En busca de la Inteligencia Contextual- Pedro Gómez Piqueras @pf_gomez
EN BUSCA DE LA le toco crecer, Martin disfrutaba leyendo
INTELIGENCIA CONTEXTUAL
Pedro Gómez Piqueras
…………………………………………………………………
Noche fría del mes de Diciembre, en un
humilde hogar de una pequeñita población
interior, Martin yace en su cama. Su cuerpo
arrugado y castigado por los 71 años de su
vida apenas logra moverse. Hace 7 años se
desvinculó del trabajo que le había dado
sustento durante los últimos 45 años. Hace
tan sólo 5 le arrancaron la pasión que le
mantenía vivo desde el principio de sus
días: el fútbol.
Los médicos y la vida ya no apostaban por
él pues la ciencia y la estadística sostenían
que la rara, rápida y fulminante
enfermedad degenerativa que padecía
acabaría con su feliz transito en un breve
periodo de tiempo. Aunque Martín en su
interior comprobaba como poco a poco iba
perdiendo la capacidad para realizar
actividades fundamentales (ya apenas
podía respirar por sí mismo), siempre fue
un poco reacio con la cuestión científica.
No le gustaba generalizar y aplicar
relaciones causales similares a todo el
mundo. Él solía decir que cada persona,
cada momento y cada lugar eran
diferentes, y que cada cual respondía de
una manera distinta a las cosas que
sucedían en función de lo que envolviera al
momento. (Sus amigos siempre le decían
que era un tío “muy filosófico”, y la verdad,
no les faltaba razón). Desde muy joven y
pese a las dificultades del momento en que
2013
los libros que su padre conservaba. No le
importaba el contenido, no tenía
preferencias..simplemente leía, leía y leía.
Cuando no leía, daba patadas al balón con
sus amigos, ajeno por aquel entonces a la
importancia que este deporte tendría a lo
largo de toda su vida.
Marta, su compañera de viaje desde el
colegio, no se resignaba a perderle e
intentaba que Martín en todo momento
estuviese cómodo y sobre todo lúcido,
pues por momentos la enfermedad
impedía a nuestro amigo mostrar síntomas
de existencia….Él, mientras pudo hablar,
los llamó “momentos de reflexión” y
seguramente algo de eso tenían.
Resultaba curioso que en el televisor que
descansaba sobre una pequeña mesita
cercana a su cama a todas horas se estaba
reproduciendo un partido de fútbol, sobre
todo porque una de las funciones que
Martín había perdido casi en su totalidad
era su visión.
Marta había comprobado que por alguna
extraña razón cuando en el televisor
aparecía algún sonido de euforia o
emoción durante el transcurso de alguna
retransmisión futbolística a Martín le
cambiaba la expresión de la cara. Era
extraño. Parecía una sonrisa escondida. Y
así, Marta decidió colocar con la ayuda de
su único hijo un reproductor DVD junto al
televisor y reproducir sistemáticamente
(siempre que no diesen un partido actual
en abierto), durante las horas que su
marido permanecía despierto, aquellos
encuentros que este conservaba guardados
de su época como entrenador de fútbol y
que visualizaba repetidamente con el
ánimo de comprender mejor este deporte
Página
(Marta decía que esa era la única
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enfermedad que Martín había padecido y
padecería).
Habían sido casi 40 años entrenando a
equipos de fútbol. Fuese como primer
entrenador o como segundo, nunca se
había perdido una temporada.
Lamentablemente para Marta y pese a que
esta acabó por acostumbrarse y empatizar
con él, la vocación de Martín despertó
muy pronto. Como nunca tuvo grandes
golpes de suerte, Martín tuvo que empezar
como la mayoría, desde abajo, para poco a
poco ir pasando por la totalidad de
categorías “no profesionales”. (para Martín
la profesionalidad se encontraba en la
actitud y el comportamiento hacia la
profesión durante el día a día y no en la
cantidad de cifras de su nómina). Él
siempre había sido entrenador. Sabía que
era lo que mejor hacía. El entusiasmo con
el que observaba este deporte era
contagioso. Era imposible hablar con él sin
que hiciese alguna referencia o
comparación con el fútbol. Para muchos
llegaba a resultar enfermizo.
