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Resumen
Los enfoques del aprendizaje demarcan el camino por el cual transita el hombre para
adquirir el conocimiento. Por ello, dentro del proceso educativo adquieren una vital
importancia, ya que los mismos describen la forma y manera cómo la persona o individuo
adquiere el acto de prender. También porque son estamentos psicológicos con los cuales
los maestros pueden, de una u otra forma, dirigir, conducir y planear el acto educativo. No
obstante, este artículo se apuntala hacia la descripción y análisis comparativo de un
entramado epistemológico donde se sustenta la columna vertebral de dos enfoques del
aprendizaje más usados y controversiales del siglo XX. Estos son, de acuerdo a Bigge
(2004), el conductismo y el cognoscitivismo. Los mismos se describen como dos enfoques
que surgieron en un tiempo determinado de la historia. Sin embargo, estos contenidos
epistémicos se encuentran presentes hoy día en la programación educativa de algunos
diseños curriculares.
Abstract
The learning approaches delimit the path which man travels in order to acquire knowledge.
So, in the educational process they are of relevant importance, because they describe the
way and form how the person or individual obtains the act of learning. Also, for the reason
that learning approaches are psychological statements which teachers are able to, in one
or other way, direct, conduct and plan the educative act. Nevertheless, this article
emphasizes the comparative description and analysis of an epistemological structure
where it is supported the vertebral column of the two most common and controversial
learning approaches in the XX century. Those are according to Bigge (2004) behaviorism
and cognoscitivism. They are described as two approaches that emerged in a determined
period of time. However, these epistemic contents are present nowadays in some syllabus
designs of the educational program.
Introducción
Desde los tiempos antiguos al menos algunos de los miembros de cada sociedad
civilizada han desarrollado y probado hasta cierto punto, ideas sobre la naturaleza del
proceso de aprendizaje. Desde el siglo XVII, han surgido teorías más o menos
sistemáticas del aprendizaje, para oponerse a las teorías existentes. Por lo común, una
nueva teoría del aprendizaje no se traduce en práctica escolar hasta que transcurren de
25 a 75 años. Por otra parte, cuando una nueva teoría llega eventualmente a afectar las
normas escolares, no desplaza habitualmente a sus predecesoras, sino que sólo compite
con ellas (p.17).
Por esta razón, es relevante el abordaje epistémico de los enfoques de aprendizaje dentro
de los contenidos programáticos de toda planificación educativa. Pues, los mismos
sustentan los preceptos teóricos psicológicos en los cuales se exponen la forma y la
manera cómo los individuos o las personas adquieren el arte de aprender. No obstante, el
presente artículo sólo se remite a realizar una perspectiva comparativa entre estos dos
enfoques, como lo son el conductismo y el cognoscitivismo, ya que debido a Bigge (2004)
fueron los enfoques de mayor auge y los más controversiales dentro del proceso
educativo del siglo XX.
Se tiene, por lo tanto, a dos enfoques que surgieron en una época y en un tiempo
determinado de la historia. Sin embargo, fueron dos posturas epistémicas que
demarcaron dos campos, dos mundos diferentes y antagónicos que hasta el presente se
pueden observar tanto en la praxis educativa como en los contenidos programáticos de
ciertos diseños curriculares. Los basamentos teóricos que sustentan a estos dos enfoques
son transitados a través de la hermenéutica, ya que la misma permite la descripción, el
análisis y la comparación entre los mismos.
El enfoque conductista se deriva del término inglés que quiere decir conducta. Surge a través
de la evolución conductista iniciada por J. B. Watson (1878-1958), quien desarrolló en el año 1913
un programa según el cual la psicología debía circunscribirse al estudio de la conducta observable
y mensurable, descartando de esta manera todo lo referido a la descripción de contenidos de la
conciencia y a los datos que pudiera suministrar la introspección.
