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El juez contencioso administrativo, debido a la naturaleza de la materia sobre la que ejerce

control (la actividad de la administración pública y de los demás órganos del Poder Público
cuando ejercen materialmente función administrativa) tiene holgados poderes para
establecer en su decisión diversas circunstancias con la finalidad de conocer con mayor
amplitud los hechos que son narrados por el accionante, restablecer la situación lesionada o
para asegurar la efectiva ejecución de la sentencia. A continuación nos pasearemos por
algunas de estas especiales potestades, y revisaremos que ha señalado el máximo tribunal
del país, así como la Corte Primera de lo Contencioso Administrativo, al interpretar las
normas que regulan cada uno de estas facultades:

A. Reducción de Lapsos y Declaratoria de Mero Derecho. Emplazamiento por carteles

El artículo 135 de la Ley Orgánica de la Corte Suprema de Justicia- en adelante


LOCSJ (ley que regula también transitoriamente - en lo no expresamente derogado
por la Constitución- al máximo tribunal del país) prescribe dos circunstancias que,
aunque diferentes en sus características, producen efectos similares, esto es, la
alteración por habilitación legal de los lapsos procesales y por ende el curso normal
del procedimiento. El texto de la norma mencionada es el siguiente:

Artículo 135. A solicitud de parte y aún de oficio, la Corte podrá reducir los plazos
establecidos en las dos Secciones anteriores, si lo exige la urgencia del caso, y
procederá a sentenciar sin más trámites.

Se considerarán de urgente decisión los conflictos que se susciten entre


funcionarios u órganos del Poder Público.

La Corte podrá dictar sentencia definitiva, sin relación ni informes, cuando el


asunto fuere de mero derecho. De igual modo se procederá en el caso en que se
refiere el ordinal 6 del artículo 42 de esta Ley.

B. Poder Cautelar

Dentro de los especiales poderes que posee el juez contencioso administrativo,


uno de los más relevantes es el poder que éste tiene para suspender los efectos del
acto administrativo impugnado[4], sin embargo, este poder cautelar no debe
limitarse a dicha suspensión ni concebirse solo dentro del recurso contencioso
administrativa contra actos administrativos, sino que el juzgador tendrá la facultad
de dictar todas aquellas medidas que considere pertinentes con la finalidad de
garantizar la ejecución de la sentencia definitiva, e incluso para lograr restituir la
situación jurídica subjetiva lesionada in limini litis por la actividad de la
administración, sea cual sea la acción que se intente.
En los procesos contenciosos administrativos se pueden aplicar dos tipos de
medidas cautelares, la medida típica en este tipo de proceso cual es la suspensión
de los efectos del acto administrativo y todas aquellas medidas innominadas
necesarias para lograr la ejecución de la sentencia y que están establecidas en los
artículos 585 y 588 del CPC. En cuanto a la medida de suspensión de efectos está
prevista en los artículos 136 de la LOCSJ y 5 de la Ley Orgánica de Amparo sobre
Derechos y Garantías Constitucionales (en adelante LOADGC), aunque esta última
disposición va más allá de la mera suspensión por cuanto el juez constitucional
puede ordenar cualquier otra cosa dentro del ámbito cautelar con la finalidad de
restablecer inmediatamente la situación jurídica infringida. (Vid. Sentencia SPA-CSJ
de 1 de diciembre de 1994, caso Carlos Morana)

C. Aplicación del Procedimiento conveniente en caso de ausencia de uno aplicable.

el ítem de la aplicación del procedimiento que el juez considere conveniente para


cada caso, debe agotarse fácilmente por cuanto ésta ha sido práctica común tanto
en el Tribunal Supremo, la Corte Primera de lo Contencioso Administrativo, como
en los tribunales de instancia; creemos que ello se da por la ausencia de una ley
que regule de forma concreta los procesos dentro de la justicia administrativa.
Igualmente debemos señalar que esta facultad actualmente le está también dada
al juez laboral con ocasión de que la nueva Ley Orgánica Procesal del Trabajo
señala en su artículo 11 que el juez puede determinar los criterios para la
tramitación del proceso, aplicando analógicamente otras disposiciones procesales,
en los casos en que la ley no prevea un tramite específico.