SI hubo una cosa que siempre tuvo clara
durante sus años al frente de equipos de
fútbol, esa fue la humildad con la que
enfocaba su trabajo, pues se definía como
desconocedor permanente de la
complejidad del juego, razón por la cual
intentaba nutrirse constantemente de
cualquier nueva corriente de
entrenamiento y de todas aquellas
personas con las que tenía el placer de
intercambiar sus quebraderos de cabeza
2013
provocados por la naturaleza imprevisible
del juego.
Como todos, realizó entrenamientos muy
analíticos, muy físicos, corriendo por los
bosques, castigando al balón, ignorando al
fútbol….poco a poco fue integrando
elementos cualitativos en sus
entrenamientos y observando al jugador
como un todo, empezó a darse cuenta de
que esto funcionaba… así y tanto que
incluso llegó a aventurarse con la
periodización táctica durante su última
temporada….Los jugadores parecían más
receptivos a sus entrenamientos, cada vez
disponía de más tiempo para trabajar
aspectos específicos del fútbol que quería
para su equipo, pero aun con todo, nunca
acabó conforme. Sostenía que había
muchas cosas que todavía era incapaz de
controlar, que se le escapaban de las
manos, no encontraba la manera de
transferir ciertos comportamientos a la
competición, no entendía la variabilidad
causal de ciertos aconteceres…A medida
que envejecía y sus experiencias
aumentaban, su mente generaba más
interrogantes. Aunque la gente hablaba
con él como si fuera un gran conocedor del
deporte, cada día se mostraba más
inseguro al responder ciertas cuestiones
que antes había tenido muy claras. No
porque no tuviese respuesta sino porque
sus respuestas cada vez eran más ambiguas
y casi siempre se vestían con un
“depende”. Aunque su apariencia reflejaba
una persona madura y experta en su
campo, siempre se consideró como un
recién titulado con contrato de prácticas
formativas.
De repente, algo inesperado ocurrió en su
habitación y sin saber cómo ni por que
Página
había desenchufado la mente consciente
de Martin, su hilo con la realidad. Hasta
ese momento nuestro amigo “disfrutaba”
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a su modo de la retransmisión que Marta
había preparado para esa noche (jugaba la
Francia de Zidane), pero repentinamente
observó como penetraba en un estado de
placer e incredulidad. ¿Soñaba despierto?.
Podía levantarse de la cama, estirar sus
brazos, tomar aire profundamente,
caminar…pero no se encontraba en la
misma habitación que había pasado las
últimas horas. El olor de la sala le era
demasiado familiar (una mezcla de césped
húmedo recién cortado) pero no acertaba
a encontrar lógica alguna al momento
espacio temporal en el que su cuerpo se
encontraba. Así, arrastrado por una
agradable sensación se aventuró a
explorar el lugar donde creía encontrarse
hasta que en un determinado momento
alguien o algo se dirigió a él……
Futbol: Hola Martin
Martin: Hola, ¿Dónde estoy? ¿Quién eres?
Futbol: tranquilo amigo, soy de confianza.
Hemos compartido muchas cosas juntos y
nos encontramos en un lugar seguro.
Martin: no entiendo nada.
Futbol: Tranquilo, sólo quiero charlar.
Martín: ¿estoy muerto?
Futbol: No
Martín: upps..! Menos mal, no me había
despedido todavía.
2013
Fútbol: Ya te he dicho que sólo quiero
charlar un rato. Sé que tienes preguntas y
creo que yo puedo ayudarte a encarrilar
sus respuestas desde otro punto de vista.
Martín: ¿y por qué yo?
Fútbol: llevas mucho tiempo dándome la
vara y creo que ahora era un buen
momento porque me consta que tenías
mucho tiempo libre
Martín: Bueno…la verdad es que siempre
he tenido muchas preguntas pero no crees
que es un poco tarde para aparecer? ¿te
podías haber presentado antes no?
Fútbol: puede, pero me gusta ser
imprevisible.
Martín: Por tu vestimenta creo que ya se
de que quieres que hablemos.
Fútbol: ¿me reconociste?
Martín: Te mentiría si te dijese que no me
resultaste familiar desde el principio.
Fútbol: Me estabas empezando a ofender.
