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Asociacién Pro-btisqueda de Nifias
y Nifios Desaparecidos
El dia mas esperado
Buscando a los nifios desaparecidos
de El Salvador
UCA EditoresCapfruLo
I
De la locura a la esperanza
Todos los viernes por la tarde, Jon Cortina guardaba los
libros de ingenierfa en los repletos estantes de su despacho
en la Universidad Centroamericana “José Simeén Cafias”
(UCA) en San Salvador; recogia la cajetilla de cigarros de
su esctitorio, pasaba despidiéndose de sus compafieros je-
suitas y se iba a oficiar misa a los pueblos de Chalatenango,
un departamento al norte del pais, convulsionado por la
guerra civil
En 1987, el obispo le habia asignado una parroquia que
abarcaba San Francisco Lempa, San Luis de Carmen y San
Miguel de Mercedes, municipios préximos al embalse
del Cerrén Grande del sfo Lempa. Ademés, cuando le
quedaba tiempo, el padre Jon visitaba Los Ranchos, Guarjla
y San José Las Flores a peticién de la gente de estas repo-
blaciones cercanas que recién se habian asentado en la zona,
Jon, un hombre alto, con ojos claros y cejas pobladas,
habfa llegado a El Salvador en el afio 1955, como parte
de un grupo de novicios vascos asignados a la provincia
27jesuita de Centroameérica, Era entonces un joven estu-
diante de ingenieria, Poco después, la Compaiiia de Jestis
lo mandé a estudiar humanidades a Ecuador. Cursé teolo-
gia en Alemania y sacé un doccorado en Ingenieria Civil en
Ja Universidad Complutense de Madrid, antes de esta
blecerse definitivamente en El Salvador, en 1972
Después de haber sido destruida y abandonada durante
los afios iniciales de la guerra, San José Las Flores fue
primera comunidad repoblads en Chalatenango. Los que
se asentaron en Las Flores llevaban seis afios de refugiarse
en las montafias chalatecas bajo la proteccién de la guerri-
Ila. Fl ejército se habia opuesto al retorno de los pobladores
a sus comunidades, con el argumento de que esto favorece-
ria la actividad guettillera en la zona. Sin embargo, a causa
de la presidn politica nacional e internacional, el gobierno
terminé aceptando el reasentamiento, en junio de 1986.
La repoblacién de San José Las Flores fue el inicio de un
movimiento que surgiria en casi todas las zonas conflic-
tivas del pais. En octubre de 1987, mas de un afio des-
pucés, se realizé el primer retorno de refugiados desde los
campamentos de Mesa Grande, Honduras. Miles de cam:
pesinos regresaron a su pais de origen para volver a darle
vida a otras comunidades que eran fantasmas de la guerra:
Guarjila, Los Ranchos, Teosinte y Las Vueltas, en Chala-
tenango; y Santa Marta, en el departamento de Cabafas.
Mientras, la guerra continuaba. Con el paso de los afios,
los escasos intentos de didlogo entre las partes en dispu-
ta s6lo habjan logrado profundizar la desconfianza mu-
tua. En su afin por defender los intereses de la oligar-
quia salvadoreiia, los partidos politicos de derecha se ne-
gaban a negociar reformas politicas, sociales y econémi-
cas con los rebeldes. El ejército y los asesores estadouni-
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denses le apostaban a una victoria militar para acabar
con el comunismo en EI Salvador.
Por su lado, el Frente Farabundo Marti para la Libera-
cién Nacional (FMLN) proclamaba que el triunfo po-
pular por la via de las armas era la tinica manera de despla-
zar a [a oligarquia del poder. La revolucién implementaria
Jas reformas radicales, que conducirian al pais hacia la justi
cia social. El entrampamiento del conflicto habfa llevado
a los rebeldes a dirigir todos sus esfuerzos hacia el forta-
lecimiento de su poderio militar.
Los reasentamientos en las zonas del pais donde el EMLN
ejercia control, signified un logro importante para la gue-
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Departamento de Chalatenango.
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