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Es una forma grave de maltrato infantil causada por una sacudida violenta de un
bebé o de un niño.
Consideraciones
El síndrome del niño maltratado puede presentarse incluso con una sacudida de
sólo 5 segundos.
Las lesiones ocasionadas por sacudir a un bebé en la mayoría de los casos
ocurren en niños menores de 2 años, pero se pueden observar en niños de hasta
5 años de edad.
Cuando un bebé o un niño pequeño es sacudido, su cerebro rebota contra el
cráneo. Esto puede ocasionar hematoma cerebral (contusión cerebral),
inflamación, presión y sangrado dentro del cerebro. Las venas grandes que se
encuentran a lo largo de la parte exterior del cerebro pueden romperse,
ocasionando más sangrado, inflamación y aumento de presión. Esto fácilmente
puede causar daño cerebral permanente o la muerte.
Sacudir a un bebé o a un niño pequeño también puede causar otras lesiones,
como daño en el cuello, la columna y los ojos.
Causas
En la mayoría de los casos, un padre, una madre o un cuidador en un momento de
enojo sacude al niño para castigarlo o calmarlo. Estas sacudidas la mayoría de las
veces suceden cuando el bebé está llorando inconsolablemente y el frustrado
cuidador pierde el control. Muchas veces, el cuidador no tenía el propósito de
hacerle daño. No obstante, esta es una forma de maltrato infantil.
Las lesiones tienen más probabilidades de suceder cuando el bebé es sacudido y
luego su cabeza golpea algo. Incluso un objeto suave, como un colchón o una
almohada, puede ser suficiente para lesionar a los recién nacidos y los bebés
pequeños. Los cerebros de los niños son más suaves, los ligamentos y músculos
de sus cuellos son débiles y sus cabezas son grandes y pesadas en comparación
con sus cuerpos. El resultado es un tipo de latigazo cervical, similar al que se
observa en algunos accidentes automovilísticos.
El síndrome del niño maltratado no se ocasiona por dar saltos suaves, balancearlo
mientras se juega, levantarlo en el aire o al trotar con él cargado. De la misma
manera, es muy poco probable que este síndrome se presente a causa de
accidentes como caerse de una silla, rodar por las escaleras o caer
accidentalmente de los brazos de alguien. Las caídas pequeñas pueden ocasionar
otro tipo de traumatismos craneales, aunque con frecuencia son menores.
Síntomas
Los síntomas pueden variar, yendo de leves a graves. Pueden incluir:
Convulsiones (crisis epiléptica)
Disminución de la lucidez mental
Irritabilidad extrema u otros cambios en el comportamiento
Letargo, adormecimiento, ausencia de sonrisa
Pérdida del conocimiento
Pérdida de la visión
Paro respiratorio
Piel pálida o azulada
Alimentación deficiente, falta de apetito
Vómitos
Es posible que no haya signos físicos de lesiones, como hematomas, sangrado o
hinchazón. En algunos casos, esta afección puede ser difícil de diagnosticar y es
posible que no se encuentre durante una consulta médica. Sin embargo, las
fracturas en las costillas son comunes y se pueden observar en una radiografía.
Un oftalmólogo puede detectar sangrado por detrás del ojo del bebé
o desprendimiento de retina. Sin embargo, hay otras causas para este tipo de
sangrado y se deben descartar antes de hacer un diagnóstico de síndrome del
niño maltratado. Asimismo, se deben tener en cuenta otros factores.
Primeros auxilios
Llame al número local de emergencias (como el 911 en los Estados Unidos). Es
necesario tratamiento de emergencia inmediato.
Si el niño deja de respirar antes de que llegue la ayuda de emergencia, comience
a administrarle RCP.
Medidas que se deben tomar si el niño está vomitando:
Si cree que no hay una lesión en la columna, voltee la cabeza del niño hacia un
lado para evitar que se ahogue y se broncoaspire con vómito (aspiración).
