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La contaminacion de interiores

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La contaminacion de interiores

La contaminación de interiores afecta a millones de personas.


MIXA/Getty Images

Por Luz Guerrero

Actualizado 15 de febrero de 2017

¿Qué es la contaminación de interiores?


La contaminación de interiores es la acumulación de contaminantes en los espacios
encerrados como los edificios (casas, oficinas, fábricas, etc.) y vehículos (coches, aviones,
trenes, autobuses, etc.). Los contaminantes pueden originar en el exterior y atraparse
adentro, o se pueden provenir de los materiales y procesos que existen en el interior.

¿Por qué es importante la contaminación de interiores?


Actualmente la mayoría de la población mundial vive en ciudades.

Vivimos, trabajamos y viajamos en espacios encerrados y cada vez estamos menos tiempo al
aire libre. Hoy en día pasamos aproximadamente el 90% de nuestro tiempo adentro, sin
poner atención a los contaminantes que nos rodean. ¿Sabías que el aire en los espacios
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cerrados es entre dos y cinco veces más contaminado que el aire exterior? Además, las
personas más susceptibles a las consecuencias de la contaminación de interiores son las
mismas personas que pasan más tiempo adentro, por ejemplo los bebés, los ancianos y las
personas con enfermedades crónicas.

Síntomas y consecuencias de la contaminación de interiores


La contaminación de interiores afecta tu organismo dependiendo del tipo de contaminante.
Algunos contaminantes pueden afectar el funcionamiento del sistema nervioso o la
producción de las hormonas. En este tipo de casos, los efectos no se notan al principio sino
que las sustancias se acumulan en el cuerpo hasta llegar a un nivel que provoca daños
serios.

La contaminación de interiores puede provocar problemas que aparecen misteriosamente y


parecen no tener origen; a veces son cambios sutiles que pasan desapercibido o se
atribuyen a otra causa. Por ejemplo, si cada vez que entras tu casa o tu oficina empiezas a
sentirte cansado, de mal humor y con un poco de nauseas, puede ser debido a la
contaminación de interiores.

Aunque algunas de las síntomas también se pueden deber a alguna reacción psicológica al
lugar, la contaminación de interiores es la única causa de una condición conocida como el
Síndrome del Edificio Enfermo. Sus síntomas incluyen:

Dolor de cabeza
Cansancio
Irritación de los ojos, nariz y garganta
Alergias, asma y otros problemas respiratorios
Falta de aire o sensación de ahogo
Congestión nasal
Tos y estornudo
Dificultad para concentrarse
Pérdida de memoria
Mareo
Nausea
Depresión

Si crees que puedes estar sufriendo debido a la contaminación de interiores, debes solicitar
el apoyo de profesionales capacitados en detectar los contaminantes más comunes para
que hagan una evaluación de las posibles fuentes de contaminación en tu alrededor.

Fuentes de contaminación de interiores


Aparte de la contaminación del aire que entra del exterior y se concentra adentro, hay
muchas fuentes de contaminación que originan en el interior. Los materiales de
construcción, químicos que se aplican a los muebles en su manufactura, limpiadores y
aromatizantes, productos de higiene y belleza, polvo, humo y gases tóxicos, mascotas, plagas

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domésticas, moho y bacterias todos pueden provocar problemas de salud, pero por lo
regular llega a ser problemático cuando hay muchas fuentes de contaminación en el mismo
espacio o cuando existen problemas de circulación de aire.

En estos casos la concentración de los contaminantes sobrepasa la capacidad del cuerpo


para purificarse. Además, algunos individuos son más sensibles a la contaminación y pueden
sentir los efectos mucho antes que otras personas. Es especialmente importante estar
consciente de la contaminación de interiores cuando se trata de personas sensibles, bebés,
niños, mujeres embarazadas, ancianos y personas que padecen de problemas respiratorios
o inmunes. Algunos contaminantes que comúnmente se encuentran en los interiores, junto
con sus fuentes, son:

Humo, monóxido de carbono, dióxido de nitrógeno y químicos cancerígenos:


Chimeneas, estufas de leña, cigarros, puros, pipas, coches (gases de escape que entran
de la cochera por debajo de la puerta). Las estufas de gas, los calentadores de agua y
algunos sistemas de calefacción también despiden monóxido de carbono.

Ozono: Cartuchos de impresora o copiadora, aerosoles, aromatizantes.


