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UNIVERSIDAD NACIONAL DE INGENIERÍA

FACULTAD DE INGENIERÍA MECÁNICA

TRABAJO DE BIOGRAFÍAS DE PERSONAJES ILUSTRES DE LA CIENCIA

CARBAJAL VILLAFRANCA HECTOR ANTONY

Código: 20160154K

Profesor:

Huamani Huamani Edilberto


Curso:

Electrónica

Código del Curso:

ML830

Lima-Perú
2019
ALESSANDRO VOLTA
Alessandro Giuseppe Antonio Anastasio Volta (Como, 18 de febrero de 1745-ib., 5 de
marzo de 1827) fue un químico y físico italiano, famoso principalmente por el
descubrimiento del metano en 1776 y la invención y desarrollo de la pila eléctrica en
1799. La unidad de fuerza electromotriz del Sistema Internacional de Unidades ha
llevado el nombre de voltio en su honor desde 1881.
BIOGRAFÍA
Alessandro Volta, o conde Alessandro Giuseppe Antonio Anastasio Volta, físico y
pionero en los estudios de la electricidad, nació en Lombardía, Italia, el 18 de febrero de
1745, en el seno de una familia de nobles en Como, Italia. Fue hijo de una madre noble
y de un padre de la alta burguesía. A sus siete años falleció su padre y la familia tuvo
que hacerse cargo de su educación. Desde muy temprano se interesó en la física y a
pesar del deseo de su familia de que estudiara una carrera jurídica, él se las ingenió para
estudiar ciencias. Su educación básica y media fueron de humanidades, pero al llegar a
la enseñanza superior, optó por una formación científica.
En 1774 fue nombrado profesor de física de la Escuela Real de Como. Un año después,
Volta realizó su primer invento, un aparato relacionado con la electricidad. Con tres
discos metálicos separados por un conductor húmedo, pero unidos con
un circuito exterior. De esta forma logra por primera vez, producir corriente eléctrica
continua, inventando el electróforo perpetuo, un dispositivo que una vez que se
encuentra cargado, puede transferir electricidad a otros objetos, y que
genera electricidad estática. Entre 1776 y 1778, se dedicó a la química, descubriendo y
aislando el gas de metano. Un año más tarde, en 1779, fue nombrado profesor titular de
la cátedra de física experimental en la Universidad de Pavía.
En 1780, un amigo de Volta, Luigi Galvani, observó que el contacto de dos metales
diferentes con el músculo de una rana originaba la contracción del músculo, cosa que
achacó a la aparición de una corriente eléctrica. En 1794, a Volta le interesó la idea y
comenzó a experimentar únicamente con metales, y llegó a la conclusión de que el
tejido muscular animal no era necesario para producir corriente eléctrica.
Este hallazgo suscitó una fuerte controversia entre los partidarios de la electricidad
animal y los defensores de la electricidad metálica, pero la demostración realizada en
1800 del funcionamiento de la primera pila eléctrica, certificó la victoria del bando
favorable a las tesis de Volta.
La batería eléctrica de Volta.
El 20 de marzo de 1800, Alessandro Volta, escribió a sir Joseph Banks, el entonces
presidente de la Royal Society, para anunciarle el descubrimiento de «una pila
eléctrica». Esta carta fue leída ante la Royal Society el 26 de junio de 1800, y tras varias
reproducciones del invento efectuadas por los miembros de la sociedad, se confirmó el
invento y se le otorgó el crédito de éste.
En septiembre de 1801, Volta viajó a París aceptando una invitación de Napoleón
Bonaparte, para exponer las características de su invento en el Instituto de Francia. El
propio Bonaparte participó con entusiasmo en las charlas de Volta. El 2 de noviembre
del mismo año, la comisión de científicos distinguidos por la Academia de las
Ciencias del Instituto de Francia encargados de evaluar el invento de Volta emitió el
informe correspondiente asegurando su validez. Impresionado con la batería de Volta, el
emperador lo nombró conde y senador del reino de Lombardía, y le otorgó la más alta
distinción de la institución, la medalla de oro al mérito científico. El emperador