Cabe mencionar que la introspección fue el método que sentó las bases para que la psicología
comenzara a adquirir una fundamentación científica. No obstante, por ser un método basado en
una serie de aspectos subjetivos del ser humano fue rechazado por este enfoque, que fundamenta
sus preceptos sólo en la conducta observable y cuantificable de los organismos. Por ello, este
enfoque se cimenta sobre el campo de la conducta, el cual predice que todo proceso, todo evento
de aprendizaje sólo es posible a través de la práctica, de la demostración de un hecho observable.
Tal y como lo señala Porras y Sabatino (1986):
El proceso de aprendizaje se inicia cuando el sujeto capta y percibe un evento del ambiente. Una
vez dentro del sujeto, ese evento es frecuentemente procesado, bien asociado, bien categorizado,
etc. Eventualmente es exteriorizado en formas de conductas observables. (p.21)
Sin embargo, teóricos seguidores de este nuevo enfoque dieron nuevos nombres a la psicología de
la gestalt surgiendo de esta manera: la psicología configurativa, la psicología organística, la del
campo, la fenomenológica y la del campo cognoscitivo. De igual forma, percibieron al fenómeno
del aprendizaje como un factor estrechamente relacionado con el proceso de la percepción. Por
ello, definieron al aprendizaje, según Bigge (2004), como "la reorganización del modo perceptual o
psicológico del aprendizaje - su campo" (p. 71).
Este movimiento psicológico se introdujo en los Estados Unidos para el año 1912, y el teórico que
lo dio a conocer fue Max Wertheimer, de origen alemán y precursor de este nuevo paradigma
cognitivo. La psicología del campo de la gestalt significó, entonces para este teórico, un conjunto
organizado de un todo que proviene a raíz de una serie de partes. Esta teoría del campo de la
Gestalt se sustenta sobre seis leyes que fueron formuladas por este teórico y sus seguidores, las
mismas le dan a esta teoría el principio de totalidad perceptiva durante el proceso de aprendizaje.
Dentro de estas leyes tenemos las siguientes: La Ley Básica de Pragnäz, la Ley de Similitud, la Ley
de Proximidad, la Ley de Cierre, la Ley de Buena Continuación y la Ley de Membresía.
El conductismo es conceptualizado por sus seguidores como el enfoque que refiere un marco
metodológico experimental y mensurable en relación a la forma cómo el individuo aprende.
Sustenta su episteme en la conducta observable, medible y cuantificable de los seres vivos y entre
ellos fundamentalmente la del ser humano. La conducta es definida por los teóricos de esta teoría
del aprendizaje como: "cualquier actividad, movimiento, reacción o respuesta que altera la
posición del organismo o de cualquier parte del mismo en el espacio" (Diccionario de Ciencias de
la Conducta, 1984, p. 121).
En este mismo orden de ideas, Mussen, Conger y Kagan (1984) acotan que el enfoque conductista
"centra su atención sólo en la conducta manifiesta y no en la solución de problemas, mucho
menos en los deseos, sentimientos o formas de pensar" (p. 28). Estos autores aluden que en este
supuesto teórico sólo se toma en cuenta los poderes del ambiente y de la experiencia. También,
señalan la perspectiva que ellos asumen en cuanto a la formación de hábitos y creencias en los
individuos, percibiéndolos como modelos de imitación que se refuerzan o se generan a través de
castigos y recompensas.
Por ello, el aprendizaje en la persona que aprende deja de concebírsele como algo
conductual, mecanicista y condicionado, tal como lo plantean los teóricos conductistas, y
se transforma, de acuerdo al cognoscitivismo, en un proceso subjetivo propio de cada
persona y, en el cual las unicidades de ese individuo juegan un papel relevante en la
estructuración del nuevo conocimiento y en las transferencias de los mismos.
El conductismo cimenta sus preceptos sobre un sistema teórico orgánico, con el cual sus
representantes demarcan una plataforma ideológica en cuanto a la forma o manera cómo
los organismos vivos adquieren el aprendizaje y, por ende, los cambios de conductas o
comportamientos del ser humano. Todo este cambio de comportamiento según este
enfoque, se sustenta sobre un sistema receptor, el cual está conformado por los órganos
sensoriales. No obstante, estos órganos sensoriales que contienen a los extremos de las
neuronas aferentes y las células asociados, para poder cumplir con sus funciones y
modificaciones en el organismo, necesitan de un Sistema Conductor y este sistema lo
constituyen las neuronas; las mismas corresponden a las células del tejido nervioso.
