitivo-conductuales y de la terapia social para promover la recuperación
primaria y la prevención de recaídas de los usuarios.
Congruente con el supuesto que las sustancias psicoactivas ocasionan trastornos perdurables en la bioquímica
cerebral que desorganizan la personalidad, con la consiguiente alteración del pensamiento, los sentimientos y
los actos normales, que a su vez llevan a disfunciones familiares y laborales, la meta del programa es la
abstinencia total, más un cambio en la personalidad y en el estilo de vida de los usuarios.

Se considera que el síndrome de recaída es una parte integral del proceso adictivo. Gorsky retrata a la
adicción como una navaja de doble filo: síntomas que se manifiestan en los episodios activos de consumo, y
síntomas que emergen durante los períodos de abstinencia. Los síntomas que aparecen en los períodos de
abstinencia crean una tendencia hacia la recaída, como parte de la enfermedad en si misma.

La recaída es el proceso de volverse disfuncional en la sobriedad debido a que los síntomas


manifestados en la abstinencia llevan a una renovación del uso del alcohol u otras drogas, al colapso físico o
emocional, e incluso al suicidio. Este proceso de recaída está marcado por señales predecibles e identificables
que comienzan antes que ocurra el uso o el colapso de alcohol u otras drogas. Un objetivo del programa es
enseñar a los usuarios a reconocer y manejar esas señales de peligro para interrumpir la progresión de la recaída
temprana y retornar al progreso positivo en la recuperación.

MODELO DE CUMPLIMIEN TO DE PROPÓSITOS

B. Saunders

Saunders (1993) ha desarrollado un modelo basado en el principio que el alejamiento de la conducta


adictiva incluye un proceso de toma de la decisión inicial de cambiar, que se traduce en el despliegue de
estrategias en relación con ese compromiso. Supone también, que el mantenimiento de ese cambio está influido
por los factores de la calidad de vida, especialmente la calidad del estilo de vida del usuario tras el cambio.

Saunders (1993) ejemplifica la aplicación del modelo a través de la intervención con bebedores problema, en
el cual se usaron técnicas cognitivo-conductuales. En ese programa, los primeros pasos comenzaron con una
intervención motivacional, con el objetivo de desarrollar un propósito bien estructurado para cambiar (se usó
la matriz de decisiones de Marlatt y Gordon: pros v/s contras, a corto y largo plazo, de cambiar la conducta
adictiva frente a continuar consumiendo).

Luego se desarrollaron las capacidades de solución de problemas mediante instrucciones verbales y


escritas, modelaje y ensayo conductual. Posteriormente, esta técnica se aplicó a la identificación de situaciones
de alto riesgo para cada usuario, comenzando con las menos amenazadoras y progresando hacia escenarios más
arriesgados, asegurándose el desarrollo gradual de la auto-eficacia. Las soluciones generadas por los usuarios
se ensayaron conductualmente o a través de imaginerías, y las técnicas de solución de problemas se aplicaron
por medio de tareas para la casa.

Se examinaron en las sesiones los factores que precipitaron un incumplimiento inicial en el propósito,
así como aquellos que podían facilitar el consumo continuado del alcohol.

En todas las sesiones de solución de problemas se usaba el ensayo y culminaban en una sesión donde
el usuario se enfrentaba a una situación real de alto riesgo. Las situaciones variaron desde pasar frente a un bar
hasta estar un rari en un bar. Antes de entrar a la situación, el usuario y el terapeuta identificaban las amenazas
potenciales y utilizaban la solución de problemas para desarrollar respuestas apropiadas. Después de completar
la tarea, el terapeuta animaba a los usuarios a atribuirse el éxito.

Ese tratamiento, fundamentado en los ensayos conductuales fue comparado con otro basado solamente
en la discusión más que en la práctica. También se incluyó como comparación un grupo control, sin tratamiento
adicional. Los resultados se evaluaron a los 6 meses y al año de finalizado el programa. En el momento del alta,
el grupo experimental presentó tasas de auto-eficacia significativamente más altas en las situaciones de alto
riesgo que el grupo control y el grupo que sólo se basó en la discusión. El grupo control fue el primero en recaer
(una media de 20,5 días), seguido del grupo de discusión (30, 2 días) y luego el grupo experimental (90,5 días).
Asimismo, el grupo experimental fue significativamente más lento en el retorno al consumo intenso.

Saunders reflexiona que a pesar que esa investigación controlada está entre las primeras
investigaciones que indica la eficacia de un programa de intervención y de prevención de recaída específico, el
grupo experimental volvió a consumir y la mayoría de los sujetos retornó a un consumo problemático.

Ese autor indica que la prevención de recaídas está relacionada con la capacidad individual para resistir
las tentaciones. Reflexiona acerca de si el esfuerzo clínico pueda mejorar los resultados, puesto que el desarrollo
de mejores capacidades de afrontamiento es irrelevante si las oportunidades de consumir la sustancia son cada
vez mayores. “Resistir las tentaciones es fácil si se presentan pocas o muy pocas veces. Es posible que el trabajo
de la próxima década no tenga como objetivo el refinamiento de las intervenciones clínicas sino la consecución
de intervenciones sociales.” (Saunders, 1993, p. 75)

Además el autor apoya su afirmación compartiendo con los lectores una descripción del ambiente
físico y social de donde provenían y al cual regresaron los sujetos de su investigación, el cual no es muy distinto
de los poblaciones con viviendas sociales y comunidades empobrecidas en nuestro país: pobreza, angustia,
desempleo, analfabetismo, violencia, desesperanza, contaminación y fealdad. “Pero dentro, la despiadada
miseria está ausente. Luces brillantes, ambiente cálido, risas masculinas, historias de aventuras, hazañas y
victorias, sexo o deporte. ¡Se trata obviamente del pub!” (Saunders y O’Connor, citado en Saunders, 1993, p.
77)

Saunders finaliza su artículo con la siguiente reflexión: “Dada una cantidad suficiente de adversidad, todos
podemos perder el control y caer en la tentación” (Saunders, 1993, p. 78).

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