Martín: Bueno…¿por qué nunca logré
entenderte?
Fútbol: Así me gusta, ¡sin rodeos!.. Puedo
dar fe de que lo intentaste, pero reconozco
que soy muy complicado y nada constante
en mis comportamientos.
Martín: Hubo veces que creí dominarte,
sobre todo al principio de mi carrera, pero
fueron momentos muy puntuales y
siempre hubo algo que terminaba por
derrumbar estas quiméricas creencias.
Fútbol: Dominarme a mí conllevaría
dominar a los verdaderos protagonistas de
mi existencia, los jugadores, y permíteme
Página
amigo mío, pero eso es algo demasiado
pretencioso.
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Martín: ¿De eso trata el entrenamiento
no? De dominar, orientar y dirigir los
comportamientos de los jugadores hacia
aquellos sitios más interesantes para el
entrenador, ¿no?
Fútbol: Avisaré a Marta. Le diré que no te
espere esta noche, que vamos para rato.
Martín: ¿Se enfadó?, a Marta no le gusta
que pierda horas de descanso por el fútbol,
y ahora como están las cosas…
Fútbol: Tranquilo, todo controlado… ¿por
dónde íbamos?
Martín: Ponías en duda mi visión del
objetivo principal del entrenamiento.
Fútbol: De verdad crees que las cosas que
hacían tus equipos durante la competición
se debían todas a tus entrenamientos?
Martín: La verdad es que es una de las
cosas que más me preguntaba
últimamente…pero, ¿algo influiría no?
Fútbol: Por supuesto que sí, pero no de
una manera tan directa y casuística como
muchos creen.
Martín: Ciertamente, había veces que
ganábamos el partido gracias a la aparición
de comportamientos colectivos que no
habían sido ensayados durante la semana.
Fútbol: ahí radica la esencia del juego,
existen “regularidades” que se pueden
vivenciar y esperar durante la competición,
pero la clave es ser consciente de la
2013
incertidumbre y aleatoriedad del juego y
permitir, potenciar y fomentar que
aparezcan otros muchos comportamientos
inesperados pero igual o más eficaces.
Martín: pero si son inesperados..¿Cómo se
pueden entrenar?
Fútbol: cambiando el enfoque. No
entrenamos para actuar sino para
responder.
Martín: ¿responder a quien?
Fútbol: Al contexto. Se trata de conseguir
aumentar la inteligencia del jugador para
que durante la competición tenga mayor
número de respuestas ante un mismo
interrogante.
Martín: Optimizar la inteligencia del
jugador…supongo que a todos los niveles.
Fútbol: Efectivamente. La inteligencia es
capacidad de adaptación, por lo tanto
debemos de pretender optimizar en los
jugadores la capacidad de adaptación al
contexto técnico, táctico, físico, psicológico
emocional, socioafectivo…que la situación
competitiva puntual demande.
Martín: ¿Con qué fin? ¿Con el de depender
del entorno?, ¿Con el de perder de vista
nuestra hoja de ruta propia?
Fútbol: El entorno, el contexto, son la clave
del entrenamiento. Desarrollar la
inteligencia del jugador en los ámbitos
señalados de manera interrelacionada (sin
separar a unos de otros), es lo que nos va a
permitir jugar bien al fútbol en sentido
amplio.
Martín: Permíteme decirte que todo esto
lo veo más bonito que factible, al menos
esa es mi experiencia. O acaso crees que
Página
no olvidé hace tiempo los entrenamientos
analíticos de carácter físico e intenté
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preparar al equipo de una manera integral
en todas sus estructuras. El jugador que no
es inteligente no lo es y punto, si juega en
el equipo será porque hace otras cosas
mejor.
Fútbol: Hacer las cosas bien en algún
momento ya es ser inteligente en ese
instante.
Martín: Un jugador inteligente es Zidane
porque sabe lo que hacer en cada
momento, ve caminos donde otros solo
ven muros. En cambio, un jugador poco
inteligente sería el típico mediocentro
defensivo muy potente en el ámbito físico
que solo sabe recuperar la pelota y correr
detrás de los adversarios.