de Austria, por su parte, lo designó director de la facultad de filosofía de la Universidad
de Padua en 1815. Sus trabajos fueron publicados en cinco volúmenes en 1816,
en Florencia.
Los últimos años de vida de Volta, los pasó en su hacienda en Camnago, cerca de Como,
donde falleció el 5 de marzo de 1827.
OBRA
Aloisius Galvani. Abhandlung über die Kräfte der Electricität bei der
Muskelbewegung (Comm. Bonon. Sc. et Art. Inst. et Acad. T. 7; 1791, título orig. De
viribus electricitatis in motu musculari commentarius), ed. A.J. von Oettingen, 2ª ed.
Repr. der Ausg. Leipzig, Engelmann, 1894 y 1900. Deutsch, Thun / Frankfurt am Main
1996, ISBN 3-8171-3052-X (contiene a: Alessandro Volta. Untersuchungen über den
Galvanismus (1796 - 1800), antes de: Ostwalds Klassiker der exakten Wissenschaften ;
vol. 52 y 118)
HONORES
Eponimia
1964: la UAI decidió en su honor llamar Volta a un astroblema lunar
El asteroide (8208) Volta también lleva este nombre en su memoria.
Voltaíta, mineral nombrado en su honor.
Voltio unidad de medida del Sistema Internacional para el potencial eléctrico, la fuerza
electromotriz y la tensión eléctrica, nombrada así en su honor. La Tensión eléctrica es
conocida popularmente con el nombre de voltaje.
Toyota bautizó como Alessandro Volta al prototipo presentado en 2004 en el Salón del
Automóvil de Ginebra
Véase también
Voltio
Pila de Volta
Electricidad
Historia de la electricidad
Pila de limón
ANDRÉ-MARIE AMPÈRE
André-Marie Ampère (Lyon, 20 de enero de 1775 - Marsella, 10 de junio de 1836) fue
un matemático y físico francés. Inventó el primer telégrafo eléctrico y, junto
con François Arago, el electroimán. Formuló en 1827 la teoría del electromagnetismo.
El amperio (en francés ampère) se llama así en su honor.
André-Marie Ampère fue un niño precoz y, antes de conocer los números, ya hacía
cálculos con ayuda de piedrecitas y migas de pan. Desde pequeño demostró ser un
genio. Siendo muy joven empezó a leer y a los doce años iba a consultar los libros de
matemáticas de la biblioteca de Lyon. Su padre, Jean-Jacques Ampère, era un ferviente
seguidor de Rousseau y, siguiendo su libro Emilio, o De la educación, le dio una
instrucción sin obligaciones: Ampère «nunca fue a la escuela» salvo para dar clases él
mismo. Su padre le enseñó ciencias naturales, poesía y latín, hasta que descubrió el
interés y el talento de su hijo para la aritmética. Desde los cuatro años ya leía a Buffon y
no retoma más que las lecciones de latín (aprendió esta lengua en unas pocas semanas)
para poder entender los trabajos de Leonhard Euler y de Daniel Bernoulli.
En 1793 sufrió una profunda depresión por la muerte de su padre quien, retirado como
juez en Lyon, se opuso firmemente a los excesos revolucionarios que llevaron al
levantamiento de la ciudad contra la Convención Nacional y al sitio de Lyon; al poco
tiempo arrestado, fue llevado a prisión y ejecutado el 25 de noviembre.
En 1796 André-Marie conoció a Julie Carron, con quien se casó en 1799. A partir de
1796, Ampère dio en Lyon clases privadas de matemáticas, química e idiomas. En 1801,
obtuvo el puesto de profesor de Física y Química (en Francia fundidas en una sola
asignatura) en Bourg-en-Bresse, en la École centrale de Ain (actualmente, preparatoria
Lalande), dejando en Lyon a su esposa y a su hijo (llamado Jean-Jacques, en honor a su
padre). Su esposa murió en 1803. Su pequeño tratado, publicado en
1802, Considérations sur la théorie mathématique du jeu (Consideraciones sobre la
teoría matemática del juego) atrajo la atención de Jean Baptiste Joseph Delambre, cuya
recomendación le permite ser nombrado profesor de Matemáticas trascendentes en la
preparatoria de Lyon (hoy en día, Escuela Ampère).
En 1804 fue nombrado profesor particular de análisis en la École polytechnique y se
instaló en París. En 1806, se casó en segundas nupcias con Jeanne-Françoise Potot,