Si cree que hay una lesión en la columna, gire con cuidado todo el cuerpo del niño
hacia un lado al mismo tiempo (como girando un tronco), protegiendo el cuello
para prevenir ahogamiento y aspiración.
No se debe
No levante ni sacuda al niño para despertarlo.
No trate de administrarle nada al niño por la boca.
Prevención
Nunca sacuda a un bebé o niño, ni al jugar ni por enojo. Incluso sacudirlo
suavemente puede llegar a convertirse en una sacudida violenta, cuando se está
enojado.
No cargue a su bebé durante una discusión.
Si usted comienza a molestarse o enojarse con su bebé, coloque al bebé en la
cuna y salga del cuarto. Trate de calmarse. Llame a alguien para que le ayude.
Llame a un amigo o a un familiar para que venga y se quede con el niño si usted
se siente fuera de control.
Para buscar ayuda y orientación, póngase en contacto con la línea local para el
manejo de crisis o la línea de maltrato al menor.
Busque la ayuda de un terapeuta y asista a clases sobre la crianza de los hijos.
No ignore las señales si sospecha que un niño es víctima de maltrato en su hogar
o en el hogar de alguien conocido.
Nombres alternativos
Síndrome del bebé sacudido; Latigazo cervical - bebé sacudido
Síntomas
SIGNOS DE MALTRATO FÍSICO
Los signos de maltrato físico en un niño incluyen:
Cambio repentino en el comportamiento o rendimiento en la escuela
Estado de alerta, en espera de que algo malo suceda
Mal comportamiento
Salir de casa temprano, llegar a casa tarde y no querer ir a casa
Temor cuando se le acerca un adulto
Otros signos incluyen lesiones sin explicación o una rara explicación de las
lesiones, como:
Ojos morados.
Fracturas óseas inexplicables o inusuales.
Marcas de contusiones o hematomas con forma de manos, dedos u objetos (como
un cinturón).
Hematomas o contusiones en áreas donde las actividades normales de la infancia
no ocasionarían este tipo de lesiones.
Fontanelas prominentes (puntos blandos) o suturas separadas en el cráneo de un
bebé.
Quemaduras (escaldaduras) que usualmente se ven en las manos, los brazos o
las nalgas del niño.
Marcas de estrangulación alrededor del cuello.
Quemaduras hechas con cigarrillo en áreas expuestas o los genitales.
Marcas circulares alrededor de las muñecas o tobillos (signos de torsión o
ataduras).
Marcas de mordeduras humanas.
Marcas de látigos.
Pérdida inexplicable del conocimiento en un niño.
Signos de advertencia de que un adulto puede estar maltratando a un niño:
No puede explicar o da explicaciones raras para las lesiones del niño
Habla del niño de manera negativa
Utiliza disciplina fuerte
Fue un niño maltratado
Problemas de alcohol o drotas
Problemas emocionales o enfermedad mental
Mucho estrés
No se preocupa por el cuidado o la higiene del niño
No parece querer al niño ni preocuparse por él/ella
Tratamiento
AYUDE A UN NIÑO MALTRATADO
Aprenda acerca de los signos del maltrato infantil. Reconozca cuando un niño
podría ser maltratado. Busque ayuda pronto para un niño maltratado.
Si cree que un niño está siendo abusado, comuníquese con un proveedor de
atención, la policía o los servicios de protección infantil en su ciudad, condado o
estado.
Llame al número de emergencias (911 en Estados Unidos) para cualquier niño
que se encuentre en peligro inmediato debido al maltrato o negligencia.
También puede llamar a la Línea directa nacional de abuso infantil Childhelp 1-
800-4-A-CHILD (1-800-422-4453). Los asesores de crisis están disponibles 24
horas al día, los 7 días de la semana. Los intérpretes están disponibles para
ayudarle en 170 idiomas. El asesor telefónico puede ayudarle a saber qué pasos
debe tomar a continuación. Todas las llamadas son anónimas y confidenciales.