Vale aclarar que la potestad del juez no radica en crear un nuevo procedimiento,
como lo ha venido haciendo la Sala Constitucional, sino que el juzgador debe
seleccionar para ventilar la acción propuesta algún procedimiento existente en la
ley o en otras leyes y que considere que sería apto para tramitar la acción que esta
conociendo.

Ahora bien, la facultad del juez contencioso administrativo está expresamente


establecida en el artículo 102 de la LOCSJ, que señala:
Artículo 102. Cuando ni esta Ley, ni en los códigos y otras leyes nacionales se
prevea un procedimiento especial a seguir, la Corte podrá aplicar el que juzgue más
conveniente, de acuerdo con la naturaleza del caso.

Al respecto consideramos importante reseñar una sentencia de la Sala Político


Administrativa, que adaptando las normas a las nuevas tendencias constitucionales
estableció lo que a su juicio debe ser el nuevo procedimiento para la tramitación
del amparo cautelar, no obstante eliminó el principio de inmediación básico en los
procedimientos cautelares, que creemos también tiene rango constitucional.

Apunta la Sala en la sentencia en cuestión (20 de marzo de 2001, caso: Marvin


Enrique Sierra) que el amparo constitucional interpuesto de forma conjunta con el
recurso contencioso-administrativo tiene carácter accesorio de la acción principal,
por lo tanto tiene carácter cautelar persiguiendo otorgar a la parte afectada una
protección temporal pero inmediata de sus derechos constitucionales.

D. Régimen de las Pruebas.

Es así como dentro de los poderes probatorios del juez se encuentra, según lo
dispone el artículo 126 de la Ley de la Corte Suprema de Justicia la posibilidad que
tiene de declarar mediante un auto expreso el inicio de la fase probatoria; sin
embargo, tal situación se ha interpretado por la jurisprudencia en el sentido de
abrir de pleno derecho el referido lapso probatorio.

También puede el juez, a tenor de lo dispuesto en el artículo 89 eiusdem,


solicitar declaraciones escritas a los representantes del Estado en juicio. Vale decir
que la norma se encuentra relacionada más con las llamadas prerrogativas de la
Administración, debido a que prevé la situación de que “ni las autoridades ni los
representantes legales de la República, estarán obligados a absolver posiciones ni a
prestar juramento decisorio”; pero en su defecto pueden responder por escrito las
preguntas que el juzgador estime necesario sobre los hechos relacionados
directamente con la litis. Es forzoso notar del artículo que si bien las personas en el
señaladas no están obligadas a hacerlo, nada obsta para que por acto de su propia
voluntad, accedan a rendir posiciones juradas o a prestar el juramento decisorio.
Por otro lado, debemos destacar que de ser así, el juez -además de la contraparte-
tiene la facultad de idear un cuestionario de preguntas relativo a los hechos del
caso que las personas indicadas en la norma deberán responder pero sin estar bajo
juramento.

E. Fijación de los efectos de la Sentencia, de montos en materia de responsabilidad


administrativa. El avocamiento

Dentro de las potestades que tiene el juez controlador de la actividad


administrativa, y con la finalidad de garantizar la efectividad y eficiencia de su
sentencia, éste no se limitará a declarar si el acto impugnado por el interesado está
ajustado o no a derecho, si no que además deberá fijar los efectos de la nulidad en
el tiempo. En su sentencia el juez deberá señalar si la nulidad del acto tendrá
efectos ex nunc, es decir, hacia el futuro, siendo una sentencia de carácter
constitutivo, o ex tunc, es decir hacia el pasado, siendo una sentencia de carácter
declarativo y retroactiva.

En este sentido, para Rondón de Sansó la posibilidad de precisar los efectos de


una sentencia en el tiempo, sobre todo con relación a los actos particulares, revela
la presencia de una amplia discrecionalidad del juez contencioso administrativo en
el momento en que se cierra la fase de cognición del núcleo del recurso. En esta
oportunidad, el Juez adquiere el poder de tutela del orden administrativo.