quien murió en Versailles en 1866 a los 88 años. Tuvieron una hija llamada Albine.
En 1808 fue nombrado Inspector General de la Universidad y profesor de matemáticas
en la École Polytechnique, volviéndose más popular que el gran matemático Cauchy.
Ampère murió durante una jornada de inspección en la enfermería del liceo Thiers
de Marsella en 1836 a los 61 años. Está enterrado en el cementerio de
Montmartre en París.
Sus descubrimientos
Ampère trabajó igualmente en la matemática, concentrándose en la teoría de
probabilidades y en la integración de las ecuaciones diferenciales parciales.
En 1820, a partir del experimento de Hans Christian Oersted, estudió la relación
entre magnetismo y electricidad. Descubrió que la dirección que toma la aguja de
una brújula depende de la dirección de la corriente eléctrica que circula cerca y dedujo
de esto la regla llamada «de Ampère»: un hombre está acostado sobre un cable
conductor; la corriente, que va por convención de más a menos, lo atraviesa de pies a
cabeza; mientras observa una aguja imantada. El polo norte de esta aguja se desplaza
entonces a su izquierda. Esto es ejemplificado también en la regla de la mano derecha:
si se separan los tres primeros dedos de la mano derecha de manera que el dedo corazón
indique la dirección del campo magnético y el pulgar la del movimiento, entonces el
índice indicará la dirección por la que circula la corriente.
De las leyes de Ampère, la más conocida es la de la electrodinámica, que describe las
fuerzas que dos conductores paralelos atravesados por corriente eléctrica ejercen uno
sobre otro. Si el sentido de la corriente es el mismo en los dos conductores, estos se
atraen; si la corriente se desplaza en sentidos opuestos, los conductores se repelen.
Describe igualmente la relación que existe entre la fuerza de corriente y la del campo
magnético correspondiente. Estos trabajos fundan la electrodinámica e influyen
considerablemente en la física del siglo XIX.
Ampère interpreta el fenómeno del magnetismo con la teoría de la corriente molecular,
según la cual innumerables partículas minúsculas, cargadas eléctricamente, estarían en
movimiento dentro del conductor. Esta teoría es rechazada por los científicos de la
época y no se impone hasta sesenta años después gracias al descubrimiento del electrón.
Además de su trabajo sobre la electrodinámica, intenta explicar ciertos fenómenos
químicos con la geometría de las moléculas y emite, al igual que Avogadro, la hipótesis
de que el número de moléculas contenidas en un gas es proporcional a su volumen.
André-Marie Ampère fue titular de la cátedra de Física general y experimental
del Collège de France, sucediendo a Louis Lefèvre-Gineau y siendo reemplazado
por Félix Savart.
Inventó el galvanómetro, el primer telégrafo eléctrico y, junto a François Arago,
el electroimán. Fue gracias a Ampère que se dieron a conocer los términos corriente
eléctrica y tensión eléctrica.
Además, en la querella por la naturaleza del cloro, él fue de los primeros en abogar por
«el cloro: cuerpo simple», contra la idea entonces extendida de «cloro: compuesto
oxigenado del ácido muriático» (hoy ácido clorhídrico).
Amigo de Ballanche y de Gilles Coupier, de filosofía personalmente inquieta, Ampère
también publicó una importante clasificación de las ciencias.
Distinciones
En vida, Ampère fue reconocido por sus iguales como un erudito de primera categoría.
En 1808 Napoléon lo nombró inspector general de la recién fundada Universidad
imperial francesa
En 1814 fue elegido miembro de la Academia de Ciencias en París. Fue igualmente
miembro correspondiente de diversas academias europeas, y tenía relación con la
mayoría de los genios de su tiempo.
Homenajes
Essai sur la philosophie des sciences
En su honor, su nombre le fue dado a la unidad de corriente eléctrica, el amperio.