Estas neuronas junto a las células nerviosas conforman la unidad fundamental del sistema
nervioso, en consecuencia, este sistema es el que permite recibir los estímulos del medio
ambiente y lo conducen por la vía aferente hasta un centro nervioso, en este caso será el
cerebro o la medula espinal; y, será desde uno de estos órganos como se enviará la
respuesta deseada que viajará por la vía eferente hasta llegar al logro de la conducta
deseada o planteada por el tipo de estimulo.
Sobre esta plataforma es que se sustentan los teóricos conductistas. Por ello, basan el
aprendizaje sobre una series de leyes, y dentro de ellas se encuentra la Ley de Asociación
emitida por Thorndike, en la cual se expone de acuerdo al diccionario Enciclopédico de
Educación Especial (1989) que se puede “obtener cualquier respuesta que sea capaz de
emitir un aprendiz, asociada a cualquier situación a la que sea sensible” (p.1939). En
consecuencia, cualquier respuesta posible puede enlazarse a cualquier estímulo.
Surge así desde esta perspectiva, el condicionamiento E-R, el mismo se divide en dos
categorías básicas. La primera llamada condicionamiento clásico, la cual no tiene
reforzamiento; y la segunda, referida como condicionamiento instrumental que sí posee un
refuerzo para que se genere la respuesta deseada. Cabe dentro de esta exposición acotar
que un acondicionamiento es, por lo general, un tipo de secuencia de estímulos y
respuestas que obtuvieron como resultado un cambio duradero o relativamente permanente
de la conducta, o también un aumento de las probabilidades de que se emita una respuesta
determinada.
Es por lo tanto el espacio vital el eje fundamental de este enfoque, ya que es a través del
mismo como el cognoscitivismo predice la conducta de una persona. Debido a que la
conducta de un individuo está determinada por su espacio vital, el cual no es otro sino su
mundo experiencial, psicológico, e imbuido de sus vivencias, creencias, valores, metas,
obstáculos, fines entre otros; y los que le caracterizarán como la persona que es.
Es pues el espacio vital un modelo cuya finalidad en este enfoque estriba en querer predecir
la conducta psicológica de una persona y, por ende, el espacio vital donde éste se
interacciona. No obstante, este espacio vital que demarca o delinea la conducta del
individuo que aprende es obtenido a través de las Estructuras Cognitivas o de los insights,
ya que los mismos representan el eje motor en el cual los individuos organizan sus
conocimientos. Por tal razón, es sobre estas estructuras donde se registran y organizan los
significados de cada concepto y estos, a su vez, conforman la unidad básica de articulación
de las estructuras cognitivas. Esto sugiere que todo individuo posee unas estructuras
cognitivas con las cuales sistematiza los eventos del mundo que le rodea. Estas estructuras
se van transformando a medida que los individuos construyen sus propios espacios vitales
en estructuras cognitivas o insights, utilizando en ello la percepción, los juicios de valores,
e incluso los procedimientos que las personas siguen para resolver sus problemas en
situaciones de aprendizaje.
En esta estructuración es donde juega un papel relevante los esquemas, ya que las
estructuras cognitivas permiten conformar nuevos conocimiento que se van alineando y
configurando sobre las estructuras cognitivas preexistentes tal y como sucede en un
rompecabezas, hasta conformar el todo unitario y el resultado de nuevos constructos o
nuevos epistemes cognitivos. En consecuencia, es a través de este proceso constructivo
como se va a conformar el espacio vital de cada persona; y para llevarlo a cabo este
enfoque lo sustenta sobre el supuesto de que las personas durante el proceso de
aprendizaje están en una constante permeabilidad perceptiva con el medio externo que le
circunda, y éstos a su vez se interaccionan e interrelacionan con las estructuras y el mundo
sensorial de la persona que aprende para construir en ellos los nuevos constructos o nuevos
conocimientos.
