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UNIVERSIDAD NACIONAL DEL ALTIPLANO – PUNO

FACULTAD DE CIENCIAS DE LA SALUD


ESCUELA PROFESIONAL DE ENFERMERIA

TEMA:
Articulo científico de Nola Pender (estilo de vida promotor
de salud y factores de riesgo en estudiantes universitarios)
CURSO:
Teorías y Modelos de Enfermeria

PUNO – PERU
2018
Aladefe
ABRIL 2018 N° 2 Volumen 8

ESTILO DE VIDA PROMOTOR DE SALUD Y FACTORES DE RIESGO EN


ESTUDIANTES UNIVERSITARIOS

Autores
1 Verónica Jara Contreras, 2 Náyade Riquelme Pereira
1 Enfermera. Docente Facultad de Enfermería. Universidad de Concepción, Los
Ángeles, Chile.
2 Enfermera. Docente Facultad de Enfermería. Universidad de Concepción,
Concepción, Chile

RESUMEN
Objetivo: identificar las conductas promotoras de salud y los factores de riesgo en
estudiantes universitarios.
Metodología: estudio cuantitativo, descriptivo, correlacional, de corte transversal,
con muestra de 320 estudiantes, seleccionados por muestreo de tipo probabilístico
aleatorio. El instrumento recolector de datos estuvo conformado por: Escala de
Estilo de Vida Promotor de Salud, cuestionario de antecedentes sociodemográficos
y factores de riesgo. Los datos fueron procesados con el programa SPSS para la
obtención de estadística descriptiva e inferencial.
Resultados: la mayoría de los estudiantes duerme entre 6 a 7 horas, el 33% sale
regularmente de fiesta, el 21% fuma cigarrillos, el 44% consume alcohol, el 14%
ingiere bebidas energéticas, el 12,5% fuma marihuana, el 6% consume pastillas
para estudiar y 2,2% para dormir, el 38% ha iniciado vida sexual y de estos cerca
del 11% no utiliza ningún método anticonceptivo. Respecto al estilo de vida promotor
de salud, la mayoría presenta conductas saludables de crecimiento espiritual,
relaciones interpersonales y manejo del estrés, pero están pobremente
representados en la responsabilidad en salud, nutrición y actividad física.
Conclusiones: los estudiantes presentan bajos porcentajes de hábitos de riesgo
para su salud, de ellos los hombres consumen más alcohol y drogas ilícitas que las
mujeres, y en ambos sexos aumenta el consumo de cigarrillos, alcohol, drogas y
bebidas energéticas cuando salen de fiesta. A medida que avanzan los estudiantes
en su formación curricular presentan más estilos de vida promotores de salud.
PALABRAS CLAVE:
estilo de vida ; factores de riesgo ; promoción de la salud ; ejercicio físico
; alimentación saludable
Title:
Health-promoting lifestyle and risk factors in university students
ABSTRACT:
Purpose: to identify health-promoting behaviors and risk factors in university
students.
Methods: a quantitative, descriptive, correlational, cross-sectional study, in a sample
of 320 students, selected though a random probabilistic sampling. The data
collection instrument consisted of: a health-promoting lifestyle scale, a
sociodemographic background questionnaire and risk factors. Data were processed
with the SPSS software package to obtain descriptive and inferential statistics.
Results: most students sleep between 6 to 7 hours, and 33% regularly go out to
parties; 21% smoke cigarettes, 44% consume alcohol, 14% take energy drinks,
12.5% smoke marijuana, 6% take pills to study,and 2.2% take pill to sleep, 38% have
started sexual life and about 11% of them do not use any contraceptive method.
Regarding the health-promoting lifestyles, most student show healthy behaviors of
spiritual growth, interpersonal relationships and stress management, but they are
poorly represented in responsibility in health, nutrition, and physical activity.
Conclusions: students show low percentages of habits resulting in a risk for their
health; men consume more alcohol and illicit drugs than women, and in both sexes
the consumption of cigarettes, alcohol, drugs, and energy drinks increases when
they go out to parties. As students progress in their curricular training, they show
more health-promoting lifestyles.