CÓMO OBTENER AYUDA PARA EL NIÑO Y LA FAMILIA
El niño podría necesitar tratamiento médico y asesoramiento. Los niños
maltratados pueden estar lastimados gravemente. Los niños también podrían
tener problemas emocionales.
Los grupos de asesoramiento y apoyo están disponibles para los niños y para los
padres abusivos que quieren recibir ayuda.
Hay departametnos o agencias estatales y gubernamentales que son
responsables de la protección de los niños menores de 18 años. Las agencias de
protección infantil usualmente toman una decisión de si el niño debe ir a un hogar
de cuidado temporal o puede regresar a casa. Las agencias de protección infantil
generalmente hacen un esfuerzo por reunir a las familias cuando es posible. El
sistema varía de un estado a otro, pero usualmente incluye un tribunal de familia o
un tribunal que maneja casos de abuso infantil.
Nombres alternativos
Síndrome del niño maltratado; Abuso físico – niños
Maltrato emocional
El maltrato emocional o psicológico se da en aquellas situaciones en las que los
individuos significativos de quienes depende el sujeto lo descalifican, humillan,
discriminan, someten su voluntad o lo subordinan en distintos aspectos de su
existencia que inciden en su dignidad, autoestima e integridad psíquica y moral.
Definición
El maltrato emocional o psicológico se da en aquellas situaciones en las que los
sujetos significativos de quienes depende el maltratado lo hacen sentir mal,
descalificado, humillado, discriminado, ignorando o menoscabando sus
sentimientos, sometiendo su voluntad o subordinándolo en distintos aspectos de
su existencia que inciden en su dignidad, autoestima o integridad psíquica y moral.
Ejemplos de maltrato emocional son el abandono emocional, la falta de empatía,
la descalificación, la violencia verbal, los insultos, las amenazas, el control
excesivo, la extorsión afectiva, la culpabilización, la presión económica, los
sarcasmos, la coerción, las críticas destructivas, el desprestigio de los vínculos del
sujeto (descalificación de sus amistades, familiares o pareja), el aislamiento
emocional, las burlas y cualquier tipo de castigo que no sea físico.
El maltrato emocional puede venir acompañado de maltrato físico o no, pero
cuando existe maltrato físico siempre se combina con el maltrato emocional. 1
Consecuencias
Las consecuencias pueden ser sentimientos de humillación, vergüenza o
culpa, depresión, baja autoestima, inestabilidad del sueño con
pesadillas, automutilación, extrema dependencia
afectiva, anorexia, bulimia y drogodependencia. Se puede llegar incluso a intentos
de suicidio.
En el caso de los niños, el maltrato infantil se da porque los adultos significativos
de los que depende el niño, es decir, sus padres o sus maestros o profesores o
tutores, no establecen un vínculo positivo que estimule al niño y le proporcione
bienestar emocional y psicológico. El niño maltratado padece descuido por parte
de dichas figuras adultas quienes no lo protegen y no lo estimulan adecuadamente
ni responden a sus necesidades afectivas y psíquicas. Las consecuencias pueden
ser retraso madurativo, accidentes frecuentes, trastornos de
aprendizaje, trastornos psicosomáticos y depresión. 2
Indicadores
Algunos síntomas del maltrato emocional en los niños pueden ser los tics, miedos,
fobias, llantos excesivos, temores de salir o de ir a la casa o a la escuela, comerse
las uñas, tartamudeo, falta de interés en la escuela o de curiosidad, abulia,
excesiva pasividad o hiperkinesia, agresividad y negativismo.3
El maltrato emocional puede darse tanto en la familia, violencia doméstica, como
en la pareja, violencia de pareja, tanto en la escuela como en el trabajo.4
Maltrato por abandono y/o negligencia
El abandono infantil también es un tipo de maltrato hacia los niños pues son todas
aquellas conductas inapropiadas por parte de los padres o tutores hacia los niños.