Paradigmas que Sustentan el Enfoque Conductista y el Cognoscitivo
Por ello, los condicionamientos son fundamentales para los teóricos conductistas, y son una
de las vías o rieles con los cuales los mismos transitan sus epistemes, posturas y creencias
en lo referente al cómo los individuos aprenden y de qué forma lo llevan a cabo. Por lo
tanto, plantean varios tipos de condicionamiento entre ellos: el condicionamiento clásico y
el condicionamiento operante e instrumental, entre otros. En relación al Condicionamiento
Clásico o Pavloviano, éste fue un tipo de condicionamiento promovido por el psicólogo
soviético Ivan Petrovich Pavlov. El cual sustentó su tesis en el reflejo (capacidad innata de
los seres vivos) y lo refirió como la respuesta involuntaria no aprendida, a un estímulo
específico y dotado de un valor adaptativo al medio.
…el mismo se lleva a cabo de la siguiente manera, la función consiste en hacer aparecer
ante un organismo dos estímulos en estrecha secuencia. Uno de ellos, llamado estímulo
incondicional (El), el cual es un estímulo con una función biológica definida que produce en
el organismo una respuesta incondicionada (RI). El otro es un estímulo neutro o indiferente,
o sea que carece de significación biológica precisa y si bien produce un reflejo difiere de
orientación o atención, no provoca respuesta específica alguna. Con la repetición de este
procedimiento, la presentación conjunta de los dos estímulos, el estímulo inconsciente
neutro adquiere la propiedad de suscitar una respuesta específica parecida, aunque
difícilmente idéntica, a la RI. Este estímulo recibe el nombre de Estímulo Condicional (BC),
y la respuesta que provoca, tras cumplir la condición del emparejamiento con el EI, se
conoce como Respuesta Condicional (RC), (p. 452).
Este teórico del campo cognoscitivo se formó primero en la biología y luego incursionó en
diferentes áreas del conocimiento como la psicología, sociología, filosofía, lingüística, entre
otras. Su teoría se estructuró sobre un episteme que tiene que ver con el conocimiento y la
forma cómo éste evoluciona en el individuo a través de períodos que distan desde el
momento de su nacimiento hasta que éste alcanza la edad adulta.
Este biólogo asumió una postura propia hacia la forma cómo el hombre adquiere el
aprendizaje y lo cimentó sobre una epistemología genética. Y en ella, Piaget (1975) refiere
que:
Existen factores biológicos ligados al sistema epigenético (interacción del genoma y del
medio físico en el transcurso del crecimiento) que se manifiestan en particular por la
maduración del sistema nervioso. Estos factores, que sin duda no deben nada a la
sociedad, juegan un papel todavía poco conocido, pero no por ello su importancia deja de
ser probablemente decisivo en el desarrollo de las funciones cognitivas (p. 63).
Desde esta postura epistemológica, Araya de Neira (2000) la describe como la teoría en la
cual se predice que “el sujeto es un sujeto epistémico, es decir, sujeto en quien el
conocimiento es posible y el conocimiento es la consecuencia del encuentro y la interacción
dinámica entre un sujeto y un objeto” (p. 95). Para desarrollar esta postura epistemológica,
Piaget utilizó herramientas científicas que le permitieron recolectar una información objetiva
y mensurable, utilizando en ello la técnica de la observación directa sobre el
comportamiento infantil, fundamentalmente en la forma cómo los niños construyen sus
conocimientos y la manera cómo éstos pasan de un estudio de menor complejidad a otro
de mayor complejidad.
Por otro lado, Piaget enfoca su teoría hacia la construcción e invención de los procesos
mentales en los seres humanos y rechaza rotundamente la postura asumida por los teóricos
conductuales cuando afirman que el sujeto aprende y obtiene el aprendizaje sólo cuando:
1) se le somete a un proceso de estímulos y respuestas; 2) a un condicionamiento o
generalización de respuestas y 3) ó a través de la observación de modelos. Contrario a este
planteamiento, Piaget centra el proceso de construcción en el hecho de que:
…los niños llegan muy pronto a tener en cuenta las fluctuaciones fortuitas, por ejemplo, a
prever que un objeto que cae puede llegar al suelo de un lado o de otro, y a evaluar ciertos
probabilidades subjetivas, por ejemplo, a prever que le costará más trabajo atravesar una
calle si ésta se halla llena de coches que si no hay casi ninguno (Piaget, 1975, p.28).