KEYWORDS:
lifestyle; risk factors; health promotion; physical exercise; healthy nutrition
Introducción
La Organización Mundial de la Salud (OMS) define “estilo de vida” como una forma
de vida que se basa en patrones de comportamiento identificables, determinados
por la interacción entre las características personales individuales, las interacciones
sociales y las condiciones de vida socioeconómicas y ambientales (1). Ciertos
determinantes sociales, como el ingreso y la escolaridad, resultarían predictores de
estilos de vida saludables (2).
Los estudios sobre estilos de vida muestran resultados con predominio de estilos
de vida poco saludables, relacionados principalmente con el consumo de tabaco y
alcohol, la adopción de dietas poco equilibradas y la falta de ejercicio físico (3). Se
reconoce que determinadas conductas de riesgo, como el tabaquismo, una dieta
poco saludable, una conducta sedentaria o un excesivo consumo de alcohol pueden
contribuir de forma independiente a incrementar la morbimortalidad (4).
La encuesta nacional de salud (2009-2010) señala que la prevalencia de
sedentarismo de la población chilena es de 88,6% y que las mujeres son más
sedentarias que los hombres (92,9% y 84%, respectivamente) (5). En estudiantes,
el 54,8% presentó bajo nivel de actividad física, y los hombres activos se motivan
más por el componente social en comparación con las mujeres (6).
En la Encuesta Nacional de Hábitos de Actividad Física y Deportes 2015 en la
población de 18 años y más, se destaca que la práctica disminuye a medida que
desciende el nivel socioeconómico, se expone que la razón más frecuente por los
hombres para practicar actividad física y deporte es el entretenimiento (44%), y para
las mujeres es “Para mejorar mi salud” (35,2%). La principal causa para no practicar
actividad física es la falta de tiempo y la falta de formación y hábitos (24,2% y 25,4%,
respectivamente) (7). En los universitarios los principales motivos referidos para
realizar ejercicio son por salud, diversión, pasar el tiempo, por gusto y estética (8).
La OMS, en su “Informe sobre la situación mundial de las enfermedades no
transmisibles del 2014”, describe que el 23% de los adultos de 18 años o más no
era lo suficientemente activo. Las mujeres eran menos activas que los hombres y
las personas mayores lo eran menos que los jóvenes. El 81% de los adolescentes
de 11 a 17 años no tenía una actividad física suficiente, siendo las adolescentes
menos activas que los varones (9).
Fakhouri et al. (10) mostró que el 24,8% de los jóvenes realiza actividad física
moderada a vigorosa; los hombres con un 27,0% y las mujeres un 22,5%. En cuanto
a alimentación saludable, Pich (11) encontró que el 85% de los universitarios no
desayuna, otro factor frecuente en esta población es el consumo de comidas rápidas
y de menor costo. Asimismo, uno de los términos más usados actualmente es el de
dieta; uno de cada cuatro adolescentes ha hecho o ha intentado hacer dieta en
alguna ocasión (11). En el ámbito universitario se presentan varios factores de
riesgo para sufrir trastornos del comportamiento alimentario, tales como crisis
depresivas, estrés y ansiedad, factores que disminuyen la calidad de vida y la
capacidad de aprendizaje (12). De acuerdo con esto, un área fundamental de
promoción de la salud, referida a los entornos, se encuentra y encaja con el
ambiente estudiantil como el ámbito donde viven la mayor parte de su tiempo los
estudiantes (13,14). Otra área fundamental está referida al desarrollo de actitudes
personales, es aquí donde se necesita el compromiso del alumno para que
desarrolle comportamientos positivos en la promoción de su salud (2).