Fútbol: Lógicamente, Zidane tiene mucho
de inteligencia, pero de verdad crees que el
mediocentro del que me hablas no es nada
inteligente? ¿no crees que con sus
limitaciones es capaz de adaptarse al
contexto en el que le toca desenvolverse y
de ese modo ser eficaz para su equipo?. Así
es como quiero que veas la inteligencia de
la que te hablo Martin, como la capacidad
de aprovechar las virtudes de cada uno en
base al contexto.
Martín: Supongo que juega bien al fútbol a
su modo…lo cual también nos interesa.
Fútbol: El ideal es permitir que cada
jugador juegue lo mejor posible al fútbol
de acuerdo a sus limitaciones y
2013
potenciales…y que esto a su vez sea capaz
de ponerlo al servicio de su entorno más
cercano (compañero) para que así emerjan
nuevos comportamientos e interrelaciones
que hagan al equipo más inteligente
colectivamente y capaz de adaptarse mejor
al contexto competitivo.
Martín: Sinceramente, espero que de
verdad me digas como lograr esto.
Fútbol: Te podría dar pautas, pero la receta
mágica creo que ni yo mismo la poseo.
Martín: Ya me extrañaba a mí…pero
bueno, serán bien recibidas de igual modo.
Empecemos…
Fútbol: Empecemos….
Martín: El trabajo físico….
Fútbol: Uno de los más criticados, a veces
incluso injustamente.
Martín: ¿injustamente?, entrenamos a
jugadores de fútbol, no a atletas.
Fútbol: Por supuesto, pero ¿consideras que
el futbolista no necesita explotar al
máximo sus capacidades condicionales?.
¿Crees que un jugador por muy inteligente
que sea podrá sacar a relucir sus virtudes si
es incapaz de sostener sus propias botas a
partir del minuto 60 del partido?
Martín: Supongo que habría que
cambiarle..
Futbol: El problema respecto al trabajo
físico casi siempre ha estado mal enfocado.
No se trata de discutir si es necesario o no,
algo indiscutible, sino de la manera en que
vamos a conseguirlo.
Martin: Correr series alrededor del campo
Página
vs trabajo con balón.
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Fútbol: Si como dijimos antes el objetivo es
conseguir que el jugador optimice su
inteligencia en cada uno de los sistemas
que confluyen en nuestro contexto, el
objetivo del trabajo físico será lograr
jugador inteligentes en este ámbito, que
sepan qué tipo de esfuerzos realizar y
cuando, en qué grado y aflorar comportamientos y asociaciones
frecuencia…adaptados siempre a la
necesidad de la situación de juego puntual.
Martín: Como aquel jugador que presiona
intensamente de manera individual cuando
todo su equipo anda replegado y el rival
cuenta con gran cantidad de jugadores
para iniciar el juego.
Fútbol: podría ser un ejemplo…pero no
sabemos si ese equipo con ese
comportamiento pretende algo o no
pretende nada desde su concepción del
juego.
Martin: ¿entonces?
Fútbol: La única vara de medir para saber si
un jugador es inteligente desde el punto de
vista físico es tu propio contexto de equipo.
Martín: Entiendo. Un jugador puede ser
inteligente para el desarrollo de juego que
yo quiero para mi equipo, pero un total
neófito para el tuyo.
Fútbol: Por ahí iría mi idea..
Martín: ¿pero supongo que habrá
jugadores validos para muchas ideas de
juego?
Futbol: Por supuesto que sí. Cuanto más
inteligente es un jugador, más capacidad
de adaptación a nuevos escenarios posee.
No olvides que al final son ellos los que
marcarán el tipo de idea de juego para tu
equipo.
2013
Martín: Eso sí lo he comprobado por mí
mismo. Hubo temporadas que quise jugar
de una manera concreta y al final tuve que
cambiarla por no tener los mimbres
adecuados.
Fútbol: Un buen entrenador es el que hace
efectivas no el que impone rutas
invariables de respuesta.
Martín: Bueno….pero lo físico entonces
como lo entrenamos? Que nos estamos
yendo del tema.
Fútbol: Al igual que el resto de
estructuras..buscando situaciones que sin
tener un objetivo físico principal, debido a
sus características exijan comportamientos
“físicos” ajustados a las necesidades que he
creído convenientes para trabajar.