En este mismo orden de ideas, Mussen, Conger y Kagan (1989) acotan que “La asimilación
es la incorporación de un objeto a una idea o esquema que el niño ya posee” (p. 24). Aquí,
se plantea un nuevo término como es el esquema, término que es asumido por Piaget
dentro de su marco conceptual como “el resultado directo de la generalización de las
acciones mismas y no de la percepción; como tal, el esquema no es perceptible en absoluto”
(Piaget, 1975, p. 91). Por ello, los citados autores refieren al esquema como una especie
de marco o patrón de comportamiento en el cual se acoge la información entrante que
procede del medio ambiente, pero que está cambiando de modo continuó.
En cuanto al esquema, Araya de Neira (2000) lo refiere como “la forma en que se representa
el conocimiento, deben ser estructuras flexibles que se adapten a las situaciones cada vez
más complejas con que se enfrenta la persona que conoce” (p. 96). Esta autora plantea
que los esquemas se forman en primera instancia como un fenómeno biológico (reflejos
innatos) y después van evolucionando hasta que se transforman en esquemas aprendidos,
son entonces, en un principio, acciones sensorias motoras, luego se van desarrollando en
acciones mentales o representativas.
Para concluir este artículo, se considera pertinente esbozar una comparación crítica entre
los elementos más resaltantes que integran al proceso de enseñanza- aprendizaje, desde
la perspectiva de estos dos enfoques:
Concepción de la Enseñanza.
Para el conductismo los objetivos son conductuales y juegan un papel fundamental en este
enfoque, ya que es a través de ellos como se miden los resultados del aprendizaje. Por esta
razón los objetivos deben ser redactados de la siguiente manera:
1- Deben llevar una conducta final que no es más que expresar claramente el tipo de
destreza o habilidad que deberá demostrar el aprendiz al finalizar el objetivo. Se representa
a través de un verbo en infinitivo o en tercera persona.
2- Debe expresar claramente las condiciones bajo las cuales se deberá demostrar la
conducta final. Esta característica se manifiesta a través de todos los elementos que se
dan, que se permiten o prohíben en el momento de mostrar la conducta deseada.
3- Deben expresar un patrón de rendimiento que pueda ser representado por un criterio de
calidad, cantidad o tiempo.
Mientras que, para el cognoscitivismo los objetivos se estructuran bajo la óptica del cómo
se va a evaluar y cómo se va a enseñar. Estas dos variables van a la unísona, ya que
ambos procesos deben realizarse según este enfoque de manera simultaneas en el aula y
no de forma separada. Por esta razón, no habrá objetivos específicos, sino un bloque de
contenidos epistémicos abocados al desarrollo integral y multidireccional del sujeto o
persona que aprende. Estos bloques de contenidos van irrigados de ejes transversales que
son un cúmulo de valores en los cuales se deben cimentar tanto el docente como los
alumnos que integran el proceso. Los bloques de contenidos van dirigidos al logro del
desarrollo conceptual, actitudinal y procedimental del educando.
Piaget asumió una postura propia hacia la forma cómo el hombre adquiere el aprendizaje y
lo cimentó sobre una epistemología genética, en el cual según Araya de Neira (2000), “El
sujeto es un sujeto epistémico, es decir, sujeto en quien el conocimiento es posible y el
conocimiento es la consecuencia del encuentro y la interacción dinámica entre un sujeto y
un objeto” (p. 95). Para desarrollar esta postura epistemológica, Piaget utilizó herramientas
de la ciencia que le permitieron recolectar una información objetiva y mensurable, utilizando
en ello la técnica de la observación directa sobre el comportamiento infantil
fundamentalmente en la forma cómo los niños construyen sus conocimientos y la manera
cómo éstos pasan de un estudio de menor complejidad a otro de mayor complejidad.