Este tipo de violencia se caracteriza por la falta de atención que requiere un niño
así también como el descuido y desatención a las necesidades básicas de los
niños. Ejemplo de ello es cuando los padres o tutores de manera intencional no se
le proporcionan al niño de alimento, agua, vivienda, vestido, atención médica u
otras necesidades básicas que pongan en riesgo la vida o integridad del menor.
Tipos de abandono
El abandono emocional es ignorar las necesidades del niño para poder tener un
desarrollo social y emocional normal.
Causas
Causas por las que existe el abandono y/o negligencia infantil.
Las causas por la cual existen casos de abandono infantil son muchas y variadas
pues suelen ser o económicas, culturales, sociales, biológicas y de personalidad o
modelo psiquiátrico/psicológico.
Algunas son:
* Ignorancia de los padres.
* Pobreza.
* Discapacidad del tutor.
* Drogadicción y alcoholismo.
* Problemas de salud mental (una común la depresión)
* Embarazo no deseado.
Los niños y niñas que se encuentran en esta situación, al carecer del afecto
familiar no pueden establecer vínculos cercanos y estables durante su vida, les
será muy difícil relacionarse, en razón de que no tienen la estructura emocional
necesaria para vincularse. Y probablemente cuando sean adultos y tenga hijos,
también los abandonarán.
Consecuencias en el niño.
Abuso sexual
El abuso sexual es definido como cualquier actividad sexual entre dos o más
personas sin consentimiento. El abuso sexual puede producirse entre adultos, de
un adulto a un menor —abuso sexual infantil— o incluso entre menores.1
Como actividad sexual se incluye:
Acoso sexual
El besar a una persona sin tener su consentimiento puede ser interpretado como
acoso sexual en la actualidad. El acoso sexual es genéricamente la manifestación
de una serie de conductas compulsivas de solicitudes de favores sexuales con
distintas formas de manifestación dirigidas a un(a) receptor(a) sin tener su
consentimiento. Se puede aplicar a ambos sexos o personas del mismo sexo; pero
predomina comúnmente en los hombres que se mueven en ambientes de
relaciones laborales, académicos, estudiantiles, que incluyen hasta el hogar. En
muchos países es una figura delictiva punitiva que se pena según su gravedad y
que puede incluir hasta la privación de libertad.
Es una trasgresión a los derechos humanos que niega el principio de igualdad de
trato y de oportunidades en el trabajo. El acoso sexual, es una conducta que
contraviene diversas disposiciones de la Constitución Política de los Estados
Unidos Mexicanos y de la Ley Federal del Trabajo. Es además un delito tipificado
por códigos penales en el ámbito federal y en 20 entidades federativas, y una
prohibición expresa para la Administración Pública Federal según el Código de
Conducta a favor de la Equidad entre Mujeres y Hombres, establecido en el año
2003, por el gobierno del presidente Vicente Fox.
El acoso de naturaleza sexual incluye una serie de agresiones desde molestias a
abusos serios que pueden llegar a involucrar forzadamente actividad sexual.
Ocurre típicamente en el lugar de trabajo u otros ambientes donde poner
objeciones o rechazar puede tener consecuencias negativas.
Estupro
La diferencia entre abuso sexual infantil y estupro radica en que en el primero son
menores de edad que aún no tienen conciencia de en qué consiste el acto sexual
y en el estupro son menores de 18 años y mayores de 12 en el cuál el sujeto
activo obtiene el consentimiento de su víctima por medio del engaño y la
seducción. En este delito es fundamental que la víctima no pase de 18 años (esto
es según las leyes norteamericanas de varios estados —no en todos—). En la
mayoría de los países del mundo no es así; por ejemplo, en el Código Penal
Argentino artículo 119, se considera estupro al acceso sexual a una menor de 14
años. Una joven de 14 años cumplidos con su consentimiento puede tener
relaciones sexuales con otras personas de edad indefinida y mayores de 14 (en el
caso de relaciones sexuales con otras mujeres).
Síndrome de Münchhausen
No debe confundirse con Síndrome de Münchhausen por poder.