Martín: Mi problema con este tipo de
entrenamientos, es que encontraba y
percibía que no todos los jugadores
trabajaban lo mismo ya que había quienes
se escabullían y quienes debido a la
naturaleza de la situación planteada tenían
menos esfuerzo que realizar.
Fútbol: ¿Son iguales los esfuerzos que
realizan todos tus jugadores durante un
partido?
Martín: No…
Fútbol: Trabajar con situaciones similares a
tu idea de juego, provocará que los
esfuerzos físicos desarrollados por los
jugadores implicados sean similares a los
que les vas a pedir el día de partido. ¿por
qué? Porque se supone que es lo mismo
que tienen que hacer en competición. No
hay mayor individualización del trabajo que
esta.
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Martín: Muéstrame algún ejemplo.
Fútbol: Observa esta situación. Estoy
contigo en que no todos van a trabajar
igual, pero dime, ¿percibes que algún
jugador este haciendo con esta situación
algo muy distinto a lo que se le vaya a
exigir en el partido? Y hablo solo a nivel
físico,…porque si entramos en el resto de
sistemas verías como también.
Martín: Ciertamente, no veo manera de
lograr una mayor individualización del
trabajo.
Fútbol: pese a todo, cuidado. Tampoco
debemos de desterrar totalmente al
trabajo analítico. A veces puede servirnos
porque este también es contextual.
Martín: Ahora sí que me estas liando.
Fútbol: Quiero decir que aquel trabajo que
es entendido por el jugador como idóneo y
útil también forma parte del contexto de
tus jugadores. ¿Por qué? Porque siempre
hay jugadores que han evolucionado
dentro de escenarios muy distintos, y al
relacionar estrictamente ciertos
entrenamientos con ciertas capacidades
pensaran que si no es así no podrán
mejorar.
Martín: Eso es cierto…estos últimos años
mis jugadores me preguntaban que por
qué hacíamos tan poco trabajo físico.
Fútbol: Ahí lo tienes!!. Por esta razón, no
está demás incluir algún trabajo más
2013
descontextualizado, más alejado de la
realidad pretendida por tu modelo de
juego. Porque no solo te lo agradecerán,
sino que será útil realmente.
Martín: Sigo viendo más útil la otra opción.
Fútbol: y yo!. Es más útil, eficaz e incluso
bonita. Por eso te animo a que lo utilices
en mucho mayor grado que la visión
analítica, Pero recuerda, no te encierres
solo en tus opiniones, escucha las
demandas de tu contexto…a veces el
jugador no necesita lo que nosotros
creemos que necesita.
Martín: ¿y en relación a la cuantificación
del trabajo físico?
Futbol: pensamos que en algunas
herramientas informáticas tenemos
grandes aliados cuando en realidad lo
único que encontramos son grandes
“enemiscos”. Son programas que te hablan
del desempeño del jugador pero no son
capaces de mostrarte la utilidad de sus
esfuerzos.
Martín: Pero nos puede ser útil para saber
que entrenar posteriormente no?
Futbol: ¿no entendiste nada?. Al crear
situaciones similares tanto en espacio
como en densidad de jugadores, estos
harán un número de metros parecidos y a
una intensidad muy próxima a la que harán
durante un partido.
Martin: Creo que te voy entendiendo…
que hay del aspecto técnico-táctico?. A mí
personalmente nunca me gustó separarlos.
Futbol: Hiciste muy bien!! Porque la una
sin la otra no tienen cabida. Cualquier
acción se sostiene sobre problema táctico
Página
que necesita de la técnica para llevarse a
cabo, de igual modo que cualquier acción
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técnica se enmarca dentro de un contexto
con intención táctica.
Martín: Supongo que forma de realización
y finalidad no pueden nunca separarse.
Conduces, pasas, regateas…para algo.
Futbol: correcto, y ahí está la inteligencia
técnico táctica. Saber cómo vas a
solucionar el problema que la situación te
plantea.
Martín: ¿Cómo mejoramos la capacidad de
adaptación del jugador en este aspecto?
Futbol: Provocando que el juego lo someta
constantemente a problemas de varias
soluciones.
Martín: Situaciones simuladoras de lo que
queremos que nuestro equipo manifieste
durante el partido.