Esta potestad de disponer los efectos temporales de la sentencia por parte del
juez contencioso, se encuentra establecida, ya no en la Constitución sino en la
LOCSJ en el artículo 131, que señala lo siguiente:

En su fallo definitivo la Corte declarará si procede o no la nulidad del acto


impugnado y determinará los efectos de su decisión en el tiempo. Igualmente, la
Corte podrá de acuerdo con los términos de la respectiva solicitud, condenar el
pago de sumas de dinero y a la reparación de daños y perjuicios originados en
responsabilidad de la administración, así como disponer lo necesario para el
restablecimiento de las situaciones jurídicas subjetivas lesionadas por la actividad
administrativa.

F. Ejecución de la Sentencia.

La ejecución de la sentencia en el contencioso administrativo ha representado un


tema complejo y acucioso, tanto para la doctrina como para la jurisprudencia, pero
en todo caso su dificultad va a depender del tipo de sentencia de que se trate, sea
declarativa, constitutiva o de condena, dentro de estas últimas encontramos que el
juez puede condenar a la Administración a dar, a entregar a hacer o deshacer o por
el contrario abstenerse de hacer algo.

En esta fase del proceso es donde el particular evidencia con más fuerza una
contención donde existe una gran desigualdad de su persona con respecto a su
contrincante,33 ya que en este punto nos encontramos con la barrera de dos
principios que protegen a la Administración y en los cuáles a menudo se escuda
para desentenderse de las condenas que le son impuestas por los jueces. Tales
principios son el de Legalidad Presupuestaria, establecido en el artículo 314
constitucional y el de Inembargabilidad de los bienes públicos, previsto en el
artículo 16 de la Ley de Hacienda Pública y también en el artículo 73 del decreto
con rango y fuerza de Ley Orgánica de la Procuraduría General de la República.

Además, el deber aquí comentado para los jueces, se encuentra de igual manera
reflejado en textos legales como lo es el caso de los artículos 21 del Código de
Procedimiento Civil y el artículo 2 de la Ley Orgánica del Poder Judicial, los cuáles
establecen:

“Artículo 21: Los Jueces cumplirán y harán cumplir las sentencias, autos y decretos
dictados en el ejercicio de sus atribuciones legales, haciendo uso de la fuerza
pública, si fuere necesario…”

“ Artículo 2: La jurisdicción es inviolable. El ejercicio de la potestad jurisdiccional


de juzgar y hacer ejecutar lo juzgado, corresponde exclusivamente a los tribunales
y comprende a todas las personas y materias en el ámbito del territorio nacional,
en la forma dispuesta en la Constitución y las leyes. Las decisiones judiciales serán
respetadas y cumplidas en los términos que ellas expresen.” (negritas nuestras)

G. Admisión del Recurso y Continuación oficiosa de la causa

Otro de los poderes especiales que posee el juez contencioso administrativo, que
lo separa tajantemente del juez civil, el cual es la posibilidad de analizar los
requisitos de admisibilidad del recurso o acción en cualquier estado y grado de la
causa.
Al respecto la Sala Político Administrativa en sentencia N° 02134 de fecha 09 de
octubre de 2001 con ponencia del magistrado Hadel Mostafá Paolini, caso:
Estación de Servicio La Güiria y otra, ha ratificando la jurisprudencia que de forma
reiterada ha sostenido el Tribunal Supremo que “…la revisión de las causales de
admisibilidad, (…), procede en cualquier estado y grado de la causa por ser dichas
causales de orden público. A tal efecto, puede el Juez revisar si una acción es
admisible en cualquier momento, aun culminada la sustanciación de la causa en el
momento de dictar sentencia definitiva.” Apunta la aludida sentencia que las
causales de admisibilidad del recurso de nulidad pueden ser consideradas en
cualquier estado y grado del proceso, en el caso de marras, incluso en la segunda
instancia, “…razón por la cual dicha revisión no precluye en ningún momento”

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