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La cirrosis se caracteriza por un daño de las células del hígado y su reemplazo por

un tejido cicatricial que impide el tránsito normal del flujo sanguíneo por el hígado e
interfiere muchas de las funciones vitales de este órgano.

Mucha gente cree que sólo los alcohólicos sufren cirrosis, y aunque es cierto que el
consumo de alcohol es la primera causa de esta enfermedad en los Estados Unidos,
también lo es que el abstemio también puede padecer la enfermedad. La posibilidad
de padecer cirrosis depende de la cantidad y frecuencia con que se bebe en relación
con el peso de la persona, su estatura y la capacidad de su cuerpo para metabolizar
productos alcohólicos presentes en la sangre circulante.

¿Qué es la cirrosis hepática?


Es una enfermedad crónica del hígado en la que las células sanas sufren daños y
son reemplazadas por células cicatriciales. Esta afección impide

el tránsito habitual del flujo sanguíneo por el hígado y no permite que este órgano
funcione debidamente. El hígado contiene tejido capaz de regenerarse cuando ha
sido dañado, pero el grado de regeneración de las células depende de cada
persona. Una cirrosis que no se trate puede derivar en insuficiencia hepática (del
hígado) o incluso en la muerte.

El hígado es un órgano grande y complejo, del tamaño de un balón de fútbol


americano, que pesa cerca de 1,3 kg (3 libras). Se encuentra debajo de las costillas
en la parte superior derecha del abdomen y está conectado con el intestino delgado
por las vías biliares, que transportan a los intestinos la bilis que produce. Un hígado
sano es suave y liso al tacto.

Es uno de los órganos más importantes del cuerpo humano pues constituye una de
las “fábricas” de procesamiento y refinado químico más desarrolladas. Casi toda la
sangre procedente del estómago y de los intestinos circula a través del hígado.
Además, éste se encarga de depurar el organismo de sustancias tóxicas o
venenosas, procesar nutrientes, hormonas o medicamentos y producir proteínas y
factores de la coagulación, todos ellos de capital importancia para la salud. En la
persona enferma de cirrosis, las sustancias tóxicas y la bilis quedan retenidas en el
torrente sanguíneo, porque el hígado no las elimina.

¿Cuál es la causa concreta de la


cirrosis?
La cirrosis no es contagiosa, no se transmite de una persona a otra. Su origen hay
que buscarlo más bien en otros factores:

– Consumo de alcohol. Es la causa más frecuente. Cerca de un tercio de las


personas muy bebedoras, acaban presentando cirrosis. El resto puede sufrir otras
formas de enfermedad hepática.
– Hepatitis vírica crónica (inflamación del hígado): la hepatitis (normalmente de los
tipos B, C y D) es la segunda causa más común de cirrosis.

– La enfermedad de Wilson, que produce acumulación de cobre en el hígado,


cerebro, riñones y ojos.

– La fibrosis quística, que provoca la acumulación de secreciones mucosas en los


pulmones, hígado, páncreas e intestinos.

– La hemocromatosis, causante de acumulación de hierro en el hígado y otros


órganos.

– El bloqueo o inflamación de los conductos biliares (la llamada cirrosis biliar).

– La insuficiencia cardíaca congestiva.

– Los trastornos de almacenamiento del glucógeno, que impiden la debida utilización


de los azúcares por el hígado.

– Las infecciones parasitarias.

– La reacción anómala a los medicamentos recetados, toxinas medioambientales y


abuso de inhalaciones (exposición a sustancias tóxicas por vía nasal).

Signos y síntomas de la cirrosis

En las primeras fases, la cirrosis se considera una enfermedad silenciosa, ya que


ocasiona pocos síntomas. Con el paso del tiempo, sin embargo, los enfermos de
cirrosis empiezan a experimentar cansancio, debilidad y pérdida del apetito. Son
habituales las náuseas y la pérdida de peso. Conforme la cirrosis empeora, el hígado
produce menos proteínas de las que el organismo necesita, lo cual da lugar a otros
síntomas:

– Menor produción de la proteína albúmina, con lo que el agua se acumula en las


piernas (edema) del enfermo o en el abdomen (ascitis).

– Lentificación de la producción de proteínas del plasma sanguíneo como el


fibrinógeno, factor esencial para la coagulación, lo que hace al enfermo de cirrosis
más propenso a las hemorragias.

– La cirrosis puede provocar ictericia, alteración caracterizada por un color


amarillento de la piel y el blanco de los ojos. Este trastorno se debe a la acumulación
en la sangre de bilirrubina (pigmento biliar), que normalmente el hígado depura del
torrente circulatorio y evacua hacia el intestino a través de las vías biliares.

– Algu nos enfermos de cirrosis sienten también una picazón intensa, debida a la
acumulación de pigmentos biliares en la piel.