Futbol: Se pueden dar algunas pautas un
poco más dirigidas sobre lo que esperas del
equipo en las fases de posesión, no
posesión y transiciones, pero al final, lo
que interesa es que tus jugadores tengan
un bagaje táctico amplio. Como decíamos
antes, que sean inteligentes. Que tengan
autonomía suficiente para resolver por sí
mismos las situaciones del juego que se
presenten. Que cada vez dependan menos
del entrenador y más de ellos mismos y sus
compañeros.
Martín: Tuve jugadores a los que esto les
era imposible. Estaban mirando
constantemente a la banda para que yo les
dijese lo que debían de hacer.
Futbol: no sabían adaptarse a constante la
imprevisibilidad táctica del fútbol.
Martin: La periodización táctica sostiene
que este subsistema táctico es el más
importante y sobre el que debemos de
construir el resto.
2013
Futbol: Y está muy bien encaminado!. Ten
en cuenta que cualquier comportamiento
dentro del campo tiene alguna intención
táctica durante el juego. Todo lo que hace
el jugador, este equivocado o no, lo hace
para algo.
Martín: Pero esta metodología a veces deja
muy de lado a las otras estructuras.
Futbol: Bien entendida no debería porque
al plantear situaciones de globalidad, como
podrás ver, incluye a todas las estructuras.
Con cualquier ejercicio planificado por esta
metodología se debería de estar
trabajando la totalidad del jugador,
además desde un punto de vista especifico
a la idea de mi equipo. Lo cual, aumentará
el grado de transferencia entre lo
entrenado y lo mostrado durante el fin de
semana.
Martín: Hablando de la idea del colectivo…
¿Qué opinas sobre la dimensión
socioafectiva?
Futbol: Es la clave del juego en deportes
colectivos de espacio compartido. Sin tu
equipo no eres nada.
Martín: Supongo que me dirás que
también existe una inteligencia
socioafectiva a entrenar no?
Futbol: Veo que lo vas cogiendo.
La inteligencia socioafectiva seria la
capacidad del jugador de adaptar sus
comportamientos a los de sus compañeros
Página
e incluso de los rivales.
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Martin: Yo te condiciono, tu me
condicionas…pero sobre todo, el contexto
me condiciona.
Futbol: Eso será así siempre. No podemos
eludirlo. Los comportamientos míos y de
mis compañeros no serían inteligentes si
no fuesen capaces de amoldarse a lo que la
situación exija en cada momento.
Martin: Siempre estuve convencido de
esto. Además, lo reforzaría diciendo que un
mismo jugador se comporta de manera
distinta dependiendo de los compañeros
que tenga alrededor.
Futbol: No hay ejemplo más claro del
poder de la influencia del contexto.
Martin: pero hay poco que el entrenador
pueda hacer aquí no?. Es decir, los
jugadores son los que son.
Futbol: es que nuestro objetivo no es
conseguir que el rendimiento del jugador
sea uniforme en todos los contextos.
Nuestro objetivo en el plano socioafectivo
es perseguir asociaciones e interacciones
eficientes entre la materia prima de la que
disponga en ese momento. Los que logran
esto son realmente los buenos
entrenadores.
Martin: Alguien me dijo alguna vez que
cuando uno de mis jugadores bajase el
rendimiento, en primer lugar buscase en su
entorno, no en sí mismo.
Fútbol: Eureka! Conocer las interrelaciones
de mis jugadores y optimizarlas con el
entrenamiento, eso es trabajar la táctica
dentro de lo socioafectivo.
Martín: al hilo de lo que dices, debemos
recordar que la táctica siempre es
colectiva. Para mí la individual no existe.
Toda decisión tomada por un jugador está
condicionada por alguien que le rodea en
2013
ese momento. No existe ninguna acción
durante un partido que no esté
condicionada por otro protagonista del
juego.
Fútbol: estoy contigo…sabía que acabarías
enseñándome alguna cosa. Lo individual es
una ilusión, todo está interconectado.
Martín: supongo que nos queda lo
emocional…tan en boga últimamente.
Fútbol: el ser humano es emoción. Así que
si hablamos de futbolistas, estamos
hablando de emociones también.
