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"En cierto sentio, lo que define al arte contemporáneo es que dispone del arte del

pasado para el uso que los artistas le quieran dar".

La pregunta filosófico sobre la naturaleza del arte surgió dentro del arte cuando
los artistas insitieron, presionaron contra los límites despúes de los límites y
descubrieron que estos cedían.

Este artículo, aunque, huelga decirlo, adolece de brevedad, sugiere, por lo que
informa, ciertas interesantes tensiones en torno al fenómeno de producción
artística en nuestro país en el contexto general del arte contemporáneo, que no es,
sino, según Arthur Danto, "desde cierta perspectiva, un periodo de información
desordenada, una condición perfecta de entropía estética equiparable a un período
de una casi perfecta libertad".

En ese sentido, resulta evidentemente infructuoso aproximarnos a la pieza en


cuestión desde alguno u otro discurso anclado en los propios límites de sus
criterios demarcadores; es, pues, menester, asumir la condición propia del llamado
arte contemporáneo en nuestro análisis: la apertura hacia una infinidad de
posibilidades de expresión.

Ahora bien, "Sin título" de Alicia Wagner, nos suscita los siguientes
cuestionamientos:

a)El concurso de marras, como contexto y horizonte último de la pieza en mención.

Si bien la artista plantea su obra como un ejercicio de experimentación,


aprendizaje y atrevimiento, de constante investigación del material,
paradójicamente, y de acuerdo a su testimonio, su proyecto inicial tuvo que ser
adaptado a las medidas requeridas en las bases del concurso, lo que, a mi parecer,
desmerece su búsqueda y el resultado, porque, ¿qué esperanzas de profundidad y
complejidad podemos albergar en una pieza ADAPTADA a las medidas de un concurso?
No es, precisamente, un principio básico del arte contemporáneo - de la filosofía,
de la literatura- el de enarbolar una libertad a prueba de instituciones? Porque la
novedad como criterio de valoración es imposible de sustentar y, tomada como un
fin, no muestra sino mediocridad en los recursos.

b) Concepto: material y proceso

Entendida su labor como un quehacer de laboratorio, de disciplinado taller, se nos


presenta la posibilidad de estar ante un fortuito logro sin más mérito que el de
haber sorprendido a su autora por sobre los demás objetos descartados por el
procedimiento del ensayo y error. No obstante, se nos revela, según sus propias
palabras, una inquietud previa, una serie de intereses por lo cotidiano y por
recuperar, desde la memoria y la investigación, elementos narrativos que configuren
a partir de su obra una realidad más rica y que nos interpelen hacia la nostalgia y
el reconocimiento de nuestra peruanidad. ¿Se llega, pues, a dicho puerto?
La respuesta no puede ser sino eminentemente personal: no. Pues adolece, esta
pieza, como tantas otras con similares pretenciones, de un marcado desconocimiento,
de una simplificación utilitarista de cuestiones que requerirían un tratamiento más
atrevido aún que coger, por aquí, un poco de la tradicional cerámica de antaño,
algo de iconografía popular, un deseo clasemediero de representación de lo peruano,
y pretender que nuestra mezcla sea original y achorada.

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