Si la salud ha de mejorarse permitiendo a los individuos cambiar sus estilos de vida,
la acción debe ir dirigida no solamente al individuo, sino también a las condiciones
sociales de vida que interactúan para producir y mantener esos patrones de
comportamiento (1). En función a esto, en el presente estudio se utilizó el Modelo
de Promoción de Salud (MPS) de Nola Pender, que considera a la persona como
ser integral, analiza los estilos de vida, las fortalezas, la resiliencia, las
potencialidades y las capacidades de la gente en la toma de decisiones con
respecto a su salud y su vida (15). Entre otros supuestos el MPS plantea que las
personas tienen la capacidad de autoconciencia reflexiva incluyendo la valoración
de sus propias competencias dado que los individuos buscan regular su conducta
en forma activa (16,17); además, identificó que los factores cognitivo y perceptuales
de los individuos son modificados por las condiciones situacionales, personales e
interpersonales, lo que da como resultado la participación en conductas
favorecedoras de salud cuando existe una pauta para la acción (18,19), es así como
este modelo le da importancia a la cultura, entendida esta como el conjunto de
conocimientos y experiencias que se adquieren a lo largo del tiempo, la cual es
aprendida y transmitida de una generación a otra (20).
En el MPS existen procesos biopsicosociales complejos que motivan a las personas
para comprometerse con conductas destinadas al fomento de su salud (21). Pender
(16) refiere que existen características y experiencias individuales que afectan a las
acciones de la salud, como la conducta previa relacionada, ya que es más probable
que la persona se comprometa con la conducta promotora de salud si ha ejecutado
la misma acción o similar anteriormente, esta característica es importante de
considerar puesto que facilitaría una conducta activa en el adulto maduro o en la
vejez. También plantea los factores personales que resultan predictivos de una
cierta conducta, en esta investigación se considerara como factor personal biológico
la edad y el sexo, es decir, posiblemente un estudiante a medida que aumenta su
edad presentará mayores conductas promotoras de salud, del mismo modo, según
el género habrá diferencias distributivas de los estilos de vida promotores de salud.
Otros factores socioculturales que se incluirán en este estudio son la formación y el
estado socioeconómico, los cuales influirían de la siguiente forma: a medida que el
estudiante avanza en su formación académica o pertenezca a un estrato
socioeconómico alto presentará mayores conductas promotoras de salud.
En el MPS se describen ciertos conocimientos específicos de la conducta y del
afecto que están considerados como de mayor importancia motivacional, como el
afecto relacionado con la actividad, es decir, los sentimientos subjetivos positivos y
negativos que provoca la conducta propiamente en el estudiante influencian en la
ejecución y mantenimiento de una determinada acción de salud. Del mismo modo,
los conocimientos acerca de las conductas, creencias o actitudes de los demás
(Influencias interpersonales) interaccionan potenciando o disminuyendo el
compromiso, por ejemplo, el efecto que provocan las reuniones sociales (salir de
fiesta) en el aumento del consumo de alcohol, cigarrillos y drogas; y las
percepciones y cogniciones personales de cualquier situación o contexto
determinado (Influencias situacionales), como lo es la nueva experiencia que brinda
el ambiente universitario en relación al control de evaluaciones calificadas que
exponen a los estudiantes a situaciones continuas de estrés, que pueden
obstaculizar una conducta promotora de salud, que se representaría en un alumno
con bajo puntaje en el dominio manejo del estrés en la EVPS. Estos factores
guardan gran importancia debido a que las personas pueden modificar cogniciones,
afectos y ambientes interpersonales y físicos a fin de crear incentivos para las
acciones de salud (21).
Pender (16) propone en el MPS los antecedentes inmediatos de la conducta o de
los resultados conductuales, definidos como demandas y preferencias
contrapuestas inmediatas; en esta investigación se distinguen a través de las
frecuencias de estilo de vida promotor de salud por cada dominio, es decir, un
estudiante que quisiera ejecutar una conducta promotora, como trotar (dominio
actividad física) o practicar relajación (dominio manejo del estrés), pero se interpone
una conducta alternativa (una demanda contrapuesta) en la que tiene un bajo
control porque es un contingente del entorno, como lo es cumplir con estudiar para
rendir una evaluación. De igual manera, un estudiante que se propone comer
saludable (dominio nutrición) a la hora de almuerzo, pero tiene la opción de ir a
comer pizza con sus compañeros, esta conducta alternativa es una preferencia
contrapuesta inmediata en la cual la persona tiene mayor control, pues puede elegir
según lo que prefiera, en cambio tiene menos control al no poder cambiar una
evaluación, lo que se presta de justificación a la menor organización del tiempo que
experimentan los estudiantes.