Martín:… y supongo que hablar de fútbol
sin hablar de futbolistas es como hablar de
pintura sin hablar de pintores.
Fútbol: toda decisión tomada, además de
responder a una intención táctica, se
sostiene sobre un bagaje emocional
innegociable. Las emociones previas del
jugador vivenciadas en situaciones
similares, las coexistentes en ese preciso
momento así como las generadas a
posteriori, condicionarán la respuesta
tomada aquí, ahora y en un futuro.
Martín: hablamos de miedo, vergüenza,
euforia, confianza, ansiedad, nervios,
optimismo, alegría……supongo ¿no?
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Fútbol: Correcto, pero más que citarlas y
definirlas, nos interesa que el jugador sea
capaz de reconocerlas y gestionarlas de
manera adecuada. Eso es la inteligencia
emocional.
Martín: y ahora me dirás, que esto
también es entrenable.
Fútbol: ¿Tú qué crees?
Martin: que si somos capaces de crear
situaciones de entrenamiento que
demanden al jugador estímulos
emocionales similares a los que se va a
encontrar durante la competición,
lograremos optimizar su capacidad
adaptativa al mundo emocional cambiante
de un partido de fútbol.
No sé, se me ocurren arbitrajes
condicionados, situaciones de inferioridad
numérica, de presión rival intensiva, de
necesidad de remontada en periodos de
tiempo restringidos..etc.
Fútbol: Bravo! Ese es el camino.
Martín: Al final todo es contextual. Se trata
de contextualizar al máximo nuestros
entrenamientos a la realidad del deporte y
estimular las inteligencias (capacidades
adaptativas) en todos los subsistemas que
lo componen.
Fútbol:…pero siempre de una manera
sistémica, interrelacionada. Solo así
conseguiremos que nuestros jugadores
sepan jugar al fútbol en un sentido amplio,
no restringido a una única manifestación
del complejo entramado de subsistemas
que lo componen.
Martín: aún así, estimado amigo, siento
que algunas cosas me siguen pareciendo
tan abstractas, tan poco demostrables, que
mi mente es reacia a integrarlas. Supongo
que los seres humanos necesitamos vivir
2013
en la comodidad de la certeza, de la causa
efecto, de la estadística que nos guie..
Fútbol: si esta noche cenases cinco
chuletas de carne, y tu mujer tan sólo una,
la estadística nos diría que habíais cenado
3 cada uno…
Martín: entiendo a dónde quieres ir a
parar…creo que nos queda mucho que
desaprender.
Fútbol: y todavía más que aprender…física
cuántica, neurociencia, subconsciente,
entrelazamientos, superposiciones, incer-
tidumbres, ..etc. Serán las brújulas que nos
guíen en un breve periodo de tiempo por el
complejo mundo del comportamiento
humano…y como no..del fútbol.
Martín: que pena no disponer apenas de
tiempo para verlo…
Fútbol: tranquilo Martin, la complejidad de
este mundo todavía nos tiene guardadas
muchas sorpresas que aún desconocemos,
inimaginables a día de hoy …confía en mí.
De repente, el televisor rugió como llevaba
un tiempo sin hacerlo, el equipo local había
conseguido remontar el marcador adverso
y su afición lo celebraba de manera
desmesurada…
Martín abrió los ojos
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A su lado, Marta sentada en un sofá con

aspecto preocupado por su desconexión
momentánea esperaba con impaciencia su
reacción. Sólo habían sido dos minutos,
pero a ella se le habían hecho eternos.

Cuando sus ojos se cruzaron, Marta

observo que el rostro de Martín parecía
desesperado, inquieto, inconformista…

Martín la miró y como si nada hubiese

ocurrido se apresuró a indicarle algo muy
distinto al te quiero o te he echado de
menos que esperaba ella…

Martín: ¡¡¡¡Marta, trae mi cuaderno, tengo

que preparar mi entrenamiento!!!.

Marta sonrió, y mientras accedía a su

petición, un único pensamiento rondó su
cabeza: “Este hombre nunca tendrá
remedio”.

¡FELICES ENTRENAMIENTOS!!

¡NUNCA DEJEIS DE HACEROS

PREGUNTAS!
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