Cabe señalar dentro del enfoque epistemológico de Piaget, una serie de etapas en las
cuales describe el desarrollo evolutivo y de maduración de la inteligencia humana.
Desarrollo que se logra con la aportación de una serie de factores que van desde el aspecto
biológico, afectivo, psicológico hasta el mundo social en el cual se interacciona el individuo
o sujeto que aprende. Se describen por lo tanto, cuatro etapas fundamentales en el
desarrollo intelectual del ser humano: la sensorio motora que va de 0 a 18 meses de edad,
la preoperatorio que oscila entre los 18 meses hasta los 7 años de edad, la de las
operaciones concretas que va desde los 7 a los 12 años de edad y, por último, la etapa de
las operaciones formales desde los 12 años en adelante. Es importante acotar que dichas
etapas son continuas y cada etapa posterior se levante sobre etapas anteriores o se deriva
de ellos.
Precepto Teórico en el cual se Sustenta el Cognoscitivismo de Jean Piaget
En este mismo orden de ideas, Mussen, Conger y Kagan (1989), acotan que “La asimilación
es la incorporación de un objeto a una idea o esquema que el niño ya posee” (p. 24). Aquí,
se plantea un nuevo término como es el esquema, término que es asumido por Piaget
dentro de su marco conceptual y el cual es definido por los citados autores, como una
especie de marco o patrón de comportamiento en el cual se acoge la información entrante
que procede del medio ambiente, pero que está cambiando de modo continuo. También
puede enfocarse como lo que puede repetirse y generalizarse en una acción.
En cuanto al esquema, Araya de Neira (2000), lo refiere como “la forma en que se
representa el conocimiento, deben ser estructuras flexibles que se adapten a las situaciones
cada vez más complejas con que se enfrenta la persona que conoce” (p. 96). Esta autora
plantea que los esquemas se forman en primera instancia como un fenómeno biológico
(reflejos innatos) y después van evolucionando hasta que se transforman en esquemas
aprendidos, son entonces, en un principio, acciones sensorias motoras, luego se van
desarrollando en acciones mentales o representativas.
No obstante, la asimilación y la formación de esquemas no se pueden percibir como algo
que sucede por separado, ya que el esquema designa las condiciones precepto-motoras
tanto del infante, como del adulto.
1. Deben llevar una conducta final que no es más que expresar claramente el tipo de
destreza o habilidad que deberá demostrar el aprendiz al finalizar el objetivo. Se representa
a través de un verbo en infinitivo o en tercera persona.
2. Debe expresar claramente las condiciones bajo las cuales se deberá demostrar la
conducta final. Esta característica se manifiesta a través de todos los elementos que se
dan, que se permiten o prohíben en el momento de mostrar la conducta deseada.
3. Deben expresar un patrón de rendimiento que pueda ser representado por un criterio de
calidad cantidad o tiempo
Por tal razón, no habrá objetivos específicos sino un bloque de contenidos epistémicos
abocados al desarrollo integral y multidireccional del sujeto o personas que aprenden. Estos
bloques de contenidos integrados, van irrigados de ejes transversales que son un cúmulo
de valores en los cuales se deben cimentar tanto el docente como los alumnos que integran
el proceso.
Los bloques de contenidos van dirigidos al logro del desarrollo conceptual, actitudinal y
procedimental del educando.
Estrategias Metodológicas
ELEMENTO. Método
CONDUCTISMO. Sólo se utiliza la técnica de la exposición por parte del docente y por el
alumno las técnicas individuales como: utilización de guías, cuestionarios, fichas, entre
otros.
ELEMENTO. Recursos
CONDUCTISMO. En esta teoría el docente utiliza el pizarrón, la tiza, el libro de texto y los
medios tecnológicos audiovisuales.
ELEMENTO. Ontología
CONDUCTISMO. En esta corriente se concibe al hombre como una materia, como un ente
cuyo ser se cimienta sobre lo real, lo objetivo, lo concreto, lo mensurable y lo visualiza desde
su campo conductual.
ELEMENTO. Epistemología
ELEMENTO. Axiología