Esta investigación resulta importante para la profesión y disciplina de enfermería
porque propicia el conocimiento de una problemática global al identificar los factores
de riesgo o la tenencia de regulares estilos de vida saludable en los universitarios,
estos resultados servirán para implementar estrategias de intervención en estilos de
vida saludable, con el fin de concientizar al alumnado en la promoción de la propia
salud, la reducción de sus factores de riesgos y la prevención de enfermedades, en
su mayoría de tipo crónicas (22).
El objetivo de esta investigación está dirigido a identificar las conductas promotoras
de salud y factores de riesgo presentes en estudiantes universitarios.
Resultados
Los participantes se caracterizan por ser en su mayoría mujeres con una edad
media de 19 años. Un 98,8% de los estudiantes declara ser solteros; sin embargo,
de estos el 61,6% se encuentra en una relación de pareja. La mayoría de la muestra
no tiene hijos y solo el 6,6% tiene de uno a dos hijos. La carrera más representada
es Enfermería, con más de la mitad de la muestra, por ser una carrera de ingreso
numeroso en comparación con las otras carreras de este campus. Con un 35,3%
los estudiantes que pertenecen a la escuela de Educación con las carreras de
Educación diferencial (17,5%), Educación básica (14,4%) y Pedagogía en
matemática y educación tecnológica (3,4%); en tercer lugar está la escuela de
ciencias y tecnología con un 13,1% con estudiantes de la carrera de auditoria
(12,5%) e ingeniería en biotecnología vegetal (0,6%). En el año académico
actualmente cursando, el 99,4% de los estudiantes se encuentra en los tres
primeros años de la carrera. La variable establecimiento de procedencia de
enseñanza media, la mayoría proviene de una institución pública (59,1%) y del
porcentaje restante el 39,7% se educó en un establecimiento particular
subvencionado y solo el 1,2 en colegio privado.
Respecto a los hábitos que presentan los estudiantes, en el aspecto de horas de
sueño, el 64,4% duerme entre 6 a 7 horas. Con respecto al hábito salir de fiesta en
la semana (carretear), la mayoría no lo hace (61,2%) y del porcentaje que sale de
fiesta el 84,7% lo hace con una frecuencia de al menos una vez por semana. El
78,8% no fuma cigarrillos, del 21,2% restante el 63,2% fuma tabaco con una
frecuencia de uno a siete cigarrillos semanalmente. De los alumnos que consumen
alcohol (44,4%), el 89,4% bebe con una frecuencia de un litro semanalmente. De
aquellos estudiantes que consumen bebidas energéticas (14,4%), el 80,4% ingiere
con una frecuencia de un cuarto a medio litro por semana. En relación al consumo
de marihuana, el 12,5% presenta este hábito, de este porcentaje el 67,5% fuma
marihuana por lo menos una vez a la semana. Respecto al consumo de pastillas
para estudiar, la mayoría no las utiliza (94,1%) y de los alumnos que las usan el
50% consume entre una a dos unidades diariamente. En la variable uso de pastillas
para dormir el 97,8% no presenta este hábito, de los escasos alumnos que las
utilizan, lo hacen con una frecuencia de una a siete unidades semanalmente. Por
último, el 62,2% de alumnos ha iniciado vida sexual, de estos el 89,3% se protege
con algún método anticonceptivo.
Los hábitos presentes según el género, los hombres presentan más consumo de
tabaco, alcohol, marihuana y bebidas energéticas; en cambio las mujeres utilizan
más pastillas para estudiar y para dormir. En relación a la sexualidad, más de la
mitad en ambos géneros ya han iniciado su vida sexual.