El trastorno facticio o síndrome de Münchhausen es un trastorno mental
caracterizado por los padecimientos a consecuencia de crear dolencias para
asumir el papel de enfermo. El paciente «crea» y hasta se produce autolesiones
para lograr unos síntomas físicos y/o psicológicos con conciencia de acción, pero
forzado a ello por una impulsión relacionada a su necesidad de consideración por
terceras personas de ser asistido/a. Está registrado en el DSM-IV y catalogado
en CIE-10 F68.1 como Trastorno facticio [300. xx].1
En la Clasificación de la OMS CIE 10 se define como la producción intencionada o
el hecho de fingir síntomas o incapacidades somáticas o psicológicas (trastorno
ficticio o artificial, no-natural de acuerdo con la Real Academia Española).
Es un trastorno en el que el enfermo finge síntomas de forma repetida y
consistente, en ausencia de un trastorno, enfermedad o incapacidad somática o
mental confirmados. En el plano somático el enfermo puede producirse a sí mismo
cortes o erosiones para sangrar o inyectarse a sí mismo sustancias tóxicas. La
simulación del dolor y la insistencia sobre el hecho de la presencia de sangre
puede ser tan convincente y persistente que conduzca a investigaciones e
intervenciones repetidas en varios hospitales o consultas diferentes, a pesar de la
obtención de hallazgos negativos repetidos.
La OMS lo considera «Paciente Peregrino» –de hospital en hospital– y lo distingue
de la «Simulación» (ficticio, fingido o falso).
Diagnóstico
El doctor Asher fue el primero en designar esta entidad patológica como síndrome
de Münchhausen en 1951. Esta enfermedad epónima toma su nombre no de un
investigador que la haya descubierto, sino del excéntrico Karl Friedrich
Hieronymus, barón de Münchhausen (1720-1797), quien se hizo famoso por
contar historias de aventuras fantásticas que nunca le habían sucedido, como
haber bailado en el estómago de una ballena o haber viajado a la luna.
Para ser diagnosticado es necesario que aparezca un patrón de síntomas
fraudulentos y que el paciente se presente siempre como un enfermo físico en
ausencia total de enfermedades mentales que puedan explicarlo. El paciente debe
inventar o fingir dolencias.
No se trata de una simulación porque no lo hace para conseguir un beneficio
propio o evitar responsabilidades. El simulador –falso– recibe un beneficio
secundario por su papel de enfermo y es plenamente consciente de lo que está
haciendo, como sería en el caso de querer evitar el alistamiento militar, ir a la
cárcel o cobrar un seguro médico.
En cambio el paciente diagnosticado con síndrome de Münchhausen tiene una
necesidad psicológica de asumir el papel de enfermo, lo cual implica un estatus
psicopatológico en sí mismo. Es un trastorno psiquiátrico que se caracteriza por
inventar dolencias para asumir el papel de enfermo. El paciente lo hace con
síntomas físicos o psicológicos fingidos o producidos intencionadamente. Se trata
de mentiras patológicas. El origen de su motivación y su necesidad de llamar la
atención no son conscientes para el paciente. Esto no excluye la existencia de
síntomas físicos o psicológicos verdaderos.1
Se trata de un síndrome crónico cuyo inicio suele coincidir con una primera
hospitalización por una enfermedad física real o un trastorno mental. En el historial
de estos pacientes suelen aparecer hospitalizaciones traumáticas reiteradas
durante la infancia, un vínculo importante con un médico o la presencia de un
grave trastorno de la personalidad.
Para poder diagnosticar este síndrome no debe aparecer ningún incentivo externo
o beneficio secundario que justifique los síntomas.
Síntomas
Los síntomas pueden aparecer en cualquier territorio del organismo, son variados
y su presentación sólo está limitada por los conocimientos médicos o la fantasía
del paciente.1 En ocasiones sus síntomas no «encajan» con enfermedad orgánica
alguna o las lesiones físicas se han producido de manera intencionada o simulada.