Moho: Fugas de agua dentro de las paredes, falta de circulación del aire y demasiada
humedad conducen al crecimiento de moho. Los sistemas de control de clima y
humidificadores mal mantenidos también pueden albergar moho y dispersarlo en todo
el espacio interior. El moho provoca problemas respiratorios y alergias.
Caspas y pelos de animal: Mascotas
Retardantes de llama: Son químicos tóxicos que dan un tratamiento ignífugo. Se
encuentran en los colchones, tejidos, cojines, asientos de coche y de avión.
Ftalatos y Bisfenol A: Químicos que afectan el sistema reproductivo y la producción y
equilibrio de las hormonas. Se encuentran en los productos de plástico, pisos de vinilo,
films para envolver alimentos, el interior de las latas de aluminio, pegamentos,
barnices, productos electrónicos, sartenes antiadherentes (de teflón) y productos de
belleza.
Formaldehido: Es un gas tóxico emitido por los muebles de contrachapado y de
madera conglomerada, alfombras, aparatos electrónicos, pegamentos y ciertos
materiales utilizados para aislamiento como la espuma de urea formaldehido.
Plaguicidas: Los insecticidas y fungicidas no son tóxicos solamente para las plagas,
también son dañinos para nosotros. Algunas alfombras y las telas de algunos muebles
contienen fungicidas. Los plaguicidas contaminan el interior cuando se aplican adentro
y también entran del exterior en la tierra que queda pegada a los zapatos.
Radón: Es un gas radioactivo emitido naturalmente por algunos tipos de roca. Entra la
casa filtrándose por el suelo, especialmente si hay grietas en el cimiento o el piso de la
casa. El gas de radón duplica tu riesgo de desarrollar cáncer de pulmón. Los fumadores
son especialmente susceptibles por el hecho de que ya tienen un mayor riesgo de
cáncer, entonces la combinación del humo de cigarro y el gas de radón produce una
probabilidad muy alta de desarrollar cáncer.
Asbesto: El polvo de asbesto es muy peligroso y se ha prohibido en muchos países. Sin
embargo, se puede encontrar en construcciones viejas y también se sigue utilizando en

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algunos países en vías de desarrollo. El asbesto se utilizaba comúnmente en el
aislamiento de los edificios, las tejas de techo y loseta, pisos de vinilo, cortinas y en
algunas piezas de coche como las pastillas de freno y el embrague.

Polvo y ácaros: Provocan alergias en muchas personas. El polvo se acumula en las


alfombras y los ácaros se encuentran en los muebles, cortinas, etc. Más información
sobre los ácaros aquí.
Plomo: El plomo es uns neurotoxina que se encuentra en las pinturas viejas. Se libera
en forma de polvo cuando la pintura empieza a quebrar y deshacerse. El plomo, junto
con otros metales pesados como el mercurio, también puede entrar al interior con la
tierra que queda pegada a los zapatos.
Bacterias y otros agentes patógenos: Los interiores acumulan microorganismos que
causan problemas de salud, por ejemplo los virus que causan enfermedades
respiratorios como la influenza (gripe). Esto puede ser un problema importante en
lugares donde hay mucha gente en un espacio relativamente pequeño, especialmente
cuando no hay un sistema de ventilación adecuado, por ejemplo en los aviones,
oficinas, hospitales, escuelas, dormitorios, etc.
Otras fuentes de contaminación en el interior: Actividades que utilizan químicos
que despiden olores fuertes contribuyen a la contaminación de interiores, por ejemplo
las pinturas, solventes, resinas, pegamentos, etc. Los olores fuertes son un buen señal
que algún compuesto se está dispersando en el aire.

Cómo evitar la contaminación´de interiores: Prevención y soluciones


Hay tres estrategias principales para reducir o eliminar la contaminación de interiores.

1. La solución más eficaz para la contaminación de interiores es eliminar la fuente de la


contaminación o reducir la cantidad de contaminantes que emite.
2. Mejorar la ventilación del espacio permite la entrada de aire fresco, reduciendo la
cantidad de contaminación. Abre las puertas y ventanas lo más que sea posible; utiliza
abanicos y ventiladores para mover el aire; instala un sistema de control de clima que
jala aire de afuera. Es indispensable tomar estos pasos cuando hay una situación de
alta contaminación temporal, por ejemplo cuando se está pintando la casa o durante
las primeras semanas después de que se haya realizado una renovación del espacio.
3. Como último recurso es posible utilizar un filtro de aire natural o artificial. La mayoría
de las máquinas que filtran el aire no hacen lo suficiente para mejorar la
contaminación de interiores. Normalmente estos aparatos no quitan los gases tóxicos
y su función es bastante limitado. Sin embargo, en algunos casos pueden servir, por
ejemplo para reducir la cantidad de caspas y pelos de las mascotas. Hay muchas
plantas que filtran el aire, quitando gases como el formaldehido y otros contaminantes.
Puedes colocar varias plantas en maceta en el espacio para reducir la contaminación,
recordando que primero se debe eliminar la fuente de contaminación y mejorar la
circulación de aire lo más que sea posible.

Para evitar la acumulación de contaminantes en tu casa, sigue estos pasos sencillos:

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Abre las ventanas lo más que se pueda. En días cuando hace mucho calor o frío,
puedes abrir las puertas y ventanas durante 10 minutos en la hora más agradable del
día, utilizando abanicos para mejorar la circulación del aire.
Compra productos no tóxicos y evita el uso de productos químicos: usa limpiadores no
tóxicos, aromatizantes naturales y elimina las plagas con métodos eco-amigables.
Opta por materiales que no despiden compuestos orgánicos volátiles: sigue estos
consejos para eliminar el plástico de tu vida. Elimina las alfombras. Evita los muebles y
productos de aserrín prensado y madera conglomerada. Lee las etiquetas de los
colchones, sofas y cojines, dando preferencia a los productos que no se han tratado
con repelentes de fuego ni fungicidas.
Procura mantener el nivel de humedad menor que 50%.
Quita tus zapatos al entrar la casa y realiza una limpieza profunda del hogar una vez al
mes.
Incorpora plantas en maceta en tu casa u oficina. Estas seis plantas se recomiendan
para purificar el aire.

Más información (en inglés) sobre el contaminación de interiores se encuentra aquí.

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