Los hábitos tienen relación significativa entre el consumo de tabaco, alcohol,
marihuana y bebidas energéticas, con salir de fiesta. De los factores de riesgo
estudiados, solo el hábito de “salir de fiesta” tuvo relación significativa con el EVPS
(Tabla 1).
Los dominios de EVPS con mayor puntaje son el crecimiento espiritual seguido de
las relaciones interpersonales. Los que presentan menor media son, en primer
lugar, la actividad física y posteriormente el manejo del estrés (Tabla 2).
Los ítems con mayor puntaje de EVPS en los alumnos del campus son “creo que
mi vida tiene propósito” y “miro adelante hacia el futuro”. Los ítems con menor
puntaje en los estudiantes en relación a su EVPS son “asisto a programas
educacionales sobre el cuidado de salud personal” y “practico relajación o
meditación por 15-20 minutos diariamente”.
Al comparar medias se observa que a mayor año académico, aumentan los estilos
de vida promotor de salud presentes. Las variables año académico actualmente
cursando y EVPS muestran diferencias puntuales, estas diferencias son
significativas entre 1° y 3°, y 2° y 3° año (p< 0,05), mostrando que a mayor año
académico en su formación curricular mayor estilos de vida promotores de salud
(Tabla 3).
Al comparar las medias de los dominios de EVPS por género se observa en la Tabla
4 que la población femenina presenta mayores EVPS en relaciones interpersonales
y crecimiento espiritual, en cambio los hombres muestran más EVPS en nutrición,
actividad física y manejo del estrés. Estas diferencias de medias por género son
significativas solo con el dominio actividad física (p< 0,05).
Conclusiones
Los estudiantes participantes presentan bajos porcentajes de hábitos de riesgo para
su salud, de ellos se puede plantear que los universitarios hombres consumen más
alcohol y drogas ilícitas que las mujeres, y en ambos sexos aumenta el consumo de
cigarrillos, alcohol, drogas y bebidas energéticas cuando salen de fiesta. Además,
el salir de fiesta afecta los EVPS presentes en los estudiantes.
Los estudiantes presentan mayores EVPS en los dominios crecimiento espiritual y
las relaciones interpersonales; y los estilos de vida que menos valorizan son el
manejo del estrés y no realizar actividad física, encontrando diferencias
significativas por género en actividad física. A medida que avanzan los estudiantes
en su formación curricular presentan más estilos de vida promotores de salud. Como
la relación de hábitos de riesgo fue escasa y solamente con la variable salir de fiesta,
los EVPS deficientes se tendrían que relacionar mayormente con la cultura y la
crianza, estableciéndose modelos familiares o sociales en los hábitos que se van
corrigiendo de forma progresiva en los estudiantes cuando van aumentando de nivel
escolar.
Si bien los estudiantes universitarios son una población aún en formación, la
mayoría ya es adulto, por lo que las intervenciones deberían ser inmediatas, debido
a esto se sugiere expandir los resultados obtenidos de esta investigación a otras
poblaciones, pero con estrategias concretas, es decir, implementar programas de
promoción de salud y prevención de enfermedades crónicas desde la enseñanza
básica en adelante, como así también se debería reforzar o actualizar
conocimientos en cualquier instancia educativa, especialmente en el ámbito
universitario donde los jóvenes están asumiendo una conducta más autónoma
respecto a su vida y tomando decisiones que influirán en su salud futura.
Por último, dado el impacto que puede provocar la implementación del MPS y
debido a las pocas investigaciones realizadas que integran los otros aspectos de
este modelo, surge la necesidad de considerar en estudios posteriores las “Barreras
percibidas para realizar conductas promotoras de salud”, de este modo no solo se
conocerán los estilos de vida que presenta determinada población, sino las razones
que justifican su falta de acciones saludables; con esta información las
intervenciones se orientarían hacia la promoción y prevención, potenciando los
EVPS existentes y disminuyendo los obstáculos percibidos.
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