El paciente suele quejarse de dolores inespecíficos demandando analgésicos,
todo lo que se puede asociar a ideación fantástica: trastorno mental que consiste
en creer sucesos inverosímiles como realmente sucedidos. De las fantasías
proviene el nombre al síndrome.
El paciente puede describir dolores abdominales agudos, intenso dolor en el
cuadrante inferior derecho asociado a náuseas y vómitos, síntomas
gastrointestinales como diarrea, alteración de la coordinación psicomotora o del
equilibrio, parálisis o debilidad muscular localizada, dificultad para
deglutir, hemoptisis por lesiones autoprovocadas en las vías aéreas superiores,
erupciones generalizadas o abscesos provocados, hemorragias secundarias a la
ingestión de anticoagulantes que él mismo se autoadministró, infarto de miocardio,
fiebre de origen desconocido, síntomas producto de la ingestión intencionada de
medicamentos, síntomas similares a los del lupus, trastornos neurológicos como
cefaleas, mareos, pérdida de la conciencia, amnesia o pudiéndose simular un
ataque de gran mal cuando tiene antecedentes de crisis epilépticas.1 Se han
descrito casos en los que el enfermo se ha llegado a inocular el virus del HIV.
Pero los síntomas no se corresponden con los mecanismos fisiológicos conocidos
porque el paciente los puede estar copiando de otros pacientes que ha observado.
Puede tratarse de una patología física que el paciente realmente tenga y la
exagere o puede ser una patología que el paciente se haya autoproducido. 1
El paciente conoce la terminología médica y las rutinas hospitalarias pero da
respuestas terapéuticas no acordes a lo esperable y empeora cuando se lo
observa. Suele consumir grandes cantidades de analgésicos y sedantes.1
Ante la inexistencia de patología orgánica o por el hallazgo de sucesivas
autolesiones, al ser rechazado, es factible que el paciente asista a distintos
centros asistenciales para ser objeto de estudio con múltiples exploraciones o
distintas intervenciones quirúrgicas: peregrino. Es posible también que sea
admitido en otro hospital el mismo día que lo rechazaron en el primero.
En el trastorno facticio citado en el DSM IV pueden coexistir con él, síntomas
psicóticos y obsesivos graves o una combinación de signos y síntomas
psicofísicos que no se corresponden con un patrón sindrómico. Estos deben ser
diferenciados de la somatizaciones neuróticas, las cuales «imitan» de manera
inconsciente enfermedades que el paciente ha conocido. En general quien padece
un trastorno facticio suele ser muy sugestionable, llegando a admitir la existencia
de cada síntoma por el que le preguntan.
A diferencia de las neurosis y las crisis de ansiedad con referencias al cuerpo, en
el síndrome de Münchhausen predominan los signos y síntomas físicos sin el
componente angustioso (que caracteriza a las neurosis). Así el paciente pasa toda
su vida intentando ser admitido en hospitales.
Aunque el síndrome de Münchhausen se refiere específicamente a una patología
facticia (artificial) con predominio de síntomas físicos, el término se suele
generalizarse y a veces se utiliza también para referirse a otros trastornos
facticios.
Es posible que los síntomas aparezcan sólo cuando el paciente está frente al
médico. Cuando no se puede corroborar ninguna enfermedad orgánica, o bien se
la crea o comienza a inventar y quejarse de nuevas dolencias.
Como el paciente tiene una tendencia incontrolada a mentir a los médicos y una
conducta errática, muchas veces no se logra diagnosticar y por eso el paciente
deambula de hospital en hospital recibiendo distintos tratamientos. Al satisfacer la
demanda del paciente, se contribuye a perpetuar su enfermedad, pero ante el
rechazo, sólo se logra que busque otro profesional.
Esto conduce a daños sobrevenidos por iatrogenia (alteración del estado del
paciente producido por el mismo tratamiento médico) debido los efectos
secundarios adversos a tanta medicación innecesaria.
Diagnóstico diferencial