Es uno de los 72 científicos cuyo nombre figura inscrito en la Torre Eiffel.
Todos los años, la Academia de Ciencias concede el Premio Ampère.
Escuelas en Arlés, Lyon, Oyonnax.
Escuelas primarias en París, Grenoble, Saint-Germain-en-Laye, Nantes, Strasbourg,
Oullins, Lille, Yzeure, Saint-Étienne du Rouvray, Caluire et Cuire.
Un timbre postal fue emitido en Francia en 1936.
En París
Existe una calle con su apellido en París.
En Lyon
Una plaza y la estación de metro con más conexiones llevan su nombre.
La preparatoria de Lyon fue renombrada en 1888 Escuela Ampère.
Un laboratorio de investigación en ingeniería eléctrica, unidad mixta de investigación
del CNRS.
En Montpellier
Calle llamada André-Marie Ampère
JAMES WATT
James Watt (Greenock, Escocia, 19 de enero/ 30 de enero de 1736
Handsworth, Birmingham, Inglaterra, 25 de agosto de 1819) fue un ingeniero mecánico,
inventor escocés y químico. Las mejoras que realizó en la máquina de
Newcomen dieron lugar a la conocida como máquina de vapor de agua, que resultaría
fundamental en el desarrollo de la primera Revolución Industrial, tanto en el Reino
Unido como en el resto del mundo.
Mientras trabajaba fabricando instrumentos en la Universidad de Glasgow, Watt se
interesó en la tecnología de las máquinas de vapor y se percató de que los diseños
coetáneos desperdiciaban una gran cantidad de energía enfriando y calentando
repetidamente el cilindro. Watt introdujo una mejora en el diseño, el condensador
separado, que evitaba la pérdida de energía y mejoró radicalmente la potencia,
eficiencia y rentabilidad de las máquinas de vapor. Finalmente adaptó este motor para
producir un movimiento rotatorio, lo que amplió enormemente su uso más allá del
simple bombeo de agua.
Watt intentó comercializar su invento, pero encontró muchas dificultades financieras
hasta que se asoció con Matthew Boulton en 1775. La nueva firma Boulton & Watt
llegó a tener gran éxito y ambos se enriquecieron. Una vez jubilado, Watt continuó
inventando, pero ninguna de sus últimas creaciones fue tan destacada como la mejora de
la máquina de vapor. Watt también desarrolló el concepto de caballo de vapor,2 mientras
que la unidad de potencia del Sistema Internacional de Unidades, el vatio —W— fue
nombrada en su honor.
Biografía
Nacido en Greenock junto a la ciudad de Glasgow, su padre fue inventor naval y
contratista, mientras que su madre, Agnes Muirhead, provenía de una familia
distinguida y poseía una buena educación. Ambos practicaban el presbiterianismo y eran
miembros activos del movimiento Covenanter. Su abuelo, Thomas Watt, fue profesor de
matemáticas y magistrado de la baronía de Cartsburn.
El delicado estado de salud de James durante la infancia le impidió asistir al colegio con
regularidad, siendo educado fundamentalmente por su madre, aunque posteriormente
asistió a la escuela de Gramática de Greenock. Demostró gran habilidad manual y
aptitudes para las matemáticas, mientras que no le interesaban el latín y el griego.
Cuando tenía dieciocho años, su madre murió y su padre comenzó a tener problemas de
salud. Watt viajó a Londres y fue aprendiz de fabricante de instrumentos durante un año
(1755/1756). Luego, volvió a Escocia y se estableció en la importante ciudad comercial
de Glasgow con la intención de crear su propio negocio de fabricación de instrumentos.
Elaboró y reparó cuadrantes reflectantes de latón, reglas paralelas, balanzas, piezas para
telescopios y barómetros, entre otras cosas. Como no había trabajado
como aprendiz durante un mínimo de siete años, el Gremio de herreros de Glasgow (con
jurisdicción sobre cualquier artesano que utilizara martillos) bloqueó su solicitud, a
pesar de que no había otros fabricantes de instrumentos matemáticos en Escocia.
Watt se salvó de este impasse con la llegada desde Jamaica de instrumentos
astronómicos legados por Alexander Macfarlane a la Universidad de Glasgow, los