– La cirrosis impide que el hígado depure la sangre de toxinas y otras sustancias


nocivas, así como de medicamentos. La acumulación de estos elementos en el
organismo altera las
funciones mentales y la personalidad del enfermo. Entre los primeros indicios de
cirrosis figuran el descuido del aspecto, los despistes, problemas de concentración
y hábitos de sueño alterados. La pérdida de conciencia o el coma son posibles
síntomas más tardíos.

– La cirrosis también puede afectar a los vasos sanguíneos

abdominales. Normalmente, la vena porta, que es un vaso de amplia capacidad,


transporta la sangre desde el intestino y el higado hasta el hígado. La cirrosis
bloquea este flujo, lo cual repercute en un aumento de la presión arterial en este
circuito (hipertensión portal). Conforme el higado se inflama, el cuerpo intenta dar
salida a la sangre a través de otros vasos sanguíneos, pero puede ocurrir que estos
vasos no sean lo suficientemente fuertes para soportar el flujo y se rompan;
entonces, el enfermo vomita sangre, signo de una situación de alto riesgo.

Diagnóstico y tratamiento
Diagnóstico El primer paso en el diagnóstico cirrosis consiste en evaluar el historial
médico del enfermo y efectuar un examen físico. La detección de un hígado
inflamado o de tamaño mayor al normal, de edema o de ascitis, así como la
presencia de síntomas de confusión mental por la acumulación de sustancias
tóxicas en el cerebro, sirven al médico para sentar el diagnóstico. Puede encargarse
una tomogra-fía computada (TC) o bien ecografías para comprobar si el tejido del
hígado tiene cicatrices. También es útil la biopsia por punción, procedimiento
mediante el cual se introduce en la piel una aguja para aspirar una muestra de tejido.
El hígado también se inspecciona con el laparoscopio, instrumento de observación
que se introduce en el organismo a través de una incisión minúscula en el abdomen.
Otro indicio de cirrosis es la presencia de telangiectasia, formación de “arañas
vasculares” en la piel, a base de redes de minúsculos vasos sanguíneos que se
dilatan, especialmente en el rostro y la parte superior del pecho.

Tratamiento El tratamiento depende del tipo de cirrosis y de lo avanzada que se


encuentre la enfermedad. El objeto es detener su evolución y, al mismo tiempo,
contrarrestar el daño infligido al hígado. Si la causa de la cirrosis es el alcohol, la
primera medida que debe tomarse es dejar de beber.

En la actualidad no existe un tratamiento para “curar” la cirrosis. La picazón se puede


tratar con medicamentos. Para el edema o la ascitis se utilizan diuréticos
(medicamentos que eliminan el exceso de sal y de agua del cuerpo). En casos
graves de disfunción hepática, es decir, cuando las células del hígado dejan de
funcionar, el transplante de hígado es la única solución.

Medidas preventivas
Los adultos que siguen una dieta nutritiva y limitan su consumo de alcohol previenen
la destrucción de células sanas en el hígado. A continuación figuran otras medidas
de utilidad para la prevención de la cirrosis hepática:

– No mezclar nunca medicamentos, especialmente los de venta libre, con el alcohol.


– Seguir al pie de la letra las indicaciones de uso de los productos químicos:
asegurarse de que están en lugares bien ventilados, no mezclar sustancias
químicas, evitar la inhalación y el contacto de productos químicos con la piel, lavar
rápidamente cualquier zona que haya sufrido una exposición accidental y utilizar
ropa de protección.

– Evitar el abuso de inhalantes de todo tipo.

– Evitar el uso de drogas intravenosas, posibles vehículos de contagio de las


variedades de hepatitis B, C, y D.

Convivencia con la cirrosis

Los enfermos de cirrosis pueden convivir muchos años con la enfermedad. Incluso
cuando surgen complicaciones, existe tratamiento. Muchos de estos enfermos han
sobrevivido con el trasplante de hígado y continúan haciendo vida normal. Los
enfermos de cirrosis deben abstenerse de beber alcohol. Se cree que la mala
alimentación, particularmente si está asociada al alcohol o al abuso de drogas, tiene
mucho que ver con la aparición de la cirrosis, aunque continúa la investigación al
respecto. Entre tanto se recomienda una dieta sana y equilibrada.

Fuentes
American Liver Foundation, 75 Maiden Ln., Ste. 603,

New York, NY, 10038

Telephone (212)668-1000

Toll-Free (800)223-0179; (800)GO-LIVER

http://www.liverfoundation.org

Primary Biliary Cirrhosis Support Group,

1430 Garden Rd., Pearland, TX 77581 http://pbcers.org/

U.S. National Digestive Diseases Information Clearinghouse,

2 Information Way, Bethesda, MD 20892-3570 Telephone (301)654-3810 Toll-free


800-891-5389 Facsimile (301)907-8906

http://www.niddk.nih.gov/health/digest/nddic.htm

Cómo tratar la cirrosis hepática


Paso a paso

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Borja Lopez
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Las personas con cirrosis hepática tienen que empezar a
cuidarse desde el mismo instante en el que se le detecta esta
enfermedad. Aparece por diferentes causas, desde el contagio
de una enfermedad como la hepatitis, hasta el abuso de
alcohol o de grasas. Actualmente no existe ningún
tratamiento para curar la cirrosis puesto que, al tratarse de
una enfermedad del hígado, muchos medicamentos no
terminan de procesarse bien en este órgano. Sin embargo sí
que es posible mejorar la calidad de vida del paciente con unos
sencillos cambios, por eso, en este artículo de unComo te
contamos cómo tratar la cirrosis hepática y poder tener una
vida mejor.
Necesitarás:
 Verduras.
 Frutas frescas.
 Pan dextrinado integral.
 Arcilla.
 Agua.
 Acelgas.
 Aceite de oliva.
También te puede interesar: Cómo tratar la congestión
hepática

Pasos a seguir:
1
La cirrosis hepática consiste en el endurecimiento del tejido
hepático y trae como consecuencia la pérdida de las funciones
del hígado. En el hígado pueden suceder dos cosas, puede
aumentar de volumen o, por el contrario, puede reducirse. Las
causas de esta enfermedad se deben a los excesos de comida,
el alcohol y otras intoxicaciones y a la edad.
2
Entre los síntomas de la cirrosis los más frecuentes entre los
pacientes de esta enfermedad son: dolor en el costado derecho
de su tronco, gran palidez en su piel, debilidad generalizada,
dilatación de las venas de debajo de la piel abdominal,
hinchazón de las extremidades inferiores, inflamación de las
encías, diarrea o hemorroides entre otros síntomas.
3
Lo primero que debes saber es que la cirrosis no tiene cura,
el daño que sufre el órgano es irreversible aunque sí que
podemos frenar su avance y seguir algunos consejos y hábitos
de vida que harán que nos encontremos mejor. La progresión
de la enfermedad es lenta y, para conseguir paliar los estragos
de la misma, es imprescindible que un médico te dé las
directrices que debes seguir. En este artículo de unComo te
contamos por qué no se puede curar la cirrosis.
4
Aunque la cirrosis es incurable, sí que existen algunas medidas
que pueden hacer que el dolor sea menor y la afectación al
órgano sea menos intensa. A continuación te detallamos
cómo tratar la cirrosis hepática con unos cambios en tus
hábitosde vida que conseguirán que vivas de una manera más
saludable:
 Abandona totalmente el consumo dealcohol.
 No tomes muchos medicamentos solo los que el médico te
recete ya que, al no funcionar correctamente el hígado,
muchos de los medicamentos no se pueden eliminar bien del
organismo.
 Llevar una vida saludable para disponer de un sistema
inmunológico fuerte y estar prevenido contra enfermedades
importantes. Sobre todo debes vacunarte contra la hepatitis A
y B y evitar la neumonía.
 Frutas, verduras y cereales de manera abundante en tu
dieta. Estos ingredientes poseen unas cantidades elevadas de
nutrientes que ayudarán a que nuestro cuerpo esté más sano
y fuerte.
 Nada de sal en las comidas para evitar la acumulación de
líquidos en unComo te contamos cómo sustituir la sal al
cocinar.
 Menos proteínas en tu alimentación ya que este grupo de
alimentos pueden hacer que se desarrolle una en
encefalopatía hepática.
La buena alimentación es importante para cuidarte si tienes
cirrosis por eso, en este artículo te detallamos cómo comer si
tienes cirrosis indicándote cuáles son los alimentos más
aconsejados para mejorar el estado de tu hígado.
5
Como ves, no existe un tratamiento específico medicinal para
la cirrosis puesto que, como ya te hemos comentado, es
necesario no abusar de las medicinas porque nuestro órgano
puede no procesarlas correctamente. La manera más frecuente
de tratar la cirrosis consiste en hacer untrasplante de
hígado ya que es la única manera de terminar de manera
definitiva con esta enfermedad.
Normalmente, el médico aconsejará esta intervención cuando
la cirrosis esté en un estadio avanzado y haya riesgo de que el
hígado pueda dejar de funcionar. Esta operación es tan común
que la técnica ha mejorado considerablemente y el porcentaje
de éxito se encuentra en el 90% de los casos. Sin embargo, si
la causa de la aparición de la cirrosis ha sido debido a la
hepatitis viralentonces puede ser que el trasplante no sea
definitivo y que la enfermedad reaparezca en el nuevo hígado.

Este artículo es meramente informativo, en unCOMO no


tenemos facultad para recetar ningún tratamiento médico ni
realizar ningún tipo de diagnóstico. Te invitamos a acudir a un
médico en el caso de presentar cualquier tipo de condición o
malestar.

Si deseas leer más artículos parecidos aCómo tratar la


cirrosis hepática, te recomendamos que entres en nuestra
categoría de Enfermedades y efectos secundarios.

Consejos
 Si la cirrosis no está en fases muy avanzadas, siguiendo el
tratamiento que te hemos contado a lo largo de éste artículo,
conseguirás autoregenerar y activar las funciones de tu
hígado.

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