cuales requerían la atención de expertos. Watt los restauró para su puesta en marcha y se
le remuneró por ello. Estos instrumentos se instalaron finalmente en el Observatorio
Macfarlane. Posteriormente tres profesores le ofrecieron la oportunidad de crear un
pequeño taller dentro de la universidad. Se inició en 1757 y dos de los profesores,
el físico y químico Joseph Black y el famoso Adam Smith, se convirtieron en amigos de
Watt.
Al principio trabajó en el mantenimiento y la reparación de instrumentos científicos
utilizados en la universidad, ayudando en las demostraciones y ampliando la producción
de cuadrantes. En 1759, creó una sociedad con John Craig, un arquitecto y empresario,
para fabricar y vender una línea de productos que incluía instrumentos musicales y
juguetes. La sociedad se mantuvo durante los siguientes seis años y empleó hasta
dieciséis trabajadores. Craig murió en 1765. Finalmente, un empleado, Alex Gardner, se
hizo cargo del negocio, que siguió activo hasta el siglo XX.
En 1764, Watt se casó con su prima Margaret (Peggy) Miller, con quien tuvo cinco
hijos, dos de los cuales vivieron hasta la edad adulta: James Jr. (1769–1848) y Margaret
(1767–1796). Su esposa murió al dar a luz en 1772. En 1777, volvió a casarse con Ann
MacGregor, hija de un fabricante de tintes de Glasgow, con quien tuvo dos hijos:
Gregory (1777–1804), que se convirtió en geólogo y mineralogista, y Janet (1779–
1794). Ann murió en 1832. Entre 1777 y 1790, vivió en Regent Place, Birmingham.
Fue un miembro clave de la Sociedad Lunar. Muchos de sus escritos se conservan en la
biblioteca de Birmingham. Falleció el 25 de agosto de 1819 en Heathfield, en su casa
situada en Handsworth, Inglaterra, a la edad de 83 años.
Logros como ingeniero
Mi método para reducir el consumo de vapor, y por tanto de combustible en las bombas
de fuego, reposa sobre los siguientes principios: 1º La cámara de vapor debe, durante el
funcionamiento de la máquina, ser mantenida constantemente a la misma temperatura
que el vapor que viene a llenarla. (...) 2º En las máquinas que deben ser puestas en
movimiento por la condensación del vapor, esta condensación se efectuará en
recipientes cerrados, distintos de las cámaras de vapor, aunque en comunicación con
ellas. Estos recipientes, a los que llamo condensadores, deben, cuando la máquina está
en marcha, ser mantenidos, constantemente a una temperatura tan baja por lo menos
como el aire ambiente.
Patente de Watt (1769)
Watt inventó el movimiento paralelo para convertir el movimiento circular a un
movimiento casi rectilíneo, del cual estaba muy orgulloso, y el medidor de presión del
vapor en el cilindro a lo largo de todo el ciclo de trabajo de la máquina, mostrando así
su eficiencia y ayudándolo a perfeccionarla.
Watt contribuyó sobremanera al desarrollo de la máquina de vapor, convirtiéndola, de
un proyecto tecnológico, a una forma viable y económica de producir energía. Watt
descubrió que la máquina de Newcomen estaba gastando casi tres cuartos de la energía
del vapor en calentar el pistón y el cilindro. Watt desarrolló una cámara de condensación
separada que incrementó significativamente la eficiencia. Hasta el momento, ese fue
uno de los mejores desarrollos de la historia.
Watt se opuso al uso de vapor a alta presión, y hay quien le acusa de haber ralentizado el
desarrollo de la máquina de vapor por otros ingenieros, hasta que sus patentes expiraron
en el año 1800. Junto a su socio Matthew Boulton, luchó contra ingenieros rivales
como Jonathan Hornblower, quien intentó desarrollar máquinas que no cayeran dentro
del ámbito, extremadamente generalista, de las patentes de Watt.
Él creó la unidad llamada caballo de vapor para comparar la salida de las
diferentes máquinas de vapor. Todavía se utiliza, sobre todo en los vehículos.
BIBLIOGRAFÍA
 https://es.wikipedia.org

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